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PRESENTACIÓN

Buenas tardes,

Mi nombre es Iris Miralles y el tema que voy a tratar es sobre la compositora Emiliana de
Zubeldia desde un enfoque con perspectiva de género y apoyándome en la vertiente de
musicología de género. Dado que el trabajo es sobre esta compositora navarra, comenzaré
leyendo una de las frases que dijo en la fase final de su vida, como profesora de coros en una
presentación de sus conciertos.

MOTIVACIÓN

Lo primero que me gustaría contar es la motivación que ha hecho que trate este tema.

La primera cuestión que planteo es ¿dónde están las mujeres en la historia de la música?

Desde que comencé mi formación en piano y canto, he interpretado o tocado obras de


mujeres en muy contadas ocasiones, casi con los dedos de una mano y ha sido en esta escuela
superior donde he comenzado a conocer el nombre de compositoras más allá de Fanny
Mendelssohn o Clara Schumann. Esto no es un hecho aislado, si cotejamos las programaciones
de conservatorios superiores veremos que en los repertorios propuestos el porcentaje de
mujeres compositoras es ínfimamente menor que el de hombres y no solo pasa en las
programaciones de los conservatorios, pasa en las programaciones de temporada de las
orquestas donde la música interpretada creada por mujeres es muy inferior, también es
inferior el porcentaje de mujeres que dirigen y como dato también es inferior el número de
mujeres que existen como estudiantes de dirección de orquesta o composición. Esto si no lo
ves con una perspectiva de género, puede parecer un hecho casual, pero la realidad es que las
profesiones ligadas a cargos de poder como lo han sido históricamente la composición y la
dirección, son las que están menos ocupadas por mujeres en el mundo de la música.

Por otra parte, también se me planteó una pregunta a la hora de abordar este trabajo ¿Las
mujeres no han compuesto a lo largo de la historia? ¿no han sido creadoras? La respuesta es
sí, sí han compuesto y sí han sido creadoras, pero tenemos muy pocos referentes porque han
sido silenciadas y porque el espacio que ha dado la historia de la música a las mujeres en los
manuales ha sido inexistente o muy reducido. Cuando visualizas estos problemas, uno se da
cuenta de que existe un trabajo pendiente con las mujeres en la historia de la música, que
necesita ser oído y que necesitamos como sociedad, referentes femeninos que nos sirvan
también de inspiración y fuerza.

A partir de ahí, me preocupé en buscar compositoras españolas cuya música o historia me


resultase afín para investigarla y poder compartirla con vosotros a la misma vez que introducía
y me acercaba yo misma a los estudios de género de la rama musicológica feminista que existe
desde el final de los años 60 y los 70 del siglo XX.

OBJETIVOS:

• General:

– Visibilizar, analizar y conocer el repertorio vocal de Emiliana de Zubeldia.


• Específicos:

– Introducir el trabajo musicológico feminista y de género.

– Ahondar en los datos biográficos de Emiliana de Zubeldia y contextualizar y


analizar Seis melodías populares españolas de dicha compositora.

LA MUSICOLOGÍA FEMINISTA:

Como os contaba antes, uno de los objetivos de este trabajo es introducir el trabajo
musicológico feminista para poder abordar este con sentido.

¿Qué es? Lo primero que intentaremos es definir qué es la musicología feminista. En palabras
de Marisa Machado: La musicología feminista es una rama de la investigación musical que
estudiaría los mismos aspectos que esta, pero con la figura de la mujer como eje central: la
mujer como sujeto y no la mujer como objeto.

¿Cómo nace? A finales de la década de los 60 del siglo XX, con el auge del movimiento político
y social feminista nace la necesidad de indagar en una historia en el que el papel de la mujer
no fuese invisibilizado y las mujeres recuperaran espacios de creación y poderes socialmente
establecidos, pues durante el nacimiento de la musicología en la última parte del siglo XIX y
principios del XX como disciplina académica, los historiadores fueron reacios a hablar de las
mujeres en sus manuales.

