Provocacion Supervision Provocadora y Metafora Andolfi

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20. Fraioli y tos coloca ante la necesidad de aceptar los cambiog Producidos y de asumirloscon plena conciencia, Para cada cue} hacen espacios mas vineulados con lz persona que con i, funci6n. En este sentido, cada uno hace su balance. Capitulo 2 “s LA FUNCION DE LA PROVOCACION -EN EL MANTENIMIENTO HOMEOSTATICO : DE LOS SISTEMAS RIGIDOS* Ruggero Pipeno _Exte textose propone elaborar lahipétesis segtin lacual, en {as familias con un paciente esquizofrénico, es posible enconn trar una forma particular de redundancia’ de comunieacion suya fonci6n.¢s él mantenimiento homeostatico del sisters © Definimosaqutesaredendanciaconel término “provocacién”. SISTEMAS RIGIDOS Y PROCESOS DE DIFERENCIACION Tautilizacién del concepto de sistema rfgido para describir 7 ana familia con un paciente psicétieo deja espacio ain a Giferentes interpretaciones. Antes de analizar la faneiOn de Ia sree cio N05 parece indispensable clarifiear aquella que, a raid nulender es caracteristica de un sistema interpersonal Mido. Nos serviremos para ello de ciertos conceptos omaecg de la fenomenologia.zntropolégica y, en particular. det Pensamiento de Ludwig Binswanger (26). Ensu intento por comprender mejor la significacién de “la Gusts fextose insertaen el proyecto deimvestigacién de la Sociedad Italiana de Terapia Familiar que conduse un estudio delas modeled oe interven- cign sobre sistemas rigidas. presencia humana”, Binswanger, inspirado en la frase de Heidegger “la presencia es siempre Copresencia”, procir§ Clariticarlas diferentes modulidades de ser,esdecivlasdifere tes posibilidades de existencia conforme a una eseala de ar quecimiento, La mayoro menor riqueza de una modalidad de existencia depende de que consiga expresarse de manera auténtica, pero $sia Posibilidad de autenticidad de ser uno mismo no press verilicarse sito en el interior d2 una coexistencia. Pot coset Buiente, el criterio de clasificacién debe guardar una necesans, {-gorrelaci6n con la mayor 0 menor “libertad” existente-en ct “interior de Ia relacion interpersonal. En otros términos, las ‘erentes maneras de ser pueden clasificarse como: {Bosibilidad de ser (yo puedo ser libremente pies estoy sustrafdo al maximo a los condicionamientos de otro); ~Rermiso de ser (puedo seryomismo, pero sdio en élrol que me esta perinitido); coaccién de ser (no puedo ser sino en funci6n de una imposicién de otro). Esté claro pues que, en cierto modo, la descripcién antro- po-fenomenologica, cuando habla de una presencia, habla al mismo tiempo de una alteridad en copresencia, articulando asf estos das conceptos con el hecho de ser en el mund (26). En la evolucién normal ontogenéticaregida por el equilibrio entre homeostasis y transformacién, teniendo siempre presente la dinémica funcional de los momen-os biolégiccs ycontextuales, se puede ver de nuevo el paso gradual de los tres estadios: Posibilidad, permiso y coaccién de ser. He introducido estos conceptcs porque me parecen. expre- far en forma excremadamente precisa lo que considero como la caracteristica fundamental de ua sistema interpersonal Tigi- do: lapermanencia enel tiempo deuna obligac’ inreciproca de Ser obligactoaser, que toma dificil eualquierpermiso de ser por. parte de cada uno de los miembros del sistema. De hecho, el | desarrollo psicol6gico del ser humano comporia la progresién _Badual de un estadio simbistico a un estadio de attenourn cada vex mayor. Hoy en dia sabemos que este caming ee TA g LAFUNCION DE LA PROVOCAGION Ca nos de adaptacién dindmica y progresiva de un sistema fero::A través de un intercambio continuo y reciproco de ‘omportamiento ¢ informaciones, los componentes de un sis- ___ tema adquieren progresivamente ona imagen més precisa de ios mismos y de los otros, y de ellos mismos en relacién con 6s otros, logrando ast definir, de manera cada vez més clara, iia'suerte de frontera entre el propio si-mismo y el de otras personas significativas. La analogia de las fronters (52) puede utilizada para hacer mas inmeciatamente comprensible la “= tualidad de las relaciones interpersonales. Las mocalidades del permiso de ser se expresan a través de fronteras cnterper- sonales claras en las que cada cual tiene la posibilidad dé " aceptary controlaé al mismo tiempo a situaciones de a- iento (intimidad) y las sitvaciones de alejamiento -para- cién). Alninversa Tasmodalidades de lacoaccinde ser hablan | deladificultad de afirmar una identidad-reciproca y se mani- fiestan ya sea por una tendencia_a vivir.en el interior de | telaciones de.fusiény entorpecimieatoreciproco, ya sea por la oblig jantenier una distancia de seguridad mediante un rompimiento afectivo, Sea como fuere, encontramos que ambas modalidades se vinculan con una falta de claridad en cuanto a los limites interpersonales. La capacidad de vivir en el |interior de un sistema interpersona’, logrando instalar fronte- as precisas, puede ser considerada entonces como una defini. i6n de salud mental. En estas condiciones, cada miembro del grupo esté capacitedo para proponesel fin del comienzo de un juego relacional (16) y ello a los otros miembros, capacitados Su vez para aceptar 0 rechazar. . Podemos llamar a esta manera de ser en el grupo “existir _ Juntos a nivel personal’, por lo mismo que todo se presenta “como si eT €spacio personal de cada uno pudiera coexistir con elde los otros y noporel de los otros, Esta evolucién éptima no presencia humana”, Binswanger, inspirado en la frase de Heidegger “la presencia es siempre Copresencia”, procir§ Clariticarlas diferentes modulidades de ser,esdecivlasdifere tes posibilidades de existencia conforme a una eseala de ar quecimiento, La mayoro menor riqueza de una modalidad de existencia depende de que consiga expresarse de manera auténtica, pero $sia Posibilidad de autenticidad de ser uno mismo no press verilicarse sito en el interior d2 una coexistencia. Pot coset Buiente, el criterio de clasificacién debe guardar una necesans, {-gorrelaci6n con la mayor 0 menor “libertad” existente-en ct “interior de Ia relacion interpersonal. En otros términos, las ‘erentes maneras de ser pueden clasificarse como: {Bosibilidad de ser (yo puedo ser libremente pies estoy sustrafdo al maximo a los condicionamientos de otro); ~Rermiso de ser (puedo seryomismo, pero sdio en élrol que me esta perinitido); coaccién de ser (no puedo ser sino en funci6n de una imposicién de otro). Esté claro pues que, en cierto modo, la descripcién antro- po-fenomenologica, cuando habla de una presencia, habla al mismo tiempo de una alteridad en copresencia, articulando asf estos das conceptos con el hecho de ser en el mund (26). En la evolucién normal ontogenéticaregida por el equilibrio entre homeostasis y transformacién, teniendo siempre presente la dinémica funcional de los momen-os biolégiccs ycontextuales, se puede ver de nuevo el paso gradual de los tres estadios: Posibilidad, permiso y coaccién de ser. He introducido estos conceptcs porque me parecen. expre- far en forma excremadamente precisa lo que considero como la caracteristica fundamental de ua sistema interpersonal Tigi- do: lapermanencia enel tiempo deuna obligac’ inreciproca de Ser obligactoaser, que toma dificil eualquierpermiso de ser por. parte de cada uno de los miembros del sistema. De hecho, el | desarrollo psicol6gico del ser humano comporia la progresién _Badual de un estadio simbistico a un