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nel, es ..Mandar y ser obedecido: sin lo cual no hay po- Derecha a la Izquierda, de Bertrand de Jouvenel a Mao
9"., y no precisa de ningún otro atrib"t" p.r.-oilti.... Tsé-tung en un punto tan básico de la filosofía política
La cosa sin la cual no puede ser: que la'"r"nci. 1, como es la naturaleza del poder?
mandoo ". si la esencia del poder es la efica.i" e;i man- "l En térininos de nuestras tradiciones de pensamiento
do, entonces no hay poder más grand" q,r.
[""1_"".
del cañón de un arma, y sería áifi"il décir"i."="q"t
político estas definiciones tienen mucho a su favor. No
r"r- sólo se derivan de la antigua noción del poder absoluto
ma difiere Ia orden dada por un policia de la ár¿Érr-a"¿" que acompañó a la aparición de la Nación-Estado sobe-
por un pistolero>. (Son citas de ia importante obra The rana europea, cuyos primeros y más importantes porta-
N-otion of the State, de Alexandre pisserin d,Entréves, voces fueron Jean Bodin, en la Francia del siglo xvr y Tho-
el único a-utol que yo conozco que es consciente de la mas Hobbes en la Inglaterra del siglo xvrr, sino que tam-
importancia de la distinción enire violencia y páa... bién coinciden con los términos empleados desde la an-
.,Tenemos- que decidir en qué sentido, ir"éJ"
"l?d.T" distingu.irse de :i,..y
la';fuerza,t prr" r"..ll,ái-"¿*""t
tigüedad griega para definir las formas de gobierno como
el hecho de utilizar la fuerza conforme a la léy cambia el dominio del hombre sobre el hombre uno o de
unos pocos en la monarquía y en la oligarquía,-de de los me-
Ia calidad de la fuerza en sí misma y nos presenta una jores o de muchos en la aristocracia y en la democracia.
imagen enteramente diferente de las rélaciones hr-.r."",
Hoy debemos añadir la última y quizá más formidable
{ado_ que la ..fuerza, por el simple hecho d; ,.;;Jifi"._ forma de semejante dominio: la burocracia o dominio
da, deja de ser fuerza,,. pero ni siquiera esta distinción,
con mucho Ia más compleja y mediiada de Ias
de un complejo sistema de oficinas en donde no cabe
hallarse sobre el temá, ircánza l^ ,iii J"l1"lá. ñ;;.U"" hacer responsables a los hombres, ni a uno ni a los me-
Er jores, ni a pocos ni a muchos y que podría ser adecuada-
poder, en el concepto de passerin ^ d'Entréves, ,rálrr.r- mente definida como el dominio de Nadie. (Si, confor-
", p"l"brur,
za ,rcalificada' o <institucionalizadarr. En otras
me el pensamiento político tradicional, identificamos la
mientras los autores más arriba citados ¿eririe" á Ia
violencia como la más flamante manifestá.i¿;A;Jd"r, tiranía como el Gobierno que no está obligado a dar cuen-
Passerin d'Entréves define al poder como un tipo de ta de sí mismo, el dominio de Nadie es claramente el
viole.ncra mitigada. En su análisis final llega i;,
más tiránico de todos, dado que no existe precisamente
resultados)o. ¿Deben coincidir todos tos" autore",-á"
"
;;;"" nadie al que pueda preguntarse por lo que se está ha-
r" ciendo. Es este estado de cosas, que hace imposible la
localización de la responsabilidad y la identificación del
j1-.^E_t._gjo mis..ejemplos al azar dado que enemigo, una de las causas más poderosas de la actual y
^, autor qle. se elija. Sólo ocasionalmente se difícilmente
eI puede
importa
rebelde intranquilidad difundida por todo el mundo, de
voz que disiente. Así, R. M. Mcrver declara:'"Ei "".rr.hái ,rrr.
es un criterio del Estado pero no constituye r"-ár.""i"_. ñá;;-"ücti.ro su caótica naturaleza y de su peligrosa tendencia a esca-
g" par a todo control, al enloquecimiento.)
ciertó que no existe Esta¿o alH áonde-no háy t"iiiu uu*-
11ador,a. . Pero el ejercicio de la fuerza no hace"". gn Estado> (En Además, este antiguo vocabulario es extrañamente
T h e M o der n S t at e,- Lon{,res, tSis,- - 'confirmado y fortificado por la adición de la tradición
ip-.- Zz2-225). plé¿" ááu"itirr"
cuán fuerte es esta tradición en lói intentos de Rousseau para
escapar a ella. Buscando un Gobierno de nodó*i"á.iJ"j hebreo-cristiana y de su <imperativo concepto de la ley".
halla nada meior que une forme ¿,iisoc¡atiá"...-;;;-i;quette "" Este concepto no fue inventado por realistas"
c.hacun s'unissánt d t?us ,'óté¡rr" póirtont qu,d lui_méme. sino que es más bien el resultado de"políticos
una generalización
énfasi:. puesto en la obediencia, pói.lr. ."'"i*-ñá",;;;_.- El
nece inalterado. I inglesa no es una sirfipli traducción; fue redactada por el pro-
* The Notion of the state, An Introd.uótion poriticar pio autor como edición definitiva y apareció en Oxford en l9ó7.
ry fue publicada por primer.';;;;-it"riano ento1962. La u..r'i-ái, rheo_ Las citas están tomad,¡rs de las pp. 64, 70 y 105 de esta edición
ihglesa.
