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Manuel Mora y Araujo El poder de la conversacion Elementos para una teoria de la opinién publica CAPITULO VIL El voto ‘Ning poctidtina ete cede cae pre -suniivws da wieyoria wowed jar la elecciim de; presidentes cuelpuiers de ic hands teria nieue- ‘dad de cont com mls ed itd i = ss, Tel evel rable eaten. laceral cx solic debe ear ya bascanda lc drigentes de ba polities argentina, "sulle fost Necouts Mariéiten, ‘Nuevos temas politicos € historices (1928) 1. La explicacion del voto “Tas os ext rcieuies eet carne de lop a rim pica subagen ta.clte corms stes ciovconiauico de fis votamtes sx lene cla de toto" Groner H. Servo, ““Sobind statu wind poliical beluseiar™ (1957) alle ope pees ea aeandos 9 he materaeaa de sus deol evn ler Jos de ser e.erindles completamente flu estructura eronsbmicn”. _ “Scent rice ied th muting fas" (1 0) Enfoques alternativos ‘Hay distintas razones que hacen de 1a tenniticn electoral un campo fértil para la aplicaciém de teorias de by epiniém pablica, 378 | El poder dela conversacién nas ell det obvie interés que cl voto en si mismo despierta en mit. Ghisima gente, Debido al hecho de que el acto- electoral se produ ce en fechas preestablecidas, mavilizando antes intensas cempafias comunicacionales (las camparas electorales), fas eleccionies facilis tana los analistas In eoneentraciGn de la atencién y la disponibilie dad de informacitn, Las cunpanias electorales resultan ser proce= sos tan estrutturados y tan acotados en el tiempo que hacen posible un andlisis minucioso del impacto de las comunicaciones sobre las opiniones; las intenciones y lox comportamientos, y gene- ran abundante informacién clectoral y sociodemogriica, El inte= Fé en Ia comprensién del par qué del voto se renueva incesantes mente tanto én el émbito académico como en el de las decisiones de cimpants electorales; los académicos se preguntan por los por qué generales'y particulares de cach eircuns-ancia; los estratogas de campafia se preguotan qué hacer en eada circunstancia; los acade- thicos por lo generail estdn interesados en la. comprensién de lo que ocirtié, en tanto el piblioa y sobne tade Ios estrategas estén mis interesaclos en lo que ocurrita o Jo que se desea que ocurra. Apartir de los estudias pionenos de los investigadores de Cor lumbia y de Michigan en los aos 50 y 60, quedaba planteada la pregunta acerea del peso de los factores sociales, estructurales psicoldgiens versus el peso de los factores de la comunicacion, ‘También a partir de e503 primeros pasos quedé planteada wna se ‘gunda pregunta que hoy sigue todavia abierta: el efecto de la ee mmunicacion, ése cjerce a través de los mecanismos facionulles, cg. iitivos, dé Tos votuntes, 0 a través de procesos emocionales? Ta, traclicién socoldgica ha sido en el pasado mis estructural que com miunicacional. Todavia hoy muchos estudios electorales busca iciones a través de variables tales como Ins clases sociales, la poricién aocioecondmixa, la semugriffa, Ia rellglon © aspectos dé Ja cultura © los valores. Todavéa hoy el veto se asocia, en buena medica, a ese tipo de variables, Pero las macanismos de ¢xplica-_ 6n no son tan claros; no es claro si se tata de determinismo que conectan fa estructura social eon las decisiones de los votantes ©” Si se trata mis bien dé variables comunicacionales que operan Caohuno VIR EL vero produciendo efectes-similares entre personas de una misma, posir ‘dn social. Un teorfa del yoro debe necesmriamente deseubrir ¢ identifi: car las variables relevantes y determinat algunes cocficiemtes en las relaciones entre ellas. Supongamios -como algunas teotias Jo pos tulaban € investigaron— que el voto por un determinado particle cstuviese asociado a la condicién ocupacional ‘obrero! (por «jem plo, Klatzmann, 1966). Ademds de disponer de Jos indicadones adecusides, es preciso también establever cxdntas personas en el total de la poblacidn son obreros, y eizintos de los ober efecti+ vamente votan aexe partido; posibleniente otras variables también incidiran en 4 voto, por ejemplo la religion, siende entonces pre- iso estableccr qué ocurre con los obreros qqic practican una w otra religién, Cuando las categorlas ocupacionales eran muy estables como tendian a serlo hasta hace mis décadas- Tas cosas eran dis- tintas que ahora, cvando la proporcién de obreros en la poblacion 45 cambiante, Liende a declinar y ademis Ia gente cambia mas fie ‘cilmente de ocupacidn, Gran parte de las discusiones tedrieas se realimentan con las ambighedades que sungen de las evidencias empirieas no coneluyentes; de hecho, eso hace posible que muchas hipétesis y teorias estén lejos de aleanzar grados importantes de confirmacién pero igualmente lejos de haber sido refuradas plena- mente : ‘Al