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Marx Karl - Manucritos Económico - Filosoficos Del 1844
Marx Karl - Manucritos Económico - Filosoficos Del 1844
MARX
MANUSCRITOS
ECONOMIAY
FILOSOFIA
A LIA N ZA
EDITORIAL
Karl Marx:
Manuscritos: economía y filosofía
El Libro de Bolsillo
Alianza Editorial
Madrid
Primera edición en «E l Libra de B olsillo»: 1968
Segunda edición en «E l labro de B olsillo»: 1969
Tercera edición en «E l Libro de B olsillo»: 1970
Cuarta edición en « E l L ibio de B olsillo»: 1972
Quinta edición en «E l lib r o de B olsillo»: 1974
Sexta edición en «E l L ib io de B olsillo»: 1977
Séptima edición en «E l L ibro de B olsillo»: 1979
Octava e d id ó o en «E l Libro de B olsillo»: 1980 (m arro)
N ovena edición en «E l l ib i o de B olsillo»: 1980 (diciem bre)
Sobre la traducción
F. R.
Prim er Manuscrito
El M anuscrito n.m 1 consta d e nueve folios (IB hojas,
26 páginas) que fueron unidos p o r M arx form ando un
cuaderno. Las páginas fueron divididas, antes d e escribir
en ellas, en tres columnas, por m edio d e dos rayas vertir
cales. Cada una d e las columnas lleva, d e izquierda a
derecha, e l siguiente títu lo: Salario, B eneficio d el Capital,
R enta d e la tierra. A parentem ente M arx pensaba des
arrollar paralelam ente estos tres temas con igual exten
sión. A partir d e la página X X I I M arx escribió sob re la
totalidad d e las páginas, sin respetar la división en co
lumnas; esta parte es la que, d e acuerdo con e l contenido,
ha sido titulada: El trabajo enajenado.
El M anuscrito se interrum pe en la página X X V II.
E l prólogo fu e escrito al final y está incluido en los
folios correspondientes al M anuscrito tercero.
P r ó lo g o
Salario
(b) detallistas.
60 Kar) Marx
( I ) 1 ) E l capital
1) ¿E n qué se apoya el capital, es decir, la propiedad
privada sobre los productos del trabajo ajeno? «Cuando
el capital m ism o no es simplemente robo o malversación,
requiere aún el concurso de la legislación para santificar
la herencia» (Say, t. 1, pág. 136).
¿C óm o se llega a ser propietario de fondos producti
vos? ¿C óm o se llega a ser propietario de los productos
creados mediante esos fondos?
M ediante el derecho positivo (Say, t. I I , pág. 4).
¿Q ué se adquiere con el capital, con la herencia de un
gran patrim onio, por ejem plo? Uno que, por ejem plo,
hereda un gran patrim onio, no adquiere en verdad con
ello inmediatamente poder político. La clase de poder
que esta posesión le transfiere inmediata y directamente
es el poder de comprar; éste es un poder de mando sobre
todo el trabajo de otros o sobre tod o producto de este
trabajo que se encuentre de m om ento en el mercado
(Sm ith, t. I , pág. 61).
E l capital es, pues, el poder de G obierno sobre el tra
ía) «Tenemos la convicción, que... comparten los comisarios
encargados de la investigación sobre la situación de los tejedores
manuales, de que las ¿andes ciudades industriales perderían en
poco tiempo la población de trabajadores si no recibiesen conti
nuamente de los campos vecinos nuevas reclutas de hombres
sanos, de sangre nueva» (pág. 362, 1. c.).
Primer Manuscrito 69
Renta de la tierra
( I ) El derecho de los terratenientes tiene su origen
en el robo (Say, t. I, pág. 136, nota). Los terratenientes,
com o todos los hom bres, gustan de cosechar donde no
han sembrado y piden una renta incluso por el producto
natural de la tierra (Sm ith, t. I, pág. 99).
