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A. VIVIENDAS UNIFAMILIARES
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Algo similar sucede con la casa que Julio Vilamaíó realizara Enrique Gehbard. Casa en calle Sucre. Santiago de Chile, 1940. La
para sí en 1 930 en Montevideo. Presenta una austera volume- cubierta de la terraza fue agregada con posterioridad.
tría y gran fluidez espacial, unificando los ámbitos internos con
los jardines elevados. Pero incluye cierta decoración de cuño
hispánico. Además, el efecto de masa predomina sobre el vo-
lumen, lo cual se acentúa por grandes muros a la calle que sir-
ven de contención para los jardines elevados. 6 Dicha relación
con la calle se produce también en la casa propia de Mauricio
Cravotto ( 1 932) ubicada frente a la anterior. Pero ésta tiene
menos masa y ausencia de decoración. De cualquier forma,
esto de realizar una vivienda propia para tener la oportunidad
de ensayar la arquitectura racionalista fue corriente entre los
pioneros. Denota su casi total falta de apoyo inicial. El espa-
ñol Manuel Mujica construyó para sí en Caracas tres casas mo-
dernistas, entre 1929 y 1933. Las construía, ocupaba y vendía
sucesivamente. 7
Trabajando en estilo internacional, el ánimo de los pioneros
latinoamericanos fue, más que nada, estar en el "espíritu de
la época", acercándose en lo posible a las normas o modelos
europeos. Sin embargo, las condiciones locales impusieron por
si mismas las. restricciones del "lugar". Algunos de los prime-
ros intentos pierden cercanía a los prototipos por el pareo a
las construcciones vecinas. Sucede en la casa de Villagrán Gar-
cfa en la calle Dublfn (México, 1935) o en la vivienda en Calle
Arribeños de Eduardo Sacriste (Buenos Aires, 1935). Se repi-
te en la casa para dos familias que Luis Barragán diseñara en
la Avenida Parque México (1936). También en aquella que Ga-
briel Serrano -figura de la arquitectura moderna colombiana
realizara para su socio José Gómez en Bogotá (1937). Utiliza
ventana corrida, escalera helicoidal, techo-jardín y otros ele-
mentos típicos de la plástica moderna, pero comprimidos en-
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La imagen de clima inhóspito, propia del nuevo mundo, seJ
dujo especialmente a los inmigrantes, como W. Acosta. Su casab
en Flores (Buenos Aires, 1935) está protegida por una enor¡·
me losa parasol. Un último factor de distorsión son los cam
bios que a posteríori introdujeron los usuarios para adaptar las¡
viviendas a costumbres y condiciones locales. La casa que An-1
tonio U. Villar diseñara en calle E. Acosta (Buenos Aires, 1940J;
ilustra bien el punto. i
Conjugaba techo plano, ventana corrida y "pilotis" con un/
dinámica expresionista de esquinas curvas y cuerpos aterra·
zados. Sin embargo, los usuarios modificaron el aventamien·l
to por uno convencional -con balcones y toldos- y aislaron).
la casa con un alto seto para darle privacidad. Cambios simila,I,
res han ocurrido en algunas obras de Gregori Warchavchik. '\
No obstante las condicionantes impuestas por el "lugar",
varias construcciones pioneras alcanzaron una sorprendente¡
calidad y cercanía a las normas internacionales. Entre ellas, las
Antonio U. Vilar. Casa en calle E. Acosta. Buenos Aires, Argentina del propio Warchavchik. La "casa modernista" que realizara)
1 940. Estado Actual. en ".'ª.~aembú (Sao Paulo, 1930). sirvió para org.anizar. una ex-¡
pos1c1on de arte moderno y atra¡o a más de veinte mil perso-
nas. Bien conservada hasta hoy, se mantiene como uno de los i
tre medianeros. Ello se repite en su propia casa, construida dos más acertados ejemplos de estilo internacional en América La-'1
años más tarde. tina. Ese mismo año construyó también la residencia de Luiz
En Chile, los sismos constituyen un escollo difícil para el sis- da Silva, en un empinado terreno del mismo barrio. El cubismo
tema estructural de pilares y losas, uno de los núcleos del es- volumétrico de la casa es trabajado con "frente y espalda".
