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Coronavirus, recesión mundial, e impacto en Guatemala

Por Daniel Fernández y Olav Dirkmaat 19 marzo, 2020

Cada vez hay menos dudas de que estamos ante las puertas de una recesión mundial. El
coronavirus ha actuado como detonador de una situación económica mundial cargada de
dinamita. Adicionalmente estamos viviendo en estos momentos un pánico financiero a nivel
mundial probablemente más profundo que el vivido en los peores momentos de 2008.

En este artículo vamos a ver las vías por las que todos estos eventos podrían impactar a
Guatemala.

Recesión en Estados Unidos y su relación con las remesas

Parece que la extensión del virus en Estados Unidos ha pasado el punto en el que van a tener que
implementar medidas de paralización de su economía de forma similar a como se han
implementado en Italia o España. A esta eventualidad se une la ruptura de varias cadenas
logísticas que están afectando a la manufactura y producción industrial mundial.

También tenemos encima de la mesa una probable cadena de impagos de deuda corporativa
derivada de la debilidad financiera de las empresas que están viendo o van a ver recortados sus
ingresos. Todo esto nos hace ser muy pesimistas sobre el futuro de la economía norteamericana.
Creemos que una recesión en Estados Unidos es prácticamente inevitable.

Si la recesión en Estados Unidos es un escenario muy probable, las remesas que recibe Guatemala
se van a ver muy afectadas. La última vez que hubo recesión en Estados Unidos fue la última vez
que las remesas hacia Guatemala cayeron como vemos en el gráfico 1.

El gráfico 1 muestra como el crecimiento de las remesas empiezan a caer con fuerza en agosto de
2007, meses antes de la recesión en Estados Unidos. Esto tiene sentido, ya que las recesiones
conllevan dos trimestres seguidos de crecimiento negativo del PIB, por lo que la economía de
Estados Unidos se estaba deteriorando antes de diciembre 2007. El mismo efecto puede
observarse con el fin de la recesión. Cuando se acaba la recesión en Estados Unidos, las remesas
empiezan hacia Guatemala comienza a crecer casi de inmediato.

Si las remesas caen, afectará negativamente en la actividad económica guatemalteca que


depende de dichas remesas. Guatemala tuvo su última recesión precisamente en el mismo
momento en el que se caían las remesas que provenían de Estados Unidos. En el gráfico 2
podemos ver la recesión en Guatemala coincide temporalmente con la caída de remesas
recibidas desde Estados Unidos.

Gráfico 2

Fuente: Elaboración propia con datos Banguat. Los dos ejes Y están centrados en 0 y tienen la
misma escala relativa, por tanto, son comparables las dos variables expresadas en este gráfico. A
pesar de ello, la escala absoluta no es igual, lo que indica que la volatilidad del crecimiento de
remesas es muy superior a la volatilidad del crecimiento del PIB.

Es interesante ver como la caída en el crecimiento de las remesas antecede a la caída en el


crecimiento del PIB. Tal y como hemos visto en el gráfico 1, las remesas dependen de la situación
económica en Estados Unidos.

La correlación entre crecimiento de remesas y crecimiento del PIB relativamente suave cuando hay
crecimiento en ambas variables, pero se vuelve muy positiva cuando caen remesas y PIB (0,74).

Por tanto, podemos establecer la siguiente relación:

Diagrama 1

Por supuesto no quiere decir que esta relación sea única. Tal y como vamos a argumentar durante
todo este artículo, hay muchas otras relaciones que explican el crecimiento económico en
Guatemala. Lo que queremos enfatizar, es que esta es una de esas relaciones.

De hecho, no debería ser sorprendente que el PIB de Guatemala estuviera influido por las
remesas. Al fin y al cabo, las remesas se contabilizan como PIB y son una parte sustancial del
mismo (tan importante como la formación bruta de capital en términos cuantitativos). Esto lo
podemos ver en el gráfico 3.

