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Hacia el reconocimiento de conceptes ; centrales del analisis de género Las exposiciones realizadas en la presentacidn ei tomo Ill de “Uruguay desde la Sociologia”™ por ias dos comentaristas que participaron en esa instancia me estimulé a Présentar esta _Ponencia en las Jornadas de Investigacién de este afio. Ellas hacian notar que ef género estaba presente alin en trabajos que no habian adoptado esta perspectiva ¥ que ellos ofrecian muchos puntos de entrada Para consideraciones acerca de las. desigualdades de sénero. En efecto, es posible encontrar investigaciones que presentan informacion em. pirica que visibilizan desigualdades entre mujeres y varones, a pesar de que sus autores/ = as no hayan tenido come objetivo analizar esas desigualdades. Rosario Aguirre? El largo camino del recenocimiento de las desigualdades Esto es muy estimulante para quienes desde hace muchos aitos impulsamos esta perspectiva. Lavisibilidad de fas mujeres como colectivo asi como de las desigualdades entre Mujeres y varones: ~_$¢ ha ido absiercio camino en las ultimas décadas. La prédica de la desagregacidn por sexo de la ‘ormacian estadistica basica, que se formalizé a Partir de los 80 ha pasado a formar parte de! © “sentido comin” en la investigacién social. Esto contrasta con lo que pasaba hace algunos afios. Por ejemplo, hasta hace poco la infor | Macién del desempiea abierto no se presentabs abierta por sexo, al punto que en la exposicién de un ‘Fabajo realizado para la Direccidn Nacional de Empleo (DINAE) una de fas autoras frente a una pregunta el publico afirmé que no era relevante la Contribucion de las mujeres 2 la tasa de desempleo, Mirando en perspectiva potiemos afirmar que se han producide notorios avances en fa des- aBregaci6n por sexo de las principales variables socioecondmicas y demograiicas’, come resultado. {fe las demandas de las organizaciones de mujeres, del feminism academico, de las organizaciones Mteracionales y de fas cumbres mundiales. A pesar de esta constatacién todavia queden aspecios _ Stel oscuridad debido a falta de Claridad conceptual para definir Categorias que permitan ia captacién de informacién relevante para dar cuenta de estas desigualdades. Lo que deseo resaltar en esta ocasién es que a pesar del reconocimiento de las desigualda- Ses se constatan insuficiencias en el planteo de preguntas que traten de comprender o explicar por Facultad de Ciencias Sociales, 10 de octubre de 2006, Profesors Tilar del Departamento de Soccleala, Responsable del Area de Sociologia de Género.rosarie@ee.edu. ay. EL Retiuto tlacienal de € 208 Rosati Agoere qué se producen. Observamos que se recurre a términos como “machismo, obstéculos culturaleg, institucionales. etc. sin avanzar mas alla. En muchos casos, si bien hay un tratamiento estadisticg de la variable sexo no hay propiamente un andjisis de género de la informacion generada. Pienso que muchos investigadores en e! momento actual a pesar de encontrar evidencias empiricas de lag. desigualdades no se atreven a incorporar conceptos ¢ interrogantes tedricas que consideran pert: necientes a otro campo 0 que no les parecen suficientemente “fuertes” o relevantes. Esto me conduce a presentar para el debate algunos concepts centrales de los enfoques de género de alta fecundidad para comprender las viejas y las nuevas desigualdades entre Pombresy ¥ mujeres, fos cuales constituyen aportes que eririquecen a {a teoria social. Conceptos cenirales La cuestion de género ha pasado a constituir un dilema clave para la teoria social y un cor transversal a la mayoria de las tematicas, segun expresiones de Giddens (1991). Este autor coloc ai género entre los cinco dilemas tedricos clave, o sea, pautas de discusién o centroversia del miss nivel que. por ejemplo, el dilema que se refiere a! peso de fos factores no econémicos en el desarro- io social moderno. En ese sentido, merecen destacarse fas contribuciones de tres de los tedriee sociales més influyentes, Pierre Bourdiey, Manuel Castells y Ulrich Beck. Por otro lado, se han realizado importantes trabajos que han abordado la cuestién del an. drocentrismo en la ciencia. Una linea de investigacién -desde una persnectiva de la sociologia del conocimiento- apunta a mostrar a la ciencia como un campo de conocimientos socialmente situades que estan permeados por los sistemas de género. Algunos estudios buscan develar el sexisrrit la naturaleza misma de los saberes que fas ciencias producen, tanto naturales como sociales. £ nuestra disciplina se trata de analizar el androcentrismo en los planteos de los padres fundadores de los tedricos contemporaneos*. En esta ponencia me voy a centrar en algunos desarrolios conceptuales innovadores realizado: en los estudios de género en las iltimas tres décadas que sdlo parcialmente han side incorporados: en esas visiones mas generales. Existe un corpus tedrico amplio y diversificado con un gran patel cial como “caja de herramientas" para estudiar las distintas facetas de los sistemas de génert: sus distintas manifestaciones. Voy a distinguir dos tipos de conceptos centrales de los enfoque: género: conceptos que pertenecen al acervo de la teoria social que son revisitados y una nueva ; neracién de conceptos que constituyen un aporte original al debate tedrico actual, Entre los prime fos conceptos de ciudadania, trabajo, igualdad y dominacidn. Podriamos agregar los concept tiempo y espacio que por razones de espacio dejaremos para otra oportunidad. Entre los seg las conceptos de division sexual del frabajo, relaciones sociales de genero y cuidados. Ciudadania A partir de la década de los noventa el viejo concepto de ciudadania ha adauiride una renov’ importancia en los trabajos de los tedricos sociales, en la mayor parte de los paises. Se ape! 4. Ver ta compilae C15, Madrid 1996, ealizads por Maria Angeles Durdn titulada Mujeres y Hombres en ta Formacian de ia Teoria Soe! Hacia ‘onocimianto de concegtos centres del anatsis de 3 209 argumentaciones tendientes 2 mostrar la vigencia del concepto de cisdadania social como modelo de reconocimiento de fas necesidades sociaies y como criterio para atender el bienestar social, Hoy dia la revisién del concepto adaulere vigencia dado que en el contexto de ta globalizacién la stectivizacién de fa ciudadania en cuanto a la concrecién de derechos econdmicos y soci por nuevas dificultades aunque al mismo tiempo se avanza en ef fogro de una mayor vi las diferencias entre identidades diferenciadas. Los cuestionamientos a los modelos de solidaridad y alos derechos sociales ante la crisis economica y la reaccién politica han jerarquizads las cuestiones de cludadania® Ei lenguaje de fa cludadenta esta cada vez mas presente en los discursos de las organizaciones sociales, de los movie mientos sociales y de los partidos politicos. Es asi que los vinculos entre jas diferentes dimensiones de la desiguaidad y !a posibilidad de ejercicio de fos derechos ciudadanos son objeto de atencién per parte de una creciente literatura, La propia configuracion de los derechos de ciudadania y su interrelacién es objeto de contro- versia, al mismo tempo gue se agregan nuevas di iones a fa discusién tales como la de género y etnicidad. Las reformas estructurales en ef contexte de le apertura comercial han conducido a los analistas 4 plantear multiples preguntas acerca de la democracia, las relaciones entre Estado, so- ciedad y mercado, respecto a fa apariciGn de nuevos actores sociales y a fos cambios en la cultura politica. Las nuevas dinémicas de inclusidn y exclusion vinculadas a la globalizacion y a jas transfor- ‘maciones de fa estructura social motivan cuestionamnientos a la propia idea de cludadania social. Los derechos sociales y econdmicos son mas dificiles de traducir en compromisos reales entre el Estado y la sociedad, por los costes sociales del ajuste fiscal y ta crisis laboral. La mayor parte de fos andlisis sociolégicos parten del ensayo de Thomas H. Marshall “Ciude- dania y Clase Social” (1998), resultado de una serie de conferencias dadas en Cambridge en 1949 en honor a Alfred Marshall , en fa que el mencionado autor elabord una nocién de ciudadania compleja Que muestra coma fos derechos se constituyen histéricamente formanda fa base de la cludadania moderna’. Este autor a partir del andlisis de la historia britanica distingue tres dimensiones en la cluda- danfa moderna: civil, politica y social. EY ideal kberal de ciudadanta aparece centrado en fos derechos Civiles y politicos. La ciudadania civil comprende Jos derechos necesarias para la libertad personal, la-fibertad de expresién y de pensamiento, los derechos de propiedad y los derechos a ‘a justicia. Fueron los primeros derechos conquistados para enfrentar el ejercicio arbitrario de la autoridad, El Estado debe respetarios y protegerlos contra fos abusos, alin del prapio Estado, Por su parte, la 5 Enel.caso europe la inclusiin def principio de ciudadania eniro de la Uni Europea ta incentivado el debate acerca Se las difcultades de deswncular ciudadania de nacionalidad, Otros factores que lienen que ver con ta expansion de esta temetica se vinculan la reorgenizacién de las fronteras nacionales, las orestones por las autonomias regionales, tas implicaciones paca todas fos estados de Ins fuerzas de la globalizacgn, a Paluralaza crecientemente moftictnice de ies sociedades. (Ver Pérez Ledesma M., 2000}. ST. H: Marshall (1808, op cit} deine li ciudadania como “aquel estalus cue se concede a kas miembros de pleno derecho «de una comunidad. Sus beneficiaries son iguates en cuanto afos derechos y oligaciones que implica. Aunque no existe i 8 son los. derechos y las obligeciones, les sociedades donde fs Cudadania 85 una nstituein n desarrollo crean la imagen de una ciudadoniakdeal que sive para caleter el éxito y es eto de 210 Rosario Aguirre ciudadania politica supone el derecho a participar en el ejercicio del poder politica @ través del voto y el derecho a ser elegido. Marshalt agrego fa dimension social de la ciudadania, conformada per los derechos a la ins truccién, al bienestar y a la seguridad econdmica, los cuales son definidos segiin el nivel de vida de cada comunidad politica. Este concepto de ciudadania social incluye derechos y también obligaciones. tales como trabajar, pagar impuestos, enviar los nifios a la escuela, etc.. Conquistados en Europa en el siglo XX, con posterioridad a los derechos civiles y politicos, se corresponden con el desarralio de la industrializacién, de las instituciones del Estado moderno de bienestar y con el reconocimiento- del sindicalismo. Es importante destacar que en la concepcién de Marshall la ciudadania social remite a cues: tiones redistributivas en cuanto garantiza la obtencién de bienes materiales. Muchos autores. que. trabajan con este concepto citan la frase de Marshail que dice que “en el siglo XX, la ciudadania y ef, sistema de clases capitalista han estado entrentados”, para dar cuenta de la idea de que la ciudadaniz social atecta la estructura de desigualdades basadas en el mercado. La distincién que realiza este autor de los tres elementos de la ciudadania moderna: politica y social, aparece retomada por otros muchos autores y es objeto de numerosas criticas.. Rosemary Crompton (1993) sostiene que las criticas a los andlisis de Marshall pueden ser agrupadas en dos; la atribucion al autor de un claro etnocentrismo y la presencia