tilo internacional. Los resultados se ven en un ejemplo más Dicha espalda da a la vía de acceso. Por el frente, hacia el jar-
tardío, como la casa que Enrique Gehbard construyera en la dín, utiliza ventana corrida. El volumen se adapta al terreno y
calle Sucre (Santiago de Chile, 1940). Contiene aparentemente tiene una escalera exterior que unifica los diferentes niveles.
todos los ingredientes de la nueva arquitectura, incluyendo una Las casas de Alberto Prebisch son más esquemáticas y se-
rampa exterior y "pilotis". Sin embargo estos juegan un papel veras. Por ejemplo, la vivienda que realizara en Vicente López
sobre todo metafórico. La mayor parte de las cargas vertica- (Buenos Aires, 1939) es casi imagen literal de aquella que ocho
les son transmitidas por muros arriostrantes retirados del pla- años antes proyectara Le Corbusier en Boulogne. El taller de
no de fachada. la vivienda que O'Gorman hiciera para Diego Rivera (México, ·
D.F., 1931 ), consiste a su vez· en un volumen casi idéntico al·
taller que Le Corbusier diseñara para el pintor Ozenfant, diez ·
Gregori Warchavchik. Casa modernista Pacaembú. Sao Paulo, Brasil años antes en París. Repite el espacio de doble altura con un ¡
1930. gran ventanal, luz cenital y acceso por escala helicoidal. Efec-
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Gregori Warchavchik. Casa Luiz da Silva. Pacaembú. Sao Paulo, Bra-
sil 1930.
B. EDIFICIOS PÚBLICOS
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Rodulfo Oyarzún.
Casa del Arquitecto. Santiago de Chile, 1932.
Manuel Mujica.
Villa Francia. Caracas, Venezuela 1935.
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Antonio U. Vilar. Casa del Arquitecto. San Isidro. Buenos Aires, Ar-
gentina 1938.
Antonio U. Vilar. Casa en San Isidro. Buenos Aires, Argentina, 1937.
esto habrla que demostrarlo. Ver Eliash, Humberto y Moreno, Manuel: Ar-
quitectura moderna en Chile 1930-60. Testimonios y reflexiones. Cuader-
nos Luxalón. Santiago de Chile, 1985.
10 Entre ellos, De Fusco, Renato: La idea de arquitectura. Editorial Gustavo Gi-
lí, Barcelona, 1981.
11 Frampton, Kenneth: Historia crftica de la arquitectura moderna. Editorial Gus-
tavo Gilí, Barcelona, 1981.
12 Pehnt, Wolfgang: Expressionist Architecture. Thames and Hudson, New
Juan O'Gorman. Escuela Primaria. México, 1932. York, 1973.
33
Juan A. Scasso. Escuela Experimental Malvin. Montevideo, Uruguay,
1928.
34
José Villagrán García. Sanatorio de Huipulco. México, 1929.
Erich Lange y Ernesto Blumenthal. Facultad de Arquitectura y Bellas Carlos Surraco. Instituto de Traumatología. Facultad de Medicina. Uni-
Artes. Universidad Nacional. Bogotá, Colombia, 1940. versidad de la República. ·Montevideo, Uruguay 1936.
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Juan Martínez. Escuela de Leyes. Universidad de Chile. Santiago de
Chile, 1938.
Carlos Raúl Villanueva. Hospital de la Ciudad Universitaria. Caracas, Alberto y Carlos Cruz Eyzaguirre. Mercado de Providencia. Santiago
Venezuela 1944-46. de Chile, 1944.
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Sergio Larrain G.M. y Jorge Arteaga. Edificio Oberpahuer. Santiago
de Chile, 1930.
