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MAESTRIA EN GESTIÓN PÚBLICA

PROBLEMA DE LA NACIÓN, REPÚBLICA Y ESTADO EN EL PERÚ

(Juan Rivera Palomino Filósofo y educador)

Los estudios o investigaciones científico-sociales realizados sobre y en el Perú por


científicos sociales peruanos y extranjeros arrojan los siguientes resultados:

Primero, que en el Perú, desde inicios de la llamada república no se ha podido constituir


históricamente en una nación unitaria teniendo en cuenta las diversas nacionalidades y
etnias que existen. Se ha construido una entelequia que no tiene base empírica, referente
sociocultural, étnico y político. Una noción abstracta, descontextualizada de la nación que no
ha respetado ni tenido en cuenta la diversidad de naciones que tiene el Perú. Hubo intentos
de crear una nación por los criollos ligados a los españoles. Luego vino la reacción y
afirmación de los indigenistas en el campo de la literatura andina.

El Perú es un país pluricultural, pluriétnico, multilingüe que da lugar a diversas naciones o


nacionalidades que no han sido integradas en una unidad nacional que diera lugar a la
identidad nacional. Basadre habló y dejó como tarea la construcción de la unidad nacional
teniendo en cuenta y respetando la diversidad que diera lugar a la construcción de nuestra
identidad nacional.

La dependencia, la dominación española, inglesa y norteamericana y la interna en todos los


campos impidieron la construcción de la nación peruana y su respectiva identidad
articulando e integrando lo costeño, lo afroperuano, lo andino y lo amazónico,
manifestándose en lo que el sociólogo peruano Aníbal Quijano llama el síndrome
neocolonial. Esta situación defectiva también fue motivo de estudio del Amauta Mariátegui,
la cual perdura hasta nuestros días y ha dado lugar a importantes estudios de historiadores
peruanos como Carmen MC Evoy, Contreras y Cueto, llegando a la conclusión que el Perú
no ha logrado construir una nación diversa ni unitaria, sino que es un país fragmentado,
dividido, no articulado ni integrado y encima centralista porque el poder económico y político
está concentrado en la capital de Lima debido a fuertes intereses económicos y políticos.

Los distintos gobiernos que se han sucedido desde 1824 hasta la hecha, con la excepción
cortísima del gobierno de Velasco, no han intentado ni tenido la voluntad política de construir
la nación peruana unitaria y diversa ni descentralizar el país. Esta situación defectiva ha
conducido a que los diferentes gobiernos hayan sido centralistas, hayan concentrado el
poder político en Lima gobernando más conveniente para los dueños del poder económico
centralizado en la capital y no para los demás departamentos, ahora mal llamados regiones.
Como consecuencia se generó la división entre la ciudad y el campo y las consiguientes
migraciones internas hacia Lima y las capitales departamentales, produciendo el
despoblamiento del campo y la consiguiente pérdida de mano de obra para las actividades
agrícolas y otras.

Además, desde Lima se vendió hacia las llamadas provincias la ideología del progreso
urbano, la que influyó en el campo educativo, que se refleja en el debate entre el
antropólogo peruano Rodrigo Montoya y el sociólogo Juan Ansión en el libro "La Escuela
Campesina".

Históricamente, no puedo dejar de mencionar los aportes de Clorinda Matos, Mercedes


Cabello, Gonzales Prada, José de la Riva Agüero, Ricardo Palma, Arguedas. Alberto Flores
Galindo y los Recientes historiadores Contreras y Carmen Mc Evoy.

Para terminar este punto debo mencionar los aportes de Carlos Iván Degregori en su
trabajo: Perú: “Identidad, nación y diversidad cultural”. Partiendo del reconocimiento de la
existencia de la diversidad cultural, geográfica, biogenética cultural, razas, lenguas,
religiones, costumbres, tradiciones, analiza los diversos proyectos nacionales en relación a
la diversidad cultural. Los pueblos indígenas, los nativos y los afroperuanos, a pesar de lo
que sostuvo San Martin no obtuvieron o lograron ser reconocidos como ciudadanos
peruanos. Sostiene Degregori que la nación peruana se construyó sobre bases muy frágiles.
Esto se dio con lo que él llama los paradigmas oligárquicos excluyentes de y con el
paradigma populista. Y sostiene la necesidad de construir una nación pluricultural. Degregori
propone cuatro ejes en la construcción de un país pluricultural:

a. Pobreza e inequidad.
b. Descentralización, territorio y autonomía.
c. Fin de la discriminación cultural, el no reconocimiento y la exclusión.
d. Protección ecológica y tecnológica.
e. Educación bilingüe e intercultural. Acabar con la educación homogenizadora,
aculturadora.
f. Ceguera al color y a las diferencias culturales en el mercado laboral.
g. Fin de la discriminación en los medios de comunicación.
Yo agregaría como requisito previo la construcción de un estado plurinacional, pluricultural y
pluriétnico con derecho a la plena participación política en el poder político-jurídico,
demanda que él la plantea también.

