Está en la página 1de 14
Javier Gorcodiogs WINN agnitud de los problemas militares fue similar a la de los retos os que Carranza enfrent6 durante su gestiGn presidencial. Es que en 1917 don Venustiano era e! hombre en México con srexperiencia politica y con la legitimidad més amplia, tanto en inos geogréficos como sociales. Era el vencedor del usurpador y lucionacio Huerta, pero también se habia impuesto, in- samente Gespués, ala facci6n convencionista de Villa y Zapata, derada por muchos como una amenaza anarquizante, Ninguno us subalternos, ni militar ni civil, 1o igualaba en facultades y fuerza Era la nica opciGn. No habfa alternativas. De hecho, se crefa a, politico institucional, se desempefiaria mejor como pre- constitucional que como lider de una rebelién © como cabe- faccién. Paraddjicamente, luego de vencer a Huerta ya los jonistas, y cuando sc le vaticinaba una presidencia tranquila, inza enfrent6 los peores problemas de su vida. Entre sus mayores oliticos e principal era, indudablemente, gobernar de acuerdo ss nuevas disposiciones legales después de que el pais llevara var os de vida bajo condiciones bélicas y de que el movimiento re~ io fomentara un clima contrario al respeto por la ley. Para se debfa construir un nuevo, en tanto legal, aparato guber- ntal, En efecto, debian organizarse clecciones para todos los pablicos, desde gubernaturas y senadurias hasta diputaciones o locales y presidencias municipales. Obviamente, era di- ganizar elecciones después de siete atios de guerra continua, todo porque el pals carecia de tradicién electoral —la riencia maderista no habfa sido suficiente— y porque 0 Jos partidos politicos adecuados."* eso fue miltiple y variado, dependiendo del objetivo de la én, de la regidn y del momento. Al dia siguiente de promulgar- jtucién, se hicieron publicos los procedimientos que debian para clegir al presidente del pais yal Congreso nacional —la a3! Los electos fueron, ademas de Carranza, militantes narevsisn de las leyes electorales véase José, 1992, febrero de 1917, don Venustiano emitié la convocatoria para elegir los po- (UM Carranca y el inicio de los gobiernos revolucionarios del movimiento revolucionario, o partidarios de éste. Ante la impo- sibilidad de apoyarse en instituciones partidistas, casi todos hicieron su campaiia desde la administraci6n piiblica preconstitucional, y ak gunos desde el ejército, el movimiento obrero organizado o el ambito llamado de los intelectuales, con profesionistas, docentes, periodistas ¢ idedlogos —léase secretarios— de algvin revolucionario destacado.** Durante las elecciones de marzo de 1917 surgié como fuerza domi- nante el Partido Liberal Constitucionalista, organizado por politicos y militares revolucionarios. Como bloque en el Congreso —determi- nante en el restablecimiento del orden institucional, pese al caracter presidencialista de la Constitucién—, el voto de los militantes del PLG no se manifest6 unido; se dividian y votaban en pro o en contra de manera indistinta, segiin sus “calculos”, “conveniencias” y “creencias”. Supuestamente, su principal responsabilidad era elaborar las leyes, reglamentarias de algunos articulos constitucionales, como el 3, 5, 27, 193 y 130. La mayoria de los legisladores se agruparon en torno a dos bloques, uno—el Nticleo Liberal Radical— con diputados que se auto- definfan como radicales, y otro el Grupo Reformista Liberal— que buscaba “la observancia, acatamiento y perfeccionamiento de la Cons- titucién de 1917”; en efecto, este grupo fue mas cercano a Carranza, y el otro, encabezado por el diputado Manuel Garcia Vigil, fue clara- mente opositor. Los diputados de la xxvity la xxvutt legislaturas eran revoluciona- trios que se dividieron, indistintamente, dependiendo del asunto a tra- tar, en militaristas y civiistas, radicales y moderados, “independicntes” y “ministeriales”, y del “bloque nacionalista” o del “bloque revolucio- nario”. Sin embargo, todos pertenecfan a la coalicién revolucionaria ganadora y tenfan elementos que los cohesionaban:algunos provenian de la XXVI legislatura y otros del Congreso Constituyente; la mayoria eran jévenes, con $8 aiios en promedio; habia militares y politicos pro- fesionales, asi como abogados, médicos, ingenieros, periodistas y profesionales del magisterio.