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Morfologia Dental
Morfologia Dental
Andrea Cucina
EDITOR
Manual
de Antropología Dental
Andrea Cucina
EDITOR
SECRETARIA DE RECTORÍA
Departamento Editorial
Calle 61 núm. 526 entre 66 y 68 CP 97000
Tel. (999) 924-72-60, Fax (999) 923-97-69
Mérida, Yucatán, México
ISBN: 978-607-7573-96-8
ISBN: 978-607-7573-96-8
Lib-UADY
INTRODUCCIÓN................................................................. 11
Andrea Cucina
Capítulo 1
ESTRUCTURA Y MORFOLOGÍA DE LOS DIENTES............. 15
Mónica Rodríguez Pérez
Capítulo 2
HISTOMORFOLOGÍA DENTAL............................................ 31
Daniel Eric Fröhlich Sol / Andrea Cucina
Capítulo 3
MADURACIÓN Y ERUPCIÓN DENTAL................................ 51
Belia Inés Rodríguez Casanova
Capítulo 4
MORFOLOGÍA DENTAL....................................................... 75
Andrea Cucina
Capítulo 5
LAS PATOLOGÍAS ORALES: CARIES, ABSCESOS
Y PÉRDIDA DE DIENTES EN VIDA..................................... 107
Elma María Vega Lizama / Andrea Cucina
Capítulo 6
PATOLOGÍAS DENTALES DE DESARROLLO.
HIPOPLASIA DEL ESMALTE DENTAL................................. 131
Christian Angélica Méndez Collí / Andrea Cucina
Capítulo 7
EL DESGASTE DENTAL....................................................... 149
Julio Roberto Chi Keb
Capítulo 8
ISOTOPOS ESTABLES Y ELEMENTOS TRAZA
EN DIENTES........................................................................ 169
Andrea Cucina
Capitulo 9
DECORACIONES DENTALES.............................................. 183
Vera Tiesler
Quiero dedicar este manual a la memoria de mi padre Attilio,
por su apoyo, por haber siempre creído en mí, en mis capacidades,
y haber aceptado, aun con dolor, mi alejamiento de mi familia
y de mi tierra de origen, pero nunca de su corazón.
¡Gracias! ¡Descansa en paz!
INTRODUCCIÓN
Andrea Cucina
Figura 1.1
Estructura
y composición
de los dientes.
Figura 1.2
Dentición de leche
(o decidua). Cabe
notar que la dentición
presenta ya los
primeros molares
permanentes en
posición distal a los
segundos molares
de leche.
Figura 1.3
Dentición
permanente.
Figura 1.4
Incisivos permanentes superiores e inferiores. Vistas lingual y oclusal (de Hillson, 1996; modificado por el autor).
Figura 1.5
Caninos
permanentes
superiores e
inferiores. Vistas
lingual y oclusal
(de Hillson, 1996;
modificado por
el autor).
Figura 1.6
Premolares permanentes superiores e inferiores. Vistas lingua y oclusal (de Hillson, 1996; modificado por el autor).
Figura 1.7
Molares permanentes superiores e inferiores. Vistas lingua y oclusal (de Hillson, 1996; modificado por el autor).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Esmalte
Dentina
Se aprecian
los tubillos
dentinarios
Fracturas
tafonómicas
Camera pulpar
Figura 2.1
Corte histológico de un diente deciduo arqueológico que muestra los diferentes componentes estructurales.
(Foto: D. Fröhlich)
PROCESO ODONTOBLÁSTICOS
Y HUSOS ADAMANTINOS
A veces las prolongaciones de los odontoblastos pasan a través del
límite amelodentinario hacia el esmalte. Dado a que muchas de
ellas están engrosadas en sus extremos se les denomina "husos ada-
mantinos" (Figura 2.2). Parecen originarse en los procesos de los
Esmalte
Husos
adamantinos
Prosesos
odontobláticos
Figura 2.2
Microfotografía que muestra la unión amelo-dentinaria de un diente deciduo arqueológico. Nótese los tubulillos
dentinarios que en el diente vivo contienen las prolongaciones odontoblásticas y los husos adamantinos en el esmalte.
