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S220501P12 01 EL MUNDO

Entrevista exclusiva con el mayor investigador de la organización criminal

La verdadera historia de las maras salvadoreñas: de los pachucos a la guerra con Bukele

Por Lucas Silva

El 11 de abril, el presidente salvadoreño Nayib Bukele tuiteó un video con un extracto de 22


segundos de una entrevista al investigador Juan Martínez d'Aubuisson, especialista en el
estudio del fenómeno de las pandillas centroamericanas. En su mensaje, Bukele lo trató de
“basura” y dijo que sus planteos eran “absurdos”.

Desde ese día, Martínez d'Aubuisson recibió cientos de ataques de funcionarios, políticos
oficialistas y trolls, una situación que han sufrido también otros periodistas y académicos
críticos con el gobierno. Una semana después, Martínez d'Aubuisson publicó una columna en
el diario estadounidense The Washington Post, con el título “Bukele me convirtió en un
pandillero por mi trabajo como investigador”.

Entre otras cosas, Martínez d'Aubuisson dijo que el Estado salvadoreño le prestó atención al
fenómeno recién cuando empezó a expandirse más allá de los barrios pobres, hasta que luego
la situación directamente escapó de su control. “Las pandillas eran y son el Estado”, resumió.

La historia de las maras empieza en Estados Unidos

- Los Angeles y la costa californiana son factores importantes para comprender el fenómeno de
las pandillas, en particular la Mara Salvatrucha y Barrio 18. Para entender los orígenes de
Barrio 18 hay que pensar en los migrantes mexicanos que llegaron a Estados Unidos en el
programa Bracero, a mediados del siglo XX. Era un programa que les permitía a los migrantes
trabajar legalmente en Estados Unidos, sobre todo para trabajar en la construcción de vías
férreas. California es uno de los lugares más ricos del mundo y necesitaba mucha mano de
obra. Esa oleada migratoria generó una cultura híbrida muy rica conocida como la cultura
chicana.

- Claro, el "pachuco" es la figura cultural arquetípica, caracterizado por el uso de los trajes
zoot. Pero también generó un movimiento cultural e identitario muy fuerte. En la cultura
popular aparece caricaturizado, es el coyote que anda con saco. También hay muchas
referencias en el cine mexicano, las canciones de (la banda mexicana) Maldita Vecindad o el
personaje Tin Tan (Germán Valdés), que el hermano del actor que personificó a Don Ramón en
el Chavo del 8 (Ramón Valdés). Era toda una cultura, con valores y normas, y también una
expresión de moda. Era bastante más que una forma de vestimenta, había detrás una
concepción híbrida del mundo. Los mexicanos, en definitiva, se instalaron en Los Ángeles,
entre las clases más bajas. Eran obreros, la mayoría no hablaba inglés. Estaban dentro del
sector subalterno y marginado de la sociedad californiana. Empiezan a formar pandillas y eso
originó el movimiento zoot suits, que tuvo enfrentamientos callejeros muy fuertes con los
marines después de la Segunda Guerra Mundial. Los pachucos tenían una impronta muy
irreverente de pararse frente a la cultura anglo, eran desafiantes ante el sistema. Ya en
aquellos años surgen las primeras pandillas méxico-americanas, que todavía subsisten en
California y son un problema grande de seguridad, como la White Fence, Hawaiian Gardens,
Barrio 38, Barrio 36 y la propia Barrio 18.

- Enfrentaron el fenómeno de manera desatinada, básicamente los fueron metiendo en las


cárceles de San Quintín y en el penal del Folsom. Muchos de ellos ni siquiera debían estar ahí
porque eran menores de edad, pero estos jóvenes se abrieron campo dentro de las unidades
penitenciarias. Y se abrieron campo con violencia. Crearon un sistema que llamaron “El Sur”,
porque eran pandillas que operaban al sur de California. En este proceso la estética fue
cambiando, ya no eran pandilleros de saco y corbata, con sombreros de ala ancha, sino que
incorporaron la estética carcelaria: aparecen rapados, con pantalones anchos, camisas
pegadas, tatuajes y con esa red que se ponen en la cabeza, que era la que usaban los cocineros
en la cárcel. Todo esa estética está asociada a la vida en los penales y en particular a las tareas
de servicio, que era lo primero que les tocaba.