® ® Algunos de los mas destacados diputados de la xxv legislatura fueron Jestis Acutia, Alfonso Cravioto, Manuel Garcia Vigil, Eduardo Hay, Heriberto Jara, Aurelio Man- rique, Rafael Martinez de Escobar, Francisco J. Magica, Luis Sanchez Pont6n, José Siurob, Jacinto Treviio y Basilio Vadillo, entre otros. 5 MARVAN, 2002. 68 Javier Garciadiego WON abril de 1917 y diciembre de 1920 se presentaron 575 ini- de las cuales 156 fueron emitidas por el ejecutivo; de éstas, dos aprobaron 55, rechazaron 9 y dejaron sin resolver 92. cién entre los poderes ejecutivo y legislativo se puede enten- se considera que ambos “temfan” la docilidad que habfa ca- do al Congreso durante el porfiriato, asf como el tenor cionisia mostrado por la XXv1 legislatura frente a las iniciati- dero. Dicho temor estimulé Ia separacién de poderes: el no logr6 moderar los articulos 3 y 130 constitucionales, ylos no pudieron rechazar las objeciones —del ejecutivo y del ‘a los articulos 27 y 180. Entre las principales responsabili- asumieron ambas legislaturas sobresalié la discusién por ud de facultades extraordinarias para el ¢jecutivo en materia pues se ventilé Ia desconfianza existente entre el pre- Congreso. Los diputados contrarios a la iniciativa presi- on Jestis Acuiia y Jestis Urueta, quienes sostuvieron que por no estar fundamentada en el articulo 29 constitucio- dos en favor de tal solicitud, como los constituyentes Hi- 1a y Francisco J. Muigica; y, del pLc, Eduardo Hay y José -z Garrido, pasaron por alto la cuesti6n constitucional, ndo que era un asunto de urgente resolucién y refiri itasma del obstruccionismo”. Finalmente se otorgaron fa- extraordinarias en Hacienda para el ¢jecutivo, aunque las, i entre los grupos se ventilaron, respondiendo la votacion a ciones del momento. Otro motivo de conflicto fueron las yenmiendas de los diputados a la iniciativa de Ley de Se- Estado, propuesta por el ejecutivo, que sacaron a relucir la icipal de los legisladores: el poder del secretario de Es- dos pretendfan mantener a los secretarios de despacho icas y para los mismos un mayor peso. que la xxvit! legislatura, electa a mediados de 1918, relacién més enconada frente al presidente, seguramente mnto iniciarfa el proceso sucesorio, alineandose buena parte tados con los politicos que consideraban mas probables su- WWM) Carranza y el inicio de los gobiernos revolucionarias, cesores, Mas atin, el periodo extraordinario de 1919 se caracteriz6 por el apoyo de la mayoria de los legisladores a la candidatura de Alvaro Obregén® y por el rechazo a varias de las iniciativas presidenciales: el conflicto entre el ejecutivo y la Cémara de Diputados habia llegado a su limite. La postura de estos legisladores fuc radicalmente distinta ala de los congresistas porfirianos. Don Venustiano seguramente records y comparé la postura que él mismo habia sostenido,” comprendiendo desde un principio que, cualquiera que fuera la filiacién de los legisla- dores, habia perdido el control absoluto del diseito del proyecto revo- lucionario y que su gobierno no podria ser presidencialista. Alo largo de 1917, ademds de elegir a los congresos nacional y lo- cales,y con algunas variaciones regionales, el pais entré en un amplio proceso para elegir gobernadores y autoridades municipales. Otra vez, en ausencia de instituciones partidistas, las plataformas de lanzamien- to de los aspirantes fueron el gjército y el aparato politico preconstitu- ional, ya fuera federal o estatal. El cambio no puede menospreciarse. Elacceso a los puestos ya no dependerfa solamente de la cercanfa con Carranza o de la fuerza de cada grupo politico o militar. Tendrian, ademés, distinta legitimidad. Los conflictos tampoco pueden minimi- zarse. En muchas entidades haba mas de un aspirante con fuerza y legitimidad politicas, aunque el proceso fie mucho menos rispido cuando uno de éstos formaba parte del grupo que detentaba alli el poder a finales del periodo preconstitucional,”” lo que facilité la con- tinuidad de gobernadores procarrancistas.