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DERRIBAR
LAS FRONTERAS
Ética mundial
y diálogo interreligioso
2004
© 2004, UNIVERSIDAD PONTIFICIA COMILLAS
© 2004, EDITORIAL DESCLÉE DE BROUWER, S.A.
Henao, 6 - 48009
www.edesclee.com
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ISBN: 84-330-1855-8
ISBN: 84-8468-112-2
Depósito Legal: BI-360/04
Impresión: RGM, S.A. - Bilbao
Impreso en España - Printed in Spain
PÓRTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
CAPÍTULO PRIMERO: DIÁLOGOS EN LA CIUDAD SECULAR.
EL DIÁLOGO EN LA FILOSOFÍA Y LAS CIENCIAS HUMANAS . . . . . . . 23
CAPÍTULO SEGUNDO: DIÁLOGOS EN LA CIUDAD DE DIOS.
DE LAS GUERRAS DE RELIGIÓN AL DIÁLOGO ENTRE RELIGIONES . . 73
CAPÍTULO TERCERO: DIÁLOGO INTERRELIGIOSO Y ÉTICA
MUNDIAL EN LA TEOLOGÍA DE HANS KÜNG . . . . . . . . . 155
CAPÍTULO CUARTO: DIÁLOGO INTERRELIGIOSO Y ÉTICA
MUNDIAL EN LA ACTUAL TEOLOGÍA DE LAS RELIGIONES 283
CAPÍTULO QUINTO: FUERZA Y DEBILIDAD DE UNA CONVER-
GENCIA ÉTICA EN EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO . . . . . 403
BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 443
ÍNDICE ONOMÁSTICO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 453
ÍNDICE ANALÍTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 461
ÍNDICE GENERAL. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 467
PÓRTICO
a) Las religiones tienen un doble rostro que siempre hay que consi-
derar. Junto a las cruzadas está la figura de Francisco de Asís, junto a
la guerra santa encontramos el sufismo y junto a los libros de los
Macabeos descubrimos el libro de la Sabiduría. Las religiones pueden
ser utilizadas para la guerra como ocurrió el 11-S o para la paz como se
descubrió en el encuentro de Asís en el año 2002.
b) Muchos de los conflictos y guerras se deben a la utilización
política del elemento religioso y no tanto a la propia religión. Los gru-
pos de poder político, económico, cultural o étnico manipulan con fre-
4. Ibíd., 17-22.
5. Cf. J. LACROIX, El sentido del diálogo, Barcelona, Fontanella, 1964.
Diálogos en la ciudad secular 25
6. Cf. J. FERRATER MORA, Diccionario de Filosofía, Madrid, Alianza, 1981, vol. I, 806.
7. Cf. P. CEREZO, Reivindicación del diálogo, Madrid, Real Academia de Ciencias
Morales y Políticas, 1997, 21-32.
26 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
2. El diálogo en Aristóteles
8. Ibídem.
9. Cf. P. AUBENQUE, Le problème de l´être chez Aristote, París, UPF, 1962, 294-295.
28 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
3. El diálogo en S. Agustín
Aristóteles es necesario que Aristóteles hable con su propia voz sin dis-
torsionarlo con el comentario interpretativo. Alberto Magno ponía un
cuidado inusual en separar el comentario de toda declaración de sus
propios pareceres. No dejaba que sus posturas críticas socavaran la
presentación de Aristóteles en sus propios términos posibilitando que
sus discípulos comprendieran desde dentro el punto de vista aristoté-
lico a la vez que el agustinismo dominante. Así Alberto Magno puso
en práctica una premisa fundamental del diálogo: la comprensión del
otro desde dentro.
Esto permitió que el más notable de sus discípulos de Colonia,
Tomás de Aquino (1224-1274), pudiera conocer las dos tradiciones
desde dentro. El Aquinate recogió este método en la confección de sus
Sumas contraponiendo opiniones fundadas y testimonios de autori-
dad a favor y en contra de un mismo asunto o problema y encarnan-
do así la dialéctica aristotélica en una cultura dogmática. Santo Tomás
logró así, como ningún otro en la historia de la filosofía, la integración
de dos tradiciones en un modo sistemático de pensamiento. El
Aquinate encontró las dos tradiciones con sus textos y comentarios en
la docencia y en las disputas diarias en la Universidad de París y, por
eso, puso mucho cuidado en cada discusión en traer a colación todos
los argumentos más fuertes producidos hasta entonces dentro de las
dos tradiciones. El método del Aquinate en la Summa basado en la
dialéctica aristotélica le hizo ver su propia obra como esencialmente
incompleta y abierta a modificaciones, añadiduras y correcciones. El
Aquinate lleva los argumentos tan lejos como puede a la luz de lo
conocido hasta entonces en la discusión de cada argumento particular.
Por eso, el pensamiento de Santo Tomás por su apertura a diferentes
autoridades, su integración de las diferencias en una nueva estructura
y sistema global, su profunda comprensión desde dentro de las tradi-
ciones, su disponibilidad a la reelaboración y su conciencia de falibili-
dad, comporta un modelo de diálogo teórico que en la práctica unió
dos tradiciones diferentes10.
En el Renacimiento se vuelven a escribir diálogos pero sin tensión
crítica. Es más una retórica de un combate que un fuego cruzado de
preguntas y respuestas, más un genero expositivo que una verdadera
10. Cf. A. MACINTYRE, Whose Justice? Which Rationality?, Londres, Duckworth, 1988,
167-172; ID., Tres versiones rivales de la ética, Madrid, Rialp, 1992, 115-116.
30 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
5. El diálogo en la modernidad
La subjetividad es el presupuesto fundamental de esta época. Des-
cartes (1596-1650) construye una razón monológica basada en la con-
ciencia. Su “yo” autosuficiente desligado de toda dependencia de los
otros y de toda relación histórica duda de todo y hace tabula rasa de todo
tipo de conocimiento. El conocimiento cierto sólo es posible basarlo en
unos principios encontrados por la razón. Así resulta innecesario acer-
carse a la conciencia de los otros pues basta la propia certidumbre. Sólo
se busca la consistencia del propio orden de razones basado en el cogito.
La relación dialógica es irrelevante y superflua. A la conciencia todo se
le vuelve objeto11. Las certidumbres sólo se adquieren de la observación
de la naturaleza y de las reglas de la matemática y la lógica.
Pero Descartes es también el que afirma y descubre que cuando
uno gasta mucho tiempo viajando, dialogando con los que son dife-
rentes, uno puede llegar a ser un extranjero y un espectador en su país12.
Así Descartes descubre anticipadamente el talante del etnógrafo, es
decir, que la persona que habita en varios mundos en el fondo se queda
sin hogar.
En la modernidad son varios los filósofos que acuden al “artificio
literario” del diálogo para dar a conocer sus nuevas posturas (frente a
las anteriores): G. Berkeley con sus Diálogos de Hylas y Philonus, D.
Hume con sus Diálogos sobre religión natural, N. Malebranche con sus
Conversaciones sobre la metafísica y la religión, G. Galilei con su Diálogo
sobre los dos máximos sistemas del mundo ptolemaico y copernicano, Diderot
con El sobrino de Rameau, etc13.
Kant (1724-1804) sigue la tradición solipsista cartesiana. Su método
trascendental presupone en la conciencia del sujeto unas formas aprio-
ri que diseñan y moldean todos los objetos de experiencia. De la misma
manera en su razón práctica considera el deber en términos de obe-
diencia a imperativos categóricos abstractos y formales. Pero, para
Kant, para que la razón pueda ser su propio juez, requiere de una
14. Cf. I. KANT, Crítica de la Razón Pura, Madrid, Alfaguara, 1989, 640.
15. Ibíd., p. 590; P. Cerezo, o.c., 65-68.
16. Citado en: C. DÍAZ, Introducción al pensamiento de Martin Buber, Instituto Manuel
Mounier, Clásicos Básicos del Personalismo, nº1, Madrid, 1990,.51.
17. M. GARCÍA-BARÓ, La filosofía judía de la religión en el s.XX, en: M. FRAIJÓ, Filosofía
de la religión, Madrid, Trotta, 1994, 702.
32 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
amor al otro todavía no son diálogo sino simplemente una quiebra del
solipsismo moderno.
Es Hegel (1770-1831) el que ha restaurado en la modernidad el espí-
ritu de diálogo superando el solipsismo de la filosofía de la conciencia18.
El problema es que Hegel transforma el diálogo en método dialéctico
disolviendo así el diálogo en el puro pensamiento. Hegel apela a la
razón cultivada frente al entendimiento común y al sentimiento de las
filosofías románticas que no tienen nada más que decir a quien no sien-
ta igual. Lo antihumano es mantenerse en el terreno del sentimiento y
comunicarse solamente mediante éste. Por eso Hegel mantiene una filo-
sofía del concepto y un lenguaje abstracto que conduce una verdad
absoluta por la plena identificación entre razón y realidad, sujeto y obje-
to. En esta plena adecuación la razón se convierte en conocimiento
absoluto y el sistema hegeliano se vuelve una peligrosa quimera.
Pero lo que es indudable es que la dialéctica hegeliana supone el diá-
logo. Sus categorías lógicas fundamentales lo confirman: 1) La negación
es la superación de la inmediatez en que queda bloqueada cada posición
cuando se niega a dar razón de sí misma. El interlocutor se ve obligado,
por la fuerza de las preguntas, a abandonar la inmediatez de sus certe-
zas irreflexivas. 2) La segunda categoría (momento) es la mediación en
la que se reconoce que la verdad no está en cada uno aisladamente. Las
razones de cada uno tienen que hacerse cargo de las del otro y pasar por
ellas componiendo una única razón. Así las posiciones más que conver-
ger, se anudan o fusionan a lo largo de su transformación. 3)La supera-
ción o reflexión no es la aniquilación de lo negado sino su integración en
una forma superior que perdura en una unidad no originaria.
Para Hegel la persona comienza con una opinión personal más o
menos coherente que denomina mito constituyendo un monólogo
donde la idea de verdad no está presente. Posteriormente las ideas se
enfrentan, los mitos se encuentran con otros mitos y los monólogos se
contraponen y muchas veces se imponen por la violencia. Pero a veces
ocurre que las opiniones se discuten, se confrontan, pasando del mito
a la ciencia, del monólogo al diálogo, del bárbaro al filósofo. Ya no se
obliga a pensar al otro como uno mismo sino se busca su libre adhe-
sión19.
21. Cf. I. GÓMEZ ROMERO, Husserl y la crisis de la razón, Madrid, Cincel, 1988, 158-162.
22. “Yo, como mónada modalmente originaria, tengo como válido mi horizonte de
extrañamiento, de otras mónadas, constituido mi yo en él como monada singular de un
“nosotros”, como universo de equivalentes mónadas existentes que se implica en recí-
proca validez y según un total sentido ontológico”. Cf. E. HUSSERLL, Zur
Phäenomenologie der Intersubjktivität, III, H.15, 1973, 636.
Diálogos en la ciudad secular 35
26. Cf. K. JASPERS, Von der Wahrheit, München, Piper, 1947, 341.
27. Ibíd., 1.
28. Cf. K. JASPERS, La fe filosófica, Buenos Aires, Losada, 1953, 40.
29. Cf. K. JASPERS, Von der Wahrheit, München, Piper, 1947, 75.
30. Cf. L. WITTGENTEIN, Tractatus Logico-Philosophicus, Madrid, Revista de Occidente,
1957; ID., Philosophical Investigations, Oxford, Blackwell, 1953; ID., Los cuadernos azul y
marrón, Madrid, Tecnos, 1968.
Diálogos en la ciudad secular 37
32. Cf. R. ALEXI, Teoría de la argumentación jurídica, Madrid, Centro de Estudios Cons-
titucionales, 1989.
40 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
10. Conclusiones
Ya desde sus orígenes griegos la filosofía manifiesta el rechazo del
talante dialógico a toda actitud dogmática y toda actitud relativista. Su
deseo de alumbrar la verdad le separa de aquellos que creen que han
alcanzado la verdad y de aquellos que renuncian a ella, de los orácu-
los y de la retórica.
Esta actitud de búsqueda de la verdad hace que desde sus comien-
zos el diálogo sea visto como un proceso mediado por la razón de pre-
guntas y respuestas en un espacio público donde se critica, pone a
prueba, interpela y disputa en un ámbito de libertad. El diálogo se con-
figura así como dialéctica y proceso inacabado.
Durante el medievo se va profundizando la necesidad de com-
prender el punto de vista del otro desde dentro sin distorsiones defor-
madoras superando una concepción estrecha de diálogo basada en
una contraposición de argumentos a favor y en contra de determina-
das tesis. Sólo desde dentro es posible una ampliación, reelaboración,
reinterpretación de los horizontes de la propia tradición y la tradición
del otro. Esta nueva actitud es la que posibilitará la integración de la
tradición agustiniana y la aristotélica mediante una reelaboración cre-
ativa de ambas en el pensamiento del Aquinate.
La modernidad se enquistará en un sujeto buscador de certezas
mediante las reglas de una razón abstracta que aprenderá más a domi-
nar, controlar y predecir el mundo de los objetos que a encontrarse con
las otras personas. Pero será Kant el que ya descubra que para que la
razón sea su propio juez necesita de una comunicación intersubjetiva
sin coacciones para comprobar si lo pensado es válido para todos los
seres humanos. El idealismo alemán empezará a comprender la nece-
sidad del reconocimiento del otro y será Hegel el que recupere para el
pensamiento la dialéctica y el diálogo como enfrentamiento y discu-
sión puesto que la idea tiene necesidad de manifestarse y realizarse.
“Las sendas perdidas” de Kierkegaard, Husserl y Heidegger mues-
tran un individuo incapaz de dialogar. Sólo hay un salto desesperado
(Kierkeggard), una representación de un análogo (Husserl) y una exis-
tencia cerrada y solitaria ante la muerte (Heidegger).
46 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
1. El psicoanálisis
40. Cf. S. FREUD, Introducción al psicoanálisis, Madrid, Alianza, 1966; ID., El malestar de
la cultura, Madrid, Alianza, 1970; ID., Psicología de las masas, Madrid, Alianza, 1969. Sobre
la obra de Freud consultar: E. M. UREÑA, La teoría de la sociedad de Freud. Represión y libe-
ración, Madrid, Tecnos, 1977.
41. Cf. A. MACINTYRE, El concepto de inconsciente, Buenos Aires, Amorrortu, 1982.
48 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
2. Psicología de la Gestalt
48. Cf. G. M. YONTEF, Proceso y diálogo en Gestalt, Santiago de Chile, Cuatro Vientos,
1995, 195.
49. Ibíd., 206-221.
52 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
3. Psicología rogeriana
4. El método reflexivo52
53. Cf. T. ANDERSEN, El equipo reflexivo. Diálogos y diálogos sobre diálogos, Barcelona,
Gedisa, 1994, 47.
Diálogos en la ciudad secular 57
5. Enfoques corporales
54. Cf. J. y M. GRIFFITH, El cuerpo habla. Diálogos terapeúticos para problemas mente-cuer-
po, Buenos Aires, Amorrortu, 1996, 303.
58 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
6. Conclusiones
1. El diálogo en la pedagogía57
57. Cf. H. C. PIPER, Diálogo y Diálogo en la enseñanza, en: AA.VV., Diccionario de Ciencias
de la Educación, Madrid, Ediciones Rioduero, vol.I, 212-217.
58. Cf. G.F. D´ARCAIS, Diálogo, en: AA.VV., Diccionario de Ciencias de la Educación,
Madrid, Paulinas, 1990, 479-480.
60 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
alumno pues reconoce que los alumnos también forman a los profeso-
res y los alumnos se forman a sí mismos.
Una pedagogía dialógica huye de toda masificación y trata de man-
tener un contacto personal con cada alumno. También implica una
modificación de las relaciones alumno-profesor, de la dinámica de las
clases, de los contenidos y una redefinición del papel del profesor a
través de experiencias informales, tutorías, asambleas de clase, etc.
Además el diálogo es uno de los procedimientos principales que
orienta la reflexión moral en las sociedades pluralistas y democráticas.
De ahí su importancia para el proceso de integración de minorías en las
aulas. El cambio de sociedades homogéneas a sociedades más plurales
por la emigración y por el reconocimiento de los derechos culturales de
minorías ha puesto de relieve el hecho de la variabilidad cultural y ética
en la escuela. Por eso la participación en el diálogo como procedimiento
para la obtención de consenso tiene en la sociedad un doble valor:
61. Cf. J. PIAGET, El criterio moral en el niño, Barcelona, Martínez Roca, 1984.
62. Cf. L. KOHLBERG, Psicología del desarrollo moral, Bilbao, Desclée De Brouwer, 1992;
L. KOHLBERG y OTROS, La educación moral, Barcelona, Gedisa, 1997.
63. Cf. C. GILLIGAN, La moral y la teoría. Psicología del desarrollo femenino, México, Fon-
do de Cultura Económica, 1985.
Diálogos en la ciudad secular 63
2. El diálogo en la lingüística
71. Cf. J. BEATHIE, Otras culturas, México, FCE, 1972; J. AZCONA, Para comprender la
antropología, 2 vols, Estella (Navarra), Verbo Divino, 1990.
72. Cf. A. TORNOS, Inculturación, Madrid, Universidad Pontificia Comillas, 2001, 19-20.
66 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
universo de vida dentro del cual poseen un sentido y hasta una “ver-
dad” que, a no dudarlo, escapan a la mente racionalista analítica del
estudioso que la desmenuza y explora según las reglas de la cultura
académica a la que pertenece”75.
La sociología también puede aportarnos datos y criterios impor-
tantes a la hora de entender el diálogo. La identificación y tipificación
de los conflictos sociales (mayoría-minoría, urbano-rural, entre nacio-
nes y religiones), la importancia del tamaño de los grupos y comuni-
dades, el concepto de clase, la función de las instituciones y organiza-
ciones (Estado, derecho, jueces, gobierno, corona, asociaciones profe-
sionales, sindicatos, etc.), los roles, el status social y los agentes de la
socialización (familia, escuela, religión, etc.) son datos a tener en cuen-
ta en el diálogo76.
75. Cf. P. WINCH, Comprender una sociedad primitiva, Barcelona, Paidós, 1994, 16.
76. Cf. J. GONZÁLEZ-ANLEO, Para comprender la sociología, Estella (Navarra), Verbo
divino, 1996, 4ªed.
