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Restauración del odre bíblico

Estamos viviendo en el tiempo de la preparación de los odres, que habrán de


contener el vino nuevo del Espíritu Santo, que será derramado en los próximos
días. ¡Aleluya!

“Entonces ellos le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan ayunan muchas veces
y hacen oraciones, y asimismo los de los fariseos, pero los tuyos comen y
beben? Él les dijo: ¿Podéis acaso hacer que los que están de bodas ayunen,
entre tanto que el esposo está con ellos? Más vendrán días cuando el esposo les
será quitado; entonces, en aquellos días ayunarán. Les dijo también una
parábola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido
viejo; pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado
de él no armoniza con el viejo. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra
manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se
perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se
conservan. Y ninguno que beba del añejo, quiere luego el nuevo; porque dice: El
añejo es mejor” (Lc 5:33-39).

GENERALIDADES SOBRE LOS ODRES Y EL VINO

1.   Odres: Los odres eran recipientes hechos con cueros de oveja, cabra o
camello, para contener líquidos. Se curtía y cosía el cuero. Una vez hecho, el odre
es flexible, elástico y blando. Pero después de cierto tiempo es inflexible y duro.

2.   El vino nuevo, sin fermentar, se ponía en un odre nuevo; para que, al
fermentar y desprender gases, el odre se estirara, y se adaptara al vino. Si en
cambio el odre era viejo y duro, al no poder estirarse, cuando el vino fermentaba
se rompía.
3.   Parábola. ¿Qué significa esta comparación? Desde el punto de vista
espiritual, un odre es una estructura mental que tenemos sobre Dios, y su obra en
este mundo; y sobre nuestra relación con él.

4.   Vino viejo o añejo. Los que estaban acostumbrados a este vino decían que el
vino viejo o añejo, es mejor. Esto es así por diferentes motivos. Por ejemplo: con
el tiempo, el tanino del vino (de sabor amargo) se va disolviendo en el líquido,
quedando como resultado un vino más dulce.

De acuerdo con el contexto de lo que dijo Jesús, el vino viejo eran


las enseñanzas que los hombres habían agregado a la ley de Dios. Es decir,
eran costumbres, tradiciones, ritos, dogmas, mandamientos humanos, modelos,
formas, enfoques, patrones de conducta humanos;
que desplazaban los principios de Dios.

Cando llega una nueva visitación del Espíritu Santo, los que están acostumbrados
a lo viejo dicen que el vino añejo es mejor, al no captar la dimensión espiritual.

5.   El vino nuevo es:

a.   Es Jesucristo. La iglesia es el odre que lo contiene.

b.   Es el mensaje de Jesús, y el de sus discípulos; que se hace nuevo y real en


nuestras vidas, por medio de la iluminación del Espíritu Santo. Es decir, es volver
a las sendas antiguas.

 Es el mensaje de la gracia, del Nuevo Pacto (contrario a la ley), anunciado en el


Nuevo Testamento. 
 Es la restauración prometida por Dios en Hch 3:21; la restauración del mensaje del
Nuevo Testamento, llevándonos a vivir los principios bíblicos.
c.   Es el Espíritu Santo.

d.   Es lo nuevo de Dios; es decir, es todo lo que Dios nos da por medio de la
visitación, la renovación, el mover y el derramamiento del Espíritu Santo, tal como
ha ocurrido en muchos avivamientos.

6.   Odre viejo. Es inflexible. No acepta lo nuevo de Dios, y el obrar del Espíritu


Santo. Frente a los cambios, se rompe. Un odre viejo está formado por un
paradigma mental que tiene costumbres, ritos, prácticas religiosas, estructuras
mentales, esquemas humanos, moldes, formas de pensar, sistemas teológicos,
etc.

En la época de Jesús, el odre viejo estaba representado por los fariseos; los que,
con sus ideas religiosas, sus tradiciones y sus costumbres, no aceptaban el vino
nuevo de las enseñanzas de Jesús.

El odre viejo representa a todos los sistemas religiosos, es decir, todos


las religiones inventadas por los hombres. Antes de seguir aclaremos que, el
cristianismo no es una religión; sino que es una vida, la vida de Jesucristo en los
creyentes. En toda religión hay ritos, costumbres, etc., para tratar de agradar a
Dios; siendo que la Biblia dice que, el camino a Dios es por medio de la fe en
Jesucristo.

7.   Odre nuevo. Es flexible, es decir, acepta todo lo nuevo que Dios trae con el
avivamiento. Se adapta fácilmente a los cambios, sin romperse. Tiene la
disposición de aceptar todo lo que el Espíritu Santo quiere hacer. Tiene
nuevas normas y nuevas formas de vida; en la vida íntima y en la relación con los
demás.

El vino nuevo del Espíritu Santo, se debe echar en odres nuevos; o sea, en
personas con un paradigma mental y espiritual abierto a todo lo que Dios está
restaurando en esta época, conforme a la profecía que dice que: Jesucristo estará
en los cielos hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas (Hch 3:21).
Pero, por supuesto, estas enseñanzas tienen que estar de acuerdo con lo que dice
la Biblia. Cuando Dios restaura una verdad bíblica, si bien, estrictamente
hablando, esa verdad no es “nueva”; ya que siempre estuvo en la Biblia; pero es
“nueva” para nosotros, porque no la conocíamos y no la estábamos viviendo.

Una persona con un “odre nuevo”, es una persona que está dispuesta a ir a la
Biblia para revisar si los conocimientos teológicos que tiene son de Dios o no; y
para lograr esto, clama a Dios que le enseñe; y confía en que el Espíritu Santo le
iluminará los textos bíblicos.

Por eso es que, si nuestro esquema mental es rígido, duro, aferrado a lo que
hemos aprendido,  rechazaremos el obrar del Espíritu Santo; pero si estamos
abiertos a todo lo que Dios quiere darnos, de acuerdo con el mensaje bíblico, lo
aceptaremos. Por eso, el vino nuevo se echa en odres nuevos; es decir, en vidas
abiertas a todo lo que Dios quiera revelar.

