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La Nombre: Alexandra Colombina Renderos Leiva Fecha: 27-02-22

Odisea
¿De qué vamos a hablar?
La Odisea es un canto épico compuesto por el poeta griego Homero, alrededor
del siglo VIII a.C., y que consta de 24 cantos. En la Odisea, se relata el regre-
so del héroe Ulises, de Troya a su patria, la isla de Ítaca, donde lo esperan su
esposa Penélope y su hijo, Telémaco.

El argumento de la Odisea gira en torno a tres personajes ligados entre sí en


una composición circular. Comienza con las aventuras de Telémaco, que sale
de Ítaca para ir en búsqueda de su padre Ulises. Sigue con las aventuras y na-
vegaciones del héroe en el mar Mediterráneo luego de finalizada la guerra de
Troya y, finalmente, ambas historias confluyen al final, cuando padre e hijo
se encuentran en Ítaca y toman venganza contra los pretendientes de
Penélope, la esposa de Ulises.

En la Odisea, además de la intervención de los dioses en el destino de los per-


sonajes, abundan los hechos maravillosos: monstruos marinos, cíclopes, naves
encantadas, sirenas, magia, drogas misteriosas, metamorfosis, etc.

CANTO I. Los dioses deciden el retorno de


Odiseo
Cuéntame, musa, la historia del hombre de muchos ingenios, que anduvo errante
mucho después de la caída de Troya; vio muchas ciudades de hombres y conoció su
talante, y dolores sufrió sin cuenta en el mar tratando de asegurar la vida y el retorno
de sus compañeros.

Ello es que todos los demás, cuantos habían escapado a la amarga muerte, estaban en
casa, dejando atrás la guerra y el mar. Solo él estaba privado de regreso y de su
esposa. Lo retenía en su cóncava cueva la ninfa Calipso, divina entre las diosas,
deseando que fuera su esposo.

Y el caso es que cuando transcurrieron los años y le llegó aquel en el que los
dioses habían hilado que regresara a su casa de Ítaca, ni siquiera entonces estuvo
libre de pruebas; ni cuando estuvo ya con los suyos. Todos los dioses se compadecían
de él ex- cepto Poseidón, quién se mantuvo siempre rencoroso con el divino
Odiseo hasta que llegó a su tierra.

Encontrábanse reunidos los dioses olímpicos, cuando tomó la palabra Atenea, la


de los ojos de lechuza, después de que hubiera hablado su padre: «Padre nuestro
Crónida, supremo entre los que mandan, […] es por el prudente Odiseo por
quien se acongoja mi corazón, por el desdichado que lleva ya mucho tiempo lejos
de los suyos y sufre en una isla rodeada de corriente donde está el ombligo del
mar. La isla es boscosa y en ella tiene su morada una diosa, la hija de Atlante, de
pensamientos perniciosos, el que conoce las profundidades de todo el mar y sos-
tiene en su cuerpo las largas columnas que mantienen apartados Tierra y Cielo.
La hija de este lo retiene entre dolores y lamentos y trata continuamente de hechizar-
lo con suaves y astutas razones para que se olvide de Ítaca; pero Odiseo, que anhela
ver levantarse el humo de su tierra, prefiere morir. Y ni aun así se te conmueve el

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corazón, Olímpico. ¿Es que no te era grato Odiseo cuando en la amplia Troya te
sacrificaba víctimas junto a las naves aqueas? ¿Por qué tienes tanto rencor, Zeus?»

Y le contestó el que reúne las nubes, Zeus: «Hija mía, ¡qué palabra ha escapado
del cerco de tus dientes! ¿Cómo podría olvidarme tan pronto del divino Odiseo,
quien sobresale entre los hombres por su astucia y más que nadie ha ofrendado
víctimas a los dioses inmortales que poseen el vasto cielo? Pero Poseidón, el que
conduce su carro por la Tierra, mantiene un rencor incesante y obstinado por causa
del cíclope a quien aquel privó del ojo, Polifemo, igual a los dioses, cuyo poder es
el mayor en- tre los cíclopes. […] Por esto, Poseidón, el que sacude la Tierra, no
mata a Odiseo, pero lo hace andar errante lejos de su tierra patria. Conque, vamos,
pensemos to- dos los aquí presentes sobre su regreso, de forma que vuelva. Y
Poseidón depondrá su cólera; que no podrá él solo rivalizar frente a todos los
inmortales dioses contra la voluntad de estos».

Y le contestó luego la diosa de ojos brillantes, Atenea: «Padre nuestro Cronida,


supre- mo entre los que mandan, si por fin les cumple a los dioses felices que
regrese a casa el muy astuto Odiseo, enviemos enseguida a Hermes, al vigilante
Argifonte, para que anuncie inmediatamente a la Ninfa de lindas trenzas nuestra
inflexible decisión: el regreso del sufridor Odiseo». Que yo me presentaré en
Ítaca para empujar a su hijo, y ponerle valor en el pecho, a que convoque en
asamblea a los aqueos de largo cabello a fin de que pongan coto a los
pretendientes que siempre le andan sacrificando gordas ovejas y cuernitorcidos
bueyes de rotátiles patas. Lo enviaré también a Esparta y a la arenosa Pilos para
que indague sobre el regreso de su padre, por si oye algo, y para que cobre fama
da valiente entre los hombres.

