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ACEPHALE 1611

Época III Volumen 10


VANGUARDIA TEMPESTISTA
ACEPHALE
Época III Volumen 10
2021

Maquetado por Testa di cane

acephale.zine@gmail.com
Atentado en el aeropuerto
El Tirano estaba tomando un vodka en las rocas en el bar del aeropuerto.
Estaba acomodado en un sillón, rodeado de sus guardaespaldas, a su lado estaba su frívola
esposa twitteando. Algo sobre las buenas costumbres, opinando sobre el aborto o alguno de
esos temas que le resultaban tan intrascendentes.

Le trajeron su café negro, la joven una pe- chacha que atendía era una joven bonita
cosa de pelo castaño le dio una sonrisa, le de pelo negro con tatuajes en el brazo.
pago y dejo un billete de veinte pesos de -Me gusta mucho tu chamarra—le dijo,
propina. Sentado en el bar el Tirano esta- usaba una chamarra negra con el rostro
ba pidiéndole algo al mesero, un plato de de Jim Morrison atrás, él le dio las gracias.
cacahuates u otro trago tal vez. Compro un cinturón que le vendría muy
Estaba ahí con esa sonrisa maldita, toman- bien, ella le dijo que se llamaba Sandra
do sus tragos, el hombre que convirtió a y le paso su whatssap, el le prometió lla-
este país en un cementerio con su estú- marla. Tal vez lo haría o tal vez no, no iba
pida guerra, que provoco miles de desa- a quedarse mucho tiempo en esa ciudad
parecidos, muertes y que protegió a los que odiaba.
militares y fuerzas policiales al momento
de cometer todo tipo de abusos contra el El Tirano estaba levantándose del bar,
pueblo. todavía estaba sobrio y es que tenía que
aguardar las apariencias, si los rumores
En un pueblo sano, un tipo tan ridículo y eran ciertos era en la intimidad de su ho-
despreciable como ese que estaba toman- gar donde daba rienda suelta al borracho
do su vodka seria echado o todos se uni- violento, una imagen tan patética y desa-
rían para golpearlo, despedazarlo y poner gradable que decepcionaría a aquellos im-
su cabeza sobre una pica al lado de toda béciles que lo tenían como un ejemplo de
su puta familia en el Zócalo, pero no po- líder (o tal vez no, eran tan pendejos que
día esperar nada un pueblo como este. lo seguirían idolatrando).
Un joven bien arreglado se acercó al Ti-
rano, tenía barba y vestía muy bien con El Tirano acompañado de su esposa y sus
camisa blanca y un chaleco azul posible- guardaespaldas suben al avión, hay pocos
mente un joven empresario o estudiante pasajeros, incluyendo a dos pendejos que
de ciencias políticas, uno de esos pendejos se tomaron unas fotos con él, los dos te-
que andan en Twitter escribiendo que “el nían la misma pinta que el joven que se
pobre es pobre porque quiere”. El joven y tomó una foto en el bar.
el Tirano se tomaron una foto juntos, se- Tomo su mochila y le envió un mensaje
guramente la presumiría entre sus círculo de whatss a Sandra, se vieron en la puerta
de amigos adinerados de la universidad. y se despidieron de lejos.
Pensó en cómo le gustaría tener a todos El vuelo del Tirano ya estaba por salir,
esos idiotas en un solo cuerpo y decapitar- bajo las escaleras para dirigirse a la salida,
los pero se conformaba con lo que suce- el mismo imbécil que se tomó una selfie
dería hoy. Entro a una tienda de chamarras con el Tirano estaba hablando por celular
y accesorios para Haerley Davidson, la mu- con alguien con un tono demasiado agre-
sivo, estaba casi gritando como si alguien que el atentado fue obra suya, con tal los
le interesara su plática. Deseo agarrarlo del Partisanos años atrás hicieron lo mismo
cuello y romperle el cráneo sobre la pared, con un secretario de gobernación.
pero no por ahora, tal vez si se lo volviera En las redes sociales ya empezaban a ha-
a encontrar. blar de lo sucedido, alguien grabo el mo-
mento exacto en el que el avión exploto
En el estacionamiento se encontraba Da- en los cielos.
vid esperándolo en un Tsuru, se dieron la
mano y se subió en la parte delantera. Max lamentaba las muertes de los inocen-
-¿Qué tal tu vuelo? tes que iban en el vuelo pero era un sa-
-Bastante tranquilo ¿Todo está hecho? crificio necesario, el mensaje era para toda
-Lo averiguaremos cuando salgamos de la oligarquía política y para el Gobierno
aquí—dijo arrancando el auto, Max se aco- Secreto.
modó y miro por el espejo retrovisor, en
ese momento en la comodidad del vuelo, Todo el terror que durante un sexenio le
un mensaje de voz se prendería con su voz impusieron al pueblo no era nada compa-
maldiciéndolo, le diría que lo que pasaría rado con el verdadero terror que les estaba
seria su castigo por todas las muertes, por cayendo, el les iba a enseñar lo que era
todas las lágrimas y tragedias que causo al vivir con terror.
país sobre todo al Norte, por crear un cli- La explosión en el cielo lucia como un Sol
ma de terror y de depresión en su comu- Negro que profetizaba más guerra y des-
nidad, seria juzgado y su condena seria la trucción para la gente que estaba en el po-
muerte, cuando ese mensaje empezaría el der.
avión ya estaría en los cielos, demasiado
tarde para realizar un aterrizaje. Seria pron- Guerrero del Sol Negro
to cuando sucedería, estaban ya fuera del
aeropuerto cuando volvió a mirar por el
espejo retrovisor.
En las alturas el avión donde iba el Tirano
exploto, posiblemente mientras escuchaba
el mensaje se le atraganto la bebida, senti-
ría el terror que miles sintieron durante su
sexenio y no seria suficiente.
Soy el Kaiser y este es mi juicio, tu castigo
es la muerte y la esclavización de tu alma
maldito hijo de puta.
Un hechizo rúnico que maldeciría su alma,
un castigo cruel y justo para aquel malna-
cido megalómano. No descansaría, no lo
permitiría.

Pronto llegarían las fuerzas de la ley al ae-


ropuerto a investigar, en los cielos estaba
una bola de fuego como un sol negro de
justicia y destrucción.
El plan funciono y necesitaba un tarro de
cerveza para celebrar, ellos harían público
Despierta Caballero
Ya no recuerdo cuando fue mi última cer-
veza buena que tomé después de mi acep- Mi trabajo en los primeros días fue sim-
tación en el club. Una vez más estoy con plemente de seguridad, tenía que evitar
mi club en el bar “La Dama Roja” de la que “la mercancía” no saliera sin permiso
ciudad. Soy de los prospectos más jóvenes de las casas de seguridad que tenían los
del club en ascender tan alto en la banda, jefes. Todas las noches entraban gente de
aunque no el primero en toda la historia dinero, ya sea de la ciudad o de afuera.
de esta pandilla. Políticos, policías, gente que se veía famosa
pero no tenía idea de quienes eran entra-
Parece que fue solamente ayer que fui ban y gastaban mucho dinero en el lugar,
acogido por Serge, mi mentor. Tenía una en especial por niñas que todavía no cum-
vida muy descarrilada, drogas, alcohol, lo plían la mayoría de edad y que sabía que
común en un adolescente a cuyos padres estaban en contra de su voluntad.
no le prestan atención. Mi madre entró
en depresión después de que mi padre Estaba asqueado con ese trabajo, a veces
nos abandonara haciendo que yo, con 15 quería vomitar de lo asqueroso que era.
años en ese momento, tuviera que hacer- Como aquella vez que vi un empresario,
me cargo de la casa por mi cuenta. Tra- de lo más obeso y feo que te pudieras
baje de chalán, mesero, cargador y demás imaginar, entrar a una recamara en donde
para sacar dinero de donde pudiera. Al ver estaba una chica de no más de 17 años,
que lo que ganaba no era suficiente, unos bella, rubia de ojos castaños, amarrado
amigos del barrio me ofrecieron un tra- en la cama en una posición que invita-
bajo del cual se pagaba muy bien. Tenía ba a que las mentes perversas maquinaran
que llevar ciertos paquetes a ciertas zonas cualquier desea lascivo que se le pudiera
y recibir dinero, obviamente que ya tenía imaginar para hacerlo realidad.
edad y conocimiento para saber que eran
esos paquetes y lo que contenían. Empe- Estaba harto de ser participe de eso, aun-
cé a ganar mucho dinero, no tanto como que ganaba buena suma de dinero, prefería
se podría imaginar al ver películas de nar- quedarme en la calla que seguir ayudando
cotráfico y eso, pero si lo suficiente para a esos cerdos, pero el salir de esos trabajos
ayudar en la casa y a mi madre que estaba no es algo que se sepa que sea fácil, sólo
empeorando con la depresión. que era muy idiota para entenderlo.

