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CAPfTULO XV.

De los primeros navios que llegaron a las costas de Chile,


socorro de los soldados, rebelion de los indios y guerras
con el cacique Michemalongo.

Socorro del primer navio y mas cincueuta mil pesos de ropa que compró Va1divia.-Alzanse los indios.-Matan
en Maule a los Españoles de un navio perdido.-Embia a reconocer el Estrecho.-Acomete Valdivia con
sesenta hombres a un fuerte de tres mil indios.-Pelea solo Valdivia y mata gran multitud.-Alcanzan
victoria.-Ríndese Michemalongo, ofrece sus mujeres y media fanega, de oro.-Ofrece a Valdivia minas de
oro y no las acepta.-Previénesse para sus traiciones.-Alza Michemalongo los indios con un razonamiento.
-Cercan la ciudad y matan la gente de servicio y al mexor amigo.-Procura Valdivia quietarles y no lo
consigue.-Acomete a los fuertes y véncelos.-Vuelven a tratar de paz.-Exortacion de Valdivia a los caci-
ques presos.-Responden tibiamente. -Vuelve a convocar gente Michema1ongo.-Sabe de las mujeres quanto
trazan los Españoles.-Alcanza sus designios Valdivia. - Trata clc ir a buscar al enemigo. -lraicion que
urde Qui1acante.-Descubre la traicion y retírase.-Dispone quien guarde la ciudad y salir al encuentro de
CachapoaL-Sale al encuentro de Cachapoal y huye el bárbaro.

Con la buena nueva del primer soco- Con la ocasion de este nuevo socorro
r r o que se vió en Chile y la que traxo de gente española se alteraron los in-
el capitan Pastene de como venia por dios, o por perder la esperanza de po-
tierra el teniente general Alonso Mon- der echar de la tierra los que avia,
roy con setenta' soldados de a caballo, viendo que se aumentaba su poder, o
gente escogida y noble que de su vo- por probar si eran tan briosos como los
luntad se avian ofrecido a venir a la primeros; y sabiendo Valdivia que los
conquista, fué grande el aliento que de la Angostura y Promocaes hacian
los soldados cobraron y mucho mayor junta para venirle a acometer a San-
quando vieron a su General Valdivia, tiago y arrancarle lo que habia sem-
tan noble y liberal con ellos, que no brado, quiso ganarlos por la mano y
solo les repartió quanto el Virrey les em- salirles al encuentro, y por no liaver-
biaba, sino que con cincuenta mil pe- se juntado fuerza de gente halló po-
sos de oro compró qiianta ropa y mer- ca resistencia y fué empeñándosse has-
caderias traian los navios y toda se la ta llegar a Maule, donde jamas avia lle-
di6 a su gente sin reserbar cosa para gado. Alli supo como en aquella costa
si; con que olvidados de los trabajos andaba un navio sobre aguada que
passados se ofrecian a otros nuevos, y aviendo venido del Perú con ropa y iner-
mas con tan buena ayuda de soldados cancias a la fama del oro de Chile,
como traxo Moiiroy y tan buena ca- aviéndole sobresaltado un furioso norte,
balleria. con obscuridad y neblinas que le encu-
40 4 DIEGO DE ROSALES.

brian la tierra (por ser hibierno), avia persona muy noble y de grandes servicios.
zosobrado y dado al traves; y que avien- Navegaron hasta ponerse en parage de
do salido la gente a tierra, los indios 41 grados, en un puerto a quien dieron
naturales de aquella ribera del Maule nombre de San Pedro. Alli tomó Alde-
los avian degollado a todos inhumana- rete posesion en nombre de su Magestad
mente y hecho con ellos lo que poco ha de aquella tierra, y con grande relacion
hicieron en Cunco con el Capitan Legiña y noticia di6 la vuelta y supo Valdivia lo
y treinta espafioles, que aviendo dado en que le quedaba por conquistar, y aunque
aquella costa el navio que traia socorro no passaron los dos navios el Estrecho,
a Valdivia, los degollaron a todos. Fué reconocieron el passo y fueron los prime-
el Gobernador don Pedro de Valdivia ros navios que deste mar del sur llegaron
al lugar del navio perdido, por certifi- a él.
carse del casso, y vi6 las reliquias dél, Aviendo el Gobernador Don Pedro de
y halló algunos mestizos y indios del Valdivia socorrido su gente y dispuesto
Cuzco que avian venido en el navio y las cosas de la mar, trató de componer
escapádose del furor de los indios en las de la tierra y de salir en vusca del
los huecos de las peñas, y de alli salian enemigo, y principalmente del cacique
a mariscar y se volvian a esconder. Re- Michemalongo, que habia alborotado la
coxiólos y supo de ellos el casso. Sintió comarca y avanderizado los indios.
como era' justo la pérdida del navio y Tenia
echo en Aconcagua un fuerte de algarro- !
mucho mas la de la gente, y aunque en- bos y espinos, muy gruessos y agudos.
tónces se volvió a Santiago, propuso de Salió con sesenta hombres bien amunicio-
hacer alli un fuerte para castigar y su- nados, fué derecho al fuerte, y aviéndole
getar aquella gente, como despues lo % reconocido en torno, admirado de ver su
hizo, y los sujetó de modo que no vol- fortaleza y anchura, -no desmayó su gran
vieron mas a levantarse. valor, antes con osadia estraña, reconó-
Vuelto a Santiago, y considerando ciendo por donde poderle entrar, mandó
como poco antes avia llegado al puerto apear sus soldados, y assaltando él de-
de Valparaiso la capitana del obispo de lante de todos, con la espada desenvaina-
Placencia, y passado luego al puerto de da y una darga embrazada, entró el prime-
Arica y del Callao, y que avia echo su ro en una gran plaza del fuerte, en la
viaje desde España por el estrecho de qual avia tres mil bárbaros juntos, todos
Magallanes, deseoso de saber la facilidad de pelea, bien armados y prevenidos de lo
de ese viage y ver si por ay podia él necesario para la batalla. Y como los chris-
tambien intentar enviar al Emperador tianos españoles vieron el esfuerzo y el
nuevas de la conquista de Chile y solici- exemplo de su capitan, assaltaron el fuer-
tar socorro de gente española, embió al te en su seguimiento y acometieron con
capitan Juan Pastene a que reconociesse valor a ellos; y los indios resistiéndo-
el Estrecho de Magallanes, los puertos y 3e y defendiendo su fuerte y sus per-
entradas, como lo hizo, de que se di6 por sonas pelearpn grande espacio de tiempo,
bien servido el Emperador, como consta dando muchos golpes y heridas; y estan-
de sus Reales cedulas. do la vatalla en su furor, sin declinar a
Junto con Juan Bautista Pastene em- parte alguna, Don Pedro de Valdivia,
bió en otro navio a Jerónimo de Alderete, deseando mostrar a sus soldados exemplo
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tal, que imitándole venciesen con breve- con su General y determinados a darles otra
dad, adargado y estimulado de su gran embestida y seguir la victoria, anticipóse
valor, se metió tanto por entre los ene- a hablar a Valdivia y díjole: que mandasse
migos que vino a hallarse perdido de los a los christianos 'que no peleassen mas,
suyos. L o s bárbaros, viéndole solo, pro- que él mandaria lo mismo a su gente.
curaron cercarle y coxerle a manos vivo; Hizo el esforzado General lo que pidió
él, viendo que en el menear de la espada el bhrbaro, por ver si ya castigado le PO-
y en la destreza de su brazo consistia su dia traer a su obediencia y sujetarle a la
vida, la de su gente y el credito de la de su Rey. Y puesto en sosiego el cruel
nacion española, comenzó a ofenderles y combate, Michemalongo le rindió las ar-
a defenderse de sus flechas, lanzas y ma- mas y mandó a sus vasallos rendidos que
canas, con tan gran valor, que sin liacer hiciessen lo mismo. Y entrando a Valdivia
casso de las heridas que le daban ni de en otra plaza donde tenia sus hijas y mu-
la sangre que por el rostro le vertia, no jeres y las de sus soldados, le clixo: que
cessó un punto de derribar y matar in- alli tenia todas aquellas captivas para que
dios, hazienclo tanta plaza y un monton lesirviessen, que suiaseran, pues con e1
de muertos tan grande en ella que fué valor de su espada los avia vencido a to-
admiracion. Los enemigos, con deseo de dos. Hízole traer alli, de nias de esso, dos
darle la muerte y encarnizados contra él grandes talegos de oro en polvo, que ha-
por la carniceria que de los suyos avia echo, rian como media fanega de nuestra medi-
volvieron a animarse los unos a los otros, da, y ofreciósselos en señal de vasallage y
que a cerrar contra él, apuntándole al rendimiento; mas el Gobernador Valdi-
pecho con grande lluvia de flechas, dardos via, con grandeza de animo y mostrando.
y lanzas arrojadizas; mas los españoles, desinteres, le dixo: que no queria su oro,
aunque estaban muchos heridos y avian ni sus mujeres, ni hijas, ni consentiria que
vendido su sangre a costa de muchas vi- ningun soldado las ofendiesse; que no de-
das de bárbaros, hallando a su capitan seaba dé1 sino que fuese vasallo de su
menos, cerraron con los indios y apar- Magestad, y que si no se liubierarebelado
tándolos y abriendo calle llegaron donde y conspirado su gente no le ubiera aco-
el valeroso General estaba solo, y vién- metido ni echo tanta mortandad; pero
dole el rostro bañado en sangre se enfu- que supiesse que a los desobedientes los
recieron en su. ayuda y defensa, y reci- savia castigar con el rigor que avia expe-
biéndoles el General alegre y cortesmente, rimentado, sin que sus bárbaras fuerzas le
loando el valor que en todos avia recono- pudiessen ofender ni matar uno de sus
cido, sin hacer casso de lo que él avia soldados, como los via alli todos vivos, con
hecho, viéndose señores del campo, les muerte de tanta multitud de los suios,
daba mil parabienes y se alegraba de ver- que pasaron de quinientos. Bien que des-
los vivos y victoriosos de tanta multitnd, pues, haziendo reseña de los soldados, se
y cantando victoria quedaron señores del halló aver muerto uno de un flechazo en la
fuerte, y los indios confusos y espantados garganta.
de ver que tan POCOS españoles ubiessen Michemalongo prometió vasallaje y todo
muerto tantos y amedrentado a los demas. rendimiento a Valdivia, que assegurándo-
El cacique Michemalongo, viendo su $se en el fuerte con sus soldados estubo
perdicion y los españoles encoiporados slli veinte dias curándose de las heri-