77. Cf. J. ORTEGA Y GASSET, El espectador, Madrid, El Arquero, 1943, 20.
68 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
78. Cf. Llorens. SAGALÉS, La fecundidad de los límites de la ciencia: Stromata 1 (2003) 17-39.
79. Cf. J. C. BASSET, o.c., 26.
80. Ibíd., 26-27.
Diálogos en la ciudad secular 69
y las razones del otro hasta entenderlos pidiendo que los repitan o los
amplíen si no los comprendo. Esta escucha supone pasar por alto los
defectos expresivos o argumentativos del otro para fijarse solamente en
lo que se quiere expresar. Por eso el diálogo se caracteriza por conside-
rar despacio lo que dice el otro, hacer pausas, deliberar y no responder
inmediatamente de forma compulsiva (Habermas, Rogers). De ahí que
el diálogo no sea otra cosa que un proceso de preguntar y responder
mediado por la razón (Platón, Aristóteles, Sto. Tomás, Hegel).
El diálogo presupone querer ser inteligible. Para ello es necesario,
muchas veces, aclarar los significados y conceptos, formalizar bien los
enunciados, explicitar los presupuestos del lenguaje ordinario, respe-
tar las reglas del lenguaje, renunciar a los lenguajes privados, observar
una corrección sintáctica, dominar la lengua que se emplea, utilizar
una sintaxis adecuada, no expresar oraciones ininteligibles, no hablar
sin saber, expresar los contenidos de forma clara y ordenada, no alar-
garse demasiado innecesariamente, etc. El diálogo implica aprender
las estructuras del lenguaje (estructuralismo), atender a los contextos
de actuación (generativos) y comprender la finalidad práctica de las
palabras (pragmática).
d) Verdad y falibilismo
g) Búsqueda común
El diálogo excluye la competitividad o la búsqueda de prestigio
pues implica una búsqueda fraternal. El diálogo se establece porque se
busca algo que es de interés para todos los participantes. En el diálogo
siempre hay algo en juego y supone en el fondo una apuesta (deseo de
curación, aspiración al consenso o verdad, etc.)82. El diálogo desde sus
comienzos está vinculado a la creación de los espacios públicos –ago-
ra–, la democracia y los bienes de la polis.
h) Organización externa
El diálogo implica una cierta organización externa: quién participa,
número de participantes, en qué grado, quién inicia o zanja una discu-
81. Cf. J. M. PUIG, Aprender a dialogar. Toma de conciencia de las habilidades para el diálogo,
Madrid, Fundación Infancia y Aprendizaje, 1995, 69-70.
82. Cf. J. C. BASSET, o.c., 28.
Diálogos en la ciudad secular 71
k) Presencia y gracia
El diálogo está abierto a la sorpresa (Buber) y a la gracia del pre-
sente (Freud) más allá de las proyecciones y neurosis del pasado. Es un
darse cuenta y una presencia (Gestalt) inmediata, irreductible, sin nin-
gún fin práctico (Buber). No sabemos dónde nos lleva.
1. Cf. M. AMALADOSS, Los grandes desafíos misioneros en Asia hoy: Spiritus 39 (1998),
nº2, 16.
74 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
2. Cf. W. C. SMITH; Toward a World Theology. Faith and the Comparative History of
Religion, Filadelfia, Westminster, 1981.
Diálogos en la ciudad de Dios 75
3. Cf. J. DUPUIS, Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso, Santander, Sal
Terrae, 2000, 22-27.
4. Ibíd., 28.
76 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
5. Realizamos este estudio a través de las obras de Dupuis, Sullivan, Fedou y Alemany.
En estos autores podemos encontrar las fuentes directas de los autores que vamos a tra-
tar a continuación.
6. Cf. H. KÜNG, Libertad del cristiano, Barcelona, Herder, 1975, 147.
Diálogos en la ciudad de Dios 77
orden del cosmos (Gn 9). El pueblo de Israel reconoce que antes de
Moisés se había manifestado Dios y establecido una alianza cósmica7.
También el AT reconoce que existen santos de las naciones antes de
Israel (Abel, Henoc y Noé) y santos de las naciones extranjeras (Job, Lot,
la Reina de Saba y Melquisedec)8. La experiencia de Dios como Señor
de todos los pueblos y único Dios fue cristalizando y desarrollando una
visión abierta y universalista reflejada, por ejemplo, en algunos Salmos
(33, 119), en el Cántico del Siervo, en Jeremías y Ezequiel. Muchos tex-
tos exhortan a todas las naciones a la alabanza y a la reunión escatoló-
gica. Estos textos son fruto de un largo proceso desde la monolatría al
monoteísmo en los que las críticas de los profetas jugaron un papel fun-
damental. La conversión de las naciones en el libro de Isaías, por ejem-
plo, implica dirigirse a Israel. Israel, por lo tanto, va tomando concien-
cia en esta época de la universalidad del plan de Dios9.
En el AT también aparece una economía universal basada en la Pa-
labra, la Sabiduría y el Espíritu. La Palabra de Dios, en el Génesis, es la
realizadora de los designios divinos, de la creación y de la acción cós-
mica de Dios. La Sabiduría de Dios (Pr 8, Si 24 y Sb 6-13) reflejo de la
armonía divina, se manifiesta en la creación, en el desarrollo de la his-
toria, en toda conducta perfecta, en la belleza y el orden humanos. El
Espíritu de Dios (Gn 1,2; Sb 1,7; 11,24-12,1) se muestra presente en la cre-
ación y recreación, en la historia de Israel y tiene una influencia univer-
sal (“llena la tierra”) y está presente en todos (“amas todos los seres”)10.
El propio Jesús de Nazaret aunque limitó su actividad a Israel (Mt
15,24) admite una fe salvífica en los paganos (el centurión, la mujer
cananea, la mujer samaritana) y les promete una parte en el reino de
Dios en la reunión escatológica de las naciones. El juicio de Jesús sobre
los gentiles no fue negativo como el de sus contemporáneos. El
Nazareno rechaza todo resentimiento y odio ante los romanos y sama-
ritanos. Incluso afirma que los gentiles serán juzgados conforme a la
caridad que hayan practicado con el prójimo (Mt 25) y que incluso en
el juicio saldrán mejor librados los habitantes de Nínive que los
Israelitas (Mt 12,41s)11.
17. Cf. Ibíd., 106-111; F. A. SULLIVAN, o.c., 25-26. En adelante en las obras de J. Dupuis,
M. Fédou, F. A. Sullivan sólo citaré el nombre, el año y las páginas correspondientes.
18. Sullivan 1999, 26; Fédou 2000,42-43.
19. Dupuis 2000, 125-129; Fédou 2000, 36-37.43-45; Sullivan 1999, 39-52
20. Fédou 2000, 45-46; Sullivan 1999, 52-55
Diálogos en la ciudad de Dios 81
35. Cf. J. DANIELOU, Le mystère du salut des nations, Seuil, París, 1946; ID., Les sainsts
“païens” de l´Ancien Testament, Seuil, París, 1956; ID., El misterio de la historia, San Sebastián,
Dinor, 1963; ID., La fe de siempre y el hombre de hoy, Bilbao, Mensajero, 1969; ID., The Advent
of Salvation, Nueva York, Paulist Press 1962.
36. Dupuis 2000, 196-200.
88 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
37. Cf. H.U. VON BALTHASAR, Das Ganze im Fragment. Aspekte der Geschichtstheologgie,
Benziger Verlag, Einsiedeln, 1963; ID., Teología de la historia, Madrid, Guadarrama, 2ªed.,
1964; ID., Catholicism and the Religions: Communio 5 (1978), 6-14; ID., Das Christentum und
the Weltreligionen, Informationszentrum Berufe der Kirche, Freiburg, 1979.
38. Dupuis 2000, 206-210.
39. Cf. H. DE LUBAC, Surnaturel. Études historiques, Aubier, París, 1946; ID., El misterio
de lo sobrenatural, Barcelona, Estela, 1970; Encuentro, Madrid, 1991; ID., Aspecs du
Bouddihisme, 2 vols., París, Seuil, 1951-1955; ID., Paradoja y misterio de la Iglesia, Salamanca,
Sígueme, 1967; ID., Catolicismo: aspectos sociales del dogma, Madrid, Encuentro, 1988.
Diálogos en la ciudad de Dios 89
42. Cf. K. RAHNER, Escritos de Teología, vol. I-VII, Madrid, Taurus, 1961-1967; ID., Curso
fundamental sobre la fe. Introducción al concepto de Cristianismo, Barcelona, Herder, 1979.
43. Dupuis 2000, 210-219; Sullivan 1999, 203-217.
Diálogos en la ciudad de Dios 91
8. El Concilio Vaticano II
44. Un buen estudio de esta temática en el Concilio es el libro de ISIDRO MARÍA SANS
S.I., Hacia un diálogo religioso universal, Mensajero, Bilbao, 1992.
45. Cf. J. J. ALEMANY, El diálogo interreligioso en el Magisterio de la Iglesia, Madrid,
Universidad Pontificia Comillas, 2001, 46-47 (en adelante citaré sólo Alemany 2001).
46. Alemany 2001, 47-52.
92 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
morales, la paz y la libertad para todos (NA 3). Con respecto al judaís-
mo reconoce que todos los cristianos estamos incluidos en la vocación
de Abraham, que hemos recibido la revelación del AT por medio del
pueblo judío, que los judíos son todavía muy amados de Dios (Rm
11,28-29) y que a ellos pertenecen la gloria, la alianza, la ley, el culto, las
promesas y también los patriarcas (Rm 9, 4-5). La Declaración termina
negando la legitimidad de toda discriminación entre los seres huma-
nos y entre religiones pues “no podemos invocar a Dios, Padre de
todos, si nos negamos a conducirnos fraternalmente con algunos hom-
bres, creados a imagen de Dios. La relación del hombre para con Dios
Padre y la relación del hombre para con los hombres sus hermanos
están de tal forma unidas que, como dice la Escritura, el que no ama,
no ha conocido a Dios (1Jn 4,8)” (NA 5).
Pero el Decreto Ad gentes divinitus, sobre la actividad misionera de
la Iglesia, afirma como los esfuerzos de las otras religiones necesitan
ser iluminados y sanados por Dios, liberados de contactos malignos
(sus elementos de verdad y gracia), elevados y completados (todo lo
bueno que se halla sembrado en la mente de los hombres y en las
culturas) (AG 9). Las religiones pueden ser consideradas como peda-
gogía hacia el Dios verdadero o preparación evangélica (AG 3). Esto
no impide que los cristianos dialoguen con lo valioso de otras cultu-
ras y religiones, se sientan miembros del grupo al que pertenecen y de
su vida cultural y social y descubran con gozo las semillas de la pala-
bra (AG 11). El Concilio considera que en las religiones hay cosas ver-
daderas y buenas, preciados elementos religiosos y humanos, semi-
llas de contemplación, elementos de verdad y de gracia, semillas de la
palabra, destellos de la verdad. Por eso el Concilio va más allá del
reconocimiento de bienes y prácticas morales en las religiones. Las
religiones contienen además de verdades morales comunes, elemen-
tos del conocimiento natural de Dios, elementos de verdad y de gra-
cia (AG 9).
Por último, la Constitución pastoral Gaudium et Spes (32,38,39) afir-
ma una presencia del Espíritu en el mundo en los que buscan justicia,
solidaridad, paz, y armonía desde sus aspiraciones religiosas. Pero el
texto clave en el tema de la salvación en las otras religiones, quizás es
el más importante, es GS 22 donde el esfuerzo y la búsqueda del hom-
bre son desplazados por una gracia a todos sin condiciones, ni límites,
ni fronteras:
Diálogos en la ciudad de Dios 95
“Esto vale no solamente para los cristianos, sino para todos los hom-
bres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invi-
sible. Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre es en
realidad una sola, es decir, divina. En consecuencia, debemos creer que
el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de
sólo dios conocida, se asocien a este misterio pascual”.
deben conocer a los hombres entre los que viven y conversar con ellos,
para advertir en diálogo sincero y paciente las riquezas que Dios, gene-
roso, ha distribuido a las gentes”.
9. Pablo VI
El Papa reconoce que aunque adoramos al mismo Dios que los judí-
os y musulmanes no todas las religiones tienen el mismo valor “como
si autorizasen a sus fieles a no preocuparse en investigar si Dios mis-
mo ha revelado una forma exenta de todo error, perfecta y definitiva”
(ES 100). Sólo en el campo de los valores comunes el diálogo es posible
(ES 101) De ahí que el diálogo no se establezca sobre cuestiones reli-
giosas, que considera no dialogables, sino sobre los ideales sociales.
Este es el motivo por el que en Populorum progressio (1967) recuerda que
las relaciones dialogales con las otras religiones deben “ser inspiradas
por un amor fraterno y movidas por el deseo sincero de construir una
civilización basada en la solidaridad mundial” (PP 73).
Pero en Evangelii Nuntiandi (1975) la preocupación del Papa se tras-
lada a que el respeto y la estima no silencien el anuncio de Cristo pues-
to que “nuestra religión instaura efectivamente una relación auténtica y
viviente con Dios, cosa que las otras religiones no lograron establecer,
por más que tienen, por decirlo así, extendidos sus brazos hacia el cie-
lo” (EN 53). El Papa retoma aquí la forma clásica de la teoría del cum-
plimiento (las religiones contienen semillas del Verbo, constituyen una
auténtica preparación evangélica, son eco de milenios de búsqueda
incompleta de Dios, son meras expresiones naturales) y omite toda refe-
rencia al diálogo interreligioso concibiendo a los no-cristianos como
meros beneficiarios de la evangelización sin nada que comunicar a los
cristianos más allá de la sinceridad de sus corazones52.
El Papa, en todo caso, en diversas ocasiones, expresa el deber de
conocer mejor a los pueblos con los que se entra en contacto a causa del
evangelio, el respeto a sus valores religiosos y morales, el discerni-
miento de las lagunas y errores de las otras religiones, la encarnación
del cristianismo en todas las culturas y razas sin anular sus propios
valores y la comunicación a las culturas de todo lo que hay en ellas de
valor universal para enriquecimiento de todos53. Como actitudes para
el diálogo enuncia:
“la ausencia de tácticas; el no hacerlo consistir en una renuncia a los
principios propios; la sinceridad más franca y más humilde; un sentido
generoso del hombre; la pasión por la luz de la verdad de la fe íntegra;
la graduación en las exposiciones; la comprensión profunda de los
Por eso, el diálogo para el Papa actual supone una doble actitud:
observar, leer y escuchar a los otros y, por otro lado, hablar con simpli-
cidad y franqueza de las maravillas con Dios. “Un diálogo auténtico
nos ayuda a comprendernos unos a otros como hombres y mujeres de
religión; nos hace capaces de respetar nuestras diferencias sin, por esta
razón, abstenernos de afirmar claramente y sin equívocos lo que cree-
mos ser el verdadero camino de salvación”64. Por ello, la perspectiva de
Juan Pablo II es que el diálogo no es “negociar convicciones de fe para
llegar a un consenso religioso sincretista” impulsado por la ilusión de
facilitar las aproximaciones. La firmeza de fe es un requisito inaliena-
ble que en la evangelización debe iluminar, purificar y elevar las cos-
tumbres y las tradiciones de los otros para contribuir a una vida más
profundamente humana.
Si dejamos a un lado el tema del pluralismo y el diálogo interreli-
gioso y nos adentramos en la cuestión de la ética mundial en el
Magisterio de Juan Pablo II es necesario señalar al menos los siguien-
tes puntos que creemos especialmente significativos.
ción de ser fuente de división en la familia humana” (nº 13). Sin embar-
go, el intercambio, el estudio y el trabajo ayudan a la comprensión del
otro y a la paz75.
llos elementos de bondad y gracia que están en ellos presentes (nº 8).
Sólo el AT y NT son textos inspirados. Señala la imposibilidad de man-
tener una economía del Espíritu Santo más amplia que la del Verbo
encarnado y que Jesús sea únicamente uno de los rostros que el Logos
ha asumido (9-12). Rechaza las religiones como camino de salvación
paralelo, complementario o convergente al de la Iglesia acudiendo a la
Mystici Corporis de Pío XII (1943) para adjudicar a los no católicos “una
situación gravemente deficitaria si se compara con la de aquéllos que,
en la Iglesia, tienen la plenitud de los medios salvíficos” (21-22). La
declaración incurre en algunas contradicciones al afirmar que las reli-
giones “contienen y ofrecen elementos de religiosidad que proceden de
Dios” pero al detallar esos elementos recalca que “no se les puede atri-
buir un origen divino”83. En todo caso esta Declaración junto con la
Notificación de la misma Congregación a propósito del libro del Rvdo.
P. Jaques Dupuis, S.J., Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso
el 24 de enero de 2001 marcan una preocupación por enunciar clara-
mente la doctrina de la Iglesia de la salvación única y universal de
Jesucristo, la unicidad y plenitud de la revelación en Cristo, la acción
salvífica universal del Espíritu Santo y la ordenación de todos los hom-
bres a la Iglesia. Ambos documentos han suscitado una profunda refle-
xión y debate por la contundencia y claridad de las definiciones y dis-
tinciones84. Lo cierto es que en ocho ocasiones el Cardenal Ratzinger en
la Dominus Iesus termina sus argumentaciones teológicas afirmando
que lo dicho anteriormente “debe ser firmemente creído como verdad de
fe católica”. Tal firmeza ha herido profundamente la sensibilidad de
muchas iglesias cristianas no-católicas y ha hecho que algunos teólogos
y miembros de la jerarquía matizaran sus expresiones.
15. Conclusiones
85. Dupuis 2000, cap. 8. También J. DUPUIS, El cristianismo y las religiones, Santander,
Sal Terrae, 2000, cap.4. En adelante citaré: Dupuis 2002.
126 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Adán
Noé
Moisés
Jesús
como inmanente dentro, como centro del yo) y los modelos de revela-
ción proféticos-históricos (como encuentro con el Dios totalmente otro,
trascendente). Ambos modelos son complementarios y nos hacen per-
cibir de manera más fácil al Dios que habla de “muchas maneras”.