Por tanto, podemos concluir que, una vez que se de la recesión en Estados Unidos, una de las
vías por las que la economía guatemalteca sufrirá será el envío de remesas. Esta eventualidad
podría hacer que el crecimiento económico guatemalteco se resintiera tanto que se podría
incluso entrar en recesión sólo por esta razón.

Sector externo

El sector externo es otro de los que se pueden ver muy afectados por el impacto de la crisis
económica actual. Una de las variables clave será como se moverán los precios de los
commodities en el futuro cercano.

Actualmente los precios de los commodities muestran una volatilidad en algunos casos tan
grande como la volatilidad de las bolsas de valores. Algunos commodities como el petróleo o la
gasolina han perdido más del 60% de su precio en los casi tres meses que llevamos de 2020, cifra
superior a la de los índices bursátiles.

En general, los commodities lo suelen hacer muy mal en las crisis económicas. En la fase de
recesión (después de la crisis) y la fase de recuperación (después de la recesión), los precios de los
commodities varían mucho dependiendo del tipo de “familia” a la que pertenece. En otras
palabras, no es lo mismo el comportamiento del petróleo en una recesión que el comportamiento
del oro.

Todavía estamos en fase de crisis, por lo que la tónica habitual es que todos los commodities
caigan de precio. En la tabla 1 puede verse la pérdida de precio desde el 1 de enero hasta el 18
de marzo de 2020 de los principales commodities a nivel mundial:

La caída en el precio de los commodities que estamos viviendo es enorme. Sólo el arroz tiene un
comportamiento positivo en lo que llevamos de 2020, los otros 24 commodities incluidos en esta
tabla tienen un comportamiento negativo.

Sin embargo, no todos los commodities caen en la misma proporción. Podemos agrupar los
productos por “familias” y ver el comportamiento reciente de su precio. El resultado lo
encontramos en el gráfico 4:

Vemos como la energía lo hace incluso peor que la bolsa en estos momentos de pánico
financiero. Tiene sentido, el petróleo y sus derivados son probablemente los commodities más
pro-cíclicos que existen al estar en presentes en múltiples etapas de miles y miles de cadenas
productivas a nivel mundial.
En general los productos que tienen que ver con la alimentación, como granos o soft
commodities, tienen un desempeño algo mejor, aunque tampoco se libran de las caídas en estos
momentos de pánico.

A continuación vamos a ver como se comportaron en la anterior fase de recesión y también en la


fase de recuperación económica los commodities. El objetivo es vislumbrar cómo se podrían
mover los precios de estos bienes en el futuro. Consideramos el periodo de recesión anterior
desde junio de 2007 hasta junio de 2009[1]. El periodo de recuperación económica estudiado
comprende desde junio de 2009 hasta junio de 2011. Estos serán los dos próximos periodos por
los que pase la economía mundial una vez que la crisis económica amaine.

En el gráfico 5 vemos como se comportan los diferentes sectores de commodities en el periodo


de recesión económica.

En el anterior periodo de recesión, los metales, la energía, y la carne siguieron cayendo mientras
que granos, metales preciosos y soft commodities incrementaron sus precios.

Las principales exportaciones de Guatemala son soft commodities, precisamente aquellas más
incrementaron su precio en la anterior recesión. Si estos bienes siguen un comportamiento similar
en esta recesión, el sector exportador guatemalteco podría ver incrementado sus ingresos. Por el
lado de las importaciones la situación de Guatemala también es bastante positiva. La factura
energética del país es muy negativa, por lo que una caída de precios es positiva para los negocios
nacionales (tanto para los exportadores como para las industrias que producen y venden en el
interior de Guatemala).

Por último, vamos a ver como se comportaron los commodities durante el periodo de
recuperación económica (2009-2011). Lo podemos ver en el gráfico 6.