en su pensamiente de un “evolucionismo excesivamente optimista del desarrotio de la ciudadania”. Etnocentrisme pues su andlisis refiere solo a Gran Sretafia; la evolucién indicada por Marshall os derechos civiles consagrados en el sigto XVIll, los politicos en el siglo XIX y los sociales en el sigi XX) no es observada en algunos otros paises europeos, donde la ciudadania social y civil avanzd- rapido que la politica. Como ha sido destacado por varios autores que estudian desde la perspect de la ciudadania distintos paises de América Latina (ver B. Marques-Pereira e f. Bizberg, 1995} 00 es posible comprender el proceso histrico de constitucién de ta ciudadania como una sucesign: derechos civiles, politicos y sociales. En América Latina, contrariamente a lo sucedido en Europa, derechos sociales se han desarrollade en muchos casos con anterioridad a los politices, fos procesos- de construccién de.ciudadania se muestran extremadamente complejos lo cual exige una reelectu critica de la propuesta marshalliana. En ese sentido varies autores - tales como Anthony Giddens, 1982; Michael Mann, 1987; Dahrendorf, 1992 - argumentan en contra de considerar los derechos de ciudadania camo result de un proceso lint fen ef desarrotio de la ciudadania como resultado de fa lucha de la clase Obf © como estrategia de la clase dominante para contener la conflictividad. Gran parte del debat entorne a las relaciones entre clase ¢ integracién social. Lo nuevo que aportan Crompion y Turner (citado por Crompton, op. cit.) es ver en el rroilo de la ciudadania la importancia de los movimientos. sociales no clasistas, de.las. guerras: emigracion. En el caso de’ fas mujeres es bien conocido que en muchos paises europecs, ¢O en Gran Bretafia, el derecho al voto se debid al papel cumplido por ellas durante la Primera Gua Mundial. La investigacién histdrica reciente revela que fueron las démandas de derechos pollt civiles articulados por las organizaciones de mujeres y el feminismo las que condujeron.a ta inc de las mujeres en-la ciudadania. Heacia el reconocimiento de concentos centrales del ans de genera 211 incluso los derechos pueden surgir de practicas de difusion que actiian desde el exterior a través del influjo de organismos internacionales y estimulada por actores locales (organizaciones no gubernamentales, sindicales, etc}. Bérangere Marques-Pereira (1997) destaca que el verdadero interés de la propuesta de Marshall radica en Ja posibilidad de “sociologizar” el concepte de ciudadania, este. concepto pasa a ser considerado como “un proceso de construccién social en el cual las relaciones existentes en ei 2rea politica son importantes”. Los procesos de inclusin y exclusion pueden ser fluctuantes y contradictorios. Se distingue asi la ciudadania formal definida por la pertenencia a un estado y » naci6n y la ciudadania real, relacionada a la participacion politica y civica vinculadas a los procesos. de democratizacién, El pensamiente feminista ha realizado una contribucién fundamental a las teorlas sobre fa ‘ciudadania pues a través de la consideracién de las relaciones de género ha puesto en evidencia las-tensiones tedricas del concepto destacando las simplificaciones planteadas en los-andlisis del proceso del adquisicién y difusién de fa ciudadania. Sylvia Walby (2000) propone considerar como punto de partida en la construccién concep- tual de ‘a ciudadania el acceso diferenciado de fos habitantes de un territorio dado alos derechos civiles, politicos y sociales. La autora destaca el hecho de que en numerosos paises, la ciudadania _-flo-se adquiere al mismo tiempo por todos. Distintos grupos obtienen distintos tipos de derechas en-diferentes momentos. Como es sabido en la mayor parte de los paises de Occidente varias _ décadas separan el momento de adquisicién de ta ciudadania politica de los hombres respecio a la de las mujeres. Las mujeres no: gozan atin de !a ciudadania civ plenamente dado que no han adauirido ef control de su cuerpo e incluso en muchos paises el derecho al divorcio se conquistd después de _ otros derechos civiles y politicos. Pero ademas ciertos derechos civiles como el derecho de recurrir ala justicia en caso de violencia doméstica de reciente consagracién no puede considerarse.como lotalmente adquiride. Las mujeres han adquirido fa ciudadania politica antes que /a civil alterando la. secuencia istorica planteada por Marshall. En nuestro pais, par ejemplo, el derecho al voto se adquirid en 1932 y fa ley de derechos civiles de la mujer se aprobé en 1946. fncluso se puede observar que as mujeres en muchos paises han adquirido derechos civiles tanto antes como después de haber logrado los derechos politicos. La cludadania politica ha servide de base para la adquisicién de derechos civiles, a la vez que la ciudadania civil ha servido de base para la adquisicién de derechos politicos. Por lo tanto, se puede sostener que la historia propia de [a ciudadania de las mujeres contradice la periodizacin propuesta por Marshall, fas mujeres fueron excluidas de fas distintas dimensiones de [a ciudadania hasta el siglo XX. Pero no se trata simplemente de reconocer que fas mujeres hayan necesitado mas tiempo -€N Ser reconocidas como ciudadanas. Se trata de ver fos fundamentos de su dificultad en ser reco- figcidas como ciudadanas. 