-En las calles estas pandillas se peleaban entre sí, pero en la cárcel se unían, porque ahí tenían
que enfrentarse con los pandillas de afroamericanos (también llamados mayates), los anglo,
los asiáticos, etcétera. O sea, en la cárcel no importaba tanto tu pandilla sino el conglomerado
que pertenecías.

. Por ejemplo, no se podía atacar a un pandillero si caminaba de la mano de su esposa, sus


hijos o su madre. No se podía hacer drive-by shooting, o sea dispararle a alguien desde un
vehículo, por el riesgo de lastimar a otras personas. El pandillero debía bajar del vehículo para
disparar. Y si un pandillero incumplía estas reglas, la "M" resolvía que había “luz verde” para
atacar a esa pandilla, y sus integrantes recibían golpizas, violaciones o asesinatos dentro de la
cárcel.

-Este fenómeno se consolida entre los años 50 y 70. Y todavía no aparece en escena El
Salvador, que en esos años no tenía una migración masiva hacia Estados Unidos. La nuestra era
una sociedad más bien agraria, el grueso de la población estaba fuera de los centros urbanos.
Era una sociedad muy volcada a la agroexportación de café hacia Estados Unidos, ya desde
finales del siglo XIX. El proceso revolucionario salvadoreño termina de consolidarse recién a
finales de los 70. En ese momento Estados Unidos jugó fuerte para detener ese "virus
comunista" en Centroamérica, porque ya tenían las experiencias de Cuba y Nicaragua, y
querían evitar que eso se expandiera. El riesgo de las revoluciones guatemaltecas y
salvadoreñas están muy presentes en los discursos de Richard Nixon (1969-1974), Jimmy
Carter (1977-1981) y sobre todo después de Ronald Reagan (1981-1989). Les daba terror la
posibilidad de que El Salvador siguiera el camino cubano y jugaron fuerte por la lucha
contrainsurgente. Le dan mucho apoyo militar a El Salvador y entrenaron a muchos militares
en la Escuela de las Américas. En este contexto sí empieza a pasar que miles de salvadoreños
emigran hacia Estados Unidos. Es una nueva corriente migratoria, son como hermanos
menores de aquellos braceros mexicanos (el término refiere a personas que trabajan con los
brazos). Los salvadoreños migran por la crisis económica, la brutal represión estatal y el
reclutamiento de jóvenes por parte de ambos estamentos: las guerrillas y el Ejército.

-¿Cómo se daba esa competencia?

-En el mercado de trabajo, por ejemplo, ofreciendo mano de obra más barata. También en la
vivienda, hay una disputa territorial por zonas, o en las escuelas. La comunidad mexicana los
vio como competencia y se generó una distancia. Eso provocó una mayor unión entre los
salvadoreños, que se juntó en diferentes conglomerados, entre ellos uno que se llamó la Mara
Salvatrucha Stoner, la MSS. Básicamente, era un grupo de salvadoreños rockeros que estaba
en Los Ángeles. Fueron violentos desde el principio, empezaron a pelear con otras pandillas del
conglomerado "sureño" que recién te contaba. Con el tiempo, y con las entradas y salidas de
los penales, se fueron convirtiendo en una pandilla de "cholos", que abrazaron esa estética de
cabezas rapadas, ropa floja y tatuajes.

- En los ochenta, en realidad, la Mara Salvatrucha era como una especie de hermano menor de
la Barrio 18, de hecho ellos entran al sistema sureño de la mano de Barrio 18. Pero en 1989
hubo un conflicto de sangre y se inició una especie de guerra entre las dos pandillas. Por esos
años termina la guerra civil salvadoreña y los miembros de ambas pandillas empiezan a ser
deportados. Estos empiezan a clonar sus clicas (células) en El Salvador, de tal forma que los
que pertenecían a la célula Hollywood Loco Salvatrucha, por el boulevard Hollywood, clonaron
esa célula en El Salvador bajo el nombre Hollywood Loco Salvatrucha. Los que estaban en la
calle Normandie fundaron la Normandie Loco Salvatrucha, y después empezó a pasar que
muchos jóvenes se plegaban a estas células, sin haber pisado nunca el boulevard Hollywood ni
la calle Normandie. Lo mismo pasó con las células de la Barrio 18. Ahí empieza la historia de las
pandillas en El Salvador.
-¿Qué pasa a partir de los años 2000?

