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Silviano Santiago “El Glosario Derrida es poco més que una herramienta escul- pida en el yunque de la sala de clases” nos narra el autor en el prélogo a la traduccién castellana, Este libro colectivo, libro de aproximaciones, urdidas con la pasién de quién halla en una filosofia el giro que le permite dislocar el discur- 0 metafisico osificado, es el instrumental con que se disec- ciona e interviene desde los margenes. Esfuerzo temprano de trabajar con la deconstruccién sin quedar atrapado en la copia celebratoria o en la recepcion sumisa al modelo que proveen las metrépolis culturales, sino abriendo un entre-ugar para la critica en los intersticios de la falsa obediencia, dela contaminacién y el mestizaje. Las glosas aqut reunidas son una acertada entrada a la propuesta de Jacques Derrida asi ‘como una profunda exploracion de la capacidad deconstructiva Silviano Santiago nos ofrece echar un vistazo a las bambali- nas que le permitieron renovar la escena del ensayo Tatinoa- mericano. Desplegando las diferentes entradas con la simple- zay delicadeza de una invitacion que conduce a otra, que a su vez remite a una nueva, Desandando el vocabulario derri- diano, haciéndolo propio. Silviano Santiago | Derrida Coleccién Heteroglosias Sh rojo re r-isas.14 E 9} | | | aT, 9F78987415185 |: on Ee Silviano Santiago (Mina Gerais, 1936) es ‘un escritor, ensayista y critico cultural ‘Asomé al campo intelectual desde el grupo ‘que lanz6 la revista de cine Complemento, donde publicé sus primeros cuentos y poemnas. Se doctors en Literatura Francesa en la Sorbona con una tesis sobre André Gide durante la efervescencia previa a los stucesos de mayo. Dict6 cursos en Canada yen los Estados Unidos en donde conacis a Jacques Derrida. Su incansable tarea de ‘compilador de las letras brasileras,antolo- {gists ¢ historiador, le permiti6 dislocar los conceptos de la critica literaria tradicional, leyendo a contrapelo el entre-lugar de la cultura Latinoamericana. Carlos Drummond de Andrade (1976); Uma literatura nos tropics: ensaios sobre dependéncia cultural (4978); Vale quanto pesa: ensaios sobre questdespoltico-culturas (1982); Nas malhas da letra (1989) y As Ratzese 0 Labirnto da "América Latina (2006) retinen la lucida labor de ensayista ia hecho publica su poesia en Sao (1970) y Crescendo durante a guerra numa provincia ultramarina (1978); ast como una extensa cobra narrativa; O banquete (cuentos, 1970); Em hiberdade (novela, 1981), Stella Manhattan (novela, 1985); Uma historia de familia (novela, 1992); Viagem ao México (novela, 1995); Keith Jarrett no blue note (novela, 1996); Falso Mentiroso: memorias (novela, 2004); Historias Mat Contadas (cuentos, 2005); Herancas (novela, 2008); Andnimos (cuentos, 2010); Mil rosas roubadas (novela, 2014) Glosario de Derrida Trabajo realizado por el Departamento de Letras de la PUC/RJ Supervision general de Silviano Santiago 1976 Coleccién Heteroglosias Zu Traduccién rail rodriguez freire Revision Técnica Pablo Lesser Glosario de Derrida Trabajo realizado por el Departamento de Letras de la PUC/RJ Supervision general de Silviano Santiago 1976 Coleccion Heteroglosias Bul ilo Hilo Rojo Editores Mio 732 P81 (cp1406) ~ Cludad de Buenos Aires, Argentine Glossério de Derr; Sopartzmento de tetrac da PUCIRJ, Supervsio geral de Silviang Santiago. Rig de Janeiro, Alves, 1976, 104p. 21cm Santiago, siviano “Glosario: Derrida /Siviano Santiago; con epilogo de Ratl Rodriguez Frere. 1a ed. ~Cudad Auténome ‘de Buenos Aires: Hilo Rojo Editores, 2005. 176 p.; 20x13 em. -(Heteroglosas | Ariel Sparacino) Traducido por: Raul Rodriguez Freire ISON 978-957-45185-1-4 1. Filosofia. 2. Estudios Uteraros. |. Rodriguez Freire, Radi, prolog, I Rodriguez Freire, Ral, trad. 00 190 Diseio de interior: Alejandro S. Alamo Disefo de cubierta: Fernando Canede © blo Rojo Editores 2015, san 976-987-45185-1-8 Hecho el depésito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina / Printed in Argentina indice Nota de traduccion Presentacién a la traduccion en espafiol Silviano Santiago ..... Introduccion, Silviano Santiago Convenciones Glosario Posfacio: Repeticion y diferencia Silviano Santiago y la prision como modelo de escritura rail rodriguez fieire 139 indice analitico en espaitol 163 indice analitico en francés 166 Nota de traduccion Como se advertira, la edicion brasilenia de este Glosario trabajo con libros de Jacques Derrida publicados en fran- cés, asi como con algunas de sus traducciones publicadas en portugues, Para esta version, he recurrido a las edicio- nes existentes en espafiol. Lo mismo he hecho cuando se citan otras obras. No sin pudor, he tenido que modificar levemente algunas citas cuando el texto original o la tra- duecién lo han zequerido. Presouci | Presentacion a la traduccion en espafiol Silviano Santiago (...] et si l'Europe n’était pas la ott les Européens-européens la placent? Abdesselam Chedaddi, “Europe/non-Europe: a propos de ’Autre cap de Jacques Derrida” El Glosario de Derrida es un libro de aproximaciones. ‘También sobre el papel de las intermediaciones. Pretende aproximarse a la diferencia, reconocerla en su especificidad y en su alcance conceptual, filos6fico y deconstructor. Pretende incluso trabajar con las fuerzas paradojalmente agregadoras de la alteridad que en ella se encuentran inscritas, Su finalidad es la de ofrecer confi- guraciones del pensamiento de Jacques Derrida a partir de entradas que, al servir de intermediaciones, puedan dar lugar a un conocimiento instructivo del pensador franco-argelino Conocimiento este que se quiso contempordneo de los primeros escritos firmados por él. Conocimiento que es, finalmente, una exploracion que se inscribe en la 121 Suro Samco investigacion filos6fica posestructuralista, lo que hace que se encuentre necesariamente fechada. La idea de un indispensable glosario de Jacques Derrida surge en 1974, se transforma en texto mimeogra- fiado (ni sofiabamos con la fotocopia y menos atin con el computador) en 1975 y se difunde bajo la forma de un libro publicado por la Editorial Francisco Alves en 1976. Las diversas y sucesivas fases acontecieron por el interés de los estudiantes de posgrado del Departamento de Letras de la Pontificia Universidad Catolica de Rio de Janeiro (PUC/ RD), que, en aquellos atios y a partir de dos seminarios, se aproximaron a los libros y articulos disponibles en aquel entonces de y sobre Jacques Derrida. Todos lefan los tex- tos, dialogaban entre ellos y discutas bajo la supervision (presente 0 ausente) del profesor. En la sala de clases y en casa, formaban pequefios niicleos de estudio y trabajo. Este glosario es, pues, hijo de aprendices de literatura y de filosofia y se afirma como el deseo de escribir algo de jnterés acerca de un saber filos6fico precursor, ajeno y ex- tranjeto. Una introducci6n, intermediaciones. Alguien que recién se inicia en la lectura del pensador francs tal vez en- cuentre en esos registros que trazan algo de garabatos filo- s6ficos—_la utilidad anhelada por los primeros aprendices. El Glosario de Derrida es poco mas que una herramien- ta esculpida en el yunque de la sala de clases. Herramienta trabajada por los martillazos més o menos felices que jove- nes herreros daban sobre el lingote de acero derrideano. El temple del acero deconstructor oscila entre el calor que el joven y brasileno lector aviva por la sensacion y el placer Passemicies 13, del descubrimiento, y el bario de agua fria del conformis- ‘mo que relativiza los avances te6ricos responsables por la ivulgaci6n de un saber raro y (a primera vista) hermético, que s¢ interioriza a duras penas en cada cabeza. En manos de un curioso consultante, el Glosario de Derrida pretende ser tan accesible como un diccionario; para quien tiene hambre, tan practico como cualquier cuchillo 0 tenedor, Pero a diferencia de los diccionarios clasicos, hechos por un equipo de lexicografos profesio- nales, sus autores fueron jovenes de posgrado, un tanto inexpertos en las artes de la filologia. Se trata, por tanto, de un libro de jévenes (en edad) para jévenes (de espiri- tu), aunque sea, al mismo tiempo, un primer libro sobre la préctica filosofica vanguardista de Jacques Derrida, que ya aparece milagrosamente madura en los primeros afios de la década del 70. Con el correr de los afios, el glosario no puede —ni quiere~ disfrazar la precariedad que lo significo de modo pionero y elegante en 1976, Tanto la novedad del pen- samiento francés difundido en lengua portuguesa, como los desgastes causados por el interminable proceso de en- vejecimiento que conlleva la adquisicion del saber, son partes constitu:ivas e inalienables de la ya larga trayecto- ria cronolégica del libro. El inicio de la lectura de Jacques Derrida, lo que la alimenta, cumplié 40 afios en 2014, Sin abandonar la irfinita maratén de la impecable vida intelec- tual de Derrida, la novedad se cans6, se torné renqueante sin cambiar de piernas, exhibiendo -las mentes exentas de crueldad— lo que fue ensefiado y representado en aquel 1 Samo Semaco espacio provinciano, donde la intrepidez joven de los es- tudiantes comulgé con la energia disciplinar del profesor. Fue asi que la maratén llamada Jacques Derrida partio en Brasil. Las aproximaciones tienen también su arqueologia, escrita por la légica de las coincidencias que siempre nor- tean las intermediaciones derivadas del viaje y del azar. En septiembre de 1969 comencé a ensefiar lengua y literatura francesa en la State University of New York, en. Buffalo, En aquel afio lectivo, me invitaron a co-organizar un evento académico en torno a la obra de A. J. Greimas, quien visitarfa los Estados Unidos por primera vez. El resultado del simposio “Narrative analysis” (que tuvo lu- gar en Buffalo, entre el 16 y el 20 de agosto de 1971) fue muy satisfactorio, Desperts el interés de la revista Modern Languages Notes, editada por la Johns Hopkins University y dirigida entonces por Richard Macksey, responsable jun- to a Eugenio Donato de la pionera antologia de ensayos The Strucutralist Controversy (que reunia los trabajos pre- sentados en el precursor simposio de 1966). Para cerrar el fornido dossier que abriria el proximo numero de la re- vista, a publicarse en 1972, se me invit6 a viajar en 1971 a Baltimore, en compaiiia de Eugenio Donato. Contratado como mattre-conferencier, ahi estaba el entonces joven fi- osofo francés, acompafiado de su esposa, Marguerite, ya conocida de nombre por sera traductora de Morfologia del cuento, de Vladimir Propp. ‘Asisto a una de las sesiones del seminario conducido por Derrida, en que analiza a Freud y su Mas alla del prin- cipio del placer,’ después de lo cual la pareja me invita a 7h la carte postale, de Socrate 2 Freud et au-dela, Pais, Flammarion, 1980 [trad, esp. La tarjeta postal. De Sécrates @ Freud y més all, trad. Haydée Silva y Tomas Segovia, México DF, Siglo XX1, 2001] Paesextacon 115 cenar, En cierto momento de la conversacién en la mesa, 1 filésofo no esconde cierta curiosidad por la mirada que, en tanto lector brasilefio, yo tenia acerca de su trabajo (ad- quirl tempranamente dos libros suyos en 1968, arto en que defendi mi tesis de doctorado en la Université de Paris) Hoy tengo certeza de que en aquella época -a pesar del hecho de que Derrida se habia interesado por y escri- to sobre Tristes ‘ropiques, de Lévi-Strauss, uno de los mas importantes libros sobre la diferencia colonial que tiene como espacio geografico a Brasil~ ninguno de los estu- diantes brasilesios que se encontraban en Paris habia mos- trado un real in:erés por la obra de los mas jovenes de los estructuralistas, posteriormente clasificados como poses- tructuralistas. Tanto en la escena universitaria parisiense como en las atin incipientes lecturas del pensamiento fran- cés contemporaneo, los intelectuales mas viejos ~Roland Barthes, Michel Foucault, Jacques Lacan y evidentemente Lévi-Strauss~ atratan todo el interés de mis compatriotas. Bajo el pretexto de respuesta a una pregunta que en verdad él no haba formulado, le dije que me seducia bas- tante uno de los aspectos menos estudiado de su pensa- miento. De cierto modo, continué, fue ese aspecto lo que desperté mi gran interés por sus escritos. Le di los ejem- plos que juzgué necesarios. Estaban en la critica que él hacia al estructuralismo formalista (ast caracterizado por excluir la fuerza de la que habla Nietzsche), en su lectura critica de los escritos de Jean Rousset (“Forme et significa- tion”), de Michel Foucault (*Cogito et histoire de la folie") y de Lévi-Strauss (“La structure, le signe et le jeu dans le ® Traducidos al espanol como "Fuerza y signifcacién",; "Cogito e historia de la locura’; y “La estructura, el signo el juego en el discutso de las ciencias humanas’ en La escrtura y la diferencia, Trad. Patricio Pefaiver, Barcelona, Anthrepos, 1990, {Suro Swmco discours des sciences humaines”, ast como en la segunda parte de De la grammatologie). En estos textos yo percibta el deseo derrideano (jo franco/argelino?) de reelaborar el sistema que venia siendo establecido por la deconstruc- cion del fono y del logocentrismo. Pero en los ensayos ci- tados, le decfa finalmente, él adicionaba una tercera mani- festacién del centramiento, aunque de manera turbulenta: el etnocentrismo. La deconstrucci6n del etnocentrismo se presentaba como una problemética de gran importancia por una cuestién que siempre me sedujo en tanto ciudadano bra- silefio, interesado por cuestiones literarias y culturales: la diferencia colonial, Esta era entonces borrada (o repri- mida) por la historiografia oficial y erudita. En mi ima- ginaci6n critica, la represién cultural se tornaba objeto de indagaciones sobre el estatuto de las literaturas de- pendientes en el ambito de la literatura comparada, Mis indagaciones dieron lugar a la conferencia “El entre-lugat del discurso latino-americano”, escrita y pronunciada en francés en Université de Montréal en 1971. Para compro- bar mi preocupacién, cito una nota que se encuentra ya en la primera version de este ensayo: Jacques Derrida, destacando la contribucion de la etnologia al efecto de socavamiento de la metafisica occidental, sefial6 que “... la etnologia solo ha podido nacer como ciencia en el momento en que ha podido efectuarse un descentramien- to: en el momento en que la cultura europea. Preset 117 ha sido dislocada, expulsada de su lugar, tenien- do entonces que dejar de considerarse como cul- tura de referencia.” Y afiade que este “es también un momento polttico, econémico, técnico, etc.”, A Excritura e a Diferenca, Sao Paulo, Perspectiva, 1972, p. 234." Me interesaba saber ~retomo nuestra conversacién de 1971 mediante las preguntas que tal vez aun no habfan sido formuladas de manera adecuada en aquella ocasion— si fue por azar que Jacques Derrida se presentaba como el primer gran filésofo francés que colocaba en términos politicos la prozlematica de una Europa metropolitana y su otto colonial. {Por qué el filésofo no pudo, no quiso camuflar la cuestién de la hegemontfa occidental en el pla- neta desde los grandes descubrimientos maritimos? ;Por qué insistia sobre los desatinos del colonialismo y la razon para la descolonizacién? ;No resulta por lo menos curioso yalbriciador [alvissareiro] que un filésofo en la estela de los mayores de la rodernidad retomara el tema de los grandes descubrimientos europeos a través del sesgo excéntrico de la etnologia lévi-straussiana -y no por medio del sesgo de la Historia eurocéntrica que se dice universal? La propuesta de una linea filosofica que encadenara la deconstruccién de la metafisica occidental a la etnologia de Lévi-Strauss y a los escritos de su predecesor, Jean- Jacques Rousseau, no es un simple accidente de recorrido. EI punto de partida para la deconstruccién del etnocen- trisma se vincula con la lectura que él nos propone sobre * Hemos seguido le traduccion de Patricio Pefahver, La escritura y la olfe- rencia, Barcelona, Anthropos, 1990, p. 387 [¢] tp Sisto Sumo el descentramiento operado en la historia de la metalisica occidental gracias al andlisis de su escritura desde Platn (Cf. “La pharmacie de Platon"®, en particular). La emergencia de la etnologia en el ambito de la cultura occidental es, por tanto, tardfo, y solo fue posible a partir del momento en que un descentramiento —cuya importan- cia eg acentuada por Derrida pudo ser operado, es decir, “en el momento en que la cultura europea -y por consi- guiente la historia de la metafisica y de sus conceptos~ ha sido dislocada, expulsada de su lugar, teniendo entonces que dejar de considerarse como cultura de referencia’ La perdida de la condicion de “cultura de referencia” por par- te de los pensadores europeos se toma una herramienta teorica de la que se servira Derrida -y, claro, el lector ya entonces sensible a las cuestiones poscoloniales~ para pre- sentar una equivalencia temporal definitiva. El sefialo que “la critica del etnocentrismo, condicién de Ia etnologia, [es] sistematicamente ¢ historicamente contemporanea de la destruccién de la historia de la metafisica’ ? Para el desarrollo de los estudios dedicados al posco- lonialisimo en América Latina ~y también en gran parte de las antiguas colonias europeas~ la importancia de esa equivalencia iré adquiriendo fuerza y poder con el tiempo, y estara en la base de proposiciones como el multiculea- ralismo, establecidas por pensadores posmodernistas tales como el briténico/jamaiquino Stuart Hall. La deconstruc- cin en términos derrideanos se confunde entonces con tun trabajo de “sollicitation (de sollusécitare, ébranler le tout > Version castellana “La farmacia de Platin* en La diseminacin, trad. José Maria Atancicia, Madrid, Fundamentos, 1975. + Jacques Derrida, La escrturay la diferencia op. ot, p. 388. 