Está en la página 1de 44
UNA NEUROSIS SIN COMPLEJO DE EDIPO ! Por Charles ODIER Devastaciones en el alma de un nifio pequefio producidas por enemas PREAMBULO Una de las primeras tesis fundamentales de Freud es que el complejo de Edipo constituia el niicleo de toda neurosis; correlativamente, no hay neurosis sin complejo de Edipo. Desde entonces, la experiencia y las innumerables comprobaciones han confirmado esta afirmacién; a la inversa, los hechos negativos Hlevados al debate no parecian convincentes, a menudo entregados por anélisis inconclusos o realizados sin suficiente preocupacién por "las reglas del arte". Es, por supuesto, el arte de descubrir y analizar fuertes resistencias, muy variadas en su apariencia y forma, y adoptando a veces las formas mas inesperadas, que ciertos sujetos oponen a sus muy reprimidos impulsos sexuales infantiles. Analicé a un hombre durante tres afios, y en él una de las primeras formas de resistencia, en los primeros meses, fiwe realmente muy inesperada, Sus padres, ambos fallecidos, no jugaron casi ningun papel afectivo y efeetivo en su vida interior. Por otro lado, inmediatamente me trajo en sus fantasias y suefios un material edipico muy transparent y aparentemente auténtico, Toda la situacién estuvo dominada por esta constelacién, El paci nte entregs este material con entusiasmo, incluso con cierto orgullo, declarando estar cada vez mejor, sentirse casi curado, lo que de hecho era la prueba de que “nosotros” habiamos encontrado Ia causa oculta y efetiva de su neurosis’, Buscé obstinadamente capitalizar las interpretaciones en un. sentido anagogico y no analitico (resistencia conocida), es decir, utilizarlas como oportunidad y base para futuras reformas. Le bast6 con aprender a conocer los motivos inconscientes de una reaccién pasada que ipso facto, por el Gnico hecho de su. conocimiento " Texto publicado en la Revue Frangaise de Psychanalyse, Tomo 6, Nro 3/4 (1933). pigs. 298- 343, Traduccién y edicidn de Carlos Marcos para circulacién interna de la Escuela Freudiana ide Buenos Aires. 2 Diagnéstico semiol6gico: fuertes depresiones ansiosas periddicas de tipo pseudo-melancélico, con obsesién por el suicidio (y un intento). En los intervalos libres las inhibiciones sociales y sexuales, fa ineapacidad para avanzar, para completar una cosa, una serie de fracasos. Periodes de eutoria intelectual, nunca volverd a ocurrir. “Ahora la cosa esta entendida, por tanto, resuelta: Veamos: "A menudo, otra cosa eran nuevas fantasias de potencia incestuosa o superioridad hacia el padre. que él mismo interpretaba con creciente sutileza y sorprendente inteligencia. Admito que al principio me quedé atrapado en este juego: fue un gran error técnico’. Sin embargo, y esto por las razones que veremos a‘continuacién, me asaltaron algunas dudas sobre la autenticidad de este brillante material freudiano y decid mantenerlo en la mayor reserva. De hecho, este material se volvié demasiado intelectual, perdiendo cada vez ms contacto con la vida, con el pasado; las afectos tendieron a desaparecer, mientras que el comportamiento general y los sintomas de este “autoanalista” superdotado no cambiaron en absolute, Ademis, el caracter de la reaccién euférica en si era sospechoso: ;Se sintié tan bien! Entonces tuve la idea de preguntarle si, antes de comenzar su anilisis, conocia las Le hablé de mis dudas sobre la tcorias de Freud, y supe que las conoeia muy bi autenticidad del material que me entregé segiin el “canon” psicoanalitico, y de mi hipétesis sobre que estaba utilizando sus conocimientos para quizas mantener otras actitudes en la sombra, ante la vida y la mujer, y conflictos mas profundes y daninos para su autoestima que el complejo de Edipo. En definitiva, que sus conocimientos tedricos y su inteligencia se pusieran al servicio de la resistencia, Este simple comentario tuvo el efecto de un trueno en un cielo azul; provoeé un cambi repentino y completo en el cuadro: 1° en su estado, al reactivar todos los mecanismos de la depresién; 2° en lo material, haciendo desaparecer las fantasias y los suefios edipicos; 3° en el curso del andlisis que se desarrollé, a partir de entonces, de una manera completamente diferente. y ciertamente mucho menos placentera para él que para mi. Entendamos por qué: todo un andamio narcisista del ego se derrumbé de repente, y con él el sentimiento indispensable de valia personal, Este mecanismo de defensa era poderoso y sutil. Entonces me planteé Ia siguiente pregunta: {se esté defendiendo de un Edipo que es igualmente real y patogeno, auténticamente histérico, pero cuyos afectos habria aistado, y lo habria convertido en un concepto abstracto? £0 se esta defendiendo contra otra cosa y Iuego contra qué? En el * Hay que decir que ya habia hecho un andlisis en el extranjero. * De hecho, habia compensado en exceso sus debilidades vitales y sexuales con una creencia nareisista en una viriidad muy fuerte, o como él decia: “demasinda genitalidad”. Agreguemos que él no habia suftido de verdadera impotencia (erectiva) verdadera, 2 liltimo caso, {podria el Edipo haberse desorganizado mas o menos completamente, incluso no haberse organizado en absoluto? De todos modos. y desde un punto de vista técnico, el cambio de cuadro mostré que habria sido un gran error seguir analizando estos contenidos, a que servian para neutralizar una depresin latente. Persistiendo entonces en su pseudo-euforia y su ilusién de recuperacién, el paciente quizés se habria apresurado a dejarme, después de lo cual seguramente me habria dado cuenta r4 lamente que habia sucumbido a una grave recurrenci Sea como fuere, su andlisis fue, por tanto, continuado y igido metédicamente en el camino que acabibamos de abrir: sacar a la luz las resistencias narcisistas del yo. El, aparentemente negativo hasta ahora, ripidamente se volvié positivo y francamente homosexual, y tuve la impresién de que el paciente habia buscado en primer lugar defenderse de él enmascarando bajo Fantasias que luego acusé de pseudo-edipico’. Los impulsos homosexuales, siempre pasivos, se tifleron cada vez mis de masoquismo femenino y erdgeno. Su propésito dominante era penetrar su cuerpo con un instrumento punzante, hiriente y doloroso, Su objeto no era otro que todos los hombres may‘ res. presentados como rivales odiados durante 1a p Ademis, y el hecho es muy interes habia produ ante desde un punto de vista técnico, la mayoria de los suenlos que Jo durante esta fase pseudo-edipica podrian retomarse y su anilisis vivo y profundo desenmascararon los "camuflajes" eruditos que habian utilizado. La tercera fase se inauguré con la resurreccién de un recuerdo primitive y muy importante del trauma. Antes de relatarlo, digamos que todavia nos aferramos a la idea de la posibilidad de un Edipo real, aunque enteramente transformado, desfigurado 0 invertido por la regresi6n. §1.- Trauma, Debido a circunstancias especiales, los padres no jugaron un papel importante en la infancia del paciente. Poco tiempo después de su nacimiento fue confiado a una eriada relativamente anciana que lo euidé hasta el octavo-noveno aifo, y quien, a su vez, desempenié un papel afectivo predominante, * La euforia inaugural tuvo sus rafces en esta transferencia, Fstaba encantado de haber encontrado una persona “agradable” que 1o cuidaria, pero a quien habia convertido en un pseudo-rival para defenderse de sus sentimientos femeninos hacia el analista, que no ofendia demasiado su autoestima, Mas adelante veremos cémo este prondstico fue exacto y cémo no. El paciente si tuvo un Edipo, pero atipico desde el principio, y no transformado por la regresién. EL bebé, al que llamaremos Jean, apenas recibié el pecho; ademas, durante el primer ato padecié una enfermedad del ano, que persisti6, con alternancia de agudeza y calma, hasta aproximadamente el sexto ailo. Pudimos, en este sentido, reconstruir dos tipos o series de eventos’, Esta enfermedad consistia en un eccema inflamatorio con comezén complicado por prolapso. Primera seri . Los recuerdos que gradualmente se acumulan y se volvieron mas claros estén vinculados entre si por una imagen particular, una imagen, que les da un sentido comiin: el viejo y bueno, Logramos aislar un evento tipico: a) leve picor anal, el nifio se rasca y encuentra placer en ello; ef bueno también, parece; b) la picazén aumenta, se vuelve dolorosa; el nifto se queja, Hora. La eriada lava el area y la cubre con varios Uungtientos y apésitos. Sensaciones erdticas. En este momento, la defecacién es placentera. Fijacién carittosa en la sirvienta con finalidad anal, Segunda serie. Recuerdos inversamente relacionados con la vieja sirvienta traviesa (odiada). Se relacionan con un perfodo en ef que los unglentos y apésitos ya no eran suficientes, y la afeccién habia progresado con bastante rapide. La picazén es reemplazada por un dolor punzante que aumenta; el bebé grita, se pone nervioso, se niega a comer, ya no duerme, etc. (también tiene gusanos). Luego Hegaremos a los enemas, Estos se aplicaran hasta alrededor de los seis afios; el primer ao, y probablemente el segundo nuevamente, son el terror del nitio (fobia), Describamos una escena tipica a la que dieron lugar: A) Preparativos: miedo angustiado, Hlanto, tanto (parece que en este momento una oleada de sadismo, despertado quizis por contingencias anales, iende a despertar en la criada volvigndose malvada. Ella lo acuesta, lo sostiene, Amarra sus brazos y piernas “El paciente, naturalmente, no pudo especificar la fecha exacta de los recuerdos que estamos a punto de leer, aunque con él la “amnesia infantil” fue reprimida notablemente por el anélisis. Fue a través de una investigacién que nos enteramos de la aparicién temprana de la enfermedad anal, Pero subjetivamente, el paciente se vio obligado a reemplazar estos eventos al menos antes de los dos altos, mientras prepara la canula’, la amenaza, etc. Finalmente, la coloca, Esta penetracion le provoca un dolor agudo. Luego exhortaciones, castigos y recompensas por mantenerlo. No siempre lo hacia bien la primera vez y, a menudo, "se Jo echaba encima’ Finalmente, liberacié n: colocan el orinal, se calma, vuelve a ser agradable, también lo hace la solterona y luego se duerme, A partir de entonces pasaron muchas cosas y esas escenas fueron olvidadas. Pero més adelante, el placer y el dolor en el ano permanecerdn completamente asociados; o mas exactamente la representaci n del dolor (debido a la penetracién) se interpondré constantemente entre el deseo homosexual y su objeto. Esta es una descripcién superficial de su futuro masoquismo. Pero podemos buscar una explicacion mas profuunda, es decir instintiva, Esto es lo que intentaremos. La angustia que sintié el bebé ante los primeros enemas debi6 ser la respuesta a una reaccion instintiva a una dolorosa y brutal imposicién del todopoderoso mundo exterior. A medida que los enemas se repetian, gradualmente se dio cuenta de que solo eran dolorosos, no pel rosos, y seguidos de un gran alivio. Sin embargo, en lugar de acostumbrarse, desarrollé una "fobia", que fue, naturalmente, Ia causa del mantenimiento de los medios de coercion. Basdndome en el material analitico, pude deducir