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406 DIEQO DE ROSALES.

das y curándolos a todos, sirviéndolos pues; el trabaxo en que nos vimos con ellos,
Michemalongo y su gente, con muchas haciéndonos sacar oro de las minas, cabar
muestras de fidelidad y traiéndoles quan- las entrañas de la tierra y cargar con el
t o regalo podian de sus tierras y se- sudor de nuestro rostro sus cargas: lo mis-
menteras. Y aviéndole ofrecido el bárbaro mo van haciendo los españoles. N o podeis
a Valdivia ricas minas que tenia en sus olvidar la azequia que a nosotros y a los
tierras y su gente para sacarle oro, le suios hizo abrir a fuerza de brazos el Go-
respondió: que no trataba de vuscar oro bernador inga en el Salto para sacar el *

sino de pacificar la tierra; que viviessen agua y regar sus sementeras, lo que costó
él y su gente en quietud y obediencia de de trabajo y de sangre: pues despues de
su Magestad, que esse era el mayor ser- haber sudado en hacerla mucho tiempo,
vicio y la maior lisonja que le podia hacer, porque no se acabó para el dia que avia
que de las minas tratarian despues. Y de- determinado que corriesse el agua, hizo
xándolos en paz, se volvió a la ciudad de, que corriesse por ella sangre de cinco mii
Santiago, y recelándose de la poca cons- indios de los snyoci y de los nuestros. N o
tancia de los indios, mientras estaban por van derramando menos sangre de nuestra
amigos recojió gran cantidad. de comidas gente los españoles, que en mi fuerte co-
para hallarse prevenido para sus traicio- rrian arroyos de la gente que me degolla-
nes y revueltas, que experimentó presto. ron, p en otras partes ha corrido a rios.
Porque Michemalongo, como era de es- Demos en ellos, cerquémoslos y mueran
píritu levantado y trabieso, convocó a en su fuerte, y a todos los que salieren a
Tongolonco, cacique poderoso, y a otros escoltas y por lefia, de la gente que les
de veinte leguas al rededor; embió men- sirve, passémoslos a cuchillo.”
sajeros a Cachapoal, cacique de los promo- Siguieron todos el consejo de Miche-
caes, pidiéndole socorro, y a todos juntos malongo, y haciendo sus ceremonias se
les dixo: “NO penseis que los españoles juramentaron de morir en la demanda.
son inmortales: ya emos visto en varias Hicieron luego los indios dos fuertes,
ocasiones que mueren como nosotros; ani- uno en Lampa, a cargo del cacique Pai-
mémosnos, y pues son tan pocos y noso- nelonco, y .otro en Colina, a cargo de
tros tantos millares, acabemos de una vez Quilecante, indio del Perú, belicoso, que
con ellos, que la sangre que derramé en ayudaba a los naturales de la tierra contra
mi fuerte, aunque la tengo fuera de mis los españoles y desde alli hacian acome-
venas, me está solicitando a la venganza. tidas a la ciudad de Santiago, y puestos
“Si a los principios no se remedia el mal, en emboscadas coxian y mataban la gen-
despues viene a crecer de suerte que se te de servicio de los españoles que salian
hace imposible el expelerle; aora antes por escoltas de leña y de yerba, apretán-
que estos espaiioles crezcan y se arraiguen doles mucho y causándoles grave senti-
mas en nuestras tierras, es facil el arran- miento, y lo que mas pena les causó fué
carlos y el echarlos, y si lo dexamos para el ver que degollaron al cacique Lonco-
despues, que crezcan en fuerzas y echen milla, fiel amigo de los españoles y el
mas ondas raices, nos será imposible. Bien primer amigo que en Chile tubo el exer-
vistes los Ingas del Perú como se nos cito español y el mas constante en su fi-
fueron entrando en nuestras tierras y las delidad.
tropas que tras los primeros vinieron des- Procuró Valdivia con mensajes sosegar
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di6 luego, por hacérselos desear y que se
confirmassen mas en sus deseos de estar
en paz. Consoló a Quilacante y a los de-
mas caciques, prometiéndoles darles liber-
tad y diciéndoles que hablassen a su gen-
te y les persuadiessen a ser firmes en la
obediencia de su Magestad, y les repre-
sentó los trabajos en que se vian en
aquella prision, las muertes que avian oca- ,
sionado de los mismos suyos por sus in-
quietudes; como ni él ni sus espafioles,
las avian pretendido ni causado; que no
deseaban sino su quietud y sosiego, con el
bien de sus almas; que conociessen a Dios
y le adorassen; que fuessen christianos y
gozassen de la gloria que tiene Dios en el
cielo para todos los hombres, y ellos por
su culpa la perdian por no querersse suje-
tar a la fee y a la ley de Dios; que no
pensassen acabar ni consumir a los espa-
ñoles, que tenian a Dios de su parte, se-
ñor del cielo y de la tierra, Dios de las
batallas y de infinito poder, para ayudar-
los y sacarlos libres del furor de sus armas
y de la multitud de sus soldados; y que
bien lo avian experimentado con su daño,
pues tan pocos espafioles avian vencido
en tantas batallas a tantos millares; y que
aunque le avian muerto algunos en Qui-
Ilota, en el barco y en otras ocasiones,
que esos mismos muertos peleaban en su
ayuda con sus oraciones delante de Dios
y pedian venganza de su sangre, que ale-
rosamente les avian derramado y contra
toda razon, pues les veniaii a traer el bien
de sus almas, el conocimiento del Dios
verdadero y a conservarlos en paz y en
muertos unos y captivos otros, y el ver- policia.
se sin pueblos, sin sosiego ni semente- Respondieron los caciques que bien co-
ras, trataron de dar l a paz y de volver a nocian quanto les importaba el estar de
la amistad de los españoles, y fueron y paz, que ellos no avian tenido la culpa err
vinieron mensajes de una y otra parte, y el alzamiento ni avian sido sabedores dé1
porque pedian luego que les diessen los (ordinaria excusa de los caciques, siendo