En un momento de desesperación ya que Un día hablé con mi jefe que quería sa-
nos querían embargar la casa por falta de lirme de este negocio explicando mis ra-
pago decidí querer entrar al negocio de zones. Me sorprendió al saber que mi jefe
la trata de mujeres, no es algo de lo que accedió sin ningún tipo de reclamo, a lo
me ufane, disfrute o siquiera me agrade un cual agradecí retirándome del lugar, que
poco, pero necesitaba el dinero. tonto fui.
Volví al trabajo, yo estaba en una esquina,
Cuando llegué a mi caso vi que había pa- disimuladamente, para recibir a los com-
trullas de la policía y gente rodeando el pradores de cocaína que vinieran a mí. En
lugar, no sabía que pasaba hasta que lo vi un momento casi como rayo un compra-
de lejos. Mi casa estaba llena de impactos dor me dijo.
de bala, y de adentro sacaron en una bolsa
negra lo que yo sabía que era. Mi madre —Cuánto tiempo sin verte Marcus—
había sido asesinada. Fue un mensaje para
mi y sabía que ellos seguían por la zona, Cuando me fijé bien, el sujeto que me ha-
esperándome y buscándome para terminar blaba era un antiguo compañero de traba-
el trabajo. Quise ir hacia con el cuerpo de jo de las casas de seguridad.
mi madre en la ambulancia, pero sabía que
sería mi fin si me acercaba a la zona con Me quedé helado y mudo, me habían en-
los policías, que no harían nada ya que contrado. En ese momento empecé a ca-
muchos de ellos son clientes frecuentes de minar hacia atrás con una intención inútil
mi antiguo jefe. de querer huir, aunque sabía que mi des-
tino estaba sellado. Al otro lado de la calle
Con una lágrima en los ojos y en silen- tres hombres salieron de un carro negro
cio, me despedí de mi madre a lo lejos re- que estaba estacionado y dirigiéndose len-
cordando los buenos momentos que pasé tamente hacia mí. El viejo compañero saco
junto a ella antes de su depresión, y mien- un arma y me apunto a la cabeza, lo único
tras veía como desaparecía en la ambulan- que hice fue cerrar los ojos y esperar mi
cia que iría al hospital o a la morgue me final, pero no fue así.
fui de ahí sin mirar atrás. Estuve viviendo
en la calle, en los callejones, comiendo de Un disparo hizo que abriera los ojos, al-
la basura o de lo que podía robar de los guien había matado al sujeto que me iba a
mercados, siempre con el temor que me disparar. En ese momento los otros hom-
fueran a encontrar. bres sacaron sus armas asustado mirando
a todos lados. De pronto una jauría de
Pasó el tiempo y me descuidé, y empecé a motociclistas apareció en sus motos a toda
ser menos precavido cada día. Empecé a velocidad disparando a aquellos hombres
salir con nuevos amigos de las calles y em- matándolos y pasando con sus motos por
pecé a vender drogas en las esquinas para encima de los cuerpos y rodeándolos como
tener dinero y poder comer. Un día esta- una manada de lobos sobre una presa aba-
ba sentado en una banca de un parque tida. Uno de los hombres se dirigió hacia
público descansando, cuando vi que en el mí, una hombre alto, fornido, calvo, con
otro extremo de la banca estaba sentado tatuajes y una barba larga, aunque no tan
un gato mirándome fijamente. Era un gato larga como la de Gandalf. El hombre se
enigmático, era negro y tenía unos ojos me acercó y dijo.
amarillos y muy penetrantes, también tenía
un collar con una medalla, tal vez su nom- —Los lobos viajamos en manada—
bre, pero no alcanzaba a distinguir nada.
En ese momento uno de mis compañe- Extendió su mano hacia mi en señal de
ros me llamó, a lo cual voltee para asentir. ayuda a lo cual accedí, el resto como dicen
Cuando volví a voltear a donde estaba el es historia.
gato, éste ya no estaba más.
Serge fue mi mentor, mi maestro, fue el
padre que nunca tuve. Los compañeros después de una rapiña. En un momento
de “Black Knights MC” fueron mi familia y algo causo que un grupo de hombres gri-
mis hermanos a los cuales defendería con tones quedara mudo poco a poco.
mi vida. Serge sabía mi historia, ya que es-
tuve en todas las noticias a lo cual me re- Una mujer caminando por la acera del
conoció rápidamente al verme. Él al igual bar en dirección a cruzarnos pasó frente a
que yo perdió a su familia, a su esposa la nosotros. Era una mujer no alta, como de
asesinaron y a su hija la prostituyeron a 1.65 pero tenía un porte muy firme. Venía
la fuerza y a asesinaron dejando su cuer- con un vestido negro entallado haciendo
po desnudo en un tiradero a su suerte. La resaltar una figura que delataba el bello
policía no hizo nada, a los políticos de la cuerpo que tenía la chica. Era muy blanca
ciudad no les interesó, ¡y como iban a inte- y tenía un rostro redondo pero bello. Tenía
resarles si ellos estaban coludidos con los un pelo largo casi a la cintura y negro, el
tratantes y las mafias del lugar! peluquero que la hubiera atendido había
hecho un buen trabajo. Sus rasgos refleja-
Serge fundo a los Black Knights MC, no ban ciertas raíces latinas que era obvio que
solo como un club de motociclistas, sino tenía pero que para nada le quitaban lo
como una hermandad, una tribu que se bello de su rostro, al contrario. Tenía unos
enfrenta a las injusticias del sistema, como pómulos y cachetes redondos y lindos, la
un acto de guerra de ¡ya basta! Hacia aque- hacían ver inocente y linda, parecía una
llos que abusaban de otros con su poder. muñeca de porcelana. Una boca no muy
grande pero muy bien marcada, como los
Entre mis hermanos yo era el más chico, labios de un ángel. Mostraba sus piernas y
incluso me veía chico. Siempre tenía mi estaban bien definidas, y llevaba unos taco-
pelo corto, pero no tan corto, siempre me nes que hacían lucir unos pies despampa-
rasuraba a lo cual mi cara siempre tenía nantes y bien cuidado, pareciera que solo
ese aspecto cuadrado y ovalado, como una los usaba para caminar los las nueves de lo
luna también por lo blanco. También soy frágiles y delicados que se veían. Tenía un
el “Rompe Corazones”, ya que a los bares estilo algo gótico en el sentido de su ves-
a los que íbamos siempre las chicas del timenta toda era de negro, su vestido, sus
lugar trataban de acercarse a mí, a lo cual tacones, incluso las uñas de sus pies y ma-
Serge le causaba risa y diversión, como a nos estaban pintadas con un esmalte que
un padre que ve a su hijo ser el centro pareciera reflejar la oscuridad de la noche.
de atención de las chicas más guapas de Sus ojos parecían de otro mundo, ya que
la zona. Pero nunca tuve un interés en las tenía unas pestañas largas y curvas, tenía
chicas en el sentido de que no me sentía un delineado negro que hacía resaltar el
a gusto, cómodo o más bien no sentía que brillo de sus ojos, pero lo más llamativo
era el momento, todavía tenía que curar y era el color de sus ojos. Tenía unos ojos
arreglar los traumas del pasado para sentir- azules tan misteriosos ya que pareciera que
me completamente bien conmigo mismo, tuvieran luz propia, un azul brillante, algo
tranquilo. espectral, como los vampiros de las pelí-
culas.
Un día afuera del bar la Dama Roja, está-
bamos en la calle, en la acera del bar ha- La chica paso frente a nosotros sin diri-
blando y riendo, divirtiéndonos y haciendo girnos una mirada, simplemente firme en
un escándalo que hacía ver a nuestro club su propósito de seguir caminando mien-
como un grupo de bárbaros divirtiéndose tras los chicos la veían pasar atónitos, unos
saboreando su belleza y otros incrédulos además de ser veteranos de la guerra de
de lo que estaban viendo. Cuando casi lle- Irak retirado tras perder la pierna izquierda
gaba a donde estaba yo ella volteó a mi- tras una emboscada talibán en Beirut. Lo
rarme, solamente con sus ojos, sin mover curioso es que, junto a él, sentada a su iz-
su cara. Sus ojos cruzaron con los míos quierda en una mesa aparte de la de todos
mientras seguía caminando hasta que cor- estaba esa chica que vimos pasar el otro
tó con la mirada y siguió caminando sin día. Estaba sentada, con el mismo vestido
mirar atrás, dejándonos con la sorpresa de negro, con las piernas cruzadas y recargada
su presencia. en la mesa mientras bebía una copa de
vino elegantemente.
—Uff, si así son las latinas que vengan to-
das para acá— dijo John, el vicepresidente Mi mente ya no tenía la palabra “hermo-
del club, mientras todos reían por el co- sa”, “bella”, no, ahora eran dudas. ¿quién
mentario que hizo. es ella?, ¿porqué está aquí?, ¿Qué tiene que
ver con los veteranos?
Fue un momento extraño y fuera de la rea-
lidad, su mirada me llenó de algo, no de Las reflexiones que estaba haciendo se di-
deseo, como con otros pasaría, sino de cu- siparon después de que Woods empezara
riosidad y hasta familiaridad, no entiendo a dar su discurso.
por qué. No sabría si volvería a verla, pero
diferencia de los demás hermanos, no me —Buenas noche compañeros. Este día nos
preocupaba si jamás volviera a verla, como reunimos para dar una información que
dije no me siento en condición para algo tanto ustedes como yo tenemos derecho
así. a escuchar. Periodistas amigos míos descu-
brieron un nexo entre el alcalde y uno de
los líderes criminales más importantes del
En la ciudad iba a ver una reunión en un estado, Jeffrey Cohen, un tratante de mu-
bar, un bar grande en donde se iba a pre- jeres cuyo base de operaciones se encuen-
sentar Henry Woods, presidente de la aso- tra en esta ciudad. La noticia se descubrió
ciación en contra del tráfico de personas tras encontrar a las afueras de la ciudad
en su campaña para que el gobierno de una casa de seguridad en donde tenían a
la ciudad clausure los lugares ampliamente niños y niñas contra su voluntad y en don-
conocidos de trata de personas que ni el de tenían un lugar donde hacían rituales
alcalde o la policía quieren cerrar o siquie- de sacrificio con algunas de sus víctimas
ra admitir que existen. para la trata de personas. Además de otra
casa de seguridad bajo el nombre código
En el lugar asistieron varias personas y de Wonderland en donde hacían subastas
grupos de todo tipo: grupos nacionalistas, de mujeres de edad joven para personas
bandas de motociclistas, padres y familia- de dinero, los participantes de la subasta
res afectadas por las mafias y la asociación murieron, todavía no saben el como ocu-
de veteranos de guerra que estaban hartos rrió, pero lo que descubrieron es que entre
del sistema que ellos defendieron en com- las víctimas estaba un Cohen, hermano de
bate fuera del país. Jeffrey Cohen, líder de la red de tráfico en
la ciudad que el alcalde y la policía encu-
Entre la asociación de veteranos estaba Je- bren. Lo llamo a todos mis hermanos a
rry Ford, teniente del cuerpo de marines y luchar y exigir la renuncia del alcalde, del
presidente de la asociación de veteranos, jefe de policía, y que a ellos junto con Co-
hen y la gente de su calaña ¡Vayan todos a grande y de esta forma no se puede atacar
la cárcel!— el problema— le respondo tratando de sa-
ber a qué está jugando.
El lugar sonó con un estruendo de acep-
tación y deseos de que eso sucediera. Mis —Veo que has visto lo mismo que yo. Casi
hermanos estaban gritando con coraje, nadie que ver más allá de lo que pueden
mostrando su deseo de pelear contra esas ver, pues el problema se complica. Quieren
ratas, parásitos del sistema, en especia Ser- soluciones mágicas a cosas muy complejas
ge, que al igual que yo a perdido tanto por y no siempre es así. A veces hay que ver en
culpa de ellos. Pero mi mente no paraba de la oscuridad para poder entender mejor lo
pensar y analizar, ¿Qué tan grande era la que muestra la luz—
red?, ¿Cohen era el principal o una cabeza
más de la Hidra?, ¿Qué clase de rituales Su respuesta me sorprendió, la verdad no
hacia en esos lugares?, ¿Son una mafia o esperaba algo así aunque la verdad seguía
un culto muy poderoso?, ¿Si son un culto sin saber a qué iba todo esto.
que es lo que buscan o lo que quieren?
—¿Black Knights?, ¿eres como un caballero
Estaba de acuerdo en querer luchar junto medieval?— pregunta con un tono coque-
con la gente del bar en contra de ellos, to mientras miraba uno de mis parches de
pero sentía que no era la forma indicada mi chaleco.
de acabar con ellos. Al final, si destruyes
esta célula, ¿Qué pasará con las otras? Yo —Es mi club, donde estoy con mis herma-
sentía que para acabar con el problema se nos, son mi familia, sangraría y moriría por
debía ir hasta el origen. ellos, así que cuida tu tono cuando hables
de los míos— le respondí con un tono fir-
—No te veo muy entusiasmado con la me mostrando los límites a donde le tenía
idea de Woods— menciona una voz de permitido llegar.
mujer dirigiéndose hacia a mí.
La chica sonrió más y me miro de una for-
Era esa chica misteriosa sentada frente a mi ma más intrigante.
en mi mesa mirándome a los ojos mientras
recargaba su cabeza en una de sus manos y —Tranquilo, mi intención no es ofenderte
me daba una pequeña sonrisa. o a tu familia, solo me causa curiosidad.
Pensé que los Caballeros ya no existían,
—No es eso, simplemente siento que hay pero puede que al fin haya encontrado
algo más, y esto, no creo que funciones de uno— lo dice mientras se paraba lenta-
todo— le respondo un tanto sorprendido mente de la silla.
e intrigado con la presencia de la chica.
—No lo entiendo— le respondo con más
—Mmmm, ¿algo más?, ¿Cómo qué?— pre- dudas que respuestas.
gunta la chica un tanto intrigada pero con
tono juguetón hacia mí. —¿Y si te dijera que hay más cosas detrás
de todo esto, te interesaría conocer más?—
—Creo que esto es algo más grande, y no responde la chica con una mirada algo in-
creo que una simple sustitución de pues- trigante.
tos o encarcelamiento de unos cuantos
sea suficiente, siento que esto es algo más —¿Y tu lo sabes?— le contesto retándola
para ver que es lo que tiene que dar. En ese momento veo a lo lejos un grupo
de pandilleros rodeando a una chica vesti-
—Veme en el parque de la ciudad, a media da de rojo. ¡Era ella!
noche, si es que quieres conocer más—
me responde mientras da una media vuel- Me acerco corriendo rápidamente alugar
ta para salir del lugar. para tener cara a cara a esos sujetos en
persona. Cuando llego veo a los sujetos y
—¡Espera!, nunca supe tu nombre— le los reconozco. Fueron los amigos del ba-
menciono rápidamente antes de que se rrio que tuve cuando me inicie en la venta
marchara. de drogas, la vieja familia que tuve cuando
inicié con mi caída en mi vida. Ellos me
Ella se detiene y voltea hacia mí. reconocieron e intentaron ser amables.

