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I. Introducción
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DR © 2009. Revista del Instituto de la Judicatura Federal
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basto y profundo de sus análisis no permite simplificarlo del todo; sin embargo,
es posible ejemplificar, en un análisis de sentencia, las dimensiones más claras
de la argumentación jurídica propuestas por el doctor Atienza.
A partir de los tres tipos de racionalidad: lógica y lingüística, de soporte
(de las premisas) y discursiva, Manuel Atienza nos propone las concepciones
formal, material y pragmática de la argumentación jurídica, que si bien teó
ricamente pueden distinguirse claramente, en la argumentación práctica se
encuentran conectadas de tal manera que no necesariamente son incompa
tibles entre sí.2
En primer lugar, expondré en qué consiste cada una de dichas dimen
siones, para posteriormente realizar el análisis de una sentencia bajo las tres
ópticas, a fin de lograr una mejor comprensión de las distintas concepciones
de la argumentación jurídica.
Antes, a modo de advertencia, considero conveniente precisar que aunque
el presente trabajo se circunscriba al plano filosófico del derecho, especial
mente de la argumentación jurídica, no se queda en el ámbito de la reflexión
y las ideas, sino pretende evidenciar la aplicación concreta de modelos teóricos
en el análisis de sentencias; aspecto este último, que cobra cada vez mayor
interés, no sólo en la academia y los foros jurídicos sino también, de forma
creciente, en nuestra sociedad. Esto, no es producto sólo del protagonismo
de la judicatura en la vida política de nuestro país, aunque ciertamente es un
factor detonante, sino especialmente porque los sucesos que aquejan a la
población han generado que los ciudadanos se preocupen más por la actuación
de sus jueces, que avancen en el conocimiento de la actividad jurisdiccional
y exijan una cultura de transparencia y rendición de cuentas; además, desde
luego, la mediatización de los casos judiciales es otro elemento que no puede
soslayarse si de explicación se trata. Por tales razones, considero que ahora,
más que en otros momentos, es necesario avanzar en la utilización de técnicas
y herramientas argumentativas, críticas y de análisis, para evitar diálogos in
fructuosos a partir de la crítica dogmática y emotiva de las resoluciones judi
ciales, y a cambio, continuar avanzando en la discusión racional de las
sentencias y las decisiones jurisdiccionales, dentro de los distintos contextos
en los que estas pueden impactar.
2
Ver Atienza, Manuel, El derecho como argumentación, Ariel, Barcelona, 2006.
3
Ibídem, p. 110.
4
Ibídem. p. 183.
5
Ibídem, p. 255.
de las oraciones parece ser un paso previo al de fijar las condiciones de ade
cuación y de éxito de las mismas”. De hecho, el interés por la pragmática es
lo que hace surgir la teoría contemporánea de la argumentación jurídica,
especialmente a partir de las obras de Perelman y Toulmin.
1. Sentencia
Una vez precisados los aspectos más relevantes de las concepciones formal,
material y pragmática de la argumentación jurídica, es posible realizar un
ejercicio práctico de análisis de sentencia a través de la óptica de cada uno
de estos enfoques.
La sentencia que se ha seleccionado para un ejercicio que aproxime al
entendimiento de las dimensiones de la argumentación jurídica propuesta
por Atienza, es la emitida en el Amparo en revisión 1780/2006, de la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (México), debido a que
contiene elementos que facilitan la ejemplificación de los tres aspectos argu
mentativos. La Ley de Transparencia impide hacer públicos los datos perso
nales de las partes, sin el consentimiento de estas, por lo que, para hacer
referencia al promovente, se le denominará quejoso, tal como lo dispone la
Ley de Amparo.