(Foto: D. Fröhlich)
EL ESMALTE DENTAL
La corona de los dientes se encuentra cubierta por el esmalte den-
tal, una capa blanca brillante y muy dura. Está constituida en al-
rededor de 95% de su peso por materia inorgánica, 1% de matriz
orgánica y 4% de agua. La parte inorgánica está formada principal-
mente por cristales de hidroxiapatita, un fosfato de calcio (Fitzge-
rald y Rose, 2000). Debido a su alto contenido de sales minerales y
su organización cristalina, el esmalte es el tejido calcificado de ma-
yor dureza en el cuerpo humano. La función del esmalte es formar
una cubierta resistente en la corona de los dientes adaptándolos de
MARCADORES MICROESTRUCTURALES
DE CRECIMIENTO DEL ESMALTE DENTAL
La segregación de matriz está controlada por varios ritmos meta-
bólicos, teniendo como resultado una variación en la cantidad o
densidad mineral de la secreción, siguiendo esto un patrón de re-
gularidad periódica, lo cual deja "marcadores de tiempo" o "cre-
cimiento" microscópicos en los productos de segregación, en el
esmalte y la dentina (Bromage, 1991; Fitzgerald, 1998). Las marcas
incrementales en ambos se pueden dividir en dos tipos, visibles al
PERIKIMATAS
Algunas estrías de Retzius se proyectan hasta la superficie externa
del esmalte, dando existencia a estructuras llamadas perikimatas.
Las perikimatas son rodetes transversales ondulados —las manifes-
taciones externas de las estrías de Retzius— y se continúan alrede-
dor del diente. Por lo general son paralelas entre sí y con respecto
a la unión cemento-adamantina. Por lo común existen alrededor
de 30 perikimatas por milímetro en la región de unión cemento-
adamantina, y su concentración disminuye poco a poco hasta unas
10 por milímetro, cerca del borde oclusal o incisal (Shawashy y
Yaeger, 1990, Hillson, 1996). Igual que las estrías cruzadas y lí-
neas de Retzius, las perikimatas registran el crecimiento normal del
diente, de manera que permite reconstruir de forma precisa la cro-
nología del desarrollo de la corona de un diente (Fitzgerald, 1998;
Reid y Beynon, 1998). Así como existen perikimatas de forma re-
gular, también existen las "mal formadas" (p. ej. las hipoplasias del
esmalte), con manifestaciones internas, las ya mencionadas bandas
de Wilson, estrías resultantes de algún factor de estrés fisiológico
o patológico durante el proceso de desarrollo normal (Fitzgerald y
Saunders, 2005).
Esmalte
Dentina
Figura 2.3
Microfotografía bajo luz polarizada de un diente deciduo en formación. Se observan varias bandas de Wilson
sobrepuestas en el esmalte. Las manchas oscuras en la dentina revelan severa afección tafonómica.
(Foto: D. Fröhlich)
BANDAS DE HUNTER–SCHREGER
Los prismas no recorren al esmalte en forma recta o lineal. Cada
uno ondula de lado a lado de manera sinusoidal, a este fenómeno
se le conoce como "decusación" (Hillson, 1996). El cambio más o
menos regular en la dirección de los prismas puede considerarse
una adaptación funcional que reduce el riesgo de segmentación en
dirección axial por influencia de las fuerzas masticatorias oclusa-
les. El cambio en la dirección de los prismas ocasiona la aparición
de las bandas de Hunter–Schreger (Figura 2.4).
Bandas de
Hunter–Schreger
en el esmalte
de un diente
perinatal
Alteraciones
tafonómicas
Figura 2.4
Microfotografía con luz polarizada de un diente deciduo arqueológico. Destacan claramente
las "bandas de Hunter–Schreger” de tonalidades alternantes en el esmalte. Se observan fracturas tafonómicas
en el esmalte y la posible presencia de hongo en el espacio de la unión amelodentinaria. Nótese los tubulillos
dentinarios en la parte inferior-izquierda de la imagen. (Foto: D. Fröhlich)
Linea neonatal
Esmalte
Figura 2.5
Microfotografía con luz polarizada de un diente deciduo arqueológico. Se evidencia claramente cómo se origina
la línea neonatal en el esmalte (derecha). Nótese el trayecto oblicuo ascendente de los prismas de esmalte
y el descendiente de los tubulillos dentinarios. (Foto: D. Fröhlich)
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Nutrición
La nutrición, a lo largo del curso de la vida, es una de las principa-
les determinantes de la salud, del desempeño físico y mental y de la
productividad. Sin una buena nutrición el individuo puede perder
el equilibrio que tiene con el ambiente, afectando de esta forma su
rol social (Goodman et al., 1988; Luna, 2006).