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muy anterior y casi automática de los "Mandamientos¡n tirles participar en la vida pública de la comunidad,
de Dios, según la cual .,la simple relación del mando donde todos eran iguales; si fuera cierto que nada es
y de la obeáienciao bastaba para identificar la esencia más agradable que áar órdenes y dominar a otros, cada
de la ley ". Finalmente, convicciones científicas- y- filo- duenJde ,rtta clsa jamás habría abandonado su hogar'
sóficas más modernas respecto de la naturaleza del hom- Sin embargo, e*iste otra tradición y o,tro - vocabula'
bre han reforzado aún más estas tradiciones legales y rio, no menos antiguos y no menos acreditados por el
políticas. Los abundantes y recientes descubrimientos de tiempo. Cuando la Ciudad-Estado ateniense llamó a su
un instinto innato de dominación y de una innata agre- consiitución una isonomía o cuando los romanos habla-
sividad del animal humano fueron precedidos por de- ban de La civitas como de su forma de gobierno, pensa-
claraciones filosóficas muy similares. Según John Stuart ban en un concePto del poder y de la ley cuya esencia
Mill, ola primera lección de civilización [es] la de la no se basaba en la relación mando-obediencia' Hacia
obedienciá r, y él habla de ulos dos estados de inclina- estos ejemplos se volvieron los hombres de las revolu-
ciones... una es el deseo de ejercer poder sobre los de- ciones áet siglo xvrrr cuando escudriñaron los archivos
más; la otra... la aversión a que el poder sea ejercido de la antigüeáad y constituyeron una forma de gobierno,
sobre un mismoo *. Si confiáramos en nuestras propias una repúb-lica, en la que el dominio de la ley, basándose
experiencias sobre estas cuestiones, deberíamos saber en el poder del pueblb, pondría fin al dominio del hom-
que el instinto de sumisión, un ardiente deseo de obe' bre sóbre el hombre, al que consideraron un ugobierno
decer y de ser dominádo por un hómbre fuerte, es por adecuado para esclavos>. También ellos, desgraciadamen-
lo menos tan prominente en la psicología humana como te, continúuron hablando de obediencia: obediencia a las
el deseo de poder, y, politicamente, resulta quizá más leyes en vez de a los hombres; pero lo que querían sig'
relevante. El antiguo adagio ..Cuán apto es para mandar niiicar realmente era el aPoyo a las leyes a las o''
que la
quien puede tan bien obedecern, que en diferentes ver- ciudadanía había otorgado su consentimiento Seme'
siones ha sido conocido en todos los siglo y en todas las jante apoyo nunca es indiscutible y por lo'que a su for-
naciones u' puede denotar una verdad psicológica: la de malidaá se refiere jamás puede comPararse con la oin-
que la voluntad de poder y la voluntad de sumisión se discutible obedienciao que puede exigir un acto de vio-
hallan interconectadas. La <pronta sumisión a la tira- lencia obediencia con la que puede contar un delin-
níao, por emplear una vez más las palabras de Mill, no cuente-lacuando me arrebata la cartera con la ayuda de
está en manera alguna siempre causada Por una (extre- un cuchillo o cuando roba a un Banco con la ayuda de
mada pasividad". Recíprocamente, una fuerte aversión una pistola. Es el apoyo del pueblo el que Presta poder
a obedecer viene acompañada a menudo por t¡na aver- a hi instituciones de un país y este apoyo no es nada
sión igualmente fuerte a dominar y a mandar. Histórica- más que la prolongación del asentimiento que, Para em-
ments hablando, la antigua institución de la economía pezari determinó la existencia de las leyes' Se supone
de la esclávitud sería inexplicable sobre la base de la que bajo las condiciones de un Gobierno represe_ntativo
psicología de Mill. Su fin expreso era liberar a los ciu- prr"blo'domina a quienes le-gobiernan' Todas las ins-
dadanos de la carga de los asuntos domésticos y permi' "i
tituciones políticas son manifestaciones y materializa'
se lbídem, p. 129. ciones de podei; se p€trifican y decaen tan pronto como
60 Considerations on Representative Go'¡ernmenf (lEól), Li- et pode. vivo del puLUto -deja de apoyarlas' Esto es lo
beral Arts Library, pp. 59 y ó5. q.ré M.diton qrrerü signifiear cuando decía que "todos
6¡ JosN M. Wru.¡..lcr, Destíny His Choicq The I'oyalism of Its Gobiernos descansan en la opinión no menos cierta
Andrew Marvell, Cambridge, l9ó8. pp. 8&89. Debo 'esta referencia
a la amabilidad de Gregory Desjardins. 6¡ Véase apéndice XI.
