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CUADERNOS DE TURISMO, Nº 6, 2000, PÁGS.

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LA POLÍTICA TURÍSTICA: UNA APROXIMACIÓN


Vicente M. Monfort Mir*
Universitat Jaume I

RESUMEN

En estas páginas se efectúa una aproximación al concepto de política turística, como


herramienta básica de la organización administrativa pública del turismo.
El artículo esta dirigido a los estudiantes de la Diplomatura de Turismo, quienes experi-
mentan en primera persona las dificultades que subsisten todavía para localizar bibliografía
específica de lo que constituye su opción universitaria.
Con esa premisa de partida se ha planteado este trabajo, cuyo objetivo es acercar a los
alumnos de Turismo el concepto de política turística. Temática de probado interés que se intro-
duce de forma escalonada, arrancando desde sus orígenes en la política económica, para llegar
ulteriormente a los matices que confluyen en lo que se entiende hoy por política del turismo.
Se ha pretendido proporcionar, pues, unos conocimientos básicos, a partir de las refe-
rencias bibliográficas empleadas en este trabajo, dejando su posible ampliación en manos del
lector interesado por este ámbito de investigación.

Palabras clave: Política económica, política instrumental, política sectorial, política


turística, dirección estratégica, turismo.

ABSTRACT

This paper sketches an approach to the concept of Tourism Policy, which is the main tool
of the Tourism Administration.
We adress to B. A. in Tourism students, which have to endure the still existing difficul-
ties to find the specific bibliography they will need during their studies.
Our aim is, therefore, to make more accessible to these students the concept of Tourism
Policy. The topic is developped gradually: Starting from its Economic Policy origins, we
move forward step by step, to finally analyze the various facts, attitudes and points of view
confluent in what is presently termed Tourism Policy.
We intend to provide a basic understanding of the matter. For a deeper knowledge, rea-
ders should refer to the bibliography listed in the paper.

Key words: Economic policy, instrumental policy, sectorial policy, tourist policy, strate-
gic management, tourism.

Fecha de recepción: 23 de octubre 2000.


* Dpto. Admón. de Empresas y Marketing. Facultad de CC. Jurídicas y Económicas. Universitat Jaume I.
Campus Riu Sec. 12071 CASTELLÓN DE LA PLANA (España) e-mail: vmonfort@emp.uji.es

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1. INTRODUCCIÓN

La política turística se constituye en un cuerpo teórico que tiene su origen y funda-


mento en la política económica, de la cual se desgrana. Por lo tanto, resulta imprescindi-
ble efectuar, con carácter previo, un breve repaso de los conceptos generales de la política
económica, por constituir el marco de referencia de las políticas sectoriales, como es el
caso de la turística.
En suma, lo que se pretende es sentar las bases y el área que cubre la política econó-
mica de un Gobierno, con el objetivo de que sean más fácilmente identificables con pos-
terioridad, los lugares donde le corresponde actuar a la política turística, como segmento
específico de aquélla y como acción diferenciada sobre todo un segmento de empresas y
actividades de prestación de servicios dentro de una economía.

Conceptos clave:

Objetivo: variable que la política económica selecciona como meta.


Instrumento: variable que puede ser dirigida por un Gobierno.
Medida: cualquier cambio específico que se lleva a cabo dentro de un instrumento.
Política turística: política sectorial aplicada a la actividad turística.

1.1. El concepto de la política económica

Por política económica se entiende «la intervención deliberada del Gobierno en la


actividad económica con el objeto de conseguir ciertos fines u objetivos mediante la utili-
zación de determinados medios o instrumentos» (Jordán y García Reche et al., 1995;
p. 15). La política económica lo que pretende, en palabras de Kirschen et al. (1974)1, es
describir «el proceso mediante el cual el Gobierno, a la luz de sus fines políticos más gene-
rales, decide sobre la importancia relativa de ciertos objetivos, y en cuanto lo considera
necesario utiliza instrumentos o cambios institucionales con la intención de lograr tales
objetivos».
A partir de estas dos definiciones se concluye que la política económica contiene la
aplicación de medidas, que juzgan oportunas los gobernantes, para alcanzar determinados
objetivos.
Por otra parte, no debe olvidarse que la política económica tiene su cimentación en la
teoría económica de la cual se nutre, de ahí que sus postulados tengan en cuenta en todo
momento la visión del sistema económico en el que se aplique la misma. Al tiempo que la
política económica recibe influencias e incide en el entorno donde toma carta de naturale-
za, obteniendo resultados diferentes en función de las distintas condiciones económicas y
sociales de los espacios susceptibles de vivir bajo las directrices de una política económi-
ca concreta. También le son aplicables gran parte de los principios que constituyen la polí-
tica general de un Gobierno. En tal sentido, entroncan los postulados urbanísticos,

1 Tomado de Cuadrado et al. (1995, p. 133).

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medioambientales, sanitarios, educacionales, etcétera, que junto a los de perfil más eco-
nómico (monetarios, tributarios, etc.) inciden vitalmente en el discurrir económico de un
Estado cualquiera.
Por ejemplo, si la opción de un Gobierno es la protección ecológica de los valores natu-
rales de su territorio o, por el contrario, se inclina por la captación, a cualquier precio, de
divisas en cuantía suficiente para emprender el desarrollo económico anhelado, no cabe
duda que las medidas dictadas y aplicadas para promover un u otro fin serán claramente
divergentes. Y de ello se resentirá indefectiblemente la política turística, pues el resto de
políticas destiladas oscilarán alrededor de esos dos objetivos señalados de forma maxima-
lista —protección medioambiental vs. lapidación de parajes a cambio de divisas—, que
condicionan el enfoque final de la propia política turística.
No obstante, la toma de decisiones que configura los argumentos en los que descansa
una u otra política económica, se encuentra sazonada por numerosas intervenciones, tanto
de instituciones implicadas como de diferentes directrices, lo que impide habitualmente la
actuación inmediata al ritmo que puede señalar la idoneidad de algunas medidas para aten-
der carencias específicas. Este devenir explica la aparición de retrasos en la actuación con-
veniente y, por supuesto, en la obtención de los resultados esperados producto de la
aplicación de una determinada medida de política económica. Tal situación es especial-
mente relevante cuando se trata de atender ciertas problemáticas, cuyas especiales cir-
cunstancias exigen medidas de corte coyuntural, las cuales requieren una política que no
admite aplazamientos que invalidarían su utilidad.
A lo anterior se une la imperiosa necesidad de coordinar organismos distintos y de arti-
cular adecuadamente actuaciones diversas que den contenido a la política económica que
trata de aplicarse. Ello provoca retardos que son inevitables, incluso derivados del lapso
temporal necesario para que surtan efecto las decisiones implantadas, que pueden minar,
en ocasiones, la efectividad de las actuaciones gubernamentales que dan precisamente sen-
tido a la política económica o a cualquier política sectorial como lo es la política turística.
Otro tanto ocurre cuando el atraso tiene su origen en la diferencia de tiempo que se esta-
blece entre el diagnóstico de una situación que reclama medidas de política económica y
la efectiva decisión de actuar sobre esa problemática; tal hecho reduce la efectividad de las
posibles políticas arbitradas.
Corresponde señalar que la política económica pretende resolver problemas econó-
micos previamente identificados o modificar vicios o desviaciones no deseados que se
producen en el acontecer de cualquier economía. Con esa meta, la política económica
define unos objetivos, que simplificadamente son aquellos aspectos sobre los que se
desea actuar, para lo cual selecciona unos instrumentos que constituyen un grupo de
magnitudes susceptibles de ser modificadas por los responsables de las decisiones polí-
ticas, a fin de propiciar la obtención de los efectos pretendidos sobre los objetivos pre-
seleccionados. Los instrumentos se activan a través de una amplia red de medidas de
política económica.
De manera que se produce una simbiosis entre objetivos, instrumentos y medidas, don-
de se deben superar diferencias y buscar la complementariedad, pues ineludiblemente se
crean conflictos entre objetivos, lo que exige establecer prioridades, a fin de poder lograr
los efectos deseados. La prelación establecida entre objetivos diferencia las políticas eco-

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nómicas, adjetivando a las mismas, lo que nos hace familiarizarnos con expresiones tales
como política socialista, política de centro o política conservadora.
Cabe subrayar que subyacen a las divergentes visiones de la política económica
las propias controversias que se producen en la óptica científica o política del estudioso o
responsable de la toma de decisiones, lo que supone conceder prioridad a un tipo u otro de
objetivos. Dicho planteamiento comporta una distinta gradación en el peso concedido a
esos objetivos o fines, e incluso surgirá un amplio espectro de soluciones y alternativas, tan
extenso como los propios enfoques de política económica existentes, que se encuentran
indefectiblemente sesgados por los juicios de valor de quien decide o investiga en esta área
de actuación pública.

1.2. Tipologías de política económica

A partir de la orientación de la política económica surgen las políticas de ordenación


y de proceso o finalistas, estando las primeras enfocadas a intervenir en el conjunto de la
economía, mientras que las segundas se formalizan con la intención de atender circuns-
tancias puntuales que alteran el funcionamiento económico.
Desde la perspectiva de los instrumentos empleados por la política económica en
favor de unos objetivos, aparecen en primer lugar las políticas cuantitativas, que persi-
guen la adaptación de la economía a los cambios que se registran dentro de la misma,
cuando éstos pudieran afectar a cualquier equilibrio básico, tal como el empleo, precios
o producción; un ejemplo de política cuantitativa en le ámbito del turismo lo constituye
la liberalización de los precios hoteleros. En segundo lugar se constatan las políticas cua-
litativas, que pretenden la introducción de cambios estructurales en la economía, sin
modificar elementos fundamentales de la organización económico-social, de lo que es
una posibilidad afín al turismo, la legislación dictada para diferenciar los hoteles de los
cámpings, dado que se dirigen a atender demandas, en principio, diferentes. Y en tercer
lugar se consignan las políticas de reformas, que tratan de cambiar o modificar los fun-
damentos mismos del sistema económico, bien de forma parcial o total; otro ejemplo rela-
tivo al turismo de esta tipología de políticas es la privatización de una red pública de
alojamiento turístico, verbigracia sería el caso de tomar esa iniciativa con los Paradores
Nacionales de Turismo.
En función de cuál sea el ámbito de actuación se puede establecer la dicotomía clásica
entre políticas macro y microeconómicas. Por último, sobre la base de la temporalidad sur-
gen las políticas económicas a corto, medio o largo plazo (Cuadrado et al., 1995; pp. 135-
141).
Volviendo a los objetivos de la política económica, debe subrayarse que su finalidad es
velar por el bienestar económico general, de manera que se logre una constante mejora de
la calidad de vida de los ciudadanos afectados por las medidas de una política económica
determinada. Si bien, hay que destacar que existen unos grandes objetivos o fines «metae-
conómicos», tales como la justicia, la libertad o la igualdad, que justifican la existencia de
las políticas económicas de ordenación ya mencionadas, que tienen como complemento
las políticas económicas finalistas, cuya aspiración es satisfacer objetivos últimos de carác-
ter económico. Entre estos objetivos destacan: el crecimiento económico, el pleno empleo,

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reducir disparidades en la distribución de la renta y entre regiones, estabilidad de precios,


preservación del medio ambiente, reducir la jornada laboral, equilibrio en la balanza de
pagos, entre otros muchos. En la actualidad, algunos de esos objetivos resultan de muy
difícil cumplimiento, mas no cabe duda sobre su contribución al bienestar de cualquier
sociedad que se acerque al logro de las máximas cuotas de cumplimiento en dichos obje-
tivos.

Figura 1
OBJETIVOS Y POLÍTICAS ECONÓMICAS

Fuente: Jané (1979); tomado de Cuadrado et al. (1995, p. 153) de Jordán y García Reche et al. (1995, p. 29); y
de Bote y Marchena (1996, p. 301).

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Los objetivos se alcanzan por medio de los instrumentos habilitados por la política eco-
nómica. De los instrumentos conviene entender la heterogeneidad de su clasificación y
composición, a pesar de lo cual es posible señalar que habitualmente son de carácter mone-
tario, fiscal, presupuestario, de rentas, controles directos, tipo de cambio, de comercio
exterior e institucionales.
Los objetivos, los instrumentos y las medidas de política económica no configuran
compartimentos estanco, sino que, antes al contrario, su complementariedad y permanen-
te interconexión dan lugar a un encadenamiento continuo entre los fines perseguidos y los
medios empleados para obtenerlos.
Además, la forma en que se organiza cualquier proceso de decisión en materia de polí-
tica económica remite a combinar las distintas políticas específicas que se hayan podido
emprender. Se denominan políticas específicas porque se trata de políticas que serán dife-
rentes según el momento y el ámbito de aplicación, y que de acuerdo con Jané2 se clasifi-
can en políticas instrumentales y sectoriales. La combinación de ambas políticas y del
conjunto de factores que componen a cada una de ellas, en el grado que recomiende la
intervención, faculta la consecución de los objetivos programados por la política econó-
mica general.
Las políticas instrumentales son las que inciden en el conjunto de la economía (políti-
ca monetaria, fiscal, laboral, exterior, de rentas, etc.), mientras que las sectoriales se enfo-
can a atender una parcela concreta de la actividad económica, siendo aquí donde al igual
que nace la política agraria, industrial, de transportes o de vivienda, surge la política turís-
tica, con un grado de libertad e independencia suficiente.
El edificio de la política económica, en el que conviven las diferentes políticas, junto
con los objetivos y fines ya mencionados se reproduce en la Figura 1, en la que se clarifi-
can los distintos niveles de actuación y ordenación de la política económica general vigen-
te en un Estado.

2. POLÍTICAS INSTRUMENTALES Y TURISMO

La política turística se deriva de la política económica general, con la que mantiene ele-
mentos comunes, al igual que ocurre con otras políticas sectoriales que, de igual modo,
persiguen actuar o incidir en un ámbito concreto de la esfera productiva de una economía.
De la Figura 1 se extrae que la política turística, como política sectorial, se debe con-
templar desde una perspectiva de verticalidad, lo que exige comprobar que es influida por
las diferentes políticas instrumentales, que moldean finalmente la singularidad de la polí-
tica turística. Esa política turística será específica, en la medida en que los instrumentos
empleados por la política económica general le afecten en mayor o menor grado respecto
a otras políticas sectoriales.
En ese sentido, las políticas instrumentales: monetaria, fiscal o laboral, por citar tres
ejemplos, influirán en la configuración final de la política turística y en función de los obje-
tivos de aquellas políticas, se obtendrán unos u otros resultados en la política turística. A

2 Tomado de Jordán y García Reche et al. (1995, pp. 28-29); de Cuadrado et al. (1995, pp. 152-155); y
de Bote y Marchena (1996, p. 301).

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pesar de que ésta tenga unos objetivos específicos, pues la interrelación entre políticas, la
cual ya se ha mencionado, impide obtener unos resultados a la medida de las actuaciones
programadas, al estar mediatizados por el carácter horizontal de las políticas instrumentales.
La incidencia de las políticas instrumentales en la política turística es fácilmente cons-
tatable. Por ejemplo, si la política fiscal decide un incremento impositivo del tipo aplica-
do a las empresas por medio del impuesto de sociedades, junto con una disminución
general de los tipos aplicados en cada tramo del IRPF, al tiempo que la política laboral
incentiva las contrataciones indefinidas, es fácil imaginar que las anteriores decisiones no
dejarán indiferente al sector turístico, ni a la política que le es de aplicación, pues modifi-
cará, a buen seguro, las condiciones del mercado.
El incremento impositivo reduce los eventuales beneficios empresariales y puede pro-
vocar un desincentivo a la inversión, factor sustancial para mantener y mejorar la compe-
titividad del sector turístico. La disminución del IRPF liberará rentas y por ende capacidad
de gasto a los consumidores, lo que puede desembocar en un crecimiento de la demanda
y de los consumos a ella asociados, que tendrán la capacidad de mejorar la cuenta de resul-
tados y la situación de las empresas del sector turístico. Finalmente, los incentivos a la
creación de empleo beneficiarán de igual modo a cualquier empresa, por lo que son de
aplicación las ventajas de ese empleo para, verbigracia, los hoteles que apuesten por dichas
contrataciones laborales.
En suma, resulta evidente la influencia que ejercen las políticas instrumentales en la
configuración de las políticas sectoriales, encontrándose estas últimas notablemente con-
dicionadas por aquéllas. No obstante, el grado de incidencia de cada política instrumental
en cuestión dependerá de las características de la política sectorial de que se trate y de la
estructura de las empresas afectadas por la misma.
Las circunstancias que trazan los perfiles que han jalonado la expansión del turismo
español (su marcado carácter abierto al exterior, de donde toma la gran vitalidad de
la demanda; su considerable atomización; el acento familiar de la gran mayoría de los
negocios; la baja comercialización propia; el reducido grado de penetración de nuevas
tecnologías; la insuficiente cooperación empresarial; la casi nula I+D que registra conjun-
tamente esta actividad; entre otras características), hacen que su política turística tenga
unas limitaciones elevadas para avanzar en el progreso de una actividad empresarial que
tiene que afrontar, ante todo, las dificultades de gestión inherentes a un negocio poco evo-
lucionado3.
Las particularidades del sector turístico, en definitiva, lo hacen especialmente recepti-
vo a numerosas políticas instrumentales. Resulta oportuno señalar que el turismo, como

3 El sector turístico desde su nacimiento se ha distinguido por la extremada coincidencia que se estable-
ce entre propiedad y gerencia (los dueños son los gestores). A lo que se une el reducido tamaño de los negocios
y una rentabilidad obtenida merced a una política empresarial paradójicamente pasiva, ya que la comercializa-
ción del turismo la han realizado touroperadores extranjeros, los cuales han venido proporcionando tradicional-
mente una demanda creciente con un nivel de gasto elevado para una economía española, que en sus inicios
turísticos se encontraba fuertemente controlada y con un bajo desarrollo, por lo que los diferenciales en el tipo
de cambio y en los salarios, respecto a los países emisores de turismo, convertían a los destinos turísticos de la
costa española en altamente competitivos. En la actualidad se están agotando estos referentes y el modelo turís-
tico español se sitúa en una fase de transición, en la que los precios bajos y costes laborales reducidos no podrán
sustentar por mucho más tiempo su competitividad.

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actividad económica receptora de divisas, de creación de riqueza y de empleo, está igual-


mente condicionado por otras políticas instrumentales, que junto a las enunciadas, permi-
ten el logro de objetivos propios de políticas económicas finalistas, tal como sería el caso
del equilibrio económico exterior.
Por otra parte, la especial dificultad en delimitar las actividades estrictamente turísti-
cas, al existir multitud de efectos directos e indirectos sobre otros sectores (construcción,
alimentación, alquileres, bienes de consumo en general, transportes, etcétera), eleva la
complejidad en el momento de afrontar el diseño de una política turística. Excepto cuan-
do se enfoca a aspectos generalistas y claramente diferenciados, como es la promoción o
las ayudas encaminadas a mejorar las condiciones competitivas de los establecimientos
turísticos (hoteles, cámpings, apartamentos, agencias de viajes, etcétera).
Esas restricciones que limitan el análisis y la cuantificación de lo que se entiende por
actividades turísticas, son extrapolables a las dificultades que se registran cuando se pre-
tende aislar las actuaciones de las administraciones públicas y sus respectivas políticas
dirigidas al sector turístico. Así, el trazado de una carretera, la ubicación de un vertedero
o la instalación de una depuradora de aguas, pueden tener efectos impactantes sobre el
turismo, sin que sean manipulables directamente desde la política turística, cuyo ámbito de
actuación es usualmente más reducido y mucho más especializado.
Ello no resta valor al efecto ampliamente positivo o negativo de esas otras políticas
sobre el turismo y de lo que éste puede verse beneficiado o perjudicado, según la decisión
finalmente adoptada. Un vertedero próximo a una playa puede tener efectos y consecuen-
cias nefastas, y una carretera que comunique un destino turístico con una masa poblacio-
nal elevada puede garantizar el éxito del mismo.
Finalmente, conviene destacar que la política de control de la inflación favorece al con-
junto de la economía y a todas sus empresas, donde resultan igualmente agraciados los
negocios turísticos, mostrándose una vez más, a través de esta experiencia, los beneficios
dispersos de diversos instrumentos y medidas de corte horizontal de la política económica.