Por ejemplo: cuando Dios restauró la verdad del bautismo en el Espíritu Santo, si
bien esta verdad está en la Biblia, muchos la rechazaron porque no coincidía con
la enseñanza que habían recibido, y se perdieron esta bendición. En esas
congregaciones el vino nuevo se perdió, por tener un odre viejo.

La Biblia dice que, Dios hace nuevas todas las cosas (2 Co 5:17; Ap 21:5). “He
aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez
abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad” (Is 43:19).

En nuestros días Jesucristo volverá a manifestar su gloria, derramando el Espíritu


Santo, en una mayor medida de que lo ha hecho hasta ahora. Por eso la gloria
postrera será mayor que la primera.
Es muy interesante notar que, Jesús no vino a usar ni a modificar el sistema
religioso ya existente, el odre viejo. Lo dejó tal como estaba. Pero puso el vino
nuevo en personas que estaban abiertas a lo que Dios quería decirles. Si Jesús
hubiera puesto el vino nuevo en el odre viejo, ese odre se habría roto, y el vino
nuevo del Espíritu se habría derramado y desperdiciado. Por eso, el odre nuevo es
el cuerpo de Cristo (1 Co 12:12), es la iglesia, que contiene a Jesucristo, el vino
nuevo.

Y el vino nuevo que trajo Jesús sigue siendo nuevo a través de los siglos porque
la palabra de Dios no se envejece jamás. Por eso, Dios necesita odres nuevos en
donde poner este vino.

Pero, ¿qué es el vino nuevo que Jesús vino a traer? Jesús trajo el vino nuevo del
mensaje del reino de Dios, del evangelio, del Espíritu Santo, de una nueva forma
de vida. Si tú  vives de acuerdo con este mensaje, entonces, tú eres un odre
nuevo.

8.   El vino nuevo

a.   Viene por medio de:

 La búsqueda de Dios, el arrepentimiento, la santidad (2 Cr 7:14).


 La oración. Todos los avivamientos comenzaron por medio de la oración.
 Escuchar la voz del Señor (Jn 10:27-28).
 Experimentar la guía del Espíritu (Ro 8:14).

b.   Se pierde. Por lo general, un avivamiento viene por la búsqueda insistente de


Dios por parte de un grupo de hermanos; pero luego, estos hermanos no
enseñan a la nueva generación que deben continuar buscando
insistentemente a Dios; es decir, no les dan a conocer los principios espirituales
de un avivamiento; y esto lleva a que el avivamiento finalice.
9.   Neos y kainos. En griego hay dos palabras que se usan para “nuevo”, y son:

 Neos. En griego es: “νεον”. Palabra original: “νέος, α, ον” (neos). Strong’s G3501.
Significado: Totalmente nuevo (en relación con el tiempo).
 Kainos. En griego es: “καινους”. Palabra original: “καινός, ή, όν” (kainos). Strong´s
G2537. Significado: Renovado, restaurado.

Jesús dijo: “Mas el vino nuevo [neos] en odres nuevos [kainos] se ha de echar;


y lo uno y lo otro se conservan” (Lc 5:38). Es de notar que, en este texto, Jesús

 Usó la palabra “neos”, para referirse al vino; ya que, el vino de Dios es algo
totalmente nuevo; pero
 usó la palabra “kainos”, para referirse al odre; porque, lo que Dios quiere hacer, es
tomar una vida arruinada por el pecado y restaurarla, renovarla, al punto tal que
pueda llegar a ser una ”nueva criatura”. ¡Aleluya! [4]

Por eso, la Biblia dice que Dios nos hace nuevas criaturas; y en el griego se usó la
palabra “kainos”.

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva  [kainos] criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas [kainos]” (2 Co 5:17).

Es decir, todo el sistema religioso que habíamos conocido antes de encontrarnos


con Jesucristo ya pasó. Por eso, tenemos que despojarnos de todas esas ideas
religiosas que habíamos aprendido, porque son parte del odre viejo; y conocer
cómo vivir la vida cristiana; para que Dios pueda llenar nuestra vida con el vino
nuevo del Espíritu Santo. Por eso dice la Biblia que ahora “he aquí todas son
hechas nuevas”. Por eso, tenemos que orar para que Dios nos transforme, para
que nos haga odres nuevos, que puedan contener la gloria de Dios. El Señor nos
hace nuevas criaturas para poner en nosotros el vino nuevo.

PREPARAR ODRES NUEVOS


1.   Preparación. Estamos a las puertas del último y gran derramamiento del
Espíirtu Santo, a nivel mundial. Pero, si el vino nuevo del Espíritu es derramado en
odres viejos, inflexibles, que no estén dispuestos a aceptar los cambios de Dios, el
vino nuevo se perderá. Por esta razón, en este tiempo anterior al gran avivamiento
tenemos que preparar los odres que habrán de contener la gloria de Dios; es
decir, preparar a todos los creyentes para que sean ministros de lo que saben; y
para esto, edificarles en su mensaje y en su vida.

2.   Mensaje. Debemos enseñar principios bíblicos de la actuación del Espíritu


Santo, de cómo Dios obra en los avivamientos, y de todo lo que Dios está
restaurando, de acuerdo con la Biblia. Es decir, darles el vino nuevo.

3.   Vida. Debemos:

 Mostrar a los creyentes la importancia fundamental de vivir lo que creen; es decir,


que lo que viven no contradiga lo que ellos enseñan.
 Preparar a nuestros hermanos en la fe para que puedan contener el vino nuevo
del Espíritu. Es decir, no solo debemos preparar a los creyentes para que ellos
puedan ministrar el mensaje, el vino nuevo, todo lo que Dios ha revelado y
revelará; sino también prepararles para que ellos puedan ser odres nuevos, es
decir, personas transformadas que puedan contener la gloria de Dios; porque, el
propósito de Dios, no es solo que los creyentes tengan un mensaje renovado; sino
que también los mensajeros sean personas renovadas.