-Con el cambio de siglo las pandillas ya empiezan a tener una forma y una estructura mucho
más organizada. En los 90 todavía no existía una estructura piramidal, sino que había muchos
líderes con igual poder, con algún tipo de coordinación pero cada quien hacía lo que quería.
Todavía no había celulares, que será después un factor importante. Ya para el año 2000, los
primeros deportados que había regresado al país entre 1993 y 1995 empezaron a tener mayor
relación y coordinación. El punto de inflexión es cuando empiezan a incursionar en el mundo
de la extorsión. Empezaron con los buses. Era fácil para ellos: cuando el bus entraba a su
colonia le pedían al conductor que pague algo cada vez que pasaba. Diez o cinco colones, que
era la moneda de aquel momento, o rompían las ventanas del bus. Ellos decían: "O peor, te
matamos. O te quemamos el bus. O asaltamos a tus pasajeros". Entonces los motoristas
empezaron a pagar y cuando empezaron a sumar lo que pagaban los motoristas de todas las
rutas, vieron que era un dinero importante. Cuando vieron que así hacían plata, empezaron a
extorsionar negocios, talleres, pequeñas panaderías de gente pobre, pequeñas empresas de
manufactura. Siempre en ámbitos marginales, hasta que dieron el salto de extorsionar a
negocios más grandes. Recién ahí el Estado les empezó a prestar más atención a las pandillas.
Es una de las cosas más crueles del asunto: el Estado no les puso atención hasta que
empezaron a poner en riesgo el bolsillo de la gente de plata.

-En 2001, con el presidente de derecha Francisco Flores. Ese gobierno presenta un plan "mano
dura" que estaba hecho con las patas. Montó una especie de show mediático con el arresto de
pandilleros que mandaba a las cárceles. La mayoría eran liberados a los pocos meses, porque
no había causa penal contra ellos, otros se quedaron en los penales y allí se conocieron los que
todavía no se conocían. Las pandillas empezaron a ser piramidales y aquellos primeros
deportados pasaron a ser los líderes del penal. En una misma celda estaba un pandillero de la
región central que en la calle no tenía contacto con otro de la región occidental. En esos años
empieza el auge de los teléfonos celulares, entonces esos dos pandilleros empezaron a
coordinar acciones entre occidente y centro, desde la misma celda, un líder a la par del otro.
Eso les dio una facilidad impresionante y se volvieron estructura, todo por esa política
desatinada que duró hasta 2009, porque el presidente siguiene, Elías Antonio Saca, estableció
un plan de "súper mano dura", que consistía en lo mismo que hoy hace Bukele: arrestar
muchos pandilleros, montar un show y meterlos en los penales sin mucho orden.

- En 2004, en un gobierno de Arena. Luego vino el primer gobierno de la exguerrilla del FMLN
(Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) con Mauricio Funes a la cabeza (2009-
2014), y encontró una crisis carcelaria de los cojones y con las pandillas dominando todo el
territorio salvadoreño.
-Durante el segundo gobierno del FMLN, de Salvador Sánchez Cerén (2014-2019) la tregua con
las pandillas se rompe. Fue una cosa macabra, hubo traslados a penales y las pandillas
respondieron como en una guerra: empezaron a matar tres o cuatro policías por día, dos o tres
militares diarios. Esa guerra entre el Estado y las pandillas la ganó el Estado, por cada policía
muerto morían cuatro o cinco pandilleros. Los policías podían matar pandilleros como si
mataran pollos. En este contexto es que aparece Bukele como fenómeno político. Es una figura
disruptiva que dice: “vengo a romper con estos partidos de mierda de la Guerra Fría que han
hecho treguas con los criminales”. Sin embargo, siendo alcalde de San Salvador, ya había
tenido acercamientos con las pandillas, que lo ayudaron a ordenar y limpiar el centro histórico
de la ciudad. Lo ayudaron con plata y beneficios, hay fotos e investigaciones en Fiscalía que
muestran cómo negoció la alcaldía de Bukele con pandilleros.

