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CAPITULO CUAKTO FANTASIA Y EXCITABILIDAD Segiin la terapeuta Helen Kaplan, “el sexo se compone de friecion y de fantasia”. En otras palabras, tanto la estimulacion fi- sica como 1a mental son necesarias para que se dé una excitacion yun funcionamiento adecuados. Pero si bien la clase de estimula- cidn fisica requerida resulta bastante bien conocida y se halla por lo general estandarizada, el componente mental es mas intere- sante debido a que es muy peculiar de cada individuo. En los ani- males inferiores la excitacion sexual esta provocada en su mayor parte por sensaciones fisicas directas, por ejemplo, configuracio- nes visuales y olfativas. Los seres humanos, en cambio, han desa- trollado procesos representativos tan sofisticados que las image- nes internas —tales como los recuerdos, o los anhelos— agrupadas y perfeccionadas a lo largo del tiempo, constituyen fuentes de ex- citacion sexual tan poderosas como las puramente fisicas, como minimo. De hecho, con frecuencia las fantasias se convierten en una fuente de excitacién mejor que las sensaciones directas, de- bido al hecho de que son privadas y no alertan a la autoconcien- cia, Ademas, al estar conformadas a la medida del propio indivi- duo, pueden resultar mas ideales que la pura realidad; las perso- Nas que intervienen en ellas siempre son deseables y siempre cola- boran. En este capitulo consideraremos el rol que desempefian las fantasias sexuales en nuestra vida amorosa, y los origenes de las diferencias individuales en la preferencia sexual. {Por qué a un hombre le excita robar prendas interiores femeninas, mientras que €n otro produce el mismo efecto el imaginarse azotado por una 91 tacon alto? {Por qué ae mujeres gama com bot: de tiorna preparacion previa antes de &XCitarse Se. rato 5 que a otras les gusta ser acometidas brutal mientra ombre poderoso ¢ impaciente? ¢po, a objeto amoroso heterosexual, Otras n cambio s6lo les interesan los Nifios? uno homosexua’, 7 terrogantes que vamos a discutir, aunque he. Este es el tipo de eee comienzo que todavia no tenemos a nues. mos de admitir des estas plenamente satisfactorias. tra disposicion a -cudles son las fantasias sexuales mas fre. Ae eens tienen las personas en que se manj- cuentes, ne sin lugar a dudas, varian enormemente en a idad de tiempo que dedican a pensar sobre el sexo. Algu- nos individuos son capaces de efectuar un coito razonablemente satisfactorio mientras estan pensando en las tareas hogarefias 0 en lo que hay que hacer al dia siguiente en la oficina. Otras perso- nas estan tan preocupadas por el sexo que las mas remotas aso- ciaciones de ideas son capaces de desencadenar las fantasias mas desbordantes. El contenido de las fantasias suele ser también muy variado. Hasta hace poco tiempo no se habia dispuesto de dema- siada informacion relativa a los rasgos de la fantasia sexual de hombres y mujeres normales. La mayoria de lo que se sabia de las fantasias procedia de informes de segunda mano que venian del divan de un psiquiatra, por lo general de pacientes neuréticos o incluso psicéticos, 9 también de antologias eréticas cuyo objetivo era despertar el maximo de estimulacién sexual. Los intentos de ae Gatos mas Cientificos se han visto a menudo obstaculizados T las distorsiones S73, El informe Hite, por eenplo, ewer en la muestra utilizada. ado en las Tespuestas a un cuestionario facilitado a u : gran nim j Tegiones de los Estados Unidos. a ee muchas Tequie. nas eligen un Organos femini: k e, y la tas; id cumplimentados fue de solo un 3% Heme . Os de 5 808, en consecuenc} a, en la evaluaci¢ : i les Conclusiones de Hite, p, ej, cian mine 2 firma q ejemplo el MS Magazin Ras como por de jos Cuestionarios ‘er muy cautelo- de las Principa- , ue la insensibiii- IV, Fantasia y excitabilidad i masculina 68 1a causa primordial de la dificultad sexual feme- . ue la masturbacion suele ser un desahogo sexual feme- ny as satisfactorio que ¢l acto sexual con un hombre. Lo ses- mn que estaba la muestra de Hite desde el punto de vista poli- oe quizas explique también la aparentemente exagerada frecuen- ja de conductas fantasias lesbianas. parbara Hariton y Jerome Singer, de la City University de Nueva York, publicaron en 1974 una encuesta mucho mas util sobre el tema de las fantasias en las mujeres norteamericanas, si bien en este caso Ja muestra estaba constituida exclusivamente ‘or mujeres casadas, y en Su mayoria de clase media y de origen judio. Alrededor de dos tercios de estas mujeres declararon tener fantasias sexuales “al menos durante parte del tiempo” dedicado al coito con sus maridos, y mas de la tercera parte tenia fantasias “muy frecuentemente” durante el acto sexual. Tomando como base dichas fantasias, podian distinguirse cuatro clases principa- Jes de mujeres: 1, Aquellas que tenian numerosas fantasias diferentes, y con elevado grado de frecuencia. 2, Aquellas que casi nunca experimentaban una fantasia. 3. Aquellas que tenian reiteradas fantasias en relacion con otros amantes, otros lugares y otros momentos. 4, Aquellas que se especializaban en fantasias de sumision forzada, por ejemplo, ser dominadas, violadas, seducidas, humilladas o raptadas para ser convertidas en esclavas blancas. La primera clase de mujeres —la que tenia muchas y variadas fantasias— parecia tener una personalidad muy activa y extraver- tida. Tales mujeres poseian un alto grado de interés en el sexo, y evidenciaban ante él una postura no conformista y exploratoria. Si bien era probable que hubiesen tenido aventuras extramatrimo- niales, no se apreciaba ningun sintoma de que sus fantasias estu- viesen motivadas por una infelicidad conyugal. Mas bien parecian Teflejar una necesidad de novedades y de estimulacién. Ademas del sexo extramarital, estas personas tenian experienci general en 4suntos sexuales, y también participaban con frecuencia en activi- dades creativas no sexuales, p. ej., ceramica, pintura y musica. El Segundo grupo de mujeres —las de escasa fantasia— eran lo . 93 s en casi todos los aspectos, Participap, 5 primera puesto # las Pride ya fuesen sexuales 0 10 sexyaje, "én jgimas act! a i +7 Be. a pautas tradicionalmente femenina sm oa UE Se refer; a guia IS Pind, pudiendo ser descniias Como ‘concliatoy su Pers otectores y proclives a la afiliaciOn”. El tercer gry.” sciles, P 8 : nasi relacionadas con otros rear compartia alpy, (con -acteristicas de las mujeres con elevada antasia, eran act. nas caracteris «, impulsivas y juguetonas, pero solian estar Te. 8, independiente: vas, independiente Ide si quae lativamente ingatisfechas con el aspecto sexual U matrimonio, Z| cuarto grupo (fantasias de sumisin forzada) tenia una perso, E a 1 mas parecida a la femenina tradicional, carente de fanta. rm Sus relaciones conyugales eran por lo general buenas, a pe. sar de que solian mostrarse pasivas durante el acto sexual, de- jando que sus maridos tomasen la delantera. Consideran que sus fantasias eran muy erdticas, y que les ayudaban a gozar del sexo, Este estudio indica que las fantasias sexuales no constituyen raras manifestaciones patoldgicas, sino algo bastante comun en las mujeres durante el acto sexual. Aunque a veces se aducia que las fantasias afiadian novedad y excitacién a un acto (o a una pa- reja) que se habia vuelto un tanto rutinario —y en este sentido po- dian interpretarse como sintoma de inquietud— lo cierto es que la mayoria de las mujeres parecia considerarlas como un factor po- sitivo para su vida amorosa. Ademas, se advertia que las perso- nas con un elevado porcentaje de fantasias sexuales poseian al Sea ee os poderosa y una creatividad y un placer fantasias aaa [ aaa aoe oe eee tenga si bien el contenid oreta oe tenga dificultades © carencias, : °° concreto de tales fantasias como veremos mas adelante- puede servir co Paras Wilson (1978) a levado's eabe tone Ciendstco. Tegin londinense sobre el on ae Poco una encuesta en la jetes normates, Se dstribuyé por la ealle eo en nom res Y MU- . en distintas zonas repre- a in cuestionari - bibliografia clinica y de en See fantasias, procedantes de i 2 de ad estudios- sen el cuestionari 4 ello y la direecion te IV. Fantasia y excitabilidad ue se les entregaba al mismo tiempo que el cuestionario, press s que el anonimato quedase perfectamente garantizado. le oe blero noventa respuestas, aproximadamente la tercera ¢ i las personas que habian aceptado los cuestionarios, con i mero de mujeres que de hombres. Se practicé un analisis torial para averiguar de qué modo se agrupaban las diferentes aa En otras palabras, las fantasias que tendian a ser expe- ventadas por el mismo individuo eran clasificadas dentro del esate grupo. De este modo se obtuvieron cuatro grandes catego- rias de fantasia sexual, que fueron denominadas de la siguiente forma: exploratoria, intima, impersonal y sadomasoquista. Estos cuatro factores —y algunos de los items que servian para definir- Jos— aparecen a continuacion en un formulario simplificado del cuestionario de investigacion. Quizas el lector esté interesado ahora en entretenerse llenando dicho cuestionario, por lo que des- pués explicaremos cual es el sistema de puntuacion, y haremos al- gunos comentarios sobre el significado de los factores. Trate de ser lo mas honesto posible consigo mismo, recordando que gran cantidad de fantasias muy variadas —por aberrantes que parez- can muchas de ellas— son experimentadas por hombres y mujeres normales, perfectamente saludables. igual nu Cuestionario sobre la fantasia Con qué frecuencia tiene Ud. fantasias acerca de cada uno de los siguien- tes temas? Rodee con un circulo el numero que corresponda. Factor de fantasia 1 . Participacién en una orgia . Actividad homosexual . Intercambio de parejas }. Promiscuidad » Ser perseguido por el sexo opuesto . Acto sexual con otras dos personas . Ser un “inocente” seducido . Acto sexual con alguien de diferente raza Puntuaci6n total en Factor de Fantasia 1 (Sume los nimeros rodeados por un circulo) eraveene Psicologia del sexo ctor de fantasia Z Fa 1, Acto sexual tic | al aire libre, en Un Jugar roman- S (pei un capo lento de flores, una playa 2 una pareja amada Iguien conocido, pero tenido relaciones se- 2, Pract 3. Practicar u! con el cual xuales 4, Sexo bucal activo 5, Acto sexual en lugar cocina, baiio) 6. Ser desnudado 7. Ser masturbado hasta el orgasmo por Su pa- reja 8, Besar apasionadamente in coito con a J no se han distinto al dormitorio (p. ¢), Puntuacin total en Factor de Fantasia 2 Factor de fantasia 3 t Observe el acto sexual de otros - Practicar un coito aie 1 con un extrafio, andni . or Por el caucho 0 eee f imagenes 0 peliculas cbscenas Utilizar objetos esti jetos estimuladoy o, fs vlad) res (p. ei, vibrado- 7. Sentitse excit 8. Utilizar pren 96 | IV. Fantasia y excitabilidad actor de famasia 4 ro golpear & alguien en el trasero ee azotado 0 golpeado en el trasero er 9 1 Se a alguien \do od provocativamente Desnudar & la pareja, como distraccién & Opie ‘alguien a hacer algo : ger obligado 8 hacer algo ra) A A vez |veces |menudo 2 3 Puntuacién total en Factor de Fantasia 4 La puntuacién de las fantasias Observe que las fantasias del cuestionario estan agrupadas en cuatro sectores. Estos corresponden a los cuatro tipos principales de fantasias: exploratoria, intima, impersonal y sadomasoquista. Sume en cada tipo las cifras que rodeo con un circulo. Esto le dara cuatro puntuaciones que podran ir de 0 a 24. Los comenta- rios siguientes le brindan algunas indicaciones sobre lo que signifi- can dichas puntuaciones. Factor de Fantasia 1: Exploratorio Si ha obtenido una puntuacion superior a 12 en esta catego- ria, usted es una persona con poderosas tendencias a la excitacion y ala variedad en su vida sexual. Las puntuaciones elevadas son caracteristicas de las personas que tienen una libido (impulso se- xual) fuerte, y resultan mucho mas tipicas de los hombres que de las mujeres: el promedio de sujetos se situa entre 4 y 12 puntos (entre 4 y 8 las mujeres, y entre 6 y 12 los hombres). Menos de 4 Puntos indica que usted prefiere una existencia estable y poco ex- citante, Puesto que la mayoria de las personas llevan a la practica Sus fantasias en un momento u otro, si ha obtenido una puntua- cién alta existen grandes probabilidades de que haya tenido expe- Tiencias sexuales prematrimoniales o extraconyugales. 97 factor de Fantasia 2: Intimo on superior a 15 le coloca aqui en acion superio A £1 el oxy Una acai significa que usted estd a la busqued, we mas elevado. Es ‘omiso profundo con un niimero limitags 2 dy. fruta de un compr lo una). Es muy probable que — 6 4 uiza con & ? t rejas sua fg bien dispuesta, de la que usted se siente ena ja pal usted una pi isfecho. Los hombres y las mujeres no difieren dg : rado y satiste medio de puntuaciones correspondientes desta gt siado en el Sia entre 5 y 15. Puntuaciones inferiores 85 ing, tegoria, que se s una persona dada a la conducta sexual iting carian a onb0 de unas relaciones personales profundas, 0 dent poco interesado por el sexo, o bien adopta una q ctitug muy informal y lidica hacia dl. Factor de Fantasia 3: Impersonal Las puntuaciones superiores a 10 pueden ser consideradas como elevadas, Ello indica un interés por los fetiches, las ropas, las peliculas y otras representaciones sexuales indirectas, que con- ceden un valor relativamente escaso a la personalidad y a los sen- tre los hombres, y cuando las mujeres desarrollan este tipo de in- tacts le fenémenos secundarios con Tespecto a los de aa ¥ Son cultivados Para complacerle. Por consi- jos hombres, are con un impulso sexual elevado en , ctor: intimj ; ie €8 de intimidag Y Satisfaccion en la mujer. Las Puntuaciones Medias varian de3a8en los hombres, y de 1a 4 on tas Mujeres, La interpretacign de siones, Los suj sta cates etos co, *BOria 1, ta 72 NO sy Vocar o padecer dolor con, Tantuacién i = Provocar confu- 98 Xcitacign Sexual 88ocian e] pro- Mayoria de IV, Hantasta y excitabitidad ge commentart con exporimentar tales sentimientos en el reino clos fantasy y no 8e dedican actuar asl en Ia alcobs, sf bien es . ite que leven t cabo pequefion juegos consistentes en atadu pos esclavizamiento” 0 palmadns en el trasero, con objeto de rovord! ta estimulacion a través de un dolor suave y bien con: irolado. También esta clase de interés ch mAs frecuente en los hombres que en las mujeres y 1 diferencia de lo que plensan al gunos— Ht predileccion por el masoquismo sucle coexistir con el gadismo, en Ja misma persona. Las puntuaciones medias son en este caso de 2.0.6 para los hombres, y de 0 a 4 para las mujeres. Tanto en hombres como en mujeres, las puntuaciones bajas acos- tumbran a ser indices de una vida amorosa satisfactoria ~aunque quiz se produzca esta conexién debido al deseo que tienen de provocar una buena impresin aquellas personas que responden al cuestionario®. Estos comentarios sobre la interpretacién del cuestionario nos indican algunos de los principales descubrimientos realizados a través de la encuesta de Wilson. En primer lugar, las diferentes clases de fantasia suclen ir juntas, en cl sentido de que si se ob- tiene una puntuacion elevada en uno de los factores es probable que las puntuaciones de los demas factores también sean eleva- das. En términos técnicos esto quiere decir que existe un factor general en el Ambito de la fantasia sexual. Los datos empiricos procedentes de este estudio y del de Hariton y Singer indican que este factor general refleja una disposicién subyacente, que podria- mos denominar “nivel de libido”. En el capitulo 3 de este libro se establecid la importancia de este factor en la conducta y las acti- tudes sexuales, y resulta reconfortante