212 Rosario Aguirre: Un importante nucieo de autoras (Pateman Carole, 1990; Dietz Mary, 1990; entre otras} critican la nocién liberal de ciudadania y se remiten al origen dei concepto analizando los escritos de. pensadores clasicos de los siglos XVI! y XVII tales como Locke y Rousseau’. Ponen de relieve las consecuencias de fa asociacién entre el concepte de hombre con razon’. cultura y actuacién en el mundo publico y la relacion del concepto de mujer con emocién. /Naturaleza y actuacién en el ambite privado y la vida doméstica. = La exclusion de las mujeres de la ciudadania aparece en ef origen de esta nocién, no fueron consideradas cludadanas porque fueron construidas como esposas ¥ madres de ciudadanos respon: sables de fa unidad familiar. La familia no tuvo lugar dentro del lenguaje de los derechos y deberes de los ciucladanos, fue fa base natural de Ja existencia en la que se ocultan las diferencias internias a través de una unidad en la que esposas e hijos dependientes quedan excluidas de los derechos civiles-y politicos. Es asi que la Dectaracién de Derechos del Hombre y del Ciudadane de 1789 no incluyd-alag. mujeres y mas tarde el influyente Codigo Civil francés de Napoleon de 1804, a pesar de su carécter universalist, limité la capacidad civil de actuar de las mujeres casadas consolidando su status lag: subordinado al marido-ciudadano. Chiara Sarraceno (1994) describe claramente la causa de la debitidad originatia de fa ciuc dania de las mujeres; “El hecho de pertenecer a la comunidad /unided familiar por ef casamients | responsabilidad de engendrar hijos para la familia constituyen, para los “padres” de la ciudadanila, “Causa” de fa incapacidad de las mujeres de ser ciudadanas, tornandose al. mismo tiempo dependiente Gel maride. Reconocerlas como sujeto de derecho auténomo como los hombres, de hecho, aite fas bases de la unidad familiar, introduciendo fa posibilidad de conflicte legitimo y de negociacid de intereses entre iguales, que eran considerados como caracteristicos de Ia estera publica de los citidadanos’ (lraduccién propia def portugués). La autora hace notar que se trata de ura “motivacién de exclusion" mas radical que las ous afectaron mucho tiempo a amplios sectores de hombres de la ciudadania plena: ingreso, posick en fas relaciones de produccion, raza. Las mujeres no son portadoras de intereses auténomes, 5 de aquellos de Ia familia, tal como son definidos a partir de tos intereses y poderes de los maridos ciudadanos. : Laincorporaci6n de fas mujeres a la ciudadania sociat plantea problemas en un doble sentide. Por un lado, cuando fueron consideradas como ciudadanas, no obstante sus vinculos y respaa bilidades familiares, no se produio af mismo tiempo una redefinicién de fa divisién det trabaio ent fos sexas en la familia. Por otro, este concepto al incorporar atributos y caracteristicas mascili como la participacién en el empleo, condujo 4 que se hiciera abstraccién de las diferencias é hombres y mujeres. Los beneficios de la ciudadania social han incidida de forma diferencial en hombres y mule! Gebido 4 que las politicas de bienestar se. han centrado en aquellos aue participan en ef merc reproduciendo las relaciones de subordinacién en la esfera familiar. Las jubilaciones, fos seguros de desempleo, la atencion de la salud estén ligados al trab: asalariado, por lo tanto aquellos que no cotizan a través de su actividad laboral.no estan cubiert z Recordemes. que: Locke! sostivn que “Ja fornia 8 fa erica Sociedad “natiral™-en él sentido de que ba cide: instituld Hacia ei reconocimianto de conceptos centrales det andlisis de génera 213 Las mujeres que cuidan de los miembros de su familia no tienen acceso directo a las prestaciones y servicios, aunque puedan gozar de pensiones ala muerte de fos maridos. Pero incluso las jubilaciones de las mujeres que tienen un empleo pueden ser mas reducidas que la de los hombres debide a las interrupciones de sus carreras laborales y a fa mayor frecuencia de inserciones laborales precarias 0 informales. En jos andtisis tedricos feministas sobre ia ciudadania social se encuentra presente un dilema de dificil solucién: ta exigencia de incorporacién de las mujeres al trabajo con los mismos derechos y beneficios que Jos hombres y al mismo tiempo ef reconocimiento del valor del trabajo de cuidados y su sostenimiento por parte del Estado’. Trabajo remunerado y no remunerade, productive y reproductivo Se trata de redefinir ef concepto de trabajo englobande en él no solo las actividades mercantiles sine también las que contribuyen a la reproduccién social y al mantenimiento de las personas. Una importante cantidad de investigadores/ as han criticado ef pensamiento establecide que asimila el trabajo a la actividad realizada de forma remunerada y para el mercado debido a que la participacién remunerada de las personas en fa producci6n de bienes y servicios no basta para fa satisfaccién de fas necesidades humanas y para mantener la integracién secial. Desde hace décadas se ta manifestado la preocupacion por parte de académicas e investiga- doras por la infravaloracién de la actividad remunerada de las mujeres en las estadisticas laborales y en jas cuentas nacionales. Sin haberse solucionado estos problemas han surgido otros que influyen ‘en la captacién de infermacién, derivadas de los cambios producidos en las formas de insercién laboral de mujeres y varones debido al impacto en ei mercado de trabajo de la internacionalizacion - de la economia y de ja reforma dei Estado. Frecuentemente se realiza un uso indistinto de las nociones de trabajo y empieo fo cual trae aparejade equivecos pues si se habla de no tener trabajo en realidad se esta expresando no tener empieo. Cuando se considera en los censos a una ama de casa como inactiva se debe a que es un trabajo que no tiene reconocimiento sociat come empleo. _ interesante fa observacién planteada por Maria Angeles Duran (2000) sobre la construc- cidn histérica del empleo a través de fa lucha entre empleadores y trabajadores y la creacién de una © Cultura del trabajo especifica cuyos principales resultados son el derecho del