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¿Por qué maltratar lo que nos es útil?

INTRODUCCIÓN

PROBLEMA: El mal empleo de las redes sociales afecta el uso correcto del idioma español.

CONSECUENCIAS:

- Dificultad para establecer la comunicación fluida


- Proliferación de textos mal escritos

DESARROLLO

HIPÓTESIS: La ejecución de concursos ortográficos a través de las redes sociales favorecería la


buena percepción de las redes sociales como instrumento necesario para el crecimiento
cultural a partir del correcto empleo de nuestro idioma

FUNDAMENTOS:

- Eliminación de prejuicios sobre la culpabilidad de las redes sociales en el deterioro de


nuestro idioma
- Motivación para el empleo correcto del español
- Fortalecimiento de la buena imagen como usuarios de la lengua española
- Incremento del nivel cultural de los hablantes

CONCLUSIÓN

La tecnología es una herramienta pertinente para el logro de grandes objetivos.


CARÁTULA (EN HOJA APARTE)

¿Por qué maltratar lo que nos es útil?


La comunicación es el proceso inmediato que favorece la relación entre las
personas. Todos necesitamos expresar nuestras ideas para recibir el apoyo que
deseamos, compartir algún proyecto, etc. Además, para favorecerla, contamos hoy con
herramientas tecnológicas maravillosas, como son las redes sociales. Estos medios,
como su nombre lo indica, sirven para vincular a las personas en pro de ratificar o
afianzar nuestra naturaleza gregaria; sin embargo, a pesar de que sistemas como
Facebook, Twitter, Youtube, WhatsApp, Instagram, etc. son instrumentos valiosos para
interrelacionarnos, es notorio darnos cuenta de que cada vez más el mal empleo de
las redes sociales afecta el uso correcto del idioma español. Esta situación es
preocupante porque, paradójicamente tomando en cuenta su denominación, las
empleamos tan mal hasta el punto que acrecienta la dificultad para establecer la
comunicación fluida. Aunque parezca raro, lo que nació para comunicarnos mejor se
está constituyendo en el instrumento para impedir el proceso que justifica su
denominación, ya que las malempleamos porque pensamos que son la excusa para
escribir mal por cualquier razón y entonces impide que los mensajes lleguen sin
distracciones o ruidos a sus destinatarios. En este escenario es muy difícil aspirar a la
comunicación eficiente. La evidencia más lamentable de este problema es la
proliferación de textos mal escritos, los cuales presentan errores garrafales en el
empleo de la tilde, letras, signos de puntuación y demás recursos de nuestro idioma. El
riesgo es que se pueden generalizar y hacer pensar que esa es la forma de escribir y
abren la posibilidad de ir empobreciendo nuestro idioma hasta el punto de ya no más
emplearlo como lo establece la normativa.
Como todos sabemos, el acceso y uso de las redes sociales es común a tal punto
que parece raro pensar que alguien reniegue de ellas o no tenga una cuenta en estas.
Por esta razón, la misma tecnología es útil para arreglar diversos problemas que se
generen cerca de ella y entonces, al mirar el problema que nos agobia en cuanto al mal
empleo del idioma español, se afirma que la ejecución de concursos ortográficos a
través de las redes sociales favorecería la buena percepción de las redes sociales como
instrumento necesario para el crecimiento cultural a partir del correcto empleo de nuestro
idioma. La ortografía es un rasgo de la imagen del hablante que no debe verse afectada
y las redes sociales son próximas a los usuarios del idioma, por eso es que si las
combinamos podría lograrse buenos resultados. En primer lugar, se aspiraría a la
eliminación de prejuicios sobre la culpabilidad de las redes sociales en el deterioro
de nuestro idioma porque con estos concursos se demostraría que ellas no son ni
fueron responsables de los errores de escritura y entonces ya no habría cómo
satanizarlas y pedir que no las empleen. Al contrario, muchos de los usuarios verían la
utilidad que tienen como instrumentos para fomentar el correcto empleo del idioma
por el dinamismo que poseen y entonces recuperarían su importancia como
herramienta tecnológica y cuyo uso se hace necesario. En esta dirección, según Crystal
y Tena (2002): «El uso de Internet no perjudica el lenguaje escrito, es más, facilita la
comunicación creando variedad de lenguajes, desarrollando la creatividad y