En este caso, el quejoso presentó demanda de amparo que por razón
de turno correspondió conocer al Juzgado Octavo de Distrito en el Estado de
Chihuahua, en la que solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal,
en contra del Congreso de la Unión, Presidente de la República, Secretario
de Gobernación, Secretario de Hacienda y Crédito Público, Director del
Diario Oficial de la Federación y Junta Especial Número 26 de la Federal de
Conciliación y Arbitraje, por los actos consistentes en la aprobación, expedi
ción, promulgación, refrendo y publicación del “Decreto que establece, re
forma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley del Impuesto sobre
la Renta”, en vigor a partir del primero de enero de dos mil dos, particu
larmente en lo que concierne a los artículos 110 y 112. De la Junta se reclamó
la resolución interlocutoria de fecha veinticuatro de febrero de dos mil cinco,
en que fueron aplicados los preceptos reclamados.
6 La sentencia dio origen a la siguiente tesis aislada: Derecho al mínimo vital. Cons-
tituye un límite frente al legislador en la imposición del tributo derecho al
mínimo vital en el orden constitucional mexicano.
2. Voto concurrente
Por su parte, el Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo formuló voto concu
rrente, en el cual manifestó estar de acuerdo con el sentido de la resolución,
pero no con las consideraciones que la componían, en tanto hacían referen
cia al concepto denominado como “mínimo existencial” o “mínimo vital”.
Al respecto, reconoció que “el derecho al mínimo existencial o al mínimo
vital ha sido reconocido en otras latitudes como un derecho que deriva de
los principios de dignidad humana y solidaridad, en concordancia con los
derechos fundamentales a la vida, a la integridad personal y a la igualdad en
la modalidad de decisiones de protección especial a personas en situación de
necesidad manifiesta y que en el caso del derecho mexicano, cobra plena
vigencia a partir de la interpretación sistemática de los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución General y, particularmente, de los artículos
1º, 3º, 4º, 6º, 13, 25, 27, 31, fracción IV, y 123; constituyéndose, por ende, en
un presupuesto sin el cual las coordenadas centrales de nuestro orden cons
titucional carecen de sentido”.
No obstante lo anterior, el Ministro que elaboró el voto concurrente
consideró que, si bien de la interpretación sistemática de tales preceptos
derivaban algunos de los derechos fundamentales, como el derecho a la vida,
a la igualdad y a la integridad de las personas, lo cierto es que ello era insufi
ciente para establecer que dichos artículos eran la base de lo que se denomina
derecho al mínimo existencial o al mínimo vital en relación con el derecho
impositivo mexicano.
Al respecto se argumentó que del artículo 31, fracción IV, de la Consti
tución Mexicana se desprendía que para la validez constitucional de las
contribuciones, se debían satisfacer tres requisitos esenciales, a saber, por una
parte, que estuvieran establecidas en un ordenamiento formal y materialmente
legislativo, y que su tributación se realizara de manera proporcional y equi
tativa y, finalmente, que se destinara a sufragar los gastos públicos.
Posteriormente realizó un análisis del contenido y alcance de la garantía
de proporcionalidad tributaria a partir de teorías como la de Adam Smith,
Manuel Hallivis Pelayo y Adolfo Arrioja Vizcaíno; así como apoyándose en
precedentes de la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación. Con base
en dichos tópicos, se argumentó que el principio de proporcionalidad tribu
taria implicaba que los contribuyentes, con base en su capacidad contributiva,
puede ser gravada aquella riqueza a la que se le han restado los gastos de
producción de fuentes productivas.
También se precisó la definición que ha dado la Corte Constitucional de
Colombia del concepto del mínimo vital como aquella parte del ingreso del
trabajador que está destinado a solventar sus necesidades básicas y del núcleo
familiar dependiente, tales como alimentación, vivienda, salud, educación,
recreación, servicios públicos domiciliarios, entre otras; esto es, que no restringen
sólo a la prestación necesaria para garantizar la supervivencia biológica del in
dividuo, sino que trasciende a la satisfacción de las necesidades básicas mencio
nadas y en aras de asegurar el goce efectivo de los derechos fundamentales.
Por su parte, se refirió que el Tribunal Constitucional Español define
dicho concepto como los bienes indispensables para la realización de los fines
propios de la persona, considerando como fines, aquellos que el constituyente
perfila expresamente como dignos de acción tutelar positiva por parte de los
poderes públicos.
