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Buenas tardes,
Mi nombre es Iris Miralles y el tema que voy a tratar es sobre la compositora Emiliana de
Zubeldia desde un enfoque con perspectiva de género y apoyándome en la vertiente de
musicología de género. Dado que el trabajo es sobre esta compositora navarra, comenzaré
leyendo una de las frases que dijo en la fase final de su vida, como profesora de coros en una
presentación de sus conciertos.
MOTIVACIÓN
Lo primero que me gustaría contar es la motivación que ha hecho que trate este tema.
La primera cuestión que planteo es ¿dónde están las mujeres en la historia de la música?
Por otra parte, también se me planteó una pregunta a la hora de abordar este trabajo ¿Las
mujeres no han compuesto a lo largo de la historia? ¿no han sido creadoras? La respuesta es
sí, sí han compuesto y sí han sido creadoras, pero tenemos muy pocos referentes porque han
sido silenciadas y porque el espacio que ha dado la historia de la música a las mujeres en los
manuales ha sido inexistente o muy reducido. Cuando visualizas estos problemas, uno se da
cuenta de que existe un trabajo pendiente con las mujeres en la historia de la música, que
necesita ser oído y que necesitamos como sociedad, referentes femeninos que nos sirvan
también de inspiración y fuerza.
OBJETIVOS:
• General:
LA MUSICOLOGÍA FEMINISTA:
Como os contaba antes, uno de los objetivos de este trabajo es introducir el trabajo
musicológico feminista para poder abordar este con sentido.
¿Qué es? Lo primero que intentaremos es definir qué es la musicología feminista. En palabras
de Marisa Machado: La musicología feminista es una rama de la investigación musical que
estudiaría los mismos aspectos que esta, pero con la figura de la mujer como eje central: la
mujer como sujeto y no la mujer como objeto.
¿Cómo nace? A finales de la década de los 60 del siglo XX, con el auge del movimiento político
y social feminista nace la necesidad de indagar en una historia en el que el papel de la mujer
no fuese invisibilizado y las mujeres recuperaran espacios de creación y poderes socialmente
establecidos, pues durante el nacimiento de la musicología en la última parte del siglo XIX y
principios del XX como disciplina académica, los historiadores fueron reacios a hablar de las
mujeres en sus manuales.
Años de formación
Emiliana viaja a París con la intención de proseguir sus estudios superiores, hecho
sorprendente para una mujer española de la época. Esto le permitió entrar en contacto
con la modernidad, Piccaso, Miró, Debussy…. París era un enorme afluyente de artistas e
intelectuales. Las mujeres en las vanguardias tenían protagonismo como musas y solo unas
pocas desarrollaban su talento creador, sin embargo Emiliana siempre supo que se
dedicaría a la creación musical. En París ingresó en la Schola Cantorum de París como
discípula de composición del maestro Vincent d’Indy. En contraposición con el
Conservatorio de París, de marcadas tendencias vanguardistas, la Schola Cantorum era un
espacio de formación musical libre de profundo respeto a las tradiciones religiosas y culto
a la música antigua. En esta misma Schola, se formarían también en su momento algunos
reconocidos autores como Albéniz, Turina, Messiaen y Satie entre otros.
En Enero de 1909 fallece el padre de Emiliana y ella regresa a Pamplona donde abre la
academia musical Zubeldia. Emiliana amó y conoció profundamente Euskal Herria y este
sentimiento nacionalista vasco se puede observar en sus obras y conciertos, donde
siempre incluía piezas de compositores vascos y obras compuestas por ella misma donde
se describían paisajes y sentimientos vascos.
En 1910 Inicia una gira de conciertos por Burdeos, San Sebastian, Bayona, entre otros y en
1919 Matrimonio con Joaquín Fuentes Pascual en la Colegiata de Roncesvalles. Sin
embargo el matrimonio no fue fructífero para Emiliana y abandonó a su marido para
volver a París y proseguir dedicando su vida a la composición y los conciertos. Comenzó
también una gira por Europa y en 1927 muere su madre Asunción Inda. Un año después de
la muerte de su madre, Asunción decide despedirse de Europa y viajar hacia una nueva
etapa en América.
México
El ciclo para voz y piano Seis melodías populares españolas, de Emiliana de Zubeldia, fue
publicado en 1927 por la casa editorial Max Eschig. En aquel momento Zubeldia se
encontraba en sus años de formación en París. El año anterior, 1926 realiza sus últimos
exámenes de piano en el Conservatorio de Música de Madrid, con el fin de obtener la
acreditación como maestra de 5º a 8º de piano. Tomás Bretón y don Sérvulo Calleja y
González le otorgan la acreditación con un desempeño “sobresaliente” en todas las
materias. Al mismo tiempo en 1926, la Revue Musical de París publica su primera obra
para piano y voz, Asturiana.
De su origen tienen el olor a campo que las hace tan simpáticas en su sencillez. Perderían
su perfume si se les ahogara en un tejido contrapuntístico tupido. Como los apuntes a
lápiz, esbozos de cuatro rayas fundamentales, a los que no se les pone un marco
historiado de talla, sino algo elemental que sirva para aislarlos, así estas canciones traen
como indumento suyo una armonización refinada y una sobriedad de líneas, ambas
nacidas de la entraña misma de las canciones. Armonización que conoce los secretos del
refinamiento moderno y se complace en ellos, no hurgando en la masa sonora con la
dificultad del que busca y rebusca una veta, un filón cuya posición ignora dónde está
enclavada, sino con la facilidad del artífice que amasa a su antojo esa arcilla de los sonidos,
susceptible de mil formas variadas.
Suenan deliciosamente estas melodías populares por la línea de su dibujo. Como una gasa
transparente que no desdibuja las formas de una estatua, así este acompañamiento no
vela la línea ni el espíritu de la melodía. Claro, luminoso, sabiendo dejar de lado los ripios y
frases comunes con que los poco experimentados hacen vulgares las frases más nobles, el
acompañamiento tiene una gracia femenina, bebida en las mejores fuentes de la escuela
francesa moderna. No porque sea un calco, repetición de otros modelos del género, sino
por la asimilación del espíritu, que es el que da vida a la letra. (Donostia en Varela, 2012, p.
37).
Posterior a este estreno, las Seis melodías populares españolas fueron interpretadas por
Rosalina Crocco y la autora en Buenos Aires y Córdoba, Argentina 1929; por Laura
Mollenauer y la autora en Nueva York 1931 y posteriormente integradas al repertorio de
Irma González en México. (Varela, L., 2012, p. 164)
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Compositoras españolas del siglo XX por la mezzosoprano Marta Knörr y el pianista Aurelio
Viribay, entre otros.