** Las elecciones estatales problematicas padecieron diferentes niveles de conflicto: en unas el desacuerdo pudo resolverse politicamente, como en Sinaloa, pero ' Alvaro Obregén dio comienzo a su candidatura presidencial en junio de 1919, a través de tun manifiesto en el que seftalé su programa de gobierno. % Recuérdese que Venustiano Carranza fue diputado local por Coahuila senador de su estado natal durante el porfiriato. © Algunos ejemplos serian: en Nuevo Leén, Alfredo Ricaut entreg6 el poder a Ni- céforo Zambrano; en Querétaro, Emilio Salinas a Ernesto Perrusquia, yen San Luis Potosi, Alfredo Breceda a Juan Barragéin. Acaso resulte innecesario sehalar que los seis personajes en cuestién eran plenamente carrancistas. ® Otros ejemplos de gobernadores procarrancistas electos son los de Veracruz y Pue- bla: Céndido Aguilar su yerno, y Alfonso Cabrera, pariente cercano de su influyen- te ministro, Luis Cabrera Los cinco candidatos perdedores se inconformaron ante el triunfo de Ramén Ttur- be, alegando imposicién y fraude. El influyente Alvaro Obregén tuvo que intervenir para zanjar las dificultades. 70 ras terminé en rebelién, como en Tamaulipas y Coahuila, el mis- estado de don Venustiano.”” En algunas entidades ganaron dores pertenecientes a grupos crecientemente auténomos de a, que incluso lo desafiarian en las elecciones de 1920: Adolfo jerta en Sonora y Pascual Ortiz Rubio en Michoacén, ambos istas. Con todo, puede decirse que la composicién del elenco adores fue mas favorable a don Venustiano que la de los os y senadores."" otro problema, relacionado.con el anterior: una vez clegidas quevas autoridades legales, no iba.a ser facil que los militares 0 los ¢ habfan adquirido poder durante los aiios de guerra civil les garan pacificamente el mando. Nadie acepta que le quiten atri- ymenos quienes los adquirieron en condiciones de alto riesgo, -todo si se pierden tales facultades y atributos en favor de quie- an enfrentado menores riesgos, como algunas veces fue el Un ejemplo paradigmatico fue el de Salvador-Alvarado,-quien Meyado la transformacién reyolucionaria a Yucatan y quien no spuesto a permitir que ahora alguien con menor jerarquia \dad revolucionarias tomara el mando en ese estado."* Otro politico considerablemente generalizado se dio en las enti- jonde habia campaiia militar contra algiin rebelde, cualquiera ra su signo ideolégico. Alli se enfrentaron los nuevos goberna- ontra los jefes de las operaciones militares: unos querian res- oberania y a las garantfas individuales de sus electores; los aban su promoci6n politica mediante sus éxitos militares; , estos tiltimos preferfan’ que el pais siguiera siendo go- 0 lineamientos extralegales, como habia sucedido du- | periodo preconstitucional. ‘ave problema fue el enfrentado en el momento de construir ‘aparato administrativo. La burocracia ligada al porfirismo taba desprestigiada y era totalmente anacrénica en térmi- ilipas el general Luis Caballero terminé por alzarse en armasluego de una na de violencia y vicisitudes, como dos posposiciones y cambios en la gu- titucional. E] ganador fue César L6pez de Lara, Por lo que respec ‘el general Luis Gutiérrez se al26 en armas alegando la imposicién de sa Mireles. IRLAND, 1975, pags. 329-336; y MATUTE, 1995, pags. 253-254, 257-260. Pant, T9R5. 