encontrar aqui una confir- macién de ello, por lo que se refiere a las fantasias. También en el capitulo 3 se expusieron datos relativos a la base genética de la libi- do, a su probable vinculacion con la hormona masculina que recibe el Nombre de testosterona, y a su influjo sobre una conducta sexual agresiva y exploratoria. En la investigacion de Wilson se com- probé la existencia de una conexion bastante directa entre libido y * Este formulario ‘simplificado del cuestionario de investigacion fue preparado para la publi- ‘acién serializada del libro The Secrets of Sexual Fantasy, de Glenn Wilson, en la revista She; se ‘eproduce aqui gracias a In amable autorizacion de los editores de dicha revista. psicologta del sex a los sujetos sobre gran name, ; al, inte as preguntas centr es eran In a fantasia S su vida cree calificaria Ud. su imp ie = ico! eee 7 Odio; promedio; superior al Promedio, goienes inferior ol rome ; rs len tener por regla genera] Cada 0 : (aauy DAPHT sntos orgasm iferentes ha practicado ud, y, muy alto)s antas personas eparado cong Se na de estas preguntas Por s . ae ingul 4.8 le ellas Aunque adic dela libido, cada ne an pa is tuye una perfecta MP ayuda a configurar una ¢ ; Ben de un angulo diferente exual, En cualquier CaSO, las puntuaciones conjunto del impulso s factores de fantasia estaban tro uno de los cuatro ! 7 elevadas en fan Jas autoevaluaciones del et sexual, la baliaaier orgasmo y las experiencias con diferentes parejas, frecuenci idea de que una libido poderosa se manifiesta pa- corroborando la idea le a iveles de fantasia y de activi dad se- ralelamente oe fuerte en Jes mujeres que ea log = ay ae las mujeres poseen una libido mas varia- ees también se daba con bastante fiabilidad en el caso de los sujetos masculinos. : 5 Antes de pasar al resto de descubrimientos conseguidos me- diante esta encuesta, hemos de mencionar otros estudios que con- firman los nexos existentes entre actividad y fantasia sexuales. J. Brown y D. Hart, de la Universidad de Utah, descubrieron que las mujeres sexualmente experimentadas declaraban el doble de fantasias que las virgenes, y que las cifras maximas de fantasias poorer a 2 3 los 35 afios (edades que corres- le : : época mas favorable an ia vida ne ii = aainmo tiempo, a Ia Giambra y C. Martin, investigando so Tones en la region de Baltimors e, hi i i Sexual estaba relacionado con la aa de parcee ce amin se hubiesen tenido, la frecuencia de] is — pee 708 afios de matrimonio yen . 10s, 1 ‘ a Itasias sey * Seeun esta in- 2 @ partir de log 20 afios: lees Claradas dismi- 100 Tes Cuyas eda. IV, Fantasia y excitabilidad , estabant comprendidas entre 60 y 70 aiios sélo declaraban la es 1 de fantasias manifestadas por los sujetos entre 20 y 30 me ig obvio que Ja edad tiene una influencia muy poderosa so- tre libido. A medida que un hombre envejece, decae. Las muje- res cambio, Hegan al ae correspondiente —y paralelo a una mayor experiencia aan rae muy temprano a principios dela cuarta década de vida, y sdlo entonces aparece un declive si- milar. Algunas personas —y entre ellas, la mayoria de los psicoana- Jistas— han supuesto que las fantasias sexuales son un substitu- tivo dela realizacion efectiva de un acto determinado. Los hallaz- gos experimentales indican que es mucho mas probable la hipote- sis contraria. En el cuestionario original se pedia a los sujetos que manifestasen con qué frecuencia pensaban sobre cada tema dis- tinto en cada una de tres ocasiones por separado (en estado de vi- gilia, durante el coito o la masturbacidn, o en suefios nocturnos). Se les pregunto también si ellos habian hecho efectivamente aque- llo, con qué frecuencia —en caso afirmativo-, y si les gustaria ha- cerlo en el futuro. Se dio una elevada correlacién en las respuestas acada una de estas preguntas. Si una persona tenia fantasias so- bre orgias en estado de vigilia, era probable que tuviese fantasias similares en otros momentos, desease participar en una orgia, y hubiese participado efectivamente en el pasado. En consecuencia, las fantasias estan positivamente vinculadas con la conducta efec- tiva, ya sea a través de los recuerdos o de los deseos, y no existen documentos empiricos que sefialen su caracter substitutivo de la conducta. En todo caso, los niveles mas bajos de correlacion se daban en los suefios nocturnos, pero se debia probablemente a que la mayoria de las personas experimento una gran dificultad en recordar sus suefios y en atribuir una frecuencia a sus diversos temas, Las instrucciones para la puntuacién del cuestionario prece- dente también indican que se hallaron en la encuesta amplias dife- Tencias entre los sexos. De hecho, los hombres declararon tener mas fantasias —de todos los tipos— que las mujeres. Este fe- nomeno aparecia sobre todo en los factores exploratorio, imper- Sonal y sadomasoquista; en el factor intimo sdlo se produjo una 101 «ig favor” de los hombres, Este cu; sae, 0 diferencia aa 1 el andlisis de las respuestas q j,°8tn, ia indicar 7 Pre se vo OTT jonario, en la que se pedia indicar cya) ., "*8n, ues final del © de la lista— aquel que Personalmente gg ty todos los temas ** xcitante. Tanto en hombres como en ig” rase como el mas neralizada fue el “coito con una pareja 2, i ; : ada» ion mas ; imadamente un " ee ida esta fantasia por aproximad al qui: is oe pate eta jetos -hombres y mujeres, JO Cua’ quizas co de los suj at 7 * COnstity 4 ‘1 sign para los lectores de la revista Forum. Sin embargy una desilusion p: ta el resto de elecciones, las diferencias entre acne Cat a notables. A las mujeres, las excitaba my. rie a sexual al aire libre en un lugar romantico”, un “besy cho Dae y el “sexo oral pasivo” (todos ellos elementos dg pares intimo), mientras que los hombres preferian Con mayor fre. cuencia la promiscuidad, la seduccin, la homosexualidad, las or. gias, los castigos fisicos, el sexo oral activo, y el acto sexual con alguien de diferente raza (temas exploratorios, en su mayoria), Tales diferencias coinciden con algunas de las diferencias existen- tes entre hombres y mujeres por lo que Tespecta al temperamento y ala conducta sexual, ya comentadas en el capitulo 2. Los varo- nes suelen manifestar ty ispuestos a a antisociales: ¢] tado ‘de forma anonima, Y las mujere; Ton igualmente dispuestas g Colabo; dmitir en ellos mismos esta Cuestionario fue cumplimen- inicial @ participar e ‘ambign resulta ia On. No se observa © que la id 5 alguna; ‘s Presion so- » Por ejemplo, la 8 de ferencias me- st -Ntre efe ii forme’ 4 los temas de Tiss . fue Construig a ‘erencias activa y pasiva: “obligar a Erreciesen al migm,, 2040 que Suien a un ° tiempo en Seto sexual gee IV. Fantasia y excitabilidad un acto sexual”, “dar sexo bucal”, “recibir sexo bu- oti ia figura 5 aparecen las puntuaciones correspondientes a * “ gorias activas ¥ pasivas, por separado, Mientras que los Jas 0 s tienen una cantidad ligeramente superior de fantasias ac- aie mujeres son mucho mas dadas a los temas pasivos, Ala a de los datos presentados en el capitulo 2, es muy probable esta diferencia tenga una base hormonal. Digamos, de paso, que resulta digno de mencién el hecho de ue el analisis factorial no consiguio aislar una dimension de acti- vidad frente @ pasividad, a pesar de que el cuestionario estaba di- sefiado en parte con este proposito. En su libro The Fantasy Fac- or, el psiquiatra Peter Dally habia propuesto que el factor de sa- dismo frente a masoquismo fuese el primordial concepto organi- zador de este campo. Segin Dally, todos los seres humanos ten- derian hacia uno u otro de estos dos polos, y la actitud esencial- mente sadica (dominante) o masoquista (sumisa) conformaria toda la relacion con el mundo y con las demas personas, aparte de sus obvias manifestaciones en alcobas y burdeles. Nuestro andlisis estadistico, no obstante, ha revelado la