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El estado de bienestar busca la inclusión entre las fuerzas del capital (por ejemplo, los
empresarios) y los sindicatos. Se suma a esto una fuerte presencia e intervención de Estado como
árbitro y constructor del consenso entre las partes.
Por otra parte, el Estado impulsa la expansión del gasto público, en general, y el gasto
social, en particular, transformándose en un manifiesto prestador de servicios tales como educación,
salud, previsión social y jubilaciones.
Si bien el Estado de bienestar fue el destinatario de diferentes críticas (por todo lo que gasta
socialmente), es necesario destacar que su vigencia trajo como consecuencias un conjunto de
transformaciones altamente positivas. En efecto, fue observable un vertiginoso crecimiento de la
población en general y de la población activa en particular. Estimuló el aumento del comercio
internacional, que se expandió a un ritmo explosivo.
Cabe señalar el papel de importancia creciente que pasaron a desempeñar las mujeres. El
ingreso de la mujer al mercado laboral no era ninguna novedad, pero a partir de finales del siglo XIX,
su número aumentó. Otro hecho inédito en la época fue que las mujeres hicieron su entrada en un
número impresionante en la educación superior. En definitiva, más allá de otros cambios igualmente
trascendentes operados en el mundo de la posguerra, puede afirmarse que la sociedad vivió una
verdadera Edad de Oro (para profundizar sobre los cambios operador en la a segunda mitad del
siglo XX. resulta interesante leer Hobshawm.
Pero esto no duró para siempre. En la década del setenta, comenzó a agravarse la crisis
económica y se ahondaron los cuestionamientos económicos y políticos al Estado de bienestar,
sobre todo por el dinero que gastaba en políticas sociales.
En efecto, la crisis del petróleo de la década del setenta, que rápidamente cuadruplicó el
valor de este insumo clave, generó una crisis energética y aumentó los costes de producción. En
otras palabras, para pagar los gastos en energía y también lo gastado en armas, el Estado debía
poner cada vez más dinero el que no era suficiente para mantener el bienestar de la población. En
consecuencia, creció demasiado el déficit fiscal, esto hizo surgir una corriente de pensamiento que,
impregnada de economicismo, dará lugar a otro tipo de Estado (para comprender el cambio operado
en las funciones de este nuevo tipo de Estado, su relación con la sociedad, los cambios culturales,
así como la realidad conocida bajo el concepto de globalización, se sugiere ver Agresti y Federico.
2010).