—Sophia— responde con una tranquili- —¿Marcus? Que sorpresa, ojalá fuera, en
dad que hace parecer que no hubiera un otros términos—
escándalo alrededor nuestro.
—¿Qué es lo que quieres con ella?— pre-
—Entendido, mi nombre es…— en ese gunto firmemente dando a entender que
momento antes de mencionar mi nombre, no estoy para juegos.
Sophia hace un gesto de silencio con su
mano izquierda en su boca pidiéndome —Uy, ¿es conocida tuya?, lamento que
que no siguiera. esto sea algo complicado pero veras, esta
zona es nuestra plaza, nuestro territorio, y
—Yo se quien eres, Caballero— mencio- la verdad, no vemos a diario mujeres tan
na eso y camina elegantemente fuera del hermosas como ella— menciona mientras
lugar, perdiéndose en la noche de la calle. señala a Sophia, que venía con un vestido
rojo entallado resaltando su belleza en una
noche tan sola y oscura como ésta, lo inte-
Pasa el tiempo y ya el bar empieza a vaciar- resante es que ella se mostraba tranquila y
se, la reunión terminó. Paso un rato con sonriente cuando vio que estaba aquí.
mis hermanos a lo cual me despido ya que
tengo que ir al parque a esa reunión mis- —Vete de aquí y déjala en paz— le res-
terios. Serge y mis hermanos empezaron pondo tajantemente mostrando mis inten-
a avergonzarme ya que vieron en el bar ciones.
cuando hable con esa latina misteriosa y se
imaginaban lo que iba hacer. Después de —Lo siento viejo amigo, no creo que se
bromas y risas me marché del lugar hacia pueda hacer, tienes dos opciones: te unes
el encuentro con ella. a la fuiesta y disfrutamos juntos a esta ri-
cura de latina, ésta oferte te lo hago como
Llego y el parque está solo, no había na- un viejo amigo, o luchas contra nosotros y
die hasta que escuché un maullido, volteo te matamos mientras violamos a tu amigo
abajo y era ese gato negro de la otra vez, y dejamos su cadáver junto al tuyo, ¿cuál
mirándome fijamente y ronroneando. Yo eliges?—
lo veo, con cierta curiosidad, hasta que el
gato empieza a caminar a una zona don- En ese momento entendí que estaba en
de la iluminación no servía, ya que el foco una posición difícil, pero no solo por So-
estaba fundido, desapareciendo de la vista. phia, sino por mi mismo. Esto entendí que
era una prueba, un enfrentamiento hacia riendo, pues al fin mate mis demonios, me
mi vida pasada, ese trauma que vengo car- siento libre. Cierro los ojos y una oscuri-
gando conmigo que no he podido soltar, dad invade mi visión sumiéndome en un
se materializaba frente a mi en forma de silencia y una oscuridad que siempre pen-
aquellos sujetos que me forjaron en la sé que algún día llegaría a presenciar.
persona que detesté por años. Estaba cla-
ro, esta no era una lucha normal, era una
decisión, una encrucijada entre quien era,
quién soy, y quien quiero ser.

Cerré los ojos, vi pasar mi vida en mi men-


te, el abandono de mi padre, los tiempos
buenos y malos con mi madre, su muerte,
mi vida de criminal, la vida que tuve con
mis nuevos hermanos, la vida con mi ver-
dadero padre Serge, sus enseñanzas, todo.
Exhale, abrí los ojos y de mi cintura saqué
una daga de combate que mi verdadero
padre Serge me dio, con una inscripción
en la hoja que decía: Si Vis Pacem Para Be-
llum. Miré a los ojos a esa vieja familia de
las calles, y apretando la daga le respondí.

—Que así sea—

En ese momento se lanzaron en contra mía.


Los instantes se volvieron lentos y a la vez
fugases, pareciera que el tiempo se hubie-
ra detenido o que el momento se hubiera
centrado en el combate completamente.
Uno a uno caía, derrotado mientras seguía
con una ira y una rabia incontrolable por Despierto de un golpe, como si me hubie-
querer acabar con todos. Todos cayeron ran ahogado y apenas me hubiera dado
hasta que sólo quedó mi viejo amigo el cuenta que me faltaba aire para respirar.
cual con engaños quiso rendirse, yo sin sa-Observo rápida y frenéticamente en mi pe-
ber acepté, pero sin darme cuenta sacó un cho la herida de la apuñalada que me die-
cuchillo de la espalda y me lo clavó en el ron y veo que solamente hay una cicatriz,
pecho justo en mi corazón. Mientras me pero nada más, pareciera como si casi no
arrodillaba preso de un dolor insoportable,hubiera pasado nada Veo a mi alrededor y
pero sin emitir ni un ruido, tomo fuerzas me encuentro en una habitación mediana,
y con mi daga apuñalo su cuello cortando de un estilo gótico y victoriana, de colo-
la arteria y cuanto me encuentre con el filo
res negros y rojos. La habitación parecie-
de mi arma. ra que fuera ideada por un admirador de
la nobleza antigua del renacimiento con
Al final cae desangrado y muerto y yo me una combinación de fantasía estilo Bram
recuesto en el suelo, mirando el cielo es- Stoker o Edgar Allan Poe. Miro a los pies
trellado con una hermosa luna llena, son- de la cama y la veo a ella.
Estaba sentada en un escritorio que daba
con una gran ventana que dejaba entrar Empezó a caminar lentamente hacia mí,
la luz de la luna llena iluminando la ha- hasta subirse a la cama y gatear, como una
bitación además de las cuantas velas que gata acechando a su presa mientras acer-
se encontraban en el lugar. Estaba sentada, caba lentamente su rostro al mío. Cuando
recargada viendo la luna descalza con solo quedamos cara a cara, sus labios a unos
su vestido rojo brillante hasta que voltea centímetros de los míos, su cuerpo denu-
hacia mi y me mira fijamente, con esos es- do encima del mío, me miró fijamente con
pectrales ojos azules lanzándome una son- una expresión de deseo y cerrando lo ojos
risa seductora. me empezó a besar.