estadio de attenourn cada vex mayor. Hoy en dia sabemos que este caming ee TA g LAFUNCION DE LA PROVOCAGION Ca nos de adaptacién dindmica y progresiva de un sistema fero::A través de un intercambio continuo y reciproco de ‘omportamiento ¢ informaciones, los componentes de un sis- ___ tema adquieren progresivamente ona imagen més precisa de ios mismos y de los otros, y de ellos mismos en relacién con 6s otros, logrando ast definir, de manera cada vez més clara, iia'suerte de frontera entre el propio si-mismo y el de otras personas significativas. La analogia de las fronters (52) puede utilizada para hacer mas inmeciatamente comprensible la “= tualidad de las relaciones interpersonales. Las mocalidades del permiso de ser se expresan a través de fronteras cnterper- sonales claras en las que cada cual tiene la posibilidad dé " aceptary controlaé al mismo tiempo a situaciones de a- iento (intimidad) y las sitvaciones de alejamiento -para- cién). Alninversa Tasmodalidades de lacoaccinde ser hablan | deladificultad de afirmar una identidad-reciproca y se mani- fiestan ya sea por una tendencia_a vivir.en el interior de | telaciones de.fusiény entorpecimieatoreciproco, ya sea por la oblig jantenier una distancia de seguridad mediante un rompimiento afectivo, Sea como fuere, encontramos que ambas modalidades se vinculan con una falta de claridad en cuanto a los limites interpersonales. La capacidad de vivir en el |interior de un sistema interpersona’, logrando instalar fronte- as precisas, puede ser considerada entonces como una defini. i6n de salud mental. En estas condiciones, cada miembro del grupo esté capacitedo para proponesel fin del comienzo de un juego relacional (16) y ello a los otros miembros, capacitados Su vez para aceptar 0 rechazar. . Podemos llamar a esta manera de ser en el grupo “existir _ Juntos a nivel personal’, por lo mismo que todo se presenta “como si eT €spacio personal de cada uno pudiera coexistir con elde los otros y noporel de los otros, Esta evolucién éptima no siempre se verifica. Puede suceder de hecho, veces dificiles de determinar, jue i reglas que excluyen la diferénciacion y la miembros.(I{mites personales claros logrados} constantemente un equilibrio alcanzado en dei autoncmiadel “si-misma” de eadauno: Precisamenve estattalia “de “autonomfa, esta imposibilidad de exis wat wdlees Feplanieandg Mento de Ig con un espacio Personal propio impulsa a buscar compaieros de juego exo guienes compartir Ia confusién del “ser param{” y del ser pre lapérdida del espacio personal propiose transforimaenla inet \ | fl otro”. La intrusi6n en el espacio personal de otro prackace Posibilidad de coexistenci indiferencia, el rechazo, la victimizaci6n y lalo« condicién de funciones individuales a la de rol. ifgido. Los limites de int: borrosos, la manera de ser: como “@existenci nuevo equilibrio. te I; De este modo, la proteccién, la apasande la enun libreto 2raccién son susti-uidos por limites en el grupo puede definirse entonces funcional”, con io que se puede alcanzar un la imposibilidad de coexistir como | ,betsona”, se hace consetible entonces vivir en uma suerte de | funcién seciproca el uno para el otro. El sistema se torna tants nas rigido cuanto que esta modalidad es la tnica posible; por lo demas, que la necesidad vital de viviren funci6n teciprocs no permite, de hecho, modular segtin los acontecimientos Ia mayor 0 menor permeabilidad de las fronteras reciprocas, La analogia pertinente serfa la de dos o varios cubos, cuyas Superticies presentan solusiones de continuidad, sumergidos en un Ifquido: s6lo pueden flotar si permanecen soldados uno al otro a través de su so‘u c:6n de contimuidac (fig. 1), HACIA LA INDIVIDUACION DE LAS REGLAS. EN LOSSISTEMAS RIGIDOS Resulia del andlisis de los modelos interactives de las familias de pacientes esquizofrénicos que una celas caracteris, ticas mas frecuentes es le sistemas rigidos (26, 63). de funcionar segtin las Teglas de los 62 Figura 2 En estas condiciones, lo mis grave no es tanto el despren- dimionto (prayecto que era ya demasiado ambicloso) como el Peligro de que otro alcance su autonomia propia antes de que 0 LAGREACION DEL S STEMA TERAPEUTIC yoesté en condiciones de constituir lamfa, Esta claro entonceg que laregla fundamental enunsistema donde prevalecenesies niveles de funcionamiento es la imposibilided de “escaparsos (63). De aqut deriva la necesidad de controlar coatinuamente que nadie logre definirse con claridad, pues sco sentiria coms una declaracién de independencia y por consiguiente de trai. ciOn, Una vez aprendidas las reglas del juego surgela necesidad vital de no cembiarlas. No esté dicho, por el contrario, que los {ugadores no.puedan ser intercambiables, lo mismo que sus roles. Esta iltima posibilidad se verifica a menudo cwando un sistema es obligado a cambiar de paciente desigrado. Por Ip gle téspecta a este cambio de jugador, tieiié ligat cuando se intenta reproducir, en un sistema recientemente formado, reglas aprendidas en un sistema significativo anterior, como por ejemplo al formarse una pareja o un sistema terapéutico, Esto implica que aun en la eleccién de los nuevos componentes de un sistema, por ejemplo un amigo o un cOnyuge, se privile- giard a personajes que den en cierto modo garant‘as de poder perpetuar los juegos aprendidos anteriormente, yen cambio se excluiré a aquellos personajes que no puedan proporcionar estas mismas garantfas, Este comportamiento selectivo tende- rd a implicar también al terapeuta que entra en el sistema terapéutico y, cuanto més rigido haya sido el sisterna significa- tivo de aprendizaje, mas dominante ser el comportamiento selectivo. Se entiende por sistema significativo de aprendizaje aquel sistema que asume Ja funcién de sistema de referencia significativo en el perfodo de mayor plasticidad evolutiva (48). NECESIDAD DE UNA ESTRUCTURA INTERPRETATIVA DEL COMPORTAMIENTO SINTOMATICC La posibilidad de un enfoque operacional correcto se basa en la existencia y coherencia de una estructura conceptual que permita una lectura de los comportamientos sintomdticos y de los fenémenos a ellos enlazados, En realidad, el comporta- miento sintomitico puede considerarse como tin conjunto de signos intencionales y no intencionales que s6lo adquieren Significacién a través de un intérprete (29). De este modo, la » LAFUNCION DELA PROVOCAGION n fmciura conceptual interpretativa del terapeuta constituird Eiesdigo de lectura del compartamiento sintomatico. Enel prior del sistema familiar, la presencia de compcrtamientos nidos como “locos” hace suzoner la dificultad de hallar un de interpretacién que sea conmin a los diferentes miem- ‘de la familia, De todas formas, asf como es posible que el Sor no sea consciente de lo que su propio comportamiento revelar, lo mismo puede sucederle 2] intérprete; sin bargo, esta circunstancia no abstaa la posibilidad de que la mnicaci6n influya sobre elles. Emisor y recep:or quedan “= Sfigados entonces por conductas que tienen lugar dentro de un egntexto: para ambos significative y que constituyen signos / intencionalesy 20 intencionales por los que se influyen recipro- damente. Se puede enunciar la hipdtesis de que, ensu sistema | dtfgido, la comunicacién a través de signos no intencionales | puede dquirir la forma de una’ provocacién y d2 que ésta imple la funcién de preservar la homeostasis, 7 FUNCION DE LA PROVOCACION EN EL INTERIOR DE UN SISTEMA FAMILIAR RIGIDO rset © = Enel lenguaje usual, el