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LA CASA DE MONEDA
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SANTIAGO DE CHILE

1743^1943

BIBLIOTECA NACIONAL

B1BL10TEU AMERICANA

"JOSÉ TüRIBIO MEDINA"


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SUPERINTENDENCIA DE LA CASA
DE MONEDA Y ESPECIES VALORADAS
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En la edición de esta obra han colaborado especialistas, técnicos y
artistas. Enprimer lugar debemos agradecer a don Maximiliano Salas
Marchan la redacción del Capítulo Primero y a don Julio Pérez Canto
el Estudio Histórico sobre el Circulante en Chile que forma el Capítulo
Tercero.
Los artistas Srs. Mori, Vargas, Manteóla, Cabezón, Venturelli y
Troncoso han contribuido con retratos. El cuidado de los detalles
del trabajo de impresión ha estado a cargo del Jefe de Talleres de Espe
cies Valoradas Sr. Javier Recabarren. Los grabados en acero y dibujos
han sido ejecutados por nuestros grabadores Srs. Philip, Moreno y Ma-
tthey. La parte fotográfica y las planchas de offset se deben al técnico
Sr. Riqué y a sus ayudantes Srs. Neyra y Vargas. La composición ha sido
hecha por el linotipista Sr. Salazar.
El libro representa los afanes del personal de Especies Valoradas;
pero su mayor valor está en la evocación del pasado: La Casa de Moneda
de Chile se fundó en el período Colonial. A ella se incorporaron las ideas
y principios sobre administración civil que España trajo a América con
su cultura. Durante dos
siglos, la tradición se ha mantenido y consoli
dado. Por las oficinas y talleres han pasado funcionarios y obreros. Cua
lesquiera que hayan sido su capacidad y la modalidad de su actuación^
nunca pudieron olvidar las
antiguas normas esenciales: disciplina, orden,
seriedad. Para los de ahora, la historia constituye, así, una ayuda de
inestimable valor.
Joaquín Marcó
Superintendente de la Casa de Moneda.

¡BIBLIOTECA NACIONALl
i BIBLIOTECA AMERICANA
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! "JOSÉ TOHIBIO MEDINA"
ÍNDICE
Pag.

'
Prólogo
I. Fundación de la Casa de Moneda 9
Capítulo
39
Capítulo II. Fundación de los Talleres de Especies Valoradas
III. Influencia de las Leyes Monetarias en la economía nacional
Capítulo
Pérez Canto 57
por don julio
IV. Leyes y decretos referentes a la Casa de Moneda 163
Capítulo
R. de Sar
Documento N.9 1. Fragmentos del libro del factor Vega
miento 177

Documento N.9 2. Real Cédula de la Fundación de la Casa de


Moneda 179

Documento N.9 3. Relación de los gastos sobre instalación de la Casa


de Moneda 191

Documento N.9 4. Tasación de la Casa de Moneda por el alarife de


de Chile 205
Santiago
Documento N.9 5. Toma de posesión de la Casa de Moneda por el
Presidente de Chile en nombre del Rey 213

Documento N.9 6. Reglamento Provisional de la Casa de Moneda. . 215

Documento N.9 7. Informe sobre dificultades para labrar moneda de


219
plata
Documento N.9 8. Inserta Real Pragmática sobre aumento con que
deben correr las monedas de oro 221

Documento N.9 9. Especies Valoradas en uso en 1944 22 5

Documento N.9 10. Oficio de la Superintendencia de la Casa de Mo


neda 231

Personal de la Superintendencia en l.9 de Octubre de 1943 233

Catálogo de las Monedas acuñadas en Santiago de Chile 245

7
FALTA DE CIRCULANTE EN CHILE DURANTE LOS SIGLOS
XVI Y XVII. DON FRANCISCO GARCÍA DE HUIDOBRO.
REAL CÉDULA DE 1.' DE OCTUBRE DE 1743. CONSTRUC
CIÓN DE LA PRIMERA CASA DE MONEDA EN SANTIAGO DE
CHILE. PRIMERA ACUÑACIÓN. CRITICAS Y RECLAMOS
CONTRA LA CASA DE MONEDA. INCORPORACIÓN A LA
CORONA DE ESPAÑA. ACUÑACIONES DURANTE LA COLO
NIA. INDEPENDENCIA DE CHILE. PRIMERAS MONEDAS NA
CIONALES. ESTABLECIMIENTO DEL SISTEMA DECIMAL. LA
'
CASA DE MONEDA DESDE 1851 A 1930.

Uno más graves problemas que afectaron a Chile


de los carencia de

durante casi todo el período de la Colonia, fué la carencia monedas EN

de monedas. Los conquistadores no las traían. Venían la colonia

con una capa


y una espada solamente, en busca de rique
za. Y menos podían encontrar monedas en la
población
indígena, que desconocía su uso e ignoraba el empleo de
los metales.
Luego descubrieron los españoles que el oro y algu
nos otros metales eran abundantísimos,
y, valiéndose del
esfuerzo de los indios, empezaron a extraerlos de las mi
nas. Pero, a
pesar de disponer de oro, plata y cobre, no
hubo propiamente monedas. Sin embargo, en documentos
primitivos, se menciona el peso oro, al que se atribuía el
valor de trece reales y ocho maravedises: era sólo una mo
neda imaginaria, ya que no se fundía ni marcaba el oro.
En su reemplazo, se utilizaba el oro en polvo en las tran
sacciones comerciales. Según Diego de Rosales, con oro
en polvo se
pagaban la carne, el pan, las frutas, las horta
lizas. (Siglo XVI).
Años después de su llegada, Pedro de Valdivia puso fundición
en movimiento una fundición, en la cual el oro se de oro
ensaya-
ba, se fundía en tejos o barretones de diversos tamaños, se
marcaba y se quintaba, o sea, se destinaba como contribu-
1 Este Capítulo es un resumen histórico con datos tomados, principalmente, de las obras de don
José Toribio Medina: "Las Monedas Chilenas" y "Las Monedas Coloniales de Chile", y de las Memorias
de la Casa de Moneda.

9
ción la Real Hacienda la quinta parte del oro tratado.
a

Con ello, se daba cumplimiento a disposiciones de la mo


narquía española. En varias ciudades, Santiago, La Sere
na, Concepción, Valdivia y Osorno, hubo estas fundicio
nes pobremente instaladas
y que no fueron, de ningún
'

modo, Casas de Moneda.


En los documentos de la Colonia, repercute el males-
importancia targeneral que oprimía a Chile por la falta de circulante.
de la casa Lima, emporio entonces de la América del Sur, contaba
de con su Casa de Moneda. A ella remitían desde Chile las se

moneda tejuelas de oro para que las devolviera transformadas en


de monedas. Así se procedía. Pero no se prolongaba la per-
lima manencia de ellas en el país, pues las obligaciones comer
ciales las retornaban pronto a Lima. La pobreza se exten
día y arraigaba, porque, sin monedas, los productos de las
minas y del campo, los artículos del comercio, los salarios
de los obreros, todo descendía a precio vil, y ahuyentaba
la posibilidad de holgura económica.
Desde fines del siglo XVI, empezó a transmitirse a
primeras España un doble clamor para levantar a Chile de su pos-
gestiones tración. Fué el primero, que se permitiese a esta Colonia
acuñar su propia moneda; y el segundo, que, para preve
nir la evasión del escaso circulante de que se disponía, se
le declarara aumentado de valor. Ambas peticiones fue
ron desoídas.

El Cabildo chileno no cejó en su empeño: presionado


por la necesidad, reiteró una y otra vez al Consejo de In
dias y al Rey su angustiosa solicitud de que se organizase
una Casa de Moneda en esta desvalida región, en que se ha

bían presentado casos de tal extremo de ausencia de circu


lante, que no se encontraba un real, situación paradógica
en un
país en que la extracción de metales era considera
ble. A su turno, España mantenía su negativa, porque
juzgaba que el desembolso que la creación de la Casa de
Moneda le irrogaba, no se compensaba con sus posibles
Documento N.? del libro del factor Rodrigo de Vega Sarmiento. Año 15Í7.
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Fragmento

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entradas, y sería institución de pérdida evidente para
una

las arcas reales. En las instancias de la Colonia para acuñar


sus propias monedas y en las providencias negativas de la

Corona, apoyadas en los informes adversos del Virrey del


Perú, transcurrieron el siglo XVII y principios del siglo
XVIII.
Una casual circunstancia puso término feliz a tan VIAJE A

prolongadas gestiones. En 1741, se encontraban en Espa ESPAÑA DE


ña dos vecinos prestigiosos de Santiago: don Tomás de A- DON TOMÁS

zúa, con poderes del Cabildo para renovar ante la Corte DE AZÚA Y

la urgencia de fundar en Chile la Casa de Moneda, la Uni DE DON

versidad y resolver otros asuntos, y don Francisco García FRANCISCO

de Huidobro, que viajaba por motivos de orden particu GARCÍA DE

lar. Afortunadamente, llegaron, en sus entrevistas, al a- HUIDOBRO

cuerdo de practicar ante el monarca los trámites en favor


de la Casa de Moneda, con la proposición de que el señor
García de Huidobro la organizaría con sus fondos perso
nales, precaviendo así todo gasto a la hacienda real.
El monarca, Felipe V, acogió favorablemente la fór EL REY

mula de don Francisco García de Huidobro, y el l.9 de FIRMA LA

Octubre de 1743, se dictó la Real Cédula de la creación cédula de


de la Casa de Moneda de Santiago de Chile, con la pre fundación
vención de que el Consejo de Indias la tomaría a sus órde en 1743
nes cuando así lo creyera conveniente. Al señor García

de Huidobro se le concedían el empleo de tesorero con


traspaso a sus herederos, y los emolumentos que rindiesen
las fundiciones.
Apresuradamente, empezó García de Huidobro las
complicadas diligencias de su grave compromiso. Duran
te más de un año, visitó la Casa de Moneda de Madrid,

indagando en detalle la técnica de la elaboración moneta


ria; hizo fabricar las herramientas y maquinarias que se
necesitaban y contrató dos especialistas que debían secun
darlo: tallador y práctico, don Manuel de Ortega, y en
sayador, don Joseph Saravia. Al fin, pudo emprender el
Documento N.9 2 -
Real Cédula de Funda de la Casa de Moneda,

11
viaje de regreso a Chile, vía Buenos Aires, a donde llegó
el 15 de Julio de 1745.
Ya en Santiago, hubo de
construir un edificio ade
PRIMERA cuado a las diversas secciones de la Casa de Moneda, que
acuñación se levantó en el mismo sitio que ahora ocupa el Instituto

en 1749 de Crédito Industrial, en la calle Huérfanos, y dotar cada


oficina con el instrumental requerido. Largo plazo de
moraron estas tareas preliminares, que se prolongaron
hastaAgosto de 1749. Pocos días después, el 10 de Sep
tiembre, se selló la primera pieza, una media onza con el
'
busto de Fernando VI.
Con júbilo se recibió en Chile la fundación de la Ca
sa de Moneda. El Presidente, don Domingo Ortiz de Ro

zas, el Obispo y el Cabildo expresaron al Rey el testimonio


de su gratitud. García de Huidobro comunicó al sobera
no que había puesto su empeño en que la Casa de Moneda

entrara en pleno ejercicio de sus labores para el beneficio

público y en servicio de Su Majestad; y le expresó que,


si su desvelo mereciera la real aprobación, sería el mayor
premio de su trabajo a que pudiera aspirar.
y logro
No obstante las manifestaciones de regocijo, luego
CRITICAS Y se levantó en contra de la Casa de Moneda la oposición

RECLAMOS de un sector público: el grupo de los comerciantes que


DE LOS adquirían el oro de las minas de Chile y lo exportaban al
EXPORTADO Perú, y ahora debían sufrir la paralización de su negocio.
RES DE ORO Como regía la ordenanza de acuñar en la Casa de Moneda
AL PERÚ todo el oro chileno, había prohibición absoluta para man
darlo fuera del reino. Cesaba de inmediato la ganancia de
los compradores de oro que lo revendían en Lima. Al ver
se perjudicados en sus intereses, abrieron campaña para

1 En Chile, no se acuñaron jamás monedas macucas o de cruz. García de Huidobro cumplió


de acuñar sólo moneda circular de cordoncillo y que reuniera las demás condi
fielmente su compromiso
ciones pactadas. no se sabe con
en España, tal vez a fines del siglo XVII:
Don Francisco García de Huidobro nació
de negros, que compraba
exactitud qué año. Joven aun, se trasladó a Chile, donde se dedicó al comercio
en

vendía utilidades. En 1737, casó en Santiago con doña Francisca Javiera


en la
Argentina y con grandes se

de Morando. Después de la fundación de la Casa de Moneda, que aumentó


considerablemente su fortuna,
donativos al erario para
fué creado Marqués de Casa Real, en 17!;. De 1767 a 1770, hizo cuantiosos
ayudar a pagar los gastos de guerra contra los indios; y refaccionó por
su cuenta la iglesia de San F™""
de
cisco. Al verificarse la incorporación de la Casa de Moneda a la Corona, se le reconoció la perpetuidad
su cargo de Tesorero; pero no se le canceló la suma en ella invertida. Fué el Gobierno de la República
1851, mandó abonar a sus herederos esa deuda, ascendente a $ 79.000, por maquinarias y
utensi
quien, en

lios. -
García de Huidobro falleció el 23 de Octubre de 1773.

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se restableciera la libertad de
que negociar el oro en otros
dominios españoles, y para que la Casa de Moneda, a la
que acusaban de fallas en sus procedimientos, pasara a
depender de la real hacienda.
Entablóse querella apasionada entre los adversarios
el rey de la Casa de Moneda y sus defensores, que lo eran las
reafirmó el autoridades y el pueblo en general, que ya apreciaba la
contrato importancia del mayor esfuerzo en el fomento del trabajo
con garcía de las minas, de más utilidades para los mineros, y de la
de ventaja común de que circulara el oro reducido a doblo-
huidobro nes. La polémica se elevó a la Real Audiencia, al Virrey

del Perú, que apoyaba al bando opositor, y al Soberano,


quien, previo examen sereno de la causa, en 20 de Junio
de 1752, desechó los alegatos del grupo adversario, y rea
firmó el contrato celebrado con García de Huidobro, que
manejaba la Casa de Moneda, ciñéndose a las prescripcio
nes reales.
Continuó la Casa en su trabajo, pero limitado de Oc
tubre a Abril de cada año, porque, siendo éstos los meses
en que se dedicaban los mineros a sus faenas, era el perío

do en que se disponía de metales. Como información de


las prácticas a que se ajustaba la Casa de Moneda en sus
actividades, se transcribe un fragmento de una carta di
rigida al Rey por García de Huidobro y don Martín de
Recabarren, Tesorero y Superintendente respectivamen
,

te, de la Casa de Moneda, en 20 de Abril de 1754:


El método que se observaba en la Casa, era que el Te
sorero recibía de los individuos particulares el oro en ba

rras que traen a labrar, quintado y ensayado por el ensa

yador de la Casa y del público, a quienes pagan los dtieños


su correspondiente importe; y luego que se ha juntado

cantidad bastante para la partida, hace manifestación de


ella en la sala de libranzas, ante el Superintendente y de
más ministros, con las solemnidades que previene Vuestra
Majestad en su Real Ordenanza, y tomada la razón de todo
en los libros ante el escribano, se le entrega al fundidor y

14
guardamateriales para afinarlo y aducirlo por cimiento
real, supuesto de que en todo ello es necesario hacer esta
operación: lo uno, porque la mayor parte es bajo de ley,
y lo otro por ser agrio; y a estas maniobras, que son dilata
das, no asisten los ministros mediante a que todas las mer
mas
y menoscabos del Tesorero hasta corren por cuenta
su total conclusión;
y luego que se halla fenecida y acuña
da la labor, la pasa el guardacuños a la sala de libranzas
y manifiesta al Superintendente y demás ministros toda
la moneda que ha producido la partida y se hacen por ca
da uno las operaciones y demás actos de su ministerio pre
venidos en las ordenanzas para justificar su peso y ley, y
hallándose estar conformes y arregladas al permiso, se
manda entregar al tesorero para que satisfaga a los intere
sados, procediendo al enteramienio y separaciones de las
'
monedas que se remiten a Vuestra Majestad.
En 1759, se renovaron los ataques a la Casa de Mo- nuevos

neda, emprendidos ahora por su similar del Perú, que le ataques


atribuía la merma que sufría en sus rentas. El informe a la casa de

que debió emitir el Presidente de Chile, don Antonio moneda

1 Las dificultades que García de Huidobro encontró el


para organizar funcionamiento de la Casa
de Moneda, pueden imaginarse recordando que Chile era en aquella época un
país muy pobre, falto de
técnicos, y los únicos artesanos que había, herreros, carpinteros, albañilcs,
-
etc. -
carecían de preparación.
Los cuños se trabajaban directamente en el acero con cinceles
y buriles, ayudándose a veces con
"estampas" para colocar la efigie del Rey y las inscripciones.
Aunque los metales principales, fierro, oro, plata, cobre y mercurio, eran conocidos en la
antigüedad, la metalurgia había progresado poco hasta el descubrimiento de América. En 1743, la
la refinación y la fundición del oro y de la
extracción,
plata se hacian según los procedimientos descritos por Agrícola
en De Re Metallica" (IJ30) y en el libro "Arte de los Metales", en que se enseña el verdadero
beneficio de los de oro y plata por azogue; el modo de fundirlos
todos, y cómo se han de refinar y apartar
unos de otros, compuesto por el Licenciado Alvaro Alonso
Barba, cura de la Imperial de Potosí, de la
parroquia de San Bernardo (1.? edición en Madrid 1639; 2.? edición Lima
en 1817). Bartolomé de Medina
en México y el Padre Barba habían
descubierto, independientemente, la amalgamación para extraer el oro
y plata de los minerales. Durante la Colonia del
a y principios siglo pasado, estos metales se producían
en marays . Aun
hoy se usa este método en Andacollo y en otras regiones auríferas de América Fl
maray consiste
piedra cóncava, encima de la cual va otra de forma esférica y de gran peso, movida
en una

mediante viga horizontal, a la que está sujeta con cordeles o lonjas de cuero. En la taza se coloca
una

minera chancado grueso, mercurio y agua. La piedra superior, como el mazo de un


almirez, muele el
mineral y el oro se amalgama, formando una
pella que se estruja en una tela o piel para extraer e! exceso
de mercurio y luego se calienta o quema
para conglomerar el oro en un botón.
Puede decirse que, hasta fines del siglo
pasado, los procedimientos metalúrgicos para los metales
preciosos no fueron modificados en forma fundamental. En 1SS7, Mac Arrhur y los hermanos Forrest
patentaron el empleo del cianuro de potasio para la extracción del oro, mejorando la recuperación y con
tribuyendo a un aumento enorme de la producción mundial.
El cloro, que fué descubierto por Scheele
1774, fué utilizado más tarde para la refinación de las
en
barras impuras de oro, procedimiento usado actualmente
por algunas de las Casas de Moneda más impor
tantes, como la del Canadá. La refinación electrolítica es aún más reciente.
En 1830, como consecuencia de una
_ investigación que se hizo en Francia sobre el grado de
exactitud del procedimiento de copelación, que se había usado hasta entonces
en todo el mundo para
ensayar plata, el famoso químico Gay-Lussac ideó el sistema de
ensaye por vía húmeda, empleado actualmente
En tiempo de García de Huidobro, todo el hacía
trabajo se a mano. Para la acuñación, se empleaba
un volante adquirido en España. Los hornos se calentaban con leña.
Desde antes de la Independencia y
hasta 1832, se emplearon muías para mover un
malacate, que accionaba los trapiches, laminadores y el horno
de recocer.

15
Guill y Gonzaga, favorable a la Casa del país y a la actua
ción eficiente de García de Huidobro, influyó, juntamen
te con la opinión de otros consejeros, en el ánimo del Rey,

para resolver que persistiera su estabilidad.


Algunos años después, por cédula de 8 de Agosto
incorpora- de 1770, el monarca dispuso que la Casa de Moneda se
ción a la incorporase a la Real Corona. Es posible que en esta deter-
real minación influyera la apreciación de las abundantes uti-
corona en lidades que reportaba, y que bien podían incrementar los
el año fondos del erario español. Por orden del Virrey del Perú,
1770 García de Huidobro hizo entrega de la Casa de Moneda
al Presidente de Chile, don Francisco Javier de Morales,
el 11 de Mayo de 1772, y se designó como su jefe, con el
título de Superintendente interino, al Conde de la Con
quista, don Mateo de Toro y Zambrano.
Durante los 22 años que García de Huidobro dirigió
la Casa, las cantidades de oro amonedadas ascendieron a
77.344 marcos, 5 onzas y 4 ochavos. (Aproximadamen
te, 17.789 kilos).
Por cambio de local y otras dificultades, hubo tar-

reanuda- danza en la reanudación de los trabajos de la Casa de Mo


ción de las neda, y sólo el 3 1 de Octubre de 1772, se enviaron al Vi-
rrey de Lima las primeras muestras de las nuevas
labores mone
3 4
das de oro: doblones y un escudo. Circunstancias va
rias amenguaban el rendimiento de la Casa, en compara
ción con la época de bonanza bajo la dirección de García
de Huidobro. Como no era la menor de ellas la insuficien
cia del local, hubo de llegarse a la solución de construir un
edificio con la amplitud y comodidad que el eficaz y rá-

N.? 3 Relación de los gastos efectuados por don Francisco García de Huidobro
1 Documento -

de la Casa de Moneda y hasta el dia en que principiaron los labores.


para la instalación

Tasación que hace el alarife de Santiago de Chile, a pedimento del Marqués


2 Documento N.? 4 -

de Casa Real, don Francisco García de Huidobro, de la Casa de Moneda.

3 Documento N.? í -
El Presidente de Chile da cuenta al Virrey del Perú de haber tomado posesión,
en nombre del Rey, de la Casa de Moneda.

4 Documento N.1? 6 -
Reglamento Provisional con expresión de! número de oficíales y dependientes
que han de servir en la Casa de Moneda de Santiago de Chile.

16
pido funcionamiento de la Casa requería. Aprobados los joaquin
planos delineados por el arquitecto don Joaquín Toesca, toesca

y cuyo presupuesto calculaba casi en $ 600.000, se ini


se proyectó el

ciaron las faenas constructivas el 30 de Abril de 1783. edificio


Años debieron transcurrir para que se terminara el edifi para la

cio, que la ciudad de Santiago pudo contemplar con or casa de


gullo, porque fué calificado de magnífico por nacionales moneda
y extranjeros. Es el que se ha convertido, en el correr del
tiempo, en la Casa Presidencial, conservando su antiguo
nombre La Moneda. En sus orígenes, el primer
piso se
destinó a las oficinas, y el segundo, a las habitaciones de
los empleados. Instalada en su nuevo local,
espacioso y
cómodo, pudo realizar sus operaciones la Casa de Moneda
con mayores facilidades.

Durante la dominación española, se acuñaron mone monedas


das de oro y plata, que llevaban
impreso el busto del mo acuñadas
narca reinante en el la
anverso, y inscripción Hispan-Et con la
Ind-Rex en el reverso. Aunque Felipe V fué el que
otorgó efigie de
a García de Huidobro la concesión de
apertura de la Casa los reyes
de Moneda de Chile, no alcanzó ésta a
ponerse en marcha
durante su reinado, y no quedó, por
consiguiente, su

efigie impresa ninguna moneda. Grabóse la de los reyes


en

que le sucedieron: Fernando VI (1746-1759), Carlos III


(1759-1788), Carlos IV (1788-1808) y Fernando VII
(1808-1817). España enviaba, generalmente, los cuños
respectivos.
Las monedas de oro se denominaban onza
(ocho es sistema
cudos) , media (cuatro escudos)
onza cuarto de onza
un
, monetario
o dos escudos, y escudo, o sea, un octavo de onza. Las de
en el
plata, real de a ocho o peso, cuatro reales (mitad de un período
peso) dos reales, un real, medio real y cuartillo, que se
,
colonial
labró en América por real orden de 30 de Abril de 1789.
Para la acuñación de las monedas,
regían disposiciones
detalladas de la monarquía, con ligeras variantes de una
época a otra. Las monedas de oro tenían ley de 22 quila
tes, y las de plata, 1 1 dineros. He aquí algunas
caracterís-

17
'
ticas de las acuñadas en el período de Carlos III:

Nonbre Módulo Peso

monedas de oro

Onza o doblón de 8 escudos .... 37.5 mm. 27.00 g.

Media onza o doblón de 4 escudos 3 0.5 mm. 13.50 g.

Cuarta parte de onza o 2 escudos 23 mm. 6.70 g.

Escudo 19 mm. 3.37 g.

monedas de plata

Peso duro o real de a ocho 39.5 mm. 27.00 g

Cuatro reales 35 mm. 13.50 g

Dos reales 27 mm. 6.70 g

Un real 21 mm. 3.37 g

Medio real 10 mm. 1.68 g

Todas las monedas tenían gráfila, cordoncillo y em


blemas especiales. De casi todas las monedas de la Colo
nia, se conservan ejemplares, como en la valiosa colección 2

que, tesoneramente, reunió don José


Toribio Medina.
la independencia de Chile, afloró la ne-
Asegurada
aprecia generalmente en "quilates". El oro tiene
monedas puro
1 La fineza del oro en joyas o en se
el de 12
18 quilates contiene 7Í0 milésimos y
oro
1000 milésimos de fino. El oro de
24 quilates o sea

quilates tiene milésimos.


500
era de 12 dineros.
El fino de la plata se indicaba en "dineros". La plata pura del
indicar el fino de a plata y
Se daba el nombre de "marco" a la unidad que servía para
de 4 granos. El "marco de plata fina se d.v.d.a en
oro. El "marco de oro fino" se dividía en 24 quilates
12 dineros de 24 granos cada uno. . , ,
8
La medida de peso "marco", que también se usó en
la Colonia, tema, para la plata, onzas,

64 ochavos, igual a 384 tomines, o 4608 granos.


equivalentes a
El
equivalente^ ^ ^ ^ i^,, equ¡yalia a ,„ casteIlanos> 400 tomines o 4800 granos. grano equiva

lía a 48 miligramos. La medida usual de peso "grano" equivale a 45.92 miligramos.


de plata, de 11 dine
Las monedas Coloniales más antiguas de oro tenían ley de 22 quilates y las
las monedas de oro a
ros Por Real Orden Reservada de 18 de Marzo de 1771, se mandó reducir la ley de
71
21 'ouilates (875 milésimos) y las de plata a 10 dineros 20 granos (902.77 milésimos).
^'1"e¿¡/.8,/taI1™,,Ieera elVúmero de piezas que se obtenían de un peso de oro o de plata determinado.

Informe del Superintendente, manifestando la dificultad que existe para labrar


2 Documento N.? 7 -

moneda de plata.
observe la inserta real
3 Documento N.O 8 -
Para que en los reinos de las Indias se publique y

sobre el aumento con que deben correr las monedas de oro.


pragmática

18
cesidad de sustituir el tipo de la moneda colonial por otra monedas de

que representase el nuevo gobierno de la nación. Por de UN PESO

creto del Supremo Director Delegado don Hilarión de la DE 1817

Quintana, de 9 de Julio de 1 8 17, se dispuso que la moneda


de plata tendría nuevo sello: en el anverso llevaría una es
trella y la inscripción Libertad Unión y Fuerza; y, en
el reverso, un volcán, una corona de laurel y la inscripción
Chile Independiente Santiago. Por no hacerse mención
-

alguna en este decreto ni del nombre, clase, valor, peso ni


ley de las monedas, se dejó, en el hecho, vigente el antiguo
sistema monetario. La única novedad a este respecto fué
la impresión de Un Peso por primera vez en Chile, en las
monedas que antes se llamaban de ocho reales. La falta de
moneda menuda, que imposibilitaba las pequeñas transac
ciones, obligó al Gobierno a decretar se sellara en senci
llo la sexta parte de todo remache, y que, si no estuviesen
listos los troqueles nuevos para las monedas menores, se
sellaran con los antiguos, mientras sancionaba el Legis
lativo el nuevo Estado. (6 de Febrero de 1824). Acuña
das con los nuevos troqueles chilenos, el Superintendente
de la Casa de Moneda pudo, al fin, entregar a la circula
ción monedas de Dos Reales en 1 827 y Ctiartillos en 183 3.
Por haber omitido también el decreto de Quintana PRIMERAS
referencia a las monedas de oro, se produjo la situación MONEDAS
anómala de que se siguieran acuñando monedas de este NACIONALES
metal con el busto de Fernando VIL La intervención del
General San Martín ante la Suprema Dirección Delegada,
representándole que práctica desdorosa dañaba la
esta

dignidad nacional y debía suspenderse de inmediato, y


que urgía la preparación de cuños para la amonedación
del oro, adecuados a la nación independiente, 8 de No
(
viembre de 1817), fué de resultado instantáneo: cesó la
elaboración de las monedas con la efigie de Fernando VII,
y, en 1818, ya se inició la distribución de las ajustadas a
los nuevos cuños chilenos. Fueron las siguientes,
que lle
vaban alrededor la inscripción El Estado-E) Chile Cons-

19
tit, Independiente en el el campo, dentro de
anverso, y, en

una corona de laurel, un sol radiante


que nace sobre la
cordillera de los Andes, entre dos volcanes en erupción,

A. ID 1 8 1 8 ; y, en el reverso, la inscripción Por la Razón,


o la Fuerza, y, dentro de una corona de laurel, una estrella

radiante de cinco picos, alumbrando una columna tim


brada de un hemisferio (árbol de la libertad) detrás de la ,

cual se ven dos banderas de Chile:

Nombre Módulo Peso

primeras Onza doblón de ocho escudos


o 37 mm. 27.00 g.
monedas Media onza o doblón de cuatro es-
nacionales cudos 31 mm. 13.50 g.
Cuarta parte de la onza o moneda
de dos escudos 22 mm. 6.75 g.
Octava parte de la onza o moneda
de un escudo 18 mm. 3.40 g.

Como un acto de justicia, se deja constancia del em

peño capacidad con que don José Santiago Portales


y
sirvió la Superintendencia de la Casa de Moneda en los
primeros años de la independencia nacional.
Por aquella época, preocupaba la atención del Go
bierno que no llegaran a Santiago los metales de oro y plata
que se extraían de las minas
de Coquimbo. Luego pudo
investigarse que ello provenía de que los mineros optaban
a causa de que su con-
por la exportación de sus metales,
1 Uno de los documentos más interesantes para apreciar
el atraso de Chile antes Independencia, de la
de 1796 al Ministro Diego de Gardoqui, en
es la Memoria que don Manuel de Salas dirigió el 10 de Enero
de la industria del
el estado de la agricultura, de la minería, y
c°™™°;
que reunió datos sobre cobre alcanzaba M'300-000
Salas dice que la producción de las minas de oro, plata y
de la colonia consistían en azúcar, tabaco y yerba. Los precios
de los productos P"0^
importaciones principales
eran bajísimos, debido a la falta de poder comprador del pueblo;
Una res en pié valía 10 pesos.
Un carnero, un peso.
Un tijeral de roble, dos y medio reales.
La arroba de vino valía de 8 a 12 reales.
La hanega de cebada se vendía a 3 reales.
La hanega de fréjoles, de 9 a 15 reales.

Da »Xndldc7de^aepobraeza deshile época, el bajo precio que


en esa
tenían las tierras
Chile
de

cultivo En 1771 los


jesuítas
cuando expulsados,
fueron fundos, que eran los más valiosos de
sus
Moneda adquirí >
s v ndiefon n mate y don Mateo
de Toro y Zambrano, Superintendente de la Casa
en Rancagua
de
considerada como la mas £
190 000- a nueve años plazo (con 5%) la hacienda de la Compañía, Las San
haciendas de Cunaco,
98.000 de cerros.
grande e importante, pues tenia
11.000 cuadras planas y
rematadas $ 16.100.-
José y Villagüe fueron
en

20
ducción a la capital originaba mayores costos y riesgos creacion

por la larga distancia que la separaba de aquellos centros de la casa

mineros. Para remediar este mal, el Presidente, General de moneda

don Francisco Antonio Pinto, dictó, el 27 de Septiembre DE

de 1827, un decreto que establecía una Casa de Moneda COQUIMBO


en la Serena,
dependiente de la de Santiago, con la obli
gación de ceñirse a las mismas normas de ésta en el
tipo,
ley y peso de la amonedación.
Los trabajos de la instalación empezaron en Enero
de 1828, y sus gastos ascendieron a la suma de $ 48,708.
Se la dotó de cuatro departamentos: uno para los volan
tes; otro para el blanqueo, el árbol de corte y cordón; el
tercero para las máquinas de tirar la
plata y el oro; y el
cuarto para la fundición. Fué designado su
jefe con el tí
tulo de Intendente don Gregorio Cordovez.
Se acuñaron en la Serena monedas de plata: pesos, MONEDAS
medios pesos y reales, que debían ser iguales a las de la ca ACUÑADAS
pital, con la sola diferencia de estampar en ellas, en lugar EN LA
de Santiago, Coquimbo. Los pobres elementos con
que fué SERENA

dotada, la redujeron a una vida precaria, a pesar de los


esfuerzos de su personal para incrementar su rendimiento.
En la imposibilidad de acoger las demandas de Cordovez
para traer de Europa o de los Estados Unidos las maquina
rias de que se carecía y de entonar su mísera
producción
monetaria, su clausura fué inevitable. Por decreto de 6 de
Diciembre de 1841, se dispuso que las máquinas, herra
mientas y útiles de esa Casa, enumerados en un inventario
subscrito por el Superintendente don Joaquín Tocornal,
se
traspasasen a la Casa de Moneda de Santiago, decreto
reiterado con fecha de 3 de Abril de 1845.
La moneda establecida por el decreto de
Quintana
en 1817, comenzó a ser falsificada
luego de haberse acu
ñado. A esta circunstancia de facilidad
para emitarla
fraudulentamente, se añadía otra no menos grave que iba
en contra de ella: ni sus
atributos, ni su diseño, ni su alto
relieve, ni lo tosco de su grabado causaban buena impre-
21
sión. Una y razón
alegaban para estampar una
otra se

nueva moneda nacional. El mismo


Superintendente de la
Casa de Moneda, don José Santiago Portales, fué el soste
nedor más ardoroso de este proyecto. La campaña logró
el éxito deseado. El 24 de Octubre de 1834, el Presidente
don Joaquín Prieto y su Ministro don Joaquín Tocornal
pusieron sus firmas en la primera ley que establecía la
'
moneda nacional. Dada su transcendencia, se copia a
continuación:
Santiago, Octubre 24 de 1834. 1117. Por cuanto - -

ley de 1834 el Congreso Nacional ha discutido y acordado el siguiente


proyecto de ley:
Art. 1 .' Habrá cuatro clases de monedas de oro, de
nominadas doblón, medio doblón, cuarto doblón y escudo.
Art. 2.9 Del marco de oro se sacarán ocho y medio
doblones, quedando así reducido el peso específico de cada
uno de éstos a siete ochavas y media, dos granos y dos

decimoséptimos de grano; y el del medio doblón, cuarto


doblón y escudo, a lo que proporcionalmente les corres
ponde.
Art. 3.9 La ley de las monedas de oro será de vein
tiún quilates.
Art. 4.* Cada doblón tendrá el valor de diez y seis
pesos, cada medio doblón el de ocho pesos, cada
cuarto

doblón el de cuatro pesos, y cada escudo el de dos pesos.


Art. 5 .9 El tipo de las monedas de oro será, por el an
verso, el escudo completo de las armas de la República,
circulado de la inscripción: República de Chile, con el año
de la amonedación, y en cifras el nombre del pueblo en
que fuere hecha. Por el reverso,
tendrá un libro que re
presente el de la Constitución y una
mano
puesta sobre
él con el lema: Igualdad ante la ley, las iniciales de los en
sayadores, la ley intrínseca del metal y la cifra de su di
visión.
Art. 6." Habrá seis clases de monedas de plata, deno-
de interés para nuestro patrio
I Hecho de tanta importancia casi coincidió con otro también gran
tismo: la ley que creó el Escudo Nacional, el 26 de Junio de 1834.

22
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j BIBLIOTECA NACIOílAL

| BIBLIOTECA AMERiCaNA
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minadas reales de a ocho o peso, reales de a cuatro, reales ley de 1834
de a dos, reales, medios reales y cuartillos.
Art. 7.9 Del marco de plata se sacarán en la amone
dación ocho y medio pesos, y cada uno de éstos pesará,
por consiguiente, siete ochavas y media, dos granos y dos
decimoséptimos de grano. Las demás monedas de plata
serán de un peso relativo a la proporción en que están
con los reales de a ocho.

Art. 8.9 La ley de las monedas de plata será de diez


dineros veinte granos.
Art. 9." Cada real de a ocho tendrá el valor de dos
cientos setenta y dos maravedís; y las otras cinco clases
de monedas designadas en el artículo 6.9, el que les co
rresponde en razón proporcional a su
peso.
Art. 10. Eltipo de las monedas de plata será, por
el anverso, el escudo de armas de la República, sin sopor
tes, circulado de un ramo de laurel, y la inscripción si
guiente: República de Chile, el año de la amonedación y
el nombre abreviado de la ciudad en que fuere hecha. Por
el reverso, tendrá un cóndor despedazando cadenas, con
el lema: Por la Razón y la Fuerza, las iniciales de los ensa
yadores, la ley intrínseca del metal y la cifra de su divi
sión.
Art. 1 1 Respecto que las monedas de
. a oro y plata
establecidas por los artículos precedentes son iguales en
ley y peso a las que hasta aquí ha tenido la República,
serán admitidas y circularán con el mismo valor en los
cambios.
Art. 12. Habrá dos clases de monedas de cobre, deno
minadas centavos y medios centavos.
Art. 13. Cada centavo pesará diez adarmes,
y la
mitad el medio centavo.
Art. 14. Ambas clases de monedas serán de cobre
refinado sin mezcla de otro metal inferior.
Art. 1 5 Cien centavos o doscientos medios centa
.

vos tendrán el valor de un


peso plata.

23
Art. 16. Las monedas de cobre
llevarán, en el an-
LEY DE 1834 verso, la estrella central del escudo de armas, con la ins
cripción -.República de Chile, y el año en que se amoneden.
Y, por el reverso, la expresión de su valor, un ramo de
laurel en forma circular, y el lema: Economía es riqueza.
Art. 17. Sólo será permitido emitir por ahora a la cir
culación hasta la cantidad de treinta mil pesos en moneda
de cobre, la mitad en centavos y la otra mitad en medios
centavos.

Art. 18. Se autoriza al Presidente de la República


para que determine, si lo considerase necesario, la canti
dad que deba admitirse en cobre en los pagos
legaímente
y transacciones mercantiles.
Y, por cuanto con la facultad que me confieren los
artículos 43 y 82 de la Constitución, he tenido a bien
aprobarlo y sancionarlo; por tanto, dispongo se promul
gue y lleve efecto en todas sus
a
partes como ley del Esta
do. PRIETO- Joaquín Tocornal.
A pesar de los vivos deseos del Gobierno y del celo
de Portales de acelerar en lo posible la acuñación de las
nuevas monedas, por motivo, sobre todo, de la tardanza en

el grabado, salieron de la Casa algunas en 1837, y las de


más, en 1838 y 1839.
La innovación más notable que se destaca en la ley,
moneda DE es la creación de la moneda de cobre. Desde antiguo, se
cobre venían haciendo notar las complejidades que engendraba
la carencia de numerario adecuado en los pequeños cam
bios. Las tentativas de introducir monedas de cobre no
sólo en Chile sino en todas las colonias españolas, para sub
sanar ese grave problema, habían fracasado. De Chile se

había elevado a la Corte la propuesta de emitir monedas de


cobre ya en 1 601 ,
arbitrio para allegar
si bien más como un

recursos al erario que como medio de liberar al comercio

de trabas engorrosas. Hubo tenaces arbitristas (defenso


res del arbitrio mencionado) que, en el siglo XVIII y
en

24
época de la independencia, propiciaron la amonedación de monedas de

cobre. Nada se obtuvo, a


pesar de los sanos propósitos y cobre

auténticas ventajas: prevalecían los conceptos rutinarios.


El fracaso de las posibilidades de acuñación de monedas
de cobre y la insuficiencia de los cuartillos de plata por
la escasez de su número como por su valor para utilizarlo
en las compras al menudeo, originaron una práctica que
fué consentida: los hacendados y comerciantes entrega
ban a sus empleados y clientela una especie de monedas
llamadas señas o mitades, fichas de piorno, cobre, lata o
suela, con sellos antojadizos, que salvaban las dificultades
de las transacciones o pagos reducidos, pero que daban lu
1

gar a abusos que perjudicaban a la gente pobre.


Fué de seguro beneficio para el país la circulación
de monedas de cobre de un centavo y medio centavo. Estas
piezas fueron acuñadas en Inglaterra en 183 5, por valor
de treinta mil pesos. Por decreto de 6 de Septiembre de
-

183 6, se fijó al centavo valor de un ochavo, o sea, de cen


tavo y medio, formando dos centavos un cuartillo o tres

centavos; y al medio centavo, el valor de medio ochavo


de real, o sea, cuatro medios centavos, equivalentes a tres
centavos.
Por haberse paralizado la acuñación de las antiguas
monedas y por la tardanza en iniciar la de las que debían
reemplazarlas, a causa de no estar listos los cuños, los pe
sos fuertes aumentaron en valor. A fin de evitar
que no
saliesen a la circulación, por decreto de 24 de Noviembre
de 183 8, del Presidente don Joaquín Prieto, se
dispuso
que las Tesorerías Fiscales recibieran y entregaran los pe
sos fuertes con el
premio de seis y cuarto por ciento.
Luego de dictada la ley de 1834, se empezó a repro
chársele defectos en los diseños de las monedas de oro.
Suscitaba especial reparo que, en el reverso,
apareciera una
mano posada en un libro, la
Constitución, lo que semeja-
1 A pesar de la existencia de monedas de
_ cobre, se persistió en la práctica ilegal de valerse de
senas o mitades hasta que el Gobierno, decreto de 26 de Octubre de
por 18S2, ordenó la abolición de este
abuso perjudicial y punible.

25
ba más atributo de juramento, apropiado para una me
dalla, pero no para una moneda. El Gobierno acogió las
observaciones, y, por decreto de 17 de Enero de 18 39,
dispuso la variación de reemplazar la mano por una esta
tua y los trofeos representativos de la República, a objeto

de dar a la moneda más hermosura y seguridad. Y, efec


tivamente, ganó en belleza la moneda, traspasando el in
terés de un libro abierto a la figura de la República.
El 18 de Agosto de 1843, en la presidencia de don
presidencia Manuel Bulnes, dictóse una ley que, sin alterar el tipo de
de bulnes las monedas corrientes, suprimía en absoluto la acuñación
de los medios pesos y disponía que la plata adquirida por
la Casa de Moneda se dedicase a la amonedación de pesos
fuertes o dinero sencillo, o sea, monedas de real de a dos,
un real o medio real. Suprimíanse los cuartillos, que ha

bían tenido escasas emisiones, y los medios pesos. Se auto


rizaba, también, la extracción de la moneda sencilla a los
países extranjeros, debiendo pagarse el uno por ciento co
mo derecho de extracción.
Desde algunos años atrás, se había venido notando
que, con pretexto de reconocer
las monedas, se las limaba
en el canto y aun se las cercenaba. Para poner atajo
a este

abuso, hubo de dictarse decreto que prohibía admitir en


las tesorerías y demás oficinas fiscales, moneda alguna de
oro y plata cuyo peso legítimo estuviera maliciosamente

defraudado. Por decretos de 5 de Diciembre de 1843 y 17


de Abril de 1844, se reiteraron las medidas en contra del
punible procedimiento de limar las monedas de oro.
Antes de abandonar la presidencia, don Manuel Bul-
una ley que a-
sistema nes promulgó, el nueve de Enero de 18 51,
Ello rm-
decimal justaba la moneda nacional al sistema decimal.
pilcaba un cambio completo en las monedas de
oro. Según
ley de 1851
la ley, habría tres clases de ellas, denominadas cóndor, do
blón y escudo, todas con ley de nueve décimos de fino y
dos
correspondientes, respectivamente, a diez, cinco y pe
sos de plata. Las de este metal serían
el peso, con peso de

26
veinticinco gramos y una equivalencia de cien centavos; ley de 1851
la de cincuenta centavos, la de veinte centavos, la de diez
centavos y la de cinco centavos, todas con ley de nueve
décimos de fino. En cuanto a las monedas de cobre, con
servaban su antigua denominación y valor.
Por decreto de 19 de Marzo del mismo año, se dis
puso que las monedas de oro tendrían, por el anverso, el
escudo completo de las armas de la República, rodeado
de la inscripción República de Chile, con el año de la a-
monedación y, en cifras, el nombre del pueblo donde fue
ren amonedadas. En el reverso, llevarían una estatua
y los
trofeos representativos de la República, cuya mano dere
cha descansaría sobre el libro de la Constitución,
puesto
sobre un pedestal; el lema Igíialdad ante la Ley y la cifra
de su división en pesos. La moneda mayor de oro, en
lugar
del cordón, tendría grabado con caracteres convexos el le
ma: Por la Razón o la Fuerza.

El tipo de las monedas de plata de valor de cien, cin


cuenta y veinte centavos, llevarían,
por el anverso, el escu
do de armas de la República, sin soportes, circulado de un
ramo de laurel
y la inscripción República de Chile, el lu
gar de la amonedación y la cifra de su división en centa
vos. La moneda
mayor se llamaría un peso y, por el rever
so, tendría un cóndor despedazando cadenas, con el lema:
Por la Razón o la Fuerza, y el año de su acuñación. El
tipo de las monedas más pequeñas sería el mismo, con la
diferencia de que, en lugar del escudo de armas, tendría
la de diez centavos, la
inscripción Un Décimo, y la de
cinco centavos, Medio Décimo.
Se estableció que la ley del oro, en milésimos, sería
de 875, y los límites del feble y fuerte, 872.4
y 877.6;
y para la plata, la ley, 902.8, y los límites, 899.3 y 906.3.
Hasta el año de 18 60, Chile no había tenido mone
da de oro de valor de un peso, como otros
1
países de Amé-
ca. El 28 de Julio de ese año, don Manuel Montt
1 Para
promul-
imaginarse la vida en Chile hasta la presidencia de Bulnes a mediados del siglo XIX, es con
veniente recordar algunas fechas. La "'Aurora de Chile", la primera publicación salió en 1812.
(sigue)
27
monedas de gó la ley que la mandaba sellar, con peso de un gramo
oro quinientos veinticinco miligramos, catorce milímetros de
DE un peso diámetro y con nueve décimos de fino. Por decreto de 20
de 1860 de Agosto, se determinó que, por el anverso, tendría la
estatua de la República, semejante a la que llevaban las

demás monedas del mismo metal, y, alrededor, en su parte


superior, la inscripción República de Chile, finalizada por
una estrella de cinco rayos; y, en la parte inferior, la cifra

del pueblo en que se acuñase. Por el reverso, tendría, en


el centro, la inscripción 1 Peso, y, más abajo, el año de su
amonedación, circulado todo por una rama de laurel y
otra de roble, atadas con una lazada por su parte inferior.
Más afuera, y, en la parte superior, la inscripción Igual
dad ante la Ley, terminada por una estrella.
Otros detalles de las monedas del sistema decimal:
Nombre Módulo Peso

monedas de oro

Cóndor 28 mm. 15.2 53gramos


Doblón 22 mm. 7.626 gramos
Escudo 17 3.05
(dos pesos) mm. gramos
Un peso 14 mm. 1.52 5 gramos
monedas de plata

Un peso 47 mm. 2 5. gramos


Cincuenta centavos 30 mm. 12.50 gramos
Veinte centavos 23 mm. 5 gramos
Un décimo 18 mm. 2.50 gramos
Cinco centavos 10 mm. 1.25 gramos

monedas de cobre

Un centavo 30 mm. 10 gramos


Medio centavo 22 mm. 5 gramos
barcos el Chile y elPerú, de 300
El 15 de Octubre de 1840 entraron a Valparaíso los prirneros_ a vapor:

primera línea telegráfica de Sud América entre Sant.ago y Valparaíso^ Moneda- se


las instalaciones de la Casa de Moneda,
1850, el Gobierno hizo importantes mejoras
en
En la fabrica Cav.
prensas p ara acuñar de
la firma J. F. Cail y Cié., y ocho laminadores de
adquirieron
También montó una pequeña máquina de vapor.
Paris. se

28
En años posteriores, debieron dictarse disposiciones monedas de

para cambiar y recoger la antigua moneda menuda de


plata en el

plata, y para que se generalizara la denominación de las período


nuevas monedas en el pueblo. Y, sin duda, para apresurar 1851-1895
el retiro de la circulación de las antiguas monedas no deci
males, se autorizó, por decreto de 8 de Julio de 1868, que
las oficinas fiscales las admitiesen por su valor nominal,
tanto las de plata como las de cobre que les fuesen entre

gadas en pago o cualquiera otra causa.


por
Desde que se dictó la ley que establecía el sistema
decimal hasta 1895, no hubo disposición alguna relativa
a las monedas de oro. En cambio, en ese mismo período,

una serie de leyes y resoluciones gubernativas se refirieron

a las monedas de
plata, alterando su tipo y, sobre todo,
sus leyes.

Se había notado diversidad en su tipo desde las de


cincuenta centavos abajo, en comparación con el peso.
El Gobierno, cediendo a las representaciones que sobre el
particular había formulado el Superintendente de la Ca
sa de Moneda, autorizó,
por decreto de 2 5 de Noviembre
de 1862, las variaciones que se le proponían, a fin de esta
blecer unidad entre las monedas de cien, cincuenta y
veinte centavos y hacerlas más durables: se darían nueva
forma al cóndor y más perfecta ejecución al dibujo. Pos
teriormente, se decretó el 5 de Agosto de 1864, se unifor
maran con las monedas anteriores las de 1 0
y 5 centavos.
Como hecho extraño, cabe reparar que el cuño de
todas las monedas de plata fué alterado a contar desde
1867, sin que haya constancia de nota del Superinten
dente de la Casa ni decreto del Ministerio de Hacienda.
En las modificaciones introducidas en la moneda de a pe
so, pueden citarse las siguientes: en el anverso, el escudo
nacional es más ancho en su base, sus contornos más des
tacados; la estrella tiene dos líneas circundantes en lugar
de una; el penacho de plumas es más recogido en su for
ma; los laureles son menos salientes. La expresión del va-

29
lor de la moneda se cambió del número 1 a la palabra
Un. En el reverso, la cabeza del cóndor se ve más distan
te de las extremidades superiores de las alas; el ángulo

formado por la plegadura de las alas es menos agudo y de


menos relieve la configuración, lo mismo que el cuerpo

del cóndor; en el escudo, se cuentan quince estrellas en


vez de catorce. La gráfila está formada de puntos y no

de líneas como antes.

En Junio de 1879, motivo de la guerra en que


con

guerra con se vio envuelta la nación, se acuñaron hasta dos millones

perú y de pesos en monedas de 20, 10 y 5 centavos, sin alterar


bolivia en el cuño, pero con ley de sólo cinco décimos de fino. Se
1879 declaró que estas monedas circularían por el término de
cinco años, al cabo de los cuales el Estado las redimiría
de 1 0 de Agosto de
por su valor nominal. Por otras leyes
1880 y de 20 de Enero de 1881, bajo la presidencia de
don Aníbal Pinto, se autorizaron nuevas emisiones de
moneda divisionaria de plata de un millón y millón y me
dio de pesos, respectivamente, con sujeción a lo prescrito
en Junio de 1879. A principios de 1887,
hubo necesidad
de dictar una nueva ley para hacer acuñar hasta quinien
con ley
tos mil pesos en monedas de diez y cinco centavos

de cinco décimos de fino. Cuatro años más tarde, l.9 de


Febrero de 1891, por decreto de don José Manuel Balma-
ceda, se disponía se acuñase hasta un millón de pesos
en

moneda divisionaria de plata, con ley de quince peniques


en 22 de del mismo año, hasta dos millo
Julio
por peso; y
nes de pesos con una dos décimos de fino y uno y
ley de
medio por ciento de tolerancia en el peso. Se comprendían
tres mil noventa
en esta autorización trecientos ochenta y

centavos ($ 383,098.80) que falta


y ocho pesos ochenta
ban para completar el millón de pesos fijados en
el decreto
de 1." de Febrero. -

Finalmente, el Presidente don Jorge


Montt promulgó, en 2 5 de Enero de 1892 y 3
de Agosto
total de
de 1893, dos nuevas leyes que autorizaban un
tres millones de pesos en las monedas
de veinte, diez y

30
cinco centavos, con ley de cinco décimos de fino. En la
dictación de estas leyes, influyó la exportación de las mo
nedas, por lo que hubo de promulgarse una especial que
la prohibía, bajo pena de comiso.
Las leyes de 2 de Febrero de 1892 y 15 de Julio de
1892 y decreto de 3 de Octubre de 1892, excluyeron de
la circulación las monedas emitidas con veinte por ciento
menos de peso y las de dos décimos de fino, y autorizaron

a las oficinas fiscales


para devolver y cambiar aquellas
monedas por las que poseían ley de 5 décimos de fino.
El primer dato que puede mencionarse sobre las mo- monedas de
nedas de cobre, es que, habiendo continuado en circula- cobre
ción las anteriores a las del sistema decimal de 1851, se
decretó el 27 de Julio de 1865 su total eliminación. Pero
también les llegó su plazo a las de 18 51: fueron desmone
tizadas en la presidencia de don José Joaquín Pérez. En
su reemplazo, se mandó acuñar una moneda de vellón,

compuesta de cobre, níquel y zinc, por ley de 2 5 de Oc


tubre de 1870. Se dan en seguida sus características esen
ciales:

Denominación y valor Diámetro Peso Aleación

Dos centavos 25 mm. 7 gr.


[Cobre 70%
Un centavo 21 mm. 5 gr. '

Níquel 20%
Medio centavo 19 mm. 3 gr. I Zinc 10%
Se concedían 15% de licencia en el peso, y 3 % en

la ley.
En cuanto a su tipo, sería, por el anverso, una figura
emblemática de la libertad, que ocupe casi todo el campo,
rodeada de la leyenda República de Chile, escrita en letras
mayúsculas; y, por el reverso, el valor de la pieza, escrito
en letras en el centro del campo, y separado por un círcu
lo de puntos de la leyenda Economía es riqueza; y al
pié,
el año de la acuñación. El Gobierno quedó facultado
para
31
emitir cincuenta mil pesos monedas de dos centavos,
en

treinta mil en monedas de un centavo,


y veinte mil en
monedas de medio centavo; en total, cien mil pesos. Al
gún tiempo después, se modificó esta ley, elevando a cua
renta mil pesos la emisión de monedas de un centavo, y

rebajando diez mil las de medio centavo, por ser ello más
a

conforme con las exigencias de la realidad. Naturalmente,


era de rigor recoger las monedas de cobre para que sólo

circularan las de vellón.


Cinco años más tarde, por ley promulgada por el
nuevas Presidente don Aníbal Pinto, se varió la aleación de las
monedas de monedas de vellón, determinando que debía ser noventa
vellón y cinco por ciento de cobre, y cinco de níquel. Todas las
demás disposiciones de la ley de 2 5 de Octubre de 1870
se dejaron subsistentes. (14 de Septiembre de 1875).
Para atender a los reclamos de algunas empresas que
necesitaban el medio centavo, entre ellas la compañía del
ferrocarril urbano de Valparaíso, se dictó, con la firma
del Presidente don Domingo Santa María, el 1 3 de Agos
to de 18 86, la ley que autorizaba la emisión de una mo

neda de vellón de valor nominal de dos y medio centavos,


la cual tendría veintisiete milímetros de diámetro y ocho
gramos de peso, con la aleación prescrita por
la ley de 3
de Septiembre de 1878 y con el tipo y tolerancia estable
cidos por la ley de 2 5 de Octubre de 1870, debiendo lle
var, en el centro del reverso, la denominación
de dos y
medio centavos, expresada en letras.
La moneda de dos centavos y medio alteró de hecho
el orden de las del sistema decimal. En su acuñación, se
violó la ley al estampar su valor con el quebrado 2/2 y
no en letras como estaba prescrito. Quizás por
esta razón

u otra, el pueblo la calificó de "ficha", y así


la nombraba.
En 1 89 5, el Presidente don Jorge Montt promulgó la
ley que disponía la acuñación de cien mil pesos en mone
da de vellón de dos y medio centavos y hasta cincuenta
mil en moneda de vellón de un centavo.
Como no
pesos
32
PALACIO DE LA MONEDA
EL EDIFICIO ANTES DE LA TRANSFORMACIÓN

PLANTA PRIMER PISO

ALAMEDA DE LAS DELICIAS

uz
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K
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2 E-
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CALLE MONEDA.
1 CASA DEL PRESIDENTE 3 OFICINAS.
2 MINISTERIO 4 TALLERES DE LA CASA DE MONEDA

BIBLIOTECA NACIONAL i
BIBLIOTECA AMERICANA

"JOSÉ TOR'iBtO MEDINA"


se
expresó en esa ley la aleación de las monedas, es de su
poner que se
aceptaba tácitamente la que fundía la Casa
de Moneda.
Desde 1878, venía arraigándose en el país el sistema
emisiones monetario de papel, que llegó a prevalecer sobre el régi-
de papel men de monedas metálicas. Como a las reiteradas emisiones

moneda de billetes, se aliaba el descenso del tipo de cambio de la


moneda chilena, el Gobierno juzgó imprescindible recur
so para detener esa caída, dictar una ley de conversión

metálica, que reemplazaba los billetes del Estado por mo


nedas de oro y plata y restringía las sumas de los billetes
bancarios. La ley es de 11 de Febrero de 1895, y lleva
las firmas del Presidente don Jorge Montt y de su Minis
tro de Hacienda don M. S. Fernández. Se transcribe lo

más esencial de su articulado:


Art. I.9 Desde el l.9 de Junio de 1895, el Estado pa
gará billetes a los que lo soliciten en las monedas me
sus

tálicas establecidas por esta ley. Estos billetes serán inci


nerados mensualmente.
Art. 2.9 Desde el 31 de Diciembre de 1897, el papel
ley de moneda del Estado será pagado a su presentación en las
conversión oficinas que designe el Presidente de la República, por el
metálica valor equivalente al peso de veinticinco gramos de plata
de 1895 y nueve décimos
de fino, con la moneda de oro estable
cida por la presente ley, y, desde esa fecha, quedará des
monetizado el billete fiscal.
Art. 3.9 Se autoriza al Presidente de la República,
acuñar hasta diez millo
por el término de tres años, para
a la presente
nes de pesos en moneda de plata con arreglo

ley, las pastas que fueren necesarias a este


y para comprar
efecto.
Art. 6.9 Los bancos garantizarán el valor total de su
emisión con depósitos, en la Casa de Moneda, de oro, bille
tes fiscales, bonos del Estado, bonos municipales a cargo
del Estado, vales de tesorerías, o bonos de bancos exclu
sivamente hipotecarios.
34
DOMINGO DE TORO HERRERA
Superintendente de la Casa de Moneda
1889-1897

I BIBLIOTECA NACIONAL
|
8I3L10TECA AMERICANA j
\ "mi TOHIS'O MEDUM"
Art. 8.9 Hasta el 31 de Diciembre de 1897, se limita ley

la emisión total de billetes de banco a la cantidad de vein- monetaria

ticuatro millones de pesos, distribuidos con relación al de 1895

capital pagado de los bancos.


Art. 9.9 Los bancos podrán usar en sus emisiones bi
lletes del tipo de veinte, cincuenta, cien, quinientos y mil
pesos. Transcurrido un año después de promulgada esta
ley, los actuales billetes de menor tipo no serán aceptados
en las arcas fiscales y no podrán mantenerse en circula

ción.
Art. 10. Habrá clases de moneda de oro, deno
tres

minadas cóndor, doblón y escudo, con la ley de 1 1 duodé


cimos de fino.
El cóndor tendrá el peso de once gramos noventa y
ocho mil doscientos siete milésimos de gramo (Gramos
11.98.207).
El doblón tendrá el peso de cinco gramos noventa y
nueve mil ciento tres cien milésimos de gramo (Gramos

5.99.103).
El escudo tendrá el peso de dos gramos noventa y
nueve mil quinientos cincuenta y uno cien milésimos de

gramo (Gramos 2.99.551).


Art. 11. La tolerancia enfeble y en fuerte de las
monedas de oro será dos milésimos en la ley, y, en el peso,
uno por mil en los cóndores, dos por mil en los doblones
y y, por pieza, quince miligramos novecientos
escudos;
sesentay seis milésimos de miligramo en el cóndor y el
doblón; y siete miligramos novecientos ochenta y ocho
milésimos de miligramo enel escudo.
Art. 12. El cóndor valdrá veinte pesos. El doblón,
diez pesos. El escudo, cinco pesos.
Art. 13. Habrá cuatro clases de moneda de plata:
una de cien centavos, que se denominará peso; y las otras,

de veinte, de diez y cinco centavos con la ley de ocho


cientos treinta y cinco milésimos de fino.
El peso de plata tendrá veinte gramos; la moneda de

35
ley veinte centavos, cuatro gramos; la de diez centavos, dos
monetaria gramos, y la de cinco, un gramo.
de 1895 Art. 14. La tolerancia en feble y fuerte de las mo
nedas de plata será de cuatro milésimos en la ley; y, en el
peso, de tres por mil para las monedas de un peso; de cin
co por mil para las de veinte centavos; de siete por mil

para las de diez centavos; y diez por mil para las de cinco
centavos.

La tolerencia en el
peso de cada pieza será de sesenta
miligramos para el peso; de veinte miligramos para las
monedas de veinte centavos; de catorce miligramos para
las monedas de diez centavos; y de diez miligramos para
las de cinco centavos.
Art. 1 5 En las monedas de oro se estampará el escu
.

do nacional, y, en el reverso, el busto de la República, y


emblemas o lemas accesorios, las palabras República de
Chile, el valor en letras y el año de la amonedación en
cifras.
En las monedas de plata, se estampará un cóndor;
en el reverso, una orla de laurel, dentro de la cual se ins

cribirá el valor en letras. También se estamparán emble


mas o lemas accesorios, las palabras República de Chile y

el año de la amonedación en cifras.


El Presidente fijará por una sola vez el modelo de
los cuños y el diámetro de las monedas de oro y plata.
Art. 1 6. La unidad monetaria será la vigésima parte
de un cóndor, o la décima parte de un doblón, o la quin
ta parte de un escudo, que se denominará peso.
Art. 20. Las libras esterlinas legítimamente selladas
en Inglaterra y Australia tendrán curso legal en Chile.

Su valor será de trece pesos y un tercio de peso.


Días más tarde, 23 de Marzo de 1 895, se dictó el de
creto que estableció los caracteres de las nuevas monedas.