No habrá avivamiento si solo renovamos y restauramos el mensaje (el vino).


También tenemos que renovar a los mensajeros (el odre). Por eso, tenemos que
preparar a los creyentes para lo que viene: el gran derramamiento del Espíritu, en
todas las naciones.

CONTENER  Y TRANSFORMAR
Teniendo en cuenta que, se viene el gran derramamiento del Espíritu Santo,
debemos preparar a los creyentes para que reciban el vino nuevo, y para que
ellos sean odres nuevos.

1.   HACER DIQUES DE CONTENCIÓN. En 1967 Dios le dio un sueño al pastor


Jorge Himitian, ordenándole que hiciera diques de contención; es decir, que
preparara a cada creyente de la iglesia para que enseñe lo que sabe, como un
ministro del evangelio (Ef 4:12); para discipular a las multitudes que se convertirán
en el próximo derramamiento del Espíritu Santo. O sea, enseñar a todos los
miembros de la iglesia, para que ellos hagan la obra del ministerio, como obreros
del Señor, como diques de contención, conteniendo las aguas del río de Dios;
para luego, por medio del discipulado, “abrir las compuertas”, y dejar fluir el agua
de vida a los nuevos convertidos.[5] [6]

Para llevar a cabo esto, debemos enseñar todo lo que está relacionado con el vino
nuevo del Espíritu; como por ejemplo: todo lo que Dios ha restaurado en estos
últimos tiempos; el reino de Dios, el señorío de Cristo, etc. Es decir, enseñar
el mensaje que ellos a su vez tendrán que  dar.

2.   TRANSFORMAR ODRES. En preparación para el gran acontecimiento que


pronto ocurrirá, es decir, el último y gran avivamiento, el Espíritu Santo está
revelando que, en estos días tenemos que:

a.   PREPARAR odres nuevos, es decir, debemos enseñar a los creyentes,


apuntando a que sus vidas sean transformadas, para que puedan contener el
vino nuevo de Espíritu.

Para lograr esto, debemos enseñarles principios bíblicos, como por ejemplo: la


santidad, la ley del Espíritu para vencer la ley del pecado y de la muerte, la
consagración, los dones, la guía y el fruto del Espíritu; etc. Es decir, enseñarles
cómo hay que vivir. [7]
b.   RESTAURAR odres viejos. Es muy importante tener en cuenta que, en este
tiempo, tenemos que restaurar odres viejos; o sea, arreglar, limpiar y preparar a
los que son creyentes desde hace varios años, los hombres y mujeres que habrán
de contener el vino nuevo del Espíritu, que Dios está por derramar en las
naciones.

Hace un tiempo recibí una jarra de plata, usada para contener el vino de la Santa
Cena, de una iglesia muy alejada de la capital de nuestro país. Estaba abollada,
rota y sin brillo, por el paso de los años. Traté de que la arreglaran pero no lo
logré. Entonces, Dios me mostró que yo podía arreglarla (aunque no conozco
nada sobre este tema). Al final quedó arreglada, lista para volver a contener el
vino. Mientras la arreglaba Dios me mostró que:

 Así como yo arreglaba y limpiaba esa jarra de vino; del mismo modo,
 la iglesia tiene que arreglar y limpiar las jarras, los odres, las vidas, que han de
contener el vino del Espíritu Santo que Dios está por derramar sobre su iglesia.
 Es decir, debemos restaurar a los creyentes para que sus vidas sean
transformadas en odres nuevos.

Este es el tiempo de Dios. Lo que Dios ha dicho se cumplirá. Dios prometió que,
antes de la segunda venida de Cristo él derramará su Espíritu Santo sobre toda
carne.

3.   CONTENER Y TRANSFORMAR. Todo esto nos muestra que,

 no solo debemos hacer diques de contención, para contener todo lo que Dios ha


revelado, enseñando estos temas a todos los creyentes, para que, a su vez,
ellos enseñen lo que saben a los nuevos; sino que,
 además, debemos preparar a los nuevos creyentes como odres nuevos;
y restaurar odres viejos; es decir, prepararles para que ellos puedan contener el
vino nuevo del Espíritu. O sea, mostrarles que sus vidas tienen que
ser TRANSFORMADAS en odres nuevos.

Dos revelaciones:

 Diques. La revelación de los diques fue dada por Dios para que entendamos que,
los creyentes deben funcionar como pequeños diques; es decir, que ellos puedan
contener las enseñanzas que el Señor nos ha dado para que, a su vez, ellos
puedan dar estas enseñanzas a otras personas. Es decir, los diques se
relacionan con el mensaje a dar.
 Odres. Dios está revelando ahora que debemos enseñar a nuestros hermanos
todo lo necesario para que sus vidas sean transformadas; y lleguen a ser como
odres nuevos, para poder contener el vino nuevo del Espíritu. Es decir, la
enseñanza de los odres está relacionada con los mensajeros. O sea, restaurar a
los mensajeros.

LO NUEVO DE DIOS

Una de las características que tiene un odre nuevo es: creer que Dios obrará
algo nuevo en la iglesia

No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.


He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra


vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad” (Is 43:18-19).

El río de Dios fluirá en esta época, mucho más que en la antigüedad.