existencia de un poderoso factor de sadomasoquismo, de caracter mas unipolar ue Hombres Puntuaciones medias ‘Actives Pasivas ‘Actives Pasivas Figura S: Comparacion entre las puntuaciones de fantasia activa y pasiva de hom- bres y mujeres. ce haber oposicién entre sadismo y lo pare la misma persona, o no aparen ' juntos en a : it s1ai nas que tienen fantasias de azotar se Jen ser las mismas que fantazean sobre ¢l recipi, pear a otro, SUC ienes piensan en herir a su pareja tampi. azotes 0 golpes. aa y asi sucesivamente. Quizas esto je Pa. piensan en ser herife era constituye un fendmeno que parece rezca ilogico a - i on nuestra encuesta. Mas aun, la Correlacign con mucha clarida las fantasias, sino que se extiende a la con, positiva no se limita a 1s : la pregunta “lo ha h ducta efectiva. Las respuestas dadas a la preg’ 10 ha hecho en realidad?” muestran que las personas que azotan y golpean también se hacen azotar y golpear. El estudio de Andreas Spen- gler (1977), sobre 245 miembros masculinos de clubes sadomaso- quistas alemanes, también lo confirma. Los sujetos con una orien- tacién exclusivamente sadica o exclusivamente masoquista cons- tituian una minoria; la mayoria de los hombres de la muestra al- ternaban ambos roles. Por lo tanto, si bien es posible puntuar las fantasias de modo que se diferencie entre preferencias activas y pasivas, tal distincién suele verse relegada por el factor —mas Ppo- deroso— de sadomasoquismo frente a ausencia de sadomaso- quismo. 7 Wien ne ci, que salid a relucir en el cuestionario Vilson, que los sujetos estaban satisfechos con Jar. Ne r aparecen J las perso! que bipo uismo: 0 APE absolut. Asi, cada factor, co; ‘ ig . Como ya se ha sefatn go due Puede fantasias acompaiian a una libido clevada, sobee ae todas las ‘ lo en las mu- 104 sina ag con sentimientos de insatisfaccion. Se trata de un gso0id cubrimiento, Y tampoco es facil de explicar en base al nev te de los roles sexuales. Probablemente la mejor explica- opr fenomeno consista en apelar a los conceptos de oferta y cin da. En gran medida, el placer sexual es un articulo pedido ap s hombres Y suministrado (condicionalmente) por las muje- " si se acepta que los hombres —por término medio— poseen 1 ayor impetu sexual que las mujeres (porque ellos tengan una wmayot secreciOn de testosterona o por cualquier otra razon), de- bemos concluir que los varones tendran mas dificultades en hallar parejas femeninas con (o contra) las cuales satisfacer sus deseos. Como resultado légico, habra un exceso de varones con fantasias insatisfechas, que se lamentaran de una vida sexual insatisfacto- tia. Como corolario de la cuestion, las escasas y poco vulgares mujeres llenas de lujuria de tipo masculino —y que suelen ser de- nominadas ninfomaniacas (por moralistas que se disfrazan de psi- quiatras)— no tendran mayores problemas para encontrar diver- sion sexual en el vasto continente de la lascivia masculina. En consecuencia, no se quedaran insatisfechas durante demasiado tiempo. La validez de este argumento se ve respaldada por el ha- llazgo realizado tanto en este estudio como en el de Eysenck, se- gin los cuales la puntuacion masculina en libido siempre es mas alta que la de las mujeres, pero éstas se manifiestan mas satisfechas con su vida sexual. Otra explicacion, complementaria quizas de la primera, consiste en que las fantasias femeninas se ven estimuladas por una intima relacion sexual con un hombre, y hasta cierto punto, dependen de tal relacion. En el vardn el impulso sexual es un imperativo siempre dispuesto a pasar a la accién, pero la mu- Jer puede “apagarse” y permanecer en reposo durante un largo tiempo, si carecen de pareja. Esta variabilidad en el impulso se- xual femenino de acuerdo con sus especificas condiciones bioqui- micas y ambientales ha sido postulada a menudo por los observa- dores del fendmeno; por ejemplo, se suele suponer que el celibato les cuesta menos alas mujeres que alos hombres. Y locierto es que la fantasia desempefia un papel diferente en la vida de los hombres y de las mujeres, y no es probable que la propaganda feminista ola legislacion positiva pueda alterar este hecho. 105 ae q : x Andrew Barclay, de |, jo realizado por An 8 Uni En un ee Michigan, surgieron con toda lai dag dad del ee encias entre las fantasias Masculinas y wats importantes difere a grandes muestras de Universitariog une nas. Barclay pidio sus fantasias favoritas por escritg, de pi . Rae fon 5 siesen ee isi thy sitarias (0° Pe va, las sometié a un Gs 7 hes contenido, extensa y nal las fantasias masculinas concedian un grap dna, id que descubrio q isuales, incluyendo detalles anatémicos Comp | a los aspectos ve a a chica o el color de su vello PUbico, 1, forma de los senos de n en las fantasias masculinas ACostumbry. mujeres que rea incluso desprovistas de rostro~, y ee ban a ser ee compromiso emocional. En Contrast ver implicaban iestaban fantasias relativas a hombres identteg ts aee ae compaiieros de trabajo, astros cinemato. ae ae personas famosas. Concedian una oars oe siderable a la cualidad de la relacion y a los aspeci od es Vos —por ejemplo, los sentimientos de amor, felicidad o ansie lad que la relacién provocase—, pero eran muy escasas las descripciones fisicas, y virtualmente no aparecia ninguna mencién anatomica mas abajo del cuello, Tales diferencias concuerdan bastante con las creencias populares ¥ con el fendmeno tantas veces indicado de que a los h lombres les excita el erotismo visual, mientras que las mujeres Prefieren rotismo (p. 6}, Byrne g Lamberth, 1971), También resultan Coincidentes log datos Opi ‘ ae COS a este Tespecto. En nuestros pa- Tentes los simios, afirma Desmond la excitacion sexual se Inicia originarj ~ a Tiginariam Sefiales visuales que la hem- Macho sie: : ‘Mpre dispuesto Tal fenémeno po- eN filopen ges fas Citacion Sexual ma; natn Les a Ominio visual en la ex- Sociologia nog Offre 8300 7 icant: onl ident ina explicacign del interés femenino Vista de] «, Roista” nS : ; 8Sculingg. is kins, 19 inte. 80° €l punto de iste en fecundar el may; Kins, 76), el intars ‘aximo ny sib tees Mascyl; 4 de lo que Sucede en Ig jr? POsible de 8yy 1 sculino con: !a produccién de @, 4 industria Yulos ¥ al con- . Permatozo; ‘Utomovitist: ore Tes, sin embargo, Poseen cnn Ha eZ g degen briténica— a 106 but Las muje- limited de Svulos ‘ugiooujspes Bj A opigy] 8] UO ULOLIas UD ‘uOIORGuNysBU ke A OW109 [9 ]UBINP SepEyUoUTIJOdxe seJseIUBA 29 BAMBI vo- ° snl 0 £0- o1soouy sa1quoH @ zo- vo- ogy Si wv soyounuy U!ONPES @ sofeus wuOss2g ° NOIDOVASILYS 90 , . : foes 911 ; 7 4 NOIOOVASLLYSNI so vo €0 zo 10 vo- prmes * go- ¥'0-] GO- 90- rouswoned g gree JH @ ° ‘© auqy 235 show yall FE TY, uaaof wu0sied @ fama! owisqyoned © suua2sqo opiniasiod sudos seyn S°U9S¥NHT so1fo * * By snory popinasiosd 0 Fopny sa1quoH or osu wuosied © ipyzs0y 0 a °F" wena ile toma upigoues wuosi2d O wong oss 38. ° suoH ° vo °° pour wait, soma somos 39039540 twang, dos wy ° Newtson IND © oe 18 so 0 aed 20d pease © ’ seston’ v0 Psicologia del sexo cifra atin mg A te uno al mes) ¥ ef razadas (a dag (aproximadament ueden quedar embai as (treintg Cin afios en los que P' consecuencia, resulta ldgico que 55 Wel como maximo). En a los antecedentes del espermatozg, de : selectivas con resp cceder a las proximidades de sus trom, 8s i que se le permita a discutible el grado en que estas Considera. Falopio. Sigue sien ocialmente aprendidas, 0 bien se basa, ciones son sions Zo ee preexistentes en hombres y mje caracteristicas te Ls con el nombre de instintos), Es Probable, res (también a. cosas sean ciertas Y Ue, en cualguier = ae resultantes estén muy lejos de ser Superficia. caso, las ania! fe ct del cuestionario que Comentamos a eanealaaa frecuencia entre personas normales— se Sota fenomeno chocante: estan en conexi6n con algunas de las desviaciones sexuales