Las de oro llevarían, en el anverso, el escudo nacional, y, en


su reverso, el busto de la República, las palabras Repúbli

ca de Chile, el valor en letras y el año de la amonedación

36
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i BIBLIOTECA «AClüWALj
BIBLIOTECA AMERICANA !
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1 uJ0S£ TORMO MEDINA'' i
en cifras. Las monedas de plata, en el anverso, un cóndor,
y, en el reverso, una orla de laurel, dentro de la cual
se

escribirían el valor en letras, las palabras República de


Chile y el año de la amonedación en cifras. El diámetro -

de las monedas de oro sería: el del cóndor, veintisiete mi


límetros; el del doblón veintiuno; y el del escudo, dieci
séis y medio. El de las monedas de plata, treinta y cinco
milímetros el del peso; veintiuno y medio, el de la moneda
de veinte centavos; diecisiete, el de las monedas de diez
centavos; y catorce y medio, el de las monedas de cinco
centavos.
Fracasada la ley de conversión metálica, el Presidente
don Federico Errázuriz promulgó, el 19 de Enero de 1899,
una ley que ordenaba la acuñación de moneda divisiona

ria de plata con ley de cinco décimos de fino y autorizaba


el curso legal de las anteriormente labradas.
Con fecha 3 1 de Diciembre de 1 9 0 1 en la Presiden ,

cia de don Germán Riesco, se creó una nueva moneda de


plata: la de cincuenta centavos, con las siguientes carac
terísticas: ley de setecientas milésimas de fino y peso de
diez gramos; veintiocho milímetros de diámetro, los mis
mos emblemas y leyendas de las monedas de plata de la

ley de 1 1 de Febrero de 1895; tolerancia en feble y fuer


te, cuarenta milésimos en la ley y cuatro por mil en el
peso. Por decreto posterior, se bajó la tolerancia de cua
renta milésimos a cuarenta diez milésimos.

El 21 de Agosto de 1925, la Misión Americana de creación


Consejeros Financieros que había sido contratada por el del banco

Gobierno, presentó el proyecto de fundación del Banco central


'
Central. Se estableció la unidad monetaria Un Peso con
un
equivalente de 0.183057 gramos de oro fino. (Decre
to-Ley 606 de 14 de Octubre de 192 5 y Ley 4111 de 31
de Diciembre de 1926, y Decretos N.9 21 de 9 de Enero
1 La Misión estaba formada por Mr. E. W. Kemmcrer, que la presidía, y por los señores:
H. M. Jefferson, H. L. Lutz, J. T. Byrnc, W. W. Renwick y Henry West. La legislación a que dio origen,
duró sin modificaciones hasta Julio de 1931, cuando se estableció el Control de Cambios Internacionales
y el país se vio forzado a abandonar el padrón de oro,
Se cometió un error aritmético al calcular el contenido de oro fino del peso igual a 6 peniques:
la cifra exacta es 0.1 8305963.

37
de 1926, N.9 515 de 13 de Abril de 1926, y N.9 72 de 18
de Enero de 1927).
Desde el año 1 891 hasta 1930, la Casa de Moneda ha
sido dirigida sucesivamente por los Superintendentes:

Don Domingo de Toro Herrera


Juan Antonio Orrego González
Aníbal Pinto Cruz
Belfor Fernández
Rodolfo Jaramillo
Alfonso Fernández
Alfonso Bulnes

En 1 89 5, se instaló un dinamo de 3 0 K¥ para sumi-


mejora nistrar la luz a la Casa Presidencial y a las oficinas y ta-
de las lleres de la Casa de Moneda. En 1915, se montaron moto-
instala- res eléctricos para la maquinaria, suprimiéndose
mover

ciones la máquina vapor


a de 100 HP, que existía desde el últi
mo tercio del siglo XIX. En 193 0, se procedió a la trasla

ción de la Casa de Moneda al edificio que ocupa actual


mente en la Quinta Normal.

38
IUAN ANTONIO ORREGO GONZÁLEZ
Superintendente de la Casa de Moneda
1897-1921

| BIBLIOTECA NACIONAL
BIBLIOTECA AMEKlCAM

'.JOSÉ T0RI810 MEDINA'


FUNDACIÓN DE LOS TALLERES DE ESPECIES VALORADAS.
LA INDUSTRIA DE LOS BILLETES DE BANCO. EVOLUCIÓN
DE LA TÉCNICA. DESCRIPCIÓN SUMARIA DE LOS PROCEDI
MIENTOS USADOS EN LA IMPRESIÓN DEL PAPEL MONEDA
DE CHILE. PRODUCCIÓN DE BILLETES EN CHILE. INCOR
PORACIÓN DE LOS TALLERES DE ESPECIES VALORADAS A
LA SUPERINTENDENCIA DE LA CASA DE MONEDA. ORO
RECIBIDO POR LA CASA DE MONEDA DESDE 1931. ACAPA
RAMIENTO DE LAS MONEDAS DE PLATA. MONEDAS DE UN
PESO DE CUPRO-NIQUEL. NUEVAS MONEDAS DE COBRE.
ACUÑACIONES EN 1942 Y 1943.

La construcción
para los Talleres de
de los edificios FUNDACIÓN
'
Especies Valoradas fué iniciada en 19 14. Chile importaba DE LOS
entonces los billetes, sellos
postales y otros impresos de TALLERES
valor que necesitaba. En 18 54, Perkins, Bacon & Co. de DE ESPECIES
Londres habían grabado e impreso la primera
estampilla VALORADAS
postal chilena. (Se usaban en Inglaterra desde 1840).
La impresión de Billetes de Banco es una industria
muy especializada. En el mundo existe una veintena de
establecimientos destinados a este objeto; la mayor parte
son plantas de
propiedad fiscal o que fabrican exclusiva
mente el papel moneda
para ciertos Bancos de Emisión.
Las grandes firmas: American Bank Note Co. de New
York, Waterlow y de la Rué de Londres y Orell Füssli de
Zurich, tienen monopolizado el negocio de los billetes en
1 Manuel Rivas Vicuña, Ministro de Hacienda de don Ramón Barros
Luco, obtuvo el despacho y
promulgación de la Ley N.<? 2761 que arreglaba el servicio relativo al
impuesto sobre el tabaco.
En el N.v 9 del articulo transitorio del Decreto
que reglamentó el impuesto al tabaco, se con
sultaban fondos para establecer una Fábrica de
Especies Valoradas. Sucedió Pedro García de la Huerta
a Rivas Vicuña en el Ministerio de Hacienda y, a este, lo sucedí
yo que desempeñé el Ministerio desde el
I! de Junio de 1S13 hasta el 16 de Noviembre del mismo año.
En aquella oportunidad vino al país Agustín
Edwards, que era Ministro de Chile en Inglaterra,
me trajo un presupuesto completo y detallado de las maquinarias que convendría adquirir para establecer
en el país la Fábrica de Especies Valoradas. Traía también un contrato ad-re£erendum con un técnico
especialista que viniera al país a instalar la maquinaria y a enseñar su manejo a obreros chilenos.
El Ministro García de la Huerta dejó separados los fondos destinados
para este objeto en la Ley
de Tabacos y, aprovechando esta circunstancia, se
giraron inmediatamente los fondos para pagar las maqui
narias yel traslado del técnico.
Quedó así en marcha la fundación de la Fabrica cuyo terreno y planos elegimos en compañía de
Edwards.
el edificio se construyó, las maquinarias el técnico
>
y llegaron
y, no sin vencer muchas dificultades, la Fabrica fué una realidad y, los hechos han
probado que fuimos
nosotros los que tuvimos razón y no los impugnadores.
Así nació la Fábrica cuya existencia legalizó don Luís Claro, Ministro de Hacienda de
Sanfuentes,
en 1918 cuando yo desempeñaba el Ministerio del Interior.
De la carta de don Arturo Alessandri Valma al la
Superintendente de Casa ¡le Moneda, señor
Joaquín Marcó F., de Í4 de Octubre de J943.

39
aquellos países de fábricas propias.
que no disponen
La importancia o el volumen de la producción de
IMPRESIÓN esta industria puede estimarse considerando que los bille

DE BILLETES tes de un dólar, de una libra o el nacional argentino, son

DE BANCO renovados o retirados de la circulación dentro de períodos


medios inferiores a 12 meses.
La instalación y la organización de una fábrica de
billetes no puede hacerse con la misma facilidad que exis
te, en general, para implantar una nueva industria: el
personal especializado en la técnica de estos trabajos se
ha formado y se encuentra únicamente en aquellos pocos
planteles; el control y la dirección necesitan basarse sobre
una tradición de disciplina y de cuidado de los detalles

que sólo del tiempo y de la experiencia pueden obtenerse.


En la América del Sur, la Argentina y Chile son los úni
cos países que fabrican sus billetes.

El Billete de Banco debe reunir ciertos requisitos que


la experiencia ha demostrado hacen más difícil su imita
ción. Los valores antiguos, aunque muy sencillos, no eran
falsificados a menudo, porque el conocimiento de las ar
tes gráficas pertenecía a unos pocos, y porque era difícil

procurarse las máquinas y herramientas del oficio.


Las
imitaciones se hacían en tirajes pequeños a mano. La in
vención de la litografía, a principios del siglo XIX, y
la vulgarización de los métodos de reproducción fotográ
ficos, más tarde, hicieron posible, con relativa facilidad,
la falsificación de dibujos complicados, de líneas finas y
'
hasta de las marcas de agua.
El progreso enorme de la técnica gráfica moderna ha
hecho el problema de evitar las falsificaciones de va-
que
del siglo XIX los impresos se hacían por el procedimiento tipográfico, usándose veces,
a
1 Antes
para ilustraciones, el grabado en cobre.
las _ .

industrial demoro
En 1796 Aloysius Senefelder inventó la litografía; pero su empleo en forma
más importantes
hasta 1810 en Inglaterra, 181! en Francia y 1828 en los Estados Unidos. Entre las mejoras
mencionar la inventada
en la técnica gráfica originadas a principios del siglo pasado hay que estereotipia,
en 1800 y perfeccionada por David Bruce en los Estados
Unidos en 1813.
por el Earl Stanhope
en Inglaterra moldes.
Al hijo de este inventor debe en 1838, la primera máquina práctica para fundir tipos con
se

En 1841 se publicó un mediante planchas preparadas por galvanoplastia. Pero el descubrimiento que
libro
William Henry
revolucionó las artes gráficas fué el de la fotografía. En 1839, trabajando separadamente,
Fox Talbot y Louis Jacques Mandé encontraron la
Daguerre- latente. El fenómeno fue utilizado por
imagen
Daguerre para hacer reproducciones en planchas de plata pulida, llamadas daguerrotipos, que tuvieron gran
uso hasta 18S4. Talbot logró producir negativos para la reproducción múltiple, dando asi origen al
Talbot en 1844;.
proceso fotográfico que conocemos. (Las palabras positivo y negativo se emplearon por

40
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evolución lores alcance una gran importancia y preocupe a las auto-
de la ridades de todos los países.
técnica El papel moneda más seguro será aquel que necesite
gráfica para su reproducción equipos fotográficos y de impresión
más costosos y perfeccionados, conocimientos técnicos

más amplios y que obligue al falsificador a efectuar reto


a mano.
ques
La combinación de los colores los billetes de Ban
en

co tiene por objeto evitar la reproducción completa de

los dibujos o diseños mediante la fotografía.


Cuanto más difícil sea la separación de los varios
colores usados, aún mediante filtros y sirviéndose de pla
cas fotográficas de gran sensibilidad colorimétrica tales -

como las pancromáticas más complicada será la emisión


-

de billetes falsos.
En la producción de papel moneda se utilizan todos
los procesos de impresión conocidos. Algunos países -

Francia, por ejemplo imprimen sus billetes en tipogra


-

fía. Los Estados Unidos utilizan simplemente la impre


sión en fondos de colores. Inglaterra imprime
acero, sin
los billetes de alto valor en tipografía, y para los de diez
shelines y una libra esterlina usa un procedimiento mixto
de grabado en acero y de fondos en offset. En Chile los
billetes se imprimen por tres procedimientos: grabado en

acero, tipografía y offset.


En 1914 Chile adquirió billetes y sellos postales en

el extranjero por un valor cercano a $ 700.000.- oro de 18

peniques.
El costo de los edificios, maquinarias, etc., cuando el
establecimiento se inauguró, en 1916, fué de $ 781.414.67
oro de 18 peniques. En los años siguientes se pudo
com

probar la economía y las ventajas que los Talleres de Es


pecies Valoradas representaban. Actualmente sería impo
sible mantener el complicado sistema de tributos fiscales,
si fuera necesario importar las 5 00 especies valoradas di-

42
ferentes que en el país se emplean y que hay que mantener evolución

en existencia en las Tesorerías Fiscales. DE LA

Por el mil de billetes que se importaban se habían pa TÉCNICA


gado 7.50 dollars por los tipos de mayor circulación y has GRÁFICA
ta 60 dollars por los de denominaciones altas. El costo de

los billetes fabricados en Chile fué disminuyendo progre


sivamente hasta llegar a la séptima parte de aquellos.
El personal de la nueva fábrica en 1916 fué el si
guiente:
Director Sr. Ignacio Ugarte Ovalle PERSONAL

Jefe de Control Sr. Florencio Brieba EN 1916


Director Técnico Sr. John Macdonald

2
Técnicos ingleses:
Arthur Attwood Barns -

William Cromack -
F. Rowe
G. Stevens -
E. Brenchley -

H. J. Green F. W. Pascall -

W. J. Thompson -

James W. Philip

Ayudante del Grabador Ulises Gutiérrez


Oficina Luis Rodríguez Velasco
Oficina Roberto Von Holt

Personal de operarios:

José Castelli Pedro Le Mebel Javier Gómez Roberto


- -
-

Soto Juan Rebolledo Luis Venegas Domingo Araya


- -
-

Julio Ramírez Luis Marchant Moisés Avila Manuel


-
- -

Opazo David Castro Arturo Hervías Ricardo Vidal


- -
-

Pedro Cárdenas Vitelio Meneses Humberto Moccia


- -

Roberto Moneta Hernán Boza Máximo Valenzuela


- -

Julio Alcaráz Alejandro Moya Samuel Oyanedel


- -

Avelino Contardo Armando Orellana Juan Mora -


-

Osear Palma Jorje Moya Luis Triviño Víctor Marfull


- - -

1 Documento N.*? 9 "Especies Valoradas


-
en uso en 1944".
2 En 1920 permanecían aún tres técnicos contratados, quedando desde 1932 solamente Mr. Philip,
actual Jefe del Departamento de Grabado.

43
personal Humberto Opazo Emiliano Zúñiga Humberto Vidal
-
-

en 1916 Gregorio Rodríguez Armando Espejo Aurelio Muñoz


- -

Manuel Aguilar Manuel Díaz Pedro Vásquez Emilio


-
-
-

Balbontín Alfredo Alvarez Lorenzo Pugazón Víctor


- -
-

Solimano Sandalio Sepúlveda Fernando Castillo José


- - -

Lavin Rodolfo Valdivieso


-

Juan Solis Fidel Pacheco - -

Armando Olea Cipriano Garcés


-
Carmen Garay -

María Reyes

En 1943, veintisiete añosdespués, no obstante el in


cremento de la producción, el personal ha aumentado en

diez operarios, resultado posible mediante cambios en los


métodos de trabajo y por la instalación de maquinaria
más eficiente.
Los billetes son impresos por el procedimiento de
descripción grabado en acero o talla dulce. En forma sumaria, la fa-
sumaria del bricación se plancha matriz en acero. El gra-
inicia con la
procedi- bado en talla dulce exige un aprendizaje largo y el domi-
miento nio de una técnica complicada. El grabador delinea las
usado en la figuras en una plancha de acero blando y procede a dar
impresión los primeros cortes de buril o tallas en el sentido de la
de los forma y de acuerdo con las exigencias del dibujo. Poco a
billetes en poco, mediante cortes intercalados, acentúa y
modela las
chile figuras. La limpieza y la seguridad de los trazos son de
gran importancia; nunca las líneas deben
unirse o perder
el tabique de separación.
Los de buril son más o menos profundos y así
cortes

el grabado en acero es el único procedimiento que permite


obtener impresos con densidades de tintas diferentes en
las varias partes de las líneas.
Se comprende que motivos grabados al agua fuerte
con áci
o por otros procesos en que el ataque de las líneas

do se hace más o menos uniformemente, no puedan dar la


seguridad contra falsificaciones que ofrece el grabado en

talla dulce.
El tipo de grabado de los billetes de Estados Unidos

44
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XV.

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¡BIBLIOTECA NACIONAL
BIBLIOTECA AMERICANA

L "JOSÉ TORIBIO MEDINA"


y de los billetes de España es considerado como el más
difícil de reproducir.
La terminación de la plancha matriz de un billete
descripción demora varios meses. Cuando se han hecho todos los re
sumaria del toques necesarios se procede al templado o endurecido,
PROCEDI calentándola a una temperatura superior a la del punto
MIENTO crítico del acero (más de 900°C) y enfriándola brusca
USADO EN LA mente en un baño de aceite. El calentamiento se hace en

IMPR.ESIÓN ausencia de aire para evitar la menor oxidación. El temple


DE LOS es una operación muy delicada, pues la plancha no debe

BILLETES EN deformarse. El grado de dureza del acero se controla en


CHILE el Laboratorio. Excesiva dureza puede contribuir a la
quebradura de la plancha en las operaciones posteriores.
El billete grabado en hueco en la plancha matriz
endurecida, se reproduce en relieve sobre la superficie de
un rodillo de acero blando de 8 a 1 0 centímetros de diá

metro. Este rueda sobre la plancha sometido a una gran

presión en una máquina especial; todos los detalles del


grabado se obtienen así con la misma dimensión y pro
fundidad que el original.
El rodillo se endurece o se templa a su vez y sirve
para colocar por presión en las planchas
de acero que van
a las prensas de imprimir, 6, 8 o más billetes.

Mediante un proceso electrolítico se prepara una


plancha con el número de billetes que se imprimirán en
el pliego de papel. La plancha tiene las figuras en relieve
y cada billete es una reproducción exacta
de la matriz
original. Un procedimiento electrolítico similar al que
se emplea para las matrices de discos de fonógrafo, per

mite preparar después un número cualquiera de planchas


son de cobre revestidas
para las prensas. Estas planchas
de cromo y resisten tirajes tan altos como las planchas
de acero templado. Obsérvese que todos los depósitos gal
vanoplastias se hacen sobre metal, no usando ceras o
para evitar distorsión de
líneas o variaciones de
plásticos
tamaño de los billetes.

46
PRESIDENTE GENERAL CARLOS IBAÑEZ
Firmó el Decreto de fusión de la Casa de
Moneda con los Talleres de Especies
Valoradas. _

i BIBLIOTECA NACIÓN Al

j BICL'OTECA AMERICANA

1 "JOSÉ T0RI8I0 M£DI?: .


Las
planchas electrolíticas o las de acero, destinadas
descripción a las prensas de impresión,
se
cepillan y ajustan en máqui-
ñas especiales. En estos
sumaria del
trabajos se usan tolerancias muy
procedí- bajas, centesimos de milímetro. Para reducir los costos,
miento las planchas se terminan de acuerdo con dos o tres nor-
usado etc. mas
para tamaños y espesores.
Las planchas para impresión en talla dulce deben
resistir la fricción de los limpiadores y de las tintas, de
manera
queposible imprimir con nitidez 100 mil o
sea

más pliegos de papel. Las planchas de acero usadas en las


prensas rotativas son templadas o revestidas con cromo,
un metal más duro
que el acero. El temple de las plan
chas produce a veces deformaciones y requiere un mayor
cuidado que el cromado. Las planchas para imprimir bi
lletes en las máquinas planas son todas cromadas.
Las tintas para billetes contienen materiales de la
mejor calidad y pigmentos que deben permanecer inalte
rables bajo la acción de la luz, del aire, de la humedad, etc.
Además no se admiten en estas tintas, granos o par
tículas duras que pudieran rayar o desgastar las planchas
de impresión.
El proceso talla dulce consume una gran cantidad
de tinta: 90 por ciento de ésta se pierde en los paños lim
piadores. La preparación o mezcla de los colorantes, del
aceite de linaza, barnices, etc., se hace en molinos con ro
dillos de granito o de fierro refrigerados interiormente.
El papel se humedece antes de la impresión, siguien
do un procedimiento fijado por la experiencia. Se com
prende la importancia que tiene para la mojadura, el gra
do de encolado del papel. Para llegar a resultados iguales
se exige uniformidad en la calidad del papel.

La impresión se hace entintando toda la superficie


de la plancha, mantenida a cierta temperatura mediante
calentadores eléctricos. Los trapos limpiadores friccionan
la superficie y la limpian, dejando la tinta únicamente
dentro de las tallas o líneas. Luego se coloca el pliego de

48
PABLO RAMÍREZ
Ministro de Hacienda que decretó la fusión de la Casa de Moneda
con los Talleres de Especies Valoradas.

BIBLIOTECA NACIONAL]
BIBLIOTECA AMERICANA j
",IOP.r TOfliRin MFOIM.-" I
papel húmedo y se aplica la presión del cilindro de la pren
sa. Así se obtienen en el proceso talla dulce, líneas con
menor cantidad de tinta,
mayor o
según sea la profundi
dad del grabado.
Los fondos de las líneas de colores
protección, o sea

descripción que se imprimen bajo el grabado en acero mediante pro-


sumaria del cesos tipográficos o de offset, tienen por objeto dificultar

procedí- la reproducción fotográfica de la plancha principal del


miento billete. Estos fondos se usan en casi todos los países, ex-
usado etc. ceptuando los Estados Unidos.
Para seleccionar los colores de los fondos es necesa
rio conocer la teoría de los procesos fotográficos y la sen
sibilidad de las placas a los diversos colores.
Los billetes son revisados para evitar la emisión de
piezas defectuosas o con errores en la numeración. En ca
da Departamento se lleva un Registro o historia diaria de
las series, números, etc., examinados.
La capacidad de los Talleres es suficiente para abas
tecer las necesidades del país.

En los últimos años la producción de billetes ha sido:

PRODUCCIÓN 1932 13.642.000 billetes


DE BILLETES 1933 38.230.000 billetes
EN CHILE 1934 8.200.000 billetes
1935 8.246.230 billetes
1936 10.090.000 billetes
1937 20.700.000 billetes
1938 24.15 5.400 billetes
1939 12.000.000 billetes
1940 20.804.000 billetes
1941 22.443.800 billetes
1942 22.612.000 billetes
1943 37.752.200 billetes

La Ley 3371 de 10 Mayo de 1918 dio organización


permanente a la Dirección General de Especies Valoradas.
50
El Decreto 3 67 de 2 5 de Febrero de 1919 estableció el
Reglamento del servicio.
El Decreto-Ley 3071 de 3 1 de Diciembre de 1927 in FUSIÓN

corporó los Talleres de Especies Valoradas a la Superin DE LOS

tendencia de la Casa de Moneda. El Decreto 4606 de 23 TALLERES

de Octubre de 1928 reglamentó la nueva organización. DE ESPECIES

En 1929 se inauguró el edificio de la Casa de Mone VALORADAS

da en la Quinta Normal. Desde ese año la oficina también CON LA CASA

fabrica las placas para patentes de vehículos, habiendo DE MONEDA

sido encargada de esa función por el Decreto 4398 del 4


de Septiembre de 1928.
La reorganización del servicio originó una econo
mía de personal. Desde 193 0 hasta 1941 el número de
operarios fué mantenido invariable en 126; pero en los
últimos años ha sido preciso tomar personal extraordina
rio para las órdenes de monedas que se contrataron, y
actualmente, a fines de 1943, la Superintendencia ocupa
a 280 personas.
había iniciado en 1931
La crisis económica que se

contribuyó a poner en actividad la explotación de las mi


nas de oro. La Casa de Moneda
procedió a recibir libre
mente el oro que se le
presentaba y a entregar en canje
monedas de oro con igual contenido de fino.
En 1932 los especuladores retiraron de la circula RETIRO

ción las monedas de plata, cuyo valor intrínseco había DE LAS

llegado a superar el valor nominal. Hubo un atraso en el MONEDAS DE

despacho de las leyes monetarias, que la situación exigía, PLATA

y fué preciso emitir billetes del tipo de Un Peso emplean


'
do papel nacional.
En 193 3 la Casa de Moneda acuñó la nueva moneda
1 Es interesante dejar constancia
de la falta de visión de la Misión de Consejeros Financieros
^ que
organizó las finanzas chilenas en 192Í,
presidida por Mr. E. W. Kemmerer.
la exposición de motivos, sobre el artículo 10 de la
En
Ley decían: "Salvo durante un breve
período, durante la guerra mundial e inmediatamente después de ella, el precio de la plata desde 1891 no
ha sido tan alto que haya amenazado a dichas monedas con la fundición. Por
consiguiente, el peligro de
que estas monedas puedan en lo futuro ser fundidas, es bien remoto. No obstante, si ello
ocurriere, no
serían graves las consecuencias, porque se prohibiría inmediatamente la fundición
y exportación de las
monedas de plata, y el Gobierno procedería rápidamente a la reacuñación, reduciendo el contenido de
plata
fina de todas las monedas de ese metal. El señoreaje
percibido por esta reacuñación sería suficiente para
cubrir todos los gastos y dejaría al Gobierno una ganancia apreciable".

51
KILOS DE ORO FINO RECIBIDOS
POR LA CASA DE MONEDA

3400

3200

3000

2800

2600

2400

2200

2000
o
z
¡Z
1800
O
ce
O
u¿
1600
O

o 1400

*
1200

1000

800

600

400

200

:
LAVADEROS CHAFALONÍA
Y MINAS

bmioTKCA nacum
HiijLiOt'ECA AMERICAN.

jítót mfllBIO MEDINA'


de Un Peso de cobre-níquel, establecida por la Ley 5146
del 24 de Marzo de 1933, y cuyo cuño se fijó por el De
creto 1524 del 12 de Junio de 1933.

Las instalaciones que acababan de terminarse per MONEDAS DE

mitieron una producción muy superior a la que había COBRE

sido posible anteriormente. En 193 3 se acuñaron veinti NÍQUEL


séis millones cien mil (26.100.000) monedas de Un Peso;
cinco millones novecientas mil (5.900.000) monedas de
20 centavos y cinco millones ochocientas mil (5.800.000)
monedas de 1 0 centavos.
En 1939 fué terminado el edificio de los Almacenes MEJORAS
de Materiales y se hicieron importantes mejoras en la Casa DE LAS

de Moneda: se instalaron dos hornos eléctricos, cuatro INSTALACIO

prensas cortadoras, dos tornos de precisión y varias máqui NES

nas auxiliares. 1939


Principalmente, se hicieron adquisiciones EN

importantes de materiales: acero, coke metalúrgico, tin


tas,planchas, etc., pues ya se podía prever que la Guerra
produciría trastornos económicos y falta de materias
primas extranjeras.
En los dos últimos años, 1942-1943, la Casa de Mo PRODUCCIÓN

neda ha mantenido una producción media diaria de ALCANZADA


3 50.000 monedas. Pero esa cantidad,
que es tal vez la más EN 1942 Y

alta posible de alcanzar con el equipo actual, no ha sido 1943


suficiente para reemplazar la totalidad de las monedas de
cupro-níquel más de 700 toneladas que fueron retira
-
-

das de la circulación por los especuladores a


principios de
1941. La falta de circulante metálico se ha hecho sentir
en todos los
países de América y la Casa de Moneda se ha
visto forzada a rechazar pedidos del
extranjero que se le
formularon. Actualmente se acuña para el Uruguay una
orden por 1 8 millones de pesos uruguayos en monedas de
plata. También se ha contratado el grabado de los cuños
de las monedas del Paraguay, cuya acuñación la hará la
Casa de Moneda de Buenos Aires.

53
La Ley 7139 de 17 de Diciembre de 1941 creó las
monedas de monedas de cinco y de dos pesos de cupro-níquel y auto-
dos y cinco rizó el empleo de una aleación con 9 5,5 por ciento de co-
pesos de bre, 3 por ciento de estaño y 1 , 5 por ciento de zinc para
cupro las monedas de un peso, cincuenta, veinte y diez centa-
'
NIQUEL VOS.

Durante 1942 y 1943 se han acuñado únicamente


monedas de un peso, cincuenta centavos y veinte centa
vos; las cantidades entregadas hasta Enero de 1944 han
sido:

Un peso 34.200.000 piezas


Cincuenta centavos 4.665.000 piezas
Veinte centavos 74.700.000 piezas

Ley de Seguro Obligatorio había sido promulga-


La
pre visión da el año 1925; pero el personal de operarios de la Su-
social perintendencia de la Casa de Moneda fué acogido a los
délos beneficios de aquella legislación a fines de 1930 (Su-
operarios perintendencia del Sr. Alfonso Fernández) En los años .

posteriores se vio la necesidad de retirar del servicio a


aquellos operarios que por su estado de salud o por la edad
ya no podían atender sus labores en forma eficiente, y
fué preciso gestionar el despacho de la Ley 7405 de 13
de Enero de 1943, que sometió al personal obrero con
funciones de carácter permanente, al régimen de previ
sión de la Caja de Empleados Públicos y Periodistas. En
la actualidad, año 1944, el servicio se rige por el Regla
mento Interno de 21 de Abril de 1942.

la ác un peso (2!
1 El diámetro de la nueva moneda de cinco pesos ha sido fijado igual al de
de la Casa de Moneda.
ilímetros), no obstante la oposición formulada por la Superintendencia
Documento N.? 10 -
Oficio de la Superintendencia de la Casa de Moneda.

54
C*¿r»/j~o ihel'-fa

JAMES W. PHILIP
Grabador Jefe de los Talleres de Especies
Valoradas desde su fundación.

AMHrrwB-f
APUNTES DE C. MORÍ; A. MATTHEY;
Y J. CANNOBBIO.

BIBLIOTECA NACIONAL
BIBLIOTECA AMERICANA

'JOSÉ T0RI8I0 MEDINA"


EL PATRÓN DE ORO Y EL PAPEL MONEDA. RÉGIMEN MO
NETARIO COLONIAL. RÉGIMEN BIMETÁLICO DE LA REPÚ
BLICA. LAS PRIMERAS INSTITUCIONES DE CRÉDITO. LOS
PRIMEROS BANCOS DE EMISIÓN. LA CRISIS DE 1878 Y LA
INCONVERTIBILIDAD DEL BILLETE DE BANCO. LA LEY DE
1851. EL PAPEL MONEDA: PRIMERAS EMISIONES DEL ESTA
DO. LA CRISIS POLÍTICA DE 1891 Y EL PAPEL MONEDA. LAS
LEYES DE CONVERSIÓN EN 1892 Y 1893. LA LEY DE CON
VERSIÓN DE 1895. LA CAÍDA DEL RÉGIMEN METÁLICO. LA
CAJA DE EMISIÓN DE 1912. MEDIDAS PARA DETENER LA
VALORACIÓN DE LA MONEDA EN 1918. LAS EMISIONES DE
EMERGENCIA. EL BANCO CENTRAL DE CHILE. LA LEY GE
NERAL DE BANCOS COMERCIALES. LA LEY MONETARIA Y
EL PATRÓN DE ORO. COMIENZOS DE LA INFLACIÓN MO
NETARIA. LAS EMISIONES DEL BANCO CENTRAL Y LOS
GASTOS PÚBLICOS. CRÉDITOS DEL BANCO CENTRAL EÑ
VEZ DE CAPITALES. EL BANCO CENTRAL Y EL CIRCULAN
TE. LA DESVALORIZARON DE LA MONEDA Y SUS PRINCI
PALES CAUSAS. OBRAS DE REFERENCIA. '
En el bicentenario de la fundación de la Casa de Mo- el patrón
neda de Santiago de Chile es oportuno hacer una síntesis de oro y el
histórica sobre los hechos más salientes de nuestra vida papel
económica relacionados con el circulante. Servirá
para moneda
recordar las condiciones que permitieron mantener una
moneda estable y las causas que han arrastrado al
país
a la
pérdida del valor de su moneda y a los trastornos que
sufre bajo el régimen del papel moneda. El lector
podrá
encontrar en ella las valiosas lecciones
que nos ofrece la
experiencia y que tan a menudo olvidan los pueblos y los
gobernantes.

En Época de la conquista regía en España el bime


la RÉGIMEN
talismo, sistema en que las monedas de oro y de plata MONETARIO
tenían valor equivalente, y, como era
1 Don
lógico, el mismo ré- COLONIAL
Julio
Pérez Canto ex -
Ministro de Hacienda y actual Presidente de la Academia de Ciencias
económicas, ha contribuido con el estudio que forma este
capitulo.

57
gimen fué introducido en América, lo mismo que las de
más instituciones
monárquicas.
Los conquistadores de Chile, que buscaban, junto
régimen con la gloria y el premio de sus privaciones y heroicos
monetario esfuerzos, el oro de sus minas y lavaderos, se maravillaron
colonial de encontrar en las regiones recien ocupadas demostra
ciones de que allí se encontraba el metal que los indígenas
enviaban como tributo a los Incas del Perú. Seguros en
tonces de poder labrar monedas metálicas para las tran

sacciones, prepararon un hay constancia de


sello, pero no

que se usaran monedas en esos primeros tiempos. El oro


en polvo era lo que se empleaba en los tratos corrientes;

pero, en vista de sus ordenó que se


inconvenientes, se

fundiese el oro en pequeños barretones con indicación de


su
peso y ley. De hecho rigió en la primera época de la
conquista el patrón de oro únicamente, pues en el país
no se explotaban minas de plata. La circulación de esta

clase de monedas solo se hizo general después del descu


brimiento de las famosas minas de Potosí.
Había de pasar mucho tiempo, dos siglos, antes de
que Chile tuviese el privilegio de poseer monedas acuña
das en su propio territorio. Mientras tanto, la colonia de
bía contentarse con las monedas acuñadas en la Casa de
Moneda de Lima que llegaban en escaso número, en pago
de los productos de la tierra que se exportaban al Perú.
Como este comercio era limitado, y en ocaciones ha
bía que pagar en numerario lo que no se alcanzaba a com
prar con productos, las monedas acuñadas salían de Chile,
produciendo el malestar consiguiente en el comercio.
Era natural, así, que la autoridad procurase remediar
esta situación y representase al Monarca la necesidad de

que se estableciese en Santiago una Casa de


Moneda.
Por fin, en 1743, un vecino de la capital, don Fran
cisco García Huidobro, obtuvo la autorización corres
y trajo por su cuenta desde España
obreros y
pondiente
maquinarias para la fábrica.

58
Según los privilegios otorgadosla Casa de Moneda,
a régimen
los productores debían entregarle el oro de sus minas para monetario

que fuese fundido y acuñado de acuerdo con las pragmá- colonial

ticas vigentes. Regía a la sazón la ordenanza de 1728 y,


de acuerdo con ella, las piezas de oro llamadas doblones
de ocho escudos fueron las de mayor valor que se acuña
ron. Esta moneda, llamada también onza, tenía un peso

de 27 gramos 064. En cuanto a las piezas de plata, el pe


so o real de a ocho, con peso igualmente de 27 gramos

064, fué la moneda de mayor circulación en toda la Amé


rica.
La de valor entre el oro y la plata era
equivalencia
de 1 a 16, es decir, que un doblón de ocho escudos valía
1 6 pesos fuertes.
Esta relación legal sufría entonces continuas alte
raciones, según el precio del metal en el mercado, y el co
mercio con ello soportaba todos los inconvenientes del
sistema bimetálico. La dificultad de mantener siempre
una relación justa de valor entre una moneda y otra, de

terminó el abandono del doble patrón adoptándose por


muchos países el patrón de oro. Pero en América la plata
siguió acuñándose y proporcionando al comercio el peso
fuerte que circuló extensamente en todos los mercados.
Como moneda divisionaria, para las pequeñas transaccio
nes, se usaban también pedazos de discos marcados con
una cruz, llamada
vulgarmente moneda de cruz o macu
quina.
Como es sabido, la Casa de Moneda de Santiago fun
cionó a cargo de su fundador desde 1743 hasta 1770 y
acuñaba todo el oro que producía el país a razón de 3 a 4
mil marcos al año.
En este último año, la Casa de Moneda fué incorpo
rada a la Corona y bajo su administración se acuñaron
entre 1809, piezas de oro en doblones de a ocho
1772 y
escudos, de a cuatro, de a dos y de a un escudo, con un
total de un millón 960 mil piezas y un valor de 26 millo-

59
régimen nes 098 mil pesos. La acuñación de plata fué de 13 mi-
monetario llones 5 52 mil piezas en reales de a ocho o pesos fuertes,
colonial reales de a cuatro, de dos, de un real, de medio real y de
un cuarto de real, con un valor total de 5 millones 8 56
mil pesos.

régimen Durante el primer período del movimiento de eman-


bimetálicocipación, la Casa de Moneda siguió acuñando las piezas de
de la oro y plata conforme a las reglas españolas, en condiciones

república precarias, que no mejoraron después del triunfo de la Re


pública por los trastornos de la lucha.
En 1834 se dictó la primera ley sobre el sistema mo
netario que debía regir en Chile y que estableció los atri
butos o insignias de los cuños; pero que no alteró la deno
minación, peso y ley de las monedas existentes. Autorizó
también por la primera vez la acuñación de moneda de
vellón, por la cantidad de 3 0 mil pesos, en piezas de cobre
de un centavo y de medio centavo.

En 1843 dictó una nueva ley monetaria que man


se

tuvo la ley y peso de las antiguas monedas españolas, ex

cepto en las de plata de dos reales cuyo peso fué fijado


en

120 gramos en lugar de 13 5 y medio y en la proporción

correspondiente el de las monedas de un real y de medio


real para evitar que el mercado se quedase sin sencillo. Se
había observado que la moneda de este metal se exportaba
por haber variado la equivalencia con
el oro o se estimaba
con un premio para retenerla en el país. La relación de va

lor era de 1 a 1 6 y medio, mientras en Europa la relación


era de 15,9, lo daba mayor valor al peso fuerte de
que
plata.
Una nueva ley, dictada en 1851 procuró remediar
esta situación irregular, modificando la relación existen
te y estableció, por primera vez, el sistema decimal en
el
moneda de
peso de las monedas nacionales. La principal
oro seria el Cóndor con un valor de diez pesos y
tendría
15 gramos 253, en peso, y una ley de 900 milésimos de

60
Rao i— — T^
--
n a i itío<¿. c¿,-'/,,' ,-

PRESIDENTE GENERAL MANUEL BULNES


Decretó la primera Ley que estableció el
sistema monetario decimal.

' SifiLlOíECA NACluIXAL


'

i
¡ BISLOILCA AMERICANA |

l: jóse ;ük:bio medim


fino. El peso fuerte de plata tendría 25 gramos con la régimen
misma ley de fino. Las monedas menores tendrían la mis- bimetálico
ma ley y serian de libre acuñación.

Con esta ley la relación de valor entre el oro y la


plata era de 1 a 16.39.
En esta época el valor de la plata tendía a subir, en
razón del aumento inusitado de la producción de oro;
pero también se recelaba la depreciación en vista del re
pudio del bimetalismo en Europa.
Parecía que con esta ley desaparecerían las dificul
tades, no obstante que ordenaba la equivalencia de valo
res distintos, puesto
que el peso oro, o sea la décima parte
del Cóndor, valia entonces en el mercado una fracción
menos de 45 peniques y el peso
plata, poco más de 47 tres
cuartos de penique.

Para evitar la exportación de la moneda menuda de


plata se dictó la ley de 1860, que al mismo tiempo que
conservaba el peso de 2 5 gramos rebajaba el metal en las
monedas de veinte, diez y cinco centavos en relación a
un peso de 23 gramos.
La misma ley creó el peso oro de 1 gramo 525 mili
gramos.
El defectuoso régimen bimetalista de la ley de 18 51
duró hasta que intervinieron los factores relacionados con
el funcionamiento de los Bancos de emisión autorizados
por la ley del 28 de Julio de 1860.

El país, entre tanto, había progresado bajo la dirección las


de gobernantes ilustrados y eminentemente patriotas que primeras
colocaron el nombre de Chile entre el de las naciones más institucio-
adelantadas y mejor organizadas de la América Latina, nes
Se habían creado numerosas empresas comerciales y mi- de crédito
ñeras; la agricultura daba gran desarrollo a las industrias
del suelo. Se hacia sentir solamente la falta de institucio
nes de crédito
que facilitasen capitales para la expansión
de los negocios.

61
En Chile no se conocían los Bancos, ni los billetes
ni las cédulas
hipotecarias.
se dictó la ley que creó la Caja de Crédito
En 18 5 5
Hipotecario para prestar ayuda a los agricultores y auto
rizó la formación de entidades particulares análogas.
Y en 1860 se dictó la ley de Bancos de Emisión que
acabamos de mencionar.
En 1812 y en 1821 se había intentado establecer
las en el Huasco oficinas gubernativas con el nombre de Ban-
primeras eos de rescate, a fin de comprar pastas de oro y plata por
institucio- cuenta del gobierno para la acuñación de monedas y ser-

nes vir al mismo tiempo a los mineros ofreciéndoles precios


de crédito fijos, y un medio de evitar a los intermediarios y especu
ladores que acaparaban el metal para exportarlo clandes
tinamente, sin pasarlo por la Casa de Moneda; pero no hay
constancia de que hayan funcionado.
En cuanto a los Bancos de crédito propiamente tales,
la primera idea para establecerlos aparece en una memo

ria presentada en al Tribunal del Consulado.


1811
La circulación de vales o billetes emitidos por diver
sas casas comerciales en los distritos mineros del Norte,

con los cuales pagaban principalmente a sus trabajadores,

alarmó a las autoridades y el Gobierno decretó su retiro.


Por decreto dictado en 1839 se declaró, además, que na
die estaba autorizado para establecer Bancos y emitir
billetes o vales de crédito sin permiso del Gobierno.
Mientras tanto, había crecido la necesidad de exten
der el uso del crédito en los negocios y en 1845 se pensó
en fundar un Banco Nacional. Habiendo
desistido el
Gobierno de esta idea, trató en 1847 de procurar la crea
ción de un Banco particular, interesando en ello a algu
nos de Londres, pero esta gestión no dio nin
capitalistas
gún resultado. Acogió, en cambio,
la
proposición que en

para establecer
Arcos un
1849 le presentó don Antonio
Banco particular de emisión y crédito. La concesión he
como
cha a este Banco produjo alarma, tanto en Santiago
62
en
Valparaíso, considerándose peligrosa la emisión de bi- las

lletes para los intereses del comercio. Esta oposición in- primeras

dujo al Gobierno, en 18 50, a retirar al Banco de Arcos institucio-

y Cía. la autorización que le había dado para emitir cédu- nes

las de crédito al portador, a la vista o a plazo. Con esto, de crédito

el Banco suspendió sus operaciones y así fracasó la prime


ra tentativa
para introducir el billete bancario en el co
mercio.
La idea de promover la creación de un Banco de cré
dito no había sido abandonada por el Gobierno y en la
Memoria de Hacienda de aquel año adelantaba algunas
ideas que podrían servir de base para establecerlo, entre
las cuales señalaba la de fijar la cantidad de papel que
podría emitir, en proporción al capital pagado, y tam
bién la de Exigir seguridades para el pago en dinero efec
tivo de todos los billetes que se emitan, cuyas seguridades
deben ser en proporción a la emisión y nó al capital.
La opinión pública no era contraria a la opinión del
Gobierno y en 1860 estaba preparada la ley que el Go
bierno tenía en estudio desde años atrás, gracias sin duda
a las enseñanzas
que difundía en la Cátedra y los consejos
de Gobierno el economista francés don Juan Gustavo
Courcelle Seneuil, contratado como asesor del Ministerio
de Hacienda.
En esta época se habían establecido ya en Santiago
y en Valparaíso diversas casas bancarias que emitían bi
lletes o vales no obstante la prohibición existente, por lo
cual se estimó muy oportuna y conveniente la ley sobre
Bancos, aún cuando, por otra parte, se objetaba su exce

siva liberalidad.
En efecto, según la ley cualquiera persona hábil po
día establecer un Banco de Emisión, previa autorización
gubernativa y una vez comprobada la existencia del ca
pital. Este debía ser efectivamente erogado en moneda
legal en barras de oro o de plata, o en obligaciones y do
cumentos suscritos por personas solventes a seis meses
pla-
63
LAS zo o menos, concesión contraria la conveniencia de
a

mantener siempre en cartera valores fácilmente


primeras
liquida
institucio bles. Tampoco se estableció prohibición o limitación al
nes guna para evitar la inmovilización de los capitales en in
de crédito versiones a largo plazo o en bienes raíces.
Por otra parte, se concedía a los Bancos el privilegio
de poder emitir billetes hasta el 1 5 0 por ciento del capital
efectivo, sin otra restricción que la de que las emisiones
fuesen de 20, 50, 100 y 500 pesos.
No se fijaba garantía alguna en metálico para las
emisiones, ni para los depósitos del público.
Al señalar el límite de las emisiones no se pensaba en
las consecuencias que podría tener tanta liberalidad, y
particularmente en el peligro de los abusos del crédito por
las facilidades que se daba a los Bancos para concederlo
con una moneda que nada les costaba.

Finalmente, no se tomó en cuenta el consejo que ha


bían dado al Ministro de Hacienda, en 18 50, los comer
ciantes de Valparaíso, de prohibir a los Bancos hacer prés
tamos al Gobierno.
Los abusos del crédito y los préstamos al Fisco fue
ron las causas principales de los trastornos que sufrió el
país en años posteriores.
Por lo demás, la ley de 1860 era incompleta, pues
se refería únicamente a los Bancos de Emisión. Los demás

Bancos quedaban sometidos a las disposiciones de la legis


lación común.

los Hemos recordado que antes de regir la ley de


primeros 1860 existían casas bancarias que emitían vales o billetes.
bancos de La Casa Bezanilla, Mac Clure y Compañía había comen-
emisión zado en 18 54a hacer circular vales a la vista y a la orden
de otra casa comercial que los endosaba en blanco. En
18 56, otra casa, la de Ossa y Compañía, con el nombre

ya de Banco, inició la emisión de


billetes a la vista y al
portador. En Valparaíso se había fundado, un año antes,
64
una sociedad anónima, conel nombre de Banco de Val- los

paraíso, con un capital autorizado de dos millones de pe- primeros

sos, en cuyos estatutos se le prohibía emitir billetes, con- bancos de

formándose con las disposiciones vigentes. Por último, en emisión


Septiembre de 18 59 se fundó en Santiago una nueva so
ciedad anónima, con el nombre de Banco de Chile, con
un pequeño capital inicial de cuatrocientos mil
pesos. En
contraposición con las ideas de los comerciantes de Val
paraíso, este Banco se proponía emitir billetes a la vista
y al portador.
Dictada la ley de 1860 se fundó el Banco Nacional
de Chile y luego se incorporó a él el de Chile, quedando
elevado el capital a $ 9.000,000.- y tomando el puesto de
primera institución bancaria del país.
En 1865, con motivo de la guerra con España, el
Gobierno se vio en dificultades para hacer frente a los
gastos públicos, pues, a causa del bloqueo de los puertos,
habían disminuido las entradas fiscales y el dinero circu
lante se ocultaba por el pánico. En tales circunstacias, el
Gobierno obtuvo del Congreso una ley para remediar la
restricción monetaria. En virtud de ella se facultaba al
Banco Nacional de Chile para hacer una emisión de bille
tes inconvertibles hasta
por el 5 0 por ciento de su capital
suscrito, autorizándolo también para emitir billetes de
un
peso.
De quedó establecido por la primera vez
esta manera
el cursoforzoso del billete de Banco.
El mismo privilegio se concedió a otros Bancos.
En cambio de todas las ventajas que les concedió la
ley, los Bancos se comprometían a prestar al Gobierno la
tercera parte de los billetes emitidos, sin interés, mientras
no fueren convertibles.

La emisión total autorizada no debía exceder de


$ 1.500,000.-, pero al año siguiente se permitió al Banco
Nacional que emitiese $ 713,000.- más, con lo cual llegó
a tener billetes en circulación
que representaba el ciento

65
los por ciento del capital comprobado.
En Marzo del mismo
primeros año de 1866 se autorizó al Banco de Mac Clure y Cía.
bancos de para emitir hasta $ 150,000. Se amplió también la auto-
emisión rización concedida al Banco Nacional permitiéndosele
emitir $ 300,000.- más y otros $ 165,000.- en Abril. En
Junio se autorizó al Banco de Mac Clure y Cía para emi
tir otros $ 150,000.- y en Julio se permitió que el Banco
Nacional hiciese una nueva emisión de $ 450,000.
Los recursos que los Bancos proporcionaban al Go
bierno con las emisiones autorizadas no bastaron para ha
cer frente a los
compromisos del Erario. Procuró entonces
el Gobierno colocar un empréstito, sin resultado, por lo
cual acudió directamente a los Bancos y celebró con ellos
un contrato de
préstamo por $ 4.569,000.-, comprome
tiéndose a recibir sus billetes en arcas fiscales como mone
da legal durante 22 años y a no emitir ni permitir que se
emitiese papel moneda de curso forzoso o billetes de Ban
co al portador y a la vista
que no fuesen pagaderos en mo
neda de oro o de plata; por último, se concedió a los billetes
el privilegio de la incon vertibilidad hasta el 30 de Junio
de 1 8 67. Por la suma prestada el Gobierno entregó bonos
del 8 % si su servicio se hacía en Chile y del 7% si se hacía
en Inglaterra.
El empréstito fué, duda, de gran auxilio para el
sin
Estado, pero con todas las operaciones realizadas se hicie
ron más estrechas y
peligrosas las relaciones de éste con
los Bancos y abrieron el camino fácil de las emisiones para
satisfacer las necesidades del Fisco.
Para garantía de los billetes se tomaron al principio
cuidadosas medidas. Así, en la autorización concedida al
Banco Nacional de Chile en Septiembre de 1865 se esta
bleció que los billetes debían estar perfectamente garanti
dos con la fianza solidaria de dos Bancos de Valparaíso;
que diariamente entregaría en arcas fiscales todo el metá
lico recibido en el día anterior, hasta rescatar los billetes
que el Fisco hubiese recibido por contribuciones o de
otra

66
manera, y finalmente que se constituyese una prenda de los

un millón de pesos en títulos de la deuda para responder primeros

por los billetes que no fuesen convertidos en numerario, bancos de

En la ley de Diciembre del mismo año se dice únicamente emisión


que los billetes debían estar perfectamente garantidos. Por
último, la ley de Julio de 1866, sobre contratación de un
empréstito bancario, no establece garantía específica al
guna para el billete.
No obstante esta circunstancia, el billete bancario
circulaba al mismo tiempo que la moneda metálica sin de
preciación, lo que permitió a los Bancos hacer la conver
sión sin inconveniente alguno en Agosto de 1866.
El término de la guerra con España, la reanudación
del comercio marítimo y las buenas cosechas mejoraron
considerablemente la situación, y el país siguió gozando
de los beneficios de una moneda estable y de alta cotiza
ción exterior. En efecto, el cambio internacional se man
tuvo durante el año mencionado a 46
peniques 9/16, en
término medio.
Los negocios bancarios tomaron desde entonces cre
ciente desarrollo, como lo demuestra el balance del 3 1 de
Diciembre de 1869. Existían en esta época siete Bancos
con un
capital pagado y fondos de reserva ascendentes a
$6.2 millones; los depósitos llegaban a $ 21.4 millones y
las colocaciones y préstamos, a $ 28.1 millones. Los bille
tes en circulación sumaban $ 4.6 millones,
y $ 2.1 millo
nes el metálico
y especies en caja.
El comercio exterior en la misma fecha señaló un
movimiento total de $ 54.9 millones, correspondiendo
$ 27.7 millones a la exportación y $ 27.2 a las importa
ciones. El comercio marítimo interior o de cabotaje fué
en ese año de $ 40.3 millones de
pesos.
Las rentas nacionales que eran de $ 6.2 millones
diez años atrás, subieron a $ 1 1.4; y los gastos, en el mis
mo período,
pasaron de $ 8.1 millones, a $ 13.2.
El desarrollo de los negocios permitió a algunos Ban-

67
los eos renunciar al privilegio de quebilletes fuesen reci
sus

primeros bidos en las arcas fiscales, para acogerse con toda ampli
bancos de tud a la facultad de emisión que les concedía la ley de
EMISIÓN 1860.
Con la fundación de nuevos Bancos y la fusión
de otros, en 1875 el capital bancario nominal era de
$ 52.4 millones, pero el capital efectivo era solo de $ 17.4.
La emisión de billetes en circulación llegaba a $ 8.8.
millones.

la crisis de Hay dos hechos que han tenido una influencia extra-
1878 y la ordinaria en la vida económica de la República: fué uno
inconverti- la inconvertibilidad de los billetes bancarios, y el otro, la
bilidad del emisión de papel moneda de curso forzoso emitido por el
BILLETE DE Estado.
banco En 1875, así como en los años precedentes, se hacián
sentir los indicios de una crisis que se manifestaba en la
exportación constante de monedas de plata y el alza de
la tasa de intereses. La cotización del cambio había baja
do a 43 peniques 13/16, y el término medio del precio de
un peso plata era de 44 l/z peniques. La demanda de dine

ro había hecho subir el interés de 9% al 1 1 %, lo cual ha

cía muy precaria la vida de las industrias.


La situación se agravó con el aumento de los gastos
del Erario y el desequilibrio presupuestario.
Nuestra historia económica recuerda la crisis que se
produjo en 1861, después de un período de inusitada
prosperidad originado por el descubrimiento de valiosas
minas de plata en Atacama y el aumento de las exporta
ciones de productos agrícolas que dieron gran auge a los
negocios y una expansión excesiva al crédito. Las malas
cosechas posteriores y el agotamiento de las minas desen
cadenó la liquidación de muchos negocios con ingentes
pérdidas para los deudores. En esta época solo existían
dos Bancos y uno de ellos emitía billetes en corta canti
dad. El Gobierno no intervino ni en favor de los deudores
68
ni de los Bancos. Con la vuelta de los buenos años agríco
las y la renovada actividad de las minas, la crisis pasó de
jando como lección las consecuencias de la imprevisión
y de las malas inversiones.
Pero, la lección no fué aprovechada. Los Bancos, en la crisis de

mayor número y con más


capital, aumentaron sus negó- 1878 y la

cios haciendo uso de las amplias facultades que, para la inconverti-

emisión de billetes, les daba la ley de 1860. Y para dar bilidad del

mayor circulación billetes hacían toda clase de con-


a sus billete de

cesiones al público, y debilitaban su situación haciendo banco

préstamos al Fisco, en proporción que estaba fuera de su


capacidad. A esto se vino a agregar la hostilidad que em
pezaron a sufrir las empresas mineras chilenas fundadas
en el litoral de
Antofagasta de parte de las autoridades
de Bolivia.
En los años del876yl877se fué agravando la cri
sis: faltaban los productos de retorno para pagar las mer
caderías de importación; se exportaba la moneda de pla
ta; se limitaban los consumos a causa de la situación fi
nanciera; disminuían las entradas fiscales y aumentaban
los gastos.
En 1878, año del estallido de la crisis, las entradas
ordinarias de la nación fueron de 14 millones y los gastos,
de 1 6 millones. Para cubrir el déficit el Gobierno contra
tó, en el mes de Junio, un préstamo bancario por la can
tidad de 2 millones 525 mil pesos. Los nueve Bancos con
tratantes tomaban en cambio Vales del Tesoro
por igual
cantidad al 9% y a dos años plazo, y gozarían hasta 1888
del privilegio de que sus billetes fuesen recibidos en todas
las oficinas fiscales por su valor nominal. El Fisco se obli
gaba, además, a no otorgar igual concesión durante el
plazo estipulado a
ningún otro Banco. La emisión auto
rizada de los Bancos no podría exceder de cuatro veces
el monto del préstamo. Para garantía de los billetes
que
recibiesen las oficinas fiscales se depositaría el 25% de

69
la crisis de su valor en los mismos Vales del Tesoro que habían reci-
1878 bido del Gobierno.
Según este contrato, la emisión privilegiada sería de
9 millones 100 mil pesos, y podría ser aumentada hasta
12 millones; pero la distribución entre los Bancos presta
mistas alcanzó solamente a 10 millones 100 mil pesos.
La administración de los Bancos no había modifi
cado sus procedimientos y continuaba con su política de
expansión sin cuidarse de la garantía o respaldo que de
bían tener sus operaciones de crédito y sus emisiones de
billetes; bastará recordar que el Banco más importante,
el Nacional de Chile operaba con una caja metálica infe
rior al 5 % y en algún otro, con el 3 % .

La desconfianza creció en el público y los Bancos


vieron disminuir sus depósitos en 4 millones en el primer
semestre de la crisis. Luego la situación para ciertos Ban
cos llegó a hacerse insostenible y como en otras ocaciones,

acudieron al Gobierno y obtuvieron, de la noche a la ma


ñana, lo que deseaban.
El 22 de Julio de 1878, dice el señor Ramón E. San-
telices, a las ocho y media de la noche se reunía la Cámara
de Diputados y su presidente daba cuenta de haberla ci
tado a sesión extraordinaria a causa de sucesos graves y
urgentes. En sesión secreta solicitada por el señor Ministro
de Hacienda, se dio lectura a un oficio del Senado con
de ley que establecía
que remitía aprobado un proyecto
la inconvertibilidad y el curso forzoso de los billetes de
Banco hasta el 31 de Agosto de 1879.
a las
Después de una sesión borrascosa que terminó
cuatro de la madrugada y en la cual se expuso que el pro
con las institucio
yecto había sido presentado de acuerdo
nes que tenían derecho de impedir la emisión
de papel
moneda y billetes de Banco que no fuesen pagaderos en
moneda de oro o de plata sellada, y en vista de la crisis, etc.,
al Ejecutivo
y en la cual se hizo también graves cargos
de imprevisor y de inercia, se aprobó el proyecto de ley.
70
La ley de incon vertibilidad del 23 de Julio de 1878 la crisis de

concedió al billete bancario, emitido de acuerdo con el 1878 y la

contrato de empréstito del mes de Junio, la calidad de inconverti-

moneda legal para la solución de toda clase de obligacio- bilidad del

nes, liberándose a los Bancos de la obligación de cangear- billete de

los por moneda metálica. Estas instituciones debían cons- banco

tituir en arcas fiscales créditos contra el Estado y bonos


hipotecarios hasta el monto de los billetes que mantuvie
ren en circulación, en garantía de ellos; y pagar al Fisco

mensualmente un interés de 4%. Finalmente, el Estado


garantizaba la conversión del billete bancario en metáli
co el 31 de Agosto de 1879.

La suspensión de los pagos en metálico causó un ver


dadero pánico, que puso en dificultades a dos Bancos que
no habían concurrido al empréstito y cuyos billetes no

gozaban por esto del privilegio de la inconvertibilidad.


Para remediar esta situación y dar aún mayor expansión
al circulante, se dictó la ley de 6 de Septiembre que inclu
yó a los Bancos de Valparaíso y Concepción entre los
favorecidos por la ley anterior, y permitió la emisión de
billetes inconvertibles hasta un total de 1 5 millones. A-
demás, se fijó el l.9 de Mayo de 1880 para volver a la
circulación metálica.
Para garantía de sus emisiones los once Bancos exis
tentes debían depositar en arcas fiscales oro,
plata, crédi
tos contra el Estado, letras de las instituciones
hipoteca
rias o bonos municipales; y desde el 30 de Julio de 1879,
entregar mensualmente a la Casa de Moneda el 5% de
sus billetes
para ser destruidos, o bien reemplazar la ga
rantía prendaria por oro o plata a razón de 4% mensual.
La nueva ley mantenía la obligación de los Bancos
de pagar mensualmente al Gobierno un interés de 4% a-
nual sobre la emisión inconvertible registrada.
Sobre estas leyes se ha observado que daban expan
sión peligrosa al circulante, pues cuando se dictó la ley
de 1878 los Bancos no habían registrado sino $ 14.5 mi-

71
la crisis de llones y según el balance general del 3 0 de Junio, no te-
1878 y la nían en circulación sino $ 8.3 millones, lo cual demuestra
inconverti- que no se necesitaba mayor cantidad de circulante. Aho-
bilidad del ra, con la autorización para emitir $ 1 5 millones en bille-
billete de tes, inconvertibles, la circulación podía elevarse hasta
banco $ 28.7 millones si los Bancos hacían uso del derecho que
les daba la ley de 1860, y fomentar desmedidamente la
expansión del crédito.
En vista de la experiencia de 1866, se tenía la idea
errónea de que los billetes inconvertibles podrían circular
paralelamente con los billetes que no gozaban de este pri
vilegio y llenaral mismo tiempo el papel que correspondía
a la moneda metálica, cada vez más escasa y que luego

desapareció de la caja de los Bancos.


Mientras el país estuvo bajo el régimen de la circu
lación metálica y no se abusó de las facilidades que pro
porcionaba el billete bancario para conceder préstamos
al público y al Gobierno, la curva del cambio internacio
nal se mantuvo, con escasas fluctuaciones, entre los 45 y
los 46peniques, hasta que en 1 873 se inicia la crisis que dio
origen a la ley de inconvertibilidad. El cambio bajó
en

tonces a 39 peniques y medio; y siguió el camino del


des
censo cuando se implantó el papel moneda de curso for
zoso emitido por el Estado.

Durante la crisis de 1861 M. Courcelle Seneuil ha


bía aconsejado que no se interviniera con medidas guber
nativas en la liquidación de los malos negocios; y así se
hizo para el bien general, pero no sin sacrificio de muchos
intereses particulares. En 1878 el Gobierno no se atrevió
ni tuvo libertad para proceder en la misma forma, pues
con los Bancos por medio
ya estaba ligado estrechamente
de los préstamos que había recibido para saldar los défi
cits del Erario, motivados, entre otras causas, por los gas
tos extraordinarios de la construcción de buques
de gue
rra en Europa que impuso, como medida
de previsión, el

72
temor de una guerra con los inmediatos vecinos del Pací
fico.

Complicó y agravó la crisis de 1878 la exportación la

creciente de las monedas metálicas. Se atribuía la huida exportación


del metal principalmente a la escasez de mercaderías de DE LAS

retorno, pero se debió, en realidad, al sistema del doble pa MONEDAS

drón y a la relación de valor entre el oro y la plata adop METÁLICAS Y

tada por la ley de 18 51. Según ella, el peso fuerte de plata LA LEY DE

de 22]/z gramos de fino era igual a un peso oro de 1 gra 1851


mo 372, o en otros términos, 16 gramos 39 de
plata fina
equivalían a 1 gramo de oro puro. Ahora, atendiendo al
valor de ambos metales en el mercado, un peso oro era
igual a 44 peniques 9 y un peso de plata era igual a 47
peniques 8. Por el alza de la plata entre 1859 y 1860, el
peso fuerte valía más de 48 peniques y en 1866 se man
tenía todavía más arriba que el peso de oro, atendida la
relación legal. Había entonces abundancia de monedas
de oro y se exportaban las de plata que valían más. Poco
después la plata principió a producirse en gran abundan
cia y se inició la depreciación de este metal. En 1875, la
plata que valía en Londres 61 peniques la onza, bajó a 5 5
3/4 peniques en 1876. El cambio, basado en el peso de pla
ta, bajó por este motivo a 40 peniques y aún a37enl878.
El oro había desaparecido de la circulación entre 1874
y 1877. El peso oro valía 45 peniques o sea, mucho más
que el peso de plata. (Agustín Ross).
Había ocurrido lo que nuestro economista y profe
sor don Zorobabel
Rodríguez ha explicado claramente.
Si el oro y la plata se mantuvieron en el mercado desde
1851 a 1874o75 fué porque durante ese
tiempo la rela
ción del valor comercial entre los dos metales había sido,
salvo pequeñas fluctuaciones, una misma, a saber de 1
por 15.46 en 1851 y de 1 por 15.43 en 1873, sin que en
ninguno de los años intermedios hubiera bajado de 1 por
1 5 ni alcanzado a 1
por 1 6. Era la consecuencia del para-

73
la lelismo que se observaba en la producción de ambos me-

exportaciÓN tales, que fué en término el quinquenio de


medio, en

délas 1851 a 1855, de 886,115 kilogramos, y de 1.339,085 en


monedas el de 1860 a 1870, llegando a cerca de 2 millones de
metálicas y kilogramos en 1875. La producción de oro, mientras tan-
laleyde to, que entre 18 50 a 185 5 había alcanzado a 187,515
1851 kilogramos, permaneció estacionaria hasta 1875. El para
lelismo desapareció en 1874, pues desde este año la rela
ción entre ambos metales pasó a ser de 1 por 16.10, para
subir a 17.8 en 1876.
Dada estadel poder de cambio de la plata, no
baja
podía esperarse que continuasen circulando las piezas de
oro con la equivalencia de 1 por 16 que le había fijado la

ley de 18 51. Encontrándose en concurrencia dos mone


das de valor legal equivalente y de un valor mercantil
distinto, la ley de Gresham tenía que hacer sentir sus e-
fectos inevitables. Todos los pagos se hicieron con las mo
nedas del metal y las otras, las de oro,
desmo
depreciado,
netizadas ipso facto y ya sin empleo útil en Chile, fueron
recogidas y exportadas.
Lo extrañable la vista de lo ocurrido, no
es que, a

se haya intentado nunca la reforma de


la ley de 18 51 y
se mantuviese aún después de la pérdida de
la circulación
metálica, una relación de valor desconforme con la rea
lidad.
Lo mismo que había ocurrido con el oro pasó luego
la decretado el curso forzoso del billete.
con plata, una vez

el papel La guerra contra el perú y bolivia encontró al país


en una difícil situación financiera y
monetaria. El Go-
moneda,

primeras bierno carecía de recursos para hacer frente al conflicto;


en el extranjero
emisiones no había posibilidad de obtener créditos

con la urgencia que imponían


los acontecimientos; no
del ESTADO

quedaba sino el auxilio del crédito bancario, de 1879


como en

1866. Se dictó a este efecto la ley de l.9 de Abril


emisión de $ 6 millones de billetes de
que autorizó una
74
curso forzoso que debía ser hecha por intermedio de los el papel

Bancos, o en su defecto, directamente por el Estado. En el moneda.

primer caso, el monto total de la circulación inconverti- primeras

ble no debía exceder de los $ 15 millones autorizados por emisiones

la ley de Septiembre de 1878.


