Está en la página 1de 1

Trastorno alimenticio

Los trastornos alimenticios están representando uno de los temas que


aparecen y reaparecen en los medios de comunicación y en las publicaciones
profesionales. Su importancia trasciende lo meramente anecdótico para
adquirir, cada vez con más fuerza, múltiples y variadas perspectivas en el
enfoque y en el estudio. El debate se centra en poder abordar la índole del
problema para dilucidar si es un trastorno psicopatológico independiente o es
un síndrome que puede tener varias causas y ser un dato que acompaña a uno
o a varios procesos psicopatológicos.
Sin duda es el trastorno psicopatológico de moda en determinadas etapas del
desarrollo humano: Se han destapado gentes nobles padeciéndolo, o clases
sociales situadas que lo sufren, se han disparado las cifras de prevalencia (al
menos aparentemente), aparece en teleseries de tres al cuarto, también en
programas denominados educativos y de divulgación, presentadores/as de
renombre acogen en sus programas/tertulias "el caso", las asociaciones de
familiares de enfermos/as adquieren un poder como ninguna asociación de
este tipo ha tenido jamás.
Esta eclosión resulta, cuanto menos, preocupante para algunas mentes
rigurosas, razonables y sensatas: ¿cómo es posible aislar un trastorno, como
paradigmático, y descuidar un criterio global, de atención a la totalidad de los
trastornos mentales que acontecen en el proceso de desarrollo humano? La
pujanza social, económica y cultural de estas familias (la gran mayoría de clase
media, media-alta y alta) es solo una razón (a diferencia del origen humilde y
con escasa cultura de otros trastornos mentales de la infancia y de la
adolescencia); pero tampoco podemos olvidar el legítimo deseo de relevancia
de algunos grupos de profesionales.
Los trastornos de la alimentación o la más sofisticada denominación (un tanto
forzada a nuestro entender) de trastornos de la conducta alimentaria (TCA),
como se les denomina genéricamente en los sistemas de clasificación de los
trastornos mentales CIE-10 y DSM-IV, no son ni algo nuevo ni algo que solo
acontece en esta etapa ni con esta pato plastia. Ya en 1689 RICHARD
HORTON describió un cuadro clínico que denominó "consumición nerviosa"
que coincide básicamente con este tipo de trastornos.

También podría gustarte