Desazon romantica: Caracterizada por un analogo malestar, un rechazo de la sociedad
vulgar, sensación de desarraigo, soledad. Una nueva crisis espiritual exalta las pasiones y lo irracional. Desazón “romántica”: Se exaltan de nuevo
Una desazón romántica
Son muchos los críticos que han señalado la filiación romántica del Modernismo. En efecto, son notables las afinidades de talante entre románticos y modernistas: análogo malestar, análogo rechazo de una sociedad en la que no haya lugar la poesía, parecida sensación de desarraigo, de soledad. Una nueva crisis espiritual exalta otra vez -por encima de la razón- las pasiones y lo irracional; el misterio, lo fantástico, el sueño vuelven a poblar los poemas. Pero lo más importante son las manifestaciones de tedio y de profunda tristeza. La melancolía (a veces, la angustia) es un sentimiento central. El poeta en todo hallará motivo para sentirse o mostrarse melancólico: frente a un paisaje, frente a la mujer, frente a la vida, analizándose interiormente. Por Juan Ramón Jiménez La influencia de Bécquer es evidente: rechazo de una sociedad vulgar; parecida sensación de desarraigo, de soledad. La defensa de las pasiones y de lo irracional volverá a dar paso al misterio, a lo fantástico, a los sueños. Una cierta desazón romántica. Los modernistas, como los románticos, rechazarán la sociedad en la que viven. Frente a la sociedad burguesa, racional y utilitaria tenemos la defensa de las pasiones, lo irracional. La literatura dará cabida al misterio, lo fantástico, los sueños, todo aquello que escapa de la razón.