El estrés es una problemática cada vez más habitual y con consecuencias fundamentales, ya que
puede alterar al bienestar físico y psicológico y dañar la salud de las personas.
Cabe destacar que el estrés se produce por la sociedad y el estilo de vida que llevamos. Cuando el estrés aumenta, perfecciona los niveles de salud y rendimiento, supera nuestra capacidad y forma de adaptarnos ante un desempeño laboral. Además, el aburrimiento y la falta de estímulo, producto de un grado insuficiente de estrés, también pueden perjudicar nuestra salud de forma radical. Por consiguiente, se mencionan los tipos de estrés, tanto el positivo como el negativo influyen en las actitudes de la sociedad. Según Sherman y Bohlander (1994) indican que el estrés negativo produce diferentes actitudes al individuo, al acumular los sistemas físicos y mentales de las personas, trastorna su funcionamiento y produce reacciones negativas, expresadas en el bajo desempeño y la calidad en el trabajo por lo tanto, el estrés se convierte en distrés cuando se comienza a tener una pérdida de nuestros propios sentimientos como el desamparo, frustración, decepción y todo lo mencionado convierte al estrés en distrés. Asimismo, en términos generales, el tipo de estrés o eutrés, genera situaciones beneficiosas, para el individuo, de esta manera alienta la actividad en el trabajo, incita a la participación, creatividad y aumenta el esfuerzo en el desempeño de las ocupaciones y labores de trabajo.