que esta ansiedad no era de hecho una reaccién defensiva pura, sino més profundamente una reaceién del bebé maltratado, contra sus propios impulsos sidicos y contra agresivos; un sadismo que lebid de entrar en juego pronto, porque se desperté temprano con medidas y tratos que interpret6 como actos agresives en su contra, Esta "reaccién de represalia" legé a un punto criti durante la coercién, En este momento, la reaccis Mn motora espontanea (es decir, la manifestacién) de la ira mediante gestos, golpes y cualquier medio material de repeler el peligro y destruir su fuente, estaba por tanto completamente obstaculizada; Se le negé al nifo el flujo normal de agresién hacia y a través del sistema motor. Creemos que este hecho es importante y que contribuy6 al establecimiento del masoquismo. Si el enema causa miedo € incluso angustia en muchos nits, esto generalmente desaparece con el tiempo. Persistié en el pequefio Jean, y quedé en el centro de la sintomatologia de la neurosis porque un 7 En este punto el recuerdo es preciso: no era la eémula habitual sino de goma. 5 profundo conflicto, despertado temprano por el enema, hizo que actuara como un trauma patogeno. Citemos aqui una observacién de Freud, extraida de uno de sus iiltimos articulos: “Las mujeres con fuerte fijacién maternal, en las que pude estudiar la fase pre-edipica, declararon undnimemente que ofrecian la mayor resistencia, a los enemas que les dio su madre, y reaccionaron ante ellos con angustia ¢ ira (gritos), Fue gracias a un comentario de Ruth Mack Brunswick que comencé a ver claramente en esta fuerte resistencia. E] Sr. Brunswick se sentiria tentado a comparar el arrebato de ira que sigue a un enema con el orgasmo que sigue a la excitacién genital, La angustia debe ser considerada como una transposicién® del sadismo’, suscitada por la intervencién anal. Creo que esto es asi, es decir, Ia respuesta sidicamente anal a una intensa excitacién pasiva en el drea rectal es un ataque de sadismo que se manifiesta directamente en la ira, 0, si est reprimido, por la angustia.”"” Este pasaje me llamé la atencién después del final del andlisis de nuestro paciente; me interesé tanto més cuanto que confirmé mis puntos de vista y, ademas, no se habian hecho tales observaciones en niflos o pacientes varones, En el nuestro, la ansiedad cestuvo indudablemente estrechamente ligada al sadismo, como en el caso de las niflas de Freud, aunque este sadismo, naturalmente, tuvo que seguir un desarrollo posterior distinto al de ellas. Mas precisamente, fue una reaccién del yo completamente indefenso a su propia agresividad exacerbada por el ataque anal externo, En resumen, podemos asi formular la filiacién de las reacciones desarrolladas por un evento primitivo especifico, y que constituyé la génesis de una neurosis y trastornos de cardeter masoquista © Debemos entender: al nivel del ego. ® En el texto, exactamente: del placer a la agresion. "of, “Las personas del sexo femenino con intensa ligazén-madre en quienes pude estudiar la fase preedipica han informado, de acuerdo con lo anterior, que opusieron la maxima resistencia 4 Tas enemas y evacuaciones de intestino que Ia madre emprendié con ellas, reaccionando con angustia y grita enfurecida. Acaso sea esta una conducta muy frecuente 0 aun regular de los, nitios. Slo logré inteligir los fundamentos de esta protesta particularmente violenta mediante tuna puntualizacién de Ruth Mack Brunswick, quien de manera simulténea se ocupaba de los mismos problemas: ella se inclinaba a comparar el estallido de furia as el enema con el ‘orgasm tras una estimulacién genital. En tal caso, la angustia se comprenderia como ‘wansposicién del placer de agredir, puesto en movimiento. Opino que efectivamente es asi, y que en ef estadio sécdico-anal Ia intensa estimulacién pasiva de la zona intestinal es respondida por un estallido de placer de agredir, que se da a conocer de manera directa como furia 0, consecuencia de su sofocacidn, como angustia. ef: Sigmund Freud. La sexwatidad femenina. En: Obras completas de Signnund Freud. Buenos Aires. Amorrortu, 2001. Vol. XI. pig. 259. 6 A) Agresi externa de un objeto, digamos el objeto tinico existente y amado. B) Despertar una violenta contra-agresién hacia este objeto repentinamente desageadable; ‘C) Angustia por impotencia, no represién'" D) aceptacidn (subjetiva) del abuso sédico ejercido contra él para superar la ansiedad; aceptacidn posibilitada o facilitada por el importante hecho de que este abuso se lleva a cabo en una zona erdgena (aqui erotizada secularmente por el eccema y sus diversos tratamientos). E) De ahi la erotizacién del abuso, es decir la transmutacién del sadismo en masoquismo, El andlisis de estas reacciones ligadas a un hecho infantil concreto y basado en hechos directamente bles contribuird quizés, mejor que el de los suefios y fantasias transfigurados, a aclarar, en un caso dado, la génesis de los impulsos anales sédicos. y su transformacién en pulsiones masoquistas anales. Si el motivo principal de la ansiedad fue un deseo violento de agresidn, el motivo secundario se convirtié en el deseo de ser agredido. No podia ser de otra manera: su motivacién también se ve afectada por el proceso de volver el sadismo contra si mismo. Si durante el desarrollo se pierde el elemento “placer”, elemento ligado a la agresién excitadora de una zona erética (el deseo, por ejemplo, que ya no se encuentra en las manifestaciones del masoquismo moral), en cambio persiste en el inconsciente. Esta es la explicacién mas sencilla del masoquismo; pero esta lejos de resolver el problema, En el caso de Jean, podemos imaginar las cosas de una manera relativamente sencilla y entender que este bebé, asi atado e impotente, no podia en realidad hacer otra cosa que utilizar su libido para transformar los aterradores enemas en un placer, ya que seguian imponigndoselos. Durante la primera mitad de la segunda fase del andlisis (masoquista femenino), las fantasias pasivas de agresién se hicieron manifiestas y numerosas. En primer lugar, el terreno de Ia agresién no fue ef area anal, sino otra regién del cuerpo; pero este movimiento, pensamos, expresaba una sumision comprensible a las demandas de la autoestima masculina. De hecho, la interpretacién de esta resistencia sacé a la luz algunas fantasias anales nitidas y precisas. "" La verdadera represién moral interna, personal, sélo ocurtira més tarde cuando el bueno” (amado) sea aceptado como la misma persona que el “bueno malo” (odiado) Sin embargo, otras fantasias persistieron junto a ello, cada vez mas definidos también: fantasias de heridas en la regién abdominal, por ejemplo, golpeando los cuernos de un toro © una vaca; o golpes violentos de espuelas, Estos ultimos se los habia dado naturalmente a su montura, en sus suefios pseudo-edipicos, pero ahora los estaba recibiendo; era Ia yegua maltratada en el plano de la realidad instintiva, mientras que seguia siendo el jinete en el del narcisismo varonil defensivo. Estas fantasias me intrigaron y su significado no me quedé claro; a veces llegaban hasta el destripamiento y la destruccién corporal, envuelto por la idea de la muerte, Un tercer tipo de fantasias consistia en las mordeduras de animales peligrosos (avispas, avispones, serpientes), de intoxicaciones por sustancias dafinas, bacilos, gases nocivos o asfixiantes, etc. Este material trajo recuerdos de las fobias infantiles a las serpientes y de las horribles fobias a las enfermedades (célera, peste). Volveré sobre el significado de estas diversas fantasias mas adelante, particularmente la de la eventracién, Hasta el momento, el andlisis y el caso no han sido muy extraordinarios, La resistencia del principio, mediante la fabricacién ad hoe de un material edipico aparte, todo lo demds no fue muy diferente det material ordinario entregado por un gran obsesivo (salvo quizis la angustia, que recordaba més a la de un hipocondriaco que a la de un fObico). Y tenia derecho a suponer que mi paciente, a pesar de todo, seguia defendiéndose por regresién, es decir por fantasias y comportamientos masoquistas contra un Edipo muy repri ido, el real, que permanecia por descubrir fuertemente tefido de sadismo. Y, sin embargo, pronto me Ilamé la atencién una peculiaridad interesante. Habia quedado claro que ta actitud masoquista femenin primitiva, hacia el buen ejercicio de la canula, se habia trasladado en bloque al objeto homosexual, al hombre superior, temido y admirado al mismo tiempo, inconscientemente convertido en agresor sexual. Por cierto, su fuerte complejo de persecucién latente habia salido bien; asi como su sintoma de “sadismo tardio” (oleadas de agresién violenta contra el objeto, despues de sepatarse de él; ver mis abajo) pronto se aclarard mediante el andlisis, Todo estaba en regla. Pero un hecho especial lo fuie menos, y por lo tanto me desconcerté: el hecho de que el agresor pudiera ser un hombre o una mujer, un animal macho © hembra, un simbolo masculino 0 femenino. {Total confirsién de sexos! Y no fue hasta mucho después que pude relacionarlo con una original confusion de sensaciones anales y genitales, que formaban la base de la misma. Pero volveré a este punto en particular mas adelante. Esta confusién indirecta, notable e innegable, me desconcerté porque sacudié mi hipdtesis de trabajo. En iiltima instancia quedaba que la actitud masoquista anal respondia a una defensa contra el odio del padre y sus peligros, contra el miedo a él y la ansiedad de la castracién; en definitiva, defensa de inversi6n frente a un Edipo negative impulsos agresivos contra el padre-rival). Pero entonces, {por qué se habria puesto en juego este mismo mecanismo de defensa contra la madre o sus sustitutos? Naturalmente, volvi a pensar en los "pseudo-rivales" de la fase inicial del andlisis, y no pude evitar creer que la actitud primaria y la fijacién libidinal hacia la criada, el tinico objeto primitivo, habian sido desplazadas por futuros objetos tanto femeninos como masculinos, ambos sirviendo para satisfacer impulsos idénticos; que en Gitima instancia que estar en juego algo muis que la clisiea ansiedad de eastracién edipica. § 2. + Reacciones sidicas anales. Jnas palabras ahora sobre el sintoma, tan claro y constante en Jean, del sadismo tard Aislemos una situacién frecuente: Jean, por motivos profesionales, sociales, sexuales 0 deportivos, no importa, se encuentra en contacto con un grupo de hombres y mujeres, un baile, por ejemplo, 0 una reunién de negocios. Inmediatamente busca distinguir a alguien y convertirlo en un objeto; este objeto es a veces un hombre, a veces una mujer. Toma de contacto; de repente: malestar, inhibicién, depresién. Rompe el contacto y termina huyendo. ;Qué ocurtis? Descubrimos que, en la mayoria de los casos, el motivo de esta reaceién net ropaitica fue que dicha persona (objeto inconsciente) habia dicho o hecho algo que él mismo habia interpretado sin darse cuenta como una critica, una marca de desdén, una insultado; 0 como requisito no elegible, ete. Esta reaccién fiecuente fie la misma durante las conversaciones o discusiones "neutrales” que durante las discusiones politicas o religiosas. Lo que