3. POLÍTICAS SECTORIALES: LA POLÍTICA TURÍSTICA

3.1. Políticas sectoriales

Como ya se ha comentado, las políticas sectoriales son interferidas y condicionadas por


las políticas instrumentales, aunque las características de la actividad económica que regu-
la una política sectorial, hará que esas influencias sean de mayor o menor grado.
A su vez, las propias políticas sectoriales también corren el riesgo de interferirse
mutuamente, máxime en un sector, como el turístico, cuyas implicaciones con otras acti-
vidades económicas ya han sido señaladas. No cabe la menor duda sobre la incidencia que
tiene en el desarrollo del turismo las políticas sectoriales. Es el caso que representa la polí-
tica educativa, que afecta a la formación de los recursos humanos que trabajan en cualquier
empresa adscrita al sector turístico, o la política de transportes, que incide en el traslado
de la demanda turística en unas condiciones de calidad y seguridad determinadas. Ambas
políticas constituyen dos claras muestras de esa innegable influencia mutua que se esta-
blece entre políticas sectoriales.

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Incluso existen políticas sectoriales, léase agraria o medioambiental, que gozan de


competencias que a priori cabría pensar que están más próximas a la política turística, por
cuanto tienen capacidad de regular aspectos sobre los que el turismo es el que parece bene-
ficiarse principalmente, ya que configuran atributos que llegan a percibirse, en ocasiones,
como un producto turístico. Tal acontece con la calidad de las aguas en una playa o la
declaración de zona protegida a un espacio, dos hechos susceptibles de configurar a su
alrededor una demanda turística estable.

3.2. Objetivos de la política turística

Los objetivos de la política turística son numerosos y divergentes para cada zona,
región o país, además de que van a depender de los productos turísticos existentes y de las
motivaciones y directrices de las autoridades responsables de institucionalizar la política
turística. Aun así, existe un amplio acuerdo respecto a los objetivos esenciales que se
encuentran detrás de toda política turística de estado, que pueden resumirse en: propiciar
el crecimiento de la renta nacional, generar empleo, aumentar los ingresos en divisas o pro-
gresar en el desarrollo y equilibrios regionales. Todos estos objetivos desencadenan un
macrobjetivo o fin «metaeconómico», siguiendo el esquema de la Figura 1, que es la mejo-
ra de la calidad de vida y del bienestar de los ciudadanos residentes en los espacios dis-
tinguidos por la consideración prestada al turismo, los cuales se encuentran bajo la
directriz de una política turística con los objetivos señalados.
Las circunstancias de cada territorio en cada momento priorizarán preferentemente una
serie de objetivos, siendo habitual encontrar un énfasis especial en la creación de empleo
como fin esencial de la política turística. Tal es el caso de España en la actualidad, sabido
que el paro es el principal problema estructural de su economía, e identificado que el turis-
mo es una actividad intensiva en el uso de mano de obra para confeccionar su función pres-
tataria de servicios, lo que puede contribuir a paliar esta lacra de nuestra economía desde
la década de los 70.
De igual modo, los ingresos en divisas tienen la facultad de poder financiar las impor-
taciones de bienes de capital necesarios para el desarrollo económico de un país. De ahí
que sea un objetivo básico lograr incrementos en el saldo neto4 por turismo, con objeto de
poder atender inversiones encaminadas a conseguir mejoras en la competitividad y en la
inherente consolidación económica de cualquier territorio beneficiado por los ingresos
recibidos en pago a sus servicios turísticos. Todo ello adquiere sentido, si se considera que
en los albores del desarrollo turístico, las importaciones suelen representar un apartado
relevante para cimentar la consolidación turística de cualquier país que inicia su andadura
en esta especialización productiva del sector servicios. Y es un objetivo de la política turís-
tica el obtener el máximo volumen alcanzable de ingresos netos en divisas, a fin de redu-
cir en todo lo posible el coste en el que se incurre por mor de las importaciones que
canalizan el despegue y posterior asentamiento de la actividad turística en la estructura
económica de una región y/o Estado.

4 El saldo neto es la diferencia entre ingresos y pagos.

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En ese sentido, España disfruta de una saneada balanza de servicios5, gracias a los ele-
vados ingresos en concepto de turismo, que aminoran el déficit de su balanza comercial6 y
por tanto de la balanza por cuenta corriente7. Merced a este hecho, se ha logrado que la
balanza de pagos8 tenga un resultado menos negativo del que le correspondería, si no se
hubiese producido el desarrollo turístico que caracteriza hoy a la economía española.
En conclusión, los ingresos turísticos contribuyen a la modernización del aparato pro-
ductivo, lo que tiene un efecto inmediato en la mejora de la competitividad, en la creación
de empleo y en el bienestar de la ciudadanía; objetivos todos ellos relacionados con los
fines preestablecidos en toda política turística y, también, económica.
Otro objetivo de la política turística es dar respuesta a los «fallos» que se producen en
el mercado turístico y que exigen la intervención de los gobiernos para responder a caren-
cias detectadas o priorizar intervenciones, que en la actualidad, dentro del modelo turísti-
co español, se encuentran dirigidos a alcanzar la sostenibilidad del desarrollo turístico.
Los mencionados «fallos» que pueden encontrarse en cualquier mercado, de lo que el
turístico no es una excepción, provienen de intervenciones no adecuadas de la iniciativa
privada, que exigen la actuación de la Administración turística para aminorar sus efectos,
a través de una política capaz de regular en favor del desarrollo de ciertos aspectos o de
cercenar los no deseables. Con ello se consigue resolver o aminorar esos «fallos» y se
favorece el crecimiento turístico en el sentido más acorde a las expectativas del sector o
territorio atendido por medio de una intervención pública reguladora.

3.3. Formulación de la política turística

La filosofía política de un Gobierno marcará los extremos de su intervención en el mer-


cado turístico que, a su vez, dependerá del grado de madurez del destino y/o del producto
que se pretenda orientar.
Cuando se toma la decisión de establecer una política turística, se debe contemplar a
un mismo tiempo el organismo responsable de su ejecución, el cual asumirá el diseño de
las acciones que considere adecuadas para satisfacer, dentro de un orden de prioridades,
las metas generales que acotan la política turística seleccionada.
Sucintamente, el proceso de formulación de la política turística atraviesa tres fases fun-
damentales (Mill y Morrison, 1992; p. 308):

a) Identificar las necesidades que se precisa atender.


b) Establecer las metas que reflejan esas necesidades generales en concordancia con
los objetivos principales en el área social, económica, cultural y medioambiental.

5 La balanza de servicios incluye transportes, seguros, viajes, rentas de inversión y otros servicios.
6 La balanza comercial cuantifica los cobros y pagos en concepto de exportaciones e importaciones.
7 La balanza por cuenta corriente recoge las operaciones de la balanza comercial, de servicios y de trans-
ferencias —privadas y oficiales—, y supone el conjunto de cobros y pagos que un país efectúa con el resto del
mundo.
8 La balanza de pagos registra el total de las operaciones de un país con el exterior, en términos de dere-
chos adquiridos y obligaciones contraidas.

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c) Implantar las estrategias y los correspondientes programas para dar contenido a las
metas que están detrás de los objetivos de la política turística.

Estas fases que condicionan el proceso de formulación de la política turística se


encuentran en todo momento afectadas por el mercado y los recursos turísticos.
Los intereses de la política turística se traducen en unos objetivos que son susceptibles
de ser ordenados en categorías, si bien resulta ineludible una cierta armonización a fin de
emprender correctamente las diferentes actividades que afectan al turismo. La ordenación
de esos objetivos se puede efectuar atendiendo a distintas vertientes de conocimiento del
sector turístico y del conjunto de la economía donde éste desempeña su función: la pro-
piamente económica, sociocultural, desarrollo del mercado, protección y conservación de
recursos, potenciación de los recursos humanos, intervención gubernamental, etcétera.
El establecimiento de una política turística conlleva, en definitiva, la articulación de
unas estrategias, canalizadas por medio de planes, programas y medidas legislativas, que
facilitan el alcance de los objetivos o metas predeterminados.
No obstante, existen limitaciones o impedimentos que reducen la viabilidad y éxito en
ese proceso de formulación de la política turística. Limitaciones que tienen origen externo
o interno. Entre las de origen externo, cabe señalar las condiciones económicas de los paí-
ses emisores de turistas, los costes de inputs vitales para la industria turística, los factores
climáticos o el potencial de los segmentos de mercado. Las restricciones de origen inter-
no son las más fácilmente reconducibles, vía la articulación de una política turística,
pudiendo mencionarse, entre otras, la calidad de los establecimientos de oferta, el uso de
los recursos turísticos por los residentes, la capacitación de los recursos humanos, la dis-
ponibilidad de suelo, el volumen de inversiones, etcétera.
De las limitaciones de carácter interno a un modelo turístico, sobresale la eventual exis-
tencia de conflictos entre diversos objetivos o incluso dentro de un mismo objetivo, resul-
tado del establecimiento de metas que exigen siempre un proceso de consenso entre los
miembros afectados de la comunidad de que se trate, a fin de compatibilizar los intereses
turísticos con los económicos y sociales.

3.4. Apuntes a la política turística española reciente

El objetivo fundamental que persigue la política turística del Estado español es elevar
el grado de competitividad global del sector turístico nacional, de manera que continúe
contribuyendo a la creación de riqueza y empleo y, por ende, al bienestar de la sociedad.
La búsqueda de la competitividad es una meta que garantiza la viabilidad y presencia cre-
ciente de la actividad turística en los mercados nacional e internacional.
Esa competitividad es alcanzable, ante todo, por medio de una general mejora de la
calidad del modelo turístico español y de todos los destinos y productos que lo configuran.
España como Estado turístico maduro y experimentado, se enfrenta a la imperiosa urgen-
cia de actualizar sus activos turísticos si pretende competir con mercados emergentes que
igualan o tienen capacidad de emular aspectos originarios del modelo español (clima, pre-
cio, exotismo —inherente a todo nuevo destino—...). O rivalizar con destinos también
maduros pero especializados en segmentos desatendidos originariamente (cultural, depor-

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tivo, salud, etc.), debido a la creciente demanda registrada por el turismo de masas en el
que basó España su despegue y su embajada turística posterior.
La mejora de la calidad y consecuente competitividad del modelo turístico español se
trata de lograr mediante medidas de política turística diferentes, que van desde normativas
que consigan identificar establecimientos competitivos; pasando por apoyos financieros a
la modernización de la oferta y de las infraestructuras necesarias para atender la demanda
turística (aeropuertos, carreteras, otras comunicaciones —correos, fax, telefonía, tecnolo-
gías de la información y de la comunicación, etc.—, sanidad, depuración de aguas, trata-
miento de vertidos, contaminación —ambiental, acústica, etc.—, congestión del tráfico...),
algunos de ellos, tal como se puede comprobar, dependientes de otras políticas sectoriales
y/o instrumentales; hasta promociones en eventos feriales, campañas de publicidad y otras
figuras del actual marketing turístico (viajes de familiarización, workshops, etc.), que dina-
mizan destinos y/o productos susceptibles de captar nuevos segmentos de demanda, al
tiempo que se «fidelizan» clientes tradicionales del modelo turístico español.
Entre los instrumentos que con mayor frecuencia se encuentran dentro de la política turís-
tica española, y que son ampliamente comunes a las políticas turísticas de las autonomías,
como variables capaces de alcanzar el objetivo de la competitividad turística, destacan:

1. La formación de los recursos humanos.


2. La diversificación del producto turístico: turismo rural, de salud, deportivo, de con-
gresos y convenciones, de negocios, cultural (en todas sus variantes: monumental,
paisajístico, gastronómico, fiestas y costumbres populares...), de estudios, etc.
3. Cualificación del modelo de «sol y playa»: ordenación del modelo, modernización
establecimientos, dotación ofertas complementarias, etc.
4. Promoción de nuevos segmentos de oferta (parques lúdicos, trayectos culturales,
construcción de instalaciones deportivas…) en mercados turísticos tradicionales y
potenciales.
5. I+D+I.
6. Integración y/o cooperación empresarial.
7. Nuevas tecnologías.
8. ...

Esta lista no cerrada trasluce que los instrumentos de la política turística española están
encaminados en su totalidad hacia un decidido avance del sector turístico, existiendo una
fuerte imbricación entre numerosos instrumentos, al igual que se ocasiona entre las medi-
das arbitradas para conseguirlos.
No cabe duda que, por ejemplo, sólo unos trabajadores bien formados serán capaces de
asimilar nuevas tecnologías, novedosos modelos o fórmulas de gestión innovadoras que les
permita integrarse en equipos dinámicos de trabajo, pudiendo de ese modo competir en
entornos turbulentos y mutantes como los que circunscriben al sector turístico en la actua-
lidad. En ese ámbito la competitividad es creciente y se fundamenta cada vez más en fac-
tores intangibles, distintos a los que sustentaron el crecimiento turístico originario de
España, y en el que posiblemente un trabajador que no haya seguido un proceso de reci-
claje adecuado perderá su empleo, bien por despido, o bien por cierre empresarial, al no

Cuadernos de Turismo, nº 6, 2000


LA POLÍTICA TURÍSTICA: UNA APROXIMACIÓN 19

poder sobrevivir ese negocio bajo la atmósfera de presión que imprime el mercado turísti-
co del nuevo milenio.
Se concluye este epígrafe con una breve mención a las directrices básicas que han marca-
do la política turística del Gobierno español más recientemente, sin ocultar con ello las enor-
mes competencias que atesoran las comunidades autónomas (CC. AA.), tras el proceso de
transferencias inherente al estado de las autonomías, lo que hace que en numerosas regiones
sean las decisiones propias las que principalmente decantan la evolución de la política turísti-
ca. Aun así, de acuerdo con Uriel y Monfort (dirs.) et al. (2000), cabe recordar que en 1992
se presentó el Plan Marco de Competitividad del Turismo Español, conocido como Plan
FUTURES, que era un documento en el que se pretendía consensuar con las CC. AA. la for-
mulación de políticas turísticas que fueran capaces de impulsar el desarrollo global del turis-
mo español. El Plan FUTURES tuvo una prórroga tras cumplir su primera fase y es todavía
una referencia de la política turística estatal, fundamentalmente por su enfoque estratégico, lo
cual sí fue verdaderamente novedoso en el área turística9. Dicho Plan ha sido finalmente sus-
tituido por el Plan Integral de Calidad del Turismo Español (PICTE 2000), cuyas líneas direc-
trices se recogen en la Figura 2, el cual ha comenzado a aplicarse desde ese mismo año 2000
que lleva en su denominación y que tiene una duración prevista hasta el ejercicio 2006.

Figura 2
PROGRAMAS DEL PICTE 2000-2006

a) Calidad de los destinos turísticos.


b) Calidad en los productos turísticos.
c) Calidad en sectores empresariales.
d) Formación de calidad.
e) Desarrollo e innovación tecnológica.
f) Internacionalización de la empresa turística.
g) Cooperación internacional.
h) Información estadística y análisis económico.
i) Promoción.
j) Apoyo a la comercialización.

Fuente: Uriel y Monfort (dirs.) et al. (2000) a partir de la Secretaría de Estado de Comercio, Turismo y Pyme.

4. LA RESPONSABILIDAD DEL GOBIERNO EN LA POLÍTICA TURÍSTICA

4.1. Estado y economía: visión de conjunto

El entorno económico y social, junto a la evolución del pensamiento en el ámbito de la


economía, sitúa el grado de conocimientos respecto a las circunstancias y funcionamiento

9 Tan sólo existía un precedente de análisis estratégico aplicado al turismo, concretamente el estudio (no
publicado) de la Generalitat de Catalunya (1992): Reforçament de l’avantatge competitiu del sector turístic a
Catalunya.

Cuadernos de Turismo, nº 6, 2000


20 VICENTE M. MONFORT MIR

del sistema económico en un nivel que, si bien no permite elaborar pócimas milagrosas en
materia de política económica, sí puede orientar sobre el sentido en el que deben de actuar
los poderes públicos, a fin de proporcionar mejoras sobre los principales problemas que
surgen en el camino y que limitan los logros en la meta del bienestar económico.
Con esa perspectiva se acepta, implícita y explícitamente, el papel que corresponde
desempeñar a autoridades o gobiernos en la confección de una política encaminada a diri-
gir o reorientar las actividades económicas dentro de la sociedad que se considere, con la
finalidad de mejorar los resultados del sector económico en concreto. Ello afecta tanto al
ámbito de sus componentes (empresas y trabajadores) como al nivel de ejecución y reali-
zación de la actividad económica que corresponda, de modo que crezca su contribución a
la riqueza y al empleo.
En ese sentido, se acepta un protagonismo del Estado en la economía, que será exten-
sible a cualquier segmento de actividad regulado por una política dictada por el Gobierno
de ese Estado, comunidad autónoma o municipio, y que de acuerdo con Tinbergen (Serra-
no, 1994; pp. 21-22) se puede sintetizar en cinco supuestos ante los cuales debe actuar un
Gobierno, por medio de la política económica, de manera que se asegure el mejor funcio-
namiento del sistema económico:

a) El agente productor de la política económica, el Estado, tiene como único propósi-


to conseguir el bien común.
b) Los políticos establecen los objetivos a través del indicador de preferencias colec-
tivas, como una materialización de ese bien común, que atiende simultáneamente
los deseos de la sociedad y las posibilidades de la economía.
c) El proceso de elaboración de la política económica se limita a la selección de los
instrumentos más adecuados. Tal actuación se constituye en una labor de asesores
técnicos neutrales.
d) La eficacia de la política económica dependerá del progreso de la economía como
ciencia y del conocimiento de cada situación concreta.
e) Al margen de la regulación de la coyuntura, los gobiernos se pueden proponer
como objetivos posibles la corrección de un conjunto de «fallos» de mercado, para
lo cual se dispone de una teoría solvente y de un instrumental eficaz.

Concluyentemente, el Estado, por medio de sus distintas instituciones, tiene a su alcan-


ce el ordenamiento de las actividades económicas y le corresponde ejercer tal función10,
superando las olas de liberalización que en ocasiones se entienden como una ausencia de
intervencionismo, concediéndole al mercado toda la primacía y una sabiduría que la his-
toria y la experiencia han demostrado machaconamente que no es tan inmediata.

10 Es conocida la observación de Hirschman (Serrano, 1994; p. 35) sobre Adam Smith, cuando mencio-
naba la pretensión de este último, conocido como el padre de la economía, con relación a la insatisfacción pro-
funda con la estructura institucional de su tiempo, de lograr un estado «cuya capacidad para la estupidez
tuviese algún límite». Este es un extremo deseablemente superable, pero no debe ello enmascarar la necesidad
de unas directrices de carácter público, cuyo objetivo sea el progreso económico general y donde se enmarca
el área de competencia de una política sectorial como la turística, emanada y auspiciada por la Administración
pública.