5 id. Cita levernente mocificada {t] Prestnracion 119 [sacudir el todol)” de la historia de la metafisica y de la historia de la cultura occidental en tanto factores de homo- genizaci6n del mundo. La pretendida unidad del planeta tiene como tinica re- ferencia la cultura occidental, defendida mediante la impo- sicién de valores étnicos (el hombre blanco), lingatsticos (las lenguas nacionales europeas), econémicos (la burgue- sia mercantil) y religiosos (el cristianismo) sobre su otro. El cédigo lingutstico y el codigo religioso — iia 341 Stas Sema desbordamiento del signo escritura al mismo tiempo que un borramiento de los limites del concepto de lenguaje Este desbordamiento, este exceso es lo que marca él pa- saje a un mas alld de la clausura de un sistema. Pero no se puede simplemente rechazar los conceptos de ese mismo sistema (la nocién de signo*, por ejemplo), porque son ne- cesarius y nada es pensable sin ellos, y también porque “son indispensables para conmover hoy la herencia de la que forman parte”, Al diseftarse la clausura, “es preciso rodear los conceptos criticos con un discurso prudente y minucioso, marcar las condiciones, el medio y los limites de sui eficacia, designar rigurosamente su pertenencia @ la maquina que ellos permiten desconstituir®”.* ‘Los movimientos de pertenencia o de no-pertenencia ‘ala época logocéntrica son por los demas sutiles, porque “los movimientos de desconstruccién no afectan a las es- tmucturas desde afuera. Solo son posibles y eficaces (...] habitandolas de una determinada manera, puesto que se habita siempre y més ain cuando no se lo advierte"> La clausura no tiene la forma de una linea. “La clausura de la metafisica no es sobre todo un circulo rodeando un campo homogéneo, homogéneo a si en su interior, y cuyo exterior también lo seria por lo tanto. El limite tiene la for- ma de fallas [failles|* siempre diferentes, de divisiones de Jas que los textos filosoficos llevan la marca o la cicatriz’. #6, p.20. 5 bid, p. 32. © Failees fall, hendidura y también tejido de seda hecho de cordoncitos Icordsozinfo]. Nas parece que Derrida apela@ los dos sentidos. Guosan 135 Complemento (Complément) Pertinente a la tarea analitica, la nocién de complemen- to refiere una ausencia que debe ser completada. Roland Barthes, en 1m articulo escrito en 1963, afirmaba que el fin de toda activ.dad estructuralista, fuese esta reflexiva 0 poética, era el de “reconstruir un ‘objeto’, de modo que en esta reconstruccién se manifiesten las reglas de funcio- namiento (las funciones) de este objeto”.! Y mediante esa transformacién znalitica se da un incremento semantico (considerado hoy de valor metalisico): lo inteligible que acrecienta lo sensible, uno complementando al otro. Elestabelecimiento de la descomposicion sintagmatica y la explicacion por el funcionamiento paradigmatico de los elementos internos pretende dejar hablar aquello que quedaba ininteligible en el objeto “natural”, mereciendo asi un comportamiento de esclarecimiento, de recupera- cion a posteriori, es decir: se obtiene un complemento en el proceso de organizacisn de la nueva estructura, comple- mento que es un “simulacto” del objeto “natural”. Ese tipo de andlisis, producto de un juego de trans- formaciones en una dimensién paradigmatica, asume la diferencia* come concepto semantico, pero no como con- cepto operacional; por tanto, solo puede ser operacionali- zada plenamente mediante la constatacion de la différance* —momento anterior a cualquier logica binaria, Pero el jue- go* y la relacién se agotan aqu{ en el intento de recons- truccion logica de un texto por su simulacro. Ered anyartnt at ge Sn ik 3 261 Stuns Seomaco Complemento, logica del (Complement, Logique du) Esté ligada al pensamiento de la metafisica occidental, a la logica de la identidad y de la presencia*. Supone, por tanto, la presencia de dicotomias clasicas, como dentro/ fuera, bien/mal, verdadero/falso, esencia/apariencia, mis- mo/otro, etc. “Para que esos valores contrarios... puedan oponerse es preciso que cada uno de los términos resulte simplemente exterior al otro, es decir, que una de las opo- siciones (dentro/fuera) esté ya acteditada como matriz de toda oposicién posible. Es preciso que uno de los elemen- tos del sistema (0 de la serie) valga también como posibili- dad general de la sistematicidad o de la serialidad”.* ‘Al complemento Derrida le opone el suplemento*. A un otro, ausente y exterior, que viene a acrecentar a un mismo ppleno, original y presente, propone un otro que ya es siem~ pre un mismo diferido, que se inscribe en su margen*; otro suplementario que, anterior a las oposiciones clasicas, se da como différance*, siendo incluso impensable ante las dicotomtas inherentes a la logica del complemento Un andlisis como el realizado en los primeros textos de Barthes, se enmarcarfa, ast, perfectamente dentro de la logica del complemento, en la medida en que presentaria ‘un cuerpo inteligible que es simulacro de un otro cuerpo cerrado en el dominio de lo sensible. Lo inteligible acta como complemento de lo sensible. La Tarmacia de Platon", D, p. 154. Gosia 137 Concepto trans-filoséfico (Concept trans-philosophique) La expresién nace del cuestionamienté hecho por Jacques Derrida! ol geato de Lévi-Strauss, realizado en Le cruet le cuil?, de transformar la investigacién de los mitos en movimiento de imitaci6n del propio pensamiento miti- co, es decir, oponer el discurso estructural sobre los mitos al discurso epistémico, adoptando “la forma de aquello de Jo que habla”, Empero, esta oposicién, tal como es criti- cada por Derrida, genera riesgos al imponer una equiva- lencia discursiva, Para él se hace necesario plantear expli- citamente las “telaciones entre el filosofema o el teorema por una parte, y el mitema o el mito-poema, por otra”, con el fin de evitar su dispersion y desapercibimiento den- tro del campo filosofico. “Lo que quiero subrayar es sélo que el paso mas alla de la filosofia no consiste en pasar la pagina de la filosofia (lo cual equivale en casi todos los casos a filosofar mal), sino en continuar leyendo de una ierta manera a los filésofos’.> Por tanto, los conceptos trans-filosoficos surgen de la necesidad de trasponer los limites cercenadores del pensamiento metafisico occiden- tal, dando lugara un discurso deconstructor; no obstante, portan en si mismos la negacién de esa liberacion, en la medida en que terminan operando como un empirismo GF, “La estructura, el signo y el juego en el discurso de las cienc nas", ED, pp. 383-401 290 fe as ciencias huma- * Traducci6n al castellano de Juan Almela, Mitolégicas I: Lo , Moles ocr do, México, Fondc de Cultura Econémica, 1968. yr sodt 9 ED, p. 395. 381 Siauso Swemaco ingenuo, No se descentra un discurso creando otro len- guaje. Deconstruir es trabajar con los propios conceptos filosoficos (de la filosofia clasica) cuestionando los prejui- cios del fono-logo-etnocentrismo*. Gosia 129 Deconstruccién (Déconstruction) Operacién que consiste en denunciar en un determi- nado texto (0 en la filosofia occidental) aquello que es valorizado y en nombre de qué lo es y, al mismo tiempo, en dejar de reprimir lo que estaba estructuralmente disi- mulado en ese texto. La lectura deconstructora de la metafisica occidental se presenta como la discusion de los presupuestos, de los conceptos de esa filosofia y, por tanto, de la denuncia de sus cimientos logo-fono-etno-céntricos*. Apuntar hacia el centramiento es mostrar aquello que ha sido “relevado” (relevé) en el texto de filosofia; apuntar lo que fue resalta- do y valorizado corresponde a una fase de renversement* [inversion]. La lectura deconstructora se propone como una lectura descentrada y, por lo mismo, no se reduce al movimiento simple de renversement, pues de lo contrario, solo se estarfa dislocando el centro por inversion, cuando la proposicién radical es la de anular el centro como lugar fijo e inmévil. Derrida seftala, a propésito de Lévi-Strauss, que en el uso de “un mito de referencia” hay un “abandono declarado de toda referencia a un centro, a un sujeto, a una referencia privilegiada, a un origen o a una arquia absolu- ta’." El descentramiento* es, pues la abolicion de un sig- nificado trascendental* que se constituye como el centro del texto, Descentramiento es la independencia total de la cadena de significantes "ED, p. 393, 40) Swe Seco Como ejemplo de esta operacion deconstructora, se puede tomar la lectura del Fedro, de Platon', donde Derrida apunta al proceso de descentramiento en el habla (phone), en el logos, en la presencia, con el consecuente rebajamiento de la escritura a un mero suplemento del ha- bla. La lectura se hace en un doble gesto. a) leer el texto en su interior lo que él dice-, sus filosofemas b) leer el texto desde fuera —lo que él disimula o repri- ‘me-, sus metéforas La lectura deconstructora implica, primero, delimitar el campo de la cerradura de la metafisica occidental y si- tuarse en su margen, es decir, crear “conceptos” o trabajar ccon categorias que no se dejan comprender por el régimen anterior, aunque, por estrategia® y economia*, sea usado el léxico del lenguaje filosofico, puesto que, segin Derrida, “no se puede operar una mutacin simple e instantanea, 0 sea, no se puede tachar un nombre del vocabulario. Hay que elaborar una estrategia del trabajo textual que a cada momento tome prestada una vieja palabra a la filosofia para a continuacién demarcarla” ? Derrida reconoce en Freud, Lévi-Strauss, Heidegger y Saussure, entre otros, signos pertenecientes al campo de la ‘metalisica, a pesar de sus intentos para salirse de ella, Para él, de hecho, son tres los discursos te6ricos que importan para pensar el acto de descentramiento, para solicitar* ese campo, Platén “Fedio", Dislogos i, trad., into. y notas, C. Garcia Gul, M. Martinez Hernandez, €. Lledo Inigo, Madrid, Gredas, 1988, * Pp.79, Geos a) la critica nietzscheana de la metafisica: critica de los conceptos de ser y de verdad, substituidos por los conceptos de juego", interpretacién* y signo* (no comprometidos con el fonocentrismo*); b) la critica freudiana de la presencia a si, critica de la consciencia, del sujeto y de la identidad a sf; ©) el cuestionamiento heideggeriano de Ia metalisica, de la ontoteologia y la determinacion del ser como presencia* > La lectura deconstructora se realiza, por tanto, me- diante un doble gesto, una doble estratificacion o un doble registro, que refiere a dos movimientos. De un lado, ren- versement* del concepto tradicional; la necesidad de ese primer movimiento es marcar en la filosofia clisica no una coexistencia pacifica sino una violenta jerarquia*; pero si se permanece en ese movimiento, se contintia operando en el interior del sistema deconstruido, Por otro lado, se marca el alejamiento (écart), situandose en el campo de la deconstruccién’ (déconstruisant), esto es, fuera de las oposiciones binarias de la metafisica. Con ello se evita un movimiento que pretenda la realizacién de alguna “sinte- sis", lo que conduciria a simples neutralizaciones de esas, oposiciones Se opera, al mismo tiempo, una deconstruccion por renversement y una deconstruccién por dislocamiento posi- tivo, por transgresién. No obstante, no se trata de un gesto > Cf. "La estructura el signo y el juego en el dscurso de ls cienclas huma- nas", ED, pp. 385-388. * Se emplea “campo de la deconstruccién” para traducir deconstruinte, on el fin de no inscribir nuevamente la palabra “deconstruido”,y evitar redundar can el uso del participio presente [t] 42) Stoo Saco semejante al de *virar la pagina de la filosofia", ni de una ruptura decisiva. Las marcas se reinscriben siempre en un antiguo tejido que es preciso continuar deshaciendo siem- pre. En este sentido, deconstruir es también descoser. Geosano 43 Descentramiento (Décentrement) La lectura intertextual*, vinculada al juego* y al suple- mento®, nos remaite a la problematica del descentramiento, por oposicién a los conceptos clasicos de estructura cen- trada, origen"* y presencia* ‘A partir de una lectura deconstructora del texto artist co, observamos que el significado ya no posee un lugar fijo (centro), sino cue pasa a existir en cuanto construceién substitutiva que, en ausencia de un centro de origen, hace que todo se tome discurso y la produccién de significacion se establezca mediante una operacién de diferencias. De esta forma, eliminandose cualquier referencia a un cen- tro, a un sujeto, y no privilegiando ningiin aspecto bajo el disfraz del “origen”, la actividad interpretativa, con base en la polisemia® del texto artistico, siempre permaneceré incompleta, en otras palabras, nunca pretender agotar el significado del objeto-texto en su totalidad. s415euN0 Seomaco Desvelamiento (Dévoilement) ‘Termino que involucra la decisiém analitica relacionada con el tejido, el texto. Esta decision consiste en aprehender Jo que, aparentemente, en la ante-escena textual abriga un significado, pero que mantiene en el fondo de la escena otros. El desvelamiento se da en simultaneidad. No existe el significado iltimo, verdadero, oculto, que laclaboracién analitica debiera descubrir. El descubrimien- to es la aprehensién de la coexistencia mutua de algunas direcciones importantes en un mismo concepto o metafora Geos 45 Dialéctico, método (Dialectique, méthode) Método por excelencia del filosofar socratico, la dialée- tica es primitivamente el arte del didlogo y de la discusién. Segtin Platon, la dialéctica permite suscitar en el alma las reminiscencias de las Ideas, y es concebida como el arte de conftontar y de analizar los conceptos en el curso de una polémica.? En el Fedro es el método que conduce al conocimiento de la verdad; la divisa socratica expresada por la palabra del ordculo de Delfos, “condcete a ti mismo”, es el campo de estudio de la filosofia. El espacio de la escritura* en el dialogo platonico es caracterizado como no-filos6fico, no interesado en la verdad, sofista, por oposicion al logos, el método dialéctico que busca la verdad? TCE Luis Washing:on Vita, Pequena Histéria da Filosofia, S30 Paulo, Saraiva, 1968, Cf. Paton “Fedro", Didlogos i, trad, into. y notas, C. Garcia Gual, M. Martinez Hernandz, €, Ued® Inigo, Madrid, Gredos, 1988, pp. 289-413; Derrida, La aiseminacién, pp. 91-260. 