Lucio Costa, Affonso Reidy, Jorge Moreira, Carlos Leao, Ernani Vas-
concellos y Osear Niemeyer. Ministerio de Educación y Salud. Río de
Janeiro, Brasil 1943.
que nada, asimilaron la potencia escultural de sus proyectos, Jorge Kalnay. Edificio Minner. Buenos Aires, Argentina 1935.
la cual convertía cada obra en un monumento.
Un conjunto que contiene algunas influencias expresionis-
tas es la Biblioteca Municipal de Sao Paulo, de Mario de An- do de Providencia (Santiago, 1944) fueron capaces de mezclar
drade (1935). Sin embargo, mayor nitidez tienen las obras de un cierto monumentalismo de fachada con un espacio central
Carlos Surraco para la Facultad de Medicina de la Universidad moderno, todo ello atenuado por el toque neovernacular de los
de la República (Montevideo, 1936). Los institutos de Trau- muros de ladrillo.
matología y de Higiene tienen un trabajo plástico de notable El ciclo de la arquitectura representativa en estilo interna-
acierto. Similar calidad alcanza la Escuela de Leyes de la Uni- cional del primer período termina con una obra cumbre: el Mi-
versidad de Chile ( 1938), obra ganada en concurso público por nisterio de Educación en Río de Janeiro (1943). Después, la
Juan Martínez. Este arquitecto -nacido en España pero na- arquitectura estatal abrazará definitivamente la arquitectura del
cionalizado chileno- desarrolló a través de su trayectoria un desarrollo. No es necesario detenerse en el análisis de esta obra
lenguaje p·ersonal que combina expresionismo con monumen- ya que es muy conocida. Sí es conveniente aclarar un punto.
talidad. La Escuela de Leyes es su mejor trabajo. El gran pórti- Varios autores han querido ver en esta obra de Costa, Nie-
co curvo que recibe el parque que lo enfrenta, el tambor de meyer y otros -con asesoría de Le Corbusier- el punto de
esquina del auditorio y el aventanamiento escalonado de las inicio de un nuevo ciclo en la arquitectura contemporánea de
aulas, confirman un conjunto de elementos disímiles unifica- América Latina. Se basan en el uso de "pilotis", "brisoleils",
dos con gran soltura. el mural de Portinari y otros elementos. Hasta los tambores de
agua en el techo han sido destacados como ·precursores de las
Durante los años treinta la influencia mendelsohniana fué formas curvas y "barrocas" que adoptaría más tarde la arqui-
tan fuerte, que sus ecos en América Latina pueden percibirse tectura brasilera. Sin embargo, esta obra es el más puro tras-
aún a mediados de la década siguiente, como en el Hospital plante de elementos corbusianos a nuestras tierras. Por lo
de la Ciudad Universitaria de Caracas (1944-46), diseñado por mismo, es también el más logrado acercamiento a sus pautas
Carlos Raúl Villanueva. internacionales. En los "pilotis ", ello es obvio. El tratamiento
Algunos arquitectos intentaron síntesis distintas. Por ejem- de "frente y espalda", según la orientación, había sido utiliza-
plo, Alberto y Carlos Cruz Eyzaguirre y Escipión Munizaga. En do por Le Corbusier en el Pabellón Suizo (París, 1932). La ver-
su vasta labor profesional dichos arquitectos diseñaron gene- sión corbusiana de "muro-cortina" había sido ensayada en la
ralmente edificios de estilo. Quizá por lo mismo, en el Merca- Ciudad del Refugio (París, 1929), en el Centrosoyuz de iv'los-
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Juan Aubriot y Ricardo Valabrega. Edificio Lapido. Montevideo, Uru- De los Campos, Puente y Tournier. 'Edificio Centenario. Montevideo,
guay 1933. Uruguay, 1930.
