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EL PLANETA ABODE

En el planeta abode todo era un total caos. El transporte era un desastre, porque nadie hacía
fila para subirse a los buses Cósmicos. Los habitantes, llamados abombados, hacían batallas
campales para ver quien se metía al bus.
El tráfico era una sola masa de naves espaciales que luchaban por avanzar por donde les daba
la gana.
Lo peor de todo es que nadie sabía porque sucedía esto en un planeta que tenia de todo.
Los abombados no eran felices, ni siquiera un poquito. Vivian peleándose entre ellos, llenos de
inseguridad y muertos de miedo. La situación se puso tan grave que las guerras amenazaban
con acabar el planeta.
Los ciento dos presidente que gobernaban abonde se asustaron mucho y pensaron que ya era
hora de que alguien pusiera una solución a tanto relajo.
Después de varios meses de sesiones- porque todos hablaban al mismo tempo y nadie ponía
atención a las ideas de otros- a fin se decidió de los investigadores fueran a otros planetas
Uno de ellos, que se llamaba Bandolín, fue delegado al planeta tierra.
Bombolin llego en una tarde de lluvia. Aterrizo su nave en un espacio verde en medio de una
ciudad sin saber que se encontraba en un parque. Después de alistarse salió de la nave y
pregunto cuando empezarían los chicos, a quitarles x la fuerza los puestos a las otras personas
que estaban ahí, y se agarró fuertemente de la suya x si comenzaban con él. Se sorprendió al
ver que los niños, luego de comprar algo que comían se quedaron de pie, de espaldas a la
pared.
A bombolin le pareció que estaban esperando a que desocuparan una mesa.
¡Qué extraña le pareció esta costumbre! en su planeta ya se habría armado un relajo.
Las personas que estaba Bombolin se marcharon y los niños se acercaron. El extraterrestre
conecto rápidamente su máquina traductora de idiomas.
Llevaba un receptor en el oído y otro bajo la lengua.
“ ¿Podemos sentarnos aquí señor?”

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