¿Cuáles son sus objetivos?

Son numerosos los objetivos que la musicología feminista tiene en el centro de su


investigación, abarca desde la recuperación del patrimonio musical de las mujeres, hasta la
revisión de los criterios de calidad y el sesgo discriminatorio que se puede apreciar hacia las
creaciones e intervenciones de las mujeres en el mundo musical.

1. Recuperar el patrimonio musical femenino, sin distinción de épocas o culturas y


cuestionando en todo momento las ideas preconcebidas, no dando por válido a priori ninguna
información previa.

2. Visibilizar la aportación cultural y musical femenina mediante la difusión y organización de


festivales, conciertos, seminarios, congresos, publicaciones y muy especialmente en los
ámbitos docentes, pues la construcción de referentes culturales es básica para la construcción
interna del yo y social de una comunidad. Por lo tanto, el ámbito de la educación es uno de los
pilares sobre los que visibilizar y transmitir la historia musical de las mujeres.

3. Valorar el trabajo musical femenino en todos sus ámbitos: intérpretes, investigadoras,


compositoras, pedagogas, estas últimas las más fieles transmisoras de los referentes y de la
ideología

VIDA DE EMILIANA DE ZUBELDIA

Años de formación

Emiliana nació un 6de diciembre en Salinas de Oro, un pueblo Navarro de la sierra de


Sarbil. A los 18 meses de nacer Emiliana, la numerosa familia se traslada a la Pamplona de
finales de siglo, una ciudad que poseía una vida cultural en el aspecto musical bastante
amplio. Las bandas populares, el orfeón pamplonés, los conciertos matutinos de Pablo
Sarasate y la orquesta de Santa Cecilia rodearían la vida de Emiliana. El piano del abuelo en
su casa de Pamplona le permite iniciar su formación musical y se podía descubrir una niña
de comportamientos poco convencionales y aventureros. A los 17 años se traslada a
Madrid para finalizar sus estudios en el conservatorio con las máximas calificaciones. A esa
edad comienza a manifestar la preferencia por la música de J. S. Bach que la acompañara
el resto de su vida. Emiliana poseía una voluntad férrea y a diferencia de las señoritas de la
época que dedicaban a la música a los festejos o celebraciones, Emiliana siempre vivió la
música como una profesión.

Emiliana viaja a París con la intención de proseguir sus estudios superiores, hecho
sorprendente para una mujer española de la época. Esto le permitió entrar en contacto
con la modernidad, Piccaso, Miró, Debussy…. París era un enorme afluyente de artistas e
intelectuales. Las mujeres en las vanguardias tenían protagonismo como musas y solo unas
pocas desarrollaban su talento creador, sin embargo Emiliana siempre supo que se
dedicaría a la creación musical. En París ingresó en la Schola Cantorum de París como
discípula de composición del maestro Vincent d’Indy. En contraposición con el
Conservatorio de París, de marcadas tendencias vanguardistas, la Schola Cantorum era un
espacio de formación musical libre de profundo respeto a las tradiciones religiosas y culto
a la música antigua. En esta misma Schola, se formarían también en su momento algunos
reconocidos autores como Albéniz, Turina, Messiaen y Satie entre otros.

En Enero de 1909 fallece el padre de Emiliana y ella regresa a Pamplona donde abre la
academia musical Zubeldia. Emiliana amó y conoció profundamente Euskal Herria y este
sentimiento nacionalista vasco se puede observar en sus obras y conciertos, donde
siempre incluía piezas de compositores vascos y obras compuestas por ella misma donde
se describían paisajes y sentimientos vascos.