igual que en los enfoques relatives @ kx opinidn publica en general, en el campo més especifico del voto nos encontramos con Tor dos principales paradigmas: el que buse1 comprender los fenomencs desde Jos determinantes externos a les inidividuas, © dlesde el poder, y el que busca comprenderlo deste los process dle interaccidn ¢ intercambio entre los individuos. La politica mis- ma, en sa pricticn cotidiana efectiva, refleja la oposicion entre sos dos enfoques) algunos disigentes, algunos ciucladanos, razo- han en términus de poder, otras en términos de intercambio, Se- yin sea el enfaque tedrieo o estratégica, Ia arencién se centra en los dleterminantes del vote o en les aspectos comuinicacionales y las estrategias de los actores involucrades. mo 380 Elpoder de la conversacion Lay ideas deterministas orientan fas.condactas de los grupos politicos més ideologizados. Los deterministas de los intereses de fist 0 los creyentes en la inexorabilidad histGrica comparien con. Jos hipertacionalistas la idea ce que, mas alla de los contrastesy las evidencias, las casas finalmente legarin a ser como “deben ser". En general, los politicos orientados por esos pensamicntos abies nen poces votos, pers habitualmente sus ebjetives no estin deposi: tacos en Ia cosecha electoral sing en Ia prédics eoligica 0 en i accién politica de elite. Se entiendle que d paradigma del poder tenga buena aceptacién en la politica: normalmente, un dirigent politico se ve exigido a pensar cl mide en términos de poder ma que en términos de intercambio. Fl paradigma del intercambio exis ge ceder mis capacicad de decisiGu a quienes disetan estrategia con visi6a profesional y a quienes investigan la realidad. " Podemos figurarnes una linea en el tiempo a lo largo de cual sx han movido tanto los enfaques tedricos como los-enfaq estratégicos de lay campatias electorales, Cuando cn el m prevalecia ol paradigma del poder, las teorfay se oricntaban bien a estudiar los decerniinantes estructurales del voto; ent ‘ros, caciques, militantes y vetantes controlides por ellos. A. da goe e! paradigma del intercambio va prevalectendo, las tec ‘se enfocan en los pracesos que llevan a las decisiones indivi ya sea que lo hagan desde la psicologia, a soeiolagia o la ciena politica y las estrategias son nis comunicacionales que de «¢ wol de los aparatos, i f 5: bien durante afios la cemética electoral fue prineipalment un campo de interés académico, en los titimos tiempos es exci mas una inquietud profesional, La consultoria y los enfoques de camunieaeiéey cl marketing politico lan evanzado sobre los ques de la investigaci6n con propésitos acalémicos. La dilereni entre el énfoque académico y el profesional noes menor: Puesta s palabras, et académico busca “tencleneias centrales”, genet lizaciones; e1 consultor busca diferencias en el margen, esperific dades, El académico parte de la estabilidad de las tendencias; ¢ ‘Capiniivo Will EL yore | vs consultor busca cambiar las tendencias, Ehacadémice sucle seutit- se satisfeche cuanda descubre correlaciones que dan cuenta de li miitad, o menos, d¢ la variacién de una variable; al consultor-es0 le dice bien peca. Flacadémico se maneja con mérgenes de error es- tadfstion; las elecciones reales se ganan a veces por décimas de puntos, y serfa risible aplicar a Jos resultados un eoeficiente de var viabilidad estadistica (por gjemplo; diciendo a un candidato gana dor que en verdad no gané porque superd a su rival por slo 2 puntos cuando el “margen de error” es 3,5). Desde la perspectiva del andilisis de la opinidn piblica, el vato estanto comportamiento enmo opinién. La relaciée ene el elima de la opiniéin pibliea, las opiniones de los vetantes.y ¢l voto es une dle los campos mas exarinadas en fn literatura y, en nuestro tiem: po, cubierto permanentemente a través de la difisién publica dle ‘encuestasy cle anlisis que interesan tanto a losexpertas y a los po- liticos como a la gente comin. Sin duda, el vote ha sida yes extu- dindo asiduamente por investigadores que recurren a foentes de jnformacién secundaria distinta de lax eneuestas, lo que permite ‘una fertilizacién eruzada entre esos anilisis y los basados en en= questas, Ervotes campos de aplicacion, come cl del consimo de bienes, servicios o inedios de prensa, ¢50 también es posible, y de hecho curr, pero en menor medida, ya que Ia informacién esta ins dispersa y Tos enfoques técnicos para el encuacire ele las inves- Liygciones son todavia mis prefiminares que en el caso delvoto, La iocislogh electoral ha avanzada mucho a través del anilisis de los resultados clectorales y datos de otras fuentes secundarias, correla clondndolos con numerosos variables acerca de las cuales se dispo- he de datos, pero-por esa via encueitra um limite précticamente in= tranqueable: para conectar ef woto can los eonteniclos mentales de os votantes se requicren datos relativos a unidades incividuales, Lasacles en encuestas o-estudios de opinion cualitativos. todo momento alguien gobierna y ese es un hecho colec- jecta a todas. Pero el vato que contribuye a decidir quien jobernard es, pov definicién, indivicual; explicar el voto es expli- ‘far un comportamiento individual, aunque distintos votantes in- 382 | H pocar de lnconversacién dividuates puedan influirse reciprocamente en el proceso te de= cidir su voto, Cualesquiera sean los factores que inflayen o causan ese comportamiento, esos factores ejercen su efectividad pasinelo por kz mente de-rada inulivieluo que vara. Tas tearias que indagan en Ia temitica electoral hatienclo uso dle informacién agregada pueden soslayarlos mecanismos de decisio individual involticrae dos en el acto de votar y buscar entences factores correlacionadas: con el voto que ne necesariamente se ejercen dentro de la mente de los vouuntes; buena parte de ka sociologia electoral que analien clacos electorales y socio demagralicos cae en esta categoria, Pero una teorfa del voto sustentacls en los mismos priticipios que per miten comprender la opinién priblica neeesarianiente debe eo menzar por el comportamiento individual. i Teorias del voto “Hay muchas teorias acerca de los determinantes del vot. Las resumo en los siguientes grupos: (a) teorfas de los determinismes: dle dase 0 de intereses colectivos, inclayendo bajo ese role: fa pertenencia a grupas religiosos y étnicos como Factor del voto: Teorias de las ideologias como determinantes superestrucheral (c) tecrfas de las preferencias macrseconémicas 0 relativas a temas salientes; (d) teotias comunicacionales, incluyendo ¢ lisis de las expectativas como un insumo pera la comunicacion. Desde cada una de esos grandes tipos de enfoques tedrices suelen plantearse preguntas distintas; en cada enfoque; las propo: sictones y lox eonceptos que sustancian una rvenial explicacién @ un diagnéstieo son éistintos -pudiendo se- todas ellas pre vilidas y necesarias para una cabal comprensién de la form: del ¥oto—, Por ciemplo. dado un candidato A. desde las rearing: la percenencia a clases o grupos sociales la primera pregunta neralmente ¢s: équiénes lo votan, endl es el perfil socio: cleny fico de sus votantes? Desde lay teorias idealégicas, el primer Hogamte posiblemente sea: équé ideologia representa el candi A? Desde las teorfas de las preferencias, Ja pregunta inicial ‘Carimove Mile ELT. equé demandas sociales podra satisfacer cl candidate A? Desde las teorias comunicacionales, la primera pregunta scra: édéndle esta posicionade el candidato A, cules son tos ees ele dianensiones re- levantes en la mente de los votantes y qué lugar ooupa él en esas dimensiones? Del mismo modo, esas distintas preguntas llevan al estratega a concebir distintos caminos para maximizar los votos de su candidato. En un plano tedricn, aspiramos a construir teorias generates; suponemos que ¢l veto es un Fenémeno que obedece a causas, de~ terminantes o condicionantes suficientemente regulares como pa- ra descubrir generalizaciones interesantes, Este suipuesto contic~ ne el riesgo de toda teoria social: que cl nivel de genetalizaci posible sea en definitiva poco interesante para.comprendet los [e- ‘némenos en.sti particularidad o su especificidad historic, ¢ inser- vible para acwar estratégicamente cuando lo uno que procura es mocliffear las cosas y no slo entenderlas, Piense que la sociologia del volo se encuentra todavia en.cse punto; como ocurre en otros planos de la vids, cuando los conocimicnios son demasiado gene- rales, quienes dehen actuar dia. dia para resolver problemas se mulan més bien por principios practices y se dejan Hevar por la experiencia antes que por las directrices deducibles ele los cono- cimientos mas generates Enel caso del voto, existen numerosis vias teévicas que -aspi- ran ala universalidad, en e] sentido de que buscan regularidades, -factores asociados al voto- presentes en toda circunstancia (ver Converse, 1968), Algunas autores han llamado Ia atencién sobre los excesos én exa direccién; por ejemplo, Sniderman, Brody y Te- lock (1991), en. su yaliosa contribucin a nuestra eondcimiento de estos procesos, discuten el habitual supuesto de que todos 103 votantes responden a las misinas pautay euando fornan su deei- sién de-voto. La conclusion de Sniderman y sus colegas es-que hay al menos dos tipos de votantes; que: para ponerlo resumidamen- te pedemos llamar los "informmades" y las “poco informados”. Es investigacién conclyye persuusivamente que ¢305 dos tipos de personas razonan de manera distinta y forman su voto sobre la 383 34 | El poder de a conversacion base de criterios distintos. Ahora bien, las