Los trastornos en la alimentación llevan hacia un estado de mal-
nutrición y, como consecuencia, a niños con valores de peso y talla
no adecuados a su edad cronológica; siendo esto un factor a tomar
en cuenta cuando se requiere la aplicación de métodos de estima-
ción de la edad basados en los sistemas dental y esquelético, los
cuales pueden ser afectados en diferentes grados por factores nutri-
cionales (Liversidge et al., 1998; Liversidge, 2008). Se ha reportado
que el desarrollo esquelético está fuertemente influenciado por
este tipo de factores (Green, 1961; Lee, 1971; Fleshman, 2000),
en tanto que con respecto al sistema dental, la información es
Enfermedades
Diversos estudios mencionan cómo las enfermedades influyen en
el desarrollo dental (Liversidge et al., 1998). Entre las más frecuen-
tes se encuentran las deficiencias nutricionales, síndromes de mala
absorción, alteraciones endocrinológicas y procesos infecciosos
importantes (Liversidge et al., 1998).
Entre algunas de las enfermedades que afectan la erupción y la
maduración dental se mencionan: la anquilosis dental, la exodon-
cia temprana de dientes deciduos, la impactación y el apiñamiento
dental, el hipopituitarismo, raquitismo, sífilis congénita, diabetes y
síndrome de Down, otras pueden inhibir o acelerar los proceso de
erupción y emergencia dental (Lewis y Gran, 1960).
Estatus socioeconómico
Se han realizado estudios sobre la relación del estatus socioeco-
nómico en relación con la erupción dental; la mayoría de los au-
tores están de acuerdo con que el nivel socioeconómico sí afecta
la erupción (Liversigde et al., 1998; Ríos, 2002); aunque otros en
Sexo
Diferentes estudios han identificado una diferencia en el ritmo on-
togenético entre sexos, no solo en la erupción, sino también en la
maduración dental (Moorrees et al., 1963; Havviko, 1970; Daito
et al., 1990; Liversidge et al., 1998).
El trabajo de Ramírez et al. (1994) sobre dentición temporal,
muestra los resultados de un estudio longitudinal realizado sobre
una muestra de 114 niños españoles de uno u otro sexo, observan-
do un ligero adelanto en la erupción en varones respecto a las mu-
jeres, lo que contradice lo observado en la mayoría de los estudios
relacionados con la erupción dental entre niños y niñas, ya que
estas tienden a erupcionar sus órganos dentarios con más prontitud
que los niños (Moorrees et al., 1963).
Un estudio desarrollado por Planells (1993) muestra las diferen-
cias referentes al sexo y arcada dental para la erupción de dientes
permanentes, observando una erupción adelantada para los dien-
tes de la arcada inferior.
Por todo esto, se puede concluir que la edad dental es afecta-
da por múltiples variables, pero a pesar de estos, es considerada
entre los indicadores de madurez fisiológica más exactos para
la estimación de la edad en un individuo, ya que tales factores
influyen en menor proporción al compararla con diversos indi-
cadores de madurez aplicados para el mismo fin. Autores como
Figura 3.1
Diagrama de edad dental con base
en el desarrollo y erupción de los
dientes; de Schour y Massler,
1941, modificado por la autora.
MaduraCión y erupCión dental
Figura 3.2
Esquema cualitativo
de erupción y
calcificación dental de
Ubelaker (1978).
MaduraCión y erupCión dental
Figura 3.3.
Reproducción
del sistema de
maduración dental
según Demirjiam
et al. (1973).
tabla 3.1
Estadíos de formación dental según Moorrees et al. (1963).
Ci Formación inicial de las cúspides
Puntos de mineralización
R½ Formación de ½ radicular
R¾ Formación de ¾ radicular
Rc Raíz completa
A½ Cierre apical ½
Figura 3.4
Estadíos de formación
dental según Smith
(1991), modificado
de Moorrees et al.
(1963) por la autora.
tabla 3.2
Dentición decidua, Gustafson y Koch (1974); 61-65) maxilares izquierdos deciduales; 81-85)
mandibulares derechos deciduales.