En 1910 Inicia una gira de conciertos por Burdeos, San Sebastian, Bayona, entre otros y en
1919 Matrimonio con Joaquín Fuentes Pascual en la Colegiata de Roncesvalles. Sin
embargo el matrimonio no fue fructífero para Emiliana y abandonó a su marido para
volver a París y proseguir dedicando su vida a la composición y los conciertos. Comenzó
también una gira por Europa y en 1927 muere su madre Asunción Inda. Un año después de
la muerte de su madre, Asunción decide despedirse de Europa y viajar hacia una nueva
etapa en América.

América de Norte a Sur


Fecha Lugar Evento
1928 Brasil Conciertos en Rio de Janeiro y São Paulo, al lado de músicos del país.
1929 UruguayyArgentina Conciertos en Montevideo, Buenos Aires, Córdoba y Rosario, con
músicos y cantantes uruguayos y argentinos, coros y danzantes vascos
residentes. Conoce a los poetas hispanoamericanos: Juana de
Ibarbourou, Gabriela Mistral, Carlos López Rocha, Alfonso Reyes
(embajador de México en Argentina), Román López Durán, Julio
Mercado. Con sus poemas inicia su colección de canciones Poetas de
América.
1930 Nueva York Conoce a Augusto Novaro. Inicia el estudio de su teoría o Sistema
natural de la música, y la aplica a la composición instrumental: piano,
2 pianos, sinfonías y poemas sinfónicos.
Conferencias, clases privadas, experimentación, conciertos con
músicos y cantantes locales y de paso
Frecuentes conciertos a dos pianos con Miirrah Alhambra, para lo cual
arregla obras de Bach y otros, y armoniza música folklórica vasca de
acuerdo a la Teoría de Novaro.
1932 Cuba Primera gira a Cuba. Dirige su Poema Sinfónico Euskadi en La
Habana. Da charlas públicas.
1933 México Primera visita a México (agosto). Dos conciertos en el Teatro Hidalgo
con obras suyas para dos pianos –tocando con Alfonso Rendón
Muñoz– y para voz y piano, con Josefina Aguilar, mezzo.

México

Fecha Lugar Evento


1937-47 MéxicoD.F. Es la década más productiva de Emiliana en composición.
1939 Entra a México por Veracruz hacia México D.F.
1947 Estudio, experimentación y composición al lado de Augusto
Novaro.
Conciertos semanales domésticos en la casa Novaro, donde se
reúnen artistas, poetas, escritores, filósofos, diplomáticos, entre
otros.
Calurosa acogida a sus compatriotas exiliados de la Guerra Civil
española. Se identifica con ellos y a partir de entonces se presenta a
sí misma como «refugiada española».
Muere su hermana Eladia (Pamplona, 12 de septiembre de 1939).
Continúa su colección de canciones «poetas de América» con:
Asunción Izquierdo de Flores Muñoz (Ana Mairena), y sor Juana
Inés de la Cruz.
Muere su hermano Alejo (Pamplona, febrero 1947).
1947 Hermosillo La Universidad de Sonora (UniSon) la invita como directora de
1948 coros universitarios por un año. Da clases de piano. La UniSon la
1948-53 recontrata al terminar el ciclo escolar.
1954 Se asienta definitivamente en Hermosillo como directora de la
nueva Academia de Música de la Universidad de Sonora. Imparte
1955
clases de solfeo, teoría musical, armonía, historia y apreciación
musical, piano y canto.
Dirige los coros universitarios y arregla para ellos canciones de los
clásicos, de compositores mexicanos como Manuel M. Ponce y
Guty Cárdenas, folklóricas de diferentes pueblos, especialmente de
España y México, melodías indígenas sonorenses –seris–, canciones
navideñas y compone obras corales originales. Continúa pasando los
veranos en el D.F.
Escribe para revistas, hace crítica musical por periódico y da charlas
en vivo, por radio y por TV..
1960 Pamplona Viaja de incógnito a Pamplona a visitar a su hermano Néstor, en-
México fermo. De regreso en México, visita a Novaro, también enfermo.
Muere Augusto Novaro el 11 de noviembre de 1960 en México

1987 Hermosillo 26 de mayo: Muere en el Hospital General del Estado de Sonora a


las 18 horas, a la edad de 98 años y 6 meses.
27 de mayo: Exequias en la catedral de Hermosillo, guardias en la
UniSon y sepultura en los Jardines del Buen Pastor en Hermosillo.
Su lápida no indica lugar ni fecha de nacimiento por desconocerse
en aquellos momentos.