dos tipos de voeamteh de Sniderman, Brody y Tetlock son tambier universales; enst eth feque, no’ hay un proceso Gnice de formacén del voto, hay dos, pero ne mas. Mi conjetira, en competencia con otras hipétesis plausibles, 5 que ta] vex no hay determinantes generiles del yoo, del mise mo mado que posiblemente no hay determinantes generates de la compra de antomdviles o de la prefcrencia per algin tipe de zapatos lo que no implica que no exist la xociologta del consu- mo- De amende con esta conjetura, podemos pensar que cada individue forma su propia funeién de wi dl tomando-en cue. ta numneroses factores de variada naturatets; alguns Factores son importantes para algunas personas, otxos para owas, algutos ine Auyen en distintas personas a la vex pero Jo hacen combiniindose con distintos lactores en distintas personas; de tal manera, la ectiac¥in. no es la misma para distintos individuos. El clesalio que se presenta al analista:es entonces deseubrir aquetios factores es- petifiens que pueden permitirle necucit La diversidad de siquacio- Nes aun imero manejable de términos; para ponerto en ottas palabras, ety una perspectiva tedrica, descubrir kx ecuatién qué minimiza los desvios medios; 0, en una perspectiva estratégica, deseubrir los criterias de segmentacién relevanies para el wazado de una estrategin comunicacional, criterios que reducen ka enor me vasiabilidad en el comportamienio’a ur mimero manejable y ‘fective de tipos. Esa conjetura habitualmente no es tenida en cuenta en mu- chos andlisis del voto. La principal ruvém de-que este: ocurra es el amplie precominic del supuesto del votamte rarioval cuyas premi- fats ~Scgtin <3¢ sUpucsto=s0n aproximadamente Las mismas que las de los analistas, EI supuesto es que el votante racional deberia vee tar tomando en cuenta o bien sus inteteses, obien el partido al que se sierte ligado, © bien sus prefetencias aisantivas relativas a te: mas relevantes. Votantes que manejan distintas cantidades y eali- dades de informacién, ciertamente valorany sopesan los datos dis- ponibles de distinta manera; pero, ex definitiva, se piensa que ka Castiue VIN: Et voro | 385 amplitud de elementos que pueden tomar én cuemta es esencial~ mente acotada y muy universal, En respaldo de ese supuesto-tan ampliamente dif undido, ¢s pre~ iso reconocer que existe abundante evidencia acerca de facores macroecondmicos que s¢ corselacionan con los resultados electora- les. Proposiciones tales coino: "eaanclo la enonamia va bien, los. vo- {antes tienden a votar por el partide que esté en el g {cua do la economia va mal, tienden a votar por el partido oposivex” (Fain, 2002); 0 “en los Estados Unidos, los ciudadanos de pasicion socioc~ condmica baja o cle minarias émnicas tienden a votar demécrata”, freeuentemente se sostienen con respaldo empitien. Aun mis, esas generalizaciones pueden sustentar modelos predictives exitosos, Mi punto es, que a pesar de eso, no explican demasiado. De hecho, no poras vecesuin gobierno pierde la eleccifn aun cuando la economia ‘and bastante bien, y muchas otras veces la gana aun cuando Ia eco roma no anda muy bien. Em esos casos, lo que sucle ocurrir es que Jos anilisis que discurren en esa linea, procurando proteger sus hi pOtesis, desplizan la atencida a las valoraciones que Lace el piblico de la tendenda de la economia con respesto al pasado y fas expec- ttivas a futur, oa Eictores adicionales que califican la tendencia inv general. Al hacerlo, casi siempre mantienen cerrada la posibili- dad de que otros factores, no nevesariamente universales y ajenos a la econoutia, den, aucnta del voto de muchos vorantes, Aceptar que cl yoto puede estar determinado por diversos factores circunstanciales no necesariamente implica que algunos votanies sean menos racionales que otros: tam sdlo implica admi- tir que los criterios que toman en cuenta esos votantes pata deck dir su voto pueden ser de muy variada naturaleza, Precisamente eso es lo que courre cn cl plana del-consumo @ en otros planos de la vida. La seciologia de la familia ha arribado a algunas regula rickades bastante notables por su estabilidad a través del tempo y de la geografia: la probabilidad de que alguien se case con wna persona de tales y cuales condiciones sociales, éinicas o econémi- cas és alta, Sin embargo, de exe tipo de regularidades no se sigue que vamos a predecit con quien se cusarén Juan o Antonia den- 386 H pocerde la conversacion tro de agin tiempo; a lo més, podremoas-arriesyar que probable- mente no sera con alguien que no califica en aquellas condicianes (hasta que J nos dew una Sorpresa), El interés y la relevencia de ems generalizelones dependen enteramente del nivel de andligis en el que une se sitia La distincién entre fictores raeionales ¢ wracionales en. los moti- vos