presos, aunque se les prometió, no se los ellos los que IS trazan); que hablarian %t
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su gente y los procurarian quietar, aunque que el que se vende por mas amigo nues-
como eran tantos, de tan varias voluntades tro nos vende y da aviso de los intentos, y
y tan poco sujetos a sus caciques, no sa- si le da el amigo mejor le dará el enemi-
bian si se conformarian. go. Como le aconteció en esta ocasion,
Michemalongo durante la prision de los porque Quilacante, el cacique inga preso,
caciques estaba en Aconcagua, y querien- avisó en secreto, por via de sus mugeres, a
do de nuevo tentar su fortuna hizo llama- Michemalongo y demas de esso urdió una
miento de los parientes de los presos, y traicion contra Valdivia: que fué embiarle
sabiendo que por sacarlos de prision y a decir a Michemalongo que estubiese con
por los mensajes que desde allá les avian cuidado, que él daria cuatrocientos :indios
embiado persuadiéndoles a dar la paz es- a Valdivia para la jornada y les daria
taban inclinados a ella y dar vasallaje al orden secreta para que en llegando a su
español, les hizo un eloquente razonamien- vista se volviessen contra los españoles, y
to, disuadiéndoles del intento y provocán- que él con su jente y con los cuatrocientos
doles a tomar de nuevo las armas y sacar diessen de improviso en ellos y los matas-
.a sus parientes a punta de lanza, y acabar sen y diessen fin de ellos.
de una vez con los españoles. Convocó de Esto tratado, fingiéndosse Quilacante
BU parte veinte mil indios, y Cachapoal muy amigo de Valdivia y deseoso de sus
por la suya otros veinte mil promocaes, aciertos, le ofreció cuatrocientos indios de
gente belicosa y arrestada, que convocó sus vassallos para que le fuessen a ayudar
hasta la ribera del Maule; y toda esta a pelear contra Michernalongo, y sin saber
gente junta se fué informando de los in- la traicion los llebó en su compañia, mar-
tentos de los españoles y de la disposicion chando con ellos y con sesenta soldados
de su fortaleza por espias de mugeres de españoles; mas en el camino le deparó Dios
Quilacante, que con achaque y ficcion dos indios que sabida la traicion se la
iban y venian con mensajes de paz y que descubrieron, aconsejándole que no se alo-
entraban a la ciudad a very llevar de co- jasse en campaña, porque de improviso
mer a su marido, preso, y se informaban de avian de dar en él los que le acompaña-
todo y daban quenta a la junta de quanto ban y las demas tropas en la ciudad. Sa-
deseaba saber para su intento. bida esta traicion, dissimuló prudentemen-
Todos estos tratos secretos llegó a saber te y divulgando que ya no avia junta ni
el Gobernador Valdivia, en secreto, de de que recelarse dió la vuelta a la ciudad
indias tambien que tenia en la ciudad en de Santiago, y en el camino supo tambien
servicio de los españoles, que como eran como Cachapoal avia ya passado el rio
emparentadas con los enemigos, quanto sa- Maipo con toda su junta de indios promo-
bian de ellos se lo revelaban en secreto a caes; y poniendo la ciudad en defensa y
sus amos. Y enterado delos designiosdel volviendo a amunicionar sus soldados, los
enemigo, publicó que queriaira dar sobre animó con ardientes palabras a salir al en-
Michemalongo, autor de estas traiciones y cuentro al enemigo que le venia a buscar
caudillo de estas juntas, que estaba doze y presentarle la batalla con esfuerzo, fia-
leguas de alli, y no siemprees bien decla- dos en Dios, que da las victorias, dicién-
rar el General sus intentos ni donde ha de doles que la multitud de barbaros no les
dar el assalto, porque aun teniéndolo mui debia hazer desmayar, pues tenian expe-
secreto, lo viene a saber el enemigo, por- riencia de que pocos soldados espaiíoles,
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con su valor y valentia, desbarataban y acosasse, como hasta allí, sus escoltas, fiado
vencian millares de barbaros cobardes; que en Dios, y en que no hai cosa como hacer
lo mismo les avia de succeder, y escogien- rostro a este enemigo y acometerle prime-
do ciento y quatro soldados para llebar ro para acobardarle. Y llegando al rio de .
consigo, dexó setenta, y la mitad de la Maipú, como Cachapoal vi6 la determina-
caballeria con su teniente, en la cíudad, cion con que Valdivia le iba a buscar,
para que si mientras él iba a dar la batalla temeroso de venir con él a las manos, se
i~ Cachapoal viniesse a acometer a la ciu- retiró con toda su multitud de gente seis
dad Michenialongo, con su acostumbrado leguas mas atras: Valdivia caminó hasta
esfuerzo se defendiessen de él; y como parecer ante sus esquadrones, que enton-
estos soldados eran todo corazon, y su Ge- ces, sus grandes tropas mal formadas, no
neral un Marte español, pocos en numero daban cuidado a los españoles. Ya qiie les
se arrestaban a pelear con innumerables di6 vista, dió la vuelta fingiendo retirarse,
enemigos. y con este fingimiento, caminó en pos de , (

Salió con valiente deterininacion, por- ellos hasta la noche, en la qual le quiero -
que no le acobardasse el enemigo, ni le dexar, que luego diré lo que le succedió (1).

(1) Toda la materia de este capítulo es enteramente nueva en la historia nacional, porque los cronistas antiguos
se han limitado a simples indicaciones sobre los hechos principales, como el naufrajio del Maule i el desastre de
Michemaiongo. Sin embargo, el padre Rosales adolece evidentemente de la exajeracion comun de la época al
hablar de ejércitos de veinte mil hombres. Segun Pedro de Valdivia en sus cartas a Cárlos V, no habia ni quince
mil de ellos de Copiapó al Maule.

RIST. DE CR1L.-T. 1. i 52
CAPÍTULO’ XVI.