Se para, dirigiéndose hacia mí, a los pies Su beso empezó lento, tierno y seductor,
de la cama, moviéndose lentamente, sin hasta llegar a un nivel de lujuria y de de-
dejar de mirarme, contoneando su figura seo. Empezó a besarme el cuello, bajando
frente a mí. Se para un momento y gira lentamente por él, por mis pectorales, por
lentamente dándome la espalda. Empieza mi pecho y mi vientre casi llegando a mis
a quitarse el vestido desde arriba, sacándo- genitales.
se un brazo y luego el otro para proceder a
recorrer el vestido a través de su cuerpo y Mi pantalón luchaba por no dejar a la vista
sacar sus pies para dejar su cuerpo cubrir- una erección que se formaba cada vez más
se completamente con la blanca luz de la fuerte mientras ella besaba las zonas cercas
luna. de mi pene. La temperatura subía, sentía
que el calor estaba aumentando.
Se pone firme, la luz ilumina su blanca
piel, casi pareciendo que tuviera una luz Empieza a desabrochar mi cinturón lenta-
propia, areciera que la luna tomo forma mente mientras no dejaba de fijar su mi-
humana y se convirtió en una mujer. En rada en la mía. Sentía un calor, pero a la
la base de la espalda se vislumbraba una vez estaba helado, respirando por la boca,
forma, unos números, como un tatuaje en como una presa que va a ser devorada. Des-
estilo antiguo, 1611 pareciera decir. abrochó mi pantalón, lo bajo lentamente,
lo suficiente para tocar mi pene erecto por
Empieza a girar lentamente de frente hacia encima de mi boxer. Mis ganas y deseos
mi mostrando la hermosura de su cuerpo no podía controlarlos más, necesitaba sus
desnudo. Unos pechos redondos y firmes labios y su lengua en mi glande, que estaba
delineaban la parte superior de su cuer- tan excitado que estaba arrojando gotas de
po, una cintura hermosa y curvilínea que semen por el deseo incontrolable de tener
invitaba a rodearla con las manos, unas su boca en él.
caderas redondeadas, un monte de venus
que mostraba unos labios vaginales que ni Baja por completo mi pantalón y mi boxer,
los pétalos de la más hermosa flor podría dejándome desnudo por completo. Mi
iguales en belleza y suavidad, unas piernas pene caliente y erecto estaba frente a ella,
delineadas y unos pies que parecieran es- frente a sus labios que se acercaban lenta-
culpidos por un ángel. Su piel blanca y sin mente a él esperando a ser devorado. Ella
marcas, vellos o imperfecciones se mostra- respiraba cercas de él, sentía en mi pene
ba brillante y hermosa, generando contras- sus exhalaciones cada mes más profundas.
te con el esmalte negro de sus uñas. No podía más, sentía como si me tortura-
ba, acariciándome con un placer, pero im- hacia arriba y mi boca se estaba secando
pidiendo que lo disfrutara. por las fuertes exhalaciones de placer que
estaba generando. Ella hizo lo mismo, am-
Por fin ocurrió, cerré los ojos y solo podía bos llegamos al orgasmo, y tras llegar al
sentir como ella introducía lentamente mi clímax una sensación sobrenatural inundó
pene en su boca, mientras jugaba con su mi mente.
lengua alrededor de mi glande. Movía su
cabeza adelante y hacia atrás, lentamente, Mi visión se oscureció, y sentí como si
asegurando que disfrutara cada momento algo se hubiera abierto, como una puerta a
de cada movimiento al máximo. Cada rato algo que no sabía que era. De repente en
a ella o a mi se nos escapaba algún gemi- esa oscuridad de la mente vislumbre un
do, lo que solo lograba que se calentara sol, pero no era un sol común, era un sol
más el momento. cuyos rayos no generaba calor, sino frío,
era un sol que no iluminaba, al menos no
Cada gemido que lanzaba ella aumentaba como el sol que todos conocemos, ilumi-
la velocidad, con su boca y sus manos esti- naba con oscuridad, pero aún así se podía
mulaba cada vez más. No podía más, cada ver.
momento era más difícil el poder conte-
nerme, quería terminar ya. Ella se detuvo y Vi a un hombre gigantesco sentado en un
se levantó, se puso frente a mi e introduje trono negro, debajo de ese extraño sol,
mi pene lentamente en su vagina mientras con sus codos recargados en los descan-
me miraba fijamente. sa brazos del trono y sus manos cruzadas
frente a su cara en señal de estar medi-
La suavidad de su vagina era increíble, me tando. Vislumbre mejor ese trono y vi que
sentía como en otro mundo, como su es- estaba formado con huesos y cráneos hu-
tuviera haciendo el amor con una diosa. manos. El hombre estaba vestido de cuer-
Ella se movía adelante y hacia atrás, len- po completo con una armadura antigua.
tamente hasta alcanzar una velocidad no En su cabeza llevaba un casco, como los
tan rápido, pero si constante. Ella cerraba que usaban los españoles, y su rostro es-
los ojos de vez en cuando, se tocaba así taba cubierto con una máscara plateada,
misma, sus pechos, su abdomen, su cuello. unida al casco, que asemejaba a un rostro
Yo la tocaba de vez en cuando su cuerpo con bigote y barba como la de los hombres
de frente, quería disfrutarla todo cuanto antiguos. De su ojo izquierdo escurría san-
podía. Gemidos cada vez más fuertes se le gre, como si alguien le hubiera arrancado
escapaban, sentía como mi pene se hume- un ojo, pero aún así, las dos formas de la
decía más por los jugos vaginales que lo máscara que daban espacio para mostrar
empapaban como agua de un cálido ma- los ojos de aquel hombre sólo mostraban
nantial que te invitaban a relajarte y dis- oscuridad.
frutar.
El hombre rompió su meditación, y con su
No podía más, ni ella tampoco, estábamos mano izquierda formo un signo con tres
llegando al clímax. Una sensación estaba dedos apuntando al sol. El son empezó a
recorriendo por mi cuerpo, trataba de dis- cegarme con su oscuridad hasta que no vi
frutar lo más que pudiera antes de por fin nada y la oscuridad invadió mi ser.
sentir el tan delicioso alivio del fin. Tras
un gemido de liberación y satisfacción me
corrí dentro de ella, mis ojos se fueron Desperté nuevamente, en la misma cama y
la misma habitación, estaba denudo con sólo las sabanas cubriendo mi cuerpo. Todavía
no vislumbraba bien a mi alrededor hasta que escuche una voz.

—Despierta Caballero—

Aprieto los ojos para poder volver a abrirlos y enfocar bien de donde viene esa voz.
Era Sophia, que estaba en la silla del escritorio en la ventana, con un camisón rojo que
cubría su cuerpo desnudo, mirando el amanecer y los primeros rayos del sol con un
rostro que reflejaban tranquilidad y gozo absolutos mientras acariciaba un gato negro
que estaba acostado en sus piernas.

Ella voltea hacia mí, me mira fijamente, y con una sonrisa tranquila habla.

—Bienvenido de vuelta al mundo… Mordred—

Corvinus el Viejo
La catrina
Mientras caminaba entre las oscuras pa- de túneles usados exclusivamente por los
redes de ladrillo, una imagen robo su políticos, los cuales interconectaban pala-
atención por un momento a pesar de la cio nacional, san lázaro, el monumento a
oscuridad, un niño con los shorts en los la revolución y otros puntos de la ciudad
tobillos, la dura tela sobre los zapatos es- que a la suficiente profundidad, termina-
colares mientras el niño estaba en cuclillas ban estando relativamente cerca el uno
apretando los puños y pujando mojones del otro.
que caían como suaves piedras sobre el Pero lo que aseguraba ese usuario anó-
suelo de concreto frente a todos aquellos nimo en el foro, era que había un nivel
que estaban a su alrededor viendo y es- aún más secreto, que a diferencia de los
perando a que terminara de lanzar esas túneles y catacumbas que había en París,
bombas sobre la tierra. estos no se expandían por toda la ciudad y
Hasta que una mano delgada, como el mucho menos eran una atracción turística.
hierro forado lo empujo de entre la es- Estos eran túneles que se interconectaban
pesa sobra de aquellos túneles y le obligo en la profundidad y en un punto más bajo
a seguir avanzando, sintiendo el piso are- y céntrico, se unían en una sola fosa enor-
noso y agreste a medida que avanzaba, en me en donde los tres grupos anteriores y
ese instante solo se le ocurrió preguntar a muchos otros aún más exclusivos se reu-
aquello que lo guiaba entre la oscuridad. nían para organizar un antiguo culto en
-¿Aún falta demasiado? pleno siglo 21.
-Calla extranjero. El usuario anónimo le explico cómo había
Le respondieron sus guías, mientras avan- sido invitado a una de estas reuniones de
zaban entre los túneles secretos del metro dicha organización y como era casi impo-
de la ciudad de México. sible acceder sin invitación, incluso inves-
Nuestro extranjero, vino a esta tierra bár- tigar o tratar de encontrar alguno de esos
bara con la idea de responder aquellos túnele secretos era una tarea imposible
enigmas que escucho en foros de internet, para cualquier mortal; pues eran custodia-
alguien alguna vez le conto sobre túneles dos día y noche por el ejército, no por los
secretos los cuales eran usados por el nar- narcos o los pandilleros de la santa muer-
co para transportar la droga por la ciudad, te o cualquier otra agrupación, sino por
en otro nivel aún más secreto, otros túne- el mismo ejército mexicano, y el usuario
les eran usados por una secta de adorado- también explico que este era el motivo por
res de la santa muerte, los cuales tenían su el cual, el ejército no tenía una presencia
centro de mando en el mercado de Tepito, en su país, porque un 70 por ciento de sus
y usaban los túneles para llevar a cabo sus elementos estaban cuidando las 24 horas
actividades criminales y de culto, pero aún del día, todos los días, esos túneles. Ese