No el Gobierno ponerse de acuerdo con
pudiendo
los Bancos acerca de las condiciones de la emisión, hizo
uso de la autorización legal para emitir papel moneda fis

cal dejando sin efecto las disposiciones que le impedían


crear este circulante. En el mes de
Agosto del mismo año
se autorizó una nueva emisión por la misma cantidad.
La marcha de la guerra exigió en 1880 nuevos re

cursos extraordinarios que fueron proporcionados por


una emisión de $ 4 millones en Enero, otra de 1 2 millones

en Agosto, y otra
igual suma en Enero de 1881.
Después de varios meses de vicisitudes, la guerra se
mostró decididamente en favor de Chile, de tal modo
que esta última emisión de $ 1 2 millones no fué ya nece
sario lanzar a la circulación. Incluyendo esta emisión, el
total de papel moneda fiscal había alcanzado a $ 40 mi
llones. Como provisionalmente se habían emitido Vales
del Tesoro mientras se ponían en circulación los billetes,
que fueron retirados en 1 8 8 1 el total definitivo registra
,

do en la Casa de Moneda alcanzó a 26 millones.


Con la ocupación de las provincias de Antofagasta
y Tarapacá, los negocios se desarrollaron considerable
mente, como lo indican las cifras estadísticas de las ex
portaciones e importaciones en los tres primeros años de
la guerra:

Año 1879 Importaciones $ 32.2 millones $ 42.6 millones


Exportaciones
» 1880 „ $ 30.1 „ „ $ 51.6
» 1881 „ $ 39.3 „ „ $ 60.5

En 1882, la circulación total del país, estaba repre


sentada como
sigue:
75
Billetes fiscales $ 27,2 millones, menos la Casa de Moneda,
depositado en

$ 17,8 millones;
Billetes de Banco registrados, $ 11,8 millones, y
Moneda divisionaria de plata, $ 4,3 millones.
En todo, $ 33,3 millones.

El cambio internacional reflejaba la influencia que


el papel tenía en los negocios el régimen del papel moneda. Así,
moneda, en Diciembre de 1878, decretada la inconvertibilidad del

primeras billete bancario, el cambio era en promedio, de 39 peni-


emisiones ques 3/16 y en Abril del año siguiente, cuando se autori-
del estado za la primera emisión de billetes fiscales de curso forzoso,

baja a 34 peniques 11/16. Lanzada esta emisión, el cam


bio baja a 32 peniques 13/16. Con la segunda emisión,
el cambio llega en Septiembre a 27 peniques l/z. Eran los
momentos de mayores incertidumbres causadas por la

guerra, situación que cambia totalmente cuando el país


logra el dominio del mar. En Diciembre el cambio subió
a 36
peniques y medio. Cuando se autorizó la tercera e-
misión en Enero de 1880, el cambio vuelve a descender,
llegando a 32 peniques en el mes de Abril. Finalmente,
por lo que toca a este primer período de la guerra, de
cretada la cuarta emisión, esta vez por $ 1 2 millones, baja
el cambio en promedio a 25 11/16 peniques.
El año 1881 se inicia con el triunfo de las armas
chilenas, la ocupación de Lima y la expectativa de una
paz próxima. El cambio llegó en Diciembre a 3 5 % pe
niques.
Se ha discutido mucho acerca de las verdaderas cau
sas de la desvaloración de la moneda, atribuyéndolas unos

exclusivamente al papel moneda y otros al desequilibrio


de la balanza de pagos internacionales. El hecho es que el
comercio se había desarrollado en forma antes no cono
cida, la producción de salitre tomaba un gran incremen
to, se formaban nuevas empresas y, en general, existía
confianza el futuro.
en

Las operaciones de los Bancos reflejaban esta situa-

76
ción, pues según el balance del 30 deJunio de 1881, su EL PAPEL

capital llegaba $ 16.5


a millones; tenían en caja, en bille MONEDA.

tes, Vales del Tesoro y especies, más de $ 9 millones: los


PRIMERAS

depósitos del público alcanzaban a la elevada suma de


EMISIONES

DEL ESTADO
$ 59.7 millones y las colocaciones o préstamos, a $ 57.2
millones. Los billetes que tenían en circulación represen
taban solamente $ 10.7 millones. La posición bancaria era
bastante sólida.
Las rentas nacionales habían mejorado, pues el Go
bierno ya no necesitaba recurrir al crédito para cubrir
los gastos ordinarios. Así, en 1881 las entradas alcanza
ron a $ 39 millones, no figurando los ingresos extraordi

narios sino con $ 2 millones. Los gastos totales del mismo


año fueron de $ 34.5 millones.
La situación del crédito hipotecario, que comenzó
a tomar gran expansión desde 1874, señaló en 1880 una

contratación inusitada de préstamos con la elevada cifra


de $ 13.7 millones en letras emitidas por la Caja de Cré
dito Hipotecario, la institución más importante del país;
y es digno de notarse el hecho de que en este mismo año
fueron amortizadas deudas que representaban $ 11.7 mi
llones, lo que no volvió a ocurrir en semejantes proporcio
nes sino veinte años más tarde.

Estos antecedentes sugestivos permiten afirmar que


la desvaloración de nuestro peso no reconocía otra causa
que la existencia misma del papel moneda.

El país se daba cuenta perfectamente de que MEDIDAS

no se
lograría restablecer el valor de la moneda sino por PREPARATO

medio de la vuelta al régimen metálico, fin que se tuvo RIAS DE 1887


en vista desde el día mismo en
que se implantó el curso PARA LA

forzoso del billete fiscal. En efecto, la ley de Abril de CONVERSIÓN


1879 dispuso que se consultase cada año en el Presupues DEL PAPEL
to la cantidad de billetes
que debía retirarse de la circu MONEDA

lación. En el mes de Marzo de 1880 se creó una Oficina


de Emisión para la custodia, canje, renovación retiro y des-

77
medidas trucción de los billetes, así como para cambiar los
Vales
preparato- del Tesoro, emitidos provisionalmente, por los billetes fis-
riasde 1887 cales. Por ley del 19 de Agosto de 1880, al autorizar la
para la cuarta emisión de billetes para los gastos de guerra, se dis-
conversion
puso que las oficinas fiscales
recibiesen en depósito hasta
del papel
$ 1 2 millones de Vales o billetes emitidos conforme a las
moneda
leyes respectivas, abonándoles un interés de 5% anual.
Esta excelente medida tenía por objeto evitar el exceso de
circulante.
El retiro de billetes, que ordenaba la ley, se hizo en
corta escala y no afectó al comercio, pues a medida que

disminuía la emisión fiscal, aumentaban los billetes ban-


carios, como puede verse en seguida:
11.8 millones
Año 1882 Emisión fiscal $ 27.2 millones Emisión bancaria $
1886 „ $ 25.3 „ „ $ l6-7 »

sufrió
Vemos, pues, que la circulación de billetes no
obstante, el
grandes cambios entre 1882 y 1886. No
cambio internacional, único índice del valor de la mone
de 3 5.3 23.9 peniques. La ex
da, bajó en este período a

plicación de esta considerable desvaloración del peso pa


rece encontrarse esta vez en la disminución de los retor
En efec
nos para el pago de las mercaderías extranjeras.
a $ 71.2 millones y
to, las exportaciones habían llegado
en 1882 bajaron a $ 51.2 millones,
mientras las importa
ciones en los mismos años bajaron de $ 50.9
millones a

$ 44.1 millones.
Tratando de lo que pasaba, Mr. Fetter se
explicar
expresa como sigue:
sin
importantes explican,
em
Dos circunstancias
del peso
bargo, gran parte del descenso de la cotización
í 883.
de alto nivel correspondiente a los años 1882 y
su

La primera de esta fué el aumento del poder adquisitivo


oro en Estados Unidos y Europa
entre
que experimentó el
entre los años 1882 y 1883.
1873 1896,
y especialmente
78
La segunda circunstancia, estrechamente ligada con la pri- medidas

mera, fué la caída de los precios de los principales produc- preparato-

tos de exportación de Chile, caída considerablemente ma- rías de 1887

yor que la del nivel general de precios, lo que repercutió


en el descenso de las exportaciones chilenas.
La baja de precio del salitre fué de 30% y de 40%
la del cobre en los años en cuestión.
La opinión pública, sin embargo, no podía olvidar
que la moneda había perdido su valor bajo el régimen del
curso forzoso, y que al respecto de nada habían servido

los sacrificios de la guerra, ni la gran expansión del co


mercio, por lo cual se reclamaba con insistencia medidas
adecuadas para volver a la circulación metálica.
En satisfacción de estos deseos, el Gobierno presen
tó al Congreso un proyecto de ley, que fué aprobado y
promulgado con fecha 14 de Marzo de 1887, para prepa
rar formalmente la conversión del
papel moneda. Para es
te efecto ordenaba el retiro mensual de la cantidad de 1 00

mil pesos, hasta reducir la emisión fiscal a $ 1 8 millones,


y la creación de un fondo en metálico que se formaría con
la compra, durante el año, de pesos fuertes o barras de pla
ta por la suma de $ 1 millón 200 mil, y en los años
siguien
tes, de $ 1 millón 500 mil, con el exclusivo objeto de man
tener dichas monedas o barras en garantía de los billetes

hasta el día en que fueran convertidos en metálico, con


forme a la ley.
Respecto de los Bancos, ordenó la misma ley que no
podrían en adelante emitir billetes al portador sino has
ta concurrencia de su
capital efectivo, y que estaban o-
bligados a garantizar el 50% de las emisiones registradas
en la Casa de Moneda,
depositando pastas de plata o títu
los del Estado o de las Municipalidades o cédulas hipote
carias. Se derogó, por último, la autorización que tenían
para emitir billetes menores de veinte pesos.
Tanto la destrucción de billetes fiscales como la li
mitación del derecho de emisión que tenían los Bancos

79
medidas obedecían al propósito de reducir paulatinamente el exceso
preparato- de circulación; pero, en la práctica, como había ocurrido
rías de 1887 antes, la medida afectó solamente al papel moneda del
Estado pues los Bancos aumentaron sus emisiones, como
puede verse en seguida:
Año 1887 Emisión fiscal $ 24.8 millones Emisión bancaria $ 15.4 millones
„ 1889 „ $ 22.4 „ „ $ 19.9

operaciones de crédito habían tomado un desa


Las
rrollo extraordinario, reflejando la expansión del comer
cio exterior.Según el balance del 30 de Junio de 1890,
había en el país 27 Bancos de los cuales algunos funcio
naban en provincia. Su capital pagado alcanzaba a $ 30.4
millones con un fondo de reserva de poco más de $ 6 mi
llones. Los depósitos subían a $ 92 millones y los présta
mos sobre documentos a $ 1 17 millones. El encaje se com

ponía de $ 1.1 millón en metálico, $ 6.7 millones en bi


lletes fiscales y $ 2.0 millones en billetes de otros Bancos.
Las operaciones hipotecarias igualmente señalan un
notable incremento pues alcanzaron en total a $ 89 mi
llones.
La estadística del comercio exterior demuestra su
crecimiento en valores de Aduana estimados, desde 188 5,
en pesos de 38 peniques:

Año 1888 Exportaciones $ 73.0 millones Importaciones $ 60.7 millones



1889 „ $ 65.9 „ „ $ 65.0

1890 „ $ 67.6 „ „ $ 67.8

Estas cifras favorables para el intercambio si


no son

se toma en cuenta que las exportaciones debían pagar no

solamente los consumos de mercaderías extranjeras sino


también las rentas de los capitales invertidos en el país,
particularmente en negocios salitreros.
La renta aduanera era, desde 1881, la principal
fuente de las entradas nacionales. En los tres años men
cionados fluctuaba entre 3 8 y 44 millones y permitía vi-
80
vir al país sin el peso de grandes impuestos. El presupues
to de entradas y gastos fué el siguiente:
Año 1888 Entradas 50.1 millones Gastos $ 46.0 millones

1889 62.4 $ 59.3
„ 1890 58.5 $ 75.3

Las medidas restrictivas del circulante fiscal y el al MEDIDAS

za del precio del cobre influyeron en la valoración del pe PREPARATO

so, cotizándose a 26.6 peniques, término medio, en 1889; RIAS de 1887

pero esta alza fué solo temporal, pues a fines de 1890 ba PARA LA

jó a 24.1 peniques, en circunstancias que había subido CONVERSIÓN


considerablemente el valor de la plata por las compras DEL PAPEL

que se hacían en Estados Unidos en cumplimiento de la


MONEDA

ley Sherman. La cotización que entonces correspondía


al peso de plata era de 3 8 peniques.
Tan extraordinaria baja coincidía con los esfuerzos
que realizaba el Gobierno para disminuir el papel mone
da fiscal y aumentar el fondo de rescate: a fines de 1890
el total de la emisión había bajado a poco más de $ 21
millones y el fondo metálico acumulado para la conver
sión casillegaba a 4 millones de pesos. Seguramente la ex
plicación se encuentra en la marcha poco satisfactoria que
llevaban los negocios de exportación, en el desequilibrio
de los Presupuestos causados por los gastos extraordina
rios que imponía la ejecusión de grandes obras públicas,
y, en no menor escala, la incertidumbre que empezaba a
producir la situación política.

La grave divergencia planteada entre el Presidente de la crisis

la República y el Congreso, determinó en 1891 un con- política de

flicto armado entre ambos Poderes cuyas consecuencias 1891 y el

fueron fatales para el propósito nacional de la restaura- papel

ción monetaria. Se suspendieron las medidas preparato- moneda

rias de la conversión y se hicieron nuevas emisiones de pa


pel moneda. El público acudió a los Bancos para retirar
81
sus depósitos, viéndose éstos amenazados de caer en fa
lencia.
La situación en
que se encontraron los Bancos está
la crisis descrita en el memorial que presentaron sus personeros
política de de Valparaíso al Gobierno y en el decreto de éste, fecha
1891 Y el l.9 de Febrero. Los Bancos declaraban que la falta de me-
papel dio circulante y el retiro de los fondos depositados en sus
moneda cajas, les obligarían a cerrar sus puertas el día 2 si el Go
bierno no acudía en su auxilio. Al concederlo, el Gobierno
dejaba constancia de que desde tiempo atrás el comercio
y las industrias se resentían por la falta de circulante y
que la bancarrota de las instituciones de crédito heriría al
comercio, a los particulares y al Estado.
Los banqueros mencionados habían solicitado que
el Estado hiciese una emisión de papel moneda fiscal por
$ 12 millones; que se suspendiera la acumulación de me
tálico y la destrucción de billetes; que se acuñase mone
da divisionaria y se aplicaran las pastas de plata del fondo
de conversión al servicio fiscal en Europa; y, finalmente,
que se prestase inmediatamente a los Bancos
la suma de
un millón y medio de pesos.

El Gobierno accedió a todas estas peticiones y dis


se acuñase hasta
puso también que de las pastas de plata
un millón y medio de pesos en moneda divisionaria
"con

ley de 15 peniques por peso". Al mes siguiente declaró


en la Casa de Mone
que los billetes bancarios registrados
da serían considerados como emisión fiscal para los efec
tos legales.
Para cubrir los gastos que le imponía la lucha civil,
el Presidente Balmaceda hizo uso de una parte de las pas
tas acumuladas, requisó las emisiones bancarias y acudió

también a la emisión de billetes fiscales hasta por un total


de 20 millones 800 mil pesos. La Junta de Gobierno que
representaba al Congreso no reconoció estas emisiones.
La dualidad de Gobierno duró hasta Agosto de 1891
con el triunfo del partido revolucionario.
82
Las de la nación fueron en el mismo año de
rentas LA CRISIS

$ 97.9 millones y los gastos, por ambos bandos, de $ 104 POLÍTICA


millones.
Restablecida la normalidad, el circulante se compo
nía como sigue:
Papel moneda del Estado $ 21.087,000
Emisión bancaria $ 20.370,000
Emisión considerada ilegal $ 20.750.000
Moneda divisionaria de plata de 0.5 de fino $ 4.609,000
Id. considerada ilegal $ 774,000

Total $ 67.590,000
Esta masa de circulante, junto con la desconfianza
producida por el quebrantamiento de la fé que existía en
el exterior acerca de la estabilidad de las instituciones chi
lenas, debían influir sobre manera en el valor de la mone
da en los años sucesivos.
En Enero de 1891 el cambio se cotizó a poco más de
22 peniques, se mantuvo con fluctuaciones hasta Agosto
en
que llegó a 1 6.4 y en Diciembre volvió a la cotización
de principios de año.
No habiéndose alterado la circulación en la mayor
parte del año y circulando paralelamente los billetes fis
cales antiguos y los emitidos por el Presidente durante la
revolución, la reacción del cambio no se explica sino por
el espíritu de confianza que acompañó al restablecimien
to de la paz, según observa Mr. Fetter.
Esta experiencia confirma la teoría aceptada, de que
el papel moneda, cuando se emite sin tomar en cuenta las
necesidades de la producción y del mercado, está sujeto
a los más variados
factores, dominando muchas veces la
influencia psicológica.

La crisis política dejó pendientes cuestiones que era las leyes de


necesario resolver sin demora. Una de ellas, la más urgen- conversión
te, se relacionaba con la existencia de las emisiones de bi- 1892-1893

83
las leyes de lletes y monedas divisionarias declaradas ilegales en 1 891 ;
conversión y la otra, con la suspensión del retiro de billetes fiscales
en 1892 Y y de la acumulación de pastas de plata para la conversión.
1893 Respecto de la primera cuestión, una ley de Febrero de
1892 ordenó que, desde el mes de Diciembre, fuesen ex
cluidos de la circulación los billetes mencionados y las
monedas de plata de 0.5 y de 0.25 de fino, a cuyo efecto
se autorizó al Gobierno para contratar préstamos hasta

por la cantidad de 2 1 millones de pesos. La segunda cues


tión, para un Gobierno que se proponía restablecer el or
den legal, no tenía sino una solución: el cumplimiento
de la ley preparatoria de la conversión de Marzo de 1887.
Se apresuró, así, a ordenar que se restableciese la destruc
ción paulatina de los billetes fiscales y la compra de ba
rras de plata.

Esta resolución llevaba envuelta la idea de la forma


y de la fecha de la conversión y a ella se refirió
el Presi
dente don Jorge Montt en su primer mensaje al Congreso
instalado en 1892. Proponía en él varias medidas previas
entre las cuales hay que destacar la colocación de los fon

dos de conversión en moneda de oro inglesa, en el Banco


de Inglaterra, abandonando la acumulación de pastas de
plata que se había tenido en vista invariablemente para
llegar al régimen metálico. La idea de constituir un fondo
en oro para el encontró gran oposición y se reno
rescate

varon las discusiones sobre el propósito fundamental.

Mientras tanto, se dictó una ley en que se autoriza


ban los contratos en metálico, suspendidos desde 1878,
con la intención de abrir el camino para el nuevo régi

que no tuvo la
liberal bien in
men, principio inspirado
fluencia que se esperaba.
Llegó con esto el momento en que el Congreso entró
a ocuparse de las proposiciones del Presidente, y después
de varios meses de discusión, prestó su aprobación a la ley
de conversión de Noviembre de 1892.
Esta ley tenía tres fines primordiales:
84
Primero, la formación de fondo adecuado para
un las leyes de

la conversión del papel moneda, añadiendo a las sumas conversión


ya acumuladas, un empréstito por £1.200,000, de cuya
en 1892 y

suma se destinarían 10 millones de pesos para la destruc- 1893


ción de billetes fiscales;
Segundo, el pago del papel moneda fiscal desde el
31 de Diciembre de 1895, en moneda de plata de 2 5 gra
mos a su presentación, y
Tercero, la adopción del Patrón de oro, creando
como unidad monetaria el Peso oro con una equivalencia
de 24 peniques por peso.
Al mismo tiempo se fijaban las bases en que se haría
la conversión y destrucción del papel fiscal. Dentro del
primer semestre de 1894 se incinerarían tres millones de
pesos, y se entregaría a la circulación una cantidad igual
en moneda metálica, si el cambio no hubiese
bajado de
23 l/z peniques durante los seis meses anteriores; en el se
gundo semestre de ese mismo año se procedería en igual
forma, incinerando papel moneda por valor de cinco mi
llones, y lo mismo en cada uno de los semestres de 1895.
Se establecía además en la ley que durante el año
1893 el 25% de los derechos de internación y almacenaje,
y el 50% en 1894 y 1895, se pagasen en letras esterlinas
a razón de 6
pesos 3 1 ctvs., o en moneda de oro chileno
de valor equivalente.
Se limitaba, además, a veinticinco millones la emi
sión bancaria durante la vigencia del curso forzoso.
Los Bancos deberían mantener en sus cajas en mone
das de oro, a lo menos, un 20% del valor total de su emi
sión registrada para responder al canje de sus billetes.
Finalmente, señalaba la clase de monedas de oro y
plata que se acuñarían en adelante.
La ley encontró grandes tropiezos desde un comien
zo y fuerte
oposición en los centros comerciales, princi
piando por el tipo de conversión que se fijaba en 24 peni
ques estando el cambio a 18 13/16, con tendencia a bajar

85
las leyes de más aún; y todavía más, sin considerar que la cotización
conversión del peso fuerte de 2 5 gramos era de 31 l/& peniques. En
en 1892 y tales condiciones era muy problemático el resultado de
1893 la ley. Tampoco se consideraba la situación de los Bancos,
completamente inadecuada para asegurar el buen éxito
de la ley.
El retiro de los billetes fiscales no tardó en producir
los efectos de una contracción monetaria que los Bancos
representaron al Gobierno, y éste para remediarla cedió a
las peticiones que se le formularon. Ordenó al efecto que
los billetes bancarios fuesen recibidos por ciertas oficinas
fiscales, que se depositasen en la cuenta fiscal en un Banco,
las leyes, sir
y que los Vales del Tesoro autorizados por
viesen también de garantía a las emisiones bancarias hasta
por el 7 5 % del respectivo poder
de emisión. Se suspendie
ron asimismo las incineraciones de billetes fiscales.
Por úl
timo se emitieron Vales del Tesoro que servirían como
circulante.
En vista de lo que ocurría estudió la reforma de
se

la ley y con fecha 31 de Mayo de 1893 se dictó una


nueva ley de conversión. Se postergaba por ella
la fecha
del canje de los billetes fiscales hasta el l.9 de Junio de
se dejaba
1896, se suspendía el retiro del papel moneda,
sin efecto la contratación del empréstito por £1.200,000
autorizado por ley anterior, se daba a los Bancos el dere
li
cho de emitir billetes convertibles bajo el régimen de
bertad de emisión, con la condición de mantener en caja
un mínimum de 20% en oro sobre
el monto de la emisión.
el
Respecto de la conversión, se mantenía canje
a ra

de
zón de 24 peniques y se ordenaba que, desde el 31
Diciembre de 1899, el Estado convertiría el billete fiscal
o su equivalen
a razón de un peso de 2 5 gramos de plata

te en moneda legal de oro.

No obstante estas promesas, el cambio bajó a 14 pe


a 12 en Diciembre, dando en el
año un
niques en Junio y
promedio de 1 5 peniques.
86
Esta desvaloración de la moneda indicaba que en ella las leyes de

influían factores más poderosos que la voluntad del Go- conversión

bierno y del Congreso.


Al año siguiente el cambio siguió bajando hasta lle
gar a poco más de 1 1 peniques, con un promedio anual de
1 5 peniques, no obstante las buenas cosechas y los precios
favorables del salitre en los años de 1893 y 1894.
En este año el comercio exterior fué como sigue, en

pesos de 18 d. :

Año 1893 Exportaciones $ 150.4 millones Importaciones $ 144.0 millones


„ 1894 „ $ 152.0 „ „ $ 115.0

Las rentas nacionales seguían también una marcha


ascendente, como se puede ver enseguida:
Año 1893 Entradas ordinarias en moneda corriente ....
$ 57.5 millones
„ „ Entradas extraordinarias en moneda corriente. .
$ 11.0 „

„ „ Entradas en oro de 24d $ 11.9 „

Año 1893 Gastos ordinarios en moneda corriente $ 52.9 millones


„ „ Gastos en oro de 24 d $ 10.3 „

Año 1894 Entradas ordinarias en moneda corriente ....


$ 64.9 millones
„ „ Entradas extraordinarias en moneda corriente. $ 4.3 „

„ „ Entradas en oro de 24 d $ 13.6 „

„ „ Entradas en oro de 24 d. extraordinarias $ 3.4 „

Año 1894 Gastos ordinarios en moneda corriente $ 60.6 millones


„ „ Gastos en oro de 24 d $ 9.9 „

El circulante en los mismos años mencionados se

componía como sigue:


Año 1893 Emisión fiscal $ 38.3 millones
„ „ Emisión bancaria $ 17.2

Total
$ 55.5 millones

Año 1894 Emisión fiscal


$ 38.3 miHones
„ „ Emisión bancaria $ 21.4

Total
$ 59.7 millones

87

c:
BIBLIOTECA NACIONAL
BIBUOTL'CA AMERICANA

"MSÍ T0RI8I0 tf
Si los Bancos comerciales dieron moderada ex-
una
Las leyes de pansión a sus
negocios según refleja
se las
en respectivas
conversión emisiones, las instituciones hipotecarias fueron mucho más
en 1892 y allá, pues los saldos de letras en circulación de la principal
1893 de ellas, la Caja de Crédito Hipotecario, pasaron de $ 47.8
millones en 1893, a $ 57.6 en 1894, y a $ 68 millones en
1895. Este endeudamiento de los propietarios territoria
les, estrechamente ligados ai régimen de los cambios ba
jos, fué, sin duda alguna, la causa más efectiva de los
errores cometidos y finalmente del fracaso de las leyes de

conversión de este período.


Cuando se dictó la primera ley de conversión en
1892 el cambio estaba a 18 13/16 peniques y ahora, casi
en vísperas de la desaparición del papel moneda, en 1894,

había bajado a 12 9/16 peniques.


Entre las causas de la desvaloración, fuera de las que
son intrínsicas del régimen, se han señalado también las

grandes remesas de fondos al extranjero por parte del Go


bierno parael pago de intereses de la deuda externa y de
los particulares por desconfianza; las importaciones ex

cesivas de mercaderías suntuarias y no de maquinarias o


elementos para el incremento de la producción; el aumen
to creciente ya señalado de las deudas hipotecarias, no

para este mismo buena parte, para costear


objeto sino, en

viajes o construir residencias costosas en la capital; y, por


último, la mala administración de algunos de los princi
pales Bancos, de los cuales uno de ellos no pudiendo dis
sin embargo,
poner sino de recursos limitados, adoptó,
el sistema de abrir créditos a particulares para que pudie
sen girar letras sobre Europa, en muchos casos, para co
locarse al abrigo de los acontecimientos. En substancia,
dice don Agustín Ross, el Banco abría créditos para que
con sus propios recursos le exigieran letras sobre Londres,

en cantidad que podía satisfacer; y para defenderse


no

de esas exigencias iban bajando sucesivamente el cambio,


creyendo con eso sujetar la demanda de letras, y, como
88
dejamos dicho, hasta el extremo de fijar el tipo a 10 %
peniques por peso papel en Marzo 9 de 1894.

Cercana la fecha conversión metálica se


de la la ley de

produjo una gran caída en el precio de la plata en barra, conversión

como lo demuestra la baja experimentada por la cotiza- de 1895


ción del peso fuerte de plata, que en 1892 era de 31 Yn Y
bajó en 1894 a 22 5/8 peniques.
En estas condiciones ya no se podía pensar en la
conversión a 24 peniques y se dictó una nueva ley.
Esta fué la ley de Febrero de 1895 que contenía las
siguientes disposiciones fundamentales:
Primero, se mantenía el Patrón de oro, adoptando
como unidad el peso oro de 18
peniques con ley de 11/12
de fino según el sistema ingles;
Segundo, los billetes fiscales serían canjeados en esta
clase de moneda desde el l.9 de Junio de 1895, es decir
dentro de cuatro meses; y
Tercero, los Bancos estarían obligados a garantizar
totalmente sus emisiones, constituyendo en la Casa de
Moneda depósitos en oro, billetes fiscales, bonos del Es
tado, etc. y se limitaba su capacidad de emisión a 24
millones.
Se reproducía nuevamente la antigua disposición so
bre el pago de los billetes fiscales en pesos fuertes de 2 5
gramos pasado cierto plazo, disposición francamente de
satinada porque, estando el cambio a menos de 16 peni
ques se ofrecía pagarlos a más de 24, estimulando el aca
paramiento y la especulación, en favor no del país sino de
los tenedores de billetes que no eran, por cierto, los mismos
perjudicados de 1879 a quienes se pretendía indemnizar.
Sea como fuere, el Estado había acumulado un fon
do en oro suficiente para el canje del billete fiscal, cuya
circulación alcanzaba entonces a $ 38 millones.
La ley no se ocupaba de los Bancos, estimando
que
estas instituciones
particulares debían prepararse por su
89
cuenta para hacer frente a la trascendental cuestión que

preocupaba al Gobierno y a la Nación entera.


Pero, era el caso que los Bancos no estaban prepara-
la ley de dos para la conversión de sus billetes. El Gobierno enton-
ees para evitar un fracaso, hizo
conversion
despachar una ley en vir-
de 1895 tud de la cual el Estado asumía la responsabilidad del bi
llete bancario y se le autorizaba para contratar un em
préstito por £2.000,000, que se destinarían principal
mente al objeto indicado. Este empréstito fué colocado

en Londres y desde el l.9 de Junio,


primer día señalado
para la conversión, se pudo disponer de su producto as
cendente a $ 16.2 millones, que pasaron a la caja de los
Bancos, junto con otras cantidades hasta completar la
suma de $ 24.3 millones.

En esta forma, el Estado debía tomar a su cargo el


canje de una circulación total de $ 59.4 millones, para lo
cual estaba ya preparado con el fondo de conversión
existente.
Las delicadas operaciones del canje se complicaron,
desgraciadamente, con diversas dificultades, a saber: los
precios de los productos de exportación eran bajos; una

gran masa de agricultores endeudados temía las con


secuencias de una valoración de la moneda; los Bancos,
como siempre, estaban en condición precaria, y a todo

esto se agregaba la especulación y la desconfianza en el

éxito de la conversión.
Luego se presentó otra situación. Desde los primeros
momentos acudieron a la oficina de canje muchos capita
listas a reclamar que se les entregase oro por los billetes que
habían retirado de los Bancos y como el Gobierno aún
no tenía cantidad suficiente de oro amonedado, recurrió

al giro de letras sobre Londres.


Conforme a la ley, los billetes canjeados debían
ser retirados de la circulación, pero como aún no circu
laban las monedas correspondientes ni era posible sa
car los billetes de los Bancos, el Gobierno tuvo que

90
dejarlos en estos establecimientos por cuenta del Estado, la ley de

Salvada la situación de los Bancos, la operación del conversión


1895
canje de los billetes y Vales del Tesoro, que fué violenta de

en los primeros días, se hizo más normal y sin tropiezo en

los meses siguientes.


Hasta el mes de Mayo de 1896 se habían canjeado
$ 44.1 millones, de los cuales correspondían $ 26.5 mi
llones a billetes fiscales, $ 8.8 millones a Vales del Tesoro
y $ 8.7 millones a billetes bancarios, quedando en
circu
lación solamente $ 15.3 millones. En el mes de Septiem
bre solo quedaba un saldo de $ 5 millones en billetes y 92
mil quinientos pesos en Vales del Tesoro.
En Diciembre del mismo año se derogó la disposición
de la ley que prometía el canje de billetes por pesos fuer
tes de plata, de modo que ya no tenía objeto el acapara

miento y de esta manera se aceleró la conversión. A fines


de 1897 solamente quedaban en circulación billetes fis
cales por valor de $ 1.6 millones y $ 13,500 en Vales del
Tesoro. El Gobierno consideraba que la circulación metá
lica estaba ya consolidada y así lo declaró al Congreso en
su mensaje anual del
primero de Junio de este último año.
El canje se había realizado en las mejores condicio
nes posibles
pues, no solo el Erario tenía en exceso los re
cursos necesarios para el rescate del billete fiscal, sino que

pudo aún tomar a su cargo la conversión de los billetes


bancarios sin tener obligación alguna para hacerlo.
En cambio, la situación comercial no era igualmente
favorable, a causa de la baja en el precio de los principales
productos de exportación que se venía produciendo des
de algún tiempo atrás. El salitre, el cobre, la plata, el tri
go, etc. sufrieron un notable descenso, y, en consecuen
cia, disminuyeron las operaciones de crédito y subió el in
terés del dinero.
Esta crisis estaba liquidada en 1897: se reanudaron
las operaciones de los Bancos; continuó regularmente el
pago de los billetes canjeados por el Fisco y la tasa del in-

91
la ley de teres bancario fué reducida al 8%, la más baja desde
conversión 1892. El promedio del cambio durante este año se man-
de 1895 tuvo en 17 Yg peniques. Las
exportaciones de oro también
bajaron de $ 3 millones enl896a$2 millones en 1897.
Pero, como la crisis mundial, manifestada por la ba
ja del nivel general de precios, afectaba todavía los nego
cios de Chile, se hacía caudal de esta circunstancia para
proclamar que la mala situación se debía al régimen me
tálico, y que era necesario volver al papel moneda, es decir
a un régimen que permitía a los deudores hipotecarios y

a cuantos lucraban con el mantenimiento de una moneda

inestable, la posibilidad de obtener beneficios, aún cuan


do era notoria la injusticia que se cometía con el mayor
número de ciudadanos.
Se empezó propalando la especie de que había esca
sez de circulante, cuando en realidad había escasez de ca

pitales para satisfacer la demanda que la clientela hacía


a los Bancos. Se aseguró también que el nuevo Presidente,

señor Errázuriz, había sido elegido con el compromiso de


Y por último se
que haría emisiones de papel moneda.
fundó un diario para combatir el régimen de la moneda
metálica y despertar alarmas acerca de la situación inter
nacional.
La incertidumbre y la desconfianza dieron origen a
un retiro inusitado de los depósitos de los Bancos, colocan

do de nuevo, como en 1878, en situación precaria a las


instituciones de crédito.
Resultado de esta agitación artificial fueron, pri
mero, una ley de moratoria por treinta días,
del 11 de
Julio, y en seguida otra ley del día 31, que autorizó una
emisión fiscal de $ 50 millones, que se retirarían en 1902.
Terminó así el régimen del Patrón de oro, creado
tres años antes, y se impuso de nuevo al país el curso
for
zoso del papel moneda.
Pudo evitarse indudablemente esta catástrofe si hu
biera existido entre los hombres de Gobierno el propósito

92
a cada paso en los documentos oficia- la ley
que manifestaban de^
les, de mantener "en toda su integridad" la ley de régimen conversión
ejemplo, alguna 1895
metálico; habría bastado para ello, por DE

emisión de emergencia como se había hecho otras veces;


y el auxilio temporal a los
Bancos habría conjurado el

pánico, infundiendo confianza en el público con una de


cidida acción gubernativa.

La ley de 31 de julio no dictó para proporcionar


se la caída

recursos al Erario sino para evitar la quiebra de los Bancos, del

La emisión de $ 50 millones autorizada se entregó a los régimen


Bancos al 2 % anual y el Estado se hizo cargo de sus emi- metálico

siones, que ascendían a $ 20 millones de 18 peniques,


con lo cual quedaron suprimidos los billetes bancarios,

obligándose aquellos establecimientos a cancelarlos en tres


años, en moneda corriente.
Estableció también la ley que los derechos de Adua
na seguirían pagándose en oro, con la esperanza de poder

mantener este metal en la circulación por medio de la ven

ta periódica al público; pero no se consiguió ningún re

sultado en tal sentido con este procedimiento.


El circulante del país quedó limitado a la emisión de
$50 millones, cifra arbitraria que implicaba una limita
ción para el natural desenvolvimiento de los negocios ; pero
que, en la ocasión, se consideraba suficiente y menos pe
ligrosa que las emisiones muy superiores que se habían so
licitado.
Durante los tres años de la circulación metálica el
cambio se mantuvo con bastante normalidad alrededor del
valor asignado a la unidad monetaria, de manera que se
había conseguido lo que se perseguía desde tantos años:
una moneda estable. Dictada la nueva
ley de emisión, el
cambio bajó inmediatamente hasta 12.7 peniques en Di
ciembre de 1898, señalando en el año un promedio de
15.7, y en el año siguiente, uno de 14.5, como consecuen
cia, sin duda, de la desconfianza general.
93
Signo ostensible de esta situación fué la exportación
caída de oro y de monedas de oro en 1 898,
que alcanzó a un to-
la

del tal de $ 12 millones de 18 peniques. Se realizaba así la


régimen comprobación del conocido principio de que la moneda
metálico fiduciaria desplaza a la de valor intrínsico cuando ambas
tienen valor legal equivalente.
De esta manera el oro desapareció de la circulación.
En cuanto a los billetes que entraron a reemplazarlo, su
cedió que de los Bancos, unos se aprovecharon de ellos para
formar caja para pagar al Fisco deudas anteriores que te
nían gravosos intereses; y otros, para hacer remesas a Eu
ropa a buen cambio. La abundancia de billetes, así, facilitó
la huida de capitales, como lo explica el señor Ross; las
exportaciones de productos y de numerario, que salia ex
pulsado por el papel moneda, proporcionaban valores para
poder girar sobre Europa, pero muchos exportadores no
giraban sino para hacer inversiones en el extranjero.
La crisis que había perturbado tanto la conversión
metálica en 189 5 y producido, finalmente, la catástrofe
de esta operación, empezó a liquidarse favorablemente
desde el punto de vista comercial, por el alza que tuvie
ron los principales
productos en el mercado exterior y
por el incremento consecuencial de las exportaciones.
Estimado en pesos de 18 peniques, el comercio ex
terior fué como sigue, durante el período que compren
de la conversión y su caída:

Año 1895 Exportaciones $ 153.9 millones Importaciones $ 146.1 millones


„ 1896 „ $ 156.9 „ „ $ 156.3
„ 1897 „ $ 136.7 „ „ $ 138.2
„ 1898 „ $ 168.0 „ „ $ 102.2

Naturalmente estas cifras no tienen sino un carácter


informativo aproximado y no establecen el estado de equi
librio que debe existir entre las cantidades adeudadas y
los pagos que forman el conjunto de operaciones interna
cionales de un país en un momento dado.

94
mantenía en
La situación de la Hacienda Pública se la caída
condiciones favorables, en forma que el Presidente de la del

régimen
República podía anunciar en su mensaje anual al Con-
a la ley metálico
greso de 1899 que se daría exacto cumplimiento
de 31 de Julio de 1898, conlo cual se evitarán alarmas
injustificadas y perjudiciales al comercio y a nuestro
crédito externo.
He aquí el movimiento de las rentas nacionales en
los mismos años antes mencionados; en pesos de 18 pe
niques:
^.ñc 1895 Entradas $ 83.9 millones Gastos S 74.1 millones
?) 1896 i? $ 99.3 55 jj S 102.7

»)
1897 55 $ 72.3 55 55 S 71.7
5>
1898 55 $ 109.2 55 55 $ 88.3

Mientras tanto se continuaba acumulando recursos para


la conversión del año 1902. Se creia, en Mayo de 1901,
que los 18 millones de pesos que existían en la Casa de
Moneda, las remesas quincenales de 400 mil libras ester
linas que debían venir de Europa, y el oro en circulación
bastaban para efectuar la conversión en la fecha fijada,
por la citada ley de 1898.
Parecía, pues, que no habría inconveniente para rea
lizar la operación, pero surjió de nuevo la cuestión inter
nacional es decir, la controversia de límites con la Repú
blica Argentina, despertando alarmas y formando el con
vencimiento de que era necesario postergarla, para cuyo
efecto el Gobierno presentó un proyecto de ley al Con
greso para que se fijase como fecha el l.9 de Octubre de
1903. En difinitiva la promesa de conversión
quedó pos
tergada hasta el l.9 de Enero de 1905.
Esta resolución fué adoptada por la ley de 3 1 de Di
ciembre de 1901. En ella se dispuso, además,
que se au
mentase anualmente el fondo de conversión con
$ 5 mi
llones en oro y autorizó la acuñación de monedas de
plata
de un peso y de 50 centavos hasta un total de cuatro
millones de pesos.
95

¡eiBLÍOTCCA NACIONAL
BIBLIOTECA AMERICANA

"JOSÉ rofiíKiO MEDWA"


Los gastos militares redujeron en $ 20 millones los
fondos de conversión en los años 1901 y 1902, y causaron
considerable desequilibrio en las rentas nacionales.
El estado de la Hacienda Pública en estos dos años
fué como sigue:

Año 1901 Entradas $ 91.7 millones Gastos $ 102.3 millones


„ 1902 „ $ 86.3 „ „ $ 103.1

El desequilibrio Presupuesto y los compromisos


del
la caída exteriores del Erario justificaban los temores de un nue-
del vo fracaso de cualquier intento de conversión; pero la
régimen situación mejoró notablemente en los años siguientes, co-

metÁlico mo lo indican las cifras que siguen:

Año 1903 Entradas $ 101.3 millones Gastos $ 90.6 millones

„ 1904 „ $ 116.7 „ „ $ H0.2


„ 1905 „ $ 115.0 „ „ $ 103.9

El comercio exterior continuaba su marcha ascen


dente, estimulado por el alza de los precios, señalando en
los mismos años las cifras siguientes en pesos de 18 d.:

Año 1901 $ 171.8 millones Importaciones $ 139.3 millones


Exportaciones
1902 „ $ 185.8 „ „ $ 132.4

1903 $ 196.0 „ „ $ 143.4


„ „

1904 „ $ 217.5 „ „ $ 157.1


1905 „ $ 266.8 „ „ $ 188.5


La del cambio señala en este período tenden


curva

cia ascendente, pues el promedio, que había sido de 14/2


en 1899, se mantuvo alrededor de 16 hasta 1905.

Los Bancos también comienzan a dar nueva expan


sión a sus negocios como lo demuestran las cifras de los
préstamos efectuados entre los años que se indican en
seguida:
$ 106.7 millones
Año 1901 Préstamos bancarios
1902 $ 173-1
„ „

1903 „
$ l61A
„ „

$ 20L6 "

1904 „ „

$ n2-8
„ 1905 „ „

96
Estas cifras se estimaban como un signo inequívoco la caída del

de prosperidad en momentos en que se desarrollaban con- régimen


siderables empresas mineras en el Norte y ganaderas en el metálico
Sur.
En un principio este movimiento creciente en los
negocios no tuvo carácter especulativo, pero el impulso
estaba dado y había de producir nueva crisis de circulante.

No EXISTÍAN ENTRE NUESTROS GOBERNANTES nociones LA CRISIS DEL

precisas acercade la cantidad de circulante que debía LLAMADO

poseer un
país, atendida la cuantía de sus negocios, ni de RESURGI
la manera de proveer sin perturbaciones al incremento MIENTO
de la producción por medio de un aumento proporcional
de los medios de cambio. Es lo que se llama corrientemen
te, la elasticidad del circulante. La solución de este pro
blema es de época reciente entre nosotros y se relaciona
con la creación del Banco Central de Chile.

Ante la restricción de los créditos a que daba origen


el abultamiento de las operaciones bancarias, los partida
rios del papel moneda seguían combatiendo firmemente
todo propósito de llegar a la conversión prometida para
1905. Su influencia, muy grande en el Gobierno y en el
Congreso, era suficiente para impedirlo y para imponer
nuevas emisiones de billetes. Se
proclamaba, aún por los
defensores de la moneda estable, que en el régimen de
curso forzoso se
requiere mayor cantidad de moneda que
en el
régimen metálico; y que, encontrándose el país em
peñado en ensanchar sus industrias, se consideraba conve
niente aumentar el circulante.
Las opiniones contrarias no escuchadas, por
eran

muy respetables que fuesen sus sostenedores. El ilustre


repúblico señor Enrique Mac I ver, condenó en forma e-
nérgica la nueva emisión en proyecto, considerándola
injustificada e hija únicamente de la extraordinaria per
versión del criterio que nos aqueja,
perversión en materia
política, perversión más grave en el orden administrativo,
97
la crisis del
perversión profunda el orden económico. Estas pala-
en

llamado bras resuenan en nuestros oídos como si ahora las estuvie-


resurgi- ra
pronunciando en el Parlamento.
MIENTO Tres días antes del designado por la ley de 1901 para
establecer el régimen metálico, como lo recuerda el señor
Zegers, el Presidente de la República promulgó la ley de
29 de Diciembre de 1904 que postergaba esta operación
hasta el l.9 de Enero de 1910 y autorizaba una emisión
de $ 30 millones.
Como el Gobierno no necesitaba estos billetes, se ar
bitró su empleo en la compra de bonos de la Caja Hipote-
ria hasta un total de $ 20 millones, con lo cual se favore
cía a los clientes de esta institución: los $ 10 millones
restantes se reservaban para el servicio de la deuda interna.

El aumento repentino del circulante dio origen a una


excesiva expansión del crédito. Se lanzaron al mercado en
1905 $ 342 millones en acciones de sociedades anónimas,
casi todas sin base seria o con base inflada, dice el señor
Zegers, y esas acciones se vendían con premio durante
algunos meses por valores que en un sólo día pasaron de
millones de pesos. Era la fiebre de la especulación bursá
til, cuyo fin no podía ser otro que la liquidación desastro
sa de todos los malos negocios, la ruina de muchos, la dis

minución de la caja de los Bancos y de nuevo las amenazas


de una
quiebra.
Con motivo el Gobierno presentó al Congreso
este

un
proyecto para crear una Caja de Emisión
destinada a
proporcionar a los Bancos los billetes que necesitasen, me
diante el depósito de su valor equivalente; pero, la ley que
despachó el Legislativo fué muy diferente.
Esta fué la ley del 23 de Mayo de autorizó
1906 que
una emisión de $ 40 millones, de los cuales la mitad se des
ser tomada
tinaría a obras públicas y la otra mitad podía
por los Bancos o por particulares, entregando igual can

tidad en oro sellado o en buenas letras sobre Londres.


Naturalmente, no era esta una operación ventajosa para

98
los Bancos. Esta vez no habían obtenido lo que deseaban la crisis del

y en la forma que esperaban; pero la ley tuvo un efecto resurgi-

saludable. miento

El circulante sería en adelante de $ 120 millones.


El cambio fluctuó al rededor de 14 peniques.
Las consecuencias lógicas del sistema de las emisiones
de monto arbitrario no tardaron en hacerse sentir. Los
precios de los artículos de consumo interno, las mercade
rías importadas, las propiedades rústicas y urbanas, etc.
comenzaron a subir lo mismo que el precio del oro, índices

todos de la desvaloración de la moneda.


Dentro de la teoría oficial, para conjurar la restric
ción de circulante que provocaba el alza general de pre
cios, no había otro medio que el aumento de las cantida
des de billetes para satisfacer la demanda del mercado.
La situación general se complicó en 1906 con las
pérdidas que ocasionó el terremoto de Valparaíso, que
impuso al Erario gastos extraordinarios y, el aumento de
la deuda pública con nuevos empréstitos. Había malestar
en los
negocios y se pedía con insistencia medidas de Go
bierno para mejorar la situación, la suspensión de las acu
mulaciones en el fondo de conversión, la abolición del pa
go en oro de los derechos de Aduana; que se aumentaran
los derechos de importación, que se trajeran al país los de
pósitos en oro existente en el extranjero, etc.
Por fin en 1907, después de largas discusiones, se
aprobó la ley del 27 de Agosto que autorizó una nueva
emisión de $ 30 millones, la contratación de varios em
préstitos y la entrega a los Bancos de billetes de curso le
gal en la proporción de un peso por cada 1 8 peniques, con
garantía de los depósitos que hiciesen en oro sellado o en
certificados de haberse hecho el depósito en Londres.
Dada la baja que había experimentado el valor del
peso, era ilusorio pensar que para obtener billetes que va
lían menos de diez
peniques se garantizarían con pesos
de 18 peniques.

99
Se ideó entonces otro expediente. Por ley de 24 de
la crisis del Diciembre del mismo año, el Gobierno quedaba autoriza-
llamado do para emitir Vales de Tesorería al portador, sin interés
resurgí- y de curso legal, o sea, verdadero papel moneda. Estos Va-
miento les solo podrían entregarse a los Bancos que los solicitaran,
debiendo dar garantías en bonos hipotecarios y pagar por
los préstamos un interés inferior en 3% a los intereses
que cobrasen al público. Siendo de 9% la tasa de interés
corriente, los Bancos debían pagar entonces un 6% al
Fisco.
Esta emisión de Vales de Tesorería hizo desaparecer
la tensión en los negocios, el temor de retiro de los depó
sitos de los Bancos y éstos no intentaron por el momento
pedir nuevas emisiones de papel moneda.
El circulante, mediante la emisión autorizada por la
ley de Agosto de 1907, había llegado a $ 150.000,000.
Los Bancos podían retirar de la Caja u Oficina de
Emisión los billetes que necesitasen bajo garantía de de
pósitos en oro según aquella ley, y ahora, Vales del Teso
ro, con una simple caución en bonos y el pago de un mo
derado interés por el uso del crédito del Estado.
Las rentas nacionales habían seguido incrementán
dose en forma que aseguraban el equilibrio presupuesta
rio según puede verse en seguida:
Año 1906 Entradas $ 146.5 millones Gastos $ 119.1 millones

1907 „ $ 144.4 „ „ $ 120.8

El comercio exterior continuaba también desarro


llándose satisfactoriamente, como puede verse en las ci
fras que siguen, expresadas en moneda de 18 peniques:

Año 1906 Exportaciones $ 275.0 millones Importaciones $ 225.2 millones


„ 1907 „ $ 280.0 „ „ $ 293.6

operaciones de los Bancos seguían el


Las incremento
del comercio en la siguiente forma:

100
Año 1906 Préstamos bancarios $ 45 0.3 millones


1907 „ 5,

$ 478.5 „

La financiera de estos establecimientos se


posición la crisis del

afirmó en escala inusitada en los últimos cinco años. El llamado

capital pagado y reservas que eran solamente de $ 60.1 resurgi-

millones en 1903, pasó a las cifras siguientes: miento

Año 1904 Capital pagado y reservas $ 73.9 millones


1905 „ „ „ „ $ 100.8

1906 „ „ „ „ $ 167.4

1907 „ „ „ „ $ 149.9

No obstante la buena situación


fiscal, la expansión
del comercio exterior y la más firme posición bancaria,
el cambio internacional, índice del valor de la moneda,
fué descendiendo de año en año al compás del incremento
de las emisiones de papel moneda: el término medio del
año 1904 fué de 16.4 peniques, en 1905 bajó a 15.6, en
1906 bajó todavía a 14.4 y en 1907 se cotizó en Enero
a Diciembre, a 9.8 peniques.
13.4 y en

Los fondos de conversión, depositados en Bancos ex


tranjeros, llegaban a $ 79.9 millones, un respaldo magní
fico de más del 50% del circulante.

LA CONTINUADA DESVALORACIÓN DE LA MONEDA restrin- LA DE


CAJA
gía los medios de pago en relación con el alza de precio emisión de
de los productos nacionales y de las mercaderías extran- 1912
jeras, por cuyas circunstancias los negocios se movían con
dificultad, dando ocasión para que los partidarios del pa
pel moneda continuasen propalando sus quejas sobre es
casez de circulante. La
opinión pública, convencida del
fracaso de la política seguida hasta entonces, resistía ya
con decisión todo
propósito de nuevas emisiones, como
ya lo pedían los Bancos. Pero, las mayorías parlamentarias
pensaron de otra manera. No se trataba de nuevas emisio
nes de billetes,
tampoco de la emisión de Vales de Teso
rería, que estimaban onerosa los Bancos: se modificaría

101
la caja de
simplemente la ley de Caja de Emisión creada en 1907 y
emisión de se rebajaría la unidad monetaria
exigida para los depósitos.
1912 Dictóse, en consecuencia, la ley de 12 de Mayo de
1912. La Caja de Emisión llamaría en adelante Oficina
se

de Emisión y estaría encargada de las funciones de emitir


billetes fiscales a solicitud de los Bancos nacionales y ex
tranjeros establecidos en el país, con garantía de los depó
sitos que estas instituciones debían hacer en la Tesorería
Fiscal de Santiago o en la Tesorería existente en Londres,
en la
proporción de 12 peniques por peso; de entregar a
los depositantes certificados nominativos de su caución
y de retirar estos certificados una vez devuelto el depósito
correspondiente. La emisión garantizada en esta forma
no podría exceder el capital efectivo de cada solicitante.

La ley no fué bien recibida por los partidarios de la


conversión a un mayor tipo de cambio, ni por los que con
sideraban que el sistema de los certificados no favorecía
sino a los Bancos que estuviesen en condiciones de hacer
depósitos en oro, y, en primer lugar, a los Bancos extran
bancarias euro
jeros que, por representar a instituciones
peas, tenían más recursos y
facilidades para retirar bille
tes de la Oficina de Emisión.
En efecto, fueron los Bancos extranjeros los que me
jor aprovecharon las facilidades que ofrecía la ley para
retirar billetes y aumentar sus disponibilidades de caja
sin que sus capitales corriesen riesgo alguno, pues en cual
recibir
quier momento podían devolver esos billetes y
sus depósitos de oro. Era la operación que
hicieron durante
la vigencia de la ley de 1912. Sobre un total de £1.980,000
libras en Londres en 1913, a los Bancos ex
depositadas
£1.5 3
0,000.
tranjeros pertenecían
La Oficina de Emisión funcionó sin inconvenientes
y a fines de 1912 había emitido ya $ 18.5 millones de
pesos.
las e-
Luego sobrevino la primera guerra europea y
misiones de la Oficina se duplicaron con motivo de las
102
dificultades en que hallaron los Bancos para atender al
se la caja de

retiro de los depósitos que exigía el público, bajo la impre- emisión de

sión de incertidumbre que se difundió en los primeros 1912


momentos.
En tales circunstancias, ya no se
podía pensar en la
conversión del papel moneda, y fué postergada una vez
más hasta 1915.
Para conjurar el peligro en que se encontraban los
Bancos, el Gobierno hizo un depósito por £1.500,000 li
bras en Londres a la orden de los Bancos de Chile, Español
y Nacional para que pudieran retirar $ 30 millones de
pesos de la Oficina de Emisión; y luego el Congreso dictó
la ley del 3 de Agosto de 1914 autorizando por un año la
emisión de Vales de Tesorería de curso forzoso, que se en
tregarían en préstamos a las instituciones bancarias por
una cantidad
igual al 50% de su capital pagado, median
te una garantía en bonos
hipotecarios y el pago de un
interés de 3 % inferior al que se cobrase al público.
Por otra parte, temiéndose una paralización de la
industria salitrera, la principal fuente de las entradas fisca
les, se dictó la ley del 1 2 de Agosto que autorizaba al Go
bierno para hacer préstamos a las empresas de este ramo.
Fueron dos medidas de emergencia que salvaron una
situación inesperada y de las cuales nos
ocuparemos des
pués con más detalles. Por el momento daremos el resu
men de las emisiones hechas en el
primer año de la guerra:
Año 1914 Vales del Tesoro
garantizados con bonos $ 6.8 millones
„ „Vales del Tesoro garantizados con salitre $ 21.2 „

,, „Billetes fiscales garantizados con oro $ 45.0 „

Total
$ 73.0 millones

Mediante estos auxilios extraordinarios


que autori
zaban las leyes, las operaciones bancarias, comerciales e
industriales pudieron desarrollarse sin tropiezos. La rea
nudación y expansión del comercio a
impulsos de la de
manda de los productos chilenos, así como el estímulo de

103
la caja de los buenos precios, dieron por resultado una gran abun-
emisión de dancia de letras y la valoración ascendente de la moneda.
1912 He aquí, primeramente, el movimiento del comer
cio exterior en los cuatro años de la guerra:

Año 1914 Exportaciones $ 299.5 millones Importaciones $ 269.7 millones


„ 1915 „ $ 327.4 „ „ $ 153.2

1916 „ $ 513.5 „ „ $ 222.5
„ 1917 „ $ 712.2 „ „ $ 355.0

Las operaciones bancarias de los mismos años, esti


en moneda corriente y en oro, señalan para los
puladas
avances al público la siguiente escala ascendente en millo
nes de pesos:

Año 1914 Préstamos bancarios en billetes $ 512.5 millones



1915 „ „ „ „ $ 559.6


1916 „ „ „ „ $ 516.8
., 1917 „ „ „ „ $ 630.8 „

Año 1914 Préstamos bancarios en oro $ 49.2 millones

1915 „ „ „ „ $ 45.9 „

„ 1916 „ „ „ „ $ 45.9 „

1917 „ „ „ „

$ 79.3

El de los Bancos se componía en este último


capital
año como sigue: en moneda corriente, capital pagado
$ 193.8 millones; id. en oro de 18 peniques, $ 8.4 millo
nes; fondos de reserva en moneda corriente, $ 77.5
millo
nes, y en oro de 18 peniques, $ 9.2 millones.
Los depósitos del público alcanzaban a $ 499.5 mi
llones moneda corriente y $ 121.0 en oro de 18 peniques.
Las rentas nacionales aumentaron también paulati
namente hasta llegar en 1912 a $ 210.9 millones, pero
descendieron hasta $ 128.1 millones en 1915.
La curva del cambio, como era natural, sufrió du
rante el primer período de guerra gran depresión, seña

lando el punto extremo en el último trimestre de 1914


con 7 peniques ymedio; fué reaccionando en los
pero
término medio de último año
años subsiguientes. El este

104
fué de 8 1 5/16 y de 8 /2 en 1915, con tendencias de alza. LA CAJA DE

En Diciembre de 1916 el cambio llegó a 11 /2 y a 14 /2 EMISIÓN DE

1912
peniques en el mismo mes de 1917.
El circulante se componía en esta fecha de $ 150
millones de billetes fiscales y de $ 34 millones de billetes
garantizados con oro, y Vales del Tesoro garantizados
con bonos y prenda de salitre.

Desde que se inició el alza del cambioempezó a MEDIDAS

notarse desasociego los círculos afectos al


en papel mone PARA

da, temerosos de que realizase la condición del alza a


se OBTENER LA

un punto cercano a los 18 peniques para efectuar la con VALORACIÓN


versión; y para prevenir este suceso, se dirigieron de nue DE LA

vo al Gobierno buscando su intervención, no obstante el MONEDA EN

hecho notorio de que la valoración de la moneda obede 1918


cía a causas naturales, cuales eran el aumento de las ex
portaciones y la restricción de las importaciones que pro
ducían una extraordinaria abundancia de letras en el
mercado.
Con mucha razón el diputado señor Enrique Oyar-
zún, actual Presidente del Banco Central de Chile, decía
entonces en la prensa:

Por mi parte y opinando de puertas afuera y nada


más que con los antecedentes que todos conocen, no veo
por qué hayamos de alarmarnos y mirar corno un graví
simo peligro un fenómeno que es absolutamente natural,
dentro del movimiento de exportación e importación que
acusan nuestras Aduanas. Si ese movimiento deja un
apreciable saldo en favor de nuestras exportaciones ya
que el salitre, el yodo, el cobre, la lana, el trigo, y talvez,
aunque en pequeñísima parte, el hierro del Tofo sumi
nistran una cantidad de letras muy
superior a la que ne
cesitamos pedir al mercado para el pago de nuestras im
portaciones y para el servicio de los gastos y deudas que el
Gobierno tiene que atender en el extranjero ¿porqué alar
marnos ante la
benéfica bonanza de nuestro peso de pa-
105
peí, lo cual disminuímos siquiera en parte el aumento
con

de precio de la casi totalidad de nuestros consumos}.


El señor Oyarzún, se pronunció decididamente en
contra de toda medida que pudiera aconsejarse al Gobier

no para impedir el alza del cambio, manifestando que na

die podría decir que el alza del cambio ha sido perjudicial


para Chile.
No obstante unafuerte oposición, el proyecto que
se había sugerido al Gobierno en 1917 fué aprobado por

el Congreso en la forma en que aparece en la ley de 22 de


Mayo de 1918.
En virtud de ella, cualquiera persona podía recibir
medidas billetes ficales en cambio de oro depositado a razón de 1 8
Santiago. Los Bancos extranjeros
para peniques por peso, en

obtener la podían hacer este depósito a la orden de las legaciones de


valoración Chile en Gran Bretaña, Estados Unidos, España o la Repú-
de la blica Argentina o en los Bancos que el Presidente de la
moneda en República eligiera. De esta manera los Bancos extranjeros
1918 resultaban nuevamente favorecidos, puesto que los Bancos
nacionales no tenían oro en el país ni la posibilidad de ob
tenerlo el extranjero.
en

La ley mantenía el sistema de los certificados otor


de oro
gados a los Bancos o personas que hiciesen depósitos
en cambio de billetes, certificados que
daban al portador
los billetes. En
el derecho de rescatar el oro restituyendo
otros términos, como en la ley de 1907,
la estabilidad del
cambio no aprovechaba sino al poseedor del certificado.
Por la misma ley quedó suprimida la limitación que
se había fijado para la emisión de
cada Banco en la ley
de 1912.
de
El 31 de Diciembre de 1918 las emisiones sobre
millones.
pósitos en oro llegaron a $ 70.5
Comentando esta operación decíamos en una Revis
Valparaíso, en 1919:
ta Económica que editábamos en

de
Los Bancos no necesitaban ciertamente tal
exceso cir

el Ministro
culante, ni tenían oro para garantizarlo, pero
106
de Hacienda les los medios y así los Bancos pudie
facilitó
ron presentarse a las Bolsas a comprar todas las letras que

se ofrecían a 17 d. Fué una especulación a la baja.