En segundo lugar, el tema anterior me conduce al problema del Estado. Acá se repite la
misma situación que en el caso del problema de la nación. Estado y nación están
estrechamente vinculados. En la medida que el concepto de nación está relacionado al
concepto de sociedad, diré que lo que se llama hoy Estado no responde a la realidad
diversa, pluricultural, plurietnica no incorporados al concepto de Estado. Si por tal se
entiende la sociedad política y jurídicamente organizada, institucionalizada donde participan
las diversas culturas, naciones y etnias en la distribución y usufructo y ejercicio legítimo del
poder político en beneficio de todos los peruanos y no solamente en beneficio de criollos
blancos, blanqueados por el dinero y los mestizos costeños de Lima principalmente, es
decir, de la clase dominante de capitalistas que no son partidarios de incluir a los de abajo o
clase dominada. Es por esta razón que les conviene la vigencia de la democracia
representativa, delegativa y liberal clásica. No son partidarios de la llamada democracia
participativa, directa y social-comunitaria.

Desde 1824 hasta la fecha no se ha logrado construir un tipo de Estado realista y


plurinacional donde participen los andinos, afroperuanos y nativos amazónicos. Los
dominados de abajo no pueden ejercer sus derechos individúales sociales, económicos e
ideopolíticos como el trabajo, la salud, la vivienda, el agua y la educación porque no tienen
acceso al poder político, jurídico y mediático. A los diferentes gobiernos como el actual no
les interesa ni les conviene, como tampoco a los de la clase dominante, aunque no dirigente,
cumplir con el derecho a la educación obligatoria y gratuita del y para el pueblo dominado,
tal como establece la Constitución.

Entonces llegamos a la conclusión de que el llamado Estado democrático es una farsa


porque no representa al pueblo dominado ni le permite tener acceso al ejercicio del poder
político y jurídico.

Mucho menos a los nativos de la amazonia, a los andinos de la sierra y a los afroperuanos a
pesar que contribuyen y hacen grandes aportes en muchos tipos de actividades desde las
ecológicas, económicas, sociales, culturales y artísticas en beneficio de todos los peruanos.

Por último, voy a tratar el problema de la república. Antes que nada es bueno recordar que
el término republica viene del latín res pública, cosa pública: La republica es una forma de
organización del Estado para cumplir con la cosa pública, lo que es común. El Perú adoptó
el régimen republicano de corte presidencialista donde gobierna un presidente, con división
de poderes ejecutivo, legislativo y judicial. El presidente y los congresistas son elegidos de
manera indirecta, por el voto de los ciudadanos. Hay distintos tipos de repúblicas, como se
sabe, la federal como la de México, Argentina y la republica Centralista donde la acción
gubernamental emana y se conduce desde el núcleo del poder central generalmente
ubicado en la capital de los países, como el caso del Perú. Las autoridades, distintas al
presidente, se encuentran supeditadas y subordinadas al poder central política y
administrativamente.

La pregunta de fondo es: ¿Hay república en el Perú? La respuesta histórica la encontramos


en el libro de la historiadora Carmen Mc Evoy titulado "Utopía Republicana: ideales y
realidades en la formación de la cultura política peruana (1871-1919)". En primer lugar se
fracasó al querer implantar el régimen republicano al no poder concretizar las doctrinas
políticas en la realidad debido al carácter patrimonialista del modelo político aplicado por su
carácter excluyente y elitista por no incluir a la mayoría de la sociedad y, por lo tanto, pierde
el respaldo de esta. Destaca que nunca hubo hasta ese entonces un proyecto integrador de
la sociedad civil. El gobierno de Pardo trata de hacerlo, a su manera, haciendo una
integración del Estado, la sociedad civil y el empresariado burgués.

Pero este proyecto fue ejecutado por militares y no por partidos políticos o instituciones
sociales. Desde Pardo hasta la fecha no se ha intentado ni logrado la integración del país
debido a factores que ya los mencionamos. Sigue el centralismo sin integración, la división
sociopolítica, la exclusión, la discriminación, el autoritarismo. Se acentúa más y más la
fragmentación del país por el centralismo debido a intereses económicos y políticos de la
clase dominante y la exclusión y la discriminación de las clases populares, los andinos
cholificados, los nativos amazónicos llamados erróneamente “invisibles”, y los afroperuanos.
Debido al centralismo los gobiernos han gobernado solamente para los de arriba sea en la
republica aristocrática, en la republica oligárquica, etc.

Es otra tarea inconclusa, no cumplida. Por eso continúan los históricos problemas
estudiados y denunciados por el Amauta Mariátegui y otros intelectuales peruanos ya
mencionados.

La aplicación del modelo económico neoliberal ha llevado a ampliar y agudizar las


fragmentaciones, las exclusiones multidimensionales en todos los campos desde lo
ecológico, ambiental, económico, social, cultural, étnico, educativo, mediático e ideopolítico.
Lo que hace falta es un proyecto nacional de desarrollo integral con visión de país que logre
integrar a todas las partes, aspectos y elementos del país divididos y no integrados. Hay que
forjar una nación unitaria que respete e integre la diversidad, un Estado plurinacional y
pluriétnico y multilingüe. Un tipo de estado social, comunitario participatorio que abra las
puertas y las integre a todas las comunidades del país organizadas políticamente en una
asamblea popular que reemplace al viejo y caduco congreso o parlamento que no
representa a nadie, más que a sus propios intereses y a los intereses de los ricos. Solo así
la república popular será una realidad y no una ilusión utópica.

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