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tnterrumpir clases en donde ,rrr.-ub**"ao.u *uytJ. refieren a propiedades difeientes y qrr" * signiiicado
había decidido porque continuaran, ,. debería por eso ser cuidadosamentó determinad-o ,
tador' (En un réciente caso sucedidoes por eso desorien-
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indica una cierta sordera a los significados lingiifsticos, ellos. La potencia de, incluso, el más fuerte individuo
lo que ya sería suficientemente serio, sino que también puede ser siempre superada por las de muchos que a
ha ñnido como consecuencia un tipo de ceguera ante las menudo se combinarán, sin más própósito que el de arrui-
realidades a las que corresPonden. En semejante situa- nar la potencia precisamente por obra de su indepen-
ción es siempre tentador introducir nuevas definiciones, dencia peculiar. La casi instintiva hostilidad de los mu'
pero me someta brevemente a la tentación- chos hacia el uno ha sido siempre, desde Platón a Nietz-
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lo -aunque
qrre tá trata no es simplemente de una cuestión de sche, atribuida al resentimiento, a la envidia de los dé-
habla áescuidada. Tras la aparente confusión existe una biles respecto del fuerte, pero esta interpretación psico-
firme convicción a cuya luz todas las distinciones serían, lógica yerra. Corresponde a la naturaleza de grupo y cons-
en el mejor de los casos, de importancia menor: la con' tituye su poder para hacer frente a la independencia, pro-
vicción áe que la más crucial cuestión política es, y ha piedad de la potencia individual.
sido siempre, la de ¿Quién manda a Quién? Poder, poten- La Fuerza, gü€ utilizamos en el habla cotidiana como
cia, fuerzá, autoridad y violencia no serían más que pala- sinónimo de violencia, especialmente si la violencia sirve
bras para indicar los medios Por los que el hombre domi- como medio de coacción, debería quedar reservada en
na al hombre; se emplean como sinónimos porque poseen su lenguaje terminológico, a las "fuerzas de la Natura-
la misma función. Sólo después de que se deja de reducir 1s2v, i a la .,fuerza de las circunstancias', (la force des
los asuntos públicos al tema del dominio, aparecerán, choses), esto es, para indicar la energía liberada por movi-
o más bien, ieaparecerán en su auténtica diversidad los mientos físicos o sociales.
datos originaleJ en el terreno de los asuntos humanos. La Autoridad, palabra relativa al más esquivo de estos
Estos datos, en nuestro contexto, pueden ser enume- fenómenos y, por eso, como término, el más frecuente-
rados de la siguiente manera: mente confundido *, puede ser atribuida a las personas
Poder corresponde a la capacidad humana, no sim- --existe algo como autoridad personal, por ejemplo, en
plemente para actuar, sino para actuar concertadamente. la relacióntntre padre e hijo, entre profesor y alumno-
El poder nunca es propiedad de un individuo; pertenece o a las entidades como, por ejemplo, al Senado romano
a un grupo y sigue existiendo mientras que el grupo se (auctoritas in senatu) o a las entidades jerárquicas de
mantenga unido. Cuando decimos de alguien que está la Iglesira (un sacerdote puede otorgar una absolución
oen el poder' nos referimos realmente a que tiene un po- váliia aunque esté borracho). Su característica es el
der de cierto número de personas para actuar en su nom' indiscutible-reconocimiento por aquellos a quienes se les
bre. En el momento en que el grupo, del que el poder pide obedecer; no precisa ni d9 la coacción ni de la per-
se ha originado (potestas in populo¡ sin un pueblo o un iuasión. (Un padre perder su autoridad, bien por
^hijo puede por
grupo no hay poder), desaparec€, (Sü poder" también golpear a un o bien ponerse a discutir con é1,
á"sapu."c". En su acepción corriente, cuando hablamos és áecir, bien por comportarse con él como un tirano o
de un uhombre poderosou o de una (poderosa personali' bien por trataile como a un igual.) Permanecer investido
dado, empleamos la palabra "podern metafóricamente; 66 Existe algo como el Gobierno autoritario, pero ciert¡mente
a la que nos referimos sin metáfora es a <<potencia>. nadatieneencomúnconlatiranía,ladictaduraoeldominio
Potencia designa inequívocamente a algo en una en- iótáútu¡o. Pard" discutir los antecedentes históricos y.el -signi-
tidad singular, individual; es la propiedad inherente a ii"uáá p"fitico del término, véanse mi trabajo -"What is-Autho-
-; Betweerf
;i;tt", q-1ost and Future: Exercises in Political
un objeto o persona y pertenece. a su carácter, que puede valioso estudio
iío"án;, Nueva York, l9ó8 y la primera Parte.del Stuttgart'
demostrarse a sí mismo en relación con otras cosas o con ¡; i<^d HerNz LüsÉ, AucToritás bei Augustirz, 1968'
otras personas, Pero es e-sencialmente independiente de ' con extensa bibliograffa.