481 Stsuno Seemco Diferencia (Difference) La palabra escrita es “diferencia” en la medida en que se ofrece diferida (temporal y espacialmente) respecto de lo que representa, reservada a una decodificacién contextual, inscrita en una cadena de significantes. Es la palabra que no se presenta en “pureza’, ofreciendo su “verdad”, gracias al desvio de un significante, que es extrafo a su propia realidad (grammata), Por tanto, en contraste con la palabra hhablada, que es un discurso presentado en presencia®, la palabra escrita no es una palabra viva sino en “diferencia”, marcando la oposicién entre el eidos y su otro. Por ejemplo, farmacon*, en su ambivalencia, oposicin de opuestos, “es el movimiento, el lugar y el juego* (la produccion de) la diferencia”.! La “diferencia” es el significado generado por instancia de una articulacion. El término caracteriza a la escritura* en oposicion a la phoné plat6nica, en cuya prac- tica se da la basqueda de la verdad. La escritura, siendo un recurso de “ex-presion”, transporta, en su cadena espacial, un significado dado por el “diferir”: es la diferencia linguts- tica que transporta y substituye la verdad Inseparable del concepto de diferencia, segin afir- ma Derrida, son: huella (Spur), facilitacion (frayage’, Bahnung), fuerzas de facilitacion (forces de frayage), una vez que no se puede describir el origen de la memoria y "La farmacia de Platén”, 0, p. 191 * Por frayage y Bahnung también puede treducirse abrirse-paso 0 abrise camino {t) Geos 147 del psiquismo como memoria en general (consciente 0 inconsciente), sino se tiene en cuenta la diferencia entre las facilitaciones.? * CE. "Ladifferance”, TC, p. 68 y "Freud y a escena de la escritura”, ED, pp. 271-317. Para “faciitacion", ver: Laplanche y Pontalis, Diccionario de psi- coandiiss, tad. Fernando Gimeno Cervantes, Buenos Aires, Paidés, 2004 11967], donde leemos: "Termino utilizado por Freud cuando da un modelo neurolégico del funcionamiento del aparato psiquico (1895): la excitaion, para pasar de una neurona a otra, debe vencer certa resistencia, cuando teste paso implica una disminucién permanente de esta resistencia, se dice ‘que hay faciitacon: la exctacion escoger la via facilitada con preferencia €enla que no lo ha sido” (135) [definicon injertada por el traductor 48) Siuso Semaco Differance Neografismo producido a partir de la introduccién de Ja letra a en la escritura de la palabra différence. La différa- nce no es “ni una palabra ni un concepto”, funciona como “espacio de cruzamiento hist6rico y sistemético”, reunien- do en un haz (faisceau) diferentes lineas de significado 0 de fuerzas, pudiendo siempre atraer otras, constituyendo una ted cuya tesitura sera imposible interrumpir, as{ como trazarle un margen*, pues lo que pone en cuestién “es la busqueda de un comienzo de derecho, de un punto de partida absoluto, de una responsabilidad principal”. Esta “discreta intervencion grafica’ (a en lugar de e) sera significativa en el transcurso del cuestionamiento de la tradicion fonocéntrica", dominante desde épocas ante- riores a Platon hasta los estudios lingiisticos de Saussure; laa de la differance se propone como una “marca muda”, se escribe 0 se lee, pero no se oye. Este silencio, funcionando unicamente en el interior del sistema de escritura fonética, “sefiala o recuerda de una manera muy oportuna que L...] no hay una escritura pura y rigurosamente fonética” ? La diferencia grafica, marcada en la diferencia entre la letra ey la letra a, escapa al orden sensible, fijando tan solo tuna relaci6n invisible entre los términos, huella de una re- lacion inaparente, Escapa también a la inteligibilidad, pues no se ofrece como presencia*, como objeto sometido a la objetividad de la razon, remitiendo hacia un orden que no "La differance”, 7C, p. 52. > Iid.,p. 51 (ita levemente modificada [¢. Giosnoi48 se deja comprender mediante la oposicién fundadora de la metafisica entre lo sensible y lo inteligible, “El orden que re- siste esta oposiciOn, y que la resiste porque la lleva en sf, se anuncia en un movimiento de differance (con a) entre dos diferencias o entre dos letras; différance que no pertenece nia la voz nia ‘a escritura en su sentido corriente”? Los predicaclos de esencia y de existencia son recha- zados en la diférance, lo que no implica, por otto lado, atribuirle una supra-esencialidad (como la que se reconoce en Dios) més alla de las categorias finitas de existencia y de esencia. La differance es irreductible a toda reapropiacién ontol6gica 0 teol6gica, poniendo en cuestién el valor de la presencia (que Heidegger demostré ser la determinacion onto-teologica del ser), al considerar el privilegio concedi- do al presente, al vouloir-dire* [querer-decir] “no como la forma matriz absoluta del ser, sino como una ‘determina- ci6n’ y como un ‘efecto” * La différance ~desaparecimiento de la presencia originaria~ “abre el espacio en el cual la on- to-teologia (la filosofia) produce su sistema y su historia, la comprende y la excede sin retorno”? Desde el punto de vista econémico, differance deberta compensar un desperdicio de sentido de la palabra diffé- rence, pues, siendo irreductiblemente polisémica, puede remitir simultéxeamente a toda la configuracién de sus significaciones. Tiene como etimologia el verbo latino differre, que encierra dos significaciones distintas. Diferir significa “recurrir consciente 0 inconscientemente a la mediacién temporal o temporizadora de un desvio que * Ibid, p. 52. “Ibid, p. 66. * Ibid, p. 53. s0|Smuno Samaco suspende el cumplimiento del ‘deseo’ o de la ‘voluntad’ efectudndolo de una manera que tanto puede anular como temperar el efecto” El otro sentido de diferir es el de no ser id€ntico, ser otro, discernible. Différance remite al mis- ‘mo tiempo al diferit como temporizacién" y al diferir como espaciamiento™ En el interior de la problematica del signo y de la escri- tura, la différance como temporizacion y la différance como espaciamiento se asocian. La significacién como différance de temporizacién es postulada por la estructura clésica- mente determinada por el signo. Esta presupone que el signo “difiere la presencia, tinicamente es pensable a partir de la presencia que él difiere en vistas a la presencia” diferi- da que intentamos volver a poseer”.’ El carécter provisorio y la secundariedad del signo*, muestran que no se puede comprender la différance bajo el concepto de signo, la diffé- rance como temporizacién-temporalizacién no puede ser pensada en el horizonte del presente, como una presen- cia* originaria que podria ser reapropiada. La différance como espaciamiento (movimiento inse- parable de la temporizacion-temporalizacién) establece la posibilidad de conceptualizacion en el interior del sistema lingnistico. El concepto significado nunca esta presente en. forma plena (lo que le concederia al presente el poder de “sintesis"), dado que se constituye a partir de las huellas de los otros elementos de la cadena o del sistema, haciéndose necesario “que le separe un intervalo de lo que no es él para que pueda ser él mismo”. La différance seria, pues, ° td, p. 55. * ibid, p. 57 (cita levemente modificada [¢ “Ibid, p. 61 Giosno 151 el movimiento del juego* que produce las diferencias, los efectos de diferencia. La différance no es simplemente un concepto, sino la posibilidad de la conceptualidad, del proceso y del sistema conceptual en general. La différance no es ni una palabra ni un concepto, es lo que hace que “el movimiento de la significacion slo sea posible cuando cada elemento llamado ‘presente’, apareciendo en la esce- na de la presencia, se relacione con otra cosa que no sea 4 mismo, guardando en si la sefial del elemento pasado y dejéndose vaciar por la sefal de su relaci6n con el elemen- to futuro, puesto que el trazo no se relaciona menos con lo que llamamos futuro que con lo que llamamos pasado, y constituyendo lo que lamamos el presente mediante esta misma relacién con lo que no es él mismo, con lo que es algo completamente diferente de él, es decir, ni siquiera un pasado o un futuro como presentes modificados”? Ningtin margen puede limitar el trazado de la différa- nce, esta se deja someter a una serie de identificaciones no-sinonimicas, a partir de lineas de fuerza localizables en el discurso a ser deconstruido. Algunas de estas substi- tuciones son: “archi-escritura™, “espaciamiento”, “suple- mento’, “frmacon” ms “himen”, “merma” (entame), etc. * ibid, p. 61 ‘2 1/Smuno Semaco Economia (Economie) Nocién que setiala: 1) el gesto derrideano de conservar en su discurso los términos del discurso que se quiere de- construir*, mediante la realizacion de una generalizaciGn, de un dislocamiento del sentido; 2) la funcion polisémica* de todo significante (lo que constituye su reserva seménti- a), precisando, por ello, ser sustentado por un discurso © por un contexto interpretativo; 3) el conjunto finito en cuya clausura* (cloture) se da el movimiento del juego* relaciohal de los elementos; 4) la compensacién por la pér- dida de significacién, mediante el empleo -en el discurso deconstructor— de términos que permitan remitir simul- taneamente a toda la configuracién de sus significaciones, por ser irreductiblemente polisémicos. Ejemplos: “No tiene ningiin sentido prescindir de los conceptos de la metafisica para hacer estremecer a la metalisica; no disponemos de ningin lenguaje ~de ninguna sintaxis y de ningun léxico— que sea ajeno a esta historia; no po- demos enunciar ninguna proposicién destructiva que no haya tenido ya que deslizarse en la forma, en la légica y los postulados implicitos de aquello mismo que aque- la quervia cuestionar. Por tomar un ejemplo entre tantos ottos: es con la ayuda del concepto de signo* como se oso 53 hace estremecer la metalisica de la presencia*”.! “Ahora bien, la palabra difference (con e) nunca ha pedido remitir asi a diferir como temporizacién* ni al diferendo como polemos. Es esta pérdida de sentido lo que deberfa com- pensar ~econémicamente— la palabra différance* (con a). Esta puede remiir a la vez a toda la configuracion de sus significaciones, es inmediatamente e irreductiblemente polisémica y ello no sera indiferente a la economia* del discurso que trato de sostener” ? VED, p. 386, = ME, p. 44 (citalevemente modificada [t.D. 541 Suuso Semaco Enigma (Enigme) El enigma es el producto de un compromiso entre fuer- zas inconscientes y conscientes (cf. Freud: proceso prima- tio y proceso secundario). En este sentido, todo texto® ~ en tanto escritura— configura la estructura” de un enigma Este (en cuanto escritura*, en cuanto texto) no se deja aprehender mas que en la cadena de sus significantes, una vez que su sentido se da siempre en deformacién (conden- sacion, desplazamiento y sobredeterminacién).” La censura castradora, el deseo del incesto y su inde- terminacién son determinantes en la estructura lacunar y fragmentaria del enigma. A partir de esos elementos, el enigma se muestra en su “deformacion” figurativa El suefo constituye el enigma freudiano por excelencia; incorporando en un mismo texto el contenido manifiesto y el contenido latente, se presenta como la formacién de un enigma sobre el cual Freud objetivard su estudio. A partir de los estudios iniciados por Freud, Derrida interpretaré el enigma en cuanto escritura. De este modo, el estudio freudiano le sirve de punto de partida para elaborar una teoria propia. De manera que en Derrida el enigma se distingue de la configuracicn freudiana, al poser un sentido indecidible*, puesto que nunca se pre- senta en su plenitud; no obstante, deja marcas que pue- den ser llenadas “Cf. Sigmund Freud. “11 Conferencia, El trabajo del suefio”, Obras com- piletas, vol. XV, trad. José LEtcheverry, Buenos Aires, Amorrortu, 2007, pp. 155-167 Ie] Gunn 95 Escritura (Ecriture) Antes de ser una derivacién, una imagen y una repre- sentacion espacial de la temporizacién* del habla, la escri- tra —huella, différance*. grama~ no depende de ninguna plenitud sensible, audible o visible, fonica o grafica. Ella permite la articulacién del habla y de la escritura en el sentido corriente El rebajamiento de la escritura como huella, différance, _grama, constituye el origen de la Filosofia como episteme. El centramiente de la phoné (habla) ~considerada como lenguaje natural, “originario” y revelador de una conscien- cia plena, expresion del logos como origen* de la verdad~ afirmé un concepto de escritura definida como una técnica artificial -en oposicién al cardcter “natural” de la sustan- cia f6nica~ y como un mero instrumento de fijacién, en el espacio exterior, del habla cuya “esencia es interna. La oposicion adentro/afuera es tomada por la metafisica como matriz de una cadena de oposiciones que domina los con- ceptos de habla y de escritura y que presupone la siguiente relacién: habla ~adentro/inteligible/esencia/verdadero, es- critura ~afuera/sensible/apariencia/falso. Derrida ejemplifica esa cadena de oposiciones tema- ticas que constituyen el fundamento de la filosofia, en la lectura que hace del Fedro, donde Platén afirma que el co- nocimiento filos6fico solo puede efectuarse a través de la phone y de la presencia* viva del ser en el presente de su 561 Stsuno Samaco discurso, Jamas mediante la escritura (faérmacon), hija bas- tarda, una no-presencia, y técnica de persuasin al servicio de los sofistas. Considerada por Sécrates como un signifi- cante secundario y exterior, “significante de significante”, la escritura es dislocada por el habla, “simbolo del estado del alma”, que mantiene con esta “una relacién de proxi- midad esencial e inmediata”. El privilegio del significante f6nico (escritura fonética) sobre el significante grafico que recorre el discurso filos6- fico -Platon, Aristételes, Rousseau, Hegel, etc., y que apa- rece en los estudios cientificos de linguistica de Saussure— es solidario con toda la conceptualidad metalisica y “en particular de una determinacion naturalista, objetivista y derivada, de la diferencia entre el afuera y el adentro’.! De manera que el concepto de signo* también conserva en la lingatstica esas oposiciones binarias: significante/significa- do, expresién/contenido, sensible/inteligible Configurando la escritura, el grama, la differance, el trazo, como una efraccion (effraction), irrupcién del afue- ra en el adentro, Derrida afirma la escritura no-fonética como posibilidad de la lengua: el ‘advenimiento de la escritura es el advenimiento del juego”? La imposibili- dad de una escritura puramenie fonética se debe al movi- miento pasivo y activo del espaciamiento* entre signos, a la puntuacién, a los intervalos que producen las diferen- cias* indispensables para el funcionamiento de los gra- femas (gramas) y que implica una arquitectura* anterior a todas las oposiciones (significante/significado, sensible/ inteligible, tiempo/espacio, etc,), donde cada elemento de 76p.33, Ibid. p. 12. Guosino 157 la cadena o del sistema se constituye a partir de la hue- Ila de los otros, La escritura es configurada en una cade- na de substituciones: archi-huella, reserva, articulacion, rotura (brisure), suplemento*, différance. Derrida intenta demostrar que no existe un signo lingistico anterior a la escritura. En ése punto se apoya en Freud, que habla del incnsciente como un jerogltfico, un rehuis, como escritu- rano fonética.