cú (1930) y en el propio Pabellón Suizo. Los "brisoleil" lo fue- Chemnitz (1928-30). Como éste último, el edificio Oberpahuer
ron en Argel, en 1933. Los tambores curbos sobre el techo es una construcción de esquina en seis plantas, con ventana
de un volumen sobre columnas repiten la composición de la corrida en toda su extensión y pareado en sus extremos con
Villa Saboye (1931 ). Por último, la "integración de las artes" los vecinos. Una de las diferencias entre ambos proyectos es-
en la arquitectura fue tema predilecto de los movimientos van- tá en la suavidad de las curvas. Otra, en las secciones de mu-
guardistas europeos. Léase, por ejemplo, el punto 1 7 de los ro en fachada que tiene la primera etapa del edificio
principios de la arquitectura del De Stijl que Van Doesburg pu- Oberpahuer, impuestas por razones sísmicas. Estas se disfra-
blicó en 1925. El mismo Le Corbusier adjuntó murales a mu- zaron pintándolas oscuras. En la etapa posterior la estructura
chas de sus obras. Así, el Ministerio de Educación en Río se retiró hacia adentro, al igual que el prototipo. La tercera di-
termina brillantemente -pero no inicia- un período de la ar- ferencia corresponde al retiro del último piso del edificio -
quitectura contemporánea en América Latina. aspecto que Russell-Hitchcock y Johnson habían criticado al
almacén de Mendelsohn - y que el edificio de Larraín no
tiene.13 '
Esta tipología fue más tarde muy difundida en las ciudades
C. EDIFICIOS PARA LA EMPRESA PRIVADA latinoaméricanas, como México, Bogotá, Montevideo y Bue-
nos Aires. En esta última, el edificio de Libertador esquina La-
En los edificios privados de gran tamaño es conveniente tra- finur, proyectado por Sánchez, Lagos y Latorre (1937), y el
zar la evolución del estilo internacional desde su introducción, de Quintana esquina Callao diseñado por Duggan y Sacrista
hasta llegar a nuestros días. ( 1 936) se adhieren a este modelo. En la práctica este prototi-
Pionero es el edificio Oberphauer que Sergio Larraín G.M. po mendelsohniano ofrecía una salida a la contradicción entre
diseñara en el centro de Santiago (1930); Este se recibió en las ordenanzas (con pareos y alturas obligatorias) y la teórica
1928. Luego se asoció con Jorge Arteaga, arquitecto acadé- acontextualidad de la nueva arquitectura. Una solución inter-
mico de gran éxito .en el ámbito local. Como Arteaga estaba media -similar a los Almacenes Schocken- era muy eficaz.
dedicado a importantes obras, cedió a Larraín el diseño de un De ahí la predilección de los arquitectos locales por los edifi-
edificio comercial, el cual fue posteriormente transformado en cios de esquina.
oficinas. El edificio se desarrolló en dos etapas. Se inspira en
la serie de almacenes que Mendelsohn había proyectado re- 13 Hitchock, Henry - Russeil y Johnson, Phiiip: The lnternational Style. Archi-
cientemente en Alemania, como los Petersdorff, en Breslau
tecture since 1922. The Museum of Modern Art, W.W. Norton and Com-
(1927), y los Almacenes Schocken, en Stuttgart (1927) y pany, New York, 1932.
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Roberto Dávíla. Cap Ducal. Viña del Mar, Chile 1936.
39
1
Luis Barragán, Max Cetto, Enrique del Moral, Creixell y Alvarez. Edifi-
cios én ·plaza Melchor Ocampo. México, D.F. 1940.
40
Antonio Bonet. Edificio Suipacha con Paraguay. Buenos Aires, Argen- Wladimiro Acosta. Edificio en Avda. Figueroa Alcorta. Buenos Aires,
tina 1939. Argentina 1945.
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más puro ejemplo de esta tipología en la región. Fue además
el más alto edificio de América Latina en su tiempo.
Las metáforas navales también fueron muy típicas del estí· '
lo internacional europeo. Su expresión más literal se encuen· ·
tra en el Club Naútico que Labayer y Aispurúa diseñaron en.
