La fe es dialéctica: una tensión continua de la negatividad. La
comprensión del fenómeno de la fe está ligado a la noción de pecado, otra categoría que abre las puertas al estadio religioso, que “impulsa un devenir superador de sí mismo que la (fe) tiene, la toma y la considera como identidad positiva, o sea, la negación de la negación. Vale decir, “lo contrario del pecado es la fe”, que es, de acuerdo con el cristianismo, el fenómeno existencial que no se ve, pero se cree que existe y es “verdadero”. El Salto de fe, en su uso más utilizado es el acto de creer o aceptar algo intangible o improbable o sin evidencia empírica. Se trata de un acto asociado con la creencia religiosa, ya que muchas religiones consideran la fe una parte esencial de la piedad. La expresión se atribuye a Søren Kierkegaard; aunque el nunca utilizó el término de este modo sino como un salto hacia la fe. Según Kierkegaard, un salto de fe implica un razonamiento circular, en tanto que el salto está hecho por la fe. En su libro El concepto de la angustia, describe la parte central de esta definición: el salto. Lo hace utilizando el relato de Adán y Eva, concretamente en el caso del salto de Adán hacia el pecado. Este salto significa un cambio de una cualidad hacia otra, la cualidad de la posesión de ningún pecado hacia la cualidad de posesión de pecado. Kierkegaard mantiene que la transición de una cualidad a otra puede darse únicamente por un salto. Cuando la transición ocurre, la persona se mueve directamente de un estado a otro sin estar en los dos en ningún momento. Es importante entender que el salto de Kierkegaard se incluye en el contexto cristiano debido a las paradojas que existen en el cristianismo. En su libro Migajas filosóficas, Kierkegaard ahonda en las paradojas que el cristianismo presenta. La fe, para Kierkegaard, no es regida por una lógica capaz de ser explicada racionalmente. Por eso, el salto de la fe representado por Abrahán es la prueba del reconocimiento de lo racional, como llave para la comprensión de lo irracional donado por lo trascendental.