* La exterioridad del significante en relacion al significado o al significante f6nico es la condicion de exterioridad de la escritura °C. "Froud y la escana de a escritura”, ED, pp. 271-317, S81 Stsmo Samco Escritura anagramatica (Ecriture anagrammatique) Termino que designa el anagrama, es decir, las rela- ciones que se tejen entre las diferentes funciones de una misma palabra, cuando esta se inscribe, en un mismo con- texto, como la citacién de otto sentido, El anagrama platénico o la escritura anagramética se transformo en un peligroso instrumento para las lenguas herederas y depositarias de la metafisica occidental. Por un efecto de analisis, las traducciones tendian a privilegiar solo uno de los polos de la palabra griega farmacon* Al escoger uno de sus polos, el traductor tiene como objetivo neutralizar “el juego citativo”,' el anagrama que existia en la lengua platénica, Férmacon que, en la ante-es- cena textual, es dado como remedio (cf. Fedro), comporta otras significaciones (veneno, pintura artificial, antidoto, filtro, color, etc.) en la escena propiamente dicha. La escritura® tomada como farmacon se da como suple- ‘mento del habla: el saber vivo se opone al muerto; parricida, alejado de la presencia, mnemotéenica, etc. Las traduccio- nes se dejaron engafiar por el propio vouloir-dire* platonico. Zeuz exhibia el farmacon-temedio, o a escritura, para Zamus, quien, a su vez, invertia el valor de su efecto (veneno) La nocién de traduccion*, segiin Derrida, deberia ser sustituida por la de transformacién: transformacion tegu- Jada (reglée) de una lengua por otra, de un texto por otto. "La farmacia de Pletén”, D, p. 146. Gros 199 Bajo esta perspectiva, nunca se haria una relacién con el “transporte” de los significados puros que el instrumento 0 el vehiculo significante habria dejado virgenes e intocados (inentamé), al pasar de una lengua a otra, o incluso en el interior de una misma y Unica lengua 1 Samana Sewmaco Espaciamiento (Espacement) Concepto tomado de Mallarmé (del prefacio a Un coup de des) y que designa la intervencién regulada del blanco, marcando la suspensién y el retorno en la caden(ci)a tex- tual. Es también el indicador de un afuera y de una alte- ridad imeductible, impidiendo que una identidad pueda cerrarse sobre si misma, sobre su propia coincidencia.! El espaciamiento es “la produccién, a la vez activa y pasiva [...], de los intervalos sin los que los términos ‘ple- ‘nos’ no significartan”* Designa el espacio constituido entre términos, el periodo regular del blanco en el texto* (pausa, Puntuaci6n, intervalo en general) que retorna y se remarca infaliblemente en la cadena textual. Comporta también una significacién activa de “fuer- 2a productiva, positiva, generatri2” (espaciamiento como différance*). Es lo que hace que cada elemento dicho “pre- sente”, nunca esta presente de forma suficiente, remitien- do solamente a si mismo. El espaciamiento, interrumpien- do toda identidad consigo, hace que un elemento funcione ¥ signifique tnicamente a partir de la huella en él de otros elementos de la cadena, siendo necesario que un intervalo lo separe de aquello que no es él mismo para que pueda ser él mismo,? Como la huella es una relacién de intimi- dad del presente con su afuera, la abertura a la exteriori- dad en general, a lo no-mismo, etc., la temporalizacisn *CEP. pp. 103-105, *P, pp. 36, * Ch “La diférance”, TC, pp. 61-63, Grosin 161 del sentido es desde el comienzo “espaciamiento” (el de- venir-espacio del tiempo). Al admitirse el espaciamiento simulténeamente como “intervalo” y como abertura hacia el ‘afuera”, ya no hay interioridad absoluta, El “afuera” se insinéa en el movimiento mediante el cual el “adentro” del no-espacio, que se lama “tiempo”, se manifiesta, se comstituye, “se hace presente”. El espacio esta “dentro” del tiempo, es la completa salida hacia afuera de si del tiem- po, es el “fuera de si” como relacion a sf del tiempo, La exterioridad del espacio no sorprende al tiempo; aquella se abre como puro “afuera” “adentro” del movimiento de temporalizaci6n* (devenir-tiempo del espacio). El espaciamiento como indicador de un “afuera” marca, en relacién al “sujeto de la escritura’, la imposibilidad de estar presente a si mismo, pues la hvella no se deja resumir en la simplicidad de un presente. El espaciamiento marca el devenir ausente y el devenir inconsciente del sujeto. © VF p. 140. 21 Stwn9o Suwmsco Estrategia (Stratégie) La estrategia estarfa fundada en aquello que Derrida Ila- mé “doble gesto”, “doble ciencia”, “doble registro”: opera- cion de caracter econémico que consiste, por un lado, en to- mar los términos de la metafisica occidental, para, por otro, excederla, El primer trabajo nunca debe ser inutilizado por el segundo. Permitir ese trabajo deconstructor seria “filoso- far mal’, un simple acto de “virar la pagina de la filosofia”. En La escritura y la diferencia, a propésito del discur- so de las ciencias humanas, se lee: “Se trata de plantear expresamente y sistematicamente el problema del estatu- to de un discurso que toma de una herencia los recursos necesarios para la deconstruccién de esa herencia misma Problemas de economia* y de estrategia”.' En el mismo en- sayo, respecto de la estrategia en Lévi-Strauss, se verifica que este “se mantendra siempre fiel a esa doble intencién: conservar como instrumento aquello cuyo valor de verdad critica [...] ¥ este valor metodologico no esta afectado por el no-valor ontolégico” ? En “La farmacia de Platén”?, mas all4 de conservar el doble gesto sefialado arriba, Derrida apunta a dos procedi- mientos estratégicos del propio Platén: imitar a los imita- dores para restaurar la verdad de aquello que ellos imitan (la verdad del logos, la eidética); el gesto del jairein platé- nico, momento en el que Sdcrates construye los dos mitos ED, p. 388. * id, p. 391 2 end, Gans 53 originales que figuran en el Fedro para poder hablar del rebajamiento dela escritura® Estratégico es, entonces, todo el comportamiento del discurso derrideano en su movimiento de solicitacion* de Ja metafisica occidental 641 Seo Semaco Estructura, estructuralidad de la Structure, structuralité de la) Derrida muestra de qué manera el concepto de estruc- tura siempre estuvo ligado a la episteme occidental -tanta en su forma cientifica como filoséfica-, y como se lo tra- bajaba antes de la emergencia de un “acontecimiento” que le ocurrié a su historia. Ese “acontecimiento” se dio en el ‘momento en que se puso en cuestién la estructuralidad de la estructura. Ese percibir la estructura en su dinamica cuestiona el concepto de estructura centrada con que ope- taba (y opera) el discurso metafisico. La posicién clésica respecto a la estructura coloca el centro como una matriz cuya firncicn es organizar y orientar la estructura Funcionando como punto de dominio, el propio cen- tro escapa a la estructuralidad de la estructura. Esta dentro de la estructura, pero fuera de su accién. El trabajo con el concepto de estructura centrada limita y neutraliza su di- namica, impidiendo el juego" de la estructura. Hace de él un juego marcado, donde se juega la “inmovilidad funda- dora y una certeza tranquilizadora”.‘Por el contrario, tener {~ en cuenta la estructuralidad de la estructura es proponer el descentramiento* de la estructura, es percibirla en su accion hidica que impide la emergencia de un significado trascendental*. Asi, la estructura, con sus elementos arti- culados en un no-lugar, posibilita pensar la problematica de la polisemia* y de la interpretacién*. VED, p. 384. Grosso 55 Etnocentrismo (Ethnocentrisme) Centramiento en una determinada cultura que se toma como cultura de referencia, Desde el punto’ de vista et- nocéntrico, el etnélogo lee a otras culturas a partir de los presupuestos de la suya. La etnologia clisica veia a la civilizacién occidental — cultura europea como la forma més avanzada de las so- ciedades humaras y, por tal motivo, la tomaba como la cultura de referencia, considerando a las otras civilizacio- nes como pritnitivas. Con una nueva adquisicién teérica y practica en el campo de las ciencias humanas, se verifica que los pueblos primitivos solo pueden ser considerados a partir de presu- puestos etnocéniricos. El etnocentr'smo se constituye, por tanto, como uno de los elementos estructurantes del pensamiento occiden- tal, que domina una cadena de centramientos ~logocen- trismo*, fonocentrismo*— y que es denunciado por la de- construcci6n y por el descentramiento* 661 Stoo Sueico Farmacia (Pharmacie)* ‘Termino genérico usado por Derrida para abarcar las, operaciones de los elementos de la cadena o serie textual — en este caso— del sistema platénico. Farmakeia*, farmacon*, farmakeus*, farmacos* se constituyen como reserva, suple- mento", de esa farmacia. Ella misma, reserva sin fondo. La farmacia platonica constituye para Derrida el medio, (milieu*) o el lugar donde se desarrollan todas las opera- ciones textuales. Es caracteristica de esta farmacia presen- tarse en la sombra, en el momento anterior a toda dife- renciacion: condicion indispensable para reunir en ella los elementos y/o significantes de ese tejido, simulténeamente velado y desvelado (dévoilé), el texto. Farmakeia, farmacon, farmakeus, farmacos pertenecen, todos a la misma familia linguistica, y se reenvian (ren- voient) mutuamente unos a otros por sus huellas, en direc ion sin lugar fijo de la farmacia. La farmacia es la reserva sin fondo de donde la dia lctica extrae sus filosofemas, que ya no se aprehenden por medio de oposiciones (alma/cuerpo, bien/mal, dentro/ fuera, memoria/olvido, habla/escritura), puesto que se es- tablecen gracias al juego" y el movimiento. Movimiento y juego que los relacionan unos a otros, los invierten y los hhacen pasar a unos por otros. La farmacia es el lugar don- de se oponen los opuestos. Como lugar de la différance* Como lugar de lo indecidible* (indécidable). * Con el fin de acercar con mayor facilidad la lectura de este libro a los textos de Derrida traducidos al espaol, hemos mantenido la traduccion {que de pharmakeia, pharmakon, pharmakeus y pharmakos se ofrece en la version espafiola de la (3 diserninacién[t} Guosina 61 La propiedad de la farmacia es su impropiedad, su in- determinacion fluctuante que permite la substitucién y el juego de sus elementos, dentro de la grafica del suplemen- to, La farmacia retine la droga, el veneno y/o el reme- dio, indiferencisdamente. Reine a la vida y a la muerte. Consciencia e inconsciencia. Voluntario e involuntario, “Esta farmacia es también, lo hemos sentido, un teatro, El teatro no se deja resumir en ella en un habla: existen fuerzas, existe un espacio, existe la ley, existe el parentesco, Jo humano y lo divino, el juego, la muerte, la fiesta”? "La farmacia de Platon", Dp. 216. 641 Steno Seemaco Farmacon Elemento indecidible", que no puede ser aprehendi- do por las oposiciones binarias remedio/veneno, bien/mal, dentro/fuera, palabra/escritura, constituyéndose en la ca- dena abierta de la différance*. La palabra farmacon comporta en la lengua griega di- versos significados: filtro, droga, remedio, veneno e inclu- so operacién, gesto (coup). En el Fedro, farmacon va a ser caracterizado en su ambigiiedad irreductible de remedio y/o veneno. El vouloirdire* [querer decir] platénico no desconocfa la polisemia® de la palabra. Platén hace refe- rencia también al farmacon como sinonimo de pintura: el color artificial, la tintura quimica, opuestos al disefio na- tural y vivo. La traduccién de farmacon en las lenguas herederas de la metafisica occidental tiene el caracter de una decision: generalmente se opta por uno de los polos de significa- ion de la palabra: la de veneno, Tentativa para neutralizar el juego* citacional, la escritura anagramatica* platénica, Decision que implicé el rebajamiento de la escritura® a favor de la phoné. Decision ilusoria, que se dejé engafiar. Decide la significacion de un elemento cuya propiedad es ser indecidible. En el didlogo entre los interlocutores de uno de los “mitos" inventados por Séerates, el de la invencion de la escritura, por una estrategia®, por una cuestion de poder, *Segin el Dictionnaire Ftymotogique de (a Langue Grecque, de Emile Boisaca, W. Havers deriva férmacon de pharma, que quiere decir glpe, lance Gosia 69 por una actitud >olitica, cada uno de los personajes decide el polo de significacion del farmacon -escritura~ que mejor le conviene: Zeuz opta por el remedio (auxiliar para la me- ‘moria, conocimiento para los egipcios); Zamus resalta la ineficacia de ese remedio, pues este se sustrae a su eficacia: el habla plena del rey-dios-sol-padre*. Pleno, presente, sa- ber vive que. se opone a la escritura, que es saher muerto, repetitivo, parricida, alejado de la presencia®, carente de asistencia paterna, El suplemento peligroso del habla. El veneno que Zamus denunca como debilitante para la memoria. Penetra mediante la violencia (effraction) en ella, le afecta e hipnotiza en su interior. Platon parece no acentuar ese pasaje (el efecto positive de la escritura cuando se mueve hacia lo negativo). Apenas estratégicamente. Las traducciones posteriores se dejaron engaftar por el youloir-dire platonico que entrega “la res- puesta del rey como la verdad de la produccion de Zeuz, y su habla como la verdad de la escritura”.? El farmacon, la anti-sustancia, sin esencia, impropio, no-idéntico a si, solo puede ser visto en la grafica del su- plemento". En différance®. Es el medio (milieu) anterior en el cual se produce toda diferenciacion, donde se oponen los opuestos. Mentiene en reserva los diferentes (différents) y los diferendos (diférends) Por la capacidad contenida en el farmacon, de pasar de un significado a otro, por su reversibilidad original es que Socrates va a introducirlo en el Fedén, como filtro de cono- cimiento, contreveneno, antidoto, dialéctica. La farmacia 2 "La farmacia de Pian”, D, p. 145. 