término provocacién se vtilizapara Cefinir un acto que conduce a una persona a emociones intensas, en general de ira, y que se manifiesta por comporta- - mientos a menudo violentos. Puede ser interesante observar que, juridicemente, el que reacciona a una provocacién no es considerado plenamente responsable de sus propios actos, hasta el punto de que podran obrar a su favo: circunstancias atenuantes especificas. Asi pues, se puede di finir la prove cin como una comunicacién cuyas finalidades no son explici- + | 488 capaces de influir sobre una persona hasta el punto de hacerle realizar actos ajenos a su voluntadf Cicrtos autores lian hallado caracteristicas similares en el comportamiento sinto- miético (38).) Advertimos entonces qué funcién puede cumplir la provo- caci6n en el seno de un sistema rigido. Habiamos emitido la ‘hipétesisde que, en un sistema interpersonal rigido, la tenden- ela'a actualizar una separacién por intermedia de una indivi- i i k re us CO duacién era reemplazada por la necesidad de control tadio de autonomifa del otro ante la amenaza d eiianciparse anites que yo. Todo se presenta como si la provo... © caci6n tuviera el objetivo de evitar estaeventualidad, minandp el estadcde auitonomiatel otro. “Si el otro acepta mi provaca, cidn, si cede ami intencién, quiere decir queestilejos deposees una identidad como persona, y por lo tanto puedo estar seguro |de que nopodré separarse de miantes de que yome desprenda ide él.” Por otra parte, aceptar la provecacién significa reafir- ‘marél propio nivel de funcion, la propia necesidad de vivirea funcién del otro, y ello ce manera agresiva o protectora; pero serfa errado suponer que el que acepta la provocacién es el tinico que muestra sus propios limites; precisamente, la nece- sidad de provocaral otro.es-sintoma de una frontera.mal definida, De cada lado hay, pues, tentativa de tranquilizarse frente a unalejamiento reciproco, péro este reaseguro serd eternamen- fern te fragil, pues se efectiia a través de una modalidad que vuelve @ poner en juego, en forma constante, la faita de fronteras interpersonales claras. Caer en la provosaci6n significa contir- maral prevocadlor su falta de libertad y su posibilidad de existir Gnicamente en el interior de una coaccién, y adquiere, pues, una significacién_de_provocacién que engendra-a-su-ver-la- necesidad de una verificacién continua. Analicemos los ejem- plos siguientes: ® Pedro, un joven de 23 afos, sostiene todavia que su madre le rob el corazény la amenaza inclusive con un cuchillo sino se lo devuelve. Los pacres intentan explicarle, utilizando una légica habitual, la imposibilidad de vivir sin coraz6n. Pero esta explicacién no produce ningiin efecto tzanquilizador y Pedro serd arrestado por la policia y hospitalizado de urgen- cia, 2) Ana cs una mujer soltera de 36 aiios que padece estados confsionales y sumamente tegresivos durante los cuales obli- gaa su madre a acompafacla al bafio y dormir con ella. La madre corsiente en todo, quejandose del extremado fastidio que.ello le produce, .) Juan Carlos es considerado como un muchacho enfer- LAFUNGION DE LA PROVOCACION ma Jha; madre atiende solicitamente cada uno de sus atres,y ello hasta la edad de 26 aftos. Para dejar su papel fermose ve forzado a cometer una tentativa de suicidio Sergio es un psicdtico de 25 afus que ha sufrido varias {alizaciones; manifiesta una conducta agresiva para con ‘e, 2 la que obliga a desvestirse en su presencia, La juesta de la madre es doble: 0 cede a sus demandas 0 se va mir a.casa de una amiga, confirmando de ambas formas el de su hijo. Pero como la reconfirmacién de este poder, se verifica también en los casos precedentes, esté ligada al jnismo tiempo'a la reconfirmacién de la locura, ni la madre ni stgio logran abandonar este juego hasta que Sergio es admi- 5 tido en un hospital psiquidtrizo de tipo judicial. ae Hay en estos ejemplos, ocr supuesto, una clara simplifica- <4i6n, ya que los juegos relacionales involucran engeneral a més le. dos personas (16). Su caracteristica comin es poseer una ‘estructura interactiva que se autosustentaen el tiempo a través ‘del esquema siguiente: A hace algo que B vive como una provocaciény que induce a Ba hacer algo que A vive como una provocacién que induce a Aa hacer algo que B vive... y que les permite permanecer précticamente invariables en el tiempo. Los: mensajes provocadores pueden ser indiferentemente vehiculizados por conductas protectoras 0 agresivas: Ay B se encuentran en la imposibilidad de renunciar a su juego de provocaci6n y contra-provocacién porque, a pesar del desagra- do, el equilitrio obtenido resulta més tranquilizador, FUNCION DE LA PROVOCACION SN EL INTERIOR DEL SISTEMA TERAPEUTICO Veamos ahora lo que sueede cuando un sistema rigido (ya se trate del individuo constituido por aspectos parciales inter- actuanteso dela familia constituida por miembros interactuan- tes, nosotros los unificamos >ajo el concepto de sistema y por Jo tanto los utilizaremos como si fueran intercambiables) entra en contacto con un terapeuta cuya meta declarada es obtener 7% LACAEACION DEL SISTEMA TERAPEUTICR un cambio. En el encuentro con el terapeuta, la familia 0 paciente no pueden omitir una comunicacién cue contiene dos mensajes implicitos: “Ayidenos a cambiar respetando las inicas defensas que conocemos, es decir, las viejas rezlas.” En rigor, esta comunicaciénse compcne de dos pa-tes: “Ayiidenos acambiar”, que expresa la tendencia ala Transforinacién (T), y “respetando las viejas regias”, que expresa la tendencia a la Homeostasis (H) (7). En nuestra opinién, cada vex que un paciente ouna familia establecen una relacidnsignificativacon el terapeuta, aunque no lo hagan voluntariamente en los mensajes que envian, estos dos aspectos del mensaje estin siempre presentes. Lo que cambia es la relacién entze Hy T. Puede ocurrir, de hecho, que una de las dos pertes, o bien H o bien T, tienda en cierto modo a fundirse con Ia otra hasta que ésta ya no pueda ser reconocida por el terapeuta.La provoca- ciénes, en general, la manera en que se expresa la tendencia a a homeostasis, pero precisamente porqite sismpre existe el otro nivel del mensaje, que expresa, por su parte, la tendencia a.la transformacién, Es como si los miembros de! sistema guardaran la secreta esperanza de que el terapeuta, contraria~ mente alos miembros de ia familia, logrard finalmente no caer en laprovocacién y permitird, pues, que cada cual se libere del juego. Es necesario analizar entances el efecto pragmatic del contportamiento provocador en el interior del propio en- cuentro con el terapeuta y las respuestas que éste puede dar para aleanzar el doble objetivo de no quedar aprisionado en el juego familiar y de ser aceptado al misrro tiemmpo como jugador. ‘Nos parece haber localizado al menos dos “‘trampas” que el paciente o [a familia pueden tender al terapeuta, La primer predomina en aquellos sistemas en que la expresign dramati- zada de los comportamientos sintomaticos consigue nfluir de tal manera al tetapeuta que lo lleva a considerar inexistente la tendencia al cambio. En esta situacién, el terapeuta, empujado por el efecto mismo de la provocaci6n,-tenderd a transformar su propia tendencia al cambio, en control y mantenimiento de lz situacién, cayendo ast bajo el yugo dé la provocacién y avalando Ja idea de Ja falta de salida. La segunda t-aimpa se presenta cuando el paciente o la familia muestran nivéles de LAFUNGION DE LA PROVOCACION 8 