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de la autoridad exige respeto para la persona o para la sobrevenido en Nueva York, muestra lo que puede suce-
e.ntidad. El mayor enemigo de la autoriáad es, por eso, el der cuando se quiebra la auténtica autoridad en las rela-
desprecio y el más seguro medio de minarl. Iu risa n. ciones sociales hasta el punto de que ya no puede operar
". por su
La Violencia, como ya he dicho, se distingue ni siquiera en su forma derivativa y puramente funcio-
carácter instrumental. Fenomenológicamente istá-próxi- nal. Una avería de escasa importancia en el <Metro>
ma a la potencia, dado que los instrumentos de la vio- puertas de un tren que dejaron de funcionar- de-
le'cia, como todas las demás herramientas, son conce- -las
terminó un grave bloqueo de una línea durante cuatro
bidos y empleados _para multipricar la potencia natural horas, que afectó a más de cincuenta mil pasajeros, por-
hasta que, en Ia última fase áe su deiarrollo, puedan que cuando las autoridades de la red pidieron a los ocu-
sLlstituirla. pantes del tren averiado que lo abandonasen, éstos sim-
Quizá no sea superfluo añadir que estas distinciones, plemente se negaron) u'. Además, nada, como veremos,
aunque en absoluto arbitrarias, difícilmente correspon- iesulta tan corriente como la combinación de violencia y
den a compartimentos estancos del mundo real, del que poder, y nada es menos frecuente como hallarlos en su
sin embargo han sido extraídas. Así el poder institucio- lorma pura y por eso extrema. De aquí no se deduce que
nalizado en comunidades organizadas aparece a menudo la autoridad, el poder y la violencia sean todos lo mismo.
bajo la apariencia de autorüad, exigierrdo .tn reconoci- Pero debe reconocerse que resulta especialmente ten-
miento instantáneo e_ indiscutible; ninguna sociedad po- tador en una discusión sobre lo que es realmente uno de
dría funcionar sin é1. (un pequeño y áislado incidente, los tipos del poder, es decir, el poder del Gobierno, con-
cebir el poder en términos de mando y obediencia e
6? WoLrN y Scsun, en op. cir.,
tienen razón por completo: igualar aií al poder con la violencia. Como en las rela-
ol-as normas son vulneradas porque las autoridaáes univérsita-
rias, los administradores-y los claustros de profesor.t há., p..- 'f .Iorr"t exteriorés y en las cuestiones internas aparece la
dido el respeto de muchos de los estudia¡ites." i violencia como último recurso para mantener intacta
uCuando Ia autoridad abandona, entra el poder.o prtl-i.Áti¿"
"o.r"t-r.,y"r,, la estructura del poder frente a los retos individua-
es- cierto pero, me te-mo, no_completamente en el sentido les enemigo extranjero, el delincuente nativo- pa-
ellos prete¡den que lo
.sea. !g qü" primero penetró en Berkeley",
qrr" -el
rece como si la violencia fuese prerrequisito del poder
fue el poder estudiantil, evidentemente el ines rueite en'caaa y el poder nada más que una fachada, el guante de ter-
campus, simplemente obra de la superioridad en número -áe los
estudiantes. Para romper este poder; Ias autorida¿", ie""rri"r"n
J Liop"lo que, o bien oculta una mano de hierro o resulta-
a la violencia y precisamente porque la universida¿ éi-esenciar- rá pertenecer a un tigre de papel. En un examen más
mente una institución basada en la autoridad y por eso necesi ateito, sin embargo, ésta noción pierde gran parte de
tada de respeto, es por lo que le resulta tan d¡fícil t.utii su plausibilidad. Fara nuestro objetivo, el foso entre la
el poder en términos no violentos. La universidád-."L"rü
a la protección de la policía de la misma manera que sorÍa rr"y
"on teoiía y la realidad queda mejor ilustrado por el fenó-
la Iglesia católica antes de que Ia separación d. ü isl;;;. hacer meno de la revolución.