Esta complementariedad es evidente pues el carisma profético
entendido como interpretación de las intervenciones divinas y la
voluntad divina para el pueblo tiene su raíz en una experiencia místi-
ca que el profeta siente que debe comunicar. El AT reconoce profetas
fuera de Israel (oráculos de Balaán en Nm 22-24). Esto nos debería lle-
var a reconocer que el Corán tiene acentos proféticos inconfundibles (y
reconoce a Jesús como profeta)y que la figura de Mahoma tiene como
base de su predicación profética una experiencia religiosa a pesar de
sus muchas ambigüedades.
Hoy tenemos que reconocer que la experiencia de los sabios y
videntes de las naciones está dirigida por el espíritu y recogida de for-
ma auténtica en sus escrituras como palabra personal dirigida por
Dios a los pueblos a través de los intermediarios elegidos por la divi-
nidad. Esta palabra es en un sentido real palabra inspirada por Dios
por la influencia cósmica del Espíritu Santo. Esto no implica que todo
el contenido sea palabra de Dios. Pero que las experiencias recogidas
sean parciales no las hace inauténticas. Las Escrituras sagradas de las
tradiciones religiosas contienen la memoria e interpretación de la reve-
lación divina puesta por escrito bajo un impulso divino especial de
modo que podemos decir que Dios mismo es su autor a la vez que el
hombre (Palabras de Dios en palabras de hombre –DV11–). Estas escri-
turas sagradas de las naciones tienen un carácter comunitario pues
transmiten palabras dichas secretamente por el Espíritu en los corazo-
nes pero que están destinadas por la providencia a conducir a los seres
humanos a su destino último y a la experiencia del mismo espíritu
(aunque necesiten cierta purificación).
Las escrituras sagradas de las naciones contienen palabras de Dios
iniciales y escondidas, palabras seminales en las que influye la presen-
cia universal del Espíritu. Por eso Biblia y escrituras sagradas son com-
plementarias pues hay ciertos aspectos del misterio divino que la Biblia
no destaca de la misma manera o que nosotros no comprendemos ple-
namente. El Corán, por ejemplo, la majestad y trascendencia divinas
junto con la sumisión del hombre. El hinduismo la presencia inmanen-
te de Dios en el mundo. Pero este contacto con otras escrituras hay que
130 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Esquema.
Revelación divina (mística y profética). Influencia cósmica del Espíritu Santo
Recogida en Escrituras. Puesta por escrito por impulso divino. Dios es su autor
Son memoria e interpretación de la revelación divina
Esquema.
Dios hebreo de la palabra, de la sabiduría y del espíritu
Misterio Trinitario y personal
{ 99 nombres de Ala
Brahman, Ishvara, Atman/Ser, conciencia, beatitud
Esquema.
Universalidad sin unicidad: pluralismo.
Unicidad sin universalidad: exclusivismo. Universalidad relacional y unicidad complementaria
Universalidad y unicidad: inclusivismo cristiano.
{ Universalidad de Dios y particularidad de Cristo.
Espíritu de Dios y Encarnación.
Esquema.
ORIGEN Espíritu en el Mundo META-DESTINO
ALFA Empresas humanas Salvación, liberación OMEGA
PRINCIPIO Frutos del espíritu. Agape. FIN
98. Cf. B. STUBENRAUCH, El dogma dialógico. El diálogo interreligioso como tarea cristia-
na, Bilbao, Desclée De Brouwer, 2001.
Diálogos en la ciudad de Dios 137
99. Cf. B. SESBOÜÉ, Por una teología ecuménica, Salamanca, Secretario Trinitario, 1990,
361-364.
138 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Son todas las religiones y dentro de ellas los teólogos, los laicos,
sacerdotes (o pastores o rabinos, etc.) y las personas espirituales (mís-
ticos, contemplativos, etc.). Muchos de los textos sobre el diálogo son
fruto de lo que las bases de la Iglesia viven, sufren y desean en sus
encuentros cotidianos con los otros creyentes, en sus desahogos con
sus pastores y obispos y también de ciertas decepciones al no ser aco-
gidas sus vivencias y propuestas. Hay que ver en ellos el sensus fidelium
y el diálogo de vida. Los laicos, sobre todo, en su encuentro con los
otros creyentes en familias, escuelas, centros médicos o comerciales
pueden fomentar “el interés por el bien común, el aprendizaje mutuo
de valores de raíz religiosa como el ascetismo, la participación, el per-
dón, la plegaria por los enemigos y el amor universal”104. RM 57 habla
de diferentes formas y sujetos de diálogo. VC hace hincapié en el diá-
logo entre ambientes monásticos.
La CTI (nº 106) llega a afirmar que el diálogo compromete no sólo
a los interlocutores sino en primer lugar al Dios que profesan. Dios
aparece así como sujeto y participante del diálogo.
Puesto que el Espíritu Santo opera en todas las dimensiones del uni-
verso también tenemos que reconocerle en los impulsos al diálogo. “En
una atmósfera de animosidad provocada por la injusticia y la violación
de los derechos humanos, el diálogo significa impotencia y vulnerabi-
lidad. Desde una posición de fuerza, sólo se puede negociar. Desde una
posición de debilidad, uno puede comunicar verdaderamente la propia
confianza en el otro. Esta confianza es aún más real cuando se entrevé
la posibilidad de ser traicionado. Dialogar significa en este caso abrir el
propio corazón y expresar el propio pensamiento con ánimo y respeto.
Pero, como lo ha demostrado la experiencia, el Espíritu se ha servido
precisamente de la impotencia y la vulnerabilidad para llevar al perdón
i) Diálogo e inculturación
Las otras religiones no pueden ser presentadas como las fuerzas del
anti-reino tal como hace K. Barth. El Vaticano II presenta las religiones
118. Cf. M. DHAVAMONY, Teología de las religiones, Madrid, Paulinas, 1998, 174-178.
119. Dupuis 200, 550.
148 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Esquema.
No es correcto: Reino = Iglesia
No es correcto: Reino = Iglesia escatológica
No es correcto: Reino sin o al margen de la Iglesia
Si hay reino (valores evangélicos) dentro y fuera de la Iglesia. Entonces:
Iglesia es sacramento de salvación de la Humanidad
Iglesia es signo de la gracia que hay en todo el mundo. Es pequeño rebaño, germen.
Iglesia es presencia visible de lo que en todo el mundo sucede invisiblemente
Iglesia hace visible, inteligible, refleja la salvación, edificación misteriosa del Reino en el mundo
• la dignidad de la persona
• el respeto a la vida y la familia
• la lucha por la justicia y la denuncia de las estructuras de injusticia
• la libertad religiosa y la tolerancia
• la defensa de las minorías
• la lucha contra el terrorismo y la guerra
• el respeto de los derechos humanos
• la ayuda a los más pobres, la atenuación de la miseria y el fomento
de una solidaridad mundial
• la práctica honesta del trabajo
• la participación socio-política
• la promoción humana, el desarrollo integral de la persona y la fra-
ternidad
2. Roma
3. París
9. Cf. R. GIBELLINI, La teología del siglo XX, Santander, Sal Terrae, 1998, 530.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 161
10. H. KÜNG, La justificación. Doctrina de Karl Barth y una interpretación católica, Barce-
lona, Herder, 1967, 9.
11. Ibíd., 4.
12. K. J KUSCHEL, a.c., 18-19.
13. H. KÜNG, La justificación, Barcelona, Herder, 1967, XV.
162 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
2. Valoración y consecuencias
19. E. O’BRIEN, El Concilio y la unión de las Iglesias. Reflexiones sobre un libro reciente, en:
H. HÄRING y K. J. KUSCHEL, o.c., 49.
20. Ibíd., 50-55.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 165
En 1962 escribe un libro sencillo Para que el mundo crea. Cartas a los
jóvenes. En este temprano libro ya aborda de manera clara no sólo la
problemática ecuménica sino el diálogo interreligioso. En la carta sex-
ta reconoce como las dos guerras mundiales han permitido reflexionar
sobre la fe y la misión común, la necesidad de salir al encuentro del
otro (no esperando que vengan a nosotros), sobre las razones de la
Reforma de restaurar un culto verdadero (misa en latín) y la impor-
tancia de la escritura.
En la carta séptima se pregunta si no hay salvación fuera de la
Iglesia. Küng responde con la frase del evangelio “el que no está con-
tra nosotros, está con nosotros” en alusión al pasaje en que Jesús dice
a Juan que no impida que otros fuera de los doce arrojen demonios en
su nombre. Jesús lo permite aunque no se ha unido a los discípulos ni
parece querer unirse a ellos, ni tiene malas intenciones y cree en Jesús
24. H. KÜNG, Para que el mundo crea. Cartas a los jóvenes, Herder, Barcelona, 1966, 88.
25. Ibíd., 89.
168 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
para sí mismos ley (Rm 2,14). Pero el pagano tampoco puede hacer
nada sin la gracia de Dios. De ahí que el ser humano tenga que entre-
gar a Dios su confianza. Esta justificación del pecador también afecta
al pagano ocultamente, imperceptiblemente. “Por eso si el pagano se
entrega con fe, en alguna forma oculta pero real, a este único Dios ver-
dadero, en Jesucristo, al que quizá sólo bajo infinitos velos entrevé
oscuramente, y si luego da prueba de su fe en las obras del amor y de
la caridad, él también puede salvarse”26. La gracia de Dios abarca a
todos. Por eso esta obra temprana enlaza ya la cuestión primera de la
justificación del pecador con el diálogo interreligioso. El fundamento
del diálogo es la actitud nuclear humana de la fe27.
En 1964 escribe Libertad en el mundo. Sir Thomas More28. En esta obra
Küng reflexiona sobre su posicionamiento en el mundo. Su diálogo
con el mundo intenta evitar tanto la negación como el conformismo.
Küng hombre mundano, funcionario de una universidad del Estado,
en una sociedad burguesa, se pregunta si hay que renunciar a la pro-
piedad, a las comodidades y gratificaciones para vivir evangélicamen-
te. La figura de Moro le muestra la clave: disfrutar las propiedades sin
subordinarse a ellas, familia y poder sin divinizarlos, comodidades sin
darles el corazón pues lo esencial es la indiferencia activa ante todas las
cosas, la libertad en el mundo ante la abundancia y la escasez, la fama
y el deshonor, etc. (clara influencia de la espiritualidad ignaciana)29.
Con esta obra descubrimos como el doble horizonte de las religiones y
del mundo está ya esbozado a principios de la década de los sesenta.
5. La Iglesia
Escritura) lo cual supone una renuncia al poder del primado por parte
católica y un reconocimiento de este primado de servicio, pastoral,
ministerial, por parte no católica. Küng piensa que determinadas fun-
ciones papales están en contra de la Biblia y convendría que el Papa
renunciara voluntariamente a ellas36. Con respecto al origen de la jerar-
quía obispos-sacerdotes-diáconos sostiene que puesto que al principio
existen unas comunidades estructuradas carismáticamente (paulinas)
y otras más organizadas oficialmente con ritos de transmisión ministe-
rial (Jerusalén), la Iglesia actual no debe estar sujeta a una opción. Por
eso los sucesores no son los obispos sino toda la Iglesia37 y por eso la
estructura eclesial propuesta por el concilio Vaticano II no es más que
una determinada forma histórica sujeta a las condiciones de su tiempo
(se traslucen aquí las dificultades del teólogo en el Concilio en el
esquema sobre la Iglesia)38.
Una actitud aparece ya en nuestro teólogo: la libertad de despren-
derse de todo lo que no hace referencia al núcleo original de la fe cris-
tiana, la libertad de desprenderse de las adherencias culturales e histó-
ricas que recubren (ocultando) el núcleo. Su crítica no es afán de con-
troversia sino una pasión por lo genuinamente cristiano39. Desde aquí
se entienden los capítulos sobre “La Iglesia y los judíos” y “La Iglesia
y los herejes” o sobre el sentido y límites de la excomunión que supo-
nen el cuestionamiento crítico de un teólogo sobre la culpa de millones
de muertes. “Desde la perspectiva histórica y psicológica muchos ras-
gos de la Inquisición son comprensibles, pero desde el Evangelio de
Jesús jamás se la puede justificar. Una Iglesia traiciona el Evangelio
desde el instante en que trata de liquidar a los que son sus propios opo-
sitores mediante el asesinato físico o moral, y de comunidad de amor
se convierte en una religión de verdugos”40. Para Küng hay que supe-
rar las dicotomías y reconocer verdades en la herejía y errores en la
Iglesia, buena fe en el hereje y violento proceder en la iglesia. Su famo-
sa frase “el antisemitismo nacionalsocialista hubiera sido imposible sin
el antijudaísmo secular de las iglesias cristianas” le llevó al primer
36. H. W. MONTEFIORE, Una obra clásica, en: H. HÄRING y K. J. KUSCHEL, o.c., 80.
37. H. KÜNG, La Iglesia, Herder, Barcelona, 1968, 424.
38. Ibíd., 498.
39. De aquí deriva su triple criterio de cronología, autenticidad y cercanía objetiva al
propio Jesús para descubrir la importancia de los distintos escritos del NT.
40. Ibíd., 304.
172 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
7. La infalibilidad papal
51. H. KÜNG, Repercusión mundial de la Humanae Vitae, en AA.VV., Sertebi, San Cugat
del Valles, Barcelona, 1969, 128.
52. H. KÜNG, Breve balance del debate sobre la infabilidad, en: H. HÄRING y K. J. KUS-
CHEL, o.c., 99-100.
53. R. WINLING, La teología del siglo XX, Salamanca, Sígueme, 1987, 233.
176 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
54. H. KÜNG, Breve balance del debate sobre la infabilidad, en: H. HÄRING y K. J. KUS-
CHEL, o.c., 103.
55. H. KÜNG, Teología para la postmodernidad, Alianza, Madrid, 1989, 97.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 177
56. Congar y Rahner aunque aceptan y hablan de errres en la Iglesia piensan que el
Magisterio puede exponer de hecho en la Iglesia la verdad a través de afirmaciones ver-
daderas puesto que si no se hace imposible la dirección de la Iglesia por parte de la jerar-
quía. GARRIJO-GUEMBE, o.c., 241-244.
57. J. J. HUGHES, Hans Küng and the Magisterium: Theological Studies 41 (1980), 388-389.
178 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
8. Breve conclusión
61. En febrero de 1980 escribe una carta a su obispo expresándole sus motivos y sus
puntos de vista que se reproduce en Concilium (1980) 271-280.
62. N. GREINACHER y H. HAAG, Der Fall Küng, Piper, Múnich, 1980.
63. I. OÑATIBIA, Reacciones ante la desautorización de Hans Küng como teólogo católico,
Lumen 29 (1980) 108-109.
64. G. GONZÁLEZ DEL ESTAL, Más allá de Hans Küng. La crisis del catolicismo actual:
Religión y cultura 26 (1980) 245-251.
180 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Por eso lo que esta tercera etapa significa para el tema del diálogo
interreligioso y la ética mundial es la apertura de nuestro teólogo a lo
ecuménico en sus planteamientos eclesiológicos. Küng pensaba que uno
podía-debía ser católico de otra manera y que la Iglesia podía-debía ser
de otra forma ampliando sus horizontes, su con-formación. El diálogo
conlleva ciertos valores como la veracidad, la sinceridad, la autocrítica
(falibilidad) y, por supuesto, la libertad que inevitablemente llevan a
Küng no sólo a buscar respuestas ecuménicas sino lógicamente a consta-
tar la necesidad de plantear ciertas reformas de las estructuras eclesiales
y del papado. Un diálogo que no está abierto a cambios no es sincero. El
otro interpela y cuestiona, nos transforma y nos llama a ser fieles a lo pro-
pio. Por eso el diálogo es el que conduce a Küng a descubrir un nuevo y
verdadero catolicismo y a proponer una reinterpretación creativa a la vez
que profundamente tradicional de algunos de sus puntos. El diálogo
será el que transformará a Küng en un hombre de frontera que sufrirá las
incomprensiones de los propios católicos y la distancia desconfiada de
muchos protestantes. Por eso estos años reflejan con claridad lo que sig-
nifica el diálogo en la vida y obra de Küng y la dificultad de muchos para
asumir los valores comunes que se encuentran en el diálogo.
66. Desde la juventud de Hegel en Tubinga que concibe a Jesús como un Sócrates o un
predicador de la moral kantiana pasando por su época panenteísta en Francfort hasta esa
dialéctica del Espíritu que desarrolla en la Fenomenología del Espíritu de 1807 en la que el
cristianismo supone la plenitud de la religión y la encarnación es lo real (no un mito)
67. W. KERN, Hegel en perspectiva teológica, en: H. HÄRING y K. J. KUSCHEL, o.c., 112.
68. H. HÄRING y KUSCHEL, Diálogo con Hans Küng, en: H. HÄRING y K. J. KUS-
CHEL, o.c., 151.
69. H. KÜNG, La encarnación de Dios, Barcelona, Herder, 1974, 670.
182 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
76. H. KÜNG, Lo que debe permanecer en la Iglesia, Barcelona, Herder, 1975, 47-57.
77. J. GÓMEZ CAFFARENA, Una Suma para el hombre de hoy, en: H. HÄRING y K. J.
KUSCHEL, o.c., 115.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 187
tribución del libro: Jesús de la historia, 290 páginas; mundo actual, 210
páginas y muchas menos al Cristo de la fe y la Iglesia). Küng parte del
Jesús de la historia y no del magisterio de la Iglesia. Al hombre de hoy
difícilmente lo va a convertir a la fe el magisterio eclesiástico. Sólo
Jesús nos lleva a Cristo con la colaboración insustituible de las prime-
ras generaciones de cristianos. Su opción por una cristología desde
abajo son acentos metodológicos que no anulan una cristología desde
arriba aunque sí expresa la dificultad de elaborar categorías sobre lo
que es Dios.
El libro tiene una serie de valores indiscutibles como el centra-
miento en Jesucristo, la normatividad de su persona para el cristianis-
mo (fe no reducible a normas ni fórmulas), la importancia de referirnos
al Cristo real más allá de las imágenes y títulos, la magistral presenta-
ción del Reino de Dios, las bienaventuranzas, su opción por los desfa-
vorecidos, su presentación de la resurrección (y las apariciones) y la
continuidad en la discontinuidad entre el Jesús prepascual y la predi-
cación postpascual.