mas corrientes. Esto se Comprueba sobre todo en las predilecciones de tipo masculino, caso de las categorias impersonal s6lo es cuestion de grado o énfasis como en el y sadomasoquista. Al Parecer Telativo el que las Personas se ‘a en su cerebro, limitandose a apelar a ella para Conseguir un orgasmo en la masturbacién 0 una excitacion en el coito heterosexual, 0 bien se les Presente la necesi- dad de ponerla en Practica de algtin modo. Y Cuando se pone en Practica una fantasia, también existen Brados de desviacion que van desde un role. “Playing de alcoba Con un amante o un ¢} p d onyuge, Pasando por sofisticados Tituales en Jog que intervengan ot {8s y escenografia, hasta llegar a Conductas totalmente cri inales ~COmo es el caso de los violadores, los desc fl derastas, A Continuaci ‘uartizadores y los pe- mM ent cae ttals (0 “varincioney™ #5 algunas de las desviacio- cuentes: ™O algunos lag Maman) més fre- Desviacién eae Fundc Fetichismy Obiet08 no huang nt? 4 le exci Parcialismo Tre 1V, Fantasia y excitabilidad Mirar a otras personas mientras se desvisten o realizan el acto sexual. ‘ Relacidn sexual con un pariente cercano, p. ¢j., hija, her- mana. Asalto sexual aun adulto que no lo consienta. Contacto sexual con nifios. Provocar dolor a otra persona. Provocarse dolor a uno mismo. Orinar sobre otra persona, o ser orinado por ella, La defecaciGn o las heces fecales. Rozar con los drganos genitales a otras personas, aprove- chando un agrupamiento multitudinario. Coito con un cadaver. Coito con animales; masturbacion a animales, Si en una cosa estan de acuerdo los psicoanalistas y los psi- cdlogos conductistas es en la importancia de la fantasia sexual en Jos origenes de la desviacion sexual. La primera teoria de Freud sobre las neurosis atribuia la mayor parte de nuestros problemas sla experiencia de la seduccion en la primera infancia, practicada por regla general por uno de los progenitores, una nifiera o algin otro adulto encargado de cuidar al nifio. Se consideraba que los recuerdos de este primer incidente traumatico subyacian en una gran diversidad de sintomas neurdticos, que iban desde las fobias hasta la frigidez. Desafortunadamente, las investigaciones de Freud no lograron aportarle ninguna prueba de que sus pacientes hubieran sido de hecho seducidos durante su infancia, de modo que mas tarde rectificd su teoria para decir que las fantasias de tal seducci6n eran las responsables de las dificultades de los adul- tos. La mayoria de los psicdlogos modernos no se toman esta ase- Veracién demasiado en serio; sin embargo, probablemente Freud tenia razon cuando llamaba la atencin sobre la importancia de la fantasia sexual en la aparicién de la conducta sexual. Una de las teorias modernas mas prometedoras en el campo de las desviaciones sexuales es la de Ralph McGuire y sus colegas de Glasgow. Estos autores sugieren que, en algiin momento de la nifiez o de la pubertad, el individuo ha pasado por una experiencia mocionalmente excitante, y que a la vez posee una connotacion Sexual. Puesto que se trata por lo general del primer aconteci- 109 erimentado por el 7 vidos desde wna eran, jento sexu’ Os empre sera considerado como algo jn ads mien! siemp! dos, el individuo utiliza tal exper, Uty ; e todos modos; © | el placer asi obtenjq “2 indirecto- a la masturbacion, y ¢ Nido «, e como ayuda para Ia en tanto que estimulo sexual. Bs my, 7 ha fantasia e se utiliza durante la masturbacién eva : ee ae acoplarle otras experiencias signi a pasado o del presente. Si se vuelve jg suf. cativas, procedent exclusiva en su calidad de determinants cientemente poderose a probable que en algun momento se tra. de la excitaci6n sexu . si esa accion resulta muy heterodox 0 duzea en ears el calificativo de desviada. muy ee por ejemplo el caso de los exhibicionistas, g, trata de hombres que tienen la compulsion de mostrar SUS Orga. nos genitales a espectadoras involuntarias, en lugares publicos, Sy excitacién sexual suele depender de la reaccion de alarma o de re. pugnancia que manifieste la victima. Si ésta responde con Tego- cijo o hilaridad, acostumbran a sentirse desconcertados y a aban- donar mansamente el terreno. En Inglaterra se producen cada aiio alrededor de dos mil juicios por “exhibicion indecente”, y en la mayoria de ellos estan implicados hombres que poseen todo un fuerza” dic bable que la ciona de manera ria cuando mis m0 tiempo, heen nettado como algo 4contecimientos ae elias turba, debido « viene a la memo- Mayor extensign del mie ESE on | as lig tte ambos dl : bro vi Pabilidad dag ail de excitacign de T del o; Be = la ue y oa si fu Me vuelva a ser uti da en un px a. prob; aie ho Proximo acto de abili- IV. Fantasia y excitabilidad yagi es ques & través de un ciclo de masturbacién, fanta- paid asmo, el “guion constituido por una modificacién del in- sin te original adquiere el control exclusivo de la excitacion se- ciel muchacho. Mientras que para algunos individuos de este sol : sible mantener la idea en cuestion dentro de los limites me fantasias, otras personas necesitan al parecer “cargar las ast con una sesiOn en vivo cada dos o tres semanas, ae gi aceptasemos esta explicacién, de ella se derivarian algunas implicaciones interesantes. Primero que todo, puede justificar por qué la masturbacion ha sido declarada tabi en la mayoria de las culturas (Ford & Beach, 1951), Los europeos de la época victo- riana, por ejemplo, atribuian a tal practica toda clase de degene- raciones fisicas, psicoldgicas y morales. Ahora estamos en condi- ciones de comprobar que hay un sentido en el cual no se equivo- caban; existen ciertos peligros en el “autoabuso” si como resul- tado de éste quedan sellados determinados estimulos para la exci- tacion, cuyo caracter es socialmente inaceptable. (Por supuesto, esto no significa que tal practica pueda abolirse eficazmente). En segundo lugar, la teoria puede ayudar a comprender por qué la desviacion sexual es mucho mas frecuente en los hombres que en las mujeres. Los hombres se masturban mas que las mujeres, y por consiguiente, es mas probable que elaboren fantasias imper- sonales y carentes de significacion amorosa. Con base en esta teoria también se pueden efectuar prediccio- nes sobre el tipo de hombre mas vulnerable ante la desviacion se- xual. Los hombres timidos y socialmente inhibidos serian espe- cialmente proclives a ella, ya que —al carecer de las habilidades sociales mediante las cuales se consigue una experiencia heterose- xual normal— para su satisfaccion sexual dependerian mas de la fantasia y de la masturbacién. Existen datos empiricos de que los fetichistas de los articulos de caucho suelen constituir un grupo mas bien timido y pudibundo (Gosselin, 1979), y los clinicos con- sideran en su mayoria que sucede lo mismo con los voyeurs y los paid6filos. También se ha descubierto que los desviados sexuales de tipos muy diversos continuan masturbandose en la edad adulta mas que los sujetos normales (Goldstein et al., 1971). Por lo tanto, parece haber algo de cierto en la imagen estereotipada del Mt Psicologia del sexo y como individuo pencrguee “inadecurden “perv igue siendo necesario evaluar con mya” §; javia SIgU yor Ny barges tod ia del factor personalidad como element PN a revia existencia de la desviacidn la responsaty, i oN ae sociales que se observan, mas bien que g Pret cl x verso. i tar cuales seri 3 jamos pregunt Serian los Tambien 008 anew a la luz de esta teoria, La Testy isibles de la pomog! lui : fia creel porque reconcilia al parecer dos argu, ee resi ae iT en principio opuestos: a) la Srirlchaiel Shea |8 desing sexual; b) la pornografia inmunizaria PATICION de ; desviacién. De acuerdo con la teoria expuesta, una temprang continuada exposicion a una amplia variedad de estimulos sen, les explicitos disminuiria la probabilidad de que un solo incidente aislado, al