Vemos que la recuperación económica, como no podía ser de otra forma, es muy positiva para el
precio de los commodities. Si la manufactura se recupera, se recupera la demanda de materias
primas. No hay ningún grupo de commodities en negativo en esta fase. Una vez más, esto es un
escenario positivo para los exportadores guatemaltecos. La factura de importación ya no es tan
positiva en la recuperación económica, los precios crecientes de la energía es un aspecto que
podría impactar negativamente en la economía guatemalteca.

Por tanto, los precios actuales de commodities deberían preocupar al sector exportador
guatemalteco, algunos de los productos que más exporta Guatemala están cayendo de precio y
seguirán cayendo hasta que el periodo de crisis que estamos viviendo amaine. Cuando la recesión
económica llegue esperamos que los precios de las exportaciones crezcan y el de las
importaciones se mantenga o siga bajando. Por lo que el sector exterior, tanto exportadores
como importadores, podría convertirse en una válvula de escape de la presión económica que
ejerzan otras variables macroeconómicas.

El golpe al turismo

Tanto el cierre de fronteras como las recomendaciones de no hacer viajes innecesarios por parte
de gobiernos extranjeros (en otras palabras, la paralización del turismo), están a punto de dar un
fuerte golpe al sector turístico en Guatemala. Es más, por la prohibición de actividades en
Semana Santa y la actual auto-cuarentena de la población, el turismo interno también está
recibiendo un fuerte golpe. Además, el embarque de cruceros fue prohibido incluso antes de
anunciar medidas más drásticas.

Es decir, una gran parte del sector hotelero y de restaurantes se queda sin su fuente de ingresos.

Los desembarcos de turistas provenientes de cruceros, unos 130,000 al año, gastan alrededor de
200 dólares por persona en Guatemala. De esos 200 dólares, la mayoría es gastado en tours y en
Antigua Guatemala (dos tercios del total). Esto representa unos $25 millones al año. Si los
cruceros no ingresan por un mes, el costo a la economía local es de $2.5 millones de dólares.

Pero los cruceros no son la más fuente más importante de turistas extranjeros: representa solo el
5% del total. Cada año, unos 2,55 millones de turistas visitan Guatemala, de los cuales unos
500,000 lo hacen en marzo y abril (en comparación, julio y agosto representaran unos 450,000
turistas). La mayoría de los turistas son centroamericanos, seguidos por estadounidenses.

Luego, hay unos 1.7 millones de turistas internos (residentes en Guatemala) al año, del cual más
o menos el 10% representa turismo en Semana Santa.

La buena noticia es que, al nivel nacional, la hotelería y servicios de comida solo representan el
3% del producto interno bruto (unos $2 mil millones de dólares en valor añadido). Como
consecuencia, una reducción en el turismo no reduciría mucho el PIB por su baja contribución.

La mala noticia es que estos efectos son muy locales, muy concentrados, y muy específicos:
lugares como Antigua Guatemala, Flores, Atitlán, y diversos lugares costeños son los que más
pueden sufrir. Según el Inguat, el turismo impacta a unos 500,000 empleos de forma directa e
indirecta en estos lugares.

Por último, tenemos que recordar algo más: el impuesto sobre hospedaje (de 10%) significa que
el golpe al turismo también afecta a la recaudación tributaria del gobierno guatemalteco. El
gobierno recauda anualmente unos $20 millones de dólares con el impuesto sobre hospedaje, lo
cual va a bajar por (i) desocupación y (ii) precios más bajos (menor demanda). Pero, de nuevo, el
impacto a la recaudación total no va a ser dramático.
Entre los meses más importantes para el turismo tenemos marzo y abril (en parte por Semana
Santa), julio y agosto, noviembre y diciembre. Si continúan las drásticas medidas de contención
en julio y agosto, cosa que no parece muy irreal, podría multiplicar el golpe al sector turístico.

Consecuencias para los mercados crediticios

En el actual ciclo, Guatemala se ha visto beneficiado de una fuerte reducción en las tasas de
interés. La caída en las tasas de interés fomentó un auge inmobiliario. Este auge se puede
observar en la nueva construcción, tanto en préstamos a desarrolladores como préstamos
hipotecarios a familias. Pero incluso el gobierno se financia a tasas cada vez más bajas.