de los votantes se encuentra freeuentemente en la literatura es pecializada y en Ins mediog de prensa, La distincidin me parece a menudo: confisa y poco dil prefiers habla de elaboraciones cog mitivee y dlaboraciones asocfattoas, distincién que pone el acento em fa informacion que mangja el individuo y sa estilo discursive: Por ‘racional se entiende el tipe de motivacién de wot que responde aun ergumento discursive de forma deductiva: si el candidates pro- pone la politica X1 y yo pienso X1, vorarte es racienal. Persons mente ne veo menos racional your al candidato que me ofvezcn nals aunque la oferta consist de una eapatilla y no de una politi- ‘ct poblici, Mucha gente aparentemente vora por sensaciones, @ por fictores de confianza cuyos componentes no son ficiles de ar. No hay nacla de irracional en que alguien prefiers v= tara quien le i ay no a quien no se la inspira, pera exo ee independiente de qué awibutos especificos llevan a certes ‘votes a depositar confianza en clervos candidatos, En la elecciém de governador de California en octubre de 2008, algunos analistas interpretaron que Schwarzenegger gand la sleceién por una suer- tede hente irracional del elecrarado, fundamentandes la afirmacin hecho de que sad ersario propuso que la eleceidn fiese ura confiontatién oun clebare entre argumentaciones artieuladas, mientas el actor candidato parecis no proponer nada,! Mi punt de vista es que si Schwarzenegger estaba © no estaba realmente propenienda algo habla que pregunta a las vatantes y ne deck dlirlo desele e] marco de referencia analisico del observador} es; por asf decitlo, un asunto de eddigos. Del miso mode, suele decirse identili 1. Vere analisis de Gedrrell, Christopher en ef Finacial Tins, + de octubre se 2a (Coeiuie Vil Evaro que los ciudadanos argentinos que votaron a Menem en 1989 eli- gieron a unceandlidate que carecia de propeesins; contrariamente, he sosteniclo que muchos yotantes couipartian con Menem cédigos uy significada excapaba a los analisias y tal ver descifraron pro- puestas que para otros no existian (Mora y Araujo, 199)? Sabemos que muchas personas votan siguiendo la tendencia predominante en su: grupo de pertenencia. Reiteradamente se constata en dlistintos paises que una de las variables. més correla- cionadas con el vato es ef vato del padre del votante. En gnapo ea ructerizados por ua alta cohesién social y alta propensién a la sanciGn socal a los desviados, ciertamente mucha yente vols ma- ximizand la cohesién del grupo; cuando sé: les pregunta por las Tazones desu voto, pueden responder que In hacen por lealead al gmipo, a su Iidero a su padre, o pueden aducirotras razones. Una sefiord que entré en ung muestia en una encuesta, cuande el en trevistador (despues de haber preguntade sabre diverses temas y obtenido respuestas addecuadas} le pregunté a quién votaria en ta prosima eleccién, respondid: “eso no se lo ptedo contestar por- que mi marido ahora no esta én casa”, Me resulta diffeil conside- Tara ese eompertamiento menos racional que el de quien vota por comvicciones fntimas; las cuales tal vez obedecen a fundamen tos que para mucha gente son ractonalmente muy cliseutibles Las decisiones de voto pueden funcamentarse en. preferencias © deseos -racionales 0 n0-, ¢n In aversién al riesgo el miedo-al 2. Endl mamenia de coregir los pruchas ee extag paginas, leo en la pens list entrevista al seruloge argentina Oscar Steimbene (2005) cn la qe analiza cl ‘extilo de la comunicicién del presidente Kirchner en esos términos. La hip tesis de Stelmberg es que a alla intonia entre el discurso le Kirchner la epi iow publica argentina que se regisita en este morteni lene menos que ser com Jo que Kitchner dice que eon la tmanera en que lo dice, “La adlopcidn de fe Teniglale tan singutir ide Ritehstce} delie haber peociacto en muchos la sensicidn de que es posible, ambiés paraellos, ener una polaben police (.) Es la primera vee en varios ufos que un mandataria argentine dige moxeuse seguro de sos posiciones. immpaciente por hablar y diccutir,y necesita dl cr fo". El raxonammiento de Seetrabery. que comparto. puede ser aplicado al curv electoral; de hecho, Kirchner esd yaen et monvenia de bacerse este und Tiss en pre campatia electoral y ackerase vive en camipana permanente, 387 sa \ ft por a comversacén cambio, en el mayer peso relative dado a la valoracién del pasado, la valbracion del presente o las expectativas sobre el futuro. Qué He va a cada persona a decicir me voto por und w otra de esos funda menos, y a volar a un candidato 0 a otro, 0a no votar a ninguno, no es algo ficil de generalizar, Ahora bien, que la communicacién ett tre candidatos y yorantes pueda establecense a partir de cédigas 10 versales, y discunrir por canales discursivos distintos de lot con: veneionzles, no debe Ievarnos necesariamente al escepticisme en materia de 1a comprensidn del vote. Las teorias eomunicadonales ‘que hacen lugar a estos supuestos acerca eke La formacién del vato “ques hasta donde llegan mis epnocimientes, estan pace sistema zadas— mis bien ponen el acento en el proceso de comunicacién entre fa oferta de los candidatos y las respucstas de los-votantes, €5- to 4 en las Campatias clectorales. Creo que la casuistica al respec to-en el plano de la teorizaciOn sobre el voto- todavia es pobre. H fendmeo llamado ‘dientelismo’ es un caso particular de condicionamiento del voto, por un vincula social, énnde el votan= te acuda bajo caaccisn o incentivade por recursos materiales; ya se vate de una dadiva o-una amenaga, La compra del voro, al igual que la prictica del fraude -donde el poder sobre el resultade del soto ne es ejercido direetamente sobre los votantes-, es un com portamniento conocido desde hace mucho tempo que persiste hass ta nuestro tiempo ann en democracias institucionalmente madu- fis. En América Latina yen Europa Oriental es todavia practier frecuente em muchos paises ~aunque la real extension del fendmic= no puede ser a veces exagerada-. Es una priictica aberrante, que sélo puede ser justificada con arguemntns praguiiicos cfnicos (en definitiva, que el fin justifica Ins medlins). Sociolégicamente es cx- plicable; si en In cacala de valores de un cierto votante la ellecciémn misma y sus consecucuclas son a3 y ccstos alternativos de yotar de acuerdo con su conciencia geme- ann balance inferior a los que se derivan de cumplir con la pres- ctipdén dientelistica, entonces el vounte acepta el incentive, El andlisis se torna mas. interesante cuando se enfocan las condicios es sociales que llevan a aumentar la pereepeiin de beneficios y a elesunntes, v oi Jus bencficion Carhuie VIEL ware disminuir los riesgos cuando el voto es ejercide a concicncia, entre esas condiciones esta In menor concentraci6n de recursos de por deren manos de los jefes paliticos lecales y el reconocimiento por parte del ciudadano de que su voto tiene un sentido coleciivo, es- to es, un sistema donde los elementos de intercambio son mis re- evantes y los clementos de peder menos relevantes, Si el sistema es concehido enteramente en férminos de relaciones de poder, es +4 claro que su [dgica es la del poder, ya sex que este se aplique a Jos recursos comunicacionales, a la eoaceidn directa ejercida sobre el votante o a la manipalacién del recuento de los voros. Annas, una vec superade el estaclio del voto clientelfstico, mu- chas veces queda vigente el efecto “espiral del lencio”, que leva al otanic a otar no segrin sax conciencia o sus preferencias electorales sino de acuerdo con él clima de-opinién imperante en sus gripos de pertenencia. Por cierto, la presién del grupo puede resultar tat coactiva come otro tipo de preston, Pero su calidad moral es distin~ ta, yc igualmente claro que el efecto dela cahesién, pucdeser desaliado y esta expuesto al desyaste propio de toda proceso soxial, ‘La bdsquedds de variables sociales corrclacionadlas con el vo~ to (variables clemograficas, posiciin social, variables actitueinales) puede ser la busqueda de restricciones estmcturales, 1a hiisqueda dle condiciones que operan como incentivos muy generales para wn grin nomero de personas; puede también ser La bésqueda de dife- rencias significativas en Ia cantidad y ipo de informacién de la que disponen distintos yotantes. Sin embarga, el camino del analista puede seguir una direccién més inductiva: preguntatse ¥y explorar qué tienen efectivamente en la cabera las personas cuando piensan en decidir su vote, y luego generalizar a partir-de esa informacién inicial, La ereciente abundancia de informacion de encuestas ofre- ce hoy posibilidades inmensas para esa exploracén, Aspiro a que podamos artibar algin dia a una teorfa del voto suficientemente general. No: ser una teorfa capaz de predecir quien ganar cada eleccin en. cada cincunstancia, sina acerca de Jos tipas ide variables que cn mayor medida permiten dar enetsta del proceso de decision de voto de los individuos que voran y de 389 390 | {poder fa conversation Jos factores que inciden en la agregacién de esas decislanes, Nac turalmente, el grado de generalidad de est teora estard siempre Timjtado por el hecho de que no en todos los sistemas paliticns se yota, y no siempre que se vota se lo hace en condiciones de libre: juega de la oferta y la demanda electoral. Sin embargo, podria mos aspirar a uma generalidad mayor —ncluyendo situaciones donde no se vota libremente- si la teoria estuviese sustentada en principios explicatives de la opinion pitblica capaces de dar cuen- ta tar.to de los procesos electorales como de otros pracesos de opi- nidn piblica que inciden en las decisiones priblicas. Estoy lejos ce vislumbrar esa teoria, En su basqueda,, pastiria ala.vee del andlists de Ia estructura social, demografica y cultural y del andlisis de la comunicacién politica. Yotar presupone que el votante identifica las opciones enire las que debe hacer una elec iGn; elige movido por factores que lo condicionan desde si msi mo y desde su entorno social, pero tambien influido en una me digla importante por los mensajes que les ofrecen los candidatos y Jes procesos de interaccidn social en las que esos mensajes son claboraddos a través cle ta comunicacién con otras votantes. 