principio de la pubertad, adquiriese una Significacisy exagerada en el momento en que comenzasen las poluciones nop. tumas y la masturbaci6n. Las fantasias y los recuerdos Utilizados variarian més bien en torno a numerosos temas heterosexuales, provocando asi con toda naturalidad un interés por las mujeres en tanto que objeto sexual. Por otro lado, si a un nifio se le Protege de toda fuente de estimulacién sexual hasta la edad en que sus hormonas masculinas magnifiquen la excitacién sexual con la que a est Programado para responder, las experiencias “accidenta- “ adguirirn entonces un relieve especial, Estas pueden ir desde ma Sorprendido por una dama mientras él est orinando de- desnuda eae ee la fotografia de una mujer Voca la desviacién: la imagen fas équé es lo que pro- Vamente resguardada? Pr "@ 0 la educacién excesi- ambas cosas son en parte robab! Fesponsables del fenémen eens, Pe 10, ‘, . sible garantcar que un no dado que resulta virtualmente impo- timulo desviado, ac} ho nunca se enfrentara con un es- 5 » quiza sea Prudente An Gristan fuentes de excitacise heterosexuar que en el entorno i ; ‘Norma]”, Or msecuencia final de la teoria de CGuire sob, método terapéutiog mie t Sesvi ; a CO més apropiado. - vie oa eee is ‘Canzado g fuerza sctuala tne . ‘Antasias ™asturbatorias, TV, Faas: 7 Sosreae manera de debilitarlo y reemplazarlo por algo mas acep- 8 mejor mata en un proceso de reeducacién de la fantasia, able oo tas han manifestado que este tipo de enfoque les ha varios ciertos éxitos. Por ejemplo, el californiano J. Marquis per a catorce pacientes indicandoles que se masturbasen utili- i a fantasia favorita hasta que casi llegasen al orgasmo, eats en el cual habian de pasar a otra fantasia, previamente ogida como mas deseable. Una vez hecho esto unas cuantas ee se les indicd que hiciesen retroceder paulatinamente en el eae Ja fantasia sustitutiva, hasta llegar al principio de la mas- turbacion. De este modo, la fantasia deseable fue adquiriendo un tencial de excitacion cada vez mayor, mientras que la fantasia desviada se volvié gradualmente innecesaria. Al parecer, Marquis Jogro romper con éxito el vinculo entre el objeto sexual desviado y la excitacion sexual. Al mismo tiempo, proporciono a sus pacien- tes una base mas satisfactoria para la excitacion sexual. Todavia es demasiado pronto para juzgar la bondad real de esta terapia de Ja desviacién sexual, pero si se confirman sus iniciales demostra- ciones de efectividad, constituira una innovacion muy util. Puede ser considerada asimismo como un apoyo a la teoria de McGuire sobre el origen de las fijaciones y compulsiones sexuales. La generacién de fantasias no es la unica base de la desvia- cion sexual. También estan implicados los factores genéticos, aunque solo fuese a través de las diferencias personales por lo que respecta a la receptividad ante diversas clases de condiciona- miento. Existe un apasionante informe relativo a un caso de feti- chismo de la goma, que se desarrollo autonomamente en una pa- reja de gemelos idénticos (Gorman, 1964). Uno de los gemelos re- cordaba como experiencia placentera inicial el hecho de que su madre, cuando él tenia cinco ajfios, le dejase sobre una superficie de goma después de bafiarlo. El frotarse el cuerpo contra la goma le producia una sensacin excitante, que a partir de entonces trato de repetir con frecuencia. El otro gemelo manifesto la aparicién de un incidente similar a la edad de seis afios, y el desarrollo de su fetiche siguid un curso similar. Ninguno de los dos supo nada del interés del otro por la goma hasta que a los diez afios comentaron el tema por primera vez. El fetiche persistio hasta la edad adulta, 113 — i racticas simi clararon fantasias y p : Milares 5 gemelos en ayuda psiquiatrica a instancias q, “Ung ‘i SCA : * abia me nj otro tenia interés real en abandonar .\% 99 i. be ‘deraban como algo “natural” en su Personal et. oe Kallmann sobre los gemelos, se desoup.: ico estudio de Kallr 4 id Jos idénticos que eran transvestidistas, Y bas. homosexuales. Mas tarde, sin embargo, melos idénticos que no coinciden en la homosexualidad (es decir, uno es pee ‘ otro, heterose. xual), de modo que no cabe atribuir a la genética i r pe dad exclusiva de tal variacion. Por el momento resi ta ¢ ificil eva. juar el grado en que estan implicados los factores genéticos en las proclividades sexuales. El Institute of P: ‘sychiatry esta llevando a cabo en la actualidad un estudio mas amplio sobre el tema de los gemelos, que nos proporcionara en el futuro una nocion mucho mas adecuada sobre la importancia relativa de los factores genéti- cos y ambientales en el valor de excitacion de los items correspon- dientes al cuestionario sobre fantasia que hemos analizado en este capitulo. Decir “estoy hecho asi” quizds se convierta en una ex- plicacion mas certera de las tendencias desviadas de lo que el am- bientalista Zeitgeist de los ultimos afios nos ha Ilevado a creer. Existen otros factores bioldgicos, ademas de la genética, que probablemente estan en relacion con las preferencias sexuales. La Investigacion zooldgica y los estudios clinicos relativos a hijos de pee eye a tratamiento hormonal (ver Capitulo 9) han lo que la conducta sexual adulta puede verse influida por factores bioquimicos di lurante el de; i6 todo durante los ultimos tres mese: aon ——— resultan afectados el cue jit Bestacion. A veces también " ; re sucede asi, Puesty cle eee Sexuales, pero no siem- i . es el a ee z Sofisticado de nuestros Organos, sus funciones pax oe y el mas i ‘eden verse modi- chismo; En el clasi una pareja de geme! tantes mas que eran han hallado numerosos Be! a (Epstein, 1961), hae ny Caracteristicas compote Ser que otras 14 eS Pei, mu- IV, Fantasia y excitabilidad os 0808 de transvestidisino, exhibicionismo ¥ Violacion reingi. cho" haya que atribuirlas asimismo a lesiones Cerebrales leves, soa sorprendente su paralelismo con la epilepsia: tales practi- Me oor a menudo de forma Ciclica (p.cj., con una frecuencia 4 roximadamente mensual), y pueden tener Jas Caracteristicas de une compulsion o suceder durante un estado de disociacién como d sonambulismo. Hs probable que los procesos de condicionamiento en sentido estricto —carentes de la estructura que McGuire supone en Jas fantastas— también estén conectados con Ja desviacion sexual, En el capitulo final describiremos un experimento de $, Rachman, en el cual se provocaba la aparicion de “fetiches” en varones norma- les, mostrindoles fotografias de botas poco antes de fotografias de mujeres desnudas, Esto corrobora el condicionamiento posi- tivo de nuevos estimulos sexuales. Mas facil de demostrar resulta la clase de condicionamiento negativo que en su forma extrema se manifiesta a través de las fobias. Algunos desviados sexuales pa- recen verse atraidos por objetos sexuales heterodoxos —p.ej., ni- fios u objetos impersonales— debido a que éstos son vistos como menos amenazadores que los adultos del sexo opuesto. Tales indi- viduos quizas hayan tenido con el sexo contrario una experiencia o una serie de experiencias muy desagradables, que les hayan Ile- vado a pensar que el sexo opuesto no es muy accesible. O bien, como sugieren los psicoanalistas, la relacion con el progenitor de sexo contrario quizas les haya provocado una actitud de rechazo de la heterosexualidad. A este respecto se ha sefialado con fre- cuencia que los hombres homosexuales han tenido madres domi- nadoras y padres débiles o ausentes. Si bien no es conveniente su- poner aqui una simple relacién de causa a efecto, quizas algunos homosexuales masculinos hayan adquirido una imagen femenina generalizada, segun la cual las mujeres son temibles criaturas con las que mas vale no bromear. . Todo esto no significa que estemos en condiciones de predecir con facilidad la orientacién sexual de una persona