Ya desde La Iglesia (1967) Küng estaba muy preocupado por com-
prender cuál es la esencia del mensaje cristiano a la luz de la exégesis
histórico-crítica y de los diferentes desarrollos históricos. En Küng hay
un convencimiento que en la historia siempre pervive lo esencial de lo
cristiano y que la Iglesia tiene una indestructible esencia. Lo cristiano
no es ni una idea ni un dogma sino la referencia a una persona históri-
ca concreta, la figura del Nazareno. Como Dostoievsky, Küng siempre
se hace la pregunta crucial: “¿Hubiera entendido esto Jesús? ¿Qué
sucedería si él volviera de nuevo?”. Su actitud es intentar contemplar
la realidad actual desde los ojos de Cristo. Esa actitud se convierte
muchas veces en crítica pues no puede imaginar que Jesús si volviese
pudiera estar de acuerdo con la prohibición de los divorciados para
sentarse a su mesa, las críticas a la homosexualidad, la no ordenación
de las mujeres, etc78.
En el libro también aparece la actitud de confrontación. La figura
del Nazareno es descubierta como original cuando es confrontada con
los saduceos, fariseos, zelotas y esenios. La confrontación en el contex-
to histórico con el diferente nos hace comprender lo esencial.
78. H. KÜNG, Mantener la esperanza. Escritos para la reforma de la Iglesia, Madrid, Trotta,
1993, 56.
188 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
creer que en él, en su vida y en su doctrina, en su muerte y nueva vida poseemos a Dios
mismo; que en esta persona se encuentra realmente el vere homo y el vere Deus; que en
él se revela la humanidad de nuestro Dios; que precisamente en él ha tenido lugar, en
cuanto que es la Palabra de Dios, la verdadera encarnación de Dios para la humanización
del hombre” (H. KÜNG, La encarnación de Dios, Herder, Barcelona, 1974, 662).
83. M. FRAIJÓ, A vueltas con la religión, Estella, Verbo Divino, 1998, cap. 13 (Exégesis y
dogma: una reconciliación necesaria. Homenaje a Hans Küng en su 65 cumpleaños”),
341-360.
190 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
103. Otras críticas importantes son: a) Las afirmaciones de preexistencia de Jesús no pre-
tenden mostrar la divinidad pretemporal de Jesús (como afirma la teología tradicional)
sino subrayar la plenitud y autenticidad de su humanidad, su originalidad. Para Küng la
preexistencia es perfectamente deducible de las ideas reinantes, que por influjo de Platón
consideraban reales las ideas. b) Su prejuicio ante la idea de sacrificio-expiación quizá no
es correcta pues no es tan difícil hoy existencialmente captar esta idea. c) Entiende la resu-
rrección como permanencia de la misma persona sin hacer referencia a su cuerpo. Küng
habla de resucitación que no precisa de los restos mortales sino de la permanencia de la
persona. Para algunos esto implica no tomarse en serio la encarnación. d) La negación de
la concepción virginal por no pertenecer al núcleo primitivo de la predicación evangéli-
ca (no está claro que ni Pablo ni Juan la mencionen ni se tiene que oponer realidad física
y teológica). e) Hace teología desde fuera de la Iglesia, desde unos métodos científicos
que le dan la verdad más pura más que desde la Iglesia. No cabe situarse en el papel de
investigador aislado. f) No da el mismo tratamiento al hombre moderno común y al cre-
yente tradicional. Ambos lo requieren. g) Rebaja la importancia de la Iglesia y reduce a
Jesús a maestro de moral para una vida burguesa mejor.
104. R. WINLING, La teología del siglo XX, Salamanca, Sígueme, 1987, 350.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 197
4. ¿Existe Dios?
105. Otros trabajos ecuménicos de esta época son: Veinte años de teología ecuménica, ¿para
qué?: Concilium (1983) 541-554; Vatican III. Problems and Opportunities for the Future, en: D.
TRACY, H. KÜNG y J. B. METZ, Toward Vatican III. The work that needs to be done, Londres,
Gill-Macmillan, 1978, 67-90.
198 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
107. M. CABADA En torno al ¿Existe Dios? De Hans Küng: Pensamiento 36 (1980) 216.
108. H. HÄRING, ¿Existe Dios? La argumentación de Hans Küng, en: T. MIETE y A. FLEW,
¿Existe Dios?, Madrid, Cátedra, 1994, 265-302.
109. H. KÜNG, ¿Existe Dios?, Cristiandad, Madrid, 1979, 798-834.
110. M. CABADA, a.c., 218.
200 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
111. K. LEHMAN, Der Spiegel 15 (1978) 217-226; R. GARCÍA MATEO, Hans Küng o un
nuevo planteamiento de la existencia de Dios: Arbor 103 (1979) 196.
112. Barcelona, Alfa, 1982.
113. Otras críticas al trabajo de Küng son: E. BARÓN, ¿Hijo de Dios?: Proyección 112
(1979) 3-14; D. J. ARCHER., Küng, Witgenstein and God: Irisch Theological Quarterly 50
(1983-84) 239-249.
114. H. HÄRING y K. J. KUSCHEL, o.c., 174.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 201
6. Breve conclusión
115. Madrid, Cristiandad, 1983; C. GÓMEZ SÁNCHEZ, ¿Un consuelo abusivo o una espe-
ranza dinamizadora?: Revista de Filosofía 2ºS, 9 (1986) 125-130.
116. Ibíd., 83-125.
202 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
117. H. KÜNG, El cristianismo y las grandes religiones, Madrid, Libros Europa, 1987, 15.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 203
125. Allí intervienen personas como Toulmin, Bubner, Ricoeur, Jüngel, Schillebeeck,
Moltmann, Metz, Cobb, Geffré, Carr, Boff, Dhavamony, Jens, etc. H. KÜNG y D. TRACY
(Hrsg), Das Neue Paradigma von Theologie, Benziger Verlag, Gütersloher Verlagshaus, Gerd
Mohn, 1986.
126. H. KÜNG, Teología para la postmodernidad, Madrid, Alianza, 1989, 114.
127. Ibíd., 116.
208 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
c) La confrontación crítica
3. Otros trabajos
4. Breve conclusión
En la primera parte del libro (No hay supervivencia sin una ética
mundial) analiza por qué necesitamos un talante ético global. Para
Küng la crisis actual (hambre, gastos de armamento, deuda, desastre
ecológico, guerras, etc.) se remonta a la primera guerra mundial (des-
moronamiento de la sociedad burguesa y del eurocentrismo, derrum-
bamiento del milenario imperio alemán, del zarismo, del estatalismo
eclesiástico protestante, de los Ausburgo, del imperio otomano y chi-
no, nacimiento del movimiento pacifista, ecológico, feminista y ecu-
ménico, etc.). Pero han sido las dos guerras mundiales, el Archipiélago
Gulag, el holocausto y las bombas atómicas los que han puesto de
manifiesto lo reaccionario del fascismo y nazismo (55 millones de
muertos), el expansionismo del militarismo japonés y la violencia
estatal del comunismo revolucionario en Rusia los que han ahondado
la crisis. Por eso Küng afirma, con razón a nuestro juicio, que hay tres
proyectos sin futuro: el socialismo de Estado, el japonismo y el neoca-
pitalismo147.
Küng resume las críticas a las conquistas occidentales en cuatro
apartados: ciencia sin sabiduría; tecnología sin una energía espiritual;
industria sin ecología y democracia sin moral. Dicho de otro modo:
ciencia sin ética, tecnología sin límites, industria sin respeto al medio y
democracia formal (no por mala voluntad sino por los indeseados acci-
dentes de la industrialización y urbanización). El fundamento de toda
la crítica es la crisis de la idea de progreso ilimitado y la consideración
de sus efectos inhumanos (ecológicos, laborales, sociales, demográfi-
cos, etc.) y la crisis del moderno racionalismo aislado del cosmos y sin
límites. Küng propone para ello “trabajar en la línea de una economía
de mercado de corte social y ecológico en que se busque el equilibrio
entre los intereses del capital y los intereses ecológicos, es decir, traba-
jar en la línea de una economía de mercado ecológico-social”148.
Küng parece atisbar una nueva orientación fundamental, un nuevo
macroparadigma que llama posmoderno que se caracteriza por ser
posteurocéntrico (policéntrico), postcolonialista, postcapitalista y post-
socialista, postpatriarcal, postideológico y postconfesional (ecuméni-
co), cooperativo entre las Naciones, basado en un mercado ecológico-
social, en una sociedad de servicios y comunicaciones y en una parti-
cipación entre hombre y mujer149. Esto supone un cambio de valores:
ciencia éticamente responsable, tecnología al servicio del hombre,
industria conforme al medio, democracia viva que garantice la libertad
y la justicia (que nos defiendan, por ejemplo de la producción de bom-
bas atómicas, de la corrupción política, de las talas masivas de árboles
o de la producción industrial de materia humana)150. Supone asumir
una perspectiva de totalidad (medicina integral, psicología humanista,
conciencia ecológica, hermenéutica –Gadamer–, New Age, etc).
158. H. KÜNG, Proyecto de una ética mundial, Madrid, Trotta, 1991, 53.
159. Ibíd., 56.
160. Ibíd., 58-59.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 221
161. Ibíd., 59. También: ID., A la búsqueda de un ethos básico universal: Concilium 229 (1990)
296-299.
162. J. HABERMAS, Conciencia moral y acción comunicativa, Barcelona, 1985; ID., Teoría de
la acción comunicativa, 2 vol., Madrid, Taurus, 2ª ed., 1988; K. O. APEL, Teoría de la verdad
y ética del discurso, Barcelona, Paidós, 1991.
163. H. KÜNG, Proyecto de una ética mundial, Madrid, Trotta, 1991, 69-70.
222 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Küng busca lo que une a las religiones para configurar una actitud
diferente a la de la filosofía, la política, el derecho o el humanismo.
Küng piensa que hay seis puntos decisivos en una ética nacida de las
grandes religiones:
172. En las religiones para la guerra la lógica es que si Dios está con nosotros y con nues-
tra religión, nación o confesión todo está permitido contra los contrarios que vienen nece-
sariamente del diablo. De ahí que sea preciso agredir, destruir y matar.
226 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
178. Esta doble perspectiva la tienen también el político o el estadista en sus negocia-
ciones al mantener la lealtad específica a un Estado y un gobierno aunque reconozcan
legitimidad a otros estados y otros ordenamientos jurídicos.
179. H. KÜNG, Proyecto de una ética mundial, Madrid, Trotta, 1991, 121.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 229
180. H. KÜNG, Proyecto de una ética mundial, Madrid, Trotta, 1991, 130.
230 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
181. Para nuestro teólogo no es posible una filosofía de la historia de corte hegeliano
como evolución lógica y necesaria, pura construcción especulativa y sistemática pues tan-
to el judaísmo como el Islam parecen no encajar en su sistema. Tampoco parece adecua-
da la morfología de la cultura de Spengler con sus ocho grandes ciclos culturales inde-
pendientes por su radical pesimismo, determinismo e irracionlismo que es ciego a los
múltiples intercambios transculturales de las grandes religiones. Tampoco le convence la
teoría de los ciclos culturales de Toynbee que reconoce los contactos entre las culturas y
la importancia de las religiones pero rechaza cualquier pretensión de unicidad.
182. Ibíd., 147.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 231
183. H. KÜNG, Kann Religion auch Frieden stifen?: Evangelische Kommentare 24 (1991)
342-347.
184. Küng plantea una teología de la paz en otros lugares desde la ecumene abrahamá-
nica (desde los salmos y los profetas, las bienaventuranzas y ciertas Sura del Corán). H.
KÜNG, No hay paz mundial sin paz religiosa: Revista de Occidente 11 (1992) 24.
232 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
185. G. GONZÁLEZ ARNAIZ, Recensión de Proyecto de una ética mundial: Diálogo filosó-
fico (1993) 105.
186. Una crítica importante es la que hace R. SPAEMAN en Merkur 9-10 (1996) (trad.
Esp. La ética mundial como “proyecto”: Nueva Revista 50 (1997) 28-47).
187. G. MÜLLER-FAHRENHOLZ, Hacia un paradigma ecodomico. Una contribución al
Proyecto de una ética mundial de Hans Küng desde América Latina: Senderos 43 (1993) 88-95.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 233
188. H. KÜNG, Proyecto de una ética mundial, Madrid, Trotta, 1991, 106.
189. H. KÜNG, Credo, Trotta, Madrid, 1992, 36-39.
234 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
190. Durante estos años escribe abundantemente sobre la ética mundial: No hay paz mun-
dial sin paz religiosa: Revista de Occidente 11 (1992) 5-26; A la búsqueda de un ethos básico
universal de las grandes religiones: Concilium 227-229 (1990) 289-309.
191. H. KÜNG, Historia, sentido y método de la Declaración de una ética mundial, en: H.
KÜNG y K. J. KUSCHEL., Hacia una ética mundial. Declaración del Parlamento de las
Religiones del Mundo, Madrid, Trotta, 1993, 43-70.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 235
1948 pero desde el ángulo de la ética pues solamente con leyes y regla-
mentos no se crea un mejor orden mundial. Se necesita una actitud para
hacer valer el derecho o la conciencia previa de las responsabilidades y
obligaciones196. “El derecho sin eticidad no tiene a la larga consistencia
ninguna y, en consecuencia, sin una ética mundial no es posible un nue-
vo orden mundial”197. Esta ética mundial no es una religión universal
unitaria sino “un consenso básico sobre una serie de valores vinculantes,
criterios inamovibles y actitudes básicas personales”198.
vinar los perfiles de un mundo más pacífico, más justo, más humano...
El centro no lo va a constituir un principio regulador –el Estado, el
mercado o la Iglesia– que, como “mano” visible o invisible, lo organi-
ce todo”206. Ni principio regulador ni ideología económica o partidista.
Küng trata de plantear de forma argumentativa una crítica imparcial
de las situaciones realmente existentes, unas alternativas constructivas
realizables y unos impulsos concretos para su realización207. La obra es
un intento de proseguir el proyecto de una ética mundial dentro de los
ámbitos de la política, la economía y la empresa.
209. Para Küng el presidente de los Estados Unidos Wilson es el prototipo de político
ideal. Reclama un nuevo orden mundial y tiene un programa de paz sin anexiones ni exi-
gencias de reparación en el que no importa la geopolítica sino la conversión, la libertad
para todos (amigos y enemigos) y la unión de sus argumentos morales junto con la pre-
sión política y unas exigencias fundamentales.
210. H. J. MÖRGENTHAU, The purpose of American Politics, Nueva York, 1960, 233.
242 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
211. Riklin ha descubierto seis grandes procedimientos contra el abuso de poder que
constituyen hoy el núcleo provisorio de las democracias constitucionales y sociales: 1-con-
trol de los gobernantes mediante constituciones y leyes (ya en Platón); 2-división del poder
mediante la constitución mixta o división de poderes: poder controlado por el poder (todo
monopolio de poder pone en peligro la libertad individual); 3-limitación mediante unos
derechos fundamentales inviolables anteriores al estado, fundados en naturaleza hombre;
4-moderación del poder mediante el principio de proporcionalidad: utilizar medios justos
para la consecución de un fin legítimo, proporcionalidad de los medios y prohibición del
exceso (autodefensa estatal, represalia); 5-participación en el poder de los súbditos (demo-
cracia en Atenas, parlamento inglés, sufragio universal); 6-nivelación del poder mediante
la disminución de las barreras del poder: entre grupos fuertes y débiles, empresarios y tra-
bajadores, productores y consumidores. A. RIKLIN, Politische Ethik, en: H. KRAMER (Ed.),
Politische Theorie und Ideengeschichte im Gespräch, Wien, 1995, 81-104.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 243
Küng más que de moral débil y fuerte prefiere hablar de moral ele-
mental y específica. Es posible un consenso global sobre unas pocas exi-
gencias fundamentales (verdad y justicia) de las que no se debe abdicar.
Pero también hay una moral específica-fuerte concreta en la que no hay
consenso (aborto, eutanasia, etc.) que no debe imponerse a otras cultu-
ras y religiones. Pero ambas están implicadas (local y regional, débil y
fuerte). Maltratar a un niño pertenece a todas las culturas como ilícito
pero cuándo un castigo corporal se convierte en maltrato para un niño
es muy diferente en Singapur y en San Francisco. Esquemáticamente la
tensión la podemos representar de la siguiente manera217:
Ética universal Mínimos comunes Ética elemental Mandatos negativos
Ética particular Máximos tradición Ética específica Mandatos positivos
217. De manera análoga: A. CORTINA, La ética de la sociedad civil, Madrid, Anaya, 1994;
ID., Ética mínima, Madrid, Tecnos, 1986.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 247
218. Prolegomena und Probleme eines internationalen Ethos: Die Friedens-Warte 53 (1955-56)
305-329.
219. H. KÜNG., Una ética para la economía y la política, Madrid, Trotta, 1999, 117-118.
220. S. P. HUNTINGTON, The Clash of Civilizations?: Foreign Affairs 72 (1993) 22-49.
248 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Por eso para Küng la economía global de mercado exige una ética
global. Küng critica el imperialismo económico que quiere dominarlo
todo, el creciente economicismo político, la disolución racionalidad
ética en racionalidad económica, la subordinación de lo humano y
social a logros económicos. El hombre no sólo actúa con racionalidad
económica e intereses materiales o intercambios. No todas las necesi-
dades se pueden satisfacer con productos de la economía ni revierte
en beneficio de todos que cada uno persiga sus intereses225. El ser
humano busca ser reconocido como persona y sujeto de derechos,
necesita comunicarse, busca la empatía, etc. La economía de mercado
está al servicio de las necesidades del hombre. La economía es sólo un
subsistema de la sociedad.
Küng enumera los peligros del mercado total: que el derecho capi-
tule ante presiones económicas, que la política se ponga al servicio del
mercado y las especulaciones, que la ciencia esté a merced de intereses
económicos, que la cultura se conciba como comercio y la religión
como sincretismo226. No todo lo que sucede, sucede necesariamente; no
todo lo que funciona, funciona bien; no todo lo eficiente es legítimo; no
todo lo económicamente racional ayuda al bien común.