Inicio de la
Órgano dentario Corona completa Brote dental Raíz completa
mineralización
4 meses 15 días
3 meses 9 meses 1 año 6 meses
61 in útero
(+20/-28 días) (+2/-3 meses) (+4 /- 2 meses)
(+/- 10 días)
4 meses 20 días
4 meses 11 meses 1 año 11 meses
62 In útero
(+28/- 45 días) (+/- 5 meses) (+2/-4 meses)
(+/- 4 meses)
5 meses 15 días
7 meses 1 año 5 meses 3 años
63 In útero
(+/-15 días) (+/-4 meses) (+6/-4 meses)
(+/- 15 días)
5 meses
6 meses 1 año 4 meses 2 años 6 meses
64 In útero
(+28/-15 días) (+/-4 meses) (+1/-7 meses)
(+15/-10 días)
6 meses
10 meses 15 días 2 años 3 años
65 In útero
(+45/-15 días) (+7/-5 meses) (+0/-3 meses)
(+/-15 días)
4 meses
3 meses 7 días 7 meses 1 año 6 meses
81 In útero
(+28/-45 días) (+/- 3 meses) (+4/-2 meses)
(+28/-15 días)
4 meses 15 días
4.5 meses 11 meses 20 días 1 año 10 meses
82 In útero
(+15/-28 días) (+6.5/-4.5 meses) (+2/-4 meses)
(+15/-7 días)
5 meses 7 días
8 meses 20 días 1 año 6 meses 3 años 3 meses
83 In útero
(+28/-35 días) (+4/-6 meses) (+3/-9 meses)
(+20/-15 días)
5 meses
6 meses 1 año 5 meses 2 años 4 meses
84 In útero
(+45/-28 días) (+1/-5 meses) (+2/-7 meses)
(+/-7 días)
6 meses 7 días
10 meses 15 días 2 años 3 meses 3 años
85 In útero
(+45/-15 días) (+5/-6 meses) (+3/-2 meses)
(+7/-10 días)
tabla 3.3
Dentición permanente, Gustafson y Koch (1974); 21-27) maxilares izquierdos permanentes; 41-47)
maxilares derechos permanentes.
Inicio de la
Órgano dentario Corona completa Brote dental Raíz completa
mineralización
9 meses
3 años 1 mes 6 años 7 meses 10 años
26 Nacimiento
(+15/-8 meses) (+17/-17 meses) (+18/-12 meses)
(+/-15 días)
9 meses
3 años 6 años 6 meses 10 años
46 Nacimiento
(+12/-6 meses) (+6/-18 meses) (+18/-12 meses)
(+/-15 días)
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Andrea Cucina
Ausencia congénita
Los incisivos laterales superiores, los segundos premolares superio-
res, el tercer molar superior, el primer incisivo inferior, el segundo
premolar inferior pueden no manifestarse debido a una ausencia
congénita, por lo que el diente no se forma nunca en el apara-
to masticatorio. Esto difiere de dientes que se forman, aunque de
manera vestigial, pero no logran brotar. La evaluación se realiza
con base en el hueso maxilar y mandibular, y no en la presen-
cia de la pieza dental. Esto se debe a que, en contextos arqueo-
lógicos, las porciones óseas son fácilmente destruidas, por ello el
registro a partir de la pieza dental generaría una marcada y sig-
nificativa subestimación de la ausencia congénita de los dientes.
Cuando se tiene a disposición la pieza ósea, es necesario evaluar
si en correspondencia de un diente "supuestamente" ausente existe
un espacio (diastema) entre dientes, lo que indicaría más bien una
pérdida de la pieza dental antemortem. En el caso del tercer molar,
es importante averiguar si la superficie distal del segundo molar
presenta una cara de desgaste interproximal; de ser así, significa
que el tercer molar brotó y se perdió antes de la muerte. También
es necesario analizar la morfología del hueso, porque un hueso en
correspondencia de un diente agenético se presenta continuo y sin
alteraciones particulares, mientras que un hueso que se haya reab-
sorbido en seguida a una pérdida de la pieza dental presenta una
morfología porosa e irregular.
CONCLUSIÓN
En conclusión, el análisis de los rasgos morfológicos dentales per-
mite caracterizar epigenéticamente poblaciones pretéritas y rela-
cionarlas con otras coevas anteriores o más recientes. El nivel de
variabilidad en la expresión de los rasgos permite detectar proce-
sos de miscegenación (hibridación, mestizaje) y así reconstruir la
historia biológica de poblaciones (tanto arqueológicas como ac-
tuales). La marcada diferencia existente entre individuos de etnias
Figura 4.1
Algunos de los rasgos del sistema ASUDAS del maxilar superior.
Figura 4.2
Algunos de los rasgos del sistema ASUDAS del maxilar inferior.
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Liss, New York.
Figura 5.1
Caries oclusal en un
molar mandibular.
DEFINICIÓN
La caries dental es definida por Pindborg (1970:256) como una en-
fermedad infecciosa y transmisible en la que existe una destrucción
progresiva de los tejidos del diente abarcando ya sea la corona o
raíz o ambas; esta es iniciada por actividad microbiana sobre la
superficie del diente (Ortner, 2003a). Es un proceso de destrucción
(desmineralización) localizada de los tejidos dentales, causado por
los productos ácidos generados por los microorganismos presentes
en la placa dental (Hillson, 1996). Todos los tejidos dentarios son
de injerencia para esta patología.