1701 Stano Sewmaco socratica corresponde a una operacién de exorcismo: es- panta a los fantasmas que aterrorizan al individuo. Pone en fuga el miedo a la muerte. Repele los falsos discursos, el charlatanismo, la sofistica. Es ese farmacon invertido, ahora dialéctico, el que va a penetrar en el alma de aquellos que oyen a Sécrates, sobre la forma de bellos discursos, camino hacia la sabiduria El logos socratico, en cuanto manteia (farmakeus), palabra adivinatoria, transformadora, fundamenta en la filosofia, en la episteme, una préctica empirica. Tal actitud ya ha- bfa sido preanunciada al inicio del Fedro, cuando Sécrates denuncia la insuficiencia del conocimiento mitico y el ca- acter logografico del discurso de Lisias, a favor del pre- cepto délfico “conécete a ti mismo”, El delphikon gramma es lo que, en Alcibiades, va a ser presentado como antidoto (alexi-pharmakon), el contraveneno, la propia dialéctica Derrida aprehende ese movimiento del texto platénico mediante el desvelamiento (dévoilement) simulténeo de la anti-escena y de la escena que implica la palabra farma- con, que “designa también al perfume. Perfume sin esencia [...1 droga sin sustancia, Transforma el orden en atavio, el cosmos en cosmética. La muerte, la mascara, el afeite, es la fiesta que subvierte el orden de la ciudad, tal como deberta ser regulado por el dialéctico y por la ciencia del ser”? La farmacia de Platon”, D, p.215. (G.osano 171 Farmacos ‘Termino inexistente en el texto platonico, pero que tie- ne su significacién garantizada por el sistema de la lengua. Siendo sinénime de farmakeus*, la originalidad mayor de Ja palabra es haber sido sobredeterminada por la cultura griega para designar otra funcién: la de chivo expiatorio, El hecho de que farmacos no exista en el texto platé- nico no invalida su importancia en la lectura del discurso socratico, ya que mantiene telaciones virtuales, dinamicas, con todas las palabras de la lengua griega. Es la posibilidad para que los elementos de la cadena se aprehendan unos a otros mediante sus huellas Io que hace que farmacos se comunique con jarmacon*, farmakeus*, farmakeia* Laceremonia del farmacos era una de las antiguas préc- ticas de purificacién. Se inmolaba a individuos degrada- dos e imatiles con el fin de expurgar los males suftidos por la ciudad: la peste, el hambre, etc., debido a la célera de los dioses. Ceremonia realizada en el sexto dia de las ‘Targuelias (el dis en que Sécrates naci6). EL farmacos representaba el mal, el afuera. Era necesario sacrificarlo. En cuanto al chivo expiatorio, Sécrates va a ser el que traza en si las culpas de la ciudad, al mismo tiempo que amenazaba desde afuera el cuerpo interior de la polis, la seguridad, la profundidad del almay el adentro intocedo. Farmacos, aprehendido en la grafica del suplemen- to®, es el exceso perjudicial, peligroso, que se introdu- ce por efraccién en el adentro. Como un veneno. Como un farmacon. La ceremonia del chivo expiatorio se traza 721 Suuno Smee en los limites. del adentro (de-dans) y el fuera (dehors) Intramuros/extramuros. Para Derrida, el texto platénico trata de la rehabilita- cion de ese farmacos, que es Sécrates, Platén escribio des- pués de su muerte. La condena fue causada por la propia palabra socratica: el logos es el farmacon que, en tanto ve- neno, amenaza la integridad de las leyes, de la polis El farmacos-Sécrates rechaza defenderse, rechaza el discurso logografico que Lisias oftecié en su favor, Acepta su muerte. Guosano 173 Farmakeia Segiin Derrida, en el Fedro farmakeia corresponde a la primera malla del texto que comporta la alusién a veneno ‘ylo remedio, la administracion de la droga, Farmakeia com- pone con farmacon*, farmakeus*, farmacos*, la cadena de significantes que Derrida va a llamar la farmacia* de Platon. Al inicio del Fedro, encontramos la alusin a la ninfa que jugueteaba con Oritia, cuando esta fue raptada por el viento Béreas en los mérgenes del rio Iliso. Sécrates, inter pretando de modo racional el mito, atribuia la muerte de Oritfa a su caida desde un roquerio. Para Derrida, farmakeia sera la primera red 0 macula, marcada en el fondo de ese tejido que es el texto platéni- co. Su presencia no es fruto del azar. Farmakeia, nombre que designaba la administracion del farmacon, de la droga (remedio y/o veneno), era empleado corrientemente como “envenenamiento”. La posibilidad de significacion de esa primera malla textual es garant-zada por la propia condicion de cadena, que hace que cada uno de sus elementos, en un movimien- to de suplementariedad*, pueda actuar indistintamente, sin jerarquia*. Farmaheia remitiendo a farmacén y vice- versa, Remisién constante, simultanea, que no obedece a ningiin privilegio, 741 Stsus0 Siomaco Farmakeia, origindndose en el exterior, levé a la muerte a una pureza virginal y a un interior intocado, Fuera del ‘cuerpo, una droga, un veneno, que se introduce en lo mas profundo del alma. La mancha, la mécula, que se introduce por efraccién, violencia, Anticipa el farmacon, instaurando la ambivalencia dentro/fuera, alma/cuerpo, vital/mortal Gunsn0 175 Farmakeus Termino griego que designaba, simulténeamente, ‘mago, hechicero, envenenador. Sécrates, en-los didlogos platénicas, es frecuentemente presentado como un farma- heus. La magia socratica opera mediante el logos. En cuanto farmakeus, Socrates designa el propio mé- todo dialéctico*, que permite descubrir en todo dificul- tades e incita a otros a proceder de la misma manera. El logos socratico, la palabra demoniaca (daimon), se asemneja a una pocién venenosa, porque su huella invade el alma de aquellos que la oyen. Se introduce en el interior del cuerpo, acttta por efraccion Cuando no opera de esta manera, la palabra socratica provoca una especie de narcosis, paraliza, inscribiendo la aporfa en el alma de sus discipulos, como diré Menén en el Gorgias. Sécrates, tomado por envenenador, encantador —far- makeus-, se mueve hacia el significado privilegiado de far- macon*, como es propio de esa cadena de significantes: veneno contra veneno. Cada elemento adquiere su signifi- cacign anticipaéa por la hella del otro. Posibilidad para el analista de leer el texto platonico en cualquiera de sus direcciones, ya que no existe un cen- tt0 fijo, ni privilegio alguno. Se opera dentro de la logica (grafica) del suplemento, como llama la atencion Derrida. 761 Saun0 Sewmaco Fonocentrismo (Phonocentrisme) Prioridad de la voz y del habla, de la voz presente a sf, (pre)juicio de la metafisica occidental donde la phoné ~ha- bla-es inseparable de la instancia del logos, donde el habla se confunde con el ser como presencia* En la lectura deconstructora de la metalisica, Derrida ama fonocentrismo al sistema del “oirse-hablar” —s’en- tendre-parler- privilegiado por todo el discurso filos6fico posterior a Sécrates y al método dialéctico*, en el que la phone ~sustancia fonica—se da de manera no-contingente Al lado del etnocentrismo" y del logocentrismo*, es uno de los elementos estructurantes del pensamiento occiden- tal que se denuncia en la gramatologfa®. El fonocentrismo es un (pre)juicio ingenuo de la meta- fisica, que identifica el habla con el ser-presente y la cons- ciencia, pretendiendo una relacion esencial e inmediata con el alma. La idea de verdad se configura a través de la borradura del significante en el habla. En el Fedro, la phoné esta siempre asociada al logos, al adentro, a la mneme (me- moria activa, viva, interior), y se encuentra al servicio del conocimiento filosofico, oponiéndose a la escritura, consi- derada tan solo una técnica auxiliar y accesoria del lenguaje hablado, una intérprete duplicadora del habla “originaria” Ethabla es también lo serio -spoude~ que se opone a la _escritura como juego ~paidia. Subyacente a toda la meta- Tisica occidental, el privilegio de la phoné y el consecuente Giosino 177 rebajamiento de la escritura reproducirén “una idea de mundo” a partir de un sistema de oposiciones cuyo polo valorizado siempre estar dominado por la unidad lo- ‘gos-phoné, a la que se asocia el adentro, lo inteligible, la palabra, la esencia, la verdad y la presencia El predominio del significante fonico sobre el signifi- cante grafico se encuentra no solo en el discurso filoséfico —cuyo gesto inaugural es marcado por el Fedro de Platon-, sino también en la ciencia del lenguaje, mediante la escri- tura fonética, que “tiene precisamente como principio fun- cional el de respetar y proteger la integridad del ‘sisterna interno’ de la lengua”. La lingiistica de Saussure, aunque se establezca como una ciencia renovadora de los estu- dios lingasticos, permanece comprometida con la meta- fisica fonocéntrica al afirmar la distincién habla/escrivura y establecer la condicion de secundariedad a la escritura “Lengua y escritura son dos sistemas de signos distintos. La tinica razon de ser del segundo es la de representar al pri- mero”? Al afirmar que la funci6n de la escritura es estricta y derivada (representativa), Saussure reafirma el centra- miento en la phoné, cuando configura el objeto de estudio de la lingiistice -la palabra hablada. “El objeto lingoistico no queda definido por la combinacion de la palabra escrita y la palabra hablada; esta ultima es la que constituye por st sola el objeto” > * Gp. 45; 2 Curso de finguistca general, trad. Mauro Armifo, Madrid, Akal, 2009, p 53, citado en G, 0, 41. Enfasis de Derrida, > Ibid. p. 53, citado en G, p. 41, Enfasis de Derrida. \ da debido a su cardcter fonologico; la unidad inmediata y privilegiada que fundamenta la significacion es la unidad articulada del sonido y del sentido en la fonia. La escritu- 1a, la letra, la inscripcién sensible siempre fueron consi- deradas como cuerpo y materia exteriores al espiritu, al logos. Las oposiciones interior/exterior, inteligible/sensible, remiten a la oposicién privilegiada de la lingaistica: natu- raV/artificial (physis/nomos). En la lingufstica saussureana, 71 Susan Sewmaco Gramatologia (Grammatologie) Gramatologfa: ciencia de lo “arbitrario” del signo”, de la inmotivacién de la huella, escritura anterior al habla y en el habla. Ciencia de la archi-huella, se presenta como un pensamiento explicativo de los mitos de origen. La gramatologfa se orienta desde un principio como eri- tica de las presuposiciones lingaisticas 0 semiolégicas que orientan el pensamiento estructuralista. Cuestiona las teorfas que toman prestada la metodologia de la linguistica, como también el propio concepto de ciencia y de cientificidad. / 1a lingoistica se instituy6 como ciencia del lenguaje, {bajo el presupuesto metafisico que afirma las relaciones | entre habla y escritura (privilegiada la primera, rebajada \_ la segunda), y la cientificidad de esa ciencia es reconoci- _{ la relacion entre el significante f6nico y el significado es una relacién natural, mientras aqui la relaci6n entre el sig- nificante grafico y el significado es tina relacién artificial. Gosia 179 Saussure va a hablar de una usurpacion del habla por laescritura “La imagen gréfica acaba por imponerse a ex- pensas del sonido [...] yla relacién natural resulta invertida”.! “La palabra escrita se mezcla tan intimamente a la palabra hablada de que es imagen, que acaba por usurpar el papel principal” ? Derrida cuestiona el hecho de no tomarse como fens- meno “natural” esta dependencia del habla respecto de la escritura. {Por qué se trata de una inversién, de una usurpacién? {Como es que esa usurpacion, esa “artimatia” fue posible? Ya en Saussure hay una sospecha de que la escritura en tanto “imagen”, “Figuracion”, es una “represen- tacion” poco inocente. La deconstruccién* de ese centra- miento en el logos, en la presencia, no consiste en “volver inocente a la escritura. Mas bien consistira en mostrar por qué la violencia de la escritura no le sobreviene a un len- guaje inocente. Hay una violencia originaria de la escritura porque el lenguaje es, en primer término |... escritura’.> Hay otra afirmacién que es cuestionada por Derrida: apor qué la lingutistica, que se dice general, excluye de su campo, como exterioridad, el sistema “particular” de la es- critura? “Una lingiistica no es general mientras defina su afuera y su adentro a partir de modelos lingutsticos de- terminados |...] la escritura en general no es “imagen” o ‘Ferdinand de Saussure, Curso de lingoistica genera, p. 54. > Ibid, p. 53, °G.p.49. 201 Stwno Suse “figuracion” de la lengua en general, salvo reconsiderando la naturaleza, la l6gica y el funcionamiento de la imagen en el sistema del que se la querria excluir”.* “Hay un sistema total, abierto a todas las cargas de senti- do posibles, en que el significante “grafico” remite al fonema a través de una red de varias dimensiones que lo liga, como todo significante, a otros significantes escrites y orales. La “epoca” logocéntrica* siempre “suspend” (cf. rele- ver), reprimié toda reflexi6n libre sobre el origen* y el esta- tuto de una escritura y de una ciencia de la escritura que no fuese técnica apoyada en una metafora de la escritura natu- ral, Saussure, al marcar el campo de objeto de la lingiiisti- a, excluyendo a la escritura, liberd la investigacién de una gramatologia general: la escritura como origen del lenguaje. Partiendo de ese sistema total, se puede pensar la escri- tura como més exterior al habla (sin ser su “imagen” o su “simbolo”) y, al mismo tiempo, més interior al habla, Antes de ser o no ser “representado” o “figurado” en una “grafia”, _¢lsigno implica una escritura originaria (archi-escrivura” En el trabajo de represion historica, la escritura era destinada a significar lo mas temible de la diferencia*. Era lo que mas de cerca amenazaba el deseo del habla viva. Y la diferencia no es pensada sin huella, Esa escritura originaria (archi-escritura, movimiento de la différance, archi-huella, archi-sintesis irreductible) “nunca podra ser reconocida como objeto de una ciencia. Es lo que no puede dejarse reducir a la forma de la presencia”,> que siempre dominé Ta objetividad del objeto. *G,p.56. > Ibid, p. 74, Giosio 181 El concepto de archi-huella es inadmisible en la logica de la identidad. La huella no refiere solo la desaparicion del origen, sino, de manera fundamental, el hecho de que si el origen fue reconstruido lo fue tinicamente gracias a ‘un no-origen, a una huella, algo asi como el origen de un origen de un origen. La gramatologfa entonces es la ciencia del grama, ele- ‘mento irreductible de la cadena de indecidibles que “no es ni un significante ni un significado, ni un signo ni una cosa, ni una presencia ni una ausencia”.® Hacia mucho tiempo, aunque lentamente, que la gra- ‘matologia venia siendo constituida, sobre todo por los dis- cursos nietzscheanos y freudianos, Pero Derrida considera que “por necesaria y fecunda que fuese su empresa... una ciencia de la esc-itura semejante corre el riesgo de no nacer nunca como tal y con ese nombre. De no poder definir nunca la unidac de su proyecto y de su objeto. De no po- der escribir el discurso de su método ni describir los limi- tes de su campo. Por razones esenciales: Ia unidad de todo aquello que se deja mentar actualmente a través de los mas diversos concegtos de la ciencia y de la escritura esta en principio, mas 0 menos secretamente pero siempre, deter- minada por una época hist6rico-metafisica cuya clausura no hacemos més que entrever”.” *P.p.57, 76p7, 21 Stwno Sustaco Historia (Histoire) El concepto metafisico de historia, considerada como “historia del sentido produciéndose, desarrollandose, cumpliéndose, linealmente”,! se encuentra relacionado a todo un sistema de implicaciones escatolégicas, teleol6gi- cas, asf como a un determinado concepto de continuidad y de verdad perteneciente al sistema filosofico que se busca deconstruir. Al operar con conceptos de los que se descon- fia, Derrida procede tan solo por “comodidad estratégica”, con el fin'de incitar la deconstruccién del sistema filoséfico occidental en el que ellos mismos son producidos. A partir de la produccién de “conceptos” (como el de indecidible*) que no se dejan comprender en el interior de una historia que comporta en si el motivo de la representacién final de la diferencia*, se hace necesario la produccion de un nuevo concepto de historia “contradictoria” (suscribiendo a Sollets); historia que comprende “una nueva logica de la repeticion y de la huella” > TP. p 74 (ita leverente moclficada t. * ‘bid, p. 76 (cita levemente modifcada (.). Geos 185 Indecidible (Indécidable) Elemento ambivalente sin naturaleza propia, que no se deja comprender en las oposiciones clasicas binarias; ele- mento irreductible a cualquier forma de operacién l6gica o dialéctica, El discurso ce la filosofia occidental (platonismo y an- ti-platonismo) reposa bajo el principio de discernibilidad, esto es, de la posibilidad de distinguir lo falso de lo ver- dadero. Este discurso (de la ontologia) tiene en el “ente presente” la forma matricial de sustancia, de realidad, que lo distingue de la apariencia, de la imagen, del fenémeno. El recurso a la verdad de aquello que es siempre permite decidir sobre ells. 1a ausencia de un significado trascendental*, postulada a partir de determinada adquisicion teérica y de una ope- racion de deconstruccion” filos6fica? viene a seftalar que el “ente presente’, o el referente, no se da como percepcion © intuicion. Con la ausencia del referente permanece la re- ferencia, se inscribe una marca (pura e impura) “sin polos decidibles, sin términos independientes ¢ irreversibles’> ficcion sin imaginario, mimica sin imitacién, apariencia sin realidad disimulada (luego: falsa apariencia), huellas que ningtin presente podria haber precedido o sucedido.