sucedia en él, entonces, con rapidez también, sucedia en la vida en periodos més prolongados; pero aqui queremos aislar la reaccién tipica, es decir, inmediata, porque fe con mucho la ‘mis llamativa, y seilalé un complejo de persecucion violenta del que nunca habia tenido conocimiento. Entonces, apenas esté en las escaleras, apenas ha puesto una puerta entre el perseguidor © la perseguidora y él mismo, que un increible desborde de insultos y fantasias agresivas y sddicas lo invade. El perseguidor es naturalmente la victima y juega al héroe. Da la vuelta a Ia situacién por completo. En presencia del objeto, de repente se sintié inferior, humillado, estipido; La inhibicién motora también se manifests en forma de incomodidad o tendencia a a sentarse en un rineén, quieto. Ahora asume el hermoso papel, pero a nivel psiquico; humilla y ataca al que lo humillé antes, cuando estaba demasiado inhibido para responderle. Responderle habria consistido, si se hubiera rendido a su sadismo motor inconsciente, en golpearla, posiblemente en orinar o defecar sobre ella para humillarla. En defin va, lo compensa a posteriori con la ayuda del sadismo psiquico que, cuando el peligro ha disminuido, reemplaza al sadismo motor. Bien, fue con la ayuda de la transferencia, y a través de situaciones que primero se enredaron, Iuego cada vez més claras, que casi todos los rtebatos psiquicos sidicos bido © inconsciente. Una vez descubierta esta relacién, el origen del sintoma no tardé en podrian estar relacionados con un arrebato previo de sadismo motor, in! revelarse: era el estallido de ira tras ef enema durante el cual la atadura habia impedido la contra-agresién muscular natural No se puede imaginar cudinto este trauma afecté el alma y el desarrollo del nifio, Por tanto, entre el pensamiento claro y adaptado y cualquier objeto se interpondré para siempre el pensamiento afectivo de una agresién, una especie de vibracién prolongada del recuerdo del enema, Detris de cada objeto se escondia la nefasta sombra de la malvada solterona, Por eso, como veremos, la funcién de miltiples fantasfas o comportamientos era intentar borrar esa sombra oscura y reemplazarla por la del bien. La peculiaridad interesante de esta reaceién de rabia en el pequefio Jean fue que se produjo mientras descargaba su enema en ef orinal: las fantasfas vengativas y ta expulsién erética de excrementos y orina eran, por tanto, concomitantes. En su ilégica cabecita los asocié entre si. Esta asoci ién interior explicara por qué, posteriormente, cuando reprima su agresividad psiquica por razones morales, investiré las funciones excrementicias activas. Esto tiltimo se convertira asi en el ejecutivo inconsciente de los impulsos sidicos reprimidos, estar dotado de un poder magico destructivo. EI contenido de estas fantasi s tardias se inspité naturalmente en el principio de represalia: 1) expulsar 0 arrojar sus exerementos a Ia criada. 2) empujar algo que la lastime por detrés, 0 golpearla, lastimarla, matarla, ete. separar de ella su malvado pensamiento; reemplazandoto por una gran necesidad de amor y ternura, Posteriormente, el sadismo psiquico quedaré asociado en el inconsciente neuropiitico con representaciones de la expulsidn de excrementos contra el objeto odiado; su érgano ejecutivo seguira siendo la funcién anal activa, Los excrementos en si se considerarin 10 mucho menos una cosa repugnante que una cosa humillante, un py cipio maligno y mortal (gases venenosos, venenos, venenos, bacilos, etc.). Esta asociacién primitiva es un vivido ejemplo de sadismo anal. Este término general, como sabemos, engloba un conjunto de hechos bastante compuestos que aiin deben ser clasif ados. Mientras que algunos permanecen oscuros, otros muestran claramente la alianza del eros con la agresién, Por eso hablamos de sadismo, En Jean, hemos insistido principalmente en el lado agresivo hasta ahora. Pero ya hemos insinuado el lado erético, en el que nos centraremos a continuacién (fantasia equivalente al orgasmo). Por tanto, nuestro paciente sustituyé la agresién anal por la agresidn muscular, El primero fue un sustituto necesario y dtil del segundo; la sustitucién respondié @ un medio de proteccidn, Porque el pequerio tuvo que protegerse de las represalias de la sirvienta, represalias que habria supuesto su maldad, En su orinal, por el contrario, descargando sabiamente su enema, estaba completamente protegido: de hecho, slo estaba obedeciendo los mandatos del maestro. Por el contrario, lo hizo si lo soltaba o lo pateaba demasiado pronto, ya fuera en las manos o en la cara del operador; y ahi lo regaaban seriamente, La segunda etapa del enema de la “sesién sobre ef orinal” estuvo acompaitada de un enorme alivio fisico y emocional. Seguird siendo en su fantasia el equivalente concreto del gran placer, placer aumentado por el restablecimiento de relaciones normales y iernas con la criada, Citemos aqui un suefo traido durante ta fase pseudo-edipica del andlisis, y en este sentido un ejemplo de la forma en que él mismo los analizé: “Estoy a caballo en el prado... y galopo, es un hermoso caballo... cl sol se ha puesto... crepiisculo... noche, Entonces percibo que un lobo me persigue, me apresuro... le mordera las patas al caballo... Me escapo, él pierde el rastro. Estoy muy orgulloso, pero llega un segundo lobo al frente”. A mi pregunta si ha experimentado ansiedad, dice que no. Asociaciones: “Obviamente un suefio de Edipo... como yo tenia tantos... jAh, el prado es el que esti frente a la ventana de mi madre!... Hermoso caballo... ya no esté el eaballo del patrin (geanjero, con quien se habia colocado) es mio en el suefio, es realmente mio, Este es un progreso, sin duda; ahora he aceptado tener mi propia esposa y dejar las de los dems en paz... jAh!... puesta de sol, padre muri, por supuesto; ahora se acepta, se arregla... Ira caballo, galopar, obviamente es el coito... ete. Como podemos ver, "todo esté alli", incluida la amenaza de castracién. Le sorprende mi observaciin de que este suefto tal vez podria interpretarse de otra manera, que tal vez no a sea sincero; un stiefio que es sélo un ejemplo de muchos otros en los que hizo malabarismos de manera similar con los simbolos edipicos mas clisicos. Mas tarde, durante la “fase masoquista” del andlisis, traera algunos mas "sinceros", donde veremos que el jinete era s6lo su yo ideal, construido, mientras que su yo real era el caballo. maltratado; donde veremos que el contenido de la angustia no era el mordisco de las patas del caballo (simbolo de la castracién), sino las espuelas en el vientre; que finalmente, cabalgar, galopar, traducfa no un prestigioso coito, sino el recuerdo de antiguos galopes. su orinal! Estos "paseos por su cuarto"’ en presencia de la criada que probablemente encontré alli placer y los dirigié (uno puede imaginar esta ), fueron motivo de encantadora escena: ;Hop! jHop! Y Ia alegria de los dos "eomplices sensaciones y despertares anales erdticos. EI sadismo anal, es decir, la inversién secundaria de la funcién expulsiva a través de la agresién, fue en resumen un retorno a la agresién motora, Esta funcién implica una serie de acciones fisiolégicas activas, que son un modo particular de reacciones corporales y se mantienen en contacto con ellas. Este contacto directo, a la inversa, es donde se pierden las fantasias. Sabemos quc, si su funcién es satisfacer parcialmente la agresién, también consiste en mantenerla alejada del sistema motor y por tanto en impedir su ejecucion. En Jean, el sadismo motor, obstaculizado por la coaccién, encontré de todos modos en este desplazamiento secundario una compensacién importante, Se puede decir que este desplazamiento fue el primer sintoma neuropitico verdadero, habiendo sido la ansiedad solo una reaccién biolégica’”. Un hecho de observacién comin merece ser citado aqui, Dos personas tienen un conflicto violento entre ellos y parece que estin muy cerca de enfrentarse. Pero no, simplemente se insultan mutuamente, y el flujo de sus insultos es tanto més inagotable ‘cuanto mas inhibidos son sus miisculos, Por el contrario, el que golpea a su oponente ya no siente, ni mucho menos, ta necesidad de gritarle; ya no hay raz6n para recurrir a este sustituto magico. Sin embargo, es tipico, los insultos en cuestién toman inevitablemente, sobre todo en bocas populares, un giro inmundo; ya sea excremental o anal en lenguaje analitico. No es neck rio proporcionar ejemplos, " of. Chatles Odier. Le probleme de l'tiologie de la névrose & la lumire de a théorte [EI problema de la etiologia de la neurasis a la luz de la teoria de Freud). En: Lt psvechiatrigue. Tomo 11-2 (1933). de Freud R En resumen, una cierta falta de coraje hace que estos individuos retrocedan a un modo de agresién anal sustituto. En todo caso, el fendmeno de la sustitucisn del sadi mo psiquico por el muscular nos parece fundamental y muy general; de ninguna manera se limita a las personas que han ilizaci6 sultido traumatismos o enemas a una edad temprana, {No lo impone la ci a todos los humanos? Pero no todos se inclinan sin restriccién a esta exigencia inadecuada, como esas personas nerviosas tan bien descritas y clasificadas por Marie Bonaparte, y que vuelven a las satisfacciones motoras sustitutivas de los autoerotismos de la garra y el diente'®. En nuestro paciente, la civilizacién, representada por el viejo malvado bueno, intervino muy temprano y por tanto inhibi6 defi vamente en él la valentia muscular; lo que se podria lamar la audacia constitucional del macho fue sofocado en st germen, Pero intervino demasiado pronto para inhibir simulténeamente el sadismo psiquico, porque ain no se habia incorporada aun sistema mental de responsabilidad moral, un sistema muy complejo cuya formacién requiere un grado de desarrollo que Jean no habia aleanzado. Todo lleva a creer, de hecho, que st ira se sintié mas que pensamiento, consistié menos en un estado mental puro que en un estado fisico-afectivo en el que la venganza tomé la forma de simples representaciones de estos espontineos de respuesta, y no de intenciones. Estos gestos, no es una conciencia moral, en el sentido propio, atin no formada, lo que podria inhibirlos, sino mas bien coerci6n, impotencia y miedo instintivo. Sea como fuere, el impacto fue tan violento contra la impotencia que Jean siempre seguir siendo un ser tanto mas "agresivo” en la vida exterior cuanto mas agresivo en la vida interior; ineapaz de dar un movi iento real, caprichosamente noquea a todos sus competidores y superiores, a todos sus amigos, o esparce excrementos y orina sobre ellos. Su caso ilustra muy bien este fenémeno que destaca el psicoanilisis: es muy frecuente que la agresién psiquica, y més especialmente la agresién verbal, se considere inconsei ntemente como una funcién excremental. Hay muchos casos de obsesién en los que, por ejemplo, los pensamientos "irdnicos" se equiparan inconscientemente con “flatos", pensamientos o impulsos agresivos, "defecacién", Lo que est en la cabeza se reemplaza regresivamente con lo que esté en el intestino. Esta sustitucién refleja un * cf. Marie Bonaparte. Des autocrorismes agressifs par lr griffe et par la dent [Autoerorismos