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UNIVERSIDAD TECNICA PARTICULAR DE LOJA

DESARROLLO ESPIRITUAL II

NOMBRE: Andrea Paulette Iñiguez Conde.


EL DOLOR Y LA MUERTE
La vida humana, a través del dolor, se halla en un estado de profunda indigencia, pendiente
siempre de la exploración de la vía del sentido de su propia existencia. Ciertamente el mal
quiebra la existencia del hombre. El pasado se recuerda tantas veces dramático; el presente
se nos presenta angustioso; y el futuro se presagia incierto, dominado por un miedo que
amenaza con apoderarse del alma humana y de su libertad.  dolor, como experiencia
humana, no es un simple hecho de la naturaleza, sino más bien una experiencia altamente
simbólica, un hecho de la cultura.
El ser humano tiembla con el dolor, además, cada dolor es un preludio de la futura e
ineludible muerte del hombre, de la humanidad, que consiste en el mal extremo y último de
su vida. El hombre muere. La humanidad muere individuo tras individuo. La generación
humana comporta tantas muertes como vidas generadas. En la tierra existen tantas cruces
plantadas, como vidas ha visto nacer.
Y es que el dolor, el sufrimiento y la muerte no solamente nos dicen algo de la vida
humana; sino también de aquel en quien se objetiva, para la generalidad de los seres
humanos, la trascendencia: Dios mismo. Es aquí donde la irracionalidad del dolor y la
muerte se eleva de una forma abrumadora.

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