«Podría imaginarse que la renta de la tierra n o es
otra cosa sino el beneficio del capital que e l propietario
em pleó en mejorar el suelo. H ay casos en que la renta
d e la tierra puede, en parte, ser e sto ... pero el propieta
rio exige 1) una renta aun por la tierra que no ha expe
rimentado m ejoras, k> que puede considerarse com o in
terés o beneficio de los costos de mejora es, p or lo gene
ral, sólo una adición a esta renta originaría. 2 ) P or otra
parte esas mejoras no siem pre se hacen con el capital
del dueño, sino que, en ocasiones, proceden del capital
del colon o, pese a lo cual, cuando se trata de renovar el
arrendamiento, el propietario pide ordinariamente un
aumento de la renta, com o si todas estas mejoras se hu
bieran hecho por su cuenta. 3 ) A veces también exige
una renta por terrenos que no son susceptibles de m ejo-
(w) Prestamista sobre prendas.
(*) Renta neta y bruta.
88 K&rl Marx
rar por la mano del hom bre» (Sm ith, t. I» págs. 300-301).
Smith cita com o ejem plo del últim o caso el salicor, un
tipo de alga que, al quemarse, da una sal alcalina con la
que puede hacerse jabón, cristal, etc. Crece en la Gran
Bretaña, especialmente en Escocia, en distintos lugares,
pero sólo en rocas que están situadas bajo la marea alta
y son cubiertas dos veces al día por las olas, y cuyo
producto, por tanto, no ha sido jamás aumentando por
la industria humana. Sin em bargo, el propietario de los
terrenos en donde crece este tipo de plantas exige una
renta igual que si fuesen tierras cultivables. En las pro
ximidades de la isla de Shetland es el mar extraordinaria
mente rico. Una gran parte de sus habitantes vive ( I I ) de
la pesca. Pero para extraer un beneficio de los productos
del mar hay que tener una vivienda en la tierra vecina.
«L a renta de la tierra está en proporción no de lo que
el arrendatario puede hacer con la tierra, sino de lo que
puede hacer juntamente con la tierra y el m ar» (Sm ith,
tom o I, págs. 301-302).
«L a renta de la tierra puede considerarse com o produc
to de la fuerza natural cuyo aprovechamiento arrienda el
propietario al arrendatario. Este producto es mayor o
m enor según sea mayor o m enor el volumen de esta
fuerza, o en otros térm inos, según el volumen de la
fertilidad natural o artificial de la tierra. Es la obra de
la naturaleza la que resta después de haber deducido o
com pensado tod o cuanto puede considerarse com o obra
del nom bre» (Sm ith, t. I I , págs. 377-378).
«E n consecuencia, la renta de la tierra, considerada
com o un precio que se paga por su uso, es naturalmente
un precio d e m onopolio. N o guarda proporción con Jas
mejoras que el propietario pudiera haber hecho en ella o
con aquello que ha de tomar para no perder, sino más
bien con lo que el arrendatario puede, de alguna form a,
dar sin perder» (Sm ith, t. I , pág. 302).
«D e las tres clases productivas la de los terratenientes
es la única a la que su renta no cuesta trabajo ni desve
los, sino que la percibe de una manera p or así decir
Primer Manuscrito 89
Kart Mane. 4
98 Karl Marx
El trabajo enajenado
(X X I I ) Hemos partido de los presupuestos de la Eco
nomía Política. Hemos aceptado su terminología y sus
leyes. Damos por supuestas la propiedad privada, la se
paración del trabajo, capital y tierra, y la de salario,
beneficio del capital y renta de la tierra; admitamos la
división del trabajo, la competencia, el concepto de valor
de cambio, etc. Con la misma Economía Política, con
sus mismas palabras, hemos demostrado que el trabaja-
104 Ktrl Marx
de! intercam bio. Tam bién es sólo este últim o el que hace
útil aquella diversidad. Las propiedades particulares de
las distintas razas de una especie animal son por natu
raleza más distintas que la diversidad de dones y activi
dades humanas. Pero com o los animales no pueden inter
cambiar, n o le aprovecha a ningún individuo animal la
diferente propiedad de un animal de la misma especie,
p ero d e distinta raza. Los animales no pueden adicionar
las diversas propiedades de su especie; n o pueden apor
tar nada al provecho y al bienestar com ún de su especie.
O tra cosa sucede con el hom bre, en el cual los más
dispares talentos y form as de actividad se benefician recí
procam ente porque pueden reunir sus diversos productos
en una masa com ún de la que todos pueden comprar.
