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EL CORRAL DE CAZA

El jesuita Pedro Lozano, 1° historiador del Chaco, fue quien dio la versión más difundida y
verosímil, hasta hoy, por la que se considera el nombre de la región como palabra de neta
procedencia quechua.

La realización de un chacú demandaba el encuentro excepcional de clanes y de tribus: una


abigarrada concurrencia que era preciso celebrar. La idea de “junta de naciones” debió ser
intrínseca de CHACU. Y la impresión de juergas inolvidables se habrá derivado como parte
inevitable de la cacería. El sistema fue la caza, el contenido fue el festival.

Este tipo de caza era muy divertida para el pueblo y la realizaban con un gusto enorme; si
los CHACUS hubieran sido una carga pública, una obligación, los aborígenes habrían
abandonado su práctica apenas desaparecida la organización estatal del Tahuantinsuyo.
CHACO significa también, además de cacería, rodeo de haciendas, talado de bosques,
tacurúes. La etimología de este nombre, CHACO, indica la multitud de naciones que
pueblan esta región. Cuando salen a cazar, los aborígenes juntan de varias partes las
vicuñas y guanacos; aquella muchedumbre junta se llama CHACU, que los españoles han
corrompido en CHACO.

Fabián Mancilla

Fuente: “El Chaco Gualamba” de Ramón de Las M. Tissera

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