agresivos por garra y por diente]. En: Revue francaise de Psychanalyse. Tomo VI. Nro. 2 (1933) B desco, Esta sustitucién refleja un deseo muy primitivo de agresién 0 destruccién, y asi lo logra indirectamente, por desplazamiento. De hecho, el pequeno Jean reemplaz6 lo que sucedia oscuramente en su cabeza con lo que sucedia claramente en su vientre. Pronto noté que sus excrementos eran desechados, sacrificados y, por lo tanto, destruidos, E] intestino, por asi decirlo, puede hacer inofensivamente (magicamente), 0 al menos de forma menos peligrosa, lo que los miisculos, gobernados por el yo timidado y debil, no se atreven a hacer. "Y si lucho, es malo, dolerd demasiado", Es preferible la actitud pasiva, y se entiende que la libido, en esta situacién de absoluta impotencia, se apega a fa actitud pasiva, no a la agresividad. Caso especial de un fendmeno general, y muy comin en la primera infancia, que se encuentra en todas las neurosis masoquistas. El recuerdo de los primeros enemas volvié a él; recordé que estaba luchando tanto que la criada tuvo que pedir ayuda a una segunda persona. En la secuela, se le explica que le dolié tanto fue porque estaba luchando y eso no fixe inteligente. Poco a poco dejé de hacerlo y los lavados se volvieron indoloros; una nueva razén experimental para abandonar la agresividad motora. Ademés, el ano se estaba curando, Fue entonces cuando los impulsos sédicos que se alejaban de una regién que perdia todo interés pasaron a la regién genital y asumieron la funcién falica; dibujado en otro lugar de este camino, como es la regla, por la libido; volveremos a este punto mis tarde. En resumen, en un gran niimero de pa nntes se observa que Ia agresion psicolégica o verbal esta tan inhibida como la agresién muscular. Es incluso un rasgo caracteristico de las verdaderas neurosis y que las distingue de ciertas neurosis de cardcter. En nuestro paciente, como hemos visto, la agresién psiquica escapa a la inhibicién, las fantasias sicicas constitufan un sintoma importante y precoz de neurosis; no fue muy dificil, como ocurre con algunos obsesivos pasivos o demasiado educados, atraerlos a la situacién de transferencia, En nuestra opinion, esto se debié a Ia precocidad del trauma, En esta fase los mecanismos de defensa no son Jos mismos que los utilizados en Ia fase edipica; la regresi n en particular se excluye por razones obvias. § 3.- Reacciones sidicas filicas. Antes aludimos al desplazamiento de las tendencias sidico-anales hacia la funcién félica, En otras palabras, a medida que el drea anal se volvid menos erdtica, el instinto 4 agresivo fue atraido hacia el é rea genital, ya que la libido la invadid, Este cambio, como sabemos, esti determinado en los nifios por el desarrollo biolégico normal; generalmente comienza después de tres alos y se completa alrededor de los cuatro. Aqui su fecha fue adelantada por circunstancias especiales, y este precoz. advenimiento tuvo graves consecuen is neuropaticas. El material analitico me permitié identificar un hecho, si no con certeza, al menos con mucha probabilidad. Ademas, su interpretacién arroja luz sobre el origen de varios sintomas importantes. En ‘un momento, adems de la necesidad de orinar, ¢1 enema provocé una ereecién, Nuevo conflicto, Pero la primera reaccién no fue el miedo a alo malo, por lo que la eriada, temida y amada al mismo tiempo, podia reganarlo y castigarlo. No, el bebé al principio estaba angustiado porque este nuevo fendmeno, y ya de por si preocupante, le impedia orinar, Tuvo que esforzarse y, bajo la influencia de la angustia, estos le produjeron espasmos que le ocasionaron un dolor severo. A la menor desearga, el chorro se disparé ¥ mojé la cama, ya que también la ensucié al rechazar los enemas antes de ponerla en el inal, También, a veces, orinaba junto a él, fuera del recipiente, como resultado de ta ereccién, Esta “inmundicia” excité los instintos educativos de la solterona humillandolo. Estas reprimendas, el regreso de los dolores a una época en que el enema se habia vuelto menos doloroso y Ia angu: ter dramatico, cuando acababa de perder su card ayudaron a reavivar el odio y los impulsos contra-agresivos. Era justo, porque todo era culpa suya; Era la criada quien lo habia agredido, habia exasperado su necesidad de venganza, junto con sus impulsos sexuales, y quien ahora le estaba dando erecciones'. Este resurgi iento del odio vengativo coincidié con las sensaciones genitales y alteré naturalmente la forma, 0 mas exactamente el contenido de las fantasfas sidicas: el instrumento que él a su vez queria empujar en su trasero se convirtié en el pene. El impulso que animaba la fantasia era, por supuesto, sexo-agresivo (sidico); el pensamiento que lo acompafaba era: darle a la criada un enema mientras orinaba dentro de ella, un pensamiento inspirado por la necesidad de represalias. Antes de relatar cémo logrd neutralizar estos peligrosos impulsos vengativos sustraerlos a la energia que lo llev6 a realizarlos en la accién, quisiéramos destacar dos puntos que nos parecen importantes. * El papel de “seductora injusta” que sule jugar la madre, por ejemplo, con motivo de juegos de cuidado corporal y ternura: ella misma excita al nfio, luego lo regafa y lo averglienza, y en ocasiones castiga al niflo. Esta injusticia, sobre la que insistié Freud, es capaz de despertar Ia ira ‘mas intensa en los nifos. a5 En primer lugar, el miedo vinculado a la primera manifestacién genital, al primer impulso propiamente sexual, no era el de la castractén, sino el de no poder orinar mas y, Por tanto, de experimentar furertes dolores, tensiones fisicas dolorosas. Este elemento de dolor nos parece importante aqui; tenia que activar un mecanismo de defensa que todavia era sdlo automitico, psico-reflejo, diriamos, y no psico-moral'®, En segundo lugar, la desaprobacién inhibidora, o la sancién del educador, no fue por un acto de masturbacién, sino por el acto de estar sucio, el acto "feo" de ensuciar la cama o el piso. La criada no comprendié su “injusticia’, al culpar al nifio, se comport como si hubiera adivinado sus intenciones culpables inconscientes y tuviera derecho a responsabilizar al niflo; jgrave error pedagégico!'*. En este nivel, el acto sexual serd siempre en Jean un acto repugnante, una inmundicia, un coito, una mancha de la mujer'’, Esta desaprobacién de ta eriada alzéndose en prohibicién, formé, en este caso, el primer nicleo de la censura, condicioné el inicio de su entrada en el cargo, después de que el pequefio Jean se hubiera introyectado y hecho suyo este veto auxiliar La tensién y el dolor vésico-uretral le recordaron inevitablemente al pequefio Jean la tensidn anorrectal y el dolor que le producia el enema en el momento no muy lejano de la fobia; dolor que no habia desaparecido por completo, de ahi la mezela de las dos dolencias en proporciones variables. Veremos que los impulsos sexuales. siempre "El Doctor Michel Cenac ine comunicé oraimente el interesante caso de un paciente en consulta urolégica cuya impotencia fue declarada nerviosa, Sin embargo, la atencién de nuestra colega se ceniré en ciertas sensaciones genitales desagradables que ocurren durante la excitacion sexual. Bastante mal definidos, podrian atribuirse a una hipocondria genital, pero el Dr. Cenc ain requeria un examen organieo muy detenido, que revel6 una brida (adherencia {bride]). Esto fue removido quirdrgicamente y la impotencia desapareci6, Nuestro colega agrega que la interpretacién de estas curaciones sigue siendo, sin embargo, muy compleja y que na excluyen la influencia de factores psiquicos en este tipo de impotencia de base orgénica, El anilisis muestra que, en las personas nerviosas, cualquier trastorno genital tiende a adquirir un valor 0 significado psiquico particular en el inconsciente, el de la castracién, por ejemplo, que puede deseneadenar una inhibicidn de las funciones sexuales. “Nada puede provocar mayores revueltas en el nifio que el castigo injusto; pero a veces ocurren incluso en los casos en que el educador esté seguro de haber tenido raz6n. Fue entonces cuando el nto interprets el castigo especialmente si era severo. Vagamente sentia 0 ereia que habia sido castigado por impulsos que, sin embargo, habia hecho todo lo posible por reprimir y que a tmenudo habja teprimido con sineeridad, por lo tanto, eastigado por impulsos inconscientes. Ahi Tadica la injusticia imperdonable. Esto ayuda a despertar odios mis o menos extintos y, en nstancia, a justificarlos. En este caso vemos que el castigo tiene resultados sitima “paradsjicos"; por ejemplo, cuanto més castigas al niflo, més tonto se vuelve; 0 cuanto més nervioso se pone: incluso puede tener sintomas graves de neurosis. Este es un punto que traté de resaltar en el articulo EY castigo y el mito, publicado en The Annals of Childhood (julio de 1933). "Después del andlisis de su comportamiento, durante mucho tiempo negado, impotente ongismico, se eseribieron muchos sueitos en los que hablaba de orina t6xiea, Fermentada y maloliente. 16 quedardin asociados 0 confundidos con los anales, mds exactamente con las funciones excrementicias. Por tanto, es natural que los nuevos dolores despertaran los mismos movimientos sédicos que los que suscitaron los antiguos: “Lastimarla como ella me lastima a mi”; luego, en una alteracién debida a la ansiedad, aniquilala, destriyela, La fantasia esta vez se trata de una orina dotada de un poder magico-maligno, como las heces de antafio, Posteriormente, este poder se transferira a los espermatozoides: por efecto de este desplazamiento, la eyaculaci in serd inconscientemente pensada, no s6 como una indecible profanacién de la mujer. sino también como un acto de venganza destinado a hacerla sufrir, a “mimarla”, a envenenarla, destruirlo, ete. Asi, el acto sexual seguird siendo un acto de cardcter sadomasoquista y no amoroso ni procreative. Durante esta segunda fase, también me di cuenta de que todas las mujeres que conocia 0 que le importaban eran mujeres enfermas, "golpeadas" por el matrimonio, También me di cuenta de que esto no era el resultado de una mera casualidad, sino del hecho constante de que se identificaba con ellas; asi como a las infelices 0 maltratadas por matidos brutales. Su actitud instintiva fue la siguiente: A) Le entregé al hombre (esposo © amante, pseudo-rival) el rol sédico, y en particular la desfloracién, B) Tomé a este hombre como modelo, idealizéndolo. C) Configurar este modelo como objeto homosexual. D) La mujer como rival, Pero, conscientemente, sintié una profunda simpatia por ella, como un objeto abusado. Este sentimiento vivido no era un amor objetal normal, sino un amor narcisista, regresivo, una necesidad de identificacién, Y fue esta necesidad la que tomé durante mucho iempo como signo seguro de las tendencias edipicas suscitadas por la situacién triangular (rivalidad). Ademés, si la esposa se divorcia o es abandonada, é! forja fantasfas inconscientes en las que ocupa el lugar que ella le dejé libre, con ef marido malvado; Iuego compensé en exeeso esa actitud femenina pasiva interesindose por una nueva mujer que, pens6, se estaba "dejando Hevar". También es natural que en esta “etapa