Como los indios abrasaron la ciudad de Santiago, acaudi-


llados de Michemalongo, y la pusieron por tierra, sin
que lo estorvasse la grande resistencia de los españoles;
y la victoria contra Cachapoal de veinte mil indios
Promocaes.
/

Año de 1541. -Viene una junta de diez mil indios sobre la ciudad. -Tiene aviso el cabo a media noche. -Pone
su gente en órden y avisa a Valdivia. -Hace parlamento el enemigo. -Tocan arma los españoles. - -Pegan
fuego a la ciudad, año de 1541. -Pelean a la luz del fuego de las csíhs. -Pelea de unos y de otros. -Cogen
los indios a doña Ines. -- Recbbranla los españoles. - Procuran sacar los prisioneros y queman la carce1.-
Dalos muerte a todos doña Ines y arrójales las cabezas. -Ven dos españoles muertos y vuelven a acome-
ter.-Sana de repente un español cojo, pelea y anima a los demas.-Dan un Santiago y alcanzan victoria.--
Siguen la victoria los españoles. -Personas que se señalaron. - Inundacion de la ciudad. -Dan aviso a
Valdivia. - Pelea con los promocaes y desvarátalos. - Trabajos que passó la gente española por 4 años.-
Hazen la guerra a los rebeldes de Quillota y bien castigaclos dan la paz.

Como Qnilacante Inga llegó a entender siguiendo y dando nuevos socorros, y si-
que se sabia ya su maltrato, temiendo el tiándosse con la sombras de la noche una
castigo de Valdivia, que siempre el que legua de la ciudad, en el Salto que llanian
peca teme y tiene por rigiiroso fiscal a su de Araya, para dar iina alborada y coxer
misma conciencia, variando en sus disciir- descuidados a los espafioles, que aunque
sos juzgó escaparse dando aviso a Miclie- no lo estaban no sabian que tenian tan
malongo de como Valdivia estaba ausente cercano el peligro, hasta que a deshoras
p lexos de la ciudad, y assi le embid al- de la noche llegó un indio y avisó al Te-
gunos mensajes diciéndole qiie no perdie- niente General como Michenialongo estaba
sse tan buena ocasion de acabar con los con todas sus tropas alli cerca; esperando
españoles y destruir la ciudad; qiie los que para dar sobre la ciudad al qnarto del
en ella avia dejado Valdivia eran viejos alva y ponerla fuego por las cuatro partes,
desarmados, sin municiones ni caballeria, y que lo avia sabido de un cacique princi-
y qiie si les daba un assalto de noche los pal, que no le podia mentir por ser hom-
coxia a todos descuidados, y en pegando bre de verdad.
fuego a la ciudad era todo suio; que él es- Oido esto, tocó al arma con todo silen
taba dentro y tenia prevenido lo que avia cio y apercibió su gente. Avia en la flaca
de hacer en su ayuda. Michemalongo con ciudad solo seis arcabuzes y dos vallestas,
este aviso salió a las voladas con diez mil cuarenta infantes y treinta y dos de a ca-
indios, avisando a los demas que le fuessen ballo, y alguna gente de servicio. A estos
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encargó el cuydado de los indios prisione- estaban tendidos por el suelo para disi-
ros, y de la caballeria hizo cuatro cuadri- mularse mejor y no ser sentidos; mas
llas, las dos encomendó al Maestro de conlo los vi6 tocó una arma viva y ellos
campo Francisco de Villagra y Pedro Go- se levantaron con un grande alarido y a
mez de Don Benito, personas nobles y de sus voces respondieron por las otras par-.
conocido valor y experiencia; otra al ca- tes, y todos a un tiempo entraron con
pitan Francisco de Aguirre, bien señalado furioso iinpetu y tropel, con tizones en las
por su hidalguia y famosos hechos en esta manos pegando fuego a las casas, que
conquista, y la otra tomó él para sí. En- como eran de paja levantaron luego la lla-
vió aviso a Pedro de Valdivia del peligro ma y se abrasó la ciudad a once de se-
en que estaban, y como se vi6 empeñado tiembre de 1541.
en otro semejante a la vista de veinte mil Fué con tanta turbacion y tumulto la
indios, respondió que apretassen los pu- entrada de tantos millares de indios, qiie
ños, que assi haria él; y verdaderamente Pedro Velasco, reyolviendo tocando arma,
juzgó que Michemalongo no se moveria le alcanzó de ellos el maior golpe, y sin
hasta ver los cuatrocientas indios que Qui- conocerle por la obscuridad de la noche,
lacante le avia prometido en su ayuda le llebaron en peso, sin poner los pies en
finjiendo serlo en la nuestra. tierra, mas de doscientos pies de distancia,
Acometió Michenialongo a la ciudad donde ya que se vi6 cerca de las casas
despues de haber hecho un parlaiiiento mató a algunos a estocadas y se escapó,
animoso a sus soldados, en el qual les huyendo a incorporarse con su gente. Los
diso, por fin y remate, que del despojo españoles, a la voceria, subiendo a caballo
no queria mas que a Doña Ines Juarez, y tomando cada uno su puesto, acometie-
una hermosa dama que solo avia en la ron con gran valor con la luz del incendio
ciudad, y que todo lo demas fuesse de los de las casas, con la qual flechaban los in-
aventureros, ordenando que dos horas an- dios a tiro cierto. Y como el número fue-
tes del alba entrassen cuatro mangas; que 3se casi infinito en comparacion de los
las tres acometiessen a la plaza a quemar pocos españoles, estaban las calles tan lle-
las inaiores casas y la otra a la del Gene- nas de enemigos que los caballos no los
ral y a la carcel: acometieron con esta podian romper, y assi se sustentaban los
orden hasta seis mil flecheros y onderos unos y los otros, dando y recibiendo crue-
con gran silencio y se pusieron con un les golpes.
capitan de Colina a la parte que les fué Aqui avia fuego, alli voces, aqui heri-
seiíalada para a la primera seña acometer ios, alli muertos, y todos deseando el dia;
por donde ahora es Santa Lucia, en cuya y quando el sol comunicó su luz, los espa-
parte las centinelas españolas, que estaban ioles, enconiendándose a Dios y invocando
vigilantes, sintiendo estruendo tocaron ar- tl Apostol Santiago, mostraron nuevos
ma. Acudió luego la ronda, que fué don xios y los barbaros nuevos esquadrones
Pedro Velasco y Randona, hombre noble p e les entraban de refresco, con que se
y de obligaciones (1). Este, passando a ca- tvivó mas la batalla, y los españoles co-
ballo una acequia a reconocer el ruido, di6 irando nuevos alientos y coraje iban siem-
(por hacer obscuro) con los enemigos, que )re ganando tierra. Ardia la ciudad por

(1) Este caballero vivia en Santiago treinta años despues de estos sucesos y era rejidor de su cabildo.

c
412 . DIEGO DE ROSALES.