partiendo del conocimiento que tengamos de la personalidad de sus padres. En los diversos tipos de condicionamiento, tan importante como los estimulos condicionadores resulta el momento preciso en que se 15 Psicologia del sexo 4 roceso. Rachman repitid su exner: dos y después | eto, imero los desnudos y despues las fotos de fac’ Py , e en este caso no se establecia ung descubriendo qu ina dea Nexis ipo fetichista entre ambas secuencias de imagenes, py, “ng tipo ier, importante comprobacién de que el condicio, tuyé una impo! a ae Manian ‘no pavioviano intervenia en la cuestion, dado que Uno qa” ee iss centrales de este mecanismo afirma que ¢e esti i: oe debe preceder al estimulo desencadenante, y que la dig cia cronologica entre ambos debe ser, con preferencia, muy breve Un experimento recientemente llevado a cabo por Kantoroyiy (1978) ha puesto en evidencia que un estimulo presentado inme. diatamente antes del orgasmo adquirira un mayor potencia| de excitacion, mientras que el mismo estimulo —presentado inmedig. tamente después del orgasmo— tendra menos poder excitante en el futuro. En tal experimento se mostraban imagenes de mujeres desnudas a sujetos masculinos durante la fase tumescente de la masturbacion o durante la fase detumescente (después del or- gasmo), midiendo a continuacién el grado en que estas mismas imagenes eran capaces de excitarlos mas tarde. Quizas esto nos explique por qué las personas que utilizan la pornografia como auxiliar de la masturbacién acostumbran a declarar que, después del orgasmo, la apartan rapidamente de la vista; temen sin duda que Pierda, su eficacia si se convierte en algo asociado con Ia satis- faccién més bien que con la excitacién, De igual modo, las muje- ead . ellas inmediatamente después del coito. En lugar de feaine desitadas deberian considerar la Posibilidad de que su esté haciendo un favor, evitando un posterior condicio- namiento “desexcitante” is > ala i Cuerpo desnudo. Sea como fete a a yelper ‘ : » 1a mera disponibili an as . imagen de la fantasia, a este Beitasity i ee aa pO de condiciona: iento que tendrg ae od Tampastlts 808 algo decisivo, 4 lugar: las relacio- ‘ambié ee . dé eee ae na la aturaleza de! esti chista suele tener limites nt 14 apaticién de to: La gama de! cuerpo ner limites bien definidos, Suek rater interés feti- * Pci 10s pies, el cabello de ung Te tratarse de partes 116 neitud peculiar, una 1V. Fantasia y exeitabilidad yestit (zapatos 0 ropa interior), o alguna clase de mate- pen eda cuero 0 goma). No conocemos ningiin caso de cor- nae . gasped o de mesa de comedor convertidas en fetiche, tate io, es ldgico que las prendas de vestir estén tan a menudo det con la excitacidn sexual, dado que la actividad de este ' ele verse precedida por el acto de quitarlas, Mas aun, nues- primeros encuentros sexuales acostumbran a implicar una reja que permanece vestida, al menos en parte, durante el acon- recimiento. El especial atractivo del cuero y de la goma probable- mente se debe al hecho de que su textura se parece a la de la piel humana en mayor grado que muchos otros materiales, Poseen tambien ciertas connotaciones sadomasoquistas, frecuentemente utilizadas en los articulos de sometimiento y flagelacién. Las pie- ies y la seda constituyen lo opuesto en muchos aspectos, al ser suaves y femeninas tanto al tacto como por lo referente a las aso- ciaciones que provocan. Ademas, quizds no sea un mero acci- dente el hecho de que estos materiales produzcan electricidad es- tatica cuando son frotados con determinadas substancias, No podemos abandonar el tema de las preferencias sexuales sin mencionar el concepto de imprinting (en aleman Prdgung, accién de imprimir). Este término técnico fue adoptado por los etdlogos para describir la forma en que los patitos recién nacidos siguen y buscan proteccién procedente del primer objeto movil que les resulte, aunque sea remotamente, parecido a su madre. Se observa una devocién similar en el bebé humano, cuando éste se apega a un juguete o a un cobertor en particular, sin los cuales le cuesta quedarse dormido. Este tipo de aprendizaje solo ocurre en fases criticas del desarrollo, y no siempre en la primera infancia. Sucede de modo bastante repentino, en un momento determinado, y los posteriores premios 0 castigos tienen poco efecto sobre el fe- nomeno. La adquisicién del lenguaje, las manias alimenticias, el gusto musical y muchas otras preferencias se ven afectadas por algunas de las caracteristicas del imprinting, y existe un creciente consenso entre clinicos e investigadores relativo a su intervencion en los origenes de las desviaciones sexuales del tipot del feti- chismo, el transvestidismo y el sadomasoquismo. El eminente in- vestigador de la sexualidad, J. Money, cree que la eleccidn de ob- 17 Sli Psicologia del sexo | ¢ produce como resultado del imprinting 8 edag jeto sexual 5 a, esto “explicaria por qué un adolescg te prana. Segun © superado felizmente el periodo Critigg oy adulto, una inducido a realizar una experiencia sexyge te verse forzado o in onvierta mas tarde en un Practicante cree rrante, sin que Se te teorias genéticas y constitucionales de tal perv oe posmonales prenatales) también servirian, po es las eee jicar por qué las experiencias adultas r7 tee pues Ase a sobre la orientacion sexual. De hecho, Ia = demasia lo a es dificil de distinguir de las teorias Constitucig, i eae rs de McGuire del refuerzo de la fantasia, 4 pe. nals todo, los modelos zooldgicos proporcionados Por los etdlo. gos que estudian los procesos de imprinting resultan Inequivoca. mente vinculados con los origenes de la desviacion Sexual, El ultimo enfoque que intenta una comprension del fendmeno de la fantasia sexual, la excitabilidad y la desviacién, esta igual- mente repleto de dificultades tedricas, pero tampoco podemos ig- norarlo, Se trata del enfoque que pone de relieve el significado simbélico de los estimulos y de la conducta. La excitacion sexual, con frecuencia, depende de una Secuencia muy especifica de acontecimientos, en la que determinados personajes actuan y di- Cen cosas en un orden cuidadosamente Prescrito. Gagnon (1977), por ciemplo, describe el caso de un hombre que desde muchos Saeed era persona muy convencional y de mucho éxito 7M» Peto que experimentaba la necesidad de visitar a » Con el propésito de representar una éntico, El se quitaba todas sus ‘4, Como si fuese un Pafial. Ella tipo de conversacig Parque. Entablab is ésta te decin que debit” rage auee entre un niffo it dae tos y no habler a ee Portarse bien, no tener malos ensamit a tener que marchan Tatios, Pasado Un rato, ella le ‘i i Vg NO esté, Tieng; No debes hablar con na ie Talos y : ICO mu: is ye do on in mas tarde ae re lo Prometia, pero + Negi »2 Vestida de forma TO, ligas, i “ Maquillaje Provocativo, etc.), TV, Bantasia y exoitabilidad gentaba 2 SU lado, Edi i: que a ontablase con ella una wersacion sucia’, y Ge que a tocase, Dospuds do las conve ong y temblorosas negativas por parte de él, ella tomaba ui nientes Yc de él y se la ponia sobre un pec! a. ie las manos y Sobre un pecho, mientras él per- ecia quieto, notablemente excitado, A continuacién ella se ibe ara volver al poco rato vestida otra vex de nifiera, EI negaba E ye hubiese actuado mal, pero ella le ‘Arrancaba una confesién, y juego le castigaba fisicamente. Después de una lacrimosa reconci jiacion, en la que él prometia no volver a hacerlo nunca mis, se vestia, le pagaba a la chica, y volvia a su vida perfectamente con: yencional. {Qué nos ensefia esta pequefia secuencia dramatica? El sim- ple condicionamiento o el imprinting no parecen proporcionarnos una explicacion adecuada, Se requiere una interpretacion de los diversos significados que tienen las mujeres para este hombre, y su necesidad de que al placer sexual le siga la expiacion. Este su- jeto parece tener dos