más abajo, había un nivel con una serie era el motivo de que el recién electo pre-
sidente propusiera crear un grupo análogo El sacerdote maya, el draco de 2 metros
al ejercito llamado “Guardia Nacional”, para y medio y el gris que lo escoltaban en el
que ante el ojo público se desempeñara medio de los oscuros túneles no lo impre-
como si fuera el ejército y así pudieran cui- sionarían tanto como aquellos niños po-
dar con tranquilidad los túneles aquellos bres haciendo un circulo para ver a el otro
elementos reales de la institución armada niño de una clase social distintita, cagar
y el vulgo solo los vería salir cuando hay en el centro del círculo, y estos aplaudien-
un desastre natural; el usuario anónimo do mientras lo hacía y hablando en una
aclaro que se debe, no por amor al pueblo, lengua desconocida por el extranjero que
sino por evitar que la gente deambule por hablaba algo de español y por mas que se
ahí, durante una inundación y encuentren esforzara no podía identificarla, pero que
por causalidad la entrada de uno de aque- se parecía a las que hablaban en las pelícu-
llos túneles, viendo la corriente del agua las de Mel Gibson, sea “Apocalipto” o sea
desembocar en uno, o que en un temblor “La pasión” daba igual.
la tierra se abra y la gente se entere por Y mientras guardaba esa imagen en su ca-
casualidad de la existencia de estos. beza para repasarla, la luz verde de una
Algo que el anónimo le comento sobre el oscuridad aún más fría y profunda le ha-
terremoto del 85, fueron los detalles de bía anunciado que al fin habían llegado al
cómo el ejército hicieron pasar por muer- fondo.
tos del accidente a varios curiosos que en- Ya le habían advertido sobre lo que iba
contraron las entradas de los túneles, tan- a ocurrir, una simple invocación mediante
tos como para llenar la cancha del estadio un ritual de sacrifico, ¿pero que esperaban
azteca con sus cuerpos. Pero el extranjero invocar?
no le presto mucha atención, ya que esta- Nahuales, aliens, hombres mitad perro, mi-
ba, completamente convencido de encon- tad humano, mitad dragon, comentaristas
trar a aquel usuario anónimo y ponerse deportivos, y reporteros, toda una banda
de acuerdo para explorar aquellos túneles con instrumentos musicales uniformados
con él, mediante la invitación que le había tocando canciones que se escuchaban
hecho en una sala de chat privado, esto le todo el día en las radios de los ciudadanos
fue fácil ya que fue el único usuario que que desconocían lo que ocurría a sus pies,
creyó su hilo en aquel foro. junto con tambores de estilo afrocubano,
Antiguos aztecas levando sacrificios huma- todos tocando y haciendo una fiesta, flores
nos, grises y reptilianos conviviendo con de cempasúchil, altares y veladoras, como
los diputados y líderes sindicales de Méxi- las que había visto en la película de “Coco”
co, narcos y sacerdotes rezando y bailando rodeando la orgia y los cadáveres mutila-
junto a santeros y criminales adoradores dos al estilo de aquello foros del narco que
de la santa muerte y actores de telenovelas tanto le gustaba visitar.
mexicanas. Esperaba encontrase con todo en la pro-
Todas aquellas afirmación que parecían sa- fundidad de México y se encontró con
cadas de los más ridículos hilos de conspi- mas, una vez en el medio de la nada una
ración de ese foro, no se compara con las voz familiar le hablo de entre las sombras
historias que su anfitrión le había contado y le dijo amigablemente.
antes de entrar a los túneles, y que ahora -You can go and do whatever you want,
él podía ver con sus propios ojos. you are our guest and your wll here is law.
Dejo toda salir toda aquella basura que lo corría una nube espesa comenzó a subir y
había inundado por años, y se limitó a de- cubriendo todo alrededor.
jar dentro de el para no ser juzgado por Y justo en ese momento el extranjero se
la sociedad, e incluso peor, se sobrepasó, percató que los niños no eran un sacrifi-
excedió todo aquello que su cuerpo po- cio sino la carnada, cuando los dedos fríos
día soportar solo porque podía hacerlo en de aquello que no se atrevía a nombrar
ese momento y no se imaginó que pudiera lo tomaron por el cuello y arrancaron su
volver a hacerlo alguna vez en su vida. piel suave y elástica, dejando correr su ti-
Hasta que todos guardaron silencio, cuan- bia sangre en los labios de aquel joven y
do la maestra entro escoltada por dos ni- femenino rostro, podía escuchar mientras
ños, uno a cada lado, ambos ataviados en todo se escurecía la voz de la gran maestra
una túnica blanca que hacia contraste a la balbuceando algunas palabras en español
de color escarlata que llevaba la gran maes- que el entendió como:
tra, se llevaron a cabo todos los pasos que
uno esperaría de una misa negra, blasfe- -Mi señora, niña blanca te entregamos a
mias, herejías, símbolos y procesos mági- este mundano de la familia del desierto,
cos, todo se llevó a cabo como maquinaria cumple tus deseos y los nuestros.
de reloj, hasta que la gran maestra detuvo Y en las entrañas del país más violento del
todo con u grito, mientras todos alzaban mundo se sintió la paz, una de unos ins-
los brazos y la niña que estaba asistiendo tantes que parecía eterna mientras la seño-
a la gran maestra tomo la daga del altar y ra engalanada por su pueblo comía como
apuñalo al niño desnudo que servía como una catrina en día de muertos.
ofrenda durante el ritual, todos aplaudie-
ron mientras la pequeña sonreía como si Prossperus
hubiera ganado un simple juego infantil
que ya estaba acostumbrada a jugar, sabía
que el siguiente paso del juego era dejar
car la bata y montar el cadáver de su vícti-
ma, imitando los movimientos que había
aprendido de la gran maestra en ceremo-
nias anteriores, pero esta vez sería diferen-
te porque mientras se bamboleaba de atrás
a delante en lugar de tocarla y besarla la
gran maestra tomo el cordón dorado que
le servía como cinturón y la estrangulo
dejándola recostada junto al cadáver del
niño que anteriormente había apuñalado.
Ofreciendo la daga al extranjero para que
terminara con la niña y lo hizo, una, dos,
tres, cincuenta, cientos de veces para des-
pués degollarla y tomar los cabellos de la
pequeña, levantándola por la cabeza y per-
mitiendo que la sangre fluyera por el canal
que había debajo del altar, mientras esta
El anciano olvidado
Yo no existo. En realidad no podría hacerlo bía sido un ferviente creyente en el cato-
ni aunque quisiera, lo máximo que podría licismo, su único pasatiempo era el mirar
hacer es tratar de engañarme a mí mismo partidos de la liga mexicana con una cer-
bajo la ilusión de que Yo existo. Y o veza en mano y procuraba nunca meterse
soy un accidente del Kia que se da cuan- en política pues le tenía una repulsión a
do esta deja de fluir en las aguas del Kaos, los extremos.
su estado natural e incluso su imperativo
categórico, y esta comienza a ser influida En aquellas tardes calurosas en que
por creencias fijas, características de per- visitaba a la iglesia solo le hacía una peti-
sonalidad, ideologías, creencias, misiones ción a su dios: que sus hijos se acordasen
de vida o cualquier otra trampa de Cho- de él y lo visitaran. Una petición que se
ronzon. Es esta influencia la que engaña al volvió un mantra recitado perpetuamen-
Kia para que se encadene en aquellas ca- te todos los días de la semana, pero su
denas que llama Yo y abandone su estado única respuesta era el silencio de su dios.
de fluir caótico para tratar de encasillarse Nadie sabe con seguridad cuántas tardes
en una imagen no contradictoria, a pesar incontables fueron dedicadas a esta de-
de que las contradicciones y la irracionali- vota tarea, pero lo que sí se sabe es que
dad reprimidas resurgirán eventualmente. una tarde el anciano dejó de acudir a la
Solo tras un enorme esfuerzo es que una iglesia. Cansado de añorar volver a ver a
voluntad fuerte puede destruir sus cade- un montón de hijos ingratos y malcria-
nas del Yo y ser verdaderamente libre otra dos, de su dios que no lo escuchaba, de
vez en su fluir con el Kaos. Y a partir de la soledad, del calor, del aburrimiento, de
ahí, es cuando sucede la verdadera magia. haber desperdiciado su vida esclavizado a
una compañía mundana solo para tener
Esto me hace recordar una historia dinero para pasar el resto de sus días pu-
sobre un anciano bastante peculiar que vi- driéndose tranquilamente. Aquel anciano
vía en mi colonia y que pasaba todas las se sintió tan asqueado de quién era que
tardes sentado en la iglesia durante horas. vió como única solución dejar de ser.
Era un alma de lo más melancólica, no
tenía ni un amigo, su esposa había muerto Una tarde regresó a la iglesia pero
hace ya bastantes años y sus hijos ya no lo algo había cambiado profundamente en
visitaban. Probablemente se habían olvi- él. Esbozaba una sonrisa maliciosa en su
dado de él, pues su vida era una plasta gris rostro, sus viejos brazos habían recobra-
falta de toda vitalidad o inspiración. Había do el vigor que poseían antes de que co-
trabajado para una compañía de alimentos menzara a trabajar para aquella compañía
enlatados toda su vida, no le apasionaba y sus ojos estaban llenos de vida y de
mucho pero su sueldo le aseguraba poder una alegría desbordante. No rezó ni hizo
jubilarse tranquilamente; toda su vida ha- ninguna petición aquella tarde. Solamente
se sentó a mirar fijamente a la cruz sobre y no puede ser puesto tras ninguna barra
el altar, como si desafiara o se burlara del pues ya se ha liberado de las más podero-
dios que por tanto tiempo lo ignoró. sas cadenas que existen.