C om o la división del trabajo brota d e la propensión
al intercam bio, crece y está limitada por la extensión del
intercam bio, del mercado. En el estado avanzado todo
hom bre es com erciante, la sociedad es una sociedad mer
cantil. Say considera el intercam bio com o casual y no
fundamental. La sociedad podría subsistir sin él. Se hace
indispensable en el estado avanzado de la sociedad. N o
obstante, sin él no puede tener lugar la producción. La
división del trabajo es un cóm odo y útil m edio, un hábil
em pleo de las fuerzas humanas para el desarrollo de la
sociedad, pero disminuye la capacidad de cada hom bre
individualm ente considerado. La última observación es
un progreso de Say.
Skarbek distingue las fuerzas individuales, inherentes
al hom bre (inteligencia y disposición física para el tra
bajo), de las fuerzas derivadas de la sociedad (intercam
b io y división del trabajo) que se condicionan mutua
mente. Pero el presupuesto necesario del intercam bio es
la propiedad privada. Skarbek expresa aquí en forma
objetiva lo mismo que Smith, Say, Ricardo, etc., dicen
cuando señalan el egoísm o, el interés privado, com o fun
damento del intercam bio, o el com ercio com o la forma
esencial y adecuada del intercambio.
M ili presenta e l com ercio com o consecuencia de la
división d el trabajo. La actividad humana se reduce para
Tercer Manuscrito 175
Dinero
(X L I) Si las sensaciones, pasiones, etc., del hombre
son no sólo determinaciones antropológicas en sentido
estricto, sino verdaderamente afirmaciones ontológicas del
ser (naturaleza) y si sólo se afirman realmente por el
hecho de que su ob jeto es sensible para ellas, entonces
es claro:
1) Que el m odo de su afirmación n o es en absoluto
uno y el mismo, sino que, más bien, el diverso m odo
de la afirmación constituye la peculiaridad de su exis
tencia, de su vida; el m odo en que el objeto es para
ellas él m odo peculiar de su goce. 2 ) A llí en donde la
afirmación sensible es supresión directa del objeto en
su form a independiente (com er, beber, elaborar el obje
to, etc.), es ésta la afirmación del objeto. 3 ) En cuanto
el hom bre es humano, en cuanto es humana su sensa
ción , etc., la afirmación del objeto por otro es igualmente
su propio goce. 4 ) Sólo mediante la industria desarro
llada, esto es, por la mediación de la propiedad privada,
se constituye la esencia ontológica de la pasión humana,
Tercer Manuscrito 177
Fenomenología
A ) La autoconciencia
I. Conciencia or) C erteza sensorial o lo esto y l o mío.
6 )' La tpercepción ^o la cosa con sus propiedades y la
ilusión, y ) Fuerza y entendim iento, fenóm eno y mundo
suprasensible.
I I. Autoconciencia. La verdad de la certeza de sí mis*
m o. a) Dependencia e independencia de la autoconcien
cia, señorío y vasallaje, b ) Libertad de la autoconciencia.
E stoicism o, escepticism o, la conciencia desventurada.
I I I . Razón. Certeza y verdad de la razón. Razón ob
servadora; observación de la naturaleza y de la autocon
ciencia. b ) Realización de la autoconciencia racional me
diante ella misma. El goce y la necesidad. La ley del
corazón y el delirio de la presunción. La virtud y el
curso del m undo, c ) La individualidad que es real en sí
y paca sí. E l reino animal del espíritu y e l fraude o la
cosa misma. La razón legisladora. La razón examinadora
de leyes.
B) E l espíritu
1. El verdadero espíritu: la ética. I I. El espíritu ena
jenado de sí, la cultura. I I I . El espíritu seguto de sí
m ism o, la moralidad.
C ) La Religión
Religión natural, religión estética, religión revelada.
D ) E l saber absoluto
C óm o la Enciclopedia de H egel comienza con la lógica,
con el pensam iento especulativo puro, y termina con el
saber absoluto, con el espíritu autoconsciente, que se
capta a sí mismo, filosófico, absoluto, es decir, con el
espíritu sobrehumano abstracto, la Enciclopedia toda no
es más que la esencia desplegada del espíritu filosófico,
Tercer Manuscrito 187
209
210 Bibliografía
213
214 Notas
A lo s Manuscritos d e K arl M a rx
Prólogo
1 Probablemente se refiere aquí Marx a la Crítica de la Filo
sofía del derecho de Hegel (párrafos 261 a 313). que había re
dactado en el verano de 1843.