todas partes y el humo y el fuego les im- españoles del fuego dejaban los prisione-
pedia, sin poder remediar ni defender cosa ros, mandó que matassen a los prisioneros
de lo que dentro de las casas avia, ni tam- porque el enemigo no tubiesse esa gloria y
poco hacian caso de la hazienda, poniendo triunpho de librarlos de la prision, y dió
todo su conato en lo que mas les importaba, la vuelta a donde lo llamaba la mayorne-
que era defender las vidas y la reputacion. cessidad. Y como. Doña Ines se ubiesse
Los indios, discurriendo por las casas recoxido alli quando se vi6 libre del ene-
desamparadas de sus dueños, cogieron a migo por mas seguridad y viesse que los
doña Ines Juarez, que hniendo de las lla- espafioles estaban einbebecidos en pelcar,
mas salió con presteza de su cassa que se sin poder dexar sus puestos ni acudir a
abrasaba; mas, viéndola los españoles en matar los prisioneros como avia ordenado
poder del contrario, teniendo por caso de el Teniente Geiieral, tomó ella una espa-
menos valer que el enemigo le llebasse da y con extrafio valor y varonil esfuerzo
una española que tenian, arrestándose a los fué matando a estocadas, uno a uno,
recobrarla, acometieron con gran denue- sin dexar prisionero que no muriesse a sus
do a la tropa de indios que la tenia en manos, y haciéndoles cortar a todos las
medio, y rompiendo por todos, matando cabezas, a un indio Cuzco que alli estaba
a unos y hiriendo a otros, la sacaron del le mandó que las echasse fuera de la car-
poder de los barbaros. cel, a la vista de los enemigos, que estaban
Bien conocian los infieles el intento de pidiendo los presos.y haciendo su poderio
los españoles, que avian hecho grandes por sacarlos; con que rabiosos de ver las
dilijencias por sacarlos a lo raso para pe- cabezas de los que pretendian sacar vivos
lear campo a campo con ellos y derrotar- de captiverio y que las calles estaban lle-
los; mas ellos hacian todo su poderio por nas de cuerpos muertos, sin mas ganancia
no'salir de la apretura de las calles, que que aver quemado las cassas, siendo ya
les servian de defensa, y en ellas repetian medio dia, trataron de retirarse.
c
su flecheria con tanta continuacion que Pero hallando al revolver de una calle
casi cubrian el sol, y los otros con las pie- seis caballos y dos españoles muertos, cre-
' dras y lanzas no cesaban de combatir, ció en ellos tanto el animo y les pareció
ayiidándoles los que traian macanas, toqnis aver alcanzado tan señalada victoria, que
y coleos tostados y agudos, y dos mangas revolviendo las naciones a pelear y esfor-
de indios que entraron de refresco acudie- zándolos sus capitanes, con decirlos que
ron a la casa donde estaban los indios los españoles eran mortales y que alli esta-
presos, apellidando a los demas, para po- ban ya algunos muertos y podian acabar
nerlos en libertad. Pero los infantes que con los deinas si no resistian de la pelea,
estaban en su guardia hicieron tan valien- tornaron de nuevo a la batalla con maior
te resistencia a toda aquella canalla junta furor y animo, acometiendo unos tras otros
que no los pudieron entrar. Acudió en su como las olas del mar, reinudándosse las
socorro el Teniente General con su qua- tropas a hacer sus embestidas, peleando
drilla de ligera p viendo que el enemigo, los españoles con animo intrepido, sin que
no pudiendo ganar la carcel ni entrar en en mucho tiempo se conociesse la victoria
ella, la avia pegado fuego desesperada- declaradamente 110' una ni otra parte. Los
mente para que españoles e indios se abra- españoles no osaban a desunirse ni apar-
sassen dentro, o por ver si huyendo los tarse del sitio que avian tomado por fuer-
HISTORIA DE CHILE. 413

te, a donde tenian alguna ayuda de 12 hecha ceniza, y los españoles tan cansados
gente de servicio. Y los indios, queriendc de pelear todo el dia que con la frialdad
embestir, eran luego atropellados y miichoa de la noche las heridas se les resfriaron, y
muertos y heridos, porque cada lanze ha- como les fué forzoso estar en vela, toda la
cia su efecto, y mayor por estar siempre noche porque el enemigo no revolviese y
unidos y en buen orden. no tiibieron con que curarse, fué grande
En medio $e esta fuga, un español vie- el dolor que de ellas sintieron, que si los '
j o y tullido llamado Andres Garcia salid enemigos revolvieran sobre ellos no fueran
de la cama y de su casa huyendo del fue- poderosos a defenderse, porque hasta los
go, y cogiendo una hacha passó por entre caballos, sobre diez y siete que mataron,
los indios defendiéndose dellos y derriban- estaban rendidos y tales que del cansan-
do a algunos, y el valor español, junto cio y las heridas no se podian menear.
con el susto del fuego y del peligro que Murieron cuatro españoles por demasiado
corria su vida, le expelió el humor y la atrevidos y valientes, que fué gran perdi-
envejecida enfermedad, hallándose de re- da en aquellos tiempos, y la de los caba-
pente sano y con fuerzas para defenderse llos tambien la fiié, assi por la falta que
de tanto barbaro como le cercaba y para hacian como por su estimacion, que valia
ofenderle, y rompiendo por entre todos ir en aquel tiempo un caballo mil y dos mi1
a incorporarse ' con los demas españoles pesos. Señaláronse todos los soldados en
que estaban peleando, como salió d'e la esta batalla y cada uno merecia lauro apar-
cama, en camisa. Con la llegada del tulli- te, pero no es posible nombrarlos todos:
do Andres Garcia, de repente sano, y ani- solo digo que los mas nombrados entonces
mados con verle pelear .como un Cid, se fueron los Maestros de campo Francisco
esforzaron todos con la gente de servicio de Villagra, Aguirre, Francisco de Avila,
a dar un Santiago al enemigo, tan. furioso Marcos Veas, Diego Oro, Antonio Diaz p
que desmayado de poder vencer se puso Alonso de Morales, hombre noble y vale-
en huida, sin que sus capitanes pudiessen roso que matando y hiriendo quebró este
detener a las tropas que sin orden huian, dia tres espadas, y señalóse extrañamente
y los españoles, aunque heridos, entrapa- tanibien un negro.
.
jados y sin fuerzas de tanto pelear, sacan- Sobre los trabajos de esta noche y el
do fuerzas de flaqueza siguieron el alcance ilia passado les sobrevino otro, que como
y la victoria, hiriendo y matando a mu- Ia ciudad está en llano y tiene muchas
chos. tcequias que le entran del rio, hallando
El Padre Lobo, Presbitero, salió en es- :omo hallaron las calles llenas de cuerpos
ta ocasion con un buen caballo que tenia, nuertos, se revalzaron de suerte que inun-
y apellidando victoria y diciendo Santia- Jaron la ciudad y la empantanaron toda.
go y a ellos, y siguiéndole todos y apre- Acabada con felicidad esta tan seña-
tando a Michemalongo y sus tropas, los ada victoria, dieron por ella los capitanes
echaron de la ciudad y de su contorno ya J soldados el dia siguiente muchas gracias
que el sol se ponia, haziendo en ellos tal t Dios, y deseando saber de su General
matanza que siguiendo el alcance hasta 'edro Valdivia se ofrecieron a ir en su .
que cerró la noche dexaron setecientos )usca y darle la nueva Marcos Veas y
barbaros en las calles y en la campaña h l d o Gil, que se hallaban menos he-
muertos. Quedó la ciudad toda robada y #idos. Fueron con grande animo y no
,
414 DIEGO DE ROSALES.