7 nos politico-ideolégicos. Muchos de los de menor edad se habian re- ciclado durante el huertismo, por lo que, a pesar de sn capacidad, su desprestigio era doble. Por otra parte, quienes habfan ingresado ala burocracia con el triunfo maderista tenfan fama de incapaces e ine= ficientes; para colmo, muchos de ellos eran contrarios a Carranza ya su proyecto gubernamental: no eran pocos los que habfan colaborado con el gobierno de la Convencién. En rigor, para construir su aparato burocratico, don Venustiano sdlo contaba con Ja jerarquia constitucio- nalista —politica y militar— formada por antiguos politicos y burécratas del periodo porfirio-reyista y reyista-maderista de Coahuila," asi como con los mandos constitucionalistas de los otros estados del noreste y del noroeste, También conté con los clasemedieros urbanos que se aliaron al constitucionalismo cuando éste avanz6 al centro del pais, a mediados de 1914, asi como durante su posterior expansi6n al Golfo, al sur y al sureste del pais, desde finales de ese afio, siempre y cuando hubieran permanecido leales, sin apoyar al convencionismo; por tilti- mo, dispuso de algunos jévenes con capacidad profesional y sin com- Promisos politicos previos, aunque carecieran de toda experiencia. En todo caso, los mas leales, aquellos que habian formado parte del sector constitucionalista de! noreste, eran insuficientes, pues no es lo mismo administrar un ejército y un aparato gubernamental de emergencia y regional, siempre reducido, que todo un Estado nacio- nal. Ademds, muchos de ellos provenian del periodo reyista y, por lo mismo, eran de edad avanzada. Asf, la burocracia mas profundamente carrancista estaba envejecida y su aportaci6n ala vida piblica nacional no podia prolongarse ya por mucho tiempo. Un sector mas joven de la burocracia constitucionalista temprana, ligado al grupo sonorense, ambicionaba sus puestos y pugnaba por desplazarla, LOS DILEMAS ECONOMICOs Y SOCIOPOLITICOS Los problemas econémicos padecidos durante la presidencia de Ca- rranza fueron especialmente severos. Para comenzar, los siete afios de * Recnérdese que Carranza habia sido un connotado politico en la Coahuila porfi- Hana, muy vinculado a la facci6n reyista, y que luego, como gobernador durante el maderismo, aprovech6 aquellas viejas “reds”, yla movilizacién militar de los campesinos habjan dafiado la icci6n agricola. Ademés, la destruccién del equipo y de las ins- jones ferroviarias, o su uso forzoso en cuestiones militares, afec- dramiticamente el comercio y la produccién, dificultando y careciendo el transporte de mercancfas ¢ insumos de una region ra. Para 1917 todavia se padecia un escenario bélico, y la Primera 4 Mundial dificultaba sentar las bases minimas para iniciar la peracion del pais.“ demas, habia que apegarse a las disposicio- s impuestas por la nueva Constitucién. parte de un andlisis general, los problemas fiscales y monetarios fa al nuevo Estado a partir de las demandas surgidas durante Lo segundo, para reducir la incertidumbre de la poblacién Ja ineficacia de los medios de pago, la volatilidad del papel mo- yy la practica desaparicién del dinero metilico para las transac- ones cotidianas, La situacién no era facil: al inicio de la presidencia a el pats padecfa una recesién econémica considerable, imposibilidad de pagar el servicio de la deuda externa, el quebran- ento de los medios de transporte y de los circuitos comerciales proceso hiperinflacionario ocasionado por las miiltiples emisio- papel moneda hechas durante el proceso revolucionario.