u ¿.1
_E¡tado
la obligara.a basarsé solamüiá ; H;;;;t;á. du¡z¿ Desde comienzos de siglo, Ios teóricos de la revolu-
no sea mera coincidencia el hecno ción nos han dicho que las posibilidades de la -revolución
crisis de la Iglesia como instituciónde
que las *ár=-ei.rr*
-"oril"ro"""oi¿o
r" ir;t^,
con las más graves c¡isis en la Historia de "l. U;;;;;íaá?, han disminuido significativamente en proporción,a la
única institución secular todavía uasaáa en ta a,rióriá"á.-ürr.* r" creciente capacidad destructiva de las armas a dispo-
v otras.crisis pueden ser atribuidas a la sición excluiiva de los Gobiernos *. La Historia de los
JipiJJO" ¿"1
átomo "obediencia" cryl
_estabilidad era ""r""i"ni.-
supuestamente eterna)), r1-
como Heinrich Bóil señdró..a¡rropósito de Ia'crisis á;l;; n y 29'
üi"ri.r.
nEs wird immer spáte?o, ," Áit_Jt ;""i;;;";;.,'Z'üi"rr, Véase The New York Times' 4 de enero de 1969, pp' 1
I;?:" 6e Así Franz Borkenau, reflexionando sobre la derrota de
la revofución española, declara: "En este tremendo -contraste
148 r19
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I últimos setenta años, con su extraordinaria relación de respecto después de todos esos años de lucha inútil err
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revoluciones victoriosas y fracasadas, nos cuenta algo Viánam, donie durante mucho tiempo, antes de. obtencr
muy diferente. ¿Estaban locos quienes se alzaron contra ,-r.ru -uri*ra ayuda rusa, el Frente Nacional de Liberación
tan abrumadoras probabilidades? Y, al margen de los luchó contra nosotros con armas fabricadas en los Es-
e.lemplos de éxitos totales. ¿Cómo pueden ser explrcados iuaot Unidos.) Sólo después de que haya sucedido esto'
incluio los éxitos temporales? La realidad es que el foso cuando la desintegración del Gobierno haya permitido a
entre los medios de violencia poseídos por el Estado y los rebeld", ellos mismos, puede hablarse de un
los que el pueblo puede obtener, desde botellas de cer- .,alzamiento "t-uire
armado>, Qü€ a menudo no llega a producir-
veza a cócteles Molotov v pistolas- ha sido siempre tan se o sobreviene cuandb ya no es necesario' Donde las
enorme, que los progresos técnicos apenas significan una órdenes no son ya obedecidas, los medios de violencia
diferencia. Las instrucciones de los textos relativos a ya no tienen ninguna utilidad; y la cuestión de esta obc-
ocómo hacer una revoluciónr, en una progresión paso a áiencia no es dácidida por la relación mando-obedien-
paso desde el disentimiento a la conspiración, desde la re- cia sino por la opinión y, desde luego, por el númerrr
sistencia a la rebelión armada, se hallan unánimemente de quienés la comparten. Todo depende del. poder que
basados en la errónea noción de que las revoluciones son hayá tras Ia violenóia. El repentino y dramát-ico derrum-
*realizadaso. En un contexto de violencia contra violen- baí¡iento del poder q.r" ".t.rncia lal revoluciones revel¿r
cia la superioridad del Gobierno ha sido siempre abso- en un relámpágo cóáo la obediencia civil -a las leyes'
luta pero esta superioridad existe sólo mientras perma- tot áitig"ttt"^t i las instituciones- no es nada más que
nezca intacta la estructura de poder del Gobierno --€s la manifestacién exterior de apoyo y asentimiento'
decir, mientras que las órdenes sean obedecidas y el F,jér- Donde el poder se ha desintegrado, las revolu-ciones
cito o las fuerzás de policía estén dispuestos a emplear r" *i"u" poribl"", si bien no necesariamente' Sabemos
sus armas. Cuando ya no sucede así, la situación cam- de muchos ejemplos de regímenes- profundamente.l*po-
bia de forma abrupta. No sólo la rebelión no es sofocada, tentes a los que ie les ha fermitido continuar existiendo
durante largoi períodos de tiempo -bien porque no
exis-
sino que las mismas arrnas cambian de manos veces,
-a
como acaeció durante la revolución húngara, en el espa- tía nadie que pusiera a prueba-su potencia y revelara str
cio de unas pocas horas-. (Deberíamos saber algo al debilidad, bien porque fueron lo suficientemente atortu-
nados como para no aventurarse en una gue-rra y sufrir
¡
sentada a los hombres vivir juntos- o bien te no violenta del pueblo checoslovaco es un ejemplo clá'
-permitir
peligrosamente utópica la felicidad, o rea- sico de enfrentamiento de violencia y poder en sus estar
-promover
lizar una sociedad sin clases o cualquier otro ideal no dos puros. En tal caso, el dominio es difícil de alcanzar,
político, que si se examinara seriamente se advertiría que si bien no resulta imposible conseguirlo. La violencia'