2. Les factores del voto La eoldence acerca de fa "inocensiaieoliggica’ et chute proven) ke evel icerante= monte; six embargo, sewrect wom anomie. Lak onerirnes puaden na ser eapaces de die i evaliene 9 el eanseruerisme, pers w rar de cle muchas se pnsin a si mies coma (Beales 1 comservetons. PIU N, SNIDEIUS, Rican A. Broow ¥ Pate “upre E. Tribes, Ressoxing and ehoice (199%) Determinaciones y percepciones Una teoria del voto deberfa poder vessonder a la pregunta: dde qué depende que algunas personas voten a tun candidate y Casio VI Eevee: otras personas a ocras? Voy a dividir las ideas al respecte en dos. iyrandes grupos: los dleterminantes soriodemogrificos y el posi: Gonamiento, Lis tcarias de las bases soelales del-yoro ~sean. Estas elases so Gales, regiones 0 lugares geagraficos, grupos religiasas 0 éinicos, educacién w otros atributas—aluden a atributos externas al ineliv duo. Las teorias que englobe en la nocién de ‘posicionamientot aluden a los aspectos de la realidad que el individuo registra, or- ganiza cn su mente y maviliza para tomar una decisién, Hl posicio- namierto, tomande'e] coneepto tal come fue desarollado para su usoen la comprensidn de] comportamiento de consumo y la isa gen de productos, marcas y referentes pitblieos (Trout y Riv- kin, 1996), es un resultado de todo aquello queapatece en la men- te de los individuos como representacién de la realidad, Los factores sociodemogréficos son “objetives"; en Ia medida en que influyen, nadie puede hacer nada al respecte, El pusicionamien= to es *subjetivo”, las cosas som como el sujeto las've, las dems es- tinen el lugar en que: él los puso en sui mente; algo puede hacer- se al respecto: mejorar la comunseacivin. Los cnfoques que prevalecicron durante atios, préieticamen- te alo largo de todo el siglo XX, se centraron en los fociores del primer tipo, tendiendo a desestimar la tmportincin de los del segundo tipo, la comunicaci6n de campafta. Algunos de esos en- foques han hecho lugar en sus aridlisis a Ins fenémencs ¢omuni- cacionales, pero mucho més en Ja perspeetiva de los conteniclos politicos que circulan en el medio social condicionando las incli- nasiones, percepciones y visiones de las personas ~es10 es, con- diconando la demanda desde sus raices~ que en la perspectiva de la interaccién mas puntual entre la oferta y la demanda acti- yada por las campafiny electorates y la cobsrtura medistica de las mismas. Los enfoques que dominaron In escena del campo de la wco- ria det voto durante décadas fueron los de las bases sociales del voto {linea en Ia que yo mismo me insctibf en mis primeros estu- dios del peronismo; ver Mora y Araujoy Llorente, 1980), los de 39 392 | Fl poder deta conversactan Jos determinantes ideolégicos del voto, los de la mediacién de los particos ¥ los de las preferencias por issues o temas especificas. Las bases sociales del voto El estudio de Ja relacién entre la posiciin social y ef veto tie- ne una larga tradlicién teérica y empirica, En sus arigenes, los ex tudiot que exploratian esa relacibn Jo hacian movidos por la iilea de que la estructura de eases debia explicar el voro, al igual que tres compurtamientus sociales; con fiveuencia esos estudias esta ban mis interesados en poner a prueba hipotesis que en descur bair otros. determinantes posibles, Es interesante que a medida (que las teorias elasistas del vote van dejando la escena, proliferan Jos anilisis alrededor de ese hiecho—como sila teorta estuviese Ila a despedina su hijo prodigo antes de vorlo partir tal vex pa- jempre-tanto-come nuevos enfoques en bust de explicar el voto (en distintos capitulos dé este libro, y en particular en el cas pitulo LV, me refiews a algunos de esos andlisis; puede verse tam- ign Jorrat y Acosta, 2003) Por cierto, a menudose encuentran relaciones estadisticas si nificativas enue Ia pasieidn soctal y el voro, a0 solamente en ki di- mensiin de la estratificacién social, eambiér: en variables como et- nia, religién, génerv, edad y muchas veors regidn geogratica, Cnando esas relaciones aparecen a los ojos del analista, aunque su. propdsito no hayet sido: la puesta a prusha de hipdtesis, sin eluda exigen exploraciones