fica" de los enemas y las defensas involucradas fueran las mismas que ya habian logrado liberar al nifto de la angustia en la etapa anal Como entonces, se mantiene de nuevo: la contra-agresién sidica-filica motora esta materialmente obstaculizada; lo reemplaza como entonces la contra-agresion psiquica. Pero el dolor también interviene: intentara repetir el mismo esfuuerzo para no tener mas dolor, es decir, ya no luchar, no resistir, medio por el cual ya ha tenido éxito. Ademés, también tratard de no querer profanar (humillar, hacer suftir, destruir) a la sirvienta, evilar sanciones, y sobre todo mantener su solicitud y su amor. En definitiva, adopta la wv actitud pasiva en todos estos niveles, primero el dinico posible, Iuego el més “econdmico” desde el punto de vista psiquico. La pasividad asi adoptada da lugar a una nueva fantasia, facilitada por su conviecion de que la criada también tiene un pene escondido en alguna parte (un ser tan poderoso no puede no tenerlo). Sustituiré la cénula en el contenido de Ia siguiente fantasia pas a deseo de ser asaltado analmente por el pene de esta doncella; una vez mas, amada. Entendemos n, en fin, que la libido, ante Ia imposibilidad material y emocional de la revuelta y la venganza, cambia de posicidn y, por tanto, de objetivos. Las ventajas de esta inversién son considerables: el niflo no sélo puede seguir satisfaciendo una libido desenfrenada precisamente porque se ve a ravada por los ataques, sino que también su ansiedad cede; las erecciones se detienen; con ellos también cesa el miedo a no poder orinar; puede dejar de producir suciedad. Se resuelve el peligroso conflicto con la criada, inalmente, al re-erotizar la zona anal, el enema, en lugar de ser un nuevo dolor, vuelve a ser un placer. El hecho que la zona anal fuera erégena es la condicién fisica de esta inversién psiquica. Agreguemos que es precisamente esta actitud pasiva (masoquista-femenina) la que transferiré en bloque la solterona al objeto homosexual cuyo pene real le recordar su pene imaginado. Para cerrar este parrafo, ahora podemos completar la primera declaracién de la filiacién de las reacciones de enema: A) Agresién sidica externa (por tanto, sexual). B) Contra- agresién psiquica sddica por coaccién e impotencia. La angustia pasa de la condicién externa (peligro extern) a la interna: angustia frente al propio sadismo (peligro interno). C) Solucién del conflicto mediante ta transformacién del sadismo félico en ‘masoquismo anal, desde donde se restablecen las relaciones armoniosas y amorosas con la criada. Esta "ansiedad por el propio sadismo" se ha convertido y sigue siendo el sintoma nodal predominante de la neurosis. Era clinicamente mas fuerte y pat6gena que la ansiedad de castracién, aunque a menudo la cubria. Nos limitaremos a aitadir unas breves indicaciones sobre la continuaei ny el final del relato instintivo infantil del pequeno Jean; se refieren al per lo que se extiende de los 3 a los 7 aitos, 18 8 des Después del “drama clysteriano”"’, calma: permanece en sus posiciones. en ta posicién que hemos descrito: represién del sadismo, elaboracién progresiva de la actitud ‘masoquista, mantenimiento y refuerzo de la actitud tierna, obediente, “amable y pasiva hacia el bueno (esta actitud formard la base del caricter adulto). De esta forma, se establecen ex entes relaciones entre ellos, al mismo tiempo que se vuelven cada vez mais dependientes de este Gnico objeto, en lugar de poder empezar a liberarse de él con normalidad. El factor princi al de esta estrecha dependencia es el coito que los une: los enemas. Se sabe que se lo seguir dando durante unos 6 afios, En este sentido, por lo tanto, esté particularmente mimado, to que contribuye en gran parte, saben los analistas, a apaciguar, a "obligar" la agresién, Por otro lado, el gran inconveniente de esta satisfaccién protongada es que lo mantiene en la fase donde la organizacién anal prolonga y dificulta el paso libre y natural al desarrollo genital activo Pera todo tiene un final; el eccema, la infeceién por oxiuros se cura; se retiran los ‘enemas, Jean ha llegado a su séptimo ato; y Iuego, en octavo grado, sufre un sintoma neuropa fico severo, una nueva fobia: la fobia a las serpientes'®. Esta es una consecuencia psicolégica indirecta de 1a supresién de los enemas, cuya consecuencia directa es el empuje genital Por esta época, sus padres se hicieron cargo de él y se unié a ellos con ta empleada doméstica en la granja que habian operado recientemente, Nuevo ambiente campestre, pero no muy diferente al que ha vivido hasta ahora, Alli conoce a su hermana mayor, tuna joven dulce y enfermiza, de la que pronto se enamora. La eriada, que no lo deja, pierde su halo, En un nivel més profundo, lo pierde principalmente porque ya no le aplica enemas. Por tanto, Jean ha Hlegado a los ocho affos cuando se fija en sw hermana, fijacién que presenta un evi jente caricter edipico. Aqui es donde la fobia a las serpientes adquiere un especial alivio; el interés que offece supera al de las fobias ordinarias a las serpientes que con tanta frecuencia se encuentran en los nifios nerviosos y en los neurépatas adultos. "® Clysterium es literalmente en latin “enema”, Se Hlamé asi al método terapéutico consistente en repetir enema, sangrado y purga, muy utilizado en la edad media, Moliére lo ridiculiza en El enfermo imaginario como “furia elysteriana”: Primo saignare, deinde purgare, postea lysterium donare. "A Io que se suma, y en ocasiones sustituye, la mencionada fobia al "edlera" © "peste", enfermedades espantosas de las que le habian hablado en relacién con los grabados. 19 Responde, en él, a un empuje sado- 0 compensatorio, tanto mas intenso cuanto mas retardado y contenido por satisfacciones anales pasivas, y que parece haber sido motivo de timidas prdcticas masturbatorias, Como fobia, constituye naturalmente un mecanismo de defensa frente a esta oleada, una defensa masoquista establecida contra la hhermana, el nuevo objeto. tentaciones genitales que movilizan el sadismo. Este se siente atraido por la Es interesante notar que esta fijacin edipica tardia hered6 y adopt6 desde el principio, y su fobia a las serpientes lo demuestra, todas las caracteristicas de Ia fijacién pregenital en la criada. La forma de los impulsos, asi como la de la defensa, es la misma; se establecen autométicamente en el modo prefijado en la infuncia, Jean, y este es el signi salvar a su hermana de la suya. Sin embargo, este animal era muy raro en esta region; si fcado oculto de su fobi . Se expone al "falo venenoso” y mortal a la serpi ante para Jean lo personifica subjetivamente, es porque el recuerdo de Ia cdnula, de la que la vibora es el sustituto, lo vuelve a obsesionar, Luego se defiende de este recuerdo medi jante un mecanismo masoquista idéntico al del pasado, con la diferencia de que a la estructura se le suma una verdadera y tipica angustia de castracién; teme que su hermana cobre venganza de su pene, el drgano culpable actual. Nos detendremos alli; los elementos secundarios de esta fase edipica se abordaran mas adelante. La breve relacién de un complejo de Edipo sera, por tanto, ef punto final de la observacién de un caso de neurosis sin Edipo”. Nuestro inteligente paciente, por tanto, no se equivocd del todo al creer que se debia a un violento complejo de Edipo, tenia razén en darse por un hombre muy viril, demasiado viril, aunque era ajeno a la naturaleza sddica de su virilidad. Solo que su verdadero ~ Edipo™ no habia sido lo que él ereia, no habia sido S6focles, en el sentido estrieto del término, ni freudiano, por lo tanto, pues no consteld ni mares su primera infancia. En términos mas precisos, no existia en la época filica temprana, es decir, en la época elysteriana, cuando un solo objeto, que no era ni la madre ni el padre, los reemplazaba a ambos. § 4.- Impotencia orgistica. En el Edipo tipico, ibamos a decir normal, en el histérico, por ejemplo, sabemos que el agente capital y eficaz que desencadena la defensa es el miedo a perder el pene, y con él vida (en el sentido de que el instinto es la fuente de energia vital). La defensa en la 20 histeria consistira en particular en la conversién o Fobi cn la obsesién por la regresién. La neurosis de Jean particips en todos estos diversos mecanismos, de ahi su cardcter atipico. Sin detenemos en este delicado problema, recordemos simplemente el micleo de la prohibicién comtin a las neurosis tipicas: ;no debes tocarte alli! Este “noli tangere’® se refiere al pene, y la defensa también se extiende a las fantasias edipicas positivas y nega fas que acompaiian a la masturbacién, porque esta es su principal “ejecutiva’ Con Jean fue diferente. El nicleo principal de la prohibicién, como hemos visto, era mas jen: jno me ensucies! Obedecid y se apropis, por introyecciin, de este veto auxiliar; y esta introyeecién prec :0°', Su eco, resonando a lo umente Io hizo categor largo de su vida en las profundidades de la conciencia, marcari su vida intelectual, inhibird su vida sexual. ‘dn ancestral es la causa determinante actual del sintoma crucial de la neurosis: la impotencia orgastica, El mecanismo fue un desplazamiento, debido a la evolucién natural, de impulsos excremento-urinarios sidicos sobre ta funcién sexual eyaculatoria, La censura categorica, por supuesto, siguié al desplazamiento y en segundo lugar a la eyaculacién, que sigue siendo, como ya dijimos, el equivalente a un asalto sadico. Un dato interesante de mencionar, desde un punto de vista técnico, es la gran dificultad que tuve para detectar este desamparo, aunque se habia manifestado en el pasado, el paciente nunca fue consciente de ello. Simplemente lo negd, en nombre de su narcisismo viril*. Pero ni siquiera existia desde hacia bastante tiempo, y por algin motivo imprevisto: era que no practicaba el coito sin condén, y literalmente lo preservaban de la impotencia eyaculatoria, En efecto, preservaba a la mujer de la agresién magica exeremento-téxica, ya que Jean ya no "orinaba" en ella, sino en él o en > Noli me tangere [no me toques] Texto de la Vulgara (Evangelio de San Juan. 20,71), Las palabras que Jesucristo dirige a Maria Magdalena después de su resurreccién. *" Quizas el agente mis eficaz de sumisién fue el miedo a perder el amor de la doncella. Este no era solo el tinico objeto, sino la persona que se preocupaba s6lo por él. Es fécil imaginar que cconservarlo, mantener la solicitud, era una cuestién vital. Sin duda, este miedo juega un papel importante en cl Edipo, pero sobre todo en el Edipo fuertemente “coloreado de la pre- genitalidad”, coloracién debido a la regresién a consecuencia de la cual las ansiedades pregenitales eclipsan la ansiedad de la castracidn. Sabemos que en la histeria tipica es mas bien al revés: la ansiedad de castracién eclipsa las ansiedades pregenitales. * La eyaculacién tardia, incluso prolongada, por ejemplo, era un fenémeno normal para él y facil de racionalizar 21 €1 por asi decirlo (humillindose a si mismo). Su pene, como una Kimina moteada, se wuelve inofensivo: como otro revélver disparando en blanco (parte de sus steftos). El "condén" a menudo simbolizaba en sus suefios su propio intestino