sólo podía conducir a algún tipo de tiranía. es preciso recordarlo, no depende del número o de las
El poder no necesita justificación, siendo como es opiniones, sino de los instrumentos, y los instrumentol
inherente a la verdadera existencia de las comunidades ¿L ta violencia, como ya he dicho antes, a-l igual quq
políticas; lo que necesita es legitimidad. El empleo de todas las herramientas, aumentan y multiplican la po'
estas dos palabras como sinónimo no es menos desorien- tencia humana. Los que se oponen a la violencia con el
tador y perturbador que la corriente ecuación de obe- simple poder pronto descubrirán gu9 se enfrentan no
diencia y apoyo. El poder surge allí donde las personas con- horirbt"t iitto con artefactos de los hombres, cuya
se juntan y actúan concertadamente, pero deriva su le- inhumanidad y eficacia destructiva aumenta en propor:
gitimidad de Ia reunión inicial más que de cualquier ción a la disáncia que separa a los opone-ntes' La vio-
acción que pueda seguir a ésta. La legitimidad, cuando lencia puede siemprl desfruir al p-oder; del cañón de
se ve desafiada, se basa en una apelación al pasado mien- un arm^a brotan lás órdenes más eficaces que determi'
tras que la justificación se refiere a un fin que se en- nan la más instantánea y perfecta obediencia' Lo que
cuentra en el futuro. La violencia puede ser justificable nunca podrá brotar de ahí es el poder'
pero nunca será legítima. Su iustificación pierde plausi- En un choque frontal entre la violencia y el poder el
bilidad cuanto más se aleja en el futuro el fin propuesto. resultado es difícilmente dudoso. Si la enormemente po-
Nadie discute el uso de la violencia en defensa propia ¿"r"r. y eficaz estrategia de resistencia no violenta de
diferente
porque el peligro no sólo resulta claro sino que es actual Gandhi se hubiera enfréntado con un enemigo
y el fin que justifica los medios es inmediato. Rusia de Stalin, la Alemania de Hitler, incluso el
Poder y violencia, aunque son distintos fenómenos, -la
Japón de la preguerra, er:, vez de enfrentarse con Ingla-
normalmente aparecen iuntos. Siempre que se combinan terra-, el dáseñlace no hubiera sido la descolonización
el poder es, ya sabemos, el factor primario y predominan- sino la m atanza y la sumisión. Sin emba,rgo' Inglaterra
te. La situación, sin embargo, es enteramente diferents en la India y Fráncia en Argelia tenían buenas razones
cuando tratamos con ambos en su estado puro para e¡ercer la coacción. El áominio por.la pura violen-
por ejemplo, sucede cuando se produce una invasión -como, cia entra en juego allí donde se está perdiendo el poder;
v ocupación extranieras-. Hemos visto que Ia ecuación y precisamente la disminución de poder del .Gobterno
de la violencia con el poder se basa en la concepción del ruio y exteriormente- se tornó manitiesta en
Gobierno como dominio de un hombre sobre otros hom- su (<solución" del problema checoslovaco' de la misma
-interior
bres por medio de la violencia. Si un conquistador ex- ;";; q;e ta disminución de poder del imperialismo
tranjero se enfrenta con un Gobierno impotente v con europeo ie tornó manifiesta en la alternativa entre des-
una nación no acostumbrada al ejelcicio del poder po- colonización y matanza. Reemplazar al poder por la vio-
fítico, será fácil para él conseguir scmeiante dominio. lencia puede significar la victoria, pero el precio resulta
En todos los demás casos las dificultades serán muv *ry eie',rado, po.qr. no sólo Io pagan los vencidos;
grandes v el ocupante invasor tratará inmediatamente dc tu*bi¿., lo pagan l^os vencedores en términos de su pro-
cstablecer Gobiernos
"Quislins", es decir, de hallar una pio póder. É.tó es especialmente cierto allí donde el ven-
base de'poder nativo qrr" upou" str dominio. El choque ."d". disfruta interiórmente de las bendiciones del Go-
frontal entre los tanques rusos y la rgsistencia totalmen- bierno constitucional. Henry Steele -Commager tiene en-
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estado moral e intelectual de la sociedad que se requiera tanto paración con el ensayo de Andrei D. Sajarov muestra cuán mucho
valor para hablar con sentido común sobre estas cuestiones! ..,ás tacil resulta deiprenderse de teorías y slogans desgastados
Aún más aterradora es la perspectiva completamente probable a aquellos que examinan el .capitalismo> desde la perspectiva
de que dentro de cinco o diez años, esa .educación, en swahili de los desastrosos experimentos del Este.