*” nalgiin sector de la administracién puiblica se padecié la falta de al calificado, éste fue el econémico. Luego de casi veinte afios anza y certidumbre generados por José Yes Limantour, Ca- nza fue constituyendo su equipo de economistas con algunos viejos tema fue redactaco a partir de una versién preliminar preparada por mi co- mis Méndez Reyes, a quien reitero mi agradecimiento. gumenta que la recesi6n en el sector industrial habia comenzado desde el se- jo semestre de 1918, mientras que en el sector agricola databa de finales de “Véase HABER, 1989, pigs. 124132. RDENAS, Enrique, 1992, pags 447-470. Se ha calculado que hasta 1915 los Ferroca- Nacionales habfan perdido cerca de 60 por ciento de sus vias. Véase MATA, 1999. ecretario de Hacienda de Madero habia sido su propio tio Ernesto, ahora exi- en Nueva York bajo fuertes sospechas de haber apoyado a la faccién convencio- 3 destacados fueron Luis Cabrera, viejo reyista, agudo critico de los cienté {ficos, polémico colaborador de Madero y secretario de Hacienda con Carranza;* Rafael Nieto, diputado promaderista en laXxv1 legislatura y conocedor de asuntos comerciales y monetarios;"" Nicéforo Zambra- no, amigo de la familia Carranza, seguidor del maderismo, tesorero general de la nacién y director del Departamento de Papel Moneda constitueionalista; Pastor Rouaix, autor de la ley agraria del 6 de enero de 1915, fundador de la Comisién Nacional Agraria y secretario de Fo- mento de don Venustiano; Alberto J. Pani, ingeniero, director de los Ferrocarriles Constitucionalistas y secretario de Industria y Comercio con Carranza; y Carlos Basave del Castillo Negrete, ex reyista, gerente de la Caja de Préstamos para Obras de lrrigaci6n y Fomento a la Agri- cultura y uno de los planificadores de la reorganizaci6n financiera y monetaria del pais.” En rigor, Nieto fue mas tiempo secretario de Ha- cienda, de junio de 1917 a abril de 1919, que Cabrera, quien se ocup6 de dicha cartera sdlo en el tiltimo afio de la administraci6n carrancis- ta. Por ello debe acreditarse a Nieto la mayor parte de las acciones en los émbitos bancario-y monetario, como la incautacién de la banca na- cional, la creacién de 1a Comisién Monetaria —desde abril de 1916— yla colocacién de los billetes “infalsificables”. Sin caer en una visién idealizante, puede asegurarse que entre 1917 y 1920 hubo una tenue mejorfa respecto a los casticos y destructivos afios anteriores. Para comenzar, los dos principales bancos —el Nacio- nal de México y el de Londres y México— volvieron a operar, aunque elio no acabé con las dificultades del financiamiento. En efecto, Ia incautacién bancaria habia practicamente aniquilado el crédito, por lo que los propietarios de haciendas, ranchos, fabricas y negocios en- frentaban serias dificultades para operar. Para colmo, el disgusto in- nista, Otra posibilidad malograda fue Toribio Esquivel Obregén, critico de la politi- ‘ca econémica de los cientiicosy antirrecleccionista temprano; sin embargo, rompié con Madero y nego hasta colaboré con Huerta. * Las criticas de Cabrera a los centificashabfan tenido més un caricer politico que téc- nico-econémico. Abogado de amplios saberes ¢ intereses, fue un nfluyentisimo ase- sor de Carranza en temas juridicos, agrarios y hasta diplomaticos. Véanse las varias ediciones de su obra hechas por Eugenia Meyer: CABRERA, 1974; CABRERA, 1992; Maver, Eugenia, 1972; y MEvER, Eugenia, 1994. NIETO, 1998. % Consiltense ROUAIK, 1914; PANt, 1945; PALACIOS, 1985; ¢ INEFRM, 1990-1994, © UHTHOFF, 1998, 74 jonal por el cardcter nacionalista y revolucionario del nuevo mexicano afect6 las inversiones y los préstamos fordneos, im- s, ademés, mientras durara la Guerra Mundial. Por su parte, in Monetaria se dedicé a retirar las emisiones de las faccio- lucionarias, origen de la inflacién y de la depreciacién de los sbancarios.* Lo mas importante, por su magnitud, era sustituir biques” por nueves billetes, los “infalsificables”, cuya circula- 0 pudo garantizarse ni regularizarse del todo. jbio, la mineria comenzé su recuperaci6n y la industria pe- .goz6 de su primer auténtico auge, si bien los impuestos a su ex- \ci6n eran notoriamente reducidos. Asimismo, el sector industrial s de recuperacién en productos con demanda internacional, za, textiles y siderurgia."' De hecho, para 1920 algunas em- registraron rendimientos cercanos a los del porfiriato y casi on dividendos, incluso la Compaiiia de los Ferrocarriles er un revolucionario tan legitimado como moderado.