Cuadernos de Turismo, nº 6, 2000


LA POLÍTICA TURÍSTICA: UNA APROXIMACIÓN 21

4.2. Estado y política turística

Por política se entiende una razonada consideración de opciones alternativas, que final-
mente se dirigen a satisfacer los postulados que sintetizan una forma de gobernar determi-
nada. Esas opciones se presentan especialmente dificultosas en el ámbito del turismo, por
las particulares condiciones de esta actividad económica, donde existen amplias limitacio-
nes para acotar los propios parámetros de actuación del sector, de las empresas y de las
organizaciones afectadas por las directrices de una política específica del turismo.
Precisamente la amalgama de servicios y productos, representados por factores de pro-
ducción-prestación de servicios de susceptible consumo por los turistas, confirma la opor-
tunidad de contar con una política turística que ejerza de catalizador de la demanda de
otros productos. Empero, la necesidad de efectuar un uso y establecer una ubicación, lo
más eficientemente posible, alimentan la razón de avanzar en el camino por establecer una
política turística que resulte flexible, a la vez que se muestre de aplicabilidad sobre un
amplio espectro en su ámbito competencial y en los efectos surtidos a partir de su puesta
en práctica.
Hay que aceptar que un mínimo grado de intervención del Gobierno es necesario y éste
será mayor en países en fase de desarrollo, donde la actividad turística sea incipiente y
requiera de ese apoyo logístico para lograr su instalación en la estructura económica, jun-
to a otros sectores más o menos convencionales, pero idiosincrásicos.
La actitud de un Gobierno en la instrumentación de la política turística puede ser pasi-
va o activa (Lickorish, 1991; pp. 64-65). Pasiva responde a la postura de gobiernos cuya
actuación se reduce a acciones que pueden afectar al turismo, aunque no obedece a deci-
siones enfocadas específicamente a favorecer o influir en su desarrollo, de lo que ciertas
medidas legislativas (depuración de aguas, desgravaciones fiscales, apoyo a la contratación
laboral, control de la contaminación de industrias —vertidos, tratamientos residuos, etc.—
) son un claro ejemplo. Por contra, el «posicionamiento» activo del Gobierno en el área del
turismo conlleva acciones deliberadas para favorecer la actividad, lo cual implica el reco-
nocimiento de necesidades específicas y la imperiosidad por influir en favor de ciertos
objetivos preestablecidos (dotación de alojamiento en zonas de potencial atractivo, habili-
tación turística de espacios protegidos, etc.).
Existen dos enfoques desde la perspectiva de actuación activa del Gobierno. Por un
lado, lo que se califica de planteamiento gestor, en el cual el Gobierno establece los obje-
tivos del turismo, a la vez que aporta el apoyo necesario de orden organizacional y legis-
lativo, lo que permite alcanzar esos objetivos programados. Por otro lado, se encuentra el
planteamiento evolutivo, donde el Gobierno desempeña un papel operativo y especial-
mente activo, derivado de la carencia o falta de voluntad del sector privado por involu-
crarse en la actividad turística11 (construcción de hoteles o cámpings en zonas azotadas por

11 La retracción de la iniciativa privada en el sector turístico y las continuas reclamaciones empresariales


hacia las autoridades turísticas para que actúen en defensa de los intereses del sector, a través de ayudas, inver-
siones en infraestructuras o elaboración de normativas, jalonan la experiencia turística española. Todo ello expli-
ca la falta de investigación y de desarrollo acusado por el sector turístico, que adolece de una carencia de análisis
riguroso necesario para el avance de la actividad, tal como ocurre con la economía industrial o con la agraria. Dos
claros ejemplos de sectores que desde el estudio científico atesoran ventajas competitivas frente a otras activida-

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22 VICENTE M. MONFORT MIR

declive industrial y/o agrario, aprovechamiento de instalaciones —léase verbigracia


minas— con criterio turístico, etc.).
La conveniencia de una política turística gubernamental e incluso disponer de la perti-
nente planificación, permite minimizar los potenciales conflictos entre lo público y lo pri-
vado, al tiempo que favorece un clima de estabilidad y un marco de desarrollo en el que el
sector privado puede operar. Si no existe la intervención del Gobierno en la planificación
del turismo, su evolución pecará de falta de cohesión y dirección, y las iniciativas a corto
plazo pueden hipotecar el potencial de la actividad turística a largo plazo. De igual modo,
resulta conveniente, además de ejercer la planificación turística, conseguir comunicarla a
todos los agentes eventualmente implicados, lo cual resulta ocasionalmente complejo en
un sector tan disperso, fragmentado, abierto y con fuertes efectos inducidos en actividades
que pueden resultar sólo coyunturalmente turísticas.
El turismo, por sus propias circunstancias, es difícil de gestionar y controlar, por lo que
precisa de una organización con responsabilidad y autoridad, a ciertos niveles, que canali-
ce la satisfacción de las exigencias de índole social existentes. En tal cometido, el Gobier-
no responsable de una política turística deberá desempeñar la función de árbitro, sobre
todo cuando su actuación se refiera a cuestiones económicas, sociales o medioambienta-
les.
Sin embargo, no se deben eludir posturas que han acompañado al despegue de la acti-
vidad turística en otros momentos, cuando algunos gobiernos calificaban al turismo como
un problema o cuestión de exclusiva responsabilidad del sector privado. Posición que
experimenta un giro radical, al comprobar otras experiencias que sugieren un respaldo a la
actuación de las administraciones públicas, una vez se contempla y constata al turismo
como un vehículo eficaz para consolidar el desarrollo de la política económica y social de
un Gobierno.
Así, según Mings (1978; pp. 2-3) los gobiernos tienen tres opciones en relación con el
turismo. La primera es mantener su actual compromiso. La segunda es no tener en abso-
luto involucración directa con la industria turística y, en consecuencia, no apoyarla econó-
micamente. Y la tercera es racionalizar la industria turística, asumiendo sus problemas y
apoyando los proyectos cuando sean económica, social y medioambientalmente viables, a
través de la planificación, para así remediar la debilidad y dirigir al sector turístico hacia
los objetivos a largo plazo de la política turística. Los gobiernos emplean cualesquiera de
las alternativas señaladas o una combinación de las mismas, en función de las circunstan-
cias y grado de desarrollo de la actividad turística en su esfera de actuación.
Una función que siempre es competencia de los gobiernos en materia turística y en la
que deben jugar un importante papel al comunicar, transmitir o recordar a los conciudada-
nos el valor económico del turismo. Al tiempo que se anima a los residentes locales a ser
hospitalarios con los turistas, pues es éste un factor de competitividad nada despreciable,
que contribuye al enfoque holístico que debe prevalecer en toda política turística que per-

des escasamente estudiadas y conocidas, lo que enerva cualquier esfuerzo aislado que se realice, como viene
aconteciendo en el turismo español, en el que sólo a finales de la década de los noventa se comienza tímidamente
a reconocer la oportunidad de contar con estudios e investigadores que coadyuven a revitalizar el sector turístico
español en su conjunto.

Cuadernos de Turismo, nº 6, 2000


LA POLÍTICA TURÍSTICA: UNA APROXIMACIÓN 23

siga la defensa de los intereses económicos de la actividad, en condiciones de eficacia y


rentabilidad para los agentes implicados en la misma.

4.3. Dirección estratégica de la política turística

En la sociedad actual, la planificación y correspondiente ejecución de la política turís-


tica no puede realizarse aisladamente de las exigencias del ambiente económico interna-
cional, mediatizado por la turbulencia del entorno y por la fuerte globalización e
internacionalización de la actividad, lo que incide sobremanera en la competitividad regis-
trada en este sector. Esto es un hecho en el caso del turismo, donde las empresas y muy
especialmente los grandes consorcios de la comercialización turística, tales como los tou-
roperadores o las grandes cadenas hoteleras, ejercen una poderosa presión sobre la activi-
dad turística en su conjunto.
Ante ese escenario, el planteamiento de los gobiernos a la hora de redactar una políti-
ca turística en defensa de sus intereses, necesariamente debe compartir las formas ya asi-
miladas por las empresas y la sociedad donde ejerce su papel rector un Gobierno,
encontrándose una realidad que probablemente se diferenciará por estar fuertemente
impregnada por la concepción estratégica de los negocios y por una forma especial de
entender la competitividad.
Desde una perspectiva estratégica, la implicación del Gobierno con el turismo de la
mano de la política turística aparece como una intervención imprescindible, que pretende
incidir con mayor intensidad en aquellos factores que puedan mejorar el conjunto de la
actividad económica de un Estado. Ello no resta para que, en función de la especificidad
de cada modelo turístico, sea factible instrumentar medidas más concretas que resalten
aspectos o corrijan carencias que podrían limitar la capacidad competitiva de dicho mode-
lo.
Las habilidades y destrezas de los artífices de la puesta en marcha de una política turís-
tica, entendidas como el know-how y la experiencia acumulada en la gestión de políticas
turísticas anteriores, se erigen en elementos de competitividad ante destinos o modelos
emergentes, por lo que debe cuidarse esa parcela a la hora de afrontar cambios en la regu-
lación del turismo.
No obstante, existen unas grandes áreas que llegan a ser comunes en la configuración
de cualquier política turística y que parece conveniente mencionar, por encontrarse fre-
cuentemente en la base y motivación de cualquier autoridad pública que se plantea la regu-
lación de la actividad turística. Concretamente, conviene subrayar que, con mentalidad
estratégica, la política turística emanada de un Gobierno perseguirá en la mayoría de las
ocasiones (Wahab, 1992; pp. 746-747):

a) La promoción de la imagen nacional, lo que representa una especial forma de


entender la embajada de un Estado, en los ámbitos económicos y sociales donde le
interesa integrarse por razones puramente económicas (mejorar su balanza de
pagos, vender sus productos, conseguir inputs necesarios para su desarrollo econó-
mico...), políticas (reconocimiento a un Gobierno carente de peso en el exterior,
dificultades de transmitir una visión de confianza sobre su estilo de gobernar...),

Cuadernos de Turismo, nº 6, 2000


24 VICENTE M. MONFORT MIR

sociales (favorecer el intercambio con otros pueblos, mejorar el nivel cultural del
país, aproximarse a otras formas y estilos de vida...), etcétera.
b) Alcanzar fines de interés general por medio de la integración y conversión de la
política turística en un eslabón más de la política general de un Gobierno.
c) Garantizar la seguridad y protección al turista, lo que es recurrente tanto en países
no desarrollados, por razones obvias (vinculación entre robos y pobreza o carencias
primarias), como en aquéllos que, a pesar de su nivel de progreso, acusan proble-
mas de terrorismo que pueden incidir negativamente en la demanda turística.
d) La cooperación internacional también es posible fomentarla o mejorarla por medio
de una política turística ambiciosa y coherente, por lo que es un objetivo de la
actuación estratégica de la misma.
e) El desarrollo sostenible de las regiones, atendiendo al uso del territorio y a la con-
servación del medio ambiente, sin olvidar las recomendaciones oportunas a la acti-
vidad privada para que se integren en esta filosofía de actuación de la política
turística, pretendida por gobiernos con afán de «posicionar» competitivamente sus
destinos turísticos, a partir de la óptica indicada por la demanda actual más cualifi-
cada a efectos de gasto turístico.
f) Una última parcela de actuación de esa política turística estratégica es proporcionar
el ineludible cambio en los modelos turísticos desde la cantidad hacia la calidad,
pues los primeros se han demostrado congestivos del territorio e hipotecarios del
futuro de esos espacios turísticos, mientras que los segundos reducen dichos pro-
blemas, aparte de aportar mayores ingresos que mejoran la rentabilidad de las
empresas, de las inversiones públicas e incluso tendrán capacidad de sustentar futu-
ras necesidades creadas por el propio discurrir económico.

Por otro lado, corresponde señalar que la actuación estratégica de un Gobierno en polí-
tica turística exige una planificación, de igual modo, estratégica, que garantice la viabili-
dad posterior de la política. Los factores que amparan la planificación estratégica (Wahab,
1992; p. 747) se fundamentan en la competencia internacional, el interés nacional y la
especial naturaleza compleja del turismo, que influyen hoy en cualquier entorno donde
existe un cierto desarrollo turístico y en el que se articula una política para su ordenación
y activación como sector de competencia económica.
Los objetivos de la planificación estratégica serán específicos para cada Gobierno de
acuerdo con sus condiciones económicas y expectativas de crecimiento y desarrollo, aun-
que en principio cabe establecer como escenario de mínimos un acuerdo respecto a cuán-
to turismo y de qué tipo se desea (masas vs. especializados). Tal decisión condiciona el tipo
de modelo turístico promovido, el cual influirá inexorablemente en la sociedad afectada
por esa opción turística, que va a sentir en su hábitat las consecuencias de dicha elección
económica del turismo.
Otro objetivo de la planificación será contar con estadísticas fiables que permitan esta-
blecer escenarios y proyecciones, de tal forma que se logre un crecimiento ordenado de la
actividad turística, ya que a partir de esa información se podrán promover inversiones en
infraestructuras que canalicen la prosperidad económica fundamentada en la actividad
turística.

Cuadernos de Turismo, nº 6, 2000


LA POLÍTICA TURÍSTICA: UNA APROXIMACIÓN 25

Un tercer objetivo de la planificación va a ser la coordinación con el resto de políticas


y, por tanto, de actividades económicas, de manera que se pueda garantizar un crecimien-
to estable, sin déficits ni restricciones que pudieran abortar el crecimiento económico pre-
tendido con la planificación estratégica.
El campo de actuación que se reserva el Gobierno por medio de la planificación estra-
tégica, con la finalidad de elaborar una política competitiva, va a estar condicionado por
las características de la economía en la que se prevea la intervención. Mas, parece lógico
pensar que se perseguirá el beneficio económico general; el desarrollo regional que cana-
lice el equilibrio ante las disparidades en renta que existen entre regiones, incluso entre
turísticas y no turísticas; o facilitar relaciones cordiales con distintos países para intensifi-
car los viajes por motivación turística.
Finalmente, la planificación estratégica del turismo presta atención a otros muchos
factores que alimentan la concluyente política estratégica de la que pretenden dotarse los
gobiernos para mejorar su grado de competitividad turística. A tal fin, los estados inter-
vienen mediante la legislación turística, la cual trata de: a) regular el crecimiento de la
actividad; b) establecer los porcentajes de capital nacional y extranjero que pretenden
aminorar la eventual pérdida de control gubernamental del turismo; c) contribuir a la
creación de un clima favorable a la inversión, lo que resulta de especial interés para paí-
ses en vías de desarrollo, cuando tratan de captar inversiones extranjeras; d) proporcio-
nar incentivos a empresas turísticas, lo que encierra un amplio espectro de posibles
actuaciones, que van desde la ayuda estrictamente financiera, pasando por la adminis-
trativa y que alcanzan, a veces, la técnica, de manera que se nutra la consolidación de
empresas turísticas competitivas; e) fomentar la organización del turismo, clarificando
organismos y competencias; f) intervenir en los usos del suelo, de manera que se dirija
o reconduzca espacios y posibilidades de los mismos (Ley de costas, Planes de ordena-
ción urbana, Declaración de espacios protegidos, etc.); g) potenciar la generación de
demanda turística, a través por ejemplo del Turismo Social o legislando un calendario
laboral compatible con vacaciones fragmentadas o el aprovechamiento intensivo de
puentes, favoreciéndose así aumentos puntuales de la demanda turística; h) defender el
control de calidad de instalaciones y servicios turísticos, con objeto de mejorar el «posi-
cionamiento» del producto y la diversificación de la demanda hacia segmentos de mayor
nivel de gasto, que se identifican con ofertas ubicadas en estratos de mayor calidad
(turismo de golf o urbano, por ejemplo).
Al igual que ocurre con la legislación turística, los precios son un factor esencial a tener
en cuenta en la planificación estratégica, por haber sido éstos, junto al clima y otras con-
diciones naturales y las buenas comunicaciones con mercados emisores, las ventajas com-
parativas12 en las que fundamentó España, y especialmente sus destinos mediterráneos, el
despegue turístico.
La planificación estratégica comprende que las ventajas comparativas son apropiables
o reproducibles por modelos turísticos novedosos, lo que requiere dirigir los esfuerzos

12 Una ventaja comparativa nace de la especialización en determinados tipos de actividades, productos y/o
servicios económicos, que resultan ser aquéllos en los que el país o zona económica se muestra comparativa-
mente más eficiente.

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26 VICENTE M. MONFORT MIR

hacia la apropiación de ventajas competitivas13, que no son tan fácilmente asimilables por
nuevos competidores, y para las cuales existe una tradición por parte de destinos experi-
mentados, como representa España en el concierto turístico mundial.
En esa decantación estratégica de la política turística, los precios no deben ser contro-
lados, es más, en España están liberalizados y tan sólo se exige una comunicación, más por
garantía de defensa ante los consumidores que por el intervencionismo que otrora caracte-
rizara la actuación de las autoridades turísticas, lo que además puede reducir el riesgo de
abusos, como en ocasiones ocurre con el precio de apartamentos, «tiempo compartido»
(time-sharing) o touroperadores. Al mismo tiempo, los precios deben ser transparentes y
en el caso de decidir gravar servicios turísticos para recuperar las inversiones efectuadas
en favor del mismo, deberá cuidarse mucho el método seleccionado en tal cometido, a fin
de no discriminar unos sectores en favor de otros.
Otro tanto ocurre con las inversiones públicas en formación y reciclaje, que sí son
necesarias como factor de competitividad, pues unos trabajadores con un nivel educativo
adecuado son susceptibles de aceptar cambios y de aprovechar tecnologías novedosas que
contribuyan al progreso competitivo de las empresas. Mientras que de no disponer de una
formación adecuada se corre el riesgo de hipotecar el crecimiento de la actividad turística,
e incluso pueden incrementarse los ya de por sí acentuados problemas de empleo. Sin
embargo, el coste de esa política formativa no debe ser discriminante ni alterar la relación
de precios relativos del sector turístico.
Por último, debe matizarse que la otra cara de la dirección estratégica, que se postula
como marco adecuado para la gestión de la política turística actual y de los negocios exis-
tentes bajo su batuta, exige una planificación, de igual forma estratégica, pero en continuo
estado de revisión y/o actualización. Lo que en términos de la literatura turística anglosa-
jona se sugiere como monitoring, de manera que se efectúe una permanente supervisión y
adaptación de la planificación estratégica a los continuos cambios que experimenta el mer-
cado, de tal modo que se logre una eficiente dirección estratégica de la política turística,
con seguridad de responder exitosamente a cuantas problemáticas deba enfrentarse.

5. EPÍLOGO

En conclusión, la política económica del turismo, o más correctamente la política turís-


tica desde el lado de la economía, ofrece enormes posibilidades de análisis en torno a la
actividad turística.
El objetivo de estas páginas ha sido efectuar una aproximación hacia algunas de las
cuestiones más generalmente aceptadas, que perfilan el estudio y papel de la política turís-
tica y de sus gestores en el momento actual. Etapa en la que conviven viejos modelos, des-
tinos y productos, con otros novedosos y emergentes, en los que la tecnología y la cultura
de las personas acentúan la complejidad de perfilar un aspecto de la experiencia humana,
como es la satisfacción del ocio, que cada día exige más alternativas y más sofisticadas
para atenderlo.

13 Una ventaja competitiva es cualquier característica susceptible de ser apropiada por un negocio que lo
diferencia de otros, colocándolo en una posición relativa superior para competir.

Cuadernos de Turismo, nº 6, 2000


LA POLÍTICA TURÍSTICA: UNA APROXIMACIÓN 27

Bajo esa óptica y arraigado en la tradición de las ciencias sociales, el objetivo de esta
contribución a Cuadernos de Turismo es ayudar a reflexionar a un lector no iniciado en la
temática del turismo, y más específicamente en la conceptualización de la política turísti-
ca. La idea que subyace, por tanto, es sencillamente animar a ese potencial lector en esta
lid en la que ahora se inicia, con la finalidad de que se sume en un futuro que se desea pró-
ximo al todavía insuficiente cuerpo investigador en una disciplina científica y académica-
mente alumbrada muy recientemente: el Turismo.

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Cuadernos de Turismo, nº 6, 2000


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Planificación y desarrollo del turismo

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Historias de informalidad: El desarrollo turístico en cuatro


playas ecuatorianas

Mathias Pécot, Julio Gavilanes y Andrea Sáenz De Viteri

Para citar este artículo: Mathias Pécot, Julio Gavilanes & Andrea Sáenz De Viteri (2018) Cuentos de
la informalidad: El desarrollo turístico en cuatro playas ecuatorianas, Tourism Planning &
Development, 15:5, 584-599, DOI: 10.1080/21568316.2018.1504319
Para enlazar con este artículo: https://doi.org/10.1080/21568316.2018.1504319

Publicado en línea: 13 de agosto

de 2018.

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PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DEL
TURISMO 2018, VOL. 15, NO. 5, 584-599
https://doi.org/10.1080/21568316.2018.1504319

Historias de informalidad: El desarrollo turístico en cuatro


playas ecuatorianas
Mathias Pécot, Julio Gavilanesy Andrea Sáenz De Viteri
Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL), Facultad de Ingeniería Marítima, Ciencias Biológicas,
Oceánicas y Recursos Naturales, Guayaquil, Ecuador

RESUMEN KEYWORDS
"La informalidad" como categoría económica global y estándar Turismo informal;
normativo para medir la actividad económica está arraigada en las incumplimiento; pequeña y
culturas occidentales, implementada a través de marcos legales, mediana empresa turística;
fiscales y doctrinas de desarrollo. Este trabajo sostiene que el economías diversas y
alternativas; Sur Global
binario económico informal/formal enmascara la diversidad
económica en los destinos turísticos del Sur Global. Un prisma de
incumplimiento de la legislación turística como barómetro de la
actividad económica formal/informal evidencia la desconexión
entre los marcos normativos modernos y las formas de operar de
las redes locales de pequeños y medianos empresarios (PYMES).
Los datos del censo de cuatro playas populares de Ecuador se
analizan con estadísticas descriptivas de agrupación. La
investigación descubre una gama diversa de formas económicas de
empresa turística: asociaciones no constituidas en sociedad,
establecimientos turísticos no registrados y PYMES que operan en
diversa medida fuera de la officialidad, lo que replantea la
distinción paradigmática entre economías turísticas formales e
informales. Además, esta innovadora investigación revela las
tensiones asociadas a la caracterización de las "economías
alternativas" como objetos políticos y de investigación
globalizados.
1. Introducción
¿Cuáles son los rasgos distintivos de las pequeñas y medianas empresas turísticas que
operan en los destinos emergentes del Sur Global? ¿Cohabitan, interfieren o incluso
compiten con las formas capitalistas dominantes de "hacer negocios"? El uso de la
"informalidad" como categoría económica y estándar normativo para la medición de la
actividad económica está arraigado en la adopción y dominación global de normas
occidentales que no necesariamente se mantienen en las culturas del Sur Global (Guha-
Khasnobis, Kanbur y Ostrom, 2006; Hart, 2006, 2009; Michaud, 1991). Aplicado a través de
marcos legales y económicos, y de doctrinas de desarrollo dominantes, el capitalismo
moderno conduce a una visión binaria, formal-informal, de la actividad económica. El
presente trabajo sostiene que esta visión eclipsa la divergencia económica en los destinos
turísticos del Sur Global y que debe ser cuestionada. Los datos se obtuvieron mediante un
censo de proveedores de servicios en cuatro playas populares de la provincia de Santa
Elena, en Ecuador. Utilizando el prisma del incumplimiento de la legislación turística
como barómetro de la actividad económica informal/formal, se ha detectado una
profunda desconexión entre los marcos normativos modernos y la forma en que las redes
locales de pequeños y medianos

CONTACTO Mathias Pécot mpecot@espol.edu.ec


© 2018 Informa UK Limited, que opera como Taylor & Francis Group
PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DEL 585
TURISMO

Se evidencia que los empresarios turísticos operan. Encontramos que la "formalidad",


como forma capi- talística dominante de "hacer negocios" sostenida por el Estado
ecuatoriano a través de prácticas legales y regulatorias, no parece ser la norma. De hecho,
una amplia gama de asociaciones no constituidas en sociedad, establecimientos turísticos
no registrados y pequeñas y medianas empresas (PYMES) prosperan al margen de los
sistemas públicos de impuestos y de salud social y desdibujan la noción de informalidad-
formalidad. Este estudio realiza aportaciones teóricas y prácticas a la luz de los debates
académicos que cuestionan las formas de pensar dependientes de la trayectoria sobre el
desarrollo turístico (Ellis y Sheridan, 2014) y adoptan los llamamientos para enmarcar la
diversidad económica y la alteridad como paradigmas de la economía turística mundial
(Mosedale, 2016). Los hallazgos replantean la distinción paradigmática entre economías
turísticas formales e informales en el Sur Global y ponen de manifiesto las tensiones
políticas en las formas de caracterizar la diversidad económica local y las "economías
alternativas".

