El dolo exige el conocimiento y la voluntad de realizar las circunstancias del tipo objetivo es decir

saber que se mata a otra persona y querer hacerlo, no se debe probar un fin específico sino de la
exteriorización de su conducta que evidencie el aspecto subjetivo del actuar delictivo establecida
mediante aspectos como la calidad del arma utilizada la forma en que se usa la distancia el
número de golpes y la región anatómica comprometida.

El dolo eventual en el cual es suficiente con que el autor haya previsto la muerte de otra persona
como una consecuencia probable de su acción y a pesar de ello haya actuado tal como sucedería
por ejemplo con palizas brutales o Golpes en zonas vitales, muerte por asfixia producida al tapar la
boca de la víctima durante la violación o al sujetarla por el cuello, disparos hechos indistintamente
a un grupo de perseguidores, navajazos indiscriminados, zarandear a otro de noche al borde de un
acantilado o abandonar hijo sin proporcionarles alimento.

Respecto a la configuración del dolo eventual se requieren dos condiciones:

a) Qué el sujeto se represente como probable la producción del resultado antijurídico.

b) qué la no producción del resultado dañoso se deje al azar Lo que implica que el agente
emprende o mantiene su conducta con absoluta indiferencia por el resultado o la situación de
riesgo que genera no obstante haberse representado que en ella existe un peligro inminente y
concreto para el bien jurídico.

El homicidio preterintencional consiste en la muerte de una persona que se produce Más allá de la
intención que animaba al sujeto activo desde el punto de vista dogmático el homicidio
preterintencional consiste en la mezcla de la culpa con el dolo para la Corte Suprema de Justicia el
homicidio preterintencional tiene cinco elementos se requiere de los siguientes una acción dolosa
tendiente A causar daño en el cuerpo o en la salud, producción de la muerte de la víctima, nexo de
causalidad entre las lesiones y la muerte, previsibilidad del resultado muerte, identidad y
homogeneidad del bien jurídico tutelado.