(una clase de jerga del siglo xIX, hablada por los traficantes
árabes en marfil y en esclavos, híbrida mezcla de un dialecto
bantú con un enorme vocabulario de términos tomados del árabe; XI, e l.l ¡¡ote ó2, or re PAc. 143
véase la Encyclopaedia Britannica, 1961), en literatura africana
y en otros temas inexistentes, será interpretada como otra tram- Las sanciones de las leyes, que, sin embargo, no constituyen
pa del hombre blanco para impedir que los negros adquieran una su esencia, están dirigidai confra los ciudadanos que, sin reti-
adecuada educación. rarles su apoyo lograr una excepción en su propio
-delean
favor; el laárén sigue esperañdo que el Gobierno protegerá su
recieátemente adqulrida iropiedad. Se ha advertido que en los
IX, e u NorA 3ó, ne m pÁc. l2E pri*".ot sistemai legalei nb existían sanciones de ningún gé
nero. (Véase JouveneI, op. cit', p' 276). El castigo p-ara-quien
El <Manifiesto> de James Forman (adoptado por la Conferen- violaba la ley era la expulsiÓn o proscripción; al -vio-lar la ley'
cia nacional de Desarrollo Económico Negro), al que me he el delincuentL se había colocado él mismo fuera de la comuni'
referido antes, y que presentó a las Iglesias y Sinagogas qsólo dad constituida por ésta.
como el comienzo de la reparación que nos es debida a quienes Passerin d'Eniréves (op. cit., pp' 128 y ss.), tomando en cuen-
hemos sido explotados y degradados, embrutecidos, asesinados ta <(la complejidad
- de la iey, incluso la de la ley del Estadou, ha
v perseguidos), aparece como un ejemplo clásico de tales fútiles ,éñuludo qle uhay desde iuego leyes que son "directivas" más
streños. Según éste, <se deduce de las leyes de la revolución que á.r" "l-p"iativas';, que son ;aceptadas" más que "impuestas"
serán los más oprimidos quienes harán la revolucióno cuyo y a,tyut
"'sanciones" no consisten necesariamente en el posible
t bjetivo último es que .debemos asumir la jefatura y el con- úro á. la fuerza por parte del "soberano"'. Ha comparado -tales
trol total... de todo lo que existe dentro de los Estados Unidos. leyes con .las reglas de un juego, o. las de mi club, o las de la
Ya ha pasado la época en que éramos los segundos en el mando Igtesia". Las acato (porque para mí,-.a-diferencia de otros con-
y en la que el chico blanco figuraba a la cabezar. Para lograr ciudadanos míos, estas reglas son "válidas"".
csta inversión será preciso "utilizar cualesquiera métodos que Creo que la comparación de Passerin d'Entréves de la ley
sean necesarios, incluyendo el empleo de la fuerza y el poder con las oieglas válidás del juegoo puede ser llevada más lejos'
de las armas para derribar al colonizador". Y mientras que é1, Porque la clave de estas reglas no es que yo me someta a ellas
en nombre de la comunidad (que, desde luego, en manera alguna, volu-ntariamente o reconozca teóricamente su validez, sino que,
le secunda), "declara la guerrar, se niega a (compartirpl poder en la práctica, yo no puedo participar en el juego a me-nos que
con los blancos" y exige que "los blancos de este paÍs... consien- las acite; mi motivo para la aceptación es mi deseo de jugar
tan en aceptar la jefatura negra>, al mismó tiempo apela oa u los hombres existen sólo en pluralidad, mi deseo de
t<¡dos los cristianos y judios para que practiquen la paciencia, "o*oes idéntico a mi deseo de vivir. Cada hombre nace en
irrear
la tolerancia, la comprensión y la no violencia> durante el pe- ú.tá .o-,rttidad con leyes preexistentes que "obedeceD en primer
ríodo que pueda ser necesario que pueda tra-
-<noel importa
t¿rrse de mil años"- para conquistar poder.