2. Economías diversas y alternativas


Nuestra investigación contribuye a replantear la "informalidad" como un marcador
discursivo socio-histórico del capitalismo moderno y el desarrollismo en América Latina.
En primer lugar, la división formal-informal es un marco analítico duradero para abordar
la differencia económica en los destinos turísticos del Sur Global (Healy, 2009). El enfoque
político del Estado ecuatoriano sobre las redes locales de empresas turísticas "informales"
utiliza este paradigma. En segundo lugar, este caso se hace eco de los intentos de
caracterizar las formas locales de diversidad económica en todo el mundo (Williams,
2014). Conecta con intenciones más amplias de cartografiar la alteridad y la diflerencia
económicas utilizando los cuerpos de literatura sobre economías diversas y alternativas
como marco interpretativo (Gibson-Graham, 2008).

2.1. Máscara "formal-informal" para la diversidad económica


Las pequeñas y medianas empresas turísticas "informales" se han definido en términos
generales como "empresas privadas... que no están constituidas como entidades jurídicas
independientes y no llevan una contabilidad completa a efectos fiscales y de seguridad
social, y que además no están registradas o son pequeñas" (Williams y Martínez, 2016, p.
46). En consecuencia, las Directrices aprobadas por la Conferencia Internacional de
Estadísticos del Trabajo (CIET) pusieron un énfasis significativo en el cumplimiento de la
normativa pública como criterio distintivo. Por ejemplo:
... las cooperativas de productores se consideran informales, si no están formalmente constituidas
como entidades jurídicas (...); se considera que los empleados tienen empleos informales si su
relación laboral no está, en la ley o en la práctica, sujeta a la legislación laboral nacional, al
impuesto sobre la renta, a la protección social o al derecho a determinados beneficios
laborales... (ICLS, 2003, p. 15)

Las directrices también identifican los empleos no declarados o los empleados "para
los que no se aplican las reglamentaciones laborales, no se ejecutan o no se cumplen por
cualquier otro motivo como "informales"" (CIET, 2003, p.15). Por tanto, la irregularidad
administrativa es un fenómeno socioeconómico significativo dentro de la distinción entre
empresas o empleos "formales" e "informales". "La informalidad" como categoría
económica global, marco legal y fiscal específico, y estándar normativo sigue la estela del
586 M. PÉCOT ET AL.
capitalismo moderno y se vincula a las principales políticas de desarrollo regional
latinoamericanas. Además, el entramado de actividades, personas o grupos,
temporalidades o localidades, etiquetado como "informal" ha sido fuertemente
problematizado
PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DEL 587
TURISMO

en los estudios de desarrollo turístico (por ejemplo, Damayanti, Scott y Ruhanen, 2017;
Williams y Hor- odnic, 2017). "Informalidad", utilizado como adjetivo cualitativo, se
atribuye a una amplia gama de actividades económicas en el núcleo de la industria
turística mundial. La "informalidad" se ha observado en los servicios de alimentación
(Merlano, 2015); los servicios de alojamiento (Guttentag, 2015); el transporte (Cervero y
Golub, 2007); las operaciones turísticas y el guiado (Hsu, King, Wang y Buhalis, 2017); el
emprendimiento turístico y el trabajo (Leguizamón, 2016); los sistemas y redes de
financiación del turismo (Ngoasong y Kimbu, 2016). "Informal" también se utiliza
ampliamente como adjetivo calificativo para las personas o grupos que interfieren en el
desarrollo turístico capitalista. "Informal" se asocia con las mujeres empresarias y sus
diversas formas de asociación (Fagertun, 2017); los centros comunitarios y las
cooperativas indígenas (Bayona, 2013); las empresas pequeñas y familiares (Thomas,
2000); los vendedores ambulantes (Steel, 2012); y los taxistas (Farver, 1984).
En tercer lugar, la combinación de actividades informales y personas o grupos
informales se relaciona con los "escenarios de informalidad", los contextos de desarrollo
turístico y los lugares turísticos asociados al Sur Global como las playas (Henderson &
Smith, 2009); los mercados de alimentos y artesanías (Milgram, 2014); los espacios
públicos urbanos (Swanson, 2007); los sitios patrimoniales e históricos (Little, 2014); e
incluso los periodos de tiempo como los encuentros turísticos (Simoni, 2015) o los
periodos de reactivación económica después de un desastre natural (Biggs, Hall, &
Stoeckl, 2012).
Volviendo al contexto de nuestra investigación, la "informalidad" es la ontología dominante
para la differencia económica en Ecuador. Independientemente de la orientación
ideológica de los sucesivos gobiernos, las declaraciones de política turística official han
mantenido la división formal-informal durante los últimos 30 años. La "informalidad" se
ha asociado continuamente con el caos y el desorden en los márgenes del sistema
turístico nacional. Las políticas turísticas se refieren repetidamente a un "offer informal"
como si fuera una realidad tangible y altamente perjudicial.
Cabe señalar que se ha producido un influjo de proveedores informales (alojamientos
familiares, alojamientos o dormitorios de todos los niveles), sobre todo en la capital, cuyos
efectos nocivos sobre la calidad y los precios medios se percibirán pronto (p. 15).

Además del daño a la imagen y el deterioro del producto, esta actividad de comercialización
informal, el desorden de los precios y el no compromiso con la calidad -que, además, se
sustenta en los argumentos de la democratización del turismo- impide evaluar
objetivamente las opciones sostenibles que deberían considerarse a largo plazo como las
mejores (p.77). (énfasis añadido, Plan de competitividad, Ministerio de Turismo de Ecuador,
1999)

Más recientemente, el PLANDETUR 2020 mantiene la misma línea de razonamiento al referirse a:


Gran preocupación en la comunidad por los permisos de uso de las playas. El uso
desordenado de las playas, la extracción ilegal de arena y la gran cantidad de offer informal
affectan la calidad de la atracción y la experiencia turística (p.121).

Las actividades de control que se realicen deben ser sistemáticas, ordenadas y coordinadas
con otros organismos para combatir la informalidad y mejorar los estándares de calidad
(p.427). (énfasis añadido, PLANDETUR 2020, Ministerio de Turismo de Ecuador, 2007)

Estos inquietantes discursos nos invitan a observar que las políticas de informalización no
deben entenderse por separado del marco político más amplio de las intervenciones
sociales y económicas de los Estados (Williams y Nadin, 2012). Asimismo, las
categorizaciones económicas y jurídicas relativas a la diversidad de las pequeñas y
588 M. PÉCOT ET AL.
medianas empresas turísticas locales siguen estando estrechamente vinculadas al
contexto y las condiciones en las que el conocimiento del turismo tiende a ser
PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DEL 589
TURISMO

(re)producido en el Sur Global. Por lo tanto, replantear la empresa dentro de la ontología


de las economías diversas y alternativas aporta una visión considerable que desafía la
visión dominante de que la informalidad es una barrera o un camino improbable para el
desarrollo del turismo y la modernidad.

2.2. Releyendo la política de la informalidad


Este estudio de caso aporta dos avances ontológicos a una floreciente literatura
internacional sobre la construcción y concreción de economías diversas y alternativas. En
primer lugar, el caso expone la función política de la "informalidad" como dis- curso
público performativo (Gibson-Graham, 2008). La construcción discursiva de la formalidad
tiene sus propios fundamentos fenomenológicos. Así, la distinción entre proveedores de
servicios turísticos "formales" e "informales" podría entenderse mejor a nivel local como
el producto de luchas sociales y procesos de negociación (Bowen, Zubair y Altinay, 2017;
Müller y Segura, 2017; Schindler, 2014). El "sello de la informalidad" discrimina la falta de
formas económicas apropiadas desde la perspectiva de los espacios y actores
institucionalizados (o, actores en busca de la institucionalización). Nuestro estudio de
caso trata los discursos públicos en el contexto de desarrollo turístico ecuatoriano como
un síntoma de discriminación. Los "cuentos de la informalidad" que representan la
differencia económica obstaculizan los intentos de percibir los fenómenos del desarrollo
turístico de forma alternativa. Los actores y las redes locales que no "encajan" en las
formas y los marcos del capitalismo moderno -ya sean ideológicos, normativos,
relacionales o dialógicos, metodológicos o analíticos- son marginados.
En segundo lugar, este estudio de caso, en consonancia con los supuestos centrales de
la literatura diversa y alternativa, replantea los paisajes económicos del turismo fuera del
Norte industrializado.

3. Metodología
En la sección de metodología se presentan las cuatro playas seleccionadas, su
significación y representatividad como destinos turísticos de playa en el Sur Global. Se
describen los procesos de recogida y análisis de datos, y se discuten las limitaciones
metodológicas del censo.

3.1. El grupo de cuatro playas


Un grupo de cuatro playas populares fue nuestra base espacial para el estudio de caso.
Engabao aparece como un destino de playa emergente en términos de diversificación de
servicios turísticos y llegada de visitantes. Chipipe es una de las principales playas urbanas
situadas en el muy frecuentado municipio de Salinas. Ayangue muestra elevados niveles
de participación comunitaria en el desarrollo turístico. Finalmente, Olón es una playa muy
extensa que recibe principalmente turismo familiar y de segunda residencia (Nieves,
Terán, & Martínez, 2008). En general, el clúster es muy representativo de lo que podría
considerarse como espacios turísticos alternativos desde una perspectiva de
investigación del Sur Global. Estos destinos no han sido promocionados en el marketing
internacional ni atraen la inversión occidental como lo han hecho las islas Galápagos, el
Yasuní o Mon- tañita. Por estas razones, el grupo de playas está relativamente poco
influenciado por la globalización, es culto y auténtico, y tiene importancia como espacio
turístico alternativo. La región es frecuentada por la población local y urbana de
Guayaquil, Quito o Cuenca más que por los affluentes turistas inter- nacionales, responde
590 M. PÉCOT ET AL.
a la estacionalidad local y al consumo. Los modos de servicio responden al desarrollo
turístico endémico.
PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DEL 591
TURISMO

3.2. Técnicas de datos


3.2.1. Recogida de datos
La búsqueda preliminar en los registros ministeriales proporcionó escasa información
sobre las empresas turísticas que operan en la zona de estudio, por lo que se realizó un
censo sistemático puerta a puerta para identificar a todos los proveedores de servicios
turísticos que operan con un anclaje fijo en el destino. La zona de estudio abarcó toda la
longitud de la playa. En profundidad, un área que se extendía desde la línea de costa
hasta cuatro manzanas hacia el interior (400 metros aproximadamente) coincidía con el
concepto de áreas subfuncionales, tal y como se señala en la literatura de gestión costera
integrada (Balaguer et al., 2008).
Se pidió a los proveedores de servicios que participaran voluntariamente en una
entrevista. La remisión a documentos que respaldaran las respuestas no era una opción,
dado el carácter personal y delicado de la situación de algunos informantes. La encuesta
recogió datos sobre los tipos de negocios y la situación administrativa de los
participantes. Por ejemplo, su situación antes de que se creara el Servicio de Rentas
Internas (SRI), la institución pública encargada de las políticas fiscales y la recaudación a
nivel nacional. También se preguntó a los participantes si formaban parte del "Registro
Único de Contribuyentes (RUC)" o cumplían con el régimen tributario simplificado (RISE).
Los investigadores indagaron sobre la posesión de la matrícula profesional y la licencia de
funcionamiento expedida por el Ministerio de Turismo ecuatoriano. A continuación, se
consultó el estado de afiliación de los propietarios y empleados al Instituto Ecuatoriano de
Seguridad Social (IESS), además de su estado de afiliación libre a asociaciones
profesionales o comunitarias. Cada entrevista duró una media de 30 minutos.
Se contactó con 140 establecimientos de las cuatro playas seleccionadas. Ciento seis
participantes decidieron colaborar voluntariamente, constituyendo una muestra
altamente representativa (75,71%) de la población estudiada. Como parte del trabajo se
entrevistó informalmente a los responsables de tres asociaciones locales. Estas entrevistas
paralelas permitieron obtener información de fondo sobre las actividades, los miembros,
la organización interna de estas asociaciones, así como su relación con las instituciones
públicas.

3.2.2. Análisis de datos


Fue posible comparar los niveles de incumplimiento según cada una de las cuatro
variables previamente identificadas, utilizando estadísticas descriptivas. Superando el
mito moderno de la formalidad, se identificaron finalmente cuatro grupos de
proveedores de servicios de alimentación y alojamiento mediante técnicas de análisis de
conglomerados (Mooi y Sarstedt, 2011). Para el análisis de conglomerados (homogéneos
y heterogéneos, ya sea por coincidencia o por divergencia) se utilizó el Statistical Package for
the Social Sciences (Kibicho, 2008).

3.3. Limitaciones metodológicas


El censo, nuestra principal herramienta para caracterizar los servicios de alojamiento y
alimentación en las playas, tuvo algunos inconvenientes metodológicos (Domínguez,
Aledo, & Merino, 2016). Los servicios turísticos ocupan espacios físicos y operan todo el
año, ya sean temporadas altas o bajas. Sin embargo, la movilidad, las características
temporales o parcialmente regulares siguen siendo poco monitoreadas, aunque
592 M. PÉCOT ET AL.
crudamente evidenciadas por los registros públicos ministeriales
PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DEL 593
TURISMO

Veintiséis de las 318 respuestas a los cuestionarios podrían calificarse de evasivas o


incompletas. Estos niveles de evasión inherentes a los procesos de recopilación de datos
fueron significativamente más altos cuando se preguntó a los proveedores de servicios
sobre su conexión con el Ministerio de Turismo (9, 43%) o su situación de registro de
contribuyentes (11, 32%). También hay que señalar que 34 establecimientos se negaron
rotundamente a la entrevista, pero no por ello se ve mermada la relevancia estadística del
censo. Sin embargo, las respuestas evasivas y las negativas a participar nos invitan a
considerar los límites de las técnicas censales aplicadas a nuestro contexto de
investigación. En primer lugar, teniendo en cuenta el carácter técnico de la encuesta, no
se han podido evitar totalmente las situaciones de incomprensión mutua entre los
interventores y los encuestados, ya sea en cuanto a la forma, el contenido, el lenguaje y la
comprensión compartida de la finalidad. En segundo lugar, las agencias locales de
energía y las dinámicas de cooperación o competencia entre la comunidad de
proveedores (Damayanti et al., 2017) podrían haber interferido en el proceso del censo.
En otras palabras, la participación de los encuestados puede convertirse en un espacio
para reclamaciones apenas disimuladas, recriminaciones o incluso propuestas de cambio.
Partiendo de este trabajo de investigación y reconociendo las limitaciones del estudio,
se podrían considerar dos inflecciones como opciones para futuras investigaciones en la
periferia del turismo convencional. Se podría utilizar una crítica para identificar y
caracterizar los sesgos metodológicos de la investigación y los contextos interculturales
(Ateljevic, Pritchard y Morgan, 2007), así como instrumentos de investigación cualitativa
especializados para explorar la diversidad económica y los grupos, las actividades, los
lugares o las temporalidades anteriormente considerados periféricos o subalternos
(Agarwala, 2009; Jennings y Junek, 2007; Roever, 2011; Kasim y Al-Gahuri, 2015).

4. Resultados
La ventaja de los resultados de los censos es que despliegan la diversidad estructural
dentro de un área de investigación. Entre las PYMES de la región estudiada se observa un
gradiente de desconexiones entre las realidades socioeconómicas del funcionamiento del
turismo sobre el terreno y los cuatro órganos centrales de la regulación del turismo
(registro profesional, fiscalidad, seguridad social y libertad de asociación). La diversidad
de formas de emprendimiento turístico, sin registro y con convergencia y divergencia
entre formas de irregularidad o desvinculación, pone en perspectiva la desigual relación
entre el Estado ecuatoriano moderno y los protagonistas del desarrollo turístico
alternativo en la zona de estudio.

4.1. Formas de emprendimiento no empresarial


Existen dos categorías principales de formas de emprendimiento turístico no incorporadas.

4.1.1. Autoempleo y empresas de turismo familiar


El sector empresarial turístico de las cuatro playas está constituido principalmente por
personas individuales (94%) y no por entidades empresariales legales (sólo 6%). En
Ecuador, los empresarios individuales no tienen la obligación legal de constituir una
empresa con capital o activos declarados para dedicarse a la prestación de servicios. La
"formalización" del autoempleo sólo opera, en este caso, a través de la obtención de un
número de contribuyente. El cumplimiento de esta obli- gación fiscal parece
sorprendentemente alto. Sólo 14 participantes (13,2%) no poseían un número de
594 M. PÉCOT ET AL.
contribuyente, lo que podría explicar la relativa ausencia de formas corporativas de las
empresas turísticas.
PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DEL 595
TURISMO

Asimismo, estos resultados indican que las empresas locales son predominantemente
independientes de la industria turística internacional o del turismo global. Las empresas
que operan en las principales ciudades ecuatorianas no están representadas en el área de
investigación. También se destaca el carácter endémico de los establecimientos
encuestados, ya que el 66% de los encuestados se identifica como nativo de la zona de
estudio. En resumen, las empresas no constituidas en sociedad en la zona de
investigación son empresarios autónomos, independientes de los circuitos tradicionales y
actores del desarrollo turístico que están legalmente vinculados al Estado por una simple
declaración de impuestos.
Estas formas de negocio endémicas pasan a emplear a 352 trabajadores en áreas
operativas como la preparación de alimentos, la facturación y las actividades de camarero.
En muchos casos, esta mano de obra está compuesta por parientes cercanos y miembros
de la familia del empresario turístico. Algunos de los interesados afirmaron que los
hombres de las comunidades se dedicaban generalmente a la pesca tradicional, por lo
que la prestación de servicios a los turistas se concibe como un complemento necesario
para el presupuesto familiar, pero está dirigida esencialmente por mujeres. De los 351
empleados, una clara mayoría eran mujeres (70%). Esta sinergia entre la pesca tradicional y
los servicios de comida o alojamiento puede constituir un modelo de negocio digno de
atención y, de alguna manera, característico de una economía diversa.

4.1.2. Asociaciones profesionales y comunitarias


El sesenta por ciento (60, 38%) de los 106 establecimientos identificados en la zona de
estudio declararon estar afiliados a una asociación profesional o comunitaria. Estos datos
confirman en general la identificación de tres asociaciones de proveedores de servicios
turísticos en Olon, Ayangue y Engabao. Aunque el censo no proporcionó información en
profundidad sobre la organización interna de estas asociaciones, las entrevistas
informales con sus representantes permitieron conocer su singular función
socioeconómica. Haciéndose eco de la propuesta de Gibson-Graham (2008) de categorizar
las cooperativas de productores y trabajadores como formas económicas alternativas, la
finalidad de estas asociaciones locales va mucho más allá de la cooperación económica y
la búsqueda de ventajas competitivas por parte de sus miembros. Según las entrevistas
informales a sus representantes, las asociaciones locales se ocupan de cuestiones
directamente relacionadas con el desarrollo de la comunidad, como la mejora de las
infraestructuras físicas y el cuidado del medio ambiente mediante la limpieza y la
conservación de las playas. A través de los foros se busca el compromiso social y la unidad
de la comunidad, así como la redistribución de los excedentes económicos. Estas
actividades confieren a las asociaciones un papel de liderazgo socioeconómico, como
interlocutores estratégicos para los gobiernos locales, el Estado ecuatoriano y, en general,
los actores de la sociedad civil. En general, las asociaciones generan un gran sentido de
pertenencia a la comunidad y un auto-reconocimiento como actores locales del turismo.
Estas asociaciones incluso desafían al Estado ecuatoriano y a las administraciones locales
como fuentes genuinas y alternativas de planificación y regulación del turismo.