Corroborando lo dicho se pueden citar las palabras medidas

del diputado señor Arturo Prat Carvajal cuando esta ma para

niobra producía sus efectos: Atribuyo considerable in obtener la

valoración
fluencia en la baja violenta del cambio a las leyes del año
12 y de Mayo último, que han dado medios de acción a DE LA

los que especulan con nuestra moneda y que han elimina MONEDA EN

do en los Bancos el interés por mantener su valorización. 1918


El Ministro de Hacienda, autor de la ley, expresaba
también que si el cambio había bajado bruscamente a 9
peniques era por la especulación; pero esta aseveración
fué rechazada por el Banco de Chile y la Bolsa de Corre
dores de Valparaíso en una nota enviada al Gobierno en
que decían: Demostrado como queda que el único factor
que contribuye a fijar el tipo de cambio es la abundancia
o escasez de letras en el mercado, parece lógico que así

como se detuvo el alza del cambio por la acción guberna

tiva poniendo un límite a la oferta de letras por medio


de la Caja de Emisión, que las absorbía y las convirtió
en
papel moneda, se detenga también por la misma acción
el descenso del cambio, eliminando las causas que produ
cen la demanda excesiva de letras.

Para ilustrar la materia que estamos tratando cita


remos las cifras del movimiento del comercio exterior,

expresadas en moneda de 1 8 peniques :


Año 1918 Exportaciones $ 763.6 millones Importaciones $ 436.0 millones
„ 1919 „ $ 301.4 „ „ $ 401.3
„ 1920 „ $ 778.8 „ „ $ 455.0

He aquí ahora de las operaciones de la


un resumen

Oficina de Emisión hasta Septiembre de 1919: el movi


miento total fué de $ 215 millones, de los cuales $ 211.1
millones fueron entregados a los Bancos y $ 4.1 millones

107
a
particulares. Los Bancos devolvieron $ 157.8 millones
y los particulares, $3.4 millones.
La circulación total en este año se componía como

sigue:

valoración Emisión de papel moneda fiscal


fija $ 150.0 millones
.

de la Billetes emitidos por la Oficina de


moneda en Emisión con garantía de oro $ 53.2 millones
1918 Vales del Tesoro con garantía de salitre $ 3 5.6 millones

O sea, total de circulante de $ 238.8 millones,


un

cifra que explica, desde el punto de vista monetario, las


fluctuaciones que tuvo el cambio internacional mediante
la intervención gubernativa en este período.
En 1917 el cambio había subido a 14 y medio pe
niques y siguió adelante en esta forma : 15.1 peniques en
Marzo de 1918, en Abril 15.6, en Mayo 16.7 y en Junio
17.2, valoración que alarmó a los interesados, como que
da dicho y que determinó la expansión extraordinaria
de las emisiones de emergencia.

LAS El desconcierto producido en los negocios por la


EMISIONES declaración de la guerra europea en 1914, dio origen a
DE medidas ya señaladas para contrarrestar los efectos de un
EMERGENCIA pánico bancario y prevenir la paralización de la industria
del salitre, cuyo producto por el momento no tenía colo
cación en el mercado. En ayuda de los Bancos el Gobier
no depositó en Londres como se ha dicho la
suma de

la
£1.500,000 para que pudiesen retirar $ 30 millones de
Caja de Emisión. Además, la ley del 3 de Agosto autori
zó la emisión de Vales de Tesorería que se entregarían a los
Bancos en préstamos. A fines de este mes ya había en cir
culación $ 24.7 millones en Vales. Pasado el peligro los
Bancos devolvieron la mayor parte de ellos, quedando en
circulación unos $ 6 millones a fines de Septiem
apenas
bre.

108
En cuanto a la industria salitrera, que por la guerra las

no podía contar con recursos del exterior en la misma emisiones

proporción que anteriormente, recibió también inmedia- de

to auxilio del Estado: se autorizó a los productores para emergencia

girar letras contra las Tesorerías Fiscales, que serían des


contables en los Bancos, los cuales podrían depositarlas
en la Oficina de Emisión para recibir Vales de Tesorería.

A fines de 1914 la emisión alcanzaba a $ 21 millones.


Cuando prosperaron los negocios de salitre por la prolon
gación de la guerra, estos Vales fueron desapareciendo y
en 1918 solo quedaban circulando en corta cantidad. Pe

ro, con la terminación de la guerra vuelve a producirse


una paralización de las ventas de salitre y los productores

acuden de nuevo al recurso de los Vales de Tesorería, ob


teniendo préstamos por un total de $ 41.2 millones, a
fines de 1919.
La disminución de las exportaciones y de las impor
taciones afectó profundamente al Erario, produciendo el
desequilibrio de la Hacienda Pública. La renta del sali
tre, que había sido de $ 110.5 millones en 1918, bajó a
$ 27.7 en 1918. La falta de recursos había obligado al
Gobierno a dejar en circulación $ 3 0 millones en Vales del
Tesoro que habían sido cancelados por los productores de
salitre, situación regularizada por la ley de Noviembre de
1920 que autorizó con este objeto una emisión de Vales
del Tesoro a cinco años plazo por igual suma. Como no
había mercado para estos papeles dada la fuerte deuda flo
tante fiscal, se
dispuso que sirviesen de garantía a los Ban
cos
para retirar Vales de curso forzoso dentro de las pres
cripciones de la ley de 3 de Agosto de 1914.
Este sistema de financiamiento se hizo después más
general, incluso para cubrir los déficits del Erario.
Los préstamos salitreros alcanzaron, en los momen
tos más
apremiantes, a crecidas sumas. Así, por ejemplo,
los préstamos en Vales
llegaron a $ 104.7 millones y los
en letras a $ 72.2
millones, en el mes de Agosto de 1919.
109
las En 1921 modificó el sistema y se dispuso que en ade-
se

emisiones lante los préstamos se harían en billetes fiscales en vez de


de Vales; disminuyeron entonces los Vales y aumentaron los
emergencia billetes emitidos con garantía de salitre, manteniéndose
la circulación entre $ 50 y $ 90 millones en 1922 y prin
cipios de 1923.
Las necesidades fiscales dictaron la ley de 1 5 de Ju
lio de 1921, que autorizó un empréstito que produjera
$ 5 0 millones en moneda corriente y $ 2 5 millones en oro.
Los bonos en oro de este empréstito podrían servir para
retirar billetes fiscales y los en moneda corriente, como
caución a los Bancos nacionales para el retiro de Vales.
Otra ley de Diciembre del mismo año autorizó la contra
tación de un empréstito que produjera $ 80 millones en
billetes y hasta £1.500.000. Los Bancos nacionales po
drían retirar los Vales con garantía de bonos o letras del
empréstito hasta el 75% del capital pagado, con la obli
gación de pagar al Fisco un interés inferior en 2% a la
tasa de descuento.

Una nueva ley del 22 de Febrero de 1922 autorizó


la emisión de bonos por $3.5 millones para obras de puer
to, con interés de 8% y amortizable en cinco años, los
cuales podrían servir para el retiro de Vales.
Las emisiones de emergencia señalan los siguientes
saldos en 1925:

Vales del Tesoro garantizados con bonos $ 145.1 millones


Vales del Tesoro garantizados con salitre $ 5.7
$ 8.6
Billetes fiscales garantizados con oro „

$ 0.9
Billetes fiscales garantizados con salitre

Total del circulante de emergencia $ 160.3 millones

Las emisiones de Vales garantizados con bonos y con


salitre permitieron el retiro de los billetes garantizados
con salitre, a medida que mejoraba la situación de la in
dustria; y finalmente, desaparecieron también casi total
los Vales producto. A la vez,
mente garantizados con este

110
el aumento de las emisiones de Vales garantizados con bo- las

nos mantuvieron una cantidad de circulante que varió emisiones

poco, evitándose las perturbaciones que, en otro caso ha- de

oría producido la contracción de las emisiones. Pero, con emergencia

el cambio se perjudicaba naturalmente la garantía, puesto


que los bonos no podían compararse con la caución de oro
o salitre. El público, no obstante,
prefería esta clase de e-
misiones antes que las de papel moneda emitido directa
mente por el Fisco.
La situación de la Hacienda Pública entre los años
de 1921 y 1925 pone de manifiesto el desequilibrio de la
Tesorería y los recursos extraordinarios con que fueron
atendidos los gastos públicos desde 1921 a 1926:

ENTRADAS:

Años Rentas Empréstitos y emisiones Totales

1921 $ 346.3 mil Iones $ 278.3 millones $ 624.6 m llones


1922 $ 365.9 $ 184.6 $ 550.5 55

1923 $ 560.0 $ 560.0 55

1924 $ 608.6 $ 40.0 $ 648.7 55

1925 $ 701.2 $ 701.2 55

1926 $ 735.2 ! $ 304.3 ," $ 1.039.5 55

GASTOS:

Año 1921 $ 604.8 mi

1922 $ 565.7
1923 $ 617.5
1924 $ 677.3
1925 $ 824.7
1926 $ 1.122.4

Sobre operaciones de emergencia, un ministro


estas
de Hacienda, el señor Julio Philippi, ha
expresado opinio
nes
que compartimos enteramente. Nada puede objetarse
a la
ayuda que el Estado, en tiempos difíciles, ha prestado
a la industria
salitrera, de tanta importancia para el país;
pero, en cuanto a la forma, el Estado ha debido tener pre
sente la situación monetaria y no aumentar el volumen
de los medios de pago más allá de las necesidades efectivas
de la industria y del comercio. Y, con
respecto a los présta-
111
LAS mos fiscales,
había hecho de esas emisiones una fuente
se

EMISIONES de recursos para el Estado, un medio de obtener fondos


con qué llenar los
DE
desequilibrios del presupuesto. Este fué
un descubrimiento de nuestros hombres
EMERGENCIA
públicos en los
últimos años.
El resumen de toda esta experiencia fué que la si
tuación monetaria se había complicado con los arbitrios
ideados para moderar los efectos de las emisiones de papel
moneda, y que eran otras medidas las que reclamaba el
país.

ESTUDIOS Hacía tiempo que la opinión pública estaba conven


PARA LA cida de que no bastaban los expedientes para remediar la
REFORMA instabilidad del cambio internacional y evitar la conti
MONETARIA nua depreciación de la moneda.

Y BANCARIA Era para ello indispensable modificar la defectuosa


ley de Bancos de 1860 y establecer un sistema monetario
adecuado a las condiciones económicas del país.
Convencido el que esto escribe, como redactor fi
nanciero de "El Mercurio", sugirió en 1912 el nombra
miento de una comisión oficial para el estudio de estas
cuestiones fundamentales; y acogiendo la idea el Minis
tro de Hacienda, señor Pedro N. Montenegro, designó
con este objeto a varios profesores y financieros, quienes
se consagraron durante un año al estudio de los proble
mas pertinentes.
Como resultado de estudios esta Comisión de
sus

Legislación Bancaria y Monetaria propuso al Gobierno,


en 1913, la creación de una Caja Central de
Emisión y
Conversión, cuyas funciones principales serían las siguien-
tes:

legal previo depósito de


a) Emitir billetes de curso

monedas de de 0.30509 gramos de oro puro por peso;


oro

b) Pagar a la vista y al portador los billetes que


se

le presentasen con este objeto a razón de igual cantidad


de oro o en letras sobre el extranjero;
112
Mis

G-dyLoLrvLLel oyCenjilc^
G líoin is Ira de C Jla cié 1 1 de
>Cl
'IddeJunie deC/S3(Tá 6 deiddvwm/^e <)eC/Sdd).
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Í£CA «AClOtfALl

\ Si.LH.IOTSC'A AMERíCí.NA i

| "J0££ roíiiBíO SflEDífiA"' ;


hasta por $ 50 mi
c) Emitir billetes de curso legal
llones en excesosobre el monto total de los fondos en oro
destinados al rescate del billete;
d) Destinar esta emisión al descuento de obligacio- estudios

nes a no más de 90 días, suscritas a favor de Bancos cuyo reforma

capital pagado no bajase de cinco millones de pesos, pro- monetaria

venientes de operaciones comerciales, y y bancaria

e) Emitir también billetes de curso legal que se des


tinarían exclusivamente a la compra de letras de cambio
sobre el extranjero, y vender letras de cambio igualmente
contra efectivo en billetes.
La primera cuestión que se propuso resolver la Co
misión fué el tipo de cambio de la futura conversión y
de acuerdo con las opiniones de las autoridades más repu
tadas y en vista de las experiencias verificadas en otros
países, encontró que no podía pensarse en mantener la
conversión a 12 peniques (el cambio estaba a 9 '/ ) sin >

producir graves trastornos en los negocios, ligados por


tanto tiempo a tipos de cambio bajos, por lo cual debía

tomarse como base el tipo medio de cambio en los seis años

anteriores, adoptando el de 10 peniques. Esta resolución


era la más
lógica y conveniente y así había pensado en
1886 el señor Courcelle Seneuil, el venerable profesor de
Economía Política de nuestro Instituto Nacional, retira
do en Francia, en carta dirigida a don Marcial Martínez y
en la cual le
expresaba que los pagos en metálico se debían
hacer no a la par sino al curso del cambio del día, señalan
do el ejemplo de Rusia que así había procedido en 1839
con
pleno éxito.
Cuestión no menos importante era la de resolver có
mo debía restablecerse la circulación
metálica, desechán
dose el procedimiento de 1895, de
reemplazar el billete
por la moneda de oro, por estimar preferible mantener el
uso del billete,
que requeriría menor cantidad de oro y
evitaría el acaparamiento. Apoyada en sólidas razones
y
buenos antecedentes, la Comisión
proponía, en resumen,
113
la adopción del sistema llamado del Patrón de cambio a
oro, o seael Gold Exchange Standard.
Para realizar las operaciones destinadas a la implan
REFORMA tación del nuevo régimen, la Comisión proponía la crea
MONETARIA ción de un organismo autónomo que se denominaría Ca
Y BANCARIA
ja Central de Emisión y Conversión.
En esta proposición se encuentra la base de los pro
yectos que se presentaron posteriormente al Congreso,
pero con una organización más cercana a la de los insti
tutos bancarios centrales europeos.
El Gobierno de 1913 patrocinó las ideas de la Co
misión y las Cámaras aprobaron un proyecto dentro de
las líneas generales de su informe. En su tramitación le
gislativa, sin embargo, fué atacado con tenacidad por los
partidarios del papel moneda. Se presentaron después
nuevos proyectos que permitieron adelantar los estudios

y robustecer el convencimiento de la necesidad de proce


der ala estabilización monetaria.
En estas circunstancias estalló la guerra europea y,
en la incertidumbre general, se abandonó por el momento

el propósito de llevar a cabo la reforma.

ESTUDIOS Durante el largo período que se extiende desde las


PARA LA primeras emisiones de billetes bancarios, la inconvertibi-
REFORMA lidad de estos billetes, la aparición del papel moneda fis
DE LA cal, la caída de la primera conversión metálica en 1898,
LEGISLACIÓN y la nueva implantación del papel
moneda de curso for
BANCARIA zoso, hasta la creación del Banco Central
de Chile, en
1925, no existió propiamente otra norma para las opera
ciones bancarias la ley de 1860, inspirada en la legis
que
lación escocesa de los Bancos libres, cuyos defectos se
hicieron patentes andando los años, como se ha podido
comprobar en el curso de esta síntesis.
Cuando se dictó la ley mencionada no existían sino
dos Bancos, recien fundados, y de ellos sólo uno emitía
billetes en corta cantidad.
114
El punto más grave la autorización que se daba
era

a los Bancos para emitir billetes libremente,


sin garantía

especial alguna, hasta por un valor equivalente al 150%


del capital pagado.
Tampoco establecía la ley reglas para prevenir los estudios

préstamos excesivos y para dar garantías a los depositan- para la

tes. En algunas ocasiones los directores de Banco tomaron reforma

para sí préstamos que representaban la mitad del capital


de la

y en otras, los accionistas recibieron dividendos sacados legislación


de los fondos del encaje. Ansiosos de ensanchar el volu- bancaria

men de sus negocios, los Bancos emitían billetes e inver

tían los depósitos del público sin preocuparse de su res


paldo.
La mala administración de los Bancos fué la causa

principal de la incon vertibilidad de susbilletes en 1878.


Las inversiones a largo plazo, que inmovilizan los
capitales impidiendo la renovación constante de la carte
ra, así como los préstamos consentidos al Gobierno sin
prudentes limitaciones; y, en general, los abusos del crédi
to, fueron desde un principio los escollos que impidieron
una organización bancaria
digna de confianza.
El fracaso de la conversión metálica de 1895 se de
bió también a la falta de una reglamentación adecuada
para evitar los peligros de una inflación del crédito esta
bleciendo límites en el encaje, y especialmente la garantía
efectiva de los billetes y no por medio de bonos fiscales o
hipotecarios, como lo permitió la ley.
Faltó también una reglamentación sobre las condi
ciones en que debían mantenerse las relaciones de los Ban
cos con el Gobierno
y el límite de los préstamos en los ca
sos extraordinarios de un déficit
fiscal, así como respecto
de la forma en que el Estado
podría auxiliar a esos esta
blecimientos en casos de emergencia.
Otro grave vacío de nuestra
legislación era la falta
de un régimen para el funcionamiento de las
agencias de
Bancos extranjeros que funcionaban con un
pequeño ca-
115
estudios pital y aprovechaban las ventajas que la ley concedía a los
para la Bancos nacionales, como aquella les otorgó la ley de
que
reforma 1912 para obtener billetes de la
Caja de Emisión con ga-
de la rantía de certificados de depósitos hechos en los Bancos de

legislación Europa.
bancaria Una ley de Enero de 1912 remedió la desigualdad
ante el impuesto que existía entre los Bancos extranjeros
y nacionales, estableciendo que unos y otros pagarían en

adelante una contribución equivalente al dos por mil so


bre el monto de los depósitos, pues hasta entonces aquellos
sólo pagaban una pequeña patente como agencias comer
ciales. Pero, se dejó siempre subsistente la falta de requisi
tos sobre su capital, reservas, encaje, etc.

En cambio, la misma ley dio un paso considerable al


autorizar el nombramiento de un Inspector de Bancos
para el examen de su contabilidad, la comprobación de
los depósitos y de las existencias en caja, y en general, de
las diversas operaciones de estos establecimientos.
Estas medidas mejoraron algo, pero no eran por cier
to suficientes para llegar a una buena organización ban

caria. La opinión de los publicistas, apoyada incesante


mente por la prensa, se abrió camino en las esferas del Go

bierno y de los parlamentarios, y así fué como en todos


los proyectos de ley sobre reforma monetaria que se estu
diaban desde 1913, se consultaron disposiciones más o
menos completas sobre reglamentación de los Bancos,
considerada ya como base esencial para el buen éxito de
cualquiera ley de conversión del papel moneda.
Era necesario dictar una nueva ley que reglamenta
se las operaciones bancarias de acuerdo con los principios

modernos de la ciencia, con el desarrollo comercial del


país y con su situación monetaria.

creación de El conjunto de hechos y experiencias relacionados


un banco con el circulante había demostrado que el país vivía bajo
central un régimen monetario incoherente, y que era necesario
116
eliminar, de una vez por todas, las perturbaciones que o-

casionaba el moneda y la defectuosa organización


papel
bancaria para dar al país una moneda estable.
A este fin obedecieron los numerosos proyectos que proyecto de

se presentaron a la consideración del Congreso entre los un banco

años de 1913 y 1925, entre los cuales figuran los siguien- central

tes:
El de 1913 de los miembros de la Comisión de Le
gislación Bancaria y Monetaria sobre creación de una Ca
ja de Emisión y Conversión; el de don Ricardo Salas
Edwards, Ministro de Hacienda, del mismo año, sobre
Caja Nacional de Reservas; el que estudió y aprobó en
1914 la Cámara de Diputados y que pasó al Senado en
Junio de ese año en sustitución del que había aprobado
esta corporación sobre Caja de Conversión; el que pre

sentó el Ministro de Hacienda don Alberto Edwards, en


el mismo año; el que en 1916 aprobó la Comisión de Ha
cienda de la Cámara de Diputados sobre Caja Central;
el que en 1918 presentó a esa Cámara el diputado señor
Prat Carvajal; el que presentó en igual año el Ministro de
Hacienda señor Claro Solar sobre Banco Central Privile
giado; el que presentó don Guillermo Subercaseaux, Mi
nistro de Hacienda en 1919, sobre Banco Central; el que
en 1921 estudió la Comisión de Hacienda del Senado,

también sobre creación de un instituto bancario central;


el que presentó a la Cámara de Diputados el señor Silva
Somarriva sobre Banco Privilegiado; el proyecto que en
1924 estudió la Comisión de Hacienda del Senado, igual
mente sobre Banco Central; y finalmente, el
que redactó
el Ministro de Hacienda del Gobierno revolucionario,
señor Philippi, en 192 5, también sobre Banco Central.
La sola enumeración de esta larga serie de proyectos
basta para comprobar que ninguno de ellos satisfacía por
completo a los legisladores o al Gobierno, bien porque al
gunos contenían disposiciones que habrían hecho impo
sible la conversión, bien porque en otros se daba
prepon-
117
derancia peligrosa al Gobierno
la dirección del Banco,
en

bien por otras causas, a través de las cuales se adivinaba el


propósito de estorbar la estabilización monetaria.
De modo, pues, que no se lograba un acuerdo sobre
proyecto materia que tanto interesaba al pueblo y a pesar de la a-
sobre
rraigada opinión, del convencimiento mejor dicho, de que
creación de eranecesario poner fin a la situación existente, que se iba
un banco haciendo cada vez más dura y causaba ya profundo ma-
central lestar en las clases trabajadoras.
En estas circunstancias, la Universidad Católica de
signó una comisión el cargo de constituir una asam
con

blea de representantes de todo el país para el estudio de


la cuestión monetaria desde el punto de vista del interés
nacional únicamente. Con el nombre de Semana de la
Moneda se reunió esta asamblea en el curso del año 1924
y sus debates y conclusiones tuvieron verdadera resonan
cia. Baste decir que las conclusiones acordadas lograron
traducir el sentir general y sirvieron de guía para el estu
dio del proyecto que presentó al Gobierno en 1925 la Co
misión de peritos norte americanos que contrató el Go
-

bierno del señor Alessandri y que fué aprobado, dando


origen a la creación del Banco Central de Chile.
Con este proyecto se daba forma a una institución
había señalado como
que la experiencia de muchos países
necesaria para evitar, dentro de lo posible, los trastornos
ocasionados por el mal funcionamiento de los organismos
bancarios y monetarios. La responsabilidad de tan impor
tante misión debía encomendarse a un Banco
Central con
privilegio de emisión, según lo aconsejó la Conferencia
Internacional de Bruselas en 1920 a todos los países que
aun no lo tuviesen.
Estas instituciones, según lo ha establecido la prácti
ca de los principales países, están encargadas especialmente
la estabilidad monetaria y bancaria con las
de restaurar

siguientes funciones esenciales:


118
1.* La emisión exclusiva de billetes de acuerdo con

PROYECTO

las necesidades de la economía nacional; SOBRE

2." La responsabilidad de mantener las reservas


CREACIÓN DE

metálicas de la nación; UN BANCO

3." La custodia de las


reservas en efectivo de los CENTRAL

Bancos comerciales;
4.9 El control del crédito, de acuerdo con las nece

sidades económicas y con el mantenimiento del patrón


monetario;
5.9 El redescuento de letras de cambio, valores de

Tesorería y de los documentos adecuados que le ofrezcan


los Bancos comerciales, instituciones de comercio o el pú
blico en ciertas condiciones;
6." Las funciones de Banco general y de agencia

de servicios a favor del Estado;


7." La liquidación de los saldos de compensación

entre los Bancos;


8.9 Finalmente, la responsabilidad de prestamista

en última instancia
para salvar las dificultades de los Ban
cos comerciales.

La mayor papóte de las funciones mencionadas fi- el banco

guran en el estatuto del Banco Central aprobado por de- central de

creto-ley del 21 de Agosto de 1925. chile


El capital autorizado es de $ 150 millones, pudiendo
ser elevado a $ 200 millones. El Gobierno suscribe 20 mi
llones; los Bancos particulares y el público cualquier can
tidad que no exceda del máximum autorizado. Se
incluye
la participación de los Bancos
extranjeros que, por acuer
do tácito, habían sido excluidos en todos los
proyectos
anteriores. El Banco estará administrado un directo
por
rio
compuesto de diez miembros, tres de los cuales serán
designados por el Presidente de la República; dos por los
Bancos nacionales y uno por los Bancos
extranjeros; uno
por los accionistas particulares, uno por entidades parti
culares de fomento de la
agricultura, la minería y las in-
119
el banco dustrias fabriles, uno por la Cámara Central de Comer-
central de ció y la Corporación Salitrera
y uno por las asociaciones
chile obreras. El presidente y el vice-presidente serán
elegidos
por el directorio.
El Banco Central gozará del privilegio de la emisión
de billetes y se hará cargo tanto de los billetes como de los
Vales de Tesorería en circulación.
Para la conversión del papel moneda, el Banco reci
bió del Estado los fondos acumulados, que al tipo de 6 pe
niques por peso, representaban un total de $ 409 millones.
Se adoptaban los principios del sistema del Gold Exchange
Standard, o sea Patrón de cambio a oro, según el cual los
billetes serán convertibles a la vista y al portador, por
monedas chilenas de oro, por oro en barras o letras a la
vista sobre Londres o Nueva York pagaderas en oro.

Se autoriza al Banco para comprar y vender oro, y


acuñar monedas de oro libremente.
El Gobierno por su parte queda obligado a no emitir
ni permitir que ninguna entidad pública o privada lo e-
mita y a respetar la opinión del Banco en relación con las
emisiones de moneda fiduciaria.
El Banco Central puede efectuar operaciones con el
Gobierno, con los Bancos accionistas y con el público den
tro de prudentes restricciones. Los redescuentos de letras

a los Bancos se harán siempre que para su vencimiento no


falten más de 90 días, con excepción de los valores garan
tizados con productos agrícolas o con ganado, que podrán
tener hasta seis meses de vencimiento. Los préstamos al

Gobierno no podrán exceder del 20% del capital y reser


vas del Banco, y deben estar garantizados con bonos y

otras obligaciones públicas, límite que podrá elevarse al

3 0 % con el voto de ocho directores. En cuanto al públi


co, se conceden facultades bastantes limitadas para ase
fin a
gurar al Banco una cartera fácilmente liquidable,
que obedecen todas las anteriores restricciones.
El Banco debe mantener un encaje mínimo del 5 0 %

120
del total de billetes en circulación y de sus depósitos,
sus el banco

Las operaciones de redescuento constituyen la for- central de

ma más efectiva de ayuda a los Bancos comerciales para


chile

evitar restricciones del crédito en momento de legítima


expansión de los negocios, en tiempo de cosecha, por ejem
plo. La ley ha cuidado de señalar las condiciones en que
se podrán hacer los préstamos correspondientes, entre las

cuales figuran el plazo, la garantía y el origen, que debe


serla producción, fabricación, transporte o venta de pro
ductos o mercaderías, y deben llevar además, a lo menos,
dos firmas, o si llevan sólo una, ser caucionadas con bonos
hipotecarios, conocimientos de embarque, vales de prenda
o depósito (warrants) u otros documentos análogos.
El Banco Central será el depositario principal de los
fondos del Gobierno, incluyendo los fondos generales de
Tesorería y los especiales que señale la ley, de los depósitos
judiciales, Ferrocarriles del Estado y de otras empresas
fiscales.
Será también el Banco el agente fiscal del Gobierno
y de las Municipalidades y otras reparticiones fiscales.
Todos estos servicios serán gratuitos.
El título VII contiene todo lo referente al circulante
y establece claramente el mecanismo de la conversión y
del mantenimiento de la estabilidad monetaria.
Los billetes expresarán su valor en pesos oro, de a-
cuerdo con la ley monetaria y no podrán ser menores de
cinco pesos.
Los billetes del Banco Central serán recibidos a la
par y sin limitación alguna de cantidad en el pago de
obligaciones públicas o privadas. No obstante, los parti
culares podrán siempre contratar en cualquiera clase de
moneda.
Además, los billetes del Banco serán recibidos en pa
go de los derechos de Aduana estipulados en pesos de 1 8
peniques, a razón de tres pesos por uno.
121
EL banco Los billetes serán convertibles al portador y a la vista
central de en cualquiera de las siguientes formas:
chile a) En monedas de oro chilenas del peso y fino que
fija laley monetaria;
b) En oro en barrasde 100% de fino, aproximada
mente, y de peso no menor de 500 gramos;
c) En letras a la vista sobre Londres o Nueva York,
pagaderas en oro y giradas sobre fondos depositados en
Bancos de primera clase de dichas ciudades. La comisión
del Banco en este caso no excederá de la cantidad necesa
ria cubrir los gastos de transporte de barras de oro
para
desde Santiago a las plazas extranjeras.
A fin de evitar que la unidad monetaria adquiera un
valor mayor que el valor en oro que fija la ley monetaria,
el Banco entregará sus propios billetes en cambio de:
a) Monedas chilenas a la par acuñadas con posterio
ridad a la ley o bien otras monedas chilenas a razón de un
de gramo de oro fino.
peso en billetes por 0.183057
b) Monedas de oro extranjero o su equivalente
en

la
billetes canjeables a la vista, y depósitos pagaderos a

vista en esas mismas monedas a razón de igual cantidad


de oro fino por peso, a condición de que estos depósitos
del
hayan sido abonados a la cuenta de la reserva legal
Banco en donde tenga sus reservas. En este caso podrá
co

del
brar una comisión equivalente al gasto de transporte
oro a Santiago, además del costo
de la acuñación en esta
ciudad, y los intereses.
Los billetes fiscales y los Vales de Tesorería
en cir

culación serán canjeados y retirados de la circulación,


en

su propia emisión
tregando a la vista y a la par billetes de estableci
o letras o monedas de oro, conforme a las reglas
das para la conversión.
fondos
Para efectuar el canje, el Banco recibió los
en oro acumulados para
el objeto, las prendas de salitre
y los depósitos
bancarios afectos a las emisiones fiscales.
Cuando la reserva en oro del Banco baje del 50%
122
legal, deberá pagar una multa aplicable por la Superin
tendencia de Bancos.
La tasa del descuento y redescuento del Banco no será el banco

inferior al 7% anual mientras la reserva se mantenga por central de

una semana o más debajo del mínimo normal del 50% chile

del monto total de los billetes en circulación y de los de


pósitos. En los demás casos, el Banco fijará libremente la
tasa de redescuento para los documentos admisibles de

los Bancos accionistas y la tasa oficial de descuento a que


comprará los documentos del público. Pero no podrá re-
descontar documentos a los Bancos accionistas que car
guen a sus clientes sobre papeles de la misma naturaleza
y de igual vencimiento, tasas de descuento y comisiones
que en conjunto excedan en más de 2 Yz por ciento a la
tasa fijada para la misma clase de
papeles.
Se establece incompatibilidad de los directores para
tomar parte en la
aprobación de préstamos que interesen
a los Bancos accionistas de
que sean directores o emplea
dos, o en
negocios relacionados con el Banco Central en

que los mismos tengan interés personal.


Finalmente, haremos notar algunas disposiciones
que establecen obligaciones importantes para el Estado a
favor del Banco Central. En la escritura social se dará ca
rácter contractual a la autorización
para que el Banco
ejerza libremente el comercio del oro y por tanto, para
exportar e
importar oro sin sujetarse a restricción o con
tribución alguna. El Estado se obligará asimismo a acu
ñar moneda de oro
para el Banco sin limitación. Se abs
tendrá de emitir papel moneda ni permitirá
que lo emita
ninguna repartición del Gobierno o persona pública o
privada. Estará obligado también a acatar la opinión del
directorio con respecto a la emisión de moneda divisiona
ria de plata, níquel, cobre u otro metal
cuyo valor in-
trínsico sea sensiblemente inferior a su valor
legal, y tam
bién cuando considere no deba aumentarse el circu
que
lante de esta clase.

123
La de las operaciones y la verificación de
vigilancia
su situación financiera
quedaron encomendadas a la Su
perintendencia de Bancos.

la ley Estando tan estrechamente ligada la reforma mo-


general de netaria con el buen funcionamiento de los Bancos parti-
bancos culares, se impuso la revisión de las disposiciones vigentes
comerciales para ajustarías al nuevo orden, y al efecto, junto con la
ley del Banco Central se aprobó la ley general de Bancos,
con fecha 21 de Diciembre de 1925, presentada por la

misión norte-americana, y en la cual se consultan todas


aquellas disposiciones aconsejadas por la experiencia, en
el país y en el extranjero.
Crea esta ley sección de Bancos en el Ministerio
una

de Hacienda a cargo de un Superintendente para velar


por la aplicación de las leyes sobre Bancos, cajas
de aho
rros, instituciones hipotecarias y el Banco Central.
Las empresas bancarias deben constituirse como so
ciedades anónimas pero, las agencias de Bancos extranje
ros deberán obtener solamente una autorización de la

Superintendencia, cumpliendo los requisitos legales. Se


concede a los Bancos extranjeros los mismos derechos y
privilegios que a los Bancos nacionales, quedando someti
dos naturalmente a todas las disposiciones de la ley, sin
que puedan reclamar derechos derivados de su naciona
lidad.
Los Bancos serán visitados una vez al año, por lo me
nos, o con más frecuencia por el Superintendente
o por

sus delegados, sin aviso previo, con amplias facultades pa


ra cerciorarse de la situación y estado de las empresas.
En caso de quiebra o de irregularidades contraven
o

ciones señaladas en la la Superintendencia de Bancos


ley,
podrá tomar a su cargo las operaciones y bienes de cual
le
quiera empresa bancaria para aplicar las disposiciones
gales aplicables a cada caso.
La Superintendencia podrá autorizar a los Bancos

124
para que obren como mandatarios, depositarios,
adminis- la ley

tradores de bienes ajenos y desempeñen cualquiera otra general de

comisión de confianza permitidas por las leyes, previa una bancos

garantía de quinientos mil pesos en valores de primera comerciales

clase.
ley de Bancos de 1 860 sólo se refería a los Bancos
La
de emisión, quedando así fuera de una legislación especial
las operaciones propias de los Bancos comerciales. Este va
cío está salvado en la nueva ley que contiene disposicio
nes especiales sobre las operaciones que pueden ejecutar

esta clase de instituciones, la recepción de fondos en cali

dad de depósitos, los préstamos al público con plazos no


mayores de un año, la compra y el descuento de valores,
libranzas y letras de cambio de vencimiento no mayor de
un año, etc. Se les
exije un número de accionistas no menor
de cinco y un capital de uno a cinco millones de pesos,
según el número de habitantes de la ciudad en que se
instale.
El capital pagado y las reservas líquidas de un Banco
comercial no podrán ser inferiores al 2 5 % de sus depósi
tos, y deberán además constituir fondos de reserva que
asciendan por lo menos al 2 5 % del capital autorizado.
Los dividendos que se repartan a los accionistas de
berán tomarse de las ganancias líquidas, y, en ningún ca
so, del capital o del mínimo legal de sus reservas.
La mitad por lo menos del
capital autorizado debe
pagarse al tiempo de otorgarse la escritura social y el sal
do dentro del plazo de un año.
Como garantía de los depósitos, los Bancos deben
tener en caja o en
depósito a la vista en el Banco Central
el 20% a lo menos del monto total de los
depósitos a la
vista y el 8 % de los depósitos a
plazo.
Las operaciones de los Bancos comerciales serán los
préstamos con vencimientos que no excedan de un año;
el descuento de letras,
pagarés, libranzas y otros docu
mentos con
igual vencimiento; recibir depósitos del pú-
125

BIBLIOTECA «aCJUNAL
BIBLIOTECA AMERICANA
j
"josé toríbio iñimy
la ley blico; efectuar cobranzas, pagos y transferencia de fon-
general de dos; hacer operaciones de cambio; comprar y vender mo-
bancos nedas de oro y plata y pastas de oro; negociar en acepta-
comerciales ciones, letras giradas el Banco; emitir cartas de
contra

crédito para girar letras sobre la institución emisora pro


cedimiento que facilita enormemente las operaciones del
comercio exterior; comprar, conservar y vender bonos y
títulos de renta del Estado o de corporaciones públicas,
de empresas ferroviarias, industriales, de gobiernos extran
jeros, de la Caja Hipotecaria y demás instituciones análo
gas, acciones del Banco Central ; suscribir, comprar y con
servar acciones de sociedades de almacenes generales y

otras operaciones que señala también la ley.


En cambio, los Bancos no podrán conceder présta
mos, directa o indirectamente a ninguna persona ni a cor

poración pública por una suma que exceda del 10% del
capital pagado, a menos que se trate de deudas del Estado
o que estén garantizados con letras de cambio, documen

tos comerciales de quien los negocia con el Banco, endosa

dos por la persona que los descuenta y que lleve al mismo


tiempo otra firma responsable; o por documentos afian
zados por garantía de valor comercial 25% superior al
préstamo.
Los Bancos tampoco aceptar ni conservar
podrán
como garantía de préstamos más del 10% del capital pa

gado ni acciones de otra empresa bancaria que exceda de


este límite, a menos que se trate del pago de una deuda;
ni conceder préstamos con garantía de bienes raices suje
tos a gravamen que exceda de ciertos límites; conceder
o

tales préstamos con garantía de sus


propias acciones, sal
vo en casos especiales; o para que alguna persona pague o

conserve dichas acciones, con excepciones limitadas; o

directores
préstamos que excedan de seis mil pesos a sus

o empleados sin acuerdo del directorio.

No podrán los Bancos comerciales negociar en la


ganados, frutos
compra venta de mercaderías, productos,
126
del país, acciones o valores mobiliarios, con excepción de
acciones del Banco Central y de almacenes generales de
depósito.
Relativamente a las operaciones de cambio, la ley la ley

dispone que los Bancos podrán aceptar letras que se giren general de

contra ellos cuyo vencimiento no exceda de seis meses y bancos

y que provengan de la importación, exportación o trans- comerciales

porte de mercaderías o productos dentro del territorio


nacional, caucionadas con un conocimiento de embarque
u otro documento que compruebe su domicilio, o con re

cibo de depósito análogo. Esta clase de operaciones no


podrán exceder del 25% del capital pagado y reservas
del Banco.
Tales son, en síntesis, las disposiciones que consulta
la ley general de Bancos comerciales que ahora sirve de
norma a estas instituciones,
bajo la garantía de la vigilan
cia de una oficina superior del Gobierno.

Complemento de la ley del banco central fué el la ley


nuevorégimen monetario establecido por la ley del 1 4 de monetaria
Octubre de 1925, que adoptó como unidad el Peso de y el patrón
183057 millonésimos de gramo de fino.
oro de oro
Diez de estas unidades contendrán en consecuencia
1 gramo 83057 cien milésimos de oro fino
y tendrá la de
nominación de Cóndor.
Todo billete o moneda de diez pesos o más deberá
llevar en letras y en cifras su equivalencia en Cóndores.
La Casa de Moneda acuñará monedas de oro de las
denominaciones y pesos autorizados, con las pastas o ba
rras de oro
que se le presenten sin limitación en cuanto a
cantidad; los costos de amonedación serán de cargo del
Estado.
Se acuñarán monedas de 20 pesos o dos Cóndores,
de 50 pesos o cinco Cóndores y de 100
pesos o diez Cón
dores.
La moneda menor de oro, o sea de veinte pesos o dos
127
la ley Cóndores, pesará 4 gramos 067932 millonésimo de gra-
monetaria mo, con 900milésimos de fino y contendrá 3 gramos
Y el patrón 66113 cien milésimos de oro puro. Las demás monedas
de oro de oro se acuñarán guardando la proporción.
Toda moneda de oro acuñada conforme a la ley ten
drá curso legal ilimitado y servirá para la solución de toda
clase de obligaciones, salvo convenio especial en contrario.
Las monedas de oro acuñadas según lo dispuesto en
la ley de conversión de 189 5, es decir, de 18 peniques, se
rán recibidas en la proporción de un peso de ellas por ca
da tres pesos de la nueva moneda.
Debe recordarse que en la ley del Banco Central se
estableció la misma equivalencia en el pago de los dere
chos de Aduana establecidos en moneda de 18 peniques.
Como monedas divisionarias se establecen las de pla
ta de 5 pesos o medio Cóndor con peso de 2 5 gramos de

peso y 18 gramos de fino; de 2 pesos con 10 gramos de


peso y 7.2 de fino; de 1 peso con 5 gramos de peso y 3.6
de fino, y de medio peso con 2 gramos y medio en el peso
y 1.8 de fino, todas con ley de 720 milésimos de fino.
Para las transacciones menudas se acuñarán mone
das de níquel de tres tipos: de 20 centavos, de 10 y 5 cen
tavos, con aleación de cobre.
Nadie estará obligado a recibir en pago de obliga
ciones y en una sola vez, más de 50 pesos en monedas de
plata y más de 5 pesos monedas de níquel.
en

Hemos referido los esfuerzos que, desde 1887, venía


haciendo la nación para formar un fondo destinado a la
conversión del papel moneda. Este fondo, se componía,
en la en que presentó su informe la Comisión
época
Bancaria, de los siguientes valores depositados en Bancos

extranjeros :
91.511,050 marcos oro
Deutsche Bank, Berlín,
DiscontoGesellchaft, Berlín, 44.082,595 55 55

DresdnerBank, Berlin, 10.459,572 55 55

758,615 £ oro
N. N. Rothschild, Londres .

128
Este fondo representaba untotal de £7.901,236, o
sean $ 105.494,222. en moneda de 18 peniques.

Declarada la guerra en 1914, se presentó el peligro la ley

de no poder retirar el oro depositado en Alemania. Fué lo monetaria

que sucedió, pero logró el Gobierno realizar una opera- y el patrón


ción de venta de salitre que permitió traspasar a Inglate- de oro

rra los fondos que estaban en aquél país.

En 1916, el Gobierno tuvo que pagar un préstamo


a una casa bancaria inglesa en momentos en que no era
fácil realizar operaciones de crédito, quedando disminuí -

do el fondo de conversión en £800,000.


En Mayo de 1918, el fondo acumulado ascendía a
$ 109.560,946. del cual la Casa de Moneda guardaba 440
millones y $ 69.5 millones estaban depositados en Londres.
En 1925, el fondo de conversión llegaba a cuatro
cientos nueve millones de pesos ($ 409.000,000.-) de 6
peniques, que fué la suma que recibió el Banco Central
para iniciar sus operaciones.
El total de billetes y Vales del Tesoro en circulación
ascendía a $ 404.7 millones, correspondiendo $ 2 5 5.5 a
los billetes fiscales y $ 149.2 millones a los Vales,
El Banco Central abrió sus puertas el 11 de Enero
de 1926 con gran complacencia del
público que veia rea
lizado, fin, el deseo de que cesasen las incertidumbres
por
monetarias y las perturbaciones de todo orden
que aca
rreaba el papel moneda.
La fuerte proporción de recursos en oro que tenía
el Banco con respecto de los
compromisos que habían de
hacerse exigibles, dieron confianza desde un
principio a
los negocios, como lo demostraba la estabilidad en
que se
mantenía el cambio internacional, de modo
que hubo po
ca demanda de monedas de
oro, cuya acuñación se inicia
ba, y en cambio muchos acudían a canjear el papel mone
da por billetes del Banco.
Luego pudo comprobar el Banco
la existencia en caja de
mayor cantidad de oro que al
comienzo de las operaciones.

129
Los Bancos comerciales tenían entonces un capital
la ley y reservas
que alcanzaban a $ 540.4 millones y sus ope-
monetaria raciones de préstamos y giros en cuenta corriente, a
y el patrón $ 1,459.1 millones.
de oro El comercio exterior alcanzaba también a cifras ele
vadas, correspondiendo en 192 5 a las exportaciones un
total de $ 1,885.9 millones de pesos, y $ 1,208.3 millones
a las
importaciones.
Punto oscuro era la situación de la Hacienda Públi
ca por los excesivos gastos de una administración dispen

diosa, que no vaciló más tarde en comprometer seriamente


el crédito nacional en el exterior.
En el mes de Julio de 1927 visitó el país Mr. Kemme-
rer y con esta ocasión el Presidente del Banco, señor To-

cornal, expresó que éste había realizado todas las opera


ciones que le señalaba la ley de su creación, y en primer
lugar, la fijeza de la moneda, haciendo imposible toda
especulación en el cambio; y, en segundo lugar, mante
niendo siempre la adecuada relación del medio circulante
con las necesidades del mercado por medio del redescuen

to de las obligaciones presentadas por los Bancos accionis

tas. Anunció con satisfacción que el Banco Central había

aumentado la reserva en oro para responder por los bille


tes en circulación a más de $ 580 millones, llegando su
encaje metálico al 110%, cifra no superada por nin
gún otro Banco de su especie.
El señor Kemmerer, por su parte, recordó que, cuan
do el Banco Central abrió sus puertas, la tasa del descuen
to para los Bancos accionistas era de 9% y había bajado

al 7% para éstos y al 8% para el público. Como uno de


los factores principales de la tasa es el riesgo del acreedor
de recibir una moneda de valor inferior a la que ha entre
gado, los países con un circulante instable y depreciado
tienen que so
y sin una legislación bancaria adecuada,
en Chile en
portar altas tasas de intereses, como ocurría
el pasado. La estabilidad monetaria reduce el riesgo en los

130
préstamos y puede esperarse que bajo la acción de la com- la ley

petencia, la tasa del interés se irá reduciendo en el futuro, monetaria

Y no es esto sólo, sino que a medida que desaparezcan y el patrón


los riesgos aumentarán los capitales extranjeros dispues- de oro

tos a venir Chile y se irá acumulando con rapidez pro


a

gresiva el capital nacional. Refiriéndose siempre a la tasa


de interés, prevenía el empleo de medidas artificiales para
obtener su baja porque ellas podían tener consecuencias
peligrosas para el Patrón de oro, y agregaba que con ello
se tendía a fomentar los
préstamos; y la expansión de és
tos, a su vez, tiene por consecuencia el aumento del cir
culante, y así se produce una inflación excesiva, disminu
yen las reservas de oro y se pone en situación precaria el
régimen metálico.
Estos principios habían sido la norma del Banco
Central, y las sanas advertencias del señor Kemmerer fue
ron seguidas
escrupulosamente hasta que llegaron al Go
bierno las tendencias inflacionistas, se exajeraron los com
promisos del Erario y sobrevino la crisis mundial de 1931.
La primera amenaza contra el Patrón de oro
provino
del aumento de las deudas fiscales,
especialmente de los
empréstitos contratados para la ejecución de obras públi
cas, como puede notarse en las cifras de las entradas y
gastos de la nación que se mencionan en seguida, en mi
llones de pesos:
ENTRADAS:

Año 1928 Rentas


$ 1,021.1 millones
„ „ Empréstitos y emisiones $ 651.5

Total
$ 1,672.6 millones

Año 1929 Rentas


$ 1,233.6 millones
„ „ Empréstitos y emisiones $ 343.2

Total $ 1,576.8 millones

Año 1930 Rentas


$ 1,05 5.2 millones
51 „
Empréstitos y emisiones $ 581.7

Total
$ 1,636.9 millones

131
GASTOS:

LA LEY Año I928 Gastos ordinarios $ 982.7 millones


" Gastos extraordinarios $ 500.8 „
MONETARIA
Y EL PATRÓN Total $ 1,483.5 millones

Año 1929 Gastos ordinarios $ 1,190.0 millones


)> )> Gastos extraordinarios $ 406.2 „

Total $ 1,596.2 millones

Año 1930 Gastos ordinarios $ 1,131.5 millones


55 55 Gastos extraordinarios $ 531.9 „

Total $ 1,663.4 millones

La deuda pública, que en 1927 alcanzaba a $ 1,862.7


millones, subió en los mismos tres años a las sumas si
guientes:
1928 Deuda externa en libras esterlinas, dólares y fran
cos suizos $ 2,138.5 millones
„ Deuda interna en
empréstitos, anticipos bancarios,
Vales del Tesoro y pagarés descontables $ 2 56.9 „

Total $ 2,395.4 millones

1929 Deuda externa en libras esterlinas, dólares y fran


cos suizos $ 2,365.2 millones

Deuda interna en empréstitos, anticipos bancarios,
Vales del Tesoro y pagarés descontables $ 322.9 „

Total $ 2,688.1 millones

1930 Deuda externa en libras esterlinas, dólares y fran


cos suizos $ 2,752.0 millones
„ Deuda interna en empréstitos, anticipos bancarios,
Vales del Tesoro y pagarés descontables $ 482.8 „

Total $ 3,234.8 millones

La segunda y la más grave, fué la crisis


amenaza

mundial que se venía preparando desde 1929 con la quie


bra de un Banco austríaco, y se precipitó con la especula
ción bursátil de Estados Unidos que derribó varios miles
de Bancos, propagando sus funestas consecuencias de un

132
modo violento hasta nuestro país, cuyo comercio exterior LA LEY

tiene una influencia preponderante en la economía na MONETARIA


cional. Los consumos de mercaderías extranjeras se regu Y EL PATRÓN
lan en parte principal por las exportaciones de dos de los DE ORO

productos de gran empleo en las industrias, el cobre y el


salitre, los cuales tuvieron menor demanda mientras más
intensa era la crisis en Europa y en los Estados Unidos.
La baja de las exportaciones provocó la reducción del
trabajo de las minas y salitreras y creó, como en otras
partes, la desocupación de los trabajadores, y el desequi
librio financiero por la disminución de las rentas naciona
les. A su vez, el desequilibrio de la Hacienda Pública tra
jo consigo situación de tal entidad que no tuvo otra
una

salida que los préstamos, al


principio, y después, las emi
siones de emergencia. Se produjo entonces el derrumbe de
toda la organización monetaria
que tantos sacrificios ha
bía costado construir.
Hasta mediados de 193 1, el Banco
Central, fiel a los
principios que le señalaba su estatuto, siguió una política
de deflación, es decir,
que retiraba de la circulación los
billetes que le entregaba el
público en cambio de letras
sobre Londres. De este modo el
gran acopio de reservas
en oro, del
que era
respaldo circulante, comenzó a dismi
nuir de manera
alarmante, bajando de los 600 millones
que tenía antes de la crisis a menos de 320 millones en el
curso de 1930. Generalizada
la desconfianza, las reservas
del Banco Central
bajaron a menos de 200 millones, a
lines de 1931,
y después hasta 165 millones.
Cuando el Gobierno se convenció de
que no era po
sible seguir
empleando el procedimiento de entregar le
tras en
canje de billetes para sostener la cotización de la
moneda, obtuvo del Congreso en Julio de
en virtud de la cual
1931, una ley
se establecía el
control del cambio.
Esta ley significó la
supresión de hecho del Patrón
de oro.

133
comienzos Hasta el momento en que se implantó el control
de la del cambio, nuestra moneda se mantuvo estable, porque
inflación las emisiones del Banco Central correspondían a las nece-
monetaria sidades del mercado y porque funcionaba el mecanismo
de la ley monetaria sin limitaciones. Pero, esta ley se había
dictado teniendo en vista situaciones normales en la eco
nomía monetaria. No preveía trastornos como los que
ocasionó la crisis mundial y que obligó a muchos países a
abandonar el Patrón de oro y a tomar otras medidas ex
tremas, como la suspensión del servicio de la deuda exter
na, que también se vio obligado a hacer nuestro país.
El comercio exterior se vio afectado gravemente,
como se puede ver en las cifras siguientes, en millones de

pesos:
1929 Exportaciones $ 2,297.1 millones Importaciones $ 1,629.2 millones
1930 „ $ 1,326.4 „ „ $ 1,400.0
1931 „ $ 824.4 „ „ $ 705.7
1932 „ $ 281.8 „ „ $ 213.8

La misma situación se refleja en las finanzas públicas,


según las cifras comparativas que siguen:
ENTRADAS:

Año 1931 Rentas $ 782.5 millones

y emisiones $ 82.1
„ ,, Empréstitos „

Total $ 864.6 millones

Año 1932 Rentas $ 514.7 millones


$ 591.3
55 55 Empréstitos y emisiones „

Total $ 1,106.0 millones

GASTOS:

Año 1931 Gastos ordinarios $ 920.3 millones


Gastos extraordinarios $ 3 03.0 „
„ ,,

Total $ 1>223-3 millones

Año 1932 Gastos ordinarios $ 703.6 millones


Gastos extraordinarios $ 235.8 55
„ „

Total $ 939.4 millones

134
De modo, pues, que el problema que se presentaba
con la crisis no era sólo monetario sino también fiscal.
No pudiendo el Gobierno tomar medidas para ajus- comienzos

tar los gastos al nivel de las entradas, por medio de


em- de la

inflación
préstitos o de contribuciones, en tan difíciles circunstan-
cías, recurrió al expediente habitual de las emisiones y el monetaria

Banco Central se vio obligado a aumentar el circulante


de emergencia. Así fué como, en la segunda mitad de
1931, el Banco concedió créditos al Estado por 150 mi
llones de pesos. En Enero de 1932 se autorizó una emisión
de Vales de Tesorería por 200 millones, suma que fué
aumentada más tarde en 80 millones.
En Junio de 1932 se produjo un movimiento revo
lucionario que vino a perjudicar aún más seriamente la
grave situación económica en que se encontraba el país.
El Gobierno de facto que tomó la dirección de las finan
zas públicas tenía antiguos partidarios del papel moneda

y bien pronto se vio que desarrollaban un plan muy de


acuerdo con sus tendencias. Recurrió entonces el Gobier
no al Banco Central, no para satisfacer estrictamente las

más urgentes necesidades del presupuesto nacional, sino


para emprender obras o incurrir en gastos no justificados
en tales circunstancias.

En el mes de Julio se impuso al Banco Central el des


cuento de documentos por valor de $ 190 millones a di
versas instituciones
y a un Instituto de Comercio Exterior
que ni siquiera llegó a funcionar. En Septiembre se auto-
torizó la emisión de Vales de Tesorería descontables en
el Banco Central por valor de $ 170 millones para llevar
a cabo un
plan de fomento de varias industrias y de edi
ficación. Un último recurso del Gobierno revolucionario
fué la contratación de un empréstito por $ 1 5 0 millones,
de los cuales $ 1 00 millones debía subscribir el Banco Cen
tral, del que no pudo hacer uso sino parcialmente por su
caída.
Según la Memoria del Banco Central correspondien-
135
comienzos te a 1932, el total del circulante, a mediados de 1931,
de la cuando terminó el período de la deflación, era de $ 345
inflación millones y a fines de 1932 llegaba a $ 82 5 millones.
monetaria Este exceso de circulante no podía menos que tener
una influencia directa en el cambio internacional, o
sea,
en el valor de la moneda, lo el documento
según expresa
mencionado. El régimen socialista, dice, duró 101 días,
del 4 de Junio hasta el 13 de Septiembre. En este corto
período, el valor del cambio internacional del peso en el
mercado libre bajó a la octava parte de la antigua pari
dad, o sea, a % penique oro. El dólar a la vista subió de
26 pesos, que fué el precio que se pagaba en el mercado
libre a fines de Mayo, a 65 pesos, a mediados de Septiem
bre.
La devaluación de nuestra unidad monetaria a 3 pe
niques, acordada en Abril de 1932, pocos meses antes del
movimiento revolucionario, introdujo nuevas perturba
ciones en los negocios, pues la depreciación del peso hizo
subir los precios de los artículos de consumo y de las mer
caderías de importación, aumentando con esto el costo de
la vida y el malestar consiguiente en el pueblo.
Restaurado el orden constitucional, terminó el pri
mer período inflacionista, y decimos el primer período

porque no pasaría mucho tiempo sin que se


recurriese
de nuevo a las emisiones del Banco Central con otros

objetos.
Mientras tanto, el Banco Central de Chile había per
dido dos de sus funciones esenciales: la relativa a la esta
bilidad del valor de la moneda y la no menos importante,
de la regulación del circulante según las verdaderas nece
sidades del mercado.

las Hemos referido los comienzos de las emisiones infla-


emisiones cionistas que, con su incremento arbitrario, han desqui-
del banco ciado totalmente la organización monetaria del país. De
central un circulante total de $ 82 5 millones, $
520 millones

136
correspondían al período revolucionario. El Banco Cen
tral tenía a fines de 1932 un total de colocaciones ascen
dente a $ 768 millones y medio, de los cuales $ 650 mi
llones representaban créditos otorgados al Fisco y a repar
ticiones gubernativas.
El nuevo Gobierno, instalado fines de 1932 se en-
a las

contró delante del problema del desequilibrio de las en- emisiones

iradas y de los gastos y para salvarlo arbitró un plan de del banco

aumento de las contribuciones que dio resultados satisfac- central y

torios, no obstante el duro sacrificio que se imponía al LOS gastos

contribuyente y que se aceptaba a fin de conseguir la ñor- públicos


malidad financiera.
El Banco Central, desde los primeros momentos, pi
dió a ese Gobierno la cancelación de la enorme deuda que
tenía en su contra, y que, amortizada prudentemente,
habría permitido disminuir la masa de circulante que in
fluía en los fenómenos del cambio, de los precios y del
costo de la vida, tal como se había procedido en otros

países para devolver a la moneda su valor legal. El Go


bierno no pudo acceder a esta petición y resolvió consoli
dar los créditos del Banco Central en un documento a
plazo, que subsiste hasta ahora. De este modo siguió cir
culando la misma masa de billetes que emitió el Banco
para el Gobierno de facto, incrementada con los nuevos
créditos acordados posteriormente.
Hasta 193 5, el país gozó de un período de confian
za en los
negocios y de estabilidad en los precios internos
ajustados a la devaluación de 1932. Desde entonces co
mienza a alterarse la situación. Con motivo del alza que
sufría el cambio de las monedas extranjeras en relación
con el
precio del mercado oficial del peso, se hizo una nue
va devaluación
privada del peso, dejándolo con una equi
valencia de 1 5 penique oro. Con esta devaluación el tipo
.

oficial de la libra esterlina quedó en $94.80yen$ 19.37


el dólar. La estabilidad relativa que se había
logrado por
este medio no duró mucho el mercado
tiempo, pues en

137
libre continuó agrandándose la
discrepancia entre la co
tización oficial y la oferta libre.
En el año citado se nota ya una tendencia
peligrosa
las en materia de gastos públicos, como resultado inevitable
emisiones de la inflación monetaria de 1932, que produjo el reajus-
del banco te de los precios, y del extraordinario incremento de las
central Y rentas públicas, por los nuevos gravámenes, que aumentó
los gastos el poder de compra de la masa creciente de empleados y
públicos
asalariados; pero pudo mantenerse el equilibrio financie
ro, hasta 1939, gracias al aumento incesante de las rentas

fiscales, luego comenzó un período de Presupuestos en


déficit, cada vez más abultados, que constituyen hoy una
de las preocupaciones más serias del Gobierno. He aquí
las entradas y gastos de este período:
Año 1940 Entradas $ 2,051.6 millones Gastos $ 2,201.8 millones

1941 „ $ 2,495.6 „ „ $ 2,760.7
„ 1942 „ $ 2,953.9 „ „ $ 3,052.0

Comparando las entradas de los dos últimos años se


nota un aumento de $ 458.2 millones provenientes de los

impuestos, lo que revela una situación extremadamente


grave para el Erario y para la economía nacional.
Esta situación se ha producido a consecuencia de la
política de inflación monetaria que se ha venido implan
tando desde años atrás, como ya queda dicho, y que des
graciadamente ha seguido desarrollándose con más ímpe
tu en los últimos años.

Refiriéndonos por el momento sólo a las emisiones


que ha debido hacer el Banco Central para
satisfacer peti
ciones del Gobierno, destinadas a cubrir gastos públicos,
señalaremos la ley de Febrero de 1937 que autorizó la in
versión de $ 100 millones en adquisiciones de carácter mi
litar. Se ideó, para disimular una inflación, el plan de subs
tituir los préstamos tenía
que la Corporación de
vigentes
Ventas de Salitre, por un pagaré del Fisco, es decir, se au

mentaba en esa cantidad la deuda del Estado y se agregaba


138
al préstamo consolidado del Banco Central en 1933. En LAS

realidad, la operación no aumentó el circulante, pero cre EMISIONES

ció el volumen de los compromisos del Estado contraídos DEL BANCO

para financiar gastos públicos. Por ley


del año siguiente, CENTRAL Y

se agregó un saldo de liquidación ascendente a $ 7 5 millo LOS GASTOS

nes a la misma deuda consolidada, y en Agosto de 1938, PÚBLICOS


otro préstamo por $ 38.3 millones que se había contratado
en 1934 para proporcionar recursos a la Caja de Crédito

Minero. De este modo, las deudas del Estado con el Banco

Central fueron nuevamente consolidadas y en Mayo de


1939 se firmó un nuevo pagaré por $ 750.2 millones, con
un servicio de 1.9 por ciento de interés y 1 por ciento de

amortización.
Otra ley, del mismo año 1939, autorizó créditos por
$ 500 millones para gastos públicos que se colocarían a ra
zón de $ 100 millones al año, de los cuales se negociarían
$ 100 millones con los Bancos comerciales y cajas de aho
rros, pudiendo estos establecimientos colocar hasta el 8 0 %
de sus reservas o encaje mínimo con la facultad de poder
descontar los respectivos documentos en el Banco Central.
Esta operación significaba substituir el respaldo que los
Bancos deben tener para garantía de los depósitos como
dinero líquido.
Ante otros intentos para financiar gastos públicos
por medio de emisiones del Banco Central, su directorio
representó en repetidas ocasiones la inconveniencia de tal
política, contraria a todo sano principio monetario.
El total de préstamos al Fisco y reparticiones guber
nativas alcanzó el 30 de Junio de 1943, a $ 772.6 millones.

La antigua política "papelera" que hizo fracasar la CRÉDITOS


conversión metálica de 1895 y que revivió en 1932, vol DEL BANCO
vió a imperar en las esferas gubernativas
bajo la presión CENTRAL
de circunstancias extraordinarias, primero, y luego, si EN VEZ DE

guiendo el impulso inicial y asumiendo un carácter doc CAPITALES


trinario erróneo, falso y peligroso, como lo comprueban

139
las consecuencias de las emisiones inflacionistas que el
país
está padeciendo.
El profesor Kemmerer, en su informe sobre el Ban
co Central, había dicho:
El
papel moneda emitido por un Gobierno no es
créditos menos papel moneda gubernativo si es emitido
por inter-
del banco medio de los Bancos y garantizado por el Gobierno, no es
central en menor grado
papel moneda del Gobierno si se le emite
en vez de por intermedio de los Bancos y tiene por garantía la pro-
capitales mesa del Gobierno de pagarlo en forma de bonos sobre los
cuales los Bancos tienen un margen de dos por ciento de
utilidad, que si el Gobierno lo entrega directamente al
público, igualmente con la promesa de pagarlo el Gobier
no, pero sin que se exprese el pago en forma de bonos. En
la primera forma, es sencillamente más costoso para el pú
blico y se oculta el verdadero carácter de la transacción.
El mismo carácter tienen las emisiones que obedecen
a autorizaciones decretadas por la ley para descontar do

cumentos por oficinas o reparticiones de carácter guber


nativo en el Banco Central, ya sea otorgando a éste la
facultad de examen o ya imponiéndole el descuento y el
tipo de interés para hacer más lucrativa la concesión de
ese privilegio.
La inflación monetaria inusi
adquirió proporciones
tadas cuando se emplearon como medio de fomentar la
producción las emisiones del Banco Central, como si los
billetes de las prensas de imprimir fueran capitales equi
valentes a los que forma el trabajo y el ahorro.
Veamos el desarrollo de esta política.
Con fecha de Junio de 193 3 se dictó una ley que
autorizaba emisiones hasta por $ 510 millones para con
ceder créditos a diversas instituciones de fomento. El todo
o parte de esta suma podía ser descontada a través de los

Bancos comerciales y cajas de ahorro, y el 25% de su


por igual monto,
el
monto servir
podía para reemplazar,
encaje mínimo legal de estos establecimientos. En otros

140
autorizaba, además, se
pusiera en circu- créditos
términos, se que
lación una suma más considerable de la garantía
o menos del banco

de los depósitos del público y, de esta manera, se diera central

mayor expansión al crédito


bancario. Para este efecto se en vez de

suspendieron las limitaciones legales que impedían al Ban- capitales

co Central hacer esta clase de operaciones.

