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Tan cerca y tan lejos, a la vez,

La miro a ella, como se aleja de mi,


Me fijo en su rostro, y sus perlados ojos,
en su candida voz de niña vella.

Aun no puedo creer que la conosca,


Un paradigma del destino, o una jugarreta del azar,
Solo yo la contemplo, pero habeses para ella no existo,
Solo yo la observo, como la rara gema de la perfección.

En mis lagrimas corre el dolor de no tenerla,


Y las noches oscuras me han contemplado,
Mi dolor no se mitiga por los años,
Solo lo puede calmar su candida voz de niña vella.

Esa persona que no me deja dormir bien,


esa persona con el rostro angelical,
aquella persona que le he regalado mi corazón,
y que no se que habra echo con el.

Bueno, el nombre ya no importa,


La edad tampoco, lo unico que vale,
es que la conosco y se que existe,
y tendre que esperar como sienpre

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