La tauromaquia o corridas de toros son una serie de

espectáculos cuyo origen se remonta hace muchos

años y en los que se les usan para tener una especie
de contienda violenta entre el toro y una persona,
concluyendo con la matanza del animal. Aunque en
muchos países como España es altamente
demandada, esto supone la muerte y maltrato de
muchísimos de estos animales cada año, es por ello
que creo que la práctica de este llamado “arte” debe
finalizar y ser penalizada.
El toro sufre, ya que como cualquier otro mamífero
posee nervios, los cuales le permiten percibir dolor y
como sabemos ya, el dolor aumenta la adrenalina y
en muchos de los estudios realizados a la sangre de
toros muertos después de una corrida, se ha hallado
altos niveles de la hormona mencionada.
Aunque muchos fanáticos de este “arte” se excusan
bajo el argumento de que “los toros son salvajes y
agresivos”, es completamente erróneo, pues en
realidad los toros son animales serenos, tranquilos y
amables y solo muestran una conducta desafiante
cuando se sienten amenazados.
Está de más decir que esta práctica es una forma
cruel de maltrato animal, pues involucra el
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sufrimiento del mismo durante ella, pero el ejemplo
que se le está dando a los niños implica una
conducta agresiva y violenta hacia los animales, el
niño a lo largo del tiempo irá creciendo y creyendo
que lo que sucede durante las corridas es normal,
cuando es equívoco.
En conclusión, podemos notar que lo único que trae
consigo la tauromaquia es dolor y sufrimiento hacia
un animal inocente y pacífico, además de ser una
práctica que involucra patrones de agresión y
maltrato.

BIANCA LUNA CEDILLO