Otra ley, del 2 5 de Noviembre del mismo año, auto


rizó a la empresa explotadora constituida para la venta
del salitre, a objeto de que pudiera obtener del Banco Cen
tral préstamos hasta por $ 290 millones, ampliando a esta
cantidad el crédito por $ 150 millones de que podía dis
poner por concesión anterior.
Al año siguiente, por ley de Enero de 1934, fué fa
vorecida la Caja de Crédito Popular con la autorización
necesaria para obtener préstamos del Banco Central hasta
por $ 25 millones.
En Agosto de 193 8, una ley autorizó a ciertas insti
tuciones de fomento para obtener del Banco, en forma de
créditos directos o indirectos, los aportes fiscales pendien
tes. Otra ley, de Octubre del mismo año, aumentó de $ 40
a $ 100 millones el límite de los créditos directos o indi

rectos que la Caja de Crédito Agrario podía obtener del

Banco Central. Y al año siguiente, por ley del mes de


Agosto, la misma institución fiscal fué autorizada para
contratar préstamos en el Banco Central
por $ 50 millo
nes para su sección de
cooperativas.
En el mismo año de 1939 se dictó nueva ley, en vir
tud de la cual otra repartición gubernativa, esta vez la
Junta de Exportación Agrícola, podía descontar en el
Banco Central letras y pagarés hasta por $ 1 5 0 millones
al interés de 3%.
En 1941 se dictaron dos leyes que concedían crédi
tos a reparticiones
gubernativas, una de ellas a favor de
la Caja Agraria para que pudiese aumentar hasta $ 2 50
millones los créditos que podía obtener del Banco Cen
tral; y la otra, del mes de Diciembre, autorizó a la Empre-
141
sa fiscal de Ferrocarriles para descontar letras en el mis
mo Banco hasta por un total de $ 1 5 0 millones.
La sola circunstancia de que para obtener tales prés-
crÉditos tamos se haya necesitado recurrir a la ley está demostran-

DEL banco do que el Banco Central no podía concederlos en la forma


central autorizada. Era deber, por consiguiente, de la dirección
en vez de del Banco manifestar al Gobierno, como lo hizo en cada
capitales ocasión pertinente, que no estaba conforme con una po
lítica que modificaba substancialmente sus principios fun
damentales y le impedía el ejercicio de sus funciones re
guladoras del circulante.
Como lo observaba muy bien el órgano del Banco
Central, aunque las mencionadas operaciones se atienen
a las normas legales en apariencia, prácticamente pueden

considerarse créditos permanentes y sin elasticidad, por


que cumplen funciones que normalmente deberían
co

rresponder al capital propio de las instituciones benefi


ciadas.
Para reforzar las reiteradas observaciones del direc
torio del Banco acerca de esta clase de créditos, el presi
dente de la institución señor Enrique Oyarzún, hacía pre
sente en nota del mes de Julio de 1942 que en los últimos

siete meses las emisiones subieron en cerca de $ 500 mi


llones mientras que en casi tres años, fines de Diciembre
de 193 8 a fines de 1941, el incremento fué sólo de 464
millones, y que por ese camino se agravaba el peligro de
la inflación.
Estas prudentes y necesarias advertencias no fueron
consideradas por los poderes públicos y se dictó en el mes
de Febrero de 1943 una ley que autoriza a la Caja Agra
ria para contratar permanentemente con el Banco Cen
tral préstamos directos, sin garantía especial, a un año
anual.
plazo, hasta por $ 100 millones, al interés de 1% la
Es una obligación que se impone al Banco, eliminando
facultad que tiene por sus estatutos de examinar y deci
dir en cada caso sobre las operaciones que se le proponen.
142
El resultado de la política de emisiones arbitrarias créditos
de fomento de carácter fiscal o del banco
para financiar empresas
semi fiscal, se refleja en las cifras de las operaciones reali- central

zadas por el Banco Central en los dos últimos años, en en vez de

millones de pesos: capitales

Préstamos a instituciones de fomento, Junio 30, 1942, ...


$ 353.1 millones
Préstamos a instituciones de fomento, Junio 30, 1943,. ...
$ 452.4

Bajo el rubro de "otros préstamos", el Banco Central


incluye en sus estados los créditos concedidos a la indus
tria salitrera, a diversas instituciones de previsión de ca
rácter fiscal, al Instituto de Economía Agrícola, etc., por
un monto total de $ 398.7 millones.

El conjunto de operaciones que ha debido hacer el el banco

Banco Central, de conformidad con las leyes que le han central

impuesto emisiones de papel moneda para cubrir gastos y el

públicos y para proporcionar billetes a las instituciones circulante


de fomento, constituye naturalmente una parte del movi
miento bancario general; pero esa parte es la más impor
tante, por lo cual tenía razón el órgano del Banco al decir
que éste se había convertido en "una oficina de emisión
a las órdenes del Estado".

Ya hemos dado a conocer las cifras que correspon


den a las mencionadas operaciones y falta tomar en cuen
ta las demás
para tener idea del movimiento bancario ge
neral en los dos últimos años; son las siguientes, expresadas
en millones de
pesos:
Año 1941 Redescuento a los Bancos $ 374.0 millones
„ „ Descuentos al público $ 99.8 „

Año 1942 Redescuento a los Bancos $ 258.2 millones


„ „ Descuentos al público $ 161.0 „

Resumiendo las cifras parciales dadas anteriormente,


sobre créditos concedidos al Fisco y
reparticiones guber
nativas, a las instituciones de fomento y los otros présta-
143
EL banco mos, tenemos que las colocaciones totales hechas por el
central Banco Central, en los mismos años, alcanzaron a $ 1,71 8.9
y el millones en 1941, y a $ 1,950.5 millones, en 1942.
circulante Pero, obligaciones no representan la totalidad
estas

del circulante emitido por el Banco Central


porque, en
virtud de lo dispuesto en la ley de 21 de Julio de 1942,
el Banco ha comprado letras o divisas oro emitiendo
papel
moneda en cantidades crecientes, que han llevado a la cir
culación fiduciaria a límites nunca vistos.
Ele aquí la curva de la circulación desde la fecha en
que se suspendió la conversión de los billetes del Banco
Central en 1931, en millones de pesos, al fin de cada año:

Año 1931 $ 429.6 millones


1932 $ 788.3
1933 $ 873.9
1934 $ 877.1
1935 $ 910.5
1936 $ 951.9

Si exceptúa el año 1932 en que llegó al máximum


se

la inflación, el circulante mantuvo un incremento normal


no superior al 4 y medio por ciento hasta 1936, pero la

curva empieza a subir lentamente al principio y acelera

damente después, hasta llegar al máximum en 1942, como

puede verse en seguida:


Año 1937 1,052.2 millones
1938 1,082.9
1939 1,222.3
1940 1,416.5
1941 1,743.9
1942 $ 2,207.6

La aceleración de 7.4% en 1937 a 26.6% en este


va

último año. Reducido a cifras, el incremento es de


$ 1,255.2 millones en el curso de los seis años.
Como lo explica el órgano del Banco Central, des
de la suspensión del canje de billetes hasta mediados de
1942, las fluctuaciones de la cuantía del medio circulante
144
obedecían casi exclusivamente a las variaciones del volu- el banco

men de los créditos concedidos al Fisco, a las reparticiones central

gubernativas, a las instituciones de fomento de la produc- Y el

ción y al público; pero en este último año interviene un circulante

factor extraño de que ya hemos hablado: la compra de


divisas extranjeras autorizada por la ley llamada de emer
gencia del mes de Julio de ese año. Tomando como punto
de comparación los balances de fines de 1941 y de 1942,
las emisiones originadas por la compra de cambio extran
jero subieron en $ 237.6 millones, mientras que la conce
sión de créditos sólo aumentaron en $ 231.6 millones. A
fines de Junio de 1943, el total de circulante subió por
esta causa a $ 2,632.5 millones.

Estas operaciones de compra de cambios han creado


el problema de una nueva causa de inflación que
preocu
pa hondamente a los gobernantes y al público, a éste por
el incremento de los medios de pago y su influencia en el
alza de los precios y, como consecuencia, en el encareci
miento de la vida; y a aquél, por la
obligación que se ha
impuesto de absorber las divisas que no tienen demanda
por la limitación de las importaciones que nace de la ac
tual situación de guerra en el mundo.
De este modo se ha formado
por el Banco Central
una "nueva reserva en oro"
para responder del circulante
adicional que se ha emitido con tal
objeto, que se viene a
sumar con la
antigua reserva del fondo de conversión.
Esta última reserva, con los abonos
legales hechos poste
riormente, alcanzaba a $273,000.- de 6 peniques, equi
valentes a $ 143.3 millones de 18
peniques (27.340 kilo
gramos de oro fino) que se encuentran
depositados en las
bóvedas del Banco.
La nueva reserva de
que hablamos se ha formado con
la emisión de $ 581.5 millones
que se encuentran repre
sentados por las siguientes cantidades valores hasta el 3 0
y
de Junio de 1943:

145
el banco Oro físico, 15.95 5
kilogramos fino, proveniente de la
conversión de 17.954,886 dólares
central comprados en Chile.. $ 5 56.6 millones
Oro físico comprado en
Chile,
547.5 kilogramos fino,
a
Y EL razón de $ 34.8 el gramo 19.0
$ "
Monedas extranjeras 179.000 dólares
circulante comprados a $ 31 . .
$ 5.5
Libras esterlinas, £717 compradas a $ 124,7
Francos suizos, a $ 8,80
$ 0.09 ",
$ 0.25
Total
$ 581.44 millones

Como el Banco Central compra también cambios


extranjeros por cuenta de terceros, de acuerdo con las
autorizaciones legales, el órgano de la institución observa
lo siguiente:
"Es interesante anotar, por la
importancia tiene que
en la economía nacional, que desde la entrada en vigen
cia de la mencionada ley N.° 7,200 (se refiere a la
ley lla
mada de emergencia) el Banco ha emitido por concepto
de compra de cambios, tanto para si como para terceros,
la suma de $ 841 millones de pesos".
Como es lógico, con la abundancia de las emisiones
de papel fiduciario, las operaciones bancarias han alcanza
do una expansión extraordinaria, según es conveniente
puntualizarlo para apreciar exactamente una de las con
secuencias de la inflación del circulante sobre el crédito,
cuyo abuso engendra a veces las crisis económicas más
graves y desastrosas.

Año 1941 Capital de los Bancos $ 426.2 millones


„ „ Reservas $ 375. „

Año 1942 Capital de los Bancos $ 457.8 millones


„ „ Reservas $ 430. „

El del encaje efectivo que han mantenido


promedio
los Bancos y su relación con el encaje mínimo legal, da el
margen excedente de los Bancos comerciales en los mis
mos años:

Año 1941 Encaje efectivo $ 482. millones


„ ,, Encaje mínimo legal $ 384. „

Año 1942 Encaje efectivo $ 521. millones


„ „ Encaje mínimo legal $ 429. „

146
promedio del canje o reservas efectivas de los Ban-
El el banco

eos no son reservas líquidas puesto que las diversas leyes central

han permitido substituir los billetes del Banco Central por y el

documentos. Así, por ejemplo, a fines de 1943 el canje circulante

legal mínimo fué de $ 576 millones, de cuya suma $ 37


millones correspondían a documentos descontados sin res
ponsabilidad para los Bancos comerciales, y $ 1 3 5 millo
nes, documentos por préstamos al Fisco y a la Corpora
a

ción de Fomento de la Producción.


Como los Bancos comerciales no operan sólo con sus
capitales sino principalmente con los depósitos del públi
co, es interesante conocer la forma en que se han desarro
llado sus negocios en el período último:

Año 1941 Depósitos del público $ 1,975.1 millones


„ „ Colocaciones $ 2,671.5 „

Año 1942 Depósitos del público $ 2,170.6 millones


„ „ Colocaciones $ 3,034.1 „

Como se vé en estas el público, los


operaciones con

préstamos exceden considerablemente de las cantidades


que han recibido los Bancos en depósito, a cuyo respecto
el Boletín del Banco Central dice lo
siguiente: "En líneas
generales puede decirse que este exceso, ascendente en
Diciembre de 1942 a poco más de $ 410 millones, está cu
bierto principalmente por el monto de los redescuentos
traídos al Banco Central y por el mayor volumen de ca
pitales y reservas con que cuentan los Bancos en la actua
lidad".
Encontramos en los datos que hemos trascrito dos
causas de debilidad bancaria. Una de ellas es la falta de
liquidez del canje o reservas por haberse permitido substi
tuir el dinero efectivo
por documentos, aunque sea en
limitada proporción y también la autorización concedi
da al Presidente de la
República para que el Banco Central
pueda rebajar las cuotas de encaje mínimo de los Bancos
147
el banco comerciales y cajas de ahorros. La otra es la excesiva li-
central bertad que tienen los Bancos comerciales
para acudir al
Y el redescuento con el fin señalado por el Boletín del Banco
circulante Central y en las proporciones
que revelan las cifras dadas
al comienzo de este capítulo. El redescuento es una faci
lidad que se concede a los Bancos comerciales evitar
para
que, en extraordinarios de restricción, no se vean
casos

obligados a rehusar préstamos al público y ocasionar per


turbaciones perjudiciales en los negocios. En el caso actual,
tales redescuentos para dar expansión a las operaciones de
crédito, no se justifican y revelan una tendencia peligro
sa hacia el abuso,
puesto que la proporción enorme que
asumen las emisiones de billetes del Banco Central
pro
veen abundantemente las bancarias. Un Banco
cajas co

mercial que ha llevado sus mejores documentos al redes


cuento puede encontrarse, además, en dificultades para

obtener ayuda del Banco Central en caso de verdadera


necesidad. En suma, la modificación de los principios bá
sicos establecidos por la ley y los estatutos del Banco Cen
tral pone en peligro la estabilidad de las instituciones de
crédito y abre camino en cualquier momento a una crisis
económica.
En el primer de 1943 los depósitos alcanza
semestre

ban, el 30 de Junio, a $ 2,693.8 millones y los préstamos,


a $ 3,28 5.9 millones. No obstante este aumento extra

ordinario de los créditos, los Bancos no sólo no acudie


ron al redescuento del Banco Central sino que dismi

nuyeron sus compromisos. Asi, mientras en Junio de 1942


los Bancos comerciales disponían de $ 369.3 millones
de caja y adeudaban al Banco Central $ 334 millones
en redescuentos, en Junio último dispusieron de $ 544.8

millones y los redescuentos bajaron a sólo $ 44.1 millones.


Esta es la consecuencia lógica de la extraordinaria afluen
cia de dinero a los Bancos, pues en los últimos doce meses
las emisiones han subido de $ 2,005 a $ 2,653 millones,

148
según las cifras oficiales del Banco Central. Las mismas
fluctuaciones se han observado otras veces, pero en mu
cho menor escala.
La política inflacionista, enderezada a proporcionar el banco

créditos a las llamadas instituciones de fomento, ha lesio- central

nado otra de las funciones del Banco Central. Queremos Y el

referirnos a la imposición que éste ha recibido para otorgar circulante

préstamos a intereses, no determinados por la oferta y la


demanda, sino por la conveniencia de dichas instituciones,
que operan sin suficientes capitales propios y se sostienen
gracias a la diferencia de interés entre lo que pagan al Ban
co y lo que cobran a sus clientes. He
aquí alguna de las
tasas impuestas al Banco Central las
por leyes: las opera
ciones con el Instituto de Economía Agrícola gozan de
un interés de favor del
3%; las de la Caja de Crédito
Hipotecario y establecimientos análogos, del 1 % ; los prés
tamos a la Caja de Crédito Minero, del 2
^>%, y los de la
Caja de Crédito Agrario, del 1%.
Mientras tanto, los descuentos al
público deben pa
gar al Banco Central un interés de 6% y los Bancos accio
nistas, favorecidos por la ley, el 4/2% tasa que también
rige para muy diversas clases de operaciones.
En resumen, no hay tasas uniformes
para operacio
nes de
análoga naturaleza ni el Banco Central tiene fa
cultad para fijarlas en todos los casos en
que el Estado se
ha propuesto dar créditos a
bajo interés, dentro de su plan
de política intervencionista, lo cual
significa la elimina
ción de otra de las facultades de la institución
central
arbitrada para ejercer el control del crédito
y evitar sus
abusos.
Desde que el Banco Central ha
perdido sus funcio
nes
esenciales, tanto en la regulación del circulante y el
control del crédito como en la estabilidad del
cambio, el
valor de la moneda los factores
escapa a
que lo determinan
en el
régimen del Patrón de oro.
149
la El sucinto bosquejo de nuestra historia monetaria
desvalora- y bancaria permite destacar algunos hechos relacionados
ción de la con el
problema de la desvaloración de la tanmoneda,
moneda inexplicable para muchos y de tan graves consecuencias
Y sus para la economía nacional.
principales Es conveniente recordar a este respecto que, desde
causas la época de la Independencia hasta 1878, rigió práctica
mente el régimen monetario basado en el
bimetalismo, o
sea en la
igual equivalencia legal de la moneda de oro y
de plata, y que las dificultades producidas en el comercio
durante este largo período se debían exclusivamente, en
el orden monetario, a la variación de valor de uno u otro
metal en el mercado.
Bajo la ley
monetaria de 18 51, que alteró el conte
nido metálico de la moneda de plata, se notaron pertur
baciones más hondas, que repercutieron en todo el cuer
po económico de la nación. Así, cuando subió el precio de
la plata, se notó una tendencia hacia la exportación de la
moneda de este metal y la restricción del circulante em
pleado en las transacciones medianas y menudas. Mas tar
de, la abundancia de la producción de plata provocó la
exportación de la moneda de oro. La causa era visible:
pudiéndose cancelar las obligaciones con una moneda de
metal de menos valor, los saldos del comercio exterior se
pagaban con esta clase de moneda, y se atesoraba y se ex
portaba la moneda de oro en virtud de la ley de Gresham.
La situación se agravó más adelante con la desmone
tización de la plata, cuando Inglaterra, Alemania y otros
países abandonaron el bimetalismo y adoptaron el Patrón
de oro.
En 1866, se tuvo una experiencia interesante con
motivo de la aparición del billete de Banco. En un princi
pio, el billete circulaba sin inconveniente la mo
junto con

neda metálica porque era convertible. Encontrándose el


país en guerra y con sus puertos bloqueados, necesitó el
Gobierno recursos extraordinarios y recurrió a los Ban-

150
eos, obteniendo de ellos un préstamo en cambio del privi- la

legio de la inconvertibilidad de sus billetes, los cuales si- desvalora-

guieron circulando sin dificultad conjuntamente con las ción de la

monedas de oro y de plata. MONEDA

La curva del cambio en este período así lo comprueba : Y SUS

principales
Año 1865 Peniques por peso, en promedio 45,9
1866 causas
„ ,, „ ,, ,, ,, 46,3

1867 „ „ „ „ „ 45,8

1868 „ „ „ „ „ 46,1

1869 „ „ „ „ „ 44,6

No hubo de la moneda metálica. La


desplazamiento
explicación se encuentra, sin duda, en el hecho de que el
billete fué emitido en corta cantidad, confirmándose así
la máxima de Adam Smith de que el papel moneda puede
circular sin gran inconveniente siempre que no exceda
del valor de las monedas de oro y de plata en circulación.
Poco después, el aumento de la emisión de billetes
bancarios, provocado por gastos fiscales excesivos que pro
dujeron el desequilibrio de los Presupuestos, la mala admi
nistración de los Bancos, la exportación de la moneda me
tálica a causa de la diferencia de valor legal establecida
por la ley de 18 51, dieron por resultado la inconvertibi
lidad de los billetes bancarios.
La curva del cambio en este
período revela la in
fluencia de estos factores:
Año 1873 Peniques por peso, en
promedio 44 8
1874 „
44;5
1875
43,8
1876
40,5
1877
42,0
1878
39,5

Luego interviene
otro factor que determina una caí
da mayor del cambio, a saber: las emisiones de
papel mo
neda hechas por el Gobierno de
para gastos guerra y sus
naturales contingencias, como verse en las cifras
puede
que siguen:
151
Año 1879 Peniques por peso, en
promedio 32
» 1880 „ „ „
30,8
s) 1881 ,,
30,8
1882
35,3
1883
35,2

El alza de los dos últimos años corresponde a las es-


LA peranzas de prosperidad en los negocios con motivo del
desvalora- buen éxito de las acciones militares y de la paz en perspec
CION DE LA tiva.
MONEDA La paz vino en 1884. El comercio extendió sus acti
vidades hasta las provincias anexadas del Norte y el sali
tre entró a figurar entre los más
importantes productos
de exportación, proporcionando el impuesto establecido
sobre él la fuente principal de los recursos del Erario y
una manera de evitar
mayores cargas sobre los contribu
yentes.
Había, pues, motivo para esperar que el cambio re

flejase valoración de la moneda. No fué así, sin em


una

bargo, pues, desaparecido el elemento compensador con la


exportación de las monedas metálicas, quedó como único
circulante, primero el billete de Banco inconvertible y en
seguida el papel moneda del Estado, circulante que carece
de valor real intrínseco y que se rige por la confianza y la
apreciación que de él hace el comercio, que, además, toma
en cuenta el riesgo de su posible depreciación.

La curva del cambio señala las siguientes fluctuacio


nes después de las vicisitudes de la guerra:

Año 18 84 Peniques por peso, en promedio 31,7


„ 1885 „ ,, ,, „ „ 25,4
„ 1886 „ „ „ „ „ ¿i>"
„ 1887 „ „ „ „ „ 24,5

1888 „ „ „ „ „ 26,2

1889 „ „ „ „ „ 26,$

Unaligera mejoría se advierte en los dos últimos


años, que puede explicarse por las medidas preparatorias
para el retiro del papel moneda. La acumulación de
un

fondo especial de rescate, establecido en la ley de 1887,

152
demostraba el propósito decidido del Gobierno de resta

blecer la circulación metálica.


La baja general iniciada en el período anterior no la

puede explicarse por causas financieras, ni por restriccio- desvalora

os monetarias ni por causas políticas. Únicamente puede ción de la

atribuirse a la cualidad inherente del papel moneda, que es moneda

la depreciación, cuando la cantidad de circulante no co- y sus

rresponde a las verdaderas necesidades del mercado, cuan- principales

do se pone en manos del público un exceso de circulante causas

que aumente el poder comprador sin que crezca corre


lativamente la oferta de productos o mercaderías. En ta
les casos los precios, ya ajustados a una circulación dada,
se reajustan de nuevo cada vez que se produce un incre

mento del circulante.


En los años siguientes subsiste la situación anterior,
y agravada esta vez por sucesos
políticos que tuvieron su

desenlace en 1891, produciendo un verdadero descalabro


en el cambio internacional, como puede verse en seguida:

Año 1890 Peniques por peso, en


promedio 24,0
1891 , 5 5) )> ?> ) 18,7
1892 ) )) )> )» 5 18,8
1893 > )> ;> )» 3 15,0
1894 ) )) 55 M 5 12,5
1895 J JS Jí 55 ) 16,0

No obstante los esfuerzo del Gobierno para realizar


la conversión por medio de las leyes de 1892 y 1893, la
desconfianza en la estabilidad de las instituciones pesaba
con mayor fuerza en la cotización de nuestra moneda.

La ley de conversión metálica dictada en 189 5 fué


un
propósito que hace honor al Gobierno de la época, no
obstante que la situación era bastante precaria todavía.
Esta ley establecía el canje del billete a razón de 18
peni
ques por peso, en circunstancias de no haberse mantenido
el cambio a esta cotización en un
período suficiente para
dar una completa seguridad en el buen éxito.
Sin embargo, la conversión se hizo, en la convicción

153
LA de que era posible mantener un cambio estable mediante
DESVALORA el canje sin restricciones de los billetes circulantes, como
CIÓN DE LA lo indica la curva del cambio en este interesante período:
MONEDA
Año 1896 Peniques por peso, en
promedio 17,4
Y SUS 1897
55 „ „ „ „ „ 17)6
PRINCIPALES 55 1898 „ „ „ „ „ (Junio) 17,6
CAUSAS
La estabilidad del cambio exterior, que es propia del
régimen metálico estaba en contra de los poderosos inte
,

reses de los
productores y deudores a largo plazo, y así
fué como, aprovechándose de las dificultades existentes
con un país vecino,
propalaron la suspensión del Patrón
de oro y la emisión de papel moneda, lo que desgraciada
mente aconteció en el último año señalado.
Después de la caída del régimen metálico el cambio
bajó bruscamente hasta 12.7 peniques en el mes de Di
ciembre de 1898, demostrándose con ello la influencia que
tienen en el valor de la moneda de curso forzoso las per
turbaciones políticas o de orden no económico.
Alejada de nuevo la posibilidad de mantener en el
país el régimen de una moneda estable, el cambio sigue
depreciándose en forma persistente y desconcertante.
Sobreviene el período llamado por ironía del Resur
gimiento, aunque los partidarios del papel moneda lo cre
yeran; el período que más pudiera llamarse de
la "orgía
del crédito" bajo el estímulo de las emisiones de billetes
fiscales, que ya detienen.
no se

Pasada esta crisis se presenta otra situación de aspec


to más grave con motivo de la declaración de la primera

guerra europea que paralizó muchas industrias, restringió


las rentas fiscales basadas en las exportaciones de salitre y
detuvo la en general por las
otros productos y producción
dificultades del intercambio. Pero, la situación mejora
cuando los países en guerra tuvieron necesidad de proveer
se de materias primas insustituibles para los esfuerzos
béli
cos. El comercio de exportación tomó entonces gran
im-

154
pulso y proporcionó al mercado abundantes divisas, que LA

no podían ser absorbidas mediante una expansión paralela


DESVALORA

de las importaciones, originándose, así, una mejoría nota CIÓN DE LA

ble en la cotización de nuestra moneda, como lo indican MONEDA

las cifras que siguen sobre el movimiento del cambio en Y SUS

PRINCIPALES
este período.
CAUSAS
Año 1914 Peniques por peso, en promedio 8,9

1915 „ „ „ 8,2

1916 „ „ „ „ „ 9,5

1917 „ „ „ „ „ 12,7
,, 1918 „ „ „ „ „ (Junio) 17,1

No obstante que se valoración de la


trataba de una

moneda producida por causas naturales, el alza del cam


bio alarmó grandemente, alegándose que afectaba a los
costos de producción ajustados al nivel de cambios inferio

res. Se originó entonces una lucha en contra de la mejoría

del peso y se tomaron medidas de diverso orden para pro


ducir una inflación del crédito lanzando al mercado nue
vas emisiones, con el resultado que se anota en las cifras

descendentes del cambio durante el siguiente período:

Año 1919 Peniques por peso, en


promedio 10,6
„ 1920 ) 5 55 55

„ 1921 55 5)

„ 1922 ) 5 5) 55

„ 1923 5? 55

„ 1924 5 5 55 51

„ 1925 ) 5 5) 55

Las controversias de la interna que se suce


política
dieron en los últimos años del anterior período se revelan
en la baja del cambio, no obstante los esfuerzos que se ha
cían para detener su curso amenazador; y se
llegó al año
1925 en que se decretó la conversión del papel moneda,
creando al mismo tiempo una institución reguladora del
cambio y de la circulación. Esta fué el Banco Central de
Chile que realizó las operaciones de la conversión en con
diciones notablemente satisfactorias.

155
Teniendo en cuenta el bajo nivel del cambio, hubo
LA de abandonarse toda esperanza de volver a la moneda
desvalora- creada por la ley de 1895 y optar por la conversión a un
CIÓN DE la cambio que no se apartaba mucho del que había regido
en los últimos meses
moneda
y al cual ya estaban ajustados los pre-
Y sus cios y servicios. Se fijó al efecto en 6 peniques el valor de
principales la unidad monetaria, considerándose que de esta manera
causas no se producía
perturbación en los negocios ni se cometía
injusticia en el cumplimiento de los contratos existentes.
De acuerdo con la ley y dentro del sistema de regu
lación establecido, el Banco Central pudo mantener la
estabilidad del cambio sin tropiezo alguno, en medio de
un ambiente de
seguridad y de confianza en el futuro.
Damos en seguida el curso del cambio desde la fecha
en que comenzó sus operaciones el Banco Central y se a-

doptó el sistema de expresar el valor de las monedas ex


tranjeras en pesos y no el peso en su equivalencia en mo
neda extranjera, como sigue:

Año 1926 Pesos por £, en promedio 39.8

)5
1927 55 55 55 55 5)
39.8

55
1928 51 55 55 55 55
39.7
55 1929 5» 55 55 55 55
39.6

55 1930 55 5» 55 55 55
40.0

Esta perfecta estabilidad del Cambio se mantuvo,


como se había previsto, sin inconveniente alguno hasta
que desencadenó la crisis mundial que afectó nuestro
se

comercio exterior más seriamente que al de ningún otro


país.
Con motivo de la crisis, abandonó el Pa
Inglaterra
trón de oro en 1931 y los Estados Unidos en 1933, lo que
se tradujo en una baja de sus monedas en pesos chilenos.

En 1932, se ordenó la devaluación de nuestro peso a la


mitad de su valor legal; y finalmente, en 1933, se intro
dujo una nueva devaluación para acercar el valor oficial
de nuestra moneda a la cotización que tenía en el merca-

156
do libre, lo que no se consiguió. La cotización oficial se hi- la

zo desde entonces en pesos de uno y medio peniques. desvalora-

La curva de la cotización oficial ofrece las siguientes ción de la

fluctuaciones: MONEDA

Y SUS
Año 1931 Pesos por £ en
promedio 37.6
PRINCIPALES

1932 „
49.1


1933 „
54.1 CAUSAS

1934 „
48.1


1935 „
94.7
„ 1936 „
96.2

Desde la implantación del Control de los Cambios


internacionales se formó un mercado clandestino de divi
sas, por cierto, con precios mucho más elevados que los
de la cotización oficial, el cual revela más exactamente el
valor de la moneda, sometido a las fluctuaciones propias
de un régimen de papel de curso forzoso. Así, en el mer
cado libre la libra esterlina, a la vista, tuvo entre los años
de 1933 y 1941 una cotización media de $ 132 a $ 124,
siendo la más alta la de 1939, que alcanzó a $ 144, y la
más baja, la de $ 1 1 6 en 1 940.
Desde 1937 en adelante la libra esterlina ha tenido
una cotización oficial descendente, como se revela en la
curva del cambio
que se
representa en
seguida:
Año 1937 Pesos por £, en
promedio 95.3
1938 94.3
1939- 84.9
1940 72.9
1941 77.9
1942 77.9

En la cotización del cambio oficial, por lo mismo


que no representa un valor internacional, se ha podido
establecer una diversidad de precios atendiendo a las con
veniencias de la producción o del Fisco, que no es necesa
rio detallar; pero si conviene recordar hechos
algunos re

lacionados con este asunto.

Al suspenderse la conversión, la ley de 1932 sobre

157
LA Control del Cambio dispuso
que el Banco Central fijase
desvalora- diariamente el cambio internacional sobre la base de las
CIÓN DE la transacciones efectuadas, disposición que fué
derogada
moneda por la ley de emergencia de 1942, pero quedó el Banco
Y sus facultado para comprar y vender divisas extranjeras al
principales precio que fijare el directorio con autorización oficial. La
causas misma ley facultó al Presidente de la República para fijar
tipos especiales de cambio para el pago de derechos adua
nales, para la exportación de salitre, yodo, hierro y cobre
y para las divisas correspondientes a la parte que deben
vender los demás exportadores, de acuerdo con las dispo
siciones legales. El Banco Central había acordado el cam
bio del dólar para la exportación en $ 24.90 comprador
y $ 2 5.- vendedor y el de $ 30.90 para el dólar de dispo
nibilidades propias; pero, el Ministerio de Hacienda de
claró que no era el Banco a quien correspondía fijar el
cambio y fijó el precio del dólar de exportación en $ 25.-
comprador y $ 2 5.10 vendedor, y para el dólar de dispo
nibilidades propias, el de $ 3 1.- comprador y $ 31.10 ven
dedor. Esta resolución tendía a favorecer a los intereses
mineros.
Dentro del mismo criterio se fijó el precio oficial de
la libra esterlina en $ 77.96 para el cambio especial y en
$ 101.35 para la exportación de artículos de primera ne
cesidad y de $ 124.78 comprador y $ 12 5.70 vendedor,
para la libra denominada de disponibilidades propias.
Como bien se comprende este sistema de fijar cam
bios arbitrarios sólo es propio de un régimen de Control de
Cambios y, particularmente, de papel moneda dirigido,
según la técnica imperante.
Hemos seguido hasta aquí paso a paso la historia de
la desvaloración de nuestra moneda, señalando los índices
que permiten apreciar la magnitud
de su caída. Sólo nos
resta señalar el índice del valor del peso oro creado por la

ley de 1925, que todavía se encuentra en el mercado. La


moneda de $ 100 oro que valía $ 489 en 1936 subió a
158
$ 548 1937, y ha continuado en alza hasta llegar a
en

$658 en 1941 y $741 en 1942.


Mucho se ha discutido sobre las causas de la desvalo
ración del peso.
Los partidarios del moneda insistieron durante
papel la

muchos años, para oponerse a toda idea de conversión, en desvalora-

la circulación metálica porque ción


que no era posible en Chile
de la

teníamos una balanza internacional adversa, es decir, que moneda

estábamos permanentemente endeudados con el extranje- y sus

ro. El hecho sólo de haberse realizado la conversión y man- principales

tenido la circulación del oro durante todo el tiempo que causas

el Banco Central tuvo a su cargo la misión reguladora que


le confió la ley, probó que esta doctrina era absolutamen
te errónea y que sin la convulsión de la crisis mundial y

la rebelión política de 1932, se habría podido mantener


el régimen de la estabilidad monetaria.
La dolorosa y larga experiencia que ha tenido el país
demuestra suficientemente que con orden en la Hacienda
Pública, con una buena administración bancaria y bajo
la dirección del Instituto Central encargado de la estabi
lidad del cambio, de la regulación del circulante y el con
trol del crédito, tal como en 1925, Chile puede salir del
desorden monetario, puesto que posee los recursos en oro
que se necesitarían para la nueva conversión.
Y todo nos indica que debemos hacerlo porque la
desorganización introducida en el mundo por la actual
guerra reclama medidas que permitan establecer después
de la paz una mayor solidaridad entre las naciones. Los
más eminentes estadistas y financieros han empezado a
estudiar con empeño estas medidas y entre ellas se destaca,
en
primera línea, la adopción de un régimen monetario
sin complicaciones, sobre la base del Patrón de oro,
porque
es el único ofrece de
que garantías seguridad para los in
tereses económicos
y satisface las aspiraciones de justicia
social para todos los pueblos que han sufrido tan cruel
mente con el
papel moneda.
159
En el plan que tiene vista
se en figura, además, el
propósito de llegar a establecer una moneda uniforme so
bre la base de los sistemas monetarios de las grandes na
ciones que mantienen el patrón de oro.
Nosotros, como miembros de la colectividad de na
LA ciones americanas, debemos elegir el dólar de los Estados
DESVALORA Unidos, y para adoptarlo necesitamos únicamente seguir
CIÓN DE LA un procedimiento adecuado
y que esté abonado por la
MONEDA
experiencia, como el que vamos a señalar. La moneda con
Y SUS tinental, que sería para nosotros el dólar, tendría en Chile
principales la equivalencia actual de esta moneda, o sea, 2 5 o 3 0 pesos
causas billetes. El nuevo peso chileno sería así canjeable en esta
proporción, y el billete seguiría circulando hasta su total
conversión. De esta manera no se introduciría alteración
alguna en los contratos ni en las remuneraciones de servi
cios. Se aseguraría la estabilidad de la moneda, se abrirían
las puertas para el ingreso de capitales y se facilitarían las
relaciones del intercambio con todas las naciones del mun
do.
Existe ya formada la conciencia de que el país no
puede seguir con el actual sistema del papel moneda que
nos lleva a la ruina; y existe también en la conciencia de

los demás pueblos que después de la guerra se debe orga


nizar un mundo mejor.
Por el camino que hemos señalado cumpliríamos el
deber que nos impone la solidaridad continental.

160
Obras de Referencia
Actas de la Comisión de Legislación Bancaria, 1913, Santiago.

Banco Central de Chile. Memorias. Boletín.

Miguel Cruchaga, Obras. Madrid.

Roberto Espinoza, Cuestiones Financieras de Chile, 1909.

Frank Witson Fetter, La Inflación Monetaria en Chile, 1937, Santiago.

Funcionamiento de nuestra legislación bancaria y monetaria, discursos y


reportajes a Mr. Kemmerer, 1927.
Económico sobre los medios circulantes el
Alejandro Garland, Estudio
en

Perú, Lima, 1908.

Marcial González, Estudios Económicos, Santiago, 1889.

Bancaria y Monetaria, Santiago, 1926.


Legislación
Marcial Martínez, La Cuestión Económica, Santiago, 1886.

Dr. Hermán Max, asesor del Banco Central. Diversos estudios, Conferencias
en la Academia de Ciencias Económicas.

Manuel Estudios Económicos, Santiago, 1863.


Miquel,
Evaristo Molina, Bosquejo de la Hacienda Pública de Chile, 1898.

Julio Pérez Canto, El Banco Central de Chile, La Revista Económica y edi


toriales de El Mercurio de Santiago y de Valparaíso.
Ramón Pérez Requeijo, Economía Monetaria, Valladolid, 1911.

Arturo Prat Carvajal, Estabilización del Valor de la Moneda, Santiago, 1919.

Zorobabel Rodríguez, Estudios Económicos, Santiago, 1893.

Agustín Ross, Sesenta años de cuestiones monetarias y financieras, Santiago,


1911.

Ramón E. Santelices, Los Bancos Chilenos, 1893.

Semana de la Moneda, Santiago, 1924.

Guillermo Subercaseaux, El Sistema Monetario y la organización bancaria


de Chile, 1920.

Sinopsis Estadística de Chile.

W. M. Van Deusen, Banco Central de Chile, Santiago, 1927.

Julio Zegers, Estudios Económicos, Santiago, 1908.

161
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(biblioteca nacional;í
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RESUMEN DE LA LEGISLACIÓN MONETARIA DE
CHILE DESDE LA FUNDACIÓN DE LA CASA DE
MONEDA, EL l.9 DE OCTUBRE DE 1743, HASTA
1943.

Creación de la Casa de Moneda de Santiago


el l.9 de Octubre de 1743.

La Casa de Moneda de Santiago fué creada por Real Cédula de Felipe


V, Rey de España y sus dependencias, el 1.° de Octubre de 1743, a soli
citud de las autoridades coloniales de Chile, a fin de que, con la acuñación
de monedas en el país se impulsase la explotación de las minas y aliviase la
molesta situación de los productores que se veían obligados, con perjuicio
de sus intereses, a enviar a Lima sus metales para cambiarlos por ropas y
objetos que no necesitaban.
Por esta Real Cédula se concedió facultad a don Francisco García
de Huidobro, para que a su costa edificara la Casa de Moneda de Santiago
con todas sus oficinas y dependencias; habilitándola, a su costa también, de

todas las herramientas, cuños y demás instrumentos necesarios para labrar las
monedas, tal como se ejecutaba en las otras casas de monedas de España.
Además, eran de cargo del referido señor García de Huidobro todos
los gastos de fabricación de monedas y sueldos de operarios y empleados de
la Casa, sin que por motivo alguno fueran de cargo de la Real Hacienda.
En cambio de estos servicios el señor García de Huidobro recibió el
empleo de Tesorero perpetuo de la Casa de Moneda, no sólo para él sino para
sus herederos
y sucesores, con todos los honores y regalías que gozaban di
chos empleos en aquella época.
Asimismo, se le concedieron todas las utilidades que rindieran las
fundiciones o labores, a excepción del Real derecho de señoreaje, que debía
abonarse a las arcas del Rey.

Junio 9 de 1728. —

Real Ordenanza por la cual se rigió la Casa de


Moneda de Santiago hasta los primeros años de la República. Firmada por
Felipe V.

Septiembre 1* de 1813. Decreto Supremo admitie


dispuso

que se
ran en Chile las monedas de las provincias del Río de la Plata.

Junio 9 de 1817. Bando del Supremo Director en que


fija los
emblemas de las primeras monedas acuñadas
por la República.

163
Noviembre 13 de 1817. Decreto del Supremo Gobierno para los

nuevos cuños de las primeras monedas de oro acuñadas por la República.


Mayo 4 de 1821. Decreto Supremo sobre acuñación de una mone

da de cobre para el Canal de San Bernardo de Maipo.

Febrero 6 de 1824. Decreto que dispone que en toda acuñación de


monedas se selle la sexta parte en sencillo con los antiguos cuños si no estu
vieren terminados los nuevos.

Septiembre 26 de 1827. —

Instalación de una Casa de Moneda en

la ciudad de la Serena.

Julio 31 de 1828. Decreto Supremo que dispone las monedas que


debe acuñar la Casa de Moneda de la Serena, la ley y emblemas de ellas.

Abril 20 de 1831. —

Se fija nn nuevo tipo para la moneda de


"cuartillo".

17 de 1832. Decreto que prohibe la circulación de mone


Agosto

das acuñadas en la Rioja.

Agosto 24 de 1832. —

Ley que fija el precio del Marco de oro y de

plata que compre la Casa de Moneda.

Febrero 1." de 1833. —

Decreto Supremo sobre la moneda provincial


de Valdivia.

Marzo 29 de 1833. —
Decreto que autoriza la circulación de las
monedas acuñadas en Potosí, previa la contramarca del escudo de armas de
la República de Chile.

de
Octubre 24 de 1834. Ley que autoriza la emisión de monedas

emblemas.
oro, plata y cobre y fija los pesos, ley, denominación y

Octubre de 18 34.
24 de Por cuanto el Congreso Nacio-

Santiago,
nal ha discutido y acordado el siguiente proyecto de ley:

Artículo 1." Habrá cuatro clases de monedas de oro, denominadas


doblón, medio doblón, cuarto doblón y escudo.


asi
2.<? Del marco oro se sacarán ocho y medio doblones, quedando
de éstos siete ochavas media, dos
reducido el peso específico de cada uno a y
de grano, y el del medio doblón, cuarto doblón
granos y dos décimo-sétimos
y escudo, a lo proporcionalmente les corresponde.
que

164
La ley de las monedas de oro será de veinte y un quilates.
3.? —

Cada doblón tendrá el valor de diez y seis pesos, cada medio


4.9 —

doblón el de ocho pesos, cada cuarto doblón el de cuatro pesos y cada escudo
el de dos pesos.
5.9 El tipo de las monedas de oro será por el anverso el escudo

completo de las armas de la República ( 1 ) circulado de la inscripción ,

República de Chile, con el año de la amonedación y en cifra el nombre del


pueblo en que fuere hecha.
Por el reverso tendrá un libro que represente el de la Constitución y
una mano puesta sobre él con el lema Igualdad ante le
Ley, las iniciales de
los ensayadores, la ley intrínseca del metal y la cifra de su división.
6.9 Habrá seis clases de monedas de plata, denominadas reales de a

ocho, o pesos; reales de a cuatro; reales de a dos; reales; medios reales y


cuartillos.
7" Del marco de plata se sacarán en la amonedación ocho y medio

pesos, y cada uno de éstos pesará por consiguiente siete ochavos y medio, dos
granos y dos décimo-sétimos de grano. Las demás monedas de plata serán
de un peso relativo a la proporción en que están con los reales de a ocho.
8.9 La ley de las monedas de plata será de diez dineros, veinte

granos.
9.' Cada real de a ocho tendrá el valor de doscientos setenta
y dos

maravedís; y las otras cinco clases de monedas designadas en el artículo 6?,


el que corresponde en razón proporcional a su peso.
10. El tipo de las monedas de plata será por el anverso el escudo de

armas de la
República sin soportes, circulado de un ramo de laurel la y
inscripción siguiente: Repúblicade Chile, el año de la amonedación y el
nombre abreviado de la ciudad en que fuere hecha. Por el reverso tendrá un
cóndor despedazando cadenas con el lema: Por la Razón
y la Fuerza, las ini-

1 En 1832, el Congreso aprobó


el mensaje del Presidente de la
República don Joaquín Prieto que
entre otras cosas decía
lo siguiente:
La República
debe tener un escudo de armas la
que simbolice conforme al uso casi inmemorial de
todos los pueblos y naciones. No
puede considerarse como tal el que se introdujo en los primeros tiempos
de la revolución,
porque a más de haber carecido de la sanción de autoridad
competente, no contiene
pieza alguna alusiva al objeto que debe representar. Ha
creído, pues, el Gobierno que, no debiéndose tolerar
por mis tiempo ese escudo insignificante, se sancionase de una vez el
que reúna a la legalidad de su origen
la propiedad de a alusión. Al efecto se ha hecho presentar varios diseños
y entre los que parecen haberse
acercado mas a desempeñar el asunto es el
que tiene la honra de adjuntar.
En él observará el
Congreso un campo de dos esmaltes cuyos bien conocidos atributos cuadran
perfectamente con la naturaleza del pais y el carácter de sus habitantes. La estrella
de plata es el blasón
que nuestros abor, genes ostentaron siempre en sus
pendones y el mismo que representa ese caro pabellón a
cuya sombra se ha ceñido la patria de tantos y tan
gloriosos laureles.
Los soportes representan un huemul
y un cóndor: éste, el ave más fuerte, animosa y corpulenta
que puebla nuestros a.res, y aquel el cuadrúpedo más raro y singular de nuestras sierras, de que no hay'
noticia que habite otra región del globo.
La la "beZa de ambos amales '«á el
,1
el .!„,.•
glorioso
C°r°T ",""'
triunfo
de
qUC
SUp,Crl
nuestras fuerzas marítimas sobre las de
monumento que recordará siempre
España en las varias aguas del Pacifico
•" "?"*<• creciese esta idea la aprobación del Congreso, el Gobierno somete a su
anrohíció í"™ de decreto: "El
éamoo cart*LST ,
Proyecto
«""»'
escudo de armas de la República de Chile, presentará en

ohnco í, A
7
"
PC"
8
S°P<>rtC!
" una
t»» plata,
brecha y
tendrá por timbre un
plumaje tricolor de azul,
de
ae esto,
estos ,7
animales
'

con una corona


un,1"fmul
naval de oro".
a un cóndor a la izquierda, coronado cada une

Este escudo se adoptó como símbolo de la


República por la ley de 26 de Junio de 1834.

165
ciales de losensayadores, la ley intrínseca del metal y la cifra de su división.
Respecto a que las monedas de oro y plata establecidas por los
11. —

artículos precedentes son iguales en ley y peso a las que hasta aquí ha tenido
la República, serán admitidas y circularán con el mismo valor en los cambios.
12. —

Habrá dos clases de monedas de cobre denominadas centavos

y medios centavos.

13. —

Cadacentavo pesará diez adarmes, y la mitad, el medio centavo.

14. —

Ambas clases de monedas serán de cobre refinado sin mezcla


de otro metal inferior.
15. —

Cien centavos, o doscientos medios centavos tendrán el valor


de un peso plata.
Las monedas de cobre llevarán en el anverso la estrella central
16. —

del escudo de armas, con la inscripción República de Chile, y el año en que


se amoneden. Y por el reverso la expresión de su valor, un ramo de laurel en

forma circular, y el lema Economía es Riqueza.


17. Solo será permitido emitir por ahora a la circulación hasta la

cantidad de treinta mil pesos en monedas de cobre, la mitad en centavos y la


otra mitad en medios centavos.

18. Se autoriza al Presidente de la República para que determine,


si lo considerase necesario, la cantidad que legalmente deba admitirse en co


bre en los pagos y transacciones comerciales.
cuanto, con la facultad que me confieren los artículos
Y 43 y
por
82 de la Constitución, he tenido abien aprobarlo y sancionarlo; por tanto,

dispongo se
promulgue y lleve a efecto en todas sus partes como Ley del
Estado. —
PRIETO. —

Joaquín Tocornal.

que ordena que las monedas


6 de 1836. de "centa
Septiembre

Ley
vo" y "medio centavo" acuñadas por la Ley anterior sean consideradas con

diferente valor en las transacciones.


ciertas variaciones en los
Enero 17 de 1839. —
Decreto que aprueba
emblemas de las monedas de oro.

18 de 1843. Ley que autoriza a la Casa de Moneda para


Agosto

barra el fin de amonedar sencillo.


comprar plata en con

Diciembre 5 de 1843. Decreto que dispone que las onzas de oro


lleven en lugar del cordón un letrero grabado


que se acuñen en lo
sucesivo
su acuñación.
con caracteres cóncavos que exprese el mes de

Enero 9 de 1851. —

Ley Monetaria.

166
Santiago, Enero 9 de 1851. —
Por cuanto el Congreso Nacional
ha discutido y aprobado el siguiente proyecto de Ley:

Artículo l.9 —
Habráclases de monedas de oro, denominadas
tres

cóndor, doblón y escudo, con la


de nueve décimos fino.
ley
El cóndor tendrá el peso de trescientos cinco granos quinientos
cuarenta milésimos, o sea quince gramos doscientos cincuenta y tres milési

mos, y corresponderá a diez pesos plata.


El doblón tendrá ciento cincuenta y dos granos setecientos sesenta
milésimos, y corresponderá a cinco pesos plata.
El escudo tendrá sesenta y un granos ciento ocho milésimos, y corres
ponderá a dos pesos plata.
Artículo 2." Habrá cinco clases de monedas de plata, con la ley de

nueve décimos de fino, a saber:

El peso, que contendrá quinientos granos setecientos sesenta y ocho


milésimos, o sea veinticinco
gramos, se dividirá en cien centavos.
Una de cincuenta centavos, conteniendo doscientos cincuenta
granos
trescientos ochenta y cuatro milésimos.
Una de veinte centavos, con cien granos ciento cincuenta y tres
milésimos.
Una de diez centavos, con cincuenta granos setenta y seis milésimos.
Una de cinco centavos, con veinticinco
granos treinta y ocho
milésimos.
Artículo 3.9 Habrá dos clases de monedas de cobre, denominadas

centavos y medios centavos, de cobre refinado sin mezcla de


otro metal.
El centavo tendrá el peso de diez
gramos o doscientos granos tres
cientos siete milésimos,y cien centavos compondrán Un Peso. El medio
centavo será la misma proporción y peso.
en

Artículo 4.»— Queda derogada la Ley de 21 de Noviembre de 1838


que fija el precio de los pesos fuertes, y las demás leyes u ordenanzas contra
rias a la presente.
Artículo 5.9 Se autoriza al Presidente de la

República para que, en


vista de los resultados
que dé la nueva maquinaria que va a establecer en la
Casa de Moneda de
Santiago, designe el fuerte y feble con que se pueden emi
tir a la circulación las monedas de oro
y plata, para que haga en el tipo actual
de las monedas las alteraciones a
que dé lugar esta Ley; para que fije la canti
dad que legalmente debe admitirse en cobro en los
pagos, y para que tome las
medidas convenientes al
cumplimiento de la presente Ley y las que sean nece
sarias para uniformar la moneda circulante.
Y por cuanto, oído el
Consejo de Estado, he tenido a bien aprobarlo
y sancionarlo; por tanto, dispongo se
sus
promulgue y lleve a efecto en todas
partes como Ley de la República. MANUEL BULNES.

Terónimo —

Urmeneta.

167
Febrero l.9 de 1851. —

Decreto que reglamenta la circulación de las


monedas emitidas de acuerdo con la Ley anterior.

Marzo 19 de 1851. —

Decreto que fija los diseños de la Ley anterior.

Febrero 23 de 1855. —
Decreto que fija un
plazo para canjear las
monedas de plata.

Junio 15 de 1855. Decreto


que prorroga por dos meses el plazo


para canjear las monedas de plata.

Septiembre 3 de 1855. —

Decreto que prorroga nuevamente el canje


de las monedas de plata.

Octubre 29 de 1856. Decreto que ordena que en las transacciones


se haga uso de la moneda decimal bajo las denominaciones de "pesos" y


"centavos".

Julio 28 de 1860.Ley Monetaria que crea la moneda de oro de


"Un Peso" 900 milésimos de fino y con peso de un gramo quinientos


con

veinticinco mili gramos ; y autoriza la acuñación de monedas de plata de 900


milésimos de fino, de las denominaciones "veinte", "diez" y "cinco centavos".

Agosto 20 de 1860. —
Decreto que determina el diseño de la moneda
de oro de "Un Peso".

Octubre 22 de 1861. —

Decreto que fija el feble y fuerte de las


monedas de oro y de plata.

Noviembre 25 de 1862. Decreto que


aprueba una nueva forma


del cóndor en las monedas de plata.

Decreto que fija plazo para cambiar las mo


Junio 8 de 1863. un

nedas antiguas por las del nuevo sistema.

19 de 1864. Decreto que prorroga el plazo para la circula


Mayo

ción de las monedas de "25 centavos".

27 de 1865. Decreto reglamentando el retiro de las monedas


Julio

de cobre del antiguo sistema monetario.

Octubre 21 de 1865. —

Ley que manda acuñar un millón de pesos


en monedas de plata.

168
2 de 1868. Decreto que ordena retener en las Tesorerías las
Mayo

monedas del sistema antiguo para reemplazarlas por las del sistema decimal.

Julio 8 de 1868. —
Decreto que ordena recibir por su valor nominal
las monedas antiguas de plata y de cobre.

Octubre 25 de 1870. Ley que crea las monedas de "dos centavos",


"un centavo" y "medio centavo" con diámetros de 25, 21 y 19 milímetros y


pesos de 7, 5 y 3 gramos. La aleación que se usó estaba compuesta de 70%
de cobre, 20% de níquel y 10% de zinc.

Diciembre 19 de 1873. Ley que prorroga por dos años la autori


zación para emitir las monedas de vellón.

Septiembre 13 de 1878. —

Ley que autoriza la acuñación de quinien


tos mil pesos en monedas de plata en conformidad a la
Ley de 1860.

Junio 13 de 1879. Ley que autoriza la primera emisión de mone


das divisionarias con ley de 500 milésimas de fino. Se crearon las monedas de
"veinte", "diez" y "cinco centavos" de plata, con diámetros de 23, 18 y 15
milímetros y pesos de 5, 2.5 y 1.25 gramos.

Enero 13 de 1880. —

Ley que prohibe la internación de monedas de


plata con menos de 900 milésimos de fino.

Agosto 6 de 1880. Ley autorizando la emisión de un millón de


—■

pesos enmoneda divisionaria de plata de 500 milésimos de fino de acuerdo


con la Ley de 13 de Junio de 1879.

Enero 20 de 1881. Ley que autoriza la tercera emisión de monedas


divisionarias de plata de 500 milésimos en la cantidad de millón y medio de


pesos.

Diciembre 28 de 1882. Ley autorizando al Presidente de la Repú


blica para retirar de la circulación hasta un millón de


pesos en moneda di
visionarias de plata de 500 milésimos.

Septiembre 13 de 1883. Ley que autoriza la refundición y con


versión de 400 mil pesos en piezas de "veinte centavos", en monedas de


"diez" y "cinco centavos".

Agosto 10 de 1886. —

Ley que crea la moneda de vellón de "dos y


medio centavos" con 27 milímetros de diámetro y 8 gramos de peso, con la

169
aleación prescrita por la Ley de 13 de
Septimbre de 1878, y el tipo y tole
rancia de la Ley de Octubre 25 de 1870.

Marzo 3 de 1887. —

Ley que autoriza la cuarta emisión de moneda


divisionaria de plata de 500 milésimos de los valores "diez" y "cinco centavos".

Enero 26 de 1891. Decreto que prohibe la exportación de moneda


feble de plata de "veinte", "diez" y "cinco centavos".

Febrero l.9 de 1891. Decreto-Ley que autoriza la emisión de un


millón de pesos en moneda divisionaria de plata con ley de 15 peniques por


peso.

Jtdio 22 de 1891. —

Ley que autoriza la emisión de moneda divisio


naria de plata con 200 milésimos de fino. (Nota: Se acuñaron monedas de
"veinte centavos", con los emblemas usados; pero se estamparon como de
500 milésimos de fino.)
Enero 25 de 1892. Ley que autoriza la quinta emisión de monedas

divisionarias de 500 milésimos de fino.

Febrero 11 de 1895. Conversión Metálica que crea tres


Ley de
monedas de oro: Cóndor con peso de 11.98207 gramos, Doblón con
un

5.99103 gramos y Escudo con 2.99551 gramos. Valor de 20, 10 y 5 pesos


respectivamente. Aleación de 22 quilates. También se autorizaron 4 monedas
de plata, con ley de 83 5 milésimos de fino: Un peso que pesará 20 gramos;
veinte centavos con 4 gramos; diez centavos con 2 gramos y cinco centavos
con 1 gramo.

Marzo 23 de 1895. Decreto que determina los diámetros y cuños


para las monedas de la Ley anterior.

Julio 31 de 1898. Ley que autoriza la emisión de billetes fiscales


de curso forzoso y la acuñación de monedas de plata y de vellón.

Enero 19 de 1899. Ley que autoriza la acuñación de monedas de


plata de "veinte", "diez" y "cinco centavos" con 500 milésimos de fino.

Diciembre de 1901.
31 Ley N.9 1509.

Autoriza acuñar

4.000.000 de pesos monedas


en de 1 peso y de 50 centavos; Ley de fino
0.700; peso 20 grs. y 10 grs., respectivamente; diámetro de la
moneda
de 50 ctvs., 28 mm. Retira billetes de $ 1.- (La ley de conversión metálica
había fijado en 0.83 5 el fino de las monedas de plata).

170
Febrero 5 de 1904. Ley N.9 1651.

Prorroga por 2 años (desde —

el l.9 Enero
-

1904) la autorización para acuñar $ 4.000.000.- en monedas


-

de $ 1.- y $ 0.50. Facidta, además, la acuñación de $ 200.000.- en monedas


de 5 y 10 centavos en conformidad a la ley 1172 de 19 de Enero de 1899.
(0.500 de fino).

Marzo 9 de 1904. Ley N.9 1652.


Fija la denominación, valor,


diámetro, peso y tolerancia de la moneda de vellón. (l/2 1 2 2y2 centa - - -

vos). Aleación: cobre 95% estaño 4%, zinc 1%. Leyenda: Economía es
-
-

Riqueza. Monto de la acuñación: $ 200.000.-

Febrero 13 de 1906. Ley N.9 1856. —

Faculta la acuñación de —

$ 3.000.000.- en monedas de $ 1.- y $ 0.50 de 700 milésimos de fino;


$ 1.000.000.- en monedas de $ 0.20 y $ 500.000.- en monedas de $ 0.10 y
$ 0.05, con ley de 0.500 de fino.

Febrero 8 de 1907. Ley N.9 1930. el de las


Modifica fino

monedas de $ 1.- y $ 0.50; lo baja a 0.500 en vez de 0.700.

Diciembre 9 de 1907. Ley N.9 2057. —

Autoriza acuñar hasta —

$ 10.000.000.- en monedas de 40 20 10 y 5 centavos con 0.400 de


fino,
- -

con
peso de 6, 3, 1,5 y 1 gramos, respectivamente, y hasta $ 1.000.000.- en
monedas de níquel de 10 y 5 centavos.
Prohibe la exportación de moneda divisionaria de
plata.
Febrero 19 de 1909. Ley N9 2173. Prorroga la autorización de

la ley NS 2057 para acuñar hasta $ 10.000.000.-


y elimina la moneda de 40
centavos.

de 1910.
Agosto l.9
Ley 2340. —

Facidta la acuñación de
$ 5.000.000.- monedas de $ 1.- y $ 0.50,
en
de 0.900 de fino. Peso:
con ley
12 grs. y 6 grs. Diámetro:
31,5 mm. y 26,5 mm.

Noviembre 18 de 1914. Ley N.9 2947.—

Autoriza acuñar hasta —

$ 15.000.000.- en monedas de $ 1.- con ley de 0.720;


peso, 9 grs. y diá
metro, 28 mm. El fino de las monedas de 20, 10 y 5 centavos será de 450
milésimos. Facidta la reacuñación de las monedas de distinto
fino.
Un año después no
podrán emitirse billetes de $ 1 .-

Mayo 10 de 1918. Ley N.9 3371. Organización legal de la



Dirección General de
Especies Valoradas.

Agosto 8 de 1919. —

Ley N.9 3 527. —

Autoriza acuñación de

171
$ 20.000.000.- en monedas de níquel de 20, 10 y 5 centavos y de cobre de
2 y 1 centavos:

Monedas de Níquel: $ 0.20 $ 0.10 $ 0.05


Peso: 4Vz grs. 3. grs. 2. grs.
Diámetro: 22l/2 mm. 19l/i mm. í6¡/2 mm.

Monedas de Cobre: $ 0.02 $ 0.01


Peso: 3l/z grs. 2/2 grs.
Diámetro: 21 mm. 18 mm.

Aleación de las monedas de cobre: 95% de cobre, 4% de estaño y


l%o de zinc.
Facíate, además, para acuñar $ 5.000.000.- en monedas de plata de
$ 1.-, con ley de 0.500 de fino, peso de 9 grs. y diámetro de 29 mm. y en
monedas de plata de 20, 10 y 5 centavos, con ley de 0.400 de fino.

Mayo 22 de 1924. —

Ley N.9 4014. —


Autoriza la acuñación de
$ 10.000.000.- en monedas de $ 1.- de ley de 0.500 de fino; 9 gramos y 29
mm. de diámetro.

Octubre 14 de 1925. —

Decreto-Ley N
°
606. —

Unidad monetaria
"Peso" —

0.183057 gramos de oro fino. "Cóndor" = 1.83057 gramos de


oro fino.
Monedas de plata: $ 5.- $ 2.- $ 1.- $ 0.50
Peso: 25 grs. 10 grs. 5 grs.

Fino: 720 milésimos.


Monedas de níquel: 20, 10, 5 centavos.

Diciembre 31 de 1926. —

Ley N? 4111. —

Modifica características
de las monedas de plata:

$ 5.- $ 2.- $ 1.-

Peso: 25 grs. 18 grs. 9 grs.

Fino: 0.900 0.500 0.500


37 mm. 33 mm. 29 mm.
Diámetro:

Diciembre 31 de 1927. —
D.F.L. N.9 3071. Fusiona los Talleres

de Especies Valoradas con la Superintendencia de la Casa de Moneda a contar


desde el l.9 de Mayo de 1928.

172
Noviembre 27 de 1928. —

Ley N.9 4468. —


Establece la "Libra
Chilena".

Libra $ 40.- oro 8.13587 gramos


4.067932
y2 Libra $ 20.- oro
Fino: 900 milésimos.

Monedas de plata de $2.- $ 1.-


Peso: 12 gs. 6 gs.
Fino: 720 milésimos .

Monedas de níquel de $ 0.20 $0.10 $0.05


Peso: 4,2 gs. 2,8 gs. 1,8 gs.
(perforada) .

Mayo 15 de 1931. —

D.F.L. N.9 207. —

Posterga la vigencia de la
Ley N.9 4468 en cuanto a los nuevos tipos de monedas.

Abril 19 de 1932. —

N.9 5107.
Ley Establece la Comisión de

Cambios Internacionales y suspende la convertibilidad de los billetes del


Banco Central.