La eyaculacién adquirié el significado de defecacién a través de la uretra, con Ia intencién de envenenar su pareja, Una de las razones inconscientes de algunas de sus inhibiciones fue el miedo a que la mujer lo orinara durante el acto, lo que lo hubiera humillado horriblemente, Naturalmente, habria sido una venganza, Sin que él lo sospechara, dividié el coito en dos etapas subjetivamente distintas: introduceion (sin peligro) y eyaculacién (peligro ce muerte para el objeto o para él). El mayor placer reside en los momentos previos a la eyaculacién, Otro sintoma relacionado con este complejo fe el siguiente: no tener nunca una satisfaccién sexual completa, las sustancias sexuales excitadoras se acumularon y dieron lugar al priapismo, especialmente de noche. Fue despertado por erecciones violentas sin tendencia a desaparecer esponténeamente. Durante mucho tiempo habia renunciado a la masturbacion para hacerlas pasar, porque este método fallaba y no le proporeionaba ningiin placer (también existia la inhibi én eyaculatoria en el acto autoerético, por eso este tiltimo no le daba placer). Por otro lado, habia encontrado una forma infalible, que rapidamente se volvid compulsiva para deshacerse de sus “erecciones obsesivas”: se levantaba, iba al baito y orinaba. Dos gotas eran suficientes. Sin embargo, la ereccién normal, se sabe, evita la miccién; ¢No_ seri este un mecanismo de defensa orgdnicamente automatizado con el objetivo de evitar una regresion a la fase de erotismo uretral, con fanta 'surinarias? En cualquier caso, con él, la supresién de esta regresidn, que se manifest6 tardiamente en el tratamiento, mostr6 grandes avances; poco poco la miccién ya no suprimfa las erecciones, mientras que este papel liberador recaia en el onanismo; al mismo tiempo, el tenesmo vesical’ nocturno, el deseo imperioso de orinar, perdié su cardeter irresistible. Con estos diversos comportamientos sintomaticos, y muchos mis, una vez. aclarados, Jean trat6 de mantener relaciones sexuules sin condén; y se hizo evidente la impotencia eyaculatoria, Este sintoma innegable no deja de producir una herida narcisista. No pas6 mucho tiempo antes de que me diera Ia contraprueba de mis suposiciones: el coito fue realmente agresivo en su inconsciente por el derrame de semen en la mujer, EI tenesmo vesical o tenesmo urinario es un deseo imperi cconstantemente, muchas veces sin conseguirlo, 80 de orinar que obliga a hacerlo 2 Un comportamiento de Jean en su vida amorosa me habi impactado con su repeticisn: fuga repentina por una mujer, luego desinterés, distanciamiento. Sintoma frecuente en neurépatas, pero que en él tenia un significado especial. El andlisis mostré que se ‘comport6 como si haber tenido relaciones sexwales con una mujer le diera un dominio sobre él, un derecho absoluto y angustioso que él apenas podia soportar. Hizo todo lo posible para continuar siendo amable, para mantener su amistad, pero su corazén ya no rtid en La Gini estaba alli, Romper se conv forma de poner fin a esta situacién ambigua y dolorosa. Este derecho conquistado sobre él por el objeto sexual no era otro, segun reveld el andlisis, que el derecho a la venganza, Esta idea, o miedo, de venganza se hizo evidente como resultado de los informes de “no usar condones”. A Jean, la sensacién de culpabilidad le dio derecho a represalias: y tuvo que huir de este peligro, tuvo que perder de vista el objeto para no presenciar las desastrosas consecuencias de su asalto, y dejar caer la responsabilidad sobre otro. Analizado este mecanismo de defensa, surgié tuna inquietante fantasia: desflorar a una virgen, embarazarla, luego "dejarla" y abandonarla a su desgracia, Esta desgracia fue grande, porque el embarazo significaba pena de muerte. Esto se debié a que una vez, en un perfodo de efervescencia edipica tardia, a los 10 aftos, tuvo la oportunidad de "vivir" dos embarazos sucesivos de su hermana mayor, casada durante un aflo; por tanto, a una edad en la que habia adquirido uuna concepeién perfectamente clara del fenémeno. Sus celos y odio fueron aiin mas pronunciados; esta barriga que se hacia cada vez mas grande era entonces objeto de violentas fantasias sidicas: deseo urgente que esta barriga estalle, que el futuro nifio (rival), fuera artojado con chorros de orina y exerementos, muriera como resultado de su madre, habiendo traicionado a Jean. La omnipotencia de los deseos sidicos contra el vientre de la hermana, deseo donde culminé el difunto Edipo, se trasladara luego a la omnipotencia “milagrosa” y magica del esperma, es decir a su poder de fecundacién, que sera concebido agresivamente como un poder destructivo (y no vital) cuyo ejecutivo sera el embarazo y sus catastréficas consecuencias, La idea de esa creciente barriga estallando se superpuso con la idea, combinada con una gran angustia, del posible estallido de su propio vientre una vez, cuando la criada le dio enemas. También descubri que el coito condensaba en él muchas fantasfas de venganza, pero todas determinadas en Ultima instancia por el primitive deseo de venganza de los enemas (de destete también, pero menos claro). De ahi ef "sadismo eyaculatorio” del paciente, la eyaculacién sola, y no Ia penetracién, siendo agresiva y destructiva, En este sentido, affadiria que la 23 abstinencia anal fue peor tolerada, en el momento de la supresién de los enemas que se convirtieron en una fuente de placer sexual, que la originalmente oral. Observemos, en el material analitico tan abundante, numerosas y estereotipadas fantasias y suefios, de catistrofes: catastrofes diversas, cataclismos césmicos 0 terrestres, sobre todo, en los que se vio naturalmente involucrado y donde su vida (su cuerpo) se vio amenazado por torrentes de barro y de agua, Estos suefios fueron tan frecuentes en un momento que casi legué a preguntarme si se trataba de Fantasias esquizofrénicas. De hecho, mantener una fuerte fijacién de objetos en la criada y la hermana descarté este diagndstico. Bueno, el signi icado profundo de estos cataclismos fue el estallido y destruccién del vientre hinchado (fertilizado) de la hermana. En este periodo edipico secundario, el miedo predominante era de hecho el de la castracién. Un suefto entre muchos otros andlogos lo demuestra: “Una perra, con la que juego, se divierte lamiendo mis dedos y luego mordiéndome los dedos. De repente, se ve atrapada cen el juego, se vuelve mala. Asi que tengo miedo y la rechazo... Retiro la mano, cierro el puflo y me preparo para golpear ", Este suefto alude a la divisién del coito en dos etapas claramente definidas desde el punto de vista subjetivo: la primera es slo un juego, no implica ningin peligro, la segunda implica uno grande, el de la venganza de la mujer; De ahi el temor de que lo ejerza sobre el pene, que por tanto Jean tiende a retirar, si no esta protegido por la virtud magica del condén™*, Otro sintoma, que aparecié en el perfodo posterior a la retirada del condén, fue un profundo malestar suscitado por los movimientos de la mujer: “Son sus movimientos, contorsiones, etc., en el momento del orgasmo, los que lo impiden: “Lo hace doloroso, desagradable, estropea todo mi placer...” Asi que le rogé que se callara. El "retorcerse" de su pareja inhibié la eyaculacién, Bueno, pude descubrir que este refuuerzo de la impotencia venia del significado inconsciente que les daba a estos movimientos: en este nivel ya no respondian @ una reaccién natural al placer, sino a una reaceién contra- agresiva; eran los precursores de la venganza. Porque como "desvios" les recordaban a los suyos propios durante el enema, que eran eminentemente contra-agresivos. Estas pocas indicaciones pretendian guiar un poco al lector en un cuadro clinico muy complicado. Aunque incompletos, esperamos que expliquen el cardcter subjetivo esencial que patoldgicamente atribuye al coito nuestro paciente: cardeter, no de acto * Algunos hombres, sin saberlo, sufen de impoteneia orgéstica, a menudo lo racionalizan por su miedo a tener un hijo como pareja, especialmente en relaciones extramatrimoniales. Este miedo, por legitimo que sea objetivamente, puede, sin embargo, encubrir un miedo inconseiente a eyacular. Vi un caso en el que la retirada (coitus interruptus) hacia posible la eyaculacién, 24 amoroso, sino de acto de venganza. Este acto permanecié en el estado neuropatico adulto de los impulsos vengativos reprimidos del nifto, despertados en él por el trauma, Aunque tan precoz, este iiltimo le imprimié profundamente la impronta de ciertos ‘modos de reaccién que adoptarian plenamente su futura sexualidad. Notese esta reaccién a los embarazos de su hermana, a los 10 afios, durante el periodo edipico tardfo, Fue wi a reacciin muy sédica. Ahora, esta gran barriga, © mejor dicho en crecimiento, le recuerda osc mente a su propia barriga maltratada, en la que la sirvienta de repente le inyectaba liquidos malvados; estos le daban a impresién que hinchaban su pequeito estémago contraido; y cl dolor simultineo, asociado a este sentimiento interior de tensién, contribuyé mucho a que nac esta terrorifica fantasia: Ocho a nueve alios después, el deseo sidico de “Ella va (quiere hacerla) estallat” venganza por represalia sera transferido a la hermana e inmediatamente, marcaré su huella en el deseo genital, Pero a la edad tan temprana del trauma, el pequefio atin no habia incursionado en la masturbacién, no tenia tentaciones sexuales ni fantasias edipicas en su conciencia, por fo que se temen las represalias de un padre rival. Lejos de ver, en esta etapa primaria, en el enema un castigo por impulsos prohibido: vio por el contrario que el enema mismo (la voluntad de la criada) producia repentinamente una ereccién, Este, creemas, es el punto de su caso. Fue seducido y atacado al mismo tiempo por el objeto, sustituto materno, sobre el que estaba fijada toda su libido, Su reaccién de enfado recuerda a la de las nifas, tada por Freud, tras el enema administrado por la madre; pero nos parece que los resultados producidos en el nifio por la misma operacién merecerian un estudio detenido. La eriada era seductora en alto grado; ademas de los articulos de tocador, ternura, ete. que la madre suele prodigar y que excita las zonas erigenas del nifto, fue Hamada a cuidar del ano del nifio desde los primeros meses; y parece que en esta ocasién encontré placer en el placer del nifio. Ademds, se simplifies el control de esfinteres. En resumen, las relaciones emocionales tenian que ser particularmente buenas y las eréticas especialmente cereanas; y no hay duda de que el bebé, en la época pre-clysteriana, tenia tuna fijacién amorosa anal muy fuerte por su doncella-madre. Fue contra este cielo sereno donde estallé repentinamente la tormenta clysteriana, EL golpe fue duro y dificil de sostener por muchas razones. Mencionaremos uno de ellos de pasada, esperando volver a él: fue la ausencia del padre. En Edipo sabemos que se ° Ya suftfa, y lo padecié toda su vida, de flatulencias 25 pueden mantener relaciones satisfactorias, a veces muy tiernas, con la madre a pesar de la represién sexual, porque el padre atrae sobre él el odio, el componente sexual negativo. Asi, el niffo pierde una buena razén para