colaboracién que inducen al terapeuta a desconocer la parte tomeostética Yiporende, asubestimarla, no tomarlz en cuenta e.intentar aliarse directamente eon la parte tiende.; transformacién. En general, los efectos | Prag icos de ea actitud son sumimente decepcicnantes, y ello por la simple razon de que si la parte T pudiera ahorrarse la parte H; no habria por qué dirigirse a un terapeuta. Lo més probable es que, en estos singulares momentos, la parte T de la familia no pueda hacer a un lado la pa:te H; si se finge ignorarla, se movilizara activamente para asegurar su fencién de Proteccién. Si.cl terapesta cae en estas dos trampas, es decir, si Teconoce solamente una de las tendencias Hy T que coexisten de manera constante y reciproca, acabard reproduciendo él ‘mismo modelos que e! sistema utiliza para evitar un cambio, y entonces todo indicara que la acmeostasis del-terapeuta ha venido a ponerse al servicio de la homeostasis de la familia. El dilema del terapeuta seré entonces el siguien‘e: cémo hacer para enviar un mensaje que en cierto modo sostenga aT sin frenar a H o, mejor dicho, sinque T tenga la impresiba de que Hest frenado y, en todo caso, sir. que T deba renunciar aH, || Ladificultad y al mismo tiempo la eficacia consisten en lograr ||| amplificar a HL ulilizandola no ya como opuestaa T sino como |) allada, Examinemos algunos ejemplos: 1)Toda la familia se atiende desde hace varios meses y la made llama por teléfono; la secretaria del Centro contesta y pasa la comunicacién al médico responsable de la terapia, Lag primeras palabras que éste escucha son: “iHolal Soy la sefiora Bianchi, ¢habla el doctor..? Disetilpeme doctor, siempre olvido su nombre.” Sucediendo a una intervencidn semejante elterapeuta podria dardos respues:as “Idgicas”. Poruna parte, al sentirse descalificado, podria na responder o hacerlo con irritacién (responder a la provocaeién con el ataque). Por la otra, podria prestar ayuda a la seiiora recordanidole su nombre (responder a la provocaci6n conla defensa), En ambos casos, dejarse arrastrar justamente por la provocacion implica rece nocer solamente la parte que tiende a la homeostasis, Esta se expresaa través del ataque al terapeuta, quien eneste momen. 6 LACREACION DEL SISTEMA TERAPEUTICO to representa la tendencia al cambic, Me parece que se puede evitar esta trampa empleando la respuesta siguiente: ‘1 sis que comprensible que haya olvidadausted minombre cespués dela dltima sesién; en sit lugar, yo habiera olvidado no $610.41 nombré dé mi terapeuta sino también su sexo, direccién.y miimero de teléfono.” Esta formade respuesta preserita ciertas caracterfsticas que tomaremos seguidamente en corsidera~ cién: 4) Elterapeurazose oponecirestamentea a pravocacion sing.que, por el contrario, a toma en cuenta y la amplifica, 6): En el momento mistio de amplificarsela, la p-ovoca- cign pierde su impacto antiterapéutico y por lo tanto aa es como si se lograra utilizar la homeostasis al servicio de la traisformacion. aS eee tfansacciOn de provocacin y conra-provoca: cise explicita I cha por el control dela relacin entre el paciente yel terapeuta 0, mejor dicho, entre la alianza de los y los T respectivos. Esto significa reconocer.imortancia ala. fa idad del terapeuta pata mantener el control de la rel eign, pues permite que la parte T mantenga el control sobre la parte H creando asf una dindmica favorable al cambio. (2,)Latamilia Rossi, padre, madre y dos hijos de y2atos se présenta ala quinta sesi6n declarando no haber comprendi- do nada en las sesiones precedentes y dando muestras de una visible insatisfaccién, Hay una acusacion manifiestaal terapew- ta por parté dé los padres: no ha hecho ni dado lo suficiente. Si aceptamos considerar esta conducta como provocadora y, por tarto, como expresién de la tendencia homecstatica, existe para el terapeuta el riesgo de caer en la traimipa ya sez por contraataque del tipa: “Sino estén en condiciones de uiizar esta terapia, entonces es inaitil que sigan viniendo pues nai podemos hacer por ustedes”, ya sez a través de un comporta- i , movido por Sus propics sentimien Le debatiéndose para probar lo contrario. En ambos casos es id la provocacién signi! a a_teadencia || Romeostdle Bora rampa podria sr oninda cota saute LAFUNCION DE LA PROVOCACION 7 Fespuesta: “Comprendo Io que sienten, pero la raz6n esté en | que hemos ido demasiado rapido y hemos hecho demasiadas | cosas, anticipdiidonos asf al ri:mo de ustedes; es necesario, | Pues, que se tomen un descanso jugando con sus hijas, y de ese | Modo, en poco tiempo podran alcanzar el punto al que habia, [mos llegado.” Una vez mis, el terapeuta consigue utilizar la Provocacién (es decir, el aspecto homeostética) para incre- mentar y sostener la parte ligada a una posibilidad de cambio. Sila familia reconfirma como desatio provocador su incapaci- ender, ello la obliga tanto mas a rar el testo por el terap2tta, haciendo. prevalecer la alanza terapéutica. Los compo-tamientos provocadores y contra-provocadores no son nunca ataques frontales ni decisi- vos sino pequefas esearamuzas continuas que sirven para tantear el terreno. Los ejemplos de interaccién que acabamos de comunicar noconstituyen es:rategias fundamentales con las que se obten~ dré una victoria, seftalada por cambios hacia una mayor auto- nomfa de los diferentes miembros del sistema, sino ladrillos de un edificio que puede construirse mediante la utilizacion continua de la amplificacién conra-provocadora en respuesta alas provocacionss, sosteniendo le parte de si cue mas tiende ala transformacién, En la capacidad de reformular de manera coherente y continua este modelo ce interaccién hallamos una | posibilidad de desactivar el juego ce ia “provocacién®, uno de los juegos favoritos de los sistemas rigidos que eprisiona a sus miembros en juegos cansadores y repetitivos que a veces no dejan ninguna posibilidad de “salida” espontanea, como nosea Ja muerte o Ia internacién institucional, En definitiva, hemos procurado aportar unacontribucién al concepto de sistema interpersonal rigido intentado aclarar algunas de sus earacteristicas esenciales, Se toma esi como objeto de consideracién ia de i i6n parti efini 0 cacién”. La funcién que asume en los sistemas familiares cuyas reglas analizamos se opone a la autonomia de sus miembros, Se estudia el efecto pragmitico Que un comportamiento provocador por parte del subsistema familiar puede inducir en el terapeuta en el intericr de ua Sistema terapéutico més vasto, Se elaboran, por diltima, ciertas saree. a LACREAGION DE! SISTEMA TERAPEUTICO Tespuestas que puede dar el terapsuta para eludir la provoeg. ci6n, considerada como expresion de la tendencia alahon, tasis y para sostener asf aquella parte del sistema que tiene principalmente a la transformacién. Capitulo 3 “LA SUPERVISION PROVOCADORA Maurizio Andolfi Paolo Menghi ‘Describimos en este texto un modelo de supervision directa hemos denominado provocadora. es tornar més siva la estrategia definida por-el e spéutico. En particular, esta supervision afianza la continuidad y igruercia de los mocelos de intervencida elegi i Z los desvios eventuales. Por lo tanto, el sentido de una stipervisién provocadora sélo resulta comprensible si se atien- » deal paralelismo con el proceso terapéutico que ella pone en evidencia, El modelo de intervencién que hemos elaborado se dirige sobre todo a los sistemas familiares rigidos, es decit a : aquellos sistemas que interacttian con el