Junio 25 de 1932. —

Decreto-Ley N.9 104. —

Deroga Ley N.° 4468.


Crea el peso de plata de 6 gramos, con leyde 0.400 de fino.

Septiembre 9 de 1932. —

Decreto-Ley N.9 591. —


Autoriza emitir
billetes de $ 1.- y $ 2.-

Marzo 24 de 1933. —

Ley N.9 5146. —

Establece la moneda de $ 1 .-

de níquel, con 10 gramos de peso.

Diciembre 17 de 1941. Ley N.9 7139.


Establece las monedas


de cuproníquel de $ 5.- y $ 2.- y las de cobre de $ 1.-, $ 0.50, $ 0.20 y


$ 0.10.

173
JOSÉ TORMO MEDINA
Historiador. Autor de las obras "Las Monedas
Chilenas"; "Monedas y Medallas Chilenas";
"Monedas y Medallas Hispano- Americanas";
y numerosas obras sobre numismática. | BIBLIOTECA NA<,'!<>!-;.'
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PRENSA DE ACUÑAR

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I
DOCUMENTO N.9 1.

Fragmentos del libro del factor Rodrigo de Vega Sarmiento, relativos


a las cantidades de oro de que en su tiempo se cobraron los quintos reales, el
cual empieza a cinco días del mes de Agosto del año de 1557.

En cinco días del mes de Agosto de mil e quinientos e cincuenta e


siete años metió Diego García de Cáceres a quintar, mil y ciento setenta
pesos; cupo del uno por ciento: once pesos y cinco tomines y diez granos; a
S. M. doscientos y treinta y un pesos y tres tomines y un grano. 1.170
Este día metió Francisco Rubio, en nombre de Rodrigo de Quiroga,
mil y trescientos y ochenta y nueve pesos de oro de minas fundido: sacado
el uno por ciento, que es trece pesos y siete tomines, la resta que queda son
mil y trescientos y setenta y cinco pesos y un tomín; pertenece a Su Ma
jestad de sus quintos doscientos y setenta y cinco pesos y tres tomines. 1.375
Este día metió Pedro Gómez, en nombre del bachiller
Rodrigo Gon
zález, quinientos y un pesos en polvo, digo en oro fundido: sacado el uno por
ciento, que soncinco pesos y un grano, de la resta,
que son cuatrocientos y
noventa y cinco pesos y siete tomines
y once granos, pertenece a Su Majestad
de sus quintos noventa y nueve pesos y un tomín y siete granos. 501
Pedro Navarro metió mil y ciento y ochenta y ocho
pesos: sacado el
uno
por ciento, que son once pesos y siete tomines, viene a Su Majestad de
sus
quintos doscientos y treinta y cinco pesos y un tomín y diez granos. 1.188

177
DOCUMENTO N.9 2.

Real Cédula de la fundación de la Casa de Moneda de Santiago de


Chile. Octubre de 1743.
I.9 de

Don Felipe, por la gracia de Dios, rey de Castilla, de León, de Aragón,


de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valen
cia de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de
Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algecira, de Gilbraltar, de las islas de
Canaria, Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano, archiduque de Austria,
duque de Borgoña, de Brabante y Milán, conde de Abspurg, de Flandes,
Tirol y Barcelona, señor de Vizcaya y de Molina, etc. Por cuanto en aten
ción a las repetidas instancias que me ha hecho el Consejo, Justicia y Regi
miento de la ciudad de Santiago, capital del reino de Chile, sobre que la con
cediese el cuño de doblones, á fin de conseguir por este medio el alivio de las
ruinas de edificios que padeció aquel reino con el terremoto del año de mil
setecientos y treinta, y que se beneficiasen las minas con mayor empeño por
aquellos naturales, logrando éstos el premio de su fatiga, teniendo Casa de
Moneda donde llevar el oro, sin estar sujetos y precisados á enviarlo á Lima
y cambiarlo á las ropas y géneros que necesitan, con escasa utilidad de su
trabajo. Y teniendo presente asimismo la oferta y particular servicio que vos,
don Francisco García de Huidobro, caballero del Orden de
Santiago, resi
dente en esta corte, vecino de aquella ciudad y alguacil
mayor de mi Real
Audiencia de ella, me hacéis de querer á vuestra costa fabricar la referida
Casa de Moneda, bajo de las calidades
que se contienen en la contrata que se
sigue: Que os obligáis á fabricar a vuestra costa la referida Casa de Moneda,
y en ella todas las oficinas necesarias y vivienda para el tesorero, para lo cual
habéis de llevar un plan, todas las herramientas, cuños
y demás instrumentos
necesarios para labrar la moneda con volante y cordoncillo, como se
ejecuta
en la Casa de esta corte;

Que si por la continuación de terremotos que se experimentan en


aquel reino, ó por otro accidente cualquiera que sea, se maltratase o arruinase
la expresada Casa y oficinas, la habéis de reedificar
y refaccionar á vuestra
costa, como también todos los instrumentos y herramientas
que se necesitan,
perpetuamente.
Que asimismo han de ser de vuestra cuenta todos los gastos que se
hicieren en jornales de trabajadores y oficiales,
que habéis de poner siempre
a vuestra
voluntad, para fabricar la moneda, y juntamente los sueldos para
los ministros de dicha casa, de
superintendente, tesorero, contador, ensayador
y balanzano; de forma que por ningún motivo ha de costear mi real hacienda
en
ningún tiempo nada de lo expresado, con tal que os haya de recompensar
con las mercedes
siguientes:

179
I.- Que os he de conceder a vos, el dicho don Francisco García
de
Huidobro, el empleo de tesorero de la referida Casa, perpetuo, por juro de
heredad, para vos, vuestros herederos y sucesores, con todos los honores y
regalías que gozan los tesoreros de moneda de
estos y aquellos reinos, así en
cuanto a vuestras personas como
en cuanto a vuestros
bienes, y que lo ha
béis de poder enagenar a vuestra voluntad, bajo las obligaciones anexas, a
dicho empleo, y en la misma conformidad vincularlo, sirviendo este título
de facultad real para poderlo hacer.
II.- Que asimismo os he de conceder todas las utilidades
que rindiesen
las fundiciones o labores, a excepción del real derecho de señoreaje,
que me
pertenece, mediante a que de las referidas utilidades han de salir todos los
gastos de braceaje, jornales de trabajadores, sueldos de oficiales y ministros
y todos los demás que se necesitan para la subsistencia de la referida Casa,
sus oficinas
y herramientas.
III.- Que por esta primera vez han de ser a elección vuestra las no
minaciones de los mencionados ministros para dicha Casa, a los cuales habéis
de satisfacer los salarios correspondientes que con ellos ajustaréis, en cuya
conformidad han de correr los tres primeros años, que se han de empezar
a contar desde el establecimiento de la nueva Casa,
y para en lo sucesivo
se arreglarán los salarios de los expresados ministros por el Superintendente

en concurrencia vuestra, atendiendo a el trabajo de las labores, clase y cali

dad de dichos empleos; y conformados los dos, se pondrán en práctica, Ínterin


que, dándose cuenta a mi consejo, se obtenga su aprobación, lo cual se ejecuta
rá por las vías más promptas de Buenos Aires y Lima, y que conforme fueren
vacando los referidos empleos de Superintendente, contador, ensayador y ba-
lanzario, los he de proveer, haciéndolo vos interinamente en personas idóneas,
que ha de aprobar el Gobernador y Capitán General de aquel reino.
IV.- Que por dicha primera vez, vos y los ministros que nombrareis,
no han de pagar media-annata de sus empleos, por haberse practicado así en

semejantes ocasiones, y los que en adelante sucedieren han de contribuir lo


correspondiente, conforme a reglas de este derecho.
V.- Que habéis de tener en dicho empleo
facultad de poner teniente
de tesorero, y de hacer, siempre que os parezca conveniente, reensayes del oro
con otros ensayadores fuera del de la Casa, para que de esta suerte se eviten

desórdenes y se proceda con fidelidad y vigilancia en las labores.


VI.- Que si por cualquiera accidente, pensado o no pensado, se mu
dare la dicha Casa de la ciudad de Santiago, donde ahora se establece, a otra
cualquiera parte del reino, ha de pasar y mudarse con ella el empleo de teso
rero, con los mismos frutos y regalías con que ahora se os
concede.
VIL- Que no se ha de poder decir de nulidad de este contrato por
sea y
ningún caso, motivo o pretexto que pueda acaecer, por remoto que
la perpetuidad y va
nunca
previsto, aunque aquí no se
exprese; porque para
haber todos cualesquiera de los
lidación de él se han de aquí por expresados y

180
acaecer, sin exceptuar alguno, obligándome yo
a que
que adelante puedan
ni contravendré a él, ni permitiré que mis ministros lo hagan en ma
no iré
con la continuación de terremotos que en aquel
nera alguna, respecto de que

reino se experimentan estará siempre el tesorero expuesto


al continuado ries
crecidas de refacciones reedificaciones de la dicha
go de consumir y
sumas

oficinas herramientas; por lo que ha de ser condición que si por


casa, sus y
cualquiera accidente pensado o no pensado se os moviere pleito o se os inquie
tare en la posesión del referido empleo, sus regalías y emolumentos, haya de
salir mi fiscal a la defensa de todo, hasta dejaros en pacífica posesión, a
costa de mi real hacienda.
VIII.- Que no se ha de poder perder este empleo por delito alguno
que cometan los poseedores y dueños, aunque sea de los exceptuados; porque
si llegase el caso de cometerle, ha de pasar al siguiente poseedor en grado,
como si el poseedor actual hubiese decaído del empleo veinte y cuatro horas

antes de ejecutar el delito, excepto en los crímenes de herejía, lesoe majestatis

y pecado nefando.
IX.- Que el delito que cometieren los tenientes no os ha de perjudicar
sino fuereis cómplice en él, con tal que los dichos tenientes o sostitutos ten
gan asegurada la administración del empleo con bastantes fianzas; pero
que si éstas no fueren suficientes, ni alcanzare la excusión que se hiciere en
los fiadores, habéis de quedar obligado en lo que restare; y que en caso de
que al ensayador se le haga causa sobre si la moneda no fuere de ley, no se os
haya de comprender en ella, ni a vuestros tenientes, si no se os justificare
haber concurrido a la culpa con el ensayador.
X.- Que si por cualquiera accidente, por remoto y nunca previsto
que sea, quisiere yo mudar de intento en cuanto a la erección de dicha casa
o
quisiese extinguirla en algún tiempo, se os haya de restituir o a vuestros
herederos todo el desembolso que hiciereis en estos reinos, en las herramientas,
instrumentos y oficiales que habéis de llevar con más los premios de mar que
corrieren al tiempo de vuestro embarque; y juntamente todos los que hicie
res en el reino de Chile en la fábrica de la Casa,
pasándose en todo ello por
lo que constare de vuestra relación jurada o de vuestros herederos y compro
bación de documentos regulares, hasta dejar dicha Casa concluida y en tér
minos de obrar, sin que nada de lo gastado pueda compensarse con cantidad
alguna de la que recibiereis por los frutos y aprovechamientos, porque éstos
los habéis de haber con derecho y justo título de cosa adquirida en buena
fee; y que a la satisfacción de lo que así fuere, han de quedar obligadas mis
Cajas Reales de la ciudad de Santigo y sus oficiales, quienes lo han de pagar,
sin que para ello sea necesario de otra orden más
que la de este título, y que
en el Ínterin se os ha de acudir con los intereses a razón de 5
por 100 al año,
desde el día que cesaren las labores por órdenes mías.
XI.- Que si vos el dicho don Francisco falleciereis en estos reinos o
antes de haberse fenecido el establecimiento de la dicha Casa, hayan de

181
entrar en todos vuestros derechos y acciones vuestros herederos, en
quienes
han de recaer las mismas obligaciones para que las fenezcan, los cuales ni vos
habéis de ser obligado a hacer renuncia del expresado empleo de tesorero,
porque inmeditamente y sin ella ha de pasar la civil posesión a quien tocare,
sin más gravamen que el de la media- annata correspondiente a la sucesión.
XII.- Que de todos los instrumentos, clavazón, hierro y demás he
rramientas que habéis de llevar de estos reinos para la fábrica de la referida
Casa, no me habéis de pagar derechos algunos y sólo si al capitán del navio
los fletes arreglados al real proyecto, en cuya conformidad se le ha de pre
cisar a que lo lleve; y para en lo sucesivo habéis de poder embarcar en la
misma conformidad todos los instrumentos y herramientas necesarias para
la subsistencia de dicha Casa, a cuyo fin se os ha de dar cédula separada.
XIII.- Que asimismo se ha de expedir otra cédula cometida al Gober
nador y Audiencia de aquel reino, revalidando, con motivo de la nueva
Casa de Moneda, las leyes, cédulas y provisiones que prohiben la extracción
de oro en pasta y tejos de unas provincias a otras, dándose por decomiso todo
lo que así saliere fuera del reino de Chile y precisando a que todo se haya de
labrar en aquella Casa de Moneda, a fin de evitar de este modo su extracción
para el comercio ilícito, con el pretexto de conducirlo a fabricar en la casa
de Lima.
XIV.- Que os he de conceder la visita general de todos los minerales
del reino, con facultad de añadir las ordenanzas particulares convenientes,
en lo que no sea posible arreglarse a las del Perú, así en trapiches como en

minas, dando de todo ello cuenta a mi Consejo para que las apruebe; y que
habéis de poder sobstituir esta comisión en la persona que os pareciere más
a
propósito, en caso de hallaros embarazado en el establecimiento de dicha
Casa.
XV.- Que asimismo habéis de poder comprar porciones de oro para
las fundiciones de dicha Casa, a fin de que éstas no cesen por falta de com
pradores; pero que esta permisión no ha de limitar que haya otros muchos
compradores de oro para labrar en la referida Casa.
XVI.- Que luego que os conceda la merced de este empleo, habéis
de tener facultad de ir disponiendo el establecimiento de la dicha Casa por
vuestros nombrándolos desde estos reinos o desde la parte en que
apoderados,
os hallareis.
XVII.- Que habéis de tener facultad de poner guardas para que celen
la extracción de oro en pasta y tejos, a los cuales ha de dar todo el auxilio
que necesiten el Gobernador
del reino, los cuales han de estar sujetos a la
jurisdicción del Superintendente de la Casa.
Casa y
XVIIL- Que pudiendo consumirse en la fábrica de la nueva
toda años a lo
sus oficinas, a que os habéis obligado en forma, tres o cuatro,
en su dilación y demora no dejen de tener lugar
mis reales de
menos, porque
en la labor del oro, os he de permitir y
con-
rechos y el beneficio del público
182
ceder que a vuestro arribo a la referida ciudad de Santiago de Chile con las
herramientas y oficiales que llevareis podáis desde luego proporcionar casa
particular para el logro de ambos fines en sus labores corrientes, lo que así
durará hasta que perfectamente se concluya y finalice el establecimiento de
la referida nueva Casa; en cuya inteligencia y deseando, como deseo, el ali
vio de mis vasallos de la referida ciudad de Santiago de Chile y su reino, con
reflexión asimismo a lo que en asumpto tan importante me ha hecho presente
mi Consejo de las Indias; he venido, a consulta suya de 23 de abril de este
año, en condescender a las instancias de dicha ciudad en admitir la oferta y
obligación citada y en haceros merced a vos el dicho don Francisco García
de Huidobro del empleo de tesorero perpetuo de la Casa de Moneda que
habéis de fabricar en aquel reino, con las calidades y circunstancias que se
expresarán adelante.
Por tanto, por el presente quiero y es mi voluntad que ahora y de
aquí adelante por toda vuestra vida, seáis tal tesorero de la referida Casa de
Moneda de Santiago de Chile, y que tengáis este empleo perpetuo por juro de
heredad para vos y vuestros herederos y sucesores y para quien de vos u de
ellos hubiere causa legítima, sin que en tiempo alguno tengáis obligación de
renunciarle, ni de que entren en mis cajas reales ni en otra parte maravedises
algunos por razón de la mitad o tercio de su valor, ni por otra causa, porque
con el servicio que os habéis obligado a hacer de fabricar a vuestra costa la

referida Casa, con las calidades y circunstancias expresadas, ha de quedar,


como queda dicho,
empleo de tesorero, para vos, vuestros herederos y suce
sores, sin gravamen ni obligación de pagar cosa alguna, ni los tenientes, que
unos y otros nombraréis, más
que la media-annata correspondiente a la su
cesión, guardándoos a vos y a ellos en todos tiempos las preeminencias,
exempciones y privilegios que están concedidos a todos los tesoreros de las
Casas de Monedas de estos reinos y de las Indias, así en cuanto a vuestras
personas como en cuanto a vuestros bienes, muebles y raíces; y os doy a vos
y a ellos facultad para que cada poseedor en su tiempo pueda nombrar te
niente o sobstituto que sirva este empleo, con las mismas calidades
y en la
misma forma que os le concedo, sin limitación alguna, gozando de los mismos
privilegios que los primitivos; y que vos y ellos los podáis y puedan remover
y quitar, con causa o sin ella, otros en su lugar, siempre
y poner que quisie
reis.
Y que si
después de vuestros días u de las personas que os sucediesen
en
empleo hubiere de heredar alguno, que, por su menor edad o por ser
este

mujer, no lo pueda administrar ni ejercer, concedo facultad a los testamenta


rios del que falleciere, tutor y curador de los menores, o a la
mujer, siendo
capaz de administrar su hacienda, para que cualquiera de ellos, todas las
veces que sucediere el
caso, puedan nombrar persona que sirva este empleo
en el ínterin
que el menor es de edad o la mujer se casa; y para quitarles
y removerles cada y cuando les pareciere, a su voluntad; y mando al Gober-

183
nador y Capitán general del reino de Chile o persona que le gobernare, que
presentándose ante ellos el nombramiento por la menor edad o hasta que la
mujer tome estado, admitan la persona en quien se hiciere al uso y ejercicio
de este empleo y le ejerzan en virtud del referido nombramiento y aproba
ción de dicho Presidente, sin que tenga necesidad de sacar otro despacho algu
no el
que así fuere nombrado hasta que llegue a entrar en la posesión el pro
pietario, con calidad de que éste justifique la pertenencia de este título, y
después se presente ante mi Presidente y Audiencia de aquel reino, para que
habiendo hecho constar haber satisfecho la media-annata que debe como su

cesor, conforme a reglas de este derecho, pueda usar y ejercer el referido


empleo de tesorero y hacer los nombramientos de tenientes o sobstitutos,
en conformidad de la facultad que a vos y a ellos les concedo; y que en

cualquiera de los casos de no ejercer dicho empleo los propietarios se puedan


convenir, así ellos como sus testamentarios, tutores y curadores de los meno
res, y la mujer, si fuere capaz para hacer el nombramiento, con la persona
o personas que sirvieren dicho empleo, en cuanto a la recompensa que les

hubieren de dar por la ocupación que tuvieren con el ejercicio de él, en la


cantidad o cantidades que se convinieren, sin que incurran los unos ni los
otros en pena alguna, de suerte que perpetuamente se ha de acudir a los pro

pietarios con todos los emolumentos que les pertenezcan, mediante las condi
ciones con que os concedo este empleo a vos el dicho don Francisco García de
Huidobro; y os doy facultad y a vuestros sucesores para que le podáis y
puedan vender, ceder, traspasar y enagenar a vuestra voluntad, con todas
sus preeminencias, bajo las condiciones anexas a dicho empleo, y que en la

misma conformidad podáis y puedan vincularlo, aunque sea en perjuicio de


la legítima de los demás hijos, sirviendo este título de facultad real para
poderlo hacer en cualquiera tiempo.
II.- Asimismo os concedo a vos el dicho don Francisco García de Hui

dobro y a vuestros herederos y sucesores perpetuamente, para siempre jamás,


con el citado empleo, todos los frutos y utilidades que rindieren
las fundi
ciones o labores de la referida Casa de Moneda, exceptuando sólo el real de
recho de señoreaje que me pertenece, atento a que con el producto de dichas
utilidades han de ser siempre por vuestra cuenta y de vuestros sucesores todos
los jornales de los trabajadores y oficiales, que pondréis a vuestra voluntad,
los
los que fueren convenientes para las labores de dicha Casa y juntamente
todos los
salarios del Superintendente, contador, ensayador y balanzario y
demás gastos que se necesitaren para la subsistencia de la expresada Casa,
sus oficinas y herramientas.

III.- Y en la misma conformidad quiero y es mi voluntad que,


res

la erección de la expresada Casa de Mo


pecto que ha de ser de vuestro cargo el mayor
neda, fiando, como fío de vuestro celo a mi real servicio, aplicaréis
estáis obligado, bajo las reglas más seguras y
cuidado en establecerla, como
esta
conformes a reales ordenanzas de estos reinos y de las Indias, que por

184
primera vezhayan de ser a elección de vos el dicho don Francisco los minis
tros para la dicha Casa, a los cuales daréis los nombramientos correspondientes,
y les habéis de
satisfacer en cada un año los salarios que ajustaréis con cada
uno de ellos, en cuya conformidad han de correr los tres primeros años, que

han de contarse desde el establecimiento de la nueva Casa; y para en lo su


cesivo se arreglarán los salarios de dichos ministros por el Superintendente
con vuestra concurrencia, atendiendo al trabajo de las labores, clase y calidad

de dicho empleo, poniendo en práctica los que los dos determinaréis, hasta
que, dando cuenta a mi Consejo, obtengáis de ello su aprobación, siendo
precisa calidad que, conforme fueren vacando o muriendo los referidos cua
tro empleos de superintendente, contador, ensayador y balanzario, han de

quedar a mi real disposición para que yo los provea en adelante, dándome


cuenta para ello por las vías más promptas y seguras, concediéndoos, como

os concedo, a vos el dicho don Francisco y a vuestros herederos y sucesores,

la facultad de que interinamente podáis nombrar las personas que os parez


can más idóneas, con aprobación de mi Gobernador
y Capitán general de
aquel reino.
IV.- Asimismo mi voluntad dispensar, como dispenso, a vos el
es

dicho don Francisco y los ministros que por esta primera vez nombraréis
a

o a vuestros herederos,
para el establecimiento de la referida Casa de Moneda,
el que no hayáis de pagar unos ni otros maravedises algunos por razón de
media-annata de estos primeros empleos, pues sólo lo han de ejecutar los
sucesores, contribuyendo en mis cajas reales con lo correspondiente, conforme
al arancel y reglas de este derecho.
V.- Asimismo os concedo a vos el dicho don Francisco y a vuestros
sucesores
que podáis hacer y hagan siempre que quisiereis reensayes del oro
con otros
ensayadores fuera del de la Casa, para que así se proceda con fi
delidad y vigilancia en las labores y se le haga causa por el
Superintendente
al de la Casa y se remedien los desórdenes en que se hallare
culpado.
VI.- Quiero y es mi voluntad que si en
algún tiempo por cualquiera
accidente pensado o no pensado, se mudare la referida Casa de la ciudad de
Santiago, donde ahora se establece, a otra cualquiera parte del reino, haya de
pasar y mudarse con ella el empleo de tesorero, con todos los frutos, emo
lumentos y demás prerrogativas con que os le concedo.
VIL- Y por haceros más merced a vos el dicho don Francisco García
de Huidobro y a vuestros herederos
y sucesores, atendiendo a vuestros ser
vicios proprios y heredados y a los
que espero continuéis con la referida obli
gación que tenéis hecha, quiero y es mi voluntad que este contrato sea siem
pre perfecto e irrevocable, sin que por ningún caso, motivo o pretexto
que
pueda acaecer, por remoto que sea y nunca previsto, aunque aquí no se ex
prese, se pueda decir de nulidad, porque para la perpetua validación de él los
doy aquí por expresados todos y cualesquiera de los que en adelante puedan
acaecer; y me
obligo por mi fee y palabra real a la puntual y entera obser-

185
vancia del referido contrato, atendiendo a
que por la continuación de terre
motos que se experimentan en está siempre el tesorero expuesto
aquel reino
al continuado riesgo de consumir crecidas cantidades en refacciones
y reedi
ficaciones de la dicha Casa de Moneda, sus oficinas y herramientas;
por lo
que es también mi voluntad que si en algún tiempo, por cualquiera acci
dente que suceda, pensado o no pensado, se os moviere pleito a vos el dicho
don Francisco o a vuestros herederos y sucesores sobre la posesión o proprie-
dad, uso y ejercicio y aprovechamientos de este empleo hayan de salir a la
causa o causas mis fiscales y ministros, a costa de mi real hacienda, hasta
dejaros y dejarlos en pacífica posesión, sin que el poseedor de dicho oficio
tenga más obligación que la de dar cuenta a mis fiscales y ministros; en cuya
inteligencia mando al Presidente y los de mi Consejo de las Indias y al Presi
dente y Oidores de mi Real Audiencia de la ciudad de Santiago de Chile y
demás Audiencias y tribunales donde se siguiere la instancia, que siempre
que se ofreciere este caso provean y den orden para que mi fiscal siga y pro
siga en nombre de mi real fisco el pleito o pleitos que sobre ello se moviere
a
cualquier poseedor, porque mi voluntad es que sin embargo de la litispen-
dencia que se ofreciere, hagan acudir al tesorero y demás sucesores con los
frutos y aprovechamientos que les concedo, sin descuento alguno.
VIII.- Asimismo quiero y es mi voluntad que no se ha de poder perder
este empleo por delito alguno que cometan los poseedores, aunque sea de los

exceptuados; porque, si llegare el caso de cometerle, ha de pasar al siguiente


poseedor en grado, como si el actual hubiese caído del oficio veinte y cuatro
horas antes de cometer el delito, excepto en los crímenes de heregia, lesoe
majestatis y pecado nefando.
IX.- Asimismo quiero y es mi voluntad que si en algún tiempo co
metiesen algún delito los tenientes o sostitutos que vos y vuestros sucesores
servir este empleo, no haya de perjudicar al proprietario sino
pusieseis para
se le justificase haber sido cómplice con ellos, con tal que dichos tenientes

tengan aseguradas con fianzas competentes la administración de este empleo;


pero si éstas no fueren suficientes ni alcanzare
la excursión que se hiciere en
los fiadores, ha de quedar obligado, en lo que restare, el proprietario; y asi
mismo que en caso de que al ensayador se le haga causa sobre si la moneda
no fuere de ley, no se ha de comprehender en ella el tesorero ni sus tenientes
si no se les justificare haber concurrido a la culpa con el ensayador.
X.- Y también es mi voluntad que si por cualquiera accidente, por
remoto nunca
y previsto sea, tuviere
que bien y determinare mudar de
por
intento en cuanto a la erección de dicha Casa de Moneda, o por justos moti

vos quepuedan acaecer resolviere extinguirla en algún tiempo de todo aquel


reino, se os haya de volver a vos y vuestros herederos todo el desembolso que
hiciereis en estos reinos para la compra de herramientas, instrumentos y ofi
ciales que habéis de llevar, con más los premios de mar que corriesen al tiem
todos los que hiciereis
po de vuestro embarque para Indias, y juntamente

186
en el reino de Chile en la fábrica de la referida Casa de Moneda, pasándose
en todo por lo que constase de vuestra relación jurada o de vuestros herederos
y comprobación
de documentos regulares, hasta dejar dicha Casa concluida
y en términos de obrar, sin que nada de lo así gastado pueda compensarse
con cantidad alguna de la que recibieren por los frutos y aprovechamientos

de dicho empleo, porque éstos los habéis de percibir vos y vuestros herederos
con derecho y justo título de cosa adquirida en buena fee; y a la satisfacción

de lo que así fuere, quiero y es mi voluntad queden obligadas mis cajas rea
les de la ciudad de Santiago de Chile, por las que se han de pagar de cuales
quiera efectos de mi real hacienda, sin que para ello sea necesario otra orden
mía, porque desde ahora para entonces quiero que sea suficiente la de este
título, para que los oficiales reales de la referida caja hagan la expresada
paga, y que en el Ínterin se os haya de contribuir a vos y vuestros herederos
con los intereses de cinco por ciento al año, desde el día que cesaren las labo

res de dicha Casa por órdenes mías.

XI.- Asimismo quiero y es mi voluntad que si vos el dicho don Fran


cisco falleciereis en estos reinos o antes de haberse fenecido el establecimiento
de la referida Casa de Moneda, hayan de entrar en todos vuestros derechos
y acciones vuestros sucesores y herederos, en los cuales han de recaer las mis
mas obligaciones que en vos residen, para que las fenezcan, y con la calidad

que vos ni ellos en tiempo alguno hayan de ser obligados a hacer renuncia
del expresado empleo de tesorero, porque inmediatamente y sin ella ha de pa
sar la civil posesión a quien tocare, sin más gravamen
que el de la media-an
nata correspondiente a la sucesión.

XII.- Y asimismo es mi voluntad y declaro que de todos los instru


mentos, clavazón, hierro y demás herramientas que llevaréis de estos reinos
para la fábrica y establecimiento de dicha Casa de Moneda, no hayáis de pa
gar derechos algunos a mi real hacienda; y para en lo sucesivo vos y vuestros
herederos habéis de poder embarcar en la mima conformidad cualesquiera
instrumentos de punzonería y demás que se necesitaren para la subsistencia
y labor de moneda en la dicha Casa, y sólo habéis de ser obligado a pagar a
los capitanes de los navios los fletes arreglados a mi real proyecto, con cuya
calidad quiero se les precise a que lo conduzcan de vuestra cuenta y de vues
tros herederos, a cuyo fin se os dará cédula
separada.
XIII.- También se os dará otra, cometida a mi Gobernador y Au
diencia de Chile, revalidando, con motivo del establecimiento de esta Casa
de Moneda, las leyes, cédulas y ordenanzas que prohiben la extracción de oro
en
pastas y tejos de unas provincias a otras; por lo que quiero y es mi vo
luntad que de aquí adelante, constando primero por bando público, se comi
se todo lo
que así saliere fuera de aquel reino, y que se fabrique en moneda
en la nueva Casa todo lo
que produjecen sus minerales, sin que para incurrir
en dicha
pena de comiso, valga a ninguno el pretexto de quererlo conducir
para labrar en otra Casa de la de aquellos reinos, porque enteramente se ha de

187
ejecutar en la de Santiago de Chile, prohibiéndose la extracción en toda especie
que no sea amonedada.
XIV.- Y asimismo os concedo facultad a vos el dicho don Francisco
para que podáis por persona o las que nombrareis hacer visita gene
vuestra

ral de todos los minerales de aquel reino y de proponer al Presidente de


aque
lla mi Audiencia las ordenanzas particulares que contemplareis dignas
de
añadir, así en trapiches como en minas, en lo que no fuere posible arreglarse
a las que establecieron para los minerales del Perú y de ellas las que tuvie
se

ren su aprobación se pondrán en práctica, y se dará cuenta a mi Consejo de las


Indias para su confirmación, como de las razones que hubiere para impugnar
las demás con la calidad de que la referida visita por vos o la persona que
nombrareis, haya de ser a vuestras expensas.
XV.- También os concedo que vos y vuestros sucesores podáis y pue
dan comprar oro para las labores y fundiciones que se ofrecieren, con calidad
de que esta permisión no ha de limitar ni embarazar el que haya otros mu
chos compradores de oro para amonedarlo en la expresada Casa.
XVI.- Y también os concedo facultad para que desde estos reinos
o desde la parte donde estuviereis podáis
disponer por vuestros apoderados
el establecimiento de la expresada Casa.
XVII.- También es mi voluntad concederos la facultad de que podáis
poner los guardias que estimareis por precisos a evitar el extravío de oro
fuera de aquel reino, en especie, que no sea amonedado, entendiéndose que
esta haya de ser sin perjuicio de la jurisdicción ordinaria.

XVIII.- Y porque pueden consumirse en la fábrica de la nueva Casa


y oficina que estáis obligados a hacer cerca de tres a cuatro años de tiempo,
para que en su dilación y demora no deje de tener lugar el interés de mi real
hacienda y beneficio del público en la labor del oro, es mi voluntad y quiero
que a vuestro arribo a la referida ciudad de Santiago con las
herramientas y
y oficiales que llevaréis de estos reinos, podáis desde luego proporcionar
casa

al de ambos fines en las labores corrientes, ínterin y hasta


particular logro
tanto se concluye y establece la nueva Casa de Moneda. Y con las calidades

referidas se ha de entender y es expresa condición de que no se ha de excep


tuar el delito de moneda falsa para poderse perder este empleo, aunque se

vincule, si incurriese en él, el poseedor, y también la calidad de haber de


guardar las leyes, ordenanzas y pragmáticas que hablan sobre las labores de
moneda y de oficios.
venta

Y por título mando al Presidente y oidores de la referida mi


este

Audiencia de Santiago de Chile, tomen y reciban de vos el enunciado don


Francisco García de Huidobro, o de la persona que nombrareis o que os
suceda en caso de fallecimiento, el juramento con la solemnidad que en tal
caso se requiere y debéis hacer, de que bien y fielmente usaréis este empleo;

y, habiéndolo hecho y puéstose testimonio


de ello a sus espaldas, ellos y
todos los caballeros, escuderos, oficiales y hombres buenos de la dicha ciudad,

188
sus términos y jurisdicción, y de las demás ciudades, villas y lugares del reino,
os y tengan por tal tesorero de la citada Casa de Moneda y usen con
hayan
vos este empleo en todos los casos y cosas a él anexas y concernientes, guar

dándoos, como queda expresado, todas las honras, gracias, mercedes, fran
quezas, libertades, preeminencias, prerrogativas e inmunidades y todas las
otras cosas que debéis haber y gozar y os deben ser guardadas, todo bien y

cumplidamente, sin que os falte cosa alguna, pues yo por el presente os re


cibo al dicho empleo y al uso y ejercicio de él, y os doy poder y facultad
para usarle y ejercerle, en caso que por ellos o alguno a él no seáis recibido,
con calidad de que los cuatro sugetos
que nombraréis para los empleos de
superintendente, contador, ensayador y balanzario hayan de hacer el jura
mento de ellos ante el referido Presidente y oidores de dicha Audiencia.
Y en
inteligencia de lo que queda expresado, ruego y encargo al sere
nísimo príncipe Don
Fernando, mi hijo, y mando a los infantes, prelados,
duques, marqueses, condes, ricos-hombres, priores, comendadores, alcaides
de los castillos, casas fuertes y llanas, y al Presidente y los de mi Consejo
de las Indias, virreyes, presidentes y oidores de mi Audiencia de la ciudad
de los Reyes y al Presidente y oidores de la de Santiago de Chile,
que al pre
sente son y adelante fueren,
que en conformidad de la merced que os he
hecho a vos el dicho don Francisco García de Huidobro del
empleo de teso
rero de la
expresada Casa de Moneda y a vuestros sucesores en él, y los que
le hubieren de servir como tenientes por nombramiento del
proprietario, o
menor edad, o hasta
que la mujer tome estado o por otra cualquier causa, os
conserven, mantengan y amparen en la gracia y merced que os he hecho del
referido empleo, en la forma y con las calidades,
preeminencias y demás emo
lumentos que van declarados, sin consentir ni dar a
lugarahora ni en
que
tiempo alguno perpetuamente, para siempre jamás, a vos ni a las personas
que os sucedieren ni a las que hubieren de servir en cualquiera de los referi
dos casos, se les limite nada de todo ello,
por causa ni razón alguna, aunque
sea
pública, ni de la mayor importancia que se pueda considerar, sin embar
go de cualesquiera leyes y pragmáticas de estos y aquellos reinos, ordenanzas,
estilo, uso y costumbre de dicho mi Consejo de las Indias, capítulos de visita,
provisiones, cédulas generales y particulares, públicas y secretas, dadas y que
se dieren
para el buen gobierno de la dicha Casa de Moneda y ejercicio del
citado empleo, y a las demás que haya o
pueda haber en contrario y que en to
do o en parte impidan el entero efecto,
ejecución y cumplimiento de lo conte
nido en este mi título, y de la gracia
y merced que por él os hago del citado
empleo de tesorero, que habiéndolas aquí por insertas e incorporadas, como si
de verbo ad verbum lo fueran de
propio motu, cierta ciencia y poderío real y
absoluto, de que en esta parte y por esta vez quiero
usar como
y uso, rey y
señor natural, reconociendo superior alguno en lo temporal,
no

todo y lo abrogo, derogo


dispenso en
y anulo y doy por de ningún valor ni efecto, que
dando en su fuerza y vigor
para en lo demás que se ofreciere; y prometo y

189
aseguro de no revocar esta merced por mi fee y palabra real, por mi y por
los señores reyes mis sucesores; y que ahora ni en
ningún tiempo perpetua
mente, para siempre jamás, no revocarán el dicho empleo y demás
preemi
nencias a él anexas que van expresadas, ni esta
perpetuidad, porque siempre
la habéis de tener con ellas vos el mencionado don Francisco García de Hui
dobro y vuestros sucesores, con las calidades referidas,
y lo que sin derecho
y contra el tenor y forma de lo aquí contenido se hiciere, no valga y desde
luego lo doy y reputo por nulo y de ningún valor ni efecto, como formado y
hecho en contravención de contrato recíproco; la cual dicha merced os
hago, como queda expresado, con calidad de haber de fabricar a vuestra
costa la
expresada Casa de Moneda, llevar todas las herramientas, cuños y
demás instrumentos y contribuir con los jornales para los trabajadores y
sueldos de oficiales y ministros, en la forma y con las calidades que quedan
referidas: todo lo cual mando se guarde y cumpla y ejecute en la forma que
se contiene en este mi título.

Y mando asimismo a mis virreyes del Perú y Nuevo Reino de Grana


da, al presidente y oidores de mi Real Audiencia de Santiago de Chile y a
todos los demás tribunales donde este título se presentare, os hayan y tengan
por tal tesorero de la mencionada Casa de Moneda, y os den todo el auxilio
que necesitareis para que tenga efecto mi real resolución en el establecimien
to de ella.

Y mando también a los oficiales de mi real hacienda de las referidas


cajas de la ciudad de Santiago, cobren de las personas que os sucedieren en
el dicho empleo (concluido dicho establecimiento) y de los tenientes que se
nombraren para ejercerle, la media-annata correspondiente, conforme a el
arancel de este derecho, que tal es mi voluntad. Y del presente se tomará
razón en las contadurías generales de valores y distribución de mi real ha
cienda, en la de mi Consejo de las Indias y por los oficiales reales de Santiago
de Chile.
Dado en San Ildefonso, a primero de octubre de mil setecientos y
cuarenta y tres. -
YO EL REY.
Yo don de Yülanueva, secretario del Rey, nuestro señor, le
Miguel
hice escribir por su mandado. Don Joseph Carvajal y Lancastre.
-
Don -

Joseph de la Isequilla. Don Joseph de la Quintana. Tomóse la razón en las


- -

Contadurías generales de valores y distribución de la real hacienda. Madrid, -

5 de Octubre de mil setecientos cuarenta y tres. Don Antonio López Sal


-

ces, Don Manuel Lorenzo Mafeto.


-
Tomaron la razón del real título de
-

Su Majestad, escrito en las diez y ocho hojas con ésta, sus contadores de
el Consejo Real de las Indias. Don Lope Hurtado
que residen
-

cuentas en

de Mendoza y Figueroa. Don Tomás de Castro y Colona.


-
-

Registrado.
Don Francisco del Mello. -
Por el gran chanciller.-
Don Francisco del Mello.

190
DOCUMENTO N.9 3.

Francisco García
Cuenta general que yo el Marqués de Casa Real don
esta Casa de
de Huidobro, del Orden de Santiago, tesorero establecedor de
licenciado don Juan de Balmaceda Zenzano, del
Moneda, doy al señor y
oidor decano de esta Real Audiencia, de todos los gastos
Consejo de S. M., su

causados en la erección y establecimiento de la mencionada Casa, así de los


de todas herramientas, instrución y conducían
que hice en la fábrica
de sus oficiales,
como en la fábrica material de la Casa, desde el día primero
de octubre de mil setecientos cuarenta y tres, en que Su Majestad me conce
dió esta gracia, hasta el día en que se principiaron las labores, cuya cuenta
está sacada y formada de mi libro de apuntes y por lo que consta de los do
presento, y es como se sigue. 28 de abril de
cumentos justificativos
-

que
1771.

Primeramente, por la de los en la Secretaría de Indias,


saca despachos
inclusas laspropinas de don Joseph Parte Arroyo, oficial de la mesa que
cuatro pesos de a quince reales vellón,
corresponde a Chile, ciento cincuenta
y
que hacen de nuestra moneda ciento cuarenta y cuatro pesos tres reales.
Por tomar la razón en las contadurías de valores y distribución de
real hacienda por esta gracia perpetua, cuyos derechos son dobles, ciento
ochenta y cuatro pesos, que hacen de nuestra moneda ciento setenta y dos
pesos cuatroreales.
En el sello real y propinas al portero y pago del señor secretario,
veinte y cinco pesos, que hacen nuestros veinte y tres pesos tres y medio
reales.
Por varias cédulas concernientes a dicho establecimiento, a fin de que
no se pueda extraer el oro en especie que no sea amonedado, treinta y nueve

pesos, que hacen nuestros treinta y seis pesos cuatro y medio reales.
Por tres mili doscientos cincuenta pesos que gasté en un año y nueve
meses que me mantuve en Madrid
para la fáblica de los instrumentos que
se hicieron en
aquella Corte, y para instruirme en aquella Real Casa de
Moneda en el manejo de sus oficinas y modo de labrar la moneda, que me
fué preciso para el grave asumpto de establecer esta Casa, para todo lo cual
fué preciso gratificar a sus oficiales, cuya cantidad hacen de nuestra moneda
tres mil cuarenta y seis pesos siete reales,

GASTOS PARA LA OFICINA DE LA TALLA.

Por treinta punzones para los retratos de las monedas de a ocho,


cuatro, dos y un escudo
pagué al maestro Joseph López, en quince de di
ciembre de mil setecientos cuarenta y tres, noventa pesos, que hacen nuestros
ochenta y cuatro pesos tres reales.

191
Por cuatrocientos ochenta y ocho
punzones para las coronas, escudos,
figuras y blasones de dichas cuatro clases de monedas, pagué a dicho maestro
Joseph López seiscientos diez pesos, que hacen pesos nuestros quinientos se
tenta un pesos siete reales.
y
Por dos mili trescientos punzones
para los abecedarios y contra-pun
zones para las dichas cuatro clase de moneda,
pagó de mi orden don Santiago
Ibarra seiscientos cincuenta pesos, como consta de su recibo, al maestro Pe
dro de Flores, y hacen de moneda seiscientos nueve pesos tres reales.
nuestra

Por cincuenta uñetas firmes quecompré en doce pesos y cuatro reales,


que hacen de nuestra moneda once pesos cuatro reales.
Por una cabeza del tas, con sus tornillos y macetas, pagué en veinte
y dos de febrero de setecientos cuarenta y cuatro al maestro Pedro de Flores,
setenta y cinco pesos de a quince reales de vellón, que hacen nuestros sesenta

pesos siete y medio reales.


Por dos piedras de afilar buriles y lustrar, doce pesos, que hacen nues
tros once pesos dos reales.

Por buriles finos, gratas de alambre, ensenallas de mano, compases,


esmeril, bruñidor y tijeras, pagué cincuenta y dos pesos, que hacen nuestros
cuarenta y ocho pesos seis reales.

Por treinta y dos cuadrados grandes para las matrices de oro y plata,
pagué al maestro Joseph López, en cinco de marzo de setecientos cuarenta
y cuatro, doscientos veinte pesos, que hacen nuestros doscientos seis pesos
dos reales.
Por ciento treinta punzones comprados por mano de don Manuel
Ortega, tallador de esta Casa, en cuarenta pesos, consta de su recibo, y hacen
pesos treinta y siete pesos cuatro reales.
nuestros

Por cuatrocientos doblones de a cuatro pesos que desde Cádiz le re


mití al tallador mayor don Francisco Hernández para si y para el tallista
Joseph Rodríguez, por todas las matrices de oro y plata de todas clases
de monedas, como también por la talla de algunos cuadrados para muestras
de las clases de moneda y por las coronas y demás figuras, digo y letras, con
cernientes a dicha oficina de la talla, los que se le entregaron por mano de mi
apoderado en Madrid, don Santiago Ibarra, y consta de su carta-respuesta,
mili seiscientos pesos, que hacen de nuestra moneda mili y quinientos pesos.

GASTOS PARA LA OFICINA DE HILERAS

herraje correspondiente a dos bancos de hileras compuestos


Por el
de dientes, ocho
de cuatroaspas grandes, con sus ejes, ocho tenazas grandes
martillos, carretes, pernos, clavos y demás pertenecientes a dichos bancos,
le pagué en ocho de mayo de setecientos cuarenta y cuatro, al maestro Pedro
de Flores, quinientos cincuenta y nueve pesos, que hacen nuestros quinientos
veinte y cuatro pesos medio real.

192
Por seis de hileras, armadas, con sus cuñas y martillos, pagué a
cajas
dicho maestro, en de mayo de mili setecientos cuarenta y cuatro, tres
trece

cientos quince pesos, que hacen nuestros doscientos noventa y cinco pesos dos
y medio reales.
Por ciento veinte y ocho pares de hileras pagué en seis de Junio de
setecientos cuarenta y cuatro al dicho Pedro de Flores cuatrocientos diez
pesos, que hacen de nuestra
moneda trescientos ochenta y cuatro pesos
tres reales.
Por un martillos, dos tablas grandes de fierro para forrar
yunque, dos
los bancos, pagué dicho maestro Pedro de Flores ciento sesenta y cinco
a

setecientos cuarenta y cuatro, y hacen de nuestra


pesos, en trece de junio de
moneda ciento cincuenta y cuatro pesos cinco y medio reales.
Por cuatro cortes o instrumentos para cortar la moneda, con sus
brazos y piezas correspondientes, con más cuarenta y ocho boquillas y ma
chos, pagué mili doscientos cincuenta pesos en esta forma: los setecientos
cincuenta al maestro Pedro de Flores por los dos cortes y cuarenta y ocho bo
quillas y machos, y los quinientos restantes al maestro Francisco Barranco,
cerrajero del Rey, por los otros dos cortes, armados con sus correspondientes
piezas, que ambas partidas hacen la expresada cantidad de mili doscientos
cincuenta pesos, y de nuestra moneda mili ciento setenta y un pesos siete
reales.
Por dos tijeras grandes de cortar barras, veinte pesos que hacen
nuestros diez y ocho pesos seis reales.

Por dos instrumentos para acordonar la moneda, con sus tablas


gruesas de latón, piezas, llaves y cerillos, correspondientes a todas las clases
de monedas, pagué al maestro Joseph López novecientos cincuenta pesos,
en dos de
agosto de mili setecientos cuarenta y cuatro, y hacen de nuestra
moneda ochocientos noventa pesos cinco reales.

GASTOS DE LOS MOLINOS

Por dos molinos o ingenios de fierro y acero


templado, compuestos
de diferentes piezas, las más de acero, que
pesan cincuenta y dos arrobas
nueve libras, hechos en Oñate
por el maestro Joachín del Castillo y manda
das hacer de mi orden por don Santos Antón
Mathey, que costaron, como
consta de su recibo, novecientos setenta
pesos, y hacen de nuestra moneda
novecientos nueve pesos tres reales.
En doce de junio pagó por mi en Oñate el
expresado don Santos dos
cientos pesos al dicho maestro Castillo
por cuatro molinetes o rodelas de fie
rro con sus
crucetas, chavetas y espigas para remoler las escobillas, como
consta de su recibo,
y hacen de nuestra moneda ciento ochenta y siete pesos
cuatro reales.
En veinte de julio de mili setecientos cuarenta en Oñate
y pagó
cuatro

193
dicho don Santos y por cuenta mía al expresado maestro Castillo setenta pe
sos, por tres yunques grandes, como consta de su recibo, que hacen de nuestra
moneda sesenta y cinco pesos cinco reales.
En nueve de agosto de dicho año pagó dicho don Santos Antón Ma
they de mi cuenta en Oñate al expresado maestro Castillo ciento ochenta
pesos, como consta de su recibo, por cuatro tornos de herrero, ocho rieleras
y diez y ocho tenazas, y hacen de nuestra moneda ciento sesenta y ocho pesos
seis reales.
En trece de septiembre pagué en Madrid cincuenta y dos pesos y seis
reales por doce barretas grandes, pies de cabra, y hacen nuestros cuarenta y
nueve pesos un real.

En dos de octubre de dicho año pagó el dicho don Santos Antón Ma


en Oñate, al maestro Castillo, setenta pesos por dos cucharas grandes
they,
de fierro de dos varas, cuarenta y cuatro palas, cuarenta y cuatro azadas y
veinte y cuatro hachas, consta de recibo, y hacen pesos sesenta y cinco y
cinco reales.

GASTOS PARA LA OFICINA DE VOLANTES

En nueve de julio de setecientos cuarenta y cuatro pagó en Madrid


don Santiago Ibarra, de mi cuenta, a Pedro de Flores, mili setecientos veinte
a dos volantes compuestos de
y cinco pesos por el herraje correspondiente
seis husillos, cajas, grilletes, guías, tornillos, llaves, chapas, cuñas y dos tuer
cas de metal, con siete y media arroba cada una, cuya fundición
corrió por
mano de dicho Flores, como consta de su recibo, y hacen de
nuestra moneda

mili seiscientos diez y siete pesos uno y medio real.


En catorce de dicho mes pagué a Pedro Moyano, maestro carpintero,
noventa y cinco pesos por un modelo de madera para fundir
el cuerpo de
los volantes con el escudo de armas de S. M., que hace de nuestra moneda
ochenta y nueve pesos medio real.
En seis de octubre de dicho año pagó en Oñate don Santos Antón
Mathey a Joachín del Castillo, trescientos pesos por dos brazos grandes para
los volantes, consta de recibo, y hacen pesos nuestros doscientos
ochenta
y
y uno dos reales.
Estos dichos brazos los apresaron los ingleses en el primer navio de
viniendo de a Cádiz y fueron condu
don Joseph Villanueva Pico, Vizcaya
mano de
cidos a Gibraltar, donde constó su rescate y condución a Cádiz, por
mili doscientos veinte cuatro reales
mi apoderado don Fernando Arroy, dos y
de su cuenta, y hacen pesos nuestros doscientos setenta
plata, como consta
y ocho. .
,

Antón Mathey,
En veinte de octubre pagué por mano de don Santos
mili ciento cuarenta y un
en Vizcaya, al expresado Joachín del Castillo,

veinte seis de cuadrados para cuños de todas clases


pesos portrescientos y pares

194
de monedas, como consta de recibo, y hacen pesos nuestros mili sesenta y
nueve cinco y medio reales.
Por ochocientos pesos quepagué al expresado don Santos Antón
Mathey por otros tantos
que hizo
me de gastos en ir a Oñate para dirigir
la fábrica de los instrumentos que allí se hicieron y quedan relacionados, en
un año, hasta su vuelta a Cádiz, y hacen pesos nuestros
que invirtió más de
setecientos y cincuenta.

GASTOS PARA LA OFICINA DEL ENSAYE

En seis de noviembre de mili setecientos cuarenta y cuatro pagué


cuatro cientos treinta y dos pesos por un juego de puntas de oro y de
otro

plata, dos pesos finos para ensayar, con sus casquillas y guindalesa y dineral
de oro y plata que hacen de nuestra moneda cuatrocientos cinco pesos.
En doce de dicho pagué cincuenta y nueve pesos por una hornilla de
fierro, molde para copelas, dos pesos para pesar aguas fuertes y por los demás
instrumentos pertenecientes a dicha oficina del ensaye, y hacen pesos nues
tros cincuenta y cinco, dos y medio reales.

Por dos cajones de limas, que el uno costó doscientos noventa y seis
pesos tres reales, pagados a don Roberto Main por mi apoderado don Fran
cisco Muñoz Palomino, como consta de una de las partidas de su cuenta,
y el otro que compré yo en doscientos veinte pesos, que ambas partidas ha
cen quinientos diez y seis pesos tres reales
y hacen de nuestra moneda cua
trocientos ochenta y tres pesos siete y medio reales.
Por tres frasqueras de cristal con trescientas veinte libras de
agua
fuerte, que a seis reales de plata libra, con los costos de las frasqueras y aco
modo, importaron dos mili trescientos cuatro reales de plata, a que se agre
gan quinientos veinte reales de plata por las averías, a razón de diez y ocho,
dos a dos en cuarenta y dos medio palmos que midieron,
y ambas cantidades
hacen dos mili ochocientos veinte y cuatro reales de
plata, que hacen tres
cientos cincuenta y tres pesos de nuestra moneda.
Por trescientos noventa y seis pesos que importaron todos los
pesos
grandes y chicos y pesas, en esta forma: doscientos setenta y dos pesos por
los pesos grandes, y ciento y veinte y cuatro
por los pesitos chicos para limar
y las pesas contrastadas por el ensayador y marcador mayor de la Corte, a
quien pagué sus derechos, y hacen de nuestra moneda trescientos setenta y
un
pesos dos reales.
Por quince quintales de acero
que compré a diez pesos quintal, y
hacen ciento y cincuenta pesos y de nuestra moneda ciento cuarenta
pesos
cinco reales.

195
GASTOS CAUSADOS EN VARIAS PARTIDAS DE ESTA CUENTA

Por la conducción de toda la herramienta referida, así de la


que se
hizo enVizcaya y vino por tierra, como la que se hizo en Madrid hasta Cá
diz, en sesenta y cuatro cajones y en seiscientas ochenta y dos piezas sueltas,
grandes y chicas, a que se agrega el encajonado y acomodo, importa todo
quinientos ochenta y cinco pesos, que hacen nuestros quinientos cuarenta y
ocho, tres y medio reales.
Por los despachos, y demás gastos de embarque en los sesenta
costos

y cuatro cajones que traje mi navio


en el Santiago el Perfecto, hasta ponerlos
a su bordo,
gasté ciento cincuenta y cuatro pesos, que hacen de nuestra mo
neda ciento cuarenta y cuatro pesos tres reales.
Por cuatrocientos veinte pesos que hago de cargo a S. M. por el
derecho de averías de los setenta y cuatro cajones de herramientas que traje
en dicho mi navio, y hacen de nuestra moneda trescientos noventa y tres
pesos seis reales.
Por trescientos veinte pesos pagados en Cádiz en veinte y cuatro de
abril de mili setecientos cuarenta y seis a don Joseph Bayo Ximénez, maes
tre del navio Nuestra Señora del Buen Consejo, por mi apoderado don Fran

cisco Muñoz Palomino por las averías, embarque y todos costos de las herra
mientas que se me quedó en Cádiz, y fueron: un cajón de limas, seiscientas
ochenta y dos piezas de fierro chicas y grandes y tres cajones de acero, como
consta del conocimiento de dicho don Joseph Bayo Ximénez y de una de las

partidas de la cuenta de dicho mi apoderado Palomino, y hacen de nuestra


moneda trescientos pesos.
La referida herramienta fué presa por los ingleses en dicho navio
Nuestra Señora del Buen Consejo, su capitán y dueño don Joseph Villanueva
Pico, y conducida a Lisboa, en donde importó su rescate y nueva hechura
de muchos que faltaron de los ingleses, mili novecientos pesos, que se le pa
de
garon por mi apoderado don Francisco Muñoz Palomino al padre Joachín
Villarreal, de los regulares de la Compañía, quien corrió con dicho rescate
de mi apoderado
y hechura, como consta de una de las partidas de la cuenta
al dicho Palomino, y hacen pesos nuestros mili setecientos ochenta y uno y
dos reales.
Habiendo fallecido nuestro rey el señor don Felipe V. se hicieron en
Madrid cuatro matrices con los retratos de nuestro rey don Fernando VI,
cincuenta
y como consta de la cuenta de don Santiago Ibarra, importaron
doblones de a sesenta reales vellón, que hacen de nuestra moneda ciento
ochenta y siete pesos cuatro reales.

196
GASTOS CAUSADOS POR EL TALLADOR DON MANUEL ORTEGA
DESDE QUE LO NOMBRE EN MADRID HASTA QUE SALIÓ DE
LISBOA PARA EL RIO GENEIRO

A este sugeto lo mantuve en Madrid en compañía del tallador mayor


de aquella Casa para perfeccionarse en su arte, y en cinco de diciembre de
mili setecientos cuarenta y cuatro le dio de mi cuenta don Santiago Ibarra
sesenta pesos, como consta de su recibo, y hacen nuestros cincuenta y seis

pesos dos reales.


En siete de dicho le pagó de mi cuenta dicho Ibarra al expresado Or
tega ciento treinta y siete pesos dos reales por ciento ochenta y siete días úti
les que se ocupó en trabajar en la talla, a razón de once reales de vellón por
día, como consta de su recibo, y hacen pesos nuestros ciento veinte y ocho,
cuatro y medio reales.
El dicho día le dio de mi cuenta el expresado Ibarra diez y siete do
blones de a sesenta reales, que importaron sesenta y ocho pesos, como consta
de su recibo, y hacen nuestros sesenta y tres pesos seis reales.
Por quinientos treinta y cinco pesos cinco reales que en virtud de mi
contrata con el expresado tallador
Ortega le dejé en Madrid en poder de don
Santiago Ibarra a la mujer de dicho tallador para dos años de alimento, a du
cado por día, los que recibió del dicho mi apoderado Ibarra, como consta de
su cuenta y hacen
pesos nuestros quinientos uno y siete reales.
Este sugeto
se me quedó en Cádiz al
abrigo de mi apoderado, por no
haberse podido embarcar en el navio el Santiago el Perfecto a causa del fuer
te temporal que acaeció el día de mi
salida, que no lo permitió, con cuyo mo
tivo determinó volver a Madrid por su mujer e
hijo, para conducirse en el na
vio de don Joseph Villanueva Pico que hacía
viaje a Buenos Aires, y en Ma
drid le dio don Santiago Ibarra, de mi cuenta, trescientos diez
pesos para
habilitarse de ropa blanca y conducirse nuevamente a Cádiz, como consta de
su cuenta,
y hacen pesos nuestros doscientos noventa, y cinco reales.
Por dos pesos dos reales que le dio don
Santiago Ibarra para la licen
cia de embarcarse, y hacen dos pesos un real.
nuestros
Por los gastos que hizo en Cádiz el referido
Ortega, así antes de volver
a Madrid
por su mujer, como después, desde el día veinte y cuatro de Marzo
de setecientos cuarenta y cinco hasta veinte
y dos de Diciembre de setecien
tos cuarenta
y seis, que, examinada la cuenta que me remitió mi apoderado
don Fernando Arroy, fueron mili doscientos treinta
pesos, como consta de
dicha cuenta, y hacen de nuestra moneda mili ciento cincuenta
y tres pesos
un real.

Este sugeto se embarcó con su familia en el navio de don


Joseph
Villanueva Pico, que salió de Cádiz el día veinte
y dos de diciembre de cua
renta y seis,
y con el ensayador fueron prisioneros de dicho navio
por los
ingleses y conducidos a Lisboa, en donde para volverse a habilitar de todo

197
lo preciso y pagar su pasaje en la flota que vino al Rio Geneiro, le dio el pa
dre Joachin de Villarreal, por su mano y por la del padre Carlos Emausen,
novecientos pesos, como consta de la cuenta de mi apoderado don Francisco
Muñoz Palomino que satisfizo por mi a dicho padre Villarreal, y hacen por
nuestros ochocientos cuarenta y tres y seis reales.

ítem.- Le remitió de mi cuenta desde Madrid mi apoderado don San


tiago Ibarra cien pesos, y hacen de nuestra moneda noventa y tres pesos,
seis reales.
Por doscientos sesenta pesos que le dio en Lisboa don Joseph Villa-
nueva Pico al expresado Ortega para su manutención, y consta de una de

las partidas de la cuenta de mi apoderado don Francisco Muñoz Palomino,


cuarenta y tres y seis reales.
y hacen pesos de nuestra moneda doscientos

GASTOS DEL ENSAYADOR DON JOSEPH SARAVIA DESDE QUE


LO ADMITÍ EN MADRID HASTA QUE SALIÓ DE LISBOA PARA
EL GENEIRO

Desde el de octubre de mili setecientos cuarenta y tres en que


mes

lo mantuve aprendiendo en Madrid en compañía del ensayador don Juan


Caballero, como consta de su certificación, hasta seis de julio de setecientos
cuarenta y cuatro le di para su vestuario, manutención y gastos de botica
como todo consta de su
en su enfermedad, trescientos cuarenta y tres pesos,

recibo, y hacen pesos nuestros trescientos veinte y uno, cuatro reales.


Desde dicho día hasta siete de Diciembre de setecientos cuarenta y
don Ibarra su manutención, ves
cuatro, le dio de mi cuenta Santiago para
demás gastos, qui
tuario, despachos del Rey para su empleo, aprobación y
nientos veinte como consta de su recibo, y hacen pesos nuestros cua
pesos,
trocientos ochenta y siete cuatro reales.
ítem.- Cien doblones de a cuatro pesos que desde Cádiz
le remití por
Caballero por la enseñanza de di
mano de don Santiago Ibarra a don Juan
de la carta-respuesta de dicho Ibarra,
cho ensayadorSaravia, como consta

trescientos setenta y cinco.


y hacen pesos nuestros
le di en Cá
En catorce de enero de mili setecientos cuarenta y cinco
en
diz, para habilitarse de ropa y demás necesario para seguir viaje conmigo
trescientos ochenta como consta de su
el navio Santiago el Perfecto, pesos,
seis y dos reales.
recibo, y hacen pesos nuestros trescientos cincuenta y
Este sugeto, por el fiero temporal que acaeció el
día de mi salida, se
don Fernando Arroy, quien lo
quedó en Cádiz al abrigo de mi apoderado
de de setecientos cuarenta y cinco
mantuvo a mi costa desde el mes marzo
en la cuenta de gas
hasta el mes de diciembre de setecientos cuarenta y seis, y
doscientos ochen
tos que remitió dicho Arroy se comprueba haberle dado
me
y hacen de
nues
ta y un pesos dos reales, como consta
de la referida cuenta,
tres cuatro y medio reales.
tra moneda doscientos sesenta y pesos

198
En veinte y cinco de noviembre le dio de mi cuenta mi apoderado
don Francisco Muñoz Palomino, al referido ensayador, ciento treinta pesos
de todo lo necesario para seguir su viaje en el navio de
para que se habilitase
don Joseph Villanueva Pico, como consta de una de las partidas de su cuenta,
hacen pesos nuestros ciento veinte y uno y siete reales.
y
En el referido navio fué dicho don Joseph prisionero de los ingleses
y conducido a Lisboa, en
donde le dio el padre Joachin de Villarreal para su
habilitación de ropa y demás necesario para su pasaje en la flota en que se
condujo al Río Geneiro, quinientos pesos, como consta de una de las parti
das de la cuenta de mi apoderado don Francisco Muñoz Palomino, que satis
fizo por mi el dicho padre, y hacen pesos nuestros cuatrocientos sesenta y
ocho, seis reales.
Por los intereses de mar que se me deben satisfacer en virtud del ca
pítulo décimo de mi contrata y sólo hago cargo a S. M. de un ciento por
ciento, pues explico que los intereses de mar, desde Cádiz a Buenos Aires, en
aquellos tiempos con motivo de la guerra con los ingleses fueron, regular
mente, a ciento y diez por ciento, como consta por la declaración judicial del
señor don Juan de Balmaceda que los pagó para conducirse a estos reinos, en

cuya atención son equitativos los intereses de ciento por ciento que hago car
go a S. M. en todo el dinero referido y exhibido en España y monta veinte y
seis mili cuatrocientos setenta y dos pesos siete reales.
Aunque desde el día quince de julio de mili setecientos cuarenta y
cinco en que llegué a Buenos Aires en mi navio el Santiago el Perfecto, hasta
el día diez de septiembre de mili setecientos cuarenta y nueve en que se prin
cipiaron las labores, corrieron cuatro años un mes y veinte y cinco días, y
aunque para mis empeños causados en la traída de herramientas y oficiales
tomé en esta ciudad cantidad de pesos a interés de a ocho
por ciento al año,
que estuve pagando hasta después de estar corriente las labores, sólo hago
cargo a Su Magestad de un ciento por ciento por el tiempo de tres años, que
importa siete mili novecientos cuarenta y un pesos siete reales y un cuartillo.

