Fortalezas en el nuevo programa Retos en la práctica docente
La Educación Inclusiva -como proceso-
implica identificar y eliminar barreras presentes en los contextos educativos para impulsar la participación y el aprendizaje de todos los alumnos y las alumnas a través de la reconstrucción de las políticas, las culturas y las prácticas de la escuela y del aula con la intención de asumir la centralidad del aprendizaje en una Escuela para Todos. Una de las principales características es que desarrolla acciones y propuestas programáticas que ofrezcan alternativas concretas para la educación.
El modelo es su posición altamente crítica
ante la política educativa del pasado por lo cual partiendo de esos enfoques se da a la tarea de trabajarlos para no volverlos a repetir.
Se trabaja un aprendizaje significativo, en
donde se da peso a lo lúdico, para tener el conocimiento para toda la vida y evitar lo memorístico.
Este aprendizaje no se debe unificar se debe
de valorar la diversidad, la equidad de género, la convivencia pacífica, el respeto a la legalidad, la actitud ética, la ciudadanía, la confianza, la solución de conflictos y a la negociación.
Disminuirá el trabajo administrativo, para que
los docentes nos concentremos en lo que realmente importa la enseñanza y el aprendizaje.
La mejora de ambientes de aprendizaje,
invirtiendo en tecnologías para el aula.
Educación bilingüe: que cuando un
estudiante termine el bachillerato pueda comunicarse con eficacia en español y en inglés.
La importancia del “aprendizaje colaborativo”,
“trabajo entre pares”, “currículum flexible”, “autonomía curricular”, “liderazgo del director”, etcétera. Son algunos de las fortalezas claves que se requiere e la educación y que se están tomando en cuenta en esta Reforma Educativa. La Educación Inclusiva -como proceso-