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Pichincha

Territorio
de la Cultura
Ec. Gustavo Baroja Narváez
Prefecto de Pichincha

Jurados:
María Auxiliadora Balladares
Juan José Rodríguez
Iván Oñate

Segundo Premio
Fractales
Edgar Allan García
Ec. Gustavo Baroja Narváez
Prefecto de Pichincha

María Pilar Vela


Dirección de Gestión de Cultura

Antonio Correa Losada


Coordinador y Editor General de los Premios Pichincha 2014-2015

© Edgar Allan García


Derecho de autor:
ISBN:

Portada y diseño gráfico: Ernesto Proaño Vinueza


Impreso en

Este libro es una publicación


sin fines de lucro y de distribución gratuita.

Gobierno Autónomo de la Provincia de Pichincha


Manuel Larrea N13—45 y Antonio Ante
Quito, Ecuador
2015
Edgar Allan García

Fractales
Contenido

Alejandría /11
Señor de la nada /15
Gordiano /19
Opus magnum /23
Copla /27
Michaux /31
Sumpa /35
Job /39
Umami /43
Malevich /47
Don Juan /51
Hölderlin /55
Bartleby /59
Río Bravo /63
Maia /67

9
Alejandría
El animal escribe a pasos forzados
refugiado en su madriguera
Afuera la lluvia de fuego arrecia
y crecen las aguas del fin del mundo
Cada palabra que garabatea el animal
en las paredes está manchada de sangre
cada canción silenciosa encarna otras
engendradas bajo tierra
en los tiempos de la osamenta
A veces los muros se cuartean y emerge
el aullido de los que nunca cantaron
el apretado sueño
del que durmió para siempre solo
los fetiches de los que creyeron
y una noche dejaron de creer
y maldijeron lo antes creído
como si se tratara de un engendro
Cuando el animal escribe
lo hace con o sin luna
con o sin templanza
libre de sí mismo
que muchas veces es su peor carcelero
No escribe para justificar su ausencia

13
ni su orgullo por lo que nunca le ha pertenecido
ni los placeres prohibidos y sus temibles homilías
ni sus descalabros ante los molinos de viento
Sucio de melancolía o sarcasmo
cuando todo anuncia la alborada
desnudo suele refugiarse
en versos arrebatados a la noche.

14
Señor de la Nada
En otro tiempo él era el dios de las aguas
el señor de los ríos de tinta y las fuentes seminales
el propiciador de la sangre tumultuosa
que izaba su mástil de carne
y bendecía lo derramado en las tinieblas
Era la lengua que en su lengua se enredaba
como alga de acantilado
lengua que aprendió a bucear
en su centro de espuma
y amó la viscosa luz de la vorágine
Era el Bienamado que maldecía el sopor y la herrumbre
El Ulises que se negaba a ensordecer ante los cantos
ilusorios
El Cíclope insomne espiando sus abluciones secretas
Dueño de la lascivia y la sed nunca saciada
sus manos se enseñoreaban en los cuatro costados
de una mortal que sin embargo no cesaba de escapar
aunque volvía (solo por hoy, recuérdalo)
hasta la tarde en que ella por fin lo echó al olvido
y no supo más de sí
señor de la nada.

17
Gordiano
Esto que ves es mi ausencia
pese a la forma
que encaja en el presente
Esto que escuchas
es un simulacro concertado
ante la inutilidad de la transparencia
Fui el que siguió la huella
del que nunca partió y se sobrevive
en cuatro —a veces de dos en dos— pero solo
El que está en mí
pasó hace tiempo y no queda sino el eco
del deseo —el deseo de desearte y que me desees
no este deseo indeseable empotrado en la memoria—
La hojarasca o su infame metáfora
llegó esta mañana arrastrada por el vendaval
No sepas que solo tú vienes a buscarme.