SIGUEN LOS GASTOS DE DON MANUEL ORTEGA CAUSADOS


DESDE EL RIO GENEIRO HASTA ESTA CIUDAD

Por cincuenta pesos que recibió en Buenos Aires de mi


apoderado
don Melchor García Tagle, como consta de la
segunda partida de la cuenta
que presentó en el descargo.
Por mili doscientos setenta y dos
pesos y un real, incluso el interés
de quince por ciento que se le pagaron en Buenos Aires en
plata doble al
señor don Juan Verdugo, oidor de esta Real
Audiencia, por mi apoderado
don Melchor García Tagle por los gastos
que dicho tallador hizo desde el
Río Geneiro hasta dicha ciudad de Buenos
Aires,
como consta de la
quinta
partida de dicha cuenta.

199
Por el interés de once por ciento
que costó dicha plata doble, como
consta de la décima partida de dicha cuenta,
que fué a lo mismo que en él
ha de haberme abonado dicho mi apoderado, que importa ciento treinta
y
nueve pesos y siete reales.

Por ciento y cincuenta pesos que costó el flete de dos carretas, en


que
se
incluye reses para el gasto, y caballos hasta Mendoza, para conducir la
familia de dicho tallador, consta de la séptima partida de dicha cuenta.
Por trescientos treinta y cuatro pesos y un real que para su habilita
ción y condución a la ciudad de Mendoza le dio en Buenos Aires, de mi cuen
ta, don Melchor García Tagle, como consta de la octava partida de dicha
cuenta.

Por cuarenta pesos que le dio en Mendoza don Juan Corvalán, a que
se agregan ciento cuarenta y cuatro pesos pagados por el flete de diez y ocho
muías en que se trasportó a esta ciudad, que ambas cantidades hacen ciento
ochenta y cuatro pesos.
Este sugetollegó a esta ciudad en cinco de mayo de mili setecientos
cuarenta y ocho y en fuerza de mi contrata celebrada con él le empecé a
su sueldo tres meses después de su llegada, los que le satisfice a razón de
pagar
mili pesos fuertes al año, cuyo sueldo corrido desde el día cinco de agosto
de dicho año hasta el día diez de septiembre de mili setecientos cuarenta y
nueve en que se principiaron las labores y en que mediaron trece meses y

cinco días, que importaron mili noventa y siete pesos, de los cuales se reba
jan mili pesos que, con convenio de dicho tallador, le cercené en atención
a los excesivos gastos que me causó, y queda en noventa y siete pesos.

GASTOS DEL ENSAYADOR DON JOSEPH SARAVIA, DESDE EL


RIO GENEIRO HASTA ESTA CIUDAD, Y SU FALLECIMIENTO

Por ciento ochenta pesos que le dio en Buenos Aires, de mi cuenta,


mi apoderado don Melchor García Tagle para habilitarse y conducirse a esta
ciudad, como consta de partida de dicha cuenta.
Este sugeto falleció en esta ciudad antes de haber empezado las labo
res, después de una larga enfermedad de más de un año, que en médico y
botica gasté quinientos pesos, que con su funeral y entierro llegó su costo
a ochocientos sesenta pesos.

SIGUENSE LOS FLETES DE LOS NAVIOS EN QUE VINO LA


HERRAMIENTA HASTA BUENOS AIRES Y SU CONDUCIÓN
A ESTA

Por los y cuatro cajones que traje


sesenta en mi navio Santiago el
acero al
Perfecto y pesaron ciento veinte y ocho quintales, regulados como

200
Proyecto, a veinte y cuatro pesos tres cuartos reales quintal, que son tres
cientos noventa y seis pesos.
Por desembarco y condución de dichos sesenta y cuatro cajones, a
nueve reales cajón, setenta y dos pesos.
Por manifestación de despachos y condución a casa, treinta pesos.
Por los ochenta y seis quintales de herramientas sueltas venidas en el
navio Nuestra Señora del Buen Consejo, su capitán y dueño don Joseph Vi
llanueva Pico, con más un cajón de limas y tres cajones de acero con peso de
ocho quintales, todo rescatado en Lisboa a veinte y cuatro pesos y tres cuar
tillos reales quintal, según Real Proyecto, importaron los fletes del navio
doscientos ochenta y siete pesos y cinco y medio reales.
Por desembarque de dichos noventa y tres quintales, a razón de cua
tro y medio reales, que hacen cincuenta y dos pesos dos y medio reales.
Por catorce pesos de condución a casa.
Por flete de los sesenta y cuatro cajones en tres y media carretas de
Buenos Aires a Mendoza, a sesenta pesos, son doscientos diez pesos.
Por la condución de treinta y dos cargas de Mendoza a esta ciudad, a
ocho pesos, importa doscientos cincuenta y seis pesos.
Por la condución de lo venido en el navio Nuestra Señora del Buen
Consejo, que ocupó dos carretas y media, a cincuenta y cinco pesos, importa
ciento treinta y siete pesos cuatro reales.
Por veinte y cuatro cargas que ocuparon los dichos instrumentos, a
ocho pesos, importa ciento noventa y dos pesos.

SIGUENSE LOS COSTOS CAUSADOS EN ESTA CIUDAD EN LA


FABRICA MATERIAL DE LA CASA Y VARIOS INSTRUMENTOS
QUE SE HICIERON ANTES DE DAR PRINCIPIO A LAS LABORES

Por veinte y un
quintales de fierro que se gastaron en braceros gran
des y chicos, rejas gruesas para los cuatro hornos de afinación, cucharetas,
trébedes, planchas y aforros para el volante primero, que fué de madera y
para otras menudencias indispensables, cuyo fierro costó a sesenta pesos quin
tal, a que lo vendió Su Majestad entonces, e importa mili ciento nueve pesos.
Por la hechura de los referidos instrumentos en esta ciudad, trescien
tos cincuenta pesos.
Por cinco puentes de bronce para los volantes, fundidos
por el maes
tro Pedro Meléndez el año de cuarenta seis
y nueve, y pesan quintales veinte
y ocho libras, que con la fundición a razón de dos y medio reales libra, im
porta todo trescientos diez y siete pesos.
Por ocho pailas grandes de cobre
para el servicio de la Casa, toberas,
fuelles para la fundición, forja, talla y ensaye, importa todos
quinientos
noventa y siete
pesos.
Por dos tacitas de oro fino para el ensaye, que se hicieron el año de

201
cuarenta y nueve, y pesaron cuarenta y cuatro castellanos y cuatro tomines,
tuvieron de costo, a tres pesos castellano, inclusa la hechura, ciento treinta y
tres pesos cuatro reales.
Por el costo de un cuerpo de volante de bronce fundido en esta ciu
dad por el maestro Pedro Meléndez, el año de setecientos cincuenta, que pesa
setenta y tres quintales, importó todo con la fundición a dos y medio reales

libra, tres mili seiscientos ochenta pesos, como pormenor consta de la cuenta
que presento.
Por el costo de otro cuerpo de volante hecho por don Xavier Hermo

so el año de mili setecientos sesenta y uno, que pesa setenta y tres quintales
dos arrobas, que con la fundición, a razón de tres y medio reales libra, im
portó todo cuatro mili treinta y seis pesos dos reales, según se manifiesta en
la cuenta que presento.
Por la fábrica material y sitio de la Casa, que según la tasación hecha
por el alarife de esta ciudad Marcelino de la Peña el año de mili setecientos
sesenta y nueve, que presento, e importa once mili ciento cincuenta y un

pesos dos reales.


Por quinientos pesos que tuvo de costo un cajoncito de matrices para
toda clase de monedas que se haya como vino de España, precintado, remi
tido por mi apoderado don Manuel Saravia, por disposición de don Tomás
Prieto, tallador de Madrid, como todo consta del instrumento que presento,
con su interés de mar a treinta por ciento, monta seiscientos cincuenta
que
pesos.
Por dos de molino en que están sentados los volantes,
piezas grandes
ambas
y costaron la cinco
una sesenta
y pesos y la otra cincuenta y siete, que
importaron ciento veinte y dos pesos.
Por cuatro husillos de bronce que se acaban de hacer para los volan
cinco quintales tres
tes, fundidos por el maestro Bernardo Barahona, y pesan
arrobas una libra, cuyo metal en la fundición, a dos reales y medio libra,

importa doscientos sesenta pesos.


Por un husillo de fierro hecho aquí por el maestro Ventura Miranda,
tiene de costo trescientos cincuenta pesos.
que está nuevo y sirviendo, y
Por el menaje de todas las oficinas de la Casa de mostradores, archivos,
mesas, dosel, armas de Su Majestad, bancos, sillas, taburetes, cajones, cajas,
escaños, vasijas y demás menudencias precisas, mili quinientos veinte y cinco
pesos.

NOTA

Habiéndose olvidado en el cargo de la cuenta de España una partida


como consta
remitida por don Francisco Muñoz Palomino, mi apoderado,
el es corno se sigue:
de su carta-cuenta presentada en segundo cargo,
de limas, incluso
Por doscientos ochenta y seis pesos que costó un cajón

202
sus costos hasta a bordo, remitido en la Amable María con su maestre don
Manuel Antonio Barnes, cuyo conocimiento presento, hacen pesos nuestros

doscientos sesenta y ocho pesos un real.


Por el interés de mar, su respectivo ciento por ciento, doscientos se

senta y ocho pesos un real.


Por veinte y cuatro pesos tres reales que pagó en Buenos Aires mi
apoderado don Melchor García Tagle por el flete de dicho cajón como consta
de la primera partida de la cuenta del descargo de éste presentada, veinte y
cuatro pesos tres reales.
Por su condución a esta ciudad, siete pesos.
De manera
que, como parece de esta cuenta, importan todos los gas
tos causados en la erección y establecimiento de esta Real Casa de Moneda
noventa mili seiscientos cincuenta pesos siete reales
y un cuartillo, y juro a
Dios y la Cruz que traigo al pecho ser cierta mi relación, salvo yerro.
Santiago de Chille y abril veinte y ocho de mili setecientos setenta y
uno.- El
Marqués de Casa Real.

203
DOCUMENTO N.g 4.

Tasación que hago yo el alarife de esta ciudad de Santiago de Chile,


a pedimento del señor Marqués de Casa Real, don Francisco Huidobro,
alguacil mayor de Corte de esta Real Audiencia, es a saber del sitio y Casa
de Moneda perteneciente a S. M., cuyo sitio se halla en la traza de esta dicha
ciudad, en parte notoria, sito en la calle que llaman con el propio título de
Moneda, tres cuadras, poco más, de la Plaza Mayor, que por la frente que es
al norte, Calle Real de por medio, linda con casas de don Nicolás González
Carabedo; por el fondo, que es al sur, pared por medio con sitio del maestre
de campo don Augustín Bravo, regidor perpetuo de esta dicha ciudad; por
el costado del este, con casas y sitio del dominio de dicho señor Marqués; y
por el oeste con casas de doña Josefa de Leiva; cuyo sitio así deslindado
tiene su acequia de agua corriente, al que procedo a su tasación, conforme al
padrón de esta ciudad aprobado por el Ilustre Cabildo de ella, y a mi leal
saber y entender, en la manera siguiente.- 23 de diciembre de 1769.

Primeramente, el expresado sitio tiene por la frente veinte y dos


varas castellanas de a tres tercias cada una, las que asimismo se hallan por
el fondo, y por cada costado del este y oeste se hallan sesenta y nueve varas
por cada uno de ellos, que, sacada la cuenta en área, hacen la cantidad de
de un mili quinientos diez y ocho varas, las que componen un cuarto de
solar de los de la traza de esta dicha ciudad, con más trescientas veinte
y
siete varas y tres cuartas de otro, lo que aprecio, conforme al
padrón, en
cantidad de dos mili trescientos setenta y siete pesos.
ítem.- La frente de dicho sitio se halla toda edificada con dos edifi
cios, el primero todo construido de adobes sus murallas, la enmaderación del
entresuelo de vigas de roble, y todo entablado y enladrillado, el suelo de
abajo lo mismo, a excepción de lo que comprehende el zaguán, que éste se
halla empedrado. El segundo cuerpo o edificio es todo de
tabique doble de
madera de roble, entabicado, embarrado, enlucido y
blanqueado; su techum
bre con su enmaderación no muy apartada, la techumbre de
coligue emba
rrada, enlucida, blanqueado y pintado todo y cubierto de teja. En el edificio
bajo se comprehenden dos piezas y un zaguán, éste con su portada, con sus
pilastras, con basas y quisialeras de piedra canteada, y lo restante a su facha
da es de cal y ladrillo, en cuya portada se halla una
puerta de dos hojas de
cinco varas de alto, con su postigo en una de sus
hojas, toda ella es de ma
dera de roble, obra enrasada y tablas de ciprés y clavada con ciento cuarenta
y seis clavos grandes de bronce, quicios y dados de lo mismo, un cerrojo
grande de hierro en el postigo, chapa y llave y un aldabón grande de lo mis
mo, todo nuevo y bien tratado.
Asimismo en el citado zaguán se halla otra puerta-ventana
que cae

205
al patio principal,de madera de ciprés, obra enrasada y tablas de lo mismo,
con dos postigos de la misma conformidad, y seis andanas de balaustres,
todo de madera de peral, y dos aldabillas de hierro, con cien clavos medianos
de bronce y cincuenta y dos dichos más chicos en los expresados postigos, la
cual dicha puerta tiene de alto poco más de dos varas y tres cuartas, bien tra
tada, con su chapa y llave corriente: todo lo expresado taso en cantidad de
dos mili novecientos y sesenta pesos, entendiéndose ser éste el valor de ambos
edificios, con un corredorcillo en el edificio alto que cae al patio.
ítem.- En el citado edificio bajo se hallan divididos dos cuartos, cada
uno a un lado y otro de la puerta principal; en el del lado del este una puerta

de dos hojas de madera de ciprés, digo de roble, la una de tableros de ciprés,


y cae a un corredor del patio, y la otra puerta de obra enrasada y tablas de
lo mismo; asimismo una ventana, que cae a la calle, con reja de hierro de
alto de más de vara y tercia, sus portañuelas de madera de roble, obra de cha
flán y tableros de ciprés, sin cerradura ninguna, todo bien tratado.
ítem.- El otro cuarto, que está al lado del oeste de dicha puerta
principal, se halla dividido en dos piezas y un tabique doble de madera, todo
entabicado, embarrado, enlucido y blanqueado, el cual dicho cuarto es don
de está la talla; tiene una puerta de dos hojas que cae a otro edificio, donde
se halla la escala de los altos, cuya puerta es de madera de ciprés, obra enra

sada y tablas de lo mismo, de alto de dos varas y media, con chapa y llave
corriente; asimismo una ventana que cae a la calle, de madera de ciprés,
obra enrasada y tablas de lo mismo, con noventa y dos clavos de bronce
medianos, y una reja de hierro y un cerrojo, la cual tiene de alto dos varas
otra dicha ventana que cae al
y dos tercias, todo bien tratado; asimismo
con cuatro andanas de balaustres, sus portañuelas de madera de ciprés,
patio,
obra enrasada y tablas de lo mismo, con sus clavos medianos de bronce; de
alto tiene una vara y tres cuartas, con cerrojo de hierro: todo lo dicho

taso en cantidad de doscientos treinta y seis pesos.


ítem.- En los altos ya citados se hallan tres piezas, cada una dividida
con un tabique doble de madera para alcobita, y en
el medio la pieza que
sirve de tribunal, en la que en sus cuatro ángulos se halla una alacena con
sus divisiones de tablas y portañuelas, todo de madera
de ciprés, que todo se
halla blanqueado y pintado. Asimismo cinco ventanas que caen a la calle,
de
dos de ellas con sus rejas de fierro, portañuelas de madera de ciprés, obra
chaflán y tableros de lo mismo, de alto la una de poco más de vara y cuarta

y las otras, que del tribunal, de dos varas y poco menos de media, asimis
es

mo con portañuelas de madera de ciprés, obra


enrasada y tablas de lo mismo;
otras dos dichas medianas con solamente postigos,
sin rejas ni balaustres,

con una aldabilla de hierro cada una y


ambas de la madera de las otras; y la
la del tribunal, sólo tiene las portañuelas y en
otra, que es del tamaño que
donde ésta se halla, hay una alacena
estado de ponerle reja de hierro, y en

que sale al corredorcillo que está a la parte del sur; y en la otra pieza, que

206
ésta
está al otro lado de la del tribunal, otra alacenilla con su portañuela,
de asimismo cada una de dichas piezas, una puerta de
de madera ciprés; en

dos hojas de madera de ciprés, obra de chaflán y tableros de los mismos, de


alto de dos varas y más de tercia cada una, con su chapa y llave corriente.
Toda la escala para subir a dichos altos es la mitad construida de ladrillo
con escalones de madera y descanso de lo mismo, y lo restante es
toda de
madera de roble y escalones forrados con tablas de ciprés, pasamano con sus
pilares y verjillas de chambrana, todo de los mismo: lo que junto con las
citadas puertas y ventanas y sus alacenas, aprecio en cantidad de trescientos
y cincuenta pesos.
ítem.- Bajo de las escalas se halla una como alacenilla de dos porta

ñuelas de madera de ciprés, obra de chaflán y tableros de lo mismo, de alto


de vara y media, sin cerradura ninguna, la que aprecio, con todo lo que en
ella se comprende, en doce pesos.
ítem.- En el patio de dicha casa, al lado del oeste, se halla un cañón
de edificio, fábrica de adobe y teja, el suelo de todo enladrillado, la enma
deración no muy junta, encoliguada, embarrada, enlucida y blanqueada, en
lo cual se halla la pieza de ensaye, dividida en dos con dos tabiques de made
ra, el uno doble y el otro más sencillo, y ambos entabicados, embarrados,
enlucidos y blanqueados; en el primero se halla una puerta de dos hojas de
madera de roble, obra enrasada y tablas de ciprés, de alto de dos varas y
media, con chapa y llave corriente; asimismo dos ventanas con rejas de hierro,
portañuelas de madera de ciprés, obra enrasada y tablas de lo mismo, con
cuarenta y seis clavos medianos de bronce y su cerrojo con armellas de hierro,

una alacenilla embebida en el grueso de


pared con dos portañuelas y una
división de tabla en el medio, toda de madera de ciprés, obra de chaflán y
tableros de lo mismo, de alto de poco más de vara y cuarta, sin cerradura
ninguna; asimismo otra ventana con cuatro andanas de balaustres, todos de
madera de peral, portañuelas de madera de ciprés, obra enrasada y tablas de
lo mismo, de alto de más de dos varas y dos tercias; la longitud de dicho
edificio es de diez y seis varas, su latitud cuatro y media, entrando más el
callejón de aguas, cuyas paredes se hallan con sus canes de aleta, todos de
madera de algarrobo, de ancho de una tabla por uno y otro lado: todo lo
expresado aprecio en cantidad de ochocientos treinta y dos pesos.
ítem.- El patio se halla todo empedrado con piedra de río, el que
tiene en longitud diez y seis varas y en latitud doce y dos tercias, que sacada
la cuenta en área, hacen la cantidad de doscientas dos varas tres cuartas, las
que aprecio en sesenta y tres pesos dos reales y siete octavos.
ítem.- En el citado patio al lado del sur sigue otro cañón de edificio de
dos cuerpos, el de abajo de adobes, su enmaderación de vigas de roble y toda
entablada, el suelo de ambos cañones todos enladrillados, la enmaderación
del segundo cuerpo no muy apartada, encoliguada, embarrada y
blanqueada
por debajo y la cubierta de teja, cuyo edificio es construido de madera de

207
roble, toda entabicada, embarrada, enlucida y blanqueada, con dos tabiques
en la misma conformidad
que lo dicho, los que dividen dicho edificio en tres
piezas, las dos para cuartos de criados y la otra de carbonera; éste tiene a la
parte del norte un corredorcillo con su pasamano o barandilla, con verjillas
de chambrana; en el edificio bajo se comprenden tres divisiones, como es
un
pasadizo, sala de volantes y un cuarto que sirve de despensa: todo lo cual
tiene en longitud doce varas dos tercias, de latitud ocho
y de profundidad
siete; lo que aprecio en cantidad de un mili seiscientos y veinte pesos.
ítem.- En el pasadizo se halla una puerta de dos hojas, de verjillas,
toda de madera de roble y parte de ella de obra enrasada y tablas de ciprés,
de alto de poco más de dos varas dos tercias, con cerrojo y llave corriente y
con picaporte de hierro al pié; en la sala de volante otra puerta de dos hojas

de madera de roble, obra enrasada y tablas de ciprés, con ciento sesenta clavos
de bronce medianos, la cual tiene de alto dos varas tres cuartas, chapa y llave
corriente y un cerrojo, todo bueno y bien tratado; en dicha pieza se hallan
dos ventanas con sus rejas de hierro, portañuelas y postigos de madera de
ciprés, obra enrasada y tablas de lo mismo, con ciento diez y seis clavos de
bronce medianos cada una y sus cerrojos y dos aldabillas de hierro; cada ven
tana tiene poco más de dos varas y cuarta de alto, y sus estribos enladrilados;
en dicha sala, una puerta de dos hojas que cae al cuarto que sirve como de

despensa, la que es de madera de ciprés, obra de chaflán y tableros tallados de


alerce; de alto tiene poco más de dos varas y media, con su chapa y llave
corriente. En el segundo cuerpo se hallan dos puertas en las piezas que sirven
obra de chaflán y tableros
para criados, las que son de madera de ciprés,
grandes de lo mismo, de alto de poco más de dos varas cada una; asimismo se
hallan dos ventanillas de corredor de madera de patagua, y dos alacenillas
con portañuelas de madera de ciprés, obra enrasada y tablas de
lo mismo,
sin cerradura ninguna, de alto de poco más de vara y media cada una. Asi
mismo sigue la escala de dichos altos, la que es toda de madera de roble y
escalones de tabloncillos de alerce; y su descanso alto solado de ladrillo y el
pasamano todo forrado de dichas tablas, la cual aprecio con todo junto lo
que ya queda expresado de puertas y ventanas, en la cantidad de trescientos
y ochenta pesos.
ítem.- El segundo patio se halla todo empedrado con piedra de río
en latitud trece y media, que sacada la cuen
y tiene en longitud once varas y
ta en área, hacen ciento cuarenta y ocho varas y media,
lo que taso en
cuarenta y seis pesos dos reales.
al lado
ítem.- En dicho segundo patio se halla un cañón de edificio
del oeste, el que es de fábrica de adobes y tejas, su enmaderación a dos aguas, y
enlucida blanqueada todo pinta
algo apartada y encoliguada, embarrada, y y
canes de ale
do por dentro, y el suelo enladrillado, las paredes derechas con sus
así al lado de dicho patio
tas de madera de algarrobo, de ancho de una tabla,
cañón comprenden dos cuartos, a
como alcallejón de aguas; en cuya pieza
y se

208
los que divide un tabique doble de madera, todo entabicado, embarrado, enlu
cido y blanqueado; la longitud de dicho edificio es de once varas, la latitud de
tres y media; en cuyos cuartos se hallan
poco menos de seis, y de profundidad
dos puertas de dos hojas, la una de madera de roble, obra enrasada y tablas
de alerce, con un crucerito de hierro y un postiguillo, de alto tiene poco más
de dos varas, con su chapa y llave corriente; y en el cuarto donde se halla
dicha puerta una alacenilla de madera de patagua, de poco más de dos tercias
de alto; en el otro cuarto la otra puerta es de madera de ciprés, obra enrasada
y tablas de lo mismo, con ciento doce clavos de bronce medianos; de alto
tiene poco más de dos varas y media, con su chapa y llave corriente; asimis
mo una ventana con cuatro andanas de balaustres, éstos de madera de
peral
y lo demás de madera de ciprés, obra enrasada y tablas de lo mismo, de alto
de poco más de vara y cuarta, con cerrojo y armellas de hierro: todo lo
expresado aprecio en cantidad de trescientos setenta y ocho pesos.
ítem.- En el expresado patio segundo se halla al lado del sur del un
cañón de edificio, fábrica de adobes y teja, la enmaderación algo junta y
perfilada y entabicada, parte de ella encoliguada, por debajo embarrada, en
lucida y blanqueada, el suelo de todo enladrillado, las paredes derechas enluci
das y blanqueadas, con sus canes de aletas de madera de algarrobo, de ancho
de poco más de una tabla por uno y otro lado, en cuyo edificio se
compren
de la sala de cortes e hileras, un cuarto en que se guarda el tesoro y un calle
jón de pasadizo, a lo que dividen dos tabiques de madera, el uno entabicado,
embarrado, enlucido y blanqueado, y el otro de horcones de espino juntos y
embarrado todo, cuyo edificio tiene en longitud veinte
y dos varas, en latitud
seis y de profundidad cuatro y media: en dicha sala se halla la
puerta princi
pal que cae al norte, la que es de dos hojas, de madera de ciprés, obra enrasa
da y tablas de lo mismo, con ciento catorce clavos medianos de
bronce, la
cual es de alto de dos varas y tres cuartas, con
chapa y llave corriente; asi
mismo en dicha sala se hallan cuatro ventanas cada una con
reja de hierro,
portañuelas y postigos de madera de ciprés, obra enrasada y tablas de lo
mismo, de alto de una vara y poco más de tres cuartas, con cerrojo y dos
alacenillas de hierro y estribos enladrillados; en dicha
pieza una puerta de
dos hojas, de madera de ciprés, obra enrasada
y tablas de lo mismo, con un
crucero de hierro
y un postiguillo, la cual cae al cuarto del tesoro, y es de
alto de poco más de dos varas
y tres cuartas, con su chapa y llave corriente;
asimismo una alacenilla embebida en el
grueso de pared, con su portañuelita,
de alto de poco más de dos tercias; otra
puerta que cae al último patio, la
que es puerta-ventana de dos hojas, de madera de ciprés, obra enrasada
y ta
blas de lo mismo, y de seis andanas de
balaustres, todos de madera de peral,
con ciento diez
y seis clavos medianos de bronce; de alto tiene dicha puerta
dos varas y poco menos de tres
cuartas, con chapa y llave corriente y un
cerrojo: todo lo cual, junto con el expresado edificio, aprecio en cantidad de
un mili ciento cuarenta
y cuatro pesos.

209
ítem.- En el citado último patio, al lado del oeste, sigue un edificio a
media agua, que desciende de la pared medianera y carga sobre otra dicha de
adobes con sus canes de aleta de madera de algarrobo, de ancho de una ta
bla, su enmaderación regular, sobstenida en el medio con una viga por madre,
y ésta carga sobre horcones de espino, la techumbre embarrada por debajo
sobre coligues, enlucida y blanqueada, y la cubierta de teja, el suelo enladri
llado; cuya media agua tiene en longitud nueve varas una tercia, y en latitud
poco menos de seis, en la cual se comprenden dos cuartos, que los divide un
tabique de madera embarrado, enlucido y blanqueado, en los cuales se halla
una
puerta de dos hojas en cada uno de ellos, ambas de madera de roble,
obra enrasada y tablas de ciprés, la una y la otra de alerce; la del cuarto que
se halla hacia el sur tiene cien clavos medianos de bronce, y la otra llana,

cada una de alto de dos varas y media y con su chapa y llave corriente las dos:
todo lo dicho taso en cantidad de ciento sesenta y tres pesos.
ítem.- Dicho patio se halla todo empedrado en la misma conformidad
que los antecedentes, el que en longitud tiene nueve varas una tercia, y en la
titud diez y seis, lo que compone en área la cantidad de ciento cuarenta y
nueve varas una tercia, las que aprecio en cuarenta y seis pesos cinco reales

un octavo.

ítem.- En el fondo, al lado del sur, se cañón de edificio, fábri


halla un

ca de adobes y teja, la enmaderación muy apartada, de buenas vigas de roble,


paredes derechas, enlucidas y blanqueadas,
cuya pieza sirve de fundición;
sus

con sus canes de aleta de madera de algarrobo, de ancho


de una tabla por uno y
otro lado, el cual tiene en longitud nueve varas, en
latitud siete y de pro
fundidad cinco y media; en dicho edificio se halla una alacena embebida en
con sus divisiones de ta
el grueso de pared y sin portañuela ninguna, pero
madera de
blas; asimismo una ventana, con su reja de hierro, portañuelas de
obra enrasada tablas de lo mismo, con veinte y nueve clavos de
ciprés, y
bronce medianos, de alto de poco más de vara y tres cuartas, con cerrojo y
armellas de hierro; asimismo una puerta de dos hojas, de madera de roble,
cuartas de
obra enrasada y tablas de ciprés, de poco más de dos varas y tres
encima de dicha una ventana de
alto, con su chapa y llave corriente; puerta
tratada: todo lo cual junto con dicho cañón de edificio,
balaustres, bien taso,
en cantidad de trescientos ochenta y seis pesos.
se halla un
ítem.- En el dicho patio, al lado del este y parte del sur,
el cual sobre siete pilares de madera de
corredor que cerca ambos lados, carga
basas de piedra canteada, la enmaderación algo junta,
ciprés, todos con sus
con canes de aleta de madera
encoliguada, por debajo enlucida y blanqueada,
de veinte y cuatro
de algarrobo, de ancho de una tabla, que todo se compone
varas y media de longitud, de latitud tres y media y de profundidad tres:
todo lo cual taso en ciento cuarentay siete pesos.
de esta tasación
Por manera que, segúnparece, montan las partidas
cincuenta dos reales, salvo yerro
la cantidad de once mili ciento y un pesos

210
de pluma o suma, la cual tengo hecha según mi entender; y para que conste
y obre los efectos que convengan, doy la presente, de pedimento del señor
Marqués de Casa Real don Francisco Huidobro, y lo firmé en Santiago de
Chille, en veinte y tres días del mes de diciembre de mili setecientos sesenta
y nueve.- Vicente Marcelino
de la Peña.-
(Biblioteca Nacional Real Audiencia, volumen 492).
-

211
DOCUMENTO N.9 5.

El Presidente de Chile da cuenta a V. E. de la posesión que ha tomado


en nombre del Rey de esta Real Casa de Moneda, incorporada a
la Real Co
rona en virtud de las facultades que le delegó el Virrey, y demás providen
cias para su perfecta plantificación.- 15 de junio de 1772.

Excmo. señor: Habiendo resuelto el Rey


-

incorporar a su Real Coro


na la Casa de Moneda de este reino y cometido su ejecución al Virrey del
Perú por real orden de ocho de agosto de mili setecientos setenta, bajo las
reglas que le previene, con facultad de nombrar interinamente cuatro emplea
dos, y de que pueda formar ordenanzas conducentes a su mejor régimen, y
no siéndole factible al Virrey del Perú tomar por si mismo posesión corporal

de la Casa incorporada, ni practicar otras diligencias relativas a su perfecta


plantificación, me delegó sus facultades por decreto de once de marzo de
este año, que llegó a mis manos el día veinte del próximo mes pasado.

Sin perder instante de tiempo, tomé, en nombre de S. M., posesión


con la mayor solemnidad; se procedió a los inventarios y tasaciones de la an

tigua Casa, de sus instrumentos y demás materiales, con arreglo a las ins
trucciones del Virrey, y quedando nombrados los ministros, oficiales y depen
dientes de la Moneda, parte de ellos elegidos por el Virrey y los restantes por
elección mía, ínterin que Su Majestad se digne aprobar sus nombramientos.
Para casa provisional he elegido parte del Colegio de San Miguel de
esta ciudad que fué de Regulares de la Compañía, con todas las propor

ciones de mayor resguardo y extensión de sus oficinas y por la mayor inme


diación al centro de esta ciudad. De modo que en breves días continuarán de
cuenta del Rey las labores de oro y plata, observando puntualmente las for

malidades, circunspección y demás prevensiones de que me ha instruido el


Virrey, como lo reconocerá V. E. de los autos que pasaré a sus manos.
En el acto de la posesión que tomé de la referida Casa, hicieron deja
ción dos hijos del Marqués de Casa Real, Tesorero establecedor de la Mone
da de este reino, de los empleos de fiel y fundidor mayor que ejercían por
nombramiento de su padre, motivando la obligación en que se hallaban de
atenderlos en la quebrantada salud que padecía. Mándeles que por escrito
hiciesen la dimisión de los referidos empleos, y practicada con toda espon
taneidad, se las he admitido y nombrado a don Ramón del Pedregal y a
don Salvador Trucíos, para uno y otro cargo, por concurrir en sus personas
todas las circunstancias que prescriben las ordenanzas de moneda. Y re
flexionando que por la avanzada edad del Marqués y por sus habituales acci
dentes no podía desempeñar las obligaciones de tesorero, conforme a las ins
trucciones de S. M. y a las intenciones del Virrey, he nombrado por tesorero
interventor a don José Antonio Alcalde, hijo del Conde de Quinta Alegre,

213
con toda la solemnidad que le prescriben las dichas ordenanzas y con de
claración de que por ahora goce el Marqués de Casa Real del sueldo de dos
mil cincuenta pesos, que le asigna el Virrey en su reglamento provisional,
hasta que éste resuelva según las facultades que el Rey le ha concedido.
Por el mismo motivo de su salud quebrantada y con reflexión a las
prevenciones del Virrey, he suspendido a don Ubaldo García en el ministerio
que ejercía de juez de balanza, por nombramiento de su tío el Marqués de
Casa Real, y en su lugar he elegido interinamente a don Juan de Santa Cruz,
regidor perpetuo de esta ciudad y que se halla circunstanciado para el desem
peño de su cargo.
He nombrado, en nombre del Rey, un hermoso y espacioso sitio de
que ha hecho oblación el procurador de esta ciudad en nombre de su Ayun
tamiento para la plantificación de la Casa de Moneda que ha de servir en
propiedad, por verificarse en él cuanto pueda proporcionar la idea para tan
importante y necesaria fábrica, y quedo dando las demás providencias en la
preparación de monedar y demás materiales, sin omitir los que corresponden
a los intereses de la Real Hacienda y de la causa pública.

Lo que se servirá V. E. trasladar a noticia de S. M. Dios guarde a V. E.


muchos años.- Santiago de Chile, 15 de Junio de mil setecientos setenta y
dos.- Don Francisco Javier de Morales. -

(Archivo de la Capitanía General.)

214
DOCUMENTO N.v 6.

Reglamento provisional con expresión del número de oficiales y depen


dientes que han de servir en la Casa de Moneda de Santiago de Chile incor
porada a la Real Corona, designación de los salarios que han de gozar con
arreglo a la real cédula de ocho de agosto de mil setecientos setenta y con
reflexión a lo dispuesto y observado en esta Real Casa de Moneda de Lima
según sus ordenanzas y a lo que ha informado el señor Superintendente de
ella y respondido por el señor fiscal, con otras indagaciones y exámenes que
se han hecho para elegir los medios más proporcionados, que todo es en la
forma y manera siguiente:

Un superintendente con el sueldo de tres mil pesos al año $ 3.000


Un contador, con dos mil y cincuenta „ 2.050
Un tesorero, con dos mil y cincuenta „ 2.050
Primer ensayador, un mil y quinientos „ 1.500
Segundo ensayador, quinientos pesos ,, 500
Un balanzario, quinientos y cincuenta pesos „ 5 50
Un fiel de moneda, con mil pesos „
1.000
Fundidor mayor, un mil pesos „ 1.000
Un guarda-cuños, que puede suplir en la sala de libranzas de con
tador de monedas, trescientos pesos „ 300
Un guarda materiales y maestro de moneda, que sirva también
de guarda-vista de la fundición, cuatrocientos y cincuenta pesos „ 450
Un tallador mayor, oficial y aprendiz, un mil cuatrocientos pesos „ 1.400
Un oficial de la contaduría, que puede suplir las ausencias y enfer
medades del balanzario, cuatrocientos y ochenta pesos „ 480
Un oficial de la tesorería que también sirva de ayudante de balan
zario y contador de moneda, trescientos pesos „ 300
El ayudante de fundidor mayor se suple por el guarda-materiales
y maestro de moneda „ 000
El escribano, con doscientos pesos „ 200
Portero marcador, que sirva también de contador de moneda,
doscientos pesos 200
Un sirviente, con noventa pesos „ 90
Un cerrajero, su oficial y soplador, trescientos pesos „ 300
Un guarda de noche, con ciento y cincuenta pesos 150

$ 15.520

Todos los cuales ministros, oficios y empleos mando y ordeno


que por
ahora y mientras Su Majestad no dispone otra cosa subsistan en la referida
Casa de Moneda, con los sueldos y salarios
que van asignados y bajo las

215
proposiciones, método y forma que se prescriben en las respectivas ordenan
zas formadas para el gobierno de la labor de monedas de oro y plata que se
fabrican en la de esta ciudad, impresas el año de mil setecientos cincuenta y
nueve, y con arreglo a las instrucciones que en la ocasión se le comunican
con esta fecha al señor Presidente de la Real Audiencia de
Chile, a quien
igualmente se le dirigirá este decreto, que queda estampado en los autos de
la materia y tomada razón de su contenido en el libro de órdenes y bandos. -

Lima, doce de marzo de mil setecientos setenta y dos.- Amat.- Pedro Juan
Sanz.- (Una rúbrica).
Es copia de su original.- Lima, siete de marzo de mil setecientos seten
ta y seis.- Josef de Garmendia.- (Hay una rúbrica).

Nombramientos hechos por el virrey del Perú para la Real Casa de


Moneda de Santiago de Chile:

Superintendente don Estanislao de Landazuri $ 3.000


Contador don Bernardino de Altolaguirre „ 2.050

Tesorero, el que lo era, Marqués de Casa Real ,,2.050


Primer ensayador interventor don Domingo de Eyzaguirre 1.500

Guarda- materiales y maestro de moneda, que sirva también de guar


da-vista de la fundición, don Gregorio Ugarte 450

Oficial de tesorería, que igualmente sirva de ayudante de balanzario


300
y contador de moneda, don Diego Sáez „

$ 9.350

Lima, cuatro de marzo de mil setecientos setenta y seis.- Josef de


Garmendia.- (Hay una rúbrica).

Nombramientos hechos por el Presidente de Chile para la Real Casa


de Moneda de Santiago:

Tesorero interventor don Josef Antonio de Alcalde $ 000


500
Segundo ensayador don Agustin Infante „

don de Santa Cruz 550


Juez de balanza Juan „

Fiel de moneda don Ramón del Pedregal 1-00° „

1-00°
Fundidor mayor don Salvador de Trucios >,

Guarda-cuños, con cargo de suplir en sala de libranza de con

30°
tador de moneda, don Nicolás del Pozo »

Tallador mayor el que lo era antes, don Manuel Ortega, con su


1-400
oficial y aprendiz »

Oficial de Contaduría, con cargo de suplir ausencias y enferme


48°
dades del balanzario, don Bernardo Yaneti »

20°
Escribano don Luis Luque Moreno »

300
Cerrajero, oficial y soplador Rafael Ros »

216
Por el Superintendente de la referida Casa:

Portero con el sueldo de $ 200


Sirviente „
90
Guarda de noche „ 150

$ 6.170

Lima, cuatro de marzo de mil setecientos setenta y seis.- Josef de


Garmendia.- (Hay una rúbrica).- (Archivo General de Indias, est. 110,
caj. 3, leg. 17).

217
DOCUMENTO N." 7.

Informe que hace el señor Superintendente manifestando la dificultad


que hay para labrarmoneda menuda de plata, y pidiendo que por el Supre
mo Gobierno se delibere si con atención a lo expuesto se ha de suspender
dicha labor continuándola con arreglo a ordenanza hasta que se fabrique
nueva Casa y aperada de molinos y máquinas.- 5 de mayo de 1778.

Muy ilustre señor Presidente:- El Superintendente interino de esta


Real Casa de Moneda, anhelando ajustar el gobierno económico y directivo
de ella a las soberanas intenciones y voluntad del rey, nuestro señor, y con
presencia de sus últimas reales órdenes sobre fábrica de nueva moneda menu
da para el recojo de la macuquina, de lo que sobre esta materia han informa
do a V. S. el señor superintendente don Estanislao de Landazuri y demás
ministros en 20 de octubre de 774, 7 de julio, 25, 30 de agosto y 10 de
septiembre de 75, para hacer constar el deplorable estado de dicha real casa
é imposibilidad de dar pronto despacho por la falta de oficinas, estrechez de
las que hay, no tener las máquinas necesarias, y en especial la de molinos, hace
presente a V. S. que, hallándose, sin embargo, esta provisional casa en los
mesmos términos que entonces, en orden a sus estrecheces, y falta de esta

última máquina, y, por tanto, precisada a trabajar en dos o tres yunques,


(porque ni para aumentar su número y de correspondientes recochas é hile
ras da lugar) ha experimentado que velando el Superintendente sobre los
trabajadores, como lo hace, necesita de cincuenta días, poco más o menos,
para labrar siete monedas en doces, reales y medios, y con tanto costo que
excede sobre un cincuenta por ciento del importe de derechos que S. M. tiene
en ellos, y
que sólo puede costearse la labor de plata, y dejar alguno, aunque
corto útil, al real haber, haciéndola de moneda doble, de la que en diez días

se rinden labrados los mismos siete décimos.


Como esto absolutamente penda de la estrechez de la Casa, falta de
oficinas y máquinas de molinos, siendo insuperable, a menos que se fabrique
la nueva y construyan éstos, no puede vencer el más vigilante celo los obs
táculos de la demora y demasiado costo, si todas las barras de plata se han
de reducir a moneda menuda, pues aunque se quiera entrar por el partido de
no
reparar en gastos, a fin de que cuanto antes se vean cumplidas dichas
reales órdenes, es constante que no puede ser en breve, no admitiendo la
escasez de terreno el
trabajar más que en dos o tres yunques, como es dicho;
si se pudiesen poner muchos de éstos, aunque toscos instrumentos, con la
abundancia de gente y el mucho costo de jornales, materiales y mermas, po
dría beneficiarse en menos tiempo el deseado objeto, pero a la vista está el
imposible.
Habiendo, pues, de ejecutarlo en los términos dichos, es claro que

219
con mayor prontitud se verá recogida toda la moneda macuquina, si primero
se tratade la fábrica de la Casa y construcción de molinos para labrar la
menuda, que si se continúa labrándola en los pocos yunques expresados.
Bajo de estos principios y con reflexión a que no se persuadirá el
Rey, nuestro señor, del fatal estado de esta Casa, por sus estrecheses, falta
de oficinas y máquinas, y, por consiguiente, del demasiado costo y dilatadí
simo tiempo que se impenderá en el recojo de moneda macuquina, si se ha de
hacer como hasta ahora; y, sin embargo de que se está actualmente tratando
de la nueva fábrica de Casa, consulta a V. S. el Superintendente si será más
conforme a la voluntad y reales órdenes del Rey, nuestro señor, el que siga
labrando las barras de plata en moneda menuda, aunque tan costosa a su real
haber y de tanta demora, que se deja conocer pide muchos años, y más que
la fábrica de la Casa y molinos, con acuñar en ella y ellos la referida moneda;
o si, atendidas estas circunstancias, se ajustará más a sus reales intenciones el

se laboree
que mientras se verifican ambas construcciones de casa y molinos,
la plata, labrando en menudo la sexta parte, como previenen las reales orde
nanzas, o más, Ínterin alcanzan a los gastos los reales derechos, de modo que
caminando con esta atención, ya que el real haber no tenga creces por razón
de lo de la plata, no padezca las crecidas pérdidas que lleva expuestas si toda
a ordenanza
se fabrica de doces, reales y medios, pues si se acuñase con arreglo

sólo dicha sexta es el beneficio que resultaría al real erario, por


parte, seguro
desde se consuman todos en la labor de dicha plata.
que luego no

Para el Superintendente no es indiferente el tomar el uno o el otro me


dio, estando ordenado por S. M. que se fabrique la moneda menuda antes de
recoger la macuquina, pero si lo es el
asistir a las operaciones, sean estas de
o reales, lo que desea es acertar y servir útilmente
al Rey, nuestro
pesos
señor. Esto lo ejecuta y ejecutaría en adelante con el amor, celo y actividad

a que es obligado, y nada le quedará que hacer a fin de que en cualquiera de


los modos dichos se verifique lo que quiere y es su real ánimo; por lo que,
y estando V. S. instruido
de él, mediante que tiene el archivo de sus reales
en el se sirva deliberar y comunicarle lo que sobre
reino, espera
disposiciones
la materia vea y reconozca ser más conforme a ella.
Real Casa de Moneda de Santiago de Chile y mayo 5 de 1778.-
Bernardino de Altolaguirre.-
Consultas é informes, folio
( Libros de la antigua Casa de Moneda.
44 vita, y sigts.).

220
DOCUMENTO N.9 8.

Para que en los reinos de las Indias se publique y observe la inserta

real pragmática sobre el aumento con que deben correr las monedas de oro.-
24 de julio de 1779.- (Impreso).

El Rey.- Virreyes, Audiencias, presidentes, gobernadores, intendentes,


oficiales reales y demás ministros de mis reinos de las Indias a quienes en
cualquier modo tocare lo contenido en este mi real despacho. Sabed que en
estos de España se ha publicado la real pragmática sanción que para el aumen
to con que deben correr en lo sucesivo las monedas de oro me he dignado

expedir, con fecha en Madrid a diez y siete del corriente mes de julio. Y por
real orden del siguiente día diez y ocho la he comunicado a mi Consejo de
las Indias, para que expida las cédulas correspondientes a esos dominios, a fin
de que llegue a noticia de todos mis vasallos residentes en ellos la referida
real pragmática, que es del tenor siguiente:- Don Carlos, por la gracia de
Dios, rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de
Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de
Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los
Algarbes, de Algecira, de Gibraltar, de las Islas de Canarias, de las Indias
Orientales y Occidentales, Islas y Tierra firme del Mar océano, Archiduque
-

de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante y de Milán, Conde de Abspurg,


de Flandes, Tirol y Barcelona, señor de Vizcaya y de Molina, etc. Al serení
simo principe don Carlos Antonio, mi muy caro y amado hijo, a los infantes,
prelados, duqvies, condes, marqueses, ricos-hombres, priores de las Ordenes,
comendadores y sub-comendadores, alcaides de los castillos, casas fuertes y
llanas, y a los del mi Consejo, presidentes y oidores de las mis Audiencias,
alcaldes y alguaciles de la mi casa, corte y cnancillerías, y a todos los co
rregidores, asistentes, gobernadores, alcaldes mayores y ordinarios, merinos,
concejos, universidades, veinticuatros, regidores, jurados, escuderos, oficiales
y hombres buenos y otros cualesquier mis subditos y naturales, de cualquier
estado, dignidad o preeminencia que sean o ser puedan, de todas las ciudades,
villas y lugares de estos mis reinos y señoríos, así de realengo como de seño
río, abadengo y Ordenes, que ahora son, como a los que serán de aquí adelante,
y a cada uno y cualquier de vos a quien esta mi carta y lo en ella contenido
toca o pueda tocar en
cualquier manera. Sabed que manifestando la expe
riencia los grandes perjuicios que padecen el Estado y mis vasallos de no
guardarse entre las monedas de oro y plata aquella debida proporción que
las corresponde, por no haberse extendido a las de oro el aumento que se dio
al peso ó escudo de plata por la real pragmática que se promulgó en diez y
seis de mayo de mil setecientos treinta y siete por el señor rey don
Felipe
Quinto, mi augusto padre, en que se mandó corriese por veinte reales de

221
vellón;y deseando ocurrir a estos inconvenientes, mandé examinar este asun
to
por ministros de mi satisfacción, con toda la reflección que pide su gra
vedad; y con inteligencia de lo que me propusieron, por decreto señalado de
mi real mano de quince de este mes,
dirigido al mi Consejo, que fué publi
cado y mandado cumplir en el hoy día de la fecha, he resuelto que desde el
día de la publicación de esta mi carta el doblón de a ocho, que por aquella
pragmática se dejó en
quince pesos de a veinte reales y cuarenta maravedises,
valga diez y seis pesos fuertes cabales, siendo del nuevo cuño, y que del anti
guo tenga los cuarenta maravedises de aumento, y a esta proporción las mo
nedas subalternas de su clase, a cuyo respeto deberá correr el doblón de a
cuatro por ocho pesos duros, por cuatro el doblón de oro y por dos el escudo,

que era el mismo valor que correspondía al oro si hubiese sido recíproco el
expresado aumento de la plata; por cuyo medio no sólo se asegura la debida
proporción entre una y otra moneda, como siempre se ha observado en mis
dominios de América, donde justamente se da al doblón de a ocho el de diez
y seis pesos fuertes, con total arreglo a sus reales ordenanzas de primero de
agosto de mil setecientos y cincuenta, sino que se facilita el transporte del
oro de ellos a estos reinos, dificultando al mismo tiempo su extracción, que

por precisa consecuencia se ha sufrido hasta ahora. Y siendo inexcusable,


para que no quede subsistente la mayor parte de estos inconvenientes, se au
menten a proporción los veintenes de oro, que es la moneda provincial para
estos reinos, hallándose en ellos respectivamente el propio valor intrínseco
que la nacional, con muy corta diferencia; he resuelto, igualmente, que
en

corra cada uno por veinte y un reales y cuartillo de vellón, que es el que
tiene la posible proporción con el aumento que por esta resolución doy a la
nacional. Y pudiendo con este motivo suscitarse las mismas dudas que se han
controvertido con el de los anteriores aumentos, sobre el pago de deudas por
vales, escrituras y otros cualesquier contratos, es mi real voluntad se proceda
en ellas conforme a lo dispuesto por autos acordados y reales
decretos de
catorce de enero y ocho de febrero de mil setecientos veinte y seis. Todo
lo
cual quiero se guarde, cumpla y ejecute, y, por tanto, os mando a todos y
y partidos lo hagáis así
ob
cada uno de vos en vuestros distritos, jurisdicciones
servar, cumplir y ejecutar, según y como por esta ley y pragmática-sanción
se refiere y declara, y como si fuera hecha y promulgada en cortes; y contra
su tenor y forma unos ni otros no vais, ni paséis, ni
consintáis ir ni pasar
en manera alguna, por deberse practicar, como mando se
practique, esta mi
desde el día se publique en Madrid,
real deliberación inviolablemente, en que
cuya diligencia se ha de
hacer también en las ciudades, villas y lugares de
el
todos mis reinos y dominios, puertos secos y mojados, a fin de cautelar
riesgo con que la malicia suele ilícitamente interesarse en providencias semejan
tes, por convenir así a mi real servicio, causa pública, quietud y conveniencia
de mis vasallos. En su consecuencia, os mando que, teniéndolo
entendido,
hagáis, cada uno en la parte que os toca, se observe y cumpla puntualmente

222
esta mi real determinación, dando para ello las órdenes y providencias que
conduzcan. Fecha en San Ildefonso, a veinte y cuatro de julio de mil setecien
tos setenta y nueve.- Yo el Rey.- Por mandado del Rey, nuestro señor.-

Miguel de San Martin Cueto.

223
DOCUMENTO N." 9.
el año 1944.
Especies Valoradas en uso en

B.l.a POSTALES

0.05 $ 0.20 $ 0.50 2.00

0.10 ,,
0.30 >!
1.00 5.00

0.15 ,,
0.40 1)
1.80 10.00

Boletines $ 1.50 $ 3.00

B.l.k CORREO AEREO

$ 0.10 $ 0.50 $ 3.00 $ 20.00


0.15 0.60 4.00 íi 30.00
0.20 0.70 5.00 ■*y 40.00
0.25 0.80 6.00 ji
50.00
0.30 1.00 8.00
0.40 2.00 10.00

B.l.L LINEA AEREA

$ 0.10 I 0.50 $ 0.90 4.00


0.20 0.60 „ 1.00 5.00
0.30 0.70 „ 2.00 10.00
0.40 0.80 „ 3.00

B.ll.a TERRITORIO MARÍTIMO

$ 0.10 2.00 $ 20.00 $ 200.00


0.20 5.00 „ 50.00 „ 500.00
1.00 10.00 „ 100.00 „ 1,000.00

C.26.e CIFRA NEGOCIOS

$ 5.00 20.00 $ 50.00 $ 100.00

C.34.b PAPEL SELLADO

$ 0.50 1.00 $ 2.00

225
IMPUESTOS

$ 0.05 $ 0.50 $ 10.00 200.00


0.10 „ 1.00 „ 20.00 500.00
0.20 2.00 50.00
„ „ 1,000.00
0.40 „ 5.00 „ 100.00

PÓLIZAS

Cabotaje 0.50
Internación 2.00
Exportación 2.00
Postales Internación 2.00

RECIBOS DE ARRIENDO

0.20 $ 0.50 $ 1.00

RECEPTORES LEY N.9 5931

0.10 $ 0.20 $ 0.50 1.00

NOTARIOS LEY 5948

0.10 $ 0.20 $ 0.50 1.00

C.35. CIGARRILLOS NACIONALES ETC.


C/. Cía. Chilena s/g.

$ 0.47 $ 0.80 $ 1.50 2.16

0.60 »>
0.90 >5 1.70 2.38
0.70 ?5
1.00
Con goma . . .
....
$ 1.70 2.38

NACIONALES, s/g.
0.80 1.50 2.38
$ 0.38
0.90 1.60 2.60
0.47
1.00 1.70 2.93
0.60
0.70 1.10
2.93 3.48
Con goma

226
IMPORTADOS, c/g.

0.40 0.75 1.50


$ 0.10
0.45 0.90 1.90

0.15
0.25 0.60 1.20 2.25


0.30
0.40
Estampillas
TABACO NACIONAL c/g.

0.35 $ 0.70 $ 1.40

IMPORTADOS

0.35 $ 0.70 $ 1.40 2.621

0.52J4 1.05 „
2.10

PUROS NACIONALES

$ 0.06 $ 0.42 $ 0.78 $ 1.20

0.12 0.48 ■)■)


0.84 1.26
0.18 0.54 ?>
0.90 1.38
0.24 0.60 ,, 0.96 1.50
0.30 0.66 ,, 1.08 1.80
0.36 0.72 ») 1.14 2.10

IMPORTADOS

$ 0.05 $ 0.60 $ 1.20 $ 1.80


0.10 0.70 ■)•> 1.30 1.90
0.15 0.75 1.35 2.10
0.25 0.85 1.45 2.40
0.30 0.90 1.50 2.70
0.40 1.00 1.60 3.00
0.45 1.05 1.65 3.90
0.55 1.15 1.75

CAJAS PUROS IMPORTADOS

1.00 $ 5.00 $ 20.00 50.00


2.00 10.00

227
C.36.L RECONOCIMIENTO LICORES

Nacionales 5.00 el mil


Importados 5.00 el mil

C.36.L VINOS NACIONALES

0.05 $ 0.50 $ 1.10 $ 2.00


0.10 0.55 1.20 2.10
0.15 0.60 1.30 2.20
0.20 0.65 1.40 2.30
0.25 0.70 1.50 2.40
0.30 0.75 1.60 2.50
0.35 0.80 1.70 3.00
0.40 0.90 1.80 4.00
0.45 1.00 1.90 5.00

VINOS IMPORTADOS

0.20 5.60 10.40 $ 15.20


1.00 5.80 10.60 15.40
1.20 6.00 10.80 15.60
1.40 6.20 11.00 15.80
1.60 6.40 11.20 16.00
1.80 6.60 11.40 16.20
2.00 6.80 11.60 16.40

2.20 7.00 11.80 16.60

2.40 7.20 12.00 16.80


2.60 7.40 12.20 17.00
2.80 7.60 12.40 „
17.20

3.00 7.80 12.60 17.40

3.20 8.00 12.80 17.60

3.40 8.20 13.00 17.80

3.60 8.40 13.20 „


18.00
8.60 13.40 18.20
3.80
8.80 13.60 18.40
4.00
4.20 9.00 13.80 18.60
9.20 14.00 18.80
4.40
9.40 14.20 19.00
4.60
9.60 14.40 19.20
4.80 „

9.80 14.60 19.40


5.00
10.00 14.80 19.60
5.20 „

10.20 15.00 19.80


5.40
20.00
228
C.37.a. ESPECÍFICOS Y ART. DE TOCADOR

Estampillas Específicos

0.20 $ 0.50 $ 2.00 $ 5.00


0.30 „
1.00 „
3.00 „
6.00
0.40 „
1.50 „ 4.00

Estampillas Tocador

0.20 $ 3.00 $ 8.00 $ 40.00


0.30 „ 4.00 „ 9.00 „ 50.00
0.50 „ 5.00 „
5> 10.00 „ 60.00
1.00 6.00 Sí 20.00
2.00 7.00 55 30.00

Fajas Tocador

$ 1.00 5.00 $ 9.00 40.00


)) 2.00 6.00 ■>•> 10.00 50.00
1) 3.00 7.00 it 20.00 60.00
5) 4.00 8.00 j) 30.00

C.37. c. BEBIDAS ANALCOHOLICAS

$ 0.20 0.40 $ 1.00

C.38. BARAJAS

Naipes Nacionales

$ 0.10 0.50 $ 2.00 $ 4.00


0.20 1.00 3.00 >! 5.00

Naipes Importados
$ 0.10 1.00 $ 2.25 $ 2.50
)) 0.20 2.00

C.39. PIEZAS MUSICALES

$ 0.50 LOO $ 2.00 3.00


$

229
C.50.a. TURISMO

$ 0-50 $ 5.00 $ 10.00 $ 50.00


1.00

C. 5 1 .b. ENCENDEDORES AUTOMÁTICOS

Discos $ 10.00

C.51.C. FÓSFOROS

$ 0.01,5 $ 0.04,5

C.59. RECLUTAMIENTO

$ 0.50 $ 3.00 $ 15.00 $ 100.00


1.00 „ 5.00 „ 20.00 „ 200.00
„ 2.00 „ 10.00 „ 50.00 „ 500.00

C.63 LEY N.9 7764

$ 0.20 $ 1.00 $ 10.00 $ 100.00


0.50 „ 5.00 „ 50.00 „ 500.00

230
DOCUMENTO N.9 10.

N.9 1061/222
JMF/ERF

Modificación diámetro nueva moneda de Un Peso.

Santiago, 23 de Diciembre de 1941.

Señor Ministro:

En la reunión efectuada esta mañana en la sala de US. se acordó


modificar, a
petición del Banco Central, el tamaño propuesto por la Superin
tendencia para la moneda de Un Peso, fijándole el mismo diámetro que el
aceptado para la moneda de 5 pesos.
En el Decreto que fija las características de las nuevas monedas, para
la de Un Peso se especificará, en consecuencia, 7,5 gramos y 25 milímetros
y tolerancias de 22.50 gramos en 1.000 piezas y de 0.20 gramos en una pieza.
En la primera parte del artículo l.9 deberá decir: Anverso de las monedas de
5,2 y 1 peso y al final del mismo artículo: Las monedas de cinco, de dos y
de un peso tendrán en el canto un cordoncillo de ranuras verticales.
La Superintendencia, al proponer los tamaños y pesos de las monedas
que se indicaron en el oficio N.9 1041/222, tomó en consideración la capa
cidad de producción de los Talleres, el valor intrínseco de las monedas y la
facilidad para diferenciarlas entre sí y de las actualmente en circulación. El
infrascrito era especialmente contrario a acuñar una moneda de bronce de un
tamaño como el que ha pedido el Banco Central ahora, porque la experiencia
ha demostrado que dichas monedas toman pronto muy mal aspecto y presen
tan menos dificultades
para su falsificación.
Me permito hacer notar a US. que en la forma acordada habrá en
Chile dos monedas de igual diámetro y peso: la de uno y la de cinco pesos.
Sería entonces indispensable establecer, por lo menos, una diferencia en los
pesos, que podrían quedar en la siguiente forma:

% 5.- Peso 6.5 gramos Diámetro 25 milímetros

* 2- » 5.5 „ „ 23

$ 1- „ 7.5 „ „ 25

AL SEÑOR MINISTRO DE HACIENDA.

231
Naturalmente, si se desea evitar los inconvenientes que han tenido
otros países en Sudamérica con sus sistemas confusos de monedas divisiona
rias metálicas, sería preferible, a juicio del suscrito, establecer los siguientes
pesos y diámetros:

Cobre $ 1.- Peso 7.5 gramos Diámetro 25 milímetros

Cobre-níquel $ 5.- Peso 6 gramos Diámetro 23 milímetros


>» >> 2.- „ 5 ,, ,, 21.5 ,,

Cobre $ 0.50 Peso 4 gramos Diámetro 20.5 milímetros


» 0.20 „ 3 „ „ 18
» 0.10 „
2 „ „ 16.5

Dios guarde a US.,

Joaquín Marcó
Superintendente.

232
■ ilimt*»tfrii)»rmH*&l
■Vil !j _;_-> >!jjet i ) :* w : j t ft M littWt|HlMI>i*MiltM

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ESTAMPILLAS LINEA AEREA NACIONAL

[]!SE:.DS CE A MAT::-::V

j£í$;.¡0TECA NaCIüm*l
......

| »Í8LÍ0T£CA' AMERICAN;-,
I ''JOSt TOR'UIO SíEOIM'
(1) Joaquín Marcó, Superintedcnte; (2) Juan S. Barrera, Intendente-Contralor; (3) Enrique Canno-
bbio, Inspector General; (4) Alvaro Vicencio, Jefe de la Casa de Moneda; (5) Javier Recabarren,
Jefe de ¡os Talleres de Especies Valoradas; (6) Raúl Calderón, Jefe de los Almacenes de Materiales;
(7) Dante Superbi, Jefe del Laboratorio Químico; (8) Germán Munita, Jefe de la Sección Prensas
de Acuñar; (9) Alberto Reeves, Ayudante de Talleres de Especies Valoradas; (10) Hernán Martí,
Jefe de la Sección Fielazgo; (11) Aquiles Gallardo, Inspector de Fundición; (12) Manuel Riqué,
jefe de Fotograbado; (13) Arturo Césped, Jefe de la Sección Taille Douce; (14) Aurelio Muñoz, Jefe
de la Sección Tipografía; (15) Alberto Vergara, Jefe de la Sección Guillotina; (16) Fernando Ossa,
Ayudante del Inspector General; (17) Manuel Caballero, Oficial de Contabilidad; (18) Eduardo
Delfín, Oficial de Contabilidad; (19) Alejandro Moya, Jefe de la Sección Offset; (20) James Philip,
Grabador Jefe.

BIBLIOTECA NACiOWA!.;
.
BIBLIOTECA AMERICANA I
"JOSÉ TORIBIQ MEDINA^
( j

233
(21) Alberto Rojas, Ayudante del Laboratorio; (22) Armando Orellana, Jefe de la Sección Revisión
de Billetes de Banco; (23) Julio Díaz Valdés, Jefe de la Maestranza; (24) Manuel Donoso, Pesador
de Metales; (25) Artemio Gutiérrez, Oficial de la Casa de Moneda; (26) Fernando Latuz, Ayudante
del Almacén de Materiales; (27) Manuel Benavente, Ayudante de la Casa de Moneda; (28) Carlos
Castro, Inspector de Fielazgo; (29) Rene Thenot, Grabador de la Casa de Moneda; (30) Alberto
Matthey, Dibujante de los Talleres de Especies Valoradas; (31) Francisco Solar, Jefe del Almacén de
Especies Valoradas; (32) Graciela Maturana, Dactilógrafa; (33) María Clavel, Visitadora Social; (34)
Eduardo Torres, Inspector de Acuñación; (3 5) Osear González, Secretario, Oficial de Fé Pública;
(36) Lucía Acuña, Dactilógrafa; (37) Eduardo Rubilar, Oficial de Partes; (38) Carlos Moya, Cajero
y Habilitado; (39) Delia Coo, Ayudante de Caja; (40) Amadeo Romero, Contador y Oficial del
Presupuesto; (41) Desiderio González, Oficial de Contabilidad; (42) Juan Llobet, Oficial de Conta
bilidad.