Por ejemplo: la tasa de interés sobre deuda pública guatemalteca llegó a ser 3.5% (yield to
maturity, bono de 7 años) en febrero de 2020. Pero en apenas dos semanas, esta tasa subió a
5%. Este súbito movimiento no se ha dado porque los inversores extranjeros de repente han
cambiado su opinión sobre el buen hacer de la actual administración, sino porque están
vendiendo literalmente todos los activos que se pueden considerar riesgosos y comprando todos
los activos que son aceptados como colateral para conseguir liquidez (por ejemplo bonos de
tesoro de Estados Unidos).

La misma tendencia que observamos con la deuda pública es de esperar para el resto de créditos
y activos de Guatemala. Junto con caídas en remesas y menores ingresos por exportación, el
riesgo aumentará y el coste del crédito se encarecerá.

Las consecuencias de esta reversión en los mercados de capital son malas noticias para los
consumidores guatemaltecos. El concepto de una tasa de interés fija prácticamente no existe en
Guatemala. Por tanto, queda a la discreción de los bancos en que momento los deudores tendrán
que pagar más en intereses sobre sus deudas. Este efecto, sin embargo, se suele dar con cierto
retraso.

En gráfico 7, podemos observar que, desde el comienzo del 2009, las tasas de interés han bajado
todos los años. Sin embargo, la diferencia con situación vivida en el año 2008 va a ser que en el
actual ciclo se concedieron muchísimos más créditos que en el ciclo anterior a 2008. También
vemos que, aunque la crisis en los EEUU fue en gran parte en el 2008, las tasas en Guatemala
subieron gradualmente a lo largo de la crisis y recesión.

En concreto, el número de créditos a grandes empresas hoy es de 8404, mientras que en 2008
era de 7879, un aumento de menos de 10%. Sin embargo, el monto crediticio concedido hoy es
de Q105.000 millones, en 2008 era tan sólo de Q39.000 millones, un aumento de 170%. En
otras palabras, los mercados crediticios son más grandes y más importantes en la Guatemala de
hoy día que la Guatemala de 2008.

¿Pero por qué bajaron tanto las tasas de interés en Guatemala?


En gráfico 8 podemos apreciar como la prima de riesgo de Guatemala ha bajado a largo de los
años. Hasta inicios de este 2020, los inversores internacionales buscaban mayor riesgo en
búsqueda de mayores retornos en una situación internacional de tipos de interés muy bajos. Pero
la situación ha dado un giro de 180 grados: los inversores internacionales buscan
desesperadamente menor riesgo, hay una huida hacia la seguridad. Por eso, las primas de riesgo
de Guatemala están y seguirán subiendo.

Este hecho también se puede apreciar en el gráfico 9:

Estos son los diferenciales entre las tasas de referencia en Estados Unidos con la tasa bancaria
activa en Guatemala (la tasa promedia a la cual las familias y empresas guatemaltecas se
financian). Como vemos, este diferencial cayó mucho en el 2006, principalmente por falta de
demanda de crédito.

En el actual ciclo, este diferencial ha bajado también, desde el 14% hasta el 10%. Significa que el
crédito se ha abaratado en Guatemala durante años, pero no tanto como en el 2006, ¿por qué?
Porque en el actual ciclo la demanda de crédito ha sido muy superior.

Tanto los consumidores, como varias industrias, así como el sector inmobiliario, están sobre-
apalancados por esta razón. Estos sectores han endeudado más, y a tasas más bajas. Pero con la
crisis en Estados Unidos, podemos adelantar que se contraiga el crédito, que las tasas empiezan a
subir y que los deudores empiecen a tener dedicar cada vez más parte de su ingreso operativo a
pagar los intereses de la deuda. En otras palabras, una parte importante del sector privado
guatemalteco se ha hecho más frágil financieramente y más susceptible a sufrir en crisis
financieras que en el pasado.

