Está en la página 1de 2

EXTRACTO DE ANTIGONA SIGLO XXI

Versión: Isidoro Timón y Emilio del Valle.

Actor y escenografía: Gustavo Ramos.

Director: Abel Bazán.

ANTIGONA:
Esta es mi cripta, mi cámara nupcial, la eterna morada que me aguarda desde siempre.
Querría descansar junto a mi padre, junto a mi madre y a mis hermanos y esperar con
paciencia a Ismene, mi querida hermana, la sonrisa de la casa, la dulzura y el amor, tan
hermosa que nunca pude dejar de admirarla, mi juguete favorito, mi hermana mayor y sin
embargo tan pequeña. “Nodriza no la dejes sola, cántale nanas, como cuando éramos
niñas”. Nos gustaba tanta nodriza.
“Nodriza, a ti también te espero, mi vieja amiga, mi ejemplo; siempre me dijiste la verdad,
“pajarito mío” me decías, “un día de estos vas a sangrar por allí” me decías, “por allí” y yo
me reía de ti porque eras incapaz de llamar a las cosas por su nombre. “Eso no se dice” me
decías, “eso no se dice. Vas a sangrar por allí pero no te preocupes, nos ocurre a las
mujeres, significa que ya puedes ser madre, y que eres una mujer. Eso significa. Que eres
mujer. No tengas miedo de ser mujer”, yo no entendía nada. “Porque nos ocurre a las
mujeres?” le preguntaba. “¡Para que no se nos olvide pequeña, para que no se nos
olvide!”, ¿cómo olvidarlo? A todos los espero paciente, a todos salvo Hemón.
Hemón, me gusta tanto tu nombre, tú no estarás nunca a mi lado, ni yo al tuyo, eres mi
duda, mi dolor, nunca sabré si me has entendido, esos cinco minutos de despedida que ya
no tendremos, tan necesarios para que el amor tiña la mirada y las palabras ya no sean
precisas. Necesitaría mil vidas para expresar con palabras el amor que siento por ti, el
dolor incalculable que me provoca tu recuerdo, el deseo inmenso de tenerte sobre mí, de
besar todo tu pecho, de lamer tu cuerpo, de perder el control entre tus brazos, como
animales. Mil vidas necesitaría y sin embrago me sobraría un minutos para verte por
última vez y mirarte en silencio porque sé que me entenderías, porque el amor es así, sin
palabras, pero ya no hay tiempo ni miradas, sólo palabras, recuerdos y soledad.
El general me ha castigado por enterrar a mi hermano muerto y aquí estoy buscando
fuerzas no sé para qué. ¡No quiero morir! Soy muy joven. Quiero sentir el sol en mi piel,
mojarme con la lluvia, contemplar la nieve, tener hijos, parir, jugar con ellos, crecer con
ellos, hacerme vieja y ver cómo las arrugas surcan mi piel sin que me importe.
Yo quiero vivir, pero mi vida así carece de sentido. No he hecho nada reprochable, lo
saben los dioses, lo sabe la ciudad. No merezco este castigo. No quiero vivir así,
encerrada, despierta en la oscuridad, privada de mi nodriza, de Ismene, de Hemón.
Hemón, tu nombre que siempre me ha gustado tanto ahora me duele, es insoportable
¿con quién compartir el amor? Para mí no lo quiero, el amor es para la nodriza, para
Ismene, para Hemón. No me gusta el amor, me gusta amar y si no puedo amar entonces
no quiero vivir.
Ismene, nodriza, Hemón; nombrarlos me duele. Ismene, nodriza, Hemón nombrarlos me
da fuerza. Ismene, nodriza, Hemón fuerzas para huir del dolor. Ismene, nodriza, Hemón
fuerzas para morir. Ismene, nodriza, Hemón… Ismene, nodriza, Hemón…

También podría gustarte