FACTORES CAUSALES
Por muchos años se intentó buscar la causa de la caries dental
y esta era atribuida al consumo de azúcares o a la infección por
Streptococcos mutans. Miller, en 1882, propuso la etiopatoge-
nia de la caries dental indicando como factor más importante la
Figura 5.2
Esquema de factores que influyen en la presencia de la caries dental.
FACTORES EXTRÍNSECOS
Dieta. Iniciaremos con la dieta ya que es el resultado del conjun-
to de factores extrínsecos y de esta dependerá en gran medida la
aparición de la caries dental. Una de las principales funciones de
la cavidad oral, y quizás la que realiza en primera instancia, es el
procesamiento de alimentos. La composición y consistencia de los
alimentos consumidos determina el tipo de microorganismo que
domina la flora de la cavidad bucal y la naturaleza de las fuerzas
biomecánicas afecta a los dientes y mandíbula (Hartles y Leach,
1975; Burt e Ismail, 1986; Marcantoni, 2001).
FACTORES INTRÍNSECOS
La malposición dentaria, el apiñamiento, la profundidad de las fo-
sas y fisuras de los dientes, así como la complejidad en la morfo-
logía de los mismos facilitan la producción de la caries. Las zonas
del diente de difícil limpieza tendrán más predisposición a padecer
caries que las zonas de fácil limpieza (Lukacs, 1989).
Los dientes posteriores, molares y premolares, son más suscepti-
bles a la caries ya que su morfología es más sinuosa que los dientes
anteriores y además presentan una cara oclusal donde abundan los
surcos, fosas, puntos y fisuras, superficies que la lengua no limpia
tan fácilmente como las planas o incisales de los dientes anteriores;
las zonas que pueden ser limpiadas por las mucosas y por la lengua
se denominan zonas de autoclisis. Los incisivos inferiores son los
menos sensibles, pero suelen afectarse en casos de caries muy gra-
ve (Lukacs, 1989; Esponda, 1994; Hillson, 1996; Magennis, 1999).
En relación con el tipo de dentición, temporal o permanente, la
caries dental tiende a ser más frecuente en dientes con esmalte in-
maduro, con bajo contenido en materia inorgánica, que en dientes
con esmalte maduro y alto contenido en materia inorgánica. Por
ello la caries dental es más frecuente en el paciente infantil (esmal-
te inmaduro) que en el paciente adulto (esmalte maduro) (Volker y
Russel, 1973; Hillson, 1996).
La presencia de caries puede observarse por clase de diente, de-
bido a la susceptibilidad de cada uno a esta u otras patologías. En el
caso de los incisivos y caninos, estos presentan un registro reducido
de la patología en comparación con los dientes posteriores como
ABSCESOS
En general, la caries sin tratar podría implicar la destrucción total
de la corona y partes importantes de la raíz; esto provoca la exposi-
ción de la cámara pulpar. La infección de la cámara pulpar causa la
aparición del absceso a nivel apical, seguido de un proceso de des-
trucción del hueso alveolar, lo que llevará a la pérdida del diente
(Lukacs, 1989; Whittington, 1999; Hillson, 2001; Ortner, 2003b).
El absceso se define como un proceso infeccioso que resulta
en la exposición de la pulpa a consecuencia de un desgaste seve-
ro o, en muchas ocasiones, de una caries extensa la cual produ-
ce una inflamación o muerte de la pulpa (Lukacs, 1989; Ortner,
2003b) (Figura 5.3). Autores como Lukacs (1989) y Hillson (1996)
han relacionado los abscesos con la caries, tomando en cuenta
que son a menudo la condición resultante de un proceso incesan-
te de destrucción dental que puede derivar precisamente de una
Figura 5.3
Absceso osteolítico a nivel del segundo premolar y del primer molar inferior. Notar que el segundo premolar presenta
una caries que ha destruido casi completamente la corona.
Figura 5.4
Primer molar permanente perdido en vida (AMTL). Se aprecia como el hueso alveolar se cerró una vez
que se perdió la pieza dental.
ANÁLISIS Y REGISTRO
Para la realización del registro de la caries, abscesos y pérdida de
dientes en vida se sigue un orden de acuerdo con la colección a
estudiar. Se selecciona cada una de las cajas que contienen a los
individuos y se prepara una hoja de registro. Se revisan en bus-
ca de individuos que presenten dientes permanentes y hueso en
MÉTODO DE IDENTIFICACIÓN
DE PATOLOGÍAS DENTALES
Para el análisis de las patologías dentales como la caries, abscesos y
AMTL se usa la técnica de observación macroscópica en las piezas
dentales y en el hueso dental con la ayuda de la microscopía de
una lupa de magnificación para identificar y determinar la profun-
didad de cada padecimiento.