Por otro lado, se argumentó también que en cuanto al caso de México,
la Suprema Corte de Justicia de la Nación en momento alguno ha analizado
el principio de proporcionalidad tributaria, atendiendo a circunstancias par
ticulares de las personas o de las familias, sino más bien en cuanto a su po
tencialidad real de los sujetos pasivos para contribuir al gasto público, lo que
revela que nuestro más Alto Tribunal ha prescindido en forma reiterada del
análisis de la capacidad contributiva de las personas, desde el punto de vista
subjetivo.
Así pues, en el voto concurrente se insistió que el concepto de propor
cionalidad tributaria se ha realizado atendiendo a la capacidad contributiva
objetiva de los contribuyentes del impuesto, esto es, atendiendo a factores
cuantitativos, los cuales se aprecian a través de los índices generales de riqueza
y no a partir de la situación específica y particular de los gobernados y, por
ello, el hablar del mínimo existencial o mínimo vital en el proyecto que se
sometió a la consideración de los señores Ministros de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación se oponía a los criterios jurispruden
ciales que ha sustentado dicho Alto Tribunal con relación a la garantía de
proporcionalidad tributaria.7
7Criterios que se citan a lo largo del voto concurrente como: la tesis P/J. 109/99 que
sustentó el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la novena época y que aparece
mentación jurídica, iniciando con el primero de ellos, pero no sin antes adver
tir que no se trata de un estudio exhaustivo, sino más bien de un ejercicio que
intenta ejemplificar de manera muy sencilla los enfoques antes referidos.
Como ha quedado precisado en la primera parte de este trabajo, la con
cepción formal de la argumentación jurídica se ocupa de la estructura de los
argumentos de una decisión –especialmente judicial–, apoyándose principal
mente en la lógica deductiva, y en otras que sirven para dar cuenta mejor del
fenómeno del razonamiento jurídico; sin atender al contenido o contexto en
que se emitieron.
Ahora bien, la estructura lógica de los argumentos es presupuesto nece
sario para considerar la plausibilidad o no de los mismos a partir del análisis
de su contenido, es decir, del enfoque material de la argumentación jurídica;
por ello, es que iniciaremos con el estudio formal de los razonamientos vertidos
en la sentencia propuesta.
En principio se puede advertir, de manera muy clara, que por la estructura
de la sentencia emitida en el amparo en revisión 1780/2006, esta puede
analizarse bajo la óptica que nos ofrece tanto la lógica deductiva como la
inductiva.
Esto se considera así, pues si bien, como cualquier tema de constitucio
nalidad que se sometió al conocimiento de la Suprema Corte, tiene una cierta
complejidad que precisamente requiere de un análisis especializado por los
máximos jueces del país, lo cierto es que existen grados de problematización,
y en el caso concreto se puede considerar que se está en presencia de un caso
de los llamados “difíciles”, pues su posible resolución no es evidente aten
diendo al contenido de la propia ley, ya que requiere de cierta interpretación
por el órgano jurisdiccional, además de que parece necesario acudir a la
justificación por principios. Por tal motivo, el problema que presenta el estudio
de esta sentencia no es tanto –utilizando los conceptos propuestos por
Wróbleski–, de justificación interna, es decir de estructura, sino de justifica
ción externa; esto es, de corrección de las premisas. Por eso, en este apartado,
la lógica sólo nos proporcionará información acerca del esquema de razona
miento utilizado.
En principio se advierte que la litis consistió en determinar si los artículos
110 y 112 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, contenidos en el Capítulo
I del Título IV de dicho ordenamiento legal, eran o no constitucionales al
gravar la indemnización por despido injustificado, debido a que tal concepto
(A v B) C
(A v B)
C
D (C v E)
(C v E)
D
Por lo tanto, los artículos 110 y 112 de la Ley del Impuesto sobre la Renta
no son violatorios del principio de proporcionalidad previsto en la Constitu
ción Mexicana.
Con lo anterior queda evidenciada la validez de la conclusión, por lo
menos en términos lógicos, pues se puede advertir claramente que la conclu
sión deriva (inferencia) de las premisas construidas por el órgano de
decisión.
2. Análisis material
3. Análisis pragmático
Conclusiones