-¿Cuándo se rompe la tregua?

-La tregua se rompió tres veces. En abril de 2020 mataron a 90 personas en un fin de semana.
En noviembre de 2021 hubo otros 90 muertos y se acaba de romper en abril de este año, con
otras 90 personas muertas.

-El gobierno asegura que en un mes detuvo a 15.000 pandilleros, pero casi no hubo
enfrentamientos. ¿Cómo es la correlación de fuerzas entre las maras y el aparato represivo?
(*)

- Las pandillas aprendieron que el conflicto militar con el Estado no las lleva a buen puerto y las
pandillas no son un grupo militar bien armado. Las pandillas cometen asesinatos con pistolas
calibre 38. Tienen un sistema de control barrial pero no son organizaciones militares ni grandes
guerreros.

-No, hay hipótesis. Suponemos que las pandillas dieron el primer paso. Este es un gobierno
hiper hermético que no permite la salida de información bajo ningún término. Nos enteremos
porque empiezan a aumentar los asesinatos vinculados a la Mara Salvatrucha. Y luego el
gobierno de Bukele responde torturando pandilleros y haciendo redadas masivas, en las que
caen pandilleros pero la mayoría de los detenidos son civiles inocentes y es difícil saber cuál es
la verdad. Pongo un ejemplo, unos pandilleros asaltaron un bus y mataron a tres personas. El
gobierno de Bukele hizo un alarde propagandístico increíble, movió helicópteros, drones y
policías y dijo que los había capturado. Mostró a dos pandilleros de diferentes pandillas, todos
tatuados, y dijo por Twitter que le daría la indicación al director de centros penales que estos
delincuentes no vieran ni un rayo de luz en su vida. Era todo mentira. A esas personas las
fueron a sacar de su casa y hoy están en libertad. Nunca fueron acusadas por ese delito porque
no estaban en el lugar. Sin embargo, en la narrativa quedó que el presidente capturó a esos
criminales.

*15.000 detenciones era el dato oficial al momento de la entrevista. El número actual, según la
cuenta de Twitter de Bukele, es de 18.000 personas detenidas.

**De la Agencia Regional de Noticias, especial para Página/12

S220501P12 02 ECONOMÍA
Los supuestos de Martín Guzmán quedaron descolocados con el conflicto Rusia - Ucrania

El acuerdo con el FMI es inflacionario

Por Alfredo Zaiat

La economía está navegando de este modo en un piso de tasa de inflación anualizada del 60
por ciento con elevadas probabilidades de subir varios escalones. Este peligro irrumpe porque
no se están utilizando tradicionales anclas para evitar un mayor descontrol de precios.

. Con el estallido de una nueva crisis global, provocada por la guerra en Ucrania, se ha
instalado otro panorama, que es preocupante debido al riesgo de espiralización de los
aumentos de precios.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, apuesta a que el programa con el FMI actúe de ancla
antiinflacionaria generando expectativas positivas sobre la economía. Imagen: Kala Moreno
Parra.

La secuencia que propone Guzmán como política antiinflacionaria es la siguiente: definir un


horizonte previsible de las principales variables macroeconómicas, avalado por el FMI
haciendo desembolsos de dólares como parte de la refinanciación del crédito otorgado a
Macri, y, al mismo tiempo, conseguir estabilidad en el mercado cambiario a partir del
incremento de reservas en el Banco Central.
El equipo económico evalúa que la especulación con las cotizaciones de los dólares (blue,
contado con liquidación y MEP) es uno de los principales canales de trasmisión de las
presiones inflacionarias. La apuesta es frenar esos movimientos desestabilizadores del
mercado con más reservas, una parte de las cuales son aportadas por el FMI para pagar cuotas
del vencimiento del préstamo que entregó.

A ese marco general, Guzmán le agrega la negociación entre cámaras empresarias y sindicatos
con la aspiración de recuperar el salario en términos reales. Por ahora, sin embargo, las
paritarias siguen corriendo detrás de los aumentos de precios.