Para que dichas patologías dentales puedan ser registradas sin
ninguna duda, cuando la pieza dental, o en el caso del hueso, no
permita la visibilidad, se procura la limpieza del diente o hueso
empleando un cepillo de dientes suaves y un frasco de alcohol
(diluido en agua al 50%) para facilitar la visión de los defectos que
se pueden esconder o pasar desapercibidos debajo de la tierra;
además de ello se utiliza un explorador dental (instrumento # 5)
para remover la tierra y determinar la profundidad de cada una
CONCLUSIONES
La caries dental ha estado presente en la civilización humana des-
de sus inicios hasta nuestros días y, contrario a lo que se esperaría
ante los múltiples estudios realizados al respecto, parece afectar
más a las poblaciones actuales (vivas) que a las más antiguas. Esta
situación es alarmante puesto que la patología, de no ser atendida
a tiempo, terminará en un absceso (que es muy doloroso y afecta
la salud general del individuo) o causará la pérdida del diente
con lo que se verá disminuida la calidad de vida de la persona
afectada.
Como hemos notado, la etiología de la caries es multifactorial;
no podemos aislar la cavidad oral de los individuos del resto de
su cuerpo ni de su entorno. Tampoco podemos atribuirle la causa
de esta patología a un solo factor (como los microorganismos o la
sacarosa). Se debe comprender que para que la caries dental se
presente se necesita la conjunción de varios factores. Sin embargo,
las condiciones para el desarrollo de la caries dependen en gran
medida del balance químico entre el pH de la superficie dentaria
y la disponibilidad de carbohidratos. La acidez bucal provocará la
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Figura 6.1
Hipoplasia del
esmalte en dientes
inferiores.
Figura 6.2
Canino mandibular
que presenta
múltiples evidencias
de defectos
hipoplásicos,
evidenciados por las
flechas.
Superior Inferior
tabla 6.1
División de zonas de crecimiento en los dientes anteriores, y la edad en la que sucede cada una,
modificado de Reid y Dean (2000).
CONSIDERACIONES FINALES
A lo largo del presente capítulo presentamos una breve introduc-
ción al campo del análisis e interpretación de la hipoplasia del
esmalte como indicador de cargas continuas de estrés. El objetivo
de este trabajo es demostrar que este tipo de investigación puede
ser aplicada no solo en complemento de otros indicadores y pato-
logías, sino también como un elemento diagnóstico que por su ca-
rácter de indicador no específico puede manejarse como elemento
multivariable. Otra de las ventajas es que el análisis y manejo de
datos de la hipoplasia pueden manejarse tanto de manera cuantita-
tiva como cualitativa.
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Figura 7.1
Aspecto de un diente
con afectación con
Grado 4. (Molnar
1971; foto Julio Chi)
tabla 7.1
Desgaste oclusal tomado de Molnar 1971 y modificado por el autor
(redibujado por C. Méndez).
Molnar (1971)
El diente no
presenta facetas de
1
uso que puedan
registrarse.
Se empiezan
a marcar las
facetas de uso en
2
tamaño mínimo,
la dentina no es
observable.
El diente presenta
desgaste de patrón
de cúspide
(la cúspide
del diente
3
se encuentra
borrada), pequeños
parches de dentina
pueden estar en
dientes posteriores.
El desgaste de
dientes anteriores
es mínimo, en
4 dientes pueden
estar presentes más
de dos parches de
dentina.
En dientes
anteriores el
parche de dentina
ya es extenso, en
5 dientes posteriores
la dentina
secundaria puede
estar ligeramente
presente.
En dientes
anteriores la
dentina secundaria
puede estar
presenta de
moderada a
6
extensa, en dientes
posteriores la
dentina secundaria
es fuerte y el diente
tiene un aro de
esmalte.
El parche de
dentina secundaria
es extenso tanto
para los dientes
anteriores como los
7
dientes posteriores,
la corona del
diente se encuentra
disminuida en
tamaño.
En este último
grado de desgaste
la corona del
8 diente desaparece
y la raíz funciona
como superficie
oclusal.
tabla 7.2
Criterios de evaluación del desgaste en dientes maxilares según Lovejoy (1985), modificado por el autor.
Continúa
De los dientes anteriores, son los caninos los
que presentan más parche de dentina, de los
B2 16–20
dientes posteriores el M1 presenta un pequeño
parche de dentina.
tabla 7.3
Criterios de evaluación del desgaste en dientes mandibulares según Lovejoy (1985), modificado por el autor.
Continúa
El desgaste de los dientes anteriores reduce a
casi la mitad el cuerpo de la corona, el M1 y
F 30–35
M2 tienen un desgaste mayor que la Fase E, el
M3 ya presenta un pequeño parche de dentina.