® itica econémica estaba ligada a la politica militar y a la po- a que lo obligaba la nueva Constitucién. Obviamente, la 0 laactividad disminuida en los sectores agricola, ganadero, orillé a muchos varones adultos a incorporarse a alguno de isimos grupos armados, ya fuera el ejército carrancista, al- de los principales ejércitos rebeldes o simplemente uno de tan- os de bandoleros que asolaban al pais durante esos aiios. La cia yla crisis econémica constituian un circulo vicioso: mientras 17, Edwin Kemmerer vino a México contratado como asesor financiero por (ode Carranza. El resultado de su asesoramiento fue publicado como Sis- ode México (KENMERER, 1917). or pronto generé desconfianza hacia los “infalsificables”, pues el gobierno {con ellos los sueldos de Ia burocracia y del ¢jército, pero en cambio exigia ico el pago de impuestos. Para colmo, el alza internacional del precio de la, rovoe6 que salieran a la circulacién monedas que habian sido ocultadas, por |comercio y la banca volvieron a hacer sus transacciones en metal. 1989, pags. 189-134. Las empresas textiles y cerveceras volvieron a contra- os, ya Fundidora de Monterrey alcan76 una cifra récord en sus utilidades. \u6 en 1917, con éxito apreciable, el Primer Congreso Nacional de In- 75 Ia economia no se reactivara, ofreciendo otra vez empleos, muchos JJefes de familia buscarian cn las armas su modus vivendi; por otra parte, ‘mientras hubiera hombres en armas —ya fueran rebeldes o simples bandidos—, el Estado tendria que seguir costeando un numeroso y poderoso aparato represivo. En otras palabras, mientras subsistiera la oposicién armada, el gobierno carrancista tendria que destinar al qjército nacional buena parte de su presupuesto, y ello impedirfa que lo destinara a la reconstruccién econ6mica del pais.* Sin paz no habria reactivacion de la economia, y sin ésta no se podria alcanzar Ja paz. No parecia existit una soluci6n en el horizonte. El problema laboral no se reducfa al desempleo. Ademés de los miles de muertos o incapacitades para trabajar que habian causado los siete aiios de guerra, afecténdose draméticamente los ingresos de sus fa- milias, la violencia revolucionaria también caus6 la pérdida de gran parte del “capital humano” del pais: incontables hacendados, adminis tradores, capataces y trabajadores técnicamente calificados murieron © tuvieron que buscar refugio en regiones distantes,” lo que también afect6 negativamente a la economia de esos afios. Eldesempefio econémico del pafs comenzé a ser determinado en- tonces por las disposiciones de la nueva Constituci6n, marco legal general y diserio del pais que deseaban los revolucionarios victoriosos. La politica rural de Carranza fue muy clara: en materia agricola buscé que se reactivara la produccién agropecuaria, haciendo hincapié en el otorgamiento de créditos —0 en la renegociacién de los que se ha- ian otorgado afios atrés— mediante la Caja de Préstamos. La reacti- yacién de la agricultura era urgente, pues el ingreso de Estados Unidos al conflicto armado en Europa impediria que se importaran, incluso los granos basicos; al contrario, la demanda estadunidense hizo que volvieran a crecer los cultivos mexicanos de azticat, café, plitano y garbanzo." Por lo que se refiere a la politica agraria, era % Manuel Garcia Vigil, durante una sesién en la Cmara de Diputados, califies de exorbitante” la partida destinada a la Secretaria de Guerra, Un estudioso de la poea asegura que los gastos militares “devoraban” la mayor parte del presupuesto En efecto, en 1917 el presupuesto para gastos militares fue de 69.6 por ciento; pare 1918, 55.5, y para 1919, 47.4, Aunque fue decreciendo cl porcentaje de los gastos éstc siempre fue mayoritario. Véase CUMBERLAND, 1975; y WILKIE, 1978. 