temer la pérdida del amor de la madre amada, Para Jean, la situacién era muy desfavorable porque el odio cayé de repente sobre el objeto amado. Sentimientos irreconciliables que lo Hlevaron a disociar imaginativamente a la eriada en dos seres completamente diferentes que él. Tuvo que aislar_uno del otro: el “bueno bueno” y ef “bueno malo”, Habiéndose vuelto perfectamente silico con el segundo, le habria sido imposible vivir con el primero sin este “aislamiento” subjet 0. Como adulto, dividira atin mas el sexo débil en dos categoria: mujeres amables, tiernas y "generosas", con las que seré adorable pero sexualmente inhibido; las otras, egoistas, narcisistas, agresivas, con las que sera feroz”®. Esta misma ferocidad le obligara a huir de ellas, al menos a romper todo contacto emocional con ellas; Juego caer en fuertes depresiones donde la angustia reemplazard al sadismo reprimido. Hacia los hombres, su actitud afectiva no seré muy diferente, si reemplazamos a las mujeres exigentes y criticas por "superiores"; con camaradas 0 inferiores, serd encantador, siempre que se excluya cualquier elemento de rivalidad Dependiendo de las circunstan cuando, por ejemplo, “le da la espalda” a las mujeres, sus relaciones con los hombres se erotizaran inmediatamente y reemplazaran, mientras las reproduce, las copia, las relaciones femeninas. Este continuo desplazamiento, esta dispersién, revelard el estado de completa confusién instintiva en el que lo habia puesto y dejado el trauma, Su situaci6n en esa triste época de la infancia era muy extrafia; seria como la de un nifio con una madre y un padre muy amables y muy malos. El trauma, en efecto, tiene el significado que tendria una agresién del padre en circunstancias normales; Ademis, la criada_malvada con su cénula (0 el pene escondido que reemplaza) tomé inmediatamente el valor masculino en sus ojos, y el enema el de ser tratado como una nifia o una mujer. Tanto es asi que, durante su neurosis; combinard en él dos actitudes instintivas que solemos ver separadas: la del gran narcisista genital, incapaz de amar a los objetos, y que, habiendo sufrido de una madre muy severa, dirige su sadismo contra la mujer en venganza: y la del anal que, habiendo tenido un padre muy severo, cedié a * Esta ambivalencia se manifestara a menudo con respecto a una misma mujer disociada de manera similar en dos seres distintos. 26 I, se volvi6 pasive y luego retuvo su actitud pasiva femenina hacia los objetos homosexuales”. {§ 5. Confusion sexual y sintomas urinarios ¢ intestinales. Esta_primitiva confusién sexual, cuya elaboracién psiquica secundaria hacia intercambiables para nuestro paciente, hombres y mujeres, no olvidemos que tenfa una base fisiologica. En el estado de gran emocién, de desorden mental en el que fo hundié cel enema, el pequetio Jean ya no pudo distinguir claramente las sensaciones genitales, debido a la ereccién y las sensaciones anales. Debié haberlos confun oo mezclado, sobre todo porque predominaban estos ultimos; de hecho, fue la zona anorrectal la que fue atacada, y ademés una zona muy sensibilizada por la enfermedad local. En el andlisis de cualquier neurosis obsesiva, es comin ver las formas 0 contenidos de los pulsos genitales reemplazados por los de los impulsos anales; lo expresamos diciendo que la genitalidad se piensa analmente. Con las correctas interpretaciones de la resistencia, sin embargo, logramos eliminar esta aparente confusién, provocada por la regresidn, es decir, sacar a reluci ino el angustia de la castracién genital que detern refugio en la erética anal. Pero ninguna neurosis obsesiva nos ha brindado jamds la oportunidad de observar, ni de desentrafar una confusién tan real y tan completa de impulsos sado-falicos con sado-anal. Ya hemos subrayado que para Jean la miccién, desde el punto de vista del impulso, tenia la misma funcién, el mismo valor que la defecacién, En este sentido, nos parece interesante notar una analogia de percepciones primitivas sentidas sucesivamente por el pequeito Jean y que confundié entre * Una de las resistencias més persistentes a superar en su anélisis fue el aislamiento que establecid y mantuvo entre los dos dominios, el de fos hombres y el de las mujeres. Su anélisis se levard a cabo durante un tiempo en periosos alternos de entrada de material gay; Iuego sélo heterosexual y asi sucesivamente. Siempre buscando escapar de la angustia por el anagogismo (biisqueda de soluciones futuras) a veces persistia en querer mejorar y normalizar sus relaciones ‘con los hombres, a veces con las mujeres, para curarse a través del trabajo o la lucha, o para eurar, por amor, nunca los dos al mismo tiempo, sino siempre © lo uno © lo otro, Fue una defensa moral (narcisista) muy fuerte contra su sadismo: pues, ereyéndose y halagdndose para renuneiar a él, lo traspuso y lo oculté en el dominio del que no hablaba, que asi “anulb” por todo, el poder del pensamiento, Sabemos que una de las grandes dificultades que encuentra cl analista se deriva de la mayor importancia que debe saber dar ocasionalmente @ las cosas de las que el paciente no habla que a las de las que si habla. Sin duda, este mecanismo de defensa por aislamiento es frecuente en las neurosis edipicas. El sujeto, por ejemplo, se resiste a establecer © revelar una relacién entre su agresién © sti odio y sus impulsos sexuales, pero el cardcter tan claro, tan sistemético que tomé en nuestro caso procedia precisamente de la singularidad original del objeto. LLa nevesidad del nifio de disociarlo en dos personas distintas hizo mucho mas difieil la tarea psicol6gica de reuniios y volverlos a confundir en una sola, 27 Sabemos que histéricamente su primer miedo relacionado con una ereceién no fue el de la eastracién, sino el de no poder orinar. Y alli, el tenesmo vesical y la consiguiente sensacién de tensién abdominal despertaron el reciente y aterrador recuerdo de la sensacién del estémago contraido que se hincha y el temor a que reviente. Y luego, la sensacional, sino anaiémica, analogia entre estos dolores, se convirtié en una identidad. A partir de las nuevas sensaciones filicas, el nifio infiere en la criada que hay un renacimiento de diseftos agresivos y asesinos, cuyo objetivo es la destruccién de su vientre, digamos su cuerpo; conviecion reforzada por el hecho de que este tiltimo esti atado. Ante tanta crueldad, el derecho a la venganza es absoluto. Jean pens6 para si mismo: Ya que quieres que deje de orinar, es decir, hacer estallar y destrozar mi barriga, bueno, quiero vengarme orinéndote para destrozar Ia tuya, Se establecié asi Ia equivalencia “orinar-destruir", y su. primer propésito fue exactamente el mismo (propésito destructive) que el dado antes del acto de defecar sobre él. Sobre esta base bastante conereta, real, en fin, se construyé el fantasma de orinar en él, ya que la criada, con su “falo-cdnula”, oriné en él; fantasia explotada naturalmente por la libido fal repentina y traumaticamente despierta, En cuanto a esta confusién psiquica entre funciones urinarias ¢ intestinales, citemos los siguientes hechos, Durante una sesién Jean asocia lo siguiente: "Ayer por la noche fui al cine para distraerme (motivo ulterior de aventura sexual). Antes de entrar fui al baito para no tener que salir de nuevo; Asi que ya no tuve ninguna necesidad durante la representacién” Cabe sefialar de paso que padece enteritis nerviosa crénica desde la pubertad. El impulse testinal antes de la representaci6n también era ps geno, dirigido primero al analista, porque imaginaba que le estaba prohibiendo divertirse, de ahi la hostilidad. La silla de montar se sintié como una liberacién de mi dolorosa tutela (ese dia no tuvo sesién, “tuvo tiempo libre”). Asi liberado de su agresividad pudo disfrutar del especticulo sin ansiedad. Ese era el propdsito actual de este acto migico, pero veremos que se perdié, “Por otro lado, senti una necesidad cada vez mas urgente de orinar, con hormigueo y cosquilleo en el pene, Luché con eso, fue doloroso, insoportable. Al salir, corri al batio Yy noté... junta gota de pus! He orinado dos o tres veces por la noche y esta mafana una gran secrecién amarilla espesa Fantasia inmediata: bastante purulenta.. correr y decirle a la Sra, X que... que se va a llevar... esto maiana, jobviamente me siento aliviado! todo e: i pospuesto... no mas cuestién de mujeres... Basicamente, es en 28 el meato que me pica y me quema, es bastante igual a mi picazén del ano... y los mismos dolores de Ia infancia, en la noche, cuando tuve estos ‘pinchazos* y cuando me puse a llorar y terminé con enemas... En el fondo tengo un pequeiio ano al final del pene... pero también puede ser una especie de vagina... Es cierto, de hecho, el Dr. M. me colocd una inula inmediatamente a la mafiana siguiente”. Yo: “Lo que me llama la atenci6n es tu estado de euforia extrema”. El: "Asi es, me siento genial, y alegre como un pinzén, dormi bien, sin parar, sin suefios, y esta mafiana estoy relajado y descansado" (Segunda noche despues del cine). Resumamos la secuencia de eventos. Al dia siguiente, no més secrecién purulenta; una dos gotas tan claras como fa glicerina, El Dr. M. no puede encontrar nada. Repitié los eximenes bacteriolégicos, pero tan negativos como el primero: “Sin microorganismos estéricos, sin escherichia coli, flora banal”. Dos dias después, todo habia pasado. sulté toda la literatura Vuelve una iiltima vez al Dr. M. que ya no encuentra nada: “Con médica de tu caso, me dijo, pero no encontré nada... Finalmente, mirando hacia arriba suis brazos en el cielo, agregé que no entendia nada”. Agreguemos que Jean no habia tenido relaciones sexuales durante dos meses, el tiltimo con la Sra. X. y con condén; ademas, podria considerarse por encima de toda sospecha, Por otro lado, habia contraido una verdadera blenorragia unos diez afios antes, pero la habia tratado con idado y de la que se habia curado. Por tanto, todo sugiere que se trata de una pseudo-blenorragia psicdgena; y es comprensible que el urdlogo, de i \discutible competencia en su campo, no entendiera nada. Dejaré de lado todo lo que el analista lector haya discernido de inmediato en esta situacién, queriendo setalar sélo cuatro puntos. El primero es el regreso del sadismo excremental a la funcién urinaria, después de su liquidacién anal contra el analista, es decir, su desplazamiento inmediato del objeto homosexual al objeto heterosexual. El pus, en el inconsciente, era equivalente a: peligroso, téxico, destructivo, etc. Un paso tan inmediato de un plano a otro fue constante en su andlisis, mientras que, en lo obsesivo, como sabemos, se produce muy lentamente, a medida que revive la angustia de la castracién. No he olvidado el suefto que me trajo en Ia primera sesién (sabia que “hay que traer suefios”) y que tuve cuidado de no interpretar: un suefio en el que, a través de un simbolismo transparente, expres6 el * En examen directo: primer vidrio turbio, segundo vidrio transparente. El médico tiene dificultades para recolectar pus para analisis bacteriolégico; Debe repetirse varias veces con ros" de algodén. El andlisis bacteriano es totalmente negativo, "Me interrogé durante mucho tiempo, pero pude