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eA PLL UN ANALISIS CRISTIANO DEL ISLAM UM LL Dr. Fernando D. Saravi Jesucristo o Mahoma Un andlisis cristiano del Islam editorial clie Indice Provooo Pusracio BI Islam: Introduccién. I Historia II, Eseritura y tradiciones TIL. Doetrinas : 1. Dios 2. El universo 3. La revelacién 4 La salvacion | | 5. El ostado intormedio, ia resurreccién ¥ el juicio final IV. Prdeticas V. El sufismo VI. Critica cristiana del Islam 1, Fuentes del Corén 2 Doctrinas del Coram VU, Resumen. Bibliografia . Apéndice: La fe universal Baha't La fe universal Baha'i I. Historia IL. Doctrinas 1. Dios 2. La revelacién 3. El universo 4, El hombre y la salvacién. a 13 23 28 33 34 44 48 51 64 69 69 71 87 95 97 102 108 105 113 14 5. Escatologia 116 IIL, Organizacién y précticas 119 IV. Critica eristiana. 2. 2) 2.) . 192 V. Conclusiones . . 6. + 132, Bibliografia. 134 Nota: A menos que se indique otra cosa, las citas biblicas del Antiguo Testamento provienen de la Bi blia de Jerusalén (2 ed., Desclée de Brouwer, Bilbao, 1975) y las del Nuevo Testamento de la Reina Vale. ra Actualizada (Mundo Hispano, E] Paso, 1987) 6 Prélogo Hace tiempo que el Islam dejé de ser una religién de Oriente; actualmente es mundial. Ademés, no se trata solamente de un conjunto de creencias, sino de todo un estilo de vida que afecta las artes, 1a juris- prudencia, la politica nacional, las relaciones exterio- res, la familia, la posicién de la mujer, y la cosmovisin de sus adeptos, por mencionar solamente algunos as- pectos sobresalientes. Por ello, afecta la vida de una multitud de seres humanos que hoy suman cerca de mil millones, o sea una quinta parte de la humanidad. Esta proporcién esta en constante crecimiento, debido al poder econémico, 1a fuerza politica y la labor proselitista de los islamitas. En todas partes del mundo, incluso en nuestra América Latina, el ntimero de musulmanes crece continuamente. Nuestra comunicacién con los adeptos al Islam no es, en general, buena. Debemos confesar sinceramente que muchos de nosotros tenemos prejuicios en contra de los islamitas, en parte derivados de lo que aprendi- mos en la escuela, como la imagen del feroz guerrero sarraceno blandiendo su sable. El rechazo se ha acentuado con las cotidianas noti- cias de la prensa internacional sobre atentados, ex- plosiones y pirateria aérea, que muestra al Occidente la peor faceta del Islam, y lleva a concebirlo como una religién de violentos, a los cuales vale més evitar que comprender. No debemos equivocarnos: ellos son gente como no- sotros, con sus defectos y virtudes, con sus esperan- zas y necesidades de amor, carifio, interés. Tienen en 7 alta estima a la familia, la hospitalidad y la lealtad, Quieren ante todo ser fieles a Dios, y pueden ser ex- traordinariamente célidos y afectivos Como embajadores de Cristo, es nuestro deber amarlos ¢ interesarnos en sus vidas actuales y sus destinos eternos. Debemos servirles por amor a Jesu- cristo, Sefior nuestro y Sefior también de ollos. Muchos viven’en tierras lejanas, mientras que también hay cientos de miles en nuestro propio continente, Unos y otros necesitan conocer a Jess, Para posibilitar la evangelizacién de los musulma- nes, es ante todo imprescindible entender el origen la base de la religién que colorea todos los aspectos de su vida, Debemos saber cOmo piensan y sienten, y por qué Para ello se escribié Jesueristo o Mahoma. Cele- bramos la aparicién de esta oportuna obra de Fernan- do Saravi, quien con atinado criterio ha realizado una enjundiosa sintesis del origen y el fundamento del Is- lam, complementada por una precisa comparacién de las Semejanzas y diferencias entre la fe isl4mica y la fe cristiana, Quien se interese genuinamente por comprender a Jos musulmanes y en ganarlos para Cristo, hallaré en estas paginas una valiosa fuente de recursos. (Es mi ferviente anhelo que este libro sirva para extender el glorioso Reino de Dios entre nuestros vecinos islémi- cos! Pastor Fepesico A. Bertuzzi Director Nacional de Misiones Mundiales Vicepresidente para Latinoamérica de COMIBAM Internacional Prefacio De las grandes religiones del mundo, dos se desta- an especialmente por su celo misionero, que se refleja en una expansién constante. Ellas son el Cristianismo el Islam. Con dos mil afos de historia, el Cristianis- ¢s seis siglos mas antiguo que el Islam, y tiene un !~ mas de adeptos en el mundo. Claro esta que en esta cuenta se incluyen los cristianos de todas las igle- as y denominaciones, cuyo grado de compromiso con el evangelio dista de ser uniforme. El crecimiento del Islam en Ios iltimos aftos ha sido espectacular, incluso en Occidente. Ello ha sido posi- Ble, paradéjicamente, por la libertad religiosn eatable ia como un principio cristiano de mutuo respeto. To- (Mt, 16:24s,). Esto representa la entrega de incondicional obediencia, de aceptacién decidida, de lo que Dios disponga en la vida del disefpulo. Pero la cruz no es sdlo exigencia, sino también bendicién: rescate de la maldicion de la Ley, de la maldicién del pecado, 26. Véaso,v.g.B. Siede y otros, Cross, Wood, Troe en C. Brown, 0, 1:889-405; Jean Audessau y Xavier Lebn-Dufour, Crue, en Vo ‘cabulario de Teologia Bibiea (Ba. Rev., Herder, Bareelons, 1985, p. 201-208); F. J. Taylor, Crose y A” G. Herbert, Curse, on A Theological Wordbook of the Bible (SCM Press, London, 1950) Entre los libros recientes, e] de John R. W. Stott, The Crose of Christ (Inter-Varsty Press, Downers Grove, 1986) j el de Horacio ‘Av Alonso, Doctrina Biblica sobre la Crus (CLIB, Terrassa, 1990), 83

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