terapeutaen forma tal F que lo complican en ura légica de relaciones fuertemente | contradic‘orias, y con més intensidad que en otras situaciones. Estas familias entran en terapia con la esperanza de que e! terapeutalas ayudard a reconsolidar la estabilidad anterior del sistema, Fundamentalmente, la familia demanda al terapeuta lo imposible: modificar una situacién en el propio interior de Teglas de relaciones que la han preservado en el tiempo (7). La experiencia clinicanos demuestra que esta doble expec- tativa de la familia esta dirigida a empujar al terapeuta al trabajo de curacién de un grupo que, por su parte, obra concertadamente para demostrar su inutilidad. Se formard en Capitulo 4 EL EMPLEO DE LA METAFGRA EN TERAPIA FAMILIAR A.M. Nicolo Corigtiano tos LA CAEACION DEL SISTEMA TERAPEUTICO te ricas en contenido. “Mientras que el persamiento normal, enfrentadoa un universo al que estd avido de comprender pero cuyos mecanismos no logra dominar, reclarra incesantemente a las cosas un sentido que éstas le niegan, e! denominado pensamiento patolégico, por el contra-io, azunda en interpre- taciones y resonancias afectivas. Adoptando el lenguaje de los ELEMPLEO DE LA METAFORA, 105, referirnos puede remitir a varios significados segin nuestra aptitud para responder a él sobre la base de un cédigo que, en de‘initiva, es “un conjunto de sefiales de mensajes estructura- dos de acuerdo ccn una convencién comtin” (29). Para el andlisis semiético, este cédigo (nuestra lengua, por ejemplo), salido de un acuerdo comin, establece una relacién de equiva- Se lingilistas, diremos que el pensamiento normal sufre perma- lencia entre los elementos de un siste:na de significantes y los nentemente de un déticit de significados, mientras que el deno- == clementos de un sistema de significadcs y consyituye laclave de minado pensamiento paioldgico dispone de una plétora de sig- SEP lectura de numerosos signos (o siznficantes en sentido ingais- nificantes.” (45) Entre estas dos actitudes complementarias, elchamdn ejercia un arbitraje. A nuestro entender, en esta zona de mediacién se instala todo un proceso psicoterapéu- tico. Cabria interrogarse sobre el lugar del significante en el pensamieato normaly en élpensamiento patol6gico, y lo quese entiende por referente del pensamiento. Para la teorfa psicoanalitica, la primera aprehension de la realidad est intimamente ligada al proceso de formacién del simbolo, sobre el cual se forjala relaciéndelsujeto con el mundo exterior y con la realidad. Pero, més all de la importancia que reviste para las funciones del yo, el proceso de simbolizacién representa un punto crucial que marca el pasc entre naturaleza ycultura ena evolucién humana. Comorecuerda Fornari, para lateorfa psicoanaliticaelsimbolo nace conel finde resolver este problema imposible: conservar lo que se pierde, reencontrar algo perdido, reapropiarse de algo que ya no es de uno. El simbolo posibilita el pasc de la experiencia psiquica (tanto real como fantasmatica) de abjetos, acontecimientos, relaciones, conductas, a la experiencia osiquica de una representacion de éstos (34), a los que ahora definimos como referentes internos Oexternos, El proceso de formacién del simbo.o nunca tiene fin ©, mejor dicho, s6lo se detienie, en cada individuo, con su propia muerte. Hay en efecto una reestructuracion constante de los “componentes que lo definen, debida 2l flujo de datos de la experiencia y al continuo cambio de los contextos en los que el individuo se sitta. No se trata, pues, de un dato adquirido y estable, sino que hallamosun equilibrio dindmico entre factores internos y externos que lo influyen. Asipues, el significant del pensamiento al que acabamosiie tico). Seguin los contextos o dependiendo de los diferentes individuos en los que opera, se transforma incansablemente. En la prictica cotidiana cada uno de nosotros utiliza tan s6lo ung parte del cédigo 0 algunos de sus elementos, descuidando otros en la tentative necesaria, aunque se revele artificial, de volver estatica y repetitiva la-realidad y ello con el fin de identificarla mejor : - Tratemos ahora de aplicar esta exposicién. general a un fenémeno particular: los sintomas. Los sfntomas de los que se guejan los pacientes son representac.ones simbélicas de tin conilicto o de un problema; son, pues, sefiales mediante las cualesel individuoexpresa un estado de malestar. Sinembargo, habida cuenta de que cada vez que una persona elabora un signo necesita el esentimiento de otro, observamos que este sintoma expresa en realidad mucho més aue_un problem: privado e individual yerteneciente a quien lo manifiesta, v que constituye una representacion simbdlica que tantoen su origen como en su manifestacidn es el fruto de una interaccion entre este individuay los miembros del sistema que lo rodea, Asi, en ciertos casos, él desacuerdo de un paciznte comsu conyuge se manifestara en un vémito irrefrenable que nos comunica que “Ya no se traga mas” sus dificultades relacionales; sinembargo. !a comprensin completa de este simbolo nos remire necesaria- Mente auna cadenc de sienificantes asociados que nosconduce al significado originario de oxro conflicta interactivo. situado en un pasado mucho mas lejano. Por su aspecto particulary por su actualizaci6n en este momento preciso. esta sefal nos remite a una realidad tridimensional que €3 a la vez inter e intraperso- nal. Por consiguiente, resulta no sdlo revolucionario sino también rico en consecuencias considerar el procedimiento 108 LACREAGION DEL SISTEMA TERAPEUTICO terapéutico como un proceso de recodificacién comin efectua- do por elterapeuta enel interior del sistema familiar. Asi como el chamén ejercia una mediacidn ritual entre el individuo por- tador del malestary el grupo, el terapeuta de hoy teje de nuevo, desde cierto punto de viste, la trama interrumpida entre signi- ficante y significado, tanto a nivel de las personas consideradas como individuos, como a nivel del grupo familiar. El simbolo personal del paciente designado se constituye en la ocasion de crearun nuevo c6digo de ese grupo familiar donde elsignifican. te, pero también un significado especifico de cada uno, encuen- tra un lugar. LA METAFORA Enel curso de nuestro trabajo de terapia familiar hemos notado que con frecuencia, y sin ser vetdaderamente conscien. tes de ello, escuchdbamos yse nos requerfa utilizar un lenguaje particularcon expresiones, imagenes y conteridos metaforicas, Reparamos en que cada vez que esto se producfa, toda la familia se movilizaba y todo lo hasta entonces desconocido y oculto podria hacerse manitiesto permitiendo confrontaciones no realizadas nunca antes entre las personas. Eran numerosos los efectos que se produc‘an a distancia. La costumbre de emplear la metéfora fue poco a poco extendiéndose y nos preguntamos qué era lo qua entonces se producta. Comenza- mos as{a examinar desde un Angulo muy dife-ente el relato de Lucio, paciente designado como psicético de otro universo, de otro mundo, perdido en la galaxia. Se precipité en ella una mafiana, stbitamente. Pero en su munco todo estaba desierto y no habia nadie més que él, porque todo, asf como toda la gente, habia sido destruido, no quedando més que piedras y pequefios monticulos. Cada uno de éstos era diferente de los demas, cada arbol estabaseco y petrificado, Sesion tras sesiOn, Lucio proseguia paso a paso su historia, Comenzamos a entrar ensu lenguaje, a hacer nuestro lo que Lacio nas comunicaba y a extenderlo