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JONAS

PROPÓSITO: Mostrar el alcance de la gracia de Dios. El mensaje de salvación es para todos.

Características:

El libro de Jonás es una narrativa histórica. Es diferente los demás libros proféticos porque
describe la historia del profeta sin hacer hincapié en sus profecías. De hecho, en un solo versículo
se resume su mensaje al pueblo de Nínive (3:4). Jesús menciona la historia de Jonás como una
ilustración de su muerte y resurrección (Mateo 12:38-41).

Esquema

1. Jonás abandona su misión 1:1-2:10


2. Jonás cumple su misión 3:1-4:11

Jonás fue un profeta renuente a quien se le asignó una misión que consideró desagradable.
Prefiero huir de Dios en vez de obedecerlo. Al igual que Jonás, seguramente tendremos que hacer
cosas que no queremos hacer, más bien deseamos dar la vuelta y escapar. Sin embargo, es mejor
obedecer a Dios que desafiarlo o huir. Muchas veces, a pesar de nuestra rebeldía, Dios en su
misericordia nos concede otra oportunidad para servirlo cuando regresamos a él.

Jonás nos permitirá entender:

La soberanía de Dios: el profeta Jonás trató de huir de Dios, pero Dios tenía el control. Por medio
de su dominio de los mares tempestuosos y de un pez enorme, Dios mostró su soberanía absoluta
y su bondadosa dirección.

El mensaje de Dios al mundo entero: Dios le entregó una tarea a Jonás específica: ir a predicar a la
gran ciudad asiria de Nínive. Jonás odiaba Nínive, por lo que reacciono con enojo e indiferencia.
Jonás tenía que aprender que Dios ama a todos. A través de Jonás, Dios le recordó a Israel su
deber misionero.

El arrepentimiento: cuando el renuente predicador llegó a Nínive, el pueblo reaccionó


positivamente a su mensaje. La gente se arrepintió y se volvió a Dios. Fue una fuerte amonestación
para los israelitas, quienes se creían superiores, pero rehusaban obedecer el mensaje de Dios. El
Señor perdonará a todos los que se aparten de sus pecados

CUANDO ESTAMOS EN LOS PLANES DE DIOS NO PODEMOS HUIR DE ELLOS

Texto. Jonás 1:3

«Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una
nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de
la presencia de Jehová.»

¿Como se me puede a ocurrir huir de la presencia del Señor? Es algo inaudito e imposible. El solo
hecho de saber que Dios es omnipresente me hace razonar en lo que el salmista escribió: «¿A
dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás» (Salmos 139:7-8). Pero Jonás, además de
ser desobediente, pensó en la misericordia de Dios, y sabía que si los de Nínive se arrepentían Dios
los perdonaría y él quedaría como profeta falso o mentiroso. Pero ya conocemos el resto de la
historia.

Cuando Dios nos llama, debemos acudir, cuando nos asigna un trabajo, debemos hacerlo. Si nos
manda a predicar, amar, perdonar, soportar o resistir debemos hacerlo. «Cuando a Dios haces

promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que


prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas» (Eclesiastés 5:4-5). Se
sabio, cumple tus compromisos, se sabio y sensato.

Ser sensato es coincidir con la voluntad de Dios, atender sus mandamientos y gozar de la vida en
Cristo Jesús. Mi consejo hoy es: Atiende la voz del Señor y no trates de huir de él.

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