1.   Rechazo. Muchas veces el pueblo del Señor rechazó un mover del Espíritu


porque no vino como antes había venido. Por ejemplo: Elías creía que Dios se
manifestaba solamente en formas impactantes, por medio de un de un terremoto,
del fuego, etc. (Ex 19:18). Pero Dios le mostró que, su presencia puede descender
y manifestarse por medio de un silbo delicado y apacible, sin ninguna de las
manifestaciones anteriormente mencionadas (1 R 19:11-13). [8]

Muchos oran por un avivamiento, pero cuando este viene en una forma diferente a
lo que ellos creen no lo aceptan. Por ejemplo: Los fariseos y los escribas (Lc 5:30)
criticaron a los discípulos de Jesús diciendo: “¿Por qué los discípulos de Juan
ayunan muchas veces y hacen oraciones, y asimismo los de los fariseos, pero los
tuyos comen y beben?” (Mt 5:33). Es decir, ellos le preguntaron a Jesús: ¿Por qué
tus discípulos no hacen como siempre se ha hecho? ¿Por qué no actúan como lo
hacen los discípulos de Juan el Bautista?

Juan el Bautista era el líder de un gran avivamiento. Sus discípulos seguían


ciertas costumbres. Pero cuando vino Jesús, cuando Dios comenzó algo nuevo,
trayendo al pueblo el vino nuevo del Espíritu, ellos siguieron con sus costumbres.
No entraron en el nuevo mover del Espíritu. Ellos entendían que sus tradiciones, el
vino añejo, eran lo mejor. No siguieron a Jesús, salvo algunos de ellos.

Por eso, no esperemos que el próximo mover del Espíritu sea exactamente como
él lo hizo antes. Pero, eso sí, todo mover de Dios tiene que estar de acuerdo con
la Biblia. Por supuesto que, si bien las  formas serán nuevas,
los principios bíblicos serán los mismos.

2.   Conservación. “Y ninguno que beba del añejo, quiere luego el nuevo; porque
dice: El añejo es mejor” (Lc 5:35-39). Pero, ¿cómo podemos entender las palabras
de Jesús, cuando declaró que: “lo añejo es mejor”. Aparentemente, esto es un
contrasentido, teniendo en cuenta que Jesús habló de la importancia del vino
nuevo. En realidad, aquí no hay un contrasentido. Para entender esto tenemos
que leer las palabras de Jesús cuando declaró: “Mas el vino nuevo en odres
nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conservan” Aquí está la clave
porque, al estar el vino nuevo en odres nuevos, ambos se conservan mutuamente.
 El odre se conserva porque, si no estuviera el vino quedaría primero aplastado,
achatado; luego se endurecería con esta forma, y por último, no serviría más; y
 el odre conserva al vino, porque, al estar el vino en el odre, el tanino del vino se va
disolviendo, y el vino es más dulce. Por eso es que “el añejo es mejor”.

En el orden espiritual, el vino nuevo del evangelio, puesto en un odre nuevo (en un
creyente que acepta lo nuevo de Dios); al estar juntos, ambos se conservan,
porque,

 el vino nuevo de Dios conserva al odre, santificando al creyente; y


 el odre nuevo conserva al vino del evangelio, impidiendo que entren en él falsas
doctrinas.[9]

3.   Dejar las estructuras. Todo esto nos muestra que, cuando comienza un
avivamiento, frente a la renovación que trae el Espíritu Santo, no podemos
mantener nuestras viejas estructuras. Si lo hacemos, si nos quedamos con el odre
viejo, tratando de poner en él el vino nuevo, el resultado será que el odre estallará.
Y esto es lo que sucede a veces cuando el vino nuevo del Espíritu entra en una
congregación tradicionalista, que no acepta el avivamiento. Por eso, debemos
estar dispuestos a cambiar.

4.   Nuevas formas. Antes de que llegue un derramamiento del Espíritu Santo,


debemos crear odres nuevos, que contengan el vino nuevo. Algunos piensan
que si creamos nuevas formas estamos “apagando el Espíritu”. Pero, el vino
nuevo necesita de odres nuevos; porque, si permitimos cualquier cosa, el
avivamiento se pierde, porque esto es aprovechado por infiltrados enviados por el
diablo. Un ejemplo de esto es recordar que, en el gran avivamiento de la calle
Azusa permitían predicar a cualquiera, y esto impedía el obrar de Dios.

ODRES NUEVOS

¿En qué odres va a ser derramado el vino nuevo del Espíritu Santo?
A.   CREYENTES. El vino nuevo del Espíritu va a ser derramado en odres nuevos;
es decir, en creyentes con vidas transformadas, que vivan los principios bíblicos,
las sendas antiguas; la restauración de todas las cosas (Hch 3:21).

¿Cuáles son los principios bíblicos para transformar un odre viejo en un odre
nuevo? Por ejemplo, todo creyente debe conocer y experimentar:

 La guía del Espíritu (Gá 5:18).


 Andar conforme al Espíritu (Ro 8:4-6; Gá 5:16).
 Dar el fruto del Espíritu (Gá 5:22).
 Conocer la ley del Espíritu, para vivir el Nuevo Pacto (Ro 8:2).
 Recibir los dones del Espíritu (1 Co 12:7-11).
 Recibir el bautismo con el Espíritu Santo y fuego (Mt 3:11).
 Recibir la llenura del Espíritu (Ef 5:18).
 Recibir la unción del Espíritu (Is 61:1-3).
 Ser transformados por el Espíritu, al mirar al Señor (2 Co 3:18).
 Recibir la revelación del Espíritu (1 Co 2:6-16).
 Recibir la inspiración del Espíritu (2 P 1:21; Jn 16:8-9; Hch 11:12).
 Recibir la iluminación del Espíritu (Jn 14:26; 2 P 1:19).
 Conocer sobre el derramamiento del Espíritu Santo (Hch 2:17-20); etc.