trabajo, ia economia ‘del trabajo y el derecho sindical, “Es por esta razén por fo que el modelo implicito de ciudadano en fas modernas Constituciones es un individue auténamo, independiente y libre. Pero no. existe una cultura social y politica equivalente que permita analizar el papel de ia poblacién econémi- camente dependiente. :Quién decide y define sus derechos y obligaciones? :Quién analiza st contribucion al bienestar de las personas y las sociedades?” ‘Séfo.el empleo institucionaliza la interaccién con otras {ernpleadores, colegas, compafieros), torga una identidad social y permite la participacion en organizaciones tales como empresas, gre- iios 0 sindicatos. Este-problema conceptual afecta la captacién de informacidn para la categorizacién de los -trabajadores sin distincion de sexo, pero tiene consecuencias mas profundas para las mujeres cuando 214 Se trata de abordar el trabajo familiar y los trabajos caracterizados por la discontinuidad, ef Subempieo y él trabajo doméstico asal lariado, modalidades de trabajo que ocupan una porcién significativa de-ta fuerze de trabajo en los paises de nuestra regién. En fas estadisticas oficiales ef cencepto de trabajo se identifica con la actividad Productiva. de bienes y servicios econdmicos para ef Tercado, las categorias semanticas usadas son significa tivas. Segin la definicién del Instituto Nacional de Estadistica la pobiacién econdmicamente activa “comprende a las personas de 14. mas afios de eded que tienen al menos una Seupacion en fa que Werten su esfuerzo productive a fa Sociedad, 0 ‘ue, sin tenerla, fa buscan activamente durante el Periodo de referencia elegido para la Encuesta’. Si bien las personas que cuidan sus hogares se consideran, qué no desarrollan ninguna acti- vidad econémico existe la figura de trabajador familiar no remunerado, el cual para ser considerado. tal debe trabajar “en una empresa © negocio de cuyo propietario puede ono Ser pariente y no recibe remuneracién alguna (trabajador famitiar 0 aprendiz)". Este desorden semantic en las estadisticas Oficiales tiene que ver con la falta de claridad conceptual en la ciencias sociales respecto al trabajo no mercantil. Se han aportado’ argumentos y evidencias empiricas acerca de actividades que son indis- Pensabies para la vida y que no pueden ser consideradas dentro de las definiciones convencionales de trabajo, Desde distintas vertientes tedricas han aportado argumentos en este sentido. Lourdes Beneria (1999) recuerda la clasica obra de Esther Boserup, publicada en 1970, en la que observa fa importancia de fas actividades de subsistencia que no son recogidas por las estadisticas sobre Produccién @ ingresos y que son tealizadas en gran parte por Mujeres. Sefiala que en esta obra por. Primera vez se puso atencién al tiempo que consumen estas tareas realizadas por las mujeres de zonas turales. Aflos mas tarde e! Programa de Investigaciones Sociales sobre Poblacién en América Latina (PISPAL) introdujo a comienzos de ios 80 el concepto de “ un elemento orientador de le investigacion sociodemografica de la region (Rodriquez Daniel, 1981): Estos trabajos se fovalizaron en las familias como unidad de andlisis, aunque no incorporaron hipo- ‘tesis que contempfaran relaciones asimétricas en la utilizacion de recursos y en ta realizacién de tas actividades domésticas en ios hogares. Al mismo tiempo, desde hace décadas un considerable nlimero de estudios se han propueste Feconceptualizar el concepto ilamando fa atenci6n sobre fos problemas que trae aparejada la nocion de empleo tal como es usualmente utiizada Por Jos economistas. En Francia, en ta década de [08 80 los influyentes trabajos de Danidie Kergoat y otras investigadoras dei Grupo de Estudios sobre fa Division Social y Sexual de! Trabajo de Francia (GEDISST! sobre {a division sexual del trabajo intro: ducen las nociones de trabajo doméstico y esfera de fa teproduccin (Hirata, Helena et al. 2000} Los movimient mujeres denunciaron fa invisibitidad de una parte del trabgjo de las mujeres impulsaron las elaboraciones cientificas. Estas tuvieron comma obstaculos las ideas predominantes. que consideraban a las familias como lugares de consumo que habfan perdido todo ral productive: con fa industrializacion, Por otra parte, las diferencias de funciones y actividades de mujeres y hone bres aparecian como naturales dado el predominia de las interpretaciones funcionalistas acerca dé |e institucin familiar. Las teorizaciones sobre el trabajo doméstico que cuestionan su exclusign del dominio econ& mico plantean que esta exclusion no deriva de la naturaleza de la produccién. Cuando esos biene: Hacia el reconoeimiante de c¢ tos centrales del andlicis de genera 215 son producidos fuera del hogar, el trabajo que los produce es remunerado, en cambio, es gratuito si sé io realiza en el hogar. Por su parte los economistas, principalmente Gary Becker (1976, citado por Dominique Fou geyrollas- Schwedel, 2000), han reconsiderado las definiciones del consumo e introdujeron nuevos anfoques sobre los hogares como produclores de servicios en los que se realizan elecciones entre los diversos tiempos (asalariado, doméstico, tiempo libre}, definiend Ia produceion doméstica como. el conjunto de las actividades de los hogares que pueden ser sustituidas por ferceros, siendo fas actividades de hombres y mujeres consideradas de manera similar® Como reconoce Annie Fouquet (2000) esta recomposicion det concepta de trabajo, aunque tiene enorme trascendencia nc ha sido, “exportada”. Ha permanecido per afios come patrimanio de “jos estudios sobre el trabajo femenine, sin provocar una rédefinicign del concepto de trabajo tal como - lo utiliza fe sociologia del trabaio. Pero esta