21
Opus magnum
Mejor ciego para no verte
mejor sin vida para no saberme
El que no fue ni llegó nunca
no tiene que mantener el fuego encendido
no tiene que creer o descifrar el misterio
ni despertar a mitad de su propia muerte
para dar un discurso sobre la generación perdida
Que otro vaya por mí a embanderar la cumbre
que alguien más se vuele los sesos en diciembre
Ergo no contar conmigo
Ergo no pedir estrellas al olmo
Emigraré al reino de mí mismo
y daré un golpe contra mi estado menor
para que algún día emerja el que seré
del fondo del que no supo ser.

25
Copla
Tenías razón Jorge Manrique: la vida
es río que va a dar en la mar que es el morir
pero tras la siega de la que llega tan callando
algo se queda engarzado a los espinos
vestigio que acaso no sea sino el recuerdo
del que en vida fue un cadáver
y en la muerte vive
para cantarle a la piedra recíproca
o caminar para atrás los desencuentros
Levántate y anda padre mío ordenó el hijo
durante el sueño invernal de la descarnada
Recuerdo vivo seas ahora y para siempre
Regresa del mar hasta tu silenciosa hembra
Que nadie más que tú tiene el corazón blanco
Que nadie sino tú has habitado
los extremos del amor en las tierras del odio
Que para la flor asida al ventisquero
APRIL is (not) the cruellest month
Ya solo te resta habitar la lluvia de los amados cuerpos
arder en la lengua del fantasma durante la última noche
mientras la muerte permanece de pie
aguardando por ti que dices «para siempre»
Ahora sabes que en el origen

29
se agazapa el poder
de lo innombrable
que todo lo demás es humo
pese al hábito de convertirlo
en signos tallados sobre piedra
que vivir la muerte es como morir la vida
pero de revés (como quien sale a ninguna parte
y regresa con un alacrán anidando en la frente).

30
Michaux
«Hombres de una sola fe —gritó Michaux
a los alguaciles— deben husmear en mí al hereje»
acechar al que nunca ha cazado con ustedes
al que ha insistido en beber del cáliz inmundo
y se valió del puñal para dibujar en las murallas
Deberán quemar mi cuerpo sin alas
coronado con cuernos de agave
Arrojarme a las brasas por atisbar
más allá de la obstinación del círculo
por cabalgar sobre mi propio extravío
con los belfos manchados de interjecciones
Han de saber que
en el canto de mi cólera
tiembla un huevo de monstruo
Regalo de brujo para repoblar el mundo.

33
Sumpa
Vamos —coneja mía— a parir hijos
Empecemos por horadar un pozo
en los montes calcinados
para que de aguas límpidas
emerjan los prometidos del cielo y la tierra
Grávidos nos hincharemos no de orgullo
sino de planetas habitados por gusarapos
de colas luminosas —presiento ojos
abismados semejantes a los tuyos
manos asidas a la bruma como las mías—
extraños seres de otras dimensiones
que con el tiempo parecerán humanos
y cuando habitemos el fondo de la tierra
serán los espejos convexos
donde acaso nos miraremos vivos.

37
Job
Pasamos como trombas
atormentados por la lenta fugacidad
hambrientos de lo que nunca tuvimos
o creímos saborear demasiado poco
El tiempo el tiempo el tiempo blablá
pero no opinamos de las horas ni del clima
sino de lo que no alcanzó a nacer o morir
de lo que aún espiamos con miedo desde las cornisas
Piensas la herida no será evidente sino hasta el final
Piensas una vez ebrios no importarán las trampas
Piensas no el amor sino un amor bastará para salvarme
y estrujas lo que llamas vida imaginando
que en eso consiste el secreto de las luciérnagas
Al final te traicionas como casi siempre
y amenguas el celo meditando sobre una lápida
Llegará el tiempo en que ceniza llueva de abajo
hacia arriba.