* Esta "CED, pp. 367-368. ® Cf. "La estructura, el signo y el juego en el discurso de las ciencias hurna- nas", ED, pp. 383-401. > Dp.318, * tid, p. 319. 541 Stave Sewmaco ‘marca (pura e impura), “con todas las indiferencias que tige entre todas las series de contrarios [...] produce un efecto de medio [milieu*] (medio como elemento que envuelve a los dos términos a la vez: manteniéndose el medio entre los dos términos)"> A esta marca Derrida llamé, por analogia, indecidible, esto es, “unidades de simulacro, ‘falsas’ propie- dades verbales, nominales o seménticas, que ya no se de- jan comprender en la oposicion filosofica (binaria) y que no obstante la habitan, la resisten, la desorganizan, pero sin constituir nunca un tercer término, sin dar lugar nunca a una solucién en la forma de la dialéctica especulativa (el {farmacon* no es ni el remedio, ni el veneno, ni el bien ni el mal, ni el adentro ni el afuera, ni la palabra ni la escritura; €l suplemento* no es ni un mas ni un menos, ni un afuera ni elcomplemento de un adentro, ni un accidente, ni una au- sencia, etc.; el himen no es ni la confusion ni la distincién, ni Ja identidad ni la diferencia, ni la consumacion ni la virgini- dad, ni el velo ni el desvelamiento, ni el adentro ni el afuera, etc.; el grama no es ni un significante ni un significado, ni un signo ni una cosa, ni una presencia ni una ausencia, ni una posicion ni una negacién, etc.; el espaciamiento", no es ni el espacio ni el tiempo; la merma, no es ni la integridad (mermada) de un comienzo o de una cortadura simple ni la simple secundariedad. Ni/ni, es a la vez o bien o bien” § * Ibid, pp. 320-321. *P, pp. $7-58. oso 85 Injerto (Greffz) “Violencia apoyada y discreta de una incision inapa- rente en el espesor del texto*, inseminacién calculada de Jo al6geno en proliferacién mediante la cual los dos textos se transforman, se deforman uno al otro, se contaminan en su contenido, tienden a veces a rechazarse, pasan eliptica- ‘mente uno a otro y se regeneran alli en la repetici6n, en el hilado de un sobrehilado”.* En “La farmacia de Plat6n”, la nocién de injerto se en- cuentra ligada a las de escritura* y agricultura (reunidas por Platon para definir mejor la ambigdedad de la prime- ta). La operacién de injertar es tomada de la grafica del suplemento": reconocer en un signo* escrito otros signos en el momento en que se lo injerta en una cadena diferente de aquella en la que se lo habfa inscrito previamente. El signo escrito rompe con el contexto, esto es, con el conjunto de presencias* que organizan el momento de su inscripcién, y anticipa un sintagma escrito fuera del encadenamiento del que fue tomado o dado, sin ries- go de perdida de sus posibilidades de funcionamiento o comunicacién. El presente de su inscripcién permanece como marca, huella, La “fuerza de ruptura” con el contexto anterior se atiene al espaciamiento*, lo que le permite al signo escrito estar separado de otros elementos de la cadena interna, a la vez que positilita su anticipacién. *D, p. 533, a1 Sino Serco Para Derrida, en una acepcion més amplia, escribir quiere decir injertar (greffer), grabar. El tejido verbal es aprehendido por su espesura, que se abre mas alla de un todo, de la nada, o del absoluto afuera. La profundidad textual es simulténeamente nula ¢ infinita. Cada estrato [camada] abrigando otro estrato textual, que puede ser in- jertado en diferentes momentos, gracias a un movimiento incesante de substitucién de contenidos. Guosino 57 Interpretacion (Interprétation) La interpretacion, para Derrida, consiste en “tejer un tejido con hilos extraidos de otros tejidos-textos”, Es ast como opera “La farmacia de Plat6n”, donde trabaja con el texto platénico. La interpretacin es un tipo de lectura que suple un texto* en el momento en que, penetrando en su cuerpo, lo deconstruye y revela aquello que estaba reprimido {recalcado} La filosofia de la presencia es puesta en cuestién en la critica nietzscheana de la metalisica. El concepto de juego® propone lo aleatorio, sacudiendo al centro (origen y fin) ‘Sin centro, el texto es una estructura que debe ser pensada en su estructuralidad’, y esa naturaleza dinamica es la que posibilitard la polisemia* Si el texto se presenta como enigma, el deshacer de su trama, esto es, la interpretacion, se constituiré de movi- mientos sucesivos de lectura y el desciframiento del texto se realizar mediante un sistema de interpretaci6n propio. 81 Sumo Sueraco Intertextualidad Sistema constituido a partir de operaciones entre ele- ‘mentos o significantes de una cadena, que se remiten (ren- voient) simulténeamente unos a otros. La reconstruccién del campo textual sera delimitada a partir de esas opera- ciones, o de la remision sin fin de las huellas, es decir, de los significantes a los significantes. Para Derrida, hablar de intertextualidad en el sistema textual implica una metafora: el descubrimiento de las re- des 0 de los hilos del texto que pueden ser aptehendidos or sus hvellas en diversos momentos de un andlisis. Lo propio de ese tejido que es el texto* es el regenerarse, el rehacerse, luego de cada recorte, es decir, de cada nueva lectura. En ese movimiento de regeneracién orgénica, toda tesitura tiende a reorganizarse y el entrelazamiento (sum- ploke) de sus hilos se ocultaré cada vez mas. Percibir el disetio (dessin) del texto significa una cierta determinacién de lectura, solamente lograda por el analis- ta Iuego del desvelamiento* (dévoilement) 0 del descoser (aécoudre) de la tesitura, y del vencimiento de su resisten- cia natural: el entrelazamiento de sus hilos. Cada significante de la serie puede ser considerado por luna estrategia interpretativa como un significante determi- nado, o incluso como un significante de manera momen- ténea. En realidad, no existe ningin privilegio. Lo propio del texto, de la tesitura, es el representarse como una doble Geos 198 escena (double séance): cada elemento anticipando su signi- ficacion por un juego sistematico de diferencias. a textualided, segun Derrida, esta constituida “de di- ferencias y de diferencias de diferencias, es por naturale- za absolutamente heterogénea y transige sin cesar con las. fuerzas que tienden a anularla”.! 7D, p. 146. 99] Stan Sues Jerarquia (Hiérarchie) La jerarquia se ejerce en un sistema de poder, del cual, es condicién y consecuencia. Este sistema impone una ma- rnera de pensar dominada por la légica de la identidad (ver “Logica del complemento”), que tiene a su palabra centrada en una relacién de valores, Esta relacidn, en el pensamiento clésico-filos6fico, se encuentra, de cierta forma, presa de los prejuicios (arche, telos) ligados ala filosofia de la presencia* La existencia de un proceso de jerarquizacién dio a las cosas valores graduales, Aquello que era considerada como no importante qued6 mucho tiempo reprimido bajo la prepotencia de su diferente mas fuerte, Subvirtiendo el orden del discurso metafisico occidental, con el fin de rea- lizar su deconstrucci6n* y su descentramiento*, Derrida intenta anular los sistemas jerarquicos, denunciando las, ‘oposiciones que constituirian al pensamiento clasico. El patticidio, tal como es visto por Derrida, es uno de los recursos estratégicos para deconstruir la jerarquia platcnica que le aseguraba a la posicién patema (ver “pa- dre") su lugar como origen* y detentador del poder de Ja palabra. La escritura, substrayéndose a la eficacia del logos paterno, subvierte ese centramiento, dislocéndolo en direccion a la légica del suplemento*, ampliando, de esa forma, la posibilidad del juego, al repudiar la existencia de un significado trascendental*. Grom at Juego (Jeu) El concepto de juego aparece como la posibilidad de destruccién de un significado trascendental* Para Derrida, en la progresiva reflexion de nuestro tiem- po sobre la palara, el “concepto” de escritura comienza a sobreponerse al concepto de lenguaje. Ahora se hace nece- sario considerar la existencia de una escritura primera, no de una escritura que preceda historicamente a la palabra, sino de una archi-escritura*, que légicamente anteceda al lenguaje hablado y a la escritura vulgar. El concepto de ar- chi-escritura sirve para destruir la herencia ontoteolégica y logocéntrica* de la metafisica occidental, negando radical- ‘mente la presencia de un significado trascendental como origen® absoluto del sentido, La historia de la estructura clésica esta marcada por la existencia sucesiva de centros. El estructuralismo responder a la existencia de ese centro que, coro tal, escapa al juego combinatorio que define a le estructura. Derrida escribe que “si la totalizacion ya no tiene en- tonces sentido, no es porque la infinitud de un campo no pueda cubrirse 20r medio de una mirada o de un discurso finitos, sino po:que la naturaleza del campo -a saber, el lenguaje, y un lenguaje finito— excluye la totalizacion: este campo es, en efecto, el de un juego, es decir, de sustitucio- nes infinitas en la clausura* de un conjunto finito”.' ED, p. 396. 92 Stine Senseo El juego es siempre el juego de la ausencia* y de la presencia, pero si lo quisiéramos pensar radicalmente, es necesario considerarlo antes de la alternativa de la presen- cia y de la ausencia, es preciso pensar al “ser” como pre- sencia 0 ausencia a partir de la posibilidad del juego, y no inversamente. Gxosane 193 Lectura (Lecture) Dentro de la logica del complemento*, constitutiva de la metalisica occidental, el texto* aparece como un men- saje cifrado, un enigma® cuyo significado se “descubre” en la lectura; significado que se presenta como un ya-dado, presente en el texto, pero oculto a primera vista En Ia gréfica del suplemento*, el texto es ya un todo al cual la lectura agrega algo. A partir del parricidio, de la muerte del autor en cuanto padre*, en cuanto “dueno de la palabra del texto”, la Iectura, en la intertextualidad*, construye un “disefio” del texto. Siendo el sistema textual ‘un todo inagotatle, se lo rehara después de cada lectura y se dejaré siempre un margen* sobre el cual otra lectura se inseribira luego. La lectura es un otro, y no otra cara de lo idéntico, y es en ese otro que se da el significado del texto; por tanto, el significado no es un procedimiento distinto al de la escri- tura, pero es en ella que la lectura se consuma. 41 Sune Sewmaco Lectura anagramatica (Lecture anagrammatique) Lectura que permite distinguir “diferentes funciones de la misma palabra en diferentes lugares”. La lectura anagra- matica, tal como la expuso Derrida, es primordialmente la lectura de la escritura anagramatica* de Platon, Es decir, de la inscripcién de una palabra en su citacién de anti-es- cena textual, reprimiendo un significado diferente de la misma palabra que permanece expuesto en otro lugar, “en otra profundidad de la escena”. La escritura anagramatica, practicada por Platon, per- mite el recurso a una palabra ambigua a la que un juego textual le permite anular a uno de sus significados, ponien- do en evidencia al otro. Es un juego citacional que, cuando no es neutralizado, agtutina dos fuerzas significativas y di- ferentes. La expresi6n es usada refrendando principalmen- te el uso que Platén dio al término griego farmacon®, en la doble significacién de remedio y/o veneno, para metafori- cay anagramaticamente representar la escritura en el mito socratico de la invencién de la escritura "La farmacia de Platén*, D, p. 146, Giese 195 Logocentrismo Centramiento de la metafisica occidental en el signi- ficado que tiene el privilegio de encontrarse préximo al logos, a la determinacién metafisica de la verdad —eidas~, al ente como presencia* —ousia~. Uno de los elementos basicos sobre el cual se cons- truy6 el pensamiento occidental. La metafisica atribuy6 al logos el origen de la verdad del ser, inseparable de la phoné -sustancia fonica que se confunde con el ser como pre- sencia, Como el fonocentrismo*, es un (pre)juicio que se instala con el platonismo. En el pensarriento socratico, la autognosis -sophrosu- né-, la busqueda de la verdad y del conocimiento de sf, el establecimiento de la ontologfa, se constituye al dejar de lado, despreciando, el conocimiento mitico o sofistico. El conocimiento filosofico se efectiia mediante el método dialéctico* que supone al ser presente en su habla ~pho- né-, con el fin de “someterse a la busqueda mutua, buscar el conocerse a si mismo mediante el rodeo y el lenguaje del otr0”.! Por tanto, a través de una relacion dialéctica yo/ otro, ambos en presencia. Lametafisica logocéntrica, que es también la metafisica de la escritura fonética, se establece a partir de un sistema de oposiciones Cominado por una escala de valores que promueve el rebgjamiento de la escritura, considerada una mera técnica al servicio de la phoné, vinculada originaria La farmacia de Paton", D, p. 182 961 Sayan Sanco y esencialmente al logos Una buena escritura interior, natural, viva, inteligible, que guarda proximidad con la esencia del ser— se opone a una mala escritura ~externa, artificial, muerta, sensible, distanciada de la verdad y de la esencia del ser. Es ese sistema de oposiciones que se en- ccuentra tematizado en Platon y que recorre todo el discurso filos6fico lo que se demuncia en la lectura deconstructora®, * Gp.17, Margen (Marge) El desbordamiento de un limite; el lugar del suple- ‘mento. El margen se opone a la marca: “[se] encontrara (marca) y perde:4 (margen) el limite entre la polisemia y la diserninacién’? “No hay un margen blanco, virgen, vacio, sino otro tex- to, un tejido de diferencias de fuerzas sin ningin centro de referencia presente [...], el texto escrito de la filosofia desborda y hace reventar su sentido”? El margen no es un mds alla, lo que prescribirta el li mite, No es, por tanto, un “afuera” (dehors) en oposicion a un adentro (dedans). El limite es violentado, tachado, se pierde; Io mismo y lo otro juegan; la pérdida es el encuen- tro. Y el primer texto es desvelado (al menos en parte), permitiéndose ser contrariado en su opacidad inicial. El afuera y el adentro se rescriben y no se separan, El margen y lo “marginalizado”, lo “diseminado”, el “suplemento” y la posibilidad de ser de la escritura (re)componen el texto; més que exteriores a él, son lo “interior de lo interior”, ra- zon de ser de la estructura que se deja leer dentro (y) fuera de la superficie significante p16. * "Timpano”, MF, p.30, (Cita leverrente mocificada [¢), 28) Stone Suamco Miliew Derrida lama milieu a la “esencia” del farmacon*. Este “concepto”, a pesar de no ser uno simple, no es, tampoco, uno compuesto; no es una sustancia, no tiene identidad ideal. Esta “esencia” es tomada en un sentido totalmente diferente de la nocién monoeidética metafisica, pues el mi- lieu es aneidético.’ Es, entonces, un “lugar” sin lugar marcado, atopico. Es entonces yn medio en el cual opera la différance*, espacio donde se constituye el suplemento*, Funciona como la tacha (lugar entre) que se sittia en el limite de los diferen- ciados. Cuando se marca una diferencia*, se constituye un mileu como condicion de suplementariedad. "CE. “La farmacia de Platon”, D, p. 189. Gros 199 Origen (Origine) Pensado en y por la metafisica occidental, y estructurado dentro de los conceptos de tiempo y espacio de modo ge- neral y principalmente en su forma tradicional (logica de la identidad), el origen presupone un centro, interno o exter- no, habitado por una verdad que se manifestaria mediante copias o simulaccos, simples dislocamientos de metaforas.? La problematica freudiana, reconociendo la posibilidad de un significado que se da en posterioridad* [nachtrdgli- chkeit’], da lugar a un concepto de tiempo y, consecuen- temente, de origen, que le permite a Derrida pensar la deconstruccién* de la metafisica occidental a partir de la propia imposibilidad de alcanzar el origen. Al solicitar* el concepto de “origen’, Derrida hace po- sible pensar la escritura® sin referente, pensar la différance* en las diferencias. De esta forma, no trabaja con el nticleo original, sino con lo que llama “secundariedad originaria”, dado que es en ella donde se inscriben las diferencias. Dislocando el centro, deconstruyendo el concepto me- tafisico de origen, Derrida retoma el concepto nietzscheano "Ch ED,p.213, * El diccionario de Laplanche y Pontais, sefialan al respecto lo siguiente: "Palabra utiizada frecuentemente por Freud en relacién con su concep cin de la temporalidad y de la causalidad psiquicas: experiencias, im- Presiones y huellas mnémicas son motificadas ulteriormente en funcién de nuevas experiencias o del acceso 2 un nuevo grado de desarrollo Entonces pueden adquirr, @ la par que un nuevo sentido, una eficacia Psiquica”. Y mds adelante: “Ante todo este concepto impide una inter- pretacion sumaria que reducira la concepcién psicoanalitica dela historia del sujeto a un determinism lineal que tendra en cuenta, Gnicaente, la accion del pasado sobre el presente” (p. 280) [t) 191 Siam0 Seiraco de valor para mostrar que pensar un punto originario, cen- trado, no hace sino reprimir la différance y el suplemento*, limitando asf el juego* de las significaciones. Geosao 1101 Padre (Pére) Nucleo de un sistema metaférico presente en el discur so platénico, utilizado para acentuar el origen del logos, de ln escritura fonética, y que tendria en la presencia del autor (padre) a un ser que siempre defendera a su hijo-texto, lo proteger4 y velara por su verdad. Padre, Dios, rey, sol, capital, bien, jefe, metéforas que marcan el valor, la jerar- quia, la fuerza, la violencia y el dominio de la “verdad” presentes en el ciscurso por aquel que lo cria, lo asiste y responde por él Laescritura*, letra muerta, grafiada en un monumento, fifa y ausente, se da como un discurso parricida: asesina a su padre, escapa de su control, significa en su ausencia Este acto de fuerza le concede autonomia, libertad para inseminarse y diseminarse, lejos del mirar paterno y de su voz. El parricidio es la especificidad misma de la escritura, la afirmacién del hijo. “Escribir es retirarse. No a su tienda, para escribir, sino de su escritura misma. Ir a parar lejos de su lenguaje, emanciparlo 0 desampararlo, dejarlo caminar solo y des- pojado, Dejar la palabra. Ser poeta es saber dejar la pa- labra. Dejarla hablar completamente sola, cosa que solo puede hacerse en lo escrito”." Remitiéndonos a una posicién freudiana, para Derrida sera el texto el que engendrara a su padre, “Se trata real- mente de un trabajo, de un alumbramiento, de una TED, pp. 96-97. 102 1Stst0 SamTUco generaci6n lenta del poeta por parte del poema del que aquél es el padre”? Sarah Kofman, apoyéndose en la teoria freudiana, afit- ‘ma en El nacimiento del arte (enfance de Vart), que “la obra engendra a su padre, pues los personajes deben ser com- prendidos como sus dobles, proyectos de sus fantasmas y de sus ideales”.? Esos fantasmas, por tanto, solo podrin ser configurados a partir del texto* y marcan la relacién de des-continuidad, de no-presencia a si que se establece entre él y su autor: el texto construye a su propio padre Esta concepcién se opone a toda la critica tradicional de curio biografico que buscaba establecer una relacion direc- ta, continua, entre el autor (padre) y su obra, 2 60,p.91 > Sarah Kofman, £1 nacimiento del arte. Una interpretaciin de la estética freudiana, trad. Patricio Canto, Buenos Aires, Siglo XXI, 1973. Guosano 113 Paleonimia (Paléonymie) El uso de la paleonimia! esta ligado al gesto decons- tructor* principelmente a partir de las nociones de ruptu- rafredoblamiento®, en la medida en qne tiene coma fin el cuestionamiento de las funciones historicas de las oposi- ciones conceptucles clasicas. Es, de cierta manera, una es- trategia que trata de deconstruir un sistema logocéntrico*, no oponiendo cenceptos contrarios entre si (por ejemplo: el de metafisica y el de no-metafisica), sino trabajando textualmente los propios conceptos y, sobre todo, enca- denandolos a un movimiento de diferencia. Para ello se estudian los términos, conceptos y nociones en su propia conflictividad; conflictividad sofocada y/o desapercibida por una cierta homogeneidad univoca no cuestionada. El comportamiento de la paleonimia se dirige a la elabora- cion de un nombre (concepto) retirado de un sistema de presuposicion, con tal de elucidarlo sin la seguridad de un saber previo. Asf, a riesgo de hacer circular viejos concep- tos y/o nombres ya cargados, se opone una estructura de interrogacién préctica que se utiliza principalmente como tedoblamiento encadenador en tanto comportamiento cuestionador? 1 "fuera del libro”, £, p. 589, CIP, pp. 92, ss. Aqui Derrida escibe lo siguiente: "..] dire que mis textos no pertenecen nial regio “flos6fico' nial registro ‘itera’ ‘Comunican de esta forma, es0 espero al menos, on otros que, por haber ‘operado una cera ruptura, ya no se laman ni ilos6fcos ni “literarios Por una especie de 2aleonimie:cuestion de la paleonmia: gcual es la ne cesidad estratéicay por qué se lama todavia estratégica Una operacion ost Smo Sumac Pliegue (Pli) El texto, en tanto tejido de huellas, es la mascara de otro texto, al principio oculto: es la “tela que envuelve a la tela”, pero que le permite a esta ultima emerger cuan- do se deshace el pliegue (0 el doblez, o la rugosidad). El pliegue ~disposicién de hilos que encubren otra disposi- cion que, al visibilizarla, suplementa a la primera— es la ausencia* que teje. ‘Tomese como ejemplo “La farmacia de Platon”. Derrida analiza aqui el Fedro, un dilogo tejido bajo la apariencia de un posicionamiento sobre el amor, Tal integralidad de superficie significante es, con todo, aparente. Y el “disento” relegado (las fabulas de Zeuz y Zamus, y la de las cigarras) es en realidad, el “disefio” que designa {que rehasa ser en ultimo analisis drigida por un horizonte teleo-escato- logico? hasta qué punto es posible y como negocia sus efectos? por ‘qué debe negociar hasta ese por qué mismo? Por qué estrategia remit al juego de la estratagema mas que a la organizacion jerérquica de los ‘medias y de ls fines? etc. No se reduciran tan pronto estas cuestiones), {cual eS, pues, a necesidad estratégica que lleva a conservar a veces un viejo nombre para revestir un concepto nuevo? Con todas las reserves {que impone esta distincin clasica del nombre y del concept, se podria ‘empezar a describir esta operacién: teniendo en cuenta el hecho de que lun nombre: no nombra la simplicidad puntual de un concepto sino un sistema de predicados que definen un concepto, una estructura concep tual centrada sobre tal o cual predicado, se procede: 1. a la detraccion de un rasgo predicativo reducido, mantenido en reserva, limitado en una estructura conceptual dada (lmitado por motivaciones y relacones de fuerza a analzan, lamado X; 2. ala de-limitacin, al injerto y a la exten- sin regulada de ese predicado detraido, manteniéndose el nombre X titulo de palanca de intervencién y para conservar un apoyo sobre la oF ganizacion anterior que se trata de transformar efectivamente. Asi pues, detraccin. injerto, extensi6n[... esto es lo que yo llamo, segtin el pro eso que acabo de describir Ia escrtura” [ita injertada por el traductor| (Geos 105 Luego, el texto presenta un pliegue, un doblez que en- cubre otro texto. El pliegue es la presencia ilusoria, presen- cia que siempre se impone en el pensamiento occidental. Y es una ilusion porque nunca es deshecha, porque nunca es vista como plisgue Por un cierto pliegue que nosotros disenamos, mediante la deconstruccién® de una obra, el aparente discurso pla- tonico sobre el amor se deja leer como un discurso dedi- cado a la condenacién de la escritura®; el pliegue que per- mite re-marcar e: texto niega la prescripeién de un pensar metafisico tradic:onalizado y tradicionalizante. 1051 Susie Serco Polisemia (Polysémie) Posibilidad amplia del significado de una palabra y de un texto*, de un juego* nunca marcado, de un significado abierta Acumulacién de sentido, remitiendo simultanea- mente a toda una pluralidad de significaciones. Para Nietzsche, “no hay ningin acontecimiento, nin- gin fenémeno, palabra ni pensamiento cuyo sentido no sea multiple: algo es a veces esto, a veces aquello, a veces algo mas complicado, de acuerdo con las fuerzas (los dio- ses), que se apoderan de ello”. En La diseminacién, Derrida nos presenta la amplia significacién de algunos términos privilegiados en su dis- curso, los hilos conductores de su interpretacion* del texto platénico, empleados estratégicamente, Uno de ellos, far- ‘macon*, metafora para la escritura, se inscribe en la ca- dena de significantes constituida por farmakeia*, farma- eus*, farmacos, y abre las posibilidades de significacién en el juego de la escritura. Por otro lado, farmacon es como una no-sustancia y una no-esencia, sin origen* presente. Su polivalencia le confiere un tipo de no-identidad: no exis- tiendo un sentido fijo.? Su significado oscila entre dos po- los, lo manifiesto y lo latente, lo positivo y lo negativo, la escena y el fondo de la escena, "Gilles Deleuze, Nietzsche y la filosofia, wad. Carmen Arta, Barcelona, ‘Anagrama, 2012 [1967], p. 11 * CEO, p. 103, ‘Guosan 1107 Los pasillos de significado (intertextualidad*) permitiran echar mano a una serie de ottos textos para la construc- cion de un significado que solo se dara en el cotejo de las diferencias* entre los diferentes textos, afirmando asi el cardcter relacional y descentrado del significado. Lo mismo ocurre en el discurso onirico, por el amplio margen de posibilidades e hipétesis interpretativas. Freud afirmara que por >nds que se haya conseguido desvelar la escena latente, siempre restardn elementos que deben ser interpretados. 109 Simo Swaco Posterioridad (Aprés-Coup) ‘Termino empleado por Freud! para designar una tem- poralidad especifica del aparato psiquico, que reconstitu- ye a posteriori el sentido de una determinada experiencia vivida, y cuyo significado es construido a partir de una lectura de las huellas mnémicas. El significado de esta experiencia no se da en el momento del acontecimiento, como tampoco mediante una percepcién consciente. Las escenas del pasado actian de manera diferida, como un suplemento*, en un tiempo que ya no esta determinado por el tiempo mecanico. * CE La misma entrada en Laplanche y Pontalls, Dicionario de psicoansl- ‘5s, Buenos Aires, Paid6s, 2004 [1967], pp. 280 y ss. Gosia 109 Presencia (Présence) “La presencia de un elemento es siempre una referencia significante y sustitutiva inscrita en un sistema de diferen- cias y el movimiento de una cadena”.! La metafisica logocéntrica coloco a la presencia, de- signada por eidos, arche*, telos, energeia, ousia (esencia, existencia, sustancia, sujeto), aletheia (transcendentalidad, consciencia, Dios, hombre), como forma matricial del ser en tanto identidad de s{ mismo. EI privilegio concedido a “a consciencia y a lo presente vivo es solidario con el privi- legio de la phone* (fonocentrismo*) y con la condenacién de la escritura como amenaza a la presencia, en la medi- ‘da en que se establece como no-presencia. Considerada aa como punto de origen*, centro y fundamento de toda es- tructura*, la funcion de la presencia -en tanto significado transcendental’ siempre ha sido la de orientar, equilibrar y organizar a la estructura, neutralizando o limitando las posibilidades del juego.* El cuestionamiento ontoteolégico del ser como presen- cia, de la consciencia como querer-decir* (vouloir-dire) de la presencia a si, se puede establecer a partir de una adqui- sicion teérica que critica los conceptos de ser y de verdad (substituyéndo.os por los de juego y signo sin verdad pre- ‘sente), de consciencia, de sujeto, de identidad a si. "ED, p. 400. no | Simao Semuco Para Derrida, son principalmente los discursos de Niewzsche, Freud y Heidegger los que importan, por su radicalidad, para solicitar* la metafisica de la presencia El descentramiento* instala la ausencia de un signi- ficado transcendental y abre las posibilidades del juego, que es siempre un “juego de ausencia* y de presencia”, un movimiento de remisiones substitutivas y suplemen- tarias en que la presencia se inscribe como “determina- cién” del ser presente; ella misma no se ha presentando Jamas como tal. La presencia pasa a ser un efecto de es- critura®: “La huella es el borrarse a si mismo, el borrarse su propia presencia’? > ibid, p. 312. Geos 11 Querer-decir (Vouloir-dire) El sujeto en tanto consciencia se anuncia como presen- cia a sf. La definicién de Husserl “las expresiones son sig- nos que ‘quieren-decir™ (veulent-dire), debe ser compren- dida como el momento en que, por decision de un sujeto, el significado pasa a habitar un signo,! transformandolo en expresién gracias al “soplo animador del habla’. La expresion es exteriorizacin, Imprime en un cier- to afuera un significado que se encuentra en un cierto adentro. “El afuera no es ni la naturaleza, ni el mundo, ni una exterioridad real en relaci6n a la consciencia [...] El bedeuten [querer-decir] enfoca un afuera que es el de un objetivo ideal. Este afuera es entonces ex-presado, pasa fuera de sf dentro de otto afuera, que esta siempre ‘dentro de’ la consciencia”? Se trata de “un sentido que no puede entonces permanecer en s{ mas que en la voz, y en la voz ‘fenomenologica”> La expresi6n como signo queriendo decir (voulant dire) es, pues, una doble salida hacia fuera de si del significado: en si, en la conciencia y cerca de st. El privilegio concedido a la consciencia significa el pri- vilegio concedido al presente. Incluso si se describe la tem- poralidad trascendental de la consciencia, como lo hace Husserl, es al presente vivo alo que se le concede el poder de sintesis y de -eunién incesante de huellas. 7 Husserldistingue en la palabra “signa” (Zeichen) dos significaciones: “El ‘signo ‘Signo’ puede significar‘expresién’ o ‘sefal". Cf. VF, p. 40. 2 Vip. 77. > Ibi .78, 12 | Stam Satraco No se puede limitar tal clausura sin solicitar* el valor de la presencia* que, como Heidegger mostr6, es la deter- minacién ontoteoldgica del ser. Y al solicitar este valor de presencia, nos interrogamos por el privilegio absoluto de esa forma o de esta época de la presencia en general que es la consciencia como querer decir en la presencia a si La expresién es una exteriorizacién voluntaria, decidi- da, consciente de parte a parte, intencional. La intencién voluntaria de expresion se confirma porque “lo que ‘quie- te decir’, lo que el querer-decir quiere decir, la Bedeutung, esté reservada a lo que habla y a quien habla en tanto que dice lo que, quiere decir: expresamente, explicitamente y conscientemente”.