Küng defiende la primacía de la ética frente a la economía y la polí-
tica. No cabe un darwinismo social ni caben los imperativos de reali-
dad como leyes naturales inmutables pues lo fáctico obedece a relacio-
nes de poder. Por eso para Küng las tareas de una economía global son
la ordenación global de la competencia, de la sociedad y del medio
ambiente con un fundamento ético (siguiendo a Ulrich), lo cual, de
acuerdo con Hauchler, implica: 1.- creación de una ordenación inter-
nacional de la competencia, 2.- una mayor vinculación de los flujos
financieros internacionales a objetivos económicos reales de crecimien-
to y ocupación, 3.- una garantía social contra las crecientes deficien-
cias estructurales agudizadas por la economía globalizada (seguri-
dad social y DH), 4.- un equilibrio del drástico desnivel económico y
social entre regiones mundiales, 5.- una internacionalización de los cre-
6. Otras obras
229. Madrid, Trotta, 1995. En esta obra trata la metodología teológica de Pablo, Orígenes,
Agustín, el Aquinate, Lutero, Scheleimaher y Barth.
230. Madrid, Trotta. 1997.
231. Madrid, Trotta, 1993.
232. Madrid, Trotta, 1996.
233. Ibíd., 24.
234. Ibíd., 35.
254 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
237. H. KÜNG, No hay paz mundial sin paz religiosa: Revista de Occidente 11 (1992) 22-26.
256 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
238. Dichtung und Religion. Pascal, Gryphius, Lessing, Hölderlin, Novalis, Kierkegaard,
Dostoievsky, Kafka (con W. Jens), Múnich, Piper, 1985; Anwalte der Humanität. T. Mann - H.
Hesse - H. Böll (con W. Jens), Múnich, Piper, 1989; Kunst und Sinnfrage, Würzburg,
Benziger, 1980; Mozart –Spuren der Transzendenz, Múnich, Piper, 1991.
239. Esta es su opción ante el Catecismo de la Iglesia Católica. Él piensa que en la situa-
ción actual es mejor señalar los principios fundamentales de la fe cristiana, una síntesis,
una concentración en el núcleo primitivo que volver a detenerse en muchos aspectos. Cf.
H. KÜNG, ¿Un catecismo universal?: Concilium 247 (1993) 549-553.
260 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Nuestra tesis es que Küng está dominado por una teología liberal-
ilustrada en su reivindicación de la praxis, del mundo, en su pasión
por la verdad y la libertad, por lo originario y lo central, por la auto-
nomía y la crítica racional, por el diálogo y la tolerancia, por lo “huma-
no” abstracto. Pero Küng no es sólo un liberal. Küng es un hombre de
frontera que ha superado y traspasado la modernidad. Küng es una
persona enraizada en la tradición católica y profundamente humano,
242. H. KÜNG y K. J. KUSCHEL (Eds.), Weltfrieden durch Religionfrieden, Múnich, 1993, 73.
243. B. STUBENRAUCH, Dogma dialógico, Bilbao, Desclée De Brouwer, 2001, 28.
266 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
244. H. KÜNG, Hacia una teología ecuménica de las religiones. Algunas tesis a título de suge-
rencia: Concilium 203 (1986) 145-153.
268 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Para Küng es evidente que Dios quiere que todos se salven. Esto
supone para nuestro teólogo que existe gracia fuera de la Iglesia y que
toda religión está bajo la gracia de Dios. Por eso afirma que para la teo-
logía cristiana las religiones son estructuras sociales legítimas hasta
que el creyente se enfrenta existencialmente con Jesucristo (tesis asu-
mida de Rahner).
Por eso los individuos no creyentes cuando actúan guiados por la
razón natural son para sí mismos ley y si son fieles a la ley inscrita en
sus corazones (Romanos) pueden salvarse.
Pero Küng desde sus primeros escritos da un paso más: en el paga-
no vive la gracia y puede entregarse de una manera oculta pero real a
un Dios que entrevé oscuramente que le lleva a probar esta fe con
obras de amor y caridad por las que se salva. Esta experiencia religio-
sa está en el fondo de toda la teología de Küng: la necesidad de la gra-
cia y la justificación del pecador.
b) Fidelidad y firmeza
c) Paciencia
Küng es consciente que las luchas más fanáticas son las inspiradas
por las religiones por su imposición de la verdad. El problema de la
verdad ha llevado a guerras, tormentos, asesinatos, etc. Por eso la con-
frontación crítica entre pretensiones de verdad múltiples hace, por tan-
to, necesario un camino de diálogo que abandone toda imposición y
tenga siempre en cuenta la libertad y los procesos humanos. No hay
verdad sin libertad y sin bondad. Verum y bonum. Por eso el diálogo evi-
ta toda imposición de la verdad con violencia y coacción. La verdad no
puede sacrificar la libertad pues nadie tiene el monopolio de la verdad.
a) Mutua transformación
d) Conciencia de fraternidad
245. M. FEDOU, Las religiones según la fe cristiana, Bilbao, DDB, 2000, 86-87.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la teología de Hans Küng 277
“El problema del pluralismo toca los límites de lo inteligible… toca las
orillas de lo inefable”
R. Panikkar, Sobre el diálogo intercultural 1.
1. La revolución copernicana
Este teólogo de Birmingham, presbiteriano americano, después de
permanecer un año en la India, propuso una “revolución copernicana”
en la teología de las religiones. Junto con P. Knitter editó la conoci-
da obra The Myth of Christian Uniquenes. Toward a Pluralistic Theology of
Religions (1987).
Obras:
• God and the Universe of Faiths (1973)
• The Centre of Christianity (1977)
• God Has Many Names. Britain´s New Religious Pluralism (1980)
• The Second Christinity (1983)
• Problems of Religious Pluralism (1985)
• An Interpretation of Religion. Human Responses to the Transcendent (1989)
• Philosophy of Religion (1990)
• Disputed Questions in Theology and Philosophy of Religion (1993)
• The Metaphor of god Incarnate. Christology in a Pluralistic Age (1993)
• Death and Eternal Life (1994)
• The Rainbow of Faiths. Critical Dialogues on Religious Pluralism (1995)
• Te Fifth Dimension: an exploration of the spiritual realm (1999)
• Evil and the God of Love (2001)
• Dialogues in the Philosophy of Religion (2001)
• An Autobiography (2003)
dedor como planetas en torno a la tierra. Para Hick todas las religiones
gravitan en torno a la Realidad Absoluta y no hay razón por la que el
cristianismo deba tener ciertos privilegios. El diálogo implica una situa-
ción de igualdad fundada en la evidencia de verdad y santidad que hay
en otras religiones. Esta evidencia de verdad y santidad en las religiones
implica igualdad en la participación en el diálogo pero no, y en esto se
equivoca Hick, igualdad en el acercamiento a la divinidad. No todas las
laderas de la montaña nos permiten acceder igualmente a la cima ni
todos los planetas están igual de cerca del sol ni en la misma órbita.
4. Epistemología kantiana
8. Cf. G. D´COSTA, The Meeting of Religions and the Trinity, Nueva York, Orbis Books,
2000, 26-27.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 289
9. Pero para Hick, las religiones preaxiales y extraaxiales más que buscar la transfor-
mación humana intentan guardar la vida comunal. Estas religiones son más respuestas
comunitarias que individuales a lo real. La autonomía del yo no ha llegado a separarse
de la unidad del organismo social. En cambio las nuevas religiones y las pequeñas reli-
giones son juzgadas por el criterio de descentramiento y de observables frutos morales y
espirituales en la vida humana.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 291
6. Relativización de la cristología10
13. Cf. J. HICK, The Rainbow of Faiths, Londres, SCM, 1995, 117.
14. Ibíd., 121.
294 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Esquema Hick.
Realidad en sí Salto de fe Religiones diferentes
Misterio Único movimiento religioso humanidad Mitos
Trascendental Moral de descentramiento como salvación Metáforas
Noumenico Desmitificación del lenguaje Fenoménico
9. Conclusiones
Sacerdote católico, Paul Knitter, pasa en los años setenta del exclu-
sivismo al inclusivismo rahneriano y de éste a un pluralismo muy cer-
cano inicialmente a los puntos de vista de Hick. En los años ochenta
formula su posición pluralista ampliando la perspectiva de Hick des-
de una insistencia en la soteriología.
Obras:
• Toward a Protestant Theology of Religions (1974)
• No Other Name? A Critical Survey of Christian Attitudes toward the World
Religions (1985)
• One Earth Many Religions. Multifaith Dialogue and Global Responsibility (1995)
• Jesus and the Other Names. Christian Mission and Global Responsibility (1996)
• Introducing Theologies of Religions (2002)
24. P. KNITTER, One Earth-Many Religions, Maryknoll (N.Y.), Orbis Books, 1995, 89.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 299
28. Ibídem.
302 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
4. La cristología de Knitter29
La cristología de Knitter es una respuesta funcional a sus problemas.
La cristología sirve a una causa ideológica. El mundo puede ser analiza-
do al margen de categorías teológicas y eclesiológicas. Jesús representa
precisamente los valores globales de paz, justicia y amor que son reque-
29. L. SWIDLER y P. MOJZES (Eds.), The Uniqueness of Jesus. A Dialogue with Knitter,
MaryKnoll (N.Y.), Orbis Books, 1996. Sin embargo para J. DUPUIS aún no se ha publica-
do ninguna obra crítica sobre la cristología de Knitter (J. DUPUIS, Hacia una teología cris-
tiana del pluralismo religioso, Santander, Sal Terrae, 2000, 420). También en nuestro país
existe una excelente tesis doctoral de Albert MOLINER defendida en el Instituto de
Teología Fundamental de Sant Cugat y dirigida por el profesor J. I. González Faus sobre
la aportación de Knitter al diálogo interreligioso.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 303
ridos por el análisis global de Knitter pero esos valores son separables de
la persona de Jesús y su Iglesia. La fundamentación de su ética univer-
sal tiene un rostro kantiano y una cristología kantiana.
Pero Knitter intenta reafirmar la unicidad de Cristo manteniendo
su pluralismo: Jesús es un salvador entre muchos iguales salvadores.
Hay otros universales, decisivos, indispensables manifestaciones de la
divina realidad además de Jesús. Knitter, mantiene una unicidad y uni-
versalidad complementaria con respecto a otros mediadores religiosos.
Una metáfora en este argumento es que la fidelidad a Jesús es como la
fidelidad a la propia esposa. Se habla de exclusividad, no que no haya
otras personas. En la tercera de sus famosas cinco tesis sobre la unici-
dad afirma con claridad que “el papel salvífico de la unicidad de Jesús
puede ser reinterpretado en términos de verdaderamente (truly), pero
no de únicamente (only)30.
Así como para Kant, Jesús es la mejor representación del imperativo
ético, para Knitter, Jesús es la mejor respuesta que él personalmente
conoce. Pero a diferencia de Kant, Knitter está inclinado a conceder que
hay otras respuestas igualmente buenas. La noción de religión como
gusto subjetivo se refleja en el uso de Knitter de la analogía acerca del
matrimonio. La narrativa cristiana ha sido sustituida por la de la moder-
nidad liberal pluralista. Esto se basa en la diferencia entre la cristología
constitutiva (propia del magisterio católico) y la cristología representati-
va (decisiva representación). Pero Jesús constituye y no sólo representa
la actividad salvífica de Dios. La Iglesia antigua se resistió a las diferen-
tes formas de adopcionismo y gnosticismo. Cristo no es representante de
Dios sino es la autorevelación de Dios. Y la cristología representativa, no
hay que olvidarlo, abstrae valores y enseñanzas de la persona de Jesús.
El problema es que si hay una autoridad aparte de la de Cristo,
entonces Cristo está sujeto a algo que es más normativo que él o que
Dios está sujeto a un más verdadero y más autorizado criterio que Dios
(importante argumento de la modernidad). El fantasma de la ilustra-
ción es el que conduce su proyecto cristológico. El dios de la ilustración
ha prevalecido sobre el Dios de Jesús.
Para Knitter el NT no justifica una cristología constitutiva. El pro-
blema es que ya se ha decidido contra una cristología constitutiva. Y
como no puede negar el valor del NT tiene que afirmar la ausencia de
30. P. KNITTER, Five Theses on the Uniqueness of Jesus, en: L. SWIDLER y P. MOJZES (Eds.),
The Uniqueness of Jesus. A Dialogue with P.F. Knitter, Maryknoll, N.Y., Orbis Books, 1997, 7.
304 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
31. P. KNITTER, No Other Name?, Maryknoll (N.Y.), Orbis Books, 1985, cap. X.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 305
historia del universo relatada por la ciencia ecológica actúa como una
historia religiosa transcultural que genera una común historia ética. La
tierra proporciona una religiosa comunidad que comparte mitos de
origen y comunes criterios de verdad encarnados y puestos en prácti-
ca por los que trabajan en grupos ecologistas y de solidaridad interna-
cionales especialmente no gubernamentales. Estos parecen los nuevos
guardianes de la verdad común. El problema es que Knitter no exami-
na junto con sus enormes méritos las ambigüedades y fragilidades de
los diferentes grupos solidarios y ecologistas. Para Knitter la tierra pro-
porciona una común historia y la ciencia nos dice como trabaja.
Ante los conflictos entre comunidades de diversas creencias se bus-
ca una nueva objetividad. Pero la naturaleza es un principio cultural
construido y un nuevo modo de poder humano. El peligro de divini-
zar la tierra va unido a la demanda de unidad de la tierra. Knitter en
el fondo perpetua el proyecto de la modernidad empleando una ética
universal como asiento para el acuerdo interreligioso. El problema es
que él construye tal asiento más que lo encuentra32.
Esquema Knitter.
Imperativos éticos: Dolor y ecología
No objetivismo: Hermenéutica de la sospecha. No existe terreno común.
No relativismo: Privilegio hermenéutico de los pobres.
Respuesta: Praxis de la liberación. Emancipación.
Medios: Movimientos sociales, políticos y ecológicos
Medios: Diversos salvadores y mediadores religiosos (pluralismo)
Fin: Liberación, salvación, emancipación, reino. Desde aquí se juzgan los medios.
7. Conclusión
32. P. F. KNITTER, Responsabilities for the Future: toward an Interfaith Ethic, en: J. D´ARCY
MAY (Ed.), Pluralism and the Religions. The Theological and Political Dimensions, Londres,
Cassel, 1998, 75-89.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 307
33. G. D´COSTA, The Meeting of Religions and the Trinity, MaryKnoll (N.Y.), Orbis Books,
2000, 39.
34. J. A. DINOIA, Teología pluralista de las religiones ¿pluralista o no pluralista?, en: G.
D´COSTA (Ed.), o.c., 207-220.
308 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
35. L. NEWBIGIN, Religión para el mercado, en: G. D´COSTA (Ed.), o.c., 228-229.
36. Ibíd., 235-236.
37. Ibíd., 239-242.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 309
38. K. SURIN, Una política del discurso. Pluralismo religioso en la era de la hamburguesa
McDonald, en G. D´COSTA (Ed.), o.c., 338.
310 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Obras:
• Invisible Armony (1955)
• The Unknown Christ of Hinduism (1964) (revisada y ampliada en 1981)
• Religión y religiones (1965)
• El silencio de Dios (1970)
• Salvation in Christ. Concreteness and Universality (1972)
• The Trinity and the Religious Experience of Man (1973)
• The Intrareligious Dialogue (1978)
• Myth, Faith and Hermeneutics (1979)
• The Vedic Experience (1979)
• The Cosmotheandric Experience. Emerging Religious Consciousness (1993)
• Paz y desarme cultural (1993)
• La nueva inocencia (1993)
• Elogio de la sencillez (1993)
• Ecosofía (1994)
• La experiencia filosófica de la India (1997)
• El espíritu de la política (1999)
• El diálogo indispensable. Paz entre las religiones (2003)
39. R. PANIKKAR, Faith and Belief. A multireligious experience, en: ID., The Intra-Religious
Dialogue, Nueva York, Paulist Press, 1978, 22-23.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 311
42. R. PANIKKAR, Sobre el diálogo intercultural, Salamanca, San Esteban, 1990, 97.
43. Ibíd., 102.
44. Ibíd., 103.
45. Ibíd., 104.
46. Ibíd., 105.
47. Ibídem.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 315
50. R. PANIKKAR, Sobre el diálogo intercultural, Salamanca, San Estaban, 1990, 87.
51. D. DE VALLESCAR, o.c., 262.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 317
52. R. PANIKKAR, Sobre el diálogo intercultural, Salamanca, San Esteban, 1990, 17.
53. Ibíd., 20-21.
318 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
comparativo parece remitir a una base neutral más allá de las filosofía,
a un terreno común, a un acuerdo, una visión global del mundo por
medio de estudios comparativos61. No puedo comparar otro sistema
último de creencias a menos que de alguna forma comparta esas creen-
cias. No puedo hacerlo hasta que no conozca a aquél que las sostiene.
Pero toda filosofía está en comparación con las opiniones anteriores
(Aristóteles, Aquinate) y con el mundo filosófico que le rodea. Toda
filosofía es comparativa pues se compara a sí misma con otras visiones.
Nos apoyamos sobre los hombros de nuestros predecesores62. Para
Pannikar hay fundamentalmente cuatro modelos comparativos: tras-
cendental, estructuralista, lingüístico y fenomenológico. Cada uno tie-
ne sus problemas y limitaciones63.
La filosofía comparativa intenta comparar los mitos finales (sobre
los que las culturas han construido sus mundos) pero no de una forma
neutral porque todos permanecemos en un mito y no podemos elimi-
nar el horizonte último en el cual estamos situados y con respecto al
cual entendemos. La comparación nos hace conscientes de nuestro
propio mito introduciéndonos en el mito de los demás y nos salva de
vivir en la falacia o de creer que todos los demás viven en mitos excep-
to nosotros64. La dificultad de la filosofía comparativa radica en su
punto de partida pues siempre al comparar partimos de una filosofía
implícita. La filosofía comparativa nos hace conscientes de nuestro
propio mito por medio de nuestra introducción en el mito de los
demás y por esta misma razón cambia nuestro horizonte. Descubrir
nuestro horizonte hace que el horizonte se convierta en otro distinto.
5. El modelo de diálogo
El modo en que hay que gestionar un conflicto pluralista no es dia-
lécticamente sino en un dialogo dialógico. Este diálogo es difícil de
establecer si una de las partes rehusa entrar en él. El dialogo es un
asunto personal que empieza siendo una experiencia intrarreligiosa. El
hombre es un ser religioso que siempre se ha planteado preguntas últi-
mas que dan lugar a una profunda comunicación entre las personas
porque las preguntas siempre anhelan dialogar.
