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“Colonialismo” o el triunfo de la leyenda negra

Días atrás las redes sociales explotaron cuando se difundió la noticia del matrimonio de la hija
de Alfredo Barnechea en la ciudad de Trujillo con un español cuya familia tiene títulos
nobiliarios. ¿Qué sucedió? En las primeras imágenes difundidas se describía a los novios
haciendo el paseo nupcial por las calles de la ciudad de Trujillo mientras al lado de ellos se
representaban “esclavos” y se “adornaban con mujeres indígenas”. Otros decía que los
“condes” se paseaban alegres mientras los “actores de mujeres indígenas representaban algo
denigrante”

Las imágenes -malamente- lograron el cometido: mostrar un supuesto racismo y clasismo del
nuevo matrimonio “aristocrático”. La información incluso llegó al diario español El País, donde
la corresponsal Jacqueline Fowks escribió que “un espectáculo de esclavos ambienta la boda
de un ex candidato de derecha”.

No obstante, de que horas después y a medida que las aguas se calmen, empezaban a surgir
otras versiones que en realidad el matrimonio quería mostrar las tradiciones moches (; la
percepción de un sesgado racismo y clasismo de la hija de Alfredo Barnechea había ganado
cancha, como se dice.

La discusión en las redes en torno a la boda trajo de nuevo al debate el proceso de conquista y
posterior “colonialismo” español. Académicos de izquierda, intelectuales del denominado
“republicanismo” y periodistas zurdos asombrados se indignaban de la imágenes y apuntaban
al “racismo colonial e inherente de la aristocracia peruana”, mientras otros inmediatamente
ensalzaban a Velasco Alvarado.

Ahora bien, en los últimos años se viene revisando la historia del proceso de conquista y de
eso llamado colonización. En estricto, tarde o temprano ya se puede decir que si bien existió la
conquista sin embargo está veremos decir que hubo “coloniaje” como tal.

Al margen de la discusión sobre el uso y significado social y político del término “colonia” y
llamar colonialismo al proceso

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