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VENERABLE Pauline-Marie JARICOT (22 de Julio de 1799 ~ 9 de Enero de 1862) FUNDADORA OBRA DE LA PROPAGACION DE LA FE Pautine JARICOT supo hacer frente, desde 1819, a una necesidad acuciante de la Iglesia y asociar a ella a todo el Pueblo de Dios: sus opiniones se revelaron perspicaces y verdaderamente proféticas. Con razon, la Obra de la Propagacién de la Fe, fundada en 1822, reconoce hoy toda la parte que co- rresponde a la intuicién, a la iniciativa y al método de esta laica lionesa. Y si, con abnegacién, dejo a otros el cuidado de desarrollar esta Obra, ella no fue, segin sus propias palabras, nada menos que “la primera cerilla que encendié el fuego”>. Pablo VI (1972, 150 Aniversario de la Pontificia Obra de la Propagacién de la Fe) Habindose dejado tocar por los pobres y por la miseria de los que no conocen a Dios, Paulina ereé una colecta a favor de la actividad misionera de la Iglesia, pidiendo a cada uno un sacrificio que con- tribuye a nuestra unin con Dios y que constituye... el signo auténtico de la “comunién con el projimo”». Juan Pablo Il (1999, Bicentenario del Nacimiento de Pauline-Marie Jaricot) La Vida Miniatura de Pauline con su hermana Sofia Pautine-Marie JARICOT nace en Lidn (Francia) el 22 de julio de 1799. Su niiiez trans- curre en Ja holgura, con una buena educacién cristiana. Inteligente y extrovertida, tan lena de vida, como ella misma reconoce, se convierte en una adolescente envidiada en las fiestas por su belleza juvenil, delicadeza de trato y su refina- miento en el vestir. Allos 17 aiios, después de una grave enfer- medad y de la muerte de la madre, conmociona- da por la predicacién de su parroco, abandona la vida de abundancia y de vanidad para servir sé- lo al Seftor con el voto de castidad y para iniciar una vida de continua inquietud para procurar a los pobres un asilo, 0 encontrar los medios para que cesen sus vicios: estos pobres, a los cuales se habia conformado vistiendo pobremente, eran las trabajadoras en las fabricas de su familia. Pauline hace progresos en la vida interior, en el camino mistico de la reparacién y de la caridad. los 19 afios organiza a las jovenes trabajadoras y funda la ASOCIACION DE LAS REPARA- DORAS, que tiene como lema estar siempre dispuestas a dirigirse a todas partes donde el Setior las Hamase. La llamada viene del hermano de Pauline, Philéas, que después llegé a ser sacerdote, el cual, habiendo experimentado como Pauline la voca- cion misionera, se habia puesto en contacto con Ia Asociacién de jévenes y adultos, fundada por los Padres de las Misiones Extranjeras de Paris y aprobada por el Papa en 1817, para orar y re- colectar subsidios a favor de las misiones predo- minantemente en Asia. Pauline y sus Reparadoras muestran su disponibilidad para ayudar a esta Asociacién, que habia tenido poco éxito, con oraciones y pe- queiias ofertas. Una solicitud de ayuda a favor de las misiones en Luisiana (USA) la hace cons- ciente de que la Mision es en todo el mundo, y que las necesidades son inmensas. La Iglesia Parrogual Saint-Niir, la de su nacimiento y ju- Yentud, Desde 1935 alberge su tumba 2 El nacimiento de la Obra de la Propagacién de la Fe En 1819, durante un juego de familia (e1 Boston), en el que todos contribuyen a hacer caja y el vencedor se queda con todo, Pauline inventa un método nuevo para recolectar subsidios a favor de las misiones. Las Reparadoras, divididas en decenas, deben contribuir cada una cada semana con un sou (5 céntimos de franco); las encargadas de cada decena entregan las ofertas a otras diez encargadas de los centenares de contribuyentes o cenfurias; diez centurias forman una divisién y la suma total se confia a la responsable iiltima para su destino a las misiones, es decir, a Pauline, que al inicio se de- fine “jefe de las centenas”. En octubre de 1820, la Asociacién cuenta ya 500 inscritos, que al aio siguiente llegan a 2.000 y se extiende como una mancha de aceite en Francia, en toda Europa y, muy pronto, en todo el mun- do catélico. De este modo, en 1820, Pauline Marie Jaricot lanza el primer Movimiento Organizado para la oferta de una determinada contribucién econémica de parte de TODOS los fieles catélicos a TODAS las misiones de la Iglesia. Inicia asi la nueva “Obra” que el 3 de mayo de 1822 pasa bajo la direccién de lai- cos comprometidos en la ayuda a las misio- nes. El presidente, Benoit Coste, define bien el espiritu de la nueva OBRA DE LA PROPA- GACION DE LA FE: «Nosotros somos catéli- cos. Nosotros no debemos sostener esta 0 aquella misién particular, sino todas las misiones del mundo». La Obra de la Propagacién de la Fe, puesta bajo la proteccién de san Francisco Javier, es reconocida oficialmente en 1922 por el Papa Pio XI, y es declarada Pontificia.

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