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Junto con la Bandera Nacional, la Escarapela Argentina y el Escudo Nacional, nuestro

Himno Nacional integra el conjunto de 4 símbolos patrios con el que nos sentimos identificados
y unidos como argentinos.

El pueblo argentino se reconoce en ellos y por eso, su importancia en tiempos de crisis de nuestra
identidad nacional.

Cuando somos testigos en actos escolares, en conmemoraciones públicas, en eventos deportivos,


en los cuales se escucha el Himno Nacional Argentino y se hace presente, la Bandera Nacional,
que muchos asistentes no cantan la Canción Patria o lo hacen sin ganas…

Cuando en presencia de nuestra Enseña Nacional, mientras entonamos el Himno Nacional, hay
personas que se ríen, conversan entre sí y se comportan sin ubicación alguna, nos duele y
sensibiliza a todos los que amamos a nuestro país y a los símbolos que nos representan.

No debemos olvidarnos que somos ciudadanos argentinos, no simplemente habitantes. Y como


ciudadanos, tenemos derechos y responsabilidades.

Es nuestra responsabilidad sentir y mostrar respeto al cantar el Himno Nacional Argentino.

¡No tengamos vergüenza ni renunciemos a nuestra identidad nacional!

Al cantarlo en posición de firmes, con fervor, al recibir y despedir respetuosamente a la


Bandera Nacional, al colocar en nuestro pecho la Escarapela Argentina, al recitar la
Oración a la Bandera, manifestemos, con sano orgullo: “¡Soy argentino!”, “¡Soy
argentina!” y honremos a aquellos patriotas, que dieron su vida por la libertad y soberanía
de nuestro país.

Con el debido respeto a nuestro Himno Nacional y a los demás símbolos patrios, también nos
honramos nosotros mismos. Nos enriquecemos como seres humanos y como ciudadanos
argentinos.

Por ello, cada vez que escuchemos los acordes de nuestra Canción Patria, alcemos nuestras voces
para cantarla, con el corazón pleno de emoción, y contribuyamos así, con este pequeño y gran
gesto, a la unión de todos los argentinos en una sola alma nacional.

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