Así diciendo, ató bajo sus pies las hermosas sandalias inmortales, doradas, que la
suelen llevar sobre la húmeda superficie o sobre tierra firme a la par del soplo del
viento. Y tomó una fuerte lanza con la punta guarnecida de agudo bronce, pesada, Glosario
grande, robusta, con la que domeña las filas de los héroes guerreros contra los que
se encoleriza la hija del padre Todopoderoso. Luego descendió lanzándose de las Argifonte. Epíteto atri-
cumbres del Olimpo y se detuvo en el pueblo de Ítaca sobre el pórtico de Odiseo, buido al dios Hermes.
en el umbral del patio. Tenía entre sus manos una lanza de bronce y se parecía a cíclope. Ser mitológico
un forastero, a Mentes, caudillo de los tafios. Y encontró a los pretendientes. Estos gigante y con un solo ojo.
complacían su ánimo con los dados delante de las puertas y se sentaban en pieles Crónida. Hijo del
de bueyes que ellos mismos habían sacrificado. Sus heraldos y solícitos sirvientes dios Cronos.
se afanaban, unos en mezclar vino con agua en las cráteras, y los otros en limpiar musa. Cada una de las
las mesas con agujereadas esponjas; se las ponían delante y ellos se distribuían deidades protectoras
carne en abundancia. de las ciencias y las artes.
ninfa. Cada una de las
El primero en ver a Atenea fue Telémaco, semejante a un dios; estaba sentado deidades de las aguas y
en- tre los pretendientes con corazón acongojado y pensaba en su noble padre: los bosques.
¡ojalá
viniera e hiciera dispersarse a los pretendientes por el palacio!, ¡ojalá tuviera él
sus honores y reinara sobre sus posesiones! Mientras esto pensaba sentado
entre los pretendientes, vio a Atenea. Se fue derecho al pórtico, y su ánimo
rebosaba de ira por haber dejado tanto tiempo al forastero a la puerta. Se puso
cerca, tomó su mano derecha, recibió su lanza de bronce y le dirigió aladas
palabras: Bienvenido, forastero, serás agasajado en mi casa. Luego que hayas
probado del banquete, dirás qué precisas.
Homero
(fragmento adaptado)
© SANTILLANA
1. Responde las siguientes preguntas.

• ¿Cuál es el argumento de este fragmento de la Odisea?

Ulises1 se encuentra en la isla de Calipso, una deidad hija de Atlas. Ella,

enamorada del héroe, lo mantiene embelesado con su belleza y sus palabras.

Los dioses se reúnen en asamblea y deciden dejar que vuelva a Ítaca.

• ¿Por quién y dónde se encuentra retenido Odiseo?

Al final, Odiseo consigue llegar a la isla de Calipso, donde queda retenido durante siete largos años hasta los
hechos narrados al inicio de la historia.

2. Marca con ✔ si cada personaje está a favor o en contra de que Odiseo vuelva a su patria.
Escribe las razones de cada personaje para su postura.
Personaje A favor En contra Razón
Siente lastima por Odiseo ya que ha estado mucho tiempo fuera
Atenea x de su hogar.

Lo quiere como esposo y lo tiene atrapado en una cueva.


Calipso x
Esta agradecido con Odiseo ya que él ha ofrecido sacrificios a los
Zeus x dioses y resalta entre los humanos.

Le guarda rencor a Odiseo por haberle quitado el ojo al cíclope


Poseidón x que es su hijo.

3. Escribe cómo se manifiesta cada rasgo en el personaje que se indica.

• La lealtad en Odiseo. La lealtad se define como “cumplimiento de lo que exigen las leyes de la
fidelidad se demuestra cuando el buen Odiseo asiste diciendo: “Contened el llanto y el gemido, no
sea que alguien os vea si sale del palacio y vaya a decirlo”.

• La justicia en Zeus.

• La obstinación en Calipso. Al sentirse sola en la isla ,ofrece a Odiseo la inmortalidad y juventud


eterna si se quedaba junto a ella en sus isla haciendo grandes esfuerzos para que éste olvidara su amor
interior , sin embargo Odiseo siempre añoraba regresar con su esposa Penélope.

• La compasión de Atenea.

© SANTILLANA
Comprensión lectora

4. Escribe dos argumentos que pueden presentarle los dioses a Poseidón para que cese su ira con-
tra Odiseo. R.M.
• Su hijo, el ciclope Polifemo era muy violento, insensato, era un devorador de hombres, Odiseo lo que único que hizo fue
defenderse, salvar su vida y la de algunos de sus hombre, ya que Polifemo pensaba comérselos  (de hecho, ya se había comido
algunos de los hombre que iban con Odiseo)

•Polifemo no tenia ningún respeto por las leyes divinas ni por las humanas, lo que le paso fue simplemente una
lección de vida.

5. Marca tres rasgos de los textos épicos grecolatinos que se ejemplifiquen en este fragmento adapta-do
de la Odisea.

x Las versiones originales de los poemas épicos están escritos en verso, pues los poemas debían ser
cantados.

xx Un tema literario recurrente es la mitología: la naturaleza de los dioses, las relaciones entre ellos y su
relación con la humanidad.

Se exploran los géneros teatrales: tragedia, comedia y sátira con la intención de representar la
naturaleza humana.

Los héroes que protagonizan los relatos son personajes ilustres: inteligentes, honestos y fieles a los dioses.

x Se les atribuyen características humanas a los dioses, como la bondad, la ira, el rencor y la compasión.

6. Busca información, en libros o en Internet, acerca de Odiseo y completa la ficha.

Odiseo
Se le conoce también con el
Ulises
nombre:

Es rey de:
Ítaca

Su esposa es:
Penélope

Su hijo es:
Telémaco

Aparece en las obras literarias:


La Ilíada y la Odisea

Rasgos característicos:

7. Escribe dos oraciones utilizando el término «odisea» con el significado que se le atribuye actualmente.

¡El viaje fue toda una Odisea!

La Odisea que tuvimos para llegar hasta la casa de Pedro fue extraordinaria.
© SANTILLANA
Literal Inferencial Crítico-intertextual

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