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Informe sobre clases a distancia durante la cuarentena.

Grupos Therwil 1, Therwil 2 y Brunnmatt 1.

Con el cierre repentino de los colegios por motivo de la pandemia, hubo una cierta
incertidumbre sobre como se continuaría con todo. Sobre todo porque habíamos tenido
una semana de clases después de dos semanas de vacaciones y no se sabía cuanto tiempo
duraría la suspención de clases presenciales.

Fue una situación nueva para todos, el salón de clases y muchos trabajos se trasladaron
de un momento a otro a la casa, situación a la que no estuve ajena ya que también soy
madre de dos hijas en edad escolar. En mi caso de un día para otro eramos cuatro personas
con escuela y trabajo desde casa y conectadas a internet mismo tiempo.

Por lo mismo y como maestra de tres grupos, tuve que repensar mis planificaciones que
estaban preparadas para trabajar de forma presencial, tuve que tomar en cuenta que se
podía hacer desde la distancia, sobre todo con los más pequeños que recién estaban
comenzando a realizar actividades escritas y también pensar en como hacerles llegar el
material.

Tomando en cuenta todos estos factores y orientándome un poco en como estaban


trabajando las escuelas públicas (qué les mandaban a mis hijas de los colegios, cómo y
cuánto les mandaban), cada semana fui armando fichas de trabajo para cada grupo,
sacando ideas de diferentes textos escolares, buscando material en internet que ponían
a disposción otros profesores, buscando imágenes atractivas para colocar en el material,
sobre todo para los más pequeños, buscando historias y cuentos que tuvieran un
vocabulario adecuado. La idea era practicar español una vez a la semana, pero desde la
casa y sin mucha ayuda de los padres.

Cada semana les mandaba un correo a los padres con una actividad y cada semana esperaba
que tuviera buena aceptación. Desde el principio hubo padres que me mandaban fotos con
las actividades ya hechas, pero no fue automáticamente. Por lo que les comencé a dar
tiempo para que me las mandaran, para ver cómo las estaban haciendo y hacerle las
correcciones correspondientes a los más grandes. Por eso, fue un trabajo más intenso aún,
después de horas de preparación, adaptando formatos para reducir datos para poder
enviar, tenía que imprimir las tareas para devolverlas corregidas por foto o escaneada por
correo eléctronico.

Me quedé con la satisfacción que la comunicación con los padres funcionó muy bien, y la
cooperación de ellos fue muy buena. A quienes no podían imprimir en casa se las mandaba
por correo y a quienes no respondían les manadaba mensajes para saber si habían recibido
el material y se los reenviaba si no era así.

En los grupos de Therwil pudimos regresar a clases presenciales al mismo tiempo que las
escuelas públicas y fueron menos semanas a distacia, mientras que el grupo de Brunnmatt
continuó con esta modalidad por un par de semanas más. Sin embargo, tanto padres como
alumnos estaban contentos y aliviados de regresar a clases normales, y los chicos de poder
compartir con sus compañeros, contar experiencias y hacer actividades que a distancia no
eran posibles.

Me queda como reflexión que a pesar de que hubo muchos inconvenientes al principio,
también se encontraron soluciones adecuadas, que cómo lo hicimos fue lo mejor en esta
situación tan excepcional.

Les agradezco a todos los padres por su participación, compromiso y cooperación para que
sus hijos no perdieran el contacto con el aprendizaje del español y a mis alumnos por la
paciencia y dedicación con la que trabajaron en cuarentena.

Cintia Torres

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