“APRENDO Y COMPARTO EL AMOR POR LA LECTURA Y ESCRITURA”

Había una vez en un reino muy lejano, donde vivan unas princesas que eran
hermanas, la mayor se llamaba Dulce la cual siempre quiso tener un gatito pero
nunca pudo tenerlo. Su padre hizo todo lo posible para conseguirle un gatito,
los guardias del castillo caminaron por todo el pueblo pero nunca se lo
consiguieron, llevándole así, un libro de lectura sobre gatos.

La princesa emocionada tomó el libro para leerlo ya que además de gustarle

los gatos era amante de la lectura.

Un día oyó un sonido como la de un gato, corrió al jardín y era un gatito, se

lo llevo al rey el cual acepto que el gato se quedara, y así, la princesa Dulce lo
tuvo por cuatro semanas porque el gato era mágico.

Mientras todo esto ocurría, la princesa menor llamada Margui vivía siempre
en sus tremenduras que un día estando todos reunidos en familia, celebrando
la estadía del gatito, la princesa Margui fue al baño y se encerró porque iba
hacer sus necesidades, al pasar un rato, sale del baño cubriéndose el rostro, al
darse cuenta la pequeña princesa tenia sangre en su rostro y nadie se percató
que le faltaban las cejas, ya que ella había dicho que se resbaló y cayo,
cortándose así la frente.

Al día siguiente, llega la reina Elvis, madre de ambas princesas. Se dirige a

la habitación de la princesa Margui la cual se cubría con una sábana desde la
cabeza hasta los pies porque no quería que nadie la viera. Su madre Elvis al
quitarle la sabana se dio cuenta que la princesa Margui se había quitado las
cejas puesto que en el baño había una rasuradora mágica.

Al pasar el tiempo, llega un príncipe y le dice a la princesa mayor:

-Dulce, ¿Te casarías conmigo? Te daré muchos gatitos.

Pero la princesa respondió:

-Me caso contigo si descubres mis cuatro deseos.

 Y el príncipe le dijo:

1) Un gato
2) Una biblioteca con muchos libros
3) Un reino
4) Y comer tarta de chocolate.

Sí, mi príncipe, adivinaste, me caso contigo. Dijo la princesa Dulce.

Por otra parte, a la princesa menor Margui le habían crecido las cejas la cual
se veía muy hermosa además de ser la consentida del reino.

Días después, la princesa Dulce se casó con el príncipe. Y todos vivieron

felices por siempre con muchos gatitos y una gran biblioteca.