Tras salir de la iglesia no tomó el La Mangosta


rumbo usual que lo llevaría a su casa, si no
que pasó a la tienda y compró una botella
de ron. Mientras bebía su botella en la ca-
lle se encontró con una bella mujer joven
que llevaba a su infante de la mano, y tras
seguirlos un buen rato se decidió a estre-
llar la botella en la cabeza de la mujer y
mientras se desangraba en la calle secues-
tró al niño y lo llevó a su casa.

Unos días después, en una casa


abandonada, se encontró el cadáver de
un niño sobre un pentagrama de sangre,
con las tripas esparcidas por todo el piso y
con un horrible desgarramiento en el rec-
to anal. Nunca se encontró al culpable y
el incidente fue olvidado al poco tiempo.
El anciano nunca más volvió a ser visto
y fue olvidado rápidamente por todos en
aquella comunidad, con excepción de mí.
A veces me pregunto si acaso su violento
ritual haya funcionado y ahora sea un es-
píritu libre y todopoderoso que vaga por
la Tierra haciendo su voluntad, o si acaso
cuando dejó de ir a la iglesia solamente
sucumbió a la enfermedad o se suicidó y
toda la historia del niño asesinado no ha-
brá sido una alucinación causada por las
fantasías de una mente aburrida.

Tal vez la razón por la que solo yo lo


recuerdo es porque al finalizar su ritual me
poseyó y ahora vive en mí, y seguirá vivien-
do mucho después de que yo muera. Tal
vez esta solo fue una confusa confesión de
un crimen que nunca podrá ser castigado
porque el culpable vive tanto en mí como
en todos nosotros. Un culpable que baila
eternamente al son de la danza del Kaos
Trinchera
TRINCHERA horrible! ¡Mírense unos a los otros, empie-
cen a conocer a sus nuevos compañeros,
Aun recuerdo cuando fui asignado a la pues serán los únicos degenerados que
División Torrenegra. Llevamos tres años podrán satisfacer sus repugnantes fetiches!
en las trincheras, o quizá más. Ya perdí la ¡Su único servicio aquí es morir y servir a
cuenta; no me culpo, estoy jodidamente la muerte, pues la vida los ha condenado a
borracho, pero me gusta reflexionar de vez sufrir desde el día que nacieron! ¡Ustedes
en cuando. Todavía se encuentran latentes no valen nada, pero al menos le harán un
los estallidos de la artillería tanto de los favor al país si no es que al mundo ente-
enemigos como la nuestra en los rinco- ro cuando dejen de existir, así que tomen
nes de mi mente. He estado extrañando un rifle y a sus posiciones! ¡YA! —gritó el
a mi esposa. Qué lástima que no haya so- general con voz áspera, haciendo sonar su
brevivido. Carajo, ahora mismo me ven- revólver al aire.
dría bien una mamada de verga para que
me limpiaran toda la suciedad acumulada —¡Sí, señor! —respondimos al unísono
desde hace dos semanas y seguir repar- gritando.
tiendo vergazos en el campo de batalla.
Ni hablar. Cuando muera nos volveremos Los primeros días fueron difíciles. Poco
a encontrar, pero mientras tanto, sirvo en después de ese discurso fuimos sorprendi-
este plano. Eso es lo que decía el general, dos por una lluvia de bombas. Afortunado
ese cabronazo más desquiciado y enfermo aquel que murió al instante, pero muchos
que he conocido. Desde el primer día que no compartieron esa suerte. Había hom-
me dio la bienvenida supe que la guerra bres tendidos en las zanjas y alambrados.
aquí era totalmente diferente. Contrario Extremidades regadas por el lodo y un
a lo que muchos piensan, nuestra lucha hedor cadavérico que también apestaba a
persigue un objetivo fuera de lo común. mierda, literalmente. Pensé que no duraría-
No combatimos por nuestro país, siquie- mos mucho. La unidad estaba compuesta
ra por nuestra vida. Cada quien tiene un por la peor inmundicia posible: violado-
propósito aquí. Y aunque no lo sabíamos, res, asesinos, ladrones, depravados y de-
lo aprendimos desde que llegamos. más gente anormal. Apenas y recibíamos
el apoyo suficiente, siempre íbamos esca-
—¡Atención, malnacidos! ¡Les doy la bien- sos de munición y los pocos médicos que
venida a la peor división que existe en el había no duraban ni la primera semana, ya
ejército! ¡No espero nada de ustedes, pero fuera porque habían contraído alguna en-
lo que sí espero es que tengan una muerte fermedad, fueron heridos o porque algu-
no de los soldados que atendían termina- y avanzando por la tierra de nadie. Ningu-
ba por matarlos debido a sus desórdenes no se quedaba atrás, ya no nos importaba
mentales. Como era de esperar, al general morir, pues sonreíamos al pensar que la
no le importaba quién muriera o siguiese muerte nos esperaba, y ello nos motivaba
vivo, pues siempre había otro depravado a seguir peleando, pero también el amor a
de repuesto. De hecho, se rumoraba que él nuestros camaradas, como el batallón te-
mismo se encargaba de darle fin a los que bano, pues sentíamos un dolor profundo
sobrevivían cuando ya no había nada más al ver partir a cualquiera de nosotros, en
qué hacer. Hay quien dice que primero los especial aquellos que perdían a su aman-
violaba y después se comía los corazones te, pero nos reconfortaba saber que pronto
de estos, otros que en la madrugada los nos uniríamos a ellos, así que honrábamos
cargaba hasta tierra de nadie, los crucifi- su caída. Según el código de guerra, los pri-
caba e incendiaba, en una especie de sa- sioneros no debían sufrir castigo alguno o
crificio. Para la gente normal eso era un ser torturados, pero aquí no había ley algu-
crimen, pero cada quien pensaba distinto. na que los protegiera. Algunos terminaban
La interpretación era meramente personal como comida en la cocina o sacrificados
entre los enfermos mentales, y muchos es- en la hoguera, y si tenían suerte, servían
taban de acuerdo en que hacía lo correcto. como esclavos sexuales hasta que contra-
jeran una enfermedad venérea y en su de-
“¡Muera la razón!, ¡Viva la muerte!”. “¡La fecto, perecieran. También había mujeres,
tempestad nos aguarda!” Una y otra vez pues los enemigos solían ser atendidos por
no dejábamos de repetir frases así. Al poco enfermeras pueblerinas. Las que no pudie-
tiempo nos fuimos memorizando esas ron retroceder ahora estaban bajo nuestro
oraciones. El general se encargó de grabar- dominio. Entre ellas conocí a la que fue
nos eso en la mente tal cual un mantra, mi esposa, una joven hermosa de no más
pues día y noche la repetíamos. Conforme de 20 años, la cual se mostró hostil y de-
los meses fueron transcurriendo muchos fensiva, pero me las ingenié para seducirla
soldados hicieron de la trinchera su ho- con mi encanto, y mi verga. Duramos un
gar. Algunos de estos tenían desviaciones año casados, hasta que una mañana enfer-
mentales y sexuales muy marcadas, así que mó de fiebre y lentamente fue decayendo.
no era extraño ver a una que otra pareja Decidí ponerle fin a sus días yo mismo. El
compartiendo su cama en los barracones. general me aconsejó cómo darle un último
Para ese entonces el general ya era más adiós apropiadamente, pero eso es algo
amistoso con algunos e inclusive solía in- muy personal que omitiré.
vitar a algunos soldados a su búnker, y a
veces en la madrugada salían a pasear des- El día de navidad se pactó una tregua en-
nudos por la misma trinchera. Cómo olvi- tre ambos bandos, pero todos sabíamos
dar esos gemidos, heh. Parecía un retrato que eso no iba a terminar bien para ellos.
de la pederastia griega, los más jóvenes con Nuestros hombres estuvieron excavan-
los adultos. Increíblemente los más dege- do túneles todo el día hasta llegar a sus
nerados mostraban más potencial en com- refugios. Cuando la noche llegó les hici-
bate, por no mencionar a González en la mos creer que el fuego había cesado por
artillería o a Ruelas, que era el mejor tira- la misma fecha conmemorativa, y uno de
dor. Poco a poco fuimos ganando terreno nosotros caminaba por tierra de nadie on-
deando una bandera rojinegra con una una cicatriz, eran los números ‘1161’ ape-
calavera al centro y un sigilo en el mismo nas visibles. —Éramos más de mil activos,
cráneo. Era la bandera de la división. Los pero después de ese dichoso aconteci-
enemigos no sabían si tomárselo como miento el sindicato estuvo en la mira del
una señal de paz o una distracción, pero se estado. Fueron cazándolos uno por uno.
arriesgaron y lentamente fueron saliendo A mí me condenaron a nueve cadenas
de su trinchera. Ese día usamos máscaras perpetuas y trabajo forzado, pero gracias a
fabricadas de forma improvisada con tela mi servicio en el ejército me ofrecieron un
ensangrentada. Minutos más tarde los ex- puesto aquí en la brigada cuando empe-
cavadores ya estaban del otro lado, así que zó la guerra civil. Era eso o pudrirse en el
fue cuestión de tiempo para que empezara campo hasta quién sabe cuándo—conclu-
la masacre. Gritos, balazos y explosiones yó el viejo, algo agitado por su condición.
se escuchaban en la trinchera enemiga,
pero todo pasó demasiado rápido y apenas —Ya veo. Entonces, ¿qué fue lo que le mo-
pude asesinar a unos cuantos. Cuando la tivó a no suicidarse cuando lo dejaron a
carnicería acabó, de inmediato se organizó cargo de nosotros? —pregunté osado.
un gran festín caníbal y diversas orgías en
nuestra trinchera, así como en la otra pues —Lo llegué a pensar en contadas ocasio-
nuestros hombres estaban festejando ahí nes, pero por increíble que suene me dije
igualmente. El general me invitó a cenar a mí mismo, ¿por qué buscar la muerte
en su refugio subterráneo. No le quedaban cuando no he vivido lo suficiente? No me
muchos días al máximo líder y exponente mal entiendas, yo jamás me perdonaría el
de la degeneración, pues había enfermado terminar como un decrépito maloliente y
de tuberculosis y su solicitud para regresar limitado a limpiarme el culo. No, lo que
al cuartel había sido negada. hice durante el cenit del sindicato fue solo
el principio, pero la guerra me hizo que-
—Y bien, escoria, ¿cómo es que alguien rer explotar mis dotes como agente de la
como tú llegó a esta unidad? Pareces el tempestad. Nosotros somos animales por
más sano de todos, dentro de lo que cabe naturaleza, depredadores del sistema y vio-
—dijo el general soltando una breve car- ladores de la sociedad. Si nos encarcelan
cajada de sarcasmo. bajo la promesa de una falsa libertad, bus-
car la muerte pasa a ser nuestra obligación
—Estuve en prisión por nueve años. Fui y bienvenida sea en cualquier momento.
condenado por robo, violación y asesinato Sin embargo, hay que utilizar ese mismo
en masa. Yo fui partícipe en la oleada ma- sufrimiento que es vivir para condenar a
siva de homicidios de noviembre —con- otros vivos y ofrecerlos a la misma tempes-
testé a la pregunta del general. tad —respondió el general tosiendo, lim-
piaba su boca ensangrentada con su mano
—Ah sí, el 16 de noviembre. Un día muy desocupada.
especial, a decir verdad. Yo formaba par-
te del sindicato, ¿lo sabías? —comentó el —Vaya, jamás hubiera pensado algo así.
general, estaba descubriéndose su muñeca Nunca pensé que iba a llegar demasiado
izquierda. —Todavía conservo mi número lejos, pero me alegro de seguir sus órdenes
de identificación —agregó al mostrarme —contesté al general, realmente no sabía
qué responder. el muchacho, vestía su uniforme raído.

—Han sido buenos días, la verdad. Cuan- —Entiendo. En unos momentos los alcan-
do esta jodida enfermedad termine con- zo, necesito acabarme mi ron, quizá sea lo
migo, espero que esta división no llegue último que pueda degustar —dije levan-
demasiado lejos. Guíala hacia el abismo lo tando una botella de Bacardí casi vacía.
más pronto posible, pero no olvides lo que —Lárgate y empieza a reunir a los demás
te he dicho. Tenlo bien presente y úsalo en la primera línea —sentencié con voz
contra los enemigos, no para derrotarlos, arrastrada.
sino para sacrificarlos en nombre de ya sa-
bes quién. Cada trinchera es un lugar sa- —Sí, general —acató el hombre y salió del
grado, pues en ella abunda el aliento pesti- búnker.
lente de nuestra señora Madre, quien vigila
lo que hacemos —comentó el general a ¿En qué estaba? Oh, no importa. Es mejor
duras penas—. Bueno creo que ya estoy no hacer esperar a lo inevitable. La batalla
harto de tanto parloteo, mejor brindemos de hoy será decisiva, y no importa si al final
y disfrutemos del banquete que han pre- perdemos pues en la derrota encontramos
parado para esta noche—agregó el viejo. nuestra victoria. Somos hijos de la guerra
nacidos para morir en ella, no para vivir y
—Que así sea —finalicé la charla. contarla a quienes no son dignos de escu-
char la voz de la muerte. Maldigo a todo
Cenamos y tomamos hasta amanecer en aquel que cuente nuestras hazañas al ter-
ambas trincheras. Una navidad para recor- minar este absurdo conflicto, pues nuestra
dar. Después de ese día nunca más se vol- es la gloria de encontrarnos con la Madre
vió a pactar una tregua con los enemigos, tempestad y liberarnos del plano mortal.
pues aprendieron por las malas lo que les Como el lema de la división lo dicta:
pasa por confiar en los muertos vivientes.
El general empeoró conforme pasaron los Muera la vida. Viva la muerte.
días y para año nuevo ya era un cadáver A ella servimos. Su cobijo anhelamos.
más. Yo tomé el mando de la división, pero En la tempestad nos veremos.
nos abandonaron a nuestra suerte cuando Y hacia ella marchamos.
en el cuartel se enteraron de lo acontecido
en nochebuena. Los últimos suministros Agios O Tempesta.
enviados fueron hace un año. Seguimos
luchando hasta que muchos empezaron Tayau
a ser convocados por la tempestad. Todo
este tiempo pensé hasta donde había lle-
gado, y nuestro propósito aquí. Y ese pro-
pósito es...

—General —un soldado interrumpió mi


tranquilidad, este llegó corriendo hasta el
refugio. —La artillería fue inutilizada y las
municiones están por agotarse—informó
Los niños del 1101
El tempestismo no busca adeptos ni discípulos, Entre nuestros estandartes se encuentran la ca-
pues se trata de una expresión que parte de un beza cortada del último samurái y el rostro des-
profundo sentido de horizontalidad entre pró- figurado del ahorcado de Loreto, y los colgados
jimos. Nuestra vanguardia es el llamado de una de Núremberg nuestras etéricas amistades, si-
Madre que comunica a sus hijos el porvenir his- guiendo así los postulados estéticos de Mishi-
tórico, así como nuestro arte es el anticipo de ma y Montherlant. La fusión mística de la vida
algo que aún no ha ocurrido, un avistamiento al en plenitud para transfigurarse en la danza de la
firmamento en lo que respecta a nuestro tiempo muerte como máxima disciplina de nuestra or-
lineal causal, hijos que llevan dentro de sí un den, y en el gesto nos imponemos la condena.
sello nato. Este reinado anárquico de unos cuantos jóvenes
suicidas militantes y otro puñado de marinos en
El eco de este llanto oculto impregna las men- tierra corresponde en realidad a la más alta aris-
tes de nosotros sus hijos, y es así que como los tocracia por haber.
hermanos que somos que hemos de converger
en este y el siguiente mundo. Se trata de una Proyecto
hermandad espiritual que se erige a través del fraternal-acefálico de resistencia vagabunda con-
lazo secreto entre un selecto número de almas tra la barbarie es como describimos a nuestra
predestinadas a la unión, un círculo sin membre- hermandad.
sías ni carnets sino que compuesto por aquellos
dotados de un distintivo único que es el trueno L’enfant Terrible
de la Tempestad en nuestros corazones.