El diálogo y respeto por otras culturas y religiones es lo que carac-
teriza la época actual. Ya se han superado las etapas del testimonio, la
conversión, la cruzada y la misión. Ahora no se quiere conquistar ni
convertir sino servir y aprender. Para llegar hasta aquí para Panikkar
hemos pasado por los siguientes momentos (o tipos de encuentro):
1. aislamiento e ignorancia
2. indiferencia y desprecio
3. rechazo y conquista
4. coexistencia y comunicación
5. apropiación y diálogo
324 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
72. R. PANIKKAR, El diálogo indispensable. Paz entre las religiones, Barcelona, Península,
2003, 27.
73. R. PANIKKAR, Sobre el diálogo intercultural, Salamanca, San Esteban, 1990, 96.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 325
74. R. PANIKKAR, El diálogo indispensable. Paz entre las religiones, Barcelona, Península,
2003, 31-32.
75. Ibíd., 37-38.
326 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
tros respectivos Absolutos sin dejar de ser absolutos para nosotros pues
sabe que la paz y la armonía no pueden quebrarse por discusiones
sobre conceptos religiosos82.
El diálogo es un modo de ser religioso y una dimensión integral de
la persona. No es una tarea para especialistas o expertos pues cada diá-
logo es único. En el diálogo nos acercamos al otro desde una aproxi-
mación holística pues nadie ama verdaderamente al prójimo si no lo
conoce verdaderamente. Se trata de adaptarse a la cosmovisión del
otro superando nuestro solipsismo. Hay que ir desnudos sin agendas
ni intenciones ocultas. Hay que entrar en el diálogo con toda la perso-
na y por eso la preparación al diálogo no sólo debe ser teórica y prác-
tica sino también personal83.
Por eso para Panikkar las actitudes para tratar el pluralismo no son
sólo la discusión sino también la oración, las palabras y el silencio; no
sólo decidir sino permitir que las situaciones se aclaren por sí mismas;
no sólo autoridad sino una mutua y elevada obediencia; no sólo llegar
a conocer las soluciones sino una búsqueda común; no sólo una sim-
ple exégesis de reglas sino libertad de iniciativa.
El diálogo es una liturgia (obra del pueblo) a la que toda persona
está invitada y llamada a transformar todas las cosas en la celebración
del milagro de la vida. Es una communicatio in sacris, una sagrada comu-
nión. Este diálogo tiene unas dimensiones cósmicas. El encuentro de las
religiones (toda religión es un encuentro) es un encuentro de galaxias
que afecta al destino del mundo. De lo contrario se puede provocar un
desastre (dis-astrum), un choque de estrellas. No es sólo un encuentro
de ideas, de epistemologías sino de ontologías, de visiones del mundo.
El encuentro de las religiones puede ser un nuevo paso hacia las pro-
fundidades y alturas de la realidad y el dinamismo del ser, de las esfe-
ras, de las estrellas. El encuentro entre religiones no es arqueología sino
un suceso de proporciones cósmicas, un efecto mariposa84.
El diálogo y encuentro entre religiones es un proceso continuo, per-
manente, inacabado e infinito. No es algo terminado. Su finalidad no es
la unanimidad sino la comunicación, la simpatía, el amor o la comple-
mentariedad entre polos. Por eso el diálogo es un fin en sí y su finali-
dad no es la conclusión o el final. Esta provisionalidad es permanente
Diálogo necesario, abierto, interior, lingüístico, político, mítico, religioso, integral y permanente.
91. R. PANIKKAR, Sobre el diálogo intercultural, Salamanca, San Esteban, 1990, 132-133.
92. D. DE VALLESCAR, o.c., 224.
93. Ibíd., 226.
94. Ibíd., 230-232.
334 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
6. Superar reduccionismos
Hay que vincular mito y logos. La razón es un instrumento par-
cial. Por eso el mito desarma la razón que pretende impregnarlo y
dominarlo todo. El diálogo, por ello, es concebido como el ámbito no
sólo de lo impensado (mithos) y lo pensable (logos) sino también lo
impensable (pneuma). Por eso para Pannikar tenemos que superar un
triple reduccionismo: la razón no es todo el logos (irracional y arra-
cional entran), el logos no es todo el hombre (hay mito, cuerpo, sen-
95. R. PANIKKAR, Sobre el diálogo intercultural, Salamanca, San Esteban, 1990, 136.
336 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
dición tiene el monopolio sobre las aguas vivas de los ríos. Las religio-
nes como los ríos difieren entre sí pero en el fondo de sus aguas se pue-
de reflejar el centro de la realidad98.
Por eso, en este mundo científico-técnico e intercomunicado, para
que no haya catástrofes mayores tenemos que cambiar nuestros modos
de pensar y de experimentar la realidad. La solución no vendrá de una
única visión religiosa o tradición sino que tendrá que provenir de la
colaboración de las diversas tradiciones del mundo. Ninguna tradición
humana o religiosa es hoy día autosuficiente y capaz de rescatar a la
humanidad de la situación actual. La humanidad se hundirá si no jun-
tamos todos los fragmentos dispersos. Pero la reunificación no signifi-
ca necesariamente unidad. Y además aunque todos tengamos en
común el deseo de comer y ser felices, el hambre tiene muchas causas
y las vías de la felicidad son múltiples99.
El problema actual es la ausencia de una cosmología donde colocar
conceptos teológicos que tenían sentido en otras cosmologías (concep-
ción virginal, milagros, creación, cielo, infierno, resurección, transubs-
tanciación, etc.). Para esta nueva cosmología necesitamos una coope-
ración intercultural. La imagen del mundo ha de ser resultado de la
fecundación mutua de culturas y religiones (cosmología sin teología se
convierte ella misma en teológica y la teología sin cosmología pierde el
sentido). Ni la ciencia ni la teología pueden funcionar en el vacío cos-
mológico100. Y puesto que no es posible desmitologizarnos completa-
mente, sólo podemos remitologizar, rodearnos de otros mitos, trans-
formar los mitos y nuestra manera de verlos. Muchos sistemas metafí-
sicos ya no son convincentes101. Tampoco ningún paradigma intelectual
único será suficiente para explicar la realidad porque la realidad no es
reducible a paradigmas. Ni tampoco podemos resolver el problema de
la verdad y la realidad porque nosotros formamos parte necesaria-
mente del mismo. Quizá podemos objetivar una parte de la realidad
pero no podemos objetivarla completamente. Si así fuera nos elimina-
ríamos a nosotros mismos102.
Por eso en la cooperación intercultural se requiere una cierta con-
fianza en el mundo en cuanto cosmos, lealtad en la lucha, en la reali-
103. R. PANIKKAR, Sobre el diálogo intercultural, Salamanca, San Esteban, 1990, 152-153.
104. Ibíd., 141.
105. Ibíd., 142.
106. Ibíd., 144.
107. Ibíd., 150.
340 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
8. La importancia de lo concreto
Panikkar defiende la pars pro toto, la visión de toda la realidad a tra-
vés de mi propia ventana. Veo todo el panorama del mundo desde mi
ventana y no puedo ocultar que en el fondo pienso que a través de mi
ventana veo todo el panorama –el totum–111. Un cristiano no está satisfe-
cho si Cristo es un avatara entre muchos sino si es toda la verdad. Para
Panikkar vemos el todo a través de la parte. Cada uno de nosotros pue-
de ser consciente del todo pero bajo una perspectiva particular. Por eso
para nuestro teólogo es necesario superar las categorías teológicas geo-
gráficas del Jordán (agua, fe, acontecimiento, religiosidad, ámbito celes-
tial, exclusivismo) y del Tiber (fuego, confesión, institución, religión,
introversión, inclusivismo) para adentrarnos en el Ganges (tierra, con-
fianza, religiosidad, mesura, extroversión, pluralismo)112. En esta nueva
categoría el símbolo es la tierra, lo secular, el reino de la justicia aquí en
la tierra que implica disponibilidad a colaborar con todos los demás
aunque no seamos de la misma opinión. No es tanto una conciencia pla-
netaria sino la percepción particular del otro y de los otros.
111. R. PANIKKAR, Sobre el diálogo intercultural, Salamanca, San Esteban, 1990, 134.
112. R. PANIKKAR, Invitación a la sabiduría, Madrid, Espasa, 1998, 152-161.
113. Ibíd., 167-174.
342 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
1. Descapitalizar la cultura.
El dinero se ha convertido en el elemento totalizador en todas
las esferas. El dinero abstrae-extrae de las actividades del hombre
dinero para esas mismas actividades acabando por hacerlas de-
pendientes del dinero. Todo se cuantifica. Se paga el agua, la ali-
mentación y dentro de poco el aire. Pero la realidad, y la ciencia
empieza a descubrirlo, es inconmensurable a cualquier intelecto.
No todo es mensurable.
2. Derribar la torre de Babel.
La civilización tecnocrática basada en una concepción mecani-
cista y cuantitativa tiene la tentación de un imperio mundial, de
una economía mundial basada en el poder del mercado. El tecno-
centrismo se presenta como imparcial y objetivo y no es más que
una pálida sustitución del teocentrismo perdido pues el hombre
tiene necesidad de un centro. Pero ninguno de nosotros somos un
centro aunque desde una visión holística en cada uno de nosotros
podemos encontrar el centro del universo y en cada cosa. Toda
persona y toda cultura es un centro de la Realidad global.
119. Sobre este tema son muy interesantes las concreciones que realiza en: R. PANIK-
KAR, El espíritu de la política, Barcelona, Península, 1999, 157-168.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 345
sibles nuestras creencias, de los mitos que dan sentido a las palabras.
Ese encuentro es un encuentro existencial, un encuentro en la fe que
logrará mediante el diálogo y el perdón reconciliar nuestros demonios
y nuestros ángeles, recrear nuestros mitos para que sean más universa-
les y más integradores, armónicos y pacíficos.
El desarme cultural pasa por el diálogo intercultural y por el recha-
zo de todo monopolio o imperialismo cultural. La cultura que pretende
monopolizarlo todo es la cultura moderna occidental y sus valores de
mercado, progreso, tecnología, ciencia, democracia, etc. Este desarme
implica el abandono del evolucionismo científico y del mito de la his-
toria lineal. Hay que hacer consciente a la cultura occidental de su pro-
pio mito, no para destruirlo sino para transformarlo. Hay que ser cons-
cientes de sus efectos devastadores en la naturaleza, en el hambre, en la
guerra, en las relaciones comerciales injustas, en la desigualdad, en las
condiciones laborales, etc. Hay que evitar separar lo sagrado de lo pro-
fano, lo político de lo religioso. Sólo así podremos superar el dominio
de la tecnocracia (máquinas y no artesanías) que está aniquilando con
su potencia y redes al hombre y al planeta, el mito de la historia y la
reductiva secularidad occidental que están escindiendo al hombre y al
mundo. No hay cielo separado de la tierra ni eternidad separada de
temporalidad. Es necesario integrar ambas como lo hace el cristianismo
en la Cruz y la Encarnación. Hombre y Dios, microcosmos y macrocos-
mos. La armonía de cada uno puede reflejar la armonía cósmica y la
armonía cósmica depende de la armonía interior de cada uno. Todo está
relacionado. En el fondo está la armonía que es la estructura última del
universo. Y esta armonía es la justicia, lo que mantiene todo en el orden
adecuado, en su lugar a todas las cosas y lo que mantiene la cohesión
del universo. Pero siempre dentro del dinamismo de la vida, de lo
viviente, de la discordia. Es “concordia discors”, comunidad en la dife-
rencia, es Trinidad, es el amor que mueve todo.
Por eso es tan importante combatir la máquina, la técnica, el pro-
greso, la competitividad que devoran nuestros ritmos de respiración, de
palabras, de comidas, de sueño, de trabajo, etc. Es necesario romper la
interrelación técnica que vivimos con tanto móvil, coche, televisión y
ordenador que nos hacen engranajes de una gran mega-máquina que
está creando una nueva civilización autónoma, mecanicista, objetiva-
ble, controlable y predecible, neutral, virtual y universal. Esta gran
máquina tiene para Panikkar cuatro brazos o industrias que son el dine-
ro, el armamento, la propaganda y el turismo que están invadiéndolo
348 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Esquema Panikkar.
Situación actual: Mal camino y urgencia
Problema: No alternativa interior/ni exterior al Sistema.
No solución contra el Sistema/ ni distanciarse o fuga.
Diagnóstico: Crisis de cosmologías y conflicto de cosmologías
Presupuesto: Crítica cultura científico-técnica de la modernidad. Su universalidad, claridad, medida.
Derribar la Torre de Babel.
Punto de partida: Reconocer el pluralismo cultural y el pluralismo de lo real
Solución insuficiente: Comparación y dialéctica
Solución adecuada: diálogo. Construir una red de caminos que nos unan.
Diálogo: abierto, interior, lingüístico, místico, integral, permanente, político, desde lo concreto.
Frutos: cooperación, concordia, conciliación... y paz
Fruto final: Nueva cosmología, transformación, recuperación de la dimensión divina, animismo.
10. Conclusiones
La propuesta de Panikkar es una propuesta pluralista no liberal. La
inconmensurabilidad entre religiones es insalvable. Es una aberración
reducir las diferencias últimas a una nueva sistematización. Por eso el
modelo liberal moderno basado en la racionalidad calculadora y uni-
versal no es válido. La salida a la crisis de esta civilización asentada en
el desarrollismo y la competencia está en realizar un profundo diálogo
entre culturas y religiones concretas. La solución no es construir una
torre de Babel sino abrir cauces de comunicación pegados a tierra con
otras culturas y religiones que nos ayuden a superar la crisis de las kos-
mologías. Sólo abriéndose a esa pluralidad existencial por la que no
podemos reducir al otro ni comprender-dominar al otro podremos ir
saliendo de nuestra profunda crisis. Ni la comparación ni la dialéctica
suponen un encuentro en profundidad con el otro. Sólo un diálogo que
comprende desde el interior al otro es la solución. Sólo superando los
reduccionismos e integrando por una actitud de simpatía y concordia
podemos integrar lo diferente que no logramos del todo a entender y
que siempre nos trasciende. Sólo mediante un diálogo concreto con el
otro concreto abrimos nuestra realidad hacia el todo.
Por eso para Panikkar el objetivo cristiano del diálogo interreligioso
es invitar a las otras religiones a encontrar en la narrativa y práctica de
Jesús y su comunidad lo que ancla y conecta sus esperanzas humanas124.
Dicho de otro modo el objetivo cristiano es formar hijos de Dios a seme-
Obras:
• An Asian Theoloy of Liberation (1986)
• Love Meets Wisdom. A Christian Experience of Buddhism (1988)
• El rostro asiático de Cristo (1988)
• Fire and Water. Basic Issues in Asian Buddism and Christianity (1996).
128. A. PIERIS, Liberación, inculturación, diálogo religioso. Un nuevo paradigma desde Asia,
Estella (Navarra),Verbo Divino, 2001, 257.
129. Ibíd., 259.
130. A. PIERIS, El rostro asiático de Cristo, Salamanca, Sígueme, 1991, 97-98.
352 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
gión nos viene dictada por los adeptos de las demás religiones. Esto es
lo que para Pieris designa el nombre de dialogo interreligioso139.
139. A.PIERIS, Liberación, inculturación, diálogo religioso, Verbo Divino, 2001, 269.
140. A. PIERIS, El rostro asiático de Cristo, Salamanca, Sígueme, 1991, 133-143.
141. D. TRACY, Dialogue with the Other: The Inter-Religious Dialogue, Eerdmans, Grand
Rapids, 1990.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 357
Pieris busca integrar cada vez mejor amor y sabiduría en sus comu-
nidades en dialogo mutuo con los oprimidos y la tierra oprimida.
Algunos critican una reducción del dialogo interreligioso a una libera-
ción intramundana pero quien comprenda la bipolaridad del amor y la
sabiduría no puede sentir ese temor. Amar y defender al prójimo y la
tierra es tanto como entrar en comunión con algo que está más allá de
todos los nombres.
142. A PIERIS, Love Meets Wisdom, MaryKnoll (N.Y.), Orbis Books, 1988, 111.119.
358 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
143. A. PIERIS, Liberación, inculturación, diálogo religioso, Estella (Navarra), Verbo Divino,
2001, 55.
144. G. GUTIERREZ excluye la revolución americana de la lucha popular pues intenta-
ron conseguir los privilegios, libertades e inmunidades de los ciudadanos ingleses. Los
que se beneficiaron no fueron los esclavos o los nativos colonizados sino esos inmigran-
tes. Para los liberacionistas no es un modelo significativo.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 359
Esto no implica que no encierre ningún mensaje global sino que consti-
tuye el método de una teología elitista que habla desde los conceptos y
presupone las estructuras democráticas occidentales. Pero la teología de
la liberación (TL) nació de la lucha hacia esos sistemas democráticos. De
ahí que encontremos en estos puntos de vista distintos contextos e ideo-
logías y metodologías145. “A pesar de esto, ningún liberacionista osaría
negar que el lenguaje de los derechos humanos es el modo propio de
occidente de comunicar el evangelio de la justicia a los ricos y podero-
sos”146. Además los DH han corregido el individualismo, el liberalismo y
el descuido de los derechos económicos. Pero a pesar de esto sigue sien-
do una teología dirigida a ricos y poderosos y a los enclaves occidenta-
lizados del tercer mundo. El problema para Pieris es cuando esta teolo-
gía se convierte en instrumento del colonialismo eclesiástico de la Iglesia
occidental en las naciones pobres. Esto suscita la indignación de los teó-
logos de la liberación pues su etnocentrismo esconde la creencia que su
teología es universal frente a las teologías parciales negra, feminista, lati-
noamericana, etc.
La teología de los DH aparece ligada al modelo democrático de orga-
nización social occidental mientras que la TL al paradigma socialista que
incluye la realidad de la lucha de clases. La DSI está vinculada a las cla-
ses altas y tiene estrechos lazos con ellas que le impiden comprender los
aspectos importantes del análisis social marxista147. Por eso no extraña
que la instrucción vaticana sobre la TL rechace el mito de la revolución
en favor del de la reforma. Pero Lohfink ha investigado las raíces bíbli-
cas de la teología de la liberación con una conclusión diferente: la noción
bíblica trata al pobre como el pobre, al pueblo oprimido como clase y
favorece una opción radical fuera del sistema opresor más que una solu-
ción reformista pues cree que Dios asume la responsabilidad total de
este cambio. La DSI y Ratzinger buscan la mejor organización posible de
los asuntos humanos en una situación histórica dada imponiendo al ter-
cer mundo el modelo reformista occidental como si fuese católico. Pero
para Pieris esto es una imposición ideológica de una iglesia a otras148.