Conclusión

La economía guatemalteca sufrirá en el futuro el impacto de la crisis económica global. La crisis


ya la estamos viviendo y la recesión ya parece inevitable. Los principales bancos de inversión del
mundo ya pronostican un escenario mucho más negro que el de 2008/2009.

Son 4 las vías de impacto directo que hemos desarrollado en este artículo:

Remesas

Sector exterior

Turismo
Crédito y sectores afines

Las remesas caerán y con ello la actividad económica que se genera en Guatemala en base a esas
remesas. La última recesión en Guatemala vino por este lado, creemos que esta vez no será
diferente.

El sector exterior está viendo como los precios de los commodities caen en picado y parece que
sin frenos. Por fortuna, los commodities que produce y exporta Guatemala no se ven tan
afectados por las caídas de precios como otros y en la fase de recesión muchos de ellos pueden
recuperar su precio. Por el lado de la importación, Guatemala importa los commodities que más
se caen de precio y que es más posible que sigan cayendo durante la etapa de recesión en la que
entraremos en los próximos meses. Por tanto, las noticias del sector exterior, aunque a corto
plazo son muy malas, a medio plazo son esperanzadoras.

El turismo en Guatemala está recibiendo un golpe enorme del que es posible que tarde mucho en
recuperarse. La práctica paralización del transporte de personas internacional, unido a la más que
previsible casi completa caída del turismo interno durante al menos 2 meses, y posiblemente algo
más de tiempo, están pegando doblemente en el sector. El único consuelo es que su aportación
al PIB no es tan grande y, por tanto, sus efectos sobre la economía de Guatemala, algo limitados.

El crédito internacional de Guatemala ya se está viendo afectado. Esta vez el gobierno de


Guatemala no tiene culpa de que los inversores se retiren. El pánico financiero internacional está
provocando una huida hacia la seguridad. Esto provoca una caída una sobre-venta de activos
como el bono de Guatemala y una sobre-compra de activos como el bono de Estados Unidos o
Alemania. Sólo en dos semanas, el bono de Guatemala a 7 años pasó del 3,5% al 5% de
rendimiento. Poco a poco este crecimiento del interés se irá trasladando a otro tipo de activos y
créditos en Guatemala. Los sectores que más funcionan con crédito (véase sector hipotecario)
sufrirán las consecuencias.

Aviso legal: el análisis contenido en este artículo es obra exclusiva de su autor, las aseveraciones
realizadas no son necesariamente compartidas ni son la postura oficial de la Universidad Francisco
Marroquín.

[1] No coincide exactamente con la recesión de NBER. El motivo es que la definición oficial de
recesión necesita dos trimestres consecutivos de caída de PIB. Nosotros hemos puesto el inicio de
la recesión en el instante en el que el PIB se vuelve negativo.

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Daniel Fernández

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Daniel Fernández es el fundador de UFM Market Trends y profesor de economía en la


Universidad Francisco Marroquín. Tiene un doctorado en economía aplicada en la Universidad
Rey Juan Carlos en Madrid y también era un fellow en el Mises Institute. Tiene un máster en
Economía de la Escuela Austriaca por la Universidad Rey Juan Carlos y un máster en Economía
Aplicada por la Universidad de Alcalá en Madrid.

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Olav Dirkmaat es profesor de economía en la Escuela de Negocios de la Universidad Francisco


Marroquín. Antes era vicepresidente en Nxchange y analista de metales preciosos en
GoldRepublic. Tiene un doctorado en Economía de la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid.
Tiene un máster en Economía de la Escuela Austriaca de la misma universidad, y un máster en
Marketing Strategy de la Vrije Universiteit en Ámsterdam. También es traductor del libro La
acción humana de Ludwig von Mises al neerlandés y maneja fondos de familiares y conocidos,
buscando oportunidades de inversión en mercados en niveles extremos (sobre o infravalorados).

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