decirle que no habia bebido alcohol estos dias. 28 deseo de ser “enculado™” por la mujer del momento. Y cual fue mi asombro cuando inmediatamente después me habld de otro en el que estaba “atrapado". Estos suenos volvieron muy numerosos en el periodo masoquista, es decir, después del perfodo pseudo-edipico de su andlisis. Posteriormente, en la fase sédica, se convirtieron en sueitos act ‘0s, pero siempre de forma alterna o indiferente uretral 0 anal. De hecho, la sustitucién de contenidos 0 deseos anales por uretro-filicos no respondié, como en la obsesién, a un mecanismo de defensa por regresién contra el incesto y el Edipo en general. Por el contrario, las dos formas expresaron 0 realizaron el mismo deseo instintivo, un deseo sédico de destruceién. El segundo punto es el acceso al dolor de vejiga, debido al tenesmo y la lucha contra él Los ataques de dolor recto-anal 0 yesico-uretral jugaron un papel importante en la neurosis, como un sintoma mixto, a veces histérico, a veces realmente hipocondriaco. Aqui respondia a un mecanismo de defensa contra el deseo heterosexval nacido durante Ia actuacién, reproduciendo mas exactamente el mecanismo espasmédico mediante el cual el pequefto Jean luché, durante el enema, contra el impulso de soltar y proyectarlo sobre el lugar correcto u orinar contra él también, Volveré sobre esto mas adelante, pero ya notaré la aparicién en el cine de la angustia ligada al tenesmo. Esta ansiedad reaparecié en un gran nimero de situacions : era, revels el andlisis, la famosa y antigua ansiedad de no poder orinar més, y siempre asociada a la de no poder reprimirse y “soltarse” inapropiadamente en su ropa interior, en un lugar o en un momento en que no deberia. Es mas, es muy probable que en la etapa puramente anal (pre-filica) de los enemas, ya se apoderara del miedo de no poder "vaciar més el vientre” porque se le estaban “introduciendo cosas, obsticulos y més cosas” y eso lo hizo “hinchar’ Recordemos que a esta edad el miedo era hacer en la cama, o fuera del orinal, y asi exponerse a los reproches de la criada. Vemos eso durante la actuacién; la ambivalencia primitiva se repitié automticamente: ¢quiero soltar 0 no soltar? asi que luché hasta el final sin resolver el problema, en lugar de, simplemente, salir a hacer sus necesidades. Este es el lugar para deseribir lo que el paciente Ilamé "el circo”, el curso habitual de sus noches. En realidad, habia dos cireos, uno anal y otro uretral, que se superponian 0 se entrelazabat € dormia; despertarse alrededor de la una o las dos en punto, con dolor de estémago, gases, tego un impulso repentino; lucha: “Vi el momento que me iba a hacer en la cam: corri..."; heces diarreicas pequeitas; se durmié de nuevo, se © [Conchier]: También profanado, ultrajado y engatiad, 30 desperté de nuevo, se retor . retrocedis; tres curartos de hora después todo igual. y ast sucesivamente cada tres cuartos de hora... “Finalmente dije: maldita sea, si corro cada vez no hay razén para que se detenga, y lo pospongo hasta la mafiana...". Este cireo manifestaba fisiolégicamente el violento conflicto psiquico engendrado por impulsos siidicos anales, o cuando era uretral por impulsos sédicos genitales. La tasa del inodoro simboliza el Grgano femenino y més profundamente el vientre femenino. En el momento de los enemas, de hecho, desconos la existencia de la vagina. No sdlo sus materias s6lidas 0 liquidas, sino que también sus gases estaban dotados de un poder magico (gases cdusticos, gases asfixiantes), su poder ofensivo se trasladaba entonces, en la imaginacién simbilica, a los bacilos. Cuando era niflo, tenfa el complejo de los flatos. He observado en varios casos que los niios que han tenido esta tendencia o este placer de usar flatos contra adultos y una buena crianza desarrollan ficilmente un cierto rasgo de cardcter. Esta necesidad cémicamente agresiva, una vex reprimida, tiende a transformarse en un mareado gusto por la ironia, del que Jean en particular no estaba exento. En definitiva, el “circo anal” fue un sindrome muy antiguo y tenaz que nos ocupd durante mucho tiempo. Le tomé tiempo comprender y admitir su cardcter nervioso y marbido. Entonces comenzé a hablar de sus erecciones y pudimos relacionarlas con el problema intestinal, que siempre habia considerado como relevantes para su enteritis. Se produjo un periodo de insomni . por ejemplo: “Esta noche, insomnio, muchos despertares con erecciones fuertes, necesidad de orinar.... me levanté para tomar luminal... asi que hice una explosién de pedos y gases. Inmediatamente me alivié. Estaba feliz y Ia ereccién decay6, No mas necesidad de luminal, me volvi a dormir El analista revel6 ast no sélo su miedo noctumo a ensuciar su cama, sino su miedo obsesivo diumno a que le “pudiera ocurrir un accidente”, especialmente en piblico, en ccenas, reuniones, teatros, etc. Asi fue como fue adquiriendo paulatinamente unos curiosos "habitos intestinales", pero que a sus ojos se "daban por sentado”. Por ejemplo, la ila profilactica” que precede a cualquier accidn, También estaba muy sorprendido (y ofendido) al saber que la necesidad de levantarse por la noche para orinar podia ser un sintoma mérbido a su edad, y no algo normal, lo mismo ocurre con la miceién profilictica, El puro “cireo uretral” se complicé con las erecciones que provocaba el despertar. Lo despertaban, como ya hemos comentado, unas fuertes ereeciones que pasaban mientras iba a orinar: "una gota y la ereccién cae instanténeamente", y eso 31 varias veces por noche también, Pues bien, este acto compulsivo fue determinado subconscientemente por el miedo a no poder orinar mas, y las aterradoras consecuencias imaginarias de esta retencién nerviosa. Jean, en sus asociaciones, ha compatado su meato urinario con un ano pequeo, itritado y con comezdn del que se escapa la “suciedad”. En realidad, este pequefto accidente anal le sucedié a menudo en la vida, en particular en su camisa, lo cual fue extremadamente humillante, en especial frente a un objeto sexual. Durante los “circos nocturnos que ocurrieron después de su pseudo-blenorragia, tuvo muchos suefios de los cuales el siguiente es un ejemplo: “Bajo al comedor a almorzar. Cuando llega el ‘momento de empezar, tengo una necesidad urgente. Voy a hacer pipi en un rineén, La orina inunda la habitaci ny me temo que la reconocerén por el olor. Efectivamente entra mi hermana y esti disg: ida y furiosa, huele a putrefacci6n... Angustiado, digo: Oh, es el agua de un jatrn de flores que se ha voleado y que esti contaminado por raices podridas y bacilos!". A través de las asociaciones se hace evidente que las raices podridas y los bacilos representan la materia y los gases intestinales, el vueleo de la maceta una fantasia de desfloracién concebida como un acto sédico (en el fondo ef deseo de volcar el orinal, de proyectar su contenido sobre “el bueno”, después del enema, la primera expresién de sadismo tardio, ete. Pero Jean se queda de repente en silencio. Interpreto su silencio como una resistencia narcisista. El mismo dijo que su H bastante comiin en su tipo en otros lugares (como cuando hablé intelectualmente de su Edipo). Ba meato era un ano pequeflo. Pero se trataba de una conexidn verbal, una idea intelect amente, lo que no quiere ver es la realidad psiquica de esta devaluaci6n a raiz de la cual realmente considera y utiliza su pene, este Srgano del que también esti tan orgulloso, como un drgano destinado a difundir malos olores y miasmas mortales. Agrega abruptamente: “Oh, en el sueito si que sumerjo mis dedos en esta agua para sentirlos después”. Como por otro lado me habia icho cuando Megs que tenia un resfriado fuerte, le dije: “Te pones ungitento en la nariz”. "Si, esta mafana, ge6mo lo sabes?". "ZY anoche también?". "Si también” is 'Y es un ungiiento que contiene esenci de hierbas". ";Si geranio!". Conocia, hay que decirlo, su predileccién por los ungtientos de este tipo, en su ipocondria nasal. "Entonces, esté claro, de nifto te justaba meter los dedos en el ano y Iuego en la natiz, y Ia eriada te regaftaba por eso”, Esta interpretacidn le trajo muchos recuerdos de su mania infantil de meterse los dedos en la nariz; por ejemplo: “después de quitarme los mocos, los enrollaba hasta que quedaban negros”. Luego reprimié las ganas de tirarle Ia “albéndiga” al bueno, ete. 32 También me vino a la mente ef anal-onanismo y la “diversién sucia”. Contra estos autoerotismos distantes e impactantes donde la resistencia five més fuerte. Un hecho sorprendente fue que el primer despertar se produjo exactamente tres horas después de acostarse. Al profundizar en este tema, Jean logré recordar un largo perfodo de su infancia cuando Ia criada, habiéndolo acostado a las 19.00 hs. regresé a su habitaci6n alrededor de las 22,00 para acostarse ella misma y aproveché Ia oportunidad para sacarlo de la cama y colocarlo en el orinal in profilictica!). Sin embargo, no podia recordar la enuresis. Y es plausible que no recurriera, como tantos otros muchachos, a este sustituto del onanis mo; porque los impulsos filicos habian sido teprimidos con demasiada violencia, y entonces todavia no se hablaba de Edipo. Alrededor de los 5 0 6 altos su sueio se deteriora. Esta preocupado, no duerme bien y finalmente llama a la criada con anticipacién para evitar el accidente. Sus llamadas se multiplican y se despierta con este propdsito preventivo. Sobre esta base, o sobre esta base favorable, germinaron las fobias (célera, plaga), inicialmente nocturnas. Fue en esta época, segin el andilisis, que se habian desarrollado erecciones esponténeas. Inmediatamente la defensa contra el onanismo se moviliza, por una ansiedad demasiado intensa: Jean se vuelve fobico; pero permanece obediente, El primer ataque fue bastante breve, y no ser hasta los 8 afios que el gran ataque de fobia a las serpientes, descrito anteri mente, se establecerd y la ansiedad de castracién cobrard todo su significado, El tercer punto es su reaccién euférica, No hay duda de que se relaciona con la auto- castracién que la blenorragia traduce en forma moderna: "No mas cuestién de mujeres", dijo él mismo; eso significa: seré liberado por algin tiempo de mi angust 0 de mi sadismo, Y buscar en el andi is la satisfaccion de su necesidad de proteccién y preocupacién (ternura) mediante una actitud agradable de transferencia positiva, La agresién contra el analista caer, quien momentineamente se convertira en el bueno. “Esto es el paraiso”, dird, Interesante, esta alegria con la que acepta la castracién falica, mientras que unos minutos antes tenia tanto dolor, y tanto miedo de no poder orinar. Volveremos a esto. de El cuarto, finalmente, es esta suerte de repeticién y condensacién en un corto espaci tis mpo de un "comportamiento en serie" reproducido a intervalos mayores a lo largo de su vida. Lo describiré limi jiendo la \dome aqui a resumirlo en pocas palabras: diti agresién sobre el objeto cafdo cuando une a libido a un nuevo objeto por el que arde, como si quisiera quejarse. y consolar a una segunda mujer (buena sirvienta) por el daito que le ha hecho una primera (mala sirvienta), Hoy, por ejemplo, corre con un elegante 33

También podría gustarte