La TL no habla de principios trascendentes y conceptos a integrar
pues no está comprometida en la reconciliación de conceptos opuestos
152. La tercera parte de su libro Fire and Water está dedicada a un análisis de la espiri-
tualidad desde la perspectiva de la liberación. Allí hace una reflexión sobre los votos
como ingrediente de un auténtico humanismo y un estudio de los Ejercicios Espirituales
sobre un transfondo budista.
362 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Esquema Pieris.
Magisterio de los Pobres Praxis de la liberación Integración mística y profecía,
Religiosidad cósmica, Comunidades de base Integración de amor y sabiduría,
ecológica, femenina, justicia Pobreza y Religiones Integración masculino-femenino
11. Conclusión
Obras:
• Faith, Culture and Inter-Religious Dialogue (1985)
• Misión Today: Reflections from an Ignatian Perspective (1988)
• Making All Things New. Dialogue, Pluralism and Evangelization in Asia (1990)
• Walking Together. The practice of Inter-religious Dialogue (1992)
• Becoming Indian (1993)
• A Call to Community. The Caste System and Christian Responsibility (1994)
• Toward Fullness. Searching for an Integral Spirituality (1994)
• Creative Conflict. Theological Musings (1995)
• Life in Freedom. Liberation Theologies from Asia (1997)
• El evangelio al encuentro de las culturas. Pluralidad y comunión de las Iglesias (1998)
• Love or Justice (1999).
“Si tenemos una visión cada vez más positiva sobre el papel de las
demás religiones dentro del designio de Dios, nuestra actitud será de
diálogo y colaboración”154. Pero esta apertura a una visión positiva de
las demás religiones va unida a concebir la propia religión como limi-
tada en sus manifestaciones parciales (incluso el cristianismo), como
condicionada por la historia y la cultura y reconocer no haber com-
prendido por completo aspectos de la Palabra. De ahí que la palabra
de otros pueblos sea pertinente para completarnos.
El encuentro entre dos religiones no es el encuentro de dos culturas
sino de múltiples culturas subyacentes. Cuando un misionero cristia-
no, por ejemplo, entra en contacto con una religión diferente muchas
culturas entran en contacto. La Biblia es producto de muchas culturas,
All Things New. Dialogue, Pluralism and Evangelization in Asia, Anand, Gujarat Sahitya
Prakash, 1990 (edición internacional: Maryknoll, Orbis Books, 1990); Iñigo in India.
Reflectgion on the Ignatian Exercises by an Indian Disciple, Anand, Gujarat Sahitya Prakash,
1992; Walking Toguether. The Practice of Inter-Religious Dialogue, Anand, Gujarat Sahitya
Prakasg, 1992; Becoming Indian. The Process of Inculturation, Rome, Centre for Indian and
International Studies, 1992; A Call to Community. The Caste System and Christian
Responsibility, Anand, Gujarat Sahitya Prakash, 1994; Toward Fullness. Searching for an
Integral Spirituality, Bangalore, Catechetical and Liturgical Centre, 1994; Creative Conflict.
Theological Musings, Bombay, St. Paul´s Publications, 1995; Life in Freedom. Liberation
Theologies from Asia, Maryknoll, Orbis Books, 1997; El evangelio al encuentro de las culturas.
Pluralidad y Comunión de las Iglesioas, Bilbao, Mensajero, 1998; Love or Justice?, Dindigul,
Vaigarai, 1999.
154. M. AMALADOSS, El evangelio al encuentro de las culturas, Bilbao, Mensajero, 1998, 41.
364 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
las palabras que Jesús dijo en arameo son expresadas de nuevo en grie-
go reinterpretadas por distintas comunidades en el Nuevo Testamento,
estas palabras se encarnan en distintas tradiciones culturales (griegos,
latinos, sirios, coptos, armenios, etc.) y la iglesia latina la adapta a modos
de organización, conceptos y formas de celebración griegos y latinos,
es interpretada por la religiosidad plural de la nación del misionero
(español, italiano) con sus tensiones culturales y movimientos inter-
nos. Toda esa diversidad de tradiciones están presentes en una religión
antes de inculturarse o dialogar.
En el encuentro entre culturas hay tres modelos básicos: 1) la acul-
turación de algunos inmigrantes (asimilación), 2) la imposición de la
cultura por los conquistadores, 3) aprender de las otras culturas e inte-
grar los elementos útiles de ellas conservando la propia identidad
como hicieron los romanos ejemplo con cultura griega.
La imposición no tiene éxito donde las culturas son fuertes (ej.
Occidente en Asia). Las religiones muchas veces son una resistencia a
la cultura extranjera dominante. Incluso la conversión no es un simple
cambio de religión pues hay ritos populares, ciclos de vida, mitos ora-
les que difícilmente se pierden. Convertirse no significa abandonar
una religión por otra sino integrar una en otra (religiones indígenas en
el cristianismo en América).
155. Teología minjung de corea, teología de la lucha de Filipnas, teología de los dalit de
la india, despertar de las mujeres, en armonia con la tierra.
156. M. AMALADOSS, Vivir en libertad. Las teologías de la liberación del continente asiático,
Estella (Navarra), Verbo Divino, 2000, 225-226.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 365
157. M. AMALADOSS, Vivir en libertad. Las teologías de la liberación del continente asiático,
Estella (Navarra), Verbo Divino, 2000, 227.
158. M. AMALADOSS, Walking Together. The practice of Inter-religious Dialogue, Gujarat
Sahitya Prakash, 1992, 155.
366 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
159. M. AMALADOSS, Vivir en libertad, Estella (Navarra), Verbo Divino, 2000, 228.
160. Ibídem.
161. Ghandi plantea una sociedad justa y fraternal y cree que la causa de la opresión es
el egoísmo humano y el apego que se pone de manifiesto en el capitalismo y en una cien-
cia y tecnología deshumanizadas. Sugiere que la renuncia personal y la preocupación por
el otro son el medio de alcanzar una vida humana mejor en comunidad. Considera que
su acción liberadora consiste en buscar y alcanzar la verdad de Dios. Buddhadasa consi-
dera que el mundo cósmico y humano son una red, y que el egoísmo es la raíz de todas
las divisiones y opresiones. Cree que este egoísmo se manifiesta en el capitalismo liberal
contemporáneo y sugiere que la compasión y la búsqueda del socialismo que él conside-
ra natural o dhámmico. Reinterpreta el nirvana no como vacío sino como negación del
ego y relación. Ali Shariati considera que la idolatría de la riqueza y el poder supone un
obstáculo para el bienestar humano y social. Critica tanto el capitalismo liberal y laico
como el socialismo marxista y ateo. Su visión de la sociedad es la umma (comunidad) de
personas que obedecen a Dios (islam).
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 367
miso para los demás. Así como en las relaciones interpersonales los
deberes deben corresponder a los derechos, la propiedad de los bienes
debería ir pareja a un sentido de responsabilidad social”171.
8. Comunidad y comunión
Los comunes proyectos para la acción como creyentes religiosos
son más fáciles de realizar si todos se sienten como una comunidad.
Una comunidad interreligiosa no tendrá los mismos lazos que un gru-
po que comparte la misma fe. Pero aunque en una comunidad interre-
ligiosa no compartan todos la misma fe, los creyentes no son total-
mente extraños unos a otros pues el diálogo irá mostrando que com-
parten las mismas cuestiones y similares perspectivas y respuestas. La
convergencia es posible y basados en esa convergencia pueden pensar,
orar, celebrar y participar en experiencias religiosas conjuntas movién-
dose de la simpatía a la comunicación.
Pero el sentido de comunión no es fruto de una discusión intelectual
sino de un encuentro de personas que confían unas en otras. El diálogo
es básicamente relaciones entre personas, amistad, compañía, relación no
verbal y experiencias conjuntas. Es también importante la información
que remueve prejuicios (en escuelas, medios, celebraciones), la compren-
sión mutua (filosófica, teológica, simbólica, etc.) y las celebraciones fami-
liares y de pequeños grupos que crean un ambiente emocional.
Es importante crear el sentimiento del “nosotros”. La intención no
es la información sino algo semejante a una celebración. No hay espec-
tadores sino sólo participantes que tratan de revivir una experiencia
primordial. Pero esto no es posible sin fe, sin creer en la unidad de base
de la humanidad más allá de las diferencias religiosas172.
Por eso la meta del diálogo no es sólo la liberación de algo sino para
algo. Los cristianos lo denominan nueva comunidad humana en la que
se reconoce la soberanía de Dios. Los musulmanes hablan de la umma.
Los budistas evocan la experiencia del interser. Los confucianos hablan
de un universo armonioso. Los hindúes apuntan a la experiencia de la
unidad del ser. Los que practican las religiones cósmicas afirman la red
y la continuidad de la vida.
Pero para vivir esta armonía necesitamos estar libres de fuerzas exter-
nas e internas (limitaciones, egoísmo, deseo). Sólo así seremos libres para
173. El árbol o un cuerpo tienen diferentes elementos (raíces, ramas, hojas, flores, etc.)
no unidos por una acción exterior. Provienen de una semilla. Mantienen unos con otros
una relación viva, respetando la identidad de cada elemento dentro de la diferencia. Pero
una casa tiene diversos elementos reunidos para hacer esa casa. Lo que le confiere uni-
dad es la intención del constructor.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 373
Esquema Amaladoss.
Diálogo interreligioso como diálogo cultural por dimensión pública de la religión.
Presupuestos: fidelidad y desafío a lo propio, consenso dinámico, no violencia, autodisciplina
Elementos liberadores: ecología, feminidad, opción por ser pobre, incluir mal en bien, humanismo
Frutos: comunidad, comunión y armonía.
12. Conclusiones
La propuesta de Amaladoss se centra en la imagen de la comunidad
y la armonía. Para él son inaceptables los modelos exclusivista y plura-
lista. Sus reservas se mantienen también con los modelos inclusivistas de
178. Ibíd., 237-238.
179. Ibíd., 239.
180. M. AMALADOSS, Walking Together, Gujarat Sahitya Prakash, 1992, 140ss.
181. Ibíd., 153.
182. Ibíd., 154.
183. A call to community. The caste system and christian responsibility, Anand, Gujarat
Sahitya Prakash, 1994.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 375
Obras:
• Jesucristo el liberador (1972).
• Eclesiogénesis (1977).
• Iglesia, carisma y poder (1981).
• Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres (1997).
• El águila y la gallina, una metáfora de la condición humana (1998).
• La dignidad de la Tierra. Ecología, mundialización, espiritualidad (2000).
• El despertar del águila (2000).
• Ética planetaria desde el Gran Sur (2001).
• El cuidado esencial. Ética de lo humano, compasión por la Tierra (2002).
• Femenino y masculino. Una nueva conciencia para el encuentro de las diferencias (2002).
• Fundamentalismo. La globalización y el futuro de la humanidad (2003).
184. L. BOFF, Ética planetaria desde el Gran Sur, Madrid, Trotta, 2001, 16.
185. Ibíd., 17.
186. Ibíd., 17-18.
187. Ibíd., 18.
188. Ibíd., 19.
378 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
trica que nos enseñe que la Vida es una y única en sus diversas mani-
festaciones, que es fundamental la armonía con los demás represen-
tantes de la vida y que es esencial respetar las condiciones fisico-quí-
micas que garantizan la existencia y la perpetuación de la vida.
Esta óptica global y ética global requiere a la vez el desarrollo con-
junto de las morales regionales y de los contextos culturales a la vez
que un ethos global. Universalidad y particularidad han de ir unidos.
Urge pensar globalmente y actuar localmente y pensar localmente y
actuar globalmente189.
Este cambio supone una nueva cosmología en la que no se conciben
las cosas como yuxtapuestas sino como “inter-retro-conectadas”, conec-
tadas en todas las direcciones. Por eso el diálogo se hace obligatorio de
todos con todos (multiétnico, multireligioso, femenino, distintas edades,
etc.). Este cambio implica la superación del paradigma moderno por un
paradigma holístico donde todo se relaciona con todo. Por eso la ecolo-
gía que propugna Boff no es sólo ambiental sino social (injusticias), inte-
gral (humanidad y no-humanos) y mental (unidad y diversidad). Esta
nueva cosmología y ecología es el marco de la nueva ética planetaria.
En Boff hay una formulación clara de una ética mundial. Pero ¿nace
esa ética común del diálogo entre las religiones? ¿cómo concibe Boff el
diálogo entre las religiones?
Para Boff cuando más ahondamos en los fundamentos del cristianis-
mo, del judaísmo y del islamismo más descubrimos la dimensión libe-
radora y de solicitud hacia los pobres, hacia las personas y la naturale-
za. El diálogo parece en nuestro teólogo brasileño hacer florecer los ele-
mentos liberadores de la religión. En la tradición occidental para Boff su
arquetipo de diálogo fraterno y fecundo es el de San Francisco de Asís.
En 1216 Francisco “se presentó ante el papa Inocencio III para tratar de
disuadirlo de emprender una cruzada contra los musulmanes, argumen-
tando que la cruzada era contraria a la voluntad de Dios, a lo cual aña-
208. L. BOFF, “A Dios se llega por muchos caminos”, en: L. BOFF y F. BETTO, Mística y
espiritualidad, Madrid, Trotta, 1996, 75-77.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 391
211. L. BOFF, El águila y la gallina. Una métáfora de la condición humana, Madrid, Trotta,
1998, 97-103.
394 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
212. J. J. TAMAYO, Leonardo Boff: ecología, mística y liberación, Bilbao, Desclée De Brouwer,
1999, 125.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 395
algo que está más allá de ellos. Buda no se llamaba Buda sino Gautama
y sólo tras su iluminación se le llamó Buda (iluminado) y se empezó a
reflexionar sobre la budidad. Por eso para Boff “en cada eje de la expe-
riencia religiosa encontramos personas seminales que nos conducen a
ese abismo de ternura y profundidad. Son co-hermanos. La grandeza
de Jesús el Cristo no se hace a costa de Buda, de Alá, de Quetzalcoalt,
pues todos ellos han mantenido la memoria bienaventurada de Dios,
que jamás ha abandonado a la humanidad. Desde ahí puede hacerse un
espectacular y grandioso diálogo interreligioso, manteniendo una pro-
funda unidad en la diversidad de expresiones. Diversidad que no crea
guerra, porque nos remite a lo inefable”213.
Detrás de toda la mística franciscana de Boff se encuentra la Trinidad,
como misterio de comunión, como comunidad de base pura expresión
de amor y vida en donde cada persona contiene a las otras dos (perió-
resis) y donde las tres personas “están juntas” en una unión que no
suprime las diferencias (Jn 10,30-38), en una ausencia de jerarquías y
subordinacionismos.
La Trinidad para Boff tiene un lugar central en cuanto diversidad de
personas (se diferencian una de las otras), ausencia de jerarquía (ningu-
na persona está por encima o por debajo) y en cuanto símbolo de uni-
dad. Esta unidad nace de la diversidad y de la entrega de cada una.
Como afirma San Bernardo “el amor constituye la Trinidad en la unidad
y, de cierta forma, unifica las personas en el vínculo de la paz” (Liber de
diligendo Deo, c. 12, nº 35). Por eso la Trinidad es modelo para una ecle-
siología de comunión de iglesias particulares relacionadas unas con
otras, pues son expresiones de la misma Iglesia de Cristo. La unidad de
la Iglesia se realiza en el misterio trinitario y no en una metafísica clási-
ca y neoescolástica. Por eso la Trinidad también es modelo de diálogo
interreligioso214.
Boff articula muchas categorías como Trinidad, mística, armonía,
ecología, praxis, comunidad en un nuevo paradigma que supera el logo-
centrismo y se acerca a los mitos, que supera la modernidad y el pro-
greso y se abre a lo cósmico con un lenguaje narrativo cercano donde lo
religioso es concebido como alma de la cultura, hogar espiritual de la
razón, casa de los símbolos y dimensión trascendente de la cultura.
215. L. BOFF, El cuidado esencial. Ética de lo humano, compasión por la tierra, Madrid, Trotta,
2002, 18-20.
216. Ibíd., 21.
Diálogo interreligioso y ética mundial en la actual teología de las religiones 397
y preocupación como la que sienten las madres hacia sus hijos. Esto
implica un modo de ser que se deja afectar, emocionar, implicar más
allá de la lógica calculadora, analítica y objetivante, es más pathos que
logos pues el sentimiento es lo que nos une a las cosas y hace que nos
impliquemos con las personas. Este cuidado es amor, justa medida,
ternura vital, caricia esencial, amabilidad fundamental, convivencia,
compasión radical, misericordia, rostro y corazón. Ese cuidado es una
actitud que se despliega a todo nuestro planeta, a nuestro contexto
social, al hombre, al pobre y oprimido, a nuestro cuerpo sano y enfer-
mo, a nuestra alma con sus ángeles y demonios, a nuestro espíritu con
sus sueños divinos y a la muerte.
Esta ética del cuidado es todo lo contrario al fundamentalismo
judío, islámico o cristiano (protestante o católico), neoliberal o científi-
co, sagrado o secular218. Para Boff el único remedio para disolver el fun-
damentalismo es un diálogo hasta la extenuación y hasta el límite de
la racionalidad para que a lo mejor el otro descubra nuestro derecho a
ser diferente y existir. Por eso frente a la globalización del terror que
diferencia entre buenos y malos es necesario vencer al odio con amor,
con diálogo incansable, con negociaciones abiertas, con acogida del
distante y extranjero con unas relaciones más inclusivas y compasivas
siempre buscando como dicen Huttington y Küng los puntos comu-
nes. En esta nueva actitud de colaboración las religiones, los símbolos
y la armonía juegan un papel fundamental frente a la lógica competi-
tiva del capitalismo y la cerrazón del fundamentalismo.
Esquema Boff.
Presupuesto: Urgencia y universalidad de los problemas.
Punto de partida: Necesidad de una nueva plataforma y fundamento (tierra, cosmología, ecología).
A problemas universales, soluciones universales.
Las soluciones universales requieren un discurso ético universal (un ethos y diversas morales)
Medios:
• Mínimos: imperativos mínimos de cuidado, responsabilidad, solidaridad, diálogo, ecología, etc.