menor riesgo de sus vidas, porque al pas- Volvió el gobernador Valdivia victorio-
sar el Angostura los ubieron de matar lo^ so a la ciudad, p despues de aver dado
enemigos y por todas partes encontraban gracias a Dios por los buenos sucessos de
tropas de ellos. los snios contra Cachapoal y de los de la
Llegaron a donde estaba Valdivia y ciudad contra Micheinalongo, no desmayó
oida la nueva se alegró en parte del buen por verla quemada, sino que tratando de
suceso y victoria de los suios y sintió la enterrar los muertos y de curar los heri-
quema de la ciudad y los muertos, y so- dos, dispuso luego su reedificacion, ani-
bre todo no aversse podido hallar en su mando a sus soldados y dándoles muchas
.ayuda; y como se via a vista del ene- gracias por lo bien que 'avian peleado, abra-
migo que le avia ido siguiendo, hallándo- zando con ternura y lagrimas a los heridos
l e aloxado, logró la ocasion, y animando que afirmados en sus espadas le salian a
a los suyos a pelear con esfuerzo con el recebir con indecible gozo y a darle para-
ejemplo de sus compañeros de la ciudad bienes de sus victorias y estremado valor.
y a no ser menos en conseguir victoria de Reformó la ciudad lo mexor que pudo
aquella multitud de barbaros, les di6 el con todos los pages d e servicio por no
Santiago con tan grande animo y deniie- estar los soldados para trabaxar. Y man-
do, favorecido de la luna, que entonces dó sembrar un qiiartillo de trigo que so-
se mostró clara y serena, y como el im- lamente se avia escapado del fuego, por
petu de los caballos y la determinacion que no se perdiesse la semilla del de que
d e los españoles que consigo llebaba igua- se coxió, para conservarle, y se multiplicó
laba con el deseo que tenia, de castigar en la abundancia que ahora se vee. Esca-
sus atrebimientos, cada uno por el daño páronse tambien del fuego un gallo y una
.que aria recebido en las escoltas de su polla, un berraco y dos hembras, de que
servicio y todos por el de su Dios y de procedió la multitud de gallinas y anima-
su Rey, acometieron con tan buen animo les de cerda que ay en este Reyno. Ará-
y tales efectos hicieron sus acometimien- basse entonces con los caballos ensillados
tos, que hasta las cuchillas de las lanzas y enfrenados y sembraban algun maiz y
saltarou de las astas, cansadas de abrir legumbres que entre los indios rescataban.
heridas y quebradas de matar indios. Y los trabajos que en aquellos tiempos
Pelearon a falta de las lanzas con las passaban de ambre y desnudez, por avér-
espadas, haziendo igual riza y mortandad seles quemado toda la ropa y el sustento,
en los barbaros, que no pudiendo resistir fueron indecibles, porque en cuatro años
.a la fuerza española volvieron las espal- no quisieron sembrar los indios porque
das, siguiéndolos el valeroso General, hi- los españoles pereciessen de hambre y no
riendo y matando, hasta la provincia de fuessen a sus tierras a vuscar el sustento,
los Proinocaes, porque no se volviesen a passándola ellos tambien por acabar a los
juntar, donde dejó fama para sí y materia españoles. Y todos esos cuatro años an-
gloriosa para las historias, pues tan pocos dubieron los soldados desnudos, descalzos
españoles, con extraña osadia, embestian y sin sombreros, que ni aun trapo tenian
con millares ,de indios, sin volver el pie de que hacer una montera. Era tal el ham-
atras ni desistir hasta ponerlos en huida. bre que comian achupallas, raizes, chi-
Ojala hiciessen assi la guerra en estos charas, p de los pocos perros que avia,
tiempos! despues de haverlos muerto para comer,
HISTORIA DE CHILE. 415

robaban los pellexos, con que algunos desgracias, se desnatura.lizó de la patria


hazian calzones y jubones para cubrir sus por no obedecer ni dar la paz, passándos-
carnes. Hizo Valdivia de su casa un fuer- se de la otra banda de la cordillera neva-
te donde se aseguró todo el pueblo (1). da, a donde, viéndose pobre de parientes.
Y mientras hizo el fuerte ordenó que y amigos y obligado a servir, se lamenta-
Francisco de Villagra y su primo Pedro ba diciendo: Ayer me vi señor y respetado,
de Villagra, personas de gran valor y ex- y oy me veo pobre y sirviendo, desprecia-
periencia,, hiciessen la guerra con dos com- do en tierra agena; mejor me fuera aver
pañias a las vecinas comarcas, por ver si obedecido a los españoles y ser señor que
dando la gota en la piedra se ablandaba. verme en esta vaxa fortuna. A TangoJon-
Amonestó primero a los caciques obstina- go SU tio, en castigo de averse rebelado,
dos que era buena la paz, buena su amis- se le cortaron los medios pies y diósele la
tad y buena la obediencia a Dios y al Rey, vida porque de nuevo prometió de jamas
y viéndolos rebeldes y endurecidos, des- rebelarse, como lo cumplió, aunque de
pachó estos dos capitanes, que hicieron de secreto no dejaba de dar algunos consejos
trasnochada algunas entradas, y una a los de desleal. Compadecido Valdivia de ver-
terminos de Qnillota, de donde trajo los le cortados los medios pies, le di6 un caba-
caballos que avian quitado los indios a los llo en que andubiesse y siempre le adver-
18 españoles que mataron en las minas y tia mirasse no recayesse, porque le costaria
fabrica del barco, y assi mismo mucha la vida la recaida. Con la prision deste y
gente presa y comida con que se sustenta- con la ausencia del sobrino y las pasadas
ban los de la ciudad. Y por redimir sus victorias, todos los potentados que avia
presos vinieron muchos a dar la paz y hasta Coquimbo vinieron voluntariamente
echaron la culpa a Michemalongo J- a Tan- dando la paz y quedó la ciudad de San-
golongo, su tio, a quien a pocas salidas tiago triunfante y seriora de todos sus
captivaron. Michemalongo, conociendo sus contrarios.

(1) Este fuerte ha sido siempre para nosotros la plaza de a m a s o por lo ménos parte de ella. Este pasaje lo
confirma.
CAPITULO
XVIX.

COn la\pazsaca Valdivia sesenta mil pesos de oro en ocho


meses. Embia con ellos al Perú por socorro de gente y
ropa. Conquista a los Promocaes. Puebla la ciudad de la
Serena y socórrela. Encomienda los indios hasta Maule,
y passa venciendo y conquistando hasta Penco y Biobio.

Año de 1544.-Fortifica a Quilota y labra las minas.- Saca en ocho meses sesenta mil pesos de oro.-Despacha
con el oro a traer gente y ropa del Perú, y un embaxador al Emperador.-Hacen los Promocaes un fuerte y
junta contra Valdivia. - Rindelos a los primeros assaltos y dan la paz. - Prudencia militar y politica de
Valdivia. - Año de 1544 puebla la ciudad de la Serena.-Calidad del sitio. - Encomienda los indios y
descubre minas de sal.-Reparte los indios de Maule. --Consuela con la esperanza a los que no da encomien-
das.-Envia por mar socorros a la Serena.-Opónesse Pedro de La Hoz al gobierno de Chile.-Dale Valdivia
una encomienda y al fin le prende.-Victoria de Malloquete y de diez mil indios.-Corre la tierra Alderete.-
Embia a Juan de Abalos con sesenta mil pesos de oro al Perú por socorro. -Pelea con los indios de Quinel
y véncelos en tres batallas. -Passó al rio de Andalien y Biobio. -Júntame todos contra él en Biobio y
déxalos burlados.-Hallan los indios el cuartel sin españoles y pelean entre sí.
4

Con la paz que los valles nombrados que en ocho meses sacaron, entre quinien-
dieron, volvió Valdivia a fomentar las mi- 1 tos indios que echó a labrar y labar 18s
nas de Quillota; puso en el fuerte que alli minas, sesenta mil pesos de oro, y quando
avia hecho it Marcos Veas, persona de los tubo juntos determinó de volver aem-
valor y buena suerte en la guerra, por biar otra vez al Maestro de Campo Alonso
capitan y cabo de veinte hombres de guar- Monroy, su teniente general, que tan bien
nicion que amparassen al cacique Tango- lo avia echo la primera vez, y al capitan
longo y a los demas que estaban ae paz, Juan Raptista Pastene, que le avia traido
y de camino embiasse indios que se fues- el primer socorro de gente y ropa por mar,
sen mudando a sacar oro de aquellas ricas y dándoles la maior parte del oro y las
minas, con intento de embiar al Perú al- instrucciones necesarias, los despachó y fué
guna cantidad J’ persona que fuesse a traer haciendo escolta en persona hasta que lle-
mas gente para la conquista y para poblar garon a paraje desde donde con seguridad
algunas ciudades y fuertes que sirviessen pudieron seguir su camino. Despachó jun-
de freno a los indios y los conservasse en tamente con ellos un embajador a su Ma-
la paz y obediencia de su Magestad. Dié- gestad Cesarea con lo restante del oro,
ronse tan buena maña en labrar las iuiiias, presentándole las primicias de las ricas
HISTORIA DE CHILE. 417