B.   REUNIONES EN LAS CASAS. Hasta aquí hemos hablado de la restauración


de los

 Odres individuales; o sea, la transformación de los creyentes. Pero Dios quiere


lograr también la restauración de los
 Odres grupales, es decir, la transformación de las reuniones de la iglesia; ya que,
por lo general, en casi todos los avivamientos, el vino nuevo del Espíritu no ha
sido aceptado en la estructura tradicional de las iglesias; y los creyentes tuvieron
que salir de esos lugares.
El vino nuevo requiere de odres nuevos: sin estructuras, ni moldes, ni esquemas.
Los odres nuevos grupales son las reuniones de la iglesia en las casas. Dios está
restaurando el odre bíblico, el orden nuevo.[10]  [11]  [12]  [13]  [14]  [15]  [16]  [17]  [18]  [19]  [20]  [21]  [22]

1.   Reuniones.En la iglesia primitiva, la iglesia se reunía en las casas.

“Saludad también a la iglesia de su casa” (Ro 16:5).

“Os saludan Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa”(1Co 16.19).

“Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que
está en su casa” ( Col 4.15).

“y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la


iglesia que está en tu casa” (Fln 1:2).

La iglesia primitiva se reunía en el templo y por las casas (Hch 2:46; 5:42).

 En el templo, para predicar el evangelio a los judíos (Hch 5:20-21).


 En las casas, para realizar la reunión eclesial, la reunión de la asamblea local, la
reunión de la ekklésia o ekklesia (Hch 1:13; 2:1-4; 2:45); 12:12; 20:20). Los
centros de operaciones de la iglesia no estaban en el templo, sino en las casas.

La historia eclesiástica muestra que, desde la época de Jesucristo, y durante unos


trescientos años, las reuniones de la iglesia se realizaban en las casas. Esto duró
hasta el siglo IV, cuando el emperador Contantino obligó a la iglesia a cambiar
este sistema; y les dio a los creyentes los templos paganos. Por eso, desde ese
tiempo los templos cristianos tienen la fisonomía actual: rectangulares, con el
púlpito adelante; luego, un espacio vacío;  y más atrás, los bancos.
2.   Iglesia. Antes de continuar aclaremos que, al referirnos a las reuniones de la
“iglesia”, estamos hablando de las reuniones del pueblo de Dios; no de la iglesia
como organización; ni tampoco del edificio llamado “iglesia”. Es de tener en
cuenta que, las iglesias institucionales, tradicionales y denominacionales que
conocemos hoy en día, no existían en la iglesia primitiva; y no tienen ninguna base
bíblica. Los cristianos primitivos no conocían lo que hoy conocemos como un
edificio llamado “iglesia”. Ellos solamente sabían que, el pueblo de Dios, la iglesia,
se reunía en las casas de los creyentes.

Bíblicamente, la iglesia es la asamblea de los que han sido llamados por Dios,


porque:

 «Iglesia», en griego es: «ἐκκλησία», ekklésia. Strong’s G1577; que significa:


Iglesia, una congregación (religioso). Esta palabra es una combinación
de: 1) «εκ», ek or ex. Strong’s G1537; prefijo que significa: Fuera de; es decir, de
adentro hacia afuera; y 2) «καλέω», kaleó. Strong’s G2564; vocablo que significa:
Llamar, llamados.
 Significado:
 1) En sentido común, es la asamblea de los que han sido llamados para salir de
sus hogares, para reunirse en un lugar público;
 2) En el sentido religioso, es la reunión, de los que han sido llamados por Dios
para salir del mundo.
 En Grecia, la ekklésia era la asamblea principal de los ciudadanos; los cuales,
eran llamados a salir de sus casas, para reunirse en asamblea.
 En la Septuaginta (LXX, la traducción de los textos bíblicos arameos y hebreos al
griego koiné; 285-246 a.C.), o sea, en el griego bíblico, ekklésia significa: La
asamblea convocada por Dios.

 Transliteración. La palabra iglesia no está traducida; es la transliteración del


término ekklésia. Etimológicamente, iglesia significa: «los llamados fuera». O
sea, ekklésia significaba una asamblea, una «reunión oficial y pública del pueblo»,
en la que los ciudadanos eran llamados a salir fuera de sus casas. Para Dios, los
cristianos hemos sido llamados fuera del reino de las tinieblas, y en espíritu
estamos congregados alrededor de Jesucristo. [23] [24]

3.   Ventajas. El sistema de reuniones en las casas tiene muchas ventajas. Por


ejemplo:

 Edificación. Todos los hermanos pueden edificarse mutuamente. “Los unos a los
otros” (Ro 12:10; 15:14; Gá 5:13; Ef 4:2; Col 3:16; 1Ts 5:11).
 Líderes. En las reuniones de las iglesias institucionales, muy pocos líderes
pueden desarrollar sus ministerios. Pero en las reuniones en las casas, todos
tienen la oportunidad de trabajar.
 Ofrendas. Al reunirse por las casas, el dinero de las ofrendas no se gasta en la
construcción del templo; sino que se da a los necesitados; y para pagar a los
pastores (1 Co 9:13-14).
 Función. Las reuniones en las casas permiten que el Cuerpo de Cristo pueda
manifestar sus funciones, por medio de todos los creyentes (1 Co 12, 14).
 Evangelización. Muchos inconversos no están dispuestos a ir a un templo, pero
sí a una reunión casera.
 Conocimiento. La reunión en un hogar posibilita que, los hermanos lleguen a
conocerse mucho más que en una reunión realizada en un templo.
 Oportunidad. Las reuniones en las casas suple a las personas de la necesidad de
ser escuchada y aceptada.
 Familia. la reunión eclesial ayuda a los hermanos a ver que, el pueblo de Dios es
una familia.
 Interacción. La reunión casera facilita la interacción de todos los miembros de la
iglesia.
 Dirección. Debemos volver al odre neo-testamentario, en donde la dirección de la
reunión no está a cargo de un moderador humano; sino que, el que dirige es
Jesucristo, por medio del Espíritu Santo, y todos participan.
 Liderazgo. En estas reuniones, todos los hermanos pueden conocer, en la
práctica, la realidad del Liderazgo de Jesucristo (como Cabeza de la iglesia; Ef
1:22; Col 1:18); es decir, el Señorío de Cristo en la vida corporativa de la
iglesia. [25]

El odre nuevo de las reuniones de la iglesia en las casas, tiene su principio en las
asambleas de la iglesia del Nuevo Testamento.