recomposiciin ha servido para impulsar una importante corrienle de investigaciones sobre fa division sexual del trabajo y las relaciones de género. Se trata de sacar las actividades def hogar del circulo intimo de las decisions individuales o familiares, a un nivel exclusivamente microsocial para reinsertarlo en ios debates actuales sobre la reforma social y 1a reorganizacién del bienestar. igualdad, equidad y diferencia La tensidn entre fa idea de iguaidad de derechos con fos hombres y de la diferencia como mujeres recorre al pensamiento feminista contemporaneo. Estos debates plantean enormes.desafios teérices y practicos. La concepcién liberal de ia igualdad ha sido criticada por quienes destacan las diferencias entre hombres y mujeres. Las corrientes de {a diferencia sostienen que !a igualdad de sexos constituye una politica patriarcal que conduce a homologar a fa mujeres al principio y a ia iégica masculina Carole Pateman (citada por Marques-Pereira, Bérengére, 2001) califica de “dilema de Wollstonecraft”? a la reivindicacion de las mujeres de la igualdad de derechos que es realizada ala vez en nombre de su comin humanidad con fos hombres y por tanto conduce a la asimilacién con la norma masculina y por otro fa reivindicacién en base a su responsabilidad eri tanio mujeres con fo ual se condenan a una ciudadania de segunda clase. definicion social de la igualdad se ha complejizado en términos de explicar lo que transforma Una diferencia en desigualdad, cuestion sobre fa cual no encontramos respuestas satisfactoria en teorias sociales esiructuralistas, marxistas y funcionalistas. La nocién de igualdad es una nocién compleja, constituida por variadas ideas que difieren en aspectos histéricos y empiticas. Laura Penniacchi (1999) llama la atencidn sobre el hecho de que a pesar de que las desigualda- des son milltiples y de que los criterias para individualizarlas y evaluarlas controvertidos, fa igualdad S€ Sigue reafirmando como aspiracién propia de la modemidad. Esta autora ‘expres que a pesar de las dificultades en detérminar lo igual, la tarea es considerar “cuél y cuanta igualdad consideramos legitimo favorecer o solicitar’, 9. Para wie elics ala susttubiidad sistematca anire trabain rarities. teafvainacctoriain maenitaa n 216 Rosario Aguirre: Los problemas surgen de la multiplicidad de espacios en que puede tener lugar fa desigualdad y de las caracteristicas personales en términos de sexo, raza, etnia, etc. Es en este sentido que Sen (1990) afirma que bajc la potencia retérica de la iguaidad es preciso explicitar las diferencias porque “ignorarlas puede ser profundamente desigual, ya que esconde el hecho de que un empefio igual exige un trate muy desigual a favor de los mas destavorecidos”. Por fo tanto, la igualdad de oportunidades como fundamento de las aspiraciones igualitarias (en fa educacién, ocupacién, etc.) no sustituye fa igualdad de resultado. Resultado no séio en los ingresos sino también en los estilos de vida que implica autonomia y seguridad. Esto tiene implicancia para fa organizacién de fos sistemas de bienestar. De-esta manera a través de la pluraiidad de nociones de igualdad se puede eludir caer en una: nocién.universalistas abstracta, y aceptar la tension entre universalidad y diferencia. Dominacién/violencia simbélica EI andlisis de la construcci6n histérica, social e ideolégica de la dominacion de género pone. en cuesticn los supuestos naturalistas que prevalecen en las teorizaciones de las ciencias sociales que tienden a naturalizar las diferencias entre hombres y mujeres asf como las metodologias que tratan de manera homogénea a las dos categorias, los hombres y fas mujeres. . Se invisibiliza al otro, que no es mas que un simple caso particular, que por ese hecho nd. puede ser considerado un interlocutor valido, el dominante ocupa legitimamente la posicion de re presentante det universal. La posicion estructural distinta de los hombres y las mujeres, y mas en general de los dome nantes y dominados, introduce una asimetria radical en e! conocimiento y aprehenssién de la situacion, Determina {a manera en fa cual hombres y mujeres se representan y construyen las relaciones. gt mantienen unos y otras y mas ampliamente las relaciones en ef espacio social, ptiblico y privado. L identidad persona y la subjetividad y mas generalmente las formas psiquicas de individuacién, sa también fa resultante del lugar singular que ef sujeto ocupa en el funcionamiente concreto de las: relaciones de dominacién y de género. S Por su parte, Boaventura de Scuza Santos (2008) presenta ala dominacién racial y sexual coma: asentada en la monocultura de la naturalizacion de las diferencias, reconstituida por el capitalist siendo dentro de su conceptualizacién de la “sociologia de las ausencias” una de las cinco losicas de produccidn de no-existencia. La cuestion del consentimiento de las/los dominadas/os es objeto de polémicas. Erika Apefel baum (2000) recuerda que Maurice Godelier hace de! consentimiento de las dominadas el component decisivo de la dominacién mas que de la violencia que ellas soportan de parte de los hombres. La controversia suscitada por esta posicién viene de que supone una relacién simétrica, ent iguales, donde cada uno tendria pleno conocimiento /conciencia de los términos del cortrato, ¥. total libertad de elecci6n. En otros términos, en esta dptica, el oprimido es presentado come sujeto completo, agente social. Pretender que pueda haber consentimiento de los dominados a k condiciones definidas por los dominantes es pues una contradiccién en ef planteo. Pierre Bourdieu (1998) seriala de su lado la complicidad, a adhesion que el dominado no: pue fio. ctorgar al doiminante en la medida en et nd