minas de Chile y dándole cuenta de lo que enemigo, atendia sus disposiciones, valíasse
en su servicio iba obrando con felicidad. de buenas espias, pagábalas liberalmente y
El nombre de este caballero y embajador con el interes sabia todos sus intentos;
me a parecido callar porque no cumplió .mostrábasse humano con los rendidos e
con las obligaciones de su sangre, y no .imp&uoso con los que le hacian resisten-
quiero yo niancliarla con publicar su nom- cia; Cuidaba del buen tratamiento de los
bre, ya que él la manchó con hecho tan indios amigos para conservarlos con el
feo como el que diré despues quando re- agasajo, y sabiendo que algunos vecinos
fiera la vuelta de Juan Baptista Pastene los maltrataban sobre que cumpliessen las
en el capitulo siguiente (1). tareas en el trabajo de las sementeras y
Hechos estos despachos y teniendo de de las minas, puso grande aprieto sobre su
paz toda la tierra de la vanda del norte alivio y buen tratamiento y ordenes im-
desde Santiago a Copiapó, supo Valdivia portantes, que si como se comenzaron a
como los Promocaes, que están a la vanda guardar se ubiera proseguido, ubiera im-
del sur, avian echo un fuerte y que trata- portado inuclio al Reyno para su conser-
ban de juntarse para venir a pelear con él vacion y su politico gobierno.
a Santiago y hacer guerra a los indios que Teniendo el Gobernador Valdivia en
le avian dado la paz y dexado las armas. tan buena disposicion la tierra, hizo la
Y considerando, como tan gran soldado, segunda poblacion en Coquiinbo, un ame-
que era mejor salir al enemigo al encuen- no valle cerca del mar y del mejor temple
tro que esperarle en cassa ni dexarle pisar que se desconoce en lo descubierto. Einbió
sus tierras, salió a correr las suyas. con se- con veinte y cinco hombres al capitan Juan
tenta soldados de a caballo, y assaltando Boon, el qual fundó la ciudad de la Sere-
con valiente determinaGon el fuerte que na, año de 1544, en treinta grados, donde
llamaron del Barbudo, por un indio que hizo luego una casa fuerte, con titulo de
avia alli con barbas, le rindieron a los pri- San Bartolomé de la Serena, por ser Pedro
meros assaltos con muerte de pocos indios, de Valdivia de un pueblo.1lainado Castue-
porque luego se dieron las manos cruzadas ra, cercano a la Serena, en Extremadura.
y quedaron de paz. Con que ocuparon El puerto de Coquimbo es de los buenos
nuestros españoles cuarenta leguas mas de del Reyno, seguro de los vientos y muy
tierra y tubieron a raya la valentia de regalado de pescado; la tierra es rica de
Cachapoal y los Promocaes, de los qua- minas de oro, plata y cobre, de que se
les sacó gente y se ayudópara ir conquis- saca grande suma y se lleva al Perií para
tando adelante, haciendo del ladron fiel y las fundiciones de la artilleria, campanas
guardándose de ellos como de enemigos, y otras muchas obras; es falta de agua y
que como Valdivia era tan prudente y llueve poco, causa de que no se saque oro
sagaz, de tal suerte se valia de los nuevos tanto como pudiera, por faltar el agua
amigos para que le ayudassen a conquistar para los labnderos. Tiene de termino se-
los demas, que siempre se guardaba dellos t,eiita leguas, tomando por la costa, desde
y recelaba como de amigos reconciliados, Copiapó hasta Chuapa. Y importó mucho
que son enemigos encubiertos; observaba esta ciudad para assegurar los caminos
sus costumbres, tanteaba las fiierzas del para las levas que venian del Perií por

(1) Este mal caballero fué Antonio de Ulloa, que traicionó villanamente a SU protector.
HIST. DE CH1L.-T. 1. 53
418 DIEGO DE ROSALES.

tierra y para facilitar la correspondencia al puerto de Valparaiso para servirse dé1


por la mar. Despues de poblada la ciudad para otros efectos importantes, se hizo con
repartió Valdivia los indios entre siete po- él a la mar y tomando la derrota para el
bladores los mas benemeritos, y atendien- Perú no volvió mas a Chile.
do a los grandes servicios del Capitan Fran- Llegó por este tiempo al Perú Pedro
cisco de Aguirre le encomendó todo el valle Sanchez de Hoz, rejidor de la ciudad de
de Copiapó y luego trató de embiar a des- Toledo, con una cedula del Emperador en
cubrir unas minas de sal que fueron de que le hacia Gobernador de lo que descu-
grande consuelo y provecho para todo el briesse y poblasse en la costa del mar del
Reyno por la grande falta que avia de ella. sur passada la gobernacion del Marques
Quiso gratificar y dar algun premio de Francisco Pizarro y la que estaba enco-
los muchos que merecian a los que le avian mendada a Camargo, natural de Truxillo,
ayudado a la conquista y pacificado la hermano del Obispo de Placencia. Con esta
tierra a costa de su sangre y fatigas, y cedula se opuso al Gobierno de Chile y al
para que gozassen del fruto de sus traba- descubrimiento que D. Pedro de Valdivia
jos les repartió los indios que avia desde con tanta felicidad y trabajo avia echo, y
Maule a Santiago conforme alcanzaron, como el Marques D. Francisco Pizarro le
dando a los que no pudieron tocar enco- avia puesto de su mano y dado esta con-
miendas buenas esperanzas, diciéndoles quista en nombre de su Magestad Cesarea
que bien vian que lo conquistado no al- y con los poderes que tenia, juzgó que la
canzaba para todos ni era posible premiar cedula de su Magestad que traia Pedro
a todos de una vez: que adelante estaba la Sancliez de la Hoz no se oponia al Go-
tierra mas poblada y tenia confianza en bierno y descubrimiento de Valdivia, ni
Dios de hacer otras muchas ciudades, y por ella le debia desposeer de la posession
que en ellas abria indios para acomodar a que jnridicamente avia tomado y feliz-
todos p dejarlos muy gustosos, que él lo mente conseguido. Y assi le clixo a Pedro
deseaba mas que ellos; que les rogaba que Sanchez que fuesse a Chile y ayudasse a
tubiessen paciencia y no se cansassen de Pedro de Valdivia a la conquista, y que lo
esperar, que pues eran hombres de tanto haria bien con él y de su parte se lo en-
valor y avian vencido tantos enemigos, se cargaria. Otros quieren decir que el Mar-
venciessen a sí mismos y a sus deseos con ques mandó que dividiessen entre los dos
el sufrimiento, que la paciencia vence to- el gobierno de Chile y que cada uno tu-
das las cosas, no peleando sino sufriendo. biesse jnrisdiccion conocida; pero esto no
Viendo los soldados la buena voluntad de consta ni parece verisimil, porque no estan-
su General, las esperanzas que les daba y do aun echa la conquista mal se podia cono-
que no podia mas, quedaron consolados y cer y dividir la jurisdiccion. Don Pedro
agradecidos. de Valdivia le recibió bien con las cartas
~