Dios quiere transformar a los creyentes y a las iglesias institucionales de hoy en


día, en odres nuevos. ¿Cómo? Iluminando las Sagradas Escrituras, para que
todos vuelvan a vivir de acuerdo con los principios de la iglesia primitiva.

4.   Persecución. El sistema de reuniones caseras es el único sistema que


sobrevive en tiempos de persecución. En este sentido, tengamos en cuenta que,
se viene una gran persecución para la iglesia, a nivel mundial. Es muy importante
tener en cuenta que, aunque una iglesia institucional esté muy bien organizada,
tiene que ir practicando las reuniones en las casas pensando que, en cualquier
momento puede comenzar una persecución; y que, en estos casos, si cierran o
destruyen los templos, los creyentes no saben cómo actuar, si es que no han
practicado las reuniones en las casas. Esto puede suceder en cualquier país, aún
en los llamados “cristianos”. Por ejemplo recordemos que,

 En 2015-2016, en la Araucania (Chile) destruyeron 42 templos.


 En 2018, en el Distrito Federal (Brasil) destruyeron 32 templos. [26] [27]

5.   Modelos

 La iglesia que se reune en las casas responde a un modelo: horizontal, donde los


hermanos se someten unos a otros, tal como dice la Biblia: “Someteos unos a
otros en el temor de Dios” (Ef 5:21).
 En las reuniones caseras no hay un sometimiento vertical a un líder, el que, a su
vez, está sometido a otro, y así sucesivamente, en una cadena de mando, que
puede ser nacional, continental o mundial (esto ocurre en las denominaciones y en
las redes apostólicas).
Esto nos muestra que, las iglesias en las casas son iglesias autónomas.

6.   Control. En muchas iglesias institucionales prevalece el control jerárquico


institucional. Para no perder este control, en esas organizaciones no incentivan las
reuniones caseras.

7.   Los unos a los otros. En las reuniones de la iglesia en las casas, el principio
espiritual que las rige es que, todos se exhortan y edifican mutuamente.

“¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene


salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase
todo para edificación” (1 Co 14:26).

“  Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas


obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre,
sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Heb
10:24-25).

En las reuniones en las casas, lo importante es la reciprocidad; es decir, todos los


hermanos tienen la oportunidad de bendecir y ser bendecidos. Por eso la Biblia
dice:

 “Amonestaros los unos a los otros” (Ro 15:14).


 “Enseñándoos y exhortándoos unos a otros” (Col 3:16).
 “Alentaos los unos a los otros” (1 Ts 4:18).
 “Animaos unos a otros, y edificaos unos a otros” (1 Ts 5:11).
 “Exhortaos los unos a los otros” (Heb 3:13).
 “Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas
obras” (Heb 10:24).
 “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que
seáis sanados” (Stg 5:16).
En esas reuniones,

 Los creyentes van para dar y recibir (Ro 12:1-8).


 Al tener la posibilidad de funcionar, de acuerdo con sus dones, los hermanos
crecen espiritualmente (1 Co 12).
 Todos los hermanos pueden comunicar el conocimiento que tienen de Jesucristo.
Esto lleva a que todos sean llenos de toda la plenitud de Dios (Ef 3:18-19).
 Todos los creyentes ofician como sacerdotes (1 P 2:5). La Reforma del siglo XVI
restauró la doctrina del sacerdocio universal de los creyentes. Pero no restauró
la práctica de ese sacerdocio. Esto se logra en las reuniones de la iglesia en las
casas. En el cristianismo institucional, solo un grupito oficia como sacerdotes; pero
en la reunión eclesial casera, todos tienen una función muy importante, todos
tienen la oportunidad de dar.

Esta clase de reuniones es totalmente diferente a las reuniones de las iglesias


institucionales en donde, los creyentes son pasivos, y algunos profesionales son
los únicos que actúan.

Es importante tener en cuenta que, las reuniones de la iglesia en las casas son
precisamente eso: reuniones de iglesia, no son grupos de discipulado, ni de
estudio bíblico (lo cual, en otro momento, también pueden hacerse en las casas).

8.   Jerarquia. En el aspecto organizacional, la iglesia necesita volver a tener el


odre de “la iglesia en las casas”; ya que, en las reuniones caseras, no hay una
estructura jerárquica, de cadena de mando; sino que, tanto los pastores como los
fieles se ayudan mutuamente.

RELIGIÓN MUNDIAL

En los próximos años, se formará una Religión Mundial, y varias denominaciones


evangélicas se unirán a ella por medio del ecumenismo. Esta nueva religión estará
formada por la unión de todas las religiones (cristianas, espiritistas, satanistas,
budistas, musulmanas, etc.). [28]  [29]

Este proceso ya comenzó, y fue profetizado en la  Biblia al hablar de “La Gran
Babilonia” (Ap 17-18). Para lograr esta unión ya se están haciendo grandes
cambios en las religiones. Por ejemplo: en el próximo “Sínodo para la Amazonia”,
de la Iglesia Católica Apostólica Romana, que se realizará en el Vaticano, del 6 al
27 de octubre de 2019, varios obispos van a intentar de cambiar la teología
católica al punto tal que,

 en vez de que la iglesia convierta a los incrédulos, para que abandonen el pecado
y adoren a Dios; van a tratar de lograr que
 la iglesia se convierta, dejando de adorar a Dios, para adorar a la Naturaleza.

Por supuesto que esto es herejía total, y así lo manifiestan muchos católicos. Este
es un paso más hacia la unidad de todas las religiones. Es creer que todas las
religiones aman al mismo Dios, aunque le llaman con distinto nombre. Es negar lo
que dijo Jesús cuando declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí” (Jn 14:6). [30]

Cuando se produzca la unión de todas las religiones, los verdaderos creyentes


tendrán que salir de esas instituciones (Ap 18:4); y se reunirán fuera de esas
instituciones, tal como se reunía la iglesia primitiva: por las casas.