San Sebastián {España, 1929). Esta obra fue expuesta en la
comentada Exposición de Nueva York, en 1932. Se convirtió
así en modelo de varias obras de programa similar, como el
Yacht Club de Montevideo, realizado en 1935 por Jorge He·
rrán y Luis Crespi. Sin embargo, donde deriva prácticamente
en un barco de hormigón es en el restaurante Cap Ducal, de
Roberto Dávila, ubicado en la salida de un estero al Pacífico
{Viña del Mar, 1936). Las metáforas navales también fueron
utilizadas en rema1:es o elementos menores de edificios, como
aquel que Antonio U. Vilar proyectara en Avenida Libertador
{Buenos Aires, 1936).
Parte de la más destacada producción latinoamericana en
estilo internacional adopta las variaciones mencionadas. Sin
embargo, la mayoría de las obras del primer período correspon·
de a la línea racionalista ortodoxa. Muchas fueron realizadas
por arquitectos o ingenieros sin pretensión, pero de mucho ofi-
cio. Si se le suman las restricciones reglamentarias, estas cons·
trucciones han pasado bastante inadvertidas. Pero su valor está
justamente en su modesta contextualidad con la trama urba-
na, cualidad que se pierde en períodos posteriores. En todo ca-
so, algunas producciones de este tipo merecen destacarse.
Entre ellas, la Editorial Kraft, de Eduardo Sacriste {Buenos Aires,
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Osear Borquez, Mario Paredes, Juan Eduardo Sotomayor y Salvador M. Baudizzone, A. Díaz, J. Erbin, J. Lestard y A. Varas. Edificio 25
Valdés. Edificio Estado 1 O. Santiago de Chile, 1982. Edificio terminado. de Mayo con Lavalle. Buenos Aires, Argentina 1978.
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Flora Manteola, Javier Sánchez Gómez, Josefina Santos, Justo Sol- Cristián Boza, Jorge Luhrs y José Muzard. Edificio Fundación. Santia-
sona y Rafael Vignoly. Edificio Reconquista. Buenos Aires, Argentina go de Chile, 1982.
1981.
1934) y, muy especialmente, el grupo de edificios en la plaza 1945-70 se convertirán en tema predilecto- encuentran sus
Melchor Ocampo (México, D.F., 1936-40). Los edificios indi- primeras expresiones en obras básicamente racion_alistas, co-
viduales estuvieron a cargo de Luís Barragán, Enrique del Mo- mo el parvulario Obra do Berco, de Osear Niemeyer (Río de Ja-
·ral, Max Cetto y otros. Constituyen uno de los más coherentes neiro, 1937), o el edificio de la Asociación Brasilera de Imprenta
conjuntos modernos construídos antes de la II Guerra Mundial (ABI), de los hermanos Roberto (Río de Janeiro, 1938). Más
en América Latina. tarde, los hermanos Roberto utilizarían una versión móvil de
Al acercarse el fin del primer periodo aparecen cambios. La este elemento en el edificio Seguradoras (Río de Janeiro, 1943),
clientela se diversifica. La arquitectura moderna es adoptada diseñado con gran soltura planimétrica. En Buenos Aires el re-
por instituciones privadas con nuevos programas como salud, cién emigrado español Antonio Bonet combina este recurso con
recreación y otros. Por otra parte, el desplazamiento de lapo- otros extraídos del mismo Le Corbusier, en su pequeño pero
blación hacia la periferia permite la construcción de edificios atractivo edificio de Suipacha con Paraguay (1939). Junto con
aislados, aunque la reglamentación tradicional permanezca. A Ferrari Hardoy -a quien había conocido trabajando en el taller
su vez, la coherencia lingüística de los modelos foráneos co- del maestro suizo-francés- vuelve a utilizar los quiebrasoles
mienza a desmembrarse, con ecos indecisos en la región. en el edificio de Virrey del Pino (1943). El uso de este elemen-
Un ejemplo de nuevos programas corresponde al Gran Cine to en el templado Buenos Aires, junto con el retiro del edificio
Rex, realizado por A. Prebisch (Buenos Aires, 1937). Su fron- de la línea de calle, lo hace algo extravagante en el centro de
tis con un gran ventanal que ilumina el hall de acceso de doble la capital argentina.