4.2. Empresas turísticas no registradas


Los datos muestran una ausencia estructural de registros públicos y licencias
profesionales en los cuatro destinos de playa. Mientras que el 42, 55% de los proveedores
de servicios declararon no tener ningún registro o licencia profesional en Ayangue, 31
596 M. PÉCOT ET AL.
(42%) en Olon, la proporción de empresas no registradas aumenta drásticamente en
Puerto Engabao y Chipipe, con un 69, 2% y un 54, 54%, respectivamente. Estos resultados
podrían explicarse porque Puerto Engabao
PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DEL 597
TURISMO

El compromiso de las comunidades de Chipipe con la mejora de los servicios turísticos es, con
mucho, el más reciente en comparación con las otras dos playas.
Curiosamente, el funcionamiento del turismo no registrado podría interpretarse como
un acto de resistencia endémica contra la empresa turística internacional y un modelo de
desarrollo fuertemente centralizado. La regulación turística ecuatoriana parece
representar una intención modernista duradera de estandarizar y sistematizar los
sistemas turísticos locales y sus actores. Esto va de la mano con la fantasía duradera del
turismo de masas y el crecimiento. En segundo lugar, las empresas turísticas no
registradas son de alguna manera "toleradas" por el Estado y el hecho de no estar
registradas no impide que los proveedores de turismo participen activamente en el
desarrollo turístico. De hecho, la mayoría de los proveedores turísticos (71%),
independientemente de la estacionalidad, están establecidos permanentemente en
zonas de playa y la huella local de los establecimientos turísticos no registrados es bien
conocida por el Ministerio de Turismo. Esta diversidad de formas económicas indica una
resistencia al poder homogeneizador de los marcos jurídicos turísticos modernos.

4.3. Disaffiliación a la seguridad social


Uno de los datos más significativos es que de los 106 trabajadores y empresarios turísticos
encuestados, la desvinculación con el sistema de seguridad social alcanza un porcentaje
global del 59,43%. Este resultado parece especialmente llamativo, teniendo en cuenta la
obligación legal de affiliación de los trabajadores del turismo al sistema público de
seguridad social. El contraste parece agudo dado su casi total cumplimiento de la
obligación empresarial de declarar como contribuyentes. Este hallazgo nos lleva a
cuestionar el equilibrio entre los derechos y obligaciones de los empresarios turísticos en
cuanto a su relación con el Estado ecuatoriano moderno y a situar el trabajo precario
como un rasgo característico de las economías localmente diversas.

4.4. Convergencia y divergencia entre los patrones de irregularidad y disaffiliación


Las tablas 1 y 2 muestran establecimientos con al menos un tipo de patrón de
disaffiliación en cada playa estudiada, por lo que la irregularidad y la disaffiliación son
características estructurales de los servicios turísticos en la zona de estudio. Puerto
Engabao mantiene el nivel más alto de irregu- lidades acumuladas. La ilustración de estos
resultados la proporciona la Figura1, que muestra los patrones de disaffiliación comunes
en las cuatro playas seleccionadas.
El análisis cuantitativo indica que sólo 24 de los 106 establecimientos cumplían con los
tres tipos de requisitos legales (Registro del MINTUR, Registro de Contribuyentes y
Affiliación a la Seguridad Social). De ellos, sólo 12 afirmaron pertenecer a asociaciones de
trabajadores turísticos. Por lo tanto, se puede concluir que la presencia de empresas
caracterizadas como "formales" es insignificante. Los modos dominantes de "normalidad
empresarial", como legalmente

Tabla 1. Número de establecimientos en condiciones irregulares o disaffiliación por playas.


Playas/tipo de Registro de turismo RUC o RISE Asociación Relación con
disaffiliación (MINTUR) (Fiscalidad) profesional la
seguridad
social
Puerto Engabao (N = 13) 9 8 6 8
598 M. PÉCOT ET AL.
Chipipe (N = 11) 6 0 8 6
Ayangue (N = 47) 20 4 13 25
Olón (N = 35) 11 2 15 24
Total (N = 106) 46 14 42 63
PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DEL 599
TURISMO

Tabla 2. Incumplimiento de los requisitos reglamentarios por playa (%).


Registro de turismo RUC o RISE Asociación Relación con
Tipos de irregularidades (MINTUR) (Fiscalidad) profesional la
seguridad
social
Puerto Engabao (N = 13) 69.2% 61.54% 53.85% 61.54%
Chipipe (N = 11) 54.54% 0.00% 54.55% 45.45%
Ayangue (N = 47) 42.55% 8.51% 25.53% 53.19%
Olón (N = 35) 31.42% 5.71% 37.14% 65.71%
Total (N = 106) 43.39% 13.20% 39.62% 59.43%

Figura 1. Tasa de incumplimiento por playa (%). Leyenda: Arriba: registro MINTUR; Abajo: affiliación a
un gremio; Izquierda: Seguridad Social; Derecha: RUC o RISE.

Las corporaciones turísticas constituidas que se dedican a la venta de servicios para


generar profictos, redistribuidos verticalmente a los trabajadores del turismo affiliados al
sistema de seguridad social son pocas. Por tanto, la tipología formal/informal es
cuestionable a la hora de entender la naturaleza de las economías turísticas locales en
este ejemplo del Sur Global. Los resultados del análisis de conglomerados se muestran en
la figura2.
El dendrograma destaca cuatro grupos. El primer grupo representa a los
establecimientos que no tienen ni el MINTUR ni el registro de contribuyentes, que no
están integrados en una organización profesional o comunitaria y que no se benefician de
la afiliación a la seguridad social. Este grupo (nueve establecimientos) es el que presenta
una mayor irregularidad.
El segundo conglomerado comprende 37 establecimientos, que se declaran como
contribuyentes pero carecen de registro profesional del Ministerio de Turismo
ecuatoriano. Al mismo tiempo, muestran niveles persistentes de incumplimiento de los
sistemas de Seguridad Social, así como de desvinculación profesional/comunitaria. Por lo
tanto, las operaciones del grupo son fuertemente irrecuperables en relación con la
política y la planificación turística.
600 M. PÉCOT ET AL.

Figura 2. Dendrograma de enlace medio (entre grupos) con medida de similitud de concordancia
simple.

El tercer grupo incluye cinco establecimientos que cooperan a través de asociaciones


profesionales o comunitarias y se declaran en cumplimiento de las obligaciones legales
de registro público. Aunque algunos de estos establecimientos cumplen los requisitos de
la seguridad social, presentan un incumplimiento total como contribuyentes. El
incumplimiento de dos de los cuatro requisitos podría considerarse parcialmente
irregular. Sin embargo, existe una aparente contradicción ya que el registro fiscal es
actualmente un requisito legal para obtener la matrícula profesional en Ecuador (pero los
datos fueron autodeclarados). El grupo final agrega los establecimientos que cumplen
con las obligaciones ministeriales y de registro de contribuyentes. Aunque este grupo
muestra un nivel significativo de asociatividad, la disaffiliación a la Seguridad Social, ya
sea como propietario o como empleados, sigue siendo significativa. La tabla 3 detalla
estos patrones.
El cuadro4 distingue los clusters según las áreas de servicio mediante la técnica de
vinculación intergrupos. Los clusters primero, segundo y tercero reúnen claramente a los
establecimientos de alimentación, que son los que actualmente mantienen los niveles
más acusados de irregularidad administrativa. Sin embargo, los establecimientos de
alojamiento se sitúan principalmente en el cuarto clúster.

Tabla 3. Análisis de
conglomerados.
Registro de Asociación RUC o RISE Relación con
Turismo profesional (Fiscalidad) la
(MINTUR) seguridad
social
Sí No Sí No Sí No Sí No
Grupo 1 0 9 3 6 0 9 2 7
Grupo 2 0 37 24 13 37 0 14 23
Grupo 3 5 0 5 0 0 5 3 2
Grupo 4 55 0 32 23 55 0 24 31
Total 60 46 64 42 92 14 43 63
N = 106

Tabla 4. Área de servicio de los establecimientos por cluster.


Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Total
Restaurante 8 31 4 37 80
Alojamiento 1 6 1 18 26
Total 9 37 5
PLANIFICACIÓN Y 55
DESARROLLO106
DEL 601
TURISMO
602 M. PÉCOT ET AL.

5. Conclusiones, debate e implicaciones


En conclusión, las empresas turísticas de la zona de estudio pueden caracterizarse como
parcialmente irreparables y, sin embargo, casi nunca totalmente "fuera de los esquemas"
desde el punto de vista de la gobernanza pública tradicional. La economía turística local
en esta región de Ecuador aparece entonces como compleja y no lineal (Farrell & Twining-
Ward, 2004). El estudio hace tres aportaciones a la literatura.

5.1. Tensiones y desafíos asociados al encuadramiento y circulación de


las economías alternativas como objeto de investigación y política
globalizada
Dos tipos de retos relacionados con el encuadramiento de las economías alternativas
como objeto de investigación y política globalizada son que la línea entre differencia
económica, alternatividad y trabajo precario parece borrosa. Además, los criterios de
intencionalidad propuestos por Healy (2009) para definir las formas económicas
alternativas también deberían delimitarse cuidadosamente de los comportamientos
económicos oportunistas, la supervivencia y la micropolítica inherente a los actores que
trabajan en red en las comunidades locales (Walley, 2007).

5.1.1. Economías alternativas, precariedad laboral y supervivencia


El nivel de desaffiliación de los trabajadores y empresarios al sistema de seguridad social,
por un lado, y la presencia de trabajadores autónomos que no pertenecen a ninguna
asociación profesional o comunitaria, por otro, son estadísticamente significativos.
Además, cabe recordar que las playas turísticas ecuatorianas no están exentas de las
características estructurales de la industria turística mundial, como las condiciones de
trabajo duro, los turnos rotativos o la estacionalidad. En consecuencia, algunas formas
locales de arreglos laborales podrían entenderse mejor como trabajo precario (Rogan,
Roever, Chen, & Carré, 2017; Scully, 2016) que como auténticas alternativas a un entorno
laboral estandarizado. Lee y Kofman (2012,
p. 388) sugieren que
En el Sur Global, la precariedad laboral crea una crisis no sólo de la calidad del empleo, sino
también de la reproducción social; el empleo precario es a menudo parte integrante de las
estrategias de desarrollo de los Estados y de las instituciones financieras internacionales, más
que la respuesta natural de las empresas a la competencia del mercado global.

Si este es el caso, entonces la auténtica alternatividad de las formas económicas en los


destinos del Sur Global podría diferenciarse de la precariedad laboral de la globalización
neoliberal o de la adaptación oportunista a los entornos empresariales locales.

5.1.2. Economías alternativas e intencionalidad


Healy (2009) define las economías alternativas como "procesos de producción,
intercambio, trabajo/compensación, financiación y consumo que son intencionadamente
distintos de la actividad económica (capitalista) dominante". El énfasis en la
intencionalidad como criterio distintivo para diferenciar las formas económicas
alternativas del estándar capitalista moderno de la empresa turística, podría responder
más directamente a los contextos del Norte Global de desarrollo turístico post-neoliberal
que una huella de las formas post-neoliberales de alternatividad en los destinos turísticos
del Sur Global. En el caso ecuatoriano, la empresa turística capitalista tiende a ser la
PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DEL 603
TURISMO
excepción y no la norma, de modo que la imagen del capitalista moderno
604 M. PÉCOT ET AL.

empresas podría aparecer localmente, y paradójicamente, como un modelo exótico y


atractivo. No obstante, el Estado ecuatoriano y las agencias de desarrollo regional siguen
apoyando un modelo desarrollista a través de la planificación, la regulación y los discursos
públicos performativos del turismo. Además, la voluntad política de los actores locales de
resistirse a este modelo o estándar capitalista de empresa turística parece cuestionable,
como lo demuestra la compleja relación con la ley de turismo y la adhesión a los
regímenes fiscales. La adaptación a los entornos empresariales cambiantes, la
oportunidad y el simple temor a la sanción pública podrían ser poderosos determinantes
de la iniciativa empresarial turística.

5.2. Responsabilidades sociales de la comunidad de investigadores en


turismo y la micropolítica de la investigación-acción
La dicotomía entre servicios turísticos formales e informales no está respaldada
empíricamente por el presente estudio. Por el contrario, las condiciones de
funcionamiento entre los proveedores de servicios de alojamiento y alimentación siguen
siendo profundamente heterogéneas. Mantener las nomenclaturas internacionales y las
políticas y enfoques reguladores tradicionales del turismo, mientras se desvela
progresivamente la diversidad económica en los destinos turísticos del Sur Global, resulta
muy problemático desde la perspectiva de la investigación turística, no sólo desde un
punto de vista analítico, sino también ético. En última instancia, la reprogramación de
nuestra comprensión de las realidades del desarrollo turístico en Ecuador y el Sur Global
sigue pendiente (Ketchen, Ireland y Webb, 2014; Tinsley y Lynch, 2001). Se necesitan
ajustes éticos y discursivos entre la comunidad académica. El encuadre performativo de la
diversidad económica y la alternatividad contribuye definitivamente a ello, en opinión de
nuestros autores.

5.3. Implicaciones para la política turística


Las dificultades para reconocer e interpretar las realidades sobre el terreno del desarrollo
turístico en el Sur Global tienen implicaciones directas en términos de gobernanza
turística local.

5.3.1. Consecuencias de mantener la ontología formal-informal


Un futuro conflicto, el bloqueo y las inefficiencias pueden surgir del desajuste entre el
modelo neoliberal basado en el Estado para el desarrollo y las realidades sobre el terreno
(Brown y McGrana- han, 2016). En este estudio se observaron deficiencias, por ejemplo,
en relación con los sistemas públicos de seguridad social. Las amenazas de sanción o
desalojo físico simplemente retrasan o desplazan geográficamente las dinámicas de
autoayuda en esta economía turística en funcionamiento.
Sin embargo, descalificar sistemáticamente a la empresa turística "no formalizada" de
las condiciones básicas para la gobernanza pública socava las capacidades locales para
intervenir en el diseño de las playas (Roxas y Chadee, 2013). No se crea la confianza
necesaria para consolidar una economía viable, endémica y diversa, y puede conducir a la
discriminación estructural y a la violación de derechos constitucionales como el derecho
al trabajo o la libre asociación. Pero más preocupante puede ser el desequilibrio entre ser
contribuyente y la inhabilitación legal para recibir fondos o créditos públicos.

5.3.2. Alternativas políticas y normativas a la informalidad


PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DEL 605
Se proponen tres áreas de actuación prioritaria. EnTURISMO
primer lugar, parece urgente diseñar
políticas públicas destinadas a legitimar al segmento olvidado de los trabajadores y
empresarios del turismo
606 M. PÉCOT ET AL.

(Komppula, 2014). Desde el punto de vista jurídico, ese cambio implica una necesaria
protección de los derechos fundamentales de libre asociación y el reconocimiento del
trabajo y el emprendimiento turístico en todas sus formas. Ese proceso implicaría la
protección del patrimonio cultural, el papel de las mujeres y la valoración de las
manifestaciones culturales (transformación, comercialización de productos alimentarios
locales) (Fagertun, 2017). En segundo lugar, debe iniciarse una política turística orientada
a las necesidades específicas de las pequeñas empresas y microempresas turísticas como
un modelo de negocio genuino de la costa ecuatoriana(Ayyagari, Beck, & Demirguc-Kunt, 2007;
Thomas, Shaw, & Page, 2011) por su capacidad de generar empleo, participar en la
fiscalidad y fomentar la resiliencia ante una serie de amenazas naturales (Henderson &
Smith, 2009) o riesgos antropogénicos. En tercer lugar, es necesario desarrollar una
ofleración de formación "ascendente" adaptada, flexible y móvil para las necesidades
específicas de los proveedores de servicios de alojamiento y alimentación y la aparición
de nuevas prácticas de vinculación y diálogo con los pequeños y medianos proveedores
de servicios en el nuevo sistema de educación superior (Cuffy, Tribe, & Airey, 2012).
En conclusión, el estudio de caso desvela las tensiones y los retos asociados al
encuadre y la circulación de las economías alternativas como objeto de investigación y
política globalizada. Las condiciones del Sur Global difieren de las del Norte. En segundo
lugar, los datos invitan a formular recomendaciones previas en cuanto a la agencia local
en la gobernanza del turismo y los modelos de negocio. Por último, los hallazgos nos
llevan a cuestionar las responsabilidades sociales de la comunidad investigadora del
turismo y la micropolítica de la investigación-acción al tiempo que se representa y
cataloga la diversidad económica en el Sur Global.

Agradecimientos
Un agradecimiento especial a Andrés Plaza, Licenciado en Estadística, por su apoyo y asesoramiento
en el análisis estadístico de los datos, así como al Grupo de Investigación sobre Turismo Marino
Costero y Desarrollo Sostenible (ESPOL-FIMCBOR), sin el cual esta investigación no habría sido
posible.

Declaración de divulgación
Los autores no informaron de ningún conflicto de interés potencial.

ORCID
Julio Gavilanes http://orcid.org/0000-0003-1855-2789

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Revista de Turismo Sostenible

ISSN: 0966-9582 (impreso) 1747-7646 (en línea) Página web de la revista:


https://www.tandfonline.com/loi/rsus20

Una revisión sistemática del alcance de los


indicadores de turismo sostenible en relación con
los objetivos de desarrollo sostenible

S. Mostafa Rasoolimanesh, Sundari Ramakrishna, C. Michael Hall, Kourosh


Esfandiar y Siamak Seyfi

Para citar este artículo: S. Mostafa Rasoolimanesh, Sundari Ramakrishna, C. Michael Hall,
Kourosh Esfandiar & Siamak Seyfi (2020): A systematic scoping review of sustainable tourism
indicators in relation to the sustainable development goals, Journal of Sustainable Tourism,
DOI: 10.1080/09669582.2020.1775621
Para enlazar con este artículo: https://doi.org/10.1080/09669582.2020.1775621

Publicado en línea: 24 Jun 2020.

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https://doi.org/10.1080/09669582.2020.1775621

Una revisión sistemática del alcance de los indicadores de


turismo sostenible en relación con los objetivos de desarrollo
sostenible
S. Mostafa Rasoolimanesha , Sundari Ramakrishna a, C. Michael Hall b ,
Kourosh Esfandiarcy Siamak Seyfi d
a
Escuela de Hostelería, Turismo y Eventos, Universidad de Taylor, Subang Jaya, Malasia; bDepartamento de
Gestión, Marketing y Emprendimiento, Universidad de Canterbury, Christchurch, Nueva Zelanda; cEscuela
de Negocios y Derecho, Universidad Edith Cowan, Joondalup, Australia; dDepartamento de Geografía,
Universidad de Pantheon-Sorbonne, París, Francia.

RESUMEN HISTORIA DEL ARTÍCULO


Los indicadores de turismo sostenible (ITS) son un elemento integral de la Recibido el 3 de junio de 2019
planificación y la gestión del turismo. Este estudio revisa Aceptado el 25 de mayo de
sistemáticamente las contribuciones de la investigación sobre el 2020
desarrollo de los CTI basándose en cuatro criterios: i) la relevancia de los
KEYWORDS
CTI para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); ii) la gobernanza; iii)
Indicadores de turismo
las partes interesadas; y iv) la distinción entre indicadores subjetivos y sostenible (ITS); objetivos de
objetivos. Una búsqueda de revistas indexadas en Scopus publicadas desarrollo sostenible (ODS);
hasta abril de 2018, arrojó 97 artículos para su examen. Los resultados gobernanza; partes
demuestran la falta de atención directa a los ODS en aquellos artículos interesadas; objetivo y
publicados después de su lanzamiento en 2016. Sin embargo, la mayoría indicadores subjetivos
de los ODS y sus metas han sido cubiertos indirectamente en los artículos
revisados. Los resultados revelaron que, entre los temas de sostenibilidad
como el crecimiento económico, la inclusión social, la protección del
medio ambiente y la gobernanza, los estudios sobre CTI tienden a pasar
por alto la dimensión de la gobernanza. Los resultados mostraron que los
residentes son el grupo de interesados más comprometido, y los turistas
el menos comprometido en comparación con el gobierno y las empresas.
Los resultados también indicaron que se presta más atención a los
indicadores objetivos en comparación con los subjetivos. Los resultados
también demostraron que gran parte de la atención se centra en los
países europeos y no en el Sur Global, que es el principal objetivo de los
ODS.

