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‘Macario’
El llano en llamas
Desde que era pequeña, grandes de mis incertidumbres que luego desembocaban en un
interminable insomnio eran las relacionadas a la vida, la muerte y Dios. El recuerdo de una
niña pequeña observando la multitud de imágenes y santos ubicados frente al lugar donde
solía dormir con su abuela. Dormía con ella porque le daba algo de miedo dormir en la
soledad y oscuridad de la noche. Aquella niña pequeña también recuerda aquellas luces
tenues que encendía su abuela para “alumbrar a los santos” a los que ella día y noche le
rezaba. La niña pequeña también era obligada a rezar, rezaba día y noche, novenas y
rosarios… “Uno con 6 años que va a entender de los salmos, de los misterios gozosos y
dolorosos” Aquella niña rezaba, rezaba desde muy pequeña por su alma, y por las almas de
los difuntos, aquella niña de 6 años se arrepentía de sus pecados, pecados que no vaya y sea
la condenarán al infierno.
Los sentidos, la razón, lo empírico hace parte de un compendió inequívoco de métodos para
entender el medio de nos rodea. La religión también serviría como base para establecer un
tipo de conocimiento espiritual y filosófico empeñada en contestar a la pregunta del ¿Por
Nataly Ramírez Osorio El encanto de la lectura II
A mis 6 años no entendía muy bien que relación tenían todas esas cosas recitadas en la misa
y dichas por un señor que, me habían dicho, murió por nuestros pecados hacía más de 2.000
años. Pero… Si yo hace 2.000 no existía… ¿Por qué incluían mis pecados? ¿Acaso yo tenía
más años de los que aparecían en mi velita de cumpleaños o simplemente se habían
equivocado? Volví a preguntar otro día y mi profesora articulo la misma frase “Jesucristo
murió por nuestros pecados”. Yo sin comprenderlo y desconcertada le pregunté porque
incluían mis pecados, si yo todavía no existía para ese entonces. La profesora lanzó una
carcajada poco profunda y contestó: “Cuando digo ‘nuestros pecados’ me refiero a los
pecados de la humanidad. Dios observó el mundo lleno de pecado y desobediencia, y
mandó a su único hijo para que se sacrificara por nosotros; por amor” Ese día no quise
preguntar nada más, pues me parecía algo extraño y triste que Dios, siendo el ser más
bueno y amoroso que hay, haya enviado a su único hijo a morir. A morir por pecados de
gente que no conocía, que no comprendía. Poco a poco iba entendiendo con mi pequeña y
corta mentalidad que la bondad consistía en sacrificar, en amar…
Mi abuela me solía llevar mucho a misa, siendo sincera lo odiaba, pues me aburria y no
entendía nada. Calculaba el tiempo de la eucaristía en 5 momentos. 1. El sermón, 2. La
parte donde hablaban otras personas y no el padre, 3. La paz, 4. La limosna y donde se
arrodillan todos y finalmente el 5to momento donde el padre daba una oblea blanca y les
decía a los que hacían la fila “Cuerpo de cristo” ¿Se suponía que ese era el cuerpo de
cristo? ¿Una oblea? Siendo sincera no entendía, pero sabía que mi abuela al terminar la
Nataly Ramírez Osorio El encanto de la lectura II
misa me iba a comprar crispetas o una solterita. Era el único momento que esperaba de la
entonces tediosa, tarea de ir a misa.
Como puede observar mi querido lector… Para ese entonces no contaba del dulce don del
entendimiento, tenía muchas dudas y pocas respuestas… Dudaba de todo y todo me
provocaba insomnio. Seguía una búsqueda inalcanzable de ese bien que ocasionaría mi
“ascensión” al reino de los cielos, para poder estar con Dios y preguntarle por fin: ¿Por qué
mi familia era tan rara? ¿Por qué mi mamá mantenía enojada?, ¿Por qué mi abuela cada que
venía de misa nos gritaba a mis hermanos y a mí? ¿No se suponía que era la casa de Dios?
¿No se suponía que lo fue a ver? ¿No se supone que Dios transmite tranquilidad? ¿Por qué
ella nunca estaba tranquila?, ¿Por qué mi abuela me pegó cuando le llevé flores recogidas
de un camino? Mi sueño de pequeña era alcanzar a Dios para preguntarle: ¿Soy buena para
ti?
El infierno desde muy pequeña se me presentó como una promesa para los viles y
malvados, y como una promesa de castigo para quienes no creen y hacen el mal en la tierra
del ‘Señor’. No podía decir mentiras porque me llevaba el diablo, no podía responderles a
Nataly Ramírez Osorio El encanto de la lectura II
mis mayores porque también me llevaba el diablo, no podía ver ciertas películas porque me
llevaba el diablo… Por muchas cosas me podía llevar el diablo… ¿No tenía nada mejor que
hacer que llevarse niños mentirosos? Me decía para mis adentros.
A medida que fui creciendo, toda mi personalidad se tornó sumisa y enteramente creyente,
creía en Dios y en el bien. Mis principios eran ‘Amar al prójimo como a uno mismo’ y
‘Haz el bien sin mirar a quien’. Me dediqué por años a ser una niña buena y responsable, mi
espíritu no peleaba, no discutía, no contestaba, no se inmutaba, mi espíritu se limitaba a
aceptar. Lloré muchas noches por la intranquilidad que me causaba no ser digna de alcanzar
el reino de los cielos, de no ser un ejemplo de bondad y rectitud… Fueron muchos años de
lucha constante conmigo misma para entender que yo también soy un ser irreverente, que
tiene carácter de desobediente y de grosera. Me costó años entender que lo que de niña se
me enseño está íntimamente ligado a una doctrina que por años ha permanecido como un
efectivo método de control social. Siendo sincera, no lo juzgó, al contrario, mi crianza
católica me regalo la noción de piedad y esperanza, tan necesarias hoy en día. Por años, la
religión me sirvió como respuesta para llenar mi sensación de sufrimiento y de extraña
soledad. Me preocupa seriamente el hecho de pensar qué estamos solos. ¿Existirá algo que
nos mira? ¿Habrá algo que nos escuche? ¿Habrá un Dios que me ame infinitamente,
dispuesto a perdonar mis pecados sin importar su magnitud?
mismo color que Felipa -la única persona que lo quiere- y tomando la leche de la misma.
Esto sin duda me hizo pensar en la falta de amor y atención que recibe Macario debido a su
problema, y como este, sin entender muy bien el mundo que lo rodea, solo accionándose
por los instintos más básicos del ser humano (comer y dormir) lo asusta la posibilidad de
irse al infierno a causa de todos sus pecados y malas acciones. Me representé en este punto
con Macario, recordando a mi yo de niña preguntándose y angustiándose por la idea de ir al
infierno, sin comprender exactamente lo que sucedía a su alrededor, sin entender los
pecados en los cuales estaba inmersa.
Macario debe dejar que los alacranes recorran su cuerpo sin moverse para que no le
piquen, presentándose entonces en él, una contención de los instintos y los deseos, de
ser él mismo. El personaje no puede ser, porque eso lo alejaría de la sociedad y no sería
querido ni por Felipa ni por la madrina.
Sin duda un relato que me dejó un mal sabor de boca al pensar que Macario por más que se
esforzará en comprender, demostrar su obediencia y amor nunca sería aceptado, ni lo
suficientemente bueno por el hecho de ser él. Un Macario con ciertos miedos y
problemas… Una Nataly con ciertos miedos y problemas.