altura se repetiría posteriormente en muchos cines latinoame- Pero el cambio más substancial en el estilo internacional em-
ricanos. Otra ilustración de nuevos programas -pero fuera del pieza a operar en el segundo periodo ( 1945-70) y tiene que
centro- es la Clínica Santa María (Santiago, 1940), de Cos- ver con el progresivo acristalamiento de los edificios. Si bien
taba! y Garafulic. Lograron una adecuada articulación de volú- varios de los pioneros europeos trabajaron en esta dirección,
menes alrededor de un pivote central de circulaciones el mérito principal habría que otorgárselo a Mies van der Ro-
verticales. La diversidad del programa interior se lee claramente he. Entre 1 919 y 1921 elaboró dos proyectos de rascacielos
en el exterior, con algunos toques expresionistas. La sede del para oficinas -uno de planta poligonal y otro con superficies
Automóvil Club Argentino (Buenos Aires, -1943), realizada por alabeadas- enteramente cubiertos con piel de vidrio. Desde
A.U. Vilar, también corresponde a un programa inédito resuel- entonces quedó fascinado con las posibilidades de este mate-
to por medio de volúmenes articulados. El primero correspon- rial y con la riqueza de sus reflejos. No estaba aislado en esta
de a un paralelepípedo de oficinas con cierto aire de fascinación. Josef Albers comentaría décadas después que el
neoclasicismo despojado. El segundo consiste en un semitam- cristal era el material más moderno de todos: limpio, nítido, del-
bor vidriado, muy elocuente del movimiento de vehículos en gado y transparente.14
su interior.
Nuevos elementos se desarrollan en Brasil, relacionados con
la protección solar. Los quíebrasoles -que en el período 14 Este comentario se lo debo a Sergio Larrafn G.M. quien, cuando fue deGano
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Mies retoma el tema años más tarde, convirtiéndose en el tades de fundación, Ciudad de México alcanza eJ1 1963 un re-
principal impulsor del "muro-cortina", el cual alcanza su es- cord de altura con su Torre Latinoamericana.
plendor en el edificio Seagram (New York 1958). El desarrollo
Hoy en día las áreas centrales de las grandes ciudades co-
del tema por Mies se vio alentado por adelantos técnicos co-
mo Sao Paulo, Santiago, Ciudad de México y otras, están inun-
mo perfiles de aluminio, juntas de neoprén, termopaneles y
dadas por estas reproducciones miesanas. En la última década,
otros. Un aporte técnico decisivo se produce con el vidrio re-
por supuesto, se ha adoptado el muro-espejo. Cabe destacar,
flectante, cuya primera aplicación se encuentra en los Labora-
sin embargo, que esta cosmopolita tendencia ha mantenido en
torios Bell, de Eero Saarinen (Estados Unidos, 1962). La anterior
los países centrales ciertas cualidades innovadoras. Así lo de-
transparencia de la caja de cristal se convierte en "espejo" del
entorno circundante, disolviendo su calidad de objeto. 15 Esta muestran las obras de Norman Foster en Inglaterra. Además
evolución marca la transformación del estilo internacional en este trabajo de piel presenta ventajas económicas en edificios
metálicos con plantas libres y en lugares donde dicha tecnolo-
todas partes. La primera fase de dicho estilo fue descrita por
gía es barata y accesible. Al menos, esto señala César Pelli res-
Russell-Hitchcock y Johnson: el paso de la "masa" de los edi-
pecto a sus trabajos en los Estados Unidos. 17 Pero en América
ficios tradicionales hacia el "volumen" de los nuevos, remar-
Latina tiende a no darse ni lo uno ni lo otro. Las fachadas de
cado por las ventanas corridas. El paso siguient13 fue el
"volumen abstracto", cuando el muro-cortina eliminó 'c::ualquier cristal corresponden a una tecnología generalmente costosa
concepto de ventana. El último paso se da con el "volumen e importada. Corrientemente cubren estructuras de hormigón
desmaterializado" que produce el vidrio-espejo, convirtiéndo- armado, sistema predilecto en la región. Las características sís-
micas de varios países hacen que estas estructuras sean a ve-
se en mero reflejo del contexto.
