Está en la página 1de 1

Hoy te voy a hacer una invitación.

Te invito a orar, orar de verdad. Háblale a Jesús nuestro señor


que él siempre te escuchará; no lo busques solo cuando lo
necesitas, también búscalo para agradecerle por todo, bueno o
malo, igual todo pasa es para el bien de nosotros, aunque
parezca lo contrario, todo sucede con un fin.
No por negarle algo a un hijo tuyo significa que no lo quieres,
más bien lo haces por el bien de él; así mismo actúa Dios.
Te pido que visites a Jesús consagrado, hazlo sin buscar algo a
cambio, sin esperar la opinión de los demás, háblale concentrado
y sentirás algo inexplicable.
No asistas a la eucaristía solo por qué el sacerdote te cae bien, o
por qué te gusta como cantan las alabanzas, o por cumplir con
los mandamientos; asiste por qué quieres hablarle a un amigo,
por qué buscas el perdón de tus pecados, que solo hay uno que
tiene mucho amor y perdón para darte.
Todo esto que te pido es por qué yo era como tú, creyente, pero
con una idea errada de la forma en que sentía que eran las
cosas, ahora vivo la fe de manera diferente y desde entonces no
me falta el empleo, la comida, el dinero, el amor de mis hijos, mi
esposa y mi familia; aunque a veces las cosas no parezcan
perfectas, tenga problemas con mi familia, quede sin empleo.
siempre me entrego a él, porque no necesito entenderlo, solo
confiar mi vida entera a él.
Vivo la fe creyendo que hay que perdonar, amar, ayudar y sobre
todo contarte que existe un Dios que nunca te dejará solo y que
solo espera que te entregues a él; por qué no hay que entender a
Dios en su actuar, solo confía todo a él. Que él sabe que es lo
mejor para cada uno de nosotros.

Te invito a que sientas de verdad y que pases este mensaje a


alguien que lo esté necesitando, Dios ya tiene tu recompensa.

Amen.

También podría gustarte