* / 1a funcién de expresién (del vouloir-dire) no es la de comunicar, de informar, de manifestar, esto es, de indicat. El hombre no aprende nada sobre él mismo en el discurso solitario, la certeza de la existencia interior no necesita ser significada, Pero cada vez que la expresion se produce de hecho, comporta un valor de comunicacién incluso si en ella no se agota * Ibid, p. 79. Gowan 1113 Recuerdo-fantasia (Souvenir-fantasme) El recuerdo-‘antasia, tal como aparece en Freud, es el resultado de un proceso de desplazamiento [Verschiebung] por el cual un zecuerdo indiferenciado 0 secundario, es decir, aparentemente insignificante, encubre una impre- sion afectiva importante que ha sido borrada por cierta resistencia. Por tanto, se conserva mediante un vinculo asociativo, en un mecanismo de desplazamiento, como un recuerdo reprimido, Es un sintoma El recuerdo-fantasia se da como substituto y puede desplazarse temporalmente de tres formas! a) retroactivamente: cuando el recuerdo secundario pertenece a la infancia y la represién, que la repre- senta, es de una época posterior: el recuerdo-fanta- sia esta en frente de lo esencial. b) desplazamiento por anticipacién: cuando la im- presién es de una época posterior al recuerdo reprimido: el recuerdo esencial esta detras del recuerdo-fantasta ©) cuando ambas se procesan en un mismo tiempo, es decir, cuendo el recuerdo-fantasia es contempora- neo a la impresién efectiva que cubre " Sarah Kofman, Ef nacimiento del arte, cap. I, especialmente pp. 75 y ss. 41S Swerve Renversement* Uno de los movimientos de operacién de la decons- truccién®, el renversement marca en la filosoffa occidental no una coexistencia pacifica, sino una violenta jerarquia* de las oposiciones. El renversement no elimina el centra- miento, mas bien opera en el campo que se deconstruye y no llega a constituirse como transgresién. Gracias a la lectura deconstructora®, se marca la filo- soffa occidental como determinada por contradicciones: inteligible/sensible, presencia/ausencia, mneme/hipomnesis, adentrofafuera, habla/escritura, etc. Estas contradicciones estan jerarquizadas, puesto que uno de sus polos es valo- rizado, mientras el otro es reprimido. Se establece enton- ces el privilegio de lo inteligible, de la presencia*, de la mneme, del adentro y del habla, privilegios englobados e incluso determinados por el centramiento en el logos, ver- dad que se da al conocimiento del hombre por medio del habla. De ahi que el fonocentrismo* sea parte de una cade- na mds amplia de centramientos dominada por el logos. La lectura deconstructora se realiza mediante un do- ble gesto: a) renversement: este primer movimiento consiste en desteprimir lo disimulado e invertir la jerarquia de Jas oposiciones, Hace parte de la estrategia* general " Preferimos mantener los términos renversement y renverser como en el ‘origina. Los terminos que més se le apraximan son inversion invert, tal como estan traducidos en De Ja gramatologia, Geosano 115 de la deconstruccién*. La necesidad de este mo- ‘vimiento es justamente marcar la jerarquia*. No consiste en una fase, en el sentido cronologico, ni en un momento dado que podria no tealizarse 0 abandonarse, Se trata de una necesidad estructural y suprimirlo es simplemente neutralizar las oposi- iones. Mes, si con ese movimiento se permanece en el campo que se quiere deconstruir, se asegura el dominio e las contradicciones, puesto que, como afirma Derrida, no se trata de oponer un grafocen- trismo a un logocentrismo*, ni, en general, de le- vantar un centro altemnativo. De ahi la necesidad del otro gesto para completar la deconstruccion y el descentramiento* ) transgresion: para que haya una transgresién de los limites de la clausura de la metafisica occidental, es necesario la emergencia de “conceptos” que no se dejen comprender por el sistema deconstruido, No bbasta con recurrir al concepto de escritura y renver- ser simplemente la disimetria. Se trata de producir ‘un nuevo concepto de escritura* 161 Staano Serco Repeticion (Répétition) Termino que puede ser explicado a partir de la huella mnémica freudiana, y que aparece, en el texto de Derrida, relacionado con un primer gesto del movimiento decons- tructor* del origen® (en cuanto centro). La idea de centro presupone la de una forma matricial, pasible de eterna repeticién. Ahora bien, la proposicién de Derrida es de que no existe origen ni forma matricial; existe tan solo una huella, que es origen del origen y que, por ser huella, es siempre ya repeticion. No existe una “primera vez" y “por eso hay que entender ‘originario' bajo tachadura®, si no fuera asf se derivaria la différance* de un origen pleno. Es el no-origen lo que es originario” La repetici6n seria, junto con la huella y la différan- ce, una proteccién de la vida contra la muerte, ligada en Derrida al proceso de representacion*. “Hay que pensar la vida como hvella antes de determinar el ser como pre- sencia, Esa es la unica condicion para poder decir que la vida es la muerte, que la repeticion y el més alld del prin- cipio del placer son originarios, y congénitos de aquello que precisamente transgreden’’? Partiendo de una lectura freudiana, con la que Derrida parece concordar, se puede sefialar “que el presente en general no es originario sino reconstituido”, esto es, repetido TD, p. 280, * ibid, p. 280. > Ibid, p. 292 (cia levemente mosificada (¢) aoa 1117 La idea de repeticién claramente est4 implicada con la idea de fuerza: “La fuerza produce el sentido (y el espacio) mediante el me:o poder de ‘repeticién’ que habita en ella originariamente como su muerte”.* E incluso: “Este poder [...] transforma el idioma absoluto en limite desde siem- pre ya transgredido: un idioma puro no es un lenguaje, sélo llega a ser‘o repitiéndose: la repeticién desdobla ya desde siempre la punta de la primera vez" Al término de “La farmacia de Platén’, antes de que Platén clausure su farmacia, Derrida clausura también lo que él, hasta ahi, ha venido entendiendo por repeticion. Cuestionando la dualidad platonica que postula una bue- na repetici6n (auxiliar de la mneme —repeticion de la vida), opuesta a una mala repeticién (auxiliar de la hipomnesis —repeticién de la muerte), muestra que las dos no pueden existir separadamente, dado que lo que les permite la exis- tencia es lo grafico de la suplementariedad*: “Pensado en esa reversibilidad original, el farmacon es el mismo preci- samente porque no tiene identidad. Y el mismo (es) como suplemento, O como differance. Como escrivura”.* * Ibid, p. 293, Stbid, pp. 293-294 * Dp. 257 (cita levemente modificada [t). 1S Serco Representacion (Représentation) El concepto de representacién, en un pensamiento esencialmente fonocéntrico, disimula toda la problemati- ca del presente-en-ausencia, formulando una hipotesis del signo* que leva [reporta] en si lo representado. La repre- sentacién, por tanto, seria toda la “presentacién intencional de un objeto, ya sea intelectual o sensible, perteneciente a los sentido externos o internos”.! Pero en un pensamiento deconstructor®, el ser se da en cuanto inscripcién —no como presencia, aunque me- diatizado: el signo grafiado, escrito, ya no puede repre- sentarse como presente, como presencia del presente; solo re-presenta el presente Para Freud, el término Vorstellung atahe con mayor precision a la “reproduccion de una percepcion anterior”? y se encuentra en el limite opuesto del afecto. La reali- dad no se da empiricamente, sino como representacion, 4 posteriori, entendiendo por representacion aquello que, del objeto, queda inscrito en las hvellas mnémicas. Dos niveles de la representacién son admitidos aqui: uno que deriva de la cosa esencialmente visual (representaciones de cosa) y otro que deriva de la palabra, esencialmente actis- tico (representaciones de palabra). La distincion tiene un alcance metapsicol6gico, caracterizando la ligaz6n entre los dos niveles como una correspondencia entre el sistema " Walter Brugger, Dicionério de filosofa, Sao Paulo, Herder, 1962. Ct. “La differance”, TC, pp. 61-62. * Laplenche y Pontals, Dicionario de psicoandliss, p. 367. Gros 1118 preconsciente-consciente (representacion de la palabra) y el sistema inconsciente (que solo comprende la reptesen- tacion de la cosa). Es preciso distinguir también los términos Vorstellung (re-presentacién) y Darstellung (figuracién), tal como han sido definidos por Sarah Kofman,' al tratar la caracteriza- cién del texto de arte y del suefio, que representan més en el sentido de Darstellung que en el de Vortellung (represen- tacién referida a una presencia y a un significado exterior) EF. Kofman, El nacimiento del arte, p47. ao} Suse Swerco Ruptura y redoblamiento (Rupture et redoublement) La nocién de ruptura se hace en Derrida! aliada del desplazamiento del pensamiento etmo-loga-fomocéntrico* que constituyé la cultura europea, tomandola como limite de referencia para la delimitacién de un campo epistemo- logico. El “acontecimiento” de la ruptura posibilité un pa- saje mis alla de las fronteras de ese campo La ruptura es la forma exterior de un comportamien- to que tiene como iniciativa la desneutralizacion de la estructuralidad de la estructura*, presa de un centro fijo antes de haber sido pensada en repeticién*, esto es, en redoblamiento. La determinacién de un campo epistemo- logico con vistas a una reflexion organizada impone una postura de encadenamiento de determinaciones centradas, de duplicacién en coexistencia, en oposicién a la serie de sustituciones infinitas de un centro a otro, como ocurria antes de la irrupcién, antes de los discursos destructores (Heidegger, Nietzsche, Freud). La ruptura posibilita el pa- saje, gracias al redoblamiento, de un campo a otro. "CF, "La escritura el signo y el juego en el discurso de las ciencias hurna- nas", ED, pp, 383-401 Gos 121 Significacion (Signification) El generador de significaci6n es el juego* relacional de elementos. La significacién es el juego formal de las dife- encias*, esto es, de las huellas. La huella es la différance* que abre el “aparecer” a la significacion. La estructura siempre estuvo neutralizada y reducida, pues le atribufan un centro, la relacionaban a un punto de presencia* y a un origen* fijo. Con ello se limitaba el juego de la estructura, pues el centro es el lugar en el que el jue- go de elementos y de términos ya no es posible. El centro anula la posibilidad de intercambio y de transformacién de los elementos, El centramiento de la estructura remite a la determinacién del ser como presencia y se revela como un significado trascendental Este significado trascendental ordena la cadena de sig- nificantes, incluso estando fuera de ella. En el momento en que la estructuralidad de la estructura* comenz6 a ser pensada (gracias a la deconstruccién®), se pensd la ley que dominaba el deseo de un centro: la ley de la presencia. Mediante la anulacion del centro, de la presencia, del sig- nificado trascendental, se amplfa indefinidamente el cam- po y el juego de las significaciones. El signo es siempre sustituto, pero no se sustituye nada que, de cierto modo, le haya preexistido: el centro deja de ser un lugar fijo y pasa a ser una fincién, especie de no-lugar donde indefi- nidamente se hacen sustituciones de signos. Se delimita el 22] Stato Serica campo y este campo va a ser “el de un juego, es decir, de sustituciones infinitas en la clausura de un conjunto finito [...] No se puede determinar el centro y agotar la totaliza- cién puesto que el signo que reemplaza al centro, que lo suple, que ocupa su lugar en su ausencia, ese signo se afa- de, viene por afiadidura, como suplementa, El movimiento de la significacion afade algo, es lo que hace que haya siempre ‘més’, pero esa adicién es flotante porque viene a ejercer una funci6n vicaria, a suplir una falta por el lado del significado”. VED, p. 397, (Geosano 123 Significado transcendental (Signifié transcendantal) Derrida se refiere a una ruptura en la historia del con- cepto de estructura. Antes, la estrncturalidad de la este tura era limitada por la existencia de un centro, de un ori- gen fijo, de un punto de presencia*. El centro, el origen fijo, el punto de presencia seria el significado trascendental: origen absoluto del sentido. Cuestiondndose la existencia de ese centro, se amplia el campo de significacion y “todo se convierte en discur- so [...J, es decir, [en] un sistema en el que el significado central, originario 0 trascendental no est nunca absoluta- mente presente fuera de un sistema de diferencias*”. VED, p. 385. 1241 Staano Samra Signo (Signe) El signo es “aquello que sin tener en sf verdad, condi- ciona el movimiento y el concepto de la verdad”.! El concepto clasico de signo se establece en una es tructura de remision y de sustitucién, “El signo representa al presente en su ausencia, Se coloca en su lugar. Cuando nosotros no podemos coger o mostrar la cosa, digamos el presente, el ser-presente, cuando el presente no se presen- ta, significamos, pasamos por el desvio del signo |...] la circulacién de los signos difiere el momento mediante el cual podriamos encontrar a la cosa misma (...] el signo, que difiere la presencia, tnicamente es pensable a partir de la presencia que el signo difiere en vistas a la presencia diferida que intentamos volver a poseer”.? A partir del carécter provisorio y secundario del signo en la semiologta clasica, se seftala: 1) La incompatibilidad entre el movimiento que se anuncia en una lectura deconstructora*, donde la au- sencia de un significado trascendental* es postulada, y el concepto de signo como representante de una presencia que se busca reapropiar. Ese concepto se encuentra sometido a los principios de arché y telos 2) El desfase entre significante y significado, definido por Saussure como “dos caras de una misma hoja”. VF p. 66 2 “La differance”, TC, pp. 56-57. tose 5 Si el origen del significado ya no es contemporaneo, se cuestiona la unidad de esencia entre significante y significado. Existirian “dos conceptos irreductibles a Jos que se ha unido abusivamente una sola palabra”.» 3) El signo como “unidad de una heterogeneidad” ret.- ne un significado cuya “esencia formal” es la presen- cia y un significante que “express” un significado, una presencia que se encuentra en un cierto adentro (en la consciencia). La tradici6n fonocéntrica*, que reconocié en el habla la sustancia que mejor pre- serva la idealidad y la presencia viva, privilegio el significante fonico por su proximidad al logos en tanto phoné y reprimié el significante grafico como el afuera donde la escritura cae 4) “Decir que puede haber ah una verdad del signo en general, ;no es suponer que el signo no es la po- sibilidad de la verdad, que no la constituye, que se contenta con significarla? gcon reproducirla, encar- narla, inscribirla secundariamente o remitir a ella?”* Para Derrida, el signo solo puede ser pensado a par- tir del pensamiento de la huella (como différance*), simulacro de una presencia, “origen absoluto del sentido” (lo que equivale a sefialar que “no hay ori- gen absoluto del sentido en general”), que permite la articulacion de los signos, teniendo cada término como presencia la huella a la que él se reduce. > VE, p65. “Ibid, p. 65. 5G,p.86.

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