conceptos diferentes de mujer: uno es mater- nal, y le ofrece una mezcla de disciplina con nutricién; el otro es pecador y erdtico, y le suministra placer y excitacion, Quizas la secuencia mencionada satisface la necesidad que él tiene de re- conciliar estas dos importantes facetas femeninas. ,Necesita acaso sentirse sexualmente deseable por una parte, y sin embargo, al mismo tiempo amado por su virtud? El componente maso- quista del ritual gle permite gozar del sexo con un sentimiento mas reducido de culpabilidad, dado que simultaneamente se le castiga? La dinamica implicada resulta muy dificil de adivinar, y mucho mas arduo resultaria el verificarla cientificamente. Sin em- bargo, resulta inevitable el interpretarla en un nivel metaforico. Dicho sujeto no es un demente, puesto que en otros momentos su conducta es perfectamente consciente y ordenada. En todo caso, un porcentaje bastante elevado de individuos declara poseer fan- tasias seriadas de esta clase, o “‘guiones”, como a veces s¢ les de- Nomina. Es muy importante el tratar de entender estas secuencias, dado que casi con certeza constituyen el prototipo de los ritos Puestos en escena por la mayoria de Jos criminales sexuales mas despiadados, p.ej., Jack el Destripador, el Estrangulador de Bos- ton o Charles Manson. Apenas transcurre un afio sin que alguna << 110 ea a 4y ion se vea aterrorizada por un maniaco sey, al con, poblacidn | afios aparecio en Inglaterra ¢ Violador Puy, En los tltimos encasquetaba una capucha de Cuero ng Cy bridge, que se s a punta de navaja y, todavia en accijn Bro Pe, violar a mujere: lineas, el Descuartizador de Yorkshire seit esceibimoa estas onquistar a una prostituta Con el &Xclugi ti ae ' bendonar mis tarde su cuerpo brutalmente ae! Bro, pésito i aan ro de desperdicios. Resulta bastante Claro Alig ea algin vertede fl la Unica motivacién que interyjt* ificacion sexual no es la «ene ey a tituales, De hecho, puede que sea algo Secundario inclu, inritenta, En tales practicas y fantasias, las actitudes hacia lag mujeres, la necesidad de dominar o de ser dominado, de Bred 4 de ser castigado, suelen ser con mucha mas frecuencia el ele. mento central. En este sentido, los asesinos sexuales Probable. mente son mas parecidos a los cleptémanos y a los Pirémanos (individuos con la compulsion de robar o de comenzar incendios) que a los desviados sexuales menos peligrosos. También estan a menudo implicadas las actividades hacia el S€xo; muchos de estos individuos parecen tener una libido poderosa pero Consideran Que el sexo es algo “sucio” ¢ inaceptable, y sus horribles crimenes Parecen estar en cierto modo en funcién de este conflicto, = Psiquiatra Robert Stoller ha €xpuesto una teoria de la exci- tacion y Ja desviacion Sexuales que se Propone explicar Por qué Son sadomasoquistas muchas de nuestras fantasias, Y Por qué en el Mitologa esta tan a Menudo vinculado Con la agresién. toller sugiere que la excitacign Sexu; su i al depende i ivel = oe hacia el Objeto de nuestro Toso : ‘que eee xual, en ci : ' , 8 algo ©quivalente al sentimi a ‘entimiento no gene SPoca de nuestra 1-2 era infancia, su- » Ros. na hecho dafio un otra i Persona que histone ecto 2 Nosotros, Como 0s acont ec i eos i - dente Original, conn al stanciag q ene » Pero co, F Tode, inci- Salgamos triunfadores. De agra diferente, de ™Modo que inci: icia que se n la ing, lo, Volvemog del 2 ¢ UOsotros fantasia, onus 3: Cada ver gue vl Teves la injus- ‘Sumir que en ste guién | 1° Pres, os la 129 mento iunfo k | | | 1V, Fantasia y excitabilidad sje con €l orgasmo. Esta teoria, fn opinion de Stoller, da cane inumerosos fendmenos Vincul lados con la conducta se- yen + ejemplo, Ja ambivalencia que muy a menudo sentimos ost estras parejas sexuales, la mayor facilidad con la que nos pit a pareja novel, la frecuencia de los juegos previos de tipo east y las atrocidades cometidas por los maniacos se- ze trata de una idea interesante, pero dificil de Verificar, si no imposible. También existen otras explicaciones posibles del nexo ie sexo y agresion. Los etdlogos nos dicen que la conducta de alanteo en otros animales con frecuencia empieza por una espe- cie de lucha entre ambos pretendientes; finalmente la hembra se ye dominada por la mayor fuerza y rapidez del macho, y entonces se somete al apareamiento, como acto de conciliacién. A menudo se observa el mismo patron entre los amantes del género humano o entre parejas casadas, y muchas personas declaran que los me- jores actos sexuales son los que se llevan a cabo después de una pelea violenta. Dado que este patron instintivo de agresion mascu- lina en la aproximacién sexual no resulta aceptable en nuestra so~ ciedad civilizada, quizas no debamos sorprendernos de que emerja en forma de fantasias de sadismo, violacién, humillacién, etc. y en algunos casos, a través de actos de esta clase.. Cuando tratamos de entender los origenes de la excitabilidad y la desviacién sexuales chocamos con un problema complejo y, al parecer, de inaccesible solucion. Sin embargo, constituye un Problema socialmente importante, y precisamente de la clase que €8 objeto de analisis por la psicologia. En consecuencia, es una listima que no se hayan hecho mas incursiones dentro de este te- Tritorio. Ahora nos encontramos al menos en posicion de apreciar Cual es el tipo de componentes que deberia abarcar una teoria Completa y adecuada al respecto. Serd preciso tener en cuenta los factores genéticos y biolégicos en general, que determinan las di- ferencias entre hombres y mujeres, asi como las variaciones de temperamento y de orientacién sexual dentro de cada sexo. Tam- bién seré necesario tomar en consideracién diversas clases de Aprendizaje, desde los tipos muy primitivos, rigidos (y con fre- Cuencia emocionales), del tipo del condicionamiento pavloviano o Pyiculogia del sexe i rocesos superiores de APrON Aira diel imprintin ico, que son producto de nuestra AWaticndy in Mey noscitivo y SU" ncia Yc Oa e incremento de In pgrmisividad dy Ing Debido al * visto en condiciones de omprender nuevas fon dad, nos Laan ng fireas tan intimas, con lo cual se nog hat . tigaciones en et a ahora insospechada de fantasias y dy és variedad hast i Jado una va males, en cl sentido de no estar SOmetidys ductas en personas nor tas a tratamiento psiqu Atrico o no haber infringido los pr gales vigentes. Este clevado porcentaje de per st “en Bu mayo, ria hombres— admite experimentar cierta preferencia Copecia, predileccion 0 proclividad hacia cosas que, de sde una perspectivg convencional, cabria calificar de exoticas, s1 es que no les otorga. mos el titulo de repugnantes ¢ inmorales. Lo cierto ¢s que ¢ mismo término “normal” requiere una cuidadosa redefinicién, §) por normal entendemos una persona carente de rasgos patoldgi- cos, entonces la mayoria de nosotros somos mas 0 menos norma- les. Pero si “normal” significa no tener “gustos” especiales, esta- disticamente infrecuentes, entonces la mayoria de nosotros esta- mos un poco pervertidos. El mayor error que podemos cometer a este particular —error que todavia cometen algunos legisladores— consiste en suponer que en este mundo todos son exactamente iguales a nosotros, y que si no lo son, por lo menos deberian serlo. ig, hasta t08 P Referencias Barclay, A.M., Sexual fantasi \.M., les ; i, we asa men and women, «Medical Aspects of own, J.J. & Hart, D.H., Correlates ¢ oe stale ree B19ceenMes sexual fantasies, «Perceptual and ‘me, D. &Lamberth,J., The effect ofe on dey fect responses and subsequent Shove ren Teen om Sex sion on Obsceni ieee ty and Pr ra an 2 Prning OMe, 197t 7 YOM, Wa ily: P The Fantasy Faeion Lond ns, R, The Selish Game, Ontor, a usal, evaluative Report of the Commis- shington D.C., U.S. Go- Weidentela a Oxford Unive’ Nicolson, 1975, In ‘ersity Press, 1976,

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