Somos nosotros los últimos guardianes del


destino infausto que es también nuestro linaje
onírico, oasis de entre un páramo gris que es
la realidad misma. Entre los deberes de nuestra
siniestra hermandad se encuentra el saber morir:
Nuestro es el ejército de los mártires, pues sólo
el novio de la muerte sabe sonreírle, y es que el
suplicio del niño mártir Robert Brasillach no fue
producto de las potencias aliadas en contra de
una persona y de una ideología; no fue un casti-
go, sino la reafirmación de un estilo, de una dan-
za entre la niña blanca y el héroe sideral hecho
carne a la que nosotros llamamos quintaesencia
tempestista.
El ancla
Jaloneados como animales, apestando, nieblas, los pasajeros mecidos por la irre-
aventados cual cerdos. Sus ropas hedion- gularidad del terreno guardaban un silen-
das de sangre seca, sus rostros despintan- cio místico.
dose con el sudor; diluyendo las manchas
escarlatas. Un goteo constante y cálido sobre la pan-
Uno de ellos estiró su playera para limpiar torrilla de un agente irrumpe su calma.
su rostro carmesí, ya arriba de una camio- Al voltear su cabeza su mirada atraída
neta de la Guardia Nacional, a la vez era magnéticamente al pene erecto de aquel
apuntado a quemarropa con un rifle. Otro muchacho quien vestía únicamente botas,
más, resistiéndose mientras es golpeado una sonrisa leve en su rostro y la mirada
con saña y vituperado con insultos y bur- de demonio fijada al abismo; su abdomen
las por su peculiar atuendo; únicamente se contraía mientras el chorro de orina au-
un par de botas y una canana de cuero. Ya mentaba su fuerza y alcance.
encorvado de dolor sube junto a los otros -¡Hijo de toda tu vil puta puerca madre,
cinco muchachos. vete mucho a la verga!- Exclama el agente
y patea el rostro del joven hombre quien
-Bola de pendejos mecos, ¿Muchos hue- comienza a sacudirse con una risa manía-
vitos, no?. ¡Se los va a cargar la verga por ca replicada en coro por sus compañeros.
culeros!- Exclamó un oficial de la Guardia La camioneta frena en seco aventando a
Nacional. los pasajeros de la batea unos contra otros.
-¿Mucha pinche risita no culeros?- Alza la
El rostro de los muchachos era frío como voz el sargento ya después de haber cerra-
la madrugada y su mirada menguante fija do violentamente la puerta de la cabina de
hacia el frente, anclada al oscuro horizon- pasajeros.
te. Los muchachos conservaban la mueca
Esa actitud tan ofensiva y helada, el no sonriente y los ojos clavados al horizonte.
mostrar signos de perturbación; de no te- -Bajen a estás putas- dio la orden el sar-
mer a lo que pasaría, hacia molestar a la gento y los agentes en consecuencia bajan
escuadra quienes estocaban con miradas a los muchachos a punta de pistola, siendo
execrables a los hombres capturados. formados en hilera frente al sargento. Sus
miradas frías, fijas, ávidas violentamente
El manto de la noche sostenida por el as- de las tinieblas del horizonte.
tro Luna, llena y rosa, diluía en oscuridad El sargento se paseaba de un lado a otro
el sonido de los motores de las camione- tratando de hacer contacto visual con al-
tas. Dejando así atrás la cabañita baleada guno acosando con la luz de su linterna,
el convoy penetraba entre matorrales y ti- más en su iris se reflejaba un ansia espan-
tosa, como si no estuvieran saciados de haber cometido sus brutales acciones; cómo
balas ancladas al oscuro horizonte.
Hay un silencio gélido -Ustedes, ustedes son cabrones- dice el sargento con su acento
sureño, su rostro oscuro se perdía en la noche. -Lo que me saca de pedo, es que us-
tedes, no compiten no son como los carteles, no son sicarios ni tienen aliados en la
política… ¿Que vergas son, que chingados buscan?- El sargento tratando sin fortuna de
hacer contacto visual con alguno con desespero por no tener algún signo de respuesta
y por el repudio total, la indiferencia terrible de estos hombres. -¡Ramírez! ¿Cómo los
ve?- De inmediato otro agente corta cartucho y apunta a los jóvenes. -Esto va a valer
verga, y la neta ustedes me dan miedo, me sacan de pedo bien cabron.
En medio del velo oscuro de la noche, los matorrales y el sonido de los insectos, se
van difuminando los pasos de los agentes, el corte de los cartuchos. Una oleada de
forcejeos, un silencio violento es desgarrado por el grito en coro de ¡Salud y Victoria!.
Los disparos centellean en el tenebroso claroscuro. La sangre regando la tierra, el humo
salpicado estático en el aire se desaparecía cómo un espectro. Transcurrió la oscuridad
en silencio.
En el horizonte se erguía apenas la luz, los rayos del sol desvestian las tinieblas.

Yegulev
Sphazo
Nos encontrábamos, nosotros, los niños Su cuerpo adolescente cayó muerto al
del bosque negro, andando por los jardi- suelo, y tras él Germán se tiraba también,
nes del pueblo tras reunirnos en la expla- convulso. Dicha espléndida escena, em-
nada del onceavo asentamiento del vie- papada en psicodelia, nos dejó perplejos
jo mundo. Zarzosa, doncella zapatista de a quienes aún nos manteníamos de pie.
Oventik, danzaba de la mano del aprendiz Un vacío emocional dominó de pronto el
Germán. Lizardi, de largos bigotes de le- rostro de Germán, cuya boca escupía in-
che materna, bailaba alrededor del fuego descifrable estática.
de la quintaesencia. En ello, Montés, que
era otro de los nuestros, lloraba alegre los Montés no pudo más que soltar un grito
muertos de la tempestad. Y yo, que vestía mudo que nos hizo estremecer, Zarzosa
con las flores del oscuro caudal, sonría a inundó el aire de lamentos afónicos que
las abejas vagabundas que revolotean con- dejaban un sentimiento angustiante. Tomé
tra el mundo moderno. valor para acercarme al piso, pasando a las
cuclillas, y al instante me percaté que la
En algún momento, cruzando las pasarelas herida de Lizardi no sangraba en lo ab-
de aquella pequeña ciudad, acordé con Li- soluto. Alrededor suyo no se encontraba
zardi alzar nuestras manos izquierdas para una sola gota de sangre, lo único distinto
que estas se tornasen en el gesto mítico de eran sus desposeídos ojos fijados en su ca-
la runa man con el único y exclusivo pro- marada ahora inmóvil.
pósito de fastidiar a los mundanos pobla-
dores de la región. Entre ellos, mi madre Mi angustia fue tal que morí yo también,
cuya mirada castigaba nuestro actuar. abandonando mi cuerpo y con ello este
plano hasta despertar, pero la angustia
Tras ello, nos dirigimos en grupo al centro prevaleció aún estando lejos del difuso
del asentamiento aquel, charlando en tan- sueño.
to los secretos de nuestra señora madre.
Se cruzaron con nosotros cinco ogros, ju- Kashmir
rados enemigos de nuestro acompañante
Lizardi. No harían falta más que algunos
minutos para que la cólera de aquel en-
cuentro se vertiera en conflicto, lanzándo-
se Lizardi a enfrentrarles. El resto de no-
sotros, vestidos todos de variadas prendas
negras, observabamos la tragedia: uno de
los ogros, de tristes pieles, degollaba a Li-
zardi con un viejo puñal.
¡Viva la gente!
Gente enferma, en una ciudad sin descanso
No tienen voluntad, no se basan en actos
Gente enferma, preocupada por por el qué dirán
No tienen personalidad, por ser como los otros
Gente enferma, un ego desmedido alimentado por el capital
Gente enferma, carece de conocimiento
estan tan inmersos en su estupidez que quieren morir viejos
Gente enferma, juzga para no ser juzgados
son verdugo y acusado, una perfecta cruz de lorena
Gente enferma, que escupe, tose, grita, rompe grita...
pero si vistes distinto, eres el anticristo
Gente enferma, que no dudara en traicionarte
y tú tendrás que aguantarte
Gente enferma, que se va a reproducir…

– Cigarro
Bichos
Arden sus mordidas en mi carne
me hunden sus huevos en la piel
me clavan sus garras por doquier
no lo dudo, son bichos de sangre.

Ocultos en la bestia nocturna,


me infestan en noche de luna
llena cuando me paseaba solo
y tornan mis pieles de color rojo.

Condenado estoy a rascarme sin cesar


mi vida tranquila me han obligado abandonar
mis garras me empiezan a hacer sangrar
los bichos de sangre nunca me abandonaran

Me rasco, sangro, me desgarro, me arde


Dudo ya que alguien pueda liberarme.

-La mangosta
Cenizas y alcohol
Soy como una rama, una rota
una que no brilla, pero deslumbra
soy como una rata, vivo sucio
y me restriego en la inmundicia
soy un payaso, todos ríen
pero, yo solo narro su descenso a la locura
soy un marrano, y me la paso borracho
poeta de mala estirpe, perdido en el “yo”
soy un virus, un cáncer, porque lastimo y destruyo solo al existir
soy un poeta, porque nadie me escucha, un adolescente
misántropo, por falta de atención
soy culpable, soy traidor, se que no merezco perdón de Dios
La lluvia es mi amiga, la bebida mi amante,
los cigarros mi psiquiatra y la oscuridad
mi estado perpetuo... Perpetuo por decadencia

-Cigarro
Corona de Sol Negro
Una visión acefálica desde la encrucijada Satanarca Lucifascista

Las cadenas caen rotas en un campo regado con sangre


Los párpados se abren amplios sin ceguera, sin ardor
Un inmisericorde Sol Destructivo se alza en la medianoche
Irradiando una escalofriante intuición
Rugiendo con estruendo triunfal
Transmutando el Espíritu con su Luz Infernal
Volición de autoinmolación
Deconstructiva evolución.

Enloquezcan conmigo las intrépidas miradas


Tanto tiempo hemos visto en el abismo
Con perpetua, constante obstinación
Hemos clavado nuestros ojos en ese terrible amor
Que hace del hombre un lobo para el hombre
Y no ha habido buena o mala estrella
Que haya podido sofocar nuestra convicción
Por eso de entre las fauces de ese abismo nos han devuelto la mirada:
Ardiendo bravo sobre el cementerio universal
Vemos ahora un enorme Sol Negro conquistador.