Hace unos años Dios reveló que los creyentes tendrán que salir de los templos,
usando a varios de sus siervos. Por ejemplo:

1.   La Visión. En su libro La Visión, David Wilkerson declara que, Dios le reveló
qué es lo que va a suceder en los próximos años diciendo que, se levantará una
gigantesca “iglesia” mundial, visible y apóstata, con poder político. Pero que, al
mismo tiempo los verdaderos creyentes, la iglesia invisible, se unirán por medio
del Espíritu Santo; teniendo como fundamento a Jesucristo y a su Palabra. Estos
creyentes se llamarán, simplemente, “cristianos”. Contra ellos se levantará una
terrible persecución; y por esta causa, recibirán gran poder espiritual, y tendrán
que salir de las iglesias protestantes y católicas. Enfatizarán la verdad del retorno
de Jesucristo. [31]

2.   Boda. En el libro “La gran Reforma que viene”, Andrew Strom cuenta la visión
que tuvo un amigo suyo en 1993. Él vio que una pareja de recién casados salía de
una catedral. La novia (la iglesia), muy hermosa, estaba acompañada por su novio
(Jesucristo). En la visión escuchó que la novia salía de la cristiandad (el sistema
eclesiástico tradicional) para siempre. Dentro de la catedral quedaban los
familiares de la novia (las diferentes denominaciones cristianas). Luego de esto,
comenzaron una luna de miel por mil años.

3.   Fuego. En Nueva Zelandia, un creyente vio que Dios disparaba “saetas de


fuego” en las iglesias; es decir, siervos de Dios llenos del fuego del Espíritu Santo.
Entonces, los pastores de esas iglesias trataron de apagar el fuego; pero Dios
envió un viento recio que avivó las llamas. Luego, las puertas se abrieron y los
creyentes salieron para reunirse en las calles.

4.   Edificios. En una revelación, en blanco y negro, una intercesora vio templos


antiguos y modernos, pero abandonados y arruinados. Pero luego, ella vio como
en una película en colores, que los cristianos habían abandonado los edificios, y
se reunían al aire libre. [32]

“NO ARMONIZA”

“Les dijo también una parábola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo
pone en un vestido viejo; pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que
el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo” (Lc 5:36).
1.   Principios bíblicos. Lo nuevo que Jesús vino a traer no armonizaba con las
tradiciones, las viejas creencias que los fariseos habían impuesto sobre la ley de
Dios; ya que ellos habían puesto más de seiscientos mandamientos, que
afectaban las tradiciones y las costumbres. Ellos enseñaban como doctrinas
divinas mandamientos de hombres. “Enseñando como doctrinas mandamientos
de hombres” (Mr 7:6).

Del mismo modo, en algunos casos, lo nuevo que Dios trae ahora no armoniza
con las estructuras ya establecidas en algunas congregaciones. Por eso, debemos
restaurar la estructura congregacional. Pero, en el proceso de la restauración de la
estructura de la iglesia  nunca debemos contradecir los principios bíblicos; es
decir, lo que Dios ya ha revelado. Al contrario, debemos tener presente que, lo 
nuevo de Dios siempre armoniza con lo que Dios ya ha dejado escrito en la Biblia
(Lc 5:36). Por eso, en todo proceso de restauración tenemos que pedir la
iluminación del Espíritu Santo sobre las Sagradas Escrituras.

Tristemente, al comparar algunas de las nuevas enseñanzas que están siendo


dadas en algunas iglesias vemos que no son de Dios; por más que el predicador
de turno (sea un “apóstol” o un “profeta”), diga: “El Señor me reveló, me mostró,
me dijo, me dio un sueño, una visión, etc.”.

Así como antes del comienzo de la época del nuevo pacto, Jesús preparó doce
odres nuevos, del mismo modo, en estos días en los que estamos viviendo, antes
del gran derramamiento del Espíritu Santo, debemos preparar los odres que han
de contener el vino de Dios;

 en forma individual, la transformación de los creyentes; y


 en forma corporativa, la transformación de las reuniones institucionales, en
reuniones en las casas.
2. Odres bíblicos. Dios va a derramar el Espíritu Santo en odres bíblicos; es
decir, en odres que estén de acuerdo con los principios bíblicos. Esto nos revela
que, el Espíritu de Dios NO va a ser derramado, por ejemplo, en las nuevas
religiones, llamada: “La Nueva Reforma Apostólica”, el G12, el Movimiento
Apostólico y Profético, el Movimiento de Palabra de Fe, el Evangelio de la
Prosperidad, etc.; ya que, estas nuevas estructuras eclesiásticas, no solo que sus
principios no armonizan con los principios bíblicos; sino que además, contradicen
lo que dice la Biblia, tal como analizamos en otro documento. Ver: [33]

EL BUEN VINO

Luego de que Jesús y sus discípulos fueron invitados a unas bodas en Caná de
Galilea, de pronto, los que servían vieron que se les había acabado el vino.
Entonces, Jesús pidió a los que servían que llenaran con agua varias tinajas.
Seguidamente, hizo un milagro, transformando el agua de las tinajas en vino.
Luego de esto, el encargado de la fiesta, que no sabía nada sobre el milagro,
llamó al esposo y le dijo:

“Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho,
entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. Este principio
de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos
creyeron en él” (Jn 2:10-11).