comunicación con diversas personas, transformándose en una idea de aldea global,
donde el lenguaje utilizado es común» (pág. 23). Efectivamente, el lenguaje es el
mismo y siempre lo ha sido con o son Internet, con o sin redes sociales, por eso es que
con esta actividad se aspira a demostrar que estos medios no son el problema ni
tampoco son los que malogran la escritura ni condicionan al usuario para que emplee
mal su código lingüístico, sino más bien pueden ser parte de la solución en cuanto al
necesario cuidado del idioma español. En segundo lugar, con la ejecución de estos
concursos es válido pensar en la posibilidad de que nazca la motivación para el
empleo correcto del español porque se podría generar hábitos ligados con la buena
escritura debido a que serán la causa que abriría y mantendría viva la comunicación a
través de estas, o sea las redes sociales serían la excusa para demostrar la calidad de
usuarios del idioma español. Obviamente, no es tarea sencilla; pero, así como
proliferaron los errores en los mensajes que se compartían por estos sistemas, es
posible también que se afiance la correcta escritura y que los hablantes empleen los
medios tecnológicos como instrumentos para lograr el desarrollo de la sociedad y el
cuidado de nuestros bienes culturales. En tercer lugar, es sabido que la costumbre
influye fuertemente en la generación de hábitos y en la asunción de patrones y si de
por medio está el hecho de competir mejor aún, pues es factible que se asuma como
normal y necesario el brindar buena apariencia y entonces se podría acentuar el
fortalecimiento de la buena imagen como usuarios de la lengua española, ya que los
textos que producirían estarían bien escritos, lo que redundaría en el cuidado del
idioma y en la progresiva disminución de los mensajes confusos por el indebido
manejo del código lingüístico. En esta dirección, es cierto que a los hombres nos gusta
vernos bien y si los concursos lograr enraizar el cultivo de la ortografía española, es
seguro que este detalle formará parte de la distinguida apariencia que toda persona
cuidaría y alimentaría cada vez que acceda a las redes sociales para compartir con sus
allegados. Es decir, así como cuidamos nuestra vestimenta, zapatos, maquillaje, entre
otros componentes propios del arreglo personal, también cuidaríamos las palabras, y
sobre todo su escritura, al momento de relacionarnos y compartir una conversación
virtual. Por último, lo más rescatable de estos eventos sería su notoria contribución al
incremento del nivel cultural de los hablantes, ya que al escribir correctamente todo
tipo de mensaje que compartirían por alguna de estas redes de comunicación, o a
través de otro medio, se apreciaría la calidad de estos. La cultura se expresa de
distintas maneras; pero, la primera está en el manejo del idioma que las distingue
porque no somos lo que vestimos o mostramos, sino lo que decimos a través del
empleo correcto de nuestro código español.
Por todo lo manifestado y defendido, la tecnología es una herramienta pertinente
para el logro de grandes objetivos, ya que es un medio muy cercano a nosotros y es
capaz de ayudarnos a configurar los mejores hábitos porque facilita el trabajo y motiva
mucho por los atractivos que ofrece al usuario, y en el caso puntual de las redes
sociales y su relación con el empleo del idioma español esta posibilidad se acrecienta
porque su influencia se ha encriptado en nuestra conciencia a tal punto que nos
permite conseguir situaciones increíbles. Por tanto, si son usadas continuamente con
un fin específico, es probable que este se logre de manera consistente para que
perdure y constituya una muestra del aprendizaje que una persona pueda evidenciar
en distintas situaciones que rodeen su actuación. Para nuestro caso, ese gran reto
sería escribir correctamente.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
(Según formato de escuela profesional)

EJEMPLOS:

SEGÚN APA
Crystal, D. y Tena, P. (2002). El lenguaje e Internet. Cambridge University Press

SEGÚN VANCOUVER
Crystal D., Tena P. El lenguaje e Internet. Estados Unidos: Cambridge University Press;
2002

SEGÚN ISO
CRYSTAL, D. y TENA, P. El lenguaje e Internet. Estados Unidos: Cambridge University
Press, 2002

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