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EL POP QUE TRANSFORMÓ EL WAYNO Y EL PERÚ EN LOS AÑOS 80: LA

CHICHA

Por: ANGULO MARQUEZ, Diego A.

Soy como el amor que muere


Y voy hacia el camino de mi destino.
Lorenzo Palacios Quispe.

En la década de los 60 en el Perú aparece la novedad de los instrumentos eléctricos dando


origen a lo que dos décadas después se volvería una corriente cultural qué llevaría como
abanderado al ritmo moderno denominado: “Wayno Moderno”, “Tropical Andino” o
simplemente “Chicha”. Pero ¿Cómo se volvió un fenómeno nacional logrando incluso
tener reconocimiento mundial?¿De qué manera influenció la Chicha en la sociedad
peruana de aquella epoca? ¿Fue bueno el cambio?. Intentaré ofrecer en este texto algunos
elementos de respuesta y reflexión a estas preguntas.

En la década de 1960 los Pacharacos con la canción "Río Mantaro”, un Wayno con ritmos
e instrumentos novedosos, abren un período al que alcanzó su máximo esplendor en la
década de los ochenta con el grupo huancaíno “Los Shapis”, quizá el grupo chichero más
exitoso. La novedad del Ritmo transformó aquellas músicas en algo más bailable
haciendo las primeras solo instrumentales este ritmo combinó la percusión de las bandas
con los instrumentos de la música tropical y el éxito de la Cumbia Colombiana sin
embargo el elemento decisivo fue el uso de instrumentos del género rock (guitarra, bajo
y teclado eléctrico).

La música que hasta entonces solo podía ser escuchada de pronto adoptó un ritmo más
bailable y consagró el éxito y la popularidad de la chicha. Más el público chichero exigía
que las canciones tengan versos es así que los intérpretes decidieron tomar los huaynos y
cantarlos con el nuevo ritmo, sin embargo, cantar de esta manera los waynos significó
para muchos una falta de respeto al arte musical y poético ocasionando que se considere
a la Chicha como un género menor y empezaron a dar un sentido peyorativo a la palabra
“Chicha”. Empero los artistas decidieron asumir el reto de crear sus propias
composiciones musicales.

Los intérpretes y compositores de este género son hijos de migrantes andinos que de
manera directa recibían influencia de la tradición andina a través de sus padres. Es
necesario resaltar en este punto de la chicha solo se cantaba en castellano. Se trata
entonces de una propuesta urbana de los barrios populares de Lima y a esto se suma que
ya existía en el Perú un mercado establecido para el folklore, esto beneficio rápidamente
para la difusión de los discos volviendo popular de forma masiva a la Chicha.

En 1981, Los Shapis grabaron El Aguajal, el cual fue un éxito premiado con la antena de
oro, siendo está la Génesis de la Fiebre de la Chicha, una movida multitudinaria que
hacía rebosar todos los Chichódromos. Cuando Los Shapis se presentaron en el estadio
de Alianza Lima, en 1986, junto al grupo Alegría los fanáticos izaron la bandera
multicolor y lanzaron vivas por los artistas pero esta euforia se vería acallada por un grito
diferente “¡chicheros regresen a su pueblo!”.

Para estas personas la música chicha era algo fallido, y extrapolaron estás características
a otros campos dando origen a un significado peyorativo de la palabra chicha;
posteriormente en la década de los 80 la industria discográfica de la música chicha además
de los múltiples grupos e intérpretes habían saturado el mercado, a esto se sumó la llegada
de nuevos géneros musicales como el Pop Mexicano, sí bien la chicha nunca captó el
interés de otros sectores (clase media y alta) empezaba a perder fuerza, pero sería hasta
1994 con la despedida eterna de Chacalón que está corriente musical empezaría a redactar
su acta de defunción.

Hablar de la Chicha sería también hablar de quién es recordado como “El papá de la
cantina” y tal vez el máximo referente: Lorenzo Palacios Quispe, mayormente conocido
como Chacalón. Este personaje carente de una formación musical y parte del proletariado
debutó en el Grupo Celeste reemplazando a su hermanastro; su voz ronca y melancólica
además de su carisma con el público le dieron un tono más agresivo al huayno moderno.
Pablo Rado, comenta que los Chichódromos donde Chacalón se presentaba eran como
una corrida de toros, “Si el público no ve sangre en la arena no es buena faena”. A fines
de 1977 Chacalón era conocido como “El ídolo de los chorros”.

Lorenzo animado por Luis Carvallo, fundó La Nueva Crema, agrupación que sería
representativa dentro de un tipo de fiesta chicha “la achorada costeña”. La empatía de
La Nueva Crema con un sector del público se explica por las letras de sus canciones y por
la vestimenta de Palacios; los hits de Chacalón están cargados de un destino trágico, por
un lado el sufrimiento del desamor y por el otro lado las peripecias de los migrantes que
tratan de encajar en la urbe, una evidencia de esto último sería la canción Soy provinciano
la cual se volvió un himno para los migrantes en la capital.

Chacalón era la afirmación y la negación de lo andino, y de alguna manera fue la síntesis


de un tipo de limeño de los 70: un Serrano acriollado.

Hasta el año de su partida hacia la inmortalidad con casi 50 años, contando con una carrera
exitosa y varios discos de estudio, era todavía una de las personalidades más importantes
de la Chicha y para muchos resultaba inexplicable dicha popularidad.

Finalmente con el pasar del tiempo la chicha continuó con su camino de transformaciones
y adaptaciones dando pasó a nuevas propuestas musicales como la Tecnocumbia.

La Chicha en el Perú sigue formando parte de la identidad de un sector peruano que canta
a viva voz aquellos clásicos que con nostalgia nos dan un vistazo a los fenómenos
culturales de la década de los 80 donde un muchacho provinciano tenía que levantarse
muy temprano para ir a trabajar.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Bailón, Jaime. 2004, “La chicha no muere ni se destruye, sólo se transforma. Vida,
historia y milagros de la Cumbia peruana”, en ICONOS No. 18, Flacso-Ecuador,
Quito, pp. 53-62.

Leiva, Carlos. 2005, Música “Chicha”, mito e identidad popular, El cantante peruano
Chacalón. Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador. Ediciones ABYA-
YALA. Corporación Editorial Nacional. Quito, Ecuador.

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