ces titánicos marcos rígidos o sistemas de vigas y muro_s'·
Como buen estilo internacional, esta evolución fue cosmo-
convencionales. Siendo así, el muro-cortina es un mero reves-
polita. En América Latina su influencia se deja sentir especial-
mente a través de los grandes edificios privados, que adoptan timiento exterior.
esta línea como símbolo de anónima eficiencia. Aunque los edificios en sí mismos están bien diseñados, es
Las superficies acristaladas empiezan a aumentar primera- claro cuán fiel a su evolución internacional ha tratado de man-
mente en forma atenuada por antepechos sólidos o balcones. tenerse esta línea arquitectónica, con desarraigo de las condi-
Ello sucede tempranamente en edificios como el Prudencia, de ciones del lugar. Por lo mismo, resulta algo esperanzador la
Rino Levi. (Sao Paulo, 1944), o el de Avenida Figueroa Alcor- tendencia hacia un mayor respeto por el contexto urbano y la
ta, de Wladimiro Acosta (Buenos Aires, 1945). Luego se di- creciente preocupación por la conservación energética. Estos
funde la tendencia. El libro de Russell-Hitchcock sobre han sido dos tópicos internacionales que han influído en la ar-
arquitectura latinoamericana entre 1 945 y 1955, 16 incluye quitectura latinoamericana en su tercer período ( 1970 en ade-
una parte dedicada a fachadas urbanas. Ahí la tipología que lante). Ello ha redundado en variaciones de la caja de cristal.
menciono es absolutamente predominante. Especial interés tiene el tema de la "doble fachada": una sóli-
Paralelamente, durante el segundo período ( 1 945-70), las da y con aventanamiento pequeño, y otra -incluida dentro de
ordenanzas de construcción en las ciudades de América Lati- la primera - en muro-cortina. Un ejemplo al respecto es el edi-
na varían según los postulados del CIAM. Los nuevos regla- ficio que realizaron en 25 de Mayo con Lavalle los arquitectos
mentos, junto con adelantos tecnológicos propios o Baudizzone, Díaz, Erbin, Lestard y Varas (Buenos Aires, 1978).
importados, dan origen a edificios aislados en altura. Ellos em- Un aporte extra es asimilar la primera fachada a la altura y ca-
piezan a romper la estructura de manzanas que por cuatro si- racterísticas de la edificación tradicional de las áreas centra-
glos había imperado en la región. Cada ciudad compite por tener les. Ello se encuentra en el edificio Reconquista, diseñado por
las torres más altas y más acristaladas. Superando las dificul- Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona y Viñoly (Buenos
Aires, 1981 ), y en el edificio Fundación, de Boza, Luhrs y Mu-
zard (Santiago, 1982). Esta "doble fachada" ganaría si entre
de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Chile, invitó co- ambas existiera un ei/pacio intermedio que otorgara protección
mo profesor a Albers, el año 1953. solar y vegetación a las oficinas.
10 Un interesante articulo al respecto es el de Agrest, Diana: "La arquitectura
de espejo; espejo de la arquitectura". Revista SUMMA No. 202. Buenos
Aires, junio 1984.
16 Hitchcock, Henry-Russell: Latin American Architecture since 7945. Museum 17 En Diamonstein, Barbaralee: Diálogo con la arquitectura USA. Editorial Gus-
of Modern Art. New York, 1955. tavo Gili. Baraelona, 1982.