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¡BIBLIOTECA NACIOJNALl
j BIBLIOTECA AMERICANA ¡
| \\m TOfi'BlO MEDINA"
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234
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(1) Lucía Mancheño. (2) Eliana Rojas. (3) Mercedes Vera. (4) Alfredo Pardo. (5) Elena Vera. (6)
Irma Santander. (7) América Rojas. (8) Aída Díaz. (9) Pedro Candia. (10) Santiago Fajardo. (11)
Víctor Campusano. (12) Mario
López. (13) Rolando Opazo. (14) Baltazar Candia. (15) Pedro Ro
dríguez. (16) José Abarzua. (17) Orlando Sánchez. (18) Mario Rodríguez. (19) Sergio Meló. (20)
Alamiro Campos. (21) Héctor Olea. (22) José Lazo.
(23) Raúl Pino. (24) Rodolfo Aravena. (25)
Manuel Araneda.

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■■'•i.¡UI,lí-\L!
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.-\Mr.'hlC,vNA- ;

235
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(1) Pedro Vargas. (2) Agustín Pizarro. (3) Joaquín Neyra. (4) Guillermo Sanceloni. (5) Manuel
Campos. (6) Eduardo Vargas. (7) Arturo del Fierro. (8) Delfín Guevara (9) Camilo Valenzuela
(10) Samuel Toro. (11) Juan Martínez. (12) Manuel Domínguez. (13) José Lacombe. (14) Pedro
Vallejos. (15) Enrique Gore. (16) Juan Bello. (17) Antonio Santos. (18) Domingo Araya. (19) Ru-
decindo Puente. (20) Isaías González. (21) Luis Capelacci. (22) Solano Ocaranza. (23) José Quin-
tino. (24) Tomás Cárdenas. (25) Sergio Bonilla.

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i & IBLiOTtX'A NACIÓME.
BIBLIOTECA AMERICANA \

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236
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: 1 •■■■:, .

(1) Segundo Araya. (2) Ricardo Vidal. (3) Emilio Balbontín. (4) Domingo Várela. (5) Máximo
Araya. (6) Humberto Opazo. (7) Ramón Salazar. (8) Ruperto Escobar. (9) Jerjes Pineda. (10)
Roberto Moneta. (11) Armando Vallejos. (12) Hugo Santander. (13) Flovio Candia. (14) Humber
to Romero.
(15) Manuel Rojas. (16) Jorge Moya. (17) Pedro Bissiéres. (18) Santiago Nattino.
(19) Guillermo Rojas. (20) Octavio Acevedo. (21) Luis Pacheco. (22) Carlos Romero. (23)
Manuel Castro.

¡tíiULiúl ti' A iNAL'lUrlAÍ.!


í i
j ¡íi'á'Jrí'nXk AMERICANA í
\ ;uQ8E TORIBIO MEDINA" I

237
(1) Manuel Díaz. (2) Humberto Jiménez. (3) Luis Poblete. (4) Alfredo Echeverría. (5) Eugenio
Quintana. (6) Emilio Ortega. (7) Juan Loyola. (8) Humberto 2.° Jiménez. (9) Juan Opazo. (10)
Lorenzo Osorio. (11) Armando Araya. (12) Emilio Scaramelli. (13) Arturo Cepeda. (14) Aniano
Berenguela. (15) Raúl Jara. (16) Luis Aceitón.

238
(^

(1) Enrique Hernández. (2) Orlando Rojas. (3) Mario Cáceres. (4) Benamor Herrera. (5) Gre
gorio Nieto. (6) Francisco Cartagena. (7) Julio Labra. (8) Raúl Carrasco. (9) Pedro Tello. (10)
Abraham Valdés. (11) Eduardo Carrasco. (12) Sergio Blume. (13) Samuel Moya. (14) Pedro Roc-
co.
(15) Sebastián Moraga. (16) Héctor Pizarra. (17) Rodrigo Muñoz. (18) Juan Bollo. (19)
Guido Flores. (20) Belisario Espinoza. (21) Adrián Araos. (22) Ruperto Valenzuela. (23) José Que-
zada. (24) Héctor González. (25) Juan Silva. (26) Jorge Ortega.

239
O ^ ® O CS

Lamben. (4) Gustavo Marambio. (5) Arturo Nieto


(1) Carlos Moreno. (2) Isidoro Becerra. (3) Luis Ale
Waldemar Urrejola. (10)
(6) Santiago Quintana. (7) Renato Puente. (8) Julio Figueroa. (9)
Hernán Vergara. (12) Germán Guzmán (13) Luis Berrios (14) Roberto
jandro Vásquez. (11) Poblete. Walterio Jofré
Miranda. (15) Jorge de Calixto (16) Ruperto Santana. (17) Julio (18)
Macchiavello. Sergio Elgueda. (22) Raúl Aliste. (23)
(19) Enrique Herrera. (20) Leonardo (21)
Mario Ramírez. (27) Rene Toro.
Emilio Riquelme. (24) Manuel Mejías. (25) Orlando López. (26)
Rubén Willansons.
(28) Manuel Celis. (29) José Argandoña. (30)

240
r> ^
^
9 . - rs

Luis
(1) Manuel Espinoza. (2) Heriberto Herrera. (3) Orlando Peña. (4) Esteban Giordano. (5)
Apiolaza (6) Arnaldo Fuentes. (7) Osvaldo Vargas. (8) Manuel Inostroza. (9) Rene Achiú. (10)
Vicente Várela. (11) Alberto Peña. (12) Luis Rojo. (13) Alberto Núñez. (14) Sergio Moran. (15)
José Espinoza. (16) Enrique González. (17) Baltazar Espinoza. (18) Heriberto Reyes. (19) Luis Sa-
lazar. (20) Jorge González. (21) Marta Bravo. (22) Modesta Gamboa. (23) Vitalia Jara. (24) Lu
cinda Soto. (2 5) Eliana López. (26) Elsa Osorio. (27) Aída Salas.

241
(1) Carlos Tobar. (2) Fernando López. (3) Roberto Espinoza. (4) Juan Flores. (5) Manuel Araya.
(6) Héctor Espinoza. (7) Florencio Jorquera. (8) Juan, Cáceres. (9) Humberto Salas. (10) Gui
llermo López. (11) Manuel Gálvez. (12) Mario Mardones. (13) Renaldo Frías. (14) Darío Riquel-
me. (15) Roberto Morales. (16) Arturo Farfán (17) Francisco Vetterlein. (18) Bernardo Kelly.
(19) Héctor Arredondo. (20) Rosendo Saavedra (21) Julio Camus. (22) Augusto Alarcón. (23)
Guillermo Clavería. (24) Isper Rodríguez. (25) Guillermo Millán. (26) Orlando Jara. (27) Juan
Bulnes.
Ortega. (28) Luis González. (29) Raúl Hernández. (30) Hernán Loyola. (31) Fernando
Gastón Passi. (33) Eustorgio Morales. (34) Antonio Ferlice. (3 5) Carlos Vargas. (36) Jor
(32)
ge Bustos.

242
(1) María Vivanco (2) Silvia Cañete. (3) Laura Saavedra (4) Osear Ortiz. (5) Juan 2.9 Espinoza.
(6) Juan Espinoza. (7) Eduardo Vásquez. (8) Lorenzo González. (9) Germán Escobar. (10) Ma-
nuel Venegas. (11) Heriberto Salazar. (12) Ernesto Riquelme. (13) Nazario Espinoza. (14) Ricar-
do Navarrete. (15) Raúl Araos. (16) Manuel Lavín. (17) Manuel Mondaca. (18) Adriana Faúndes.
(19) Bernarda Celis (20) Aída Bustamante.

243
(1) Cipriano Garcés. (2) Arturo Trujillo. (3) Humberto Jiménez. (4) Ignacio de Rossi (5) Juan
Rebolledo. (6) Pedro Antunez. (7) Carlos Guerrero. (8) Lorenzo Osorio. (9) Tránsito Villarroel.
(10) José González. (11) Samuel Ángulo. (12) Manuel Verdugo. (13) Osear Ortiz. (14) Manuel
Venegas. (15) Humberto 2.9 Jiménez. (16) Luis Caro. (17) Exequiel Rubio. (18) Pedro Rojas.
(19) Juan Espinoza. (20) Luis A. Caris. (21) Juan 2.<? Espinoza.

244

''4
MONEDAS DE CHILE

1743-1944

SUPERINTENDENCIA DE LA CASA DE MONEDA


Y ESPECIES VALORADAS
MONEDAS ACUÑADAS EN LA CASA DE MONE
DA DE SANTIAGO DE CHILE DESDE 1743 A 1944.

MONEDAS QUE HAN CIRCULADO LEGALMEN-


TE EN CHILE; PERO CUYA ACUÑACIÓN NO SE
HIZO EN LA CASA DE MONEDA DE SANTIAGO.

MONEDAS OBSIDIONALES QUE HAN CIRCULA


DO EN CHILE.

MONEDAS ACUÑADAS PARA OTROS PAÍSES


POR LA CASA DE MONEDA DE SANTIAGO.

MONEDAS EXTRANJERAS CON RESELLO DE


CHILE.

CUÑOS GRABADOS EN CHILE PARA OTROS


PAÍSES.

ALGUNOS PROYECTOS Y PRUEBAS DE MONE


DAS QUE NO CIRCULARON.
MONEDAS ACUÑADAS EN
LA CASA DE MONEDA DE
SANTIAGO DE CHILE
DESDE 1743 A 1944
LOS AÑOS ENTRE PARÉNTESIS CORRESPONDEN A PIEZAS EN

COLECCIONES.

EN LA PREPARACIÓN DE ESTE CATALOGO HAN COOPERADO:

BANCO DE CHILE

ADOLFO ADRIAZOLA

MAYOR RAFAEL ORDONEZ

RAÚL SIMÓN
RAÚL ARTEAGA

EDUARDO BUDGE

ÓSCAR GONZÁLEZ.
FELIPE V

1700-1746
Este rey otorgó a García de Huidobro en 1743 el privi
legio de acuñar monedas en Chile. Se grabaron en Madrid

cuños para las onzas y medias onzas, con el busto y leyen


das del monarca, el año 1744, la inicial J del grabador y
o

la S de la Casa de Moneda de Santiago.


Felipe V falleció en 1746, antes de que la Casa de Mo

neda hubiera iniciado sus labores y entonces fué necesario

grabar nuevos cuños con la efigie del sucesor, Fernando

VI. Pero al ensayar éstos se encontró que no


producían
un sello claro, ya fuera por el alto del relieve o por la
debilidad del volante usado en la acuñación.

Se ordenó entonces probar los cuños traídos de España


por García de Huidobro, y el 22 de Septiembre de 1749

se acuñaron 3 onzas de oro y 3 medias onzas. No se han

encontrado estas monedas, cuyas características deben ser

las del dibujo.

BIBLIOTECA NACIONAL,!
BIBLIOTECA AMERICANA
J
"JOsf H***fl MEDINA" I
FERNANDO VI

2
1746- 1759
ONZA

oro

35.5
0.917
mm
^£jÉlk> <*N
27 G

1750 A 1759
.(1750) (1751)
(1754) (1758)

3
ONZA .

oro 0.917
35 MM

16 G

(1760)

-y

MEDIA ONZA

ORO 0.917
29 MM

13.5 G

(1749) (1750) ^ i**». ■■•••••


PRIMERA MONEDA ACUÑADA EN CHILE EL 10 DE SEP

TIEMBRE DE 1749.

5
MEDIA ONZA

ORO 0.917
29.5 MM

13.5 g

1757

DIBUJOS SEGÚN MEDINA. NO SE CONOCEN EJEMPLARES.

EL PESO DE LAS MONEDAS HA SIDO DADO EN GRAMOS Y EL EN MILÍME


DIÁMETRO,
TROS. LA LEY FINA DE ORO O DE PLATA SE HA INDICADO POR UNA FRACCIÓN. LOS
AÑOS ENTRE PARENTISIS CORRESPONDEN A PIEZAS EN COLECCIONES.

BIBLÍOTSCa fMQONAL
BIBL!ü"¡T;>. AMERICANA. |
"JQSt rOHMO MtOINA" I
FERNANDO VI

1746- 1759
un escudo

oro 0.917
18 MM

3.5 G

1759

7
DURO 8 REALES

PLATA 0.916
38 MM

27 G

(1751) (1758)

EL DURO DE 1751 ES LA PRIMERA MONEDA DE PLATA QUE


SE ACUÑÓ EN CHILE.

MEDIO REAL

PLATA 0.916
16 MM
1.7 G

1756

CARLOS III

1759 -
1788 9
ONZA

oro 0.917
36 MM

26.9 g

1761 a 1763
(1763)

BUSTO DE FERNANDO VI.

22 O SEA
LAS MONEDAS DE ORO EN ESTA ÉPOCA ERA DE QUILATES
LA LEY DE

0.91666 Y LAS DE PLATA, 11 DINEROS O SEA 0.91666.

.
.
.ü.tOl^CAvPr.Atiibi'l^/.

.u..;.!,;0Ví.!'.A"A:-':'l:^,tl'.'ANÁ
"J0BE TüRitt'O '^'">in<
CARLOS III

1759- 1788
10
ONZA

oro 0.917
38 MM

27 G

1764 A 1771

(1764) (1766)

BUSTO CARLOS III.

11
ONZA

oro 0.917
37.5 mm

27 g

1772 a 1787
(1776) (1780)
(1783) (1787)

LAS LETRAS D A SON LAS INICIALES DE LOS ENSAYADORES

DON DOMINGO EYZAGUIRRE Y DON AGUSTÍN INFANTE.

12
MEDIA ONZA

ORO 0.917
31 MM

13.5 G

1763

13
MEDIA ONZA

ORO 0.917
31 MM

13.5 g

(1784)

! BIBLIOTECA NAClOMLj
BIBLlOTtil'* UiEkKJANAj
"J08É rü^O-MÍDlNA*'-'!
v „„.„,_.
CARLOS III

1759 -

1788 14
un escudo
oro 0.917
18 MM

3.5 G

1763

15
un escudo

oro 0.917
19 MM

3.5 G

(1782)

16
DURO

PLATA 0.916
38 MM

27 g

1760 a 1772

(1760) (1765)
(1766) (1767)

17
DURO

PLATA 0.916
39.5 MM

27 g

1773 a 1788
(1776) (1778)
(1783)

EL DURO DE 1773 ES EL PRIMERO QUE SE ACUNO CON EL


BUSTO DEL REY.

BLIOTe'C'A NACIONAL.
BÍ3LÍÜTEU AMERICANA
j
'

J'J0Sc TQRiíííií -flEOHM"


CARLOS III

1759 -
1788
18
4 REALES

PLATA 0.916
35 MM

13.5 G

(1760)

19
4 REALES

PLATA 0.916
33 MM

13.5 g

(1780)

20
2 REALES

PLATA 0.916
28 MM
6.7 g

1775 a 1789

NO HEMOS VISTO EJEMPLARES DE 1777-1778 Y 1782.

21
UN REAL

PLATA 0.916
21 MM
3.3 g

1773 A 1789
^Hfi»

NO HEMOS VISTO EJEMPLARES DE 1774-76-77-80-81-8 2


83-84-87.

?..BÜ0(LU- ¡Na.C1UíSaL¡
.8I?lí:.>:>X a AjViERlCANk J
..VJQ.Sf. í.íwiU!0 .MEDINA" !
CARLOS III

1759 -
1788 22
MEDIO REAL

PLATA 0.916
16 MM

1.5 G

(1760)

23
MEDIO REAL

PLATA 0.916
17 MM

1.55 g

1761 a 1789
lt V

*-—
:

24
ONZA

oro 0.875
37.5 mm

27 g

(1789) (1790)
& Se >

BUSTO DE CARLOS III.


EL BUSTO DE CARLOS IV.
NO SE ACUÑARON ONZAS CON

25
ONZA

oro 0.875
37.5 mm

27 g

1791 a 1808

21 QUILATES Y LA LEY DE PLATA 0.90277


DESDE 1787 LA LEY DE ORO FUE 0.875 O

O 10 DINEROS 20 GRANOS.

BIBLIOTECA ilACIÜJUi.
BIBLIOTECA AMERICANA

'JOSÉ T0RI8I0 MEDINA"


v„
26
MEDIA ONZA

ORO 0.875
30.5 MM

13.5 g

(1789)

BUSTO DE CARLOS III.

17
MEDIA ONZA

ORO 0.875
30.5 MM

13.5 g

1792

^^^^^^y ^^g^ftx

28
MEDIA ONZA

ORO 0.875
30.5 mm

13.5 G

(1799) (1807)

BUSTO DE CARLOS IV.

29
2 ESCUDOS

oro 0.875
23 MM

6.7 G

(1792) (1801) '. i 'i/4-,- '■'■'■ '■■; %ím!mi >Jkar iTü -■■.
'

AJ -■*» -

oÍ&LLOTlCa iV.CHN.
AtfiERI & '■■
•¡tiLlOTKO

! "J08E IMnm't MECA.'.


CARLOS IV

1788 -

1808 30
un escudo

oro 0.875
19 MM

3.3 g

(1790)

31
un escudo

oro 0.875
19 MM

3.3
(1791)
g
t*m>
i?*

32
un escudo

oro 0.875
19 MM

3.3 g

1793 a 1808

33
DURO

PLATA 0.902 •
:■'.■<$&
39.5 MM §5¡í.v¡y- "h v**- ••-.;.' s. ••.
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27 g "

(1789) (1791) ; / ■
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(BIBLIOTECA ÍVACiOMif
bjbljotecá americana
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""OSÉ TOffíSíO fítDJNV I
CARLOS IV
^sawmirauíjng 1788 -

1808
34
DURO

PLATA 0.902
39.5 MM

27 G

1792

35
DURO

PLATA 0.902
40 MM

27 g

1793 a 1808

4 reales

PLATA 0.902
35 MM

13.5 g (¿n
(1791)

37
4 reales

PLATA 0.902
35 MM

13.5 g

1792

^iV*'

biblioteca nacional!
biblioteca americana

"josé t0ri8iq medina"


CARLOS IV

1788 -

1808
4 reales

PLATA 0.902 *
35
13.5
MM

g
4*v Wb&
1793 a 1807 ^
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v*»ÍA*lmv A\ W

39
2 REALES ^ifiSBñ
PLATA 0.902
28.5 mm

6.7 G

(1789) (1790)

40
2 reales
PLATA 0.902
28.5 mm

6.7 g

(1791)

^.^

41
2 REALES
PLATA 0.902
28.5 mm

6.7 g

1793 a 1808

¡BIBLIOTECA NACÍOIULI
í
BIBLIOTECA ¡uMERK'ANA |
i

"JOSÉ TQfciHit
CARLOS IV

1788 -
1808
42
UN REAL

PLATA 0.902
21.5 MM

3.3 g

(1789) (1790)

tomuiV'

43
UN REAL

PLATA 0.Í 02
21.5 MM

3.21 G

(1791)

44
UN REAL

PLATA 0.902
21 MM

3.3 g

1792 a 1808

45
MEDIO REAL

PLATA 0.902
17 MM

1.6 G

(1789) (1791)

AÉLIOTlCw rtrtúüHíA
.
ABLUjTCU rtMEKIU !•!;■.

\ "JOSÉ fOKIH.K) Í^AA:A


CARLOS IV

1788 -
1808 46
MEDIO REAL

PLATA 0.902
17 MM

1.6 G

(1791)

47
MEDIO REAL

PLATA 0.902
17 MM

1.6 G

1792 a 1808

48
CUARTILLO

PLATA 0.902
13 MM

0.8 G

(1790) (1791)

49
CUARTILLO
PLATA 0.902
13 MM

0.8 G

(1791) (1792)

Í0TECA NA'CIÜft'AfJ

BIBLIOTECA AMEM'i'NA j
"JOSÉ rm>m »hja I
CARLOS IV

50
1788 -

1808
CUARTILLO

PLATA 0.902
13 MM

0.8 G

(1792)

51
CUARTILLO
PLATA 0.902
12 MM

0.7 G

HASTA 1808

POR REAL ORDEN DE 30 DE ABRIL DE 1789 SE MANDÓ


LABRAR EN AMERICA LA NUEVA MONEDA DE "CUARTILLO".
DESDE 1796 LLEVAN LA § Y l/4 A LOS LADOS DEL CASTILLO.

(REAL ORDEN DE 1795).


FERNANDO VII

52 1808 -
1817
ONZA

oro 0.875
38 MM

27 g

(1809) (1810)
(1811)

BUSTO DE FERNANDO VII. CUÑO USADO EN CHILE ÚNICA


MENTE.

53
ONZA

oro 0.875
37.5 mm

27 g

1812 a 1817

BUSTO DE CARLOS IV. LA ONZA DE 18 17 ES ALGO DIFERENTE

r~
BIBLIOTECA MACIOMA:.
BIBLIOTECA AMERICAAa i
"JOSÉ Pinico MEDINA'' |
FERNANDO VII

1808 -
1817 54
MEDIA ONZA

ORO 0.875
30 MM

13.5 g

(1817)

BUSTO DE CARLOS IV.

55
2 ESCUDOS
oro 0.875
22.5 mm

6.52 g

56
un escudo

oro 0.875
19 mm

3.31 g

(1815) (1817)

BUSTO DE CARLOS IV.

57
DURO
PLATA 0.902
40.5 mm

27 g

(1808) (1809) fí
->S\\!

*<££%&
CUNO USADO EN CHILE
BUSTO DE FERNANDO VII.

T
! Aj¡BL10TECA
e NACIONÁLj
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BIBLIOTECA AMr.t-;" "?&
j
"JQ8£ TDftlSiO MtDiKA
FERNANDO VII

58 1808 -

1817
DURO

PLATA 0.902
40.5 MM

27 G

(1810) (1811)

gk¡&'
CUNO USADO EN CHILE ÚNICAMENTE.

59
DURO

PLATA 0.902
40 MM

27 G

1812 a 1817

60
4 REALES

PLATA 0.902
34 MM

13.2 G

(1808) (1811)
(1813) (1815)

BUSTO DE CARLOS IV.

61
2 REALES
PLATA 0.902
27.5 mm

6.5 G

(1809)

BUSTO DE CARLOS IV.

;
AAAHJ

I olBLtOITVa aMEI'I

1 "JOSÉ ÍUKlKiO ¡"L'


FERNANDO VII

1808 -

1817 62
2 REALES
PLATA 0.902
27.5 MM

6.5 G

(1811)

CUNO USADO EN CHILE ÚNICAMENTE.

63
2 REALES
PLATA 0.902
27.5 MM

6.5 g

1810 a 1817

"vgHija

64
UN REAL

PLATA 0.902
21 MM

3.3 G

1809 a 1817

BUSTO DE CARLOS IV.

65
MEDIO REAL

PLATA 0.902 #•1


16.5 MM

1.5 G

1808 a 1817

BUSTO DE CARLOS IV.


-"■--

(biblioteca nacional
BIBLIOTECA aMERíCMíá

"JOSÉ TORíBíO $mw»


FERNANDO VII

66
1808 -

1817
CUARTILLO

PLATA 0.902
12 MM

0.7 G

1810 a 1818

EL DE 1818 SE ACUÑÓ POR LOS PATRIOTAS DESPUÉS DE LA

DERROTA DE ESPAÑA.
BANDO DE 9
67 DE JUNIO DE
ONZA

oro 0.875
áSSsl 1817
Y DECRETO
37 MM

27 G DE 6 DE
1818 a 1834
r ¡mi FEBRERO DE

1824.
MONEDAS

ACUÑADAS
DE ACUERDO

CON LAS
68
MEDIA ONZA ANTIGUAS
ORO 0.875
ORDENANZAS
30 MM

13.5 g
REALES.
1826 a 1834 PRIMERAS

MONEDAS DE
CHILE

INDEPEN

DIENTE.

69
1 ESCUDOS
oro 0.875
22 MM

6.7 g

1826 a 1834

;
jí ¡J-

ÜlBLIOTEt A AMERICAN.*

"J08E T0WHIU MEDINA"


BANDO DE 9
DE JUNIO DE 70

1817 un escudo

oro 0.875
Y DECRETO
19 MM

DE 6 DE 3.3 G

1825 a 1834
FEBRERO DE

1824. *¿m
MONEDAS

ACUÑADAS
DE ACUERDO

CON LAS
71
ANTIGUAS UN PESO

PLATA 0.902
ORDENANZAS
39.5 mm ~4 /'
REALES. 27 G tía
PRIMERAS 1817 a 1834 lo
MONEDAS DE
'
CHILE *J i) i
'""uIJ^
INDEPEN CON DIFERENTES INICIALES DE GRABADORES Y VARIACIÓN

DIENTE. EN LA POSICIÓN DE LAS INSCRIPCIONES.

72
2 REALES
PLATA 0.902
28 MM

6.55 g

(1834)

73
UN REAL

PLATA 0.902
20 A 21 MM

3.5 g

(1834)

¡BIBLIOTECA NACIONAL i
BANDO DE 9
DE JUNIO DE
74
MEDIO REAL 1817
PLATA 0.902
Y DECRETO
17.5 MM

1.7 G DE 6 DE

(1833) (1834) FEBRERO DE

1824.

LEY DE 24 DE

75 JUNIO DE
CUARTILLO 1831.
PLATA 0.902
11 MM

0.9 G

(1832) (1833)
(1834)

EL CONGRESO NACIONAL DE PLENIPOTENCIARIOS ESTABLE


CIÓ EL 21 DE ABRIL DE 1831 ESTA MONEDA.

LEY 1 1 17 DE
76 24 DE
DOBLÓN
oro 0.875
-
$ 16.-
¿PE?^ OCTUBRE DE

37.5 mm 1834.
27 G

(1835) (1836)
•>
X'4'^%.
LA X A^-.
(1837) (1838) wj^»sV :>f.''-'*ífff^>>V w 1
WA » rtilih ii i<i< tJj-T»/

"-M*&y

77
4 ESCUDOS -

$ 8.-
oro 0.875
29 MM

13.5 g

(1836) (1837)

imm*

_■ . üLlJ ' 1 ti A Ai.: . .,.:

'JOSÉ 0')HIHIU AA
LEY 1117 DE

24 DE 78

OCTUBRE DE 2 ESCUDOS -

$ 4.
oro 0.875
1834. 22.5 mm

6.7 G

(1837) (1838)

79
un escudo -

$2.-
oro 0.875
18.5 MM

3.3 g

(1838)

80
UN PESO

8 REALES

PLATA 0.902
39 MM

26.7 g

(1839)

81
2 REALES
PLATA 0.902
24.5 mm

6.5 G

1839

BIBLIOTECA NACIONAL j
BIBLIOTECA AMERICANA :

"JOSÉ TORIKh
LEY 1117 DE

24 DE
82
UN REAL OCTUBRE DE
PLATA 0.902
1834.
21.5 MM .

3.35 G

(1836) (1838)
(1840) (1842)

LAS PRIMERAS

83 MONEDAS
MEDIO REAL DE COBRE
PLATA 0.902
CIRCULARON
17 MM

1.6 G EN 1835.
(1838) (1840) FUERON
(1841) (1842)
ACUÑADAS EN

INGLATERRA.
VÉASE
SECCIÓN II.

DECRETO DE
84
17 DE ENERO
DOBLÓN -

$ 16.-
oro 0.875 DE 1839 QUE
36 MM MODIFICÓ EL
27 g
CUÑO DE LAS
(1839) (1841)
(1842) MONEDAS DE

ORO DE LA

LEY DE 1834.

85
2 ESCUDOS $ 4.
oro 0.875
23 MM

6.7 G

1839 a 1845

^ W&RVs
ítCN

\ Z¡^^J
17 DE ENERO

DE 1839 QUE un escudo -$ 2.-


oro 0.875
MODIFICÓ EL
18.5 MM

CUÑO DE LAS 3.3 g

1839 a 1845
MONEDAS DE

ORO DE LA

LEY DE 1834.

UN PESO

8 REALES

PLATA 0.902
38.5 MM

26.6 g

(1848) (1849)

88
2 REALES dtfgBki
PLATA 0.902
23 MM

5.7 g

1843 a 1852

LA LEY DE 18 DE AGOSTO DE 1843 FIJO UN PESO MENOR

MONEDAS DE PLATA DE 2 REALES, UN REAL Y ME


A LAS

DIO REAL.

89
UN REAL

PLATA 0.902
19 MM

3 G

1843 a 1850

USARON DOS CUÑOS CON ALGUNAS VARIACIONES.


SE

üfcLiGTECA .NAC10.NÁLÍ
I
BIBLIOTECA AMERICANA

"JOSfc TORMO VI i ■".■v'í"


LA LEY DE 18
DE AGOSTO DE
90
MEDIO REAL 1843 FIJÓ UN
PLATA 0.902 PESO MENOR
15.5 MM
A LAS
1.6 G

1844 a 1851 MONEDAS DE


PLATA DE 2
REALES,
UN REAL Y

MEDIO REAL.

EL DECRETO
91
DOBLÓN
DE 5 DE
-

$ 16.-
oro 0.875 diciembre de
35.5 mm
1843 dispuso:
27 g
las onzas de
(1844) (1845)
ORO QUE EN

LO SUCESIVO

ACUÑE LA

CASA DE

MONEDA
92
DOBLÓN 16.
TENDRÁN, EN

ORO 0.875 LUGAR DEL


35.5 mm CORDÓN
27 g

1846 a 1851
HASTA AQUÍ
USADO, UN

LETRERO

GRABADO CON

CARACTERES

CÓNCAVOS,
93
QUE DESIGNE
2 ESCUDOS
EL MES EN
oro 0.875
22.5 MM QUE SE
6.7 g
HICIERE CADA
(1846) (1847)
(1851) MONEDA.
LEY DE 9 DE

ENERO DE
94
1851 Y un escudo

oro 0.875
DECRETO
18.5 MM

REGLAMEN 3.3 g

1847 a 1851
TARIO DE 1 9
DE MARZO

DEL MISMO

AÑO.
SE

ESTABLECIÓ
95
EL SISTEMA 10 PESOS

MONETARIO oro 0.9


28.5 mm
DECIMAL.
15.253 g

1851 a 1892

EL DIÁMETRO HASTA 18 5 3 ES 30 MM. Y EL CUNO DIFIERE.

96
5 PESOS
oro 0.9
22.5 mm

7.626 G

1851 a 1877

97
2 PESOS
oro 0.9
17 MM

3.02 g

1856 a 1875

UíftQOTECA NACIONAL
BIBLIOTECA AMERICANA |
;| SW¿Í J"OR¡6)0 MEDINA"
LEY DE 9 DE

ENERO DE
98
UN PESO 1851 Y
PLATA 0.9 DECRETO
37 MM

25 g
REGLAMEN
1853 a 1862 TARIO DE 19
DE MARZO

DEL MISMO

AÑO.
SE

ESTABLECIÓ
99
50 CENTAVOS
EL SISTEMA

PLATA 0.9 MONETARIO


30 MM
DECIMAL.
12.5 G

1853 a 1862

100
20 CENTAVOS
PLATA 0.9
23 MM

5 G

1852 a 1859

101
10 CENTAVOS
PLATA 0.9
18 MM

2.5 G

1851 a 1860
*

«***;:
LEY DE 9 DE

ENERO DE 102
1851 Y 5 CENTAVOS
PLATA 0.9
DECRETO
15 MM

REGLAMEN 1.25 G

TARIO DE 1 9 1851 A 1859

DE MARZO

DEL MISMO

AÑO.
LEY DE 28 DE

JULIO DE 103

1860 UN PESO

ORO 0.9
Y DECRETO
14 MM

REGLAMEN 1.525 g

1860 a 1873
TARIO DE 20

DE AGOSTO

DE 1860

104
20 CENTAVOS
PLATA 0.9
23 MM

4.6 g

(1860) (1861)
(1862)

105
10 CENTAVOS
PLATA 0.9
18 MM
2.3 G

(1860) (1861)
(1862)

BIBLIOTECA NACIÓN A:
BIBLIOTECA AMERICANA

'JOSÉ T0ñl8i0 tfEQXV'


LEY DE 28 DE

JULIO DE
106
5 CENTAVOS 1860
PLATA 0.9
Y DECRETO
15 MM
1.15 G REGLAMEN

(1860) (1861) TARIO DE 20


DE AGOSTO

DE 1860.

DECRETO DE

107
25 DE

UN PESO NOVIEMBRE
PLATA 0.9
DE 1862.
37 MM

25 g'
1862 A 1867

108
50 CENTAVOS
PLATA 0.9

30 MM

12.5 G

1862 a 1867

'«..SSfsi;

109
20 CENTAVOS
PLATA 0.9
23 MM

5 G

1863 a 1867
DECRETO DE

5 DE AGOSTO
no
DE 1864. 10 CENTAVOS
PLATA 0.9
18 MM

2.3 G

1863 a 1869

111
5 CENTAVOS
PLATA 0.9
15 MM

1.15 G

(1865) (1866)

LA LEY DE 21
DE OCTUBRE 112 S%»te
DE 1865 UN PESO '&
PLATA 0.9
ORDENÓ LA 37 MM

ACUÑACIÓN 25 G

1867 A 1891
DE UN

MILLÓN DE

PESOS EN

MONEDAS DE

PLATA DE

ACUERDO CON
113
LA LEY DE 28 50 CENTAVOS

PLATA 0.9
DE JULIO DE
30 MM
1860. 12.5 G

(1867) (1868)
(1870) (1872)

r
BIBLIOTECA
BIBLIOTECA AMERICANA

Mí T0RSBS0 «HF.OINA"
"U
LEY DE 21

114
DE OCTUBRE
20 CENTAVOS DE 1865.
PLATA 0.9
23 MM

5 G

1867 a 1878

115
10 CENTAVOS
PLATA 0.9
18 MM

2.5 g

1867 a 1878

116
5 CENTAVOS
PLATA 0.9
15 MM

1.15 G

1868 a 1878

LEY DE 25 DE

117 OCTUBRE DE

2 CENTAVOS 1870.
70 % cu

20 % NI

10 % ZN

25 MM

7 G

1871 a 1876
LEY DE 25 DE

OCTUBRE DE 118
1870. UN CENTAVO

70 % cu

20 % ni

10
21
%
MM
ZN
1( m
%
5 G

1871 a 1877

119
MEDIO CENTAVO

70 % cu

20 % ni

10 r/'( ZN

19 MM

3 G

(1871) (1872)
(1873)

LEY DE 13 DE

SEPTIEMBRE 120

DE 1778. 2 CENTAVOS
95 % cu
AUTORIZÓ EL
5 % NI

USO DE UNA 25 MM
7 G
ALEACIÓN
1878 A 1894
CON 95% DE

COBRE Y 5%
DE NÍQUEL
PARA LAS

MONEDAS
121
ESPECIFICADAS UN CENTAVO

EN LA LEY DE
95 % CU

5 % NI
25 DE 21 MM

OCTUBRE DE 5 G

1878 A 1898
1870.

i
8ISLI0TECA NACIONAL!
I
BIBLIOTECA AMERICANA j
"JOSÉ TORiaiO MEDINA" |.
122
MEDIO CENTAVO

95 CU

5 7< NI

19 MM

3 G

1883 a 1894

LEY DE 14 DE

123 JUNIO DE

20 CENTAVOS 1879.
PLATA 0.5
23 MM
ESTABLECIÓ
5 G MONEDAS DE
(1879) (1880) PLATA CON
(1881)
0.5 DE FINO

SIN

MODIFICAR EL

CUÑO.

124
10 CENTAVOS
PLATA 0.5
18 MM

2.5 g

1879 a 1887

125
5 CENTAVOS
PLTA 0.5
15 MM

1.25 G

1879 a 1888

iBIBLÍOTLLA NACIONAL
BlBLli». . GERONA

AK18E fitMt-íi'! «tOINA" )


LEY DE 1O DE

AGOSTO DE 126

1886. 2J4 CENTAVOS

95 % CU

5 % NI

27 MM

8 G

1886 a 1898

LEY DE 5 DE

MAYO DE 127

1891. 20 CENTAVOS
PLATA 0.5
AUTORIZÓ 23 MM

MONEDAS DE 4 G

PLATA DE 0.5 (1891) (1892)


(1893)
CON LOS

CUÑOS DE

1879; pero

con 80%
DEL PESO.
128
10 CENTAVOS
PLATA 0.5
18 MM

2 G

(1891) (1892)
(1893) (1894)

129
5 CENTAVOS
PLATA 0 5
15 MM
1.25 G

(1892) (1893;
(1894)

,¿..t0T£CA NACIONAL
BIBLIOTECA AMERICANA

"JOSÉ TOfiíBiü"■v.Vi.iní"
LEY DE 22 DE

130 JULIO DE

20 CENTAVOS 1891.
PLATA 0.2
23 MM
AUTORIZÓ
4.9 G MONEDAS DE
(1891) PLATA CON

0.2 DE FINO.
^fU*^

LEY N." 277,


131 LLAMADA
10 PESOS
DE LA
(provisional)
oro 0.917 CONVERSIÓN
21 MM
METÁLICA,
5.99103 G
DE 1 1 DE
(1895)
FEBRERO DE

1895.

CUNO USADO EN LAS MONEDAS DL VELLÓN DE 1870.

132
5 PESOS

(provisional)
oro 0.917
16.5 MM

2.99551 g

(1895) (1896)

CUNO USADO EN LAS MONEDAS DE VELLÓN DE 1870.

133
20 PESOS

oro 0.917
27 MM

11.98207 g

1896 a 1925

CUNO GRABADO POR O. ROTY Y USADO EN LAS MONEDAS


DE ORO EN CIRCULACIÓN EN 1945.

BIBLIOTECA NACIONAL;
BIBLlOTEt A AMERICANA \

JOSA í >hhh) MEDINA"


A
LEY N.9 277,
LLAMADA 134
DE LA 10 PESOS

oro 0.917
CONVERSIÓN 21 MM

METÁLICA, 5.99103 g

1896 a 1925
DE 11 DE

FEBRERO DE

1895.

135
5 PESOS

oro 0.917
16.5 MM

2.99551 g

1898 a 1925

136
UN PESO

PLATA 0.8 3 5
35 MM

20 G

(1895) (1896)
(1897)

137
20 CENTAVOS
PLATA 0.83 5
21.5 MM

4 G

(1895)

tí.)
I BIBLIOTECA NACI0ML
BiaLIOTECA *Mroir4Mx

"JOSÉ TOH'O'ü MtlJlNA"


LEY NC 277,
138
LLAMADA
10 CENTAVOS DE LA
PLATA 0.8 3 5
17 MM
CONVERSIÓN
2 G METÁLICA,
(1896) DE 1 1 DE

FEBRERO DE
1895.

139
5 CENTAVOS

PLATA 0.8 3 5
14.5 MM

1 G

(1896)

LEY DE 19 DE

140 ENERO DE
20 CENTAVOS 1899.
PLATA 0.5 .,,»»*'?'
CREÓ
21.5 MM

4 G MONEDAS DE
(1899) (1906) PLATA CON
(1907)
0.5 DE FINO.

LAS LEYES DE

22 DE

FEBRERO DE

1904 Y 13
141
10 CENTAVOS DE FEBRERO
PLATA 0.5 DE 1906
17 MM

2 G
DIERON

(1899) (1900) NUEVAS


(1901) (1904) AUTORIZA
(1906) (1907)
CIONES PARA

ACUÑAR ESTAS
MONEDAS.

;iOtA
AOX

>j0St UWrtiU
142
5 CENTAVOS

PLATA 0.5
14 MM

1 G

(1899) (1901)
(1904) (1906)
(1907)

LEY 1 5 09 DE

31 DE 143
DICIEMRBE UN PESO

PLATA 0.7
DE 1901.
3 5 MM

20 G

(1902) (1903)
(1905)

LEY 1651 DE

DE 22 144

FEBRERO DE 5 0 CENTAVOS
PLATA 0.7
1904
28 MM

10 G

(1902) (1903;
(1905)

LEY 1652 DE

1 8 DE MARZO 145

DE 1904. l1/
95 A? cu

4 '/', SN

i 7f ZN

2 5 MM
7 G

(1906) (1907) ÍNOti


(1908)
LEY 16 52 DE

1 8 DE MARZO

UN CENTAVO DE 1904.
95 7c CU

4 7c SN

1 ZN

20 MM

3.5 G

(1904) (1908 )

LEY 2057 DE

11 DE
147
40 CENTAVOS DICIEMBRE DE
PLATA 0.4
1907.
25 MM

6 G

(1907) (1908)

148
20 CENTAVOS
PLATA 0.4
21.5 MM

3 G

(1907) (1908)
(1909) (1913)

149
10 CENTAVOS

PLATA 0.4
17 MM

1.5 G

(1908) (1909)
(1913)

"Q'í
BÍSLIUTLCa INaCíONAL
BlBLkUKi a ai'/iERiCANA

"JOSf r<A,rf,o .vitOIHA"


LEY 2057 DE

DE 11 150
DICIEMBRE DE 5 CENTAVOS
PLATA 0.4
1907. 14 MM
autorizó 1 G

monedas de (1908) (1909)


(1910) (1911)
níquel; pero
(1913)
estas no se

acuñaron.

LEY 2340 DE

8 DE AGOSTO 151
PESO
DE 1910. UN

PLATA 0.9
autorizó 31.5 MM

monedas de 12 G

"un peso" y (1910)

DE "50
centavos":

ley 2947
DE 1 8 DE 152
UN PESO
NOVIEMRE DE
PLATA 0.72
1914. 27.5 MM

9 G

(1915) (1917)

153
20 CENTAVOS
PLATA 0.45
21.5 MM

3 G

(1916)
LEY 2947 DE

18 DE
154
10 CENTAVOS NOVIEMBRE
PLATA 0.45
DE 1914.
17 MM

1.5 G

1915 a 1918
(1915) (1916)
(1917) (1918)

155
5 CENTAVOS
PLATA 0.45
14 MM

1 G

(1915) (1916)
(1919)

LEY 3 527 DE

156
8 DE AGOSTO

20 CENTAVOS DE 1919.
PLATA 0.4
LAS MONEDAS
21.5 MM

3 G DE PLATA SE

(1919) (1920) ACUÑARON


CON EL PESO

Y DIÁMETRO
ESPECIFICADO

EN LA LEY

2947 DE 8 DE
157
10 CENTAVOS NOVIEMBRE
PLATA 0.4 DE 1914.
17 MM

1.5 G

(1919) (1920)

íBlBLÍOTtC'A iNAClüfUÍ.'
8IBLIQT ^
'MEfíJCAMA
'JOSt íí')K¡rtHi ¡viKOlNA"
J
LEY 3 527 DE

8 DE AGOSTO
158
DE 1919. 5 CENTAVOS

PLATA 0.4
LAS MONEDAS
14 MM

DE PLATA SE 1 G

ACUÑARON (1919)
CON EL PESO

Y DIÁMETRO
ESPECIFICADO

EN LA LEY

2947 de 8 de
159
noviembre 2 CENTAVOS
95 7< cu
DE 1914.
4 7 SN

1 % ZN

21 MM

3.5 G

(1919)

160
UN CENTAVO

95 7 cu

4 7c SN

1 7c ZN

18 MM
2.5 g

(1919)

161
UN PESO

PLATA 0.5
29 MM

9 g

(1921) (1922)
(1924) (1925)

XL10TECÁ ISAC1QWÁL
B18U0TECA A,"1E.ai€A«A
LEY 3 5 27 DE

8 DE AGOSTO
162
20 CENTAVOS DE 1919.
75 A cu

25 '.', ni

22.5 MM

4.5 G

1920 a 1926

163
10 CENTAVOS
75 7 cu

25 7 ni

19.5 MM

3 G

1920 a 1926

164
5 CENTAVOS

75 7 cu

25 NI

16.5 MM

2 G

1920 a 1926

DECRETO-LEY

165
606 DE 14 DE

100 PESOS OCTUBRE DE


oro 0.9 ■''"'-A 'w* 192 5
■•

Y LEY
31 MM

20.33966 g 4111 DE 31 DE

(1926) DICIEMBRE

DE 1926.
í' c,*^0
DECRETOS DE

9 DE ENERO
UN PESO IGUAL 0.183057 GRAMOS DI ORO I INO.
DE 1926,
1 3 DE ABRIL

DE 1926 Y

1 8 DE ENERO
¡BIBLlUTLCrt NAClOflAL; de 1927.
BIR-LHU r.i a .>i«¡EKlCANA j
"JOSÉ 0>HiKI(.l íM.DINA" j
DECRETO-LEY
606 DE 14 DE 166
OCTUBRE DE 100 PESOS

oro 0.9
1925 Y LEY
31 MM
4111 DE 31 DE 20.33966 G

DICIEMBRE (1932)
de 1926.
decretos de
9 DE ENERO
UN PESO IGUAL 0.18 3057 GRAMOS DE ORO FINO.
de 1926,
13 DE ABRIL
167
DE 1926 Y 50 PESOS

1 8 DE ENERO ORp 0.9


24.5 mm
de 1927. 10.16983 g

(1926)

UN PESO IGUAL 0.18 30 57 GRAMOS DE ORO FINO.

168
20 PESOS
ORO 0.9
18.5 mm

4.067932 g

(1926)

UN PESO IGUAL 0.18 3057 GRAMOS DE ORO FINO.

169
5 PESOS A'
PLATA 0.9
37 MM

25 g

(1927)

JiUtu

BIBLIOTECA NACIONAL]
liBLiOT EC k a fií Eftí C AJA

[
DECRETO-LEY

606 DE 14 DE
170
2 PESOS OCTUBRE DE
PLATA 0.5
1925 Y LEY
33 MM

18 G 41 1 1 DE 3 1 DE

(1927) diciembre

de 1926.
decretos de

9 DE ENERO

de 1926,
13 DE ABRIL
171
UN PESO DE 1926 Y
PLATA 0.5 18 DE ENERO
29 MM

9 G
DE 1927.
1927 a 1931

(1927)

17;
20 CENTAVOS

7^ CTJ

25 CÁ NI

22. 5 MM

AA G

1927 A 1941

173
10 CENTAVOS

75 7 cu

25 7 Ni

19.5 MM

3 G

1927 A 1941

BIBLIOTECA nacional;
i
SIBLlit; ■■ ..

UiEKiCANA j
"J-Oíáfc •■

ELOÍNA" !
DECRETO-LEY
606 DE 14 DE
174
OCTUBRE DE 5 CENTAVOS
75 % cu
1925 Y LEY
25 % ni
4111 DE 31 DE 16.5 MM

2 G
DICIEMBRE
1927 a 1938
DE 1926.

DECRETO-LEY
104 DE 25 DE 175
DE UN PESO
JUNIO
PLATA 0.4
1932. 26 MM

6 G

(1932)

LEY 5146 DE

24 DE MARZO 176
UN PESO
DE 1933.
75 7c cu

25 7c ni

29 MM

10 G

1933 a 1940

LEY 7139
DE 17 DE 177
UN PESO
DICIEMBRE
95.5 '/, cu

DE 1941. 3 7 SN

1.5 % ZN

25 MM

7.5 g

1942 a 1944

BIBLIOTECA -NACIONAL
BIBLIOTECA AMERICANA

"JOSÉ T0RIBI0 «EÍX>"


V
LEY 7139 DE

17 DE
178
50 CENTAVOS DICIEMBRE
95.5 cu
DE 1941.
3 SN

1.5 ZN

20.5 MM

4 G

(1942)

179
20 CENTAVOS
95.5 A CU

3 A SN

1.5 7 ZN

18 MM

3 G

1942 a 1944

81 8LÍ OTL'C a IN a C J 011 A:


&J8U0T-.. a M.rK(CANA
"JOSf niHinio MU)IA!A"
MONEDAS QUE HAN
CIRCULADO LEGALMENTE
EN CHILE; PERO CUYA
ACUÑACIÓN NO SE HIZO
EN LA CASA DE MONEDA
DE SANTIAGO
,^»«»,, MONEDAS QUE
HAN CIRCULADO

UN PESO
/X»% LEGALMENTE
COQUIMBO A;fe¡|gr& ^
/tf*"^ EN chile;

ixc
PLATA

40 MM
> PERO QUE NO
A '**"'
27 G ,X SE ACUÑARON
1828
%;
EN LA CASA

DE MONEDA

DE SANTIAGO.
MONEDA ACUNADA EN LA CASA DE MONEDA DI- COQUIMBO
EN LA SERENA (CHILE). .

MEDIO REAL

COQUIMBO
PLATA
'

("■■

17 MM
X'- ■"
1.6 G
f5ÍL
\v-
1828

MONEDA ACUNADA EN LA CASA DE MONEDA DE COQUIMBO


. JLííjyL SERENA ( CHILE ) .

UN CENTAVO
'*
COBRE

30 MM

17.9 G

1835

LEY DE 24 DE OCTUBRE DE 1 8 34..


PRIMERAS MONEDAS DE
COBRE USADAS EN CHILE. ACUNADAS EN INGLATERRA.

MEDIO CENTAVO

COBRE

22 MM

8.9 G

1835

LE/ DE 24 DE OCTUBRE DE 18 34.


MONEDAS QUE
HAN CIRCULADO

LEGALMENTE UN CENTAVO

COBRE
EN chile; 30 MM

PERO QUE NO 10 G

SE ACUÑARON (1851)
EN LA CASA

DE MONEDA
LEY DE 9 DE ENERO DE 18 51. MONEDAS ACUNADAS EN
DE SANTIAGO.
INGLATERRA, EN EE. UU. Y TALVEZ EN LA CASA DE MONEDA
DE SANTIAGO.

UN CENTAVO

COBRE

30 MM

10 G

(1851) (1853)

LEY DE 9 DE ENERO DE 18 51.

MEDIO CENTAVO

COBRE

22 MM
5 G

(1851)

1851. MONEDAS ACUNADAS EN


LEY DE 9 DE ENERO DE
INGLATERRA Y EE. UU.

MEDIO CENTAVO

COBRE

22 MM

5 G

(1851) (1853)

LEY DE 9 DE ENERO DE 18 51.

BIBLIOTECA NACIONAL
tíioHOTECA AMERICANA

mí LX'§to *»toi*,*M
i
MONEDAS OBSIDIONALES
QUE HAN CIRCULADO
EN CHILE
MONEDAS

OBSIDIONAL
OBSIDIONALES.
CANAL DE MAIPO I)l( RITO DE 4 DI

UN CUARTILLO MAYO Di: 1821.


COBRE A3. moneda acuñada
27.5 MM ikr?-xXÍ^ en la casa de

4.5
1821
G
fi A&XXí\#
ttm.^7% '!?V
moneda de

santiago para

pagar a los obreros

t,/^P/ del canal

san carlos.

moneda llamada

"chunimpa"
OBSIDIONAL
acuñada por don
8

fSilk,.
REALES
antonio adriazola
VALDIVIA
en valdivia por
PLATA
orden del
37 39

I í&':* \
A MM
gobernador.
11.5 a 17 g >*i
1822 W'f
lÜCx
EL CONTENIDO

DE PLATA Y EL
OBSIDIONAL
PESO DE ESTAS
2 REALES
MONEDAS ES
VALDIVIA
INFERIOR AL LEGAL
PLATA
DE LA ÉPOCA SEGÚN
28 MM
EL INFORME DEL
5.5 g
SUPERINTENDENTE
1822
DON JOSÉ SANTIAGO

PORTALES DADO EL
**»U:
27 DE MARZO DE

1822.

OBSIDIONAL
UN REAL

VALDIVIA

PLATA
JL
22 MM

2.3 G

1822

BIBLIOTECA NACIONAL!
j
BISLÍ'uh j mVíKhiCABá

",)0S£ PWrUli VI m.) i NA"


X
j
MONEDAS

OBSIDIONALES.
OBSIDIONAL
MONEDA EMITIDA POR 8 REALES
EL JEFE ESPAÑOL CHILOÉ
ANTONIO PLATA

QUINTANILLA 38 MM
EN CHILOÉ. 23.5 G

SE FABRICÓ POR 1822


FUNDICIÓN USANDO

EL CUÑO DEL DURO

ACUÑADO EN POTOSÍ.

MONEDAS ACUÑADAS
EN LA REVOLUCIÓN
OBSIDIONAL
DE COPIAPÓ POR DON
UN PESO
PEDRO LEÓN GALLO.
PEDRO LEÓN
GALLO

PLATA

37 MM

22.3 G

1859

OBSIDIONAL

50 CENTAVOS

PEDRO LEÓN
GALLO

PLATA

29 MM

10.2 G

1859

MONEDAS ACUNADAS

EN COPIAPÓ
OBSIDIONAL
DURANTE LA GUERRA
UN PESO
CON ESPAÑA Y CON
COPIAPÓ
MOTIVO DEL
PLATA 0.97
BLOQUEO DEL
3 5 MM
PUERTO DE CALDERA.
22 G

1865

BIBLIOTECA NACIONAL
BIBLIOTECA AMERICANA

JOSÉ TORIB'O MEOINA"


j
MONEDAS

OBSIDIONALES.
OBSIDIONAL

50 CENTAVOS

COPIAPÓ
PLATA 0.97
27 MM

11 G

1865

ACUNADAS CON

PUNZÓN EN UN DISCO
OBSIDIONAL DE PLATA POR EL
UN PESO O. A. AVENTURERO
PLATA FRANCÉS QUE SE
40 MM HIZO LLAMAR
9.5 G ORLLIE ANTOINE I,
1874 REY DE LA

ARAUCANÍA, EN

1874.

A*
XfAJÉ
ACUNADA POR

ORLLIE ANTOINE
OBSIDIONAL SOBRE LA MONEDA
50 CTVS. O. A.
DE 4 SOLES DE 18 58.
PLATA

32.5 mm

10.7 G

1874

ACUNADA EN

FRANCIA POR
OBSIDIONAL
ORLLIE ANTOINE.
2 CENTAVOS
HAY DOS TIPOS.
REY DE LA ^
ARAUCANÍA
VELLÓN
31 MM

20 G

1874

"""7ZS-

BIBLIOTECA NACIONAL
BIBLlOlYt A AMEKlCANA

"JOSÉ O'iK'rfiO MEDINA"


MONEDAS

OBSIDIONALES.
OBSIDIONAL
ACUÑADA POR EL
POPPER
AVENTURERO
ORO
ALEMÁN JULIO
18.5 MM
POPPER, 5 G
CONCESIONARIO DE
1889
LAVADEROS DE ORO,
QUIEN SE HABÍA
INSTALADO EN LA

BAHÍA DE SAN

SEBASTIÁN, TIERRA

DEL FUEGO. VÉASE

MONEDAS DE LA

REPÚBLICA OBSIDIONAL
ARGENTINA POR A.
POPPER.
TAULLARD; LAS
EL PÁRAMO
MONEDAS
ORO
OBSIDIONALES DE
13.5 MM
CHILE POR JOSÉ 1 G
T. MEDINA, Y
1889
MEDALLAS Y

MONEDAS DE LA

REPÚBLICA
ARGENTINA POR

ALEJANDRO ROSA.

OBSIDIONAL

UN PESO
ACUNADA EN

DURANTE
TARAPACÁ
IQUIQUE
LA REVOLUCIÓN
DE 1891
PLATA

37 MM
0.62
?¿§m^
25 g
POR LA JUNTA
1891
REVOLUCIONARIA.

/69W-

3XLÍ0TECÁ nacional!
BIBLIOTECA AMERICANA

"JOSÉ TORI8I0 *i
MONEDAS ACUÑADAS
PARA OTROS PAÍSES POR LA
CASA DE MONEDA DE
SANTIAGO
MONEDAS

ACUÑADAS
ECUADOR EN CHILE
UN SUCRE
PARA OTROS
PLATA 0.9
37 MM PAÍSES.
25 g

1888
1889

v- im ^tt^-o^"--

ECUADOR

0.2 SUCRE

PLATA 0.9
24 MM

5 G

1888
1891

ECUADOR

0.1 SUCRE

PLATA 0.9
19 MM

2.5 g

1888

URUGUAY

UN PESO

PLATA

37 MM

25 G

1893

r~
tt/A ímaCIÜLáL
hftBLIO'i
--^Xk
S11LIUTV.-..A \
MONEDAS

ACUÑADAS
EN CHILE URUGUAY

50 CENTESIMOS
PARA OTROS
PLATA
PAÍSES. 33 MM

12.5 G

1893

URUGUAY

20 CENTESIMOS
PLATA

25 MM

5 G

1893

URUGUAY

10 CENTAVOS

PLATA
18 MM
2.5 G

1893

BOLIVIA

5 0 CENTAVOS
PLATA 0.9
30.5 MM

11.5 G

1900

X
!ÍAL|
BIBLIOTECA AMERICANA i

"JOS* TORMO >YIHtí;\'4"


i
A
MONEDAS

ACUÑADAS
URUGUAY EN CHILE
20 CENTESIMOS
PARA OTROS
PLATA

MM PAÍSES.
G

1922

URUGUAY

5 CENTESIMOS
75 % cu

25 7o ni

23 MM

5 G

1941

URUGUAY

2 CENTESIMOS
75 7c cu

25 % ni

20 MM

3.5 g

1941

URUGUAY

UN PESO

PLATA 0.72
27 MM

9 G

1942

* *'
ÍRJBLÍU'IX
^
BIELA-,- C^,
..¿osL.íoHi^o^om^
MONEDAS

ACUÑADAS
EN CHILE URUGUAY

50 CENTESIMOS
PARA OTROS
PLATA 0.72
PAÍSES. 24 MM

7 G

1943

URUGUAY

20 CENTESIMOS
PLATA 0.72
18.5 MM

3 G

1942

URUGUAY

5 CENTESIMOS
95.5 7c CU

3 % SN

1.5 % ZN

23 MM

5 G

1944

URUGUAY
2 CENTESIMOS
95.5 % CU

3 % SN

1.5 % ZN

20 MM

3.5 g

1943 -
1944

BISÜOTECÁ NACIONAL
BIBLIOTECA AMERICANA
"J08c TORIBIO MEDINA" _V
MONEDAS EXTRANJERAS
CON RESELLO DE CHILE

O
MONEDAS

EXTRANJERAS
CON RESELLO

DE CHILE.

VALPARAÍSO

SERENA

SERENA

SERENA
y¡*¿
Y VALPARAÍSO

A CAÁ. * !'■■' r. \

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J K/r

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MONEDAS

EXTRANJERAS
CON RESELLO

DE CHILE.

VALDIVIA

VALDIVIA ~*^

4\* jl'c>

VALDIVIA

MONEDA
CHILENA

RESELLADA
EN EL

EXTRANJERO.
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*«■.*' GUATEMALA

BIBLIOTECA NACIOMAL
BIBLIOTECA AMERICANA

"JOSÉ Í0RI8IO MEDINA"


V —
CUÑOS GRABADOS EN
CHILE PARA OTROS PAÍSES
CUNOS

GRABADOS
PARAGUAY
EN CHILE
50 CENTAVOS

1944 PARA OTROS

c ■■■■/'■ <: a PAÍSES.

ACUNADAS EN LA CASA DE MONEDA DE LA NACIÓN


ARGENTINA.

PARAGUAY
25 CENTAVOS
1944

ACUNADAS EN LA CASA DE MONEDA DE LA NACIÓN

ARGENTINA.

PARAGUAY

10 CENTAVOS

1944

ACUNADAS EN LA CASA DE MONEDA DE LA NACIÓN


ARGENTINA.

PARAGUAY

5 CENTAVOS

1944

ACUNADAS EN LA CASA DE MONEDA DE LA NACIÓN


ARGENTINA.

iNftCWMU
ÍBILXIOTXA
i BIBLU)'.
•- ..■■•■■^NA

X
CUNOS

GRABADOS

EN CHILE PARAGUAY

UN CENTAVO

IÜI
PARA OTROS

PAÍSES.
1944

hp fEl
^
ACUÑADAS EN LA CASA DE MONEDA DE LA NACIÓN
ARGENTINA.
ALGUNOS PROYECTOS
Y PRUEBAS DE MONEDAS
QUE NO CIRCULARON
PROYECTOS

ENSAYOS

PRUEBAS.
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^
PROYECTOS

ENSAYOS
PRUEBAS.

fBIBLIOTECA NACIONAL!.
AMERICANA
BIBLIOTECA |
1 "JOSÉ TOHiHU)
M'J)INA"J
PROYECTOS

ENSAYOS _

PRUEBAS.

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Plano delRecinto de la Superintendencia déla Casa de moneda y Sspeeies Valoradas

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ssJIaestranza 7} Cuartel de Carabineros


7 Portería n
Refinación deOro-Bóveda del Oro « Prensáis Taille-Douce Casas de los Carabineros
zi Casa de K Secador de Bit/e tes 6o Maestranza -Laminación io
z Correo Empleado
3 Fábrica de Tintas zs Oficina Jefe de Tai/eres «
Electrotipia. 6i
Transformador si Carpintería
24 BóredadeA/latricesyP/anchas'iH Barios Electrolíticos ti Oficina sí
úasfitería
4
Bodega de Deshechos Hornos de Incineración
s Batios, Cli/Ji de Cooperaffvatl Taller de Mibigo
/teportes, •,1/lqjaduraPapel-úwpos deneradonsa Depósito de Cúat/a es

Filtros de agua
v Tah teros de Fuerza Eléctrica m Bóveda de Cizalla 8*
6
Oficina detaSiwerintendenc/a 26 Tal/er £íe'ctrico 65 Caldera Carbonera
7 Bóveda de Especies n Prensas Offset ¡i 6Central del Telefono interno Calefacción »s

28 Transporte «7 Oficina 6i Prensas de Acuñar «6 Laminación


8 Bóveda de Especies
iií Laboratorio de Ensaye 67 Bóveda de Pie/es y Laminas n domos Eléctricos
9 Anexos de Almacén de Materialtstl Fotograbado
Laboratorio det Papel Bóveda de Biscos n Hornos de Recocido
10 Taller de Patentes tílculos -Pinturas so Bóveda de Especies
us te
sí Prensas Corta doras de Discos
/Zitilínfín
si Guillotinas i<9 Bóveda de Fundición 69 guardarropías
'
* I it /** o

11 Lavandería
Tallerde Cimbados >9 Bóvedas
J2 Encua dernaciórz so Mema 7o
11 Digestor 90 Bomba de Bencina
¡¡Bóveda de Billetes 5i Balanzas 7/ Oficina GraJoador
73 Despensa
;« Cocina 3« Revisión de Billetes sz Contaduría de Jlonedas 72 Oficina Grabador 91 Garage
S3 Fi/ndición de Oro n
Temple de Conos
ts Comedor si Oficina
16 Comedor 36 Bóveda de Perforación 5h Hornosdlorgan ti Balanzas
ss Hornos Eléctricos 7S
Of. Jefe de la Casa de Moneda
u Bodega de Recortes de Papel 37 Perforación Escala., UlOOO
ts Casa del Chofer sb
— ■

Tipográficas
Piensas -
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56 Transformadora* Alta Tensión. 76 Of. Inspector Ceneral
ts Almacénela Papeles y Materiales 39 Bóveda de
Tipografía si flolino de Amalgamación 77
Bodega de Tierras del Barrido
to Bóveda Ue Papeles -o Bóveda de Tai/le Oouce -
5¡ Recocido dedlefales 71 Temple de /leero
BÍSLTOTua naCKWAÍ
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Biblioteca Nacional

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