a su familia, Poco a poco, cada miembro ce la familia, solicitado primero por nosotros, comenz6 a ser un monticulo, una piedra o un 4rbol, Existia entre ellos una trama EL EMPLEO DE LA METAFORA 1 de relaciones a la que cada cual aportaba algo de sf y de su manera de vivirlarelaci6n con el otro. Es ciertamente inexacto cecir que eran un monticulo, waa pledra o un érbol; era mids bien “como si” ‘ueran todas esas cosas, en ese espacio, em ese momento, en esa historia. Se hizo entonces evidente que el trabajo que estabamos realizando era precisamente esa 1€C0- dificacién de la que hablébamos haze un momento, es decir, una operacién de transposicién del simbolo, tal como era presentado por Lucio y su familia, en un nuevo cédigo nacido dentro del marcc def sistema teranéutico y por ei cual se construfa una trama de comunicacion interrumpida en todos y en la que todos tenfan un lugar. Se producfa, Fues, un proceso que podrfamos lamar de metaforizacién, por medio del cual buscdbamos ejercer una mediacién entre el contenido simbdlico del mensaje que €. paciente nos enviabay el cddigo del lenguaje comin, El agente -deesta transposicidn era precisamente la metaforay, enefecto - visto desde este Angulo, el relatode Lucio podia aparecer como la expresién de su incapacidad para reconocer la naturaleza metaf6rica de sus ensueftos. El nos los comunicaba en directo; eran para él una realidad. A nuestros ojos, en cambio, Lucic olvidaba ese marcc metacomunicativa gracias al cual nosotros hablamos en general de nuestras ensoiiaciones: “el como s Para Lucio, “el ven‘a de otro mundo”; para nosotros era “como si viniese de otro mundo”, Por intermedio de la metafora, buscavamos reconstruir ese marco y a través de éste se daba nacimiento al nuevo cédigo formado por el lenguaje terapéu- tico. Al apropiarnos del contenido simbélico que Lucio nos comunicaba y al trasladarlo a una de esas ensonaciones meta- foricas que todos tenfamos en comin, no sélo edificamos el Marco metacomunicativo que precisamente faltaba. sino qué creamos también una situaciSn paradéiica donde los simbol Podiamios desplegar contenfa un mensaje implicito que hacia Que todo lo que se decta fuera a la vez “verdadero” y “no verdadero”, y ello precisamente a causa del contexto que habfamos creado. En este contexro se podia enviar un mensaje simbdlico como si fuera real y se provocaba asf una situacion. 108, LAGREACION DEL SISTEMA TERAPEUTICO. paradéiiea donde estaba permitido afirmar v negar algo al mismo tempo. La metdfcra misma, sues, aacida de nuestra elaciGn con esta familia y este paciente, contribufa a crear tn contexto terapéutico capaz de redefinir lo que aparecia como objeto de incomprensién y de exclusién en algo comprensible y comin a todos; asimismo, la metéfora era capaz de dar un sentido alo que antes parecia ilégico. Ades, por su natura- leza misma, la metdfora nos ofrecia igualmente la posibilidad de explorar la “ensofiacién” con la que se presentaba ante nosotros la familia. Todos participaban en ella, todos contri- . bufan a construirla, De esta manera exploramos su mundo fantastico antes desconocido y sin que esto significara una amenaza, Cada cual habia elegido su rol y encontrado su lugar eqese mundo, constituyendo asf un mosaice donde cada cual era una piedra perfectamente encastrada. Pero, écémo se explica esto? GPor qué permite la metdfora cosas que son inexistentes tanto para el lenguaje comtin como para el sibo: ”~ lo? Si escuchamos las sugerencias que nos hacen ilegar los especialistas ensemistica, hallamos esta respuesta:lametéfora se diferencia del simbolo, aunque semisticamente garden un Parenitesco estrecho por pertenecer ambos a la clase de los signos. En efecto, el simbolo es un signo vago que remite aun significado para él suieio, (29). Es, de. mansra dinamica, Ta Fepresentacion de algo que se ha perdido y que uno intenta Teencontrar, pero es también “lo que nunca se percibe por sf mismo, pero mds allé del cual la miradase dirige siempre" (61); la metafora, por el contrario, es un signa lurivoco que remite a varios signiticados (29), que opera una transposicion a partir “Geunteterente cue duede st el provisos eee ‘que busca acercarse al simbolo por similitud (y en este caso el simboloesel referente de la metéfora) para irtentar evocar su imagenal destinatario del mensaje, Es por estaraz6n por lo que cada cual puede hallar em ella sus propics simbolos, ya que ella no es mas que un agente modeléndose segiin las diferentes exigencias, Ast, exactamente cuando el simbolo es demasiado especifico y cuando el lenguaje comun ha dejado un hiato yha creado una ruptura, la merdfora crez_un puente entre ©! simbolo y el lenguaje comiin, entre un miembro y los OOS EL EMPLEO 08 LA METAFORA 108 miembros de un s’stema. entre el teraveuta v la familia, Aqut reside su gran utilidad. Veamos ahora uaa aplicacién concreta en sesion. . La familia Rossolini, del note de Italia, llega ala terapiaa causa de los problemas de Lucio. Inte 'igente yatractivo mucha- cho de21 afos, Lucio presenta, desde hace un aftoy medio, una sintomatologia delirante que condiciona toda la vida de la familia. Como es ldgico, la perspectiva de que haga el servicio militar ha quedado en la nada yse atre entonces la eventuali- dad de una hospitalizacién en una clinica privada. Desde el comienzo de la enfermedad de Lucio, la familia, compueste per el padre, la madre, una iermana mayor casada y un cufiado, recuperé una nueva unidac y se integraron nuevos miembros. a . Dadas las circunstancias, las hecmanas del padre y sus. maridos respectivos, con quienes los Rossolini habfar “espaciado ‘sus rélaciones quince aitos atrds, se acercaron nuevamente a elles ofteciéndoles, sastén moral y material. Niaguna de las dos tias paternas ha tenido hijosy, sino fuera pot el episodio delirante de Lucia, estarian desocupadas. Al comenzar la sesiSn, la madre y Sandra, la hermana obesa, parecen deprimidas y un tanto asustadas; Lucio, muy ansioso,~ Pidis ir al bafio varias veces y anda inquieto por la habitaci6n. TERAPEUTA (a ta familia). -iQuién de ustedes puede tranquilizar a Lucic? 2En quién confia més? HERMANA. -En ics hombres, creo. TERAPEUTA. ~iO sea? HERMANA.~Papi, el tio, mi marido TERAPEUTA. -Entonces cambiense de lugar y pénganse donde Lucio les indique. (Lucio, con voz lenta, casi condescendiente, ubica a.su padre asuderechayasutioasuizquierda Invitado adesignarle también un lugar a su curiadc, lo sienta en la silla que tiene delante.) TERAPEUTA (a Lucio). -Ahoraesté usted bien protegido por todos estos hombres Las mujeres estan lejos. * LUCIO fron penretiin iraminny) wee 110 LA CREACION DEL SISTEMA TERAPEUTICO TIO, ~P2ro hay otros hombres, otros tios que usted no conoce y alo mejor més importantes que nosotros TERAPEUTA. ~iAh, sf? De veras que es m‘iy curioso, ustedes son como una familia patriarcal. Yo pensaba que solo en el sur seguia habiendo esas familias. TIO. -No, no s6lo... Pero cada uno de nosouus Leva su propia vida, por supuesto, A mi sobrino pricticamente lo conozco desde que esté enfermo, No somos més que cna parte delclan,.. TERAPEUTA. ~iQuiéses son los otros tfos? T/O, -Hiay una tia, una hermana de Franco (el padre) que se casé, LUCIO (interrumpiéndolo}. -iA mit el patriarcado no me gustal TERAPEUTA, -Sin embargo, parece que se hace proteger por él, TODOS ‘en coro). -Si, sf, es verdad. LUCIO. “Pero quiero abandonarlo! TERAPEUTA, ~Ademés, usted eselinico hijovarén! Alguno aqui es mondrquico? or