Introducción
El número de llegadas de turistas internacionales ha crecido de forma constante hasta alcanzar los
1.500 millones de llegadas de turistas en 2019 (Organización Mundial del Turismo de las Naciones
Unidas [OMT], 2020). Se espera que esta cifra siga aumentando, con una previsión de 1.800 millones
de turistas internacionales para 2030 (OMT y Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
[PNUD], 2017), aunque esta cifra podría revisarse a raíz de los efectos de la pandemia del COVID-19 (G
o
n
slig

et al., 2020). Sin embargo, aunque el turismo internacional puede recibir la mayor parte de la
atención, la mayor parte del turismo es en realidad nacional, y representa casi el 85% de los viajes
mundiales. El número de viajes turísticos realizados cada año antes de la llegada de COVID-19
superaba a la población mundial (Hall, 2015). El gasto absoluto en turismo también ha aumentado
sustancialmente, y el World Travel and Tourism

CONTACTO S. Mostafa Rasoolimanesh m School of Hospitality, Tourism and Events, Taylor's University, Subang Jaya, Malasia.
2020 Informa UK Limited, que opera como Taylor & Francis Group
2 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

Consejo (WTTC, 2018) estima que el turismo global contribuyó con 7,6 billones de dólares o el 10,2%
del PIB mundial en 2017.
Dada la importancia económica del turismo y su crecimiento, no es de extrañar que exista una
gran cantidad de literatura que pone de relieve los diversos impactos del turismo a distintas escalas
(Esfandiar et al., 2020; G
o
n
sliget al., 2018; Hall et al., 2015; Rasoolimanesh & Jaafar, 2017; Rutty, G
€ o
slin

g
, Scott, &
Hall, 2015; Scott et al., 2016; Sharpley & Telfer, 2014). Sin embargo, aunque el interés por los
impactos ha sido durante mucho tiempo una característica de la investigación turística (Mathieson y
Wall, 1982), existe una creciente preocupación por la sostenibilidad del sector turístico y los límites
de su crecimiento (Fodness, 2017; G o
n
slig
€et al., 2012; Hall, 2019; Saarinen, 2015).
Butler (1999) sostiene que las ambigüedades que rodean lo que se entiende por turismo
sostenible han dado lugar a un seguimiento esporádico y no sistemático de los impactos del
turismo. Por ello, los esfuerzos por evaluar los impactos del turismo se han visto obstaculizados por
la falta de consenso en cuanto a la elección de los indicadores y la forma de aplicarlos (Hall, 2008;
Tanguay et al., 2013; Torres-Delgado y Palomeque, 2014). Esta situación tiene consecuencias de gran
alcance con respecto a la contribución del turismo a la sostenibilidad, dada la importancia de los
indicadores adecuados para evaluar ygestionar eficazmente los impactos del turismo (Tanguay et
al., 2013; Torres-Delgado & Palomeque, 2014; OMT, 2004).
Los ODS son un elemento central de la agenda 2030 de las Naciones Unidas (ONU, 2015). La
agenda promueve el desarrollo sostenible mediante la supervisión y el control del uso de los
recursos naturales y el fomento de los esfuerzos de conservación, la creación de oportunidades de
empleo para las comunidades locales y la promoción de la cultura y los productos locales, así como
el uso sostenible de los recursos marinos para aumentar los beneficios económicos de los pequeños
Estados insulares en desarrollo y los países subdesarrollados (OMT y PNUD, 2017). En consecuencia,
los ODS se han convertido en puntos centrales para el estudio de la contribución del turismo al
desarrollo sostenible (Hall, 2019; OMT y PNUD, 2017). Como se ha señalado anteriormente, el
desarrollo de indicadores y estrategias de seguimiento adecuados se considera integral para evaluar
el progreso hacia el logro de los ODS (OMT y PNUD, 2017), así como para calibrar la sostenibilidad del
turismo en general (Lozano-Oyola et al., 2012; Miller & Twining-Ward, 2005; Stoddard et al., 2012). Sin
embargo, a pesar del papel esencial de los indicadores de turismo sostenible (ITS) en el seguimiento
de los impactos del turismo (Miller & Twining- Ward, 2005; Tanguay et al., 2013; Torres-Delgado &
Palomeque, 2014), se ha hecho poco para conectar estos indicadores con los ODS. Los ODS son
relativamente nuevos, y esta conclusión no es del todo sorprendente. Sin embargo, la selección y el
seguimiento de los indicadores se consideran parte integrante del proceso de los ODS (OMT y PNUD,
2017). Por lo tanto, al considerar este criterio, discutimos las relaciones con diferentes ODS en
estudios anteriores de CTI y destacamos la importancia de la vinculación directa en el futuro. Por lo
tanto, la conexión de los indicadores de turismo sostenible con los ODS es el objetivo del presente
estudio.
Para poner en práctica los ODS y sus metas, cada Estado parte tiene que definir objetivos y
(sub)plazos específicos, y desarrollar procesos de aplicación adecuados. En consecuencia, la
gobernanza es inseparable de la aplicación de los ODS (Biermann et al., 2017; Meuleman y Niestroy,
2015). La investigación sobre el turismo también reconoce que garantizar la sostenibilidad
económica, sociocultural y medioambiental requiere un proceso eficaz de gobernanza, ajustado a
propósitos y contextos específicos (Richins, 2009). Una gobernanza eficaz suele conllevar la
necesidad de instituciones adecuadas, marcos de toma de decisiones, procesos de planificación y
códigos de prácticas (Bramwell y Lane, 2011). La gobernanza es una cuestión importante para
garantizar que la aplicación de la estrategia turística sea realmente sostenible y responda a las
necesidades de las partes interesadas y de las comunidades de destino, y los medios por los que se
supervisa y evalúa (Hall, 2008, 2009), así como para alinear el turismo con los acuerdos de
gobernanza existentes (Jenkins et al., 2014).
Responder a las necesidades de las partes interesadas es fundamental para el éxito de la
planificación e implementación de estrategias de turismo sostenible (Hall, 2008; Torres-Delgado &
Palomeque, 2014). El gobierno, el sector privado, las organizaciones no gubernamentales, los
residentes y las poblaciones temporales (por ejemplo, los trabajadores de temporada y los turistas)
REVISTA DE TURISMO SOSTENIBLE 3

son partes interesadas clave en el turismo sostenible (Byrd,


4 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

2007). Su participación en el desarrollo de indicadores adecuados también ayuda a garantizar que


los procesos de seguimiento y evaluación se apliquen con éxito y los resultados sean aceptados por
las partes interesadas (Blackstock et al., 2008; Hall, 2009).
Los indicadores de sostenibilidad pueden ser subjetivos (es decir, medir percepciones o actitudes)
u objetivos (es decir, medir un aspecto de la realidad física). Como señala la OMT (1996), "los
indicadores de sostenibilidad no siempre son cuantificables y pueden ser necesariamente algo
subjetivos" (p. 7). Tanto los indicadores subjetivos como los objetivos tienen su utilidad en el
desarrollo del turismo sostenible, pero existe una preferencia significativa por los indicadores
objetivos (Choi & Sirakaya, 2006; Miller, 2001), porque se consideran más rigurosos (Mearns, 2012).
El presente estudio, por tanto, se propone revisar la literatura existente en relación con los
indicadores de turismo sostenible. Estos indicadores se consideran a la luz de cuatro criterios: (a) la
relevancia de los CTI para los ODS, (b) el papel de la gobernanza como elemento importante de la
sostenibilidad, (c) las partes interesadas, y (d) la distinción entre indicadores subjetivos y objetivos.
Con ello, este estudio pretende poner de manifiesto las lagunas existentes en la literatura de
investigación, contribuir a la formación de una imagen compuesta de los CTI existentes y ofrecer
recomendaciones para el desarrollo de indicadores con los que medir el turismo sostenible.

Revisión de la literatura
Indicadores de turismo sostenible
Aunque sigue siendo un tema controvertido, en general se considera que la sostenibilidad en el
contexto del turismo pretende alcanzar un equilibrio entre las necesidades económicas,
medioambientales y sociales de todas las partes interesadas al considerar los impactos del turismo
(Buckley, 2012; Hall et al., 2015; Waligo et al., 2013). Los intentos de poner en práctica el concepto de
turismo sostenible han llevado a desarrollar numerosos conjuntos de indicadores con la esperanza
de poder cuantificar la sostenibilidad y han hecho que la demanda de herramientas de indicadores
aumente considerablemente en los últimos años, especialmente a nivel de destino (Tanguay et al.,
2013). Esto ha contribuido a aumentar la investigación sobre indicadores de turismo sostenible
(Torres-Delgado y Palomeque, 2014), y se han montado varios proyectos para desarrollar marcos de
indicadores (por ejemplo, Kristj'ansdo'ttir et al., 2018).
Se han propuesto diferentes métodos para desarrollar indicadores de turismo sostenible.
Tanguay et al. (2013) sugirieron que había dos rutas principales para el desarrollo de indicadores de
turismo sostenible que describieron como el enfoque científico o académico y el enfoque de los
responsables políticos. El primero considera que la sostenibilidad es un tema complejo que requiere
métodos técnicos y científicos de evaluación, mientras que el segundo depende de las condiciones
locales, que invariablemente se alinean con las agendas políticas. Los defensores del enfoque
político sostienen que la CTI resultante es el producto de un consenso entre las partes interesadas y,
por lo tanto, es más inclusiva y fácil de entender por el público que las CTI desarrolladas mediante un
enfoque puramente científico (Tanguay et al., 2013). Sin embargo, a diferencia de las CTI
desarrolladas mediante el enfoque científico, las CTI de los responsables políticos suelen ser
propensas a los conflictos de intereses.
Con el fin de superar estos problemas, Tanguay et al. (2013) propusieron un enfoque alternativo
en el que el desarrollo de indicadores se basa en un proceso sistemático básico, a la vez que
incorpora una política operativa. Otros investigadores, como Blancas et al. (2016), propusieron una
nueva herramienta basada en indicadores para evaluar el grado de avance y retroceso en la
sostenibilidad del turismo, cuestión esta última que suele ignorarse en la investigación sobre
indicadores. Kristj'ansdo'ttir et al. (2018) descubrieron que la investigación sobre indicadores de
sostenibilidad se ha desarrollado simultáneamente en diferentes disciplinas académicas, incluido el
turismo, y que el número de disciplinas académicas que pesan en el debate sobre CTI sigue
creciendo. A diferencia de los trabajos anteriores, que consideraban los indicadores de forma
temática y, por lo tanto, disertaban sobre el turismo de forma discreta en términos de sus impactos
económicos, sociales y ambientales, Kristj'ansdo'ttir et al. (2018) destacan el valor de, en primer
REVISTA DE TURISMO SOSTENIBLE 5

lugar, ajustar los marcos de indicadores establecidos y desarrollar nuevos marcos sistémicos; y, en
segundo lugar, desarrollar una CTI integrada, con el fin de ayudar a
6 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

los responsables políticos y de la toma de decisiones a la hora de evaluar las distintas funciones del
turismo dentro de los complejos sistemas socioeconómicos.
El turismo opera a múltiples escalas. Hasta ahora, los investigadores han tendido a priorizar el
desarrollo de indicadores para comunidades y destinos (es decir, los niveles meso y macro). Sin
embargo, también se necesitan indicadores dirigidos al nivel microorganizativo (es decir, a las
pequeñas empresas turísticas), dado que las pequeñas empresas turísticas de propiedad local tienen
el potencial de contribuir a los objetivos del desarrollo turístico sostenible, ya que proporcionan
beneficios económicos y socioculturales (Koens & Thomas, 2015; Roberts & Tribe, 2008; Zapata et al.,
2011). Roberts y Tribe (2008) sostienen que las dimensiones social, política y económica de la
sostenibilidad suelen quedar relegadas a la periferia cuando se trata de pequeñas empresas
turísticas, dando prioridad a la sostenibilidad medioambiental de estas empresas (véase también
Coles et al., 2016).
La guía de la OMT (2004) -Indicadores de Desarrollo Sostenible para Destinos Turísticos- contiene
una lista relativamente completa de indicadores que proporcionan un valioso punto de partida para
ajustar los indicadores seleccionados a los objetivos políticos de un destino determinado. El Sistema
de Indicadores Turísticos Europeos (Comisión Europea, 2016) es otra herramienta de gestión,
información y seguimiento destinada específicamente a los destinos turísticos sostenibles. Sin
embargo, aunque los destinos pueden compartir una serie de indicadores básicos comunes,
también difieren en los problemas de sostenibilidad a los que se enfrentan y en los mecanismos de
gobernanza que emplean, por lo que se necesitan indicadores específicos para cada lugar y destino
(Biermann et al., 2017). De hecho, el desarrollo de los ODS pone de manifiesto la importancia de una
gobernanza común pero diferenciada para aplicar con éxito las iniciativas de sostenibilidad a
diversas escalas (Meuleman y Niestroy, 2015). En consecuencia, también es necesario idear métricas
comunes pero diferenciadas y establecer mecanismos de seguimiento y evaluación para las distintas
escalas del turismo a fin de hacer efectiva dicha estrategia de aplicación (Lu et al., 2015; Kanie y
Biermann, 2017). Esto sugiere que, si bien puede ser valiosa la selección de CTI para comparar
diferentes unidades de evaluación en distintos sistemas de gobernanza, en última instancia los
responsables de la toma de decisiones tendrán que llegar a algún tipo de consenso sobre los CTI
relevantes para el destino, la comunidad o la organización específicos que buscan implementar los
ODS.
Las políticas de CTI a nivel subnacional, nacional y mundial desempeñan un papel importante
para ayudar a los países a alcanzar los ODS. Forman parte de la Agenda 2030, en la que la CTI se ha
posicionado como un medio clave para la implementación de los ODS. Por lo tanto, es necesario que
las políticas y los marcos de CTI se integren en las iniciativas de los ODS para abordarlos eficazmente.
Sin embargo, como comentan Cervantes y Hong (2018, p. 97), "los marcos de políticas de CTI
tendrán que evolucionar para identificar los desafíos planteados por los ODS" para abordar no solo
la política de innovación sino también otras demandas y desafíos sociales consagrados por los ODS.

Los objetivos de desarrollo sostenible


La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, adoptada en la 70ª Asamblea
General de las Naciones Unidas en septiembre de 2015, establece una serie de ODS. Los 17 ODS que
sustentan la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible tienen 169 metas asociadas, que abarcan
todos los aspectos de la sostenibilidad, a saber, poner fin a la pobreza, promover la prosperidad y el
bienestar para todos y proteger el planeta. Los ODS presentan un tipo novedoso de gobernanza
mundial en el que la fijación de objetivos es una estrategia de gobernanza fundamental gracias a los
procesos inclusivos de fijación de objetivos, el carácter no vinculante de los ODS, la debilidad de los
acuerdos institucionales y la amplia flexibilidad de que gozan los gobiernos en su aplicación
(Biermann et al., 2017; Kanie y Biermann, 2017).
Los ODS son el instrumento de desarrollo sucesor de los Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM) (Yiu y Saner, 2014; Nanda, 2016). Los ODM comenzaron como un esfuerzo global en el año
2000 para abordar la indignidad de la pobreza, el hambre, prevenir enfermedades y ampliar la
REVISTA DE TURISMO SOSTENIBLE 7

educación primaria a todos los niños, entre otras prioridades de desarrollo. Aunque tuvieron un éxito
relativo si se evalúan mediante indicadores nacionales, las revisiones de los ODM destacaron hasta
qué punto los resultados "enmascaraban
8 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

diferencias regionales y las desigualdades y disparidades entre diversos grupos y minorías" y no


integraron los derechos humanos ni promovieron adecuadamente la igualdad de género y el
empoderamiento de las mujeres (Amnistía Internacional, 2013). En la elaboración de los ODS, el
Grupo de Trabajo Abierto (GTA) de la Asamblea General de la ONU (2014) trató de "completar la
tarea inacabada de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y responder a los nuevos desafíos... . [y]
constituir un conjunto integrado e indivisible de prioridades mundiales para el desarrollo
sostenible". Al responder al GTA, el Secretario General de las Naciones Unidas (2014, p. 56) subrayó la
importancia de "un marco de revisión y seguimiento riguroso y participativo para que los gobiernos,
las empresas y las organizaciones internacionales rindan cuentas a la población sobre los resultados
y para garantizar que no se perjudique al planeta". Sin embargo, la diferencia clave entre los ODM y
los ODS es que los ODS tienen una agenda más universal, que se aplica a todos los países, en lugar
de centrarse principalmente en los países en desarrollo, como los ODM (Nanda, 2016). Aunque
continúan con el enfoque equilibrado del desarrollo sostenible, se centran más en los derechos
humanos y hacen mayor hincapié en la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres,
además de prestar especial atención a la desigualdad de ingresos, el cambio climático y la pérdida
de biodiversidad (Nanda, 2016). Por lo tanto, los ODS reflejan en gran medida el concepto de no
dejar a nadie atrás para incluir a todos los segmentos de la sociedad en la construcción de un
planeta más sostenible para toda la humanidad (Stuart y Woodroffe, 2016). Los ODS (17 objetivos y
169 metas) también se diseñaron para ser más detallados que las disposiciones correspondientes de
los ODM con el fin de facilitar la aplicación, el seguimiento y la evaluación (Fukuda-Parr, 2016; Nanda,
2016). Por ejemplo, al revisar los ODS, el Consejo Internacional para la Ciencia y el Consejo
Internacional de Ciencias Sociales (2015) destacaron que los ODS abordaban obstáculos sistémicos
críticos para el desarrollo sostenible que los ODM habían descuidado, incluida la escasa capacidad
institucional, incluso en lo que respecta a la provisión de indicadores, el tema central del presente
documento.
Los ODS se consideran un marco para la promoción y el desarrollo del turismo sostenible (ONU y
PNUD, 2017). El turismo tiene el potencial de contribuir, directa o indirectamente, a cada uno de los
17 ODS (OMT y PNUD, 2017). Se ha determinado que el turismo desempeña un papel especialmente
importante en la consecución de los objetivos 8 (Crecimiento económico inclusivo y sostenible), 12
(Consumo y producción sostenibles) y 14 (Uso sostenible de los océanos y los recursos marinos)
(OMT y PNUD, 2017). El enfoque de la OMT y el PNUD (2017) sobre los ODS ha sido criticado por su
énfasis en la medición y la vigilancia, lo que refleja la aplicación de enfoques económicos científicos
y utilitarios al servicio de la utilización de los recursos y el desarrollo económico (Hall, 2019). Sin
embargo, estas preocupaciones son minoritarias. El desarrollo de la CTI para los ODS refleja
firmemente la perspectiva de que "la gestión eficaz requiere una medición coherente del impacto"
(OMT y PNUD, 2017, p. 56; véase también Kristj'ansdo'ttir et al., 2018), y la OMT y el PNUD (2017, p.
56) observan: "Si bien el sector privado del turismo puede contribuir a los 17 ODS... su impacto sigue
siendo difícil de medir dado que no hay medios universales por los que las empresas y los destinos
de viajes y turismo puedan medir y supervisar su progreso o contribución hacia los ODS. "