1 E l párrafo entre corchetes aparece en el manuscrito tachado
por Marx con líneas verticales. El «ignorante critico» a que
Marx se refiere es, sin duda, Bruno Bauer, pues a él pertenecen
las frases citadas. •
1 Se refiere a los Veintiún pliegos desde Suiza ( Einundzwan♦
zig Bogen aus der Scbw eiz), editados por Georg Herwegh en
Zurich y Wintcrthur. El título de esta revista tiene su origen en
el reglamento de censura del reino de Prusia que permitía !a
entrada en el país de las publicaciones hechas en el extranjero
siempre que no excedieran de veintiún pliegos. En los veintiún
pliegos había publicado M . Hess tres artículos: «Socialismo y
comunismo». «L a libertad una y entera» y «Filosofía de la ac
ción ». Moses Hess es también probablemente el autor de la
V parte de la Ideología alemana. Su ruptura con Marx, a cuyo
pensamiento aportó, entre otras cosas, la categoría de Entfremd-
ung, o al menos su uso para la crítica de la economía y la polí
tica, se produjo entre 1852 y 1854.
é Las Anekdota zur neuesten deutseben Philosophie und P «.
bl'nistik comprenden dos volúmenes editados por A m old Ruge,
también en Suiza, en 1843, en los que se recogen los artículos
destinados a los Deutsche Jahrbücber, editados por el mismo
Ruge, que la censura prusiana rechazó.
* El párrafo entre corchetes aparece en el Manuscrito tacha
d o por Marx con líneas verticales.
* Id.
Notas 215
Primer manuscrito
‘ Simple humanidad. Marx se refiere a un pasaje de 'Ltf rique
za de las naciones que aparece en c! vol. I, pág. 138 de la
edición francesa en 5 volúmenes hecha por Garhier (París. 1802).
con arreglo a la cual él cita.
1 Smith, I, 193-
1 Smith, I, 159 y ss.
4 Se refiere naturalmente a A . Smith. quien hace la afirma
ción que sigue en el vol. I , pág. 129.
* En sus cuadernos de resúmenes, al comentar la obra de
Me Culloch, Marx insiste sobre el tema diciendo (M E G A . I, 3,
página 556) « ¿ Q u é prueban, sin embargo, estos promedios? Que
cada vez se prescinde más del hombre, que cada vez se deja más
de lado la vida real y se atiende sólo al movimiento abstracto
de la propiedad material e inhumana. Las cifras de promedio son
insultos formales, injurian a los únicos Individuos reales».
6 Verosímilmente se trata de un error de pluma de Marx,
pues el término que emplea Schutz, y el que tiene sentido, es el
de Kdrperskraft (fuerza física), en tanto que Marx escribe Ar-
beitskraft (fuerza de trabajo).
T Político liberal inglés (1778-1868), que perteneció al grupo
reformista y figuró entre los fundadores de la famosa Edinburgb
Review, que animaron los discípulos de fientham. Su llama
miento es paralelo y casi coetáneo al también famoso «Enrique
ceos», del francés Guizot.
* Buret» I, 42.
* Ib¡d., pág. 43.
'• Ibid., I, 50. Buret dice sólo: «resultado de un mercado
líbre».
M Ibid., pág. 193, nota.
** Sismondi, Nouveaux principes d'économic politiquc (Parts,
1819), t. II.
u Error de copia de Marx. Smith habla de las «provincias
meridionales».
14 Se refiere al estudio de A . von Treskow, D er bcrunanniscbc
Üistrikt zwiscben Birminghan und Wolverbampton (El distrito
minero entre B. y \V.), en Deutsche Vierteljahrsscbrift, Stuttgart-
Tübingcn, Año I (1838), Cuaderno 3, pág. 47 y ss.