En este tiempo acabó un vergantin y le del Marques y le di6 luego un copioso


despachó a la nueva ciudad de la Serena, repartimiento de indios y la mejor enco-
cargado de comida, gallinas y a,nima,lesde mienda en la ciudad de Santiago, y le fa-
cerda para el sustento de los pobladores y voreció siempre, hasta que ubo causas, no
que tuviessen cria de aves y de puercos, y sé si tan justas, para ponerle en prision,
aviendo ordenado al piloto, llamado Luis en que estubo algunos años. Dexémosle en
Hernandez, que volviesse con el vergantin ella, por no aflixirle mas, y no digamos por
HISTORIA DE CHILE. 419

ahora lo que resultó, sino prosigamos con el qual avia passado mas de un año que 6l
las conquistas de Valdivia (1). embajador y los dos capitanes avian ido
A ,los cinco meses del despacho que hizo al Perú y no se sabia de ellos. Estaba por
al Perú por gente y socorro, con la poca esto con alguna pena y porque por falta.
que tenia no dexó de obrar con el valor de dinero no dejassen de hacer levas en el
que antes ni cessS de proseguir sus con- Perú y traherle. socorro y aviar la gente
q u i s t a s ~de seguir su buena fortuna y los que se hiciesse, ordenó de embiar a Juan
buenos succesos con que Dios le favorecia. de Abalos Xofré, persona noble y de seña-
Y assi armando sesenta caballos passó con lados servicios, con mas de sesenta mil
ellos los rios de Maule e Itata, a pesar de pesos de oro (que en aquel año le avian
Malloquete, gran defensor de aquellas tie- sacado los indios) en un barcon, y con él
rras y de su natural altivo y brioso, el otras personas, a hacer empleo de merca-
qual con sus esquadrones tentó por tres derias, para con ellas comenzar a dar trato
vezes las fuerzas a nuestros españoles. Fué y comercio a la tierra y que se abaste-
la última de mayor perdida, porque salién- ciesse de lo necesario, que no solo en la
dole este enemigo con diez mil indios a es- guerra era excelente y cuidadoso, sino
torvar sus intentos e impedirle el passo a proveido en la paz y atento al aumento de
sus conquistas, trabaron batalla campal y la tierra y al bien de los que en ella vi-
fueron muertos muchos indios, presos dos- vian. Y assi mismo cuidaba de la conser-
cientos, los mas caciques y hombres de vacion y buen tratamiento de los indios,
cuenta, y los demas puestos en huida, que- y de nuevo volvió a encairgarque no se les
dando heridos de los nuestros diez con oprimiesse en el trabajo, porque supo que
doze caballos, y dos de los mejores muer- algunos los maltrataban de palabra y obra,
tos, que por lo que entonces se estimaban siendo el mal tratamiento en los principios
los caballos fiié grande perdida, que como tan aspero que no avia mayordomo ni se-
díxe valia dos mil pesos uno y no se ha- ñor que con amenazas y con obras no diesse
llaba. * a sus indios pan con palo; pero despues,
Con esta victoria embió a Jerónimo de con el nuevo modo que impuso, ubo algu-
Alderete a correr la nueva tierra, que lo na moderacion, y al indio que no queria
hizo con gran presteza, no parando en nin- servir le obligaban con ir con treinta sol-
guna parte, que el Capitan que se mete en dados y traerle mal que de grado, con
tierra enemiga ha de ser rayo que no a de que los tenian sujetos, y sin .hacerle mas.
parar sino dar con preateza el golpe y no le hacian que conociesse obediencia.
ser visto. Informóse de las belicosas pro- El verano siguiente salió con sesenta y
vincias de Tucapel y Arauco, del cacique cuatro bridones y buenas espias y visitó la
Remaulen, preso por su mano, a quien provincia de Penco, deseoso de reconocer
Valdivia dió libertad por obligarle a ser Jitio para poblar. En el camino, los solda-
buen amigo con la clemencia y engendrar CIos, como gente sin paga, le dixeron que
amor a los españoles en los demas y hacer Jn visitando la Concepcion la poblasse o
d e enemigos amigos. Con esto dió la vuelta sino que le dexarian, que no gustaban de
a Santiago, porque fenia el imbierno, con volver a Santiago a ser huespedes de na-

(1) Estos hechos referentes a Sancho de La Hoz tienen muchas inexactitudes. Solo en estos Últimos tiempos
ha llegado a descubrirse l a verdad en documento$ aut&nticos.-V6ase nuestro libro Relaciones Hktóriecm.
420 DIEGO DE ROSALES.

die. Respondióles como otras veces con tan res de indios ni sus amenzxzas,usando en esta
buenas razones y promesgs, (1 + los obligó
2 ocasion de su industria se alojó en la Con-
a callar y aninióles a proseguir el viaje y cepcion, en el sitio donde fué despues la
passar adelante con esperanzas de mayo- plaza de la ciudad, y mandando hacer
res premios, por ser la tierra que les fal- muchos fuegos al rededor del alojamiento,
taba por conquistar la mas rica y la mas se metió con todos los caballos en medio del
fertil. Passado que ubo con estas esperan- qnartel, i aviendo estado en arma hasta
zas el rio de Itata, tomó la via de Quinel, hora y media de la noche, mandó al rayar
tierra entonces muy poblada, y visto que de la luna que montassen todos a caballo
mientras mas al sur era de mas gente, y y se volvió a Santiago, contentándose por
llegado que fué a Cuiacura peleó con mu- esta vez con los buenos sucessos que avia
cha gente que se juntó alli a beber; des- tenido j con aver llegado a conocer hasta
baratóla por el temor que tenian los indios Biobio y la Concepcion, para volver des-
al tropel de los caballos, jamas de ellos pues con mas fuerza a poblarla. Apenas
vistos. Aquella misma noche, pensando ubo salido dos tiros de mosquete, quando
ganar con.él algo, le acometieron otra vez una gran multitud de barbaros dió en el
.
y hallándole muy apercebido le volvieron alojamiento con grande algazara, quebran-
las espaldas, despues de haberle muerto tando la furia en los tizones, que arroja-
dos caballos y herido algunos soldados, en ban por el aire, rabiosos de verse viirla-
retorno de treinta indios que mató y pren- dos y de aver perdido tan buena ocasion.
dió. Y a la, mañana, los capitanes de los indios,
Con esta victoria llegó a otro dia a las que avian aguardado a miiclios para pe-
tierras del cacique Andalien, de quien lear, visto que se avian tardado y que por
ton16 el nombre el rio Andalien, que mas su dilacion y por esperarlos avian dilatado
arriba se llama Puchacai, aunque su' nom- el acometer a los españoles, vinieron en
bre propio es Antulien, que quiere decir el mismo sitio a palabras y de ellas a las
- plata del sol. Y echó sus corredores hasta armas y tubieron una gran batalla entre
el famoso rio de Biobio, que los indios sí, con muertes de muchos de ambas par-
llaman Bnibui, que significa las olas del mar, tes. Dieron aviso de esto dos indios pa-
porser este rio tan grande y hacer olas como jes de un capitan que estubieron a la vista
el mar. Y vistas sus riberas y copiosa pobla- encubiertos y se quedaron a buscar una
cion y que desde aquel rio hasta el de Ita- petaquilla de erraje que se les a-& olvi-
ta, que ay nueve leguas, estaban todas las dad6 de su amo. Fiié recibido en la ciudad
poblaciones y casas solitarias, sin quc pa- de Santiago con *mucho aplauso y para-
reciesse persona viviente, admirado de la bienes de las victorias que avia alcanzado,
novedad procuró tomar lengua para saber de que di6 muclias gracias a nuestro Se-
la causa. Y aviendo coxido una vieja, supo ñor, y estando cuidadoso de los mensaje-
de ella como toda la, gente estaba junta y ros que avia embiado al Perú en dos ve-
conjurada para dar sobre él donde quiera ses para tralier gente y ropa con ciento J
que se alojasse al quarto del alva y degollar- veinte mil pesos de ora, al cabo de veintc
le. Valciivia, reconociendo el peligro, aun- y dos meses tubo nue?a de todos, conlo
que nunca le amedrentaban juntas de milla- se verá en el capitulo siguiente.

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