9 GARCIADIEGO, en prensa. ° Vase MENDE2, s/f. También consiltese CARDENAS, Enrique, 2003b. 76 redecible que Carranza, propietario de tierras nortefo, no fuera atizante de una reforma agraria intensa. Su desconfianza de las ciones y restituciones agrarias lo mantuvieron distante de las agru- jones campesinas que por entonces emergieron.”* ‘Su politica obrera se caracteriz6 por la creacién de una organiza- n de trabajadores con aspiraciones nacionales. Fue el gobernador wuila, Espinosa Mireles, carrancista cabal, quien convocs para yyo de 1918 a una convencién de delegados de todos los sindicatos sociaciones del pais, cualquiera que fuera su ideologia. Fue asi como la CRoM —Confederaci6n Regional Obrera Mexicana—, que res- faa dos objetivos gubernamentales: contar con una organizacién cional obrera considerablemente amiga, y evitar que se repitieran jentos huelguisticos que desafiaran al empresariado y al go- mo, como el de los electricistas de la ciudad de México en 1916, de los trabajadores textileros de mediados de 1917 y principios 1918. Comprensiblemente, a partir de 1917 el proletariado aspi- aque se aplicara ya lo dispuesto en la nueva Constituci6n. Para su gracia, todavia faltaba la reglamentaci6n de los articulos pertinen- Aun asi, con Carranza el gobierno intenté asumir su nuevo pape le arbitro.” Lo que resulta innegable es que las politicas agraria y era del presidente Carranza fueron mucho menos favorables a los s populares que las sostenidas por él mismo en 1915, cuando enfrent6 a los ejércitos convencionistas. La explicaci6n es obvia: la cramilitar y sociopolitica, y Carranza buscé “robar” a los villistas tas cualquier apoyo popular. A partir de 1917, la situaci6n era 10s villistas y los zapatistas ya habian sido vencidos, y él enca- a.un gobierno, no una faccién revolucionaria. El papel de ar- a su nueva obligacién. COMODO, REVOLUCION INCOMODA sbierno carrancista también enfrenté severos problemas interna- les, causados sobre todo por Ja naturaleza de la Constitucién de por el ingreso de Estados Unidos ala Primera Guerra Mundial, ib, 1975; y GOMEZ, Marte, 1975. CuimBeRIAND, 1975; CARR, 1976;y RUIZ, 1978. 77 hecho que tuvo lugar casi cuando Carranza iniciaba su presidencia constitucional. Para gozar de seguridad en su frontera sur, el presi- dente Woodrow Wilson pidié a México que se declarara “aliado”. Don Venustiano decidis, a pesar de numerosas presiones, que México permaneciera “neutral” ante el conflicto en Europa. Sin embargo, su gobierno fue acusado de convertirse, por momentos, en germandfilo. Esta acusacién se fundamenté en el ofrecimiento que Alemania hizo a México —a través de su canciller Zimmerman— de apoyarlo bélica- mente si atacaba a Estados Unidos para intentar recuperar los territo- rios perdidos en 1848.*" En rigor, los acercamientos entre Carranza y Alemania tenfan tres finalidades: no enemistarse con ésta por si acaso triunfaba en aquel conflicto; presionar a Washington con intensificar tales acercamientos si no se satisfacian algunas solicitudes del gobier- no mexicano —como la venta de alimentos, armas y municiones, o la reactivacién de algunas empresas estadunidenses que por la violencia reyolucionaria habfan suspendido sus operaciones en México— y, por Ultimo, la negativa también tenia razones politicasinternas: Carranza no queria perder la simpatia de amplios sectores de la poblaci6n, ni el apoyo de muchos colaboradores —militares y civiles—, abiertamen- te yancéfobos. A todo lo largo de 1919 hubo politicos—como el senador Fall—que, una vez alcanzado el triunfo sobre Alemania, solicitaron al gobierno en Washington que impusiera represalias al de Carranza. Ademés de su postura durante el conflicto bélico en Europa, les disposiciones na- cionalistas de la nueva Constituci6n también enojaron a Estados Uni- dos, pues amenazaban su dominio del petréleo mexicano. Para contrapesar las presiones del pais vecino, el gobierno mexicano intent mejorar