” Verosímilmente se refiere aquí Marx a las consideraciones
de Smith en lib. I, cap. X (Los salarios y beneficios en los dis
tintos empleos de la mano de obra y del capital), Parte I (Des
igualdades que surgen d e la naturaleza de los empleos mismos).
f.V. del E .}
14 Soy, Traité, vol, II , cap. V .
n En M E G A se dice «dich o trabajo» (diese A rbeit), que es
lo que efectivamente escribe Marx. Se trata probablemente, sin
embargo, de un error de pluma por «dichos alimentos» ( diese
216 Notas
Segundo manuscrito
1 Con el término de Amcndment Bill (Ley de reforma) se refie
re aquí Marx a la New Poor Law o Nueva Ley de Pobres, de 1834,
que modificó la de 1681 liberando a las parroquias de la obliga*
ción de mantener a sus pobres y creando las workhouses o «casas
de trabajo», popularmente llamadas «Bastillas», que Dickens des
cribió en Olivar Twist. Comentando la labor ele los comisarios
que aplicaron estas leyes, Trevelyan (British History in tb e 19tb
century and after, 2.* ed., 1960, pág. 250) dice que « ... estaban
decididos a que la suerte del pobre fuera claramente peor que la
del cultivador independiente. Como, desgraciadamente, n o podían
mejorar la condición de éste, tuvieron que hacer peor la de
aquél». (N , d el E .)
* Adeptos de la fisiocracia, teoría económicosocial que, a
diferencia del mercantilismo, ve en la tierra y Ja agricultura (y de
ahí su nombre) la base fundamental de la riqueza de los pueblos.
Los fisiócratas veían en la tierra, no en el trabajo, c! origen del
valor, y fueron los primeros en elaborar un modelo teórico de
producción, intercambio y consumo. Los nombres más destacados
de esta escuela, que floreció en Francia en el siglo XVtfi, son los
de Quesnay, Baudcau, Mercicr de la Riviére, Dupont de Némouts.
Letrosne, Marqués de Mirabeau y Turgot. Sobre los fisiócratas
puede verse en castellano el trabajo de García Pelayo «La teoría
social de la fisiocracia», en Moneda y Crédito, nóm. 31 (diciem
bre 1949). (N . del E .)
T ercer manuscrito
1 Con el nombre de mercantilismo o sistema mercanritista
se conoce, no u n to un sistema elaborado de teoría económica,
como la política económica dominante en los Estados europeos
durante los siglos xvi al x v n i, cuya característica fundamental
es la de procurar el enriquecimiento del país mediante una balan
za exterior ¡positiva Que arrojase siempre un saldo favorable en
metales preciosos. Sobre el mercantilismo puede verse el exce
lente libro de Heckscher, cuya versión castellana ha sido publi
cada por el F. C. E .: de México. (N . d el E .)
* En su «E sbozo de crítica de la Economía Política»
(U m risse xu einer K ritík d er Naiionalókonomte) , publicado en
1844 en los Deutscbe-Franzósische jabrbücber. La interpretación
del protestantismo que sirve d e base a este símil, que es la que
M a n expone a continuación, es obra de Feucrbach. Vid. por
ejemplo, 55 1 y 2 de la Filosofía del Futuro (traducción española
de E. Vázquez, Universidad Genrral de Venezuela, Caracas, 1964).
(N . d el E .)
1 El pasaje de M . Hess a que Marx se refiere dice así: «La
propiedad material es el $er-psra-sf del espíritu hecho idea fija.
218 Notas
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Vida y obra Literatura/arte/cullura Historia
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a fio en su obra cien tífica y Los Miserabtes; H cn ri D unant: Souve. poleón III (coronar a Maximiliano em
celebra una sen e de entre- nirs de Solférino; F lau bcrt: Salambd; parador) se retira de Méjico. L incoln
vistas con Lassalle, q u e ha T urgueniev: Padres e hijos. La cscu t- decreta la em ancipación d e lo s esclavos,
id o a Londres para hablarle tura La Danza de Carpeaux. Foucault B ism arck n om brado prim er m in istro
Cuadro cronológico 241
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Cuadro cronológico 249
Indice
Introducción ........... 7
Manuscritos
Primer Manuscrito . 45
Prólogo ................ 47
Segundo Manuscrito 121
Tercer Manuscrito . 133
251
NVolum en doble
o s M A N U S C R I T O S so b r e tem as de