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Resucitados.

Extraños sucesos se cuentan en las leyendas, pero esto es un hecho histórico que recoge el
padre Faci en 1745

En el Lugar de Estiche, en el año de 1717, murió la joven Josepha Almunia , de una dolencia tan
grave que al final la muchacha falleció, su madre rompió en un mar de lágrimas y en
desesperantes clamaciones a Nª Sra. de Terreu, los familiares apartaron a la desdichada madre
del cuerpo de Josepha y la amortajaron para así al día siguiente llevarla al cementerio y recibir
cristiana sepultura, el velatorio duró toda la noche, hasta llegado el momento en que la
cofradía se dispuso para llevarse a la muerta, en el preciso instante en el que el cura le hizo la
cruz en la frente con los Santos óleos la muerta resucitó para espanto de todos y alegría de su
madre, poco tiempo estuvo convaleciente y en peregrinaje descalzas llevaron la mortaja a la
ermita de Terreu como ofrenda.

De fiesta o vacaciones estaría la Parca en aquellos años del siglo XVIII, ya que algo parecido
ocurrió con una niña de Huesca llamada Teresa Armella de pocos años de edad que a los dos
días de su muerte resucitó sin explicación alguna. La vecina de Pomar Eulalia N, sufrió un corte
en el dedo pulgar de su mano y se le gangrenó toda, temiendo por su vida los médicos del
lugar decidieron amputar dicho miembro ya que la carne agusanada y podrida ya estaba
muerta, pero cual fue la sorpresa que cuando fueron a amputarla por intersección de ésta
trabajadora Virgen la mano estaba curada sin bichos y el dedo completo.

No puedo dejar las historias de resucitados sin narrar una leyenda que contábamos en los
fuegos de campamento y para mí una de mis preferidas.

En un pueblo del alto Pirineo existía la casa llamada del Indiano, en ella habitaba una familia
joven y feliz sus antepasados habían ido a hacer las Américas y habían vuelto con un porvenir
muy asegurado.

El matrimonio lo conformaban Federico un rico tratante de telas y productos traídos de


ultramar y Nicol una joven francesa que se vino a vivir a Aragón enamorada de Federico,
tuvieron un niño y una niña, se veía un matrimonio feliz hasta que un día Nicol enfermó de
gripe y tras varios días de sufrimiento y alta fiebre murió, el afligido esposo la mandó enterrar
en el panteón familiar que tenían en el cementerio parroquial, a los pocos días de estar
enterrada la joven dama despertó de manera milagrosa para unos y demoniaca para otros,
tuvo la suerte de que la caja no estaba cerrada y que en esa época los ataúdes en los
panteones de casas pudientes se dejaban sobre un nicho de piedra a manera de estante, por lo
que Nicole asustada sin saber que pasaba pudo salir y dirigirse a su casa, era la tarde de Noche
Buena poco antes de la cena ,Federico fue a abrir y al ver la imagen de su difunta esposa cayó
fulminado del susto, pasando él a ocupar el nicho del panteón, una vez aclarado el tema ante
los médicos que no se podían hacer idea de lo sucedido ya que eran temas estudiados pero
poco vistos y las autoridades inspeccionaron los hechos Nicole y sus hijos marcharon a vivir a
una gran ciudad en Francia, donde el extraño acontecimiento no se conociera, dicen que ella
legó a los 100 años de vida y que en el lecho de su muerte pidió una extraña última voluntad ,
que al ser enterrada le ataran un hilo en su muñeca que fuera a dar a una campanilla por si
acaso esta vez tampoco moría así pudiera avisar.

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