Potencia activa en espiral levógira de trascendencia


Revelación esotérica, exotérica revolución
La acción concéntrica de sus rayos en ola expansiva
Nos abrasa completos, nos da claridad de visión
Vela nuestros pasos cuando ocultos a plena luz del día
Como novios de La Muerte, con la risotada del Diablo
Marchamos en disidencia y sedición.
Vorágine tempestuosa de negrísimo ardor
Incandescencia que pudre lo perecedero
Y revela la testa de muerto rectificada en regio esplendor
Cristo Luciférico que despierta al Espíritu en la noche oscura del alma
Devorador de todos los soles dorados
Vigila mis armas cuando las empuño contra los seis millones elegidos
Enemigos de nuestra convicción.

En primavera de hurto y villanía florece nuestro furor ilegal y clandestino


Insurrección bajo el sol del decapitado
A la umbra plena de su negra corona ardiente usurpamos el
territorio del enemigo
Porque su ley no es la nuestra, despedazamos el destino que nos decreta
El amargo sabor de las verdades escondidas aviva nuestra
resolución homicida
Con la elocuencia de los actos damos la espalda hostil en desafío
Para la mofa y el escarnio, la bala y la prisión, la miseria y la punición
Tenemos ánimo indolente, tenemos duro el corazón.

Sol Negro, cognición del abismo


Túnel abierto por la comprensión de la insuficiencia de este mundo
Ausencia de lo creado expresada en violencia y hostilidad
Mortificación de las formas finitas
Coronación del muy único, verdadero amor
Eclipse que eres lumbrera de antinómica inspiración
Urdidor de alianzas que suman fuego al fuego
Mediodía eterno del acéfalo que asesina a diestra y siniestra toda limitación:
Danos los cetros de dominio y las vanguardias de expansión.

Tan cierto como que todo en el mundo tiene un final, fuera de este fulge
nuestro Sol atemporal.

- 7 Lumbreras
Cuchillo de ayuda
La marea de bestia esta en mi
siempre lo he sabido, soy el anticristo
no solo en el sentido bíblico, sino en todos
el ser humano busca el sentido de la vida pero...
¿Pero no sería más interesante buscarle un sin sentido?
corta tu cabeza, has de tu cuerpo un arte
suicídate por voluntad propia
porque es la única verdadera libertad
la única ante el dios judeo-cristiano
nuestro libre albedrío empieza con nuestro fin...

-Cigarro
01010011 01101001 01101110 00100000 01101110
01101111 01101101 01100010 01110010 01100101

Ella se mueve como un cuchillo. Como una hoja ágil.


Me abruma, tanto brillo y tan versátil.
Sensación perdida, como puñal entre carne.
Rápido como el viento, ella perfora en mí. Amor deja que de mi herida san-
gre.
Me enamora igual que un caníbal a la carne.
Pues si algo me asombra, es su bello arte.

Tan bella y tan fulminante.


Como daga degollante.
¿Qué sentir?
Más que mi imposibilidad de evadir.
¿Qué sentir?
Más que felicidad, por mis horas con ella a vivir.

Pero no todos mis alientos dedico a la tristeza.


Encantado yo recibo su presencia.
Enamorado yo, recibo esta hoja.
Que caló hondo en mí, y que no abandona.
Ella se mueve como un cuchillo.
Tan ágil, y tan hermosa.
Pues que bien que ella se arpona.
Ya que tanto me enamora.
-Chagatai
El viejo prior
Cuando el inocente novicio le preguntó no puede evitar sentir arder de
al orgulloso abad: pavor y dolor su alma,
“¿Qué hace el viejo prior en las altas pues débil, ingenuo e ignorante
horas de la madrugada? ha decidido enfrentar
¿Qué atractivo halla su alma en orar a un rival peligroso y aterrador que
en aquella negra penumbra? nunca podrá superar,
¿Acaso conoce una hora tan santa como los 72 demonios que componen
secreta para alabar a Dios su psique indisoluble.
que no fue revelada más que a sus Este monje que se encerró en las
discípulos más santos y piadosos?” paredes del monasterio,
El novicio fue callado por el eco de un que tiene miedo de encarar a
grito entre aterrado y orgásmico lo mundano y a sus vicios
Un espectro proveniente del cuarto del ¿Cómo podría conversar con
prior que embruja la abadía príncipes y duques infernales
El abad con más tristeza que horror en si no es ni capaz de verse a la
los ojos le explico al mancebo: cara sin sufrir temor y malestares?

“El viejo prior trabaja arduamente en ¿Quién si no el disciplinado monje para


traducir unos viejos manuscritos, poder dominar a aquellos espíritus?
unos textos olvidados del sapientísimo ¿Acaso será el vigoroso faquir, el yogui, el
Rey de Israel. santero o un guardador de domingos?
Rara vez se alimenta o sale de su cuarto ¿O será más bien el caota, hechizero
desde que los traduce, blanco y negro, similar a la tempestad,
todas las noches se le escucha orar y que falta de Dios, cadenas y moral, se ha
lamentarse con amargura. elevado para ser su propia deidad?
Algún secreto tan santo como macabro
ha de haber descubierto.” La Mangosta

En su cuarto el viejo prior


pronunciaba entre alaridos
Eheie, Adonai, Tetragramatón, y
demás nombres divinos,
conversando con demonios y
espíritus mil veces malditos,
aquel santo monje explora los
infiernos del arte salomónico,
y sumergiendo su alma en aquellas
cavernas de azufre
Alma Lunar
Un cuerpo suspendido en el vacío,
Una ilusión plasmada en la eterna mitificación del adormecimiento,
Tendones desvanecidos por vidrios rotos,
Dientes brutalizados entre la desesperación y la amargura,
Soy un saco suspendido en medio de la nada.

Las cuencas son solo paredes teñidas de negro,


El alma murió antes que el cuerpo,
La luna se ha desplomado sobre esa alma,
No hay dolor,
No hay algo vivo.

Un ser que vaga entre la soledad,


Emanando gritos silenciosos,
El movimiento se extiende a su cabeza,
La cabeza es acariciada por una pequeña italiana,
Hay un ensordecedor sonido tras apretarlo por fin

-Elizabeth
Rosas Oscuras
Mi espíritu dormitante se halla entre jardines,
Mi cuerpo extenso se halla en el deseo necio de permanecer
Veo en el espejo angustia y las viejas heridas talladas por acero y sangre,
Mi mente dibuja un nuevo plano marcado por vidrios rotos.

El jardín se hace más sinuoso y estrecho,


Mi espíritu pierde la fijación absoluta y se decanta por no sanar,
Me retuerzo sobre unas rosas oscuras,
Ya no me abrazan pues ahora me laceran.

Las rosas son bañadas por un aroma,


El aroma de mi cuerpo descomponiéndose,
Mi espíritu sede ante el curso de la miseria,
Solo espera el fin último de lo que nunca llegó a ser,
La rosa se hace oscura y mi cuerpo se ha desaparecido.

Elizabeth Paimon
Perfume
En una fría esquina de la andrógina oscuridad
hay un ser en carnes vivas con sangrantes heridas,
que flaco y encorvado realiza su obsesiva actividad.

Sus ojos cegados por una pieza de lencería amarrada


tal vez las medias, el brasier o calzón de su cruel ama.
Sus huesudas manos estiran su miembro lleno de llagas,
hasta que un mortal orgasmo libere entre el semen su alma.

Así su alma y su sangre serán solo manchas en la alfombra


y su espíritu quedará aprisionado entre la esencia del perfume
que le embriaga, le esclaviza, le enloquece, hasta que le consume
para ser eternamente un siervo sexual en aquella gruesa penumbra.

Tal es la amarga condición del hombre moderno


estar encadenado a su sensual ama, como un perro.

A veces me imagino que aquel triste ser recobra su vitalidad


arranca la prenda que le ciega y abandonando su actividad
se rebela contra el perfume y la amante que lo dominaba
y rastreando esa esencia maldita, se liberaría al profanarla.

Que bello, que alegría ver la cadena de la mujer ser rota,


que alegría ver al niño enfrentar a la madre devoradora.
¡Dichosa la criatura que no deja que su voluntad se abrume
y erige su báculo a cimas que nunca alcanzará un perfume!

La mangosta
1
1
A la orilla de la intranquilidad
En el ansia de volver
Y encontrar algo que se ha extinguido
Ojala se hubiera perdido
Pero vimos esfumarse lentamente
Frente a nosotros
Quienes debimos de preservar aquella última reserva
Se perdió para siempre en el humo del tiempo
Y en nuestras barbas aun queda su olor
Y aspiramos con ansia
Esperando ahogarnos en el espejismo del presente
Adiós Europa vete y no vuelvas
No vuelvas a tentar nuestra alma
Con tu lujuriosa esperanza
Pues ahora nuestros cuerpos aún pueden dar vida
Y traer de vuelta algo más grande que se perdió
Antes que tu himen.
2
2
Arroyos de luz
Fluyendo tibios
Entre los tersos túneles
De tu noche empantanada
Donde los hombres se entretejen
Formando redes con tus bellos
Moldeando en sus nudos
Una masa de ojos
Que no es capaz de ver
Anudados por manos
Que no son capaces de sentir
La caricia del puñetazo
Por eso abrazan
La adicción al vergazo
Entregando al duro Dios
Plegarias en forma
De fluidos de luz.

Prossperus
En una noche de luna negra
Ante una vela encendida
Mi Santa Muerte está presente
Santa
Reina del cementerio
Reina del Inframundo
Los monjes quisieron borrar tu nombre
Muerte
Quemaron los códices
Convirtieron a los dioses en demonios
Pero no puedes matar a los Señores de la Muerte
Santa Muerte
Estas aquí
En las sombras
Santa
En una calle oscura
En una carretera
Muerte
Estuviste antes y estarás después del hombre
Pues grande es tu poder
Santa Muerte
En la noche más oscura
Te pedimos sabiduría Santa
Fuerza Muerte
Protección
Los dioses mueren
Los ángeles caen
Pero tu continuas de pie
Santa Muerte
Los tontos creen que la ciencia alargara sus vidas
Creen que con eso escaparan de ti
Pero tu poder es más grande y antiguo que cualquier ideología o dogma
El árbol de Xibalba tiene raíces más profundas
Santa Muerte
Ante una vela escribo estos versos
Para honrarte
Un vaso de whisky de ofrenda entregue
Para agradecer a mi Santa Muerte por un día más de vida y lucha.

¡Salve Poderosa Calavera!

¡Salve Santa Muerte! Guerrero del sol negro


H
H
No significa nada,
Representa una trivialidad,
La vida es un simple bosquejo entre absurdos y burlas,
El flujo del alma plasmado en hojas metálicas,
La respiración fútil en la mínima expresión de nada,
La magia presionada en ausencias y presencias superfluas.

Es trazada con una mano y dos manos que guardan el recuerdo de las formas,
Es innecesario en un contexto muy diverso,
Es una corriente lenta y fuerte como vendaval,
¿Cuál intención?
No hay una.

El perro hace guau guau


El gato hace miau miau
El gallo hace kikiriki
El caballo hace ijijiji

H

-Elizabeth Paimon

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