Notemos atentamente que, sin proponérselo, el encargado hizo una declaración


profética muy importante: al decir que el esposo había reservado el buen vino para
el final. Jesucristo, el Esposo celestial, ha reservado el buen vino del Espíritu
Santo para el final de los tiempos; es decir, para la época anterior a su segunda
venida. En este tiempo, Jesús manifestará su gloria, al derramar el Espíritu
Santo, con más poder y gloria que el derramamiento ocurrido en Pentecostés. De
esta forma, la gloria postrera que tendrá la iglesia será mayor que la primera.
El buen vino es el que ha sido añejado por mucho tiempo. Por eso, el
derramamiento del Espíritu Santo que recibiremos ahora es el buen vino, que ha
estado esperando muchísimos años para ser derramado.

Así como en el pasado Jesús manifestó su gloria, transformando en vino el agua


de las tinajas, del mismo modo, ahora quiere volver a manifestar su gloria,
transformando nuestras vidas, para que estemos llenos del Espíritu Santo. Por
eso, pidámosle al Señor: ¡Señor, manifiesta tu gloria, cambia mi vida, llénala del
Espíritu Santo!

¿QUÉ TIPO DE ODRE ERES?

¡Llegamos al nuevo año! Cuántas esperanzas, expectativas, proyectos, metas,


sueños, deseos, etc. vienen a nuestra mente al cruzar el umbral del nuevo año.
¿Cuál es nuestra actitud para recibir el año nuevo?
¿Con esperanza, gozo, pensando que lo que este año trae es mejor que lo del año
que acaba de terminar? o… ¿Estamos recordando la tristeza y las pruebas que
hemos pasado en este año que termina y arrastrándolas al nuevo año?
La sensación que te da tiene mucho que ver con la manera en que ves la vida.
Podemos aprender algo de los odres de los que habla la Biblia.
El odre era una especie de bolsa hecha de piel de animales (cabra, oveja y a
veces buey), usada para almacenar y transportar vino. El odre, antes de ser odre,
era un animal y tenía que pasar por un proceso para que allí pudieran depositar el
vino.
PROCESO DEL ODRE
Primero mataban al animal. Luego, le quitaban la piel y pasaba un proceso de
curtido (para convertir la piel putrescible en cuero imputrescible). Las curaban con
sal, y las trataban para ablandarlas. Si la piel no estaba bien curtida, el líquido
adentro adquiría un sabor desagradable.
La piel del animal consta de dos capas principales: la epidermis y el corium. La
epidermis es quitada y el corium es la parte con la cual se fabrica el cuero. La fibra
del corium está formada por un grupo de fibras entrelazadas de tal forma que
proporcionan gran resistencia y flexibilidad a la piel, al mismo tiempo que permite
que el aire y el vapor de agua pasen a través de ella.
Nuestro cuerpo es el odre que retiene la Palabra de Dios y el Espíritu Santo, lo
cual cambia nuestra manera de pensar y sentir.
Cuando el vino nuevo es vaciado en un odre viejo, comienza a soltar gases que
hacen que el odre se hinche, y se rompe debido a la presión causada por la
fermentación. Un odre viejo no lo puede soportar, porque no es flexible. Si
“nuestro odre” es viejo, nos volvemos inflexibles y no permitimos que el aire y
agua de la vida celestial entre en nuestro ser. No podemos quedarnos en el
legalismo, ni en exigencias anticuadas, ni en la inflexibilidad. Hemos de pasar por
un proceso para evitar el “olor desagradable” del pecado. Para eso es necesaria la
presión de las circunstancias de la vida que, junto con la Palabra de Dios, nos irán
moldeando, y transformando…si se lo permitimos. La mente estancada no puede
recibir ideas nuevas.
En cambio, el odre nuevo tiene la capacidad de expandirse, estirarse y de recibir
el vino nuevo que es vaciado en él. El vino nuevo (zumo de uvas no fermentado),
debe ser colocado en odres nuevos, flexibles. El vino nuevo representa los
pensamientos nuevos. Si los pensamientos nuevos entran en odres viejos, la
mentalidad antigua choca y se rompe el cuero. Es necesario cambiar de
mentalidad para recibir los pensamientos nuevos. Empezar la vida cristiana, es
como pasar de un odre viejo a un odre nuevo, lo cual nos da una nueva visión de
la vida. La inflexibilidad de los Fariseos para recibir el vino nuevo del Reino de
Dios, era inaceptable para nuestro Señor Jesucristo.
¿Queremos recibir las bendiciones de Dios? El vino también representa una nueva
cosecha de bendiciones que Dios quiere enviar.
PARA ENFRENTAR EL NUEVO AÑO CON NUEVOS OJOS
Primero, debe haber un cambio interior, en los pensamientos y sentimientos, pues
lo que pensamos afectará lo que sentimos (y viceversa), lo cual se manifestará en
acciones. 
Dejemos los recuerdos que nos hacen daño, pues no podemos hacer
absolutamente nada para cambiar esa situación. Es mejor que miremos al futuro
con esperanza, pues así como es bueno estar saludable físicamente, también lo
es estar saludable mentalmente.
Dios nos ha diseñado para que nos gocemos siempre en Dios (Filipenses 4:4) y
para pensar en las cosas buenas (Filipenses 4:8). Él nos ha creado para que
funcionemos bien y sólo lo podremos hacer de esa manera. La Biblia también nos
advierte que habrá momentos malos en la vida (Juan 16:33). Para esos momentos
existe el perdón y la restauración. En la vida, es importante ser flexible, adaptable,
y deseoso de cambiar.
Dios quiere darnos una vida nueva, pero para eso tenemos que estar dispuestos a
cambiar nuestros patrones antiguos de creencias y pensamientos equivocados. La
enseñanza de Dios en su Palabra, es la que nos lava, nos edifica diariamente y
nos transforma para que nos parezcamos a Él. Ése es nuestro proceso voluntario.
Si no lo seguimos, no cambiamos y seguiremos siendo los mismos, como si Cristo
no hubiese hecho la diferencia en nuestra vida.
Evaluemos nuestra condición y nuestros  corazones, para determinar qué cosas
pueden impedirnos ser odres del “vino nuevo”.

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