41
Umami
Pasas tu lengua por su hendidura
paladeas el durazno la canela rallada
los pistilos de azafrán que se adhieren
invisibles a la comisura de tus labios
Ni dulce ni salado —arriba
que es casi siempre su abajo—
el paraíso es umami
A veces almejas flambeadas
con aguardiente de almendras
otras liquen submarino que desquicia
Puesto a penetrar el misterio no olvides
que su dique tiene labios secretos
que solo pueden abrir los tuyos
La saliva almizclada que mane
del delirio de ella bastará para que te ilumines.

45
Malevich
Porque a veces el anzuelo del ser
se hunde en aguas lunares allá/
en la profundidad/ se revela lo otro/
bucea la duda/ acechan siluetas
que nadie ha visto/ destellos azulados
que parpadean en el ojo abisal/
el meteorito penetra el orificio y descubre
la no forma en un universo sagrado/ sin fondo/
tras la caparazón del dios que huye
emerge una masa gelatinosa/ sin palabras/
pensamiento impensado sobre otro muro
de tiniebla/ negro molusco bajo un océano
de tinta/ nieve desparramada sobre
un cuadrado blanco/ epojé/ partido en dos
el uno se enemista consigo mismo/
madre sin hijo/ hijo sin cuerpo/ lumbre oscura/
solo la paradoja sobrevive a la marea.

49
Don Juan
Alguien (es difícil saber
quién) ha clavado un alfiler
en el centro del muñeco
y el abuelo cae de bruces
El humo del copal baña su piel desnuda
y él regresa de la nada como un recién nacido
Aprendió que el mundo
es un juego azaroso entre la luz
y la oscuridad donde él
debe interpretar ya a un fantoche
ya a un guerrero nagual que antepone
7 granos de sal negra 7 flores de toloache
7 cabellos propios 7 invocaciones toltecas
a la luna que se sumerge en las tinieblas
El abuelo no es de este mundo
aunque ensueñe con cabeza humana
corazón de pedernal y manos de coyote
Si rompe el rezo
si se atora con el humito
si le corta el camino un ahuizote
si se echa a volar en martes 13
el abuelo se descalabra se retuerce
se descompone se enferma

53
se comprime se desploma
Mil veces el abuelo muere
y otras mil retorna a la vida
Y en cada ocasión la campanada
de la diosa madre lo salva en el último segundo.

54
Hölderlin
Los locos caminamos para atrás
(que es lo mismo que para adelante)
y también hacia la bruma
( igual que a ningún lado)
y llegamos
antes
(o sea después)
para no decir nada que la gente no sepa
(pero también callamos o aullamos incoherencias)
La verdad (pensamos) tiene algo de gutural
de salto al vacío de espanto lúcido de ráfaga púrpura
la verdad (gritamos) es una cáscara que pocos se atreven
a romper: su olor se esparce su telaraña une lo disperso
las máscaras caen y sobreviene el desconcierto
La desnudez es obscenidad (dicen los cuerdos)
no lo que se pudre bajo la túnica no lo que se agusana
tras las cortinas cerradas no lo que supura en la oscuridad
¡Atrás todopoderosos creadores de materia sin sangre!
¡Atrás amaestrados cuidadores del hueso venidero!
La desnudez (lo juramos) es una bandada de pájaros
rojos
un niño desahuciado que de pronto se incorpora
y se echa a andar.

57
Bartleby
He sang his didn’t
E. E. Cummings

—Has nacido casi tantas veces como has muerto


y sigues sin saber el propósito de las palabras
—Hay bestias dentro de mi alma que meditan
y ángeles que maldicen la libertad de los gorriones
—El gato puede estar o no en la caja abandonada
pero de seguro sigue atrapado en su propio sueño
—Estoy al servicio de lo que no pretendo entender
pero sé que no venderé mi alma para salvarla
—Un doble ha cumplido a destajo la infame tarea
y sin embargo decidiste entregar los informes en blanco
—El galápago solitario al borde del acantilado es una
señal
—También tú eres una señal acaso arbitraria frente al
muro
—Ni profeta ni mago será aquel que navegue en el
espejismo
—Hasta el más rebelde se deja domar por la costumbre
y va de lo mismo a lo mismo hasta convertirse en
caricatura
—No me opongo solo observo la danza de la ceniza
—Tampoco yo he sido yo cuando más he querido serlo
—Te encontrarás más allá del estado de sitio

61
cuando traspongas la seducción de ti mismo
y sus más tristes demonios
—Dime —si así lo prefieres—
cuánta nada sobrevivió en el espacio vacío
cuánto mundo desapareció tras tu pálido silencio
—Preferiría no hacerlo.