SEIS MELODÍAS POPULARES

El ciclo para voz y piano Seis melodías populares españolas, de Emiliana de Zubeldia, fue
publicado en 1927 por la casa editorial Max Eschig. En aquel momento Zubeldia se
encontraba en sus años de formación en París. El año anterior, 1926 realiza sus últimos
exámenes de piano en el Conservatorio de Música de Madrid, con el fin de obtener la
acreditación como maestra de 5º a 8º de piano. Tomás Bretón y don Sérvulo Calleja y
González le otorgan la acreditación con un desempeño “sobresaliente” en todas las
materias. Al mismo tiempo en 1926, la Revue Musical de París publica su primera obra
para piano y voz, Asturiana.

Durante sus exámenes en el conservatorio de Madrid, se relaciona con Pepita Sanz,


entonces primera soprano del Teatro Real de Madrid y conjuntamente preparan el ciclo de
Seis canciones populares españolas, compuestas por Zubeldia para representarlas en París,
“un manojo de flores populares” en expresión del Padre Donostia. (Varela, L., 2012, p. 37).

En 1927, en el Centre Internationale de Musique de París tiene lugar el estreno de dichas


obras bajo la interpretación vocal de la soprano Pepita Sanz y el acompañamiento
pianístico de Emiliana de Zubeldia.

El Padre Donostia comenta estas canciones en La voz de Navarra el 7 de Abril de 1927,


escribiendo:

De su origen tienen el olor a campo que las hace tan simpáticas en su sencillez. Perderían
su perfume si se les ahogara en un tejido contrapuntístico tupido. Como los apuntes a
lápiz, esbozos de cuatro rayas fundamentales, a los que no se les pone un marco
historiado de talla, sino algo elemental que sirva para aislarlos, así estas canciones traen
como indumento suyo una armonización refinada y una sobriedad de líneas, ambas
nacidas de la entraña misma de las canciones. Armonización que conoce los secretos del
refinamiento moderno y se complace en ellos, no hurgando en la masa sonora con la
dificultad del que busca y rebusca una veta, un filón cuya posición ignora dónde está
enclavada, sino con la facilidad del artífice que amasa a su antojo esa arcilla de los sonidos,
susceptible de mil formas variadas.

Suenan deliciosamente estas melodías populares por la línea de su dibujo. Como una gasa
transparente que no desdibuja las formas de una estatua, así este acompañamiento no
vela la línea ni el espíritu de la melodía. Claro, luminoso, sabiendo dejar de lado los ripios y
frases comunes con que los poco experimentados hacen vulgares las frases más nobles, el
acompañamiento tiene una gracia femenina, bebida en las mejores fuentes de la escuela
francesa moderna. No porque sea un calco, repetición de otros modelos del género, sino
por la asimilación del espíritu, que es el que da vida a la letra. (Donostia en Varela, 2012, p.
37).

Posterior a este estreno, las Seis melodías populares españolas fueron interpretadas por
Rosalina Crocco y la autora en Buenos Aires y Córdoba, Argentina 1929; por Laura
Mollenauer y la autora en Nueva York 1931 y posteriormente integradas al repertorio de
Irma González en México. (Varela, L., 2012, p. 164)

Actualmente podemos encontrarlas en grabaciones como el álbum Zubeldia: Soles y


brumas por la soprano Elena Rivera y el pianista Jorge Robaina, y en el álbum

11

Compositoras españolas del siglo XX por la mezzosoprano Marta Knörr y el pianista Aurelio
Viribay, entre otros.

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