dispone de otros esauemas de pensamiento que aqu Hacia el reconocimiente d el ndisis de cénera 217 los que tiene en comin con ei dominante que son el producto de fa incorporacion de modalidades de ls relacion de dominacién, As{ se instituye la violencia simbdlica cuyos efectos y condiciones de eficacia se inscriben de manera durable en el Cuerpo bajo la forma de disposiciones, de manera que las prohibiciones sociales son naturalizadas y resisten a la toma de conciencia; Esta pasicién ha side objeto de criticas y debates. Se critica ef planteo de Bourdiey sobre ef carécter opaco e inerte de la dominacién masculina en tanto este planteo explica la Teproduccién ¥ la'perennidad de esta dominacién Dero no los procesos de cambio ( Apelfetbaum, op. cit.). Se ha ~Wlegado @ afirmar que en esto, tanto como Godelier, representa fa tradicion masculina occidental que teoriza los privilegios desde el estatuto del dominante, sin poner en peligro ai statu quo. Esta autora considera que no siendo ios mismos los intereses de parte de uno y del otro, ef conocimiente sera diferente Segiin el lugar que se ocupe en el campo de las retaciones dé sexo, E| Gonocimiento es Dor consecuencia expresién de las relaciones de dominacién que atraviesan toda la-sociedad. Se vuelve un instrumente al servicio de ta dominacién. Tomar fa palabra y encontrar fas palabras para decir, representa ara fos oprimidos una de fas modatidades de resistencia y de lucha contra la dominacién. : No es por azar que la restauracion de la palabra de las mujeres ha sido una de las primeras teivindicaciones en el seno mismo de las ciencias Sociales; ella ha sido unio de los vectores del impulso dado a los métodos Cualitativos (entrevistas, historias de vida, etc.} La entrada de fos dominados y dominadas ha puesto en cuestion la ficcidn de una clencia que trate de un sujeto abstracto, a histérico, Tepresentante de la totalidad de la humanidad, que contiene fa identidad de todos, y que no analiza por - Conisecuencia mas que relaciones simétricas. Esto explica -segun Erika Apefelbaum {op. cit,} parte de la reticencia persistente de la comunidad Cientifica en reconacer a los mecanismos de dominacion «_ plestatuto epistemoldgice que le corresponde en el campo de las ciencias sociales, Division sexual del trabajo Esta nocién ha sido usada por fos ant pologos para describir un reparto complementario de tareas entre los hombres y Mujeres de fas sociedades que estudiaban y para explicar la constitucion Ge la sociedad a través de flicteos de parentesco. La divisién sexuai del trabajo asigna prioritariamente a los hombres a la esfera productiva y a - fas mujeres a le reproductiva, asi come la dedicacién prioritaria de las hombres 4 funciones de alto Valor social comma son las vinculadas a la politica y la religion. Contrariamente a la vision centrada en ja Complementariedad se enfatiza la existencia de an- fagonismos. Daniele Kergoat (2000), una de las socidlogas fundadora del Grupo de Estudios sobre 'a Division Social y Sexual def Trabajo de Francia (GEDISST), destaca fa existencia de dos principios Srganizadores de fa division sexual de! trabajo: ef principio de Separacion, esto es, la existencia de trabajos de hombres y trabajos de mujeres y ademas ef Principio de jerarquia que muestra que los trabajos de los hombres tienen mayor valor que os realizados por las mujeres, Los trabajos histéricos y sociologices realizados muestran que la divisién sexual del trabajo no es un dato rigido © inmutable, La existencia de los Drincipios organizadores permanecen, pera las modalidades que ‘adquiere a division sexual del trabajo, en cuanto ala Concepcion del trabajo repraductiva, ef papelde. las mujeres en el trabajo mercanitil, las tareas consideradas como femeninas © masculinas, pueden ser variables en el tempo y el espacio. La divisién sexual del trabajo se encarna en las practicas sociales y en fa subjetividad. Relaciones sociales de genero Como alerta Kergoat (op. cit) el concepto de divisién sexual del trabajo incorporado al lenguaje académico de fas ciencias sociales puede utifizarse desprendido de toda connotacidn conceptual. para describir situaciones. Constata desigualdades pero no organiza esos datos de una manerg coherente. Segiin esta autora divisién sexual del trabajo y relaciones sociales de género son conceptos inseparables. El concepto de relaciones sociales se opone a una concepcion estatica de la estruc- tura social “petrificada” en las clasificaciones socio-ocupacionales, supone antagonismo, lucha por el poder. Las relaciones sociales de género. se fundan en una relacidn jerarquica entre hombres y Mujeres, se trata de una relacion de dominacion, Las diferencias constatadas entre hombres y mujeras Son construcciones sociales y no tienen una causalidad bioldgica. Esta construcciéa social tiene ung base material y no solamente ideoldgica, fos cambios culturales y cambios de las mentalidades, no se producen sin considerar los cambios en la division del trabajo concrata. Culdados Los debates académicos sobre este concepte en nuestra regién hasta el presente son incia tas. En los paises anglosajones han sido impulsados por las corrientes feministas en el campo de f Ciencias sociales desde los aiios 70. E! concepte de cuidado se fue construyendo progresivann sobre la observacion de las practicas cotidianas y mostrando la compiefidad de arreglos que permit Cubrir las necesidades de bienestar. : Las investigaciones realizadas principalmente en los palses de fa Unidn Europea y 2 par de experiencias particularmente de los paises nérdicos, se introdujo una aproximacion de géner efi un campo que ignoraba esta dimensidn: ef de las politicas sociales y los Estados de bienestat. Se ha