se complica por la 129 LACREACICN DEL SISTEMA TERAPEUTICO persistencia residual de algunas viejas reglas de relacién, la imposibilidad de metacomunicarse en cuanto aestas reglasy la actitud protectora de cada uno de los mizmbros. Se discuten ahora roles y funciones vitales para la vida de la pareja. El sistema podria consolidar wii cauibiu ya pascialmente obtenido y eventualmente progresar hacia una trarsformacién estable, pero también retroactuar dando rigidez a las viejas reglas, La terapeuta pone entonces en practica la estrategia de negar la mejoria obtenida redefiziéndola como peligrasa, y utiliza el objeto metaférico. TERAPEUTA. ~Por qué sigue hablindome de su marido y no me hatla de usted misma? M. ~Porque... mire, antes me sentfa mal y lo obligabaa lavarse, ahora eso no me sucede, TERAPEUTA, =iPéro la situacién ha empeorado! M, Desde cierto punto de vista mi situacién empeoré porque hace unos dias, en el coche, él estuvo cinco minutos diciéndo- me queyo era un gusano; después me pregunt6 quiéneray me beso; en otras circunstancias me hubiera tarcido el brazo y me hubiera hecho daito. EQuién era yo en ese momento? TERAPEUTA, -Un gusano, sefora. AM. -Sinembargo yo no podia oponerme a que él dijera que era un gusano... En el fonco él tiene razén, mientras haga todo lo que él dice soy un gusana, TERAPEUTA, ~iHa hecho usted todos esos kilémetros para decirme solamente eso? Pero (dirigiéndose c J.) expliqueme un poco, usted, su punto ce vista. J. -No podia mis, no la soportaba mids, estaba decidido a terminar en el verdadero sentido del término; ese dia fue la cldsica gota de agua que desborda el vaso, ella seguia insistien- do, siempre lavarse. TERAPLUTA, También usted me habla de su mujer, hdbleme de usted J.—..n0 podfa mas, ya no tenia ganas de pelear, para mi ella: un gusano porque se aprovechaba de esa eafermedad que se habia creado. TERAPEUTA. -Hableme de usted. orque ese dia estuvo valiente, pero no se las arrecl6. se deid ganar por el iniado. EL EMPLEO 0 LA MET:ORA we 4 -Tuve miedo de dejarla, esta situaciéa nos ata. TERAPEUTA. -Justamente, itiene yuesto un cintur6n? Deme su cinturén... (sosteniéndolo ex la mano} (a la pareja) LQué Tepresenta esto para ustedes? - La terapeuta utiliza la imagen ofrecida por el paciente, “atar”, y la'traslada inmediatamente al contexto. M. (con expresién interrogativa). -iEs el cintusén de mi marido! TERAPEUTA, ~i¥ qué més? M, No entiendo lo que quiere decir, ies ua cintura normal! J (riendo). Ent-eotras cosas, esta el peligrode quese me caiga el pantalén! 7 TERAPEUTA. ~i Qué hace usted, sefora, crando su maridose queda sin cinturée? : M,~Vea, ime importa bastante pocc! =~.) - =~ = TERAPEUTA (a !2 pareja). -No me cuenten historias, ieste cintur6n es muy importante para ustedes! La terapeuta efirma su cesteza sobre el hecho de que el cinturén tiene indudablemente una significaci6n importan- ie, J. (continuando con su broma). -iPuede ser que si se me cae el pantalén me encuentre en apuros! Pet TERAPEUTA (a la pareja). -iDénde pondrian el cinturén? éPar ejemplo usted, sefiora? : M. ~iVea, esta situacién me hace seniir realmente asfixiada! TERAPEUTA (aJ.). ~Entonces, paselo alrededor del cuello de su mujer, La terapeuta contintia dando ur cuerpo concreto a la imegen abstracta que los pacientes le ofrecen. Si fa mujer se siente asfixiada, entonces el cinturdn tendrd que envolverle el cuello. M, No, de veras, y ademas, hoy me duele el cuello. UERAPEUTA, -Es lo que pasa siempre... iHavalo! Visualice- Po 122 LACREAGON DEL SISTEMA fERAPEUTICO M. ~Yome podria negar. TERAPEUTA. ~Pues ro lo hace nunca, sefiora, por consiguien- te. M. ~Podria empezar ahora, ya que no puedo mis. TERAPEUTA, -Ningino de ustedes das ha visto ninca exactamente cémo es eso... (a J.) Péngaselo, esto es lo que, segiin su mujer, usted hace siempre. (Elmarido pone elcinturén alrededor del cuello de su mujer.) TERAPEUTA (a M.), -iCémo cree que estd su marido en general? Con las dos menos atadas o con una sola? MM. A mi juicio no tiene atada ninguna mano. El sostiene el cinturén, TERAPEUTA (aJ.).-<¥ usted cmose ve? éContas dos manos atadas...? J. -Si, con las dos. TERAPEUTA. -Entonces, sefiora, atelas bien, no quisiera que su marido se libere. (La mujer ata las manos del marido.) TERAPEUTA. -Ahora, irtenten moverse. M. ~Si é se mueve, yo me estrangulo. : J, -En e!,fondo, nuestra vida es asf. Estamos atados, pero ti tienes las manos libres... 7 (El marido empieza a comprender.) TERAPEUTA (ala pareja}. Se hallanustedes enunasituacién en la que les es imposible moverse, ahora piensen en lo que tendrian que hacer para liberarse. iMetaféricamente, por supuesto! ‘M,-cUna manera de literarnos? Yo tengo que desatarte, yo de tiy tide mi. J. -iDesatarnos no tiene nada que ver en esto, es una cosa simbélica! Digamos que, en desatarme, pensé el dia de Pascua, y después no fui capaz... Era un medio para liberarnos, pero hace falta otra cosa porque este cinturSn es s6lido... (Qué es lo que nos tiene atados? . M, -El carifio, équé otra cosa puede ser? J. -Debemos comprencer lo que nos tiene atados... M. Por mi parte el amor que te profeso, eso pienso que est claro... EL EMPLEO OE LA METAFORA 2 J. -iC6mo hacer para liberarnos? M. -Del amor es imposible, me parece. Habra que soltar un poco el lastre de los dos lados, ieso si! J. -Entonces, por qué este acuerdo que hemos sellado. éTii lo respetaste alguna vez? M. ~iEres ti el que no lo respet6 nunca, no yo! Yo dejé de decirte que te lavaras... J. Este lazo que me ata, a pesar de ese dia, existié siempre... M., -iPero mi situacién empeord porque, si te mueves, me estrangulo! ‘ 7 J. -En compensacién, tienes las manos libres para hacerlo que se te antoje. La terapeuta interrumpe la conversacién y vuelve a llevar Jaatenci6n al cintar6n: “No podré hacer mucho si no consigo entender lo que representa para ustedes este cinturén-Ast pues, los invita a enumerar las sigaificaciones posibles y sale de~ lahabitacion para pasar detrds del espejo. La pareja reinicia el trabajo; aparecen asf diferentes notivos posibles: el departa- mento, la madre, la imposibilidad de hallar otro compaiie- ro, el miedo que los rodea, la cobardia,’ el carifio, el aburrimiento. La terapeuta wuelve a la salae invita a la pareja a efectuar, cada uno de ellos, una clasificacién personal de estos motivos en orden de importancia. Los dos, el raridoy la mujer, ponen alacabezael afecto yluegose diferencianligeramente respect de los otros conceptos, pero concuerdan en situar en titime® puesto la imposibilidad de hallar otro compafero. Vuelven adiscutir ylamujer subrayala imposibilidad de seguir atada ast. Pero la terapeuta responde. TERAPEUTA. -iCémo hace usted, seiora, para vivir sin cinturdn? M.-Es dificil. TERAPEUTA, Seguro. éQuién tenfa antes este cinturéa por la punta? MMi madre. TERAPEUTA, -Es verdad, usted no esta habituada a pasearse sin cinturén, Se perderia. 124 LACREAGON EL SISTEMA TERAPEUTICO M. No. no puedo més, no quiero seguir asi. TERAPEUTA. -iSi intenta tirar, mire lo que pasa! (La mujer, intentando estirar el cinturén que le aprieta el cuello, acerca inevitablemante su cara a las manos de su mari- - do.) TERAPEUTA, ~iQué sucede? M. -El se acerca, TERAPEUTA, -LY usted no desea eso? M. -Entonces no hay soluci6n. TERAPEUTA. -Parece que no. M. Sin embargo no es posible que 10 hava solucién... 