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Nathalie Heinich, la sociología del arte

Santiago García

¿Cuál es la diferencia entre cómo se entendía la relación entre arte y sociedad en las tres
generaciones que menciona Heinich?

La primera generación entendía el arte como subordinada a determinaciones extra estéticas,


el análisis que se hacía era la interpretación del arte a través de sus condiciones externas. Se
entendía entonces la relación entre arte y sociedad como la primera subordinada a las
condiciones de la segunda (es decir, como dos objetos separados), por lo que el arte sería el
reflejo de las realidades materiales de cada contexto, lo que quita toda la autonomía al arte
como objeto de estudio en si mismo y como constructor de realidades culturales. Tanto las
escuelas marxistas como la escuela de Fráncfort veían al arte como una producción
instrumental que sirve como medio a la dominación o a la emancipación, pero nunca con un
carácter autónomo ni como una forma de actividad social que posea características propias.

La segunda generación se empieza a preguntar por los contextos de producción o recepción.


El contexto cultural adquiere ahora relevancia y los artistas y consumidores no son vistos
como sujetos pasivos determinados por fuerzas económicas externas sino que ahora son
también objeto de análisis. La obra de arte se ve como el producto de una relación social en
donde cumple funciones y esta importa en si misma, en sus características estéticas
concretas y en su significación social. Se entiende entonces la relación como el arte en
sociedad. Se presta atención a la relación del artista con el mundo, a la obra como realidad
concreta y a los consumidores en la significación que dan a la obra en su carácter
polisémico e incluso en los imaginarios que se desarrollan alrededor del artista. No se le
despoja a el arte de su autonomía en tanto no se le entiende como un reflejo pasivo de las
determinaciones económicas.

Pero no es sino hasta la tercera generación que el campo de la sociología del arte entiende a
el arte como una forma de actividad social con características propias, es decir, se
autonomiza al entender a el arte como sociedad, lo que permita a los sociólogos centrarse
en los fenómenos del arte como un algo en sí.
¿Cómo integrar los aportes de las tres generaciones para el análisis de un fenómeno de la
sociología del arte?

Es necesario entender los fenómenos en el arte como fenómenos dinámicos que construyen
la sociedad pero que también se ven determinadas por esta, los aportes de las escuelas
marxistas y de Fráncfort proveen herramientas (con sus respectivas limitaciones) para
entender parte de las condicionantes que nacen de la estructura económica y política, que
afectan tanto al artista como al medio y a los consumidores. Los aportes de la segunda
generación proveen una visión mas compleja en el entendimiento de la obra de arte como
una producción concreta con características estéticas y simbólicas, a la vez que provee
herramientas con los que analizar tanto al artista como al público y como estos se
relacionan entre ellos y con la obra estando a la vez influidos por le medio social. Integrar
estas herramientas entendiendo al arte como una forma de actividad social que produce y
reproduce activamente formas sociales, como es el aporte de la tercera generación, es decir,
entendiendo al arte como sociedad, permite un análisis mas profundo y detallado sobre el
funcionamiento y dinámica de los fenómenos en el campo de la sociología del arte.

Bibliografía

Heinich, N. (2002). La Sociología del arte. 1ª parte. Historia de la disciplina. Buenos

Aires: Nueva visión.

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