En los hechos, se trata de una estrategia para economías en crecimiento, con puja distributiva,
sin shock externos negativos (pandemia y guerra en Europa) y con tasas de inflación elevadas
pero no tanto. Esta no es la actual situación. En consecuencia, para la economía argentina, esta
forma de encarar el problema de los precios encierra su propia trampa porque, en sus
postulados, el acuerdo con el FMI es inflacionario.

: el conflicto OTAN (Ucrania)-Rusia. Los ingresos siguen atrasados y la economía internacional


va rumbo a una recesión.

Esta situación inesperada sumó más presión por el lado de lo que se denomina "inflación
importada" derivada del alza de los precios internacionales de alimentos y de la energía, y
también de los aumentos de los insumos difundidos (aluminio, papel, acero, plásticos,
químicos).

O sea, el acuerdo era inflacionario antes de la guerra y lo es mucho más ahora con un shock
externo negativo que ha arrojado a la economía mundial a un cuadro inflacionario
desconocido de los últimos cuarenta años, con elevadas probabilidades de caer en recesión.

El programa con el FMI es inflacionario porque exige transitar un camino de persistente


devaluación con miniajustes diarios del tipo de cambio para acompañar casi a pleno la
evolución de precios local.

También lo es porque demanda aumentos de tarifas para disminuir los subsidios, en especial
los energéticos, para alcanzar las metas comprometidas de déficit fiscal.
Además lo es porque el objetivo de fomentar las colocaciones en pesos para desalentar la
compra de dólares demanda subir la tasa de interés para que le gane a la inflación, y también
permita acompañar el ritmo de devaluación. Pese a la escasa profundidad del sistema
crediticio del mercado argentino, igual el alza de la tasa de interés eleva el costo financiero de
operaciones comerciales.

Esto se traduce en algo que quienes han estudiado el régimen de elevada inflación de la
economía argentina definen del siguiente modo: la actual política económica carece de un
ancla relevante de los precios.

Como se mencionó, Guzmán apuesta a que el ancla sea el programa económico acordado con
el Fondo Monetario porque piensa que así se podrían coordinar las expectativas de
empresarios y sindicalistas y, a la vez, recuperar reservas para mantener bajo control el dólar
achicando la brecha cambiaria.

Para ello reclama cierto orden político al interior de la coalición de gobierno, objetivo que, a
esta altura, resulta difícil de alcanzar porque, precisamente, él se ha convertido en uno de los
factores de mayor tensión entre la fuerza electoral mayoritaria del Frente de Todos (el
kirchnerismo) y el presidente Alberto Fernández.

La idea dominante de que la competitividad de las exportaciones argentinas proviene


especialmente de mantener un tipo de cambio real elevado es una de las confusiones más
arraigadas en el análisis económico doméstico.

Ajustes del tipo de cambio para mantenerlo elevado en términos reales implican salarios bajos,
a los cuales les cuesta recuperarse en la presente dinámica cambiaria. No hay misterios en esta
secuencia porque son funciones macroeconómicas conocidas desde hace décadas del régimen
de inflación elevada de la economía argentina.

Revisar la política cambiaria (además de la tarifaria), al menos para los próximos meses, sería
una de las facetas iniciales para diseñar una consistente estrategia antiinflacionaria integral,
que en estos momentos, con índices generales mensuales de 6 por ciento, se ha vuelto
imperiosa dada la actual tendencia de los precios.

S220501P12 03 ECONOMÍA
La crema del establishment no quiere “moderados"

Los secretos del Llao Llao: qué le dijeron los CEOS a Mauricio Macri y a qué se comprometió el
ex presidente

Por Leandro Renou

Al coqueto hotel -que convive con remodelaciones y escenas demodé como trofeos de caza
exhibidos en las paredes- Macri llegó incentivado por la presencia de “los importados”. El ex
mandatario es quizás quien mejor entendió que, más temprano que tarde, el establishment
está cambiando la piel. Marcos Galperín, CEO de Mercado Libre, y Martín Migoya, de la
empresa de software Globant, volvieron por unos días a la Argentina para verlo y escucharlo.

Migoya y Galperín, "los importados"

Apenas Macri cayó derrotado por el Frente de Todos en 2019, ambos tramitaron su radicación
en el Uruguay. Por este regreso temporal para ver al líder espiritual se los denominó “los
importados”.