CONCLUSIONES
Al ser el diente el mejor material preservado en las muestras esque-
léticas, el estudio del desgaste dental nos provee de información
acerca de dieta, patrones ocupacionales y costumbres culturales
que no podríamos saber de otra forma. Sin embargo, se deben to-
mar en cuenta factores que influyen en la interpretación, ya que
existe escasa información sobre las fuerzas y patrones de mastica-
ción, hábitos orales, posición del diente, pH oral, y otros factores
los cuales interactúan durante las acciones dinámicas y recíprocas
de dientes superiores e inferiores.
Como se mencionó anteriormente es necesario considerar que
las manifestaciones del desgaste pueden variar en apariencia y gra-
do según a cómo el individuo reacciona ante el agente etiológico,
medio ambiente, y a su característica genética.
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Andrea Cucina
ISÓTOPOS ESTABLES
Los isótopos son átomos de los mismos elementos químicos, que
son químicamente idénticos, pero difieren en peso atómico. De-
bido a que el peso atómico se mide por medio del número de
protones y neutrones, los isótopos son átomos que tiene el mismo
número de protones, aunque varían en términos de neutrones (Kat-
zenberg, 2008). En el caso del carbono (C), por ejemplo, se cono-
cen dos formas isotópicas, el 12C y el 13C (respectivamente de peso
atómico 12 y 13): se definen isótopos "estables" porque no decaen
a lo largo del tiempo, transformándose en otros elementos (es decir,
son estables), a diferencia de los isótopos radioactivos (el 14C), que
tienen una vida relativamente limitada y decaen formando otros
elementos (el 14C se transforma en 14N).
El tipo de información que se puede recabar del estudio de los
isótopos estables depende del tipo de elemento que se analiza. Al-
gunos elementos son indicadores del tipo de alimentación (dieta),
mientras que otros permiten detectar la presencia de individuos
que no nacieron en el lugar donde fueron enterrados, y hasta iden-
tificar la región de procedencia del individuo (Katzenberg, 2008).
Cabe subrayar que en el caso de los estudios de paleodieta, es-
tos se dirigen principalmente al tejido óseo debido a que, como
ya se mencionó antes, este tejido informa sobre la última década
de vida del individuo; lógicamente, aspectos de paleodieta tienden
a reconstruir lo que el individuo comía en su vida, no durante los
primeros años de su infancia. Por esta razón, por lo que abarca
la temática de isótopos estables, en este capítulo nos dirigiremos
Figura 8.1
Distribución de algunos valores de 87Sr/86Sr en área maya. Modificado por el autor de Price y Burton, 2010.
tabla 8.1
Esquema de las combinaciones de valores del isótopo de 87Sr/86Sr entre huesos y dientes en relación con el valor local.
"Local" indica que el valor corresponde a lo registrado en la región, "foráneo" indica que los valores no coinciden.
Esmalte
--------------
------------- Local Foráneo
Hueso
tabla 8.2
Valores del δ18O en cuatro sitios mesoamericanos. Los valores son expresados en por mil (partes por miles).
Tikal -0.5 a -3
Copán -4 a -6.5
Teotihuacan -7 a -8
ELEMENTOS TRAZA
Los elementos traza, a diferencia de los isótopos estables, son ele-
mentos que se presentan en los diferentes tejidos en cantidades
muy reducidas —de allá el término "traza"—, y no toman en con-
sideración las proporciones o los valores de delta, más bien son
analizados de acuerdo con la cantidad absoluta que usualmente
se mide en partes por millones (ppm). El análisis de los elementos
traza de hecho mide la composición química del tejido.
En las décadas de los años setenta y ochenta del siglo XX, los
elementos traza tuvieron su auge en los estudios bioarqueológicos
de paleodieta, siendo considerados como indicadores para poder
reconstruir el tipo y calidad de dieta, y con este fin se tomaban en
cuenta elementos como el Sr (estroncio), Ba (bario), Zn (zinc), Mn
(manganeso) Mg (magnesio) y otros, cada uno siendo indicador de
un tipo u otro de dieta (Sanford y Weaver, 2000). El estroncio era
considerado un indicador del consumo de vegetales, mientras que
el bario o el zinc indicaban la cantidad de alimentos proteicos de
origen animal. Sin embargo, en consecuencia de un mejor y más
profundizado conocimiento del comportamiento de los elementos
traza, el mundo científico se dio cuenta de que los elementos tra-
za no eran tan buenos indicadores de paleodieta, siendo en mu-
chos casos su concentración alterada por los procesos diagenéticos
(Sanford y Weaver, 2000), o porque existían procesos fisiológicos
de absorción y biopurificación que necesitaban ser entendidos
para poder interpretar correctamente los valores de concentración
de los elementos traza (Ezzo, 1994). Por estas razones, poco a poco
los elementos traza perdieron su atractivo como indicadores de pa-
leodieta (Burton y Price, 2000) y fueron paulatinamente abandona-
dos para dirigir la atención hacia los isótopos estables.