2Y si consiguiera hacer asi? (Hace el gesto de quitar el cinturdn de su cuello.) TERAPEUTA, -Seftora, justed siempre tuvo un collar toda su vida! ZNo le gustan las manos de su marido? (La terapeuta hostiga.) M. ~En ciertas circunstansias me gustan... es decir... me gusta su manera de acercarse TERAPEUTA. -Veamos. iAfloje el cintur6r! (Lamujerlo hace y las manos del marido se acercan.) - ‘M. ~2Y esto qué tiene que ver? iQué calor hace ahora con sus manos sobre mi cara! Este cinturdn mie mclesta. TERAPEUTA. -Senora, Zel cinturén o las manos? M. -Quizro decir que no quisiera estar oprimida, ieso es! En efecto, ese dia... los primeros dias, después de las sesiones, cuando ros volviamosaponer juntos, digamosque... estibamos mucho mas cerca el uno del otro y yo sentfa menos necesidad de jorobarlo... eso lo comprobé. Después yo volvia a empezar con mis conductas. La terapeuta evita en:rar en las explicaciones que da le mujer, no es importante sefalar las explicac:ones obtenidas en este nivel. Mantenerla tensiénen un nivel elevado es por ahora un objetivo. El objeto metaforico no ha terminado de producir aiin todos sus efectos. Esta es la raz6n por la que invitauna vez mds ala paciente a aflojar el cinturén para tratar de ponerse mas cémoda. SL EMPLEO DE LA METAFORA ws ‘M. -No hay duda, iestoy mas cémoda que cuando él me estrangula! Pero él no esta comodo... (a J.) GEstas bien asi? J. -No, lo cierto es qe asi estoy prisionero. Si, ia lo mejor este laza (indica el cinturén) sea lo tinico quc nos ata!. TERAPEUTA. -Por eso tengo dudas de que lo que los ata sea el carifio, A mi entender, la clasificacién que hicieron debia leerse exactamente al revés, es decir que lo més importante es la imposibilidad de encontrar otra persona. J.y M. (al mismo tiempo). -Pienso que no. TERAPEUTA, -Después tenemos el departamento, la madre, etc, : M. ~Por mi lado nc es asf... vista la imposibilidad de encontrar otra persona, si nosotros dos nos dejéramos ya no habria vida posible... yo tendria la impresién... (cad bez més vacilante), de -2>-=volver a empezar por el principio, iy es dificil! ¢Comprende? #. Porque he hecho una mala experiencia... No por lasdificultades “~~ 4 - parahallar otra persona, debidoa los complejos... no, sino que s para el medio que me rodea cualquiar cosa que yo pueda - Ze hacer... ' £ TERAPEUTA. ~iSeguro que no les conviene dejar esta [ ___ Situacién, porque su madre, cuando tiene la correa, no es tan r buena como su marido! 7 M, ~Pero entonces soy yo la que acerca Jas manos de mi marido a mi... (emocionada y confusa). TERAPEUTA. -Pregintele si es asi. (La terapeuta se separa e impulsa a la pacienie a hacer demandas directas.} M. -~Quedémonos asf: si td tiras yo me estrangulo, asi que no tires para no estrangularme; te quedarias en esta posicidn durante afos; tii te quedas de tu lado, no. tienes ganas deacercar tus rranosa misi yono te obligo aflojando el cinturén... Asique podr'as seguir cémodamente asi: yo no me estrangulo y ti tienes las manos atadas, J. -No entiendo, £q1é quieres decir? M.-cAcercarias tus manos a mi sin que yo ‘tire del cintur6n? J. (muy vacilante). -Podria hacerlo si. ‘M, ~iPero te lo tengo que pedir yo? J.-Sinnexistiera esta cosa que nos zta, jc podria ir espontanea- ments hacia ti yexpresarte carifio... Deesta manera, hnalmente 126 LA CREACION DEL SISTEMA TERAFEUTICO estoy atado. Si no tuvie-aese algo que, en cierto sentido ahora, me obliga a ello! Observen los niveles real y metaférico de la conversacién. (La mujer desata las manos de su marido diciendo yue no quiere tenerlo atado.) TERAPEUTA. -iQuién tendra después su correa si libera usted a su marido? M.iMi madre? Mi medre. iSf, serd ella! . J. -Liverarme de este lazo significa para mf no atarme de nuevo. TERAPEUTA, -2Y c6rso hard? iQuiere hacerme creer que mientras tanto ha madurado hasta tal punto que puede seguir con uaa mujer que no lo ata? (a la mujer) éUsted lo cree? M. (cada ver més tensa y al borde de las idgrimas). -Escuche, iquiero liberarme!~ ee TERAPEUTA. -INo puede hacerlo, nunca lo hizo! Nuestra preocupacién es ahoza entender a donde van las manos de st marido; si logramos entender eso, ientonces sabremos a donde ird su correa, sefiora! "La terapeuta continta su proyocacién, imperturbable, negando toda posibilidad de cambio y reforzando asi la capa- cidad de transformaciér. del sistema. Al final, la mujer estalla en lagrimas y se aleja bruscamente; al levantarse afirma que, aunque sea dificil, intentaré no atara nadie y menos aunaella misma. Siente que necesita mucho valor, pero finalmente tiene que conseguir ser una mujer adulta sin que ni su madre ni su marido la tengan amarrada. : Gracias al empleo del cinturén, la terapeuta logrd trastro- car la Imagen que en cierto modo los pacientes daban de si mismos: la terapeuta eligié, entre varias, una definicién dada pordJ.,“mesientoatado”, La dramatiz6 y poco a poco logrd que se hiciera insostenible continuar atrincherandose detras de ella. Esto redetinis de hecho las relaciones de los miembros de la familia. A diferencia de la simple drama:izacién, que consis- te en amplificar contenidos verbaleso analégicos ya conocidos por los pacientes, en este caso, como en los otros, el objeto ae aad Ree Re EL EMPLEO DE LA METAFORA 12 metaf6rico (y mas generalmentela metafora) tuvo un cardcter innovador. Su significacién es al arincipio misteriosa: se aclara amedida que los propios pacientes, y el terapeuta con ellos, le dan sentido y valor. En el caso presente, para emplear las expiesiones de nuestra pareja, el cin-urén es “su vida, en el fondo”, “la imposibilidad de encontrar otro companero, el departamento, la madre”; es igualmente ellazo forzado quelos obliga a seguir juntos sin saber silo quieren realmente. Intro- ducido en el contexta terapéuticc, el objeto metaférico “cintu- rén” es inesperadoy parece de per si incongruente. A la pareja le cuesta comprender fa relacién del cinturdn con lasesion, De ahi que otro efectc cel cinturdn sea introducir un elemento de confusién. Pero son precisamente la na claridad y la desestabi- lizacién de lasviejas definiciones y de las expectativas comunes que los pacientes tignen, los que abren una posibilidad de cambio. La terapeuta introduce siempre, hasta en la conduc- “cién de la discusiéa, la referencia al abjeto metaférico. A lo largo de una conversacién sécuencial y narrativa como lade los pacientes, la remisi6n constante al dbjeto metaférico parece il6gica, inoportuna y carente de relacién con el contexto. Por consiguiente, crea una confusi6n y un asombro que frustran progresivamente a las personas someticas a ellos (eneste caso los pacientes) y los impulsan a buscar, de manera més y mas intensa, una respuesta completa y exha stiva a sus preguntas. Sonporlo tanto los propios pacientes los que dan gradualmente las respuestas, mientras que la presenciaconcreta del objeto en Jasesion y la manera en que el terapeuta se refiere a éla cada instante mantiene y sostiene el proceso. Fuera de ello, coexis- ten dos posibilidades de comunicacidn: los pacientes deben comunicarse por mediacién del objeto y sobre el objeto, pero al mismo tiempo esta comunicaciin prede ser permanente- ‘mente negada. Enel caso de nuesiro ejemplo, shablan los pacientes de su tuacién conyugal o del cinturdn del pantalén que en ese momento los tiene atados? )__Hablarnegando que se habla, actuar negando quese actia, facilita la transmisi6n de contenidos que de lo contrario resul- | tan dificilmente comanicables y establece el marco paraddjico que abre una via al cambio.

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