Por esas cosas del destino, a mediados de los 2000, con el kirchnerismo en su mejor período
económico, Migoya y Galperín casi que no existían en el universo de los negocios. “Los hizo el
peronismo”, bromeó pero no tanto ante este diario uno de los que compartió tertulia
patagónica con ellos. Ambos crecieron a la luz de los subsidios en el marco de la Ley de
Software. Incluso Mercado Libre, que siendo una plataforma de ventas se coló por la ventana
en una norma que nada tenía que ver con su actividad comercial.

Hoy, Migoya y Galperín son los Paolo Rocca (Techint) y Luis Pagani (Arcor) de este tiempo. No
sólo porque sus empresas valen mucho más en dinero que las dos primeras, sino porque
manejan los hilos de la línea económica que pretenden tenga el macrismo. Los acompañan un
grupo de jóvenes ultra conservadores que no le tienen miedo a jugar sin máscara.
La referencia es para el Grupo Argentina Mejor (GAM), una especie de club de hijos renovados
de ricos vieja escuela, donde reinan los retoños del ex CEO de la FIAT Cristiano Rattazzi y el
banquero Eduardo Escasany. Son casi una fuerza de choque de los Unicornios y dicen en
público que “no es momento para tibios”.

Horacio Rodríguez.

Pero el alcalde porteño tiene un problema, o varios: el primero, los empresarios le marcaron la
cancha en la ronda de preguntas y le aclararon que no puede ser candidato solo, sin un apoyo
más amplio. Y le blanquearon que la idea debe ser “terminar con el kirchnerismo”. Esa lectura
le explotó la matrix al jefe de Gobierno, que intenta de manera infructuosa dar cuenta de que
hay que ganar, pero también gobernar.

Larreta tiene, a diferencia de Macri, una comprensión de la realidad que parte más desde las
posibilidades de la política. Pero los CEO le hicieron saber, en varios cafés reservados que
mantuvo, que para ellos el eje de la campaña es el plan.

En el entorno de Galperín cuentan que no puede volver a salir mal esa apuesta de instalación
de ciertas reglas y que, para eso, el ejecutor de las mismas no puede ser un candidato
indefinido. Las acciones de Larreta bajan en un escenario donde el empresariado ve un
gobierno de Alberto Fernández débil, pero a diferencia de Juntos por el Cambio, no lo da por
derrotado ni mucho menos. Sobre todo, porque para despejar la equis, falta el dato más
importante: saber contra qué o quiénes competirá el macrismo. Cuál será la alquimia para el
23 del Frente de Todos.

, los empresarios prefieren no comerse el postre antes que la entrada e ir a lo seguro. Incluso
Javier Milei, la fulgurante estrella de la escena actual, recibió duros cuestionamientos del
auditorio. Los CEO no quieren ni moderados ni experimentos sociológicos.

Galperín, Migoya y su socio, Guibert Englebienne, se juntaron a tomar un café a mediados del
año 2019 y terminaron armando un grupo de WhatsApp para bancar la candidatura
presidencial, pero jamás comunicaron su esencia. Lo llamaron “Nuestra Voz” y es -ahora muy
raleado- un grupo que terminó expulsando a toda la crema del establishment que llegó
pensando que se trataba de uno de tantos chats de debate empresario. Se bajaron en su
momento varios popes, entre ellos el banquero Jorge Brito hijo, que hoy preside Banco Macro
y el club River Plate, y el CEO de Insud, Hugo Sigman, que nunca tuvieron una relación fluida
con el macrismo.
Los unicornios como Mercado Libre o Globant son abrazados por Macri y viceversa por otra
razón de peso. Se jactan de no depender, como Rocca o los grandes constructores, de los
negocios con el Estado. Aún cuando sus empresas valen más de 1000 millones de dólares,
disponen sobre las condiciones laborales y tienen parte de sus sociedades radicadas en
dependencias offshore, cuentan que Macri sigue llamándolos “emprendedores”. De algún
modo, el ex presidente expuso su preferencia por ellos criticando a los otros. Macri, que
proviene de una empresa que vivió casi toda su existencia de los negocios con el Estado, se
quejó ante los CEO del Llao Llao de que todos le decían que iba bien rumbeado y celebraban
sus cambios de política, pero antes de irse de su despacho le preguntaban “si está garantizada
la mía”, en relación al dinero que les facilitaría el Estado.