Sin embargo, el interés sobre los elementos traza no desapa-
reció completamente. Numerosos estudios sugirieron que los
elementos traza pueden proporcionar útiles evidencias sobre
procesos migratorios, amamantamiento o destete (Curzon, 1983;
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Vera Tiesler
tabla 9.1
Clasificación de modificaciones dentales culturales (retomado de Alt y Türp, 1997).
MODIFICACIONES DENTALES ARTIFICIALES
MODIFICACIONES ACCIDENTALES MODIFICACIONES INTENCIONALES
Mutilaciones
Dietario\parafuncional Ocupacional\traumático Habitual Terapia dental
dentales (orales)
Abrasión Dientes como instrumentos Hábitos higiénicos Mutilaciones Prótesis
• desgaste oclusal • defectos de tejidos duros en • Extensos defectos de dentales • dentaduras
(desgaste mecánico los dientes anteriores (p.e. tejidos duros (defectos • limado • puentes
debido a la trabajo de pieles, LSAMAT) en forma de cuna, • lasqueo • fundas
masticación; efecto • defectos de tejidos duros causados por el uso de • adorno
de estrategias de en dientes aislados o cepillos de dientes) • ablación Ortodoncia
subsistencia) particulares (indicador de • blanqueado conservadora
• desgaste interproximal actividades específicas: Marcas dentales • teñido • empaste metálico
(masticación) cestería, desollamiento individuales • cambio de • empaste no
• patrones de de tendones, etc.; incluye • defectos aislados en posición metálico
microdesgaste también actividades tejidos duros • amputación
(característicos de profesionales modernas: • defectos en tejidos • germectomía Cirugía oral
dietas específicas) zapatería, música) duros no específicos • extracción dental
(p.e. defectos por Mutilaciones orales • trepanación
Atrición Trauma dental romper semillas, • body piercing dental
• desgaste de contacto • fisuras facetas de desgaste por moderno • reimplantación
(atrición fisiológica de • dientes resquebrados succionar cantos) dental
la fricción de contacto) • cúspides fracturados • tratamiento de
• bruxismo (atrición no • dientes partidos Erosión dental fractura
fisiológica causada por • fracturas verticales en la raíz • prácticas en el cuidado
factores de estrés, etc.) • dientes lasqueados infantil (dispositivos Tratamiento
• dientes fracturados de alimentación, periodonal
Erosión dental • pérdida traumática de chupetes) • ligadura de oro
• alimentos erosivos dientes • vómito crónico
(p.e. frutas citrícas)
• bebidas erosivas Erosión dental
(p.e. jugo de limón) • defectos de tejidos duros
afectando la dentadura
completa (mineros, canteros,
trabajadores de cantera,
químicos)
Figura 9.1
Infección pulpar de incisivo central maxilar sufrido por un individuo con incrustación y prolongado tiempo de desgaste
(Entierro 4, Temp. ‘73, Jaina, Camp./ DAF-INAH).
Figura 9.2
Esquema de estrías
del desgaste artificial
sobre la dentición
frontal maxilar y
mandibular.
Figura 9.3
Tabla de clasificación, propuesta por Romero (1986b y modificada por Tiesler, 2000).
Aparecen en gris todos los tipos documentados en área maya.
Los asteriscos señalan tipos adicionales reportados
y las cruces identifican tipos recientemente encontrados en área maya.
Figura 9.4
Formas genéricas de incrustaciones dentales, observadas en el área cultural maya (clasificación adaptada de Romero,
1958:75; Tiesler, 2000:44).
Figura 9.5
Patrones visuales
básicos de las
decoraciones
dentales. (Tiesler,
2000:47)
Figura 9.6
Decoración dental que combina la incrustación de piezas de jadeita y pirita con un limado de las esquinas distales
de los incisivos superiores centrales (Entierro 2, p. 24, Dzibanché, Proyecto Sur de Quintana Roo, INAH).
Figura 9.7
Incisivo central
con surcos sobre
la superficie
incisal (Entierro 71
asociado).
Figura 9.8
Muescas de cincelado en incisivo central izquierdo, Entierro 19 (foto: V. Tiesler).
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