Gobernanza
El papel de la gobernanza en el turismo sostenible rara vez se articula con claridad en los estudios
sobre CTI (Tanguay et al., 2013). No obstante, uno de los rasgos distintivos del desarrollo sostenible
es el acceso a la toma de decisiones, con lo que se potencian los procesos, las prácticas y la
apropiación democráticos (Bramwell y Lane, 2011). El turismo sostenible requiere una gobernanza
eficaz que incluya instituciones apropiadas, normas de toma de decisiones y prácticas de evaluación
y seguimiento de las políticas, si quiere satisfacer las dimensiones económica, sociocultural y
medioambiental del desarrollo sostenible (Bramwell & Lane, 2011). Aunque el interés por la
gobernanza ha crecido, sigue siendo un concepto poco discutido en la literatura sobre turismo
sostenible (Jenkins et al., 2014). Es significativo que las asociaciones de múltiples partes interesadas y
la arquitectura multinivel de los ODS hayan sido reconocidas tanto por
REVISTA DE TURISMO SOSTENIBLE 9

la ONU y los investigadores que necesitan una gobernanza coherente para que sean eficaces
(Bernstein et al., 2014; Bull & McNeill, 2019; Meuleman, 2019), De hecho, la importancia de la
gobernanza para integrar y aplicar los tres elementos "tradicionales" (social, económico y
medioambiental) de los enfoques equilibrados del desarrollo sostenible es tal que la gobernanza
debería tratarse como un pilar de la sostenibilidad por derecho propio (Jitmaneeroj, 2016; Mutisya &
Yarime, 2014; Stafford-Smith et al., 2017; Niavis et al., 2019). Timmermans (2019) también sugirió
que, "en última instancia", la Agenda 2030 y los ODS "tienen que ver con la gobernanza",
proporcionando, como lo describen Kanie et al. (2012), un "momento de carta" para revitalizar los
acuerdos institucionales para el desarrollo sostenible.
La gobernanza incluye la existencia de procesos de planificación transparentes y un debate
político para identificar las agendas, los problemas, quién está involucrado, qué partes se ven
afectadas, los cursos de acción alternativos disponibles, las medidas de dichas acciones y cómo se
evaluarán y supervisarán (Hall, 2011). El desarrollo de la capacidad organizativa para la sostenibilidad
requiere un compromiso adecuado con la investigación y el desarrollo y con el desarrollo de los
recursos humanos (Labuschagne et al., 2005). Además de la participación del gobierno y de la
industria, los residentes locales y los miembros de la comunidad también deben poder participar en
los procesos de planificación y toma de decisiones en materia de turismo para sentir como propias
las estrategias de turismo sostenible (Bramwell, 2010; Kristj'ansdo'ttir et al., 2018).
La gobernanza es "el acto de gobernar" (Hall, 2011, p. 439). La gobernanza del turismo se basa en
un conjunto de acuerdos a múltiples escalas que abarcan a actores específicos, como las
instituciones que elaboran las políticas relacionadas con el turismo, las asociaciones público-
privadas, los organismos reguladores, las organizaciones supranacionales, el gobierno a nivel local,
regional y nacional, las comunidades y las empresas privadas (Hall, 2011). Los acuerdos a múltiples
escalas para el turismo también reflejan el enfoque de gobierno común pero diferenciado empleado
con respecto a los ODS (Biermann et al., 2017). Estos acuerdos se enmarcan en la metagobernanza,
que se describe como "la gobernanza de la gobernanza" (Jessop, 2011, p. 106). La metagobernanza
se centra explícitamente en las prácticas y los procedimientos utilizados para garantizar la influencia
gubernamental, así como el mando y el control dentro de los regímenes de gobernanza (Amore y
Hall, 2016). En lo que respecta a los ODS, Biermann et al. (2017) sugieren que la metagobernanza
permite diferentes formas de intervención estatal en diferentes niveles y en situaciones particulares,
al tiempo que es parte integral del desarrollo de las asociaciones de múltiples partes interesadas que
son fundamentales para la implementación de la Agenda 2030 (Bull & McNeil, 2019; Horan, 2019;
Mundle et al., 2017). La metagobernanza, por lo tanto, sugiere que las intervenciones y políticas
turísticas reflejan teo- rías más amplias sobre el papel del Estado y las acciones propias del gobierno,
así como teorías sobre la interacción social y el cambio en los sistemas socioeconómicos. No se
puede exagerar la importancia de la metagobernanza con respecto a la comprensión de la
gobernanza y la formulación de políticas de turismo sostenible, incluida la selección de indicadores
de los ODS(Meuleman, 2019; Meuleman y Niestroy, 2015). Como observa Hall (2011, p. 438) las
medidas políticas, "tienen fundamentos teóricos implícitos y, por tanto, suposiciones sobre, por
ejemplo, el papel apropiado del Estado; la relación entre el Estado y los actores políticos individuales
(empresas, asociaciones, individuos); sus responsabilidades; y cómo se supone que deben actuar
políticamente. "

Partes interesadas implicadas


Una parte interesada se identifica como "cualquier grupo o individuo que puede afectar o es
afectado por" el desarrollo del turismo en un área (Freeman, 1984, p. 46). Los gobiernos, las
empresas, las organizaciones no gubernamentales, los residentes, así como las poblaciones
temporales (especialmente los trabajadores y los turistas) son actores clave en la planificación e
implementación exitosa de estrategias de turismo sostenible ((Byrd, 2007; Gunn, 1994; Hall, 2008;
Torres-Delgado & Palomeque, 2014).
10 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

Está claro que los turistas son actores importantes. Por ejemplo, los turistas son fundamentales
para la conceptualización del turismo sostenible de la OMT:
REVISTA DE TURISMO SOSTENIBLE 11

El desarrollo del turismo sostenible satisface las necesidades de los turistas actuales y de las regiones anfitrionas,
al tiempo que protege y mejora las oportunidades para el futuro. Se considera que conduce a la gestión de
todos los recursos de manera que puedan satisfacerse las necesidades económicas, sociales y estéticas,
manteniendo al mismo tiempo la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica
y los sistemas de apoyo a la vida (OMT, 1998, p. 21).

También se reconoce desde hace tiempo que los CTI deben tener en cuenta a las poblaciones
afectadas por el desarrollo turístico (Choi y Sirakaya, 2005; Lee y Hsieh, 2016). Miller (2001), en su
estudio sobre el desarrollo de indicadores para el turismo sostenible, llegó a la conclusión de que era
esencial ganar el fuerte apoyo de la población local involucrada en el desarrollo del turismo. Del
mismo modo, Twining- Ward y Butler (2002) consideraron que era necesario aclarar el significado del
desarrollo del turismo sostenible con los grupos comunitarios y cómo se aplicaba el concepto a su
contexto local antes de poder elegir un CTI adecuado. Este proceso para conseguir el apoyo local no
consistía simplemente en cumplir con las mejores prácticas teóricas, sino que era esencial para
garantizar la viabilidad y los resultados del proyecto.
Dado el papel del sector privado en el desarrollo del turismo y las redes relacionadas, la
comunidad empresarial también es una parte interesada fundamental (Byrd, 2007). La OMT y el
PNUD (2017) sostienen que la comunidad empresarial desempeña un papel fundamental en la
consecución de los ODS. Por ejemplo, Taleb Rifai, Secretario General de la OMT, afirma que la
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible "marca el camino que todos debemos seguir. ... el sector
privado, que es el actor principal del turismo, ... está empezando a reconocer que los ODS ofrecen
verdaderas oportunidades de negocio, ya que las operaciones empresariales sostenibles pueden
estimular la competitividad y aumentar los beneficios" (OMT y PNUD, 2017, pp. 6-7). Del mismo
modo, Achim Steiner, administrador del PNUD, sugiere que "el papel del sector privado y el acceso a
la financiación son fundamentales para construir un sector turístico más sostenible. La
competitividad a largo plazo depende de la voluntad de gestionar las vulnerabilidades del sector e
invertir en nuevos mercados y servicios" (OMT y PNUD, 2017, p. 9).

Indicadores objetivos o subjetivos


Los indicadores eficaces proporcionan "a los responsables de la toma de decisiones de las
comunidades de acogida información que les permite identificar, evaluar y tomar decisiones
oportunas sobre los cambios críticos que está provocando el turismo en el entorno natural, las
comunidades y otros recursos del destino" (Sirakaya et al., 2001, p. 425). Los indicadores de la
actividad turística pueden ser de naturaleza subjetiva u objetiva (Choi & Sirakaya, 2006). Los
indicadores subjetivos suelen referirse a las actitudes, las experiencias, las percepciones y la
satisfacción de los residentes o los turistas; mientras que los indicadores objetivos son medidas de la
realidad económica, física, social o societaria no filtradas por las percepciones e independientes de
las evaluaciones personales (Miller, 2001). Entre los indicadores objetivos más comunes se
encuentran las tasas de empleo, la eficiencia energética, el uso y la disponibilidad de agua potable, la
conservación de la biodiversidad y los índices de delincuencia (Mearns, 2012). Sin embargo, los
indicadores de sostenibilidad "no siempre son cuantificables y pueden ser necesariamente algo
subjetivos" (OMT, 1996, p. 7).
Dependiendo de los objetivos del ejercicio de monitoreo, pueden ser necesarios tanto los
indicadores objetivos como los subjetivos del desarrollo del turismo sostenible (Miller, 2001), así
como la adaptación y la localización (OMT, 2004). Aunque tanto los indicadores subjetivos como los
objetivos tienen su valor en el desarrollo del turismo sostenible, sus limitaciones inherentes afectan
invariablemente a la selección de indicadores (Choi y Sirakaya, 2006; Miller, 2001). Choi y Sirakaya
(2006) concluyeron que era necesario evaluar la aplicación de ambos conjuntos de indicadores para
crear sistemas de seguimiento más sólidos. Como resultado de iniciativas como los ODS, parece
haber "un mayor interés en desarrollar nuevas metodologías que en aplicar los marcos de
indicadores existentes" (Kristj'ansdo'ttir et al., 2018, p. 583). No obstante, al desarrollar marcos y
12 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

metodologías comunes pero diferenciados y localizados para cumplir con las estrategias de los ODS,
una mejor comprensión de los indicadores de CTI existentes, su gobernanza y su relevancia para las
partes interesadas puede resultar muy valiosa.
REVISTA DE TURISMO SOSTENIBLE 13

Método de investigación
Este estudio empleó una revisión sistemática del alcance para evaluar la literatura sobre CTI con
respecto a cuatro criterios, incluyendo (a) la relevancia para los ODS, (b) la gobernanza, (c) las partes
interesadas involucradas, y (d) los indicadores subjetivos y objetivos. Las revisiones de alcance se
utilizan normalmente para proporcionar una visión general exploratoria de un tema, mapear la
literatura e identificar los conceptos clave, las estrategias y las fuentes de evidencia, y se diseñan
mejor cuando un área es compleja o aún no ha sido revisada exhaustivamente (Grant & Booth, 2009;
Moher et al., 2015). Las revisiones sistemáticas de alcance difieren de las revisiones sistemáticas
completas en cuanto a la especificidad de la pregunta de investigación, ya que las revisiones
sistémicas son muy específicas y menos exploratorias, así como en cuanto a la extensión de la
literatura revisada, ya que las revisiones de alcance suelen limitarse a una única base de datos
apropiada (Grant y Booth, 2009; Moher et al., 2015). Las revisiones de alcance se utilizan cada vez
más en las ciencias sociales (Moher et al., 2015), incluido el turismo (por ejemplo, Welling et al., 2015;
Seyfi & Hall, 2019), y para la elaboración de políticas basadas en la evidencia en relación con la
selección de intervenciones (Hall, 2014).
En el presente estudio se han revisado los artículos de revistas publicados en revistas indexadas
en Scopus hasta abril de 2018 en busca de indicadores e índices de turismo sostenible con los que
medir la sostenibilidad de los destinos turísticos. La investigación bibliométrica a gran escala suele
realizarse a través de las principales bases de datos, como Web of Science (WoS), Scopus y Google
Scholar. Dado que el trabajo tiene como objetivo abarcar la literatura arbitrada sobre indicadores de
turismo sostenible, no utilizamos Google Scholar porque también incluye la literatura gris, mientras
que Scopus se seleccionó en lugar de WoS porque incorpora una mayor selección de revistas de
turismo, pero sigue incluyendo todos los tipos de artículos e indexa todos los autores, direcciones
institucionales y referencias bibliográficas de cada publicación indexada en la base de datos
(Mongeon & Paul-Hus, 2016), siendo su uso ampliamente aceptado en el análisis bibliométrico
(Mongeon & Paul-Hus, 2016; Harzing & Alakangas, 2016).
Se realizó una búsqueda de títulos, resúmenes y palabras clave utilizando los términos de
búsqueda turismo sostenible e indicador. Esta búsqueda inicial permitió identificar 236 artículos. Otra
búsqueda con la palabra clave impacto turístico e indicador dio como resultado 59 artículos. Mientras
que una tercera búsqueda con la palabra clave indicador de turismo sostenible dio como resultado 22
artículos. En total, se identificaron 316 artículos después de las tres búsquedas. Esta cifra se redujo a
288 artículos tras la eliminación de los duplicados. El examen de los resúmenes para determinar su
relevancia para los indicadores de turismo sostenible redujo esta cifra a 116 artículos.
Para identificar las investigaciones relacionadas con los "indicadores subjetivos", se realizó una
búsqueda adicional de palabras clave afines previamente identificadas en la literatura relacionada,
incluyendo la actitud y las per- cepciones de los residentes, y el turismo sostenible, la escala de actitud
del turismo sostenible y la escala de impacto del turismo. Esta búsqueda dio como resultado 18
artículos que describían el uso de indicadores subjetivos sobre el turismo desde la perspectiva de los
residentes o de los turistas. Se eliminaron cuatro duplicados, por lo que quedaron 130 artículos para
ser revisados en su totalidad. Estos 130 artículos se filtraron mediante una revisión manual de los
resúmenes. Este proceso de filtrado condujo a la exclusión de trabajos basados en uno o más de los
siguientes criterios: (a) no se pudo recuperar el artículo completo (7 artículos excluidos), y (b) temas
centrales que no abordan ninguna de las dimensiones de sostenibilidad con indicadores (26
artículos excluidos). En conclusión, se revisaron 97 artículos de revistas para este estudio. La figura1
ilustra el proceso de selección de artículos.
Se utilizaron cuatro criterios: la relevancia para los ODS; la gobernanza; las partes interesadas; y
los indicadores subjetivos y objetivos, como temas principales para la revisión de los documentos, y
los posibles subcriterios de cada tema se consideraron como subtemas para el análisis. Los 17 ODS
se identificaron como los subtemas de relevancia para los ODS. En cada subtema, se determinaron y
probaron los posibles códigos antes de comenzar el análisis y la revisión de los documentos (Moher
et al., 2015). Dentro de los 17 ODS, se consideraron 169 objetivos como posibles códigos. A
continuación, al menos dos de los autores revisaron por separado los documentos de acuerdo con
14 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

los subtemas y códigos predeterminados en cada criterio para establecer la fiabilidad y la coherencia
(Potter y Levine-Donnerstein, 1999). A continuación, se aplicó el análisis temático deductivo para
revisar y analizar los artículos en función de los criterios y los subtemas y códigos asociados (Braun y
Clarke, 2006).
REVISTA DE TURISMO SOSTENIBLE 15

Figura 1. Diagrama de flujo que ilustra el procedimiento de selección de la revisión bibliográfica


sistemática.

Tabla 1. Publicación de CTI por título de revista (es decir, más de tres artículos por revista
solamente).
Título de la revista Número de
documentos
Revista de Turismo Sostenible 15
Gestión del turismo 13
Sostenibilidad 8
Revista de investigación sobre viajes 6
Anales de Investigación Turística 5
Indicadores ecológicos 4
Perspectivas de la gestión del turismo 4
Economía del turismo 3

Hallazgos
Los resultados mostraron que Journal of Sustainable Tourism y Tourism Management son las dos
revistas más populares para la publicación de CTI. El cuadro1 muestra el número de artículos
publicados en las ocho principales revistas.
Se realizó un análisis para identificar el entorno (es decir, el país/localización) de cada estudio y,
en el caso de los estudios multinacionales, la fuente de recogida de datos. La tabla2 muestra el
número de estudios por entorno de país. Seis trabajos no eran específicos de un país o los autores no
recogieron datos específicos de un país. Los estudios sobre CTI se realizaron en 34 países, la mayoría
16 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

en
REVISTA DE TURISMO SOSTENIBLE 17

Tabla 2. Número de estudios por entorno de país único.


Entorno rural Número de
estudios
España 12
Estados Unidos (10 estados) 10
Taiwán 7
Malasia
África (Lesoto, Namibia þ 2 Cabo Verde) 4
Italia 33
Grecia 3
Alemania 3
Irán 3
India 2
Australia 2
China 2
Tobago y Trinidad 2
Reino Unido (Escocia e Inglaterra) 2

Europa (16 países), de los cuales 11 son miembros de la OCDE. El país más estudiado fue España (12
trabajos). Diez trabajos se basaron en investigaciones realizadas en diez estados diferentes de
Estados Unidos. La mayoría de estos trabajos (siete) medían las actitudes de los residentes hacia el
turismo y las percepciones de los que viven en un lugar turístico importante o cerca de él. Siete
artículos describían investigaciones realizadas en Taiwán, y los estudios realizados en Sudamérica,
África y Australasia eran más limitados que los de Asia.
Catorce estudios (el 14,5% de los artículos revisados) utilizaron datos de varios países (Tabla 3)
que ofrecen una visión comparativa de las tendencias y el desarrollo de indicadores de turismo
sostenible en un contexto regional y mundial (O'Mahony et al., 2009). Estos estudios se basaron en
datos procedentes de conjuntos de datos de dominio público, incluidos los Indicadores de
Desarrollo del Banco Mundial
(Bojanic, 2011), Euromonitor International (Qureshi et al., 2017), Eurobarómetro (CStumpf et al.,
2018), Eurostat (Blancas et al., 2015, 2016), Global Footprint Network (Hunter & Shaw, 2007) y
TourMIS (O nder et al., 2017). En el segundo paso, se examinó cada uno de los 97 documentos para

identificar la relación/relevancia de los indicadores con los 17 ODS, la gobernanza, las partes
interesadas a las que se dirigen y el tipo de indicador (objetivo o subjetivo).

Los objetivos de desarrollo sostenible


La tabla4 resume la frecuencia con la que los documentos revisados en este estudio relacionan las
ITS con los 17 ODS.
A pesar de que los ODS entraron en vigor el 1st de enero de 2016, y de que se habían perfilado
bien a finales de 2014 (Secretario General de las Naciones Unidas, 2014), ninguno de los 24 trabajos
revisados aquí, publicados entre 2016 y principios de 2018, los mencionó. Una posible razón para la
falta de inclusión de los ODS en cualquiera de los documentos revisados publicados después de la
confirmación de los ODS en 2015, sería el tiempo transcurrido entre la realización de la investigación
y la publicación final del trabajo. Por otra parte, si bien la importancia general de los ODS para la
teoría del turismo sostenible estaba clara (Hall, 2019), es posible que haya tenido que transcurrir un
período de tiempo para que su importancia para la práctica, incluido el desarrollo de indicadores
turísticos, se convierta en un foco de atención y se difunda a través de la comunidad de estudios
turísticos. De hecho, en general se podría argumentar que la selección de indicadores turísticos en
relación con los ODS ha sido más reactiva que proactiva, dadas las dificultades identificadas por la
OMT y el PNUD (2017) para elegir indicadores de los ODS relacionados con el turismo.
Entre los 17 ODS, el Objetivo 8 (es decir, trabajo decente y crecimiento económico) fue el más
relevante para los estudios de CTI debido al énfasis en la generación de empleo y el desarrollo
empresarial relacionados con el turismo, así como en las actividades generadoras de ingresos
derivadas del turismo a nivel local, regional y nacional. Los autores utilizaron varios indicadores
medioambientales, como el grado de naturalidad de una zona turística, la conservación de la
18 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

biodiversidad, la disponibilidad de espacios abiertos, la degradación


REVISTA DE TURISMO SOSTENIBLE 11

Tabla 3. Estudios de ITS con entornos multinacionales (más de un país).


Autor(es) y año de publicaciónRevistaContextos multinacionales
Blancas et al. (2015) Evaluación del impacto ambiental29 países de la Unión Europea
derivado de Eurostat
Blancas et al. (2016) Revista de Turismo Sostenible29 países de la Unión Europea
derivado de Eurostat
Bojanic (2011) Revista de Turismo Sostenible 120 países del Banco Mundial
Indicadores de desarrollo mundial
Cernat y Gourdon (2012) Gestión del turismo Malasia, Indonesia y Tailandia
Cottrell et al. (2004) Revista de Turismo Sostenible Costa Rica y los Países Bajos
Hunter y Shaw (2007) Gestión del turismo Reino Unido, Australia, Nueva
Zelanda, Brasil, España
Ko (2005) Gestión del turismo 12 países (estudios de caso)
Lupoli et al. (2015) Revista de Turismo Sostenible Ecuador y Costa Rica
O'Mahony et al. (2009) Revista de Investigación Costera España, Países Bajos e Irlanda
O
et
er al. (2017)
d
€n Economía del turismo 27 ciudades europeas en 17 países
derivado de TourMIS
Page et al. (2014) Perspectivas de la gestión del turismo Tanzania, Gambia y el
República Dominicana
Qureshi et al. (2017) Revista de Producción Limpia 37 países (Euromonitor
Internacional)
Sirakaya-Turk et al. (2008) Revista de investigación sobre viajes Turquía y el norte de Chipre
CStumpf et al. (2018) Revista Global de Negocios y Finanzas 28 países de la Unión Europea
derivado del Eurobarómetro

Tabla 4. Número de documentos con indicadores relevantes para los ODS.