sus relaciones con las naciones europeas, latinoamericanas ¢ incluso con Japén,* y propalé 1o que lamé “Docttina Carranza’, segtin la cual los paises “fuertes” estaban obligados a respetar los de- rechos de los paises “débiles”." Dado que cualquier tipo de sancién contra México podia provocar mayores dosis de nzcionalismo y radi- "' Véase TUCHMAN, 1960; DURAN, 1980; y KATZ, 1982, © Ruppy, 1954; MEYER, Lorenzo, 1972; y BROWN, 1998. © Karz, 1982, “ Constiltese GALINDO, 1919; FABELA, 1958; y RICHMOND, 1985. smo, y dado que las elecciones presidenciales mexicanas tendrian ara mediados de 1920, Woodrow Wilson prefiri6 esperar a que las reoricntaran la politica del pais vecino. REY VIEJO slecciones presidenciales de 1920 fueron el tiltimo dé los grandes de la presidencia de Carranza." De hecho, terminaron ovocar su derrumbe antes de que concluyera el término de su ito. Las preguntas obligadas son: gc6mo explicar que el hombre -habia detentado el maximo poder en el pafs durante siete afios se umbara tan facilmente en cosa de dos meses? {Cémo explicar que rranza hubiera manejado tan habilmente su periodo rebelde y ,en cambio, haya tenido una presidencia tan erratica, sobre todo ndose de un politico partidario de la vida institucional y legal, in politico porfiriano? s problemas arrastrados a lo largo del periodo presidencial fue- nantes en su caida, Si se piensa en los problemas militares, srecordarse que muchos de los rebeldes anticarrancistas se suma- ala revuelta de Agua Prieta en 1920, que fue lo que finalmente océ y lo asesind; debe recordarse que el jefe nato de dicha re- fue Alvaro Obregé6n, caudillo de buena parte de los miembros ército y a quien, precisamente, don Venustiano traté de neutra- todo lo largo de su presidencia. Si se piensa en los problemas ficos, debe recordarse que la revuelta de Agua Prieta fue respal- por una gran mayoria de la clase politica, como diputados y go- dores. Si se consideran los problemas socioeconémicos, resulta que las reformas moderadas propuestas por Carranza termina- or dejarlo solo, pues dejaban insatisfechas a las clases populares lases propictarias atin estaban muy enfrentadas con los gobier- olucionarios. Por iltimo, su politica exterior lo enemisté, ente, con Estados Unidos. Para 1920, don Venustiano estaba ais- ilitado al maximo. UTE, 1980. WADIEGO, 1974. a En términos més concretos, resulta evidente que Carranza no se preocupé por preparar un sucesor factible;” tampoco se preocupé por construir un aparato politico —léase partido— que hiciera posible el triunfo de dicho sucesor. Simplemente se redujo a watar de impedir Ja legada al poder de Obregén, de quien se habia distanciado desde 1916 por diferencias en politica internacional. Oponerse a Obregon implicaba enfrentarse al ejército nacional, que era el principal factor de poder en el pais. Gobernar luego de la lucha, y construir un Es- tado posrevolucionario sin la participacién protagénica de muchos de los hombres que habian hecho la Revolucion, fue su mayor error. Carranza crey6, prematura y equivocadamente, en la posibilidad de la transicién a un gobierno civil, En cosa de dos meses, entre abril y mayo de 1920, la revuelta de Agua Prieta, movimiento que aglutin6 a casi todos los ex reyolucionarios, no sélo lo derrocé sino que ter- miné por arrancarle la vida. ¢C6mo pudo terminar asf el més expe- rimentado politico de toda la Revolucién Mexicana? © Aunque el sonorense Ignacio Bonillas habia participado como oficial mayor encar- ‘gado del despacho de las secretarias de Fomento y Comunicaciones y Obras Pablicas en el gabinete constitucionalista de Carranza, y que entre 1917 y 1920 fungid como ‘embajadior en Estados Unidos, era un personaje desconocido. En 1920 el Partido Li- ‘eral Nacionalista lanz6 su candidatura ala presidencia, pero ante su impopularidad yla revuelta de Agua Prieta, su postulacién no prosper6. 80

También podría gustarte