cn busca de explicaciones. Las conreliciones entre grupes sociales y vow ciertamente existen; pero son regularidades no necesariamente causales, Se puede decir: "en Estados Unidos los latines vetan demécrata™ 0- “os catélieos voran demécrata”, 0 “en 1a Argentina tas clases ljas son. peronistas” o “la UCR, era un partido volando sobre las clases medias", pero estd dary que se rata de generalizaciones descrip. tivas, driles para abrir-un cuadro comprensivo pero posiblemente no explicatvas y ciertamente probebilisticas, En California, en 2005, la mitad de los Tatines no vox) demécrata, aunque en gene va Catron Vl Ee a ral tenden a hacerlo, En la Argensina, eri 2008, ol vote de kay clits ses bajas se dividi6 entre wes candidaios peronistas, de nme aque la clasiicacion de ls persoms en la positon socigecondan “baja no predho-el voto por un partido; el candidate entonces votado en la case baja fue Menem, pero a poco dle asumir el go- ° istas biemna el presidente Kirchner otro cle los candidates perorsasss que compitiS en aquella eleociin contra Menem—s© Diz 54 mente popular en las clases bajas y sigue siéndolo, En la poe angeruina de Santiago del Enero, en 2005, una alta propercion && personas de clase baja, eon de dese hace cinewen afi s¢ Vet yotandea masivamente a candidatos peronistas, voub al can : no-peronista Zamora, que result eleeto gobermader. Femi Y contra ejemplos dan para lenar paginas. Ess sonebrionts i cen pistas importantes para el andlisis y sugieren bce eae de procesos sociales que influyen ex la formadan de fs oping pliblica; también son extremadamente ae para He estrategns fa, Nada de eso significa que explican el vor : aa nos lea dela gleerin presdencial norteaetio na de 2004. Ipsos-Public Affaires proporcions una ne que se consigna Ia intencign de yore « cada una de ase rs ths presidenciales (Bush-Gheney, Kerry-Edwands y Nader ae asi-como los indecisos}, eruzada por diversas variables soci igrificas, entre ellas: género, edad, raza, educacion, estado an relisidn, urbaniaicion y region’ En todas esas variables lag di ; runidias-en la intenci6n dle voto son significativas pero en la mayor parte de los caso son mens. 15 por cento, En sérminos sit distions, la variable que en mayor medida cla cuenta det ee Bush es fa raza (lo-votaba un.5D por cient de los Blancos y 68, un 18 por eiento de los ne blancos). [gualmente fuerte eee gdm, tomanda. en cuenta a. los evangelicns Blancos cesaatth Cosy no-catoneos en gencral, Ia diferencias rede te regiones, segdin como son organizadas, también inciden; 45 tnforsckin mina wha prensa sobre datos recogadag anne 1 181-22 Se ectubne de 2004 394 E poder de I comversacion ator” Bush hace una gran diferencia, mientras en el Baethico pier de sensiblemente. La urbanizci6n produce una diferencia de 21 Puntos, Bush mais votado en las localidades rurales, Kerry en fas mmuy crbanas, Esta daro entonces que las variables que son mejor comprendidas en términas de las singularidaces de la sociedad horteamericana explican mas ¢! voto que aquelkas variables acer- ca de lis cuales bay mas tearia general disponible, camo la pos cidn socivecondmien, [a educacién, 0 cl sexo, donde las diferen- clas son amucho menvres. La conelusi¢n es que, tomando esas variables una a tana, son insufictentes para confirmarampliamen- te cua.quier teoria del voto que postula condicionantes estructu- rales aunque todas van, en mayor o menor medida, en la direc- lén esperada-. Ni siquiera un madelo multivariable obvendra mucho mis que estas tenues indicaciones de que, en alguna me- dda, Ins Factores socio demogrdfices dan cuenta de una parte de fa variacién en el voto. Esiudiando el vata obrero en li Francia de los aos 60, Klatz- mann (1966) concluft que la proporcién de obreros que yotiban al comunismo era muy superior en los barrios donde habitaba ‘ina mayor proporcién de abrerus.que en los barrios con vecinas de mas mezcla social. Claramente entonces In condicién de obre- ro no resultaba el (nico factor decisive del yoto, era.a lo sumo una propersién modificada por un efecto de camposicién, Hoy aven- tf Ti hipotesis de que el factor que unificaba en mayor 0 menor inedidla el voto obreso detrds de los candidlatos comunisias en Francia era menos la condicign de-elase que el impacto de los mensajes de campaiia de los cormunisias -y de otros candidatos— circulando-en distintes medios sociales. Pieaso que la relacién entre la eswatificaciém social diacién electoral hace unos afos empez6 a declinar: (a lealtad partidariay la identifienckin de la gente con los partidos cisminn ye en todas partes en las Glimas décadas. El fendmeno es desta- jiado conocide para detenerme a analizarlo, Eivla Argentina, por ejemplo. mientras en 1985,

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