Objetivos de Desarrollo Sostenible Número de documentos aplicables a
los ODS
OBJETIVO 1: No a la pobreza 0
OBJETIVO 2: Hambre cero 0
OBJETIVO 3: Buena salud y bienestar 45
OBJETIVO 4: Educación de calidad 17
OBJETIVO 5: Igualdad de género 12
OBJETIVO 6: Agua limpia y saneamiento 51
OBJETIVO 7: Energía asequible y limpia 32
OBJETIVO 8: Trabajo decente y crecimiento económico 79
OBJETIVO 9: Industria, innovación e infraestructuras 33
OBJETIVO 10: Reducir la desigualdad 15
OBJETIVO 11: Ciudades y comunidades sostenibles 21
OBJETIVO 12: Consumo y producción responsables 9
OBJETIVO 13: Acción por el clima 16
OBJETIVO 14: La vida bajo el agua 16
OBJETIVO 15: La vida en la tierra 63
OBJETIVO 16: Paz y Justicia Instituciones fuertes 3
OBJETIVO 17: Asociaciones para lograr los objetivos 3

de parques naturales y el porcentaje de cubierta forestal, indicadores que podrían contribuir al


Objetivo 15 (Vida en la Tierra). El Objetivo 15 se centra en promover el uso sostenible de los
ecosistemas terrestres y sus recursos, y en detener la pérdida de biodiversidad. Estos indicadores
medioambientales fueron el segundo conjunto de indicadores más examinado, ya que se utilizaron
en 63 estudios. En comparación, los indicadores relacionados con el cambio climático y el Objetivo
13 (Acción por el Clima) y el Objetivo 14 (Vida bajo el Agua) sólo se utilizaron en 16 trabajos.
El turismo puede ser una poderosa herramienta para el desarrollo de las comunidades y para la
reducción de las desigualdades si involucra a las poblaciones locales y a todas las partes interesadas
clave en su desarrollo (OMT, 2015). Los indicadores de turismo relacionados con el Objetivo 10
(Reducción de las desigualdades) están fuertemente vinculados a la participación equitativa de
residentes y no residentes en el turismo. Los indicadores relativos al Objetivo 5 (Igualdad de género)
se observaron en 12 documentos. Más concretamente, están relacionados con el empoderamiento
de las mujeres, las oportunidades de formación para los miembros femeninos de la comunidad, las
oportunidades para que las mujeres participen en el turismo y el empleo de las mujeres en las
empresas turísticas.
12 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

Sólo uno de los 97 trabajos revisados carecía de información suficiente para determinar la
contribución de los indicadores turísticos investigados a cada uno de los 17 ODS (Cracolici et al.,
2008). Ningún documento describió los indicadores turísticos relacionados con el Objetivo 1 (No a la
pobreza) o el Objetivo 2 (Hambre cero), lo que fue algo sorprendente dado el importante volumen
de literatura que argumenta que el turismo proporciona una ruta para el alivio de la pobreza (Zapata
et al., 2011; Phi et al., 2018). Esto podría deberse al hecho de que la mayoría de los trabajos se han
centrado principalmente en el Norte Global, donde algunos de los principales objetivos tanto de los
ODM como de los ODS con respecto a la reducción de la pobreza y el hambre pueden considerarse
menos urgentes para el turismo sostenible que las cuestiones medioambientales.

Gobernanza
De los 97 trabajos, sólo el 22% examinó indicadores relacionados con las dimensiones de
gobernanza de la sostenibilidad. Los indicadores de la mayoría de los trabajos se clasificaron como
indicadores económicos, sociales o medioambientales. Los indicadores medioambientales aparecen
en el 95% de los trabajos, mientras que los indicadores económicos y sociales aparecen en el 90% y
el 88% de los trabajos, respectivamente.
Los indicadores relevantes para la gobernanza se desarrollaron normalmente junto con estudios
centrados en las percepciones y actitudes de los residentes en relación con las actividades turísticas.
Las preguntas de las encuestas de los estudios de percepción solían basarse en el empoderamiento
psicológico, social y político (Boley et al., 2014; Huh & Vogt, 2008). Sin embargo, los procesos de
planificación, los instrumentos políticos, los procesos de toma de decisiones y la influencia de los
actores no estatales (por ejemplo, las empresas, la comunidad y los sectores voluntarios), tienen un
profundo efecto en la sostenibilidad del desarrollo turístico (Bramwell, 2010; Bramwell & Lane, 2011;
Hall, 2011). Teniendo en cuenta esto, el nivel relativamente bajo de inclusión de los CTI relacionados
con la gobernanza en la investigación del turismo sostenible fue un hallazgo inesperado. La tabla5
resume los distintos elementos de la dimensión de la gobernanza que se reflejan en los indicadores
descritos en esta revisión. La mayoría de estos indicadores cubren aspectos de transparencia e
inclusión, como el acceso a la toma de decisiones y a la información, la capacidad de influir en el
desarrollo del turismo a través de la participación democrática y la disponibilidad de oportunidades
de empleo equitativas para los residentes locales en las empresas turísticas.

Partes interesadas implicadas


El criterio de las partes interesadas en esta revisión incluye a empresas, gobiernos, residentes y
turistas. Este criterio se refiere a la inclusión de uno o más grupos de interesados en el ámbito de la
CTI, ya sea que se les consulte en el desarrollo de los indicadores o que respondan a los instrumentos
de encuesta utilizados en los estudios. Cabe destacar que los turistas se consideraron partes
interesadas sólo en el 19% (18 de 97) de los trabajos aquí revisados. En los casos en los que se ha
tenido en cuenta a los turistas, los investigadores investigan aspectos como las actitudes hacia el uso
del agua (Page et al., 2014), las perspectivas de sostenibilidad
(Cottrell et al., 2004), las percepciones de las condiciones ambientales y los posibles estándares
indicadores (Moore & Polley, 2007), y las mediciones de satisfacción (CStumpf et al., 2018). Se trata de
un importante
Esta es una de las conclusiones más importantes, dado el grado de atención que se presta a otros
grupos de interés. Por ejemplo, se incluyó a los residentes en el 46% (45 de 97) de los estudios, a las
empresas en el 40% (39 de 97) y al gobierno en el 31% (30 de 97). Los residentes fueron los más
entrevistados y consultados de los cuatro grupos de partes interesadas en relación con los
instrumentos de encuesta utilizados en los estudios aquí revisados. De los 18 trabajos sobre
indicadores subjetivos, solo uno utilizó a los turistas como único grupo de interés (Page et al., 2014),
mientras que los otros 17 trabajos tuvieron a los residentes locales como encuestados.
REVISTA DE TURISMO SOSTENIBLE 13

Indicadores subjetivos y objetivos


Aproximadamente el 81% (79 de 97) de los trabajos describieron el uso de indicadores objetivos en
su investigación, y el 19% restante examinó indicadores subjetivos. Ningún artículo utilizó ambos
14 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

Tabla 5. Documentos con indicadores relacionados


con la gobernanza. Categorías de indicadores con elementos de gobernanza
Igualdad de empleo
Capacidad de influir en el se ofrecieron oportunidades
Autor(es) y año de Acceso a la toma de desarrollo del turismo a los residentes locales en las
publicación decisiones y a la mediante la participación empresas turísticas
información democrática
Agyeiwaah et al. (2017 )Participación plena de
la comunidad en la toma de
decisiones sobre el turismo
Andereck et al. (2007 )Los residentes influyen en
el desarrollo del turismo
Boley et al. (2014 )Los residentes tienen Los residentes influyen en el
acceso a la toma de desarrollo del turismo
decisiones Los residentes influyen en el Empleo de la comunidad
Choi y Sirakaya (2005 )Participación desarrollo del turismo local en empresas
plena de turísticas.
la comunidad en la Comunicación Igualdad de oportunidades
toma de decisiones bidireccional entre los para los residentes locales
sobre el turismo residentes y el para establecer empresas
Choi y Sirakaya (2006 )Participación gobierno local. turísticas
plena de
comunidad en la toma
de decisiones en
materia de turismo.
Cottrell et al. (2013 )Instalaciones turísticas y
Los servicios se
desarrollan en
cooperación con
negocios locales.
Herrera-Ulloa et al. (2003 )Representación de los
grupos mayoritarios y
minoritarios en la política
nacional de sostenibilidad
Consejo de Desarrollo.
Huayhuaca et al. (2010 )Los residentes tienen acceso Los residentes influyen en el Instalaciones y servicios
a desarrollo del turismo turísticos desarrollados
la toma de decisiones. en cooperación con las
Compartir la información empresas locales.
con los residentes por Igualdad de
parte de los responsables oportunidades para que
políticos y de la toma de los residentes locales
decisiones. establezcan empresas
turísticas.
Ko (2005 )El turismo contribuye a la
necesidades de la
comunidad
(Kunasekaran et al., 2017 )Consultas con los residentes Los residentes locales son
antes de cualquier reconocidos y valorados
infraestructura turística como un socio igualitario.
se desarrolla Los residentes tienen
acceso a fondos y
oportunidades de
formación para
Lankford y Howard (1994 )Capacidad de los desarrollar el turismo
residentes para influir en
el desarrollo del turismo
O
eet
d
€n
r al. (2017 )Igualdad de oportunidades
para las
residentes para establecer
empresas turísticas
Ribeiro et al. (2018 )Participación
plena de
miembros de la
comunidad en la toma de
decisiones en materia de
turismo.
Roberts y Tribe (2008 )Comunicación
bidireccional
s residentesREVISTA
y DEel TURISMO SOSTENIBLE
Igualdad de oportunidades 15
gobierno local. para que los residentes
locales establezcan
empresas turísticas
Scaccia y De Urioste- Plena participación de la Los residentes influyen en el desarrollo
Stone (2016) comunidad en la toma del turismo
de decisiones en
materia de turismo
Sirakaya-Turk et al. (2008 )Comunidad local Las comunidades locales
participación y están capacitadas para
oportunidad en la toma liderar e invertir en el
de decisiones en desarrollo del turismo.
materia de turismo Bienes inmuebles
Torres-Delgado y propiedad de
Palomeque (2014) residentes locales
Tudorache et al. (2017 )Residentes satisfechos con
su participación e
influencia en el desarrollo
del turismo
(continuació
n)
16 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

Tabla 5.
Continuación. Categorías de indicadores con elementos de gobernanza
Igualdad de empleo
Capacidad de influir en el se ofrecieron oportunidades
Autor(es) y año de Acceso a la toma de desarrollo del turismo a los residentes locales en las
publicación decisiones y a la mediante la participación empresas turísticas
información democrática
Yu et al. (2011 )Las decisiones en Plena participación de la
materia de comunidad local en el
turismo deben ser desarrollo del turismo.
tomadas por todos los
miembros de la
comunidad

indicadores subjetivos y objetivos. La mayoría de los indicadores subjetivos descritos en estos


trabajos se utilizaron para conocer las percepciones de los residentes, para medir sus actitudes o
como parte del desarrollo de una escala de actitudes de los residentes.

Debate
Esta revisión sistemática del alcance de la literatura de investigación sobre CTI se ha centrado en: (a)
la relevancia de los CTI para los ODS, (b) la gobernanza, (c) la participación de las partes interesadas,
y (d) los indicadores subjetivos y objetivos. Kristj'ansdo'ttir et al. (2018), en una revisión sistemática
de los indicadores de sostenibilidad integrados para el turismo, afirmaron que era "esencial unir las
visiones de los ODS integrados con la visión del turismo sostenible" (p. 586). La OMT y el PNUD
(2017) reconocen la falta de métricas e indicadores adecuados para el turismo y los ODS y sugieren
que la mayoría de los indicadores existentes funcionan a nivel nacional, y que algunas metas de los
ODS no tienen ningún indicador. En consecuencia, debería hacerse un mayor esfuerzo para evaluar
la idoneidad de los indicadores identificados en estudios anteriores como indicadores de los ODS. El
presente documento pretende evaluar de forma crítica la pertinencia de la bibliografía existente
sobre CTI en relación con los ODS, explorando las formas en que estos indicadores podrían utilizarse
para evaluar el progreso a diferentes escalas.
En este documento también se ha destacado cómo el marco de la Agenda 2030 y los ODS refleja
un enfoque de gobernanza común pero diferenciado (Biermann et al., 2017; Meuleman, 2019;
Meuleman y Niestroy, 2015). Esto significa que la implementación de los ODS implica que habrá que
idear métricas comunes y diferenciadas y establecer mecanismos de seguimiento y evaluación para
dar efecto a los ODS a diferentes escalas en diferentes lugares (Kanie & Biermann, 2017; Lu et al.,
2015; Meuleman, 2019;). Para desarrollar e implementar eficazmente métricas de sostenibilidad para
el turismo, puede ser necesario ofrecer nuevas oportunidades en los destinos a los actores que
anteriormente podrían haber sido excluidos del proceso político (Bramwell, 2010). La gobernanza
eficaz y la aplicación del turismo sostenible también suelen implicar instituciones pertinentes y
normas de toma de decisiones basadas en pruebas e informadas por indicadores claros. Los
indicadores turísticos relacionados con las dimensiones económica, social y medioambiental del
desarrollo sostenible se han estudiado ampliamente, como indica la prevalencia de estos temas en
los artículos aquí revisados. Sin embargo, la dimensión de la gobernanza ha recibido
sorprendentemente poca atención, dada la importancia que a menudo se concede a los enfoques
participativos en la planificación del turismo (Hall, 2008).
Los turistas resultaron ser el grupo de partes interesadas menos comprometido en los
documentos revisados, mientras que el gobierno, las empresas locales y los residentes fueron
reconocidos como partes interesadas clave en numerosos estudios de CTI. Dada la atención que ha
recibido la comunidad empresarial en estos estudios, está claro que el sector empresarial es
ampliamente considerado como una parte interesada fundamental en el desarrollo de la CTI (OMT y
PNUD, 2017). Sin embargo, esto debe entenderse como algo más que las grandes corporaciones, por
muy significativas que sean, para reconocer también que los propietarios de pequeñas empresas son
REVISTA DE TURISMO
una parte vital de la comunidad anfitriona, junto con los residentes localesSOSTENIBLE 17
y los funcionarios
gubernamentales (Byrd, 2007).
Los resultados de este estudio también sugieren una falta de investigación sobre indicadores
subjetivos, que pueden ser extremadamente importantes con respecto a la gobernanza (Meuleman,
2019). La mayoría de los estudios aquí revisados han descrito el uso de indicadores objetivos,
empleando instrumentos o herramientas de evaluación
18 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

para medir los ingresos del turismo, las tasas de empleo, la eficiencia energética, el uso y la
disponibilidad de agua potable, la conservación de la biodiversidad o los índices de criminalidad. Los
indicadores subjetivos, por su parte, se basan en sentimientos y actitudes personales y suelen ser de
naturaleza cualitativa. Como se ha mencionado anteriormente, los indicadores subjetivos se refieren
a las actitudes, experiencias, percepciones y niveles de satisfacción de las partes interesadas y estos
indicadores están muy basados en el contexto. Por lo tanto, a pesar de su importancia, la
recopilación de datos y la evaluación continua de estos indicadores es más difícil y costosa en
comparación con los indicadores objetivos. Además, los indicadores objetivos pueden considerarse
más rigurosos (Mearns, 2012).

Conclusión:
Esta revisión sistemática del alcance identificó importantes lagunas en el desarrollo de indicadores,
que podrían utilizarse para informar sobre futuras investigaciones de indicadores. Muchos de los
ODS están interrelacionados, por lo que un objetivo puede apoyar y ser un medio para lograr otro.
Como afirmó Timmermans (2019), "los ODS son indivisibles y su aplicación requiere coordinación,
integración y, en última instancia, políticas y diseño institucional eficaces y coherentes". Por lo tanto,
esta revisión puede proporcionar una plataforma para ayudar potencialmente a los responsables
políticos, las empresas y los investigadores a comprender mejor cómo se pueden utilizar los
indicadores de turismo para abordar los ODS a varias escalas dentro de un enfoque común pero
diferenciado.
Los investigadores también deben abordar las relaciones entre los diferentes modos de
gobernanza
y la elaboración de indicadores, así como en el proceso de seguimiento y evaluación. La planificación
deliberativa, el acceso a la toma de decisiones y la capacidad de las partes afectadas para influir y dar
forma a los instrumentos políticos relacionados con el turismo son fundamentales para garantizar la
sostenibilidad a largo plazo del desarrollo turístico. Es importante que una gobernanza eficaz
también permita la aplicación de las otras tres dimensiones del turismo sostenible: el desarrollo
económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente.
Los turistas sólo han sido incluidos como partes interesadas en un número limitado de artículos. No
obstante,
Los turistas deben ser considerados como partes interesadas importantes en los estudios de turismo
sostenible, ya que su experiencia y sus comentarios proporcionan información valiosa para mejorar
el comportamiento de los visitantes y la toma de decisiones en materia de turismo sostenible. En
última instancia, los turistas pagan por la experiencia del destino. Por lo tanto, la investigación futura
debería desarrollar indicadores de ciencia y tecnología relacionados con los turistas, así como
examinar la naturaleza complementaria de los indicadores objetivos y subjetivos y su integración en
los sistemas de seguimiento y evaluación.
Por último, hay una escasez de estudios de CTI en los países en vías de desarrollo, podría decirse
que los de
a los que se dirigen principalmente los ODS. Aparte de Taiwán, se han realizado pocos estudios de
CTI en Asia, Sudamérica o África. Esto puede deberse, en parte, a la naturaleza de la base de datos
utilizada y al predominio de las revistas en lengua inglesa, pero, independientemente de ello, esta
laguna en la literatura de investigación plantea una serie de cuestiones importantes con respecto no
solo al desarrollo de indicadores turísticos y a los ODS, sino también a la relevancia más amplia de los
indicadores y su aplicabilidad fuera de los países desarrollados.

Declaración de divulgación
Los autores no informaron de ningún conflicto de intereses potencial.
REVISTA DE TURISMO SOSTENIBLE 19

Financiación
Los autores desean extender su agradecimiento al Ministerio de Educación de Malasia por financiar este trabajo en el
marco del Fundamental Research Grant Scheme (FRGS), 2019 (Grant no. FRGS/1/2019/WAB12/TAYLOR/02/1) que hace
posible este trabajo.
20 S. M. RASOOLIMANESH ET AL.

Notas sobre los colaboradores


S. Mostafa Rasoolimanesh es profesor asociado de la Escuela de Hostelería, Turismo y Eventos de la Universidad de
Taylor. Sus áreas de interés en la investigación son el turismo sostenible, la participación de la comunidad y las
percepciones de los residentes hacia el desarrollo del turismo. Ha publicado ampliamente en revistas de turismo de
primer nivel. Mostafa es miembro del consejo editorial de varias revistas internacionales de renombre.

Sundari Ramakrishna es profesora titular de la Universidad Taylors de Malasia y lleva 21 años trabajando en la
conservación de los recursos naturales en el marco de una organización no gubernamental. Su interés particular es la
aplicación de los conceptos de sostenibilidad y economía verde en la gestión de los recursos naturales, con énfasis en
las comunidades remotas y los pueblos indígenas. Ha llevado a cabo varios proyectos comunitarios en Malasia
financiados por organismos de ayuda al desarrollo y fundaciones internacionales como el PNUD, DANIDA, OxfamNovib,
la Fundación Toyota y la Fundación Rufford. Tiene varias publicaciones, es editora de tres libros y de numerosas actas
de conferencias.

C. Michael Hall es profesor de marketing en la Universidad de Canterbury (Nueva Zelanda), docente en el


Departamento de Geografía de la Universidad de Oulu (Finlandia) y profesor visitante en la Escuela de Negocios y
Economía de la Universidad de Linnaeus (Kalmar, Suecia). Ha publicado ampliamente sobre sostenibilidad, desarrollo
regional, turismo, alimentación y vino, y cambio medioambiental global.

Kourosh (Korey) Esfandiar es candidato a doctor en la Escuela de Negocios y Derecho de la Universidad Edith Cowan,
Australia. Los principales intereses de investigación de Korey son el espíritu empresarial, el marketing social y la
sostenibilidad en el contexto de la hospitalidad, el ocio y el turismo. Sus estudios de doctorado se centran en la
investigación psicológica social del comportamiento proambiental de las personas durante las actividades turísticas y
recreativas basadas en la naturaleza en el contexto de un parque nacional.

Siamak Seyfi es profesor del Departamento de Geografía del EIREST (Grupo de Investigación Interdisciplinar de
Estudios Turísticos) de la Universidad de Pantheon-Sorbonne (Francia). Utilizando principalmente métodos cualitativos
y mixtos, sus intereses de investigación son el turismo sostenible, el turismo cultural, la ecología política, el poder y el
medio ambiente.

ORCID
S. Mostafa Rasoolimanesh https://orcid.org/0000-0001-7138-0280
C. Michael Hallhttps://orcid.org/0000-0002-7734-4587
Kourosh Esfandiarhttp://orcid.org/0000-0001-6242-2899
Siamak Seyfihttp://orcid.org/0000-0002-2427-7958

Referencias
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