lusar porque no hay para él otra forma de participar en el gran
iuéeo del mundo. Yo puedo desear cambiar las reglas del juego,
iá.ño ¿"s"a el revolucionario o lograr una excePción para mí,
como-hace el delincuente; Pero negarlas en principio no signi-
A r./r NorA 40, u pÁc. 131 fica mera udesobedienciat sino la negativa a entrar en la comu-
-oe nidad humana. El dilema corriente -o bien la'ley es absolu-
Jürgen Habermas, uno de los más profundos e inteligentes tamente válida y Por eso precisa Para su legitimación un legisla-
estudiosos de las ciencias sociales en Alemania, es un büen ejem- dor inmortal y divino, o bien la ley es simplemente una orden que
plo de las dificultades que estos marxislas o ex-marxistas fi- no tiene tras de sÍ más que el monopolio estatal de la violencia-
cuentran al separarse de cualquier parte de la obra del maestro. es una quimera. Todas las leyes son n"directivas" más que "im-
En su reciente Technik und Wissenschft als "Ideologie" (Franc- perativai"o. Dirigen la comunicación humana como las reglas
lbrt, l9ó8) señala varias veces que -(ciertas categorías claves de la bi.ig"r, el juego. Y la garantÍa última_'de su validez está conte-
teorÍa de Mar.t, principalmente, la lucha y la ideologfa de clases, nidi en la antigua máxima romana Pacta'sunt servanda'
ya no pueden ser aplicadas sin esfuerzo (umstandlos)". Una com-
t94'" 19s
en ningún lugar ha alcanzado proporciones tan alarmantes oomo
XII, e La NorA 72, oe LA pÁc. 152
en Amlrica. En Parfs, por ejemplo, Ia proporción -d9 delitos re
sueltos descendió de uri 62 fror 100 en 1967, a un 5ó-por 100 en
Existe alguna.controversia sobre l9ó8; en Alemania, de r¡n lii Wr lü) en 1954 a un 522 por 100
el objetivo de la visita de en Suecia resultaroir resueltos en 19ó7 el 41 por 100
.n ígCZ; y-los
,"t:-',?"*[it.*;:*'¿l"T"t*j"Jt"'imienios,.'ii,,io,parece de todos delitos (Véase <Deutsche Polizei', en Der Spiegel,
o ru e a ren u ác je; ; ;l; i".*". j
Í:
cir i á iri t
Salan' resreso ¿. siaá"Ií;;il;q" {X-fi J""fi:L*:":tÍi,,,:
-"Biár,"I"iu"r,"roy, 7 de abril de 1967).
a veces ilamado ner rortura-doi á. -arg"rirr. a"i-¡.I;'i;iá""'
mucho acerca o:,^I3:-
"r
pensar que Ia reciente ".!t.i""i"i-.s. se siente la tentación "ub.rr. XIV, I uI NorrA 7ó, os LA PÁc. 157
reñabilitaciz" ar péi"i"-, ;;."-;;; de
cado como er glorifi_
'vencedo. ¿. ü.iá.ir''i,.t" que
la increÍble y ruidósam""-,.'"ruiü'iéchraciónes más importante, Solzhenitsyn muestra con detalles concretos cómo resultaron
de frustrados pór los métodos de Stalin los intentos de realizar un
med¡atamente después de su
iáior"o, culpando alDepartido
munista de lo qué ros i..r,.ls;;';i;""
G-aure in_ desarrollo éconómico racional. Espero que este libro acabará
á¡ro.u-rá Zrii"^"rtr,
co_ con el mito de que el terror y hl enormes pérdidas - en vidas
parte
lu:.gn podrÍa der.trato. humanas fueron il precio que- hubo que pagar por,-la -rápida
uoorerno -Dios sate-q]i.^.1 Gi;; ;;;.;;:
haber formuraáó que et industrialización del país. Ei progreso rápido fue realizado_ tras
áf -r,".t¡ao comunista y a los
i;;;j:..r"r seria er de que les faliá po.. para imped ir tes événe- la muerte de Stalin,-y lo que eé sorprendente en la Rusia de
hoy, es que el país siga atiasado en comparación -no sólo-.con
Occidente, sino también con la mayoría de los paÍses satél¡tes.
En Rusia no parece existir mucha ilusión al respecto, -si es que
XIII, ¡ LA NorA 25, oe re pÁc. 15ó queda alguna. Las generaciones más jóvenes, especialmente la
de los ,teferanos dela segunda guerra-mundial, saben 11uy bien
Sería interesante saber si-, y
hasta que sólo un milagro salvé a Rulia de la derrota en 1941 y que
porción de delitos no resueitór. !]!_erado,
."-!qlrp-uT3
la-creciente pro- eie milagro fue el hecho brutal de que el enemigo r9s llt¿¡¿ ttt
conocido y espectacula. .ié"i_i.;"-á: no sólo con el bien aún peor- que el dictador nativo. Lo que alteró la balanza fue
también con un aerinido-au-m."ii'á"*iu delitos-. perpetrados, sino q.re Lt terror policiaco quedara abatiáo por la presión de la
un rnrorme recientemente puulicá¿ól brutalidad de la policía. situación de emergencia iacional; las gentes, entregadas a ellas
i
mismas, pudieron -volver a reunirse y á generar P!de1 suficiente
:?;,í!{,"i,r#iüi¡{B":.Énf.frITi jkia'iüürrjí,1tiJíí para deriotar al invasor extranjero. Cuando los hombres regre'
::3"jo: delitos quedan -.ñ;;;# saban de los campos de prisioneios de guerra o de su servicio en
señarados l"""ceraao -por'üütHrJ las tropas de ocupación éran enviados inmediatamente, y por lar'
:l sy.r.na.rio "ó-á
que la resolución;;; ü;i s::'H:lx,"* 3i gos añbs, a campos de trabajo y de concentración Para que se
i ü; I p;i tió ffi if i$ ff f ,r,Til:, iompieran en ellbs los hábitós de la libertad. Es precisamente
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