mostrado que el caracter doméstico de los cuidados ha sido la base para la exclusién de la mujeres de fos derechos ciudadanos propugnendo un concepto de ciudadania social que recon: la importancia de los cuidados y las responsabilidades domésticas para la sociedad: : En términas generales, se concibe ef cuidado como una actividad femenina generalment: Temunerada, sin reconociriento ni valoracion social. Comprende tanto ef cuidado material cot curdade inmaterial que implica un vinculo afectivo, emotiva, sentimental. Supone un vincule € que brinda el cuidado y el que los recibe. Esté basado en Io relacional y no es solamente ut gaci6n juridica establecida por la ley sino que también involucra emociones que se expresan telaciones familiares, al mismo tiempo que contribuye a construirlas y mantenerlas, En ese sent Arlie Russell Hochschild (1990) dice: “El cuidado es ef resultado de muchos actos peque/ios y.sutiles, conscientes o inconsciet no se puede considerar que sean completamente naturales o sin estuerzo... Asinosotras poner ef cuidado mucho: mas que naturaleza, ponemos ¢ sentimient 8; CO eirniento y tiempo" Hac e/recenacmiento de Conceptos certraes dal nds de génery 219 Puede ser proviste de forma remunerada o no Femunerada. Pero también fuera del marco familar, el trabajo de cuidedos esta marcado por la refacion de servici ¥ e preocupacién por los otros. El cuidado es pago o Imago como consecuencia de elecciones Politicas, valoraciones culty. tales compartidas y el sistema de gériero imperante. Esimportante considerar estas actividades separadamente del trabajo doméstico porque define un Campo de problemas de investigacién y de intervencién social “con SUS actores, sus instituciones, sus formas relacionales, un Campo due se sittia en el interseccidn entre las familias y fas politicas sociales’... (Letablier Marie-Thérése 2001). Aportes para una teoria critica de la sociedad Los estudios de género dan elementos para que las ciencias sociales sean capaces de incor Porer en sus marces conceptuales una de las principales transformaciones acaecidas en ef iltimo siete. Des Sus origenes hen planteado ef conocimiento como emancipacio 16 -- sticacEn Uruguay, como_en otros | paises, la produccién de co § $0 ntimamente vinculada al 10. A partir de fines de los setenta las Organizaciones y el moviniién de mujeres que lucharon por la democracia aportaron a la construccién de nuevos problemas yalg formulacion de temas investigacién, Y por otro lado, los conocimientos alimentaron a las organizaciones en cuanto a la elabo- Gn dé ageridas (ver, jor , 10s docuinientes de ta Concerfacion Nacional Programatica — bos dictadura), En esta etapa fos resultados Ge las investigaciones se voleaban inmediatamente en actividades de formacion, Fue una etapa, para quienes la vivimos, muy estimulante para la creacién de conocimientos por esta intima vinculacign entre generacidn de conccimientos, formiacién y cons- ‘trucci6n de agendas, Se abordaron temdticas Ruevas y nuevas formas de pensar la realidad. La Preocupacién fundamental era mostrar las discriminaciones de las mujeres, sacarlas de la invisibilidad, dar cuenta ¥ denunciar fas desigualdades entre hombres y mujeres, Considero que se puede afirmar Que, 2 partir de fines de los setenta y luego con el comienzo de! proceso de redemocratizacion a partir de mediados de los ochenta, sé desarrollan investigacio- Nes y estudios que configuraron un cuerpo de conocimientos con identidad Propia. Se trabajé desde el comienzo sobre la base de Que las funciones adjudicadas a las Mujeres y ia subvaloracién de sy ®xperiencia eran una construccién social ‘ue no derivaba de sus diferencias sexuales, Superar las Cesigualdades se planteaba como una via para democratizar la sociedad. Aurigue se buscaba no sélo ~describir las: esigualdades sino también desarrollar una perspectiva critica ‘predominaron fos estudios descriotives en los ‘Que la realidad social era presentada a través de las voces de ias mujeres! El desarrollo de este campo en nuestro medio arti de un cierto desbalance discipiinario por €! predominia desde fos inicios las investigadoras con formacién en historia, sociologia y economia. El menor desarrollo en la Primera etapa de trabajos desde la perspectiva antropolégica, lings HL Fueten dhs cents acasénicosprindos ts prniaies nicios da Dyotluccén de corcimienlos GRECHL (Grupa de Estudios sobre! Condicién de: Ja Majer en. Ursguay) v CIEDUR (Centre hiterdiscinlinarcs de Fer dnc cp oe gaara ee ee ee 220 Rosario Aguire provenientes de ia psicologia y el psicoandiisis tiene que ver con la diferente ubicaciéa y desarrollo institucional de estas disciplinas en ei pais. Los cambios en fos noverita en cuanto al fortaiecimiento dei desarrollo institucional de las Ciencias Sociales en el dmbito universitario condujo a los estudios de género a insertarse en los ambitos disciplinarios y a incorporarse en los estudios de grado y postgrade, Hoy dia existen me- jores condiciones para su desarrollo en el interior de las disciplinas y a la vez establecer pusntes. de comunicacién con las principales corrientes del pensamiento, asi como promover intercambios en espacios interdisciplinarios, como en fa recientemente creada Red Universitaria de Estudios de Género, Todo ello da ia posibilidad de establecer un dialogo multidireccional entre distintos actores. y teorias posibilitando el necesario intercambio y confrontacién entre saberes. Referencias bibliograficas AGURRE 8. Inlervencién en Mesa de Trabajo: “Los usos del Conocimiento de Géneroy las Trayectorias individuales ¢ Institucionales de las investigadores/as”. En: £! conocimienta camo un hecho politica. V. 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