El diputado y dirigente de la CTA, Hugo Yasky, fue muy duro por estas giras Círculo Rojo que
encaró Guzmán, y le pidió que se vuelque más al sector pyme. El planteo tiene su lógica: hoy,
el Gobierno está buscando convencer políticamente a sectores que ya decidieron dónde y
cómo jugar. Pero no son todos: hay una fuerte construcción de industriales de todo el país con
base pyme que no están en la rosca, pero sí en las fábricas. Y que son la base del empleo y de
la realidad que observan día a día en sus trabajadores.

En las filas del cristinismo le insisten a Fernández que ninguno de los salvados con sueldos
pagados por el Estado en la pandemia, con apoyo crediticio y subsidios y ganancias récord, le
retribuirán el gesto porque la disputa es ideológica y de modelo. Y lo que viene son tiempos de
pre campaña. En ese contexto, Guzmán almorzará este 4 de mayo con otro polo empresario de
peso, el Cicyp. Será en el Hotel Alvear y los conducirá su presidente y titular de UIA, Daniel
Funes de Rioja.

S220501P12 04 EL PAÍS
El diputado criticó al ministro de Economía por "no meterse en disputas de poder

Máximo Kirchner llamó a "interpretar el anhelo y el dolor" del pueblo para ganar en 2023

"La mejor manera de poder construir una victoria en 2023 es comprender el 2019. En 2019 no
sólo fue la inteligencia y la generosidad de la compañera (Cristina Kirchner). Lo que hizo ese
frente fue interpretar el anhelo y el dolor de nuestro pueblo", resaltó el presidente del PJ
bonaerense y líder de La Cámpora.
Asimismo, Kirchner recordó que en 2019 la actual vicepresidenta “hizo una correcta lectura de
la coyuntura para poder organizar a su pueblo". "No se fijó en qué le había dicho cada uno de
aquellos que llegaban a integrar el Frente de Todos. Más bien, miraba el presente y el futuro,
que es lo que cada dirigente tiene que hacer", puntualizó.

“A uno le llama la atención, lo digo con toda la buena voluntad del mundo porque escucho que
lo dicen en los medios. Había creo que un excanciller argentino que decía que ‘cuando estas
cosas suceden yo no me involucro dejo que todo suceda, que en el océano nada le prohibió al
kril comerse la ballena, pero que finalmente es la ballena la que se come al kril, pero es el
Estado el que tiene que permitir que eso no suceda’”, citó.

Además, el presidente del PJ bonaerense recordó que “Macri no llegó solo a la presidencia
argentina, fue la punta de lanza del poder económico, mediático y judicial de la Argentina. No
fue solo Macri el que endeudó a nuestro país. Al país lo endeudaron los medios de
comunicación que ocultaron la peor cara de Macri para que una sociedad pudiera ser
engañada, que no contara con toda la información disponible a la hora de elegir una candidata
o un candidato”.

Kirchner también mencionó que “tenía razón lo que decía el presidente (Alberto) Fernández”
al recordar que entre 2003 y 2015 se recuperaron 20 puntos de poder adquisitivo, además de
la reactivación del empleo. “Pero vino Macri y en cuatro años destruyó lo que se había
construido en 15. Destruir es muy fácil, construir es el desafío”, dijo.

Y después agregó: “No es casualidad que cada vez que haya llegado un jefe de gobierno a
conducir los destinos de nuestro país terminen como terminan. El desastre que hizo Macri es
similar al que hizo De la Rúa con el megacanje y el blindaje. ¿Vieron que muchas veces dicen
que existe la maldición de la Provincia de Buenos Aires que no puede poner un presidente?

“Yo soy de los que piensa que existe la bendición de la CABA que cualquiera pasa por la
Jefatura de Gobierno y después lo ponen de presidente , porque hoy está concentrado en 40
manzanas el poder económico los medios de comunicación que generan ilusiones ópticas en
nuestra sociedad, que después las paga caras nuestra sociedad, que después las paga caras
nuestra sociedad”, señaló.

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