• Máximos: religiones proporcionan sueños e ideales más elevados de la Humanidad.
Modelo de encuentro pluralista: distintos caminos, totalidades en contacto, encuentro símbolos
Meta: paradigma de la Trinidad, cristología cósmica, ética del cuidado. Comunión y comunidad.
12. Conclusión
6. Ibíd., 35.
7. Ibíd., 37.
8. Ibíd., 38-40.
9. Ibíd., p. 45.
416 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Más allá de las diferencias ¿por qué tenemos necesidad de una éti-
ca mundial? La ética mundial en cuanto integrada profundamente en
el diálogo interreligioso permite a los creyentes abrirse a la difícil tarea
del diálogo y posibilita y crea hábitos y actitudes para un fructífero y
posterior diálogo con las tradiciones seculares en busca de una ética
civil en el contexto de las sociedades democráticas. La ética mundial
abre a las tradiciones religiosas al diálogo y a la colaboración sin des-
pegarse del suelo creyente y en el encuentro con las otras tradiciones
religiosas encuentra los contenidos básicos para una ética civil. En la
ética mundial se encuentra la dignidad de la persona, la opción por los
más pobres, la igualdad, la libertad, la participación, la solidaridad con
todos, la ecología, la no discriminación de la mujer, etc. Además la éti-
ca mundial, como la ética civil, cultiva la dimensión liberadora de la
religión, ayuda a integrar las diferentes tradiciones fomentando la paz,
crea espacios neutrales en lo público para diálogar diferentes personas
de distintas tradiciones, pone límites a ciertos comportamientos reli-
giosos y ayuda a integrar las diferencias creando estructuras que no
son excluyentes.
418 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
11. D. CALLAHAN, Religión and the Secularization of Bioethics, Hasting Center Report
20 (1990) 2-5.
Fuerza y debilidad de una convergencia ética en el diálogo interreligioso 419
La ética mundial lo que nos hace es no perder las raíces, los con-
textos, la tradición, la historia en el camino hacia la universalidad. Por
eso la ética mundial tiene en cuenta “el rodeo de las mediaciones” pues
sabe que el camino hacia la universalidad no es un camino recto. La
pluralidad de contextos y mediaciones, de historias y tradiciones le
hacen descubrir que nuestra universalidad es siempre precaria y pro-
visional, que tiene que rehacerse y reinterpretarse, profundizarse y
cambiarse. El camino hacia la universalidad propuesto por la ética
mundial es el camino del diálogo y del otro. Por eso el pensamiento
normativo de cada tradición religiosa no se universaliza abstrayéndo-
se sino extendiéndose mediante la apertura al pensamiento normativo
de otros. Desarrollando un aprecio mutuo y aprendiendo del contacto
mutuo empezamos a valorar aspectos descuidados y ensanchamos
nuestras normas de juicio y nuestro horizonte. Aprender de los otros
cualquier verdad e integrarla con sabiduría es ser fiel a Cristo. De ahí
que toda pretensión de relevancia universal excluyendo las ideas de
los otros es problemática. Por eso la universalidad se construye desde
la capacidad de ser transformado y enriquecido por las tradiciones de
los otros. Para desplegar una pretensión universal de forma coherente
es necesario entender las pretensiones del otro. Por eso el diálogo inte-
rreligioso es tan clave como paso previo para la elaboración de una éti-
ca mundial. El diálogo nos enseña la dificultad de escuchar, aprender
y comprender otros lenguajes, vivencias e intereses para ir transfor-
mando las afirmaciones contradictorias en otras diferentes, nuevas y
más plenas12.
La ética mundial, para terminar este epígrafe, ayuda además a
superar ciertas deficiencias de la ética civil que muchas veces no se tie-
nen suficientemente en cuenta.
12. J.B. COBB, Más allá del pluralismo, en: G. D´COSTA (ed.), o.c., 147-167.
420 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
14. A. GONZÁLEZ, Teología de la praxis evangélica, Santander, Sal Terrae, 1999, 14.
15. Ibíd., 15.
422 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
20. A. CORTINA, La ética de la sociedad civil, Madrid, Anaya, 1994; ID., Ciudadanos del
mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía, Madrid, Alianza, 1997.
21. C. TAYLOR, El multiculturalismo y la política de la diferncia, México, FCE, 1992.
Fuerza y debilidad de una convergencia ética en el diálogo interreligioso 425
22. A. DOMINGO MORATALLA, Lo que usted estudió y nunca debió olvidar de ética,
Madrid, Acento, 2001, cap. 10.
23. M. WALZER, Las esferas de la justicia. Una defensa del pluralismo y la igualdad, México,
FCE, 1994.
24. Walzer se opone así a la moral abstracta (ajena a los contextos concretos) deducida
de principios generales de la justicia de Rawls y a una pretendida independencia contex-
tual que puede desarrollar normas de valor incondicional a partir de la comunidad
humana de comunicación y argumentación (Habermas y Apel).
426 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
27. A. HORTAL, Es hora de marcar las diferencias, Sal Terrae 91 (2003) 137-148.
28. Ibíd., 137-138.
428 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
29. CH. TAYLOR y OTROS, A Catholic Modernity?, Oxford University Press, Oxford
1999.
30. A. HORTAL, a.c., 145.
Fuerza y debilidad de una convergencia ética en el diálogo interreligioso 429
31. Cf. J. GAFO, Bioética teológica, Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 2003, 97; J.
FERRER, Quod omnes tangit, ab ómnibus tractari debet:: una “questio disputata” de
epistemología moral en la teología católica”, en J. GAFO, Bioética y religiones: el final de la
vida, Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 2000, 127-152.
32. Cf. J. A. MARINA, Dictamen sobre Dios,Anagrama, Madrid, 2001, 226.
33. Cf. J. L. MARTÍNEZ, “¿Caritas vs. Areté? La recuperación macintyriana de la vir-
tud ante las propuestas ético teológicas de Hauerwas y Keenan”, Miscelania Comillas 59
(2001) 593-637.
430 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
36. C. S. LEWIS, La abolición del hombre, Andrés Bello, Santiago de Chile, 81-96
432 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
verdadera ilustración sin religión y mitos previos. No hay alas sin raí-
ces. No hay ética pública en plenitud sin la presencia e integración de
lo religioso en el hogar común. Estas tesis tan aparentemente radicales,
que por supuesto hay que matizar, se fundan en que la religión es el
elemento trascendente de la cultura, la religión es el hogar espiritual de
la razón y de la ética y en que la religión es en gran parte el elemento
mítico-poético configurador de las tradiciones. La razón moderna tie-
ne sus límites y las religiones también pues no todo es religión. Pero
los máximos de las religiones en diálogo en la esfera pública pueden
aportar fundamento, contenidos y motivación a los creyentes en la
vida pública y servir así de fermento y levadura para toda la sociedad
y para los mínimos de la ética civil.
El diálogo entre y en las religiones es necesario pues no hay verda-
dera religión sin un cierto diálogo ad intra y ad extra. La religión sólo
vive y revive si está abierta al diálogo. Más allá de las diferencias pro-
fundas y las coincidencias parciales el diálogo plantea dinámicamente
la posibilidad de abrir los horizontes y ampliar las verdades y valores
de cada religión. Este diálogo no es fácil pues toca el centro mítico-poé-
tico de la realidad y por eso puede derivar en experiencia radical de
lucha interior como la de Jacob en la noche con el ángel de Dios. Pero
el diálogo religioso también nos hace conocernos, entendernos, valo-
rarnos, plenificarnos, amarnos y caminar juntos hacia nuestro común
destino en Dios. Por eso este diálogo entre las religiones es un medio
privilegiado que nos librará del escepticismo y del dogmatismo, del
laicismo y del fundamentalismo, de la premodernidad y la moderni-
dad en esta nueva época o paradigma en la que nos encontramos.
En ese diálogo Cristo no es indiferente. Negarlo sería como afir-
mar que para saber literatura no hace falta conocer a Cervantes o
Shakespeare. Cristo no está contra las religiones (exclusivismo), ni al
margen ni al lado de las otras religiones (pluralismo). Cristo ni es vali-
dez exclusiva y absoluta, ni superioridad jerárquica ni una figura más
entre una pluralidad de ofertas religiosas. Cristo no puede ser atrapa-
do por estos modelos.
Cristo sólo puede entenderse desde la Trinidad. Por eso para com-
prenderle hay que rechazar toda teología de origen plotiniano inspira-
da en el Uno, toda teología de concentración de poder, toda teología
imperial de divinización del Padre, todo monoteísmo práctico. A
Cristo sólo se accede a través de la Trinidad, a través de una comuni-
436 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
impuestos, los samaritanos herejes, los pobres, en suma, con todas las
partes despreciadas de la sociedad de su tiempo. A estas categorías
Jesús les anuncia que el reino de Dios ha llegado y les invita a entrar
en él por medio de la conversión y una reordenación de su vida”40.
Pero esta imagen subversiva ya nos es conocida. ¿Qué de nuevo apor-
ta la ética mundial a la Cristología?
Una cosa parece clara: Jesús se dirige principalmente a “las ovejas
perdidas de Israel” (Mt 15,24; Mt 10,5-6) pero la realidad es que los
evangelios nos muestran diversas ocasiones en que Jesús entra en con-
tacto con gente extranjera. Jesús se admira de la fe del centurión (“en
Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande” –Mt 8,5-13–) que
es un pagano. Mateo describe en el mismo pasaje el anuncio jesuano
según el cual muchos, provenientes de oriente y occidente, serán admi-
tidos en el reino de los cielos (Mt 8,11-12), lo cual parece no referirse a
lo escatológico sino a un hecho actualmente operante. La reunión esca-
tológica se encuentra ya iniciada en el ministerio de Jesús. El acceso al
reino tiene lugar gracias a la fe y la conversión y no por la simple per-
tenencia étnica (Mc 1,15).
En la parábola del banquete (Lc 14,15-24; Mt 22,1-14) afirma Jesús
que después de los marginados de Israel también los extranjeros (los
gentiles) son llamados al banquete. Por eso la visión que Jesús tiene del
reino es una visión global (“sal a los caminos”). La participación de
todos en el banquete es símbolo de la participación de todos en la salva-
ción de Dios. La conversión no implica el paso a una religión diversa
sino una conversión al Dios de la vida y del reino. La casa llena de invi-
tados al banquete simboliza la universalidad del Reino e incluye a parias
y extranjeros. Es una fiesta del pueblo. Los individuos obligados a entrar
representan una variedad de fieles y religiones. Jesús quiere dirigir nues-
tro compromiso hacia el Dios del reino de Dios y no hacia el Dios de
nuestra tradición religiosa o hacia el Dios fabricado por nosotros.
Por eso Jesús cura a la hija endemoniada de una mujer cananea (Mt
15, 28) y se maravilla de su fe (“grande es tu fe; que te suceda como
deseas”). Los milagros realizados por Jesús a favor de los extranjeros
tienen el mismo significado que todos los demás. Jesús ante la cananea
parece descubrir que el sufrimiento humano no puede llevarnos a esta-
blecer una distinción entre judíos y gentiles. El sufrimiento humano es
40. J. DUPUIS, El cristianismo y las religiones, Santander, Sal Terrae, 2002, 45. Seguimos
en estos párrafos sus orientaciones.
438 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
1. Obras de H. Küng
KÜNG, H. (1962), El Concilio y la unión, Herder, Santiago de Chile.
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ÍNDICE ONOMÁSTICO
AAbe, M., 234 Apel, K. O., 38, 215, 221, 233, 245,
Abel, 77, 78 425
Abel O., 413 Aquino, T., 29, 68-69, 71, 83-84,
Abelardo, P., 28, 69, 83 208, 229, 253, 273, 320
Abraham, 79, 94, 130 Archer, T. J., 200
Acero, J. J., 64 Arendt, H., 423
Adán, 76, 126-127, 404 Arinze (Card.), 110, 118, 139
Adam, K., 253 Aristóteles, 27, 38, 69, 71, 229, 242,
Agustín de Hipona, 24, 28, 80-81, 320
213 Arfoilloux, J. C., 63
Albert, H., 200 Arrow, 68
Alberto Magno, 28-29, 71 Aubenque, P., 27
Alcober, C. M., 58 Aubry, J. M., 58
Alemany, J. J., 21, 76, 91-96, 98-100, Austin, J., 64, 403
103, 107, 110, 113-115, 118-121, Azcona, J., 65
138-144 Balasurrya, T., 120
Alexi, R., 39 Balthasar, H. U. von, 13, 88, 160,
Alfaro, J., 159 163, 166, 173, 183
Amaladoss, M., 20, 73, 232, 283, Bandura, A., 55
362-375, 400, 413, 430, 433 Barber, B., 424
Amato, A., 283 Barón, E., 200
Ambrosio (San), 81 Barth, K., 146, 156, 158-163, 165,
Amin, I., 243 183-184, 191, 199, 201, 253, 268,
Andersen, T., 56 279, 281
Annan, K., 255 Bartolomé de las Casas, 85
Anzir, rey de Mauritania, 83 Bartolomeos I, 255
454 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
Basset, J. C., 23-24, 30, 68, 70, 138-139 Cámara, H., 295
Bateson, G., 55 Camps, V., 424
Bayo, 86 Carr, 207
Bea (Card.), 166 Carrer, O., 166
Beathie, J., 65 Carrera i Carrera, J., 420
Beck, U., 423 Carruthers, G. H., 291
Benito (San), 410 Cassidy (Card.), 104
Benjamin, W., 43, 71 Catalina de Siena, 166
Bergson, 42 Cerezo, P., 25, 30-32, 35
Berkeley, G., 25, 30 Cervantes, M. de, 435
Bermejo, L. M., 86 Ching, J., 157, 214
Bernardo de Claraval, 166, 395 Chirico, P., 178, 195
Bernhardt, R., 284, Chomsky, 63
Bernstein, R., 299 Cicerón, 24, 246, 340
Betto, F., 390 Cipriano (San), 81, 166
Biskmark, 240 Clement, O., 413
Boecio, 28 Clemente de Alejandría, 79-80,
Boff, L., 20, 121, 207, 232, 283, 298, 136, 229, 273
375-401, 413, 433 Clooney, F. X., 297
Böll, H., 259 Cobb, J. B., 146, 207, 229, 234, 273,
Bonhoeffer, D., 136, 183, 257 300, 419
Bonifacio VIII, 82 Cohen, H., 41
Boogard, Van den, 169 Cole, P., 64
Boubaker, D., 413 Coleman, 425
Bouretz, P., 11 Confucio, 85, 223
Bourke, M. M., 172 Congar, Y., 159, 169, 177, 257
Bouyer, L., 160 Copérnico, 211
Brand, 169 Cornelio, 78
Briseobois, M., 332 Cortina, A., 246, 422, 424
Broada, J., 188 Cullmann, O., 159
Buber, M., 41-44, 46, 68, 71-72, 403 Cusa, N. De, 14, 83-84
Bubner, 207 Danielou, J., 87
Buchanan, 44 D´Arcais, G. F., 59
Buda, 70, 132, 206, 223, 233, 394-395 D´Arcy May, 306
Buddhadasa, 366 Darwin, 65, 211
Bultmann, R., 165, 189, 286 D´Costa, G., 125, 127, 288, 291,
Cabada, M., 199 295-296, 307-308, 319-350, 419,
Callahan, D., 418 430
Calvino, 163 Descartes, 30, 159, 197, 211, 314
Índice onomástico 455
Knitter P., 232, 234, 283-284, 294, Lohfink, G., 127, 196, 359
297-309, 399 Löhrer, 177
Koch, K., 253 Lonergan, B., 299
Kofka, 50 López-Yarto, L., 58
Köhler, 50 Lot, 77
Kohlberg, L., 62 Lubac, H. de, 13, 88-89, 159, 253,
Konig (Card.), 165 433
Kramer, H., 242 Lugo, J. de, 84
Krishna, 233 Lull, R., 83
Kuhn, T. S., 67, 206-209, 230, 253, Lutero, M., , 210, 253, 385, 387
272 Maceiras, M., 35, 44
Küng, H., 20, 76-77, 155-281, 298- MacIntyre, A., 29, 44, 47, 294, 425
299, 302, 309, 362, 380, 382, 397- Madrigal, S., 14, 151
398, 413, 430 Mahoma, 129, 204, 229, 254, 293,
Kunnumpuram, K., 96 410, 421
Kuschel, K. J., 157-160, 162-164, 166, Maistre, J. de, 178
168-169, 171-173, 175-176, 181, Malebranche, N., 30
186, 195, 200, 234-236, 265 Mandela N., 295
Lacroiox, J., 24, 32 Mann, T., 259
Ladaria, L. F., 116 Maquiavello, N., 240, 242
Lamennais, 178 Marcel, G., 35, 42, 68
Lapide, P., 173-174, 234 Mardones, J. Mª., 423
Laplace, 315 Marina, J. A., 429
Lavater, 31 Marshall, T. H., 424
Leech, 65 Martín Velasco, J., 287
Lehman, K., 199 Martínez, J. L., 21, 169, 429
Leibniz, G., 432 Martínez Camino, J. A., 121
León Hebreo, 30 Marx, 33, 197, 199, 295
León Magno (San), 403 Masson, J., 142
Leïprecht, 168 Maturana, H., 55
Le Saux, H., 433 Melek-el-Kamel, 384
Lessing, 182, 213, 259 Mello, T. de, 120
Levinas, E., 43, 68, 71 Melquisedec, 77
Levinston, S. C., 64-65 Menchú, R., 255
Levy-Valensi, É. A., 48-49 Mendelson, 246
Lewin, K., 50 Merleau-Ponty, M., 36
Lewis, C. S., 431 Merteus, H.-E., 433
Lindbeck, 299 Merton, T., 299
locke, J. 67 Metz, J. B., 169, 197, 207
458 Derribar las fronteras. Ética mundial y diálogo interreligioso
PÓRTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 443
I. Bibliografía sobre el diálogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 443
II. Bibliografía sobre el diálogo interreligioso . . . . . . . . . . . . . . . . 445
III. Bibliografía sobre H. Küng . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 447
1. Obras de H. Küng . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 447
2. Sobre la obra de H. Küng . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 448
IV. Bibliografía sobre la actual teología pluralista de las
religiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 449
CÁTEDRA DE BIOÉTICA
DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA COMILLAS
Director
JULIO LUIS MARTÍNEZ