62
Río Bravo
Dejemos en paz de una vez por todas
al viejo Heráclito y su «no se puede
pasar dos veces por el mismo río»
Abandonemos la cita tergiversada
de quien pocas veces se bañaba en parte alguna
salvo quizá en el oxímoron que aún fluye
hacia atrás y hacia adelante al mismo tiempo
(en Delfos se decía que bajo la toga
su cuerpo escuálido era como el betún
aunque su cabeza era una jaula de luciérnagas
que alumbraba las cálidas noches del mar Egeo)
Volvamos más bien la vista hacia el norte
y a los que —sin haber leído los aforismos
del sabio de Éfeso— todos los años
cruzan hasta mil veces el mismo río
Son los que se ahogan y vuelven a cruzar
los abaleados que insisten en llegar a la otra orilla
los que sin sospechar que «en los mismos ríos entramos
y no entramos puesto que somos y no somos los mismos»
insisten en zambullirse buscando la tierra sin frontera.

65
Maia
Aún recuerdo la sangre
de los venados penetrando la tierra
endurecida de los páramos australes
la sombra entrando a hurtadillas
en el asfixiado
recinto de la abuela moribunda
las uñas negras del labriego
destrozando los diminutos
habitantes de una cabeza sombría
la generosa albahaca estrangulada
por un cintillo mugriento
los andamios manchados de pintura gris
a los que el viento mecía con furia
los blancos torreones levantados
sobre la niebla de una ciudad adormecida
el muchacho huérfano que quiso ser
badajo de campana y así lo encontraron
a la mañana siguiente
la luz vacilante entrando por hendijas
de estancias solitarias en las que crujían
los pisos de madera al paso de los fantasmas
el pintor a quien el lienzo se lo tragaba
y luego lo escupía como a un náufrago

69
los perros perezosos que dormían panza arriba
indiferentes a la luna ensangrentada
el endemoniado que tocaba
despierto y dormido hasta que acababa
flotando en el aire enloquecido de la música
la mujer desnuda que se dejaba mirar
bajo la regadera a cambio de mi silencio de niño
el rejo feroz que nadie usó conmigo pero que pendía
de un clavo oxidado como una oscura amenaza
Aún recuerdo la luz y la sombra
la vida y la muerte el espanto y la risa
y el placer de mi boca en su vientre
y los bramidos del oscuro oleaje
y los placeres que desafiaban a la muerte
y mi cuerpo desnudo entreverado
con la desnudez de otros cuerpos
Recuerdo sí que recuerdo mi vida de monstruo
y las ausencias los milagros las máscaras
los escondrijos las palabras a medias
los sollozos
Y sin embargo nada de eso fue cierto.

70
Fractales de Edgar Allan García,
Segundo Premio Pichincha de Poesía 2014-2015,
ha sido editado dentro de la Colección Premio Pichincha de Poesía
por el Gobierno Autónomo de la Provincia de Pichincha,
siendo Prefecto el Ec. Gustavo Baroja Narváez,
para ser distribuido en forma gratuita en todos los cantones.

Para la portada de este libro se ha usado tipografía


Romance Fatal Serif © 2009 Juan Casco, (con autorización del autor).
Para el interior caracteres Bodoni,
creados por Giambattista Bodoni (1740-1813).

El cuidado de la edición estuvo a cargo de


Antonio Correa Losada y el autor.

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